Subido por ULISES SANCHEZ VILLALOBOS

A ciento nueve años de la Revolución Mexicana

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A ciento nueve años de la Revolución Mexicana, es imprescindible e insoslayable
el saber que en torno a este gran acontecimiento se paran las bases de nuestra
cultura, aquellas que abarcan desde las expresiones artísticas que se producen en
la Revolución, los ideales que se ponderan, las conquistas y las secuelas de uno de
los grandes movimientos sociales del siglo XX.
Es difícil poder imaginar los súbitos y violentos cambios que vivió el pueblo
mexicano entonces. Las evidencias fotográficas no son muy claras, la fotografía se
encontraba en pañales y era utópico pensar en el video, sin embargo, existe una
evidencia que prácticamente nos ubica en medio de la lucha: la novela de entonces.
La novela de la Revolución Mexicana refleja en sus letras el momento bélico que se
vivió entonces, debido a que las novelas de esa época dan al lector una idea de lo
que fue la Revolución
El papel de la narrativa funge como acto de documentación, de denuncia
social y política ante las condiciones de vida que fueron afectadas en muchos
aspectos ―hablando sobre todo de un marco económico― era la llegada de la
urbanidad para los pueblos de México del 1910. La narrativa reflejó los cambios
experimentados en la sociedad mexicana durante el siglo pasado: la vida campirana
sucumbió paulatinamente mientras se propagaban nuevas costumbres, el entorno
urbano y la modernización se consolidaron como nuevos paradigmas; y en la
expresión literaria, se desplegó una gama de perspectivas, voces y estilos.
El rango de la influencia que ha ejercido la Revolución Mexicana en la
literatura es un parámetro muy esquivo, sólo puede determinarse con precisión el
inicio del ciclo de la novela de la Revolución Mexicana porque aún no declina su
vigencia como tema o escenario, como estilo o técnica. Al respecto, en 1972
Seymour Menton cuestionaba el final de la Revolución Mexicana y establecía que
todas las novelas escritas en México desde 1910 merecían ser consideradas como
novelas de la Revolución, en virtud de que el Partido Revolucionario Institucional
(PRI), instauró un régimen que conservó el poder político del país durante todo el
siglo XX e influyó en todos los aspectos de la vida nacional.
En un análisis de Antonio Castro Leal, marca que el realismo de los autores como
narrador―testigo es esencial para la construcción narrativa de la época, quienes
con ello lograron un reflejo fiel de su entorno y sus circunstancias; indica que
predominan los tintes autobiográficos, las descripciones objetivas de los
acontecimientos y el desarrollo lineal de las narraciones como el transcurso natural
del tiempo.
En 1911, la Revolución se transformó en algo más que un hecho armado o
un acontecimiento político: ese año Mariano Azuela publicó la primera novela que
se refería a la bola: Andrés Pérez, maderista. A partir de ese libro ―y hasta muy
entrado el siglo XX― la Revolución mexicana fue uno de los principales temas
abordados por los escritores y artistas, por medio de cuatro grandes estrategias
argumentales: las obras de reflejos autobiográficos, la narrativa de cuadros y
episodios, las obras de afirmación nacionalista y las palabras del desencanto.
Las novelas de la Revolución mexicana presentan un mundo desordenado y
sin propósitos, debajo del cual palpita el anhelo de justicia que, ahora lo sabemos,
estuvo oculto primeramente y luego fue acallado deliberadamente por el estruendo
de las batallas y la politiquería, por los ruidos y las voces que silenciaron las de los
auténticos revolucionarios. Éstos lucharon por los derechos y libertades humanas,
por el triunfo de la democracia y la participación política de todo el pueblo, por la
libre manifestación de ideas, porque la nación fuese dirigida por los más aptos, por
un Estado igualitario, laico y colocado por encima de los intereses particulares de
los sectores sociales, porque el poder del Estado fuera ejercido por hombres
venidos “de abajo”, pero sostenidos en una clara posición ideológica y en su
preparación intelectual, conocedores de las necesidades del pueblo y de otros
pueblos y capaces de comparar, en beneficio del país, el adelanto económico y
político de otras naciones.
Desde la publicación de la novela Los de abajo, Mariano Azuela fue considerado el
fundador del movimiento conocido como “Novela de la Revolución Mexicana”.
