I.E.D. URIEL MURCIA SEDE POSPRIMARIA GUADUALITO Guía de trabajo: Salud publica coronavirus (COVID-19) Español- Sociales Jair Alexander Padilla Villadiego Buen día, la presente guía es para trabajar temas que por cuestiones de salud pública no se pudo abarcar en aulas de clase, este material es el apoyo para trabajar en sus casas, agradecemos la comprensión. Estas guías deben tener un breve resumen en sus cuadernos, no es solo tener las hojas sino también escritas. GRADO OCTAVO GUÍA DE ESPAÑOL SEMANA 7 DEL 1 PERIODO ACADÉMICO CUADRO SINÓPTICO ¿QUÉ ES? El cuadro sinóptico proporciona una estructura coherente global de una temática y sus múltiples relaciones ya que organiza la información sobre uno o varios temas centrales que forman parte del tema que interesa enseñar. El cuadro sinóptico básicamente cumple con dos propósitos bien concretos, por un lado, la determinación de los elementos esenciales del texto en cuestión y por otro lado la representación esquemática de las relaciones que se establecen entre esos contenidos. ¿CÓMO SE DISEÑA? 1.- Como primer paso para hacer un cuadro sinóptico se debe leer y comprender el material objeto de estudio, se debe familiarizar con el tema y conocerlo de manera general. 2.- Cuando este revisando o leyendo el material debe identificar las ideas principales o centrales por ejemplo si usted está leyendo un libro completo las ideas principales podrían ser los capítulos (aunque usted podría agrupar las ideas principales de acuerdo a secciones del libro que podrían ser un grupo de capítulos). La elaboración de resúmenes puede ser útil en este paso. Se debe eliminar las partes del texto o material que ofrezcan la misma información, es decir eliminar redundancias. 3.- Sustituir un conjunto de conceptos, objetos, eventos o situaciones por un término más global que los incluya o describa de manera general. Se debe designar una o varias palabras para asignarlas a una idea global en lugar de una, enumera los objetos o conceptos uno por uno, esto es solo agrupar conceptos, objetos o situaciones que compartan características comunes. 4.- Identificar la oración tópico. La oración tópico es la que describe el tema central, la idea más importante de la que trata un párrafo. Puede estar en la introducción, en el desarrollo de la idea dentro del párrafo o en la parte de la conclusión de una serie de afirmaciones. En caso que no I.E.D. URIEL MURCIA SEDE POSPRIMARIA GUADUALITO Guía de trabajo: Salud publica coronavirus (COVID-19) Español- Sociales Jair Alexander Padilla Villadiego exista como tal, se debe elaborar mediante inferencia. Esta oración tópico será el tema principal; el cual será el título del cuadro sinóptico. 5.- Relacionar los elementos principales del texto de manera que se puedan organizar. Se debe identificar que tan generales son los elementos. Dentro de un texto se encuentran elementos tales como: –Supraordinados. Elementos generales que incluyen otros particulares. –Coordinados. Tienen el mismo grado de generalidad. No se incluyen en otros. –Subordinados. Elementos más particulares que se encuentran englobados dentro de los supraordinados. 6.- En este paso se debe categorizar las ideas principales identificadas en el material objeto de estudio y bosquejar el primer borrador del cuadro sinóptico aun con ideas muy generales. 7.- El siguiente paso es agregar las ideas complementarias. 8.- En este paso se debe agregar los detalles de las ideas complementarias. I.E.D. URIEL MURCIA SEDE POSPRIMARIA GUADUALITO Guía de trabajo: Salud publica coronavirus (COVID-19) Español- Sociales Jair Alexander Padilla Villadiego La estructura básica del cuadro sinóptico es la siguiente: I.E.D. URIEL MURCIA SEDE POSPRIMARIA GUADUALITO Guía de trabajo: Salud publica coronavirus (COVID-19) Español- Sociales Jair Alexander Padilla Villadiego Recomendaciones y consejos: Los cuadros sinópticos pueden ser elaborados de manera horizontal de Izquierda a Derecha, o manera vertical de Arriba a Abajo. Se pueden utilizar llaves pero esto no es indispensable, solo diferenciar cada nivel y cada elemento de nuestro cuadro sinóptico y esto se podría hacer también con rectángulos a alguna otra figura que encierre y distinga cada idea principal, idea complementaria y detalles. Utiliza títulos y subtítulos destacados así como contrastes de