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El Mensaje de Navidad

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PREDICACIÓN 22 DE DICIEMBRE DE 2019
FeG Stuttgart - Culto Hispano
Título
:
El mensaje de Navidad
Propósito General :
Que los oyentes entiendan el mensaje que Dios quiso entregar en la primera Navidad.
Texto Bíblico
:
Lucas 2: 8 - 20
8 En esa misma región había unos pastores que pasaban la noche en el campo, turnándose para cuidar sus rebaños. 9 Sucedió que un ángel del Señor se les apareció. La
gloria del Señor los envolvió en su luz, y se llenaron de temor. 10 Pero el ángel les dijo:
«No tengan miedo. Miren que les traigo buenas noticias que serán motivo de mucha
alegría para todo el pueblo. 11 Hoy les ha nacido en la Ciudad de David un Salvador,
que es Cristo el Señor. 12 Esto les servirá de señal: Encontrarán a un niño envuelto en
pañales y acostado en un pesebre».
13 De repente apareció una multitud de ángeles del cielo, que alababan a Dios y decían:
14 «Gloria a Dios en las alturas,
y en la tierra paz a los que gozan de su buena voluntad».
15 Cuando los ángeles se fueron al cielo, los pastores se dijeron unos a otros: «Vamos
a Belén, a ver esto que ha pasado y que el Señor nos ha dado a conocer».
16 Así que fueron de prisa y encontraron a María y a José, y al niño que estaba acostado en el pesebre. 17 Cuando vieron al niño, contaron lo que les habían dicho acerca de
él, 18 y cuantos lo oyeron se asombraron de lo que los pastores decían. 19 María, por
su parte, guardaba todas estas cosas en su corazón y meditaba acerca de ellas. 20 Los
pastores regresaron glorificando y alabando a Dios por lo que habían visto y oído, pues
todo sucedió tal como se les había dicho.
Durante cuatrocientos años Dios guardó silencio, no se comunicó con su pueblo. Ese periodo se conoce como el “Periodo Intertestamentario”, es decir, el periodo
que está entre el Antiguo y el Nuevo Testamento. Para nosotros son solo un par de hojas entre el libro de Malaquías, el último del Antiguo Testamento, y el evangelio según
San Mateo, el primer libro del Nuevo Testamento. Sin embargo, entre aquel y este pasaron 400 largos años donde el pueblo de Israel seguía esperando al Mesías prometido que los salvaría de la opresión en la que vivían. Hubo guerras, desolación y un gran
número de pruebas y dificultades para Israel durante ese tiempo. Sin embargo, de repente comienza un incesante movimiento de ángeles y anuncios sobrenaturales presagiando el cumplimiento de la más sublime esperanza que abrigaba el corazón de
cada honesto y sincero israelita, a saber, el Mesías prometido había llegado.
Según los evangelistas, los escritores de los cuatro evangelios que nos relatan
la historia de aquellos años, primero un ángel fue donde una joven israelita llamada
María para anunciarle que quedaría embarazada y daría a luz a un niño aunque aún era
virgen. Luego, un ángel va donde José, el prometido de María a decirle que ella no lo
había engañado con otro hombre sino que fue elegida por Dios y fecundada por el Espíritu Santo. Después, en una jornada rutinaria de trabajo, un sacerdote al ofrecer incienso a Dios en el templo, recibe la visita de un ángel para decirle que tendría un hijo
que sería el heraldo del Mesías, quien iría delante anunciando su llegada. Como si todo
esto no fuera poco, hubieron después dos cánticos inspirados de manera sobrenatural, el de María al ir a visitar a su prima Elizabeth (quien estaba embarazada de Juan el
bautista) y el de Zacarías, un anciano israelita que había recibido la promesa de Dios
que no moriría sin ver al Salvador de Israel (y el mundo) con sus propios ojos.
Además de todo esto, al momento del nacimiento de Jesús, un ángel se aparece a un grupo de pastores y les anuncia que había nacido el salvador que Israel esperaba. No sé ustedes pero yo también me asustaría si hoy se apareciera un ángel aquí
entre nosotros, por lo menos esa sería mi primera reacción. Pero si a eso le agregan lo
que el texto nos dice, que la gloria del Señor los envolvió en su luz, es muy entendible
que el mensaje angelical comenzara con las palabras “no tengan miedo”. Desde este
punto en adelante comienza el anuncio más sublime que un ser humano hubiese escuchado hasta ese momento y así como es el fundamento de la fe cristiana, debiera
también serlo para nuestra celebración de Navidad. Hubo un mensaje claro y específico en aquella primera Navidad y es un mensaje que sigue siendo vigente en esta Navidad 2019. En esta tarde me gustaría que entendamos tres aspectos de ese mensaje
que Dios quiso entregar en aquella primera Navidad.
