Subido por María Chávez

Elementos de Derecho Mercantil Mexicano

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RAFAEL DE PINA VARA
ELEMENTOS
DE
DERECHO MERCANTIL
MEXICANO
32a edición
actualizada por
Volga P il a r
de
P ina R avest
Abogada Litigante y Consultora
EDITORIAL PORRÚA
AV. REPÚBLICA ARGENTINA 15
MÉXICO, 2011
P rim e ra edición: 1958
Copyright © 2011
V o l g a G a r c ía M
a r t ín e z
Vda.
de
D e P in a
José María Velasco núm. 91, depto. 1202 ( P .H . 2)
Col. San José Insurgentes, Benito Juárez, 03900,
México, DF
Esta obra y sus características son propiedad de
EDITORIAL PORRÚA, SA de CV 8 + 2
Av. República Argentina 15 altos, col. Centro,
06020, México, DF
www.porrua.com
Queda hecho el depósito que marca la ley
Derechos reservados
ISBN 978-607-09-0904-7
IMPRESO EN MÉXICO
PRINTED IN MEXICO
A Volga, mi esposa y compañera
i
ABREVIATURAS MÁS USADAS
art. artículo
Cód. civ. Código Civil Federal
Cód. com. Código de Comercio
D.O. Diario Oficial de la Federación
frac, fracción
LA
LAC
LAF
LASCAP
LBM
Ley de Aeropuertos
Ley de Aviación Civil
Ley para R egular las A grupaciones Financieras
Ley para R egular las Actividades de las Sociedades Cooperativas
de Ahorro y Préstam o
Ley del Banco de México
LCM Ley de Concursos M ercantiles
LCNBV Ley de la Comisión Nacional B ancaria y de Valores
LCPAF Ley de Caminos, Puentes y A utotransporte Federal
LCS
LIC
LIE
Ley sobre el Contrato de S eguro
Ley de Instituciones de Crédito
Ley de Inversión E xtranjera
LIF Ley Federal de Instituciones de Fianzas
LIS Ley General de Instituciones y Sociedades Mutualistas de Seguros
LFCoE Ley Federal de Com petencia Económ ica
LFCP Ley Federal de C orreduría Pública
LPI Ley de la Propiedad Industrial
LMV Ley del M ercado de Valores
LN Ley de Navegación y Comercio M arítimos
LOAAC Ley de O rganizaciones y Actividades Auxiliares del Crédito
LOAPF Ley O rgánica de la A dm inistración Pública Federal
LRSF
Ley Reglam entaria del Servicio Ferroviario
LSC
LSI
Ley de Sociedades Cooperativas
Ley de Sociedades de Inversión
LSM
Ley de Sociedades M ercantiles
XI
ADVERTENCIA PRELIM INAR
Este volumen que tienes en tus manos, lector amable, es un libro ele­
mental. Así lo expresa su título y así lo ha deseado su autor.
No se ha pretendido otra cosa, al escribirlo, que lo que ahora se
ofrece; sencillamente, una obra dedicada a aquellos que por vez prime­
ra se enfrentan con los temas del derecho mercantil.
Con la sistematización de esta importante rama del derecho nacio­
nal que presentamos, acompañado de las someras explicaciones que
permite una publicación de esta naturaleza, únicamente se pretende en­
señar al que no sabe, no, en modo alguno, a quienes tengan ya aprendi­
da la materia.
Creemos, sin embargo, y esperamos que ello no se tome como aspi­
ración excesiva, que esta obra, modesta, sin duda, puede prestar un
buen servicio a quienes deseen adquirir aquel grado de conocimiento
del derecho mercantil que, aparte de facilitar una visión panorámica de
esta realidad jurídica nacional, Ies coloque en condiciones favorables
para abordar, después, con más profundidad, los variadísimos e impor­
tantes temas que corresponden a esta disciplina.
De todos modos, esta obra, como cualquier otra, quiéralo o no el
autor, queda sometida —por nuestra parte gustosamente— al juicio del
público-lector, en definitiva, supremo juez.
En México, DF, 1958
IX
ABREVIATURAS
XII
LSSS
LTOC
LVGC
ob. cit.
p.
ss.
T.
v. o vid.
Ley de Sociedades de Solidaridad Social
Ley de Títulos y Operaciones de Crédito
Ley de Vías Generales de Comunicación
Obra citada
página
siguientes
Tomo
Véase
INTRODUCCIÓN Y CONCEPTOS GENERALES
Ca p ít u l o I
CONCEPTO DEL DERECHO MERCANTIL
1. EL COMERCIO Y EL DERECHO MERCANTIL
El comercio, en su acepción económica original, consiste esencial­
mente en una actividad de mediación o interposición entre productores
y consumidores, con propósito de lucro. La conveniente división del tra­
bajo impuso la necesidad de que esa acción mediadora fuera realizada
por personas especializadas: los comerciantes. Así, desde el punto de
vista económico, es comerciante la persona que profesionalmente, habi­
tualmente, practica aquella actividad de interposición, de mediación,
entre productores y consumidores.
El derecho mercantil nació precisamente para regular el comercio
o, mejor dicho, los actos y relaciones de los comerciantes propios de la
realización de sus actividades mediadoras.
En su origen, pues, el derecho mercantil aparece estrechamente
unido a la noción económica de comercio y mediante ésta se explicó y
determinó el concepto de aquél. El derecho mercantil fue entonces el
derecho del comercio y de los comerciantes.
Actualmente, sin embargo, es imposible definir al derecho mercantil
por medio de la simple referencia al concepto económico original de
comercio. El campo de aplicación de las normas mercantiles, la materia
mercantil, se ha ampliado más allá de los límites de esta noción. En
efecto, gran parte de los negocios y actos regulados en la actualidad por
el derecho positivo mercantil no tienen relación con aquel concepto eco­
nómico de comercio a que nos hemos referido. Son mercantiles simple­
mente porque la ley los califica como tales, independientemente de que
tengan o no carácter comercial desde el punto de vista estrictamente
económico.
Debe concluirse, pues, que es preciso abandonar el concepto econó­
mico del comercio, porque sobre él no puede basarse una determina­
ción exacta del actual contenido del derecho mercantil. Escribe
Garrigues:1
1 Instituciones de derecho mercantil, M adrid, 1953, p. 4.
4
ELEMENTOS DE DERECHO MERCANTIL MEXICANO
Es verdad que el comercio es el punto de partida histórico del derecho mer­
cantil. O riginariam ente este derecho es un derecho para el comercio o, lo
que es lo mismo, para los com erciantes en el ejercicio de su profesión. Pero
a lo largo de la historia muchas instituciones jurídicas nacidas en el seno
del comercio y p ara el comercio han enriquecido el cam po de la contrata­
ción general y en él se aplican los preceptos de las leyes m ercantiles que
regulan esas instituciones, las cuales, por consiguiente, han dejado de ser
peculiares y exclusivas del comercio en sentido económico. Por eso se afir­
ma hoy con razón que no todo el derecho m ercantil es derecho p ara el co­
mercio, ya que hay sectores enteros del derecho mercantil que se aplican
sin consideración a la finalidad comercial de la operación.
Así pues, el ámbito actual del derecho mercantil (o derecho comer­
cial) es mucho más amplio del que puede desprenderse de la terminolo­
gía usada, y no abarca solamente las relaciones que pertenecen al co­
mercio en su sentido económico. La denominación de nuestra materia
—derecho mercantil, derecho comercial— únicamente tiene un signifi­
cado convencional, que encuentra su razón de ser en la tradición y en el
reconocimiento de la ley.2
Sin embargo, en la actualidad y especialmente en nuestro país como
consecuencia del "envejecimiento" de la legislación mercantil se da el
caso de que existan normas civiles más “modernas", que las que inte­
gran aquélla.
2. CONCEPTO DEL DERECHO MERCANTIL
El carácter elemental de esta obra nos impide examinar las nume­
rosas aportaciones doctrinales que han tratado de determinar la esen­
cia o concepto del derecho mercantil. Nos vemos limitados, por tanto, a
referirnos al concepto del derecho mercantil con absoluto apego al con­
tenido de nuestra legislación vigente.3
En forma general puede afirmarse que nuestro Código de Comercio
delimita la materia mercantil en función de los actos calificados legal­
mente como actos de comercio. La mercantilidad de una relación o acto
encuentra su fundamento en una noción objetiva: el acto de comercio.
El derecho mercantil no es ya, como lo fue en su origen, un derecho de
los comerciantes y para los comerciantes en el ejercicio de su profesión
(sistema subjetivo). El derecho mercantil mexicano vigente es un dere­
cho de los actos de comercio, de los que lo son intrínsecamente, aunque
2 FERRI, Manuale di diritto commerciale, Turín, 1950, p. 3.
3 En el Apéndice I se ha incluido un trabajo del autor con motivo del Centenario del
Código de Comercio, en el cual discute este problema desde una perspectiva histórica.
5
CONCEPTO
en muchos casos el sujeto que los realiza no tenga la calidad de comer­
ciante (sistema objetivo).
Pero, además de regular los actos de comercio, el Código de Comer­
cio contiene numerosas normas sobare el comerciante y la actividad que
éste desarrolla en el ejercicio de su actividad, de su "profesión”. Por eso
el derecho mercantil puede definirse como el conjunto de normas jurí­
dicas que se aplican a ios actos de comercio legalmente calificados
como tales y a los comerciantes en el ejercicio de su profesión.
3. DERECHO MERCANTIL Y DERECHO CIVIL
La existencia en nuestro sistema jurídico de dos regulaciones, una
civil y otra mercantil, o de comercio, hace inexcusable el estudio, aun­
que en forma somera, de las relaciones entre el derecho mercantil y el
derecho civil.
Dentro del derecho privado, el derecho mercantil es, frente al ci­
vil, un derecho especial, ya que del conjunto de las relaciones priva­
das del hombre rigen singularmente aquellas que constituyen la mate­
ria mercantil.
Esto es, el derecho mercantil —derecho especial—, constituye un
sistema de normas que se contrapone al derecho civil —derecho general
o común—. El derecho civil regula las relaciones jurídicas privadas en
general, mientras que el derecho mercantil reglamenta una categoría
particular de relaciones, personas y cosas: aquellas a las que la ley otor­
ga la calidad de mercantiles.
La separación entre derecho mercantil y derecho civil tiene una jus­
tificación —o, mejor dicho, una explicación— de carácter histórico. Se
originó por la insuficiencia e inadaptabilidad del segundo para regular
las relaciones nacidas del tráfico comercial. En efecto, la mayor flexibi­
lidad exigida por la rapidez propia de las relaciones mercantiles, a la
par que una protección más enérgica de la buena fe en la circulación de
los derechos, y la creación o "invención" de nuevas instituciones (lefia
de cambio, sociedad anónima, etc.)» explican, entre otras causas, el na­
cimiento de nuevas normas jurídicas» de un derecho mercantil como un
derecho especial frente al civil.
Sin embargo, no debemos olvidar que nuestra Constitución, al dis­
poner como federal (a partir de 1882), la materia mercantil, establece
como facultades del Congreso General las de legislar en materia de
"comercio". Por tanto, no podemos desligar del derecho mercantil la no­
ción de comercio, a través de la ampliación —a veces abusiva— de tal
concepto.
6
ELEMENTOS DE DERECHO MERCANTIL MEXICANO
4.
LA CONTROVERSIA SOBRE
LA FUSIÓN DE LA LEGISLACIÓN CIVIL
Y LA MERCANTIL. SITUACIÓN EN MÉXICO
Desde hace ya algún tiempo una parte de la doctrina pretende que
han desaparecido las circunstancias —y consecuentemente, las razo­
nes— que hicieron necesario el nacimiento de un derecho especial, pro­
pio de la materia mercantil, y se propone, por tanto, la unificación legis­
lativa de los ordenamientos mercantil y civil.
La controversia sobre la fusión de las legislaciones civil y mercantil
dio lugar hace muchos años a brillantes polémicas doctrinales. Algunos
países —Suiza e Italia— consideraron que la separación tradicional era
injustificada, y regularon unitariamente esas materias.
En México, la polémica sobre el tema de la justificación de la sepa­
ración legislativa de las dos ramas del derecho privado debe detenerse
ante una razón de orden constitucional. En efecto, mientras que la fa­
cultad para legislar en materia de comercio —o mercantil— es propia
del Congreso de la Unión (art. 73, frac. X, de la Constitución Política de
los Estados Unidos Mexicanos), esto es, tiene carácter federal, la facul­
tad para legislar en materia civil corresponde a las legislaturas de los
distintos Estados de la Federación. Es imposible, pues, constitucional­
mente, la unificación de los ordenamientos civiles y mercantiles en
nuestro país.
C a p ít u l o II
EVOLUCIÓN HISTÓRICA D EL DERECHO MERCANTIL
PARTE GENERAL
1. ORÍGENES. EDAD ANTIGUA.
LAS LEYES RODI AS
El comercio, como fenómeno económico y social, se presenta en to­
das las épocas y lugares. Por ello, aun en los pueblos más antiguos pue­
den encontrarse normas aplicables al comercio, o más bien, a algunas
de las relaciones e instituciones a que aquella actividad da origen. Así
sucede en los sistemas jurídicos de Babilonia, Egipto, Grecia, Fenicia,
Cartago, etc.
Sin embargo, en esos sistemas jurídicos no existió un derecho espe­
cial o autónomo, propio de la materia mercantil. Es decir, no existió un
derecho mercantil como hoy lo entendemos, sino tan sólo normas aisla­
das relativas a determinados actos o relaciones comerciales.
Entre esas normas los autores hacen especial mención de las llama­
das leyes rodias (de la isla de Rodas), que en realidad constituyeron la
recopilación de un conjunto de usos sobre el comercio marítimo. Esas
"leyes" han alcanzado fama a través de su incorporación al derecho
romano.
2. DERECHO ROMANO
Tampoco puede hablarse de la existencia de un derecho mercantil
—especial o autónomo— en el sistema jurídico de Roma. De acuerdo
con la opinión más generalizada, la perfección, flexibilidad y adaptabili­
dad del derecho privado romano, merced al jus praetorium u honorarium, hacía satisfactoria su aplicación a todas las relaciones privadas y,
por ende, también a las nacidas del comercio.
Roma no conoció un derecho mercantil como ram a distinta y separada en
el tronco único de] derecho privado (u¿s civilé), entre otras razones, porque
7
8
ELEMENTOS DE DERECHO MERCANTIL MEXICANO
a través de la actividad del pretor fue posible adaptar ese derecho a las ne­
cesidades del tráfico com ercial.1
Sin embargo, dentro del derecho romano encontramos algunas nor­
mas especiales sobre el comercio. Así, las que regulan la responsabili­
dad del patrón de barco, del posadero o del establero, en cuanto a sus
obligaciones de custodiar y devolver las mercancías, equipajes, caballos,
etc., dejados a su cuidado; las acciones exercitoria, institoria y tributada,
respecto a la responsabilidad del pater y del amo en relación con los ac­
tos ejecutados por el filius o por el esclavo en el ejercicio del comercio;
De lege Rhodia de jactu, incluida en el Digesto, que teguló la echazón de
una parte del cargamento de los buques para evitar un peligro inminen­
te; el préstamo a la gruesa (foenus nauticum) y otras.
3. NACIMIENTO DEL DERECHO MERCANTIL
EN LA EDAD MEDIA. LOS GREMIOS.
ESTATUTOS DE LAS CIUDADES MEDIEVALES. LAS FERIAS
El derecho mercantil, como derecho especial y distinto del común,
nace en la Edad Media, y es de origen consuetudinario.
El auge del comercio en esa época, el gran desarrollo del cambio y
del crédito, fueron entre otras las causas que originaron la multiplica­
ción de las relaciones mercantiles, que el derecho común era incapaz de
regular en las condiciones exigidas por las nuevas situaciones y necesi­
dades del comercio. Escribe Uria:2
El nacimiento del derecho m ercantil está ligado íntim am ente a la actividad
de los gremios o corporaciones de m ercaderes que se organizan en las ciu­
dades com erciales medievales p ara la m ejor defensa de los intereses co­
munes de la clase. Las corporaciones perfectam ente organizadas, no sólo
estaban regidas por sus estatutos escritos, que en su mayor p arte reco­
gían prácticas mercantiles, sino que adem ás instituyeron tribunales de
mercaderes (jurisdicción consular), que resolvían las cuestiones surgidas
entre los asociados, adm inistrando justicia según usos o costum bres del
comercio.
Efectivamente, en el seno de los gremios y corporaciones, principal­
mente en las florecientes ciudades medievales italianas, va creándose
un conjunto de normas sobre el comercio y los comerciantes, tendientes
a dirimir las controversias mercantiles, normas de origen consuetudi­
nario, que son aplicadas por los cónsules, órganos de decisión de aque­
llos gremios o corporaciones.
1 Dría, Derecho mercantil, Madrid, 1958, p. 3.
2 Derecho mercantil, pp. 3 y 4.
EVOLUCIÓN HISTÓRICA
9
Estas normas consuetudinarias, y las decisiones mismas de los tri­
bunales consulares, fueron recopiladas en forma más o menos sistemá­
tica, llegando a constituir verdaderos ordenamientos mercantiles de la
época.
Por su importancia, debemos citar entre esas recopilaciones las si­
guientes: el Consulado del Mar, de origen catalán, aplicado por largos
años en los puertos del Mediterráneo occidental; los Rooles de Olerán,
que recogieron las decisiones sobre comercio m arítim o en la costa
atlántica francesa; las leyes de Msfry (de la isla de Gothland), que son
una adaptación o traducción de los Rooles; las Capitulare nauticum, de
Venecia (1255); el Código de las costumbres de Torlosa; el Guidon de la
mer, compuesto en Ruán, que contiene reglas sobre el seguro marítimo
y otras.
También se encuentran normas de carácter mercantil en los estatu­
tos de las entidades medievales, entre los que destacan aquellos que re­
gulaban aspectos del tráfico marítimo. Entre esos estatutos merecen
especial mención las Consuetudini de Genova (1056), el Constitutum
usus de Pisa (1161), el Líber consuetudinum de Milán (1216), la Tabla
amalfitana (siglos XII y x i v ) y los de las ciudades que integraban la liga
hanseática.
No debe olvidarse tampoco la importancia de las ferias medievales
en la formación y fijación de los usos o costumbres mercantiles. Espe­
cialmente las de Champagne, Francfort, Leipzig y Brujas, por su carác­
ter "ínter nacional".
4. CODIFICACIÓN DEL DERECHO MERCANTIL.
LAS ORDENANZAS FRANCESAS Y ESPAÑOLAS.
EL CÓDIGO DE COMERCIO DE NAPOLEÓN.
ESPAÑA, ITALIA, ALEMANIA
La constitución de los grandes Estados europeos, con el consiguien­
te fortalecimiento del poder público, originó que la función legislativa,
antes abandonada al poder de corporaciones de carácter privado, re­
vierta al Estado. Aparecen así las grandes ordenanzas de Colbert, en
Francia, sobre el comercio terrestre (1673) y sobre el comercio marítimo
(1681), y las ordenanzas españolas de Burgos (1495, 1538), Sevilla (1554)
y Bilbao (1531, 1560 y 1737).
Con la promulgación del Código de Comercio francés {Code Napo­
león) de 1807, se inicia la época llam ada de la codificación del derecho
mercantil.
Este código francés cambia radicalmente el sistema del derecho
mercantil porque, inspirado en los principios del liberalismo, lo concibe
no como un derecho de una clase determinada —la de los comercian­
10
ELEMENTOS DE DERECHO MERCANTIL MEXICANO
tes—, sino como un derecho regulador de una categoría especial de ac­
tos: los actos de comercio. Esto es, ese ordenamiento pretende dar al
derecho mercantil una base objetiva, que deriva de la naturaleza comer­
cial intrínseca de los actos a los que se aplica.
A imagen y semejanza del código francés, los demás Estados euro­
peos promulgaron sus respectivos códigos de comercio, también sobre
una base objetiva. Este código francés fue, como dice Asquini,3 un “có­
digo de exportación", como todas las leyes napoleónicas.
En Francia continúa en vigor el Código de Comercio de 1807 (a par­
tir del Io de enero de 1808), con diversas reformas y leyes complementa­
rias. Debe hacerse referencia especial a la nueva ley sobre sociedades
mercantiles, de 24 de julio de 1966, en vigor a partir del Io de febrero de
1967, que ha sido motivo de posteriores reformas.
En España, el código de 1829, obra de Pedro Sainz de Andino, fue
sustituido por el de 1885 en vigor, complementado éste por diversas le­
yes, entre las que destacan las relativas a las sociedades anónimas
(1951) y de responsabilidad limitada (1953).
En Italia, el código albertino de 1829 fue sustituido por el de 1865, y
éste por el de 1882, derogado por el vigente Código Civil de 1942, que
consagra la unificación del derecho privado italiano. Existen además
leyes especiales sobre letra de cambio, pagaré y cheque, sobre quiebras
y otras.
En Alemania, al Código de Comercio de 1861 sigue el de 1900, que
vuelve en cierta forma al sistema subjetivo, para configurar nuevamente
al derecho mercantil tomando como base al comerciante. Es importan­
te la ley de sociedades por acciones de 1937 y la vigente de 1965.
Por último, merece citarse el Código de las Obligaciones suizo (1881,
1911), que regula conjuntamente las materias civil y mercantil.
MÉXICO
5. NUEVA ESPAÑA.
EL CONSULADO DE MÉXICO Y SUS ORDENANZAS
El consulado de la ciudad de México (1592) tuvo una gran impor­
tancia en la formación del derecho mercantil en esta etapa. Al principio
fue regido por las ordenanzas de Burgos y de Sevilla, pero en 1604 fue­
ron aprobadas por Felipe III las ordenanzas del Consulado de la Uni­
versidad de Mercaderes de la Nueva España. En la práctica, las orde­
nanzas de Bilbao tuvieron aplicación constante.
3 Corso di dirilto conterciale, Padua, 1966, p. 7.
EVOLUCIÓN HISTÓRICA
11
En 1795, se crearon los consulados de Veracruz y de Guadalajara.
6. LA INDEPENDENCIA. ÉPOCA ACTUAL
Una vez consumada la Independencia continuaron aplicándose, sin
embargo, las ordenanzas de Bilbao, aunque ya en 1824 fueron suprimi­
dos los consulados.
Por ley de 15 de noviembre de 1841 se crearon los tribunales mer­
cantiles, determinándose en cierta forma los negocios mercantiles so­
metidos a su jurisdicción.
En 1854 se promulgó el prim er Código de Comercio mexicano, co­
nocido con el nombre de Código Lares. Este código dejó de aplicarse en
1855, aunque posteriormente en tiempos del imperio (1863) fue restau­
rada su vigencia. En esos intervalos continuaron aplicándose las viejas
ordenanzas de Bilbao.
En 1883 el derecho mercantil adquirió en México carácter federal,
al ser reformada la fracción X del artículo 72 de la Constitución Política
de 1857, que otorgó al Congreso de la Unión la facultad de legislar en
materia comercial. Con base en esta reforma constitucional se promul­
gó el Código de Comercio de 1884, aplicable en toda la República. Debe
citarse también la Ley de Sociedades Anónimas de 1888.
El Io de enero de 1890 entró en vigor el Código de Comercio de 15
de septiembre de 1889.4
*
En el Apéndice I se presenta un trabajo del autor con motivo del Centenario del
Código de Comercio de 1889 y donde se tratan algunos aspectos históricos del derecho
mercantil en México para quien desee profundizar en el tema.
Ca p ít u l o III
LAS FUENTES DEL DERECHO MERCANTIL
1.
FUENTES DEL DERECHO MERCANTIL
Ha dicho Garrigues:1
La rúbrica fuentes del derecho m ercantil contiene una expresión equívoca,
im puesta por la doctrina tradicionaL No tratam os, en efecto, de las fuentes
del derecho m ercantil como m odos o form as peculiares de m anifestarse
este derecho, sino de las norm as (le g a le s y consuetudinarias) relativas a la
m ateria m ercantil.
Desde este punto de vista deben considerarse como fuentes indiscu­
tibles del derecho mercantil la ley y los usos o costumbres mercantiles.
También puede hablarse en cierta forma de la jurisprudencia como
fuente del derecho mercantil.
2. LA LEY MERCANTIL
Por ley mercantil debemos entender la norma emanada de los órga­
nos de) Estado, destinada a regular la materia mercantil.2
El derecho mercantil es de carácter federal, dado que la Constitu­
ción otorga al Congreso de la Unióa la facultad para legislar en materia
de comercio (art. 73, frac. X). Asimismo, le concede facultades para que
impida restricciones en el comercio entre entidades federativas (art. 73,
frac. IX), legislar en materia de intermediación y servicios financieros y
establecer contribuciones sobre los mismos (art. 73, frac. X y XXIX), es­
tablecer casas de moneda y sus condiciones y regulaciones (art. 73, frac.
XVIII), establecer contribuciones y gravámenes sobre la importación y
exportación de mercancías, regulando el comercio exterior (art. 73,
frac. XIX y art. 131), y expedir leyes tendientes a promover y regular la
inversión extranjera y la transferencia de tecnología (art. 73, frac. XXIXF). De igual manera, la Constitución prohíbe a los Estados gravar o pro1 Instituciones de derecho mercantil, ppt 27 y 28.
2 R0CC0, Principios de derecho mercantil. México, 1947, p. 107.
13
{
14
ELEMENTOS DE DERECHO MERCANTIL MEXICANO
hibir el tránsito de mercancías nacionales o extranjeras. O imponer
contribuciones o derechos sobre importaciones o exportaciones (arts.
117 y 118).
Al hablar de ley mercantil, nos estamos refiriendo a las normas jurí­
dicas (Código de Comercio y leyes mercantiles especiales) emanadas del
Poder Legislativo en uso de las facultades que le son propias. Pero, de
acuerdo con la definición de ley mercantil, comprende a todas las dispo­
siciones establecidas por el Estado, por lo que deben incluirse también
las dictadas por el Poder Ejecutivo, en el ejercicio de su facultad
reglamentaria.
Es decir, empleamos el término “ley" en un sentido amplio.
Así, pues, es fuente del derecho mercantil mexicano el Código de
Comercio de 15 de septiembre de 1889, en vigor desde el día Io de enero
de 1890. De él se ha dicho que es un código muerto,3 "convertido en algo
así como un esqueleto del que penden sólo unos jirones, pues le han
arrancado las materias más importantes”.4 Y así es en efecto. Las relati­
vas a sociedades mercantiles, títulos y operaciones de crédito, bancarias
y bursátiles, seguro, comercio marítimo, quiebras, suspensión de pa­
gos y concursos mercantiles, se encuentran reguladas actualmente por
diversas leyes especiales, que han abrogado en lo conducente las dispo­
siciones del añejo Código de Comercio, y que constituyen también fuen­
tes del derecho mercantil mexicano.
Además de los ordenamientos jurídicos que han derogado parcial­
mente o se desprenden del citado Código, existen otras disposiciones le­
gales que regulan diversas materias mercantiles resultado del desarro­
llo económico como, por ejemplo, la Ley del Mercado de Valores, la Ley de
Comercio Exterior, la Ley Federal de Instituciones de Fianzas, la Ley
de Protección y Defensa del Usuario de Servicios Financieros, etcétera.
Las principales normas mercantiles —o leyes especiales—, además
de las contenidas en el Código de Comercio son:
a) Ley General de Sociedades Mercantiles (D.O. 4 de agosto de 1934);
Ley de Sociedades de Responsabilidad Limitada de Interés Pú­
blico (D.O. 31 de agosto de 1934); Ley de Sociedades de Solidari­
dad Social (D.O. 27 de mayo de 1976); Ley General de Socie­
dades Cooperativas (D.O. 3 de agosto de 1994).
b) Ley General de Títulos y Operaciones de Crédito (D.O. 27 de
agosto de 1932).
c) Ley Monetaria de los Estados Unidos Mexicanos (D.O. 27 de ju­
lio de 1931).
3 R o d ríg u ez R odríguez, Curso de derecho mercantil, México, 1947, T. I, p. 17.
*
MANTILLA Molina, “El proyecto de Código de Com ercio p a ra la República mejica­
n a ’, en Revista de la Facultad de Derecho de México, 1954, núm. 15, p. 145.
LAS FUENTES
15
d) Ley del Banco de México (D.O. 23 de diciembre de 1993).
e) Ley de Instituciones de Crédito (D.O. 18 de juiio de 1990) Ley
General de Organizaciones y Actividades Auxiliares del Crédito
(D.O. 14 de enero de 1985); Ley de Ahorro y Crédito Popular
(D.O. 4 de junio de 2001).
f) Ley del Mercado de Valores (D.O. 30 de diciembre de 2005); Ley
de Sociedades de Inversión (D.O. 4 de junio de 2001).
g) Ley sobre el Contrato de Seguro (D.O. 31 de agosto de 1935);
Ley General de Instituciones y Sociedades Mutualistas de Segu­
ros (D.O. 31 de agosto de 1935).
h) Ley Federal de Instituciones de Fianzas (D.O. 29 de diciembre
de 1950).
i) Ley para regular las Agrupaciones Financieras (D.O. 18 de julio
de 1990).
j) Ley de los Sistemas de Ahorro para el Retiro (D.O. 23 de mayo
de 1996).
k) Ley de Protección y Defensa del Usuario de Servicios Financie­
ros (D.O. 18 de enero de 1999); Ley de Protección al Ahorro
Bancario (D.O. 19 de enero de 1999).
I) Ley de Concursos Mercantiles. (D.O. 12 de mayo de 2000).
m) Ley Federal de Competencia Económica (D.O. 24 de diciembre
de 1992).
n) Ley de Comercio Exterior (D.O. 27 de julio de 1993).
o) Ley Federal de Correduría Pública (D.O. 29 de diciembre de
1992).
p) Ley Federal de Protección al Consumidor (D.O. 24 de diciembre
de 1992).
q) Ley de Vías Generales de Comunicación (D.O. 19 de febrero de
1940); Ley de Caminos, Puentes y Autotransporte Federal (D.O.
22 de diciembre de 1993); Ley de Navegación y Comercio Maríti­
mos (D.O. 1 de junio de 2006); Ley Reglamentaria del Servicio
Ferroviario (D.O. 12 de mayo de 1995); Ley de Aviación Civil
(D.O. 12 de mayo de 1995); Ley Federal de Telecomunicaciones
(D.O. 7 de junio de 1995).
r) Ley de Inversión Extranjera (D.O. 27 de diciembre de 1993).
s) Ley de la Propiedad Industrial (D.O. 27 de junio de 1991).
í) Ley Federal del Derecho de Antor (D.O. 24 de diciembre de 1996).
u) Ley de Cámaras Empresariales y sus Confederaciones (D.O. 20
de enero de 2005).
v) Ley de los Impuestos Generales de Importación y Exportación
(D.O. 18 de junio de 2007).
w) Ley de Sistemas de Pagos (D.O. 12 de diciembre de 2002)
x) Ley de Uniones de Crédito (D.O. 20 de agosto de 2008)
16
ELEMENTOS DE DERECHO MERCANTIL MEXICANO
Además de los ordenamientos legales enlistados —y los correspon­
dientes reglamentos, en su caso— deben considerarse: a) los tratados y
convenciones internacionales de los que México forma parte; y b) el
enorme conjunto de disposiciones en materia de derecho mercantil con­
tenidas en acuerdos, reglas, circulares, etc. emitidas por las instancias
correspondientes del Ejecutivo Federal. Resulta evidente de por sí la
complejidad existente en la regulación de la materia mercantil.
3. LA COSTUMBRE
La costumbre es el modo originario de manifestación de la voluntad
social.
Por lo que se refiere al derecho mercantil, cabe decir que es un de­
recho de formación eminentemente consuetudinaria, ya que gran parte
de sus normas encuentran su origen en los usos comerciales.
Hasta la época de las grandes codificaciones, la costumbre tuvo un
papel preponderante en la reglamentación de las relaciones humanas
—y esto es especialmente cierto por cuanto se refiere al comercio—,
preponderancia perdida posteriormente por la supremacía de la ley es­
crita establecida por el Estado.
La costumbre es la norma creada e impuesta por el uso social. En
cuanto fuente del derecho comprende normas jurídicas que no han sido
promulgadas por los legisladores ni expuestas por los jueces de forma­
ción jurídica, sino que han surgido de la opinión popular y están sancio­
nadas por un largo uso.5 Con relación al derecho mercantil se ha dicho
que la costumbre es un producto espontáneo de las necesidades del
comercio.6
Las normas consuetudinarias se manifiestan por la repetición cons­
tante de ciertos actos, acompañada de un sentido de obligatoriedad
(convicción jurídica). La repetición constante y suficiente de un deter­
minado proceder es el elemento objetivo de la costumbre. Pero la sola
existencia de este elemento no basta. En efecto, ,hay actos que se repiten
continua, regularmente, sin constituir, por eso solo, una costumbre jurí­
dica, una norma consuetudinaria. Para que ésta nazca se requiere la
existencia del elemento subjetivo —sicológico—, consistente en la con­
vicción jurídica. Es decir, requiérese que la repetición se efectúe con el
convencimiento de que tal conducta es obligatoria, de tal modo que otro
sujeto pueda exigirla, y no depende, por tanto del mero arbitrio
subjetivo.
5 VlNOGRADOFF,
Introducción al derecho, México, 1952, p. 106.
Curso de derecho mercantil, T. I, p. 18.
6 R o d ríg u e z R o d ríg u e z ,
17
LAS FUENTES
4.
LA COSTUMBRE COMO FUENTE
DEL DERECHO MERCANTIL MEXICANO
La costumbre es fuente del derecho mercantil mexicano.
Nuestra legislación mercantil hace referencia frecuente a la aplica­
ción de normas consuetudinarias. Así, el Código de Comercio vigente
establece esa aplicación en sus artículos 280 y 1132, fracción IV, que se
refieren a la costumbre, y 304 y 333, que se refieren a los usos.
Por su parte, la Ley de Navegación y Comercio Marítimos, en su ar­
tículo 6o establece la aplicación de los usos y costumbres marítimos
internacionales.
La Ley General de Títulos y Operaciones de Crédito establece que
los actos y operaciones que regula se rigen, a falta de disposición expre­
sa de ley especial o general mercantil, por los usos bancarios y mercan­
tiles (art. 2o, frac. III).
La Ley de Instituciones de Crédito (art. 6o) establece que a falta de
disposición de la legislación mercantil, las operaciones y servicios ban­
carios se regirán por los usos y prácticas bancarios y mercantiles.
La Ley General de Organizaciones y Actividades Auxiliares del Cré­
dito señala que serán supletorios “los usos mercantiles imperantes entre
las organizaciones auxiliares del crédito”, además de las leyes mercanti­
les y el derecho común (art. 9o).
La Ley del Mercado de Valores (art. 5o) dispone que la legislación
mercantil, los usos bursátiles y mercanties y la legislación del orden co­
mún, serán supletorios de la Ley, en el orden citado.
La Ley para regular las Agrupaciones Financieras establece la supletoriedad de "los usos y prácticas mercantiles" (art. 4o) y la Ley de
Sociedades de Inversión la "de los usos bursátiles y mercantiles” (art. 3).
Por último, el art. 8o de la Ley de Concursos Mercantiles dispone
que serán de aplicación supletoria el Código de Comercio, la legislación
mercantil, los usos mercantiles especiales y generales, el Código Fede­
ral de Procedimientos Civiles, y el Código Civil en materia federal, en el
orden citado.
Nuestra legislación, como vemos, emplea indistintamente los térmi­
nos costumbre y usos mercantiles. Conviene, pues, determinar si esas
expresiones significan lo mismo. La doctrina distingue entre usos nor­
mativos y usos contractuales o interpretativos. Los primeros tienen una
validez general, independiente de la voluntad de las partes contratantes.
Los usos contractuales o interpretativos, simplemente concretan o acla­
ran una declaración de voluntad determinada.7 Así, pues, el término
“costumbre” tiene el mismo significado que la expresión "usos normati­
7 RODRÍGUEZ RODRIGUEZ, Curso de derecho mercantil, T. I, p. 19.
18
ELEMENTOS DE DERECHO MERCANTIL MEXICANO
vos". En general, puede decirse que nuestra legislación mercantil, al re­
ferirse indistintamente a usos y costumbres, considera a estos términos
como equivalentes.
En general, debe considerarse a la costumbre como fuente del dere­
cho mercantil en México, cuando alguna norma legal establezca expre­
samente su aplicación a determinada materia o cuando se refiera a al­
guna materia no regulada por la ley mercantil.
En los demás casos en que la ley mercantil no establezca expresa­
mente la aplicación de la costumbre, y a falta de disposición expresa
será aplicable el derecho común, tal como lo previene con toda claridad
el artículo 2o del Código de Comercio.
Constituye excepción a ese sistema general de nuestra legislación
mercantil en materia de aplicación de los usos comerciales, la regla
contenida en el artículo 2o de la Ley General de Títulos y Operaciones
de Crédito.
En efecto, el artículo 2o de la LTOC, dispone que los actos y opera­
ciones que regula se rigen, a falta de disposición expresa de la legisla­
ción mercantil, por los usos bancarios y mercantiles, antes que por el
derecho común, que sólo será aplicable cuando no exista precepto legal
mercantil o usos. Igual sistema previenen las leyes de Organizaciones y
Actividades Auxiliares del Crédito, del Mercado de Valores, para regu­
lar las Agrupaciones Financieras y de Sociedades de Inversión.
En todo caso, no debe admitirse la aplicación de costumbres con­
trarias a disposiciones expresas de la ley, ni las que se funden en actos
ilícitos o contrarios a los principios de orden público.
5.
CLASIFICACIÓN Y JERARQUÍA
DE LOS USOS Y COSTUMBRES MERCANTILES
Desde el punto de vista de su ámbito espacial de vigencia los usos
mercantiles pueden clasificarse en generales (o mejor dicho, nacionales
y regionales, esto es, los comunes a todo un país o región) y locales
(aquellos propios de una plaza determinada).
Por el ámbito material de su vigencia podemos clasificar a los usos
en generales —propios de toda la actividad mercantil— y especiales,
qué se refieren a una clase particular de actividad mercantil.
El uso especial debe prevalecer siempre sobre el uso general. Así lo
reconoce expresamente la fracción III del artículo 2o de la LTOC, al es­
tablecer la primacía de los usos bancarios (usos especiales) sobre los
mercantiles (usos generales). En igual forma la Ley del Mercado de Va­
lores (art. 5) se refiere a usos bursátiles (especiales) y mercantiles (gene­
rales), y el artículo 4) de la Ley de Instituciones de Crédito, a usos ban­
carios (especiales y mercantiles generales).
19
LAS FUENTES
Debe hablarse también de usos internacionales. Los cambios intro­
ducidos y generados por el llamado proceso de globalización económica
tanto en las prácticas comerciales como en las legislaciones nacionales,
obligan a poner una enorme atención sobre el tópico de los usos inter­
nacionales. Puede hablarse al respecto de dos grandes visiones: a) la
que los definía como las prácticas obligatorias establecidas por diferen­
tes instrumentos jurídicos que nacían y eran definidas por el comercio
entre las naciones; y b) la que sostiene que se trata de una serie de prin­
cipios y disposiciones generales referidas al marco del comercio inter­
nacional, sin referencia alguna a los sistemas jurídicos nacionales.8
6. LA JURISPRUDENCIA
La jurisprudencia se define como el criterio de interpretación judi­
cial de las normas jurídicas de un Estado que prevalece en las resolu­
ciones de un tribunal supremo o de varios tribunales superiores, y se
inspira en el propósito de obtener una interpretación uniforme del dere­
cho en los casos que la realidad presenta a los jueces.9
Ahora bien, puede discutirse la calificación de fuente del derecho
que pretende otorgarse a la jurisprudencia, en virtud de que la norma
jurídica contenida en una resolución judicial solamente es aplicable al
caso concreto, especial, planteado en una controversia.
El artículo 192 de la Ley de Amparo declara que la jurisprudencia
que establezca la Suprema Corte de Justicia, funcionando en Pleno o en
Salas, es obligatoria para éstas, en tratándose de las que decrete el Ple­
no, y además para los Tribunales Unitarios y Colegiados de Circuito, los
Juzgados de Distrito, los tribunales militares y judiciales del orden co­
mún de los Estados, Distrito Federal y tribunales administrativos y del
trabajo, locales o federales.
Las resoluciones constituirán jurisprudencia, siempre que lo resuel­
to en ellas se sustente en cinco sentencias ejecutorias ininterrumpidas
por otra en contrario, que hayan sido aprobadas por lo menos por ocho
ministros si se tratara de jurisprudencia del pleno, o por cuatro minis­
tros, en los casos de jurisprudencia de las salas.
También constituyen jurisprudencia las tesis que diluciden las con­
tradicciones de sentencias de las Salas (art. 192 de la ley citada).
Por su parte, el artículo 193 de la Ley de Amparo señala que la ju­
risprudencia que establezca cada uno de los Tribunales Colegiados de
*
Por el carácter elemental del texto, no podemos profundizar en el tema, pero su­
gerimos ampliamente la consulta del Nuevo Derecho Mercantil de Acosta Romero y Lara
Luna, pp. 71-83.
’ De Pina, Elementos de derecho civil mexicano, México, 1995, vol. pp. 142-143.
20
ELEMENTOS DE DERECHO MERCANTIL MEXICANO
Circuito es obligatoria para los Tribunales Unitarios, los Juzgados de
Distrito, los tribunales militares y judiciales del fuero común de los Es­
tados y del Distrito Federal, y los tribunales administrativos y del traba­
jo, locales o federales.
Las resoluciones de los tribunales colegiados de circuito constituyen
jurisprudencia siempre que lo resuelto en ellas se sustente en cinco sen­
tencias no interrumpidas por otra en contrario, y que hayan sido apro­
badas por unanimidad de votos de los magistrados que integran cada
tribunal colegiado.
La jurisprudencia establecida se interrumpe, (dejando de tener ca­
rácter obligatorio) o se modifica, en los términos del artículo 194 de la
Ley de Amparo.
7. LA APLICACIÓN SUPLETORIA DEL DERECHO CIVIL
Y DEL DERECHO PROCESAL CIVIL
La supletoriedad del derecho común está establecida en el artículo
2o del Código de Comercio que señala: "A falta de disposiciones de este
ordenamiento y las demás leyes mercantiles, serán aplicables a los actos
de comercio las del derecho común contenidas en el Código Civil aplica­
ble en materia federal". Esta nueva redacción deriva de la reforma al
Código citado por decreto publicado el 24 de mayo de 1996 que, a la
vez, estableció en el artículo Io que los actos de comercio se regirán por
lo dispuesto por el código y "las demás leyes mercantiles aplicables".
Por otro lado, según decreto publicado en el D.O. el día 29 de mayo
de 2000, el "Código Civil para el Distrito Federal en materia común y
para toda la República en materia federar pasó a ser Código Civil Fede­
ral; y, a su vez, por decreto publicado en la Gaceta Oficial del Distrito
Federal el día 25 de mayo de 2000, se adoptó el Código Civil exclusiva­
mente de carácter local.
Con las reformas señaladas se resuelven varios problemas relacio­
nados con la aplicación supletoria del derecho común, en particular: a)
la determinación del concepto de derecho común; b) la determinación
de si era aplicable el derecho común emanado de las disposiciones legis­
lativas de los Estados, o bien un “derecho común federal"; y c) si en ri­
gor podía hablarse de un “derecho común federal", considerando que la
materia civil es de orden local.
Adicionalmente se clarifica la aplicación de la supletoriedad del de­
recho común en leyes como la LTOC, la LIC, la LN, la LMV y la LSI, que
declaraban aplicable el Código Civil del Distrito Federal y que ahora se
refieren al Código Civil Federal. Más adelante, en diciembre de 2008,
se reforman diversas disposiciones del Código de Comercio, creando
una jerarquía supletoria de tres niveles: en primera instancia, se aplica­
LAS FUENTES
21
rá la norma mercantil, en caso de que la misma no regule la institución
prevista se acudirá a la legislación Civil Federal y sólo en lo no contem­
plado por la segunda, se aplicará la legislación civil local que
corresponda.
En todo caso, el derecho común —y el Código Civil Federal— no
debe ser considerado como fuente del derecho mercantil; solamente es
un derecho de aplicación supletoria.
En general, el derecho común sólo debe aplicarse a falta de disposi­
ción expresa de la legislación mercantil. En materia de títulos y opera­
ciones de crédito y de operaciones con valores la aplicación supletoria
del derecho común requiere, además, que no existan usos bancarios,
bursátiles o mercantiles.
El Libro Quinto del Código de Comercio, referido a los juicios mer­
cantiles, fue reformado de manera amplia por el decreto publicado el 24
de mayo de 1996 en el DOF y más adelánte por decreto de 17 de abril de
2008. La supletoriedad de la legislación procesal civil local queda esta­
blecida en el texto del artículo 1063 de la siguiente manera:
Los juicios m ercantiles se su bstanciarán de acuerdo a los procedim ientos
aplicables conforme este Código, las leyes especiales en m ateria de com er­
cio y en su defecto por el Código Federal de Procedim ientos Civiles y en
último térm ino por el Código de Procedim ientos Civiles local.
Se mantiene lo señalado por el artículo 1054 que dispone que, a fal­
ta de convenio expreso o compromiso arbitral de las partes, y siempre y
cuando las leyes mercantiles no establezcan un procedimiento o suple­
toriedad expresa: se aplicarán las disposiciones del Código de Comercio
y, en su defecto, supletoriamente el Código Federal de Procedimientos y
en caso de que éste no regule suficientemente la institución respectiva,
se acudirá a la ley procesal local de que se trate.
Sin embargo, otras leyes mercantiles sustentan criterios diferentes.
La Ley de Concursos Mercantiles (D.O. 12 de mayo de 2000), por ejem­
plo, establece en su artículo 8o la supletoriedad del Código Federal de
Procedimientos Civiles, modificando incluso el criterio de la anterior
Ley de Quiebras y Suspensión de Pagos que hacía referencia al Código
de Procedimientos Civiles del Distrito Federal. La LN, la LMV y la LSI
declaran también aplicables supletoriamente las disposiciones del Códi­
go Federal de Procedimientos Civiles.
C a p ít u l o IV
LOS ACTOS DÉ COMERCIO
1. LA MATERIA MERCANTIL.
CONTENIDO DEL DERECHO MERCANTIL MEXICANO
Hemos dicho que el derecho mercantil es, frente al civil, un derecho
especial, porque del conjunto de las relaciones privadas regula particu­
larmente aquellas que constituyen la materia mercantil.
Esto nos conduce al problema de la delimitación de la materia co­
mercial y, más concretamente, a la determinación del contenido del de­
recho mercantil mexicano.
El Código de Comercio, en su artículo Io, establece que los actos
comerciales sólo se regirán por lo dispuesto en él y las demás leyes mer­
cantiles aplicables.1 De aquí pudiera desprenderse que el contenido de
nuestro derecho mercantil lo constituyen los actos de comercio. Sin em­
bargo, otras disposiciones del propio Código de Comercio desmienten
esa afirmación literal tan categórica. En efecto, el Código de Comercio
contiene normas no solamente aplicables a los actos de comercio, sino,
además, a los comerciantes en el ejercicio de su actividad peculiar.
Por tanto, el contenido de nuestro derecho mercantil está constitui­
do por el conjunto de normas reguladoras de los actos de comercio y de
los comerciantes y su actividad profesional, y de esta consideración de­
riva nuestro concepto del derecho mercantil, expuesto en el capítulo I
de esta obra.
2. LOS ACTOS DE COMERCIO
Ahora bien, aunque no es exacta, como ya dijimos, la afirmación le­
gal de que el ordenamiento mercantil sea exclusivamente regulador de
1
El articulo Io fue reformado por el decreto publicado el 24 de mayo de 1996, para
quedar en los términos señalados. Vale la pena recordar que la redacción anterior era la
siguiente: ‘Artículo 1°.—Las disposiciones de este código son aplicables sólo a los actos
comerciales".
23
24
ELEMENTOS DE DERECHO MERCANTIL MEXICANO
los actos de comercio, sí puede sostenerse que la noción de acto de co­
mercio es fundamental.
En efecto, la materia mercantil, de acuerdo con el sistema de nues­
tro Código de Comercio, está delimitada en razón de los actos de co­
mercio, aunque éstos no constituyan su único contenido.
Esto no quiere significar —ha escrito a este respecto G arrigues—,* que el
acto de comercio absorba por completo el derecho mercantil. Significa sen­
cillamente que el acotam iento del derecho m ercantil se realiza por medio
de los actos de comercio, porque son ellos los que reclam an un tratam iento
distinto al de los actos sometidos al derecho civil.
Con la reserva señalada puede afirmarse que el derecho mercantil
en México es —principalmente— el derecho de los actos de comercio.
3. LA DEFINICIÓN DEL ACTO DE COMERCIO
La doctrina ha sido fecunda en definiciones del acto de comercio;
también lo ha sido en su crítica a las formuladas. Ninguna definición de
acto de comercio es aceptada unánimemente. Su noción, por sus múlti­
ples facetas, parece haber escapado, a pesar de los arduos esfuerzos de
destacados mercantilistas, a los límites precisos de una definición. Los
autores, en su mayoría, la consideran inalcanzable.
Nuestro Código de Comercio no define al acto de comercio; se limi­
ta a enumerar —casuísticamente— una serie de actos a los que otorga
ese carácter.
4. SISTEMAS PARA LA DETERMINACIÓN
DE LOS ACTOS DE COMERCIO
Existen dos sistemas al respecto: el subjetivo y el objetivo. Según el
primero, un acto será mercantil, esto es, acto de comercio, cuando lo
ejecute un comerciante. La calidad mercantil del sujeto otorga a los ac­
tos su carácter comerciah“Be acuerdo con el sistema objetivo, los actos
son calificados de mercantiles en virtud de sus caracteres intrínsecos,
cualquiera que sea el sujeto que los realice.
En su origen el derecho mercantil fue subjetivo y profesional, en
cuanto regulaba al comerciante en el ejercicio de su actividad. Poste­
riormente, a partir del Código de Comercio francés de 1807, el derecho
mercantil adoptó un criterio predominantemente objetivo, para regular
los actos de comercio sin consideración de la persona que los realiza.
Actualmente es notoria la tendencia de la doctrina y de la legislación
1 Instituciones de derecho mercantil, p. 47.
LOS ACTOS DE COMERCIO
25
para configurar nuevamente al derecho mercantil como un derecho
profesional y subjetivo, regulador de la profesión de los comerciantes (o
empresarios).
Ahora bien, conviene señalar como acertadamente sostiene Garrigues,3 que “las expresiones «sistema subjetivo» y «sistema objetivo» tie­
nen sólo un valor relativo y sirven para designar el enfoque predomi­
nantemente personal o predominantemente real que sucesivamente ha
tenido el derecho mercantil en la historia”.
Nuestro Código de Comercio adopta en esta materia un sistema
mixto, aunque predominantemente objetivo. En efecto, algunos de los
actos de comercio que regula derivan su mercantilidad de sus propias
características, lo son en sí y por sí, sin importar la calidad de la perso­
na que los lleva a cabo; otros actos, en cambio, tienen el carácter de
mercantiles precisamente por la circunstancia de ser realizados por un
comerciante, esto es, por la consideración de la calidad de la persona
que los ejecuta.
5. ENUMERACIÓN DE LOS ACTOS DE COMERCIO
“El catálogo de los actos de comercio del derecho mexicano —ha
dicho Mantilla Molina4— se encuentra, principal, pero no exclusivamen­
te, en el artículo 75 del Código de Comercio.” En efecto, además de la
enumeración de los actos de comercio contenida en el citado artículo 75
del Código de comercio, también encontramos declaración sobre la
mercantilidad de determinados actos en la LTOC, en la LIF, y en otros
ordenamientos que regulan materias de carácter económico.
Sin embargo, dentro de las pretensiones de esta obra, debemos limi­
tarnos simplemente a enumerar, en forma más o menos ordenada, los
distintos actos a los que nuestra legislación otorga el carácter de comer­
ciales, sin abordar los problemas que plantearía una clasificación siste­
mática de los mismos.
Así, de acuerdo con nuestra legislación, son actos de comercio:
a) Compraventa. 1) Las adquisiciones y enajenaciones verificadas
con propósito de especulación comercial de artículos, muebles o
mercaderías, sea en estado natural, sea después de trabajados
o labrados (art. 75, frac. I, Cód. com.); 2) Las compras y ventas
de bienes inmuebles, verificadas con propósito de especulación
comercial (art. 75, frac. II, Cód. com.); 3) La enajenación que el
propietario o cultivador hagan de los productos de su finca o de
su cultivo (art. 75, frac. XXIII, Cód. com.); 4) Las compras y
3 Instituciones de derecho mercantil, p. 48.
4 Derecho Mercantil, México, 1961, p. 58.
26
ELEMENTOS DE DERECHO MERCANTIL MEXICANO
b)
c)
d)
e)
f)
g)
h)
i)
j)
k)
ventas de porciones, acciones y obligaciones de las sociedades
mercantiles (art. 75, frac. III, Cód. com.).
En general, son actos de comercio las compraventas que se efec­
túen con el propósito directo y preferente de traficar (art. 371,
Cód. com.) y las que tengan por objeto cosas mercantiles.
Permuta. La permuta es mercantil y, por tanto, acto de comer­
cio, con las salvedades que impone su naturaleza, en los mismos
supuestos en que lo es la compraventa (art. 388 Cód. com.).
Arrendamiento. Los alquileres efectuados con propósito de espe­
culación, de artículos, muebles o mercaderías (art. 75, frac. I,
Cód. com.). En todo caso, el arrendamiento de bienes inmuebles
queda regido siempre por el derecho civil, ya que es de naturale­
za esencialmente civil.
Cesión. La cesión de créditos mercantiles que no sean al porta­
dor ni endosables (art. 389 Cód. com.).
Comisión. Las operaciones de comisión mercantil (art. 75, frac.
XII, Cód. com.).
Mediación. Las operaciones de mediación en negocios mercanti­
les (art. 75, frac. XIII, Cód. com.)Préstamo. El préstamo, cuando se contrae en el concepto y con
expresión de que las cosas prestadas se destinan precisamente a
actos de comercio. Se presume mercantil el préstamo que se
contrae entre comerciantes (art. 358 Cód. com.).
Transporte. El contrato de transporte: 1) Cuando tenga por obje­
to mercaderías o cualesquier efectos de comercio; 2) Cuando
siendo cualquiera su objeto sea comerciante el porteador o se
dedique habitualmente a verificar transportes al público (art.
576, Cód. com.).
Depósito. 1) Los depósitos por causa de comercio (art. 75, frac.
XVII, y 332 Cód. com.); 2) Los depósitos de cosas objeto de co­
mercio (art. 332 Cód. com.); 3) Los depósitos en almacenes ge­
nerales (arts. 75, frac. XVIII, Cód. com. y Io LTOC).
Seguros. Los contratos de seguro de toda especie, siempre que
sean hechos por empresas (art. 75, frac. XVI, Cód. com.).
Crédito y banca. Las operaciones de banca y de crédito son, en
general”, de naturaleza mercantil (arts. 75, frac. XIV, Cód. com.
y Io LTOC). I. Operaciones de crédito: 1) Reporto (art. Io y 259
LTOC); 2) Descuento de créditos en libros (arts. Io y 288 LTOC);
3) Apertura de crédito (arts. Io y 291 LTOC); 4) Cuenta corriente
(arts. Io y 302 LTOC); 5) Carta de crédito (arts. Io y 311 LTOC); 6)
Crédito confirmado (arts. Io y 317 LTOC); 7) Crédito de habilita­
ción o avío (arts. L° y 321 LTOC); 8) Crédito refaccionario (arts.
Io y 323 LTOC). II. Operaciones bancarias: 1) Depósito bancario
LOS ACTOS DE COMERCIO
I)
m)
n)
o)
p)
q)
r)
s)
27
de dinero (arts. Io y 267 LTOC); 2) Depósito bancario de títulos
(arts. Io y 276 LTOC); 3) Operaciones de depósito de ahorro; 4)
Operaciones fiduciarias; fideicomiso {arts. Io y 381 LTOC); 5)
Servicios bancarios; 6) Y, en general las operaciones contenidas
en la LTOC (art. 75 frac. XXIV Cód. com).
Prenda mercantil (arts. Io y 334 LTOC).
Fianza. Las fianzas y los contratos que en relación con ellas
otorguen o celebren las instituciones de fianzas, son mercantiles
para todas las partes que intervienen, excepción hecha de la ga­
rantía hipotecaria (Art. 2 LIF).
Títulos de crédito. I) Los actos, contratos y operaciones que ten­
gan por objeto títulos de crédito (art. 75, fracs. III, IV y XVIII,
Cód. com.); 2) La emisión, expedición, endoso, aval, aceptación
y las demás operaciones que se consignen en los títulos de crédi­
to (art. 75, fracs. XIX y XX, Cód. com., Io LTOC).
Operaciones bursátiles (LMV).
Sociedades mercantiles. Todos los actos relativos a la constitu­
ción, funcionamiento, modificación, disolución, liquidación, fu­
sión y transformación de sociedades mercantiles (LSM).
Contrato de asociación en participación (art. 253 LSM).
Empresas. Los actos relativos a la organización, explotación
traspaso o liquidación de empresas: I) Abastecimientos y sumi­
nistros (art. 75, frac. V, Cód. com.); 2) Construcciones y trabajos
públicos y privados (art. 75, frac. VI, Cód. com.); 3) Fábricas y
manufacturas (art. 75, frac. VII, Cód. com.); 4) Transporte de
personas o cosas (art. 75, frac. VIII, Cód. com.); 5) Turismo (art.
75, frac. VIII, Cód. com.); 6) Librerías, editoriales y tipográficas
(art. 75, frac. IX, Cód. com.); 7) Comisiones (art. 75, frac. X,
Cód. com.); 8) Agencias (art. 75, frac. X, Cód. com.); 9) Oficinas
de negocios comerciales (art. 75, frac. X, Cód. com.); 10) Esta­
blecimiento de ventas en pública almoneda (art. 75, frac. X, Cód.
com.); 11) Casas de empeño (art. 75, frac, X, Cód. com.); 12) Em­
presa naviera (art. 2, frac. IX, LN).
Comercio marítimo. Todos los contratos relativos al comercio
marítimo y a la navegación interior y exterior (art. 75, frac. XV,
Cód. com., y Ley de Navegación): 1) Contrato de fletamento o
arrendamiento (art. 114 y 119, LN); 2) Contrato de transporte de
mercancías por agua (art. 128 y ss., LN); 3) Contrato de trans­
porte de pasajeros por agua (arts. 138 y ss., LN); 4) Contrato de
remolque transporte (art. 148 y ss., LN); y 5) Contrato de seguro
marítimo (regulado por los arts. 186 y ss. de la Ley de Navega­
ción y Comercio Marítimo).
28
ELEMENTOS DE DERECHO MERCANTIL MEXICANO
t) Obligaciones de los comerciantes y sus empleados y obligaciones
entre comerciantes y banqueros. 1) Las obligaciones de los comer­
ciantes, a no ser que se pruebe que derivan de una causa extra­
ña al comercio (art. 75, frac. XX, Cód. com.); 2) Las obligaciones
entre comerciantes y banqueros, si no son de naturaleza esen­
cialmente civil (art. 75, frac. XXI, Cód. com.); 3) Las obligacio­
nes de los empleados de los comerciantes, en lo que concierne al
comercio del negociante que los tiene a su servicio (art. 75, frac.
XXII, Cód. com.).
Por el contrario, según disposición del artículo 76 del Código de Co­
mercio, no son actos de comercio la compra de artículos o mercaderías
que para su uso o consumo, o los de su familia, hagan los comerciantes,
ni las reventas hechas por los obreros, cuando ellas fueren consecuen­
cia natural de la práctica de su oficio.
6. LA AMPLIACIÓN ANALÓGICA DE LOS ACTOS
DE COMERCIO. CARÁCTER DE LA ENUMERACIÓN
DEL ARTÍCULO 75 CÓD. COM
La enumeración legal de los actos de comercio contenida en el ar­
tículo 75 del Código de Comercio no es limitativa o taxativa, sino sim­
plemente enunciativa. En efecto, la fracción XXV del artículo 75 del Có­
digo de Comercio establece expresamente que cualesquiera otros actos
de naturaleza análoga a los listados en dicho precepto, tendrán, asimis­
mo, el carácter de actos de comercio.
Prevé así el Código de Comercio la ampliación de la lista de los ac­
tos de comercio, mediante la analogía, para regular todos los casos no
expresamente contemplados. El fundamento de la analogía —ha escrito
Coviello—5 es el principio sumo de la igualdad jurídica el cual exige que
casos semejantes deben ser disciplinados por normas semejantes.
Por tanto, de acuerdo con nuestra legislación mercantil, los diversos
actos de comercio enumerados "son susceptibles de interpretación ex­
tensiva y analógica, para el efecto de considerar como comerciales a
actos u operaciones semejantes a los comprendidos en los catálogos
legales".6
Establece el artículo 75 del Código de Comercio, en su parte final,
que la naturaleza comercial del acto, en caso de duda, será fijada por
arbitrio judicial.
5 Doctrina general del derecho civil (trad. esp. de Felipe de J. Tena), México, 1949,
p. 93.
6 BARRERA GRAF, Tratado de derecho mercantil, México, 1957, vol. I, pp. 145 y 146.
29
LOS ACTOS DE COMERCIO
7. EL ACTO MIXTO
Existen situaciones en las que al celebrarse un negocio jurídico,
normalmente un contrato bilateral en el que se establecen prestaciones
recíprocas, una de las partes realiza un acto de comercio y la otra un
acto meramente civil. Esto sucede, por ejemplo, cuando alguna persona
adquiere en una negociación comercial determinada mercancía. Para el
comprador el acto tendrá carácter civil; para el comerciante, para el ti­
tular de la negociación vendedora, el acto será de naturaleza mercantil*
En estos casos en que el acto realizado puede ser para una de las
partes de carácter mercantil, y p ara la otra meramente civil, se habla de
actos mixtos, o como lo prefiere el maestro Mantilla Molina, de actos
unilateralmente mercantiles.
Surge en relación con dichos actos mixtos un grave problema de
aplicación del derecho: ¿debe aplicarse la ley mercantil o la civil?
La solución de nuestro Código de Comercio es sólo parcial, en cuan­
to se refiere exclusivamente al aspecto procesal del problema. En efecto,
el artículo 1050 del Código de Comercio dispone:
Cuando conform e a las disposiciones mercantiles, para una de las p artes
que intervienen en un acto, éste tenga naturaleza comercial y para la o tra
tenga naturaleza civil la controversia que del mismo se derive se regirá
conforme a las leyes m ercantiles.
Capítulo V
LA EM PRESA
1. CONCEPTO
La empresa, como figura jurídica, es un concepto problemático. No
existe, de hecho, una definición legal que la englobe en su complejidad.
Nuestra legislación mercantil no reglamenta a la empresa en forma or­
gánica, sistemática, considerada como unidad económica. Se limita a
regular en forma particular algunos de sus elementos (por ejemplo: las
obligaciones fiscales, las obligaciones laborales, las marcas, las paten­
tes, etc.).
Se ha planteado incluso la imposibilidad de definir a la empresa,
como unidad económica, jurídicamente. Barrera Graf señala que:
la empresa o negociación mercantil es una figura de índole económica,
cuya naturaleza intrínseca escapa al derecho. Su carácter complejo y pro­
teico, la presencia en ella de elementos dispares, distintos entre sí, persona­
les unos, objetivos o patrimoniales otros (...) hace de la empresa una insti­
tución imposible de definir desde el punto de vista jurídico.
La cantidad de elementos y circunstancias que pueden concurrir o
no en la empresa sí pueden, en su particularidad, expresarse a través de
figuras y conceptos jurídicos.1
La realización de actos de comercio presupone la función de apor­
ta r al mercado general de bienes o servicios, con fines de lucro. Esta
actividad es realizada por el comerciante —individual o social— a tra­
vés de la organización de los elementos patrimoniales y personales ne­
cesarios, elementos que en su conjunto integran su empresa. De aquí la
definición de carácter económico: la empresa es la organización de una
actividad económica que se dirige a la producción o al intercambio de
bienes o servicios para el mercado.2 Barassi ha dicho, en el mismo senti­
do, que la empresa es la organización profesional de la actividad econó­
mica del trabajo y del capital tendiente a la producción o al cambio.
1 Barrera G raf, Instituciones de Derecho Mercantil, pp. 81-82.
2 BARRERA Graf , Tratado de Derecho Mercantil, vol. I, p. 174.
31
32
ELEMENTOS DE DERECHO MERCANTIL MEXICANO
E] Código de Comercio se refiere a la empresa en diferentes partes
de su articulado, particularmente en el artículo 75 que enumera los ac­
tos de comercio, sin definirla de manera expresa. Sin embargo, otras
leyes hacen referencia a tal definición. La Ley Federal del Trabajo, en su
artículo 16 señala que "... se entiende por empresa la unidad económica
de producción o distribución de bienes o servicios...".