color y de tipo de letra. Expresar las ideas en forma sintética y de forma que sea posible captar bien el contenido. Recuerda que las divisiones y subdivisiones siempre deben ir hacia la derecha y hacia abajo y que cada idea debe ir en una línea distinta. Se debe identificar claramente las ideas principales. Identificar y clasificar los conceptos centrales de manera ordenada. Ejemplos de cuadros sinópticos I.E.D. URIEL MURCIA SEDE POSPRIMARIA GUADUALITO Guía de trabajo: Salud publica coronavirus (COVID-19) Español- Sociales Jair Alexander Padilla Villadiego I.E.D. URIEL MURCIA SEDE POSPRIMARIA GUADUALITO Guía de trabajo: Salud publica coronavirus (COVID-19) Español- Sociales Jair Alexander Padilla Villadiego TALLER 1. De la lectutra de los siguientes textos hacer un cuadro sinóptico. Colombia, un país donde hasta el lenguaje se corrompe El eufemismo nació como fórmula para no ofender a los demás, pero aquí ya no es un acto de sutileza. Antes se denominaba “pornografía” y hoy le dicen “material explícito para entretenimiento de adultos”, aunque en realidad debería ser de adúlteros. Pero es que tampoco existe ya el adulterio: ahora lo llaman relaciones impropias, que algunos no pueden practicar, aunque quisieran, porque sufren de aquello que los laboratorios farmacéuticos definen como “disfunción eréctil”, y que antiguamente se conocía como impotencia. La historia es esta: hace unas cuantas semanas, a raíz de mi crónica sobre los lugares comunes, las frases de cajón y las expresiones trilladas que se volvieron un sustituto del habla espontánea de la gente, varios lectores de este periódico me sugirieron escribir una segunda parte sobre los eufemismos que están acabando con el venerable idioma castellano. Antes de seguir adelante, vale la pena dejar en claro que un eufemismo es la forma de guardar las apariencias, de dorar la píldora, de disimular. Eufemismo es decirle “malversación de recursos públicos” a lo que antes se llamaba peculado, y definir a su autor como un “defraudador del erario”, cuando para eso existe una sola palabra en castellano: ladrón. Entre la vaca y el perro Cuando yo era niño –hace ya tanto tiempo que en esa época el tacón de los zapatos se usaba adelante–, las señoras refinadas, que presumían de finolis, para que no las creyeran vulgares, le decían “líquido perlático de la consorte del toro” a lo que simplemente se llama leche. Después supe que esa manera de decir las cosas con cierto aire de vergüenza, para evitar lo que podría parecer crudo o desagradable, se llama eufemismo. Más tarde aprendí en el colegio que la palabrita procede de dos raíces griegas, que significan “hablar de modo correcto”, lo que demuestra que un eufemismo es exactamente lo contrario de una blasfemia. No es gratuito que la palabra haya nacido de las tradiciones religiosas. I.E.D. URIEL MURCIA SEDE POSPRIMARIA GUADUALITO Guía de trabajo: Salud publica coronavirus (COVID-19) Español- Sociales Jair Alexander Padilla Villadiego Lo malo es que, con el paso del tiempo, el eufemismo se fue volviendo tan hipocritón que le cambió el sentido al lenguaje. Por ejemplo: a mi tía Josefina, que era remilgada, le gustaba citar con frecuencia un proverbio viejo y socorrido, pero le parecía impropio de una dama el uso de la palabra “capar”. –Al mamífero canino –susurraba mi tía– le hacen esa intervención quirúrgica una sola vez. Sin embargo, como suele suceder con todas las imposturas, el alacrán termina por morderse su propia cola: con los eufemismos sucede lo mismo que con el caballero calvo que se pone una peluca para esconder la calvicie, pero mientras más peluca se ponga, más se le nota la calva. Es lo que ocurre, también, con las señoras que se tiñen las canas. ¿Candor, pudor o cinismo? Yo sé que muchos abusan del eufemismo porque creen que los hace parecer exquisitos. Hay otros, más inocentes, que lo utilizan por decoro. Pero los peores son aquellos que, cargados de cinismo, se escudan en tapujos para encubrir la gravedad de las cosas que pasan. En ese último sentido, hay una expresión colombiana que se merece la medalla de oro de la infamia y el trofeo olímpico de la maldad. Me refiero a “falso positivo”. Al asesinato cometido por agentes del Estado, a mansalva y en descampado, aquí lo bautizamos “falso positivo”. Me estremezco hasta la raíz del pelo