Historia de la mússica paraguaya JORGE BEDOYA Introducción RESEÑA HISTÓRICA DE LA DANZA EN EL PARAGUAY La danza en la época de la colonia J. Natalicio González (B. 33). Al comentar la instrucción pública y la vida intelectual, nos dice: "... Los Cabildos costean las representaciones teatrales, en ocasión de las festividades profanas o religiosas. Ellas tienen lugar al aire libre y atraen a muchedumbres de espectadores. A base de la documentación existente, es fácil definir la índole de las comedias coloniales. En 1622, la canonización de Ignacio de Loyola fue celebrada en Asunción con una de ellas. Más de cien niños asuncenos, que ensayaron sus papeles bajo la dirección del santo paraguayo Roque González, se iniciaron como actores, divididos en dos bandos, uno de cristianos, y otros de infieles". "Simularon una batalla, relata un cronista; los idólatras iban adornados de ricos plumajes y armados con arco y macana; los cristianos peleaban con una cruz. La música regulaba los movimientos de los infantiles ejércitos. Era de ver como éstos se juntaban o separaban, dividían el campo en dos partes iguales o simulaban acometidas. Pasado algún tiempo, la batalla se declaró a favor de los cristianos, quienes llevaron a los vencidos, hechos prisioneros, delante del gobernador eclesiástico, primero, y luego del civil. Estos se echaron en el suelo, pero alegremente, cual convenía a cautivos voluntarios, saltando de cuando en cuando". "En 1634 fue celebrado el centenario de la Compañía de Jesús con profusión de espectáculos teatrales. En todos los pueblos misioneros se levantaron arcos triunfales; hubo discursos en latín y guaraní; multitudes poseídas de frenética alegría aplaudieron las danzas y los ejércitos de palestras. Soldados que llevaban "en su escudo una de las letras que componen el nombre de Ignacio", "bailaban formando con ellas diversos anagramas". "Por la noche se verificó un combate naval a la luz de innumerables antorchas". "La más suntuosa de aquellas fiestas, fue la celebrada en la reducción de Encarnación, en el Guaira, donde se representó una complicada pantomima". "Salió de improviso, escribe Techo, un gigante llamado Policromio, vestido de colores, con larga barba y cabellera blanca; significaba el centenario de la compañía de Jesús y llevaba cien niños pintados; estos eran los diferentes cargos de la Compañía: con armonioso canto celebraron las alabanzas de Policromio; la escena tenía lugar en un paseo de la población; más adelante había un rebaño de cien bueyes; después cien arcos de triunfo con emblemas, que estaban 1 en el camino de la iglesia; a la puerta de ésta se ofrecieron cien panes; en el altar mayor lucían cien velas". "Se trataba de una fiesta más pagana. FINES DEL SIGLO XVIII. Carlos Zubizarreta, al comentar las costumbres asuncenas a mediados del siglo 18, nos dice (B 39): "Las cabalgatas y los paseos en coche y carreta hasta la chácaras aledañas de la ciudad, donde se organizaban meriendas y bailes campestres, constituían otro esparcimiento muy corriente"...Tal era la Asunción colonial de mediados del siglo XVIII". . PANORAMA GENERAL DEL SIGLO XIX. En el siglo XVIII nos decía Aguirre: "Prosiguen dominantes los cantares y bailes antiguos españoles". Este predominio hispánico fue notorio desde el siglo XVII debido a la influencia de los conquistadores y de los padres religiosos. El siglo XIX se presentó con características diferentes dado que nuestras danzas recibieron en esta época la influencia de varios países europeos. En efecto, fue el siglo de la aparición de una gran variedad de danzas europeas que se aclimataron y algunas de ellas se acriollaron en nuestro país adquiriendo posteriormente nuevas fisonomías, de donde han surgido muchas de nuestras danzas tradicionales. Esas danzas europeas llegaron por el Río de la Plata; de ahí se explica la casi simultánea aparición en el Uruguay, Argentina y Paraguay. La Contradanza, conocida desde el siglo XVIII, perdura aún, y ejerce cierta influencia para la formación de otras danzas. El Cielito, el Pericón y la Media Caña, tres contradanzas rurales, según Vega (B 5), "Conservan vagos restos de esa música europea, a pesar de que, en ciertos ambientes adquirieron música de otro carácter. Por eso difieren tanto entre sí las versiones tradicionales de la que correspondió a esos bailes". "La