La Ley de Concursos Mercantiles define al comerciante como la
persona física o moral que tenga ese carácter conforme al Código de
Comercio, comprendiendo en el concepto al patrimonio fideicomitido
cuando se afecte a la realización de actividades empresariales. Asimis­
mo incluye las sociedades agrupadas, sean controladoras o controladas
(art. 4o frac. II LCM). Esta ley introduce el concepto de "pequeño comer­
ciante" que son aquellos cuyas obligaciones vigentes y vencidas, en con­
junto, no superen el equivalente a 400 mil Unidades de Inversión (UDIs)
(art. 5o LCM).
Por su parte, la Ley de Cámaras Empresariales y sus Confederacio­
nes (D.O. 20 de enero de 2005) señala que por comerciantes se entende­
rá las personas físicas y morales con actividades empresariales que rea­
licen actividades de comercio, servicios y turismo que se encuentren
establecidos y sujetos a un régimen fiscal (art. 2, frac. III), asimismo,
define a los industriales como las personas físicas y morales con activi­
dades empresariales que realicen actividades industriales extractivas,
de transformación y sus servicios que se encuentren establecidos y suje­
tos a un régimen fiscal (art. 2, frac. IV). Si bien esta definición excluye a
los informales como comerciantes, debe entenderse que no los conside­
ra más bien empresarios o industriales, por solo tratar de los estableci­
dos o regulares, lo cual debe entenderse únicamente para efectos de di­
cha Ley, pues su falta de regularidad o establecimiento no es motivo
para señalar que aquéllos no puedan reputarse en derecho comercian­
tes, pues tal carácter se los dará la actividad que realicen, si ésta se
considera acto de comercio y si hacen del mismo —sea formal o infor­
malmente— su ocupación ordinaria, de conformidad con el Código de
Comercio.
Dicha Ley de Cámaras Empresariales, publicada 2005, abrogó la de
1996, que contenía de manera correcta, la definición de empresarios, en
lugar de la de comerciantes, pues con esta última disposición se contra­
dice claramente lo dispuesto por el Código de Comercio, que no señala
que para ser comerciante deba tenerse establecimiento y estar sujeto a un
régimen fiscal, sino simplemente que debe hacerse del comercio su ocu­
pación ordinaria (art. 3o, Cod. com.), yendo además más allá de su obje­
to de regulación, que son precisamente las cámaras empresariales, más
no el comerciante.
Además, cabe anotar que en tratándose de personas morales con
33
LA EMPRESA
actividad comercial, es decir, de Sociedades Mercantiles, aún cuando
no sean regulares, es decir, que no estén inscritas en el Registro Público
de Comercio, y que consten o no en escritura pública, tienen personali­
dad jurídica (distinta a la de los socios), una vez que éstas se hayan exte­
riorizado como tales frente a terceros (art. 2o, LSM), como se analizará
más adelante. Por tanto, la falta de regularidad no es motivo para consi­
derar que no cuentan con el carácter de comerciante.
Por su parte, el Código Fiscal de la Federación, más que definir, cla­
sifica a la empresa como la persona física o moral que realice las activi­
dades siguientes: 1. Las comerciales, que son las que tienen tal carácter
de conformidad con la legislación federal; 2. Las industriales entendi­
das como la extracción, conservación o transformación de materias pri­
mas, acabado de productos y elaboración de satisfactores; 3. Las agríco­
las, exceptuando la transformación industrial de sus productos; 4. Las
ganaderas, exceptuando la transformación industrial de sus productos;
5. Las de pesca, exceptuando la transformación industrial de sus pro­
ductos; y 6. Las silvícolas, exceptuando la transformación industrial de
sus productos (art. 16, Código Fiscal).
La Ley Federal de Competencia Económica define a los "agentes
económicos", que pueden ser personas físicas o morales, dependencias o
entidades de la administración pública federal, estatal o municipal, aso­
ciaciones, agrupaciones de profesionistas o cualquier otra forma de par­
ticipación en la actividad económica.
2. PRINCIPIO DE LA CONSERVACIÓN
DE LA EMPRESA
A pesar de no existir una reglamentación orgánica de la empresa,
numerosas disposiciones reconocen la existencia de la empresa y procu­
ran evitar la desintegración de la unidad económica que representa, en
beneficio de la economía nacional. Así, por ejemplo y en forma clara y
terminante, la Ley de Concursos Mercantiles establece en su artículo Io
que "es de interés público conservar las empresas y evitar que el incum­
plimiento generalizado de las obligaciones de pago ponga en riesgo la
viabilidad de las mismas y de las demás con las que mantenga una rela­
ción de negocios” (art. Io LCM).
3. ELEMENTOS DE LA EMPRESA
Los elementos de la empresa son el empresario (comerciante indivi­
dual o social), la hacienda y el trabajo.
Estos elementos deben ser considerados en su conjunto, en íntima
comunión que deriva de la finalidad misma de la empresa y de su
organización.
34
ELEMENTOS DE DERECHO MERCANTIL MEXICANO
A. E l
e m p r e s a r io
La empresa puede ser manejada por una persona física (comercian­
te individual) o por una sociedad mercantil (comerciante social); se ha­
bla, según el caso, de empresario individual o empresario social. El em­
presario es el dueño de la empresa, el que la organiza y maneja con
fines de lucro.
B. L a ha cien d a
o pa tr im o n io d e la e m pr e sa
Se denomina hacienda al conjunto de los elementos patrimoniales
que pertenecen a la empresa; esto es, el conjunto de bienes materiales e
inmateriales organizados por el empresario para el ejercicio de su acti­
vidad mercantil. La hacienda está constituida por los bienes y medios
con los cuales se desenvuelve una actividad económica y se consigue el
fin de la empresa.3 La hacienda es el patrimonio de la empresa.
C. EL TRABAJO
Otro elemento de la empresa está constituido por el personal al ser­
vicio de la misma. Se ha dicho con frecuencia que es fundamental en la
empresa la organización del trabajo ajeno. La condición y relaciones de
este personal se rigen por la Ley Federal del Trabajo.
4. EL ESTABLECIMIENTO
En términos genéricos, el establecimiento es el local donde se ubica
la empresa, esto es, el lugar donde se instala y desarrolla su actividad
mercantil. Además de su establecimiento principal, la empresa puede
contar con sucursales (establecimientos secundarios).
La Ley Federal del Trabajo reputa como establecimiento "la unidad
técnica que como sucursal, agencia u otra forma semejante, sea parte
integrante y contribuya a la realización de los fines de la empresa” (art.
16). El Código Fiscal de la Federación señala que se entenderá por esta­
blecimiento cualquier lugar de negocios en el que se desarrollen, parcial
o totalmente, las actividades de la empresa (art. 16).
El lugar de ubicación de la empresa produce importantes efectos
jurídicos. Entre otros, determina la competencia judicial y registral, en
los negocios en que la empresa interviene. Asimismo, determina el do­
micilio fiscal de las personas físicas o morales de acuerdo al lugar don­
de se encuentre el asiento principal de sus negocios (Código Fiscal de la
Federación, art. 10).
3 BARRERA G r a f, Tratado de derecho mercantil, vol. I, p. 219.
35
LA EMPRESA
5. EL DERECHO DE ARRENDAMIENTO
(PROPIEDAD COMERCIAL)
La doctrina conoce con el nombre de propiedad comercial, al con­
junto de derechos reconocidos al empresario sobre el local arrendado
en el cual se encuentra ubicada su empresa (establecimiento).
A veces el empresario no es el propietario de este local, sino que dis­
pone de él en virtud de un contrato de arrendamiento, con el carácter de
arrendatario. Es indiscutible la im portancia e influencia del lugar
del establecimiento para el éxito de determinadas empresas (atracción de
la clientela, v.gr.). Por tanto, el empresario tiene enorme interés sobre
dicho local.
Algunas legislaciones mercantiles tutelan especialmente esos dere­
chos del empresario sobre el local arrendado. La nuestra es omisa al
respecto; deja la regulación de esta materia al derecho común, que no
protege adecuadamente, desde el punto de vista comercial, los intereses
del empresario sobre su establecimiento.
El artículo 2398 del Código Civil limita a veinte años el término de
los arrendamientos de fincas destinadas al comercio o a la industria.
Por su parte, el artículo 2480 del Código Civil prohíbe al arrendata­
rio subarrendar el local o ceder sus derechos sin el consentimiento del
arrendador (ver, además, art. 2489, frac. III, Cód. civ.), concediéndole
como único derecho, el de la rescisión del contrato, cuando la oposición
del arrendador es infundada (art. 2492 Cód. civ.).
6. EL NOMBRE COMERCIAL
De acuerdo con la Ley de la Propiedad Industrial (LPI)4 debemos
entender por nombre comercial el de una empresa o establecimiento in­
dustrial, comercial o de servicios.
El artículo 105 de la LPI establece que el nombre comercial y el de­
recho a su uso exclusivo están protegidos sin necesidad de registro, y
dicha protección abarcará la zona geográfica de la clientela efectiva de
la empresa o establecimiento, y se extenderá a toda la República si exis­
te difusión masiva y constante a nivel nacional del mismo.
Quien esté usando un nombre comercial, podrá solicitar al Instituto
Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI) la publicación en la Gaceta
4
Publicada en el Diario Oficial de ¡a Federación de 27 de junio de 1991. Su denomi­
nación original era 'Ley de Fomento y Protección a la Propiedad Industrial’, la que se
modificó por el decreto que reformó la ley, publicado el 2 de agosto de 1994. Esta ley
abrogó la Ley de Invenciones y Marcas de 1976 y la Ley sobre el Control y Registro de la
Transferencia de Tecnología y el Uso de Explotación de Patentes y Marcas de 1982.
36
ELEMENTOS DE DERECHO MERCANTIL MEXICANO
que edita mensualmente dicho Instituto, donde se da a conocer toda la
información de interés sobre la propiedad industrial y donde se hace
la publicación legal sobre patentes, registros, declaratorias de notorie­
dad o fama de marcas, entre otros, publicación que sólo establece la
presunción de buena fe en el uso y adopción del nombre comercial y no
el registro. De no existir nombre comercial idéntico o semejante en gra­
do de confusión, aplicado al mismo giro, en trámite o publicado con
anterioridad, o una marca en trámite de registro o ya registrada, idénti­
ca o semejante en grado de confusión, que ampare productos o servicios
iguales o similares y que tenga relación con el giro preponderante de la
empresa o establecimiento que solicite publicar su nombre comercial, se
procederá a hacer la publicación cuyos efectos durarán diez años a par­
tir de la fecha de presentación de la solicitud de publicación, pudiendo
renovarse por periodos de la misma duración. De no renovarse, cesarán
sus efectos. Cabe entender, entonces, que en principio adquiere el dere­
cho al nombre comercial la persona que primero lo aplica a una empre­
sa o establecimiento mercantil —aunque no lo disponga así de manera
expresa la LP1.
No serán publicados los nombres comerciales que carezcan de ele­
mentos que hagan distinguir a la empresa de otros de su género, ni tam­
poco aquellos que contravengan lo dispuesto en el art. 90 de la LPI para
el registro de marcas (vid supra).
El nombre comercial puede constituir una marca, en términos del
art. 89 de la LPI.
En la transmisión de una empresa o establecimiento se comprende­
rá el derecho de uso exclusivo del nombre comercial, salvo estipulación
en contrario (art. 111, LPI).
El nombre comercial se regirá en lo que sea aplicable y a falta de
disposición especial por lo establecido en la LPI para marcas.
7. LOS AVISOS COMERCIALES
Llamamos avisos comerciales —dice Rodríguez Rodríguez—5 a
cualquier combinación de letras, dibujos o de cualesquiera otros ele­
mentos que tengan señalada originalidad y sirvan para distinguir fácil­
mente a una empresa o a determinados productos de los demás de su
especie. Esto es, los emblemas, lemas y demás objetos o palabras que se
emplean para diferenciar una empresa de otra y atraer sobre ella, o sus
productos, la atención del público (art. 636 del Proyecto de Código de
Comercio mexicano).
La LPI señala que se considera aviso comercial, de acuerdo con su
5 Curso de derecho mercantil, T. 1, p. 397.
37
LA EMPRESA
art. 100, a las frases u oraciones que tengan por objeto anunciar al públi­
co establecimientos o negociaciones comerciales, industriales o de ser­
vicios, productos o servicios, para distinguirlos fácilmente de los de su
especie. El derecho exclusivo para ser usados se obtendrá mediante re­
gistro ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial.
La ley distingue entre avisos comerciales cuyo objeto sea anunciar
productos o servicios, y aquellos cuyo objeto sea anunciar cualquier es­
tablecimiento o negociación. Para los primeros, deberá especificarse
con claridad en la solicitud de registro de qué productos o servicios se
trata. Para los segundos, el art. 102 de la LPI establece que el registro
no amparará, en estos casos, productos o servicios, aun cuando estén
relacionados con la empresa., establecimiento o negociación.
El registro de un aviso comercial tendrá vigencia de diez años a
partir de la fecha de presentación de solicitud y podrá renovarse por
periodos de la misma duración. La abrogada Ley de Invenciones y Mar­
cas establecía que, después de diez años, los avisos comerciales pasaban
al dominio público y por tanto no podían volver a ser registrados como
avisos.
La LPI establece que los avisos comerciales, en donde no haya dis­
posición específica aplicable, se regirán por lo establecido por la ley
para las marcas (vid supra).
8. LAS MARCAS
Son los signos visibles que distinguen productos o servicios de otros
de su misma clase o especie en el mercado. Podrá ser usada por in­
dustriales, comerciantes o prestadores de servicios y el derecho a su uso
exclusivo se obtiene mediante registro ante el Instituto Mexicano de la
Propiedad Industrial que expedirá un título por cada marca como
constancia.
De acuerdo con el art. 93 de la LPI las marcas serán registradas en
relación a productos o servicios determinados o clases de productos o
servicios de acuerdo a la clasificación establecida por el reglamento de
la ley. Asimismo, el art.'94 señala que una vez efectuado el registro de una
marca, no podrá aumentarse el número de productos o servicios que
proteja; la protección de un producto o servicio con una marca ya regis­
trada, requerirá de nuevo registro.*
Los efectos del registro de una m arca durarán diez años y podrá
renovarse por períodos de la misma duración. La abrogada Ley de In­
6
La abrogada Ley de Invenciones y M arras reconocía dos tipos de marcas: a) nor­
mativas, aquellas formadas por una denominación; y b) emblemáticas, las formadas con
signos, símbolos o figuras. Asimismo, a diferencia de la actual ley, distinguía entre m ar­
cas industriales y marcas comerciales, adem ás de reconocer las marcas de servicios.
38
ELEMENTOS DE DERECHO MERCANTIL MEXICANO
venciones y Marcas establecía un período de cinco años, prorrogables
en forma indefinida. Por otro lado, mientras la Ley de Invenciones y
Marcas anterior exigía el requisito de "uso efectivo y continuo” para re­
novar el registro de una marca, la actual LPI en su art. 130 establece
que si una marca no es usada durante tres años consecutivos, procede­
rá la caducidad de su registro, salvo causa justificada.
Una marca puede ser constituida por los signos siguientes: a) deno­
minaciones y figuras visibles, suficientemente distintivas, susceptibles
de identificar productos o servicios a que se apliquen, frente a los de su
misma clase o especie; b) las formas tridimensionales; c) nombres co­
merciales y denominaciones o razones sociales; y d) el nombre propio de
una persona física, siempre que no exista un homónimo registrado ya
como marca o nombre comercial publicado (art. 89, LPI).
Según el art. 90 de la LPI, no se registrarán como marca: a) deno­
minaciones, figuras o formas tridimensionales que se expresen de ma­
nera dinámica; b) nombres técnicos o de uso común de productos o ser­
vicios que pretenden ampararse con la marca, así como las palabras
que en el lenguaje corriente o en las prácticas comerciales se hayan
convertido en designación genérica o usual de los mismos; c) formas
tridimensionales que sean del dominio público de uso común, y aquellas
que carezcan de originalidad, o la forma usual de los productos o la im­
puesta por la naturaleza o su función industrial; d) denominaciones, fi­
guras o formas tridimensionales que, considerando el conjunto de sus
características, sean descriptivas de productos o servicios que traten de
protegerse como marca, así como las palabras que describan o indiquen
la especie, calidad, cantidad, destino, valor, lugar de origen o épocas de
producción; e) letras, números o colores aislados, a menos de ser acom­
pañados por elementos que les otorguen carácter distintivo; f) la traduc­
ción a otros idiomas, la ortografía caprichosa o la construcción artifi­
cial de palabras; g) las que reproduzcan sin autorización banderas,
escudos o emblemas de cualquier país, estado, municipio, etc. así como
denominaciones o siglas de organismos internacionales así como su de­
nominación verbal; h) denominaciones geográficas, mapas así como
gentilicios, nombres y adjetivos, cuando indiquen procedencia de pro­
ductos o servicios y puedan originar confusión en cuanto a su proce­
dencia; i) denominaciones de poblaciones o lugares caracterizados por
la fabricación de ciertos productos, excepto nombres de lugares de pro­
piedad particular cuando sean especiales e inconfundibles y se cuente
con el consentimiento del propietario; j) nombres, seudónimos, firmas y
retratos de personas, sin consentimiento de los interesados; k) títulos de
obras literarias, artísticas o científicas y personajes ficticios o simbóli­
cos, salvo consentimiento del autor; l) denominaciones, figuras o formas
tridimensionales susceptibles de engañar al público o inducir a error;
II) denominaciones, figuras o marcas tridimensionales iguales o seme­
39
LA EMPRESA
jantes a una marca que el IMPI estime o haya declarado notoriamente
conocida en México; m) denominaciones, figuras o formas tridimensio­
nales, iguales o semejantes en grado de confusión a una marca que el
IMPI estime o haya declarado famosa; n) una marca que sea idéntica o
semejante en grado de confusión a otra en trámite de registro presenta­
da con anterioridad o a una registrada y vigente, aplicada a los mismos
o similares productos o servicios; y o) una marca que sea idéntica o se­
mejante en grado de confusión, a un nombre comercial aplicado a una
empresa o a un establecimiento industrial, comercial o de servicios,
cuyo giro preponderante sea la elaboración o venta de los productos o la
prestación de los servicios que se pretendan amparar con la marca, y
siempre que el nombre comercial haya sido usado con anterioridad a la
fecha de presentación de la solicitud de registro de la marca o la de uso
declarado de la misma.
Lo anterior, de acuerdo con los afrts. 98, 104 y 112 de la misma LPI
es aplicable también para la negativa de registro de marcas colectivas y
avisos comerciales y a la publicación de nombres comerciales.
El titular de una marca registrada puede autorizar (licenciar) a una
o más personas como usuario de los productos o servicios que ampare
la misma. El usuario de la licencia deberá vender los productos o pres­
tar los servicios de la misma calidad que los fabricados o prestados por
el titular de la marea. El titular de una marca puede, asimismo, trans­
mitirla en los términos y con las formalidades especificadas por la legis­
lación común.
La LPI sanciona, en su Título Séptimo, la falsificación, imitación y
el uso ilegal de marcas y productos amparados por éstas. Asimismo
sanciona penalmente la invasión de derechos de una marca registrada
(art. 223 y ss.).
9. FRANQUICIA
De acuerdo con el art. 142 de la LPI existirá franquicia cuando con
la licencia de uso de una marca se transm itan conocimientos técnicos o
se proporcione asistencia técnica, para que la persona a quien se conce­
de pueda producir o vender bienes o prestar servicios de manera unifor­
me y con los métodos operativos, comerciales y administrativos estable­
cidos por el titular de la marca, de tal forma de mantener la calidad,
prestigio e imagen de los productos o servicios que la marca distingue.
10. MARCAS COLECTIVAS
La LPI establece la figura de m arca colectiva que será aquella que
las asociaciones legalmente constituidas de productores, fabricantes,
comerciantes o prestadores de servicios, solicitarán se registre para dis-
40
ELEMENTOS DE DERECHO MERCANTIL MEXICANO
tinguir en el mercado sus productos o servicios respecto de los que no
forman parte de dichas asociaciones (art, 96 y ss.). Las marcas colecti­
vas no podrán transmitirse a terceras personas y su uso es reservado
para los miembros de la asociación. En lo que no haya disposición espe­
cial, las marcas colectivas se regirán por lo dispuesto en la ley para las
marcas.
11. LAS PATENTES
Se denomina patente al privilegio de explotar en forma exclusiva un
invento o sus mejoras. Recibe también el nombre de patente el docu­
mento expedido por el Estado, en el que se reconoce y confiere tal dere­
cho de exclusividad.
El art. 9 de la LPI dispone que la persona física que realice una in­
vención, o su causahabiente, tendrán el derecho exclusivo de explotarla
en su provecho, por sí o por otros con su consentimiento. Este derecho
se otorgará a través de patente. Los titulares de patentes podrán ser
personas físicas o morales. En el caso de que las invenciones sean reali­
zadas por personas sujetas a una relación de trabajo, el art. 14 de la LPI
establece que se aplicará lo dispuesto en el árt. 163 de la Ley Federal
del Trabajo.
El art. 15 de la LPI define a la invención como toda creación huma­
na que permita transformar la materia o la energía que existe en la na­
turaleza, para su aprovechamiento por el hombre, a través de la satis­
facción inmediata de una necesidad concreta. En esta definición quedan
comprendidos los procesos o productos de aplicación industrial.
Así, los requisitos de patentabilidad de las invenciones, de conformi­
dad con los arts. 16 y 17 de la LPI son los siguientes: a) Novedad, para lo
cual se considerará el estado de la técnica en la fecha de presentación
de la solicitud de patente o de fecha de prioridad reconocida. Se consi­
dera estado de la técnica el conjunto de conocimientos técnicos que se
han hecho públicos mediante una descripción oral o escrita, por la ex­
plotación o por cualquier otro medio de difusión o información, en el
país o en el extranjero. Para determinar el estado de la técnica se estará
también a todas las solicitudes de patente presentadas en México con
anterioridad a las fechas señaladas y que se encuentren en trámite; b)
Actividad inventiva, definida como el proceso creativo cuyos resultados
no se deduzcan del estado de la técnica en forma evidente para un téc­
nico en la materia; y c) Aplicación industriql, es decir, la posibilidad de
que una invención tenga una utilidad práctica o pueda ser producida o
utilizada en cualquier rama de la actividad económica, para los fines
que se describan en la solicitud respectiva, esto, de conformidad con
lo que dispone la fracción IV del artículo 12 de la LPI.
LA EMPRESA
41
La LPI (art. 19) señala que, para sus efectos, no se consideran inven­
ciones: a) los principios teóricos o científicos; b) los descubrimientos que
consistan en dar a conocer o revelar algo que ya existía en la naturale­
za, aun cuando fuese desconocido con anterioridad por el hombre; c) los
esquemas, planes, reglas y métodos para realizar actos mentales, juegos
o negocios y los métodos matemáticos; d) los programas de computa­
ción e) las formas de presentación de información; f) las creaciones esté­
ticas y las obras artísticas o literarias; g) los métodos de tratamiento
quirúrgico, terapéutico o de diagnóstico o aplicables al cuerpo humano
y los relativos a animales; y h) la yuxtaposición de invenciones conoci­
das o mezclas de productos conocidos, su variación de uso, forma, de
dimensiones o de materiales, salvo que se trate de su fusión o combina­
ción de los mismos, de tal forma que no pudieran funcionar por separa­
do o bien, que las funciones, cualidades o características sean modifica­
das para obtener un resultado industrial o un uso no obvio para un
técnico en la materia.
El art. 16 de la LPI introdujo modificaciones sustanciales en las que
se consideran o no invenciones patentables. La patentabilidad o no que­
da restringida en la LPI a materia viva y señala por tanto que no serán
patentables: a) los procesos esencialmente biológicos para la produc­
ción, reproducción y propagación de plantas y animales; b) el material
biológico y genético tal como se encuentra en la naturaleza; c) las razas
animales; d) el cuerpo humano y las partes vivas que lo componen y e)
las variedades vegetales.
Las patentes confieren los derechos siguientes: a) el derecho exclusi­
vo de su explotación o provecho. Este derecho tiene una vigencia impro­
rrogable de veinte años, contados a p artir de la fecha de presentación de
la solicitud (arts. 9 y 23 de la LPI); b) el derecho de autorizar a otros la
utilización de la patente, concedido mediante una licencia. La conce­
sión de una licencia no excluye la posibilidad de otorgar otras licencias
o de explotar simultáneamente la patente por el titular (arts. 9, 63 y 67);
c) la transmisión parcial o total de sus derechos en los términos y con
las formalidades que establezca la legislación común (art. 62); y d) el
derecho a ser mencionado como inventor en la patente y también el de­
recho de oponerse a tal mención (art. 13 de la LPI).
La patente además impone cargas y obligaciones a su titular: el
pago de derechos para mantener su vigencia, bajo pena de caducidad, y
fundamentalmente la explotación de la invención que ampara el territo­
rio nacional. Esta obligación (carga) de explotación es particularmente
importante, por las consecuencias que su incumplimiento acarrea.
Para efectos de la LPI, el derecho exclusivo de explotación de la in­
vención patentada, le confiere a su titular las prerrogativas de impedir a
otras personas que fabriquen, usen, vendan, ofrezcan en venta o impor­
ten sin su consentimiento, el producto patentado; o bien, cuando la pa­
42
ELEMENTOS DE DERECHO MERCANTIL MEXICANO
tente recae sobre un proceso, el derecho de impedir a otros que lo utili­
cen o que usen, vendan, ofrezcan en venta o importen el producto
obtenido directamente de ese proceso, sin su consentimiento.
Las consecuencias del incumplimiento de la obligación de explota­
ción son las siguientes: a) Licencias obligatorias. Si tres años después del
otorgamiento de la patente, o cuatro años de la presentación de la solici­
tud, según lo que ocurra más tarde, la patente no ha sido explotada,
cualquier persona podrá solicitar al Instituto la concesión de una licen­
cia obligatoria. Se excluyen los casos en que existan causas justificadas
para no explotarla, o bien, cuando el titular de la patente o a quien se le
haya otorgado licencia contractual hayan realizado la importación del
producto o del proceso necesario para obtener el producto patentado
(art. 70, LPI).
Antes de conceder la primera licencia obligatoria, el Instituto dará
oportunidad al titular para que, en el plazo de un año, proceda a su ex­
plotación. Previa audiencia de las partes, el Instituto decidirá sobre la
concesión de la primera licencia obligatoria; de resolver concederla, fi­
jará su duración, condiciones, campo de aplicación y monto de las rega­
lías que correspondan al titular de la patente (art. 72, LPI). Quien goce
de una licencia obligatoria deberá iniciar la explotación de la patente
dentro del plazo de dos años a partir de la fecha en que se le hubiere
concedido; de no cumplirse este plazo, procederá la revocación de la li­
cencia (art. 75, LPI). La licencia obligatoria no será exclusiva (art. 76).
b)
Caducidad. Si dos años después de haberse concedido la primera
licencia obligatoria, el titular de la patente no comprueba su explotación
o la existencia de una causa justificada que la impida, el Instituto podrá
declarar la caducidad de la patente (art. 73, LPI). Los efectos de la cadu­
cidad —que derivan también, como dijimos, del no cubrimiento del
pago de derechos— son que los derechos amparados por las patentes
pasan a dominio público y cualquiera puede explotarlos libremente. El
vencimiento de la vigencia de la patente es asimismo supuesto de cadu­
cidad (art. 80, LPI).
Por causas de emergencia o seguridad nacional y mientras duren
éstas, incluyendo enfermedades graves declaradas de atención priorita­
ria por el Consejo de Salubridad General, el Instituto, mediante decla­
ración publicada en el D.O., determinará que la explotación de ciertas
patentes se haga mediante concesión de licencias de utilidad pública, en
los casos en que, de no hacerlo así, se impida, entorpezca o encarezca la
producción, prestación o distribución de satisfactores básicos o medica­
mentos para la población (art. 77, LPI).
La invasión de los derechos que otorga una patente se sanciona pe­
nalmente por la LPI (art. 223 y ss.), independientemente de las acciones
civiles tendientes a la reparación y al pago de los daños y perjuicios
correspondientes.
43
LA EMPRESA
La LPI ya no considera los "certificados de invención" previstos en
la Ley de Invenciones y Marcas como sistemas de protección adicional y
especial sobre invenciones.
12. LOS MODELOS DE UTILIDAD
La LPI distingue esta nueva figura y la define como los objetos,
utensilios, aparatos o herramientas que, como resultado de una modifi­
cación en su disposición, configuración, estructura o forma, presenten
una función diferente respecto de las partes que lo integran o ventajas
en cuanto a su utilidad (art. 28, LPI).
Los modelos de utilidad serán registrables siempre y cuando sean
nuevos y susceptibles de aplicación industrial. El registro tendrá una
vigencia de diez años improrrogables, contados a la fecha de presenta­
ción de la solicitud y sujetos al pago de derechos correspondientes. El
registro de los modelos de utilidad tiene las limitaciones y derechos que,
en general, se otorgan a las patentes y se encuentra sancionado penal­
mente su uso ilegal (art. 223 y ss., LPI).
13. LOS DISEÑOS INDUSTRIALES
La LPI establece que serán registrables los diseños industriales que
sean nuevos y susceptibles de aplicación industrial. Se entiende la nove­
dad de un diseño cuando éste sea de creación independiente y difiera en
grado significativo de diseños conocidos o de combinaciones de caracte­
rísticas conocidas de diseños. La protección conferida a los diseños in­
dustriales no comprende los elementos o características que estuviesen
dictados únicamente por consideraciones de orden técnico o por la rea­
lización de una función técnica, y que no incorporan ningún aporte ar­
bitrario del diseñador; ni aquellos elementos o características cuya re­
producción exacta fuese necesaria para perm itir que el producto que
incorpora el diseño sea montado mecánicamente o conectado con otro
producto del cual constituya una parte o pieza integrante, esta limita­
ción no se aplicará tratándose de productos en los cuales el diseño radi­
ca en una forma destinada a permitir el montaje o la conexión múltiple
de los productos o su conexión dentro de un sistema modular. No se
protege un diseño industrial cuando su aspecto comprende únicamente
los elementos o características a que se refiere el párrafo anterior (art.
31, LPI).
Los diseños industriales comprenden: a) los dibujos industriales, que
son toda combinación de figuras, líneas o colores que se incorporen a
un producto industrial con fines de ornamentación y que le den un as­
pecto peculiar y propio; b) los modelos industriales, constituidos por
44
ELEMENTOS DE DERECHO MERCANTIL MEXICANO
toda forma tridimensional que sirva de tipo o patrón para fabricación
de un producto industrial, que le dé apariencia especial en cuanto no
implique efectos técnicos (art. 32, LPI).
El registro de diseños industriales tendrá una vigencia de quince
años improrrogables a partir de la fecha de solicitud de la presentación
y está sujeto al correspondiente pago de derechos.
El registro de diseños industriales concede a sus titulares los mis­
mos derechos que los otorgados a las patentes y su uso ilegal es igual­
mente sancionado por la LPI (art. 223 y ss.).
14. EL SECRETO INDUSTRIAL
La LPI establece esta figura en el marco de la propiedad industrial,
dedicándole su Título Tercero. Se define por secreto industrial a toda
información de aplicación industrial, que guarde una persona física o
moral con carácter confidencial, que le signifique obtener o mantener
una ventaja competitiva o económica frente a terceros en la realización
de actividades económicas y respecto de la cual haya adoptado los me­
dios o sistemas suficientes para preservar su confidencialidad. La infor­
mación de un secreto industrial deberá referirse a la naturaleza, carac­
terísticas o finalidades de los productos; a los métodos o procesos de
producción; o a los medios o formas de distribución o comercialización
de productos o prestación de servicios. Asimismo, la información debe­
rá constar en documentos, medios electrónicos o magnéticos, microfilmes o instrumentos similares (arts. 82 y 83, LPI).
No se considera secreto industrial la información que sea del domi­
nio público, que resulte evidente para un técnico en la materia o la que
deba divulgarse por disposición legal u orden judicial. No se considera
que un secreto industrial entra a dominio público aquella información
proporcionada a la autoridad por una persona que la posea como secre­
to industrial, cuando la proporcione con objeto de obtener licencias,
permisos, registros o cualesquiera actos semejantes (art. 82, LPI).
El secreto industrial podrá transmitirse o autorizar su uso a un ter­
cero, quedando el usuario obligado a no divulgarlo por ningún medio.
Los convenios respectivos podrán establecer cláusulas de confidenciali­
dad (art. 84, LPI).
Quien tenga acceso, por su trabajo, desempeño de su profesión o re­
lación de negocios, a un secreto industrial, está obligado a no revelarlo,
cuando se le haya prevenido de su confidencialidad (art. 85, LPI). Asi­
mismo, la persona física o moral que contrate a un trabajador con obje­
to de obtener secretos industriales, o quien los obtenga ilícitamente, es­
tarán obligados al pago de daños y perjuicios al poseedor del secreto
industrial.
45
LA EMPRESA
El art. 223 de la LPI sanciona penalmente a quien se apodere sin
derecho de un secreto industrial, para usarlo o revelarlo a un tercero, y
a quien use la información de un secreto industrial que conozca por su
trabajo, ejercicio profesional o relación de negocios, sin consentimiento
de quien guarde el secreto industrial.
15. LA DENOMINACIÓN DE ORIGEN
El Estado podrá emitir declaraciones de protección a las denomina­
ciones de origen, definidas como el nombre de una región geográfica
del país que sirva para designar un producto originario de la misma y
cuya calidad o características se deban exclusivamente al medio geo­
gráfico comprendiendo en éste los factores naturales y humanos (art.
156, LPI).
La declaración de protección de' una denominación de origen se
hará de oficio o a petición de quienes tengan interés jurídico que, en
términos de la ley, son los siguientes: a) personas físicas o morales que
se dediquen a la extracción, producción o elaboración del producto o
productos que se pretendan am parar con la denominación de origen; b)
las cámaras o asociaciones de fabricantes o productores: y c) las depen­
dencias o entidades de gobierno federal y de los gobiernos de las entida­
des de la Federación (art. 158, LPI).
La protección a las denominaciones de origen se inicia a partir de la
declaración respectiva que haga el Instituto, y será sancionado el uso
ilegal de la misma, incluyendo los casos en que venga acompañada de in­
dicaciones como "género", “tipo", “m anera”, "imitación", etc., que creen
confusión en el consumidor o impliquen competencia desleal (art. 157,
LPI). El Estado mexicano será titular de la denominación de origen y
ésta sólo podrá usarse por autorización expedida por el Instituto que
durará diez años pudiendo ser renovada por períodos iguales. El dere­
cho a usar una denominación de origen podrá ser transmitido en térmi­
nos de la legislación común; podrá asimismo permitir su uso a quienes
distribuyan o vendan productos de sus marcas.
El Instituto, por conducto de la Secretaría de Relaciones Exteriores,
tram itará el registro de las denominaciones de origen para obtener re­
conocimiento internacional conforme a los tratados internacionales
(art. 168, LPI).
El art. 223 y ss. de la LPI sanciona penalmente a quien use sin auto­
rización o licencia una denominación de origen.
16. LOS DERECHOS DE AUTOR
El derecho de autor, conforme a la Ley Federal del Derecho de Au­
tor (D.O. 24 de diciembre de 1996) es el reconocimiento que hace el Es­
46
ELEMENTOS DE DERECHO MERCANTIL MEXICANO
tado en favor de todo creador de obras literarias y artísticas previstas
en el artículo 13 de esta Ley, en virtud del cu a! otorga su protección
para que el autor goce de prerrogativas y privilegios de carácter perso­
nal (derechos morales) y patrimonial.
La Ley considera que el autor es la persona física que ha creado una
obra literaria y artística, y las obras protegidas son aquellas de creación
original susceptibles de ser divulgadas o reproducidas por cualquier
medio. El autor es el único, primigenio y perpetuo titular de los dere­
chos morales sobre las obras de su creación; el derecho moral se consi­
dera unido al autor y es inalienable, imprescriptible, irrenunciable e in­
embargable, correspondiendo su ejercicio al propio creador de la obra y
a sus herederos. En ausencia de éstos, o bien en caso de obras del domi­
nio público, anónimas o de las expresiones de las culturas populares y
símbolos patrios, el Estado los ejercerá siempre y cuando se trate de
obras de interés para el patrimonio cultural nacional.
Los autores podrán en todo tiempo: a) determinar si su obra ha de
ser divulgada y en qué forma, o mantenerla inédita, b) exigir el recono­
cimiento de su calidad de autor respecto de la obra por él creada y dis­
poner que su divulgación se efectúe como obra anónima o seudónima,
c) exigir respeto a la obra, oponiéndose a cualquier deformación, muti­
lación u otra modificación de ella, así como a toda acción o atentado a
la misma que cause demérito de ella o perjuicio a la reputación de su
autor, d) modificar su obra, e) retirar su obra del comercio; y f) oponerse
a que se le atribuya al autor una obra que no es de su creación.
Los derechos patrimoniales estarán vigentes durante: a) La vida del
autor y, a partir de su muerte, setenta y cinco años más. Cuando la obra
le pertenezca a varios coautores los setenta y cinco años se contarán a
partir de la muerte del último y b) Setenta y cinco años después de di­
vulgadas: i) en el caso de las obras póstumas, siempre y cuando la divul­
gación se realice dentro del periodo de setenta y cinco años después de
la muerte del autor, y ti) las obras hechas al servicio oficial de la Fede­
ración, las entidades federativas o los municipios. Si el titular del dere­
cho patrimonial distinto del autor muere sin herederos la facultad de
explotar o autorizar la explotación de la obra corresponderá al autor y,
a falta de éste, corresponderá al Estado, quien respetará los derechos
adquiridos por terceros con anterioridad. Pasados los términos previs­
tos en las fracciones de este artículo, la obra pasará al dominio
público.
El reconocimiento de los derechos de autor y de los derechos co­
nexos no requiere registro ni documento de ninguna especie ni quedará
subordinado al cumplimiento de formalidad alguna.
El derecho de autor no ampara los siguientes casos: a) las ideas en
sí mismas, las fórmulas, soluciones, conceptos, métodos, sistemas, prin­
47
LA EMPRESA
cipios, descubrimientos, procesos e invenciones de cualquier tipo, b) el
aprovechamiento industrial o comercial de las ideas contenidas en las
obras, c) los esquemas, planes o reglas para realizar actos mentales,
juegos o negocios, d) las letras, los dígitos o los colores aislados, a me­
nos que su estilización sea tal que las conviertan en dibujos originales,
e) los nombres y títulos o frases aislados, f) los simples formatos o for­
mularios en blanco para ser llenados con cualquier tipo de información,
así como sus instructivos, g) las reproducciones o imitaciones, sin auto­
rización, de escudos, banderas o emblemas de cualquier país, estado,
municipio o división política equivalente, ni las denominaciones, siglas,
símbolos o emblemas de organizaciones internacionales gubernamenta­
les, no gubernamentales, o de cualquier otra organización reconocida
oficialmente, así como la designación verbal de los mismos, h) los textos
legislativos, reglamentarios, administrativos o judiciales, así como sus
traducciones oficiales. En caso de ser publicados, deberán apegarse al
texto oficial y no conferirán derecho exclusivo de edición. Sin embargo,
serán objeto de protección las concordancias, interpretaciones, estudios
comparativos, anotaciones, comentarios y demás trabajos similares que
entrañen, por parte de su autor, la creación de una obra original, i) el
contenido informativo de las noticias, pero sí su forma de expresión, y
j) la información de uso común tal como los refranes, dichos, leyendas,
hechos, calendarios y las escalas métricas.
17. EL AVIAMIENTO Y LA CLIENTELA
No constituyen propiamente elementos de la empresa; son calidades
de la misma, de un valor económico importantísimo.
N egar que la clientela y el avío (aviamiento) son elementos de la negocia­
ción (empresa) implica negar que son objetos de derecho; y en efecto, ni el
uno ni la otra son susceptibles de u n a especial protección jurídica, sino que
su protección ha de derivar de la que reciba la negociación en su conjunto
o, a lo menos, algunos de sus verdaderos elementos.7
El aviamiento —ha dicho Lange—8 consiste en la aptitud de la em­
presa, merced a la acertada organización de sus elementos, para rendir
beneficios económicos. Éste, el aviamiento, determina la clientela, defi­
nida por el autor citado, como el conjunto de personas que acostumbran
acudir a una empresa para proveerse de mercancías o para utilizar sus
servicios.
7 MANTILLA M olina, Derecho Mercantil, p. 105.
1 Manual de derecho mercantil español, T. II, p. 38.
48
ELEMENTOS DE DERECHO MERCANTIL MEXICANO
18. EL MERCADO Y LA LIBRE CONCURRENCIA
El principio de libre concurrencia y competencia en el mercado está
consagrado por el art. 5o de la Constitución Política de los Estados Uni­
dos Mexicanos. La ley fundamental, en su artículo 28, dispone cuáles
áreas económicas se consideran estratégicas y, por tanto, son exclusivas
del Estado sin poderse considerar monopolios.9 Tampoco se considera­
rán monopolios las asociaciones de trabajadores formadas para prote­
ger sus propios intereses, ni las asociaciones o sociedades cooperativas
de productores que vendan sus productos, bajo modalidades especifica­
das, al extranjero, ni los privilegios que se concedan temporalmente a
autores, artistas, e inventores. Fuéra de las enunciadas, las prácticas
monopólicas y concentradoras son combatidas por la ley (vid) Artículos
25 y 28 Constitucionales).
La ley protege la libre concurrencia al mercado de bienes y servicios
—en otras palabras, la libre competencia entre los diferentes "agentes
económicos". Son agentes económicos las personas físicas o morales,
con o sin fines de lucro, las dependencias y entidades de la administra­
ción pública federal, estatal o municipal, las asociaciones, cámaras em­
presariales, agrupaciones de profesionistas, fideicomisos, o cualquier
otra forma de participación en la actividad económica (LFCoE, art. 3).
La Ley Federal de Competencia Económica, LFCoE (D.O. 24 de diciem­
bre de 1992), es reglamentaria del artículo 28 constitucional en materia
de competencia económica, monopolios y libre concurrencia y tiene por
objeto proteger a ésta mediante la prevención y eliminación de monopo­
lios, prácticas monopólicas y demás restricciones al funcionamiento efi­
ciente de los mercados de bienes y servicios (arts. Io y 2o, LFCoE).
La LFCoE distingue entre prácticas monopólicas absolutas y relati­
vas. Las prácticas monopólicas absolutas son los contratos, convenios,
arreglos o combinaciones de agentes económicos competidores entre sí,
cuyo objeto o efecto sea: a) Fijar, elevar, concertar o manipular el precio
de venta o compra de bienes o servicios al que son ofrecidos o demanda­
dos en los mercados, e intercambiar información con el mismo objeto o
9 En los últimos años se han producido reformas sustanciales al artículo 28 consti­
tucional, reduciendo las áreas económicas estratégicas a cargo del Estado. Así, entre 1988
y 1995 dejaron de ser actividades exclusivas del Estado las relacionadas con el servicio
de banca y crédito público, la comunicación vía satélite y los ferrocarriles. La acuñación
de moneda y la emisión de billetes las ejerce el Estado de manera exclusiva a través del
Banco de México, convertido en organismo autónomo a p artir de 1994. A p artir de la
reforma del artículo 28 constitucional que se publicó en el Diario Oficial de la Federación
el día 2 de marzo de 1995, los ferrocarriles y la comunicación vía satélite pasan a ser
áreas prioritarias para el desarrollo nacional, que en los términos del art. 25 constitucio­
nal implica que podrá participar por sí o con los sectores social y privado.
LA EMPRESA
49
efecto; b) Establecer la obligación de no producir, procesar, distribuir o
comercializar o adquirir sino solamente una cantidad restringida o li­
mitada de bienes o la prestación o transacción de un número, volumen
o frecuencia restringidos o limitados de servicios; c) Dividir, distribuir,
asignar o imponer porciones o segmentos de un mercado actual o po­
tencial de bienes o servicios, mediante clientela, proveedores, tiempos y
espacios determinados o determinables; d) Establecer, concertar o coor­
dinar posturas o la abstención en las licitaciones, concursos, subastas o
almonedas públicas. Los actos a que se refieren los incisos anteriores no
producirán efectos jurídicos y los agentes económicos que incurran en
ellos se harán acreedores a las sanciones establecidas en la LFCoE, sin
perjuicio de la responsabilidad penal que resulte (art. 9o LFCoE).
Se consideran prácticas monopólicas relativas los actos, contratos,
convenios, procedimientos o combinaciones cuyo objeto o efecto sea o
pueda ser desplazar de manera indebida a otros agentes del mercado;
impedirles sustancialmente su acceso o establecer ventajas exclusivas
en favor de una o varias personas, en los casos siguientes; a) Entre agen­
tes económicos que no sean competidores entre sí, la fijación, imposición
o establecimiento de la comercialización o distribución exclusiva de bie­
nes o servicios, por razón de sujeto, situación geográfica o períodos de­
terminados, incluidas la división, distribución o asignación de clientes
o proveedores; así como la imposición de la obligación de no fabricar o
distribuir bienes o prestar servicios por un tiempo determinado o deter­
m inare; b) La imposición del precio o demás condiciones que un distri­
buidor o proveedor deba observar al comercializar o distribuir bienes o
prestar servicios; c) La venta o transacción condicionada a comprar, ad­
quirir, vender o proporcionar otro bien o servicio adicional, normalmente
distinto o distinguible, o sobre bases de reciprocidad; d) La venta, com­
pra o transacción sujeta a la condición de no usar, adquirir, vender, co­
mercializar o proporcionar los bienes o servicios producidos, procesados,
distribuidos o comercializados por un tercero; e) La acción unilateral
consistente en rehusarse a vender, comercializar o proporcionar a per­
sonas determinadas bienes o servicios disponibles y normalmente ofre­
cidos a terceros; f) La concertación entre varios agentes económicos o
la invitación a éstos, para ejercer presión contra algún agente económico
o para rehusarse a vender, comercializar o adquirir bienes o servicios a
dicho agente económico, con el propósito de disuadirlo de una determi­
nada conducta, aplicar represalias u obligarlo a actuar en un sentido
determinado; g) La venta sistemática de bienes o servicios a precios por
debajo de su costo medio total o su venta ocasional por debajo del costo
medio variable, cuando existan elementos para presumir que estas pér­
didas serán recuperadas mediante incrementos futuros de precios, en
los términos del Reglamento de la Ley; h) El otorgamiento de descuen­
50
ELEMENTOS DE DERECHO MERCANTIL MEXICANO
tos o incentivos por parte de productores o proveedores a Jos comprado­
res con el requisito de no usar, adquirir, vender, comercializar o propor­
cionar los bienes o servicios producidos, procesados, distribuidos o
comercializados por un tercero, o la compra o transacción sujeta al re­
quisito de no vender, comercializar o proporcionar a un tercero los bie­
nes o servicios objeto de la venta o transacción; i) El uso de las ganan­
cias que un agente económico obtenga de la venta, comercialización o
prestación de un bien o servicio para financiar las pérdidas con motivo
de la venta, comercialización o prestación de otro bien o servicio; j) El
establecimiento de distintos precios o condiciones de venta o compra
para diferentes compradores o vendedores situados en igualdad de con­
diciones, y k) La acción de uno o varios agentes económicos cuyo objeto
o efecto, directo o indirecto, sea incrementar los costos u obstaculizar
el proceso productivo o reducir la demanda que enfrentan sus competi­
dores (art. 10, LFCoE).
Las prácticas enumeradas en el párrafo anterior, se considerarán
violatorias de la ley siempre y cuando se compruebe que el presunto res­
ponsable tiene poder sustancial sobre el mercado relevante o que se rea­
licen respecto de bienes o servicios del mercado relevante de que se tra­
te. Los criterios para determinar el mercado relevante son los siguientes:
a) las posibilidades de sustituir el bien o servició de que se trate por
otros, nacionales o extranjeros, considerando las posibilidades tecnoló­
gicas, en qué medida los consumidores cuentan con sustitutos y el tiem­
po requerido para la sustitución; b) Los costos de distribución del bien
mismo, el de sus insumos relevantes, sus complementos y sustitutos na­
cionales o extranjeros, teniendo en cuenta fletes, seguros, aranceles y
restricciones no arancelarias, las restricciones impuestas por agentes
económicos o sus asociaciones, y el tiempo requerido para abastecer el
mercado; c) Los costos y probabilidades que tienen los usuarios o con­
sumidores para acudir a otros mercados; y d) las restricciones normati­
vas de carácter federal, local o internacional que limitan el acceso de
usuarios o consumidores a fuentes de abasto alternativas, o el acceso
de los proveedores a clientes alternativos (arts. 11 y 12 LFCoE).
Asimismo, la Ley Federal de Competencia Económica sancionará
las concentraciones económicas, es decir todos aquellos actos que ten­
gan por objeto o por efecto disminuir, dañar o impedir la competencia y
la libre concurrencia respecto de bienes o servicios iguales, similares o
sustancialmente relacionados (art. 16 y ss., LFCoE).
P r im e r a Par te
LOS SUJETOS DEL DERECHO MERCANTIL
Ca pít u l o I
LOS SUJETOS DEL DERECHO MERCANTIL
1. CONCEPTO
Son sujetos del derecho mercantil los comerciantes. También lo son
las personas que accidentalmente realizan alguna operación de comer­
cio, aunque no tengan establecimiento fijo y, por tanto, se encuentran
sujetas a la legislación mercantil (art. 4o, Cód. Com.).
Solamente examinaremos la figura del comerciante.
2. EL COMERCIANTE. IMPORTANCIA
El comerciante es la figura principal del derecho mercantil. Me­
diante el concepto de comerciante se determina la naturaleza mercantil
de numerosos actos. Esto es, muchos de los actos que el Código de Co­
mercio considera comerciales, lo son en cuanto son realizados por co­
merciantes. Tal es el caso, por ejemplo de los artículos 75, fracciones
XX y XXI, 358 y 576 del Código de Comercio.
No debe olvidarse tampoco que el derecho mercantil nació como un
derecho profesional. Esto es, en su origen fue un derecho de los comer­
ciantes y para los comerciantes, criterio que ha vuelto a tener vigencia
en la doctrina y en algunas legislaciones, aunque a través de la figura
de la empresa (o del empresario).
3. ACEPCIONES VULGAR Y JURÍDICA
DE COMERCIANTE
En el lenguaje común y corriente se conoce como comerciantes a
las personas que negocian comprando y vendiendo o perm utando géne­
ros o mercancías. Es decir, a aquellas personas que realizan operacio­
nes de compraventa o de permuta, con propósito de lucro. Tal es el con­
cepto originario de comerciante (mercader, traficante).
El concepto jurídico de comerciante (como también lo es actual­
mente el concepto técnico, económico), es más amplio que la noción
vulgar. En efecto, son calificadas también como comerciantes, desde el
53
54
ELEMENTOS DE DERECHO MERCANTIL MEXICANO
punto de vista jurídico, además de las personas que habitualmente rea­
lizan operaciones de compraventa o de permuta, aquellas otras que se
dedican a actividades completamente distintas, de carácter industrial y
agrícola inclusive. Así, por ejemplo, el artículo 75 del Código de Comer­
cio, reputa actos de comercio: las empresas de construcciones, las de
fábricas y manufacturas, las de transporte, las editoriales, las de turis­
mo, las de espectáculos públicos, etc., y los titulares de todas esas em­
presas, que realizan actividades que desde el punto de vista común y
corriente no son comerciales, son, sin embargo, considerados como
comerciantes.
4. CONCEPTO JURÍDICO DE COMERCIANTE.
CLASIFICACIÓN DEL ARTÍCULO 3o
DEL CÓDIGO DE COMERCIO
El artículo 3o del Código de Comercio, establece que se reputan en
derecho comerciantes:
Io Las personas físicas que teniendo capacidad legal para ejercer el
comercio, hacen de él su ocupación ordinaria.
2o Las sociedades mercantiles mexicanas.
3o Las sociedades mercantiles extranjeras, o sus agencias y sucur­
sales, que ejerzan actos de comercio dentro del territorio nacional.
Como podemos apreciar, el Código de Comercio utiliza criterios dis­
tintos para determinar la calidad de comerciante. En efecto, cuando se
trata de personas físicas (comerciante individual) requiere que ejerzan
el comercio en forma habitual para atribuirles el carácter de comer­
ciantes. Tratándose de sociedades extranjeras exige la realización de
actos de comercio, dentro del territorio nacional. En cambio, a las socie­
dades mercantiles mexicanas las califica como comerciantes en todo
caso, aunque no ejerzan el comercio habitualmente ni realicen actos de
comercio.
Ca p ít u l o
II
EL COMERCIANTE INDIVIDUAL
1. CONCEPTO.
REQUISITOS LEGALES PARA SER COMERCIANTE
Son comerciantes las personas físicas que teniendo capacidad legal
para ejercer el comercio, hacen de él su ocupación ordinaria (art. 3o
frac. I, Cód. Com.).
Los elementos de la definición legal expuesta son: a) La capacidad;
b) El ejercicio del comercio; c) La ocupación ordinaria.
A. C apacidad
El artículo 5o de nuestra Constitución establece que a ninguna per­
sona podrá impedirse que se dedique a la profesión, industria, comercio
o trabajo que le acomode, siendo lícitos. Por tanto, cualquier persona,
excepto a la que la ley se lo prohíba expresamente, podrá ser comer­
ciante. Pero la capacidad legal a que se refiere la fracción I del artículo
3o del Código de Comercio, no es esa capacidad de goce, sino la capaci­
dad de ejercicio, la capacidad para actuar como comerciante.1
Según el artículo 5o del Código de Comercio, toda persona que se­
gún las leyes comunes (esto es, el derecho civil) es hábil para contratar
y obligarse, y a quien la ley no se lo prohíba expresamente, tendrá capa­
cidad legal para ejercer el comercio.
Así, tienen capacidad de ejercicio absoluta para dedicarse al ejerci­
cio del comercio, para ser comerciantes, los mayores de edad, no decla­
rados en estado de interdicción (arts. 22, 23, 24, 647 y 1798 Cód. civ.).
B.
E j e r c ic io d e l c o m e r c io
Los artículos 3o y 5o del Código de Comercio, establecen como re­
quisito para ser considerado legalmente comerciante, además del de la
capacidad, el ejercicio del comercio. Veamos el significado de esta ex1 M a n tilla M o lin a, Derecho mercantil, pp. 81 y 82.
56
ELEMENTOS DE DERECHO MERCANTIL MEXICANO
presión. Frecuentemente la doctrina ha considerado que la expresión,
"ejercer el comercio" significa lo mismo que realizar efectivamente ac­
tos de comercio. Esa equiparación no es acertada. Como dice Mantilla
Molina,2 no todos los actos de comercio son aptos para conferir el status
de comerciante". En efecto, una persona puede, en forma habitual, reite­
rada, librar cheques para el pago de sus deudas y, a pesar de que esa
actividad implica la realización efectiva de actos de comercio, no por
ello adquiere la calidad de comerciante, porque no puede afirmarse se­
riamente que ejerce el comercio en ese supuesto.
Así, Mantilla Molina3 considera que debe abandonarse la doctrina
que pretende que la fracción I del artículo 3o del Código de Comercio
debe entenderse como si dijera “ejercicio efectivo de actos de comercio”.
Si nos detenem os — escrib e el au to r c itad o — 4 en el a rtíc u lo 3o p a ra fijar el
concepto de com erciante, si escu d riñ am o s todo el código de q u e form a p a r­
te, p ara obtener u n a in terp re tació n sistem ática del texto legal, e n co n trare­
mos m últiples preceptos que d escan san en el supuesto de que el com erciante
es titu la r de u n a negociación, bien se la llam e así, bien se em pleen expresio­
nes que en el léxico del código re su lta n sin ó n im as (establecim iento m er­
cantil, em presa, alm acén , tien d a, c asa de com ercio) ... P or tan to , puede
afirm a rse, h acie n d o u n a in te rp re tac ió n sistem ática del a rtíc u lo 3o, que es
co m erciante quien tien e u n a negociación m ercan til.
La doctrina que sostiene Mantilla Molina, aunque no está a salvo de
reparos como él mismo acepta, tiene la ventaja de superar la inexacta
equiparación de las expresiones “ejercicio del comercio" y “realización
efectiva de actos de comercio".
También se desprende de esa opinión la gran importancia de la ne­
gociación o empresa mercantil en nuestro derecho, y la necesidad de su
estudio y adecuada regulación legal.
C. O c u pa c ió n o r d in a r ia
Pero para que una persona deba ser considerada como comerciante
es necesario, además de la reunión de los otros dos requisitos citados,
que haga del ejercicio del comercio su ocupación ordinaria (art. 3o,
frac. I, Cód. Com.).
Esto es, para que alguien pueda ser calificado como comerciante es
preciso que ejerza el comercio no en forma esporádica o accidental,
sino de manera habitual, reiteradamente, haciendo de esa actividad el
verdadero ejercicio de una profesión. Esta afirmación nos conduce nue2 Derecho mercantil, p. 93.
3 Ob. cit., p. 92.
4 Ob. cit., pp. 95 y 96.
EL COMERCIANTE INDIVIDUAL
57
vamente a ligar a !a figura del comerciante con la de la negociación o
empresa mercantil, en la que indudablemente el ejercicio del comercio
adquiere las características de habitualidad y reiteración señaladas.
2. INCAPACES COMERCIANTES
Los menores de edad no emancipados, los mayores de edad declara­
dos en estado de interdicción (esto es, los disminuidos o perturbados en
su inteligencia, aunque tengan intervalos lúcidos; aquellos que padezcan
alguna afección originada por enfermedad o deficiencia persistente de
carácter físico, psicológico o sensorial por la adicción a sustancias tóxi­
cas como el alcohol, los psicotrópicos o los estupefacientes, siempre que
debido a la limitación, o la alteración en la inteligencia que esto les pro­
voque no puedan gobernarse y obligarse por sí mismos, o manifestar su
voluntad por algún medio), no pueden por sí mismos ejercitar sus dere­
chos o contraer válidamente obligaciones. Tienen incapacidad natural y
legal de acuerdo con el derecho común y, por lo tanto, no pueden ser
comerciantes, porque se encuentran legalmente impedidos para el ejer­
cicio del comercio (arts. 3o y 5o, Cód. com. y 23 y 450 Cód. civ.).5
Sin embargo, como el artículo 23 del Código Civil establece que
los incapaces pueden ejercitar sus derechos y contraer obligaciones
por medio de sus representantes, se plantea el problema de determi­
nar si les está permitido dedicarse al comercio a través de aquellos
representantes.
Hay que p a rtir en esta cuestión deJ principio de que el ejercicio del
comercio implica riesgos extraordinarios, a los que no deben quedar ex­
puestos los bienes que integran el patrimonio de los incapaces. Por ello,
5 El decreto publicado en el Diario Oficial de la Federación el 23 de julio de 1992
que reformó los Códigos Civil y de Procedimientos Civiles Federales agregó al art. 23 del
Cód. civ. la disposición de que, no obstante las restricciones a la personalidad jurídica
que implican la m inoría de edad y la incapacidad legal, "no deben menoscabar la digni­
dad de la persona ni atentar contra la integridad de la familia”. E n consecuencia, se
modifica la fracción segunda del art. 450 en los términos que hemos transcrito en este
párrafo, y que precisan como causa de incapacidad la disminución o perturbación en la
inteligencia, aunque tengan intervalos lúcidos; y el padecimiento de alguna afección ori­
ginada por enfermedad o deficiencia persistente de carácter físico, psicológico o sensorial
o por la adicción a sustancias tóxicas como e! alcohol, los psicotrópicos o estupefacientes
y que lo anterior produzca que de hecho no puedan gobernarse y obligarse por si mismos
o manifestar su voluntad. La redacción anterior, se recordará, era la siguiente: “mayores
de edad privados de inteligencia por locura, idiotismo o imbecilidad” y "ebrios consuetu­
dinarios y los que habitualmente hacen uso inmoderado de drogas e n e rv a n te s L a refor­
ma publicada el 23 de julio implica, además, que los sordomudos que no sepan leer ni
escribir ya son considerados plenamente capaces desde el punto de vista jurídico.
58
ELEMENTOS DE DERECHO MERCANTIL MEXICANO
como regla general, dicho patrimonio no deberá ser destinado por los.
representantes de los incapaces al ejercicio del comercio.
Sin embargo, la ley permite, en determinados supuestos, que los in­
capaces ejerzan el comercio, por medio de sus representantes legales.
En efecto, el artículo 556 del Código Civil Federal dispone que si el
padre o la madre del menor ejercían algún comercio, el juez con infor­
me de dos peritos, decidirá si ha de continuar o no la negociación, a no
ser que los padres hubieran dispuesto algo sobre este punto, en cuyo
caso se respetará su voluntad, en cuanto no ofrezca grave inconvenien­
te, a juicio del juez.
El texto del artículo 556 citado, ha sido objeto de interpretación ex*
tensiva por la doctrina. En esta forma debe afirmarse que en todos los
casos en que los incapaces —y no sólo los menores de edad—, adquieran
a título gratuito una negociación mercantil (empresa) o, tratándose de
los declarados en estado de interdicción, que antes de esa declaración
hayan sido titulares de una empresa, el juez deberá decidir si se continúa
o'-no la explotación de la misma.6 En apoyo de esta opinión puede con­
sultarse lo dispuesto por la fracción IV del artículo 528 del Código Civil
Federal, por cuanto a los declarados en estado de interdicción.
En todos esos casos existe la posibilidad de que los incapaces sean
comerciantes, con todas sus consecuencias legales.
3. LA MUJER CASADA COMERCIANTE
La mujer casada, en cuanto al ejercicio del comercio se refiere, se
encuentra en la misma situación jurídica que el hombre. Esto es, la mu­
jer casada puede ejercer el comercio —ser comerciante— sin necesidad
de la autorización de su marido, como lo exigía el artículo 8o del Código
de Comercio, precepto que fue derogado por decreto publicado en el
Diario Oficial de la Federación el día 6 de enero de 1954.
El artículo 2o del Código Civil Federal proclama que la capacidad
jurídica es igual para el nombre y la mujer y que, en consecuencia, ésta
no queda sometida, por razón de su sexo, a restricción alguna en la ad­
quisición y ejercicio de sus derechos.
Por su parte, el artículo 169 del Código Civil Federal establece que
los cónyuges podrán desem peñar cualquier actividad excepto las
que dañen la moral de la familia o la estructura de ésta. Cualesquiera
de ellos podrá oponerse a que el otro desempeñe la actividad de que
se trate.
Tanto el hombre como la mujer casados, dispone el artículo 9o del
Código de Comercio, pueden hipotecar sus bienes raíces para seguridad
4 MANTILLA M o lin a , Derecho mercantil, p. 83.
EL COMERCIANTE INDIVIDUAL.
59
de sus obligaciones mercantiles y comparecer en juicio sin necesidad de
licencia del otro cónyuge, cuando el matrimonio se rija por el régimen
de separación de bienes. En el régimen de sociedad conyugal —añade el
precepto citado—, ni el hombre ni la mujer podrán hipotecar ios bienes
de la sociedad, ni los suyos propios cuyos frutos o productos correspon­
dan a la sociedad, sin licencia del otro cónyuge.
4. PROHIBICIONES
Del artículo 5o del Código de Comercio se desprende que no podrán
ejercer el comercio aquellos a quienes las leyes prohíban expresamente
dicha ocupación.
En los términos de la legislación mercantil no pueden ejercer el
comercio:
a) Los corredores (art. 12, fracc. I, Cód. com. y art. 20, LFCP). Los
que violen esta prohibición serán sancionados en grados que van de la
amonestación escrita a la cancelación definitiva de su habilitación (art.
21, LFCP).
b) Los quebrados que no hayan sido rehabilitados (art. 12, frac. II,
Cód. com.).
c) Los que por sentencia ejecutoria hayan sido condenados por deli­
tos contra Ja propiedad, incluyendo en éstos la falsedad, el peculado, el
cohecho y la concusión (art. 12, frac. III, Cód. com).
En otras leyes se contienen también prohibiciones e incompatibili­
dades para el ejercicio del comercio. Así, en la Ley del Notariado para el
Distrito Federal, por cuanto se refiere a los notarios en ejercicio; en la
Ley General de Población, por lo que respecta a determinados extranje­
ros con base en su calidad migratoria.
La Ley Federal del Trabajo (art. 378, frac. II) señala que queda pro­
hibido a los sindicatos ejercer la profesión de comerciantes "con ánimo
de lucro”.
5. LOS COMERCIANTES INDIVIDUALES
EXTRANJEROS
El artículo 33 de nuestra Constitución declara que los extranjeros
tienen derecho a las garantías que otorga y, en tal virtud, y de acuerdo
con el artículo 5° del mismo ordenamiento, podrán dedicarse a la profe­
sión, industria, comercio o trabajo que les acomode, siendo lícitos.