con solo pensar en lo que habría sido un verdadero negativo. En cambio, el campeonato mundial de la barbarie y el diploma de honor de la villanía se lo gana la guerrilla, que le puso “pesca milagrosa” al secuestro colectivo en las carreteras, como si fuera un prodigio bíblico. Ni ‘falso positivo’ ni ‘pesca milagrosa’ tienen comparación con nada en el mundo. ¿Cuál de las dos es peor? Las dos son peores. Lo cual confirma que todos los criminales son iguales, vengan de donde vengan. Últimamente se ha impuesto la moda de llamar “interrupción del embarazo” a lo que no es más que un aborto. Y se considera que el concubinato es un matrimonio experimental. A los gordos nos ofenden con el ultraje de llamar “persona estilizada” a esos flacos desgarbados que usan ropa de marca. Entiendo perfectamente que los tiempos cambian y las costumbres también. El lenguaje es dinámico y palpitante. Pero es que del diluvio de eufemismos que nos está cayendo encima ya no se escapa ya ni el vocabulario de los abuelos. A las viejas zorras –y conste que me refiero a las carretas tiradas por caballos o mulas– ahora les dicen “vehículos de tracción animal”. Supongo que una bicicleta viene siendo un vehículo de tracción humana. Política y deportes En estos tiempos no hay ninguna actividad colombiana que esté a salvo de los eufemismos, trátese de la política o del deporte. Los pandilleros de antes ahora son ‘bacrim’ y en el Senado de la República les dicen “migrantes internos” a los que conocíamos como desplazados. I.E.D. URIEL MURCIA SEDE POSPRIMARIA GUADUALITO Guía de trabajo: Salud publica coronavirus (COVID-19) Español- Sociales Jair Alexander Padilla Villadiego En el fútbol la cosa es menos trágica y más cómica. Para los narradores radiales no existe el cuerpo humano. Cuando un jugador rueda por el campo lo que cae es “su humanidad”. Y si algún adversario malévolo aprovecha la caída para darle una patada en la espinilla, lo que dicen es que “le propinó un puntapié en la extremidad derecha”. Antiguamente, vigilar con especial esmero a un rival habilidoso era “marcarlo”. Ahora es “referenciarlo”. Las reuniones sociales son el caldo de cultivo donde el eufemismo se explaya como la verdolaga. Ya no existe el aburrido aquel de todas las fiestas; ahora se llama “introvertido”. Y lo que era una hipocresía ahora es una sutileza. Los periodistas ya no hablamos de la Fiscalía General porque ahora se llama “el ente acusador”, uno de los eufemismos más feos que haya oído en mi vida, y hasta confuso: cuando lo oigo mencionar pienso que están hablando del lente acusador, como si se tratara de una de esas cámaras indiscretas que ponen en la televisión. Borrachos al volante Las palabras más viejas y entrañables han ido desapareciendo ante semejante avalancha. La familia, por ejemplo, en estos tiempos es conocida como núcleo primario de la sociedad. Hasta hace poco me decían viejo, pero ahora me dicen caballero de la tercera edad. Lo malo es que ni siquiera supe en qué momento se acabó la segunda. Desde que el senador Merlano hizo lo que hizo aquella noche, las tragedias provocadas por los choferes borrachos se han multiplicado. Una de ellas, entre las peores, es que ya no se llaman choferes borrachos, como es su nombre castizo, sino ciudadanos que conducen bajo la influencia del alcohol. O pasados de copas. De donde uno podría suponer que el abstemio, en consecuencia, es un anticipado de copas. Ya no los llevan a la cárcel sino a sitios de rehabilitación social, y ya no se llaman presos sino internos. Tanto, que a mí me da pena contar que estudié toda la vida interno. A los muchachos les aplican correctivos en vez de los antiguos castigos. Al plagio se le llama coincidencia. No existen los manicomios sino los centros de rehabilitación mental. La antigua y apreciada maquilladora se transformó en cosmetóloga, tal como el venerable peluquero acabó convertido en estilista. De profesiones y oficios Parece un chiste, pero el asunto está adquiriendo proporciones de catástrofe bíblica. Cuando yo trabajaba en la radio, había un empleado joven y con ambiciones –lo que ahora se llama “con emprendimiento para empoderarse”– que mandó imprimir unas tarjetas personales en las que puso que su oficio era “ingeniero de comunicaciones y reparto de documentos”. Se trataba del mensajero. Pues bien: al vendedor ambulante le están diciendo últimamente “distribuidor informal” y he visto contratos en los que las empresas de aseo identifican a sus propios barrenderos como “técnicos sanitarios”. Y a la basura callejera le I.E.D. URIEL MURCIA SEDE POSPRIMARIA GUADUALITO Guía de trabajo: Salud publica coronavirus (COVID-19) Español- Sociales Jair Alexander Padilla Villadiego pusieron un nombre elegante: residuos sólidos urbanos. Sin embargo, todo eso se queda chiquito ante lo que acaba de pasar en un edificio de Bogotá. La administradora, primorosa ella, envió una circular a los inquilinos para informarles que se acababa de producir “el retiro voluntario del distribuidor interno de recursos humanos”. Hubo alarmas, consultas, asambleas, juntas extraordinarias, debates acalorados, revisaron diccionarios y gramáticas, hasta que el viejo portero, al que ahora le dicen conserje, les explicó lo que había ocurrido: que renunció el ascensorista. La vida laboral se llenó de esas maromas verbales. El vendedor es ahora asesor comercial, los trabajadores son capital humano, los productos de mala calidad se disfrazan como mercancía de bajo presupuesto y el despido masivo pasó a llamarse ajustes en la nómina. Epílogo El eufemismo nació como un recurso de la delicadeza humana para no ofender a los demás, pero ya no es un acto de sutileza sino una máscara. Fue por eso que Hannes Mäder escribió: “Todo el que pretende imponerle su dominio al hombre, empieza por apoderarse de su lenguaje”. A la antigua quiebra le dicen falta de liquidez o trastornos en el flujo de caja. Al soborno lo llaman sobresueldo. Confieso que hace un par de meses, en medio del escándalo suscitado por los abusos de la empresa Interbolsa, sentí indignación y repugnancia cuando leí una noticia en la que se decía que las autoridades habían descubierto “una contabilidad indebida con el recurso de los inversionistas”. Eso se llama estafa. El lenguaje cambia porque cambian los valores. Aparecen nuevas palabras porque hay una nueva ética, relajada y tolerante, que necesita disimulo, tapabocas y disfraces. También el lenguaje se nos volvió solapado. JUAN GOSSAÍN ESPECIAL PARA EL TIEMPO _________________________________________________________________________ I.E.D. URIEL MURCIA SEDE POSPRIMARIA GUADUALITO Guía de trabajo: Salud publica coronavirus (COVID-19) Español- Sociales Jair Alexander Padilla Villadiego Descubra por que el lenguaje es el juguete mas divertido del mundo Juan Gossain le cuenta las bromas que se pueden hacer y las locuras que puede armar con palabras. Está lloviendo sobre Cartagena. Al otro lado de la calle se extiende la bahía, rodeada de edificios, pero desde mi ventana no se ve el mar porque la bruma ha cubierto el mundo. De repente siento que entra una bocanada de petricor que sube desde el suelo empapado. Petricor. Qué palabra tan bella y expresiva. Nació hace más de mil años. Pero ya nadie la usa. Ya ni siquiera figura en el diccionario de la Real Academia Española. Para no seguirle dando vueltas al tema, déjenme decirles que petricor, de raíces griegas, es el aroma penetrante, mitad caliente y mitad frío, que produce el agua de lluvia cuando cae sobre suelo caliente bajo el sol. Es una vaharada que a mí me hace evocar con nostalgia los años de la infancia en San Bernardo del Viento. “El idioma castellano no está hecho para que algunos profesores perversos se dediquen a ponerles tareas interminables” Si ustedes supieran lo que uno puede entretenerse mientras juega con el lenguaje, con sus sorpresas y curiosidades, con las bromas que se pueden hacer, con las locuras que se pueden armar. Se me ha ido media vida diciendo que el idioma castellano no está hecho para que algunos profesores perversos se dediquen a ponerles tareas interminables y aburridas a los muchachos, sino para que se diviertan entre todos inesperados. con los hallazgos más La sastra y el usitado ¿Ustedes me creerían si les digo que la palabra sastre tiene su femenino en las páginas del diccionario? Confieso que yo no lo sabía. Sastra se llama en castellano la mujer que tiene por oficio cortar y coser vestidos. También se le dice así a la esposa del sastre. La palabra no es ninguna novedad, como que tiene más de quinientos años de existencia, pero los americanos, en vez de usarla, porque no la