Durante la revuelta que estalló un 20 de Noviembre de 1910, Azuela, trabajó como
médico en uno de los campamentos de Francisco Villa, por lo que se rodeó de
anécdotas y vivencias que nutrieron a esta historia que se publicó por primera vez
en el periódico El Paso del Norte en 1915, donde pasó relativamente desapercibida.
Decepcionado de la insurrección que derrocó al gobierno de Porfirio Díaz —
un sentimiento por el que fue considerado antirrevolucionario— Azuela hizo en esta
novela una denuncia social profunda a los políticos y militares que se beneficiaron
del caos en medio de población mayormente campesina que luchaba por justicia y
libertad, pero cuyos ideales se desvanecieron al avance del movimiento por culpa
de la ambición de sus líderes, con ello nos lleva a recorrer la vida de Demetrio
Macias, general de un grupo revolucionario en 1913. A dicho personaje se le van
uniendo paulatinamente individuos con el fin de combatir en la revolución, pero
estas alianzas no son necesariamente por el ideal revolucionario, sino más bien
porque muchos de los que se sumaban al movimiento revolucionario habían sido
desterrados de sus pueblos por muy diversos motivos. Esta historia de Azuela nos
relata la vida y situaciones de este pequeño grupo. Al analizar la biografía de Azuela
y al tomar en cuenta que esta novela la escribió en el periodo de la revolución nos
percatamos que los relatos narrados en esta historia nos presentan un plano
cercano a los acontecimientos que él vivió.
En la novela histórica se encuentran informes que aunque no cumplen con
las normas académicas para ser considerados como artículos históricos, sí nos dan
una aproximación a lo sucedido en el plano social, ya que la historia oficial nos da
una representación de héroes, personajes importantes, lugares, pero no nos habla
del aspecto de la vida cotidiana del México en la época de la revolución. Así, la vida
de Demetrio Macías y su clan nos dan una idea de cómo vivían esos grupos
revolucionarios que no eran parte principal de los grandes nombres como: Villa,
Zapata, etc… Y además, nos acerca a un pensamiento que es tratado muy poco en
la historia oficial y que conforma el imaginario de los grupos revolucionarios que
llevaban el movimiento por su cuenta, con sus propios ideales, con sus necesidades
y hasta con sus tonos vandálicos y de pillos. Azuela nos da un panorama amplio de
estos grupos, de cómo vivían los indígenas, de la forma de vida de los curros, la
animadversión que estos grupos sentían hacia los federales (los enemigos de la
revolución), y al final de la lectura queda de manifiesto el sentir de Azuela ante la
derrota de la revolución.
A ciento nueve años de la Revolución, Los de abajo, siguen presentes en
nuestra sociedad, es importante entender que Azuela, caracterizó lo que venía a
sus oídos, hombres campesinos, indígenas, derrotados por la sociedad, por el
avance inexorable de la urbanidad, que a decir, aún en nuestros días podemos
observar las mismas condiciones, tal vez para nosotros los citadinos parecerán de
marginación, y aunque la llegada de la urbanidad traería progreso para todos no se
alcanza a pagar para todos el precio de entrada a sus calles, Los de abajo están en
las calles citadinas así como en los pueblos, son los inmigrantes, los violentados
por un sistema que no los integra, los explotados y los expulsados, son las personas
de origen étnico diferente que habitan en los inseguros lugares de las ciudades, son
los siempre sospechosos, los sin o con papeles, los que cotidianamente se
enfrentan en la injusticia capital.
Universidad Autónoma de Chiapas
Los de debajo de Mariano Azuela a 103 años
Breve perspectiva actual
Para la materia de:
El Ateneo de la Juventud y novel de la Revolución mexicana
Catedrático:
Mtro. José Alfredo López Abarca
Alumno:
Ulises Sánchez Villalobos
Sexto semestre Grupo B
Tuxtla Gutiérrez, Chiapas a 19 de noviembre del 2019
Bibliografía
Azuela, Mariano. Páginas autobiográficas. México: FCE, 1974.
Azuela, Mariano. Los de abajo. México: FCE, 2014.
Azuela, Mariano. Andrés Pérez, maderista. México: UNAM, 2018.
Dessau, Adalbert. La novela dela revolución mexicana. México: FCE,1972.
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