Por su parte, el artículo 13 del Código de Comercio, dispone que los
extranjeros serán libres para ejercer el comercio, libertad desde luego
limitada por lo convenido en los tratados internacionales y por lo dis­
60
ELEMENTOS DE DERECHO MERCANTIL MEXICANO
puesto en "las leyes que arreglen los derechos y las obligaciones de los
extranjeros", entre las que se encuentran de modo especial la Ley Gene­
ral de Población y su reglamento.
A partir de 1988 se ha fomentado la participación de la inversión
extranjera en la economía y comercio nacionales, dándoles mayores fa­
cilidades legales y administrativas. El proceso culmina con la Ley de
Inversión Extranjera (D.O., 27 de diciembre de 1993) que amplía las po­
sibilidades de participación de dicha inversión, manteniendo restriccio­
nes importantes en áreas estratégicas y limitaciones para su participa­
ción en algunas otras.
Los extranjeros comerciantes, en cuanto al ejercicio del comercio se
refiere, deberán sujetarse a las disposiciones del Código de Comercio y
demás leyes mexicanas (art. 14 Cód. com.).
Ca p ít u l o
III
LAS SOCIEDADES MERCANTILES.
PARTE GENERAL
I. IMPORTANCIA
Actualmente las empresas más importantes se organizan bajo la
forma de sociedad mercantil. Las exigencias de la economía contempo­
ránea imponen la asociación (de capitales, o de capital y trabajo), en
empresas de tipo social. El empresario colectivo o social ha venido des­
plazando en forma acentuada al empresario individual. El ejercicio de
la actividad mercantil requiere en nuestra época de recursos económi­
cos considerables e implica riesgos cada día mayores. Es, por tanto, ne­
cesario elegir una forma de organización adecuada, como lo es la so­
cial. Esto explica la importancia y la preponderancia actual de las
sociedades mercantiles, sobre todo de ciertos tipos, en los que se busca,
además, la limitación de responsabilidad o la fácil y rápida transmisión
de las participaciones sociales.
Por otra parte, la ley impone obligatoriamente la forma social para
determinadas empresas de importancia y de trascendencia para la eco­
nomía nacional, como sucede en nuestro país con las organizaciones
auxiliares de crédito y las instituciones de seguros entre otras, las cua­
les deben constituirse en todo caso como sociedades anónimas.
2. CONCEPTO. EL CONTRATO DE SOCIEDAD
La sociedad mercantil ha sido definida por la doctrina de muy dis­
tinto modo. Citaremos, como ejemplo, la definición de Uria,1 quien con­
sidera que la sociedad mercantil es la "asociación de personas que crean
un fondo patrimonial común para colaborar en la explotación de una
empresa, con ánimo de obtener un beneficio individual participando en
el reparto de las ganancias que se obtengan”.
Se discute por la doctrina sobre la naturaleza del negocio constituti1 Derecho mercantil, p. 92.
62
ELEMENTOS DE DERECHO MERCANTIL MEXICANO
vo de la sociedad mercantil. Consideramos que, de acuerdo con nuestra .
legislación, la sociedad mercantil nace o surge a la vida jurídica como
consecuencia de un contrato. Es decir, la sociedad mercantil es el resul­
tado de una declaración de voluntad contractual.2 En efecto, nuestra
Ley General de Sociedades Mercantiles hace referencia constante a los
conceptos de "contrato de sociedad” o “contrato social".
La legislación mercantil no define el contrato de sociedad. Debe­
mos, pues, buscar tal concepto en el derecho común. Así, el artículo
2688 del Código Civil Federal establece que: "por el contrato de socie­
dad los socios se obligan mutuamente a combinar sus recursos o sus
esfuerzos para la realización de un fin común...”. Esta definición puede
aplicarse al contrato de sociedad mercantil.
Opinamos, pues, que la sociedad mercantil —en el estado actual de
nuestra legislación—, encuentra su origen en un contrato, nace de un
contrato, al que algunos autores, por sus especiales características, de­
nominan contrato plurilateral o de organización, que se distingue de los
contratos bilaterales de cambio (compraventa, mutuo, etcétera).
En los contratos de cambio las manifestaciones de voluntad son
opuestas y opuestos también los intereses de las partes; en el contrato
de sociedad esos intereses, contrapuestos o no, se coordinan para la
realización de un fin común.
El contrato de sociedad, com o co ntrato asociativo y de organización, no co­
loca a u nos p artíc ip e s frente a otros, sino q u e al se r coincidentes y no c o n ­
trapuestos los in tereses de todos, sus resp ectiv as declaracio n es de volu n tad
ofrecen contenido an álo g o y siguen la m ism a dirección; al propio tiem p o
que sus prestaciones, au n p u d ien d o te n e r valor económ ico distinto, son
cu alitativam en te iguales y no van d irig id a s a p ro p o rc io n a r a n ad ie el goce
in m e d ia to de la s m ism a s, sin o a fu n d irs e e n tre sí p a ra p ro p o r c io n a r a
todos los socios la s ventajas que re su lten de la bu en a u tilización del fondo
com ún.3
El contrato de sociedad es, en principio, fácilmente modificable y
admite la separación de algunas de sus partes (socios) y la adhesión de
nuevas partes, sin que por eso, como regla general, termine o se disuel­
va el vínculo jurídico, el contrato.
Esas y otras diferencias entre el régimen jurídico del contrato de
sociedad y de los contratos ordinarios de cambio explican por qué una
gran parte de la doctrina niega naturaleza contractual al negocio cons­
titutivo social.
2 R o d ríg u e z R o d ríg u e z ,
Curso de derecho mercantil, T. I, p. 42.
’ Urja, Derecho mercantil, p. 96.
LAS SOCIEDADES MERCANTILES. PARTE GENERAL
63
Además, hay que considerar especialmente que el contrato de socie­
dad produce el nacimiento de una persona jurídica nueva, de un ente
jurídico distinto de los individuos que lo integran.
3. CLASIFICACIÓN DE LAS SOCIEDADES.
ENUMERACIÓN LEGAL
Nuestra LSM reconoce las siguientes formas de sociedades m er­
cantiles: a) Sociedad en nombre colectivo; b) Sociedad en comandita
simple; c) Sociedad de responsabilidad limitada; d) Sociedad anóni­
ma; e) Sociedad en comandita por acciones; f) Sociedad cooperativa
(art. Io LSM).
Cualquiera de las cinco primeras clases de sociedades pueden adop­
tar la modalidad de sociedad de capital variable. Las cooperativas siem­
pre serán sociedades de capital variable.
Otras formas sociales reconocidas por la ley son las sociedades de
responsabilidad lim itada de interés público (regidas por la ley de 28
de agosto de 1934) y las sociedades de solidaridad social (regidas por la
ley de 26 de mayo de 1976). Asimismo el conjunto de leyes que regulan
el sistema bancario y financiero mexicano, aunque de manera estricta
regulan sociedades anónimas en lo esencial. Finalmente, las socieda­
des de producción rural reguladas por la Ley Agraria (D.O. 26 de febre­
ro de 1992).
4. DIVERSOS CRITERIOS DE CLASIFICACIÓN
A.
S o c ie d a d e s p e r s o n a l is t a s
Y SOCIEDADES CAPITALISTAS
En las primeras, el elemento personal que las compone (la persona
del socio) es pieza esencial, porque significa una participación en la fir­
ma social, con la consiguiente aportación de crédito social, por la res­
ponsabilidad del patrimonio personal y por la colaboración en la ges­
tión. Por el contrario, en las sociedades capitalistas, el elemento
personal se disuelve en cuanto a su necesidad concreta de aportación.
El socio —elemento personal— importa a la sociedad por su aporta­
ción, sin que cuenten sus cualidades personales. La persona del socio
queda relegada a un segundo término, escondida, por así decirlo, detrás
de su aportación.
Esto es, las sociedades pueden ser organizadas jurídicamente en
función de las personas de los socios (intuitu personae) o, por el contra­
rio, en función de las aportaciones de capital de los mismos (iintuitu
pecuniaé).
64
ELEMENTOS DE DERECHO MERCANTIL MEXICANO
Como ejemplo típico de sociedad personalista debe citarse a la so­
ciedad en nombre colectivo; de sociedad capitalista, a la sociedad
anónima.
B. S o c ie d a d e s d e r e s p o n s a b il id a d il im it a d a ,
LIMITADA Y MIXTA
Esta clasificación encuentra su base en la distinta responsabilidad
de los socios por las obligaciones sociales.
Las sociedades mercantiles son personas jurídicas y, por tanto, res­
ponden del cumplimiento de sus obligaciones con todos sus bienes. En
este sentido debería afirmarse que todas las sociedades son de respon­
sabilidad ilimitada.
Pero cuando hablamos de la sociedad en nombre colectivo como so­
ciedad de responsabilidad ilimitada, o de la anónima como sociedad de
responsabilidad limitada, nos estamos refiriendo no a la responsabili­
dad directa de la sociedad por sus propias obligaciones, sino a la de sus
socios por las obligaciones sociales.
Así, desde este punto de vista, podemos clasificar a las sociedades
mercantiles: a) en sociedades de responsabilidad ilimitada, en las cua­
les los socios responden ilimitadamente por las deudas sociales (socie­
dad en nombre colectivo); b) en sociedades de responsabilidad limitada,
en las que los socios responden sólo hasta por el monto de sus respecti­
vas aportaciones (sociedad anónima y sociedad de responsabilidad limi­
tada —S. de R. L.—); c) en sociedades de responsabilidad mixta, en las
cuales unos socios responden ilimitadamente por las obligaciones socia­
les y otros solamente hasta por el monto de sus aportaciones (sociedad
en comandita simple y sociedad en comandita por acciones).
C. S o c ie d a d e s m e r c a n t il e s y s o c ie d a d e s c iv il e s
La naturaleza mercantil de una sociedad depende exclusivamente
de un criterio formal: son mercantiles todas aquellas sociedades consti­
tuidas en cualesquiera de los tipos reconocidos por la LSM, indepen­
dientemente de que tengan o no una finalidad mercantil.
La naturaleza civil de una sociedad, por el contrario, sí depende del
carácter de su finalidad. La sociedad civil (art. 2688 Cód. Civ.) supone
la realización de un fin común de carácter preponderantemente econó­
mico, pero que no constituya una especulación comercial.
a) Sociedad civil por su finalidad y mercantil
por el tipo adoptado
Esto es, una sociedad materialmente civil, constituida para la reali­
zación de un fin común de carácter económico pero que no constituya
LAS SOCIEDADES MERCANTILES. PARTE GENERAL
65
una especulación comercial, que adopte cualesquiera de los tipos socia­
les reconocidos por nuestra LSM. Una sociedad de tal especie quedará
sujeta a la legislación mercantil y se reputará mercantil para todos los
efectos legales (arts. 4o LSM y 2695 Cód. Civ.).
b)
Sociedad mercantil por su finalidad
y civil por el tipo adoptado
Es decir, una sociedad que tenga como fin la realización de activi­
dades especulativas comerciales, constituida bajo tipo civil. Este su­
puesto es ilícito por contrariar el m andato legal contenido en el artículo
2688 Código Civil Federal. Dicha sociedad estará afectada de invalidez.
Sin embargo; como "existe de hecho una asociación que persigue un fin
de naturaleza mercantil y que se ostenta como una sociedad, debe con­
siderarse como una sociedad mercantil irregular, y someterla a las mis­
mas reglas que a las de esta clase".4
5. SOCIEDADES DE PARTICIPACIÓN ESTATAL
Se ha reconocido como inevitable y, más aún, como necesaria y
conveniente la intervención del Estado en el ámbito económico —en sus
tres niveles: federal, estatal y/o municipal—. La Constitución Política,
en su artículo 28, párrafos cuarto y quinto, establece los ámbitos de la
participación del Estado en la actividad económica:
N o co n stitu irá n m onopolios la s fu n c io n e s que el E stad o ejerza de m a n e ra
exclusiva en las sig u ien tes á re a s estra té g ic a s: co rreo s, telégrafos y ra d io te ­
legrafía; p etró leo y los d em ás h id ro c a rb u ro s ; p etro q u ím ic a básica; m in e ra ­
les radioactivos y g en eració n de e n e rg ía n u clea r; electricid ad y las ac tiv id a ­
des que expresam en te señ alen la s ley es que expida el C ongreso de la U nión.
L a com unicación vía satélite y los fe rro c a rrile s son á re a s p rio rita ria s p a ra
el d esarro llo n acio n al en los té rm in o s del a rtíc u lo 25 de esta C onstitu ció n ;
el E stad o al ejercer en ellas su re c to ría , p ro teg erá la se g u rid a d y la so b e ra ­
nía de la N ación, y al o to rg a r c o n cesio n es o p erm iso s m a n te n d rá o e sta b le ­
c e rá el do m in io de las re s p e ctiv a s vías de com unicación d e acu e rd o con la s
leyes de la m ateria. El E stad o c o n ta r á co n los o rg an ism o s y e m p resas q u e
re q u iera p a ra el eficaz m an ejo d e la s á re a s e stratég icas a su c arg o y en la s
actividades de c a rá c te r p rio rita rio d o n d e , de acuerdo con las leyes, p a rtic i­
p e p o r sí o con los secto res social y priv ad o .
Las facultades del Estado y su intervención directa en la actividad
productiva económica se han venido reduciendo drásticamente como
resultado de los procesos de globalización y de integración económica
que han tenido lugar en los últimos sexenios. Ello se corresponde con
* MANTILLA M o lin a , Derecho mercantil, p . 181.
66
ELEMENTOS DE DERECHO MERCANTIL MEXICANO
una convicción y un discurso "modernizante” que ha hecho del libre,
comercio un dogma de fe, en contraposición —a nuestro modo de ver—
con los soberanos intereses de la Nación. Aún así y aunque se encuen­
tren a debate reformas importantes, el Estado conserva en exclusiva im­
portantes áreas estratégicas.
Las áreas económicas estratégicas reservadas de manera exclusiva
al Estado mexicano son las derivadas del art. 28 Constitucional y que la
Ley de Inversión Extranjera enumera de la manera siguiente: a) Petró­
leo y demás hidrocarburos; b) Petroquímica básica; c) Electricidad; d)
Generación de energía nuclear; e) Minerales radioactivos; f) Comunica­
ción vía satélite; g) Telégrafos; h) Radiotelegrafía; i) Correos; j) Emisión
de billetes; k) Acuñación de moneda; l) Control, supervisión y vigilan-'
cia de puertos, aeropuertos y helipuertos; y m) Las demás que expresa­
mente señalen las disposiciones legales aplicables (art. 5o, LIE).
Para cumplir con sus deberes en materia económica, es frecuente
que el Estado constituya o promueva la constitución de sociedades mer­
cantiles (preferentemente anónimas), para la realización de actividades
comerciales, en cuyo capital participa en diversa medida. Cuando el Es­
tado decide adoptar la forma de sociedad mercantil para sus empresas,
toma en consideración las ventajas de su estructura y organización y la
conveniencia de desligar su gestión de las vicisitudes de la política.
Nuestra legislación reconoce las llamadas empresas de participación
estatal. En efecto, la Ley Orgánica de la Administración Pública Fede­
ral (de 24 de diciembre de 1976) en su artículo 46, considera empresas
de participación estatal mayoritaria las siguientes: A) Las sociedades
nacionales de crédito. B) Las sociedades de cualquier otra naturaleza
incluyendo las organizaciones nacionales auxiliares nacionales de cré­
dito, así como las instituciones nacionales de seguros y fianzas en que
se satisfagan alguno o varios de los siguientes requisitos: a) Que el Go­
bierno Federal, o una o más entidades paraestatales, conjunta o separa­
damente, aporten o sean propietarios de más del 50% del capital social;
b) Que en la constitución de su capital se hagan figurar títulos represen­
tativos de capital social de serie especial que sólo puedan ser suscritos
por el Gobierno Federal; c) Que al Gobierno Federal corresponda la fa­
cultad de nombrar a la mayoría de los miembros del órgano de gobierno
o su equivalente, o bien designar al presidente, o director general, o
cuando tenga facultades para vetar los acuerdos de la asamblea general
de accionistas, del consejo de administración o del propio órgano de
gobierno.
El mismo artículo dispone que se asimilan a las empresas de parti­
cipación estatal mayoritaria, las sociedades civiles así como las asocia­
ciones civiles en las que la mayoría de los asociados sean dependencias
o entidades de la administración pública federal o servidores públicos
LAS SOCIEDADES MERCANTILES. PARTE GENERAL
67
federales que participen en razón de sus cargos o alguna o varias de
ellas se obliguen a realizar o realicen las aportaciones económicas
preponderantes.
La Ley Federal de Entidades Paraestatales (D.O. 14 de mayo de
1986) dispone que las empresas en que participe mayoritariamente el
Gobierno Federal o una o más entidades paraestatales deberán tener
por objeto las áreas prioritarias conforme a lo dispuesto por los artícu­
los 25, 26 y 28 Constitucionales, particularmente las tendientes a la sa­
tisfacción de los intereses y necesidades populares (arts. 6o y 29 de la
ley citada).
Por su parte, el artículo 29 de la propia ley, dispone que no tienen el
carácter de entidades paraestatales de la administración pública federal
las sociedades mercantiles en las que participen temporalmente y en
forma mayoritaria en su capital, en operación de fomento, las socieda­
des nacionales de crédito, salvo que conforme a la legislación específica
de éstas, y por tratarse de áreas prioritarias, el Ejecutivo Federal por
acuerdo expreso en cada caso, decida atribuirles tal carácter e incorpo­
rarlas al régimen de este ordenamiento.
La ley que venimos citando establece en su artículo 32 que, cuando
alguna empresa de participación estatal mayoritaria no cumpla con su
objeto o no resulte conveniente conservarla como entidad paraestatal
desde el punto de vista de la economía nacional o del interés público, se
propondrá la enajenación de la participación estatal o bien su disolu­
ción o liquidación. La enajenación de los títulos representativos del ca­
pital social, propiedad del Gobierno Federal, podrá realizarse a través
de los procedimientos bursátiles propios del mercado de valores o de las
sociedades nacionales de crédito; la fusión o liquidación de las empre­
sas de participación estatal mayoritaria se efectuará conforme a los li­
ncamientos o disposiciones establecidas en los estatutos de la empresa y
en la legislación correspondiente (arts. 32, 39 y 68 de la Ley Federal de
Entidades Paraestatales). Por su parte, la LCM establece que las empre­
sas de participación estatal constituidas como sociedades mercantiles
podrán ser declaradas en concurso mercantil (art. 5o LCM).
Como parte de la administración pública paraestatal, junto con las
anteriores y los organismos descentralizados, tenemos los fideicomisos
públicos que son los constituidos por el Gobierno federal o alguna de las
demás entidades paraestatales con el propósito de auxiliar al Ejecutivo
Federal en las atribuciones del Estado para impulsar las áreas priorita­
rias del desarrollo, y que cuenten con una estructura orgánica análoga
a las otras entidades y tengan comités técnicos. La Secretaría de Ha­
cienda y Crédito Público actuará como fideicomitente único de la admi­
nistración pública centralizada (art. 47 de la Ley Orgánica de la Adminis­
tración Pública Federal).
68
ELEMENTOS DE DERECHO MERCANTIL MEXICANO
6. LAS SOCIEDADES MERCANTILES EXTRANJERAS.
SU RÉGIMEN LEGAL
Para que las sociedades extranjeras tengan la calidad de comercian­
tes se requiere que ellas, o sus agencias y sucursales, ejerzan actos de
comercio dentro del territorio nacional (art. 3o, frac. III, Cód. Com.).
Conforme al artículo 8o de la Ley de Nacionalidad (D.O. 23 de enero
de 1998) son personas morales de nacionalidad mexicana las que se
constituyan conforme a las leyes mexicanas y tengan en el territorio na­
cional su domicilio legal. A contrario sensu, serán sociedades extranje­
ras las que se constituyan de acuerdo con leyes extranjeras y tengan su
domicilio en el extranjero. Conforme al artículo 9o de la misma ley, las
personas físicas y morales extranjeras deberán cumplir con lo señalado
por el artículo 27 constitucional.
La LSM, en su artículo 250, reconoce personalidad jurídica a las
sociedades mercantiles extranjeras legalmente constituidas.
Las sociedades extranjeras, sin embargo, solamente podrán ejercer
el comercio dentro de nuestro territorio a partir de su inscripción en el
Registro Público de Comercio, inscripción que se efectuará previa auto­
rización de la Secretaría de Economía (art. 251, LSM) para las personas
morales extranjeras que pretendan realizar habitualmente actos de co­
mercio en la República (art. 17, frac. I. LIE).5 La autorización se dará
una vez cumplidos los requisitos siguientes: a) que dichas personas
comprueben que están constituidas de acuerdo con las leyes de su país;
b) que el contrato social y demás documentos constitutivos de dichas
personas no sean contrarios a los preceptos de orden público estableci­
dos en las leyes mexicanas; y c) que se establezcan en la República o
tengan en ellas algunas agencias o sucursales (art. 17-A, LIE).
La LIE establece que la inversión extranjera podrá participar en
cualquier proporción en el capital social de sociedades mexicanas, ad­
quirir activos fijos, ingresar a nuevos campos de actividad económica o
fabricar nuevas líneas de productos, abrir y operar establecimientos, y
ampliar o relocalizar los ya existentes, salvo lo dispuesto por la misma
5
También deben obtener autorización de la Secretaria de Economía las personas
morales extranjeras de naturaleza privada que no estén reguladas por leyes distintas al
Código Civil Federal (art. 17, frac. II, LIE). La existencia, capacidad para ser titular de
derechos y obligaciones, funcionamiento, transformación, disolución, liquidación y fusión
de tales personas morales extranjeras de naturaleza privada, se regirán por el derecho de
constitución. Se entiende por éste, aquél del Estado en que se cumplan los requisitos
de forma y fondo requeridos para la creación de dichas personas morales. El Cód. Civ.
dispone que el reconocimiento de la capacidad de una persona moral extranjera, en
ningún caso, excederá a la que le otorgue el derecho conforme al cual se constituyó
(art. 2736, Cód. Civ.).
LAS SOCIEDADES MERCANTILES. PARTE GENERAL
69
ley (art. 4o, LIE). La ley establece tres grandes áreas de limitación a la
inversión extranjera, a) Las áreas económicas estratégicas reservadas
de manera exclusiva al Estado mexicano; b) las actividades económicas
y sociedades reservadas exclusivamente a mexicanos o a sociedades
mexicanas con cláusula de exclusión de extranjeros; y c) las limitaciones
porcentuales a la inversión extranjera en actividades económicas y so­
ciedades establecidas por el artículo 7o de la LIE.
Las áreas económicas estratégicas reservadas de manera exclusiva
al Estado mexicano fueron enumeradas en el inciso interior; las activi­
dades económicas y sociedades reservadas exclusivamente a mexicanos
o a sociedades mexicanas con cláusula de exclusión de extranjeros son
las siguientes; a) transporte terrestre nacional de pasajeros, turismo y
carga, sin incluir los servicios de mensajería y paquetería; bj comercio
al por menor de gasolina y distribución de gas licuado de petróleo; c) ser­
vicios de radiodifusión y otros de radio y televisión, distintos de televi­
sión por cable; d) instituciones de banca de desarrollo, en los términos
de la ley de la materia; y e) la prestación de los servicios profesionales y
técnicos que expresamente señalen las disposiciones legales aplicables.
En estas actividades o sociedades, la inversión extranjera no podrá par­
ticipar directamente, ni a través de fideicomisos, convenios, pactos so­
ciales o estatutarios, esquemas de piramidación u otro mecanismo que
les otorgue contro! o participación alguna, con excepción de los casos
de inversión neutra (art. 6o LIE). Inversión neutra es la realizada en so­
ciedades o en fideicomisos que únicamente otorga derechos pecuniarios
a sus tenedores así como derechos corporativos limitados, sin que ten­
gan derecho de voto en las asambleas ordinarias generales de las socie­
dades o que constituyan series especiales de acciones sin derecho a
voto. La inversión neutra no se computará para determinar el porcenta­
je de inversión extranjera en el capital social de sociedades mexicanas
(Título quinto LIE).
En las actividades económicas y sociales con regulación específica,
la inversión extranjera podrá participar en los porcentajes siguientes:
A. Hasta el 10% en: sociedades cooperativas de producción;
B. Hasta el 25% en: a) transporte aéreo nacional; b) transporte en
aerotaxi; y c) transporte aéreo especializado;
C. Hasta el 49% en: a) instituciones de seguros; b) instituciones de
fianzas; c) casas de cambio; d) almacenes generales de depósito;
e) sociedades a las que se refiere el artículo 12 bis de la Ley del
Mercado de Valores; f) administradoras de fondos para el retiro;
g) fabricación y comercialización de explosivos, armas de fuego,
cartuchos, municiones y fuegos artificiales, sin incluir la adqui­
sición y utilización de explosivos para actividades industriales y
extractivas, ni la elaboración de mezclas explosivas para el con­
70
ELEMENTOS DE DERECHO MERCANTIL MEXICANO
sumo de dichas actividades; h) impresión y publicación de perió­
dicos para circulación exclusiva en territorio nacional; i) acciones
serie "T" de sociedades que tengan en propiedad tierras agríco­
las, ganaderas y forestales; j) pesca en agua dulce, costera y en la
zona económica exclusiva, sin incluir acuacultura; k) adminis­
tración portuaria integral; l) servicios portuarios de pilotaje a las
embarcaciones para realizar operaciones de navegación interior
en los términos de la Ley de la materia; m) sociedades navieras
dedicadas a la explotación comercial de embarcaciones para la
navegación interior y de cabotaje, con excepción de cruceros tu­
rísticos y la explotación de dragas y artefactos navales para la
construcción, conservación y operación portuaria; n) suministro
de combustibles y lubricantes para embarcaciones y aeronaves y
equipo ferroviario, y o) sociedades concesionarias en los térmi­
nos de los artículos 11 y 12 de la Ley Federal de Telecomunica­
ciones (art. 7o LIE).
Para que la inversión extranjera participe en un porcentaje mayor
al 49% en las actividades económicas y sociedades que se señalan a
continuación, se requiere resolución favorable de la Comisión Nacional
de Inversiones Extranjeras: a) servicios portuarios a las embarcaciones
para realizar sus operaciones de navegación interior, tales como el re­
molque, am arre de cabos y lanchaje; b) sociedades navieras dedicadas a
la explotación de embarcaciones exclusivamente en tráfico de altura;
c) sociedades concesionarias o permisionarias de aeródromos de servi­
cio al público; d) servicios privados de educación preescolar, primaria,
secundaria, media superior, superior y combinados; e) servicios legales;
f) sociedades de información crediticia; g) instituciones calificadoras de
valores; h) agentes de seguros; i) telefonía celular; j) construcción de ductos para la transportación de petróleo y sus derivados; k) perforación
de pozos petroleros y de gas, y l) construcción, operación y explotación
de vías férreas que sean vía general de comunicación, y prestación de
servicio público de transporte ferroviario (art. 8o, LIE).
C a p ít u l o
IV
LAS SOCIEDADES M ERCANTILES.
CONCEPTOS GENERALES
1. LA PERSONALIDAD JURÍDICA
El artículo 2o de la LSM otorga personalidad jurídica a las socieda­
des mercantiles inscritas en el Registro de Comercio, y también a aque­
llas, que sin haber cumplido ese requisito, se exterioricen como tales
frente a terceros. Por su parte, la fracción III del artículo 25 del Código
Civil Federa], atribuye el carácter de personas morales a las sociedades
mercantiles.
La atribución de personalidad jurídica a las sociedades mercantiles
les confiere el carácter de sujetos de derecho, las dota de capacidad jurí­
dica de goce y de ejercicio. Esto es, en tanto que personas morales, las
sociedades mercantiles son sujetos de derecho y obligaciones: pueden
ejercitar todos los derechos y asumir todas las obligaciones que sean
necesarios para la realización de la finalidad de su institución (art. 26
Cód. civ.).
La sociedad mercantil es una persona jurídica distinta de la de sus
socios, y, en tal virtud, tiene un patrimonio, un nombre, un domicilio y
una nacionalidad distintos a los de sus socios. El reconocimiento de la
personalidad jurídica —escribe Ferri— determina una completa auto­
nomía entre la sociedad y la persona de los socios. La sociedad posee
organización, un patrimonio y una voluntad propios; tiene, además, de­
nominación y domicilio también propios.
Frente a terceros la personalidad jurídica de las sociedades mercan­
tiles produce importantes efectos. En primer lugar, los acreedores parti­
culares de un socio no podrán, mientras dure la sociedad, hacer efecti­
vos sus derechos sobre el patrimonio social sino sólo sobre las utilidades
que correspondan al socio según los correspondientes estados financie­
ros y cuando se disuelva la sociedad, sobre la cuota o porción que a di­
cho socio corresponda en la liquidación (art. 23 LSM). Por otra parte, la
1 FERRl, Manuale di dirilto commerciale, p. 187.
72
ELEMENTOS DE DERECHO MERCANTIL MEXICANO
sentencia que se pronuncie contra la sociedad condenándola al cumpli­
miento de obligaciones respecto a terceros, sólo tendrá fuerza de cosa
juzgada contra los socios cuando éstos hayan sido demandados conjun­
tamente con la sociedad, con la salvedad de que, cuando la obligación
de los socios se limite al pago de sus respectivas aportaciones, la ejecu­
ción de la sentencia se limitará al monto insoluto exigible de tales apor­
taciones (art. 24 LSM).
En materia de quiebra la personalidad jurídica de las sociedades
mercantiles se manifiesta claramente en el principio que establece la
autonomía entre los patrimonios de la sociedad y de los socios. En efec­
to, como regla general, la quiebra de la sociedad no produce la de sus
socios, ni la de éstos la quiebra de aquélla. Existen, sin embargo, excep­
ciones a esta regla general. Así, el artículo 14 de la LCM dispone que la
declaración de concurso mercantil de una sociedad determina que los
socios ilimitadamente responsables sean considerados para todos los efec­
tos en concurso mercantil, y que el concurso mercantil de una sociedad
irregular provocará el de los socios ilimitadamente responsables y el de
aquellos contra los que se pruebe que sin fundamento objetivo se tenían
por limitadamente responsables.
Se requiere permiso de la Secretaría de Relaciones Exteriores para
la constitución de sociedades. Se deberá insertar en los estatutos de las
sociedades que se constituyan, la cláusula de exclusión de extranjeros o
el convenio previsto en la fracción 1 del artículo 27 constitucional (LIE,
art. 15).
2. PATRIMONIO SOCIAL Y CAPITAL SOCIAL
Las sociedades mercantiles, en tanto que personas morales, tienen
un patrimonio constituido por el conjunto de sus bienes y derechos. Este
patrimonio social se integra inicialmente con las aportaciones de los
socios y, después, sufre las variaciones que la marcha de los negocios de
la sociedad le imprime.
El capital social es el monto establecido en el acto constitutivo de la
sociedad y expresado en moneda de curso legal, como valor de las apor­
taciones realizadas por los socios.2 Como escribe Mantilla Molina,3 "el
capital social es la cifra en que se estima la suma de las obligaciones de
dar de los socios, y señala el nivel mínimo que debe alcanzar el patri­
monio social para que los socios puedan disfrutar de las ganancias de
la sociedad".
El capital es elemento esencial, indispensable, de toda sociedad
2 F e r r i , Manuale di diritto commerciale, p. 187.
3 Derecho mercantil, p. 204.
LAS SOCIEDADES MERCANTILES. CONCEPTOS GENERALES
73
mercantil. La fracción V del artículo 6o de la LSM establece que la escri­
tura constitutiva deberá indicar el importe del capital social. Sin este
requisito, la sociedad no puede nacer a la vida jurídica.
Ninguna sociedad podrá, pues, constituirse a menos que los socios
aporten un capital determinado, fijando al efecto su cuantía en la escri­
tura constitutiva. La existencia de dicho capital es presupuesto necesa­
rio para el nacimiento y para el funcionamiento de la sociedad. Su pér­
dida, en la proporción que la ley establece, produce la disolución de la
sociedad (art. 229, frac. V, LSM). Además, para algunas se impone legalmente la existencia de un capital mínimo (así sucede, como veremos,
con las sociedades de responsabilidad limitada, anónimas, en comandi­
ta por acciones y de capital variable: véanse artículos 62, 89, frac. II,
208 y 217 LSM).
Debe distinguirse entre los conceptos de capital social y patrimonio
social. El capital social es la cifra aritmética que representa el valor de
las aportaciones de los socios; el patrimonio social es el conjunto de bie­
nes y derechos realmente poseídos por la sociedad en un momento
determinado.
El patrimonio social posee un carácter esencialmente mudable: su­
fre las constantes oscilaciones que el éxito o fracaso de las operaciones
sociales le imprimen. El capital social, por el contrario, es inmutable,
fijo; salvo el caso de aumento o reducción realizado legalmente.
3. AUMENTO Y REDUCCIÓN DEL CAPITAL SOCIAL
Las sociedades mercantiles, a través de las reglas establecidas por
la ley para cada tipo social, pueden reducir o aumentar su capital (art.
9o LSM).
El aumento del capital puede efectuarse medíante nuevas aportacio­
nes que los socios hagan a la sociedad o por el ingreso de nuevos socios
(aumento real), o bien mediante la incorporación al capital de las reser­
vas de la sociedad o por revaluación del activo (aumento puramente
contable).
La reducción del capital social puede tener lugar mediante reembol­
so a los socios de sus aportaciones o liberación concedida a los mismos
de exhibiciones aún no realizadas, o en el caso de pérdida del capital.
En el caso de reducción de capital, excepto cuando se origina por
pérdidas, como la misma implica una disminución de la garantía de los
acreedores sociales, la ley otorga a éstos un derecho de oposición del
acuerdo respectivo.
Así, el artículo 9o de la LSM, establece que el acuerdo de reducción
del capital social, se publicará por tres veces en el periódico oficial de la
entidad federativa en la que tenga su domicilio la sociedad, con interva-
74
ELEMENTOS DE DERECHO MERCANTIL MEXICANO
los de diez días. Los acreedores de la sociedad —separada o conjunta­
mente—, podrán oponerse ante la autoridad judicial a dicha reducción
desde el día en que se haya tomado la decisión por la sociedad, hasta
cinco días después de la última publicación. Mientras se tram ita la opo­
sición se suspenderá la reducción a menos que la sociedad pague los
créditos, o los garantice a satisfacción del juez que conozca del asunto,
o hasta que cause ejecutoria la sentencia que declare que la oposición es
infundada.
4. LAS APORTACIONES
El concepto de capital social está vinculado estrechamente al de
aportación. El capital social se constituye precisamente con las aporta­
ciones de los socios. Aportación equivale a "toda prestación y, por tanto,
a cualquier cosa que tenga un valor en uso o en cambio, a cualquier de­
recho, ya sea de propiedad, de uso, de usufructo, etc.".4
Pueden ser objeto de aportación cualesquier prestaciones suscepti­
bles de valuación económica.
Las aportaciones de los socios pueden ser: de dinero (aportaciones
en numerario), de bienes de otra naturaleza (aportaciones en especie),
de trabajo (aportaciones de industria) o de créditos. En todo caso, el
valor de las aportaciones que consistan en bienes distintos del numera­
rio, ha de expresarse necesariamente en dinero, señalándose el criterio
seguido para su valoración (art. 6o, frac. VI, LSM).
Las aportaciones de bienes, según el artículo 11 de la LSM, se enten­
derán siempre, salvo pacto en contrario, traslativas de dominio, y el ries­
go de la cosa no será a cargo de la sociedad, sino hasta que se le haga la
entrega correspondiente.
Cuando se trate de aportación de crédito, el aportante (cedente) res­
ponderá de la existencia y legitimidad de los mismos, así como de la
solvencia del deudor en la época de la aportación, y de que si se trata de
títulos de crédito, éstos no han sido objeto de la publicidad que previene
la Ley General de Títulos y Operaciones de Crédito para el caso de pér­
dida de dichos valores. Estas responsabilidades del que aporta créditos
no pueden ser limitadas por pacto en contrario (art. 12 LSM).
5. LAS RESERVAS
Las reservas son aquellas inmovilizaciones de las utilidades, im­
puestas por la ley (reservas legales) o por los estatutos de la sociedad
(reservas estatutarias), o que eventualmente acuerdan los socios (reser4 V iv a n te , Tratado de derecho mercantil, M a d rid , 1942. T. 1, p. 33.
LAS SOCIEDADES MERCANTILES. CONCEPTOS GENERALES
75
vas voluntarias), para asegurar la estabilidad del capital social frente a
las oscilaciones de valores o frente a las pérdidas que puedan producir­
se en alg^ín ejercicio.
“El legislador no solamente ha procurado que no disminuya el capi­
tal social, sino que ha buscado consolidar la base del patrimonio de la
sociedad”5 Así, la LSM, en su artículo 20, dispone la obligación a cargo
de todas las sociedades mercantiles, de formar un fondo de reserva (re­
serva legal), que debe constituirse separando de las utilidades netas
anuales un cinco por ciento como mínimo, hasta que importe la quinta
parte del capital social. Este fondo de reserva legal deberá ser reconsti­
tuido en la misma forma, cuando por cualquier motivo disminuyere.
Serán nulos de pleno derecho los acuerdos de los administradores o
de los socios contrarios a la obligación de constituir o reconstituir el
fondo de reserva legal. En cualquier caso en que no se hubiere hecho la
separación de utilidades que previene la ley, los administradores res­
ponsables quedarán ilimitada y solidariamente obligados a entregar a
la sociedad una cantidad igual a la que debieron separar para consti­
tuir o reconstituir la reserva, quedando a salvo los derechos de tales
administradores para repetir en contra de los socios por el valor de lo
que haya sido entregado (art. 21 LSM). Esta obligación de los adminis­
tradores podrá ser exigida por cualquier socio o acreedor de la sociedad
(art. 22 LSM).
Independientemente de la reserva legal a que nos hemos referido, la
escritura social podrá disponer la formación de otros fondos de reserva
(reservas estatutarias) y también podrán los socios acordar eventual­
mente su constitución mediante resoluciones legalmente adoptadas (re­
servas voluntarias).
6. EL NOMBRE DE LAS SOCIEDADES MERCANTILES
Como personas jurídicas, las sociedades mercantiles necesitan un
nombre que las distinga de las demás —y de sus socios— . Así lo exige
la fracción III del artículo 6o de la LSM.
El nombre de las sociedades mercantiles puede ser una razón social
o una denominación. La razón social debe formarse con los nombres de
uno, algunos o todos los socios. La denominación, por el contrario, no
debe contener nombres de socios. La denominación social puede for­
marse libremente, siempre que no origine confusiones con la empleada
por otras sociedades.
Se requiere permiso de la Secretaría de Relaciones Exteriores para
5 M a n t i l l a MOLINA, Derecho mercantil, p. 208.
76
ELEMENTOS DE DERECHO MERCANTIL MEXICANO
que las sociedades constituidas cambien su denominación o razón so­
cial (LIE, art. 16).
7. EL DOMICILIO
La escritura constitutiva de las sociedades mercantiles deberá seña­
lar el domicilio de las mismas. Es éste un requisito esencial del acto
constitutivo (art. 6o, frac. VII, LSM).
El domicilio social puede fijarse libremente, pero, en todo caso, de­
berá ubicarse en el lugar en donde se encuentre establecida su adminis­
tración (art. 33 Cód. civ.).
Para el caso de concurso mercantil se considera domicilio al domi­
cilio social y en caso de irrealidad de éste, el lugar donde tenga la admi­
nistración principal la empresa. En caso de sucursales de empresas ex­
tranjeras será el lugar donde se encuentre su establecimiento principal
en la República Mexicana. Tratándose de comerciante persona física, el
establecimiento principa! de su empresa y, en su defecto, en donde tenga
su domicilio (art. 4o frac. III LCM).
Cuando la sociedad tenga establecidas sucursales que operen en lu­
gares distintos de aquel en que radique la matriz, tendrá su domicilio
en dichos lugares para el cumplimiento de las obligaciones contraídas
por sus sucursales (art. 33 Cód. civ.).
En todo caso, las sociedades tienen el derecho de señalar un domici­
lio convencional, para el cumplimiento de determinadas obligaciones
(art. 34 Cód. civ.).
Para efectos fiscales, en tratándose de personas morales, se conside­
ra como domicilio fiscal, cuando sean residentes en el país, el local en
donde se encuentre la administración principal del negocio; y cuando se
trate de establecimientos de personas morales extranjeras con estableci­
mientos en el país, el establecimiento mismo, cuando exista solo uno y
sí hay diversos, el local donde se encuentre ía administración principal
o, en su defecto, el que designen voluntariamente (art. 10 Código Fis­
cal). Para efectos fiscales, las personas morales deben dar aviso a la
Secretaría de Hacienda y Crédito Público de la apertura y cierre de es­
tablecimientos y sucursales (art. 27 Código Fiscal).
8. LA NACIONALIDAD
Las sociedades mercantiles pueden tener una nacionalidad distinta
a la de sus socios.
Nuestra legislación distingue entre las sociedades mexicanas y las
sociedades extranjeras. De acuerdo con el artículo 9o de la Ley de Na­
cionalidad, debe entenderse por sociedades mercantiles mexicanas, las
LAS SOCIEDADES MERCANTILES. CONCEPTOS GENERALES
77
que se constituyen con arreglo a nuestra ley y tienen su domicilio legal
dentro de la República Mexicana. Son sociedades mercantiles extranje­
ras, en consecuencia, las que no reúnan algunos de estos dos requisitos.
Las sociedades que modifiquen su cláusula de exclusión de extranje­
ros por la de admisión, deberán notificarlo a la Secretaría de Relacio­
nes Exteriores, dentro de los treinta días hábiles siguientes a dicha mo­
dificación (LIE, art. 16).
9. LA FINALIDAD SOCIAL
La fracción II del artículo 6o de la LSM, dispone que la escritura
constitutiva de las sociedades mercantiles deberá indicar el "objeto" de
las mismas, esto es, hacer referencia a la finalidad social.
Así, pues, debe declararse y establecerse en la escritura constitutiva
la clase de actividades que la sociedad se propone realizar. La existen­
cia de un "objeto” o finalidad es requisito indispensable de toda socie­
dad mercantil. Sin él, la sociedad no se explica. Por eso el artículo 229,
fracción II, de la LSM, establece la disolución de las sociedades por im­
posibilidad de seguir realizando su "objeto" principal o por quedar éste
consumado.
Los socios, al constituir la sociedad, persiguen la realización de un
fin común, que constituye el "objeto" social. Hay que advertir, sin em­
bargo, que el carácter de esa finalidad no tiene influencia sobre la natu­
raleza jurídica de la sociedad. Esto es, el carácter mercantil de una so­
ciedad no depende, de acuerdo con nuestro sistema legal, de su
finalidad. La LSM adopta en esta materia un criterio rigurosamente for­
mal. Así, una sociedad será mercantil, independientemente del carácter
comercial o no comercial de su finalidad, siempre que adopte para su
constitución algunos de los tipos reconocidos por la legislación mercan­
til (art. 4o LSM).
El artículo 3o de la LSM, establece que las sociedades que tengan un
"objeto” ilícito serán nulas y se procederá a su inmediata liquidación, a
solicitud que en todo tiempo podrá hacer cualquier persona o el Minis­
terio Publico, sin perjuicio de la responsabilidad a que hubiere lugar
(véanse, además, los arts. 1795, frac. III y 2225 Cod. civ.).
10. LA DURACIÓN DE LA SOCIEDAD
La escritura constitutiva debe indicar también la duración de la so­
ciedad (art. 6o, frac. IV, LSM). Los socios pueden pactar libremente el
plazo de duración de la sociedad. Consideramos contrario al espíritu de
la LSM pactar sociedades con duración indefinida, ya que si bien la ley
no impone plazo —ni en cuanto a su mínimo ni en cuanto a su máxi­
78
ELEMENTOS DE DERECHO MERCANTIL MEXICANO
mo— sí dispone la fijación de un término cierto (arts. 229; frac. I, 232,
233 y 236 LSM). Excepto, claro está, cuando la ley establece como obli­
gatorio —o simplemente permite— que las sociedades sean de duración
indefinida, como sucede, por ejemplo, con las cooperativas (art. Io frac.
IV, LSC), las instituciones de seguros, etc.
11. EL REPARTO DE LAS UTILIDADES
Y DE LAS PÉRDIDAS
Generalmente los socios persiguen con la constitución de la so­
ciedad, y a través de la realización de su finalidad, obtener un lucro,
una utilidad. También el ejercicio de dichas actividades puede originar
pérdidas.
Las utilidades y las pérdidas de la sociedad deben constituirse entre
los socios, según lo establecido en la escritura constitutiva o por el
acuerdo de los socios o, en su defecto, por las siguientes reglas conteni­
das en el artículo 16 de la LSM: a) La distribución de las ganancias o de
las pérdidas entre los socios capitalistas se hará en proporción a sus
aportaciones; b) Al socio industrial corresponderá la mitad de las ga­
nancias, y si fueren varios, esa mitad se dividirá entre ellos por igual;
c) El socio o socios industriales no reportarán las pérdidas.
Son socios capitalistas los que aportan dinero, otros bienes o cré­
ditos; socios industriales, los que aportan su trabajo, su actividad
personal.
Las estipulaciones que excluyan a uno o varios socios de participar
en las ganancias (pacto leonino), no producen ningún efecto legal (art.
17 LSM).
La distribución de utilidades sólo podrá hacerse después de que ha­
yan sido debidamente aprobados por la junta o asamblea de socios los
estados financieros que las arrojen. Tampoco podrá hacerse reparto de
utilidades mientras no hayan sido restituidas o absorbidas mediante
aplicación de otras partidas del patrimonio, las pérdidas sufridas en
uno o varios ejercicios anteriores o haya sido reducido el capital social
(art. 19, LSM).
El pacto en contrario respecto del principio enunciado no produce
efecto legal alguno, y tanto la sociedad como sus acreedores podrán re­
petir por los anticipos o entregas de utilidades hechas en contravención
a dicho principio, contra las personas que las hayan recibido o exigir su
reembolso a los administradores que las hayan pagado, siendo unas y
otros mancomunada y solidariamente responsables de dichos anticipos
y entregas (art. 19, LSM).
LAS SOCIEDADES MERCANTILES. CONCEPTOS GENERALES
79
12. ADMINISTRACIÓN Y REPRESENTACIÓN
Las sociedades mercantiles, como personas morales que son,
obran y se obligan por medio de los órganos que las representan (art. 27
Cód. civ.).
La representación de la sociedad, según el artículo 10 de la LSM,
corresponde a su administrador o administradores, quienes podrán
realizar todas las operaciones y actos inherentes a la finalidad social,
salvo lo que expresamente establezca la ley o la escritura constitutiva.
Toda vez que por la reforma a la LSM publicada en el D.O. del 11 de
junio de 1992 se derogó la obligatoriedad de orden judicial para el regis­
tro de las sociedades (ver incisos 13 y 14 de este capítulo), el art. 10 fue
adicionado con disposiciones relativas a los poderes que otorgue la so­
ciedad. Así, para que surtan efecto los poderes que otorgue la sociedad,
bastará la protocolización ante notario de la parte del acta donde cons­
te el acuerdo relativo de otorgamiento, tomado por la asamblea o el ór­
gano colegiado de administración, en su caso. La parte del acta estará
debidamente firmada por quienes actuaron como presidente o secreta­
rio de la asamblea u órgano de administración, quienes firmarán así
mismo el instrumento notarial.
En la escritura constitutiva debe señalarse la forma en que la socie­
dad será administrada y las facultades de sus administradores, así
como el nombramiento de éstos y la designación de los que deben llevar
la firma social (art. 6o, fracs. IX y X, LSM).
Los administradores de las sociedades mercantiles, por el solo he­
cho de su designación, se reputan autorizados para suscribir y otorgar
letras de cambio, pagarés y cheques a nombre de aquéllas. Los límites
de esa autorización serán los que señalen la escritura constitutiva o los
poderes respectivos (art. 85 LTOC).
El nombramiento y la revocación de los administradores debe ins­
cribirse en el Registro Pública de Comercio (art. 21, frac. VII, Cód.
com.).
En caso de concurso mercantil y quiebra, en su caso, las obligacio­
nes recaerán a cargo de quienes, de acuerdo con la ley, los estatutos vi­
gentes o su acta constitutiva, tengan la representación de la persona
moral (art. 196, LCM). Asimismo, en caso de delitos en situación de con­
curso mercantil, y cuando el comerciante sea persona moral, la respon­
sabilidad penal recaerá sobre los miembros del consejo de administra­
ción, los administradores, directores, gerentes o liquidadores de la
misma que sean autores o partícipes del delito (art. 273, LCM).
80
ELEMENTOS DE DERECHO MERCANTIL MEXICANO
13. FORMA. LA ESCRITURA CONSTITUTIVA
La LSM (art. 5o) exige que la constitución de las sociedades mercan­
tiles se haga constar ante notario, esto es, en escritura pública.
La exigencia formal de la escritura pública en materia de socieda­
des mercantiles implica una excepción al principio general de libertad
de forma contractual consagrado por el Código de Comercio. "Excep­
ción que se explica por la importancia misma del contrato de sociedad,
por la complejidad habitual de sus cláusulas y por las consecuencias
que trae la constitución de la sociedad en orden al nacimiento de un
ente jurídico nuevo".6
La reforma a la LSM publicada en el D.O. el 11 de junio de 1992 que,
entre otros aspectos, derogó la obligatoriedad de la orden judicial para
la inscripción de las escrituras de las sociedades, adicionó el art. 5o con el
señalamiento de que el notario no autorizará la escritura cuando los esta­
tutos o sus modificaciones contravengan lo dispuesto por la LSM.
Los requisitos de la escritura constitutiva son los siguientes: Io Los
nombres, nacionalidad y domicilio de las personas físicas o jurídicas
que constituyan la sociedad; 2o Razón social o denominación; 3o El “ob­
jeto" o finalidad social; 4o El importe del capital social; 5o La expresión
de lo que cada socio aporte en dinero o en otros bienes, el valor atribuido
a éstos y el criterio seguido para su valoración; 6o El importe del fondo
de reserva legal; 7o El domicilio; 8o La duración; 9o La forma de admi­
nistración y las facultades de los administradores; 10° El nombramiento
de los administradores y la designación de los que han de llevar la fir­
ma social; 11° La forma de hacer el reparto de las ganancias y pérdidas
entre los socios; 12° Los casos en que la sociedad haya de disolverse
anticipadamente; 13° Las bases para practicar la liquidación de la so­
ciedad y el modo de proceder a la designación de los liquidadores, cuan­
do no sean nombrados anticipadamente (art. 6o LSM).
Los requisitos señalados en los incisos Io a 5o, 7o y 8o, son esenciales.
Sin ellos la sociedad no podrá existir. Los señalados en los otros incisos
pueden suplirse mediante la aplicación de disposiciones de la LSM.
Todos los requisitos antes indicados, así como las demás reglas que
se establezcan en la misma escritura sobre la organización y funciona­
miento de la sociedad, constituirán sus estatutos.
14. EL REGISTRO DE LAS SOCIEDADES MERCANTILES
El artículo 19 del Código de Comercio, dispone que la inscripción
en el Registro de Comercio es obligatoria para todas las sociedades
6 URIA, Derecho mercantil, p. 100.
LAS SOCIEDADES MERCANTILES. CONCEPTOS GENERALES
81
mercantiles, en cuanto a su constitución, transformación, fusión, esci­
sión, disolución y liquidación (arts. 2o y 7o, LSM).
Así pues, la constitución de una sociedad mercantil será perfecta
cuando quede inscrita en el Registro de Comercio. La falta de inscrip­
ción origina la irregularidad de la sociedad, con las consecuencias y
efectos que posteriormente examinaremos.
En el caso de que la escritura constitutiva no se presentare para su
inscripción en el Registro de Comercio, dentro del término de quince
días, a partir de su fecha, cualquier socio podrá demandar dicho regis­
tro (art. 7o LSM).
Con anterioridad a la reforma de la LSM publicada en el D.O. el 11
de junio de 1992, que derogó los arts. 260 a 264, la ley exigía la califi­
cación judicial (homologación) de la escritura constitutiva de las socie­
dades para efectos de su registro. Esta calificación tenía la función de
comprobar que las disposiciones legales correspondientes estaban
satisfechas.
De acuerdo con la reforma, la calificación corresponde al notario
ante el que se constituyan las sociedades, toda vez que la reforma mencio­
nada adicionó el art. 5o con el señalamiento de que el notario no autori­
zará la escritura si los estatutos —o sus modificaciones, en su caso—
contravienen lo dispuesto por la Ley General de Sociedades Mercantiles.
15.
MODIFICACIÓN
DE LA ESCRITURA CONSTITUTIVA
Las modificaciones de la escritura constitutiva deberán hacerse
constar también en escritura pública, e inscribirse en el Registro de Co­
mercio (arts. 21, frac. V, Cód. com.; 5o LSM).
Posteriormente examinaremos las reglas particulares a cada tipo de
sociedad mercantil, que deben seguirse para la reforma de sus estatutos.
16. LA NULIDAD
DE LAS SOCIEDADES MERCANTILES
En principio, como consecuencia natural del hecho de que el naci­
miento de las sociedades mercantiles esté precedido de la comproba­
ción ante un fedatario público de la legalidad de su constitución, es la
de que no serán atacables las inscripciones del Registro de Comercio, ni
por los socios ni por terceros y no habrá, por tanto, lugar a juicios de
nulidad de sociedades. Lograda la inscripción sólo mediante la disolu­
ción y liquidación llevadas a cabo en los términos y con las condiciones
que sobre el particular fija la LSM, podrá extinguirse la personalidad
jurídica de las mismas sociedades (V. Exposición de Motivos de la LSM).
82
ELEMENTOS DE DERECHO MERCANTIL MEXICANO
El segundo párrafo deJ artículo 2o de la LSM establece en forma termi­
nante, que las sociedades inscritas en el Registro de Comercio no po­
drán ser declaradas nulas.
La protección de los terceros de buena fe, que contratan con las
sociedades inscritas, confiados en la seguridad que la institución del
registro mercantil les inspira, confianza que se vería burlada por la
posible declaración de nulidad de esas sociedades y, como consecuen­
cia, )a extinción de la persona moral, explica y justifica la disposición
mencionada.
Se exceptúa, por razones obvias, el caso de las sociedades que ten­
gan un "objeto" ilícito o ejecuten habitualmente actos ilícitos. Estas so­
ciedades serán nulas y se procederá a su inmediata liquidación, a solici­
tud que en todo tiempo podrá hacer cualquier persona o el Ministerio
Público, sin perjuicio de la responsabilidad penal a que hubiere lugar
(art. 3o LSM).
La liquidación de estas sociedades afectadas de nulidad absoluta, se
limitará a la realización del activo social para el pago de las deudas so­
ciales, y el remanente, en su caso, se aplicará para cubrir la posible
responsabilidad civil. En defecto de esta última, dicho remanente se en­
tregará a la Beneficencia Pública de la localidad en la que la sociedad
haya tenido su domicilio (art. 3o LSM).
C a p ít u l o V
LAS SO CIEDAD ES IR R E G U L A R E S
1.
IRREGULARIDAD
DE LAS SOCIEDADES MERCANTILES
La irregularidad de las sociedades mercantiles puede derivar del in­
cumplimiento del mandato legal que exige que la constitución de las
mismas se haga constar en escritura pública o del hecho de que, aun
constando en esa forma, la escritura no haya sido debidamente inscrita
en el Registro de Comercio.
Las sociedades mercantiles con esos defectos se conocen con el
nombre de sociedades irregulares.
Nos referiremos especialmente al caso de las sociedades mercan­
tiles cuya escritura constitutiva no ha sido inscrita en el Registro de
Comercio.
De acuerdo con el texto original del artículo 2o de la LSM, las socie­
dades mercantiles no inscritas en el Registro Público carecían de perso­
nalidad jurídica.
La incertidumbre e inseguridad de las situaciones producidas por
una disposición semejante, en las relaciones del tráfico comercial, obli­
gó al legislador, en el año de 1943, a reformar el citado artículo 2o de la
LSM. De acuerdo con el texto reformado vigente de dicho precepto, las
sociedades no inscritas en el Registro de Comercio, que se hayan exte­
riorizado como tales frente a terceros, consten o no en escritura públi­
ca, tendrán también personalidad jurídica.
Las sociedades irregulares tienen, pues, en nuestro sistema legislati­
vo, personalidad jurídica, siempre y cuando se exterioricen como tales
sociedades frente a terceros.
2. EFECTOS DE LA IRREGULARIDAD
DE LAS SOCIEDADES MERCANTILES
Las sociedades mercantiles irregulares están sujetas, sin embargo,
a un régimen distinto al de las regulares. Esto es, la irregularidad de
83
84
ELEMENTOS DE DERECHO MERCANTIL MEXICANO
las sociedades mercantiles produce ciertos efectos especiales, que va­
mos a examinar brevemente.
A. R e s p o n s a b il id a d d e l o s r e p r e s e n t a n t e s
DE LAS SOCIEDADES IRREGULARES
Los representantes de las sociedades mercantiles, como regla gene­
ral, no quedan obligados personalmente por los actos que realizan en
nombre de sus representadas. En cambio, tratándose de los represen­
tantes de sociedades irregulares, éstos responden solidaria e ilimitada­
mente, aunque de modo subsidiario, frente a terceros, del cumplimiento
de los actos jurídicos que realicen con tal carácter, sin perjuicio de la
responsabilidad penal en que hubieren incurrido, cuando los terceros
resultaren perjudicados (art. 2o LSM). Este principio está confirmado
por el párrafo último del artículo 7o de la LSM, que dispone que las per­
sonas que celebren operaciones a nombre de la sociedad, antes del re­
gistro de la escritura constitutiva, contraerán frente a terceros respon­
sabilidad ilimitada y solidaria, por dichas operaciones.
Además, los representantes de las sociedades irregulares son res­
ponsables de los daños y perjuicios que la irregularidad hubiere ocasio­
nado a los socios no culpables de ella (art. 2o LSM).
B . E f e c t o s e n r e l a c ió n a t e r c e r o s
El contrato de sociedad no inscrito no puede oponerse ni causar
perjuicio a los terceros de buena fe, los cuales sí podrán aprovecharlo
en lo que les fuere favorable (art. 27 Cód. com.). Por ejemplo, no podrán
oponerse a un tercero de buena fe las limitaciones a las facultades de
los administradores de una sociedad, si la escritura constitutiva, en la
cual constan dichas limitaciones, no está inscrita en el Registro de
Comercio.
C. E f e c t o s e n m a t e r ia d e c o n c u r s o m e r c a n t il
De la lectura del artículo 14 de la Ley de Concursos Mercantiles
(LCM) se entiende que una sociedad irregular puede ser declarada en
concurso mercantil. A este respecto, la Exposición de Motivos de la Ley
de Quiebras y Suspensión de Pagos, abrogada por la Ley de Concursos
Mercantiles, señalaba que la única solución aconsejada por la experien­
cia y por la doctrina universal es la de admitir la quiebra de las socieda­
des irregulares. "Pero al adm itir la quiebra, de la sociedad irregular
—dice la Exposición de Motivos— no por eso había de quedar sin san­
ción la falta cometida por los socios que indebidamente no procedieron
a la inscripción de la misma; por eso la ley complementa el reconoci­
miento de la posibilidad de la quiebra de una sociedad irregular, con la
LAS SOCIEDADES IRREGULARES
85
declaración que implica también la de los socios que sin fundamento
objetivo se tenían por limitadamente responsables." Mismo criterio re­
coge la LCM, en el artículo mencionado, que establece que el concurso
mercantil de una sociedad irregular provocará el de los socios ilim ita­
damente responsables y el de aquéllos contra los que se pruebe que sin
fundamento objetivo se tenían por limitadamente responsables.
D. E f e c t o s e n t r e l o s s o c io s
La falta de inscripción del contrato social no afecta las relaciones de
los socios entre sí. Es decir, el contrato social, aunque no sea inscrito,
produce todos sus efectos entre los socios, rige sus relaciones y los obli­
ga recíprocamente. En el párrafo cuarto del artículo 2o de la LSM, se
establece que las relaciones internas de las sociedades irregulares se regi­
rán por el contrato social respectivo y, en su defecto, por las disposicio­
nes generales y por las especiales de la citada ley, según la clase de so­
ciedad de que se trate.
E . L a s s o c ie d a d e s a n ó n im a s i r r e g u l a r e s
NO p o d r á n e m it ir b o n o s u o b l ig a c io n e s
Sin embargo, cualquier socio podrá exigir la regularización de la
sociedad. Así, e) párrafo segundo del artículo 7o de la LSM dispone que,
en el caso de que la escritura social no se presentare para su inscrip­
ción en el Registro de Comercio dentro del término de quince días, a
partir de su fecha, cualquier socio podrá demandar dicho registro. Ade­
más, los socios culpables de la irregularidad responden frente a los no
culpables, de los daños y perjuicios que dicha irregularidad ocasione a
estos últimos (art. 2o, in fine, LSM).
3. SOCIEDADES IRREGULARES
POR FALTA DE ESCRITURA PÚBLICA
Otro caso de irregularidad se presenta cuando el contrato social no
se otorga en escritura pública, pero contiene los requisitos esenciales
que la ley exige.
En este caso, cualquier persona que figure como socio podrá de­
m andar el otorgamiento de la escritura correspondiente (art. 7o LSM).
4. MODIFICACIÓN, IRREGULAR
DEL CONTRATO DE SOCIEDAD
Las modificaciones del contrato social deben hacerse constar tam ­
bién en escritura pública (art. 5o LSM) e inscribirse en el Registro de
86
ELEMENTOS DE DERECHO MERCANTIL MEXICANO
Comercio (art. 21, frac. V, Cód. com.). Cuando no se cumplan los requi­
sitos mencionados nos encontraremos frente a un caso de modificación
irregular del contrato social, con los siguientes efectos: a) La modifica­
ción produce plenamente sus efectos entre los socios; b) La modificación
no podrá oponerse a los terceros de buena fe ni les causará perjuicio;
c) Los terceros podrán aprovecharse de dichas modificaciones en
cuanto les favorezcan. Todo ello a la luz del artículo 26 del Código de
Comercio.
C a p ít u l o
VI
LAS SOCIEDADES EN NOMBRE COLECTIVO
Y
EN COMANDITA SIM PLE
1. CONCEPTO
Sociedad en nombre colectivo es aquella que existe bajo una razón
social y en la que todos los socios responden de modo subsidiario, ilimi­
tada y solidariamente, de las obligaciones sociales (art. 25 LSM).
La Exposición de Motivos de la LSM señala que la regulación legal
conserva la estructura tradicional de la colectiva, como una sociedad
fundada sobre el crédito personal de los socios y la recíproca confianza
entre ellos.
Sociedad en comandita simple es la que existe bajo una razón social
y se compone de uno o varios socios comanditados que responden de
manera subsidiaria, ilimitada y solidariamente, de las obligaciones so­
ciales, y de uno o varios socios comanditarios, que únicamente están
obligados al pago de sus aportaciones (art. 51 LSM).
De las definiciones anteriores debemos destacar estas dos notas
esenciales: la existencia de la sociedad bajo una razón social y el carác­
ter de la responsabilidad de los socios por las obligaciones sociales.
Debemos señalar la importancia puramente teórica o histórica de
estos tipos sociales ya que en la práctica su uso es escasísimo.
2. LA RESPONSABILIDAD DE LOS SOCIOS
El artículo 25 de la LSM establece que los socios de las sociedades
en nombre colectivo responden de las obligaciones sociales en forma
subsidiaria, ilimitada y solidariamente. Igual responsabilidad prevé el
artículo 51 del ordenamiento citado, por lo que se refiere a los socios
comanditados de las sociedades en comandita simple.
La responsabilidad es subsidiaria porque los acreedores sociales so­
lamente pueden hacerla efectiva en el patrimonio de los socios después
de haberlo intentado inútilmente en los bienes de la sociedad. En efecto,
el artículo 24 de la LSM establece que la sentencia que se pronuncie
87
v
88
ELEMENTOS DE DERECHO MERCANTIL MEXICANO
contra la sociedad condenándola al cumplimiento de obligaciones res­
pecto de tercero, tendrá fuerza de cosa juzgada contra los socios, cuan­
do éstos hayan sido demandados conjuntamente con la sociedad; pero
que, en todo caso, la sentencia se ejecutará primero en los bienes de la
sociedad, y sólo a falta o insuficiencia de los mismos, en los bienes de
los socios demandados.
La responsabilidad es solidaria porque los acreedores sociales pue­
den exigir de cada socio el cumplimiento íntegro de la obligación de la
sociedad. Esto es, la deuda no se dividirá en tantas partes como socios
haya, quedando cada uno obligado nada más a) pago de la parte pro­
porciona!, como sucedería si la responsabilidad fuera mancomunada.