conocemos, hemos resuelto inventar varios sustitutos: modista, diseñadora, costurera. Los españoles, en cambio, la usan mucho, como puede verse en los créditos de sus películas y obras de teatro. Son tantas las palabras que ya no existen. Murieron de viejas. Dales, Señor, el descanso eterno, y brille para ellas la luz perpetua. En los orígenes de nuestro idioma, cuando los frailes estaban inventando el lenguaje entre las sombras nocturnas del monasterio de San Millán de la Cogolla, la palabra deturpado se usaba para describir lo feo, manchado o deforme. Todavía aparece registrada. I.E.D. URIEL MURCIA SEDE POSPRIMARIA GUADUALITO Guía de trabajo: Salud publica coronavirus (COVID-19) Español- Sociales Jair Alexander Padilla Villadiego Miren ustedes este fenómeno tan curioso: en muchos casos, para expresar la idea contraria de lo que significaba una palabra, bastó con anteponerle el prefijo in. Los ejemplos abundan: usitado era lo que ocurría con frecuencia, lo constante, lo permanente. Entonces se creó inusitado para designar lo contrario, lo excepcional, lo que es poco frecuente. estaba olvidando que ya no se llama “cómplice” sino “auxiliador”. Lo mismo sucedió con sólito y su contrario, insólito. Lo curioso, vuelve y digo –es decir, lo insólito– es que con el paso de los años, nadie volvió a emplear la original sino su derivado. Ya nadie se acuerda de usitado ni de sólito. En ese sentido, “estiró la pata” es el disfemismo más común y grotesco para decir que alguien murió. Disfemismos famosos son “caja tonta” por televisor, “comida chatarra” por hamburguesa, “matasanos” por médico. El disfemismo Todo el mundo sabe que un eufemismo es la manera suave y decorosa de expresar una idea. La forma delicada con un poco de disimulo y algo de rebuscamiento. En Sincelejo todavía recuerdan a un distinguido ganadero que se las daba de refinado y se refería a la leche llamándola “líquido perlático de la consorte del toro”. El pobre Fernandito… “Los colombianos estamos abusando de la delicadeza del pobre eufemismo para volverlo cínico y desvergonzado” El eufemismo perfecto es afirmar que alguien “pasó a mejor vida” en lugar de decir que murió. Hay otra expresión conmovedora en ese mismo territorio de la muerte: “jardín de paz” en lugar de cementerio. Lo malo es que los colombianos estamos abusando de la delicadeza del pobre eufemismo para volverlo cínico y desvergonzado. Fíjense que a la corrupción ahora le dicen “sobresueldo” o “rebusque”. Hasta el idioma se nos está corrompiendo, convertido en cómplice de los delincuentes. Ay, caramba: se me Muy bien: ya sabemos que existe el eufemismo en el lenguaje. Lo que no sabe la gente es que también existe la idea opuesta, que es el disfemismo, la forma de expresarse con la mayor brusquedad posible. Estaba yo como en tercero de bachillerato cuando escribí, para la clase de español y literatura, un cuento que decía más o menos así: Fernandito era un muchacho muy inquieto al que, un día, se le metió en la cabeza la peregrina idea de aprenderse de memoria el diccionario de la lengua castellana. I.E.D. URIEL MURCIA SEDE POSPRIMARIA GUADUALITO Guía de trabajo: Salud publica coronavirus (COVID-19) Español- Sociales Jair Alexander Padilla Villadiego Cuando Fernandito iba por la letra f ya se estaba volviendo loco. Cuando llegó a la m dormía con los ojos abiertos y hablaba a solas en los rincones. Pero cuando llegó a la p hizo uno de los descubrimientos más importantes de su vida: encontró el vocablo paronomasia, que es la similitud existente entre dos palabras que pueden confundirse, como ocurre con fósil y fusil, corbata y corbeta, fragata y fogata o con un catarro y una cotorra. Los escritores del Siglo de Oro –Cervantes y Quevedo entre ellos– llamaban agnominación a esa semejanza de las palabras. Entonces fue la hecatombe. El acabose del pobre Fernandito. Se dedicó a buscar paronomasias en cuanto libro tropezaba, hasta que ya no pudo distinguir un ventrículo de un ventrílocuo, y creía sinceramente que una cañada era la mujer de su hermano y que una cuñada era una pequeña corriente de agua. Se le enredó el cabotaje con el sabotaje y sostenía tercamente que la disentería es el consultorio donde le arreglan los dientes a uno. Ráfaga de autopistas Entonces llegó la hora en que el pobre Fernandito no solo confundía las