Contradanza, modificada, renovada, sostiene su nombre hasta 1850; y su música se prolonga en sus herederas, la Cuadrilla y Los Lanceros, hasta entrado el siglo XX, con gran penetración e influencia en la campaña". También por mitad del siglo, se conoce el Montonero, cierta forma de Minué. Aparece además en este siglo una nueva forma coreográfica que constituyó una verdadera revolución: la danza de pareja enlazada independiente. El Vals fue el primero de este grupo; siguieronle el Galop, la Polka, la Mazurca, el Chotis y la habanera. Las danzas ya 2 citadas, especialmente la Cuadrilla, el Lancero, el Vals y El Chotis, pasaron velozmente de los salones a los ambientes campesinos. En este mismo siglo, fueron gestándose nuestras danzas que se convirtieron en tradicionales, contando con el elemento coreográfico europeo y con el ingenio y habilidad del hombre paraguayo, que supo plasmar en movimientos estéticos el sentir artístico de nuestro pueblo. Como dice Justo Pastor Benítez (B 45): "En materia de arte y de costumbre lo esencial no es la procedencia, sino el estilo, el carácter, el color, que se adquieren del medio telúrico y social, y por acción creadora. El medio social paraguayo es poroso, absorbente; logra transformar, en poco tiempo, lo foráneo, que asimila y nacionaliza, dándole su cuño. Es ésta la verdadera garantía de la subsistencia de la nacionalidad". Este es el panorama general del siglo XIX, esbozado en síntesis. Para detallar mejor el desenvolvimiento local de dicho siglo, a continuación presentamos las características de las diferentes etapas. PRIMEROS AÑOS DEL SIGLO XIX. Son escasos los datos sobre el desenvolvimiento artístico popular en nuestro país durante los primeros años del siglo XIX. Indudablemente, prosiguió la misma corriente de los últimos años del siglo anterior, y suponemos que nuestro pueblo, tan afecto a las danzas siguió cultivándolas. Nos lo confirma Rengger, quien en la época de Francia dijo: "Antiguamente se organizaban grandes bailes". Lastimosamente, no se registraron crónicas o relatos sobre este tema; todos los autores preocupados o interesados en otras esferas, olvidaron anotar las manifestaciones artísticas. Época de la Independencia - José Gaspar de Francia (1811-1840). Transcribimos un breve pero curioso comentario de Robertson (B 19), que se remonta a la época de la independencia. Este autor nos habla de "caballos bailarines", hecho que se vuelve a mencionar en comentarios de años posteriores. Describiendo una procesión nos dice: "Primero llegó una partida de frailes franciscanos, en caballos bailarines, y precedidos de la banda de música del convento..." "...mientras que sus caballos enseñados a bailar en ocasiones especiales, marchaban al costado de los carruajes..." Otro comentario de Robertson nos dice: "El viejo gobernador Velazco me dijo esa noche con énfasis: "Ah, Sr. Robertson, temo mucho que estemos presenciando la última fiesta que se celebra en el Paraguay"..." Fulgencio R. Moreno, al hablar de Asunción en 1812, época de la reciente independencia, nos dice (B 46): "La ciudad, habitualmente silenciosa, adquiría, sin embargo, más frecuente animación con la celebración de las nuevas fiestas nacionales, las reuniones y tertulias, 3 puestas de moda por la juventud militar del nuevo régimen y las funciones en homenaje a la Virgen de la Asunción, al patrono San Blás, a San Francisco, la Merced y Santo Domingo, en que las bulliciosas fiestas vespertinas, encanto de la esclavatura conventual sucedían al nocturno "toro candil" y las alegres serenatas, que estremecían el tranquilo ambiente de la noche, con los aires nacionales tan hondamente sentidos por el alma paraguaya". Durante el mandato del Dr. Francia, las manifestaciones populares así como las culturales artísticas, no pudieron desarrollarse por las severas costumbres impuestas por él, que dejaron de lado la música y la danza. En los salones casi nada se pudo ver. No obstante esta severidad, el pueblo tenía sus "desahogos" en reuniones privadas, familiares; se podría decir, comunal, ya que en las reuniones en casas particulares se invitaban a un gran número de personas. Tenemos datos de una danza titulada "Gasparina", que se creó en homenaje a Francia; dicha denominación deriva del nombre del mismo. El Dr. Juan Max Boettner, quien realizó innumerables