Se trata de un caso típico de solidaridad pasiva (art. 1987 Cód. civ.), en
virtud de la cual los acreedores sociales pueden exigir de todos los so­
cios, o de cualesquiera de ellos, el pago total de la deuda. Si reclaman
todo de un socio y éste resulta insolvente, pueden reclamarlo de los de­
más (art. 1989 Cód. civ.). El socio que paga por entero la deuda social,
tiene derecho, desde luego, a exigir de los otros socios la parte propor­
cional que en ella les corresponda (art. 1999 Cód. civil).
La responsabilidad es ilimitada porque los socios responden de las
deudas sociales en su totalidad y con todos sus bienes, independiente­
mente de la participación que tengan en la sociedad. Esto es, los socios
no responden solamente del pago de sus respectivas aportaciones y has­
ta el límite de las mismas, sino de todas las obligaciones sociales, aun­
que el importe de éstas exceda el monto de aquéllas.
La responsabilidad ilimitada y solidaria de los socios colectivos y
comanditados por las obligaciones sociales, es un principio inderogable.
Por tanto, las cláusulas del contrato de sociedad que pretendan limitar
dicha responsabilidad no producirán efecto legal alguno en relación a
terceros. Sin embargo, los socios pueden pactar con efectos internos
que la responsabilidad de alguno o algunos de ellos se limite a una por­
ción determinada y este pacto tendrá entre los propios socios plena efi­
cacia (art. 26 LSM).
En la sociedad en comandita simple, junto a los socios comandita­
dos —con responsabilidad subsidiaria, ilimitada y solidaria—, existe
otra clase de socios: los comanditarios, que únicamente están obligados
al pago de sus aportaciones (art. 51 LSM). Esto es, su responsabilidad
por las obligaciones sociales se limita al monto de su aportación a la
sociedad. La existencia de dos categorías de socios —los comanditados
y los comanditarios—, con diferente tipo de responsabilidad por lo que
se refiere a las deudas sociales, es característico de las sociedades en
comandita.
LAS SOCIEDADES EN NOMBRE COLECTIVO Y EN COMANDITA SÍMPLE
89
3. LA RAZÓN SOCIAL
La razón social es el nombre bajo el cual actúan las sociedades en
nombre colectivo y en comandita simple. La razón social, como ya diji­
mos, se forma con el nombre de uno, de varios o de todos los socios.
Por lo que se refiere a la sociedad en nombre colectivo, su razón so­
cial debe formarse con el nombre de uno, de algunos o de todos los
socios. Pero cuando no figuren los nombres de todos los socios, se aña­
dirá a la razón social las palabras "y compañía" u otras equivalentes (“y
hermanos”, "e hijos”, "y socios", etc.) (art. 27 LSM).
Por lo que se refiere a ía sociedad en comandita simple, la razón
social se formará con el nombre de uno, algunos o todos los socios co­
manditados, seguidos de las palabras “y compañía" u otras equivalen­
tes, cuando en ella no figuren los de todos. A la razón social deberán
agregarse siempre las palabras “sociedad en comandita" o su abreviatu­
ra "S. en C.” (art. 52 LSM). La omisión de este último requisito produce
el efecto de sujetar a los socios comanditarios a la responsabilidad sub­
sidiaria, ilimitada y solidaria, prevista para los socios comanditados
(art. 53 LSM).
El ingreso o separación de un socio no impide que ésta continúe
usando la misma razón social hasta entonces empleada. Pero si el nom­
bre del socio que se separa figura en la razón social, deberá agregarse a
ésta la palabra "sucesores”. Asimismo, deberá agregarse a la razón so­
cial la palabra "sucesores", cuando sea la que hubiera servido a otra
sociedad cuyos derechos y obligaciones han sido transferidos a la nueva
(art. 30 LSM).
Los artículos 28 y 53 de la LSM disponen que cualquier persona ex­
traña a la sociedad, que haga figurar o que permita que figure su nom­
bre en la razón social, quedará sujeta a la responsabilidad solidaria e
ilimitada, propia de los socios colectivos y comanditados. En igual res­
ponsabilidad incurrirán los socios comanditarios que hagan figurar su
nombre o permitan que figure en la razón social.
Todas las disposiciones citadas tienden a lograr la veracidad de la
razón social, como protección de los terceros de buena fe. La razón so­
cial deberá indicar la efectiva composición personal de las sociedades
en nombre colectivo y en comandita simple.
4. CESIÓN DE DERECHOS
Y ADMISIÓN DE NUEVOS SOCIOS
En las sociedades en nombre colectivo y en comandita simple, los
socios no pueden ceder sus derechos en la sociedad sin el consentimien­
90
ELEMENTOS DE DERECHO MERCANTIL MEXICANO
to de to d o s los d em ás, a m e n o s q u e el c o n tra to so cial d isp o n g a que es
su ficien te el c o n s e n tim ie n to de la m a y o ría (a rt. 31, LSM).
En el caso de que se autorice la cesión en favor de una persona ex­
traña a la sociedad —esto es, que no sea socio—, los socios tendrán el
derecho del tanto y gozarán de un plazo de quince días para ejercitarlo,
contado a partir de la fecha en que la junta de socios hubiere otorgado
la autorización. Si varios socios quisieren usar de este derecho del tan­
to, les corresponderá a todos ellos en proporción a sus aportaciones
(art. 33 LSM).
También la admisión de nuevos socios requiere el consentimiento
unánime de los socios que forman la sociedad, a no ser que el contrato
social disponga que es suficiente el consentimiento de la mayoría (art.
31 LSM).
5. MODIFICACIÓN DEL CONTRATO SOCIAL
El contrato social —artículo 34 de la LSM— no podrá modificarse
sino con el consentimiento unánime de los socios, a menos que en el
mismo se haya estipulado que pueda acordarse por simple mayoría. En
este caso, los socios minoritarios que hayan votado en contra de la mo­
dificación, tendrán el derecho de separarse de la sociedad.
6. SEPARACIÓN, EXCLUSIÓN Y MUERTE DE SOCIOS
A. S eparación
Cuando la sociedad tome acuerdos especialmente graves, los socios
minoritarios que hubieren votado en contra tendrán el derecho de sepa­
rarse de la sociedad, con la consiguiente liquidación de la parte que Ies
corresponda en el haber social.
Así, el artículo 34 de la LSM establece que cuando en el contrato
social se haya pactado que el mismo pueda modificarse por la mayoría
de los socios, la minoría tendrá el derecho de separarse de la sociedad.
Por su parte, los artículos 38 y 42 disponen el derecho de separación de
los socios cuando, en contra de su voto, el nombramiento de algún ad­
ministrador recayese en persona extraña a la sociedad, o cuando el
administrador delegue su encargo, por acuerdo de la mayoría de socios,
en persona extraña a la sociedad.
B. E x c lu sió n
El artículo 50 de la LSM dispone que el contrato de sociedad podrá
rescindirse respecto a un socio y, consecuentemente, la sociedad po­
drá excluirlo de la misma, en los casos siguientes: Io Por uso de la firma
LAS SOCIEDADES EN NOMBRE COLECTIVO Y EN COMANDITA SIMPLE
91
social en negocios propios; 2o Por uso del capital social en negocios pro­
pios; 3o Por infracción al pacto social; 4o Por infracción a las disposicio­
nes legales que rijan el contrato social; 5o Por la comisión de actos frau­
dulentos o dolosos contra la sociedad; 6o Por quiebra; 7o Por interdicción;
8o Por inhabilitación para ejercer el comercio.
Además, el artículo 35 de la LSM establece la exclusión de aquellos
socios que realicen por cuenta propia o ajena negocios del mismo géne­
ro de los que constituyen el objeto de la sociedad o formen parte de so­
ciedades que los realicen, todo ello sin el consentimiento de los demás
socios.
Salvo pacto en contrario, la sociedad en nombre colectivo se disol­
verá por la separación o exclusión efe uno de los socios (art. 230 LSM).
Esta disposición es aplicable a las sociedades en comandita simple, en
lo que concierne a los socios comanditados.
El socio que se separe o sea excluido quedará responsable para con
los terceros por todas las operaciones pendientes en el momento de la
separación o exclusión. El pacto en contrario no producirá efecto en
perjuicio de tercero (art. 14 LSM).
El artículo 15 de la LSM establece que en los casos de exclusión o de
separación de un socio (excepto en las sociedades de capital variable), la
sociedad podrá retener la parte de capital y utilidades de aquél hasta
concluir las operaciones pendientes al tiempo de la exclusión o separa­
ción, debiendo hacerse hasta entonces la liquidación del haber social
que le corresponda.
C. M u e r t e d e u n s o c io
Salvo pacto en contrario, la muerte de un socio produce la disolu­
ción de las sociedades en nombre colectivo (art. 230 LSM). La muerte de
un socio comanditado, en los términos citados produce también la diso­
lución de las sociedades en comandita. Sin embargo, en el contrato so­
cial podrá pactarse que a la muerte de cualesquiera de los socios conti­
núe la sociedad con sus herederos (art. 32 LSMX-requiriéndose en este
caso que dichos herederos manifiesten su consentimiento; de lo contra­
rio, la sociedad, dentro de un plazo de dos meses, deberá entregar a los
herederos la cuota correspondiente al socio difunto de acuerdo con el
último balance aprobado (art. 230 LSM).
7. OBLIGACIÓN DE LEALTAD
Los socios de las sociedades en nombre colectivo y en comandita
simple, tienen la obligación de no dedicarse a negocios del mismo géne­
ro de los que constituyen el "objeto* de la sociedad. Es éste un deber de
lealtad frente a la sociedad y frente a los demás socios.
92
ELEMENTOS DE DERECHO MERCANTIL MEXICANO
Así, el artículo 35 de la LSM dice que los socios, ni por cuenta p ro -.
pia ni por la ajena, podrán dedicarse a negocios del mismo género de
los que constituyen el “objeto” de la sociedad, ni tampoco podrán for­
mar parte de sociedades que los realicen, salvo con el consentimiento
de los demás socios. Esto es, la ley prohíbe la competencia desleal de los
socios frente a la sociedad de la que forman parte.
En los casos de infracción a la prohibición legal indicada, la socie­
dad tiene la facultad de excluir al infractor, privándolo de los beneficios
que le correspondan en ella, y de exigirle el importe de los daños y per­
juicios. Las acciones de la sociedad para sancionar y perseguir a los so­
cios infractores se extinguen en un plazo de tres meses, a partir del día
en que tenga conocimiento de la infracción.
8. SOCIOS INDUSTRIALES
En las sociedades en nombre colectivo y en comandita simple tiene
gran importancia la figura del socio industrial. Se conoce con el nom­
bre de socio industrial el que aporta a la sociedad su trabajo o actividad
personal, para distinguirlo del socio o socios capitalistas, que son los
que aportan dinero o bienes de otra naturaleza.
Salvo pacto en contrario, el socio o socios industriales no reporta­
rán las pérdidas (art. 16, frac. III, LSM).
Los socios industriales deberán percibir, salvo pacto en contrario,
las cantidades que periódicamente necesiten para alimentos. El importe
de dichas cantidades y la época de percepción serán fijados por la m a­
yoría de socios o, en su defecto, por la autoridad judicial. Las cantida­
des que perciban los socios industriales por alimentos se computarán
en los balances anuales a cuenta de utilidades, sin que tengan obliga­
ción de reintegrarlas en los casos en que el balance no arroje utilidades
o las arroje en cantidad menor (art. 49 LSM).
9.
LOS ÓRGANOS DE LAS SOCIEDADES
EN NOMBRE COLECTIVO Y EN COMANDITA SIMPLE.
LA JUNTA DE SOCIOS
La LSM no se refiere en forma especial a la junta de socios como
órgano social. Sin embargo, los artículos 21, 33 y 246 de la LSM se re­
fieren a ella, y es indudable la existencia de este órgano colectivo inte­
grado por los socios (Mantilla Molina, Rodríguez Rodríguez). En contra
de esta opinión puede citarse la de Ferri,1 el cual manifiesta que:
1 Manuale di diritto commerciale, p. 162.
LAS SOCIEDADES EN NOMBRE COLECTIVO Y EN COMANDITA SIMPLE
93
E n la o rg an izació n de las so cied ad es de p e rso n a s, no se atrib u y en p o d e re s
especiales y com peten cias a los socios reu n id o s en asam b lea; a u n c u a n d o
la ley h ace referen cia a la m ay o ría de los socios y le atrib u y e d e te rm in a d a s
facultades, no alude a un ó rg a n o colegiado, ni a u n a m a n ifestació n de vo ­
lu n tad de ta l ó rg an o re s u lta n te de la v oluntad de la m ayoría, sino q u e h a c e
referencia a u n a p lu ra lid a d d e socios y a la su m a de voluntades m a n ife sta ­
d a s p o r ellos.
Son facultades de la junta de socios: a) Autorizar la cesión de las
partes sociales (art. 31 LSM); b) Aprobar la admisión de nuevos socios
(art. 31 LSM); c) Modificar el contrato social (art. 34 LSM); d) Autorizar
que los socios se dediquen a negocios del mismo género de los que cons­
tituyen el "objeto" de la sociedad o para que formen parte de sociedades
que los realicen (art. 35 LSM); e) Nombrar y remover a los administra­
dores (art. 37 LSM); f) Autorizar a los administradores a enajenar o gra­
var los bienes inmuebles de la sociedad (art. 41 LSM); g) Autorizar a los
administradores la delegación de su encargo (art. 42 LSM); h) Exigir a
los administradores, en cualquier tiempo, la rendición de la cuenta de
administración (art. 43 LSM); i) Decidir en caso de empate de los admi­
nistradores (art. 45 LSM); j) Acordar y fijar las cantidades que periódi­
camente han de percibir los socios industriales y los socios capitalistas
que administren (art. 49 LSM); k) Acordar la disolución anticipada de la
sociedad (art. 229, frac. III, LSM); l) Nombrar a los liquidadores de la so­
ciedad, señalándoles sus facultades (arts. 236 y 242 LSM); m) Revocar el
nombramiento de los liquidadores (art. 238 LSM); n) Acordar las bases
de la liquidación (art. 240 LSM); o) Discutir y aprobar el balance final de
liquidación (art. 242, frac. V, LSM); p) Aprobar o modificar el proyecto
de división formulado por los liquidadores (art. 246, fracs. III, IV y V,
LSM); q) Acordar la fusión de la sociedad (art. 222 LSM); r) Acordar la
transformación de la sociedad (arts. 227 y 228 LSM); s) Acordar la esci­
sión de la sociedad (art. 228 bis LSM).
La junta, en principio, debe resolver las cuestiones sometidas a su
decisión por el voto de la mayoría. Sin embargo, en el contrato social
puede pactarse que la mayoría se compute por cantidades; pero en el
caso de que un solo socio representare el mayor interés, se requerirá,
además, el voto de otro socio (art. 46 LSM).
El socio industrial tendrá una sola representación, la cual, salvo
disposición en contrario en el contrato social, será igual a la del mayor
interés de los socios capitalistas. En el caso de que los socios industria­
les sean varios, la representación única de que disfrutan se ejercitará
emitiendo como voto el que haya sido adoptado por la mayoría de perso­
nas entre los propios socios industriales (art. 46 LSM).
94
ELEMENTOS DE DERECHO MERCANTIL MEXICANO
10. LA ADMINISTRACIÓN
A. E n LA SOCIEDAD EN NOMBRE COLECTIVO
La administración de las sociedades en nombre colectivo estará a
cargo de uno o varios administradores, quienes podrán ser socios o per­
sonas extrañas a la sociedad (art. 36 LSM). En este último caso, cuando
en contra del voto de algún socio el nombramiento de administrador
recaiga en persona extraña a la sociedad, el disidente tendrá el derecho
de separarse de la sociedad (art. 38 LSM).
Los nombramientos de los administradores, salvo pacto en contra­
rio, se harán por mayoría de votos de los socios. En igual forma se pro­
cederá a su remoción (art. 37 LSM).
Cuando no se haya designado administrador, todos los socios con­
currirán en la administración de la sociedad (art. 40 LSM).
Los socios administradores podrán percibir periódicamente, por
acuerdo de la mayoría de los socios, una remuneración con cargo a gas­
tos generales (art. 49 LSM).
Los socios pueden pactar la inamovilidad del administrador o ad­
ministradores, requiriéndose al efecto estos requisitos: a) Que así se
haya convenido en el contrato social; b) Que el administrador o admi­
nistradores sean socios. En este caso, el administrador o administrado­
res cuya inamovilidad se haya pactado, solamente podrán ser removi­
dos judicialmente por dolo, culpa o inhabilidad (art. 39 LSM).
Normalmente, los administradores pueden realizar todas las opera­
ciones inherentes al objeto de la sociedad (art. 10 LSM). En tal virtud, el
uso de la firma social corresponde a todos los administradores, a menos
que en la escritura social se limite a uno o varios de ellos (art. 44 LSM).
Sin embargo, los administradores sólo pueden enajenar o gravar los
bienes inmuebles de la sociedad con el consentimiento de la mayoría de
los socios, o en el caso de que dicha enajenación constituya el "objeto”
social o sea una consecuencia natural de éste (art. 41 LSM).
Los administradores pueden, bajo su responsabilidad, otorgar pode­
res para la gestión de ciertos y determinados negocios sociales. Sin em­
bargo, para la delegación de su encargo se requiere el acuerdo de la
mayoría de los socios, teniendo en este caso los de la minoría el derecho
de separarse de la sociedad, cuando dicha delegación recayere en perso­
na extraña a la sociedad (art. 42 LSM).
En el caso de que haya varios administradores, sus decisiones debe­
rán tomarse por el voto de la mayoría de ellos, decidiendo, en caso de
empate, los socios. En el caso de actos urgentes, cuya omisión pueda
acarrear un daño grave a la sociedad, podrá decidir un solo adminis­
trador en ausencia de los otros que estén en la imposibilidad, aunque
LAS SOCIEDADES EN NOMBRE COLECTIVO Y EN COMANDITA SIMPLE
95
sea momentánea, de resolver sobre los actos de la administración (art.
45 LSM).
Entre las obligaciones de los administradores se encuentra la de
rendir semestral mente, si no hubiere pacto al respecto, o en cualquier
tiempo en que lo acuerden los socios, la cuenta de administración co­
rrespondiente a su gestión (art. 43 LSM). Deberán, asimismo, formular
el balance anual a que se refiere el artículo 38 del Cód. com.
B. En
la s o c ie d a d e n c o m a n d it a s im p l e
Por cuanto se refiere a la administración de las sociedades en co­
mandita simple, ¡debe decirse que las disposiciones dictadas en materia
de sociedades en nombre colectivo, a que hemos hecho referencia en los
párrafos anteriores, les son plenamente aplicables, con la excepción de
que el socio o socios comanditarios no deben ejercer acto alguno de ad­
ministración, ni siquiera con el carácter de apoderados de los adminis­
tradores (art. 54 LSM). Para este efecto, no se reputarán como actos de
administración las autorizaciones o la vigilancia dadas o ejercida por
los socios comanditarios en los términos del contrato social o de la ley
(art. 54 LSM).
Cualquier socio comanditario que viole la prohibición legal a que
nos referimos, es decir, que ejerza actos de administración, quedará
obligado, por ese solo hecho, solidariamente para con los terceros por
todas las obligaciones de la sociedad en que haya tomado parte como
administrador. Asimismo, responderá solidariamente frente a terceros,
aun por las operaciones en que no haya tomado parte, si habitualmente
ha administrado los negocios de la sociedad (art. 55 LSM).
Sin embargo, el artículo 56 de la LSM faculta a los socios comandi­
tarios para llevar a cabo, excepcionalmente, actos de administración sin
incurrir en la responsabilidad solidaria a que nos hemos referido. En
efecto, dispone el precepto citado, que si para los casos de muerte o in­
capacidad del socio administrador no se hubiere determinado en la es­
critura constitutiva la manera de sustituirlo, y la sociedad hubiere de
continuar, podrá interinamente un socio comanditario, a falta de co­
manditados, desempeñar los actos urgentes o de mera administración
durante el término de un mes, contado desde el día en que la muerte o
incapacidad se hubiere efectuado. En estos casos, el socio comanditario
no es responsable más que de la ejecución de su mandato.
11. LA VIGILANCIA
No existe, con carácter obligatorio, en las sociedades en nombre co­
lectivo y en comandita simple, un órgano de vigilancia de la gestión de
96
ELEMENTOS DE DERECHO MERCANTIL MEXICANO
los administradores. Sin embargo, el artículo 47 de la LSM establece
que los socios no administradores podrán nombrar un interventor que
vigile los actos de los administradores.
En todo caso, los socios no administradores tienen el derecho de
examinar el estado de la administración, la contabilidad y demás pape­
les de la sociedad, pudiendo hacer las reclamaciones que estimen perti­
nentes (art. 47 LSM).
C a p ít u l o V II
LA SOCIEDAD DE RESPONSABILIDAD LIMITADA
1. CONCEPTO
De acuerdo con el artículo 58 de la LSM sociedad de responsabili­
dad limitada es la que se constituye entre socios que solamente están
obligados al pago de sus aportaciones, sin que las partes sociales pue­
dan ser representadas por títulos negociables a la orden o al portador,
pues sólo serán cedibles en los casos y con los requisitos que establece
la ley.
Con la sociedad de responsabilidad limitada quiso instituirse un
tipo intermedio entre las sociedades de personas (en nombre colectivo y
en comandita simple) y la anónima, con las ventajas fundamentales de
aquéllas y de ésta.
Fueron diseñadas para abrir un cauce natural de desenvolvimiento
para las empresas de amplitud media, las que para limitar la responsa­
bilidad de sus socios tenían que adoptar la forma anónima, perdiendo el
elemento, que para muchas de ellas puede ser de gran valor, del crédi­
to y la reputación personal de sus componentes, y teniendo que sopor­
tar, por otra parte, la carga de una organización complicada que sólo
se justifica para las empresas de importancia (Exposición de Motivos de
la LSM).
“Se ha criticado doctrinalmente el término «sociedad de responsa­
bilidad limitada» porque no tiene una connotación exacta. Tan socieda:
des de responsabilidad limitada son las anónimas (y su tipo lo es por
esencia), respecto de todos los socios como las comanditas respecto de
los comanditarios y las cooperativas. La crítica es fundada; pero cree­
mos que si la práctica y la ley han consagrado el uso del término para
designar con él un tipo especial, distinto de las otras sociedades mer­
cantiles, no debemos despreciar tal consagración."1
' C e rv a n te s A hum ada,
La sociedad de responsabilidad lim itada en el derecho mexi­
cano, México, 1943, p. 18.
97
^
98
ELEMENTOS DE DERECHO MERCANTIL MEXICANO
2. LA RESPONSABILIDAD DE LOS SOCIOS
La responsabilidad de los socios en este tipo de sociedades está li­
mitada al pago de sus aportaciones. En tal virtud, cuando se pronun­
cie sentencia contra la sociedad condenándola al cumplimiento de
obligaciones respecto de tercero, la ejecución de dicha sentencia en re­
lación con los socios se reducirá al monto insoluto exigible de dichas
aportaciones.
Debe advertirse, sin embargo, que los socios, además de sus aporta­
ciones para la integración del capital social, pueden quedar obligados,
si así lo dispone el contrato social, a hacer aportaciones suplementarias
y accesorias.
3. EL NOMBRE DE LA SOCIEDAD
La sociedad de responsabilidad limitada puede adoptar como nom­
bre una denominación o una razón social, las que en todo caso deberán
ir inmediatamente seguidas de las palabras "sociedad de responsabili­
dad limitada" o de su abreviatura ”S. de R. L.’. Si se omite este último
requisito los socios responderán de modo subsidiario, ilimitada y solida­
riamente, de las obligaciones sociales (art. 59 LSM).
La razón social se formará con el nombre de uno o más socios, y
cuando en ella no figuren los de todos, se le deberá añadir las palabras
“y compañía” u otras equivalentes (arts. 27 y 86 LSM). El ingreso o se­
paración de un socio no impedirá que continúe usándose la misma
razón social hasta entonces empleada; pero si el nombre del socio que
se separe apareciere en la razón social, deberá agregarse a ésta la pa­
labra "sucesores” (arts. 27 y 86 LSM). Cuando la razón social de una
sociedad sea la que hubiere servido a otra cuyos derechos y obligaciones
le han sido traspasados, se le agregará la palabra "sucesores” (arts. 30
y 86 LSM).
Cuando una persona-extraña a la sociedad haga figurar o permita
que figure su nombre en la razón social, responderá de las obligaciones
sociales hasta por el monto de la mayor de las aportaciones (art. 60 LSM).
La denominación social puede formarse libremente, pero debe ser
distinta a la usada por otra sociedad.
4. CONSTITUCIÓN DE LA SOCIEDAD
DE RESPONSABILIDAD LIMITADA
Las sociedades de responsabilidad limitada se constituirán ante no­
tario (art. 5o LSM).
LA SOCIEDAD DE RESPONSABILIDAD LIMITADA
99
En ningún caso su constitución podrá llevarse a cabo mediante sus­
cripción pública (art. 63 LSM).
5. NÚMERO DE SOCIOS
El artículo 61 de la LSM dispone que ninguna sociedad de responsa­
bilidad limitada podrá tener más de cincuenta socios.2
La sociedad deberá llevar un libro especial de los socios, en el cual
se inscribirán el nonlbre y el domicilio de cada uno, con indicación de
sus aportaciones y, en su caso, la transmisión de las partes sociales
(art. 73 LSM).
6. ADMISIÓN DE NUEVOS SOCIOS
Para la admisión de nuevos socios bastará el consentimiento de los
socios que representan la mayoría del capital social, excepto cuando
los estatutos dispongan una proporción mayor (art. 65, LSM).3
7. EL CAPITAL SOCIAL.
El capital social de las sociedades de responsabilidad limitada no
debe ser inferior a la suma de tres millones de pesos, y al constituirse la
sociedad deberá estar íntegramente suscrito el capital social y exhibido
en un cincuenta por ciento (arts. 62 y 64, LSM).4
Las sociedades de responsabilidad limitada pueden aumentar o dis­
minuir su capital social (art. 9o LSM).
El aumento o disminución del capital debe ser acordado por la
asamblea de los socios (art. 78, frac. X, LSM).
En los aumentos de capital social se observarán las mismas reglas
que para la constitución de la sociedad (art. 72 LSM), y no podrá efec­
tuarse mediante suscripción pública (art. 63 LSM).
En caso de aumento de capital, los socios tendrán, en proporción a
sus partes sociales, preferencia para suscribir tal aumento, a no ser que
dicho privilegio sea suprimido por el contrato social o por el acuerdo de
la asamblea de los socios que decida el aumento (art. 72, LSM).
2 Este número deriva de las reformas a )a LSM publicadas en el de la Federación el
11 de junio de 1992. El número de socios anterior era de veinticinco.
3 La nueva redacción resulta de las reformas a la LSM publicadas en el D.O. el 11 de
junio de 1992. La redacción anterior exigía consentimiento de todos los socios a menos
que en el contrato social se dispusiera que bastaba el acuerdo de la mayoría que repre­
sentara cuando menos las tres cuartas partes del capital social.
4 El mínimo del capital social deriva de las reformas a la LSM publicadas el 11 de
junio de 1992. El monto mínimo anterior era de cinco mil pesos.
100
ELEMENTOS DE DERECHO MERCANTIL MEXICANO
En caso de reducción de capital los acreedores sociales tendrán el
derecho de oponerse al acuerdo en la forma y términos que establece
el artículo 9o de la LSM ya examinado.
8. LAS APORTACIONES
El capital social se constituye mediante las aportaciones de los so­
cios, aportaciones que son a la vez el límite de su responsabilidad por
las obligaciones sociales.
Sin embargo, en las sociedades de responsabilidad limitada, las
prestaciones patrimoniales de los socios no están necesariamente limi­
tadas por la cuantía de la aportación originaria al capital social.5
Así, el artículo 70 de la LSM dispone que cuando el contrato social
lo establezca, los socios tendrán la obligación de hacer aportaciones su­
plementarias en proporción a sus primitivas aportaciones, esto es, a sus
aportaciones de capital. Ha dicho Rodríguez Rodríguez6 que la finali­
dad perseguida al establecer estas aportaciones suplementarias es la de
dotar a la sociedad de responsabilidad limitada de un sistema de financiamiento ágil, que responda a las necesidades oscilantes de los nego­
cios, sin estar sujetas a las rígidas formalidades exigidas para el aumen­
to del capital social.
Las aportaciones suplementarias pueden consistir en la entrega de
dinero u otros bienes a que los socios se comprometen, no obstante ha­
ber satisfecho ya las obligaciones que hayan contraído para integrar el
capital social.
Además, cuando así lo disponga el contrato social, los socios estarán
obligados a efectuar prestaciones accesorias (art. 70 LSM). De acuerdo
con la Exposición de Motivos de la ley citada, son prestaciones acceso­
rias cualesquier trabajos o servicios que los socios se obligan a desem­
peñar, aun cuando no impliquen la entrega de cosas a la sociedad. "Su­
ponen para el socio el derecho a una contraprestación."7 Sin embargo,
de acuerdo con la reforma sufrida por el segundo párrafo del artículo
70 de la LSM, quedó prohibido pactar en el contrato social prestaciones
accesorias consistentes en trabajo o servicio personal de los socios.
Corresponde a la asamblea de los socios exigir la obligación de rea­
lizar las aportaciones suplementarias y las prestaciones accesorias (art.
78, frac. VI, LSM).
5 G arrigues, Instituciones de derecho mercantil, p. 179.
6 Curso de derecho mercantil, T. I, p. 164.
7 R o d ríg u e z R o d ríg u ez , Curso de derecho mercantil, T. I, p. 164.
LA SOCIEDAD DE RESPONSABILIDAD LIMITADA
101
9. LAS PARTES SOCIALES
El capital de las sociedades de responsabilidad lim itada se divide en
partes sociales, que pueden ser de valor y categoría desiguales, pero que
en todo caso serán de mil pesos o de un múltiplo de mil pesos (art. 62
LSM).
Las partes sociales no pueden estar representadas por títulos ne­
gociables —títulos de crédito— (art. 58 LSM). Son documentos que sir­
ven para acreditar la calidad de socio y tienen únicamente carácter
probatorio.
Al constituirse la sociedad deberán estar íntegramente suscritas las
partes sociales y exhibido, por lo menos, el cincuenta por ciento de su
valor (art. 64 LSM).
Las partes sociales podrán cederse con el consentimiento de los so­
cios que representen la mayoría del capital social, excepto cuando los
estatutos dispongan una proporción mayor.8 Si la cesión se autoriza en
favor de una persona extraña a la sociedad, los socios tendrán el dere­
cho del tanto y gozarán de un plazo de quince días para ejercitarlo,
contado desde la fecha de la asamblea en que se hubiere acordado la
autorización. Si fueren varios los socios que quieran ejercitar el derecho
del tanto, les corresponderá a todos en proporción a sus aportaciones
(art. 66 LSM).
La transmisión de las partes sociales no surtirá efectos respecto de
terceros, sino después de su inscripción en el libro especial de los so­
cios, que debe llevar la sociedad (art. 73 LSM).
La transmisión por herencia de las partes sociales no requerirá el
consentimiento de los socios, a no ser que exista pacto en el contrato
social que prevea la disolución de la sociedad por muerte de uno de
ellos, o que disponga la liquidación de la parte social que corresponda
al socio difunto, en el caso de que la sociedad no continúe con los here­
deros de éste (art. 67 LSM).
Las partes son indivisibles (principio de la indivisibilidad de las par­
tes sociales). Sin embargo, el contrato social podrá establecer el dere­
cho de división y el de cesión parcial (arts. 69 y 78, frac. V, LSM).
Cada socio, dispone el artículo 68 de la LSM, no tendrá más de una
parte social (principio de la unidad de las partes sociales). En el caso de
que un socio haga una nueva aportación o adquiera la totalidad o una
fracción de la parte de un coasociado, se aumentará en la cantidad res­
8
La nueva redacción resulta de las reformas a la LSM publicadas en el D.O. el 11 de
junio de 1992. La redacción anterior exigía el consentimiento de todos los socios a menos
que en el contrato social se dispusiera que bastaba el acuerdo de la mayoría que repre­
sentara cuando menos las tres cuartas partes del capital social.
102
ELEMENTOS DE DERECHO MERCANTIL MEXICANO
pectiva el valor de su parte social, salvo el caso de que se trate de partes,
sociales que tengan derechos diversos, pues en ese caso se conservará
su individualidad (art. 68 LSM).
Las partes sociales solamente pueden ser amortizadas, en la medida
y forma que establezca el contrato social vigente en el momento en que
las partes afectadas hayan sido adquiridas por los socios. La amortiza­
ción se llevará a efecto con las utilidades liquidas de la sociedad, de las
que conforme a la ley pueda disponerse para el pago de dividendos (art.
71 LSM).
"La amortización de partes sociales no supone reducción de capital,
de manera que para llevarse a cabo no es preciso seguir la tramitación,
que para esa reducción se fija, siempre que ...dicha amortización, se
lleve a efecto con las utilidades líquidas de las que conforme a la ley
pueda disponerse para el pago de dividendos; pues de lo contrario la
amortización sí llevará implícita una reducción de capital..." (Exposi­
ción de Motivos de la LSM).
Si el contrato social lo establece, podrán expedirse a favor de los
socios cuyas partes sociales se hubieren amortizado, certificados de
goce (arts. 71 y 78, frac. V, LSM).
Los certificados de goce darán derecho a sus tenedores a las utilida­
des líquidas, después de que se haya pagado a las partes sociales no
reembolsadas el dividendo señalado en el contrato social. En caso de li­
quidación de la sociedad, los certificados de goce concurrirán con las
partes sociales no reembolsadas, en el reparto del haber social, después
de que estas últimas hayan sido íntegramente cubiertas, a no ser que en
el contrato social se establezca un criterio diverso para el reparto del
excedente. El propio contrato social puede conceder a los certificados
de goce el derecho de voto (arts. 71 y 137 LSM).
10. MODIFICACIÓN DEL CONTRATO SOCIAL
El contrato social podrá ser modificado por acuerdó de la asamblea
de los socios (art. 78, frac. VIII, LSM). Salvo pacto en contrario, la mo­
dificación se decidirá por la mayoría de los socios que representen
cuando menos las tres cuartas partes del capital social, con excepción
de los casos de cambio de “objeto" o de las reglas que determinen un
aumento de las obligaciones de los socios, para los que se requerirá la
unanimidad de votos (art. 83 LSM).
11. RESCISIÓN DEL CONTRATO SOCIAL
El contrato social podrá rescindirse respecto a un socio, en los ca­
sos siguientes: a) Por uso de la firma social para negocios propios; b)
LA SOCIEDAD DE RESPONSABILIDAD LIMITADA
103
Por uso del capital social para negocios propios; c) Por infracción al
pacto social; d) Por infracción a las disposiciones legales que rijan al con­
trato social; e) Por la comisión de actos fraudulentos o dolosos contra la
sociedad (arts. 50, fracs. 1, II, III y IV 86 LSM).
En estos casos el socio será excluido de la sociedad, independiente­
mente de la responsabilidad civil o penal en que incurra.
12. INTERESES
Establece el artículo 85 de la LSM, que podrá pactarse en el contra­
to social que los socios tengan derecho a percibir intereses no mayores
del nueve por ciento anual sobre sus aportaciones, aun cuando no hu­
biere beneficios, y por un período máximo de tres años.
Estos intereses (conocidos con el nombre de intereses constructivos)
se pagarán solamente durante el plazo necesario para la ejecución de
los trabajos que según el objeto de la sociedad deban preceder al co­
mienzo de sus operaciones, plazo que, como se dijo, no podrá exceder
de tres años (art. 85 LSM).
13. LOS ÓRGANOS DE LA SOCIEDAD
DE RESPONSABILIDAD LIMITADA.
LA ASAMBLEA DE LOS SOCIOS
La asamblea de los socios —dice el artículo 77 de la LSM— es el
órgano supremo de la sociedad. Es decir, en la asamblea de los socios
radica el poder supremo o voluntad interna de la sociedad. Por asam­
blea debe entenderse la reunión de los socios Iegalmente convocados
para decidir sobre las cuestiones de su competencia.9
Todos los socios tienen el derecho de participar en las decisiones de
las asambleas, gozando al efecto de un voto por cada mil pesos de su
aportación o el múltiplo de esa cantidad que se hubiere determinado,
salvo lo que el contrato social establezca sobre partes sociales privile­
giadas (art. 79, LSM).
La asamblea de los socios debe reunirse en el domicilio social, por
lo menos una vez al año, en la época fijada en el contrato social (art. 80
LSM).
La celebración de las asambleas requiere, para su validez la previa
convocatoria de los socios, en la forma prevista en el contrato social o,
en su defecto, en la LSM (art. 81 LSM).
Las convocatorias deberán ser hechas por los gerentes; si éstos no
las hicieren, por el consejo de vigilancia, y a falta u omisión de éste, por
9 R o d r íg u e z R o d r íg u e z , Curso de derecho mercantil, T. I, p. 165.
104
ELEMENTOS DE DERECHO MERCANTIL MEXICANO
los socios que representen más de la tercera parte del capital social.
Salvo pacto en contrario, las convocatorias se harán por medio de car­
tas certificadas con acuse de recibo, que deberán contener la orden del
día y dirigirse a cada socio por lo menos con ocho días de anticipación
a la fecha de celebración de la asamblea (art. 81 LSM). Serán nulas las
resoluciones de las asambleas, cuando éstas no hayan sido legalmente
convocadas. Sin embargo, aplicando analógicamente el artículo 188 de
la LSM, consideramos que si en el momento de la votación ha estado re­
presentada la totalidad de las partes sociales, no se requerirá para la
validez de las resoluciones la previa convocatoria.
Son facultades de la asamblea de los socios: a) Discutir, aprobar,
modificar o reprobar el balance general correspondiente al ejercicio so­
cial clausurado, y tomar, con estos motivos, las medidas oportunas (art.
78, frac. I, LSM); b) Proceder al reparto de las utilidades (art. 78, frac.
II, LSM); c) Nombrar y remover a los gerentes, (art. 78, frac. III, LSM);
d) Exigir a los gerentes, en cualquier tiempo, la cuenta de administra­
ción correspondiente a su gestión (arts. 43 y 86 LSM); e) Autorizar a los
gerentes la delegación de su encargo (arts. 42 y 86 LSM); f) Ejercitar en
contra de los gerentes la acción de responsabilidad en interés de la so­
ciedad (arts. 76, 78, frac. VII, LSM); g) Absolver a los gerentes de su res­
ponsabilidad (art. 76 LSM); h) Designar, en su caso, el consejo de vigi­
lancia (art. 78, frac. IV, LSM); i) Ejercitar contra los miembros del
consejo de vigilancia las acciones que correspondan para exigirles da­
ños y perjuicios (art. 78, frac. VII, LSM); j) Resolver sobre la división de
las partes sociales (art. 78, frac. V, LSM); k) Resolver sobre la amortiza­
ción de las partes sociales (art. 78, frac. V, LSM); l) Exigir, en su caso,
las aportaciones suplementarias y las prestaciones accesorias (art. 78,
frac. VI, LSM); m) Consentir en las cesiones de las partes sociales (art.
78, frac. IX, LSM); n) Consentir en la admisión de nuevos socios (art. 78,
frac. IX, LSM); o) Intentar en contra de los socios las acciones que co­
rrespondan para exigirles daños y perjuicios (art. 78, frac. VII, LSM); p)
Modificar el contrato social (art. 78, frac. VIII, LSM); q) Decidir sobre
los aumentos y reducciones del capital social (art. 78, frac. X, LSM); r)
Decidir sobre la disolución de la sociedad (arts, 78, frac. XI, y 229, frac.
III, LSM); s) Las demás que le correspondan conforme al contrato social
(art. 78, frac. XII, LSM).
Como regla general, las resoluciones de la asamblea se tomarán por
mayoría de votos de los socios que representen, por lo menos, la mitad
del capital social, a no ser que el contrato social exija una mayoría más
elevada. Salvo disposición en contrario del contrato social, si dicha ma­
yoría no se obtiene en la primera reunión, los socios serán convocados
por segunda vez, tomándose en esta segunda reunión las decisiones por
LA SOCIEDAD DE RESPONSABILIDAD LIMITADA
105
mayoría de votos, cualquiera que sea la porción de capital representada
(art. 77 LSM).
Sin embargo, existen acuerdos extraordinarios que, para su adop­
ción, requieren una mayoría más elevada. En efecto, la modificación del
contrato social, salvo pacto en contrario, debe decidirse por la mayoría
de socios que represente, por lo menos, las tres cuartas partes del capi­
tal social, excepto los casos de cambio de "objeto'' o de las reglas que
determinen un aumento de las obligaciones de los socios, para lo cual se
requerirá la unanimidad de votos (art. 83 LSM). Los acuerdos relativos
a la cesión de las partes sociales y la admisión de nuevos socios, requie­
ren el consentimiento de los socios representantes de la mayoría del ca­
pital, salvo cuando los estatutos dispongan una proporción mayor (art.
65, LSM). Los acuerdos en torno a la cesión parcial o división de las
partes sociales deberán tomarse por unanimidad a no ser que según el
contrato social baste el acuerdo de la mayoría que represente, por lo
menos, las tres cuartas partes dei capital social (art. 69, LSM).
De acuerdo con nuestra LSM, los socios pueden adoptar resolucio­
nes sin necesidad de que se reúna la asamblea. En efecto, el artículo 82
de la LSM establece que el contrato social podrá consignar los casos en
que la reunión de la asamblea no sea necesaria. En dichos casos, se re­
mitirá a los socios, por carta certificada con acuse de recibo, el texto de
las resoluciones o decisiones, emitiéndose el voto correspondiente por es­
crito. Sin embargo, cuando los socios que representen más de la tercera
parte del capital social así lo soliciten, deberá convocarse la asamblea,
aun cuando el contrato social sólo exija el voto por correspondencia.
14. LA ADMINISTRACIÓN
La administración de las sociedades de responsabilidad limitada es­
tará a cargo de uno o más gerentes, que podrán ser socios o personas
extrañas a la sociedad, designados temporalmente o por tiempo indeter­
minado (art. 74 LSM). La gerencia es el instrumento ejecutivo de la
asamblea de los socios y actúa frente a terceros, llevando la representa­
ción externa de la sociedad.J0
Los gerentes son nombrados y removidos por la asamblea de los so­
cios (art. 78, frac. III, LSM). Salvo pacto en contrario, la sociedad ten­
drá el derecho de remover en cualquier tiempo a los gerentes (art. 74
LSM).
Cuando ni el contrato social ni la asamblea hagan designación de
gerentes, todos los socios tendrán ese carácter (arts. 40 y 74 LSM).
10
Gay
T. I, p. 302.
DE M
ontella,
Tratado práctico de sociedades mercantiles, Barcelona, 1948,
106
ELEMENTOS DE DERECHO MERCANTIL MEXICANO
En el caso de que el nombramiento de gerente recayere en persona
extraña a la sociedad, el socio o socios que hubieren votado en contra
tendrán el derecho de separarse de la sociedad (arts. 38 y 86 LSM).
Corresponde a los gerentes la representación de la sociedad, y la
ejecución de todas las operaciones inherentes a la finalidad social. El
uso de la firma social (facultad de representación), en el caso de que
existan varios gerentes, corresponderá a todos, salvo el caso de que el
contrato social lo limite a alguno o algunos de ellos (arts. 44 y 86 LSM).
El gerente o gerentes podrán, bajo su responsabilidad, otorgar po­
deres para la gestión de ciertos y determinados, negocios sociales. Sin
embargo, para delegar su encargo necesitan del acuerdo de la mayoría
de los socios, teniendo los de la minoría que se hubieren opuesto el dere­
cho de separarse de la sociedad, cuando la delegación recayere en per­
sona extraña a la misma (arts. 42 y 86 LSM).
Cuando la administración de la sociedad está a cargo de varios ge­
rentes (en cuyo caso, puede hablarse de consejo de gerentes), sus resolu­
ciones se tomarán por mayoría de votos, a no ser que el contrato social
exija que obren conjuntamente, en cuyo caso se requerirá la unanimi­
dad. En este supuesto, sin embargo, cuando la mayoría estime que la
sociedad corre grave peligro con el retardo podrá dictar la resolución
correspondiente (art. 75 LSM).
Son obligaciones específicas de los gerentes: a) Llevar el libro espe­
cial de los socios, respondiendo personal y solidariamente de su existen­
cia regular y de Ja exactitud de sus datos (art. 73 LSM); b) Rendir a los
socios la cuenta semestral de administración correspondiente a su ges­
tión (arts. 43 y 86 LSM); c) Formular el balance general anual (arts. 38,
Cód. com., y 78, frac. I, LSM).
Los gerentes son responsables frente a la sociedad por los daños y
perjuicios que le causen en el desempeño de su gestión. No incurren en
responsabilidad los gerentes que no hayan tenido conocimiento del acto
o que hayan votado en su contra (art. 76 LSM).
Es facultad de la asamblea de los socios intentar en contra de los
gerentes la acción de responsabilidad en interés de la sociedad, para el
reintegro del patrimonio social y exigirles los daños y perjuicios corres­
pondientes (arts. 76 y 78, frac. VII, LSM). Dicha acción corresponde
también a los socios individualmente, pero éstos no podrán ejercitarla
cuando la asamblea, con el voto favorable de las tres cuartas partes del
capital social, haya liberado a los gerentes de su responsabilidad (art. 76
LSM).
La acción de responsabilidad en contra de los gerentes correspon­
de también a los acreedores sociales; pero sólo podrá ejercitarla el sín­
dico, después de la declaración de quiebra de la sociedad (art. 76, in
fine, LSM).
LA SOCIEDAD DE RESPONSABILIDAD LIMITADA
107
15. LA VIGILANCIA
La LSM, en su artículo 84, prevé, con carácter potestativo, np obli­
gatorio, la constitución de un órgano de vigilancia. Así, cuando el con­
trato social lo disponga, se procederá a la constitución de un consejo de
vigilancia, formado por socios o personas extrañas a la sociedad.
Fundamentalmente, el consejo de vigilancia está llamado a ejercer
funciones de fiscalización de la gerencia.11
Corresponde a la asamblea el nombramiento de los miembros del
consejo de vigilancia y su remoción (art. 78, frac. II, LSM).
Entre sus funciones se encuentra la de convocar a la asamblea,
cuando no lo hicieren los gerentes (art. 81 LSM).
16. SOCIEDADES DE RESPONSABILIDAD LIMITADA
DE INTERÉS PUBLICO
Estas sociedades, que constituyen una variante de las sociedades
de responsabilidad limitada, están regidas por la ley de 28 de agosto de
1934 (Diario Oficial del día 31 de agosto de 1934).
Cervantes Ahumada12 explica !a finalidad de este tipo de socie­
dades:
Como la sociedad de responsabilidad lim itada creada p o r la Ley General
de Sociedades Mercantiles no puede ajustarse a las necesidades de gran
núm ero de productores o com erciantes que necesitan u n irse para determ i­
nados fines, se estableció la Ley de Sociedades de Responsabilidad Limita*
da de Interés Público... la cual, bajo los sistemas básicos de la sociedad de
responsabilidad lim itada, crea un nuevo tipo, con características especia­
les, que pueden ajustarse a aquellas necesidades de la econom ía nacional.
E ntre nosotros... las sociedades de responsabilidad lim itad a de interés pú­
blico tienen el carácter de verdaderos kartells vigilados estrecham ente por
el E stado.13
El artículo Io de la Ley de Sociedades de Responsabilidad Limitada
de Interés Público, dispone que éstas sólo se constituirán cuando ten­
gan por objeto actividades de interés público y particular conjuntamen­
te, a juicio de la Secretaría de Comercio.
La constitución de este tipo de sociedades requiere la autorización
Tratado práctico de sociedades mercantiles, T. I, p . 304.
12 La sociedad de responsabilidad limitada en el derecho mercantil mexicano, p. 60.
13 Cabe advertir, sin embargo, que el artículo 4o de la Ley de Asociaciones de Produc­
tores para la Distribución y Venta de sus Productos, establece que las Asociaciones Esta­
tales de Productores y Uniones Nacionales de Productores, no tendrán finalidad de lucro
y se constituirán en forma que no sea mercantil.
11 G a y DE M ONTELLA,
108
ELEMENTOS DE DERECHO MERCANTIL MEXICANO
del Ejecutivo Federal (art. 2o, ley citada). Al efecto, deberá presentarse
solicitud ante la Secretaría de Comercio, la que otorgará o negará la au­
torización, dentro del término de treinta días contados a partir de la fe­
cha en que reciba el ocurso correspondiente, acompañado del proyecto
de escritura constitutiva (art. 3o, ley citada). Otorgada la autorización
necesaria y extendida la escritura correspondiente, sin otro trámite se
inscribirá en el Registro de Comercio (art. 4o, ley citada).
Frente a las sociedades de responsabilidad limitada, las sociedades
que nos ocupan tienen las características siguientes:
a) Se constituirán siempre como sociedades de capital variable (art.
6o, ley citada).
b) Podrán tener más de veinticinco socios (art. 7o, ley citada).
c) El importe de una parte social no podrá exceder del veinticinco
por ciento del capital social (art. 8o, ley citada). Por tanto, nunca podrán
tener menos de cuatro socios.
d) El fondo de reserva legal debe formarse con el veinte por ciento
de las utilidades netas obtenidas anualmente, hasta que alcance un im­
porte igual al capital social (art. 9o de la ley citada).
e) Estarán administradas por un consejo de administración com­
puesto de tres socios por lo menos (art. 10, ley citada). Los administra­
dores garantizarán su manejo en la forma que disponga el contrato so­
cial (art. 13° de la ley citada).
f) Deberán constituir siempre un consejo de vigilancia, compuesto
por dos socios como mínimo (art. 10, ley citada).
g) El contrato social determinará los derechos que corresponden a
la minoría en la designación de administradores y miembros del conse­
jo de vigilancia; pero en todo caso la minoría que represente un 25% del
capital social nombrará, cuando menos, un consejero y un miembro
del consejo de vigilancia. Sólo podrán revocarse estos nombramientos
cuando se revoquen igualmente los de todos los demás administradores
o miembros del consejo de vigilancia (art. 11 dé la ley citada).
La Secretaría de Economía tiene intervención en el funcionamiento
de estas sociedades, con las atribuciones siguientes: a) Obtener del con­
sejo de administración o del consejo de vigilancia informes sobre la
marcha de los negocios sociales; b) Convocar para la celebración de
asambleas cuando no se hayan reunido en las épocas señaladas en el
contrato social, y a falta de estipulación de éste, cuando haya transcu­
rrido más de un año sin que se haya celebrado una de dichas asam­
bleas; c) Promover ante la autoridad judicial la disolución y liquidación
de la sociedad, cuando existan motivos legales para ello; d) Denunciar
ante el Ministerio Público las irregularidades que tengan carácter delic­
LA SOCIEDAD DE RESPONSABILIDAD LIMITADA
109
tuoso, cometidas por los administradores de la sociedad (art. 12, ley
citada).
En lo no previsto por la Ley de Sociedades de Responsabilidad Li­
mitada de Interés Público, estas sociedades se regirán por las disposi­
ciones generales de la LSM, y por las especiales contenidas en dicha ley
relativas a las sociedades de responsabilidad limitada (art. 5o Ley de
Sociedades de Responsabilidad Limitada de Interés Público).
T
i
i
C a p ít u l o
VIII
LA SOCIEDAD ANÓNIMA.
CONCEPTOS GENERALES
1. CONCEPTO
De acuerdo con el artículo 87 de la LSM, sociedad anónima es la
que existe bajo una denominación social y se compone exclusivamente
de socios cuya obligación se limita al pago de sus acciones.
La sociedad anónima es el ejemplo típico de las llamadas socieda­
des capitalistas o de capital, y ello implica, fundamentalmente, que los
derechos y poderes de los socios se determinan en función de su partici­
pación en el capital social.
En nuestro tiempo, la sociedad anónima ha alcanzado un auge ex­
traordinario. En efecto, las grandes organizaciones, las grandes con­
centraciones económicas, las empresas más importantes, adoptan la
forma de sociedad anónima.
Las notas esenciales que se desprenden de la definición legal de la
anónima son: a) Su existencia en el mundo del comercio bajo una deno­
minación social; b) el carácter de la responsabilidad de los socios, que
queda limitada al pago de sus acciones, que representan a la vez el va­
lor de sus aportaciones; c) la participación de los socios queda incorpo­
rada en títulos de crédito, llamados acciones, que sirven para acreditar
y transmitir el carácter de socio.
2. LA DENOMINACIÓN SOCIAL
Es característico de la sociedad anónima el empleo de una denomi­
nación social, que puede formarse libremente —aun sin hacer referen­
cia a la actividad principal de la sociedad— y que, en todo caso, deberá
ser distinta de la de cualquiera otra sociedad ya existente. La denomina­
ción social deberá ir siempre seguida de las palabras “sociedad anóni­
ma” o de su abreviatura “S. A.” (arts. 87 y 88 LSM). La LSM no prevé
sanción por el incumplimiento de este último requisito.
112
ELEMENTOS DE DERECHO MERCANTIL MEXICANO
3. LA RESPONSABILIDAD DE LOS SOCIOS
Los socios de las sociedades anónimas responden de las obligacio­
nes sociales hasta el monto de sus respectivas aportaciones, esto es,
como dice el artículo 87 de la LSM: "su obligación se limita al pago de
sus acciones”. Los terceros, en todo caso, podrán exigir del socio el
monto insoluto de su aportación, pero nada más. De donde deriva que
el capital social, constituido mediante las aportaciones de los socios, es
la garantía de los acreedores sociales respecto al cumplimiento de las
obligaciones de la sociedad. De ahí su tratamiento legal especial.
Tenemos, por ejemplo, que para el caso de concurso mercantil, los
socios de una sociedad anónima no serán considerados en concurso,
pues son limitadamente responsables (art. 14 LCM).
4. REQUISITOS DE CONSTITUCIÓN
La LSM, en su artículo 89, dispone que para proceder a la constitu­
ción de una sociedad anónima, se requiere:
a) Que haya dos socios como mínimo y que cada uno de ellos suscri­
ba por lo menos una acción; b) Que el capital social no sea inferior a la
suma de cincuenta mil pesos1 y que esté íntegramente suscrito; c) Que
se exhiba en dinero efectivo, cuando menos el veinte por ciento del valor
de cada acción pagadera en numerario; d) Que se exhiba íntegramente
el valor de cada acción que haya de pagarse, en todo o en parte, con
bienes distintos del numerario.
5. NÚMERO DE SOCIOS
La LSM exige (art. 89, fracc. I), como requisito para la constitución
de toda sociedad anónima, la existencia de dos socios como mínimo.
El establecimiento de dos socios como mínimo deriva de las refor­
mas a la LSM por decreto publicado en el D.O. el 11 de junio de 1992. El
número mínimo anterior era de cinco socios lo cual considerábamos
como una exigencia legal arbitraria e incomprensible, y cuyos resulta­
dos prácticos eran el constante fraude a la ley (socios de paja).
6. EL CAPITAL SOCIAL
El capital social, elemento indispensable de toda sociedad mercan­
til, adquiere una especial significación e importancia en las sociedades
anónimas.
J El anterior monto mínimo del capital social era de veinticinco mil pesos habiendo
sido modificado por las reformas a la LSM publicadas en el D.O. el 11 de junio de 1992.
LA SOCJEDAD ANÓNIMA. CONCEPTOS GENERALES
113
Como vimos, la fracción II del artículo 89 de la LSM señala, entre
los requisitos de constitución de este tipo de sociedades, la existencia de
un capital social, cuya cuantía mínima fija en la suma de cincuenta mil
pesos, y el artículo 91, fracción I, de la ley citada, por su parte, dispone
que la escritura constitutiva deberá mencionar la parte exhibida del ca­
pital social.
El capital social equivale a la suma del valor de las aportaciones de
los socios, suma que deberá expresarse en moneda del curso legal.
Siendo el capital social la garantía de los acreedores sociales, es na­
tural que el legislador se haya preocupado por mantener su integridad.
Es decir, se pretende que la cifra indicada como capital social corres­
ponda a bienes realmente poseídos por la sociedad; que el capital social
tenga como contrapartida un conjunto de bienes y valores realmente
poseídos por la sociedad (patrimonio social). A lograr dicho efecto tien­
den las disposiciones legales que a continuación se señalan: a) Se conce­
de a los acreedores sociales acción para reclamar a los socios el monto
insoluto de sus aportaciones (art. 24 LSM); b) El capital social deberá
estar íntegramente suscrito en el momento de la constitución de la so­
ciedad (art. 89, frac. II, LSM); c) Se establece que deberá exhibirse, en el
momento de la constitución de la sociedad, el veinte por ciento, cuando
menos, del valor nominal de las acciones pagaderas en numerario (art.
89, frac. III, LSM), y exhibirse totalmente dicho valor nominal cuando
se trate de acciones pagaderas en bienes distintos del numerario (art.
89, frac. IV, LSM); d) Se prohíbe a las sociedades emitir acciones por
una suma inferior a su valor nominal, es decir, la emisión de acciones
bajo la par (art. 115 LSM); e) La pérdida de las dos terceras partes del
capital social origina la disolución de la sociedad (art. 229, frac. V,
LSM); f) Las acciones de la sociedad sólo podrán ser amortizadas con
utilidades repartibles (art. 136 LSM); g) Se obliga a la sociedad a presen­
tar a la asamblea de accionistas, anualmente, un informe que incluya
un estado que muestre la situación financiera de la sociedad a la fecha
de cierre del ejercicio, un estado que muestre, debidamente explicados y
clasificados, los resultados de la sociedad durante el ejercicio, un estado
que muestre los cambios en la situación financiera durante el ejercicio y
un estado que muestre los cambios en las partidas que integran el patri­
monio social, acaecidos durante el ejercicio, y a su publicación y depósi­
to (arts. 172 y ss. LSM); h) Se prohíbe la estipulación de beneficios en
favor de los fundadores de la sociedad, que menoscaben el capital social
(art. 104 LSM; i) Se establece la prohibición de emitir nuevas acciones
mientras las precedentes no hayan sido íntegramente pagadas (artículo
133 LSM); j) Se prohíbe a las sociedades hacer préstamos o anticipos
sobre sus propias acciones (art. 139 LSM); k) Se prohíbe el reparto de
114
ELEMENTOS DE DERECHO MERCANTIL MEXICANO
utilidades ficticias (art. 19 LSM); l) Se prohíbe el reparto de utilidades
en caso de pérdida del capital social, a no ser que éste sea previamente
reintegrado o reducido (art. 18 LSM); m) Se prohíbe a las sociedades
adquirir sus propias acciones, salvo por adjudicación judicial en pago
de créditos de la sociedad. En este último caso, la sociedad deberá ven­
der tales acciones dentro de un plazo de tres meses, y si no lo hiciere,
las acciones quedarán extinguidas y se procederá a la consiguiente re­
ducción del capital social (art. 134 LSM); n) La reducción del capital so­
cial sólo podrá llevarse a cabo mediante el cumplimiento de las formali­
dades legales correspondientes (art. 9o LSM).
7. LA ESCRITURA CONSTITUTIVA
De acuerdo con el artículo 91 de la LSM, la escritura constitutiva de
las sociedades anónimas, además de los datos comunes a todas las so­
ciedades mercantiles, deberá contener los siguientes: a) La parte exhibi­
da del capital social; b) El número, valor nominal y naturaleza de las
acciones en que se divide el capital social, a no ser que la sociedad emi­
ta sus acciones sin valor nominal; c) La forma y términos en que debe
pagarse la parte insoluta de las acciones; d) La participación en las uti­
lidades concedida a los fundadores; e) El nombramiento de uno o varios
comisarios; f) Las facultades de la asamblea general de accionistas y las
condiciones para la validez de sus deliberaciones, así como para el ejer­
cicio del derecho de voto, en cuanto las disposiciones legales puedan ser
modificadas por la voluntad de los socios.
8. FORMAS DE CONSTITUCIÓN
La sociedad anónima puede constituirse en un solo acto (fundación
simultánea), mediante la comparecencia ante notario de los socios que
otorgan la escritura constitutiva, o en forma sucesiva, esto es, mediante
el procedimiento de suscripción pública (art. 90 LSM).
La constitución simultánea no presenta problemas de importancia,
por lo que nos limitaremos a examinar en especial el procedimiento de
suscripción pública, que es típico y característico de este tipo de socie­
dades, aunque sea poco usado en nuestra práctica.
9. CONSTITUCIÓN SUCESIVA O POR
SUSCRIPCIÓN PÚBLICA
La constitución sucesiva se caracteriza por el llamamiento, apela­
ción, que hacen al público los fundadores (promotores), para obtener la
adhesión de los futuros socios.
LA SOCIEDAD ANÓNIMA. CONCEPTOS GENERALES
115
Examinaremos las distintas fases del procedimiento de suscripción
pública.
A. R e d a c c ió n y d e p ó s it o d e l p r o g r a m a
Cuando una sociedad anónima haya de constituirse mediante el
procedimiento de suscripción pública, los fundadores redactarán y de­
positarán en el Registro de Comercio un programa que deberá contener
el proyecto de los estatutos (art. 92 LSM).
B. A d h e s io n e s
Las suscripciones se recogerán, por duplicado, en ejemplares del
programa, y contendrán los siguientes datos: a) El nombre, nacionali­
dad y domicilio del suscriptor; b) El número, expresado con letra, de las
acciones que suscriba, la naturaleza de dichas acciones y su valor; c) La
forma y términos en que el suscriptor se obligue a pagar la primera ex­
hibición; d) Cuando las acciones hayan de pagarse con bienes distintos
del numerario, la determinación de dichos bienes; e) La forma de hacer
la convocatoria para la asamblea general constitutiva y las reglas que
normarán su celebración; f) La fecha de la suscripción; g) La declara­
ción de que el suscriptor conoce y acepta el proyecto de los estatutos de
la sociedad (artículo 93 LSM) .
Los fundadores conservarán en su poder un ejemplar de la suscrip­
ción y entregarán el duplicado al suscriptor (art. 93, in fine, LSM).
Todas las acciones deberán quedar suscritas dentro del término de
un año, contado a partir de la fecha del programa, salvo el caso de que
se haya fijado un plazo menor (art. 97 LSM). En el caso de que al venci­
miento del plazo legal o convencional a que nos referimos el capital no
estuviere íntegramente suscrito, o por cualquiera otra causa no se llega­
re a constituir la sociedad dentro del plazo mencionado, los suscriptores
quedarán desligados de su obligación y podrán retirar las cantidades
que hubieren depositado a cuenta de su aportación (art. 98 LSM^C. A p o r t a c io n e s
Cuando se trate de aportaciones de numerario, los suscriptores de­
berán depositar, en la institución de crédito designada al efecto por los
fundadores, las cantidades que se hubieren obligado a exhibir, para que
una vez constituida la sociedad sean recogidas por los representantes
de la sociedad (art. 94 LSM). Tratándose de aportaciones en especie,
esto es, distintas del numerario, las mismas se formalizarán al protoco­
lizarse el acta de la asamblea constitutiva de la sociedad (art. 95 LSM).
116
ELEMENTOS DE DERECHO MERCANTIL MEXICANO
Cuando los suscriptores falten a su obligación de aportación, los
fundadores podrán exigirles judicialmente su cumplimiento o tener por
no suscritas las acciones respectivas (art. 96 LSM).
D. A s a m b l e a g e n e r a l c o n s t it u t iv a
Una vez que el capital se encuentre íntegramente suscrito y hayan
sido hechas las exhibiciones legales, los fundadores, dentro de un pla­
zo de quince días, publicarán la convocatoria para la reunión de la
asamblea general constitutiva, en la forma prevista en el programa (art.
99 LSM).
La asamblea general constitutiva, dice el artículo 100 de la LSM, se
ocupará: a) De comprobar la existencia de la primera exhibición preve­
nida en el proyecto de estatutos; b) De examinar y, en su caso, aprobar
el avalúo de los bienes distintos del numerario que uno o más suscriptores se hubiesen obligado a aportar, en la inteligencia de que los interesa­
dos no tendrán derecho a voto en relación a sus respectivas aportaciones
en especie; c) De deliberar acerca de la participación que los fundadores
se hubieren reservado en las utilidades; d) De hacer el nombramiento de
los administradores y comisarios que hayan de fungir durante el plazo
señalado por ios estatutos, con la designación de quiénes de los prime­
ros han de usar la firma social.
E . P r o t o c o l iz a c ió n y r e g is t r o d e l o s e s t a t u t o s
Una vez aprobada por la asamblea general la constitución de la so­
ciedad, se procederá a la protocolización del acta de la reunión corres­
pondiente y de los estatutos y a su inscripción en el Registro de Comer­
cio (art. 101 LSM).
10. LOS FUNDADORES
La LSM (art. 103) considera fundadores de una sociedad anónima a
los otorgantes del contrato social (escritura constitutiva), y a las perso­
nas que redactan, firman y depositan el programa, en el caso de consti­
tución sucesiva o por suscripción pública.