I.
PRIMER ASPECTO: ES UN MENSAJE DE ESPERANZA (10 - 12)
10 Pero el ángel les dijo: «No tengan miedo. Miren que les traigo buenas noticias que
serán motivo de mucha alegría para todo el pueblo. 11 Hoy les ha nacido en la Ciudad
de David un Salvador, que es Cristo el Señor. 12 Esto les servirá de señal: Encontrarán
a un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre».
El mensaje de Navidad es el εὐαγγέλιον, término griego que se traduce como
buena noticia. Este mensaje debía importarle a todo el pueblo, por cuanto traería mucha alegría no solo a un reducido grupo de personas, la elite religiosa, sino a cada habitante de Israel. ¿Pero cuál que era el εὐαγγέλιον, la buena noticia que aquel ángel
estaba por anunciar? Me parece que es claro:
[…] les ha nacido en la Ciudad de David un Salvador, que es Cristo el Señor.
Esta declaración involucra algunas verdades que resultan ser centrales en el
mensaje de Navidad, a saber
En primer lugar, [e]n la ciudad de David […], indica el origen humano del niño
que estaba por nacer y su identificación étnica. El rey prometido en el Antiguo Testamento para el pueblo de Israel, aquel hombre que vendría y traería libertad a la nación
DEBÍA SER un descendiente del rey David; esto porque Dios le había hecho a David
una promesa que así sería. Luego, aquel que quisiera reclamar que era el Mesías prometio a Israel, debía poder demostrar que su genealogía llegaba hasta David. Recordemos que en el tiempo del nacimiento de Jesús, el rey Herodes había ordenado un
Censo y cada habitante tuvo que volver a su lugar de origen. Por eso es que José y
María viajaron a Belén, de donde eran las familias de ambos. Así que es importante
cuando el ángel dice que el salvador que ha nacido es de la ciudad de David, porque
si así no fuera sería imposible que fuese el salvador que Israel estaba esperando.
En segundo lugar, la sentencia […] les ha nacido […] un salvador […], implica la
necesidad que tiene el pueblo de ser salvado, por cuanto todos somos pecadores. No
existe celebración de Navidad sin la conciencia de pecado. La Navidad tiene sentido
cuando entendemos que, como dice la Biblia, estábamos muertos en delitos y pecados, por lo que necesitamos ser salvados de nuestro trágico destino sin Dios; por eso
vale la pena celebrar Navidad. Si no te consideras “tan malo”, si no logras reconocer
que transitas hacia un camino eterno sin Dios, ¿por qué la Navidad sería un
εὐαγγέλιον, una buena noticia para ti? ¿De qué te sirve que haya nacido un salvador si
no necesitas ser salvado?
En tercer lugar, el ángel dice de aquel niño […] que es Cristo el Señor. χριστός y
κύριος, son dos términos que se asignan a Jesús. El primero indica que es el ungido
de Dios, eso significa χριστός, ungido. Un ungido de Dios era alguien a quien Dios había elegido y derramado aceite sobre su cabeza como señal de que esa persona fue
consagrada para una tarea específica. Mientras que κύριος, se traduce como Señor,
indicando la idea de señorío, gobierno; por lo tanto, que Jesús fuese el Señor implicaba que era quien tenía la autoridad para gobernar sobre la nación. Entonces, cuando el
ángel anuncia que aquel salvador que había nacido en la ciudad de David, era Cristo el
Señor, lo que está diciendo es que ese niño recién nacido es el elegido por Dios para
cumplir una tarea específica, gobernar sobre todos aquellos a quienes fue enviado a
salvar.
En resumen, el primer aspecto del mensaje de Navidad, es que es un mensaje de esperanza. Aquellos que reconocen su necesidad de ser salvados de su maldad para poder reconciliarse con Dios, encuentran en el εὐαγγέλιον esperanza de que
ese niño que ha nacido, es Cristo el Señor; en otras palabras, es quien fue enviado
para cumplir la misión de reconciliarnos con Dios, a pesar de nuestra maldad, y gobernar sobre nuestras vidas para llevarnos a un destino glorioso.
II. SEGUNDO ASPECTO: ES UN MENSAJE DE ADORACIÓN (13 - 14)
13 De repente apareció una multitud de ángeles del cielo, que alababan a Dios y decían:
14 «Gloria a Dios en las alturas,
y en la tierra paz a los que gozan de su buena voluntad».