investigaciones en el campo de la música paraguaya, nos ofrece sobre este punto, algunos datos obtenidos en entrevistas personales con Juan E. O'Leary (B 19): "Allá por 1922 me vino a ver un músico llamado Lorenzo González. Era violinista mediocre con unas manos endurecidas por una afección artrítica. Mostrome una danza que, dijo, la encontró por casualidad y que se bailaba en épocas del dictador Francia. Era la "Gasparina". Esa pieza dio ocasión a una obra teatral de Juan E. O' Leary y que fue representada en el Teatro Municipal. La música era parecida a un Minué". Narciso R. Colmán (B 51), publicó unos versos en guaraní de un Cielito que se cantaba en la época del Dr. Francia, llamado "Cielito Pane", con la siguiente anotación: "Cielito Pane". (Cielo adverso). Es el reflejo de la vida de espionaje de aquella época dictatorial. El cantar trasluce el peligro que corre la imprudencia conspiratoria cuando dice el adagio "hasta las paredes oyen". Carlos Antonio López (1841-1862). Época de resurgimiento, ya que el gobierno auspició el progreso en todas las esferas. Como consecuencia de este despertar general y especialmente por el impulso artístico, las danzas alcanzaron un gran florecimiento. Tanto en los salones de las ciudades como bajo las enramadas campesinas, sobresalieron los variados bailes europeos; así también comenzaron a aflorar las danzas del país, como inspiración propia del pueblo. Historiadores de aquella época y conocidos escritores de hoy, nos relatan interesantes pasajes que transcribimos seguidamente: Alejandro Baguet, belga, que estuvo en nuestro país más o menos por el año 1845, nos ofrece un comentario muy interesante (B 48): "Salimos acompañados de un sargento, un soldado y un sirviente. A siete leguas de Itapúa visitamos el pueblo de Carmen (...) habitado por los indios del antiguo pueblo de Itapúa. Hacia las cuatro de la madrugada nuestros oídos fueron dulcemente heridos por una música, monótona aunque no carente de encanto. Era el himno nacional. El cielo de la patria, cantado por jóvenes indios, que cada día, y acompañándose con instrumentos primitivos, vienen a dar una serenata matutina ante la casa del mayordomo. ¡Cuál no fue nuestra maravilla al saber que ninguno de estos músicos conocía una nota de música y que sus propios instrumentos los fabricaron indios de ese pueblo siguiendo viejos modelos de la época jesuítica!". 4 Alfredo Demersay, médico y naturalista francés, estuvo en nuestro país también por el año 1845. A1 hablar de las mujeres paraguayas, nos dice (B 48): "Afables, graciosas, apasionadas por la música y la danza, las mujeres tienen, a semejanza de las de las orillas del Plata, más tacto y finura que los hombres". Francisco Solano López (1862 -1870). Guerra de la Triple Alianza (1864 -1870). Durante este gobierno, y sobre todo en los primeros años, continúa el entusiasmo por las fiestas, bailes, vida teatral, etc. Del mismo modo que se ofrecían continuos bailes para las clases más elevadas, el pueblo tenía su expansión propia con sus bailes populares, a los cuales se entregaban con pasión. Masterman nos dice refiriéndose a la elección de Francisco Solano (B 52): "Su elección fue seguida de una sucesión de suntuosos banquetes bailes y espectáculos". Juan Crisóstomo Centurión (B 59): "Los años 1863 y 1864 fueron fecundos en grandes fiestas populares, ya en festejo de los días festivos, ya en conmemoración del apóstol Sud Americano San Francisco Solano, cuyo nombre llevaba el General Presidente. Por supuesto las fiestas dadas con motivo del aniversario del natalicio del general sobrepujaban en mucho en esplendor a aquellas con que se conmemoraban los sucesos patrios, como que había llegado ya a constituir parte de la creencia del pueblo, de que la persona de aquel simbolizaba todas las glorias nacionales. POSTGUERRA. Época cargada de dificultades por las negativas consecuencias de la guerra. El exterminio de la población, especialmente la masculina, obligó a nuestras mujeres a cubrir la falta del jefe de familia; las mismas se vieron precisadas a dedicarse exclusivamente a mantener y levantar el hogar golpeado por la tragedia. Esta circunstancia, lógicamente trajo una declinación de las actividades musicales y especialmente danzantes. Son muy escasos los datos sobre danzas en los periódicos o escritos de la