Las operaciones efectuadas por los fundadores, en el caso de consti­
tución sucesiva, con excepción de las necesarias para constituir la so­
ciedad, serán nulas, con respecto a la misma, si no fueren aprobadas
por la asamblea general (art. 102 LSM).
En algunos casos, los fundadores de una sociedad se reservan de­
terminados privilegios. Estos privilegios, sin embargo, están limitados
por la ley. En efecto, el artículo 104 de la LSM establece terminantemen­
LA SOCIEDAD ANÓNIMA. CONCEPTOS GENERALES
117
te que los fundadores no pueden estipular a su favor ningún beneficio
que menoscabe el capital social, ni en el acto de la constitución ni para
el futuro.
Sólo puede estipularse a favor de los fundadores una participación
en las utilidades anuales, participación que en ningún caso podrá exce­
der del diez por ciento ni abarcar un plazo mayor de diez años, a partir
de la fecha de constitución de la sociedad (art. 105 LSM). Por otra parte,
dicha participación no podrá pagarse a los fundadores sino después de
haberse cubierto a los accionistas un dividendo del cinco por ciento so­
bre el valor exhibido de sus acciones, (art. 105 LSM).
11. LOS BONOS DE FUNDADOR
La participación en las utilidades estipulada a favor de los fundado­
res, puede hacerse constar en títulos de crédito, denominados bonos de
fundador, que servirán para acreditar y transmitir la calidad y derechos
de los fundadores y conferirán a sus tenedores el derecho a percibir la
participación en las utilidades que el bono de fundador exprese, por el
tiempo que el mismo indique (arts. 106, 107).
Los bonos de fundador deberán contener los siguientes datos: a)
Nombre, nacionalidad y domicilio del fundador; b) La expresión “bono
de fundador" con caracteres visibles; c) La denominación, domicilio,
duración, capital y fecha de constitución de la sociedad; d) El número
ordinal del bono y la indicación del número total de los bonos emitidos;
e) La participación que corresponde al bono en las utilidades y el tiem­
po durante el cual deberá ser pagada; f ) Las indicaciones que conforme
a las leyes deben contener también las acciones por lo que respecta a la
nacionalidad de cualquier adquirente del bono; g) La firma autógrafa de
los administradores que deben suscribir el título conforme a los estatu­
tos (art. 108 LSM).
Los títulos representativos de los bonos de fundador deberán emitir­
se dentro del plazo de un año, a p a rtir de la fecha de constitución de la
sociedad, am pararán uno o varios bonos y podrán llevar adheridos cu­
pones que se desprenderán del título y se entregarán a la sociedad con­
tra el pago de la participación estipulada (arts. 110, 124, 126 y 127 LSM).
Mientras se entregan los títulos representativos de los bonos de fun­
dador, podrán expedirse certificados provisionales, que serán siempre
nominativos y que deberán canjearse por los títulos definitivos en su
oportunidad. Los certificados provisionales podrán tener también cupo­
nes (arts. 110, 124 y 127 LSM).
Los tenedores de bonos de fundador tendrán derecho al canje de sus
títulos por otros que representen distintas participaciones, siempre que
118
ELEMENTOS DE DERECHO MERCANTIL MEXICANO
la participación total de los nuevos bonos sea igual a la de los canjeados
(art. 109 LSM).
En ningún caso los bonos de fundador se computarán en el capi­
tal social, ni autorizarán a sus tenedores para participar en él a la
disolución de la sociedad, ni para intervenir en su administración (art.
107 LSM).
C a p ít u l o
IX
LA SOCIEDAD ANÓNIMA. LA ACCIÓN
1. CONCEPTO
El capital de las sociedades anónimas se divide en acciones, repre­
sentadas (o incorporadas) en títulos de crédito, que sirven para acredi­
tar y transmitir la calidad y los derechos de los socios (art. 111 LSM).
La acción, pues, puede estudiarse bajo tres aspectos: como parte del
capital social, como expresión de los derechos y obligaciones de los so­
cios y como título de crédito.
2. LA ACCIÓN COMO PARTE DEL CAPITAL SOCIAL
La acción representa una parte del capital social. Esta parte del ca­
pital que la acción expresa constituye su valor nominal. Al lado de éste
podemos encontrar el valor real o efectivo de las acciones, que está ínti­
mamente relacionado con el concepto de patrimonio social y, como éste,
sujeto a constantes variaciones.
La ley no fija un máximo o un mínimo al valor nominal de las ac­
ciones; exige solamente que todas tengan igual valor nominal (art. 112
LSM), cualquiera que sea.
La LSM exige que en el momento de la constitución de la sociedad
estén íntegramente suscritas todas las acciones, y exhibidas (pagadas)
en un veinte ponjciento, por lo menos, cuando sean pagaderas en nume­
rario, e íntegramente exhibidas, cuando hayan de pagarse, en todo o en
parte, con bienes distintos del numerario (art. 89, fracs. II, III y IV,
LSM). En este último caso, es decir, cuando las acciones sean pagadas
mediante aportaciones en especie, deben quedar depositadas en la so­
ciedad durante dos años. Si en este término aparece que el valor de los
bienes es menor en un veinticinco por ciento del valor por el cual fueron
aportados, el accionista está obligado a cubrir la diferencia a la socie­
dad, la que tendrá derecho preferente respecto de cualquier acreedor
sobre el valor de las acciones depositadas (art. 141 LSM).
Por regla general, se prohíbe a las sociedades anónimas adquirir
sus propias acciones, salvo por adjudicación judicial, en pago de crédi119
120
ELEMENTOS DE DERECHO MERCANTIL MEXICANO
tos de la sociedad. En tal caso, la sociedad venderá las acciones dentro
de tres meses, a partir de la fecha en que legalmente pueda disponer de
ellas, y si no lo hiciere en ese plazo, las acciones quedarán extinguidas y
se procederá a la consecuente reducción del capital (art. 134 LSM). Sin
embargo, existen excepciones, por ejemplo, las sociedades anónimas
promotoras de inversión, previo acuerdo del consejo de administración,
pueden adquirir las acciones representativas de su capital social sin que
sea aplicable la prohibición mencionada, de conformidad con lo que dis­
pone el artículo 17 de la LMV.
Por su parte, las sociedades anónimas bursátiles, incluso de capital
fijo, podrán emitir acciones no suscritas que conserven en tesorería,
para ser suscritas con posterioridad por el público, de acuerdo con lo
que señala el artículo 53 de la LMV Asimismo, las sociedades anónimas
bursátiles podrán adquirir las acciones representativas de su capital o
los títulos que representen las mismas, sin que se aplique la prohibición
contenida en el art. 134 LSM, siempre y cuando se satisfagan los requisi­
tos que enumera el artículo 56 de la LMV.
Del mismo modo, las casas de bolsa pueden emitir acciones no sus­
critas, que conservarán en tesorería, las cuales no computarán para
efectos de determinar los límites de tenencia accionaria a que se refiere
la LMV (art. 117 LMV).
Como ya indicamos, para garantizar la efectiva integración del capi­
tal social se prohíbe a las sociedades anónimas emitir acciones por una
suma inferior a su valor nominal (art. 115 LSM).
3.
LA ACCIÓN COMO EXPRESIÓN
DE LOS DERECHOS Y DEBERES DE LOS SOCIOS
Las acciones, como regla general, confieren a sus tenedores iguales
derechos (art. 112 LSM). Sin embargo, el capital social puede quedar
dividido en varias clases de acciones, con derechos especiales para cada
clase (art. 112, in fine, LSM). En todo caso, dentro de caHa clase las ac­
ciones deben conferir iguales derechos.
Son derechos fundamentales del socio (accionista), la participación
en las utilidades (dividendos) y en el haber social en caso de disolución
(cuota de liquidación), y el de intervenir en las deliberaciones sociales
(derecho de voto).
Respecto al último de los citados, debemos decir que cada acción
solamente tiene derecho a un voto. Sin embargo, el contrato social pue­
de establecer que una parte de las acciones (acciones de voto limitado)
tenga derecho de voto solamente en las asambleas extraordinarias, que
se reúnan para decidir sobre la prórroga de la duración de la sociedad,
121
LA SOCIEDAD ANÓNIMA. LA ACCIÓN
su disolución anticipada, cambio de "objeto" o de nacionalidad, trans­
formación o fusión de la sociedad (art. 113 LSM).
Como nota esencial de las acciones se destaca su indivisibilidad. En
efecto, dispone el artículo 122 de ]a LSM, que cada acción es indivisible
y que, por tanto, cuando una acción pertenezca pro indiviso a varias
personas, deberá nombrarse un representante común, y si no se pusie­
ren de acuerdo, el nombramiento deberá ser hecho por la autoridad ju ­
dicial. En todo evento, el representante común no podrá enajenar o gra­
var la acción sino de acuerdo con las disposiciones del derecho civil en
materia de copropiedad (art. 122 LSM).
4. LA ACCIÓN COMO TÍTULO DE CRÉDITO
Las acciones de las sociedades anónimas están representadas por
títulos de crédito, son títulos de crédito. "La acción es el títulovalor en el
que se incorporan los derechos de participación social de los socios.”1
Estos títulos de crédito, conocidos con el nombre de “títulos de par­
ticipación", se rigen por la LSM, y en lo no previsto por ella y en cuanto
no se le opongan, por las disposiciones de la LTOC (arts 111 LSM y 22
LTOC).
Los títulos representativos de las acciones deberán expedirse dentro
del plazo de un año, contado a p a rtir de la fecha de la escritura consti­
tutiva o de la modificación de ésta, en que se formalice el aumento de
capital social. Mientras se entregan los títulos, podrán expedirse certifi­
cados provisionales, que serán siempre nominativos, los cuales se can­
jearán, oportunamente, por los títulos definitivos (art. 124 LSM).
Tanto los títulos de las acciones como los certificados provisionales
podrán am parar una o varias acciones (art. 126 LSM).
En el caso de constitución de la sociedad mediante el procedimiento
de suscripción pública, los duplicados del programa en que se hayan
verificado las suscripciones se canjearán por los títulos definitivos o
certificados provisionales, dentro de un plazo que no excederá de dos
meses, contado a partir de la fecha del contrato social (artículo 124
LSM).
De acuerdo con el artículo 125 de la LSM, los títulos de las acciones
y los certificados provisionales, deberán expresar: a) El nombre, nacio­
nalidad y domicilio del accionista; b) La denominación, domicilio y du­
ración de la sociedad; c) La fecha de constitución de la sociedad y los
datos de su inscripción en el Registro de Comercio; d) El importe del
capital social, el número total y el valor nominal de las acciones, a no
1 R o d r íg u e z R o d r íg u e z , Curso de
derecho
mercantil, T. 1, p. 80.
122
ELEMENTOS DE DERECHO MERCANTIL MEXICANO
ser que el contrato social estipule la emisión de acciones sin valor nomi­
nal. Si el capital se integra mediante diversas o sucesivas series de ac­
ciones, las menciones del importe del capital social y del número de las
acciones se concretarán, en cada emisión, a los totales que se alcancen
con cada una de dichas series. Cuando así lo prevenga el contrato social
podrá omitirse el valor nominal de las acciones, en cuyo caso se omitirá
también el importe del capital social; e) Las exhibiciones que sobre el
valor de la acción haya pagado el accionista o la indicación de ser libe­
rada; f) La serie o número de la acción o del certificado provisional, con
indicación del número total que corresponda a la serie; g) Los derechos
concedidos y las obligaciones impuestas al tenedor de la acción y, en su
caso, las limitaciones al derecho de voto; h) La firma autógrafa de los
administradores que conforme al contrato social deban suscribir el do­
cumento, o bien la firma impresa en facsímil, a condición, en este últi­
mo caso, de que se deposite el original de las firmas respectivas en el
Registro de Comercio en que se encuentre inscrita la sociedad.
Los títulos de las acciones llevarán adheridos cupones, que se des­
prenderán y se entregarán a la sociedad contra el pago de dividendos o
intereses. Los certificados provisionales también podrán tener cupones
(art. 127 LSM).
Recordemos, que según el artículo 23 de la LTOC, en el caso de títu­
los nominativos que llevan adheridos cupones, se considerará que son
cupones nominativos, cuando los mismos estén identificados y vincula­
dos por su número, serie y demás datos con el título correspondiente.
Únicamente el legítimo propietario del título o su representante le­
gal podrán ejercer contra la entrega de los cupones correspondientes,
los derechos patrimoniales que otorgue el título al cual estén adheridos.
Cuando por cualquier motivo se modifiquen las menciones conteni­
das en los títulos de las acciones, deberá procederse a su canje y a la
anulación de los expedidos originalmente, o bien bastará que se haga
constar en estos últimos, previa certificación notarial o de corredor pú­
blico titulado, dicha modificación (art. 140 LSM).
5. CLASIFICACIÓN DE LAS ACCIONES
Atendiendo a los tres aspectos examinados, las acciones pueden cla­
sificarse así: a) consideradas como parte del capital social, en propias e
impropias, y las propias, a su vez, en liberadas y pagadoras y con valor
nominal y sin valor nominal; b) consideradas como expresión de los de­
rechos y deberes de los socios, en comunes y especiales y en ordinarias
y preferentes.
LA SOCIEDAD ANÓNIMA. LA ACCIÓN
123
6. ACCIONES PROPIAS y ACCIONES IMPROPIAS
Son acciones propias las que representan efectivamente una parte
del capital social; son impropias, las que no tienen tal carácter, como
sucede con las llamadas acciones de trabajo y con las acciones de goce.
A. A c c io n e s d e t r a b a jo
El artículo 114 de la LSM establece que cuando así lo prevenga el
contrato social podrán emitirse a favor de las personas que presten sus
servicios a la sociedad, acciones especiales, en las que figurarán las
normas respecto a la forma, valor, inalienabilidad y demás condiciones
particulares que les correspondan. Estas acciones de trabajo conceden
a sus tenedores, por regla general, una participación en el beneficio de
la sociedad y no son transmisibles por acto entre vivos.
B . A c c io n e s d e g o c e
Cuando el contrato social autoriza la amortización de acciones con
utilidades repartibles, la sociedad podrá emitir, a cambio de las accio­
nes amortizadas, acciones de goce (art. 136, frac. IV, LSM).
Las acciones de goce atribuyen a sus tenedores derecho a las utili­
dades líquidas de la sociedad, después de que se haya pagado a las ac­
ciones no reembolsadas el dividendo establecido en el contrato social.
En caso de liquidación de la sociedad, las acciones de goce concurrirán
con las acciones no reembolsadas en el reparto del haber social, des­
pués de que estas últimas hayan sido íntegramente cubiertas, salvo que
el contrato social establezca un criterio distinto para el reparto del ex­
cedente (art. 137 LSM).
El contrato social, además, podrá conceder el derecho de voto a las
acciones de goce (art. 137 LSM).
7. ACCIONES LIBERADAS Y ACCIONES PAGADORAS
Son acciones liberadas aquellas cuyo valor ha sido íntegramente cu­
bierto por el accionista y aquellas que se entreguen a los accionistas,
según acuerdo de la asamblea general extraordinaria, como resultado
de la capitalización de primas sobre acciones o de otras aportaciones
previas de los accionistas, así como de capitalización de utilidades rete­
nidas o de reservas de valuación o revaluación. Las acciones que se en­
tregan en representación de aportaciones en especie son siempre accio­
nes liberadas (art. 116 LSM).
Por el contrario, son acciones "pagadoras” aquellas cuyo importe no
está totalmente cubierto por el accionista.
124
ELEMENTOS DE DERECHO MERCANTIL MEXICANO
La distribución de las utilidades y deJ patrimonio social —en caso,
de liquidación—, se hará en proporción al importe exhibido de las ac­
ciones (art. 117 LSM).
El pago del monto insoluto de las acciones (dividendos pasivos) de­
berá efectuarse: a) En el plazo y cuantía fijados en el contrato social o
en las propias acciones (arts. 91, frac. III, y 118 LSM); b) Cuando no se
haya fijado en el contrato social ni en las acciones el plazo y monto de la
exhibición, deberá pagarse en la fecha en que así lo decrete la sociedad,
a cuyo efecto deberá hacerse una publicación, cuando menos con trein­
ta días de anticipación a la fecha señalada para el pago, en el periódico
oficial correspondiente al domicilio de la sociedad (art. 119 LSM).
Transcurridos los plazos mencionados, la sociedad podrá proceder
a exigir judicialmente el pago de la exhibición correspondiente, o bien, a
lávenla de las acciones, por conducto de corredor público ululado, en
cuyo caso se extenderán nuevos títulos o certificados provisionales, para
sustituir a los anteriores. El producto de la venta de las acciones, cuan­
do éste sea el procedimiento escogido, se aplicará al pago de la exhibi­
ción decretada, y si excediere del importe de ella, se cubrirán también
los gastos de venta y los intereses legales sobre el monto de la exhibi­
ción. El remanente se entregará al antiguo accionista, siempre que lo
reclame dentro del plazo de un año, a partir de la fecha de la venta
(arts. 118, 119 y 120 LSM).
Cuando en el plazo de un mes, a partir de la fecha en que debiera
hacerse el pago de la exhibición, la sociedad no hubiere iniciado la re­
clamación judicial o no hubiere sido posible vender las acciones a un
precio que cubra el valor de dicha exhibición, se declararán extinguidas
aquéllas y se procederá a la consiguiente reducción del capital social
(art. 121 LSM).
En el caso de transmisión de acciones pagaderas, el suscriptor (o
adquirente originario) de las mismas será responsable por el importe
insoluto de la acción, durante el plazo de cinco años, contado a partir
de la fecha del registro del traspaso, pero no podrá reclamarse el pago
al enajenante sin que antes se haga excusión de los bienes del nuevo ad­
quirente (art. 117 LSM).
8. ACCIONES CON VALOR NOMINAL
Y ACCIONES SIN VALOR NOMINAL
Las acciones con valor nominal son las que expresan en su texto la
parte del capital social que representan. Las acciones sin valor nominal
(no par valué shares), por el contrario, son aquellas que no hacen refe­
rencia a parte alguna del capital social: "cuando así lo prevenga el con­
trato social, dice la fracción IV del artículo 125 de la LSM, podrá omi­
la s o c ie d a d a n ó n i m a , l a a c c ió n
125
tirse el valor nominal de las acciones, en cuyo caso se om itirá también
el importe del capital social". Se ha criticado, con razón, este tipo de
acciones. “En conclusión, ha dicho Barrera Graf2 sostenemos que las ac­
ciones sin valor nominal introducidas entre nosotros por influencia del
derecho norteamericano, no tienen cabida en nuestro sistema y no han
encontrado arraigo, pese a que algunas sociedades de importancia ya
las han emitido. No otorgan garantía suficiente ni protección a la socie­
dad que las emite, a los accionistas que las suscriben y, sobre todo, a los
terceros que contratan con la sociedad, cuyos intereses, más que los de
ésta y los de los socios, son dignos de una protección adecuada. Estas
acciones son, quizás, explicables y justificables en el derecho norteame­
ricano, en el que la realidad del capital social y de las aportaciones no
tienen una reglamentación conveniente de defensa y salvaguarda, pero
no se justifican entre nosotros."
9. ACCIONES COMUNES Y ACCIONES ESPECIALES
Deriva esta clasificación de lo dispuesto por el artículo 112 de la
LSM. En efecto, dispone el precepto mencionado que las acciones confe­
rirán iguales derechos, pero que el contrato social podrá establecer que
el capital social se divida en varias clases de acciones con derechos es­
peciales para cada clase.
Así, serán acciones comunes aquellas que participen en las utilida­
des en proporción a su valor nominal; serán acciones especiales, las que
establezcan una preferencia o ventaja en cuanto al reparto de los benefi­
cios sociales, siempre y cuando con ello no se origine la exclusión de
uno o más socios en la participación de las ganancias, supuesto legal­
mente prohibido (art. 17 LSM).
10. ACCIONES ORDINARIAS
Y ACCIONES PREFERENTES O DE VOTO LIMITADO
Cada acción, dice el artículo 113 de la LSM, sólo tendrá derecho a
un voto; pero en el contrato social podrá pactarse que una parte de las
acciones tenga derecho de voto solamente en las asambleas generales
extraordinarias que se reúnan para tratar de los siguientes asuntos:
prórroga de la duración de la sociedad, su disolución anticipada, cam­
bio de “objeto* o de nacionalidad, transformación o fusión de la socie­
dad. Estas últimas acciones son denominadas preferentes o acciones de
2
Las acciones sin valor nominal, en “Boletín del Instituto de Derecho Comparado de
México”, Núm. 8, 1950, p. 9.
ELEMENTOS DE DERECHO MERCANTIL MEXICANO
126
voto limitado, en contraposición a las acciones ordinarias que no tienen
esa limitación.
Las acciones preferentes lo son porque la ley les otorga, respecto a
las ordinarias, una prelación en cuanto al reparto de las utilidades y del
haber social en caso de liquidación. En efecto, establece el artículo 113
de la LSM, que no podrán asignarse dividendos a las acciones ordina­
rias sin que antes se pague a las de voto limitado un dividendo del cinco
por ciento. Cuando en algún ejercicio social no haya dividendos o sean
inferiores a dicho porcentaje, se cubrirá éste en los años siguientes con
la prelación indicada. Al hacerse la liquidación de la sociedad, las accio­
nes de voto limitado se reembolsarán antes que las ordinarias.
Asimismo, puede pactarse en el contrato social, a favor de las accio­
nes preferentes, un dividendo superior al de las ordinarias (art. 113
LSM).
Los tenedores de las acciones preferentes, en los términos de la par­
te final del referido artículo 113 de la LSM, tendrán los derechos que la
propia ley confiere a las minorías para oponerse a las decisiones de las
asambleas de accionistas y para revisar el balance y los libros de la
sociedad.
El m otivo que im p u lsó al Ejecutivo a re g la m e n ta r dichas acciones, fue el
reco n o cer que p a ra m u ch as p erso n as la su scrip ció n de u n a acció n no exte­
rio riza el p ro p ó sito de in te rv e n ir en la gestión o en la d irecció n de u n a
em presa, sino ú n ic a m e n te el deseo de llev ar a c ab o u n a inversión; p o r lo
que p ara esas p e rso n a s el voto, salvo en los caso s excepcionales que la ley
m enciona, no a m p a ra n in g ú n in terés real que am erite ser protegido. E n
tales casos lo que debe p ro teg erse es p re c isa m e n te la seg u rid ad de la inver­
sión d entro de los lím ites in d isp en sab les p a ra que esas m ism as p erso n as
continúen siendo socios, esto es, c o n tin ú en v in c u la d a s a la su erte final de
la em presa y no se co n v ierta n en sim ples m u tu a n te s (E xposición de M oti­
vos de la LSM).
11. ACCIONES NOMINATIVAS Y ACCIONES
AL PORTADOR
Esta es una clasificación reconocida tradicionalmente por la legisla­
ción mercantil mexicana, desde los primeros ordenamientos hasta la vi­
gente Ley General de Sociedades Mercantiles. Pero, ahora, por decreto
de 22 de diciembre de 1982, que reformó la citada ley, se suprimió el
"anonimato” de las acciones y, en lo sucesivo, estos títulos de crédito
deberán ser siempre nominativos.
La exposición de motivos de la iniciativa presidencial de reformas a
los ordenamientos mencionados, hace explícitas las siguientes intencio­
nes: a) Tomando en cuenta que la Constitución Política que nos rige, en
LA SOCIEDAD ANÓNIMA. LA ACCIÓN
127
su artículo 27, establece el derecho de la Nación de imponer a la propie­
dad privada las modalidades que dicte el interés público, es de conside­
rarse que el mismo se preserva teniendo conocimiento pleno de los pro­
pietarios de las negociaciones que realizan la actividad productiva del
país, por lo que resulta de importancia fundamental obligar a que las
acciones se expidan en forma nominativa: b) Por otra parte, se conside­
ra a la supresión del anonimato de las acciones como una medida nece­
saria para lograr de forma más eficiente la justicia fiscal, ya que tal
medida permite a la administración pública conocer los ingresos que
realmente perciben sus titulares y de esta forma se puede determinar su
capacidad económica y cuantificar la contribución que deben hacer al
Estado en los términos de la fracción IV del artículo 31 constitucional.
Como antecedente de la supresión del "anonimato” de las acciones,
debe recordarse la Ley para Promover la Inversión Mexicana y Regular
la Inversión Extranjera que, desde el año de 1973, dispuso la "nominatividad" de las acciones propiedad de personas físicas o morales ex­
tranjeras, unidades económicas extranjeras sin personalidad jurídica o
empresas mexicanas con participación mayoritaria de capital extranje­
ro o en las que los extranjeros tengan, por cualquier título, la facultad
de determinar el manejo de la empresa. Dispuso también el citado orde­
namiento que los títulos al portador no podrán ser adquiridos por
extranjeros sin aprobación de la Comisión Nacional de Inversiones Ex­
tranjeras, en cuyo caso se convertirán en nominativos.
Esta reforma ha removido añejas y actuales posiciones políticas en­
contradas y enconadas; en opinión de algunos es una posición “sociali­
zante". Sin embargo, Barrera Graf ha declarado a la revista Proceso (de
27 de septiembre de 1982), que la “medida no sería socializante ni ajena
a países como Estados Unidos e Inglaterra, donde todas las acciones
son nominativas, con facilidades para su circulación a través de endo­
sos que se dan a los agentes de bolsa y en naciones que sí las aceptan,
como Italia y Francia, otras disposiciones legales han exigido la nominatividad por considerar los títulos al portador como fuente de fraudes
y de ocultamientos indebidos".
La citada reforma legal estableció, además, las siguientes disposi­
ciones transitorias; a) Las sociedades podrán emitir acciones al porta­
dor hasta el 31 de marzo de 1983, siempre que dichas acciones se hubie­
ren emitido en virtud de acuerdo de asamblea general de accionistas
tomado antes del 10 de diciembre de 1982; no siendo aplicable esta dis­
posición a las sociedades de capital variable; b) Las acciones emitidas al
portador, se convierten en nominativas por ministerio de ley, sin necesi­
dad de acuerdo de asamblea; c) La conversión se formalizará, a petición
de los tenedores de los títulos, por: 1. El presidente o secretario del con­
sejo de administración, entre los que habrá solidaridad pasiva o, en su
128
ELEMENTOS DE DERECHO MERCANTIL MEXICANO
caso, por el administrador único de la sociedad. 2. El o los comisarios
de la sociedad. 3. El Instituto para el Depósito de Valores, respecto de
los títulos que tenga o reciba en depósito, conforme a las disposiciones
aplicables de la Ley del Mercado de Valores. 4. Las instituciones de cré­
dito, respecto de los títulos que tengan o reciban en depósito. 5. Los no­
tarios o corredores públicos titulados. 6. Las casas de bolsa, respecto de
títulos inscritos en el Registro Nacional de Valores e Intermediarios. 7.
Los cónsules mexicanos, respecto de títulos que se encuentren en el ex­
tranjero. 8. La autoridad judicial, d) La formalización en nominativos
de Jos títulos al portador se realizará mediante anotación en los títulos
al portador de su conversión en nominativos, nacionalidad y domicilio
del titular, la mención de la fundamentación legal para llevar a cabo la
conversión, así como el lugar y fecha en que se realice y el carácter y
firma de quien la lleve a cabo, e) En los casos procedentes la emisora
inscribirá a los titulares en el registro correspondiente, en la inteligen­
cia de que las personas mencionadas en el inciso c) serán responsables
de los daños y perjuicios que ocasionen al tenedor, por la negativa para
efectuar dicha inscripción, f) Se considerará que los cupones son nomi­
nativos, cuando los mismos estén identificados y vinculados por su nú­
mero, serie y demás datos con el título correspondiente. Unicamente el
legítimo propietario del título nominativo o su representante legal, po­
drá ejercer, contra la entrega de los cupones correspondientes, los dere­
chos patrimoniales que otorgue el título al cual estén adheridos; g) A
partir del Io de enero de 1985, los títulos de crédito al portador no po­
drán seguir circulando, ni se podrán ejercer los derechos incorporados
a los mismos, ni cobrar ni pagar intereses o dividendos, a menos que se
formalice su conversión en nominativos, h) Los notarios, fedatarios, así
como los encargados de los registros públicos, deberán abstenerse, bajo
pérdida de la patente, autorización o empleo, de protocolizar, dar fe o
registrar, respectivamente, actos relativos a las acciones al portador.
A continuación nos referiremos a la regulación legal de las acciones
nominativas.
Son acciones nominativas las que se expiden a favor de una persona
determinada, cuyo nombre se consigna en el texto mismo del documen­
to (art. 125, frac. I, LSM, y 23 LTOC).
Las acciones nominativas se transmiten por endoso y entrega del tí­
tulo mismo, sin perjuicio de que puedan transmitirse por cualquiera
otra forma legal (art. 26 LTOC). Sin embargo, la perfección de la trans­
misión requiere su anotación en el registro de acciones nominativas que
debe llevar la sociedad (art. 128, frac. III, LSM). En efecto, prescribe el
artículo 129 de la LSM, que la sociedad considerará como dueño de las
acciones nominativas a quien aparezca inscrito como tal en el registro
de la propia sociedad. En tal virtud, ninguna transmisión de una acción
LA SOCIEDAD ANÓNIMA. LA ACCIÓN
129
nominativa surtirá efectos contra la sociedad o contra terceros, si no se
inscribe en el registro mencionado. A este efecto, la sociedad deberá ins­
cribir en dicho registro, a petición de cualquier tenedor, las transm isio­
nes que se efectúen (art. 129 LSM).
La transmisión de una acción nominativa que se efectúe por medio
distinto del endoso, deberá anotarse en el título de la acción (art. 131
LSM). En todo caso, el que justifique que una acción nominativa le ha
sido transmitida por medio distinto del endoso, puede exigir que el juez,
en vía de jurisdicción voluntaria, haga constar la transmisión en el do­
cumento mismo (art. 28 LTOC).
En el contrato social podrá pactarse que la transmisión de las ac­
ciones nominativas solamente se haga con la autorización del consejo
de administración. Éste podrá negar la autorización designando un
comprador de las acciones al precio corriente en el mercado (acciones
de circulación restringida) (art. 130 LSM). Señala la Exposición de Moti­
vos de la LSM que se acoge en esta materia el principio de ia limitación
excepcional de la negociabilidad, de tal manera que queden equilibra­
dos los derechos de la sociedad, que puede tener interés en impedir que
una persona se convierta en socio y los del socio que pretenda retirarse,
quien no sufrirá perjuicios por la negativa del consejo de adm inistra­
ción para autorizar un traspaso.
I
C a p ít u l o X
LA SOCIEDAD ANÓNIMA.
LA ASAMBLEA DE ACCIONISTAS
1. CONCEPTO
La asamblea general de accionistas, dice el artículo 178 de la LSM,
es el órgano supremo de la sociedad, pudiendo, por tanto, acordar y ra­
tificar todos los actos y operaciones de la misma.
Las resoluciones de la asamblea general de accionistas serán ejecu­
tadas por la persona que la misma designe y, a falta de designación, por
los administradores (art. 178, LSM). Las reformas a la LSM, publicadas
en el D.O. del 11 de junio de 1992, adicionaron el mencionado art. 178,
para establecer que en los estatutos de la sociedad podrá preverse que
las resoluciones tomadas fuera de la asamblea, por unanimidad de los
accionistas que representen la totalidad de las acciones con derecho a
voto o de la categoría especial de acciones de que se trate, tendrán la
misma validez, para todos los efectos legales, que si hubieren sido adop­
tadas en reunión de asamblea general o especial, respectivamente,
siempre que se confirmen por escrito.
Las resoluciones de las asambleas generales de accionistas son obli­
gatorias para todos ellos, aun para los ausentes o disidentes, siempre y
cuando dichas resoluciones hayan sido adoptadas legalmente, salvo el
derecho de oposición establecido por la ley (art. 200 LSM).
Todos los socios —con las limitaciones impuestas por la ley—, tie­
nen el derecho de asistir a las asambleas generales de accionistas e in­
tervenir en la formación de sus acuerdos, a través del derecho de voto.
Es nulo, establece terminantemente el artículo 198 de la LSM todo con­
venio que restrinja la libertad de voto de los accionistas.
La LSM, permite, sin embargo, las siguientes restricciones al dere­
cho de voto:
a) Como ya vimos, la impuesta por el artículo 113 de la LSM a las
acciones de voto limitado.
b) La establecida por el artículo 196 de la LSM, en el sentido de que
el accionista que en una operación determinada tenga, por cuenta pro131
$
132
ELEMENTOS DE DERECHO MERCANTIL MEXICANO
pia o ajena, un interés contrario al de la sociedad, deberá abstenerse de.
toda deliberación relativa a dicha operación, siendo responsable, en
caso de contravenir esta prohibición, de los daños y perjuicios que se
causen a la sociedad, cuando sin su voto no se hubiere logrado la mayo­
ría necesaria para la validez del acuerdo.
c)
Los administradores y los comisarios, que sean a la vez accionis­
tas, no deberán votar en Jas deliberaciones relativas a la aprobación de
sus propios informes o a su responsabilidad. Si lo hicieren, la resolución
será nula, cuando sin el voto de los administradores o comisarios no se
hubiere logrado la mayoría requerida (art. 197 LSM).
2. REUNIÓN
Las asambleas generales de accionistas deben reunirse en el domi­
cilio social, salvo caso fortuito o de fuerza mayor. Cuando no se cele­
bren en dicho domicilio sus resoluciones serán nulas (art. 179 LSM).
Los accionistas podrán asistir personalmente a la reunión o hacerse
representar por mandatarios, que pueden ser socios o personas extra­
ñas a la sociedad. La representación deberá conferirse en la forma esta­
blecida en la escritura constitutiva y, a falta de estipulación, por escrito.
En ningún caso podrán ser mandatarios los administradores ni los co­
misarios de la sociedad (art. 192 LSM).
Las asambleas generales de accionistas, salvo estipulación en con­
trario de la escritura constitutiva, serán presididas por el administrador
único o por el presidente del consejo de administración y, a falta de
ellos, por quien fuere designado por los accionistas presentes (art. 193
LSM).
Los comisarios tienen la facultad y la obligación de asistir con voz,
pero sin voto, a las asambleas generales de accionistas (art. 166, frac.
VIII, LSM), a las que deben ser citados.
De acuerdo con el artículo 199 de la LSM, a solicitud de los accionis­
tas que reúnan el treinta y tres por ciento de las acciones representadas
en una asamblea, se aplazará para dentro de tres días, y sin necesidad
de nueva convocatoria, Ja votación de cualquier asunto respecto del cual
no se consideren suficientemente informados. Este derecho no podrá
ejercitarse sino una sola vez para el mismo asunto.
3. CONVOCATORIA
La celebración de las asambleas generales de accionistas requiere
su previa convocatoria en los términos establecidos por la LSM. Sin este
requisito serán nulas las resoluciones que se adopten, salvo que en el
LA SOCIEDAD ANÓNIMA. LA ASAMBLEA DE ACCIONISTAS
133
momento de la votación haya estado representada la totalidad de las
acciones (art. 188 LSM).
La convocatoria para las asambleas generales de accionistas deberá
ser hecha por los administradores y, en caso de omisión de éstos —o,
cuando así lo juzguen conveniente—, por los comisarios (arts. 166, frac.
VI, y 183 LSM).
Los accionistas que representen cuando menos el treinta y tres por
ciento del capital social podrán pedir por escrito, en cualquier tiempo, a
los administradores o a los comisarios, que convoquen a la asamblea
general de accionistas, para tratar los asuntos que indiquen en su peti­
ción (art. 184 LSM). Asimismo, el tenedor de una sola acción podrá soli­
citar la convocatoria de una asamblea a los administradores o a los co­
misarios, cuando no se haya celebrado ninguna durante dos ejercicios
sociales consecutivos o cuando las celebradas no se hayan ocupado de
los asuntos m ateria de la asamblea general ordinaria, que debe cele­
brarse anualmente en los términos del artículo 181 de la LSM (art. 185
LSM).
En los dos casos anteriores, cuando los administradores y los comi­
sarios se nieguen a hacer la convocatoria o no la hicieren dentro del
plazo de quince días a partir de la respectiva solicitud, dicha convocato­
ria será efectuada por la autoridad judicial del domicilio de la sociedad
previa petición de los interesados (arts. 184 y 185 LSM).
Los administradores deberán convocar a asamblea general de ac­
cionistas, cuando por cualquier causa faltare la totalidad de los comisa­
rios, a efecto de que se haga la designación correspondiente. Si los ad­
ministradores no hicieren la convocatoria dentro del plazo de tres días,
a partir de la falta absoluta de los comisarios, cualquier accionista po­
drá ocurrir a la autoridad judicial del domicilio de la sociedad para que
ésta haga la convocatoria (art. 168 LSM).
La convocatoria para las asambleas generales de accionistas deberá
hacerse por medio de la publicación de un aviso en el periódico oficial
de la entidad del domicilio de la sociedad, o en uno de los periódicos de
mayor circulación en dicho lugar, con la anticipación que fijen los esta­
tutos o, en su defecto, quince días antes de la fecha señalada para la
reunión, plazo durante el cual estará a disposición de los accionistas el
informe de los administradores (art. 186 LSM).
En todo caso, la convocatoria deberá contener el orden del día y es­
tar firmada por quien la haga (art. 187 LSM). Los comisarios pueden
pedir que se inserten en el orden del día los puntos que consideren per­
tinentes (art. 166, frac. V, LSM).
134
ELEMENTOS DE DERECHO MERCANTIL MEXICANO
4. ACTAS
De toda asamblea de accionistas deberá levantarse una acta, la cual
se asentará en el libro respectivo y será firmada por el presidente, por el
secretario y por los comisarios que concurran (arts. 194 LSM y 33 Cód.
com.).
Cuando por cualquier causa no pudiere asentarse el acta de una
asamblea en el libro correspondiente, deberá protocolizarse ante nota­
rio. En igual forma deberán protocolizarse notarialmente —e inscribir­
se en el Registro de Comercio— las actas de las asambleas generales
extraordinarias de accionistas (art. 194 LSM).
5. ASAMBLEAS GENERALES ORDINARIAS
Las asambleas generales de accionistas pueden ser ordinarias o ex­
traordinarias (art. 179 LSM). Se distinguen por su diversa competencia
y, por ello, por el quórum y mayoría de votación que les son propias y
necesarias para deliberar. La LSM define a las asambleas generales or­
dinarias diciendo que son aquellas que se reúnen para tratar sobre cual­
quier asunto que no sea de la competencia de las extraordinarias (art.
180 LSM).
La asamblea general ordinaria de accionistas podrá celebrarse en
cualquier tiempo, pero, en todo caso, deberá reunirse por lo menos una
vez al año, dentro de los cuatro meses siguientes a la clausura del ejerci­
cio social, y se ocupará, además de cualquier otro asunto incluido en el
orden del día, de los siguientes: a) Discutir, aprobar o modificar el in­
forme de los administradores a que se refiere el artículo 172 de la LSM,
tomando en cuenta el informe de los comisarios y adoptar las medidas
que juzgue oportunas; b) En consecuencia, tomar las medidas oportu­
nas para la mejor marcha de, las operaciones y negocios sociales; c) En
su caso, nombrar al administrador único o a los miembros del consejo
de administración; d) En su caso, nombrar a los comisarios; e) Determi­
nar los emolumentos correspondientes a los administradores y comisa­
rios, cuando no hayan sido fijados en los estatutos (art. 181 LSM).
Para que una asamblea general ordinaria se considere legalmente
reunida, deberá estar representada en la misma, cuando menos, la mi­
tad del capital social, y sus resoluciones sólo serán válidas cuando ha­
yan sido adoptadas por la mayoría de los votos presentes (art. 189 LSM).
Si la asamblea general ordinaria no pudiere celebrarse en el día
señalado para su reunión, se hará una segunda convocatoria, con la
expresión de dicha circunstancia, y en la asamblea se decidirá sobre
los asuntos indicados en el orden del día, cualquiera que sea el núme­
LA SOCIEDAD ANÓNIMA. LA ASAMBLEA DE ACCIONISTAS
135
ro de las acciones representadas, por mayoría de los votos presentes
(art. 191 LSM).
6. ASAMBLEAS GENERALES EXTRAORDINARIAS
La LSM (art. 182) considera que son asambleas generales extraordi­
narias de accionistas, las que se reúnen para tratar de cualesquiera de
los siguientes asuntos: a) Prórroga de la duración de la sociedad; b) Di­
solución anticipada de la sociedad; c) Aumento del capital social; d) Re­
ducción del capital social; e) Cambio de "objeto" de la sociedad; f) Cam­
bio de nacionalidad de la sociedad; g) Transformación de la sociedad; h)
Fusión con otra sociedad; i) Emisión de acciones privilegiadas; j) Amor­
tización por la sociedad de sus propias acciones y emisión de acciones
de goce; k) Emisión de obligaciones; l) En general, cualquiera otra mo­
dificación del contrato social y los demás asuntos para los que la ley o el
contrato social exija un quorum especial.
Las asambleas generales extraordinarias de accionistas podrán ce­
lebrarse en cualquier tiempo (art. 182, in fine, LSM).
Para que una asamblea general extraordinaria se considere legal­
mente reunida, deberán estar representadas, cuando menos, las tres
cuartas partes del capital social, a menos que la escritura constitutiva
fije una mayoría m ás elevada, y las resoluciones serán válidas cuando
se adopten por el voto de las acciones que representen la mitad del capi­
tal social (art. 190 LSM).
En segunda convocatoria, las decisiones deberán tomarse siempre
por el voto favorable del número de acciones que representen, cuando
menos, la mitad del capital social (art. 191 LSM).
Cuando la asamblea general extraordinaria de accionistas acuerde
el cambio de “objeto” o de nacionalidad de la sociedad o su transforma­
ción, el accionista o accionistas que hayan votado en contra tendrán el
derecho de separarse de la sociedad y obtener el reembolso de sus ac­
ciones, en proporción al activo social, según el último balance aproba­
do, siempre que lo soliciten dentro de los quince días siguientes a la
clausura de la asamblea respectiva (art. 206 LSM).
7. ASAMBLEAS ESPECIALES
La LSM opone al concepto de asamblea general el de asamblea
especial.
Cuando se haya pactado en la escritura constitutiva que el capital
social se divide en varias clases de acciones con derechos especiales
para cada una, los accionistas que formen cada categoría deberán reu­
nirse para tratar de cualquier proposición que pueda afectar sus dere-
136
ELEMENTOS DE DERECHO MERCANTIL MEJICANO
chos. Esto es, la asamblea general no puede adoptar resoluciones que
perjudiquen los derechos de una clase o categoría especial de accionis­
tas, sin que éstos, reunidos en asamblea especial, acepten previamente
la decisión que afecte sus derechos (art. 195 LSM).
Las decisiones de las asambleas especiales deberán ser adoptadas
por la mayoría exigida para las modificaciones del contrato social. Esta
mayoría se computará en relación al número total de acciones de la ca­
tegoría de que se trate (art. 195 LSM).
Las asambleas especiales serán presididas por el accionista que de­
signen los socios presentes (art. 195 LSM). En general, son aplicables a
este tipo de asambleas las disposiciones relativas a asambleas generales,
en cuanto se refiere a convocatoria, lugar de reunión, representación,
actas, etc.
8. IMPUGNACIÓN DE LOS ACUERDOS
DE LAS ASAMBLEAS GENERALES
Los acuerdos adoptados por las asambleas generales de accionistas
pueden ser impugnados, bien por causas inherentes a la formación de
dichos acuerdos, bien por causas relativas al contenido de los misinos.
En efecto, los accionistas que representen el treinta y tres por ciento del
capital social, podrán oponerse a las resoluciones de las asambleas ge­
nerales, siempre que se cumplan los siguientes requisitos: a) Que la de­
manda se presente dentro de los quince días siguientes a la fecha de la
clausura de la asamblea respectiva; b) Que los reclamantes no hayan
concurrido a la asamblea o hayan votado en contra de la resolución que
impugnan; c) Que la demanda señale la cláusula del contrato social o el
precepto legal infringido y el concepto de violación (art. 201 LSM).
Aun cuan d o alg u n o s textos legales — dice M an tilla M o lin a1— p a re c e n re d u ­
cir la posibilidad de im p u g n a r las decisiones de las asam b leas de accio n is­
tas al caso de que q uienes p re te n d a n h acerlo re ú n a n , p o r lo m enos el 33%
del capital, y ejerzan la acción resp ectiv a d e n tro de los quince d ías sig u ien ­
tes a la fecha en q u e se tom ó el a c u erd o que se a ta c a , u n a in te rp re ta c ió n
sistem ática de la ley p e rm ite lleg ar a la conclusión de que, p a ra le la m e n te a
esta acción, que h ace posible o b ten er la susp en sió n pro v isio n al de la re s o ­
lución im p ugn ad a, su b sisten las acciones o rd in a ria s de n u lid a d o a n u la ­
ción, qvie pueden se r ejercid as p o r c u a lq u ie r in teresa d o d e n tro de los p la ­
zos de p rescrip ció n señ a la d o s p o r el d e rech o com ún.
En ningún caso puede formularse oposición judicial contra las reso­
luciones de las asambleas generales, relativas a la responsabilidad de
los administradores o comisarios de la sociedad (art. 201 LSM).
1 Síntesis del derecho mercantil, M éxico, 1966, p. 150.
LA SOCIEDAD ANÓNIMA. LA ASAMBLEA DE ACCIONISTAS
137
En el caso de que los reclamantes dieren fianza bastante para res­
ponder de los daños y perjuicios que pudieren causarse a la sociedad, el
juez podrá ordenar la suspensión de la ejecución del acuerdo impugna­
do. Cuando se declare infundada la oposición, los impugnadores res­
ponderán de los daños y perjuicios causados a la sociedad por la no
ejecución del acuerdo (art. 202 LSM).
La sentencia que se dicte con motivo de la oposición, surtirá efectos
respecto de todos los socios (art. 203 LSM). Las oposiciones contra una
misma resolución o acuerdo deberán acumularse, para ser decididas en
una sola sentencia (art. 204 LSM).
Para el ejercicio de la acción de impugnación, los accionistas recla­
mantes deberán depositar los títulos de sus acciones ante notario en
una institución de crédito, quienes expedirán el certificado de depósito
correspondiente, que deberá acompañarse a la demanda. Las acciones
así depositadas no serán devueltas sino hasta que concluya el juicio de
Impugnación (art. 205 LSM). Para este efecto podrá utilizarse también
la constancia de depósito que en su caso expida el Instituto para el De­
pósito de Valores (art. 78 de la LMV).
Ca p ít u l o X I
LA SOCIEDAD ANÓNIMA. LA ADMINISTRACIÓN
L LOS ADMINISTRADORES
La administración de la sociedad anónima, en los términos del ar­
tículo 142 de la LSM, estará a cargo de uno o varios mandatarios tem­
porales y revocables, que pueden ser accionistas o personas extrañas a
la sociedad.
Cuando los administradores sean dos o más, constituirán el consejo
de administración (art. 143 LSM).
El cargo de administrador es personal; en consecuencia, no podrá
desempeñarse por medio de representantes (art. 147 LSM). Sin embar­
go, los administradores podrán, dentro del límite de sus facultades,
otorgar poderes en nombre de la sociedad, sin que por ello se entiendan
restringidas sus facultades (arts. 149 y 150 LSM).
No podrán desempeñar el cargo de administrador de una sociedad
anónima, las personas que conforme a la ley están inhabilitadas para
ejercer el comercio (art. 151 LSM).
La retribución de los administradores, cuando no está señalada en
los estatutos, será fijada por la asamblea general ordinaria de accionis­
tas (art. 181, frac. III, LSM).
2. PODERES Y OBLIGACIONES
Los administradores tienen a su cargo la gestión de la empresa so­
cial y la representación de la sociedad (firma social). A falta de designa­
ción especial, les corresponde la ejecución de los acuerdos de las asam ­
bleas generales de accionistas (art. 178 LSM).
Los administradores deberán formular, dentro de los tres meses que
sigan a la clausura del ejercicio social, un balance anual de la sociedad,
así como un informe general sobre la marcha de los negocios sociales
(art. 173 LSM). Asimismo, deberán formular una balanza mensual de
comprobación de todas las operaciones sociales efectuadas (art. 166,
frac. II, LSM).
139
140
ELEMENTOS DE D E R E C H O MERCANTIL MEXJCANO
Los administradores están obligados a hacer la convocatoria para
las asambleas generales de accionistas (art. 183 LSM).
Corresponde a los administradores, salvo pacto en contrario, presi­
dir las asambleas generales de accionistas (art. 193 LSM). Asimismo, de­
berán firmar los títulos de las acciones y de los certificados provisiona­
les de la sociedad (art. 125. frac. VIII, LSM).
3. NOMBRAMIENTO Y REVOCACIÓN
El nombramiento de los administradores corresponde a los accio­
nistas (arts. 6o, frac. IX; 100, frac. IV, y 181, frac. II, LSM).
Cuando los administradores sean tres o más, el contrato social de­
terminará los derechos que correspondan a la mayoría en la designa­
ción; pero en todo caso la minoría que represente un veinticinco por
ciento del capital social nombrará cuando menos un consejero Este por­
centaje será del diez por ciento, cuando se trate de aquellas sociedades
que tengan inscritas sus acciones en la Bolsa de Valores (art. 144 LSM).
Los administradores continuarán en el desempeño de sus funciones,
aun cuando hubiere concluido el plazo para el que hayan sido designa­
dos, mientras no se hagan nuevos nombramientos y los nombrados no
tomen posesión de sus cargos (art. 154 LSM).
El nombramiento de los administradores puede ser revocado en
cualquier tiempo por la asamblea general ordinaria de accionistas (arts.
142 y 181 LSM). Sin embargo, sólo podrá revocarse el nombramiento del
administrador designado por la minoría, cuando igualmente se revoque
el de todos Jos demás administradores (art. 144 LSM).
De acuerdo con el artículo 155 de la LSM, en los casos de revoca­
ción del nombramiento de los administradores, deberán observarse las
reglas siguientes: a) Cuando los administradores fueren varios y sola­
mente se revocaren los nombramientos de algunos de ellos, los demás
desempeñarán la administración, si reúnen el quorum estatutario; b)
Cuando se revoque el nombramiento del administrador único o cuando
habiendo varios administradores se revoque el nombramiento de todos
o el de un número tal que los restantes no reúnan el quórum estatuta­
rio, los comisarios nombrarán, con carácter provisional, a los adminis­
tradores faltantes. Estas reglas son aplicables, además, en los casos de
que la falta de los administradores se deba a muerte, impedimento u
otra causa (art. 155, in fine, LSM).
4. CONSEJO DE ADMINISTRACIÓN
Dice el artículo 143 de la LSM, que cuando los administradores sean
dos o más, constituirán el consejo de administración.
LA SOCIEDAD ANÓNIMA LA ADMINISTRACIÓN
141
Será presidente del consejo de administración, salvo pacto en con­
trario, el consejero nombrado en primer término, y a falta de éste, el
que le siga en el orden de la designación (art. 143 LSM).
El consejo de administración, como órgano colegiado, funcionará
legalmente con la asistencia de la mitad de sus miembros y sus resolu­
ciones serán válidas cuando se tomen por la mayoría de votos de los
presentes. En caso de empate, el presidente del consejo de administra­
ción tiene voto de calidad (art. 143 LSM).
Asimismo, según el párrafo cuarto adicionado al art. J43 de la LSM
por las reformas publicadas el 11 de junio de 1992, los estatutos podrán
prever que las resoluciones tomadas fuera de sesión de consejo pero por
unanimidad de sus miembros, tendrán validez para todos los efectos le­
gales, siempre que se confirmen por escrito.
Los comisarios de la sociedad asistirán con voz pero sin voto, a las
sesiones del consejo de administración, a las que deberán ser citados
(art. 166, frac. VII, LSM).
De toda sesión del consejo de administración deberá levantarse un
acta, que se transcribirá en el libro correspondiente (arts. 33 y 41 Cód.
com.).
El consejo de administración puede nombrar de entre sus miem­
bros, delegados para la ejecución de actos concretos. A falta de designa­
ción especial, la representación corresponderá al presidente del consejo
(art. 1'48 LSM).
5. LA GERENCIA
La sociedad podrá designar uno o varios gerentes generales o espe­
ciales (órganos secundarios de administración) que tendrán las faculta­
des que expresamente se les confieran, pero que en todo caso no necesi­
tarán autorización especial de los administradores para los actos que
ejecuten y gozarán —dentro de la órbita de las atribuciones que se les
hayan asignado— de las más amplias facultades de representación y
ejecución (arts. 145 y 146 LSM).
Los gerentes podrán ser socios o personas extrañas a la sociedad
(art. 145 LSM).
El nombramiento y la revocación de los gerentes corresponde a la
asamblea general ordinaria de accionistas y a los administradores (art.
145 LSM).
El puesto de gerente es personal; no puede desempeñarse por medio
de representante (art. 147 LSM); pero el gerente podrá, dentro de sus
facultades, otorgar poderes a nombre de la sociedad, sin que ello impli­
que restricción de sus facultades; estos poderes serán revocables en
cualquier tiempo (arts. 149 y 150 LSM).
142
ELEMENTOS DE DERECHO MERCANTIL MEXICANO
6. CAUCIÓN
El otorgamiento de garantía por parte de los administradores y ge­
rentes de las sociedades dejó de tener carácter obligatorio a partir de
las reformas a la LSM publicadas en el D.O. el 1] de junio de 1992. Con
anterioridad a estas reformas, los arts. 152 y 153 establecían que la ga­
rantía se determinaría por los estatutos o, en su defecto, por la asam­
blea general de accionistas, así como que no podrían inscribirse en el
Registro de Comercio sus nombramientos si no comprobaban haber
otorgado la garantía establecida.
La redacción actual del art. 152 de la LSM señala que los estatutos o
la asamblea general de accionistas podrán establecer la obligación para
los administradores y gerentes de prestar garantía para asegurar las
responsabilidades que pudieran contraer en el desempeño de sus encar­
gos, y el art. 153 de la misma ley establece la obligación de inscripción
en el Registro de Comercio, siempre que los estatutos o la asamblea es­
tablezcan dicha obligación.
7. DEBER DE LEALTAD
Cuando el administrador, por cuenta propia o ajena, tenga, en una
operación cualquiera, intereses opuestos a los de la sociedad, deberá
manifestarlo así a los demás administradores, y abstenerse de toda deli­
beración y resolución (art. 156 LSM).
El administrador que contravenga la disposición citada, será res­
ponsable de los daños y perjuicios que se causen a la sociedad por dicho
motivo (art. 156 LSM).
Consideramos aplicable esta disposición a los gerentes.
8. RESPONSABILIDAD
Los administradores, dice el artículo 157 de la LSM, tendrán la res­
ponsabilidad inherente a su mandato y la derivada de las obligaciones
que la ley y los estatutos les imponen.
Especialmente, el artículo 158 de la LSM establece que los adminis­
tradores son solidariamente responsables para con la sociedad: a) De la
realidad de las aportaciones hechas por los socios; b) Del cumplimiento
de los requisitos legales y estatutarios establecidos con respecto a los
dividendos que se paguen a los accionistas; c) De la existencia y mante­
nimiento de los sistemas de contabilidad, control, registro, archivo o in­
formación que previene la ley; d) Del exacto cumplimiento de los acuer­
dos de las asambleas generales de accionistas.
Además, los administradores responden de los daños y perjuicios
que se causen a la sociedad: a) Por el incumplimiento de la obligación
LA SOCIEDAD ANÓNIMA. LA ADMINISTRACIÓN
143
de lealtad prevista en el artículo 156 de la LSM; b) Por falta de presenta­
ción oportuna del balance anual (art. 176 LSM); c) Por perm itir la ad­
quisición por la sociedad de sus propias acciones (art. 138 LSM ).
Asimismo, los administradores serán solidariamente responsables
con los que les hayan precedido, por las irregularidades en que éstos
hubieren incurrido (art. 160 LSM).
No tendrán responsabilidad: a) Los administradores que, estando
exentos de culpa, hayan manifestado su inconformidad en el momento
de la deliberación y resolución del acto de que se trate (cuando exista
consejo de administración); b) Cuando denuncien por escrito a los comi­
sarios las irregularidades en que hubieren incurrido sus antecesores
(arts. 159 y 160 LSM).
La acción de responsabilidad civil contra los administradores co­
rresponde, en principio, a la asamblea general de accionistas; pero tam­
bién podrán ejercitarla los accionistas que representen el treinta y tres
por ciento del capital social, por lo menos (arts. 161 y 163 LSM).
Cuando la asamblea general acuerde exigir responsabilidad a los
administradores, deberá designarse a la persona que haya de ejercitar
la acción correspondiente (art. 161 LSM).
Para que los accionistas que representen el treinta y tres por ciento
del capital social puedan ejercitar directamente la acción de responsa­
bilidad, se requiere: a) Que la demanda comprenda el monto total de las
responsabilidades en favor de la sociedad y no únicamente el interés
personal de los promoventes; b) Que, en su caso, los actores no hayan
aprobado la resolución tomada por la asamblea general de accionistas
sobre no haber lugar a proceder contra los administradores demanda­
dos (art. 163 LSM). En estos casos, los bienes que se obtengan como re­
sultado de la reclamación serán percibidos por la sociedad (art. 163, in
fine, LSM).
Capítulo XII
LA SOCIEDAD ANÓNIMA. LA VIGILANCIA
1. LOS COMISARIOS
La vigilancia de la administración de la sociedad anónima corres­
ponde a los comisarios, que constituyen un órgano especial de control
sobre la gestión de los administradores.
La LSM exige con carácter obligatorio, la existencia de ese órgano
de vigilancia. Así, el artículo 164 de la LSM establece que la vigilancia de
las sociedades anónimas estará a cargo de uno o varios comisarios,
temporales y revocables, que pueden ser socios o personas extrañas a la
sociedad.
Existen algunas reglas especiales para cierto tipo de sociedades respecto a su vigilancia. Tenemos, por ejemplo, que para las instituciones
de banca múltiple, el órgano de vigilancia estará integrado por lo menos
por un comisario designado por los accionistas de la serie "0” y, en su
caso, un comisario nombrado por los de la serie “L”, así como sus res­
pectivos suplentes. El nombramiento de comisarios deberá hacerse en
asamblea especial por cada serie de acciones (art. 26 LIC).
Por su parte, el órgano de vigilancia de las instituciones de banca de
desarrollo estará integrado por dos comisarios, de los cuales uno será
nombrado por la Secretaría de la Función Pública y el otro por los titu­
lares de los certificados de aportación patrimonial de la serie "B". Por
cada comisario propietario se nom brará el respectivo suplente. Los co­
misarios tendrán las más amplias facultades para examinar los libros
de contabilidad y demás documentación de la sociedad nacional de cré­
dito de que se trate, incluida la de su consejo, así como para llevar a
cabo todos los demás actos que requiera el adecuado cumplimiento de
sus funciones, y tendrá el derecho de asistir a las juntas del consejo di­
rectivo con voz. La designación de comisarios que realicen los tenedo­
res de los certificados de aportación patrimonial de la serie “B” corres­
ponderá a quien o quienes en su conjunto mantengan la mayoría de
dicha serie. En el supuesto de que el titular sea el Gobierno Federal, la
designación correspondiente la realizará el Secretario de Hacienda y
Crédito Público (art. 44 LIC).
145
i
N
5
146
ELEMENTOS DE DERECHO MERCANTIL MEXICANO
No pueden desempeñar el puesto de comisario: a) Los que conforme,
a la ley están inhabilitados para ejercer el comercio; b) Los empleados
de la sociedad, los empleados de aquellas sociedades que sean accionis­
tas de la sociedad en cuestión por más de un veinticinco por ciento del
capital social, ni los empleados de aquellas sociedades en que la socie­
dad en cuestión sea accionista en más de un cincuenta por ciento; c) Los
parientes consanguíneos de los administradores, en línea recta sin limi­
tación de grado, los colaterales dentro del cuarto grado y los afines den­
tro del segundo (art. 165 LSM).
La retribución de los comisarios, en el caso de que no esté fijada en
los estatutos, será determinada por la asamblea general ordinaria de
accionistas (art. 181, frac. II, LSM).
2. PODERES Y OBLIGACIONES
En términos generales, la función de los comisarios, consiste en vigi­
lar ilimitadamente las operaciones de la sociedad (art. 166, frac. IX, LSM).
Especialmente, el artículo 166 de la LSM señala como facultades y
obligaciones de los comisarios, las siguientes: a) Cerciorarse de la cons­
titución y subsistencia de las garantías que deben prestar los adminis­
tradores y gerentes de la sociedad, dando cuenta sin demora de cual­
quier irregularidad a la asamblea general de accionistas (art. 152 LSM);
b) Exigir a los administradores una información mensual que incluya
por lo menos un estado de situación financiera y un estado de resulta­
dos; c) Realizar un examen de las operaciones, documentación, regis­
tros y demás evidencias comprobatorias, en el grado y extensión que
sean necesarios para efectuar la vigilancia de las operaciones que la ley
les impone y para poder rendir fundadamente el dictamen que se men­
ciona en el siguiente inciso; d) Rendir anualmente a la asamblea general
ordinaria de accionistas un informe respecto a la veracidad, suficiencia
y razonabilidad de la información presentada por los administradores a
la propia asamblea. Este informe deberá incluir, por lo menos: 1) La
opinión del comisario sobre si las políticas y criterios contables y de in­
formación seguidos por la sociedad son adecuados y suficientes toman­
do en consideración las circunstancias particulares de la sociedad. 2)
La opinión del comisario sobre si esas políticas y criterios han sido apli­
cados consistentemente en la información presentada por los adminis­
tradores. 3) La opinión del comisario sobre si, como consecuencia de lo
anterior, la información presentada por los administradores refleja en
forma veraz y suficiente la situación financiera y los resultados de la
sociedad; e) Hacer que se inserten en el orden del día de las asambleas
generales de accionistas y de las sesiones del consejo de administración,
los puntos que crean pertinentes; f) Convocar a asambleas generales de
accionistas, en caso de omisión de los administradores y en cualquier
LA SOCIEDAD ANÓNIMA. LA VIGILANCIA
147
caso en que lo juzguen conveniente (arts. 183, 184, 185 LSM); g) Asistir
con voz, pero sin voto, a todas las sesiones del consejo de administra­
ción, a las cuales deberán ser citados; h) Asistir con voz, pero sin voto, a
las asambleas de accionistas.
Los comisarios deberán obrar por iniciativa propia o como conse­
cuencia de la denuncia presentada por cualquier accionista. Así, el ar­
tículo 167 de la LSM dispone que los accionistas podrán denunciar por
escrito a los comisarios los hechos que estimen irregulares en la admi­
nistración, y que éstos deberán mencionar las denuncias en sus infor­
mes a la asamblea general y formular acerca de ellas las consideracio­
nes y proposiciones que estimen pertinentes.
3. NOMBRAMIENTO Y REVOCACIÓN
El nombramiento de los comisarios corresponde a los accionistas
(arts. 91, frac: V; 100, frac. IV y 181, frac. II, LSM). En el caso especial
establecido por el artículo 168 de la LSM, la autoridad judicial del domi­
cilio de la sociedad podrá hacer el nombramiento de comisarios, con
carácter provisional.
Cuando los comisarios sean tres o más, el contrato social determi­
nará los derechos que correspondan a la minoría en la designación;
pero, en todo caso, la minoría que represente un veinticinco por ciento
del capital social nombrará cuando menos un comisario (arts. 144 y 171
LSM ).
Los comisarios continuarán en el desempeño de sus funciones, aun
cuando hubiere concluido el plazo para el que hayan sido nombrados,
mientras no se haga nueva designación y los designados no tomen pose­
sión de su cargo (arts. 154 y 171 LSM).
El nombramiento de los comisarios puede ser revocado en cualquier
tiempo por la asamblea general ordinaria de accionistas (arts. 164 y 181
LSM). Sin embargo, solamente podrá ser revocado el nombramiento del
comisario designado por la minoría, cuando igualmente se deje sin
efecto el de todos los demás comisarios (arts. 144 y 171 LSM).
Dispone el artículo 168 de la LSM, que en el caso de que por cual­
quier motivo faltare la totalidad de los comisarios, los administradores
deberán convocar, en el término de tres días, a asamblea general ordi­
naria de accionistas, para que ésta haga el nombramiento o nombra­
mientos correspondientes. Cuando los administradores no hicieren la
convocatoria dentro del plazo indicado, cualquier accionista podrá ocu­
rrir a la autoridad judicial del domicilio de la sociedad para que haga la
convocatoria. Si no se reuniere la asamblea o cuando, habiéndose reu­
nido, no se hiciere la designación, la autoridad judicial del domicilio de
la sociedad, a solicitud de cualquier accionista, nombrará a los comisa­
148
ELEMENTOS DE DERECHO MERCANTIL MEXICANO
rios, en forma provisional mientras la asamblea ordinaria de accionis­
tas hace el nombramiento definitivo.