El relato nos cuenta, que sin previo aviso irrumpen en la escena una multitud de
ángeles. Estos seres, al parecer, vienen como resultado de la declaración del ángel anterior. Me parece que no vienen tanto a respaldar el mensaje sino como consecuencia
de la buena noticia, el εὐαγγέλιον que fue proclamado. Estoy convencido de esto porque la única respuesta posible ante la asombrosa declaración que nos ha nacido un
salvador, es la alabanza y adoración a Dios. Solo aquellos que han visto su real condición de pecado y maldad sin Dios, pueden entender el alcance del hecho de que nos
ha nacido un salvador. Quienes son conscientes de que por mucho que se esfuercen
NUNCA serán justos de manera completa y, por lo tanto, tienen una deuda con el Dios
santo, solo podrán responder en adoración y alabanza a Dios por enviarnos un salvador que nos rescatara de nuestra maldad. La multitud de ángeles decía,
«Gloria a Dios en las alturas,
y en la tierra paz a los que gozan de su buena voluntad».
Por favor pongan especial atención al hecho de que se mencionan dos realidades o esferas de acción, en las alturas y en la tierra. Las alturas viene a ser el lugar
donde Dios habita, el vocablo griego que se usa es ὔψιστος y expresa la idea de lo
más alto (lo altísimo), es un superlativo. Por lo tanto, en la alturas (ὔψιστος) es el lugar
que está por sobre todos los lugares, o dicho en otras palabras, es la posición más
elevada que puede existir. Por otra parte Gloria, viene del griego δόξα que se traduce
como el honor resultante de la buena opinión sobre algo o alguien. Entonces, toda la
acción de Dios al enviar un salvador, Cristo el Señor, para salvarnos de nuestra maldad, resulta en que Él sea declarado en el lugar más alto o importante que puede existir en la Creación como quién merece todo tipo de alabanza y adoración. Eso en cuanto a Dios en las alturas, a la vez que la segunda realidad o esfera de acción es en la
tierra.
El texto nos dice que, mientras en el lugar más alto de soberanía y existencia,
Dios recibe gloria, en la tierra existe paz para todos aquellos que cuentan con su buena voluntad. Esta expresión, buena voluntad, viene del griego εὐδοκία, y se traduce de
manera más clara como hombres en los que [Dios] está bien complacido, dando a entender de este modo que los que gozan de su paz es porque han complacido a Dios.
Ya dijimos que somos todos pecadores y vivimos sometidos a la maldad; también dijimos que el εὐαγγέλιον, la buena noticia es que nos ha nacido un salvador, por eso
celebramos Navidad. Pablo en su epístola a los Romanos capítulo cinco verso uno,
dice que los que hemos sido justificados (declarados justos) por Jesucristo el salvador
que nació en Navidad, tienen paz para con Dios. ¿Ven la conexión? En las alturas, en
el lugar más alto donde Dios habita, recibe alabanza y adoración, mientras nosotros en
tierra gozamos de la buena voluntad de Dios (Él se complace con nosotros) por la obra
de Jesucristo y eso nos trae paz.
Entonces, el segundo aspecto del mensaje de Navidad, es que es un mensaje de adoración. Esto por cuanto la acción que Dios ha hecho de enviar a un salvador a nacer en esa primera Navidad, nos permite disfrutar de la buena voluntad de
Dios, lo que nos ha traído paz. ¿Cómo no adorarle, cómo no alabarle, declarar sus maravillosas obras, si Él nos ha rescatado de una eternidad lejos suyo? ¿Cómo no alabar
y adorar a Dios si nos ha enviado un salvador que nos reconcilió con Él?
III. UN MENSAJE QUE DEBE SER COMPARTIDO (15 - 19)
15 Cuando los ángeles se fueron al cielo, los pastores se dijeron unos a otros: «Vamos
a Belén, a ver esto que ha pasado y que el Señor nos ha dado a conocer».
16 Así que fueron de prisa y encontraron a María y a José, y al niño que estaba acostado en el pesebre. 17 Cuando vieron al niño, contaron lo que les habían dicho acerca de
él, 18 y cuantos lo oyeron se asombraron de lo que los pastores decían. 19 María, por
su parte, guardaba todas estas cosas en su corazón y meditaba acerca de ellas.