época, pues casi nada se ha hablado sobre ellas. Se realizaban presentaciones de compañías teatrales, líricas, circenses, etc., que están fuera de nuestro tema. Referente a danza, se comentaba muy esporádicamente con la frase: "se realizó un baile".., pero sin especificar nombres y muchos menos figuras coreográficas. Josefina Plá (B l 8): "... los años 70 y 71 en efecto fueron años bastante modestos en lo que a las empresas de esparcimiento colectivo se refiere; este esparcimiento se vio limitado preferentemente a las formas sociales de la tertulia, las fiestas de compromiso o las veladas musicales y ciertos espectáculos tradicionales, bailes de Kyguá-veras, actuaciones de la banda de indios de Yaguarón con sus "gombas", e incluso "cambarangas" (e127 de diciembre de 1871, fue quizá la última vez que ese espectáculo tuvo carácter de manifestación espontánea y popular)". 5 La misma autora al referirse a la música en la postguerra, y comentar sobre instituciones musicales creadas ya en época de López, nos dice (B 65): "En el nuevo periodo esas instituciones no hacen sino arraigarse y crecer y por tradición adquieren carácter de espectáculo público: durante largas épocas, las retretas y veladas a cargo de la banda de policía se convirtieron en una costumbre capitalina. Ya en 1874 Cavedagni fue contratado oficialmente para organizar y dirigir la banda nacional y como es sabido, fue el autor del primer arreglo del Himno patrio. No encontramos sin embargo, orden municipal alguna tendiendo a la difusión de este arte en forma orgánica: estas iniciativas quedarán libradas durante muchísimos años al estímulo privado: La Municipalidad contribuye cediendo a menudo el Teatro Nacional para la realización de veladas musicales". He aquí un comentario periodístico sobre las actividades de Cavedagni: LA REFORMA, 29 de Setiembre de 1877. "Danzas habaneras. Nuestras bandas de música van a empezar el ensayo de dos preciosísimas habaneras que el señor Cavedagni tiene en su repertorio. Este hábil maestro trata de recrear siempre nuestros oídos con nuevas piezas de música". Carlos R. Centurión (B 38): "Las actividades teatrales en el Paraguay durante la época de transformación, como es lógico suponer, fueron muy precarias. La prolongada y sangrienta guerra que tuvo su final trágico en Cerro Corá, dejó al pueblo en un estado de pauperismo impresionante. Las exigencias de la vida no pudieron darle tiempo para dedicarse a otros menesteres que no fueran los urgentes e imperiosos, para subsistir. No obstante, una década. FINES DEL SIGLO XIX. Se advierte en los salones el apogeo de las danzas europeas, como danzas de moda. En una velada musical realizada el 8 de Setiembre de 1893 en la Legación Brasileña, citada por Juan Max Boettner (B 19), el programa de baile preparado para dicha oportunidad era el siguiente: 1-Cuadrilla 9- Schottisch 2- Vals 10- Polka 3- Polka 11- Cuadrilla 4- Cuadrilla 12- Vals 5- Mazurca 13- Lancero 6- Lancero 14- Mazurca 6 7- Vals 8- Cuadrilla 15- Vals 16- Galop foral. Citamos un solo programa para no caer en repetición, pues todos los redactados en esa época se circunscribían a los mismos bailes. La mayoría de estas danzas se extendió hasta el área campesina. En efecto, las Cuadrillas, los Lanceros, el Chotis, etc. constituyeron danzas muy conocidas en el campo; ellas adquirieron fisonomía local. Las danzas verdaderamente nacionales fueron practicadas por el pueblo que las incluía en las fiestas populares y especialmente en las patronales. En realidad los periódicos poco se ocuparon de informar sobre estos temas. Boettner nos dice que una galopa criolla tuvo lugar en la Plaza, al lado del Mercado, en junio de 1881. COMIENZOS DEL SIGLO XX. PERÍODO ENTRE 1900 A 1920. Son escasos los datos que se disponen en relación a la práctica de nuestras danzas durante las dos primeras décadas de este siglo. Permanece aún la práctica de las danzas de grupo de origen europeo, especialmente la Cuadrilla, pero también vibran de cuando en cuando los aires nacionales. El DIARIO, Lunes 20 de Junio de 1904. (N° 16) (B 68). "Crónica social. ...Una orquesta compuesta de escogidos profesores preludió una melodiosa cuadrilla y comenzó el baile que duró hasta las tres y media de la mañana sin decaer ni un momento siquiera el entusiasmo". El DIARIO, Lunes 27 de Junio de 1904. (N° 22). 7