4. CAUCIÓN
Los comisarios, para asegurar las responsabilidades en que pueden
incurrir en el desempeño de sus funciones, deben otorgar la garantía
que establezcan los estatutos o, en su defecto, la que determine la asam­
blea general ordinaria de accionistas (arts. 152 y 171 LSM).
5. DEBER DE LEALTAD
Cuando los comisarios tengan en cualquier operación un interés
opuesto al de la sociedad, deberán abstenerse de toda intervención (art.
170 LSM).
El comisario que viole tal prohibición, será responsable de los daños
y perjuicios que se causen a la sociedad por dicho motivo (arts. 156 y
170 LSM).
6. RESPONSABILIDAD
Los comisarios, dice el artículo 169 de la LSM, serán individualmen­
te responsables para con la sociedad por el cumplimiento de las obliga­
ciones que la ley y los estatutos les imponen.
Se p recisa que c ad a uno de los c o m isario s será in d iv id u alm en te re sp o n sa ­
ble p a ra con la sociedad p o r el cu m p lim ie n to de las obligaciones que la ley
y los estatu to s les im ponen, a c la rá n d o se a sí que c a d a uno de esos co m isa­
rios p o d rá desem peñar, aisla d a m e n te de los dem ás, las lab o res de v ig ilan ­
cia que le incu m b en (E xposición de M otivos de la LSM).
Igualmente, los comisarios serán responsables —solidariamente—,
con los que les hayan precedido, por las irregularidades cometidas por
éstos, si conociéndolas no las denuncian a la asamblea general de accio­
nistas, para que se ejercite la correspondiente acción de responsabili­
dad (arts. 160 y 171 LSM).
La acción de responsabilidad civil en contra de los comisarios co­
rresponde, en principio, a la asamblea genera) ordinaria de accionistas;
pero podrán ejercitarla también directamente los accionistas que repre­
senten el treinta y tres por ciento del capital social, por lo menos (arts.
161, 163 y 171 LSM). Es aplicable a esta materia lo dispuesto sobre la
responsabilidad de los administradores.
Ca p ít u l o
XIII
LA SOCIEDAD EN COMANDITA POR ACCIONES
1. CONCEPTO
Sociedad en comandita por acciones es la que se compone de uno o
varios socios comanditados que responden de manera subsidiaria, ilimi­
tada y solidariamente, de las obligaciones sociales, y de uno o varios
comanditarios que únicamente están obligados al pago de sus acciones
(art. 207 LSM).
Es característico de este tipo de sociedad, que las participaciones de
los socios quedan representadas por acciones, que tienen el carácter
de títulos de crédito.
La sociedad en comandita por acciones, se rige, en todo lo no expre­
samente establecido por la LSM para esa figura social, por las disposi­
ciones relativas a la sociedad anónima (art. 208 LSM).
2. RAZÓN O DENOMINACIÓN SOCIAL
La sociedad en comandita por acciones puede adoptar como nom­
bre una razón social o una denominación (art. 210 LSM).
La razón social se formará con los nombres de uno o más socios
comanditados, seguidos de las palabras "y compañía” u otras equivalen­
tes, cuando no figuren los de todos (art. 210 LSM). En general son apli­
cables a la formación de la razón social de las sociedades en comandita
por acciones las reglas dictadas sobre dicha materia para las socieda­
des en nombre colectivo y en comandita simple.
La denominación puede formarse libremente, con la única limita­
ción de que debe ser distinta a la de la empleada por otra sociedad.
En todo caso, la razón o denominación social deberán ir seguidas
de las palabras "sociedad en comandita por acciones" o de su abreviatu­
ra “S. en C. por A." Cuando se omita esa mención, los socios comandita­
rios quedarán sujetos a la responsabilidad de los comanditados (arts.
53, 210 y 211 LSM).
149
150
ELEMENTOS DE DERECHO MERCANTIL MEXICANO
3. LA RESPONSABILIDAD DE LOS SOCIOS
En cuanto a la responsabilidad subsidiaria, ilimitada y solidaria de
los socios comanditados nos remitimos a lo dicho respecto a las socie­
dades en nombre colectivo y en comandita simple.
Por lo que se refiere a la responsabilidad de los socios comandita­
rios, es idéntica a la de los accionistas de las sociedades anónimas, esto
es, solamente están obligados al pago de sus acciones.
4. CAPITAL SOCIAL
El capital de las sociedades en comandita por acciones estará divi­
dido en acciones. Son aplicables en esta materia las disposiciones relati­
vas a las sociedades anónimas.
5. ACCIONES
Son aplicables las disposiciones dictadas en materia de sociedades
anónimas. No podrán cederse sin el consentimiento de la totalidad de
los socios comanditados y el de las dos terceras partes de los socios co­
manditarios (art. 209 LSM).
6. ÓRGANOS DE LA SOCIEDAD
Lo relativo a los órganos de la sociedad en comandita por acciones:
asamblea de accionistas, administración y vigilancia, queda regido por
las disposiciones dictadas para las sociedades anónimas.
Por lo que se refiere a la administración, sin embargo, es convenien­
te indicar que los socios comanditarios no pueden ejecutar actos de ad­
ministración, bajo la pena de incurrir en responsabilidad solidaria por
las operaciones que realicen si contravienen tal disposición.
C a p ít u l o
XIV
LAS SOCIEDADES DE CAPITAL VARIABLE
1. CONCEPTO
El último párrafo del artículo Io de la LSM establece que cualesquie­
ra de las sociedades reglamentadas por la misma, podrá constituirse
como sociedad de capital variable. Se trata, pues, de una modalidad
que las sociedades mercantiles pueden adoptar, y no de un tipo distinto
a los enumerados por el referido artículo Io de la LSM.
Las sociedades cooperativas y las sociedades de responsabilidad li­
m itada de interés público por imperativo legal, serán siempre socieda­
des de capital variable (art. 11, frac. II LSC y art. 60 Ley Sociedades de
Responsabilidad Limitada de Interés Público).
Por regla general, el aumento o reducción del capital de una socie­
dad supone la modificación de su escritura constitutiva. Por el contra­
rio, en aquellas que hayan adoptado la modalidad de capital variable, la
alteración de dicho capital no implica formalmente cambio de ninguna
especie.
En efecto, dispone el artículo 213 de la LSM que, en las sociedades
de capital variable, el capital será susceptible de aumento por aportacio­
nes posteriores de los socios o por admisión de nuevos socios, y de re­
ducción por retiro parcial o total de las aportaciones, sin más formali­
dades que las previstas por el capítulo VIII de la propia LSM, que
examinaremos a continuación.
Las sociedades de capital variable se regirán por las disposiciones
que correspondan al tipo de sociedad que haya adoptado esa modali­
dad, salvo las modificaciones que indicaremos oportunamente (art. 214
LSM).
2. AUMENTO DEL CAPITAL SOCIAL
El aumento del capital podrá efectuarse mediante nuevas aportacio­
nes de los socios o por admisión de nuevos socios (art. 213 LSM).
La escritura constitutiva de las sociedades de capital variable debe151
152
ELEMENTOS DE DERECHO MERCANTIL MEXICANO
rá contener las condiciones que se fijen para el aumento del capital (art216 LSM).
En las sociedades anónimas y en las sociedades en comandita por
acciones, el contrato social o la asamblea general extraordinaria de ac­
cionistas determinarán los aumentos de capital y la forma y términos
en que deban hacerse las correspondientes emisiones de acciones. Las
acciones emitidas y no suscritas (acciones de tesorería) se conservarán
en poder de la sociedad para entregarse a medida que vaya realizándo­
se su suscripción (art. 216 LSM).
3. REDUCCIÓN DEL CAPITAL SOCIAL
La reducción del capital social puede efectuarse por retiro parcial o
total de las aportaciones (art. 213 LSM).
En todo caso, el retiro parcial o total de las aportaciones de un so­
cio deberá notificarse en forma fehaciente a la sociedad y no surtirá
efectos sino hasta el fin del ejercicio anual en curso, si la notificación se
hace antes del último trimestre, y hasta el fin del ejercicio siguiente, si
se hiciere después (art. 220 LSM).
El derecho de separación no podrá ser ejercitado por los socios,
cuando tenga como consecuencia reducir a menos del mínimo el capital
social (art. 221 LSM).
4. CAPITAL SOCIAL MÍNIMO
La fracción VI del artículo 6o de la LSM, establece que cuando el
capital de una sociedad sea variable, deberá expresarse dicha circuns­
tancia, indicándose el capital mínimo que se fije.
En las sociedades de responsabilidad limitada, el capital mínimo no
podrá ser inferior a tres mil pesos* (arts. 62 y 217 LSM). En las socieda­
des anónimas y en comandita por acciones, el capital mínimo no podrá
ser inferior a cincuenta mil pesos (arts. 89, 208 y 217 LSM). Por último,
el capital mínimo de las sociedades en nombre colectivo y en comandita
simple, no podrá ser menor a la quinta parte del capital social inicial
(art. 217 LSM).
De acuerdo con el último párrafo del artículo 217 de la LSM, queda
prohibido a las sociedades anónimas y en comandita por acciones anun­
1 El artículo 62 de la LSM señala como capital mínimo para constituir una S.R.L la
cantidad de tres millones de pesos, cifra que se introduce en reforma de 11 de junio de
1992. Cabe recordar que por decreto publicado en el D.O. con fecha 22 de junio de 1992,
se crea una nueva unidad monetaria, quitándosele tres ceros al peso mexicano, por lo
que dicha cantidad debe entenderse como tres mil pesos.
LAS SOCIEDADES DE CAPITAL VARIABLE
153
ciar el capital cuyo aumento esté autorizado sin anunciar al mismo
tiempo el capital mínimo.
5. RAZÓN SOCIAL O DENOMINACIÓN
Las sociedades de capital variable deberán añadir a su razón social
o denominación, en su caso, las palabras "de capital variable" (art. 215
LSM). Consideramos lícita la práctica de usar la abreviatura "de C. V."
aunque legalmente no está reconocida.
6. LIBRO DE REGISTRO
Las sociedades de capital variable llevarán un libro de registro, en
el que deberá inscribirse todo aumento o disminución del capital (art.
219 LSM).
7. RESPONSABILIDAD DE LOS ADMINISTRADORES
Asimismo, son aplicables a las sociedades de capital variable las dis­
posiciones dictadas para las sociedades anónimas, en cuanto se refieren
a la responsabilidad de los administradores (art. 214 LSM).
Los administradores que anuncien o que permitan que se anuncie el
capital cuyo aumento esté autorizado sin anunciar al mismo tiempo
el capital mínimo, serán responsables por los daños y perjuicios que se
causen a los terceros que contraten con la sociedad (art. 217 LSM).
C a p ít u l o
XV
DISOLUCIÓN Y LIQUIDACIÓN
DE LAS SOCIEDADES MERCANTILES
1.
DISOLUCIÓN
DE LAS SOCIEDADES MERCANTILES
Antes de abordar este tema es preciso hacer algunas aclaraciones.
En efecto, debe distinguirse entre disolución parcial y disolución pro­
piamente dicha o total de las sociedades mercantiles.
Se habla de disolución parcial cuando un socio deja de participar en
la sociedad, cuando el vínculo jurídico que lo une a la sociedad queda
roto. Esto sucede en los casos de exclusión, retiro o muerte, de un so­
cio. Al examinar los distintos tipos sociales hemos aludido a los pro­
blemas que plantean aquellas situaciones. En este capítulo nos limitare­
mos a exponer el tema relativo a la disolución total de las sociedades
mercantiles.
L a disolución to tal de la sociedad — d ice M a n tilla M olina— 1 no es sino un
fenóm eno previo a su extinción, a lo g ra r la c u a l va e n c a m in a d a la activi­
d a d social d u ra n te la e ta p a que sigue a la diso lu ció n , o sea, la liquidación.
La disolución no produce la extinción de las relaciones sociales ni la
del ente jurídico. Así, el artículo 244 de la LSM dispone que las socieda­
des, aun después de disueltas, conservarán su personalidad jurídica,
para los efectos de la liquidación.
2. CAUSAS DE DISOLUCIÓN COMUNES A TODAS
LAS SOCIEDADES MERCANTILES
El artículo 229 de la LSM enumera las causas de disolución comu­
nes a todos los tipos de sociedades mercantiles. De acuerdo con el pre­
cepto invocado, las sociedades se disuelven:
1 Derecho mercantil, p. 443.
155
156
ELEMENTOS DE DERECHO MERCANTIL MEXICANO
A. P o r e x p ir a c ió n d e l p l a z o d e d u r a c ió n e s t ip u l a d o
EN EL CONTRATO SOCIAL
Esta causa de disolución, según Garrigues,2 se caracteriza por fun­
cionar con un rigor extraordinario. En efecto, transcurrido el plazo es­
tipulado, los socios no pueden acordar su prórroga; la sociedad se di­
suelve de pleno derecho. Así, pues, la modificación de la duración de la
sociedad deberá acordarse necesariamente, antes de que concluya el
término fijado.
B . POR IMPOSIBILIDAD DE REALIZAR EL “OBJETO" PRINCIPAL
DE LA SOCIEDAD O POR SU CONSUMACIÓN
Es esencial a toda sociedad la realización de un fin común, que
constituye el ‘'objeto" o finalidad social. Al hacerse imposible la realiza­
ción de dicho "objeto” o al quedar consumado, no existe razón que justi­
fique la existencia de la sociedad.
C. POR ACUERDO DE LOS SOCIOS
Los socios, en los términos previstos por el contrato social o, en su
defecto, por la LSM, podrán acordar, en cualquier momento, anticipada­
mente, la disolución de la sociedad. La fracción XII del artículo 6o de la
LSM establece que los socios pueden consignar en la escritura constitu­
tiva los casos en que la sociedad se disolverá anticipadamente.
D. P o r la p é r d id a d e l a s d o s t e r c e r a s pa r t e s
O MÁS DEL CAPITAL SOCIAL
Sin capital suficiente la sociedad no podrá desarrollar las activida­
des que constituyen su objeto; se encontrará sin medios económicos
para continuar su explotación, y en ese supuesto debe procederse a su
disolución.
E . P o r q u e e l n ú m e r o d e a c c io n is t a s
LLEGUE A SER INFERIOR A DOS
En las sociedades anónimas y en comandita por acciones, o si las
partes de interés se reúnen en una sola persona (en las sociedades en nom­
bre colectivo, en comandita simple y de responsabilidad limitada).
Las causas de disolución operan en forma distinta según se trate de
la expiración del término de duración o de las otras a que nos hemos
referido.
2 Instituciones de derecho mercantil, p. 186.
DISOLUCIÓN Y LIQUIDACIÓN DE LAS SOCIEDADES MERCANTILES
157
En efecto, si la disolución de Ja sociedad se produce por la expira­
ción del plazo de duración, se realizará por el solo transcurso del tiem­
po estipulado, de pleno derecho. En los demás casos, comprobada por
la sociedad la existencia de una causa de disolución, deberá inscribirse
en el Registro de Comercio (art. 232 LSM).
La Exposición de Motivos de la LSM, nos aclara que:
si los socios h a n dejado e x p ira r el té rm in o fijado e n el c o n tra to p a ra la d u ­
ra c ió n de la socied ad sin h a b e r p ro rro g a d o o p o rtu n a m e n te d ich a d u ració n ,
ú n ic a m e n te p o d rá n o rg a n iz a r u n a n u ev a so c ied a d ; pero ya n o p ro lo n g a r la
v id a de la p rim itiv a. E sto explica q u e la ley n o exija en tal hipótesis la in s­
c rip ció n en el R egistro, d ad o que com o el c o n tra to social debe co n ten e r...
la expresión de lo que debe d u ra r la so c ie d a d , los tercero s p u ed en en todo
m om ento d e te rm in a r si u n a sociedad d e b e e s tim a rs e ya com o in ca p a cita d a
p a r a in ic ia r nuevas op eracio n es. En cam b io , co m o en los o tro s caso s, a u n
h abiéndose p re sen tad o ya la cau sa de d iso lu ció n , los socios p ueden, o bien
c a m b ia r el «objeto», o a d m itir nuevos socios, o re c o n stitu ir el cap ital, es
n e c e sa rio h a c e r sab er a los te rc e ro s la d isolución.
Cuando no se inscriba en el Registro de Comercio la disolución de
la sociedad, a pesar de existir la causa, cualquier interesado podrá ocu­
rrir ante la autoridad judicial a fin de que se ordene el registro de la di­
solución (art. 232 LSM).
En el caso de que se hubiere inscrito la disolución de una sociedad
sin que, a juicio de algún interesado, hubiere existido una de las causas
enumeradas en el artículo 229 de la LSM o en el contrato social, podrá
ocurrir ante la autoridad judicial, dentro del término de treinta días,
contados a partir de la fecha de la inscripción, y demandar la cancela­
ción de tal inscripción (art. 232 LSM).
3.
CAUSAS DE DISOLUCIÓN PROPIAS
DE ALGUNAS SOCIEDADES MERCANTILES
Establece el artículo 230 de la LSM, que las sociedades en nombre
colectivo se disolverán, salvo pacto en contrario, por la muerte, incapa­
cidad, exclusión o retiro de uno de los socios, o porque el contrato social
se rescinda respecto a uno de ellos.
La disposición mencionada, en los términos del artículo 231 de la
LSM, es aplicable a las sociedades en comandita simple y por acciones,
en lo que respecta a los socios comanditados.
4. EFECTOS DE LA DISOLUCIÓN
La disolución produce los efectos siguientes: a) Las sociedades con­
servan su personalidad, para el único efecto de su liquidación (art. 244
ELEMENTOS DE DERECHO MERCANTIL MEXICANO
158
LSM); b) Las sociedades disueltas deben ponerse en liquidación (art.
234 LSM); como dice Mantilla Molina3 "la finalidad social se transfor­
ma: ahora los actos de la sociedad deben ir encaminados a concluir las
operaciones pendientes, obtener dinero suficiente para cubrir el pasivo
y repartir el patrimonio entre los socios"; c) Se produce un cambio en la
representación legal de la sociedad. Los administradores cesan en sus
funciones, haciéndose cargo de la representación social los liquidadores
(arts. 235, 237 y 241 LSM).
Además, con posterioridad al vencimiento de la duración de la so­
ciedad, al acuerdo sobre disolución o a la comprobación de una causa
de disolución, los administradores no podrán iniciar nuevas operacio­
nes, bajo la pena de responder solidariamente por las operaciones efec­
tuadas (art. 233 LSM).
5.
LA LIQUIDACIÓN
DE LAS SOCIEDADES MERCANTILES
Disuelta la sociedad, dice el artículo 234 de la LSM, se pondrá en
liquidación. La liquidación constituye la fase final del estado de diso­
lución.
En términos generales, la liquidación tendrá por objeto concluir las
operaciones sociales pendientes, cobrar lo que se adeude a la sociedad y
pagar lo que ella deba, vender los bienes sociales y practicar el reparto
del haber o patrimonio social entre los socios. La liquidación culmina
con la cancelación de la inscripción del contrato social, con lo cual la
sociedad queda extinguida (art. 242 LSM).
La liquidación debe practicarse de acuerdo con las bases estableci­
das en el contrato social o por los socios en el momento de acordar o
reconocer la disolución. A falta de tales estipulaciones, la liquidación se
practicará de conformidad con las disposiciones del capítulo XI de la
LSM, que examinaremos después (arts. 6o frac. XIII, y 240. LSJ).
ó. LOS LIQUIDADORES
La liquidación de las sociedades mercantiles estará a cargo de uno
o más liquidadores. Los liquidadores serán los representantes legales de
la sociedad (art. 235 LSM).
Cuando los liquidadores sean varios deben obrar conjuntamente
(art. 239 LSM).
La designación de los liquidadores puede hacerse en el contrato so­
1 Derecho Mercantil, p. 452.
DISOLUCIÓN Y LIQUIDACIÓN DE LAS SOCIEDADES MERCANTILES
159
cial o bien establecerse en éste la forma en que deberá procederse a su
elección llegado el caso (art. 6o, frac. XIII, LSM).
Cuando no exista disposición en el contrato social, el nombramiento
de los liquidadores se hará por acuerdo de los socios, tomado en la for­
m a prevista por la LSM, según la naturaleza de la sociedad, para el
acuerdo sobre disolución (art. 236 LSM).
Si el nombramiento de los liquidadores no se ha hecho en el contra­
to social, deberán ser designados, precisamente, en el mismo acto en
que se acuerde o reconozca la disolución. En los casos en que la socie­
dad se disuelva por expiración del plazo o en virtud de sentencia ejecu­
toriada, la designación de los liquidadores se hará inmediatamente que
concluya el plazo o que se dicte la sentencia. Si no se hiciere así, a peti­
ción de cualquier interesado, la autoridad judicial nombrará a los liqui­
dadores (art. 236 LSM).
Mientras el nombramiento de los liquidadores no se inscriba en el
Registro de Comercio y no hayan entrado en funciones, los administra­
dores continuarán en el desempeño de su encargo (art. 237 LSM).
Los socios podrán acordar en cualquier tiempo la revocación del
nombramiento de los liquidadores. También podrá revocarse la designa­
ción por resolución judicial, si cualquier socio justificare la existencia
de una causa grave (art. 238 LSM).
Una vez hecho el nombramiento de los liquidadores, los administra­
dores deberán entregarles todos ios bienes, libros y documentos de la
sociedad, levantándose en todo caso un inventario del activo y pasivo
sociales (art. 241 LSM).
7. FACULTADES DE LOS LIQUIDADORES
Salvo disposición del contrato social o de los socios, los liquidado­
res, de acuerdo con el artículo 242 de la LSM, tendrán las facultades si­
guientes: a) Concluir las operaciones sociales pendientes; b) Cobrar lo
que se deba a la sociedad y pagar lo que ella deba; c) Vender los bienes
de la sociedad; d) Liquidar a cada socio su haber social; e) Practicar el
balance final de liquidación, que deberán someter a la aprobación de los
socios; f) Depositar el balance final de liquidación aprobado por los so­
cios en el Registro de Comercio; g) Obtener del Registro de Comercio la
cancelación de la inscripción del contrato social, una vez concluida la
liquidación.
Los liquidadores quedan obligados a conservar en depósito los li­
bros y papeles de la sociedad, durante diez años después de la fecha en
que se concluya la liquidación (art. 245 LSM).
En todo caso, los liquidadores responden por los actos que ejecuten
en exceso o con violación de los límites de su encargo (art. 235 LSM).
J60
ELEMENTOS DE DERECHO MERCANTIL MEXICANO
8. REPARTO DEL HABER SOCIAL
ENTRE LOS SOCIOS
Los liquidadores, una vez cubiertas las deudas sociales, deberán li­
quidar a cada socio la parte que le corresponda en el haber social (arts.
242, frac. IV, 246 y 247 LSM).
Ningún socio —dice el artículo 243 de la LSM— podrá exigir de los
liquidadores la entrega total del haber que le corresponda; pero sí la
parcial que sea compatible con los intereses de los acreedores de la so­
ciedad, mientras no estén extinguidos sus créditos pasivos o se haya de­
positado su importe si se presentare inconveniente para hacer su pago.
El acuerdo sobre distribución parcial deberá publicarse en el periódico
oficial del domicilio de la sociedad, y los acreedores de ésta, separada o
conjuntamente, podrán oponerse ante la autoridad judicial a dicha dis­
tribución, desde el día en que se haya tomado la decisión hasta cinco
días después de la publicación. La distribución se suspenderá mientras
la sociedad no pague los créditos de los opositores o no los garantice a
satisfacción del juez, o hasta que cause ejecutoria la sentencia que de­
clare que la oposición es infundada (arts. 9o y 243 LSM).
En la liquidación de las sociedades mercantiles, una vez pagadas las
deudas sociales, la distribución de) remanente del patrimonio entre los
socios (cuota de liquidación) debe hacerse de acuerdo con las reglas si­
guientes, salvo que exista estipulación distinta en el contrato social o en
las bases fijadas por los socios:
A.
En las sociedades en nombre colectivo, en comandita simple y de
responsabilidad limitada, la distribución se efectuará en la forma si­
guiente: a) Si los bienes que forman el haber social son de fácil división,
se repartirán proporcionalmente a la representación de cada socio en !a
masa común; b) Si los bienes fueren de diversa naturaleza, se fracciona­
rán en las partes proporcionales respectivas, compensándose entre los
socios las diferencias que hubiere; c) Una vez formados los lotes, el liqui­
dador convocará a los socios a una junta o asamblea en la que les dará
a conocer el proyecto correspondiente, y aquéllos gozarán de un plazo
de ocho días hábiles, a partir del siguiente a la fecha ¡de la reunión, para
exigir modificaciones, si creyeren perjudicados sus derechos; d) Si los
socios manifestaren expresamente su conformidad, o si durante el plazo
indicado en el punto anterior no formularen observaciones, se les ten­
drá por conformes con el proyecto y el liquidador hará la respectiva
adjudicación, otorgándose, en su caso, los documentos que procedan; e)
Si durante el plazo a que se refiere el punto c), los socios hicieren obser­
vaciones al proyecto de división, el liquidador convocará a una nueva
reunión en el plazo de ocho días, para que de mutuo acuerdo se hagan
al proyecto las modificaciones necesarias, y si no fuere posible obtener
DISOLUCIÓN
y LIQUIDACIÓN
DE LAS SOCIEDADES MERCANTILES
161
el acuerdo, el liquidador adjudicará el lote o los lotes respecto de los
cuales hubiere inconformidad en común a los respectivos socios, y la si­
tuación jurídica resultante entre los adjudicatarios se regirá por las re­
glas de la copropiedad (art. 246 LSM).
B.
En las sociedades anónimas y en comandita por acciones, la dis­
tribución deberá hacerse así: a) En el balance final de liquidación se in­
dicará la parte que a cada socio corresponda en el haber social; b) El
balance final de liquidación se publicará por tres veces, de diez en diez
días, en el periódico oficial de la localidad en que tenga su domicilio la
sociedad; c) Este balance y los papeles y libros de la sociedad, quedarán
a disposición de los accionistas, quienes gozarán de un plazo de quince
días, a partir de la última publicación, para presentar sus reclamacio­
nes a los liquidadores; d) Transcurrido el plazo mencionado, los liquida­
dores convocarán a una asamblea general de accionistas para que
apruebe en definitiva el balance. Dicha asamblea será presidida por el
'liquidador (art. 247 LSM); e) Una vez aprobado el balance, los liquidado­
res procederán a hacer a los accionistas los pagos que correspondan,
contra la entrega de los títulos de sus acciones (art. 248 LSM).
Las sumas que pertenezcan a los accionistas y que no fueren cobra­
das en el transcurso de dos meses, contados desde la aprobación del
balance final, se depositarán en un banco con la indicación del accio­
nista. Esas sumas se pagarán por el banco en que se hubiere constituido
el depósito (art. 249 LSM).
C a p ít u l o
XVI
FUSIÓN, TRANSFORMACIÓN Y ESCISIÓN
DE LAS SOCIEDADES MERCANTILES
I. FUSIÓN DE LAS SOCIEDADES MERCANTILES
La fusión responde, por regla general, a la necesidad económica de
la concentración de las empresas, entendida como unión de fuerzas pro­
ductivas. Esto es, las sociedades pretenden, al fusionarse, la creación de
una empresa de mayor vigor económico, mediante la unión de sus
patrimonios.
Desde el punto de vista jurídico, la fusión es un caso especial de
disolución de una sociedad, al menos; pero falta, generalmente, la
liquidación.1
La fusión origina, unas veces, la extinción de una o varias socieda­
des por su incorporación en otra ya existente, y, en otras ocasiones, la
unión de varias sociedades, que se extinguen todas, para constituir una
nueva sociedad. En el primer caso, se habla de fusión por incorpora­
ción; en el segundo, de fusión propiamente dicha o de fusión pura (fu­
sión por integración).
En la fusión por incorporación, la sociedad o sociedades que se in­
corporan a otra sociedad ya existente, desaparecen, se extinguen, trans­
miten a la sociedad incorporante todo su patrimonio, y sus socios repre­
sentarán en la sociedad incorporante la parte de interés o acciones
equivalentes al valor del patrimonio aportado por la sociedad a que per­
tenecen. En el caso de fusión pura, todas las sociedades fusionadas des­
aparecen y se constituye una nueva sociedad mediante la aportación de
los patrimonios de aquéllas.
La fusión de varias sociedades, dice el artículo 222 de la LSM, debe­
rá ser decidida por cada una de ellas, en la forma y términos que co­
rrespondan según su naturaleza. Es decir, la junta de socios o la asam­
blea correspondiente, deberá adoptar el acuerdo de fusión.
En caso de fusión propiamente dicha, esto es, cuando de la fusión
1 GARRIGUES, Tratado de derecho mercantil, M a d rid , 1949, T. I, vol. 3o, p. 1270.
163
164
ELEMENTOS DE DERECHO MERCANTIL MEXICANO
de varias sociedades haya de resultar una distinta, la constitución de
esta última deberá sujetarse a los principios legales que rijan para el
tipo social que se haya adoptado (art. 226 LSM).
Los acuerdos de fusión deberán inscribirse en el Registro de Comer­
cio. Asimismo, se publicarán en el periódico oficia] del domicilio de las
sociedades que hayan de fusionarse. Cada sociedad, además, deberá pu­
blicar su último balance anual, y la o las que dejen de existir como con­
secuencia de la fusión, quedarán obligadas a publicar también, el
sistema establecido para la extinción de su pasivo (art. 223 LSM).
La fusión acordada no producirá efecto sino tres meses después de
haber sido inscrita en el Registro de Comercio. Durante tal plazo, los
acreedores de las sociedades fusionadas podrán oponerse judicialmente
a la fusión, cuyos efectos se suspenderán hasta que cause ejecutoria la
sentencia que declare que la oposición es infundada (art. 224 LSM).
Si durante el plazo de tres meses citado no se formulare oposición
judicial, podrá llevarse a cabo la fusión, y la sociedad que subsista (en
el caso de fusión por incorporación), o la que resulte de la fusión (en el
supuesto de fusión pura), tomará a su cargo los derechos y obligaciones
de la o las sociedades extinguidas (art. 224 LSM).
La fusión surtirá efecto desde el momento mismo de su inscripción
en el Registro de Comercio, en estos tres casos: a) Si se pactare el pago
de todas las deudas de las sociedades que hayan de fusionarse; b) Si se
constituyere depósito de su importe en una institución de crédito, de­
biéndose publicar el certificado de depósito correspondiente en el perió­
dico oficial del domicilio de las sociedades que hayan de fusionarse; c)
Si constare el consentimiento de todos los acreedores. Para estos efec­
tos, dice el artículo 225 de la LSM, las deudas a plazo se darán por
vencidas.
2.
TRANSFORMACIÓN
DE LAS SOCIEDADES MERCANTILES
Puede suceder que en el transcurso de la vida social se advierta que
el tipo de sociedad inicialmente adoptado es inconveniente o inadecua­
do. Será necesario, entonces, transformar a la sociedad en un tipo dis­
tinto al elegido originalmente, esto es, mudar el tipo de organización
social adoptado.
M ediante la m odificación de su e s c ritu ra co n stitu tiv a, u n a sociedad puede
ad o p ta r u n tip o diverso del que o rig in alm e n te ten ía, o estab lecer la v a ria b i­
lidad de su c a p ita l.2
2 M a n t i l l a M o lin a , Derecho mercantil, p. 247.
f u s ió n , t r a n s f o r m a c ió n y e s c is ió n
165
Así, el artículo 227 de la LSM dispone que las sociedades constitui­
das en alguna de las formas que establecen las fracciones I a V de su
artículo Io (sociedades en nombre colectivo, en comandita simple, de
responsabilidad limitada, anónimas y en comandita por acciones), po­
drán adoptar cualquier otro tipo legal o transformarse en sociedad de
capital variable.
La transformación no implica la extinción de la sociedad y la crea­
ción de una nueva, sino simplemente el cambio de su tipo social.
El acuerdo de transformación debe ser adoptado por la junta de so­
cios o asamblea correspondiente, en la forma y términos que lo exija la
naturaleza de la sociedad de que se trate (arts. 222 y 228 LSM).
El acuerdo de transformación deberá inscribirse en el Registro de
Comercio y publicarse en el periódico oficial del domicilio de la sociedad.
También deberá publicarse su último balance (arts. 223 y 228 LSM).
Respecto al momento en que surte efectos la transformación y al
derecho de oposición judicial de los acreedores sociales, es aplicable lo
dispuesto sobre esa materia para el caso de fusión, por lo que nos remi­
timos a lo dicho en el punto anterior (arts. 224, 225 y 228 LSM).
3. ESCISIÓN DE LAS SOCIEDADES MERCANTILES
La escisión es una figura jurídica introducida en la LSM a partir de
las reformas publicadas en el D.O. del 11 de junio de 1992. Tal como la
fusión, la escisión puede caracterizarse como un fenómeno moderno,
manifestación de la concentración de empresas, destacando su nula re­
gulación en el derecho mercantil mexicano hasta antes de las reformas
mencionadas.3 Puede decirse que la escisión, al igual que la fusión, es
un tipo especial de disolución de las sociedades, habiendo de hecho se­
mejanzas entre ambas figuras jurídicas, pero la escisión no provoca ne­
cesariamente la extinción de la escindida. Barrera Graf señalaba en
1989 que “la total ausencia de disposiciones normativas en la LSM deja
abandonada la institución a los acuerdos de las partes que intervengan
en la operación, o sea, la o las sociedades que se escindan y dividan su
patrimonio, y aquella o aquellas que lo reciban, como sociedades ya
existentes".4
El art. 228 bis de la LSM, adicionado por la reforma señalada, defi­
ne el hecho de la escisión como el que se da cuando una sociedad deno­
3 B a r r e r a G ra í, Instituciones de derecho mercantil. El autor recoge la opinión de
Villalón E., Francisco, en el sentido de que, en la práctica, la escisión se ha dado desde
el siglo pasado.
4 Instituciones de derecho mercantil, p. 718.
166
ELEMENTOS DE DERECHO MERCANTIL MEXICANO
minada "escindente” decide extinguirse y divide la totalidad o parte de
su activo, pasivo y capital social en dos o más partes, que son aportadas
en bloque a otras sociedades de nueva creación denominadas “escindi­
das"; o cuando la escindente, sin extinguirse, aporta en bloque parte de
su activo, pasivo y capital social a otra u otras sociedades de nueva
creación.
La escisión sólo podrá acordarse por la mayoría exigida para la mo­
dificación del contrato social, por resolución de la asamblea de accio­
nistas o socios u órgano equivalente, debiendo estar totalmente pagadas
las acciones o partes sociales de la sociedad qué se extinga (art. 228 bis,
fracs. I y II, LSM).
La resolución en que se apruebe la escisión contendrá: a) la descrip­
ción de la forma, plazos y mecanismos en que se transferirán los diver­
sos conceptos de activo, pasivo y capital social; b) la descripción de las
partes del activo, pasivo y capital social que correspondan a cada socie­
dad escindida y, en su caso, a la escindente; c) los estados financieros de
la sociedad escindente, por lo menos hasta las actividades de último
ejercicio social, dictaminados por auditor externo; d) la determinación
de las obligaciones que por virtud de la escisión asuma cada sociedad
escindida; y e) los proyectos de estatutos de las sociedades escindidas
(art. 228 bis, frac. IV, LSM).
La resolución de escisión deberá protocolizarse ante notario e ins­
cribirse en el Registro Público de Comercio. Asimismo se publicará un
extracto de la resolución en la gaceta oficial y en uno de los periódicos
de mayor circulación del domicilio de la escindente. A partir de la ins­
cripción y las publicaciones, cualquier socio o grupo de socios que re­
presenten cuando menos el veinte por ciento del capital social o acree­
dor que tenga interés jurídico, podrá oponerse judicialmente a la
escisión; en este caso, se suspenderá la escisión hasta que se produzca
sentencia ejecutoria que declare que la oposición es infundada, se dicte
resolución que dictamine la improcedencia de la oposición, o se llegue a
convenio, siempre y cuando el que se oponga diere fianza bastante para
responder de los daños y perjuicios que pudieren causarse a la sociedad
con la suspensión (art. 228 bis, fracs. V y VI, LSM).
Si no se presenta oposición judicial en el plazo de cuarenta y cinco
días y cumplidos los requisitos, la escisión surtirá plenos efectos y para
la constitución de las nuevas sociedades bastará protocolizar los estatu­
tos e inscribirlas en el Registro Público de Comercio. Cuando la escisión
traiga aparejada la extinción de la escindente, al surtir efecto la escisión
deberá solicitarse al Registro Público de Comercio la cancelación de la
inscripción del contrato social (art. 228 bis, fracs. VII y IX LSM).
FUSIÓN. TRANSFORMACIÓN Y ESCISIÓN
167
La LSM protege los derechos de los socios que voten en contra de la
escisión, al señalar que gozarán del derecho de separarse de la socie­
dad, aplicándose lo previsto por el art. 206 de la LSM. Asimismo, se
dispone que no se aplicará lo previsto en el art. 141 de la LSM (art. 228
bis, fracs. VIII y X, LSM).
Ca p ít u l o
XVII
LA SOCIEDAD COOPERATIVA
I. CONCEPTO
La doctrina cooperativa define a esta sociedad como “la organiza­
ción concreta del sistema cooperativo, que lleva en sí el germen de una
transformación social encaminada a abolir el lucro y el régimen de asa­
lariado, para sustituirlos por la solidaridad y la ayuda mutua de los so­
cios, sin suprimir la libertad individual”.1 Las cooperativas se distin­
guen de otras sociedades porque se definen en función del trabajo y no
por las aportaciones de capital.
La Ley de Sociedades Cooperativas de 1938 (abrogada) hacía refe­
rencia directa a estos fines y rasgos al especificar para ellas las siguien­
tes características: a) Estar integradas por individuos de la clase traba­
jadora que aporten a la sociedad su trabajo personal o bien se
aprovisionen a través de la sociedad; b ) Funcionar sobre principios de
igualdad de derechos y obligaciones de sus miembros; c) No perseguir
fines de lucro; d ) Procurar el mejoramiento social y económico de sus
socios mediante la acción conjunta de éstos en una obra colectiva; e)
Repartir sus rendimientos entre los socios en razón del tiempo trabaja­
do por cada uno o bien de las operaciones realizadas con las sociedad,
en el caso de las cooperativas de consumo. Estas características distin­
guían a las sociedades cooperativas de otras sociedades mercantiles.
Diversas disposiciones de la nueva Ley General de Sociedades Coo­
perativas (LSC, D.O. 3 de agosto de 1994) llevan a redefinir de manera
sustancial la legislación mexicana en la materia. Esta redefinición se da
en los siguientes aspectos de especial relevancia: a) La nueva ley permi­
te a las sociedades cooperativas dedicarse a "cualesquiera actividades
económicas lícitas”, dejando sin efecto el precepto de que las cooperati­
vas no podían perseguir fines de lucro; b) La nueva ley abre la posibili­
dad de que cualquier persona física pueda integrar cooperativas y no
sólo “individuos de la clase trabajadora” como señalaba la legislación
1 R ojas C o ria, Tratado de cooperativismo mexicano, México, 1952.
169
170
ELEMENTOS DE DERECHO MERCANTIL MEXICANO
anterior; c) Se reduce el número mínimo de socios cooperativistas, de
diez a cinco, a excepción de las sociedades cooperativas de ahorro y
préstamo, las cuales se constituirán con un mínimo de veinticinco so­
cios; d) Se termina con el intervencionismo del Estado en las cuestiones
relativas a las sociedades cooperativas. Permanecen los preceptos de
igualdad de derechos y reparto de rendimientos de acuerdo con el tra­
bajo u operaciones realizadas por los socios.
La LSC vigente, en su artículo 2o, define genéricamente a la socie­
dad cooperativa como “una forma de organización social integrada por
personas físicas con base en intereses comunes y en los principios de
solidaridad, esfuerzo propio y ayuda mutua, con el propósito de satisfa­
cer necesidades individuales y colectivas, a través de la realización de
actividades económicas de producción, distribución y consumo de bie­
nes y servicios".
El artículo 6o, de la LSC enumera los principios que deberán obser­
var en su funcionamiento las sociedades cooperativas: a) Libertad de
asociación y retiro voluntario de los socios; b) Administración democrá­
tica; c) Limitación de intereses a algunas aportaciones de los socios si
así se pactara; d) Distribución de los rendimientos en proporción de los
socios; e) Fomento de la educación cooperativa y de la educación en la
economía solidaria; f) Participación en la integración cooperativa; g)
Respeto al derecho individual de los socios de pertenecer a cualquier
partido político o asociación religiosa; y h) Promoción de la cultura
ecológica.
2.
NATURALEZA MERCANTIL
DE LAS SOCIEDADES COOPERATIVAS
De acuerdo con nuestra legislación las cooperativas son formalmen­
te sociedades mercantiles. En efecto, el artículo 4o de la LSM dispone
que se reputarán mercantiles todas las sociedades que se constituyan en
alguno de los tipos reconocidos en su artículo Io, el que en su fracción
VI, hace expresa referencia a las sociedades cooperativas.
El artículo 212 de la LSM establece que las sociedades cooperativas
se regirán por su legislación especial, esto es, fundamentalmente, por la
Ley General de Sociedades Cooperativas (LSC).2
Las sociedades que simulen constituirse en sociedades cooperativas,
o las que usen indebidamente las denominaciones alusivas a las mis­
2
Al aprobarse la nueva LSC fueron abrogados en el Reglamento de la Ley General
de Sociedades Cooperativas (D.O. Io de julio de 1938) y el Reglamento del Registro Coo­
perativo Nacional (D.O. 11 de agosto de 1938).
LA SOCIEDAD COOPERATIVA
171
mas, serán nulas de pleno derecho y se sujetarán a las sanciones legales
respectivas (art. 10, LSC).
3. CLASE DE COOPERATIVAS
La LSC reconoce las siguientes clases de sociedades cooperativas:
A. S o c ie d a d e s c o o p e r a t iv a s
DE RESPONSABILIDAD LIMITADA
En las que los socios solamente se obligan al pago de los certifica­
dos de aportación que hubieren suscrito (art. 14 LSC).
B . S o c ie d a d e s c o o p e r a t iv a s
DE RESPONSABILIDAD SUPLEMENTADA
En las que los socios responden a prorrata por las operaciones so­
ciales, hasta por la cantidad determinada en el acta constitutiva (art. 14
LSC).
C. S o c ie d a d e s c o o p e r a t iv a s d e c o n s u m id o r e s
DE BIENES Y /O SERVICIOS
Que son aquéllas cuyos miembros se asocien con el objeto de obte­
ner en común artículos, bienes y/o servicios para ellos, sus hogares o
sus actividades de producción. Podrán realizar operaciones con el pú­
blico en general siempre que se perm ita a los consumidores afiliarse a
las mismas en el plazo que establezcan sus bases constitutivas. Podrán
dedicarse también a actividades de abastecimiento y distribución, así
como a la prestación de servicios relacionados con la educación o la ob­
tención de vivienda (arts. 22 al 26, LSC). Los excedentes reportados en
los balances anuales de las sociedades cooperativas de consumidores,
se distribuirán en razón de las adquisiciones que los socios hubiesen
efectuado durante el año fiscal (art. 24 LSC).
D. S o c ie d a d e s c o o p e r a t iv a s
DE PRODUCTORES DE BIENES Y/O SERVICIOS
Que son aquéllas cuyos miembros se asocian para trabajar en co­
mún en la producción de bienes y/o servicios, aportando su trabajo per­
sonal, físico o intelectual, independientemente del tipo de producción a
la que estén dedicadas; estas sociedades podrán almacenar, conservar,
transportar y comercializar sus productos actuando en términos de la
ley. En aquellas sociedades cooperativas de productores cuya compleji­
dad tecnológica lo amerite, se integrará una Comisión Técnica con per­
172
ELEMENTOS DE DERECHO MERCANTIL MEXICANO
sonal designado por el Consejo de Administración y por un delegado de
cada una de las áreas de trabajo de la unidad productiva. Los rendi­
mientos anuales reportados en los balances de las sociedades cooperati­
vas de productores, se repartirán de acuerdo al trabajo aportado por
cada socio durante el año, tomando en cuenta que el trabajo puede eva­
luarse a partir de los factores calidad, tiempo, nivel técnico y escolar
(arts. 27, 28 y 29 LSC).
E . S o c ie d a d e s c o o p e r a t iv a s d e a h o r r o y p r é s t a m o
Se rigen por la LSC, así como por la Ley para Regular las Activida­
des de las Sociedades Cooperativas de Ahorro y Préstamo (LASCAP,
D.O. 13 de agosto de 2009) y son aquellas constituidas y organizadas
conforme a la LSC, independientemente del nombre comercial, razón o
denominación social que adopten, que tengan por objeto realizar opera­
ciones de ahorro y préstamo con sus socios; y quienes forman parte del
sistema financiero mexicano con el carácter de integrantes del sector
social sin ánimo especulativo y que reconozcan que no son intermedia­
rios financieros con fines de lucro (art. 2 frac. X LASCAP). La LSC seña­
la que se entenderá como ahorro, la captación de recursos a través de
depósitos de ahorro de dinero de sus socios; y como préstamo, la colo­
cación y entrega de los recursos captados entre sus mismos socios (art.
33 LSC). Estas sociedades se constituirán con un mínimo de veinticinco
socios (art. 33 Bis LSC). Las sociedades cooperativas de ahorro y présta­
mo tienen requisitos especiales de constitución y comúnmente suelen
encontrarse bajo las denominaciones de caja, caja popular, caja coope­
rativa, caja de ahorro, caja solidaria, entre otros (arts. 33 Bis 1, 33 Bis 2
y 33 Bis 3 LSC).
F. S o c ie d a d e s c o o p e r a t iv a s d e p a r t ic ipa c ió n esta ta l
Que son aquéllas que se asocien con autoridades federales, estata­
les, municipales o los órganos político-administrativos del Distrito Fe­
deral, para la explotación de unidades productoras o de servicios públi­
cos, dados en administración, o para financiar proyectos de desarrollo
económico a niveles local, regional o nacional. Para el efecto, el Estado
podrá dar en concesión o administración de bienes o servicios a las
sociedades cooperativas, con arreglo a las leyes respectivas (arts. 30
y 32, LSC).
G.
S o c ie d a d e s c o o p e r a t iv a s d e v iv ie n d a
Que son aquéllas que se constituyan con el objeto de construir, ad­
quirir, arrendar, mejorar, mantener, adm inistrar o financiar viviendas,
173
LA SOCIEDAD COOPERATIVA
o de producir, obtener o distribuir materiales básicos de construcción
para sus socios (art. 92, de la Ley de Vivienda, de 27 de junio de 2006).
Se rigen por dicha Ley (arts. 92, 93 y 94 de ia misma) y en lo no previsto
por la LSC.
4. PERSONALIDAD JURÍDICA
Las sociedades cooperativas san personas morales. Así lo dispone
expresamente la fracción V del artículo 25 del Código Civil Federal,
precepto que retoman ias legislaciones civiles de carácter estatal. Esto
es, las sociedades cooperativas son sujetos de derechos y obligaciones
con un patrimonio, nombre y domicilio distintos a los de sus socios.
La personalidad jurídica de las sociedades cooperativas se adquiere
a partir de la firma de su acta constitutiva, de conformidad con el art.
13 de la LSC. La ley anterior establecía que las sociedades cooperativas
para su constitución e inscripción debían contar con la autorización del
Ejecutivo Federal, a través de la Secretaría del Trabajo y Previsión
Social.
5. CONSTITUCIÓN
Para la constitución de las sociedades cooperativas deberá obser­
varse lo siguiente: Se reconoce u n voto por socio, independientemente
de sus aportaciones. 2. El capital será variable. 3. Habrá igualdad esen­
cial en derechos y obligaciones p a ra los socios e igualdad de condicio­
nes para las mujeres. 4. Su duración será indefinida. 5. Se integrarán
con un mínimo de cinco socios, a excepción de las cooperativas de aho­
rro y préstamo, que se constituyen con veinticinco socios (arts. 11 y 33
Bis LSC).
A. E l
acta c o n s t it u t iv a
La constitución de las sociedades cooperativas se realiza en asam­
blea general que deberán celebrar los interesados, levantándose de la
misma un acta que contendrá las generales de los fundadores (nombre,
edad, nacionalidad, estado civil, domicilio, ocupación ), los nombres de
quienes hayan resultado electos p ara integrar por primera vez consejos
y comisiones y las bases constitutivas de la sociedad cooperativa (art.
12, LSC).
El acta deberá ser formada por los socios, quienes acreditarán su
identidad y ratificarán su voluntad de constituir la sociedad cooperati­
va, y la autenticidad de sus firmas o, en su defecto, huellas digitales que
obren en el acta constitutiva, ante notario público, corredor público.
174
ELEMENTOS DE DERECHO MERCANTIL MEXICANO
juez de distrito, juez de primera instancia, presidente municipal, secre­
tario, delegado municipal o titular de los órganos político-administrati­
vos del Distrito Federal, del lugar en donde la sociedad cooperativa ten­
ga su domicilio (art. 12, LSC).
A partir del momento de la firma del acta constitutiva, las socieda­
des cooperativas cuentan con personalidad jurídica y, por tanto, ten­
drán patrimonio propio y podrán celebrar actos y contratos, así como
asociarse libremente con otras para la consecución de su objeto social
(art. 13, LSC).
B . L a s b a s e s c o n s t it u t iv a s
De acuerdo con el art. 16 de la LSC, las bases constitutivas de las
sociedades cooperativas contendrán lo siguiente: a) Denominación so­
cial. b) Domicilio social, c) Objeto de la sociedad, expresando de manera
concreta cada una de las actividades a desarrollar, d) Régimen de res­
ponsabilidad adoptado, debiendo expresar de manera explícita si es li­
mitada o suplementada. e) Forma de constituir o incrementar el capital
social, expresión del valor de los certificados de aportación, forma de
pago y devolución de su valor, así como la váluación de los bienes y de­
rechos en caso de que sean aportados, f) Requisitos y procedimiento
para la admisión, exclusión y separación voluntaria de los socios, g)
Forma de constituir los fondos sociales, su monto, objeto y reglas para
su aplicación, h) Areas de trabajo que vayan a crearse y reglas para su
funcionamiento, en particular la correspondiente al área de educación
cooperativa, i) Duración del ejercicio social (que puede coincidir con el
año calendario), j) Tipo de libro de actas y tipo de contabilidad a llevar­
se. k) Forma en que deberá caucionar su manejo el personal que tenga
fondos y bienes a su cargo. 1) Procedimiento para convocar y formalizar
las asambleas generales ordinarias y extraordinarias. II) Derechos y
obligaciones de los socios, así como mecanismos de conciliación y arbi­
traje en caso de conflicto sobre los mismos, m) Formas de dirección y
administración interna, así como sus atribuciones y responsabilidades.
n) Las demás disposiciones necesarias para el buen funcionamiento de
la sociedad cooperativa que estén apegadas a la ley. Las cláusulas de las
bases constitutivas que no se apeguen a la LSC, serán nulas de pleno
derecho para todos los efectos legales correspondientes.
C. Au t o r iz a c ió n o f ic ia l y r e g i s t r o
La Ley de Sociedades Cooperativas de 1938 y su Reglamento esta­
blecían que las sociedades cooperativas debían contar con autorización
oficial del Ejecutivo Federal, a través de la Secretaría del Trabajo y Pre­
LA SOCIEDAD COOPERATIVA
175
visión Social, y una vez otorgada ésta, debían inscribir su acta constitu­
tiva en el Registro Cooperativo Nacional.3 El art. 20 de la nueva ley esti­
pula que la vigilancia de las sociedades cooperativas estará a cargo de
las dependencias locales o federales que, de acuerdo con sus atribucio­
nes, deban intervenir en su buen funcionamiento, y ya no entre las atri­
buciones del Ejecutivo Federal.
De conformidad con la nueva ley de 1994, las sociedades cooperati­
vas gozarán de personalidad jurídica y capacidad de obligarse desde el
momento de la firma de su acta constitutiva.4 Dicha acta se inscribirá
en el Registro Público de Comercio que corresponda al domicilio social
de la cooperativa. El régimen de responsabilidad que adopte la sociedad
cooperativa surtirá efectos, sin embarco, a partir de su inscripción en el
Registro Público de Comercio; las personas que realicen actos jurídicos
como representantes o mandatarios de- la sociedad cooperativa no ins­
crita en el Registro Público de Comercio, responderán del cumplimiento
de las obligaciones sociales frente a terceros, subsidiaria, solidaria e ili­
mitadamente, sin perjuicio de la responsabilidad penal en que hubieren
incurrido (arts. 13 y 15, LSC).
Para el registro de las sociedades cooperativas de participación es­
tatal deberá haber manifestación de la autoridad correspondiente de
que existe acuerdo con la sociedad cooperativa de que se trate para dar­
le en administración los elementos necesarios para la producción. En
caso de no existir dicha manifestación, les será negado el registro (art.
18, LSC).
El acta constitutiva de la sociedad se inscribirá en el Registro Públi­
co de Comercio que corresponda a su domicilio social (Art. 113, LSC).
Los actos relativos a la constitución y registro de las sociedades coo­
perativas estarán exentos de impuestos y de derechos fiscales de carác­
ter federal (art. 91, LSC).5
1
Debe recordarse que la autorización de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social
se otorgaba, de acuerdo con Ja ley de 1938 (art 18). siempre y cuando~qoe: a) la sociedad
cooperativa solicitante no viniera a establecer condiciones de competencia ruinosa res­
pecto a otras organizaciones de trabajadores autorizadas; y b) ofreciera suficientes pers­
pectivas de viabilidad.
4
La ley de 1938 estipulaba en su art. 19 que la autorización concedida para funcio­
nar operaría a partir de la fecha de inscripción en el Registro Cooperativo Nacional.
s El segundo párrafo del artículo cuarto transitorio del nuevo Reglamento Interior
de la Secretaria de Comercio y Fomento Industrial estipula que, para los efectos de la
nueva LSC, “la Dirección General del Registro Mercantil y Correduría se coordinará con
las autoridades competentes de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social para que el
registro de estas sociedades (cooperativas) que llevaba dicha dependencia, se integre de
forma adecuada al Registro Público de Comercio, de conformidad con la legislación
aplicable en la materia’.
176
ELEMENTOS D E DERECHO MERCANTIL MEXICANO
D. M o d if ic a c ió n d e l a s b a s e s c o n s t it u t iv a s
Para la modificación de las bases constitutivas deberá seguirse el
mismo procedimiento legal que se señala para el otorgamiento del acta
constitutiva, celebrando la correspondiente Asamblea general. Las mo­
dificaciones deberán inscribirse en el Registro Público de Comercio
(art. 19, LSC).
6. PATRIMONIO
La personalidad jurídica de las sociedades cooperativas se establece
al momento de la firma de su acta constitutiva; a partir de entonces, se
considera que la sociedad tiene patrimonio propio. El aumento o dismi­
nución del patrimonio social corresponde acordarlo a la asamblea gene­
ral (art. 36, frac. IV, LSC).
Las sociedades cooperativas podrán recibir de personas físicas y
morales, nacionales o internacionales, donaciones, subsidios, herencias
y legados para aumentar su patrimonio (art. 60, LSC).
Las sociedades cooperativas podrán revaluar sus activos anualmen­
te. Con relación a los incrementos, la asamblea general determinará el
porcentaje que se destinará al capital social y el que se aplicará a las
reservas sociales (art. 62, LSC).
7. CAPITAL SOCIAL
Las sociedades cooperativas serán siempre de capital variable (art.
11, LSC).
El capital de las sociedades cooperativas se integrará con las apor­
taciones de los socios y con los rendimientos que la asamblea general
destine para incrementar el capital (art. 49, LSC). De acuerdo con la
nueva ley, las sociedades cooperativas podrán también emitir certifica­
dos de aportación para capital de riesgo por tiempo determinado (art.
63, LSC).
8. APORTACIONES
Las aportaciones de los socios podrán hacerse en efectivo, bienes de
derecho o trabajo. La valorización de las aportaciones que no sean en
efectivo se hará en las bases constitutivas o al tiempo de ingresar el so­
cio por acuerdo entre éste y el Consejo de Administración, con la apro­
bación de la Asamblea general (art. 50, LSC).
la
SOCIEDAD COOPERATIVA
177
9. CERTIFICADOS DE APORTACIÓN
Las aportaciones de los socios estarán representadas por certifica­
dos que serán nominativos, indivisibles y de igual valor. Las aportacio­
nes se actualizarán anualmente. La valorización de las aportaciones
qüe no sean en efectivo se hará en las bases constitutivas o al tiempo de
ingresar el socio por acuerdo entre éste y el Consejo de Administración,
con la aprobación de la asamblea general (art. 50, LSC).
El socio podrá transm itir los derechos patrimoniales que amparan
sus certificados de aportación, en favor del beneficiario que sea desig­
nado por él para el caso de fallecimiento. Las bases constitutivas de so­
ciedad cooperativa determinarán los requisitos por los que se puedan
conferir también derechos cooperativos al beneficiario (art. 50, LSC).
Al constituirse la sociedad cooperativa o al ingresar a ella, el socio
deberá aportar, por lo menos, el valor de un certificado y exhibir al me­
nos el 10% del valor del o de los certificados (art. 51, LSC).
La nueva ley establece que podrá pactarse la suscripción de certifi­
cados excedentes o voluntarios por los cuales se percibirá el interés que
fije el Consejo de Administración según las posibilidades económicas de
la sociedad cooperativa y tomando como base las tasas bancarias de los
depósitos de plazos fijos. En caso de suscribirse, el socio está obligado
también a exhibir el 10% de su valor (art. 51, LSC).
10. AUMENTO Y REDUCCIÓN DEL CAPITAL SOCIAL
Hemos dicho que las sociedades cooperativas serán siempre de capi­
tal variable. Los acuerdos sobre aumento o disminución del patrimonio y
capital social corresponden a la asamblea general (Art. 36, frac. IV, LSC).
Cuando se acuerde reducir el capital que se juzgue excedente, se
hará la devolución a los socios que posean mayor número de certifica­
dos de aportación o a prorrata si todos son poseedores de un número
igual de certificados (art. 52, LSC).
Si la asamblea general acuerda aum entar el capital, todos los socios
quedarán obligados a suscribir el aumento en la forma y término acor­
dados (art. 52, LSC).
11. FONDOS SOCIALES
Las sociedades cooperativas deberán constituir los siguientes fon­
dos sociales: de reserva, de previsión social y de educación cooperativa
(art. 53, LSC).6
6 El art. 53 de la LSC señala que las sociedades cooperativas "podrán’' constituir
178
ELEMENTOS DE DERECHO MERCANTIL MEXICANO
El fondo de reserva podrá ser delimitado en las bases constitutivas,
pero nunca será menor al 25% del capital social de las sociedades coo­
perativas de productores, y al 10% en las de consumidores. Se constitui­
rá con el 10 al 20% de los rendimientos que obtengan las sociedades
cooperativas en cada ejercicio social. El fondo de reserva podrá ser
afectado cuando lo requiera la sociedad para afrontar las pérdidas o
para restituir el capital de trabajo, debiendo ser reintegrado al final del
ejercicio social, con cargo a los rendimientos. El fondo de reserva será
manejado por el Consejo de Administración, con la aprobación del Con­
sejo de Vigilancia (arts. 54, 55 y 56, LSC).
En las sociedades cooperativas de ahorro y préstamo, el fondo de
reserva se constituirá, por lo menos, con el 10% de los excedentes que
se obtengan en cada ejercicio social, hasta alcanzar un monto equiva­
lente af por lo menos, el 10% de los activos totales de la sociedad. Este
fondo podrá ser afectado, previa decisión de la asamblea, cuando lo re­
quiera la sociedad para afrontar las pérdidas o restituir el capital de
trabajo, debiendo de ser reintegrado en ejercicios subsecuentes, con car­
go a los excedentes (art. 55 Bis, LSC).
El fondo de previsión social no podrá ser limitado, y se constituirá
con la aportación anual del porcentaje que, sobre los ingresos netos, sea
determinado por la asamblea general. El porcentaje podrá aumentarse
según los riesgos probables y la capacidad económica de la sociedad
cooperativa. El fondo de previsión social se destinará a reservas para
cubrir riesgos y enfermedades profesionales y formar fondos de pensio­
nes y haberes de retiro de socios, primas de antigüedad y para fines di­
versos que cubrirán: gastos médicos y de funeral, y subsidios por inca­
pacidad, becas educacionales para los socios o sus hijos, guarderías
infantiles, actividades culturales y deportivas y otras prestaciones de
naturaleza análoga. Las prestaciones derivadas del fondo de previsión
social serán independientes de las prestaciones a que tengan derecho
los socios por su afiliación a los sistemas de seguridad social. La asam­
blea general fijará las prioridades para la aplicación de este fondo al
inicio de cada ejercicio, de conformidad con las perspectivas económi­
cas de la sociedad cooperativa (arts. 57 y 58, LSC).
El fondo de educación cooperativa se constituirá con el porcentaje
que acuerde la asamblea general, pero nunca será inferior al uno por
ciento de los excedentes netos del mes (art. 59, LSC).
dichos fondos sociales; sin embargo, los artículos siguientes establecen la obligación de
constituirlos. Se trata, a nuestro entender, de un descuido del legislador.
I A SOCIEDAD COOPERATIVA
179
12. DENOMINACIÓN Y DOMICILIO SOCIAL
Las bases constitutivas de la sociedad cooperativa contendrán su
denominación y domicilio social (art. 16, frac. I, LSC). La legislación
anterior preveía una serie de requisitos al respecto de la denominación
y domicilio social, que no aparecen en la Ley General de Sociedad Coo­
perativa de 1994 —entre otros el de agregar a su razón social las letras
SCL (en las cooperativas de responsabilidad limitada) o SCS (en las de
responsabilidad suplementada). El artículo 16 citado, en su fracción ter­
cera, señala que el régimen de responsabilidad adoptado por los socios
se expresará en la denominación de la sociedad cooperativa. Asimismo,
el artículo 10 de la nueva ley hace referencia de manera indirecta, al
señalar que “las sociedades que usen indebidamente las denominacio­
nes alusivas a las sociedades cooperativas serán nulas de pleno dere­
cho". Es de esperar que en el reglamento de la nueva ley se especifique y
corrija esta situación.
13. OBJETO
La fracción II del artículo 16 de la LSC dispone que las bases consti­
tutivas deberán contener el objeto de la sociedad, expresando concreta­
mente cada una de las acciones a desarrollar.
La legislación anterior se basaba en el supuesto jurídico esencial de
que las sociedades cooperativas no debían perseguir fines de lucro.
Congruente con ello, prohibía que las cooperativas desarrollaran activi­
dades distintas a las legal mente autorizadas y que se les autorizaran
actividades conexas. Inclusive, la realización de actividades comple­
mentarias o similares necesitaba autorización expresa de la Secretaría
del Trabajo y Previsión Social.
Como ya se señaló, la nueva ley establece que las cooperativas po­
drán desarrollar cualquier actividad económica lícita, ampliando ad li~
bitum el marco de actividades de las cooperativas (ver inciso 3, “Clases
de cooperativas").
14. DURACIÓN
Las sociedades cooperativas deben constituirse siempre con dura­
ción indefinida (Art. 11, frac. IV, LSC).
15. REPARTO DE LOS RENDIMIENTOS
La frac. IV del artículo 6o de la LSC establece como uno de los prin­
cipios de las sociedades cooperativas, la distribución de los rendimien­
tos en proporción a la aportación de los socios. Según la clase de socie­
180
ELEMENTOS DE DERECHO MERCANTIL MEXICANO
dad cooperativa de que se trate, varían los criterios para el reparto de
los rendimientos y/o excedentes, señalando la ley que, en el caso de coo­
perativas de los consumidores, se repartirán de acuerdo con las adquisi­
ciones de los socios durante el año fiscal, y en las cooperativas de pro­
ductores según el trabajo aportado por cada socio durante el año (ver
inciso 3, "Clase de cooperativas").
16. SOCIOS
Las cooperativas se integrarán con número variable de socios, que
no podrá ser menor de cinco (y veinticinco, las de ahorro y préstamo).
La ley establece que habrá igualdad esencial en derechos y obligaciones
de los socios e igualdad de condiciones para las mujeres (art. 11, LSC).
Las bases constitutivas de la sociedad cooperativa determinarán de­
beres, derechos, aportaciones, causas de exclusión y demás requisitos
relativos a los socios, que no podrán ser inferiores a los estipulados por
la ley. Se observarán al respecto, en términos generales, las disposicio­
nes siguientes: a) La obligación de los socios de consumir o utilizar los
servicios que las sociedades cooperativas de consumidores les brindan;
b) En las sociedades cooperativas de productores, el trabajo que deben
aportar los socios puede ser físico, intelectual, o de ambos géneros; c)
Se establecerán las sanciones a los socios que no concurran a las asam­
bleas generales, juntas o reuniones de la sociedad cooperativa, conside­
rando las responsabilidades y actividades propias de la mujer; d) Se es­
tablecerán las sanciones contra la falta de honestidad en la conducta o
en el manejo de fondos por parte de socios y dirigentes; e) Se establece­
rán los estímulos que correspondan a los socios que cumplan cabalmen­
te con sus obligaciones; y f) Se establecerá la oportunidad de ingreso a
las mujeres, en particular a las que tengan la responsabilidad de una
familia (art. 64, LSC).