Una vez que se acabó la experiencia de los pastores con los ángeles, porque
estos últimos se fueron al cielo; los pastores hacen dos cosas muy importantes y que
necesitamos entender. Primero van a Belén a comprobar con sus propios ojos lo que
se les había declarado. No existe en el texto la idea de que ellos dudaran por algún
momento sobre la veracidad de la información que el ángel les entregó, por el contrario, se dice que ellos asumieron que todo lo dicho era algo que el Señor les había dado
a conocer. Ellos creyeron al anuncio y quisieron movilizarse para disfrutar de aquello
que estaba ocurriendo. Por otra parte, como consecuencia lógica de ver al niño nacido
en Belén, los pastores comienzan a contar lo que se les había dicho sobre aquel recién
nacido. ¿Ven la implicancia para nosotros hoy?
Los pastores en aquella primera Navidad recibieron una revelación que les
anunciaba la llegada de un salvador, ellos corrieron a buscar a ese salvador y al hallarlo contaron a otros todo lo que habían escuchado sobre Él. En pocas palabras, al recibir la revelación corrieron a Jesucristo y luego comunicaron la buena noticia, el
εὐαγγέλιον a otros. ¿Qué resultó de todo aquello? Que cuantos lo oyeron se asombraron de lo que los pastores decían. El εὐαγγέλιον, la buena noticia es un mensaje que
debe ser anunciado. NO podemos solo quedarnos con la experiencia de recibir la información sin correr a encontrar al salvador que ha nacido, pero tampoco podemos
solo correr hacia el salvador que ha nacido sin luego contar a otros lo que hemos visto
y lo que se nos ha dicho sobre Jesucristo.
Por lo tanto, el tercer aspecto del mensaje de Navidad, es que es un mensaje que debe ser comunicado. ¡Nos ha nacido un salvador en ciudad de David, que es
Cristo el Señor! Ese es el mensaje que hemos oído y producto de haber escuchado
ese mensaje debemos correr hacia el niño que ha nacido, para luego contar a otros
todo lo que sabemos de Él. NO podemos callarnos este mensaje, porque NO tenemos
el derecho a privar a otros de lo que significa que Cristo el Señor haya nacido en aquella primera Navidad.
CONCLUSIÓN
20 Los pastores regresaron glorificando y alabando a Dios por lo que habían visto y
oído, pues todo sucedió tal como se les había dicho.
Hace cerca de dos mil años, un grupo de pastores recibió el anuncio de la noticia más sorprendente que un ser humano hubiese escuchado hasta ese momento. Sin
lugar a duda, que aquel εὐαγγέλιον, buena noticia, marcó un antes y un después en la
vida de esos hombres. Su experiencia los llevó a glorificar y alabar a Dios, a declarar lo
grandioso que es el Dios en el cual ellos creían. Fíjense que aquella reacción vino del
hecho que todo sucedió tal como se les había dicho. Dios es fiel y confiable cuando
habla; por lo tanto, su Palabra, la Biblia, que es la forma principal en la que hoy Dios
nos habla, es FIEL y CONFIABLE. Si ella nos dice que fue enviado un salvador, porque
necesitamos ser salvados de nuestra maldad, ES VERDAD. Si la Biblia dice que la única respuesta aceptable es alabar a Dios, entonces debemos creerlo y alabar a nuestro
Dios. Y si ella nos dice que NO podemos callar este εὐαγγέλιον, buena noticia, sino
que debemos compartirlo con otros, DEBEMOS hacerlo.
Entonces, es muy importante en esta fecha donde se acerca Navidad que entendamos que el verdadero mensaje no es “paz y amor” o “que todos estén en familia”
o “que dejemos que la magia de la Navidad nos envuelva”. El mensaje de Navidad es
un mensaje de esperanza por cuanto nos anuncia que existe un salvador que puede
librarnos de nuestra maldad; es un mensaje de adoración, puesto que la alabanza y
adoración a Dios es la única respuesta aceptable y lógica a la acción de Dios de enviar
un salvador a nacer en aquella primera Navidad para reconciliarnos con Él y darlos
salvación; y por último, es un mensaje que debe ser compartido, porque NO tenemos
el derecho a privar a otros de lo que significa que Cristo el Señor haya nacido en aquella primera Navidad.
Celebrar una Navidad con sentido, el verdadero sentido, involucra que adoremos a Dios por haber enviado a Jesucristo a nacer como un ser humano para rescatarnos de nuestra maldad; a la vez que tomamos acciones concretas e inmediatas
para que otros puedan escuchar y conocer esta maravillosa verdad. ¿Cómo celebrarás
esta Navidad 2019? ¿En dónde estará el enfoque de tu vida durante el 24 y el 25 de
diciembre de este año? ¿En los regalos, en disfrutar junto a la familia? O, ¿en adorar a
Dios por enviar al salvador y contar a otros este mensaje que nos trajo salvación? Déjenme darles una idea. (regalar Evangelio de Juan).
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