palabras, sino que se le dio por leer al revés, de derecha a izquierda, y su desgracia fue peor. Ya no supo si lo que decía en el texto de biología era lámina o animal. En el colmo del delirio, mezcló también las ideas implícitas en cada vocablo hasta creer que un plomero y un sicario son la misma cosa. La idea de volverse loco le causó tanto terror que se dedicó a la bebida. Un día, mientras almorzaba pastas italianas, Fernandito pidió una garrafa de vino blanco. Luego otra y otra más. Al final acabó tomándose una ráfaga de garrafas. Metió la cara entre las manos. Se puso a llorar con profunda tristeza. Se dijo para sus adentros:—Y pensar que, después de tantos sueños y tantas ilusiones, la única diferencia entre una autopista y un utopista es una mísera vocal. La verdad sobre la W No vayan a pensar ustedes que, en materia de lenguaje, solo las palabras tienen vida propia y su ángulo divertido. Hasta las propias letras lo tienen. Y no hay que olvidar que las letras son el principio de todo. Vean este ejemplo: de veintisiete letras que tiene el alfabeto castellano, hay seis que, si están escritas en mayúsculas, se leen igual con la cabeza para arriba o para abajo: H, I, O, S, X y Z. Y solo dos de ellas son consecutivas en el orden del abecedario, la H y la I. Son vecinas. La W es cuento aparte. Su origen está en los antiguos pueblos germánicos. No solo es extraña a nuestro idioma, en el que se usa poco, sino que, además, tiene una trágica historia de amor y dolor. Después de muchos años, por fin pude establecer la verdad. Resulta que, en sus comienzos, la W era simplemente una M normal que tenía amores con una I que había sido modelo. I.E.D. URIEL MURCIA SEDE POSPRIMARIA GUADUALITO Guía de trabajo: Salud publica coronavirus (COVID-19) Español- Sociales Jair Alexander Padilla Villadiego Una relación tempestuosa porque la I, vanidosa como ha sido siempre por su delgadez, se burlaba de ella, la llamaba gorda, ancha, abierta de piernas. Hasta que, un día, la M descubrió que la I le ponía los cuernos con una Ñ aristócrata, orgullosa de su abolengo, que se la pasaba pregonando que ella es la única letra que el castellano ha aportado a la vida humana. Abatida por la decepción, la pobre M resolvió suicidarse lanzándose a la calle desde la azotea del mismo edificio en el que, por macabra coincidencia, sesionaba la Academia de la Lengua. Cayó de cabeza sobre el pavimento, y vean ustedes como quedó, con las patas para arriba. El perro chino Ya no me queda duda: a mí me persigue el destino. Mientras estoy acabando de escribir esta crónica, voy al supermercado de la esquina a comprar una leche que me encargó mi mujer. Hago fila en la caja registradora. Entonces veo, al lado de la caja, un perrito de felpa, color café, con cara sonriente. El perro lleva, colgado del cuello, un cartelito que dice: “Utilice bajo la supervisión de un adulto hecho en China”. Pensé comprárselo a mi nieta, pero dónde consigo yo un adulto hecho en China. (Miren ustedes la enorme importancia de un mísero puntico). Falta tanto por decir sobre la diversión del lenguaje que un día de estos volveremos a hablar del tema. No se imaginan ustedes lo que le ocurrió al gran Ptolomeo por andar con ese nombre. Ni la historia fascinante de las palabras más feas, más bellas, más largas, más cortas, más extrañas del idioma español. Epílogo El juguete de las palabras es tan infinito y tan universal que puede mezclarse, incluso, en dos idiomas diferentes. Les voy a poner un ejemplo. Uno solo. Hay dos actrices, la una de cine y la otra de televisión, que pertenecen a la misma familia sin saberlo. Fui yo, en mis ratos de ocio dedicados al estudio de la genealogía universal, quien descubrió su parentesco. La una es colombiana y la otra, estadounidense. Sus abuelos comunes fueron hoteleros, como lo demuestran sus apellidos. Son Fabiola Posada y Jane Fonda. Lo cual me indica, ahora que caigo en la cuenta, que ni yo mismo me escapo de esa sentencia: con la edad que tengo, y lo desgastado que estoy, ya no debería llamarme Gossa-in sino Gossa-out I.E.D. URIEL MURCIA SEDE POSPRIMARIA GUADUALITO Guía de trabajo: Salud publica coronavirus (COVID-19) Español- Sociales Jair Alexander Padilla Villadiego 2. Realice un cuadro sinóptico por cada tema a. La literatura precolombina b. Coronavirus c. Globalización