Las sociedades cooperativas deberán afiliar obligatoriamente a los
socios que aporten su trabajo personal, así como a los trabajadores de la
cooperativa, a los sistemas de seguridad social (art. 57, LSC). Las socie­
dades cooperativas en general aportarán el cincuenta por ciento de las
primas por los seguros de enfermedades y maternidad, invalidez, vejez,
cesantía en edad avanzada y muerte, previstos en la Ley del Seguro So­
cial, y el gobierno federal contribuirá con el otro cincuenta por ciento,
de acuerdo con lo previsto en los artículos 116 y 179 de la propia ley.
17. ADMISIÓN DE NUEVOS SOCIOS
Las bases constitutivas contendrán los requisitos y el procedimiento
para la admisión de nuevos socios. La asamblea general conocerá de la
aceptación de los mismos.
LA SOCIEDAD COOPERATIVA
181
Cuando la sociedad, por necesidades de expansión, requiera de ad­
mitir más socios, el Consejo de Administración tendrá la obligación de
emitir una convocatoria para tal efecto. En el caso de las sociedades
cooperativas de productores que cuenten con personal asalariado, ten­
drán preferencia en dicha convocatoria los trabajadores de la cooperati­
va, a quienes se les valorará por su antigüedad, desempeño, capacidad
y, en su caso, especialización (art. 65, LSC).
En caso de inconformidad en el proceso de selección de nuevos so­
cios, el afectado podrá acudir ante la Comisión de Conciliación y Arbi­
traje de la propia sociedad cooperativa, si es que la hay, la que resolverá
por escrito en un término no mayor de 20 días naturales, con indepen­
dencia del ejercicio de la acción legal que corresponda (art. 65, LSC).
18. MUERTE DE SOCIOS
El socio podrá transm itir los derechos patrimoniales amparados
por sus certificados de aportación, en favor del beneficiario que designe
en caso de muerte. Las bases constitutivas determ inarán los requisitos
para que también se puedan conferir derechos cooperativos al benefi­
ciario (art. 50, LSC).
19. EXCLUSIÓN Y SEPARACIÓN VOLUNTARIA
DE SOCIOS
Entre los principios que rigen a las sociedades cooperativas se en­
cuentra el de la libertad de asociación y retiro voluntario de los socios
(art. 6, frac. I, LSC). Asimismo, la ley señala las causas y el procedi­
miento a utilizar para la exclusión de socios.
Las bases constitutivas determinarán los requisitos y procedimiento
para la separación voluntaria o la exclusión de los socios (art. 16, frac. V,
LSC), correspondiendo a la asamblea general conocer y resolver al res­
pecto (art. 36, frac. 1, LSC).
El artículo 38 de la LSC establece como causas de exclusión de so­
cios las siguientes: a) Desempeñar sus labores sin la intensidad y cali­
dad requeridas; b) La falta de cumplimiento, en forma reiterada y sin
causa justificada, a cualquiera de sus obligaciones establecidas en las
bases constitutivas; c) Infringir en forma reiterada las disposiciones de
la Ley, de las bases constitutivas o del reglamento de la sociedad coope­
rativa, las resoluciones de la asamblea general o los acuerdos del Conse­
jo de Administración o de sus gerentes o comisionados.
Al socio que vaya a ser sujeto de un proceso de exclusión, se le noti­
ficará por escrito y en forma personal, explicando los motivos y funda­
mentos de esta determinación. El afectado contará con un término de
182
ELEMENTOS DE DERECHO MERCANTIL MEXICANO
veinte días naturales para que manifieste por escrito lo que a su dere­
cho convenga ante eí consejo de administración o ante la comisión de
conciliación y arbitraje si existiere, de conformidad con las bases consti­
tutivas o del reglamento interno de la sociedad cooperativa. Cuando un
socio considere que su exclusión ha sido injustificada, podrá ocurrir a
los órganos jurisdiccionales correspondientes.
20. SOCIOS EXTRANJEROS
El artículo 7 de la LSC establece que el importe total de las aporta­
ciones que los socios extranjeros efectúen al capital de las sociedades
cooperativas, no podrá rebasar el porcentaje máximo que establezca la
Ley de Inversión Extranjera. Este porcentaje corresponde al diez por
ciento en las sociedades cooperativas de producción, conforme a lo se­
ñalado por la fracción I del artículo 7o de la LIE.
Los extranjeros no podrán desempeñar puestos de dirección o ad­
ministración en las sociedades cooperativas, y deberán cumplir con lo
estipulado en la fracción I del artículo 27 constitucional (art. 7, LSC).
21. ÓRGANOS DE LA SOCIEDAD COOPERATIVA
Son órganos de la sociedad cooperativa, a cargo de la dirección,
administración y vigilancia interna de las mismas, los siguientes: a) la
asamblea general; b) el consejo de administración; c) el consejo de vigi­
lancia; d) las comisiones y comités establecidos por la Ley y las demás
que designe la asamblea general. Tratándose se sociedades cooperativas
de ahorro y préstamo, además de los órganos citados, deberán contar,
cuando menos con: a) comité de crédito o su equivalente; b) comité de
riesgos; c) un director o gerente general y d) un auditor interno. La
LASCAP podrá establecer excepciones a lo establecido en esta fracción,
dependiendo del tamaño y nivel de operación de la cooperativa (art. 34,
LSC).
22. LA ASAMBLEA GENERAL
La asamblea general, dice el artículo 35 de la LSC, es la autoridad
suprema de la sociedad. Sus acuerdos obligan a todos los socios —pre­
sentes, ausentes y disidentes—, siempre que hubieren sido tomados de
conformidad con la ley y las bases constitutivas.
Todos los negocios y cuestiones de importancia deberán ser resuel­
tos por la asamblea, a la que corresponde también establecer las reglas
generales para el funcionamiento de la sociedad (art. 36, LSC).
Además de las facultades que le concedan las bases constitutivas, la
LA SOCIEDAD COOPERATIVA
183
asamblea general conocerá y resolverá sobre los asuntos siguientes: a)
Aceptación, exclusión y separación voluntaria de socios; b) Modificación
de las bases constitutivas; c) Aprobación de sistemas y planes de pro­
ducción, trabajo, distribución, ventas y fin andamiento; d) Aumento o
disminución del patrimonio y capital social; e) Nombramiento y remo­
ción, con motivo justificado, de los miembros del consejo de adminis­
tración y de vigilancia, así como de las comisiones especiales y de los
especialistas contratados; f) Examen del sistema contable interno; g) In­
formes de los consejos y de las mayorías calificadas para los acuerdos
que se tomen sobre otros asuntos; h) Responsabilidad de los miembros
de los consejos y de las comisiones para el efecto de pedir la aplicación de
las sanciones por hechos en que incurran, o efectuar la denuncia o que­
rella correspondiente; i) La aplicación de sanciones disciplinarias a so­
cios; j) Reparto de rendimientos excedentes y percepción de anticipos
entre socios; y k) Aprobación de las medidas de tipo ecológico que se
propongan (art. 36, LSC). En las sociedades cooperativas de ahorro y
préstamo, además de las facultades señaladas, la asamblea conocerá
de los asuntos establecidos en la LASCAP, como por ejemplo, conocer de
manera anual el monto agregado de los créditos o préstamos a personas
relacionadas, así como cualquier incumplimiento derivado de dichas
operaciones (art. 26, LASCAP); informar a la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, a petición de esta, sobre el estado que guarda la gestión
y el control interno de la sociedad cooperativa (art. 65, LASCAP), entre
otras.
23. CONVOCATORIA
Las bases constitutivas de la sociedad cooperativa contendrán el
procedimiento para convocar y formalizar las asambleas generales (art.
16, fracc. X, LSC).
Las asambleas deberán ser convocadas, por lo menos, con siete días
de anticipación. La convocatoria deberá ser exhibida en un lugar visible
del domicilio social de la sociedad cooperativa. Asimismo, será difundi­
da a través del órgano local más adecuado, dando preferencia al perió­
dico, cuando éste exista en el lugar del domicilio social. Si la sociedad
cooperativa tuviere filiales en lugares distintos, se difundirá también en
estos lugares. Cuando lo determine la asamblea general, cada socio será
convocado por escrito (art. 37, LSC).
Si no asistiera el número suficiente de socios a la primera convoca­
toria, se convocará por segunda vez por lo menos con cinco días de an­
ticipación, en los mismos términos, y la asamblea podrá celebrarse en
este caso con el número de socios que concurran, siendo válidos los
184
ELEMENTOS DE DERECHO MERCANTIL MEXICANO
acuerdos que se tomen, siempre y cuando estén apegados a la LSC y a
las bases constitutivas de la sociedad cooperativa (art. 37, LSC).
La convocatoria a asamblea general deberá contener el orden del
día respectivo (art. 37, LSC).
24. CELEBRACIÓN
Los acuerdos se tomarán por mayoría de votos en Ja asamblea gene­
ral. Las bases constitutivas podrán establecer los asuntos en que se re­
quiera de una mayoría calificada (art. 36, LSC).7 A cada socio se le
reconocerá un voto, independientemente de sus aportaciones (art. 11,
frac. 1, LSC).
Las bases constitutivas pueden autorizar el voto por carta poder
otorgada ante dos testigos. La representación deberá recaer en un coaso­
ciado, sin que éste pueda representar a más de dos socios (art. 39, LSC).
25. ASAMBLEAS ORDINARIAS
Y EXTRAORDINARIAS
De acuerdo con la fracción X del artículo 16 de la LSC, las asambleas
ordinarias se realizarán cuando menos una vez al año. Las asam ­
bleas extraordinarias se convocarán en cualquier momento a petición
de la asamblea general, del consejo de administración, del de vigilan­
cia o del veinte por ciento del total de los miembros de la sociedad
cooperativa.
26. ASAMBLEA DE DELEGADOS
Cuando los miembros de una cooperativa pasen de quinientos o re­
sidan en localidades distintas a aquélla en que deba celebrarse la asam­
blea, ésta podrá efectuarse con delegados socios, elegidos por cada una
de las áreas de trabajo. Los delegados socios serán designados para
cada asamblea. Cuando representen áreas foráneas llevarán mandato
expreso por escrito sobre los distintos asuntos que contenga la convoca­
toria. Los delegados socios tendrán tantos votos como votos represen­
ten. Las bases constitutivas de la sociedad cooperativa fijarán el proce­
dimiento para que cada sección o zona de trabajo designe en una
asamblea a sus delegados (art. 40, LSC).
7 En la LSC encontramos la mayoría calificada de por lo menos las dos terceras
partes de los socios de la cooperativa para los siguientes asuntos: a) Reelección de los
miembros del consejo de administración (art. 42, LSC); b) reelección de los miembros del
consejo de vigilancia (art. 43 Bis, LSC); y c) Disolución de la sociedad (art. 66, frac. I, LSC).
LA SOCIEDAD COOPERATIVA
185
De manera alternativa a lo señalado en el párrafo que antecede, las
sociedades cooperativas de ahorro y préstamo podrán establecer en sus
bases constitutivas la participación de delegados electos por los socios
para que asistan a las asambleas a que se refiere la presente LSC, en
representación de ios propios socios. El sistema para la elección de dele­
gados que al efecto se establezca en sus bases constitutivas, deberá ga­
rantizar la representación de todos los socios de manera proporcional
con base a las zonas o regiones en que se agrupen las sucursales u otras
unidades operativas (art. 40 Bis, LSC).
27. LA ADMINISTRACIÓN
La administración de las sociedades cooperativas estará a cargo del
consejo de administración. Las bases constitutivas establecerán las for­
mas de dirección y administración interna, así como sus atribuciones y
responsabilidades (art. 16, frac. XII, LSC). El consejo de administración
será el órgano ejecutivo de la asamblea general y tendrá la representa­
ción de la sociedad cooperativa y la firma social (art. 41, LSC).
El consejo de administración se integrará por, al menos, un presi­
dente, un secretario y un vocal. En aquellas cooperativas que tengan
diez o menos socios, bastará con que sea designado un administrador
(art. 43, LSC). Tratándose de sociedades cooperativas de ahorro y prés­
tamo, el consejo de administración será el órgano responsable de la ad­
ministración general y de los negocios de la cooperativa y estará inte­
grado por no menos de cinco ni más de quince miembros (art. 43, LSC).
Los miembros del consejo de administración podrán durar en sus en­
cargos, si la asamblea general lo aprueba, hasta cinco años y podrán ser
reelectos cuando por lo menos las dos terceras partes de la asamblea
general lo apruebe. En las sociedades cooperativas de ahorro y présta­
mo, los consejeros ocuparán sus encargos por un periodo hasta de cin­
co años, según se establezca en las bases constitutivas, con posibilidad
de una sola reelección, cuando así lo apruebe por lo menos las dos ter­
ceras partes de la asamblea general (art. 42, LSC).
En las sociedades cooperativas de ahorro y préstamo, son obligacio­
nes y facultades indelegables del consejo de administración, las siguien­
tes: a) Establecer las políticas generales de administración de la coope­
rativa y las políticas para otorgamiento de préstamos; b) acordar la
creación de los comités que sean necesarios para el correcto desarrollo
de las operaciones; c) autorizar los reglamentos que propongan los co­
mités respectivos y los que el propio consejo determine; d) instruir la
elaboración y aprobar los manuales de administración y operación, así
como los programas de actividades; e) autorizar las operaciones que, de
acuerdo a las bases constitutivas de la cooperativa y por su monto o im­
186
ELEMENTOS DE DERECHO MERCANTIL MEXICANO
portancia, necesiten de tal autorización; f) aprobar y hacer del conoci­
miento de la asamblea general los estados financieros del ejercicio; g)
informar a la asamblea sobre los resultados de su gestión cuando menos
una vez al año; h) atender las observaciones que sean señaladas por el
consejo de vigilancia; i) nombrar al director o gerente general y acordar
su remoción, en este último caso previa opinión del consejo de vigilan­
cia, de acuerdo al procedimiento que establezcan las bases constituti­
vas; j) otorgar los poderes que sean necesarios tanto al director o geren­
te general como a los funcionarios y personas que se requiera, para la
debida operación de la sociedad cooperativa, los cuales pueden ser revo­
cados en cualquier tiempo; k) aprobar los planes estratégicos de la coo­
perativa, así como los planes y presupuestos anuales, debiendo someter­
los a consideración de la asamblea general, y l) las demás que la Ley, la
asamblea o las bases constitutivas de la cooperativa determinen (art. 43
Bis 1, LSC).
28. NOMBRAMIENTO Y REVOCACIÓN
DE LOS ADMINISTRADORES
El nombramiento de los miembros del consejo de administración lo
hará la asamblea general conforme a lo establecido en la ley y en las ba­
ses constitutivas. Las faltas temporales de los miembros del consejo serán
suplidas en el orden de sus designaciones (arts. 37, frac. V y 42, LSC).
La asamblea general también tiene la atribución de remover a los
miembros del consejo de administración, con motivo justificado (art. 37,
frac. V, LSC).
Para ser electo consejero, se deberán reunir los siguientes requisi­
tos: a) acreditar la experiencia y los conocimientos mínimos que en ma­
teria financiera y administrativa establezca la propia cooperativa en
sus bases; b) no desempeñar simultáneamente otro cargo como dirigen­
te, funcionario o empleado en la cooperativa de que se trate así como en
otras cooperativas distintas a los Organismos de Integración; c) no estar
inhabilitado para ejercer el comercio; d) No estar sentenciado por deli­
tos intencionales patrimoniales; e) no tener litigio pendiente con la Coo;
perativa; f) no haber celebrado con la cooperativa, directa o indirecta­
mente, contratos de obras, servicios, suministros o cualquier otro de
naturaleza análoga, o participar en empresas con las que la cooperativa
celebre cualquiera de los actos antes señalados; g) no desempeñar un
cargo público de elección popular o de dirigencia partidista; h) no estar
inhabilitado para ejercer cualquier cargo, comisión o empleo en el ser­
vicio público federal, estatal o municipal, o en el sistema financiero
Mexicano; ij no tener parentesco por consanguinidad hasta el primer
grado, afinidad hasta el segundo grado, o civil con el director o gerente
187
la s o c i e d a d c o o p e r a t iv a
general, o con alguno de los miembros del consejo de administración o
de vigilancia, y j) los demás que la LSC, la asamblea o las bases consti­
tutivas determinen (art. 43 Bis, LSC).
29.
FUNCIONAMIENTO
DEL CONSEJO DE ADMINISTRACIÓN
Los acuerdos sobre la administración de la sociedad se deberán to­
mar por mayoría de los miembros del consejo de administración. Sin
embargo, los asuntos de trámite o de poca trascendencia los despacha­
rán los miembros del consejo, según sus funciones y bajo su responsabi­
lidad, debiendo dar cuenta del uso de esta facultad en la próxima reu­
nión de consejo (art. 44, LSC).
30. LA GERENCIA
Además del órgano de administración general, el consejo podrá de­
signar de entre los socios o personas no asociadas, uno o más gerentes
con la facultad de representación que se le asigne, así como uno o más
comisionados que se encarguen de administrar las secciones especiales
(art. 41, LSC).
31. CAUCIÓN
Los responsables del manejo financiero requerirán de aval solidario
o fianza durante el periodo de su gestión (art. 43, LSC). Las bases cons­
titutivas de la sociedad cooperativa contendrán la forma en que deberá
caucionar su manejo el personal que tenga fondos y bienes a su cargo
(art. 16, frac. IX, LSC).
32. LA VIGILANCIA
El consejo de vigilancia ejercerá la supervisión de todas las activi­
dades de la sociedad cooperativa (art. 46, LSC).
El consejo de vigilancia estará integrado por un número im par de
miembros, no mayor de cinco y con igual número de suplentes, con ex­
cepción de las sociedades cooperativas de ahorro y préstamo, donde se
integrará por no menos de tres, ni menos de siete consejeros. Desempe­
ñaran los cargos de presidente, secretario y vocales, y serán designados
por la asamblea general, pudiendo durar en sus cargos hasta cinco años
si lo aprueba la asamblea, pudiendo ser reelectos cuando por lo menos
las dos terceras partes de la misma lo apruebe. Las faltas temporales de
188
ELEMENTOS DE DERECHO MERCANTJL MEXICANO
los miembros propietarios serán suplidas en el orden progresivo de sus
designaciones (arts. 42, 45 y 45 Bis, LSC).
Tratándose de sociedades cooperativas que tengan diez o menos so­
cios, bastará con designar un comisionado de vigilancia (art. 45, LSC).
En el caso de que al efectuarse la elección del consejo de adminis­
tración se hubiere constituido una minoría que represente al menos un
tercio de la votación de los asistentes a la asamblea, el consejo de vigi­
lancia será designado por la minoría (art. 45, LSC).
El consejo de vigilancia podrá ejercitar el derecho de veto en contra
de las resoluciones del consejo de administración, para el afecto de que
sean reconsideradas. Este derecho de veto deberá ejercitarse dentro de
las cuarenta y ocho horas siguientes a la resolución correspondiente,
ante el presidente del consejo de administración. Si fuera necesario en
términos de la ley y el reglamento interno de la sociedad cooperativa, se
convocará a una asamblea general extraordinaria dentro de le treinta
días siguientes, para que se avoque a resolver el conflicto (a 46, LSC).
33. COMISIONES Y COMITÉS
La ley faculta a las sociedades cooperativas a designar comisiones,
por acuerdo de su asamblea general, o bien que queden establecidas en
las bases constitutivas o en el reglamento interno de cada cooperativa.
La ley prevé la posibilidad de designar una comisión de conciliación
y arbitraje para los casos de inconformidad de socios en proceso de ex­
clusión (art. 38, LSC) o por inconformidad en la selección de personal
asalariado para ser socio de la cooperativa (art. 65, LSC). La informa­
ción de la comisión de conciliación y arbitraje no es, sin embargo, obli­
gatoria sino potestativa para las sociedades cooperativas.
En el caso de sociedades cooperativas de productores, se formará
una comisión técnica, siempre y que su complejidad tecnológica lo ame­
rite. La comisión técnica se integrará por personal técnico designado
por el consejo de administración y por un delegado de cada una de las
áreas de trabajo en que podrá estar dividida la unidad productora. Las
funciones de la comisión técnica serán definidas en las bases constituti­
vas (art. 29, LSC).
Como ya se mencionó, las sociedades cooperativas de ahorro y prés­
tamo deben contar con un comité de crédito o su equivalente y uno de
riesgos. El comité de crédito o su equivalente, será el responsable de ana­
lizar y, en su caso, aprobar las solicitudes de crédito que presenten los
socios a la cooperativa, así como las condiciones en que éstos se otor­
guen, de acuerdo a los manuales y políticas aprobadas por el consejo de
administración. Por su parte, el comité de riesgos, será el responsable
de identificar y medir los riesgos, dar seguimiento de su impacto en la
la s o c i e d a d c o o p e r a t iv a
189
operación y controlar sus efectos sobre los excedentes y el valor del capi­
tal social de la cooperativa. Ambos comités estarán integrados por no
menos de tres personas, ni más de siete y serán designados o removidos
por en consejo de administración (arts. 34, frac. V y 46 Bis, LSC).
34. ÁREAS DE TRABAJO
Las sociedades cooperativas tendrán las áreas de trabajo que sean
necesarias para la mejor organización y expansión de su actividad coo­
perativa (art. 48, LSC). Las bases constitutivas de la cooperativa conten­
drán las áreas de trabajo que vayan a crearse, y las reglas para su fun­
cionamiento (art. 16, frac. VII, LSC).
La educación cooperativa y la relativa a la economía solidaria serán
obligatorias en las sociedades cooperativas. La asamblea general defini­
rá los program as y estrategias a realizar a este respecto (art. 47, LSC).
35. DISOLUCIÓN, LIQUIDACIÓN Y FUSIÓN
En los términos del artículo 66 de la LSC, las sociedades cooperati­
vas se disolverán por cualquiera de las causas siguientes: a) Por la vo­
luntad de las dos terceras partes de los socios; b) Por la disminución de
los socios a un número menor de cinco; c) Porque llegue a consumarse
su objeto; d) Porque el estado económico de la sociedad cooperativa no
permita continuar las operaciones; y e) Por resolución ejecutoriada dic­
tada por los órganos jurisdiccionales correspondientes (art. 66, LSC).
Los tribunales civiles, federales y del fuero común, conocerán de
la liquidación de las sociedades cooperativas. En el caso de que una
de las partes sea autoridad federal, sólo conocerán los tribunales fede­
rales (arts. 9 y 68, LSC). En un plazo no mayor de treinta días después
de que los liquidadores hayan tomado posesión de su cargo, presenta­
rán a los órganos jurisdiccionales un proyecto para la liquidación de la
sociedad cooperativa. Los órganos jurisdiccionales resolverán dentro de
los diez días hábiles siguientes sobre la aprobación del proyecto. Los
órganos jurisdiccionales y los liquidadores vigilarán que los fondos de
reserva y de previsión social y, en general, el activo de la sociedad coo­
perativa disuelta, tengan su aplicación conforme a la LSC (arts. 68, 69,
70 y 71, LSC).
En los casos de concurso m ercantil o quiebra, los órganos ju ris­
diccionales señalados aplicarán la Ley de Concursos Mercantiles (art.
72, LSC).
Cuando dos o más sociedades cooperativas se fusionen para inte­
grar una sola, la sociedad fusionante que resulte de la fusión, tomará a
su cargo los derechos y obligaciones de las fusionadas. Para la fusión de
190
ELEMENTOS DE DERECHO MERCANTIL MEXICANO
varias sociedades cooperativas, deberá seguirse el mismo trámite esta­
blecido para su constitución (art. 73, LSC).
Si la sociedad cooperativa desea convertirse en otro upo de socie­
dad, deberá disolverse y liquidarse previamente (art. 67, LSC).
36. ORGANISMOS COOPERATIVOS
Y MOVIMIENTO COOPERATIVO NACIONAL
Las sociedades cooperativas de producción y consumo podrán agru­
parse libremente en federaciones, uniones o en cualquier otra figura
asociativa con reconocimiento legal, constituyendo entonces organis­
mos cooperativos. Las federaciones podrán agrupar a sociedades coope­
rativas de la misma rama de la actividad económica; las uniones podrán
agrupar a sociedades de distintas ramas económicas; las confederaciones
nacionales se podrán constituir con varias uniones o federaciones de
por lo menos diez entidades federativas (arts. 74 y 75, LSC).
Por su parte, las sociedades cooperativas de ahorro y préstamo po­
drán agruparse en federaciones y en una confederación nacional (art. 78
Bis, LSC). Las federaciones se constituirán con la agrupación voluntaria
de este tipo de cooperativas, fungiendo como los organismos cooperati­
vos de integración y representación de segundo grado, se integrarán
con un mínimo de cinco y un máximo de cincuenta sociedades coopera­
tivas de ahorro y préstamo (art. 78 Bis I, LSC); por su parte, la confede­
ración se constituirá con la agrupación de todas las federaciones de so­
ciedades cooperativas de ahorro y préstamo, fungiendo como organismo
cooperativo nacional de integración y representación, de tercer grado,
del sector cooperativo financiero, será el órgano de consulta y colabora­
ción del Estado para el diseño, difusión y ejecución de políticas, progra­
mas e instrumentos para el fomento y desarrollo de estas sociedades
cooperativas (art. 72 Bis 2, LSC). Las federaciones y la confederación se­
rán instituciones de interés público, con personalidad jurídica y patri­
monio propios (art. 78 Bis 3, LSC), respecto a sus especificidades, véan­
se los artículos 78 Bis 4 y ss.
Los organismos cooperativos podrán realizar todas las operaciones
necesarias y convenientes para dar cumplimiento cabal a su ciclo eco­
nómico. Deberán establecer planes económico-sociales entre los de su
rama o con otras ramas de cooperativas, con el fin de realizar a plenitud
su objeto social o lograr mayor expansión en sus actividades. Los planes
económicos podrán referirse, entre otras actividades, a intercambios o
aprovechamientos de servicios, adquisiciones en común, financiamientos a proyectos concretos, impulso a sus ventas, realización de obras en
común, adquisiciones de maquinaria, y todo aquello que tienda a su ma­
LA SOCIEDAD COOPERATIVA
191
yor desarrollo; asimismo, los organismos cooperativos harán planes so­
ciales, educativos y culturales con objeto de consolidar la solidaridad y
elevar el nivel cultural de sus miembros (arts. 84 y 85, LSC).
Las sociedades cooperativas, uniones, federaciones y confederacio­
nes podrán efectuar operaciones libremente, ya sea en forma individual
o en conjunto (art. 88, LSC).
Las sociedades cooperativas de producción y de consumo determi­
narán las funciones de las federaciones y de las uniones; las que a su
vez determinarán las de las confederaciones nacionales. Las funciones
del Consejo Superior del Cooperativismo serán definidas por sus inte­
grantes, de acuerdo con la LSC y podrán incluir las siguientes funcio­
nes: a) Producir bienes y/o servicios; b) Coordinar y defender los intere­
ses de sus afiliados; c) Servir de conciliadores y árbitros cuando surjan
conflictos entre sus agremiados. Sus resoluciones tendrán carácter defi­
nitivo, cuando las partes hayan convenido por escrito de común acuer­
do en someterse a esa instancia; d) Promover y realizar los planes eco­
nómicos sociales; e) Promover acciones de apoyo ante las instituciones
gubernamentales; f) Apoyar la celebración de cursos de educación coo­
perativa en todos los niveles; g) Procurar la solidaridad entre sus miem­
bros, y h) Contratar trabajadores y/o integrar personal comisionado de
los organismos integrantes, en los términos en que se acuerde (art. 78,
LSC).
Los organismos cooperativos diseñarán y pondrán en operación es­
trategias de integración de sus actividades y procesos productivos, con
la finalidad de: a) Acceder a las ventajas de las economías de escala; b)
Abatir costos; c) Incidir en precios; d) Estructurar cadenas de produc­
ción y comercialización; e) Crear unidades de producción y comerciali­
zación; y f) Realizar cualquier acto de comercio, desarrollo tecnológico
o cualquier actividad que propicie una mayor capacidad productiva y
competitiva de los organismos cooperativos (art. 86, LSC).
El movimiento cooperativo nacional comprende al sistema coopera­
tivo (es“decir, la estructura económica y social integrada por las coope­
rativas y sus organismos) y a todas las organizaciones e instituciones de
asistencia técnica del cooperativismo a nivel nacional. El máximo re­
presentante del movimiento cooperativo será el Consejo Superior del
Cooperativismo, que se integrará con las confederaciones nacionales y
los organismos e instituciones de asistencia técnica (arts. 3, 4 y 76, LSC).
El Consejo Superior del Cooperativismo organizará el levantamien­
to y actualización de un padrón de organismos de asistencia técnica al
movimiento cooperativo nacional (art. 82, LSC) y convocará, cada dos
años, a un Congreso Nacional Cooperativo (art. 77, LSC).
192
ELEMENTOS DE DERECHO MERCANTIL MEXICANO
37. ORGANISMOS E INSTITUCIONES
DE ASISTENCIA TÉCNICA
Se consideran entre éstos a todos aquellos cuya estructura jurídica
no tenga un fin de especulación, político o religioso, y en cuyo objeto
social o actividades, figuren programas, planes o acciones de asistencia
técnica a los organismos cooperativos establecidos por la ley. Las socie­
dades cooperativas podrán contratar sus servicios en las siguientes ma­
terias: a) Asistencia técnica y asesoría económica, financiera, contable,
fiscal, organizacional, administrativa, jurídica, tecnológica y en materia
de comercialización; b) Capacitación y adiestramiento al personal di­
rectivo, administrativo y técnico de las cooperativas; c) Formulación y
evaluación de proyectos de inversión para la constitución o ampliación
de actividades productivas; y d) Elaboración de estudios e investigacio­
nes sobre las materias que incidan en el desarrollo de Jos organismos
cooperativos. La afiliación de los organismos o instituciones de asisten­
cia técnica al Consejo Superior del Cooperativismo será voluntaria y, en
caso de ser aceptados, tendrán derecho a voz pero no a voto (arts. 79, 80
y 81, LSC).
38.
APOYO OFICIAL
A LAS SOCIEDADES COOPERATIVAS
En la anterior ley, se concedían amplias facultades de vigilancia y
de aplicación de sanciones a la Secretaría del Trabajo y Previsión Social
con relación a las sociedades cooperativas. Ello en cumplimiento de la
fracción X del artículo 40 de la Ley Orgánica de la Administración Pú­
blica Federal (LOAPF) que otorga a la Secretaría mencionada la facultad
de promover toda clase de sociedades cooperativas así como resolver,
tram itar y registrar su constitución, liquidación y disolución. Tales fa­
cultades corresponden, en la nueva ley, a los órganos jurisdiccionales
competentes y al Registro Público de Comercio, modificando un rasgo
sustantivo de la legislación cooperativa mexicana.8
La LOAPF otorga también facultades a otras dependencias para el
fomento de sociedades cooperativas: a) Secretaría de Economía respec­
*
Sin embargo, la fracción X del articulo 40 de la LOAPF permanece vigente. Su
texto es el siguiente: “Art. 40. A la Secretaría del Trabajo y Previsión Social corresponde
el despacho de los siguientes asuntos: (...) X. Promover la organización de toda d ase de
sociedades cooperativas y demás formas de organización social para el trabajo, en coor­
dinación con las dependencias competentes, así como resolver, tram itar y registrar su
constitución, liquidación y disolución*. La nueva Ley General de Sociedades Cooperativas
abrogó el Reglamento del Registro Cooperativo Nacional (publicado el 11 de agosto de
1938) y el “Acuerdo por el que se crea con el carácter de permanente la Comisión Intersecretarial para el Fomento Cooperativo “(publicado el 10 de mayo de 1978).
LA SOCIEDAD COOPERATIVA
193
to de las sociedades cooperativas cuyo objeto sea la producción indus­
trial, la distribución o el consumo (art. 34, frac. X de la ley citada); b) A
la Secretaría del Desarrollo Social respecto de sociedades cooperativas
de vivienda y materiales de construcción (art. 32, frac. XIIÍ de la ley ci­
tada); y c) A la Secretaría de Comunicaciones y Transportes respecto a
las sociedades cooperativas cuyo objeto sea Ja prestación de servicios de
comunicaciones y transportes (art. 36, frac. XIII, de la ley citada).9
El intervencionismo oficial dentro de las cooperativas se sustituye
por la obligación de los gobiernos federal, estatal, municipal y órganos
político-administrativos del Distrito Federal de apoyar el desarrollo del
cooperativismo, en el ámbito territorial a su cargo, y “en la medida de
sus posibilidades". En materia de educación cooperativa, dichos gobier­
nos apoyarán las escuelas, institutos y organismos especializados que
establezca el Movimiento Cooperativo Nacional, así como la labor de las
universidades o instituciones de educación superior en las labores que
realicen al respecto (arts. 90 y 93, LSC).
Además de la exención de impuestos y derechos fiscales federales
para los actos de constitución y registro de sociedades cooperativas, la
ley prevé la constitución de fondos de garantía de origen federal de apo­
yo a las cooperativas para acceder al crédito, mediante el otorgamiento
de garantías que cubran el riesgo de proyectos de inversión. Dichos fon­
dos serán constituidos por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público
de común acuerdo con el Consejo Superior del Cooperativismo, las con­
federaciones, federaciones y uniones de cooperativas (arts. 91 y 93, LSC).
Asimismo, la ley prevé que las sociedades nacionales de crédito podrán
efectuar descuentos a las instituciones de crédito para el otorgamiento
de créditos a las cooperativas para la formulación y ejecución de pro­
yectos de inversión que incluyan los costos de los servicios de asesoría y
asistencia técnica (art. 94, LSC).
39. LAS SOCIEDADES DE SOLIDARIDAD SOCIAL
Este tipo social fue “creado" por la ley de 26 de mayo de 1976. En la
correspondiente exposición de motivos de la iniciativa de ley se les otor­
ga el carácter de sociedades mercantiles. Añade la misma exposición de
motivos que “las sociedades de solidaridad social que se crean en esta
ley, se caracterizan por la propiedad colectiva de los medios de produce
9
A la ex-Secretarfa de Pesca correspondía el fomento de las cooperativas de produc­
ción pesquera. Al ser reformada la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal
por medio de decreto publicado en el D.O. el 28 de diciembre de 1994, tal atribución no
forma parte de las facultades de la Secretaría de Medio Ambiente, Recursos Naturales y
Pesca, que sustituyó a la anterior.
194
ELEMENTOS DE DERECHO MERCANTIL MEXICANO
ción, por la multiplicidad de actividades productivas que pueden reali­
zar, así como por el hecho de que sus socios —trabajadores, ejidatarios,
comuneros, campesinos sin tierra y en general integrantes de las clases
populares— pertenecen a ellas, no por las aportaciones de capital que
realicen, sino por su calidad de trabajadores y por el hecho de destinar
una parte del producto de su trabajo a la constitución de un fondo de
solidaridad social”.
Sin embargo, a pesar de las pretensiones de originalidad que han
sido declaradas, estas "nuevas” sociedades no difieren mucho —mate­
rial y formalmente— de las "viejas” sociedades cooperativas.
A. C o n c e p t o
Establece el artículo Io de la Ley de Sociedades de Solidaridad So­
cial que se constituirán con un patrimonio de carácter colectivo, cuyos
socios deberán ser personas físicas de nacionalidad mexicana, en espe­
cial ejidatarios, comuneros, campesinos sin tierra, parvifundistas y per­
sonas que tengan derecho al trabajo, que destinen parte del producto de
su trabajo a un fondo de solidaridad social y que podrán realizar activi­
dades mercantiles.
B. P e r s o n a l id a d ju r íd ic a
Las sociedades de solidaridad social tienen personalidad jurídica a
partir de la fecha de su registro, (art. 8° LSSS).
C. C o n stit u ció n
Las sociedades de solidaridad social se constituirán mediante asam­
blea general que celebren los interesados, de la que se levantará acta
por quintuplicado y en la cual, además, de las generales de los mismos,
se asentarán los nombres de las personas que hayan resultado electas
para integrar, por primera vez, los comités ejecutivos, de vigilancia, de
admisión de socios, así como el texto de las bases constitutivas.
El acta constitutiva de la sociedad deberá contener: a) Denomina­
ción; b) Objeto; c) Nombre y domicilio de cada uno de los socios; d) Du­
ración; e) Domicilio; f) Patrimonio; g) Forma de administración y facul­
tades de los administradores; h) Normas de vigilancia; i) Reglas para la
aplicación de los beneficios, pérdidas e integración del fondo de solida­
ridad social, “procurándose que el beneficio sea repartido equitativa­
mente"; j) Reglas para la liquidación de la sociedad; k) Las demás estipu­
laciones que se consideren necesarias para la realización de los objetivos
sociales (art. 6o LSSS).
195
LA SOCIEDAD COOPERATIVA
D . A u t o r iz a c ió n
y v i g il a n c i a
El funcionamiento de estas sociedades requiere de autorización pre­
via del Ejecutivo Federal, a través de la Secretaría de la Reforma Agra­
ria, cuando se trate de industrias rurales y de la Secretaría del Trabajo
y Previsión Social, en los demás casos (art. 7o LSSS), dependencias que
tienen también a su cargo el control de estas sociedades.
E . R e g is t r o
El acta y las bases constitutivas, así como la autorización oficial,
deberán inscribirse en el registro que para tal efecto lleven las depen­
dencias antes mencionadas.
F. D e n o m in a c ió n
Estas sociedades operarán bajo una denominación social, que se
formará libremente, pero distinta a la de cualquiera otra sociedad. La
denominación social deberá emplearse seguida de las palabras "socie­
dad de solidaridad social" o su abreviatura "S. de S. S." (art. 3o LSSS).
G. O b je t o
Las sociedades de solidaridad social tendrán por objeto: a) La crea­
ción de fuentes de trabajo; b) La práctica de medidas que tiendan a la
conservación y mejoramiento de la ecología; c) La explotación racional
de los recursos naturales; d) La producción, industrialización y comer­
cialización de los bienes y servicios que sean necesarios; e) La educa­
ción de los socios y de sus familiares en la práctica de la solidaridad
social, “la afirmación de los valores cívicos nacionales, la defensa de la
independencia política, cultural y económica del país y el fomento de las
medidas que tiendan a elevar el nivel de vida de los miembros de la co­
munidad” (art. 2o LSSS).
H . S o c io s
Para la constitución de la sociedad se requiere un mínimo de quince
socios (art. 4o LSSS).
Para ingresar a la sociedad, se requiere: a) Ser persona física de na­
cionalidad mexicana, en especial ejidatario, comunero, campesino sin
tierra, parvifundista o persona que tenga derecho al trabajo. Tanto el
artículo Io como la fracción I del artículo 9o de la LSSS, disponen que
los socios deben ser personas físicas de nacionalidad mexicana, pero
como el artículo 5o establece que la nacionalidad de los otorgantes será
comprobada con “el acta de nacimiento respectiva”, entendemos que los
196
ELEMENTOS DE DERECHO MERCANTIL MEXICANO
socios deben ser precisamente mexicanos por nacimiento; b) Estar iden-,
tificado con los fines de la sociedad; c) Comprometerse a aportar su
trabajo para los fines sociales; d) Comprometerse a cumplir con las dis­
posiciones que deriven de las bases constitutivas, de los estatutos, de la
declaración de principios y de los reglamentos internos; e) Ser aceptado
por el comité de admisión (art. 9o LSSS).
La sociedad podrá, en todo tiempo, admitir nuevos socios (art. 9o
LSSS).
Los derechos y obligaciones de los socios están señalados en los ar­
tículos 10 y 11 de la LSSS.
La calidad de socio se pierde por separación voluntaria, muerte o
exclusión (arts. 12 y 13 LSSS).
I. ÓRGANOS DE LA SOCIEDAD
Son la asamblea general de socios o, en su caso, de representantes
(órgano supremo), el comité ejecutivo (órgano de administración), el co­
mité financiero y de vigilancia (órgano de vigilancia) y las demás comi­
siones que se establezcan en las bases constitutivas o designe la asam­
blea general (en todo caso, debe existir una comisión de educación)
(arts. 16 a 29 LSSS).
J. P r o m o c ió n
Establece el artículo 36 de la LSSS que el Ejecutivo Federal, a través
de sus dependencias y mediante disposiciones de carácter concreto para
cada sociedad, podrá otorgar, discrecionalmente, los estímulos, franqui­
cias o subsidios necesarios para su eficaz funcionamiento, los cuales
podrán ser revocados o cancelados cuando las causas que los motivaron
desaparezcan, a juicio fundado de los otorgantes.
También se dispone que las autoridades federales y los organismos
creados por la Federación para la promoción y fomento de la industria­
lización, deberán asesorar gratuitamente a estas sociedades, cuando
sean requeridos para ello.
Además, tales sociedades tendrán "preferencia" en el otorgamiento
de créditos de las instituciones nacionales de crédito y podrán estar
"exentas" del régimen del seguro social (art. 35 LSSS).
C a p ít u l o
XVIII
OBLIGACIONES PROFESIONALES
DE LOS COMERCIANTES
1. OBLIGACIONES PROFESIONALES
DE LOS COMERCIANTES
La ley mercantil impone a todos los comerciantes, por el solo hecho
de tener tal calidad, diversas obligaciones.
Nuestro examen se referirá casi exclusivamente a aquellas obligacio­
nes impuestas por la legislación mercantil, y no a las de tipo administra­
tivo, fiscal, sanitario, etc., que también deben cumplir los comerciantes.
El artículo 16 del Código de Comercio establece que todos los co­
merciantes, por el hecho de serlo, están obligados: a) A la publicación de
su calidad mercantil; b) A la inscripción en el Registro de Comercio, de
los documentos cuyo tenor y autenticidad deben hacerse notorios; c) A
mantener un sistema de contabilidad de acuerdo con las disposiciones
del Código de Comercio: d) A la conservación de la correspondencia que
tenga relación con su giro.
Por otra parte, la legislación impone a las sociedades mercantiles
diversas obligaciones especiales, cuyo examen haremos también.
2. PUBLICIDAD MERCANTIL
La fracción I del artículo 16 del Código de Comercio obliga a los
comerciantes a publicar su calidad mercantil.
Así, el artículo 17 del Código de Comercio dispone que los comer­
ciantes tienen el deber de participar la apertura del establecimiento o
despacho de su propiedad, por los medios de comunicación que sean
idóneos, en las plazas en que tengan domicilio, sucursales, relaciones o
corresponsales mercantiles. Esta información dará a conocer el nombre
del establecimiento o despacho, su ubicación y objeto; si hay persona
encargada de su administración, su nombre y firma; si hay compañía,
su naturaleza, la indicación del gerente o gerentes, la razón social o de197
198
ELEMENTOS DE DERECHO MERCANTIL MEXICANO
nominación y la persona autorizada para usarlas, las sucursales o
agencias.
El comerciante, asimismo, está obligado a dar parte, en igual for­
ma, de las modificaciones que sufra cualquiera de las circunstancias
antes referidas (art. 17, frac. II, Cód. Com.).
El incumplimiento de la obligación de anunciar la calidad mercantil
en la forma prevista por la ley, no tiene en términos generales sanción;
solamente encontramos una —indirecta— en el artículo 320 del Código
de Comercio, que dispone que la revocación del poder del factor no pro­
ducirá efecto contra tercero, mientras no haya sido publicada.
3. EL REGISTRO DE COMERCIO
La fracción II del artículo 16 del Código de Comercio establece que
los comerciantes deberán inscribir en el Registro de Comercio aquellos
documentos cuyo tenor y autenticidad deben hacerse notorios.
La institución del Registro de Comercio tiende a hacer del conoci­
miento público, de los terceros, la situación y relaciones de los comer­
ciantes y el contenido de determinados documentos, todo ello en benefi­
cio y como protección de la buena fe en el tráfico mercantil.
Tena1 define el Registro de Comercio como "la oficina pública don­
de, bajo la dirección de un funcionario del Estado, se hace la inscrip­
ción de los comerciantes y se toma razón de aquellos actos y contratos
que, a juicio del legislador, afectan de modo importante la condición ju­
rídica y económica de los primeros”.
El artículo 1 del Reglamento del Registro Público de Comercio de
22 de enero de 1979 (abrogado), lo definía como una institución median­
te la cual el Estado proporciona el servicio de dar publicidad a los actos
jurídicos que realizados por empresas mercantiles o en relación con
ellas, precisan de ese requisito para surtir efectos contra terceros. Por
su parte, el artículo 2 del Reglamento del Registro Público de Comercio
vigente, publicado en el D.O. el 24 de octubre de 2003, que abrogó al
anterior y que fue reformado por Decreto de fecha 23 de septiembre de
2010, dispone que el Registro Público de Comercio tiene por objeto dar
publicidad a los actos mercantiles, así como aquellos que se relacionan
con los comerciantes y que conforme a Ja legislación lo requieran para
surtir efectos contra terceros.
En los términos del artículo 18 del Código de Comercio, en el Regis­
tro Público de Comercio se inscriben los actos mercantiles, así como
aquellos que se relacionan con los comerciantes y que conforme a la le­
gislación lo requieran. La operación del Registro de Comercio está a
1 Derecho mercantil mexicano, México, 1944, T. I, p. 187.
OBLIGACIONES PROFESIONALES DE LOS COMERCIANTES
199
cargo de la Secretaría de Comercio y Fomento Industrial (hoy Secreta­
ría de Economía), y de las autoridades responsables del registro público
de la propiedad en los estados y en el Distrito Federal, para lo cual exis­
tirán las oficinas del Registro en cada entidad federativa que demande
el tráfico mercantil.
El Registro de Comercio tiene carácter público. Así expresamente lo
establece el artículo 30 del Código de Comercio. Como consecuencia,
cualquier persona podrá consultar las bases de datos de dicho Registro
y solicitar las certificaciones respectivas, previo pago de los derechos
que correspondan.
El artículo 21 del Reglamento vigente del Registro Público de Co­
mercio establece también que los actos mercantiles inscritos en las ba­
ses de datos del mismo son de carácter público, cualquier persona po­
drá consultarlos y solicitar certificaciones respecto de los asiento
contenidos en ellas. Para tal efecto, el artículo 22 del Reglamento señala
que las consultas que se efectúen a las bases de datos del Registro, se
sujetarán a los siguientes niveles de acceso: a) Consulta general; b) Con­
sulta realizada por fedatarios públicos; c) Consulta realizada por insti­
tuciones de crédito, organizaciones auxiliares del crédito, entidades fi­
nancieras, comercializadoras y demás personas a favor de quienes se
constituyan gravámenes sobre un bien mueble, con el objeto de otorgar
los créditos; d) Consulta realizada por interesados en usos estadísticos,
sin proporcionar información individualizada; y e) Consultas distintas a
las señaladas, siempre y cuando la Secretaría (de Economía) autorice
expresamente el uso de la información conforme a las leyes y reglamen­
tos aplicables.
La inscripción —o matrícula— en el Registro de Comercio es potes­
tativa para los comerciantes individuales, pero el Código de Comercio
prevé que quedarán inscritos —matriculados— de oficio al inscribir
cualquier documento cuyo registro sea obligatorio (art. 19 Cód. com.).
Por el contrario, la inscripción o matrícula en el Registro de Comer­
cio es obligatoria para todas las sociedades mercantiles en cuanto a su
constitución, transformación, fusión, escisión, disolución y liquidación y
para los buques (art. 19 Cód. com.). Hemos examinado ya los efectos
que produce su falta de inscripción.
Existirá un folio electrónico por cada comerciante o sociedad, y en
él se anotarán: a) El nombre, razón social o título; b) La clase de comer­
cio u operaciones a que se dedique; c) La fecha en que deba comenzar o
haya comenzado sus operaciones; d) El domicilio, con especificación de
las sucursales que hubiere establecido (art. 21, fracs. I a IV, Cód. com.).
Además de la inscripción personal de los comerciantes, a que nos
hemos referido, la ley mercantil prevé, con carácter obligatorio, la ins­
cripción en el Registro de Comercio de determinados actos, documentos
200
ELEMENTOS DE DERECHO MERCANTIL MEXICANO
y contratos mercantiles. Así deben registrarse: a) Los instrumentos pú­
blicos en los que se haga constar la constitución de las sociedades mer­
cantiles, así como los que contengan su cambio de denominación o ra­
zón social, domicilio, objeto social, transformación, fusión, escisión,
disolución y liquidación, así como los cambios en su duración y el au­
mento o disminución del capital mínimo fijo (arts. 21, fracs. V y XII,
Cód. com. y 2o LSM); b) La disolución de las sociedades mercantiles,
cuando no se deba a expiración del término de su duración (art. 232,
LSM); c) El nombramiento de los liquidadores de las sociedades mercan­
tiles (art. 237, LSM); d) Los acuerdos sobre fusión, transformación y es­
cisión de las sociedades mercantiles (arts. 223, 228 y 228 bis, LSM); e) El
acta de la asamblea general constitutiva, en el caso de sociedades anó­
nimas y en comandita por acciones, constituidas por suscripción públi­
ca (art, 21, frac. VI, Cód. com. y 101 y 208 LSM); f) Las sociedades mer­
cantiles extranjeras (arts. 24, Cód. com. y 251, LSM); g) El acta
constitutiva de las sociedades cooperativas, así como el régimen de res­
ponsabilidad que éstas adopten y los actos relativos a la fusión de coo­
perativas y las modificaciones a las bases constitutivas de las mismas
(arts. 13, 15, 17, 19, LSC); h) Las sociedades mutualistas de seguros (art,
78, frac. I, LIS); i) Los poderes para otorgar y suscribir títulos de crédito
(art. 9o, frac. I, LTOC); j) Las capitulaciones matrimoniales y los docu­
mentos que acrediten alguna modificación a las mismas, así como la li­
cencia que un cónyuge haya dado al otro, cuando estén casados bajo el
régimen de sociedad conyugal, para hipotecar o gravar los bienes de la
sociedad o los suyos propios cuyos frutos o productos correspondan a la
misma (art. 21, fracs. IX y X, Cód. com.); k) Los documentos justificati­
vos de los haberes o patrimonio que tenga el hijo o el pupilo que estén
bajo patria potestad, o bajo la tutela del padre o tutor comerciantes (art.
21, frac. XI, Cód. com.); I) Las autorizaciones de los corredores públicos
para registrar información (art. 21, frac. XIX, Cód. com.); m) Las emi­
siones de acciones, cédulas y obligaciones de ferrocarriles y de toda cla­
se de sociedades, sean de obras públicas, compañías de crédito u otras,
expresando la serie y número de los títulos de cada emisión, su interés y
amortización, la cantidad total de la emisión, y los bienes, obras, dere­
chos o hipotecas, cuando los hubiere, que se afecten a su pago. También
se inscribirán con arreglo a estos preceptos, las emisiones que hicieren
los particulares (art. 21, frac. XIV, Cód. com. y 123 LTOC); Las garan­
tías mobiliarias que hubiere otorgado, así como los actos jurídicos por
los que constituya un privilegio especial o derecho de retención sobre
bienes muebles a favor de terceros, en términos de lo que disponen los
artículos 32 bis 1 a 32 bis 9 del Código de Comercio); n) La emisión de
certificados de participación (art. 228 n, frac. IX, LTOC); o) Los contra­
tos de crédito refaccionario y de habilitación o avío (art. 326, frac. IV,
OBLIGACIONES PROFESIONALES DE LOS COMERCIANTES
201
LTOC); p) La sentencia de declaración de concurso mercantil (art. 43,
frac. XII, LCM); q) La sentencia que revoque el concurso mercantil (art.
51, LCM)
Asimismo, con carácter potestativo y para efectos del comercio y
consulta electrónicos, los poderes y nombramientos de funcionarios, así
como sus renuncias o revocaciones (art. 21, frac. VII, Cód. com.). De
igual modo, los contratos de arrendamiento financiero podrán inscri­
birse en el Registro Público de Comercio, a solicitud de los contratantes,
sin perjuicio de hacerlo en otros registros que las leyes determinen (art.
408, LTOC).
El procedimiento para la inscripción de actos mercantiles en el Re­
gistro Público de Comercio, debe sujetarse a las siguientes bases: a)
Será automatizado y estará sujeto a plazos máximos de respuesta; b)
Constará de las siguientes fases: i) recepción, física o electrónica de una
forma precodificada, acompañada del instrumento en el que conste el
acto a inscribir, pago de los derechos, generación de una boleta de in­
greso y del número de control progresivo e invariable para cada acto; ii)
Análisis de la forma precodificada y la verificación de la existencia o
inexistencia de antecedentes regístrales y, en su caso, preinscripción de
dicha información a la base de datos ubicada en la entidad federativa;
iii) Calificación, en la que se autorizará en definitiva la inscripción en la
base de datos mediante la firma electrónica del servidor público compe­
tente, con lo cual se generará o adicionará el folio mercantil electrónico
correspondiente, y iv) Emisión de una boleta de inscripción que será
entregada física o electrónicamente; c) La inscripción de actos que sean
enviados por medios electrónicos por notarios o corredores públicos au­
torizados para ello, con el pago de derechos en línea, será inmediata,
definitiva y no será susceptible de calificación por parte del responsable
de oficina o registrador (art. 21 Bis, LSM). El Reglamento del Registro
Público de Comercio especifica el procedimiento registral basado en las
pautas anteriores.
La inscripción deberá hacerse en la oficina del registro Público de
Comercio del domicilio del comerciante, pero cuando se trate de bienes
raíces o derechos reales constituidos sobre los mismos, la inscripción se
hará, además, en la oficina correspondiente a la ubicación de los bienes,
salvo disposición legal especial que establezca procedimiento diverso
(art, 23, Cód. com.).
Para proceder a la inscripción de los actos mercantiles que ya se
han mencionado en el Registro de Comercio, es necesario que éstos
consten en a) Instrumentos públicos otorgados ante notario o corredor
público; b) resoluciones y providencias judiciales o administrativas cer­
tificadas; c) Documentos privados ratificados ante fedatario público o
autoridad judicial competente, según corresponda, o d) los demás docu­
202
ELEMENTOS DE DERECHO MERCANTIL MEXICANO
mentos que prevean las leyes respectivas (art. 25, Cód. com.). Los
documentos de procedencia extranjera, que se refieran a actos que de­
ban inscribirse en el Registro, podrán constar previamente en instru­
mento público otorgado ante notario o corredor público, para tal efecto;
por su parte, las sentencias dictadas en el extranjero sólo se registrarán
cuando medie orden de autoridad mexicana competente, de conformi­
dad con las disposiciones internacionales en materia de homologación
aplicables (art. 26, Cód. com.).
Cuando alguno de los actos o contratos (cuya inscripción en el Re­
gistro de Comercio sea obligatoria deba, además, ser inscrito en el Regis­
tro Público de la Propiedad o en registros especiales, su inscripción en
dichos registros será suficiente para que surtan los efectos correspon­
dientes del derecho mercantil, siempre y cuando en el registro de Co­
mercio se tome razón de dicha alta y de las modificaciones a la misma
(art. 22, Cód. com.).
Los registradores no podrán denegar o suspender la inscripción
de los actos que conforme al Reglamento o lineamientos se consideren de
registro inmediato. En los demás casos, tampoco podrán denegar o sus­
pender la inscripción de los documentos mercantiles que se les presen­
ten, salvo cuando el acto o contrato que en ellos se contenga no sea de
los que deban inscribirse; esté en manifiesta contradicción con los con­
tenidos de asientos regístrales preexistentes, o cuando el documento de
que se trate no exprese, o exprese sin claridad suficiente, los datos que
deba contener. En caso de que una autoridad administrativa o judicial
ordene que se registre un instrumento rechazado, la inscripción surtirá
efectos desde que por primera vez se presentó. El registrador suspende­
rá la inscripción de los actos a inscribir, siempre que existan defectos u
omisiones que sean subsanables. En todo caso se requerirá al interesa­
do para que en el plazo de cinco días hábiles siguientes a que surta efec­
tos la notificación que para tal efecto se haga, las subsane, en el enten­
dido de que, de no hacerlo, se tendrá por desechada la solicitud (arts. 30
Cód. com. y 18 del Reglamento del Registro Público de Comercio).
La rectificación de algún asiento de la base de datos del Registro de
Comercio, ya sea por error material o de concepto sólo procederá cuan­
do exista discrepancia entre el instrumento donde conste el acto y la
inscripción (art. 32 Cód. com.).
Los documentos inscritos producirán su efecto legal, dice el artículo
29 del Código de Comercio, desde la fecha de su inscripción, sin que
puedan invalidarlos otros anteriores o posteriores no registrados.
Cuando se omita la inscripción de los documentos que conforme a
la ley mercantil deban registrarse, tales documentos sólo producirán
efectos jurídicos entre los que lo celebren, y no podrán producir perjui-
OBLIGACIONES PROFESIONALES DE LOS COMERCIANTES
203
ció alguno a tercero, el cual sí podrá aprovecharlos en lo que le fueren
favorables (art. 27, Cód. com.).
En general deberá consultarse el Reglamento del Registro Público
de Comercio de 24 de octubre de 2003, cuya última reforma fue publi­
cada con fecha 23 de septiembre de 2010.
4. REGISTROS ESPECIALES
Además del Registro de Comercio, existen regulados por nuestra le­
gislación otros registros especiales relativos a determinados actos o do­
cumentos de carácter mercantil o que se relacionan con esta materia.
A. R e g is t r o P ú b l ic o M a r ít im o N a c io n a l
(a r t s . 10 y 17, L N )
En este registro se inscribirán: a) Los certificados de matrícula de
las embarcaciones o artefactos navales mexicanos; b) Los actos jurídi­
cos correspondientes a navieros y agentes navieros mexicanos, así como
los operadores, para cuya inscripción bastará acompañar sus estatutos
sociales o, actas de nacimiento; c) Los contratos de adquisición, enaje­
nación o cesión, así como los constitutivos de derechos reales, traslati­
vos o extintivos de propiedad, sus modalidades, hipotecas y gravámenes
sobre las embarcaciones mexicanas; mismos que deberán constar en
instrumento público otorgado ante notario o corredor público; d) Los
contratos de arrendamiento a casco desnudo de embarcaciones mexica­
nas; e) Los contratos de construcción de embarcaciones que se lleven a
cabo en el territorio nacional o bien, de aquellas que se construyan en el
extranjero y se pretendan abanderar como mexicanas; f) Las resolucio­
nes judiciales y administrativas que consten de manera auténtica; g)
Cualquier otro contrato o documento relativo a embarcaciones, comer­
cio marítimo y actividad portuaria, cuando la ley exija dicha formali­
dad. También se inscribirán las empresas navieras (art 20, LN), los
-agentes navieros (art. 23, LN) las hipotecas constituidas sobre embarca­
ciones construidas o en proceso de construcción (art. 101, LN).
B . R e g is t r o A e r o n á u t ic o M e x ic a n o
De carácter público y a cargo de la Secretaría de Comunicaciones y
Transportes. En este registro se inscribirán: a) Los documentos por los
cuales se adquiera, transmita, modifique, grave o extinga la propiedad,
la posesión y los demás derechos reales sobre las aeronaves civiles mexi­
canas y sus motores, así como el arrendamiento de aeronaves mexica­
nas o extranjeras; b) Los certificados de matrícula y de aeronavegabilidad; c) La resolución de la autoridad aeronáutica en caso de abandono.
204
ELEMENTOS DE DERECHO MERCANTIL MEXICANO
pérdida, destrucción, inutilidad o desarme definitivo de las aeronaves;
d) Las concesiones y permisos que amparen el servicio de transporte
aéreo, así como los actos y resoluciones legales que los modifiquen o
terminen; y e) Las pólizas de seguro (art. 47, Ley de Aviación Civil, D.O.
12 de mayo de 1995).
C. R e g ist r o N acional
de
I n v e r s io n e s E x t r a n je r a s
Este registro no tendrá carácter público y en él deberán inscribirse:
a) Las sociedades mexicanas en las que participen, incluso a través de
fideicomiso: i) La inversión extranjera, ii) Los mexicanos que posean o
adquieran otra nacionalidad y que tengan su domicilio fuera del territo­
rio nacional, o iii) La inversión neutra; b) Quienes realicen habitualmen­
te actos de comercio en la República Mexicana, siempre que se trate de:
i) Personas físicas o morales extranjeras, o ii) Mexicanos que posean o
adquieran otra nacionalidad y que tengan su domicilio fuera del territo­
rio nacional; y c) Los fideicomisos de acciones o partes sociales, de bie­
nes inmuebles o de inversión neutra, por virtud de los cuales se deriven
derechos en favor de la inversión extranjera o de mexicanos que posean
o adquieran otra nacionalidad y que tengan su domicilio fuera del terri­
torio nacional (arts. 31 y 32, LIE).
En la constitución, modificación transformación, fusión, escisión,
disolución y liquidación de sociedades mercantiles, de sociedades y aso­
ciaciones civiles y en general, en todos los actos y hechos jurídicos don­
de intervengan por sí o representadas, las personas obligadas a inscri­
birse en el Registro Nacional de Inversiones Extranjeras, los fedatarios
públicos les exigirán a ellas o a sus representantes, que les acrediten su
inscripción en el Registro o que acrediten que la solicitud está en trám i­
te (art. 34, LIE).
5. CONTABILIDAD MERCANTIL
La fracción III del artículo 16 del Código de Comercio establece que
todos los comerciantes están obligados a mantener un sistema de conta­
bilidad de acuerdo con las disposiciones del propio Código.
El artículo 33 del Código de Comercio dispone que el comerciante
está obligado a llevar y mantener un sistema de contabilidad adecuado.
Este sistema podrá llevarse mediante los instrumentos, recursos y siste­
mas de registro y procesamiento que mejor se acomoden a las caracte­
rísticas particulares del negocio, pero en todo caso deberá satisfacer los
siguientes requisitos mínimos: a) Permitirá identificar las operaciones
individuales y sus características, así como conectar dichas operacio­
nes individuales con los documentos comprobatorios originales de las
OBLIGACIONES PROFESIONALES DE LOS COMERCIANTES
205
mismas; b) Permitirá seguir la huella desde las operaciones individuales
a las acumulaciones que den como resultado las cifras finales de las
cuentas y viceversa; c) Permitirá Ja preparación de los estados que se
incluyan en la información financiera del negocio; d) Permitirá conectar
y seguir la huella entre las cifras de dichos estados, las acumulaciones
de las cuentas y las operaciones individuales; e) Incluirá los sistemas de
control y verificación internos necesarios para impedir la omisión del re­
gistro de operaciones, para asegurar la corrección del registro contable
y para asegurar la corrección de las cifras resultantes.
Cualquiera que sea el sistema de registro que se emplee, se deberá
llevar debidamente encuadernado, empastado y foliado el libro mayor.
La encuadernación podrá hacerse a posteriori; dentro de los tres meses
siguientes al cierre del ejercicio; sin peijuicio de los requisitos especia­
les que establezcan las leyes fiscales para los registros y documentos
que tengan relación con las obligaciones fiscales del comerciante (art.
34 Cód. Com.).
En el libro mayor se deberán anotar, como mínimo y, por lo menos,
una vez al mes, los nombres o designaciones de las cuentas de la conta­
bilidad, su saldo al final del período de registro inmediato anterior, el
total de movimientos de cargo o crédito a cada cuenta en el período y su
saldo final. Podrán llevarse mayores particulares por oficinas, segmen­
tos de actividad o cualquier otra clasificación, pero en todos los casos
deberá existir un mayor general en que se concentren todas las opera­
ciones de la entidad (art. 35 Cód. Com.).
Todos los registros deberán llevarse en castellano, aunque el comer­
ciante sea extranjero. En caso de no cumplir este requisito el comercian­
te incurrirá en una multa no menor de $ 25.000.00, que no excederá del
cinco por ciento de su capital y las autoridades correspondientes po­
drán ordenar que se haga la traducción al castellano por medio de peri­
to traductor debidamente reconocido, siendo por cuenta del comercian­
te todos los costos originados por dicha traducción (art. 37 Cód. Com.).
El comerciante deberá conservar, debidamente archivados, los com­
probantes originales de sus operaciones, de tal manera que puedan re­
lacionarse con dichas operaciones y con el registro que de ella se haga,
y deberá conservarlos por un plazo mínimo de diez años (artículo 38
Cód. Com.).
Por su parte, el artículo 46 del Código de Comercio establece en for­
ma general que todo comerciante está obligado a conservar los libros,
registros y documentos de su negocio por un plazo mínimo de diez años
y que igual obligación tendrán los herederos del comerciante
Además, tanto el Código Fiscal de la Federación y su reglamento,
así como distintas disposiciones fiscales federales y locales, establecen
requisitos materiales y formales en materia de contabilidad.
206
ELEMENTOS DE DERECHO MERCANTIL MEXICANO
6. INFORMACIÓN FINANCIERA
DE LAS SOCIEDADES ANÓNIMAS
El artículo 172 de la LSM establece que las sociedades anónimas,
bajo la responsabilidad de sus administradores presentarán a la asam­
blea general de accionistas, anualmente, un informe que incluya por lo
menos: a) Un informe de los administradores sobre la marcha de la so­
ciedad en el ejercicio, así como sobre las políticas seguidas por los ad­
ministradores y, en su caso, sobre los principales proyectos existentes;
b) Un informe en que se declaren y expliquen las principales políticas y
criterios contables y de información seguidos en la preparación de la
información financiera; c) Un estado que muestre la situación financie­
ra de la sociedad a la fecha de cierre del ejercicio; d) Un estado que
muestre, debidamente explicados y clasificados, los resultados de la so­
ciedad durante el ejercicio; e) Un estado que muestre los cambios en la
situación financiera durante el ejercicio; f) Un estado que muestre los
cambios en las partidas que integran el patrimonio social, acaecidos
durante el ejercicio; g) Las notas que sean necesarias para completar o
aclarar la información que suministren los estados anteriores. A esta
información se agregará el informe de los comisarios.
El informe a que se refiere el párrafo anterior, incluido el informe
de los comisarios, deberá quedar terminado y ponerse a disposición de
los accionistas por lo menos quince días antes de la fecha de la asam­
blea general que haya de discutirlo. Los accionistas tendrán derecho a
que se les entregue una copia del informe correspondiente (art. 173
LSM).
La falta de presentación oportuna del informe mencionado, será
motivo para que la asamblea general de accionistas acuerde la remo­
ción del administrador o consejo de administración, o de los comisa­
rios, sin perjuicio de que se les exijan las responsabilidades en que res­
pectivamente hubieren incurrido (art. 176 LSM).
La importancia que representa para los socios y, fundamentalmente
para los terceros, el conocimiento de la situación patrimonial y finan­
ciera de la sociedad, ha hecho que el legislador establezca normas de
publicidad especial en esta materia. Así, el artículo 177 de la LSM dispo­
ne que quince días después de la fecha en que la asamblea general de
accionistas haya aprobado el informe mencionado, deberán mandarse
publicar los estados financieros incluidos en el mismo, juntamente con
sus notas y el dictamen del comisario, en el periódico oficial de la enti­
dad en donde tenga su domicilio la sociedad o, si se trata de sociedades
que tengan oficinas o dependencias en varias entidades, en el Diario
Oficial de la Federación. Se depositará copia autorizada de los mismos
en el Registro Público de Comercio. Si se hubiere formulado en término
OBLIGACIONES PROFESIONALES.DE LOS COMERCIANTES
207
alguna oposición contra la aprobación de los estados financieros por la
asamblea general de accionistas, se hará la publicación y depósito con
la anotación relativa al nombre de los opositores y el número de accio­
nes que representen.
Las disposiciones mencionadas son aplicables a las sociedades en
comandita por acciones y a aquéllas que adopten la modalidad de socie­
dades de capital variable (arts. 208 y 214 LSM).
7. SANCIONES
Excepto para el caso de que los libros de contabilidad se lleven en
idioma extranjero, no existe en nuestra legislación mercantil sanción di­
recta para el incumplimiento de las obligaciones de los comerciantes en
relación con dichos libros.
Sí existe sanción, sin embargo, en el Código Fiscal de la Federación,
el que considera infracciones relacionadas con la obligación de llevar
contabilidad, las siguientes: a) No llevar contabilidad; b) No llevar algún
libro o registro especial a que obliguen las leyes fiscales; no cumplir con
las obligaciones sobre valuación de inventarios o no llevar el procedi­
miento de control de los mismos, que establezcan las disposiciones fis­
cales; c) Llevar la contabilidad en forma distinta a como las disposicio­
nes de este Código o de otras leyes señalan; llevarla en lugares distintos
a los señalados en dichas disposiciones; d) No hacer los asientos corres­
pondientes a las operaciones efectuadas; hacerlos incompletos, inexac­
tos o fuera de los plazos respectivos; e) No conservar la contabilidad a
disposición de las autoridades por el plazo que establezcan las disposi­
ciones fiscales; f) No expedir o no entregar comprobante de sus activi­
dades, cuando las disposiciones fiscales lo establezcan, o expedirlos sin
requisitos fiscales; g) Microfilmar o grabar en discos ópticos o en cual­
quier otro medio que autorice la Secretaría de Hacienda y Crédito Pú­
blico mediante disposiciones de carácter general, documentación o in­
formación para efectos fiscales sin cumplir con los requisitos que
establecen las disposiciones relativas; h) Expedir comprobantes fiscales
asentando nombre, denominación, razón social o domicilio de persona
distinta a la que adquiere el bien, contrate el uso o goce temporal de
bienes o el uso de servicios; i) No dictaminar sus estados financieros en
los casos en que esté obligado a ello, o no presentar dicho dictamen
dentro del término previsto por las leyes fiscales; j) No cumplir con los
requisitos señalados por los artículos 31, fracción I y 176, fracción III de
la Ley del Impuesto sobre la Renta y expedir los comprobantes corres­
pondientes, tratándose de personas autorizadas para recibir donativos
deducibles; k) No expedir o acompañar la documentación que ampare
mercancías en transporte en territorio nacional; l) No tener en opera­
208
ELEMENTOS DE DERECHO MERCANTIL MEXICANO
ción o no registrar el valor de los actos o actividades con el público en
general en las máquinas registradoras de comprobación fiscal, o en los
equipos y sistemas electrónicos de registro fiscal autorizados por las au­
toridades fiscales, cuando se esté obligado a ello en los términos de las
disposiciones fiscales; n) No incluir en el documento que ampare la ena­
jenación de un vehículo, la clave vehicular que corresponda a la versión
enajenada, a que se refiere el artículo 13 de la Ley Federal del Impuesto
sobre Automóviles Nuevos; o) No identificar en contabilidad las opera­
ciones con partes relacionadas residentes en el extranjero; p) No presen­
tar el reporte a que se refiere la fracción XX del artículo 86 de la Ley
del Impuesto sobre la Renta (art. 83 del Código citado).
Sin embargo, nuestra legislación mercantil sí prevé sanciones indi­
rectas para el incumplimiento de las obligaciones relativas a la contabi­
lidad mercantil. En efecto:
a) De acuerdo con el artículo 271 de la Ley de Concursos Mercanti­
les, el comerciante declarado, por sentencia firme, en concurso mer­
cantil, será sancionado con pena de uno a nueve años de prisión por
cualquier acto o conducta dolosa que cause o agrave el incumplimiento
generalizado en el pago de sus obligaciones. Para tal efecto, se presumi­
rá, salvo prueba en contrario, que el comerciante ha causado o agravado
dolosamente el incumplimiento mencionado, cuando lleve su contabili­
dad en forma que no permita conocer su verdadera situación financiera,
o la altere, falsifique o destruya.
Además, el comerciante contra el que se siga un procedimiento de
concurso mercantil será sancionado con pena de uno a tres años de pri­
sión cuando requerido por el juez del concurso, no ponga su contabili­
dad, dentro del plazo que para ello el juez le hubiere concedido, a dis­
posición de la persona que el juez designe, salvo que el comerciante
demuestre que le fue imposible presentarla por causas de fuerza mayor
o caso fortuito.
b) Por otra parte, los libros de contabilidad llevados regularmente
pueden,constituir una prueba a favor del comerciante cumplido. Así, en
caso de controversia judicial, el comerciante cuyos libros fueren irregu­
lares o careciere de ellos, se verá privado de tal medio de prueba y se
expondrá a que hagan prueba en su contra los de su adversario. En
efecto, dispone la fracción 11 del artículo 1295 del Código de Comercio,
que si entre los asientos de los libros llevados por dos comerciantes no
hubiere conformidad, y los de uno se hubieren llevado con todas las for­
malidades expresadas en el Código de Comercio y los del otro adolecie­
ren de cualquier defecto o carecieren de los requisitos exigidos por di­
cho ordenamiento, los asientos de los libros en regla harán fe contra los
de los defectuosos, a no demostrarse lo contrario por medio de otras
pruebas admisibles en derecho.
OBLIGACIONES PROFESIONALES DE LOS COMERCIANTES
209
Por su parte, la fracción III del referido artículo 1295 del Código de
Comercio, establece que si uno de los comerciantes no presentare sus
libros o manifestare no tenerlos, harán fe en su contra los de su adver­
sario, llevados con todas las formalidades legales, a no demostrar que
la carencia de dichos libros procede de fuerza mayor, y salvo siempre la
prueba en contra de los asientos exhibidos, por otros medios admisibles
en juicio.
8. SECRETO DE LA CONTABILIDAD
Y EXHIBICIÓN DE LOS LIBROS
Establece el artículo 42 del Código de Comercio, que no se podrá
hacer pesquisa de oficio por tribunal ni autoridad alguna para inquirir
si los comerciantes llevan o no el sistema de contabilidad a que se refie­
re el Código de Comercio. Rige, pues, en esta materia el principio del
secreto de la contabilidad.
Pero esa regla general, ese principio, tiene importantes excepciones.
Una de ellas la que deriva de las disposiciones fiscales, y otra, la que se
desprende del carácter de medios de prueba que tienen los libros de
contabilidad, aspecto este último al que nos referiremos especialmente.
En efecto, los libros, registros y documentos de los comerciantes son
una forma de prueba escrita. Esto es, entre sus funciones tienen la de
ser medios de prueba, y como tales, procede en muchos casos su presen­
tación en juicio, con el consiguiente conocimiento de su contenido por
terceros extraños al comerciante que los lleva. Éste puede estar obliga­
do a comunicarlos o a exhibirlos.
Debemos entender por exhibición de los libros su examen practica­
do por la autoridad judicial en el lugar en que habitualmente se guarden
o conserven, o en el que de común acuerdo fijen las partes y en su pre­
sencia (o de la persona que consigne) limitado a los puntos que tengan
relación con la controversia, pudiendo comprenderse aun los que sean
extraños a la cuenta especial de quien haya solicitado el reconocimien­
to. La exhibición de los libros de los comerciantes puede ser decretada
por el juez a instancia de parte o de oficio, cuando la persona a quien
pertenezcan tenga interés o responsabilidad en el asunto en que proce­
da la exhibición (art. 44 Cód. com.).
La comunicación consiste en la entrega de los libros, registros, com­
probantes, cartas, cuentas y documentos de los comerciantes para su
examen general, total. Establece el artículo 43 del Código de Comercio,
que solamente procede la comunicación, entrega y reconocimiento ge­
neral de los libros del comerciante: a) En los casos de sucesión univer­
sal; b) De liquidación de compañía; c) De dirección o gestión comercial
por cuenta de otro; d) De quiebra.
210
ELEMENTOS DE DERECHO MERCANTIL MEXICANO
Como ha dicho Bolaffio,2 la exhibición se distingue de la comunica­
ción por el modo en que se efectúa, ya que mediante aquélla el examen
de los libros se limita, bajo la vigilancia del juez, a lo que se refiere a la
controversia, para extraer las partidas que hacen referencia a ella;
mientras que la comunicación se extiende al entero contenido de los li­
bros. Se distinguen también por los casos en que pueden tener lugar, ya
que la exhibición puede ordenarse en toda controversia, mientras que la
procedencia de la comunicación está limitada a los cuatro casos
indicados.
9. LIBROS SOCIALES
Nuestra legislación impone a las sociedades m ercantiles la obli­
gación de llevar determinados libros, que vamos a examinar a conti­
nuación:
A. S o c ie d a d e s
d e r e sp o n s a b il id a d lim itada
De acuerdo con el artículo 73 de la LSM, las sociedades de este tipo
llevarán un libro especial de los socios, en el cual se inscribirán el nom­
bre y el domicilio de cada uno, con indicación de sus aportaciones y la
transmisión de las partes sociales. Estas transmisiones no surtirán efec­
to respecto de tercero sino después de la inscripción en el libro
indicado.
Cualquier persona que compruebe un interés legítimo, añade el pre­
cepto citado, tendrá la facultad de consultar este libro que estará al cui­
dado de los gerentes, quienes responderán personal o solidariamente de
su existencia regular y de la exactitud de sus datos.
B. S o cied a d
a n ó n im a y e n com andita p o r a c c io n es
Previene el artículo 36 del Código de Comercio, que las sociedades
anónimas y en comandita por acciones llevarán un libro o libros de ac­
tas, en los que constarán todos los acuerdos que se refieren a la marcha
y operaciones sociales, tomados por las asambleas generales de accio­
nistas y por los consejos de administración.
En el libro de actas de asambleas generales de accionistas se expre­
sará: la fecha respectiva, los asistentes a ellas, el número de acciones
que cada uno represente, el número de votos de que pueden hacer uso,
los acuerdos que se tomen, los que se expresarán a la letra; cuidando
además de consignar todo lo que conduzca al perfecto conocimiento de
lo acordado (art. 41 Cód. com.). Las actas deberán ser firmadas por el
* Derecho mercantil. Parte General, T. 2, Buenos Aires, 1947, pp. 11 y 12.
OBLIGACIONES PROFESIONALES DE LOS COMERCIANTES
211
presidente y por el secretario de la asamblea, así como por los comisa­
rios que concurran (art. 194 LSM).
En el libro de actas de los consejos de administración, se expresará:
la fecha, el nombre de los asistentes y la relación de los acuerdos apro­
bados. Estas actas serán autorizadas con las firmas de las personas de­
signadas por los estatutos (art. 41 Cód. com.).
Además, las sociedades anónimas y en comandita por acciones lle­
varán un libro registro de acciones que contendrá: a) El nombre, la na­
cionalidad y el domicilio del accionista, y la indicación de las acciones
que le pertenezcan, expresándose los números, series, clases y demás
particularidades; b) La indicación de las exhibiciones que se efectúen; c)
Las transmisiones que se realicen (arts. 128 y 208 LSM).
La sociedad, dispone el artículo 129 de la LSM, considerará como
dueño de las acciones a quien aparezca inscrito como tal en el registro
citado. A dicho efecto, la sociedad deberá inscribir en dicho registro, a
petición de cualquier tenedor, las transmisiones que se efectúen.
C. S o c ie d a d e s
d e capital varia ble
El artículo 217 de la LSM dispone que las sociedades de capital va­
riable deberán llevar un libro en el que se inscribirá todo aumento o re­
ducción del capital social.
10. CONSERVACIÓN DE LA CORRESPONDENCIA
Por último, los comerciantes, en los términos de la fracción IV del
artículo 16 del Código de Comercio, están obligados a la conservación
de la correspondencia que tenga relación con su empresa.
El artículo 47 del Código de Comercio, por su parte, ordena que los
comerciantes están obligados a conservar debidamente archivadas las
cartas, telegramas y otros documentos que reciban en relación con sus
negocios o giro, así como copias de las que expidan.
Tratándose de las copias de las cartas, telegramas y otros documen­
tos que los comerciantes expidan, así como de los que reciban que no
estén incluidos en el párrafo siguiente, el archivo podrá integrarse con
copias obtenidas por cualquier medio mecánico, fotográfico o electróni­
co, que permita su reproducción posterior íntegra y su consulta o com­
pulsa en su caso (art. 48, Cód. com.).
Los comerciantes están obligados a conservar los originales de
aquellas cartas, telegramas, mensajes de datos o cualesquiera otros do­
cumentos en que se consignen contratos, convenios o compromisos que
den nacimiento a derechos y obligaciones y deberán conservarlos por
un plazo de diez años por lo menos. Para efectos de la conservación o
212
ELEMENTOS DE DERECHO MERCANTIL MEXICANO
presentación de originales, en el caso de mensajes de datos, se requerirá
que la información se haya mantenido íntegra e inalterada a partir del
momento en que se generó por primera vez en su forma definitiva y sea
accesible para su ulterior consulta. La Secretaría de Economía emitirá
la Norma Oficial Mexicana que establezca los requisitos que deberán
observarse para la conservación de mensajes de datos (art. 49, Cód.
com.).
Los tribunales, en los términos del artículo 50 del Código de Comer­
cio, podrán decretar de oficio o a instancia de parte legítima que se
presenten en juicio las cartas que tengan relación con el asunto del liti­
gio, así como que se compulsen de las respectivas copias las que se ha­
yan escrito por los litigantes, fijándose de antemano, con precisión, por
la parte que las solicite, las que hayan de ser copiadas o reproducidas.
El incumplimiento de la obligación de conservar la corresponden­
cia, no tiene sanción en nuestra legislación mercantil.
11.
INSCRIPCIÓN AL SISTEMA
DE INFORMACIÓN EMPRESARIAL MEXICANO
(SIEM) Y PERTENENCIA A LA CAMARA
DE INDUSTRIA O COMERCIO
De conformidad con los artículos 29, 30 de la Ley de Cámaras Em­
presariales y sus Confederaciones (D.O. 20 de enero de 2005), el SIEM, a
cargo de la Secretaría de Economía, es un instrumento del Estado
mexicano con el propósito de captar, integrar, procesar y suministrar
información oportuna y confiable sobre las características y ubicación
de los establecimientos de comercio, servicios, turismo e industria en el
país, que permita un mejor desempeño y promoción de las actividades
empresariales. La inscripción y registro para el SIEM en la Cámara que
corresponda será obligatorio para las empresas. Todos los comerciantes
e industriales, sin excepción y obligatoriamente, deberán de registrar y
actualizar anualmente cada uno de sus establecimientos en el SIEM.
De conformidad con el artículo 17 de la Ley mencionada, la afilia­
ción a las Cámaras será un acto voluntario de los Comerciantes e
Industriales.
C a p ít u l o X I X
LOS AUXILIARES DEL COMERCIANTE
1. CONCEPTO Y CLASE
El comerciante, en el ejercicio de su empresa, requiere la colabora­
ción de otras personas; de la actividad y servicios ajenos.
Esta colaboración puede ser meramente de carácter intelectual o
material (como en el caso de los abogados, contadores, ingenieros, obre­
ros, etc.), o, además, de carácter jurídico, esto es, con poder de repre­
sentación.
Precisamente aquellas personas que, además de prestar su activi­
dad material o intelectual, colaboran jurídicamente con el comerciante,
actuando, en menor o mayor grado, en su representación, son los llama­
dos auxiliares del comerciante. Es, pues, nota característica de los auxi­
liares del comerciante tener —en diferente grado— facultad de repre­
sentación.
La doctrina distingue entre los auxiliares dependientes y los auxi­
liares autónomos.
Los auxiliares dependientes se encuentran en una posición subordi­
nada respecto al comerciante y forman parte de su organización, a la
que prestan —normalmente— en forma permanente sus servicios en
virtud de una relación contractual determinada (mandato, contrato de
prestación de servicios profesionales o de trabajo).
Los auxiliares autónomos, por el contrario, no forman parte de la
organización de la empresa y se encuentran, por tanto, en una posición
independiente respecto al comerciante. Su actividad se despliega no
sólo al servicio de un comerciante determinado, sino de todo el que lo
solicita, y, por eso, la doctrina los conoce también con el nombre de au­
xiliares del comercio.
Son auxiliares dependientes, los factores y los dependientes de co­
mercio; son auxiliares autónomos: los corredores, los comisionistas y
los agentes.
A continuación vamos a estudiar cada una de estas figuras.
213
ELEMENTOS DE DERECHO MERCANTIL MEXICANO
214
2. AUXILIARES DEPENDIENTES
A. F actores
Todo comerciante, dice el artículo 309 del Código de Comercio, en
el ejercicio de su tráfico, podrá constituir factores.
Son factores las personas que tienen a su cargo la dirección de al­
guna empresa o están autorizados para contratar respecto a todos los
negocios que conciernen a la misma, por cuenta y en nombre del titular
de dicha empresa (art. 309 Cód. com.).
En la práctica, los factores son mejor conocidos con el nombre de
gerentes o administradores.
Así pues, factor es la persona a quien un comerciante coloca al fren­
te de su empresa. “Es el primero entre los empleados del comerciante,
lo caracteriza el hallarse investido de una representación, general."1
El artículo 310 del Código de Comercio establece que los factores
deberán tener la capacidad necesaria para obligarse, y poder o autori­
zación por escrito del comerciante por cuya cuenta hagan el tráfico
Sin embargo, consideramos, con Mantilla Molina,2 que la omisión
de la forma escrita del poder o autorización del factor, ni las limitacio­
nes a sus facultades, son oponibles a terceros de buena fe. Los argumen­
tos del autor citado, que hacemos nuestros, son, en síntesis, los siguien­
tes: a) El Código de Comercio considera factores tanto a los que están
autorizados para contratar como a los que tienen la dirección de una
empresa; luego basta el poder tácito que resulta del hecho de dirigir
la empresa; b) El artículo 315 del Código de Comercio pone a cargo del
principal los actos de los factores, aunque hayan excedido sus faculta­
des o las hayan transgredido, siempre que estén comprendidos en el giro
o tráfico de que están encargados; luego es el hecho objetivo de la refe­
rencia a la empresa lo que, frente a terceros, funda el poder del factor y
no la autorización escrita que le haya podido otorgar el comerciante.
Por otra parte, la limitación al poder del factor, solamente afecta las
relaciones entre aquél y su principal, pero no puede oponerse a terceros
de buena fe, con base en los ya citados artículos 309 y 315 del Código de
Comercio. La apariencia jurídica que deriva del hecho de que una per­
sona está al frente de una empresa, haciendo suponer en la misma las
facultades suficientes, plenas, en relación con los actos de la empresa,
debe ser rígidamente protegida en beneficio de los terceros de buena fe.
Sin embargo, en un caso sí tienen eficacia frente a terceros las limi­
taciones al poder del factor. Nos referimos al caso de la suscripción de
1 ASCARELLI, Derecho mercantil, México, 1940, p. 73.
1 Derecho mercantil, p. 163.
LOS AUXILIARES DEL COMERCIANTE
215
letras de cambio, pagarés y cheques. En efecto, dispone el párrafo se­
gundo del artículo 85 de la LTOC, que los gerentes o administradores de
empresas mercantiles se reputarán autorizados para suscribir dichos
títuios de crédito, por el hecho de su designación, a nombre de tales em­
presas; pero, añade el precepto invocado, los límites de esa autorización
serán los que señalen los poderes respectivos. Naturalmente, la eficacia
de dicha limitación supone la inscripción del poder correspondiente en
el Registro de Comercio.
Los factores,, en el desempeño de su encargo, pueden actuar en dos
formas: contratando a nombre de sus principales, expresándolo así en
los documentos que con tal carácter suscriban, o contratando en nom­
bre propio (art. 311 Cód. com.).
Cuando el factor contrate en nombre de su principal, éste y sus bie­
nes quedarán obligados, por las operaciones realizadas (art. 313 Cód.
com.). Si el factor contrata en nombre propio, pero por cuenta de su
principal, la otra parte podrá exigir su derecho contra el factor o contra
el principal (art. 314 Cód. com.).
Si el factor no declara que obra en nombre de su principal, queda
personalmente obligado, pero los terceros podrán, en todo caso, dirigir
su acción en contra del principal por los actos del factor, si se trata de
actos que queden comprendidos dentro del objeto de la empresa de que
están encargados. Respecto de dichos actos se presume que el factor,
por el hecho de estar al frente de la empresa, opera como su represen­
tante, y no en nombre propio.
Así, el artículo 315 del Código de Comercio dice que siempre que los
contratos celebrados por los factores recaigan sobre objetos comprendi­
dos en el giro o tráfico de que están encargados, se entenderán hechos
por cuenta del principal, aun cuando el factor no lo haya expresado así
al celebrarlos, haya transgredido sus facultades o cometido abuso de
confianza.
Asimismo, en los términos del artículo 316 del Código de Comercio,
obligarán al principal los contratos celebrados por su factor aun siendo
ajenos al giro o tráfico de que esté encargado, siempre que haya obrado
con su orden o los haya aprobado en términos expresos o por hechos
positivos.
Los poderes conferidos al factor se estimarán subsistentes mientras
no le sean expresamente revocados, o haya sido enajenada la empresa
de que estaba encargado (art. 319 Cód. com.). Los actos y contratos ce­
lebrados por el factor serán válidos respecto de su principal, mientras
no sean conocidas por el factor la revocación del poder o la enajenación
de la empresa. Con relación a terceros, la revocación no surtirá efecto
mientras no haya sido anunciada y publicada en la forma prevista en el
216
ELEMENTOS DE DERECHO MERCANTIL MEXICANO
artículo 17 del Código de Comercio e inscrita en el Registro de Comer­
cio (art. 320 Cód. com.).
La ley prohíbe terminantemente la competencia del factor a su prin­
cipal. Así el artículo 312 del Código de Comercio establece que los facto­
res, sin la autorización de sus principales, no podrán traficar o intere­
sarse en negociaciones del mismo género de las que hicieren en nombre
de sus principales. La razón de esta prohibición estriba en que tal com­
petencia sería a todas luces desleal.
Los factores sólo pueden delegar su encargo a otra persona, cuando
tengan para ello autorización expresa de sus principales (art. 325 Cód.
com.). Esto es, en principio, los factores deben desempeñar su encargo
en forma estrictamente personal.
Los factores, en todo caso, responderán frente a sus principales de
cualquier perjuicio que causen a sus intereses por malicia, negligencia o
infracción de las órdenes o instrucciones que hubieren recibido (art. 327
Cód. com.). Por su parte, los principales tienen la obligación de indem­
nizar a los factores de los gastos que hicieren en el desempeño de su
encargo (art. 326 Cód. com.).
B. D e p e n d ie n t e s
d e c o m e r c io
De acuerdo con el artículo 309 del Código de Comercio, son depen­
dientes las personas que desempeñan constantemente alguna o algunas
gestiones propias de una empresa mercantil, en nombre y por cuenta de
su titular (del comerciante).
Todo comerciante, en el ejercicio de su tráfico, podrá constituir de­
pendientes (art. 309 Cód. com.).
Los actos de los dependientes, dispone el artículo 321 del Código de
Comercio, obligarán a su principal en todas las operaciones que les tu­
vieren encomendadas. Así, a diferencia de lo que sucede con los facto­
res, el ámbito de la actividad de los dependientes, el alcance de sus fa­
cultades, es fijado por el principal, con eficacia frente a terceros.
Los dependientes encargados de vender se reputarán autorizados
para cobrar el importe de las ventas que realicen y extender los recibos
correspondientes a nombre de su principal, siempre que las ventas se
hagan en almacén público y al por menor, o siendo al por mayor, se ha­
yan verificado al contado y el pago se haya hecho en el propio almacén
(art. 322 Cód. com.). La recepción de mercancías que el dependiente hi­
ciere por encargo de su principal, se tendrá como hecha por éste (art.
324 Cód. com.).
Los dependientes viajantes, autorizados con cartas u otros docu­
mentos para gestionar negocios o hacer operaciones de tráfico, obliga­
LOS AUXILIARES DEL COMERCIANTE
217
rán a su principal, dentro de las atribuciones expresadas en los docu­
mentos o cartas que los autoricen (art. 323 Cód. com ).
Por lo que se refiere a la delegación de su encargo y a las responsa­
bilidades de los dependientes, nos remitimos a lo dicho al respecto so­
bre los factores.
3. AUXILIARES AUTÓNOMOS
A. C o r r e d o r e s
El artículo 51 del Código de Comercio definía al corredor como el
agente auxiliar del comercio con cuya intervención se proponen y ajus­
tan los actos, contratos y convenios y se certifican los hechos mercanti­
les. El artículo citado fue derogado, junto con el Título Tercero del Libro
Primero del Código de Comercio denominado “De los corredores", por la
Ley Federal de Correduría Pública (LFCP), publicada en el D.O. el 29 de
diciembre de 1992, cuyo objeto es regular la función de corredor público.
En la Ley Federal de Correduría Pública no existe una definición
explícita del corredor sino que se deriva de las funciones que le atribuye
el artículo 6o. El Reglamento de la Ley Federal de Correduría Pública
(D.O. 4 de junio de 1993, que derogó al Reglamento de Corredores para
la Plaza de México vigente desde 1891) señala que corredor o corredor
público es el particular habilitado por la Secretaría de Comercio y Fo­
mento Industrial para ejercer las funciones prevenidas en la ley y el pro­
pio reglamento.
Originalmente, los corredores desempeñaban meramente funciones
de mediación en negocios mercantiles. Desde 1970, por reforma al Có­
digo de Comercio en su artículo 51, se agregaron a ésta las funciones de
perito y fedatario. La Ley Federal de Correduría Pública agrega a las
anteriores las funciones de asesor jurídico y de árbitro (art. 6o LFCP).
De acuerdo con la ley, corresponde a los corredores públicos: a) Ac­
tuar como agente mediador, para transm itir e intercambiar propuestas
entre dos o más partes y asesorar en la celebración o ajuste de cualquier
contrato o convenio de naturaleza mercantil; b) Fungir como perito valuador, para estimar, cuantificar y valorar los bienes, servicios, dere­
chos y obligaciones que se sometan a su consideración, por nombra­
miento privado o por mandato de autoridad competente; c) Asesorar
jurídicamente a los comerciantes en las actividades propias del comer­
cio; d) Actuar como árbitro, a solicitud de las partes, en la solución de
controversias derivadas de actos, contratos o convenios de naturaleza
mercantil, así como las que resulten entre proveedores y consumidores,
de acuerdo con la ley de la materia (es decir, la LFPC); e) Actuar como
fedatario público para hacer constar los contratos, convenios y actos
218
ELEMENTOS DE DERECHO MERCANTIL MEXICANO
jurídicos de naturaleza mercantil, excepto en tratándose de inmuebles,
así como en la emisión de obligaciones y otros títulos valor; en hipote­
cas sobre buques, navios y aeronaves que se celebren ante él, así como
para hacer constar los hechos de naturaleza mercantil; f) Actuar como
fedatario en la constitución y en los demás actos previstos por la LSM,
incluso aquellos en los que se haga constar la representación orgánica;
g) Cotejar y certificar las copias de las pólizas o actas que hayan sido
otorgadas ante ellos, así como de los documentos que hayan tenido a la
vista que sean de los referidos en los artículos 33 a 50 del Código de
Comercio, y h) Las demás funciones que le señalen ésta y otras leyes o
reglamentos. Las anteriores funciones se entenderán sin perjuicio de lo
dispuesto en otras leyes y no se consideran exclusivas de los corredores
públicos (art. 6o, LFCP).3
Respecto a la calificación mercantil de los corredores, esto es, pro­
blema de determinar si el corredor, en virtud de las actividades de me­
diación mercantil que realiza, adquiere o no el carácter de comerciante,
debemos decir que en la doctrina mexicana existen dos posiciones con­
trarias. Por una parte, Rodríguez Rodríguez,4 a nuestro juicio errónea­
mente, afirma que los corredores son comerciantes porque la mediación
mercantil es un acto de comercio, por lo que debe calificarse como tales
a los corredores que profesionalmente se dedican a realizar actos de
mediación mercantil. Hemos dicho antes que una parte de la doctrina,
erróneamente, ha considerado que la expresión “ejercer el comercio"
significa lo mismo que realizar efectivamente actos de comercio y que
no todos los actos de comercio son aptos para conferir la calidad de co­
merciante. Estos argumentos pueden oponerse a la tesis de Rodríguez
Rodríguez.
Barrera Graff, por su lado, considera que “si bien el corredor es un
comerciante (puede quebrar, art. 97 de la Ley de Quiebras), tal carácter
no es el normal y propio, por lo que, en rigor, se trata de un comercian­
te anómalo, ya que le está prohibido comerciar por cuenta propia; o sea,
mantener una actividad lucrativa de comercio (es decir, celebrar actos
de comercio especulativos), distinta y ajena a las operaciones de
mediación”.5 Al respecto, cabe señalar que la Ley de Concursos Mercan­
tiles, que abrogó la de Quiebras, no contempla ya la quiebra del corre3 Por otro lado, en el Reglamento de la ley se establece que, cuando en las leyes o
reglamentos se haga referencia a "notario o fedatario público', “escritura", protocolo” y
“protocolización", se entenderá que se refiere a ‘corredor público", a la “póliza expedida
por corredor", a cualquier 'libro de registro del corredor" y al hecho de ‘asentar algún
acto en los libros de registro del corredor", respectivamente {art. 6o Reglamento LFCP).
* Curso de derecho mercantil, T. I, p. 222.
5 Instituciones de derecho mercantil, p. 228.
LOS AUXILIARES DEL COMERCIANTE
219
dor, por tanto resulta acertada la posición de Mantilla Molina y la que
contienen las disposiciones legales en la materia.
Mantilla Molina6 sostiene la posición que afirma que los corredores
no son comerciantes, posición que consideramos acertada.
En efecto, los artículos 12, fracción I del Código de Comercio, y el
artículo 20, fracción I de la Ley Federal de Correduría Pública, expresa­
mente le prohíben a los corredores el ejercicio del comercio, razón por
la cual no pueden quedar comprendidos en la definición legal de comer­
ciante, ya que el Código de Comercio, en su artículo 3o, fracción I, repu­
ta como tales a las personas que teniendo capacidad legal hacen del
ejercicio del comercio su ocupación ordinaria. Asimismo, el artículo 3o
de La Ley Federal de Correduría Pública califica al servicio de los corre­
dores públicos como "auxiliar del comercio" y no como comercio en sí.
Para ser corredor deben reunirse los requisitos siguientes: a) Ser
ciudadano mexicano, en pleno ejercicio de sus derechos; b) Contar con
título profesional de licenciado en derecho y la cédula correspondiente;
c) No haber sido condenado, mediante sentencia ejecutoria, por delito
intencional que merezca pena corporal; d) Solicitar, presentar y aprobar
el examen para aspirante y el examen definitivo, habiendo obtenido la
habilitación correspondiente (art. 8o LFCP). La ley establece examen de
aspirante y examen definitivo. Para presentar el examen de aspirante se
requiere título de licenciado en derecho y acreditar una práctica profe­
sional de por lo menos dos años; para el examen definitivo, además de
haber obtenido la calidad de aspirante a corredor, acreditar la práctica
de por lo menos un año en el despacho de algún corredor o notario pú­
blico (art. 9o LFCP).
La habilitación para ejercer como corredor será expedida por la Se­
cretaría de Economía en toda la República (arts. 2 o y 7o LFCP). Ante­
riormente, la facultad de habilitar correspondía a la Secretaría mencio­
nada en el Distrito Federal y en los estados a los gobernadores. Aunque
la Ley Federal de Correduría Pública señala que la aplicación de la ley
corresponde a la Secretaría con la participación que corresponda a las
autoridades estatales, esta participación quedó restringida al nombra­
miento de un representante en el jurado que practique el examen defini­
tivo de corredor público (art. 10 LFCP).
Sólo podrán ostentarse como corredores públicos las personas habi­
litadas por la Secretaría de Comercio y Fomento Industrial. A quienes
violen este precepto, se les sancionará con multa de hasta quinientas
veces el salario mínimo general vigente en el Distrito Federal, sin me­
noscabo de las sanciones penales a que hubiere tugar (art. 7o LFCP).
4 Derecho mercantil, pp. 152 y 153.
220
ELEMENTOS DE DERECHO MERCANTIL MEXICANO
Las personas habilitadas como corredor deben llenar previamente a
su ejercicio los siguientes requisitos: a) Otorgar la garantía que señale la
Secretaría de Comercio y Fomento Industrial; b) Proveerse a su costa de
sello y libro de registro debidamente autorizados; c) Registrar sello y
firma ante la Secretaría y el Registro de Comercio de la plaza que co­
rresponda; d) Establecer su oficina en la plaza para la que fue habilita­
do, dentro de los noventa días siguientes a la fecha en que hayan recibi­
do la habilitación.
Satisfechos los requisitos anteriores, la Secretaría de Comercio y
Fomento Industrial mandará a publicar en el Diario Oficial de la Fede­
ración o en el periódico o gaceta de la entidad federativa de que se trate
el acuerdo de habilitación. A partir de la fecha de publicación, el corre­
dor podrá iniciar el ejercicio de sus funciones (art. 12 LFCP).
El Código de Comercio en el derogado artículo 57 disponía que los
corredores sólo pudieran ejercer en la plaza mercantil para la que hu­
bieran sido habilitados.
B. C o m isio n ist a s
Comisionista es la persona que desempeña una comisión mercantil;
comitente el que la confiere (art. 273 Cód. com.)
El mandato aplicado a actos concretos de comercio —dice el artícu­
lo 273 del Código de Comercio—, se reputa comisión mercantil.
El comisionista es auxiliar autónomo porque no presta su actividad
exclusivamente a un comerciante determinado, sino a todo el que se la
solicite.
Las fracciones X y XII del artículo 75 del Código de Comercio califi­
can como actos de comercio a las empresas de comisiones y a las opera­
ciones de comisión mercantil.
En la segunda parte de esta obra examinaremos con mayor deteni­
miento el contrato de comisión o mandato mercantil.
C. Ag e n t e s
Esta figura adolece de una gran imprecisión en nuestro derecho, y
carece desde luego de una regularidad legal unitaria. Dentro de dicha
figura encajan una gran variedad de actividades y relaciones, lo que di­
ficulta proponer siquiera un concepto total de agente.
Mantilla Molina7 lo define así: “agente de comercio es la persona fí­
sica o moral que de modo independiente se encarga de fomentar los ne­
gocios de uno o varios comerciantes."
7 Derecho mercantil, p. 158.
LOS AUXILIARES DEL COMERCIANTE
221
La LN (art. 19) dice que los agentes generales de las empresas navie­
ras serán considerados como mandatarios mercantiles o comisionistas
de los navieros.
El artículo 75, fracción X, del Código de Comercio, considera como
actos de comercio a las empresas de agencia.
S e g u n d a Pa r te
OBLIGACIONES Y CONTRATOS MERCANTILES
iI
i
Ca p ít u l o I
PARTE GENERAL
1. INTRODUCCIÓN
Escasos preceptos encontramos en el Código de Comercio y demás
leyes mercantiles, sobre las obligaciones y contratos mercantiles en
general.
En los términos de los artículos 2o y 81 del Código de Comercio, de­
bemos considerar aplicables en esta materia las disposiciones del dere­
cho común, esto es, del derecho civil, en cuanto la legislación mercantil
nada disponga al respecto y no sean opuestas a lo establecido por ella.
Esto es, en materia de obligaciones y contratos mercantiles en gene­
ral, deben aplicarse las mismas normas generales que se aplican en ma­
teria civil y que forman parte del derecho de las obligaciones.1
Hay que tomar en cuenta las disposiciones, de aplicación federal,
que tienden a la protección del consumidor, a que haremos referencia
en el inciso 12 de este capítulo.
En realidad no corresponde a esta obra el examen de esa parte gene­
ral de las obligaciones y contratos regulada por el derecho civil, sino sólo
las excepciones que en esta materia establece la legislación mercantil.
Sin embargo, consideramos conveniente recordar someramente al­
gunos conceptos del derecho común, en cuanto sean precisos para la
mejor comprensión de las instituciones propias del derecho mercantil.
2. LAS OBLIGACIONES. CONCEPTO
Se ha dicho que el derecho mercantil es, principalmente, derecho de
obligaciones.2
O bligación es, dice el m a e stro B orja S o ria n o 3 la relación ju ríd ic a e n tre dos
p e rs o n a s, en v irtu d de la c u a l u n a de ellas, lla m a d a deudor, qu ed a sujeta
1 SAJLANDRA, Curso derecho mercantil, México, 1949, p. 17.
Derecho comercial, Buenos Aires, 1944, p. 57.
3 Teoría general de las obligaciones, México, 1953, T. I, p. 81.
2 MALAGARRlGA,
225
i
ELEMENTOS DE DERECHO MERCANTIL MEXICANO
226
p a ra o tra, llam ad a acreed o r, a u n a p resta c ió n o a u n a abstención de c a rá c ­
te r p atrim o n ial, que el ac re e d o r puede exigir del deudor.
3. MODALIDADES DE LAS OBLIGACIONES
A. O b l ig a c io n e s
d e dar, de h acer y d e no hacer
Las obligaciones de dar consisten en la prestación de una cosa, esto
es: Io En la traslación del dominio de una cosa; 2o En la enajenación
temporal del uso o goce de cosa cierta; 3o En la restitución de cosa aje­
na o pago de cosa debida (art. 2011 Cód. civ.).
Las obligaciones de hacer consisten en la prestación de un hecho, de
una actividad, en favor del acreedor.
Las obligaciones de no hacer consisten en la abstención de] deudor
de realizar determinado hecho.
B. P uras,
c o n d i c io n a l e s y a p l a z o
Las obligaciones pueden ser puras (esto es, incondicionales), condi­
cionales o a plazo.
Se habla de obligación condicional cuando su existencia o su resolu­
ción dependen de un acontecimiento futuro e incierto (art. 1938 Cód.
civ.). Cuando del cumplimiento de la condición depende la existencia de
la obligación se dice que la condición es suspensiva (art. 1939 Cód. civ.).
La condición es resolutoria cuando al cumplirse se resuelve la obliga­
ción, volviendo las cosas al estado que tenían, como si tal obligación no
hubiese existido (art. 1940 Cód. civ.).
Es obligación a plazo aquella para cuyo cumplimiento se ha señala­
do un día cierto, esto es, que necesariamente ha de llegar (arts. 1953 y
1954 Cód. civ.).
C. C o n j u n t i v a s
y a l t e r n a t iv a s
Cuando el deudor se ha obligado a dar diversas cosas o a prestar
distintos hechos, debe dar todas las primeras y prestar todos los segun­
dos; su obligación será conjuntiva (art. 1961 Cód. civ.).
Si el deudor se ha obligado a uno de dos hechos o a una de dos co­
sas, o a un hecho o a una cosa, al prestar cualquiera de esos hechos o al
entregar cualquiera de aquellas cosas, habrá cumplido su obligación; su
obligación será alternativa (art. 1962 Cód. civ.). Salvo pacto en contra­
rio, la elección de la cosa que debe entregarse o del hecho que debe
prestarse corresponde al deudor (art. 1963 Cód. civ.).
227
PARTE GENERAL
D.
M ancom unadas
y s o l id a r ia s
Cuando, tratándose de una misma obligación, hay pluralidad de
deudores o de acreedores, existe mancomunidad. En este caso, el crédi­
to o !a deuda se considerarán divididos en tantas partes (que la ley pre­
sume iguales, salvo pacto en contrario) como deudores o acreedores
haya, y cada parte constituye una deuda o un crédito distinto uno de
otro (arts. 1984, 1985 y 1986 Cód. civ.).
Además de la mancomunidad puede existir la solidaridad. La soli­
daridad es activa cuando dos o más acreedores tienen el derecho de
exigir, cada uno de por sí, el cumplimiento total de la obligación. Hay
solidaridad pasiva cuando dos o más deudores reportan la obligación de
prestar, cada uno de por sí, en su totalidad, la prestación debida (art.
1987 Cód. civ.).
La solidaridad —dice el artículo 1988 del Código Civil Federal— no
se presume. Para su existencia —añade—, se requiere la declaración
expresa de la ley o de la voluntad de las partes. Falta en nuestra legisla­
ción mercantil la disposición que presuma la solidaridad en las obliga­
ciones mercantiles, al contrario de lo que se establece en otros sistemas
legales. El proyecto del Código de Comercio mexicano sí dispone, como
regla general, que cuando haya pluralidad de deudores se presume que
se han obligado solidariamente (art. 5o del título complementario del
proyecto citado). Disposición que es adecuada a las necesidades del trá­
fico mercantil.
El artículo 4o de la LTOC sí establece que en las operaciones de cré­
dito reguladas por la misma, se presume que los codeudores se obligan
solidariamente.
E . D iv is ib l e s
e in d iv is ib l e s
Son divisibles las obligaciones, cuando tienen por objeto prestacio­
nes susceptibles de ser cumplidas en forma parcial.
Son indivisibles si las prestaciones no pueden cumplirse sino en for­
ma total, por entero (art. 2003 Cód. civ.).
4. CUMPLIMIENTO DE LAS OBLIGACIONES
a) El cumplimiento de las obligaciones consiste en la entrega de la
cosa debida o en la prestación del hecho que se hubiere prometido (art.
2062 Cód. civ.).
b) En materia mercantil, según lo dispuesto por el artículo 83 del
Código de Comercio, las obligaciones que no tuvieren término fijado por
las partes o por la ley mercantil, serán exigibles a los diez días después
228
ELEMENTOS DE DERECHO MERCANTIL MEXICANO
de contraídas, si sólo produjeren acción ordinaria, y al día inmediato si
llevaren aparejada ejecución.
c) De acuerdo con el artículo 84 del Código de Comercio, en los con­
tratos mercantiles no se reconocerán términos de gracia o cortesía: “Si
faltase esta prohibición —dice Garrigues4— al rigor propio de las obli­
gaciones mercantiles se opondría la inseguridad en cuanto al tiempo
del cumplimiento de la prestación debida."
d) Cuando las partes nada hayan convenido sobre el lugar en que
deba ser cumplida la obligación, deberá serlo en el lugar en que según la
naturaleza del negocio o la intención de las partes deba considerarse
adecuada al efecto por consentimiento de aquéllos o arbitrio judicial
(art. 86 Cód. com.).
e) Si en el contrato no se determinaren con toda precisión la especie
y calidad de las mercancías que han de entregarse, no podrá exigirse al
deudor otra cosa que la entrega de mercancías de especie y calidad me­
dias (art. 87 Cód. com.).
5. MONEDA DE PAGO
De acuerdo con e! artículo 7o de la Ley Monetaria, la obligación de
pago, de cualquier suma en moneda mexicana, se denominará invaria­
blemente en pesos y, en su caso, sus fracciones. Dichas obligaciones se
solventarán mediante la entrega, por su valor nominal de billetes del
Banco de México o monedas metálicas.
Las obligaciones de pago en moneda extranjera contraídas dentro o
fuera de la República, para ser cumplidas en ésta, se solventarán entre­
gando el equivalente en moneda nacional al tipo de cambio que rija en
el lugar y fecha en que se haga el pago (art. 8o Ley Monetaria).
Las prevenciones aludidas no son renunciables y toda estipulación
en contrario será nula (art. 9o Ley Monetaria).
6. INCUMPLIMIENTO DE LAS OBLIGACIONES
La mora. "Entendemos por mora en el cumplimiento de una obliga­
ción —dice Tena5— el retardo de ese mismo cumplimiento, pero en
cuanto constituye una falta del obligado, que produce en su contra las
responsabilidades civiles consiguientes.”
En caso de mora, el deudor será responsable de los daños y perjui­
cios que por la misma se causen al acreedor. Por daño entendemos la
pérdida o menoscabo sufrido en el patrimonio por la falta de cumpli* Instituciones de derecho mercantil, p. 362.
5 Derecho mercantil mexicano. México, 1944, T. I, p. 313.
229
p a rte g e n e r a l
miento de una obligación (art. 2108 Cód. civ.). Es perjuicio la privación
de cualquier ganancia lícita que debiera haberse obtenido con el cum­
plimiento de la obligación (art. 2109 Cód. civ.). Los daños y perjuicios
deben ser consecuencia directa e inmediata del incumplimiento de la
obligación, ya sea que se hayan causado o que necesariamente deban
causarse (art. 2110 Cód. civ.).
Además, si el incumplimiento se refiere a una obligación nacida de
un contrato bilateral, el acreedor tendrá el derecho de resolver la obli­
gación o exigir su cumplimiento, con el resarcimiento de daños y perjui­
cios en ambos casos (art. 1949 Cód. civ.).
De acuerdo con el artículo 85 del Código de Comercio, los efectos de
la morosidad en el cumplimiento de las obligaciones mercantiles co­
menzarán: a) En los contratos que tuvieran día señalado para su cum­
plimiento por voluntad de las partes o por la ley, al día siguiente de su
vencimiento. Esto es, "el solo vencimiento del plazo, sin que la obliga­
ción se cumpla, trae, ipso iure, aparejada la mora, sin que sea menester
que el acreedor haga nada, que gestione en modo alguno el pago de su
crédito. El vencimiento del plazo lo hace todo: dies interpellat pro
homine”.6 b) En los contratos que no tengan día señalado para su cum­
plimiento, desde el día en que el acreedor le reclamare a) deudor judi­
cial o extrajudicialmente, ante notario o testigos.
7. LA CLÁUSULA PENAL
Los contratantes pueden estipular cierta prestación como pena para
el caso de que la obligación no se cumpla o no se cumpla de la manera
convenida. Cuando tal estipulación exista, en caso de incumplimiento,
no podrán reclamarse, además, los daños y perjuicios sufridos (art.
1840, Cód. civ.).
La nulidad del contrato importa la de la cláusula penal, pero la nu­
lidad de ésta no acarrea la de aquél (art 1841 Cód. civ.).
La pena no podrá exceder ni en valor ni en cuantía a la obligación
principal (art. 1843 Cód. civ.). Cuando la obligación sea cumplida par­
cialmente, la pena se modificará en la misma proporción (art. 1844
Cód. civ.). Si la modificación no pudiere ser exactamente proporcional,
el juez reducirá la pena de una manera equitativa, teniendo en cuenta la
naturaleza y demás circunstancias de la obligación (art. 1845 Cód. civ.).
Cuando en un contrato mercantil se haya fijado una pena para el
caso de incumplimiento, la parte perjudicada podrá exigir el cumpli­
miento del contrato o la pena establecida; pero utilizando una de estas
dos acciones quedará extinguida la otra, a menos que aparezca haberse
6 T e n a , ob. cit, T. I, p. 314.
ELEMENTOS DE DERECHO MERCANTIL MEXICANO
230
estipulado la pena por el simple retardo en el cumplimiento de la obli­
gación o porque ésta no se preste en la forma convenida (arts. 88 Cód.
com. y 1846 Cód. civ.).
Al reclamar la pena, el acreedor no está obligado a probar que ha
sufrido daño o perjuicio, ni el deudor podrá eximirse de satisfacerla
probando que el acreedor no ha sufrido daño o perjuicio alguno (art.
1842 Cód. civ.).
No podrá hacerse efectiva la pena cuando el obligado a ella no haya
podido cumplir su obligación por hecho del acreedor, caso fortuito o
fuerza mayor (art. 1847 Cód. civ.).
8. LOS CONTRATOS MERCANTILES
La fuente más importante de las obligaciones mercantiles está cons­
tituida por los contratos. En efecto la actividad de los comerciantes con­
siste esencialmente en contratar.7
De acuerdo con nuestra legislación civil (derecho común), contrato
es el acuerdo de dos o más personas que produce o transfiere obligacio­
nes y derechos. Es una especie del género convenio, que es el acuerdo
para crear, transferir, modificar o extinguir obligaciones (arts. 1792 y
1793 Cód. civ.).
9. ELEMENTOS ESENCIALES DEL CONTRATO
Son elementos esenciales del contrato, en cuanto requeridos para su
existencia: a) El consentimiento, y b) El objeto que pueda ser materia
del mismo (art. 1794 Cód. civ.).
A.
El
c o n se n t im ie n t o
El consentimiento es la manifestación de voluntad, que debe ser li­
bre, esto es, sin vicios (error, violencia, dolo, m ala fe), por la que una
persona da su aprobación para celebrar un contrato.
Consiste —dice Borja Soriano—8 en el acuerdo de dos o más vo­
luntades sobre la producción o transmisión de obligaciones y dere­
chos, siendo necesario que estas voluntades tengan una manifestación
exterior.
El consentimiento puede ser expreso o tácito. Es expreso, cuando se
manifiesta verbalmente, por escrito, por medios electrónicos, ópticos o
por cualquier otra tecnología, o por signos inequívocos. El consenti­
1 S a la n d r a , C u r s o d e d e r e c h o m e r c a n ti l, p. 17.
* Teoría general de las obligaciones, T. 1, p. 141.
PARTE G EN E R A L
231
miento tácito resulta de hechos o actos que lo presupongan o que auto­
ricen a presumirlo, excepto en los casos en que por disposición legal o
por convenio, la voluntad deba manifestarse expresamente (art, 1803,
Cód. civ.). .
La persona que proponga a otra la celebración de un contrato, fiján­
dole un plazo para aceptar, queda ligada a su oferta hasta la expiración
del plazo. Cuando la oferta se haga a una persona presente, sin fijación
de plazo para aceptarla, el autor de la oferta queda desligado si la acep­
tación no se hace inmediatamente. La misma regla se aplicará a la ofer­
ta hecha por teléfono o a través de cualquier otro medio electrónico,
óptico o de cualquier otra tecnología que perm íta la expresión de la
oferta y la aceptación de esta en forma inmediata. En cambio, cuando
la oferta se haga sin fijación de plazo a una persona no presente, el au­
tor de la oferta quedará ligado durante tres días, además del tiempo
necesario para la ida y vuelta del correo público, o del que se juzgue
bastante, no habiendo correo público, según las distancias y la facilidad
o dificultad de las comunicaciones (arts 1804, 1805 y 1806, Cód. civ.).
Para este efecto, se puede apreciar que los contratos celebrados por
teléfono o a través de cualquier otro medio electrónico, óptico o cual­
quier otra tecnología que permita la expresión de la oferta y su acepta­
ción en forma inmediata, se consideran hechos entre personas presen­
tes (art. 1805, Cód. civ.)
En derecho mercantil tiene una gran importancia el problema de
los contratos celebrados entre personas que se encuentran en lugares
distintos. Es frecuente en esta materia la propuesta y aceptación de con­
tratos a distancia, tradicional mente por medio de correspondencia y
hoy en día, a través de la infinidad de tecnologías recientes al alcance
de casi cualquier persona, como lo son los teléfonos inteligentes, el fax,
el correo electrónico, entre otras.
El artículo 80 del Código de Comercio establece que los convenios y
contratos mercantiles que se celebren por correspondencia, telégrafo, o
mediante el uso de medios electrónicos, ópticos o de cualquier otra tec­
nología, quedarán perfeccionados desde que se reciba la aceptación de
la propuesta o las condiciones con que ésta fuere modificada.
Adopta nuestro Código de Comercio, en esta materia, el sistema de
la declaración, es decir, los contratos celebrados por correspondencia o
—telegráficamente o por medios electrónicos. Ópticos u otras tecnolo­
gías—, se perfeccionan, es decir, surten todos sus efectos, desde la fecha
de la aceptación hecha por dichos medios.9
9 TENA, D e r e c h o m e r c a n t i l m e x i c a n o . T. I, p. 307.
232
ELEMENTOS DE DERECHO MERCANTIL MEXICANO
B.
Ob je t o
De acuerdo con el artículo 1824 del Código Civil Federal, son objeto
de los contratos: Io La cosa que el obligado debe dar; 2o El hecho que el
obligado debe hacer o no hacer.
Para poder ser objeto de contrato, las cosas deben reunir los requi­
sitos siguientes: Io Existir en la naturaleza; 2o Ser determinadas o determinables; 3o Estar en el comercio. Las cosas futuras pueden ser obje­
to de contrato (arts. 1825 y 1826 Cód. civ.).
El hecho positivo o negativo (acción u omisión) objeto del contrato,
debe ser: Io, Posible. Es imposible el hecho que no puede existir porque
es incompatible con una ley de la naturaleza o con una norma jurídica
que debe regirlo necesariamente y que constituye un obstáculo insupe­
rable para su realización. No se considera imposible el hecho que no
pueda ejecutarse por el obligado, pero sí por otra persona en lugar de él
(arts. 1827, 1828 y 1829 Cód. civ.). 2o, Lícito. Es ilícito el hecho que es
contrario a las leyes de orden público o a las buenas costumbres (arts.
1827 y 1830 Cód. civ.). El artículo 77 del Código de Comercio establece
que las convenciones ilícitas no producen obligación ni acción.
10 FORMA DE LOS CONTRATOS
El artículo 78 del Código de Comercio dispone que en las conven­
ciones mercantiles cada uno se obliga en la manera y términos que apa­
rezca que quiso obligarse, sin que la validez del acto comercial dependa
de la observancia de formalidades o requisitos determinados. Pretende
establecerse así en materia mercantil el principio de libertad de forma.
Sin embargo, el artículo 79 del Código de Comercio exceptúa de la
regla expresada: a) A los contratos que con arreglo al mismo ordena­
miento u otras leyes deban reducirse a escritura pública o requieran
formas o solemnidades necesarias para su eficacia; b) A los contratos
celebrados en país extranjero en que la ley exija escritura, formas o so­
lemnidades determinadas para su validez, aunque no las requiera la ley
mexicana. En estos casos, los contratos que no llenen la forma o solem­
nidad requerida, no producirán obligación ni acción en juicio.
Al respecto, es aplicable el artículo 1833 del Código Civil para el
Distrito Federal que establece que cuando la ley exija determinada for­
ma para un contrato mientras éste no revista esa forma no será válido,
salvo disposición legal en contrario; pero que si la voluntad de las par­
tes para celebrarlo consta de manera fehaciente, cualquiera de ellas
puede reclamar que se dé al contrato la forma legal exigida.
Se conoce con el nombre de forma de un negocio jurídico, el medio
PARTE GENERAL
233
exigido por la ley para la manifestación de la voluntad de las partes, a
falta de la cual el negocio jurídico no puede producir el efecto legal que
el derecho le atribuye.10
Las exigencias de la buena fe y de la rapidez, propias de la contrata­
ción mercantil, justifican la validez en nuestro derecho del principio de
la libertad de forma: basta la palabra oral p a ra crear una obligación
mercantil."
Sin embargo, puede observarse que este principio ideal de la legis­
lación mercantil, que proclama la libertad de forma, va perdiendo
cada día eficacia real, ya que se observan frecuentemente, impuestas
por la ley, exigencias formales, en beneficio de la certeza y seguridad
jurídicas.
11. LOS CONTRATOS DE ADHESIÓN
Los contratos se forman generalmente mediante una elaboración
preparada en cada caso por las partes. Tienen, por tanto, un contenido
que representa el resultado de los tratos, discusiones y negociacio­
nes que en el caso particular se han llevado a cabo entre las dos o más
partes sobre intereses opuestos.12 En el campo de la contratación mer­
cantil ha aparecido una figura especial, de gran importancia en la vida
económica actual, que se aparta de la manera habitual de formarse los
contratos. Nos referimos a los llamados contratos de adhesión.
Se conoce por contrato de adhesión a aquel cuyas cláusulas son pre­
viamente determinadas y propuestas por uno solo de los contratantes,
de modo que el otro no tiene el poder de introducirles modificaciones y
si no quiere aceptar debe renunciar a celebrar el contrato, lo que intro­
duce una limitación a la libertad contractual y se resuelve en una impo­
sición del contenido contractual (o tomar o dejar).13
Para los efectos de la Ley Federal de Protección al Consumidor (art.
85), se entiende por contrato de adhesión el documento elaborado unila­
teralmente por el proveedor, para establecer en formatos uniformes los
términos y condiciones aplicables a la adquisición de un producto o la
prestación de un servicio, aún cuando no contenga todas las cláusulas
ordinarias de un contrato. Dicho contrato, no podrá implicar prestacio­
nes desproporcionadas a cargo de los consumidores, obligaciones in­
equitativas o abusivas, o cualquier otra cláusula o texto que viole las
disposiciones de la ley. Este tipo de contrato es sumamente común, se
10 SALANDRA, Curso de derecho mercantil, p. 37.
11
GA BRIGUES, Instituciones de derecho mercantil, p. 365.
12 Cariota Ferrara, El negocio jurídico, Madrid, 1956, p. 154.
11 M ESS1NEO .
Doctrina general del contrato. Buenos Aires, 1952, T.
I, p.
440.
234
ELEMENTOS DE DERECHO MERCANTIL MEXICANO
usan al contratar servicios de televisión por cable, energía eléctrica, te­
léfono, etc.
En los contratos de adhesión de prestación de servicios deben in­
cluirse por escrito o vía electrónica los servicios adicionales, especiales,
o conexos, que pueda solicitar el consumidor. El proveedor sólo podrá
prestar un servicio adicional o conexo no previsto en el contrato origi­
nal si cuenta con el consentimiento expreso del consumidor, ya sea por
escrito o por vía electrónica (art. 86 Bis, LFPC).
No serán válidas y se tendrán por no puestas las cláusulas de los
contratos de adhesión cuando: a) Permitan al proveedor modificar uni­
lateralmente el contenido del contrato, o sustraerse unilateralmente de
sus obligaciones; b) Liberen al proveedor de su responsabilidad civil,
excepto cuando el consumidor incumpla el contrato; c) Trasladen al
consumidor o a un tercero que no sea parte del contrato la responsabili­
dad civil del proveedor; d) Prevengan términos de prescripción inferio­
res a los legales; e) Prescriban el cumplimiento de ciertas formalidades
para la procedencia de las acciones que se promuevan contra el provee­
dor; y f) Obliguen al consumidor a renunciar a la protección de esta ley
o lo sometan a la competencia de tribunales extranjeros. Además, para
ser válido, todo contrato de adhesión deberá estar escrito en idioma es­
pañol y sus caracteres tendrán que ser legibles a simple vista (arts. 85 y
90 LFPC).
La Secretaría de Economía podrá sujetar los contratos de adhesión
a registro previo ante la Procuraduría Federal del Consumidor cuando
impliquen o puedan implicar prestaciones desproporcionadas a cargo
de los consumidores, obligaciones inequitativas o abusivas o altas pro­
babilidades de incumplimiento. La Secretaría h ará lo anterior mediante
normas oficiales mexicanas, que podrán referirse a cualesquiera térmi­
nos y condiciones, excepto precio. Los contratos de adhesión sujetos a
registro deberán contener una cláusula en la que se determine que la
Procuraduría mencionada será competente en la vía administrativa
para resolver cualquier controversia que se suscite sobre la interpreta­
ción o cumplimiento de los mismos. Asimismo, deberán señalar el nú­
mero de registro otorgado por la misma (art. 86, LFPC). Cualquier dife­
rencia entre el texto del contrato de adhesión registrado ante la
Procuraduría Federal del Consumidor y el utilizado en peijuicio de los
consumidores, se tendrá por no puesta (art. 86 Quater, LFPC). En caso
de que los contratos de adhesión requieran de registro previo ante la
Procuraduría, los proveedores deberán presentarlos ante la misma an­
tes de su utilización y ésta se limitará a verificar que los modelos se
ajusten a lo que disponga la norma correspondiente y a las disposicio­
nes de la ley, y emitirá su resolución dentro de los treinta días siguientes
a la fecha de presentación de la solicitud de registro; de no hacerlo en el
PARTE GENERAL
235
plazo señalado, los modelos se entenderán aprobados y será obligación
de la Procuraduría registrarlos, quedando en su caso como prueba de
inscripción la solicitud de registro. Para la modificación de las obliga­
ciones o condiciones de los contratos que requieran de registro previo
será indispensable solicitar la modificación del registro ante la Procura­
duría, la cual se tram itará en los términos antes señalados. Los contra­
tos que deban registrarse conforme a esta ley, las normas oficiales mexi­
canas y demás disposiciones aplicables, y no se registren, así como
aquéllos cuyo registro sea negado por la Procuraduría, no producirán
efectos contra el consumidor (art. 87, LFPC).
Los interesados podrán inscribir voluntariamente sus modelos de
contrato de adhesión, aún cuando no requieran registro previo, y siem­
pre y cuando que la Procuraduría estime que sus efectos no lesionan el
interés de los consumidores y que su. texto se apega a las disposiciones
de la ley (art. 88, LFPC).
Los contratos de adhesión suponen una situación económica de mo­
nopolio de hecho o de derecho en la que el monopolista (productor del
bien o del servicio, materia del contrato) impone su esquema contrac­
tual al consumidor.14
Así, la posición de algunas empresas en el campo de la actividad
mercantil (empresas de seguros, de fianzas de transportes, de suminis­
tro de energía eléctrica, etc.) imponen al cliente determinada forma
contractual, con contenido preestablecido o predeterminado, que el
cliente debe aceptar en su conjunto —tal cual— o rechazar.
Normalmente, los contratos de adhesión se redactan en formas im­
presas (machotes), en las que únicamente se encuentran indetermina­
dos aquellos elementos particulares, individualizadores de cada contra­
to singular (esto es, nombre del contratante adherido, cantidad, calidad
o especie de la prestación, etc.)
Para el caso de los contratos de adhesión que deban ser registrados
ante la Procuraduría Federal del Consumidor, ésta podrá publicar en el
Diario Oficial de la Federación, el modelo (machote) de aquellos contra­
tos que deban ser registrados a fin de que los proveedores puedan utili­
zarlos. En tales casos, el proveedor únicamente dará aviso a la Procura­
duría sobre la adopción del modelo de contrato para efectos de registro.
Cuando el proveedor haya dado aviso a la Procuraduría para adoptar
un contrato conforme al modelo publicado, no podrá modificarlo ni in­
cluir otras cláusulas o excepciones a su aplicación, pues de incluir va­
riaciones, el proveedor deberá registrarlo y, en caso de no hacerlo, di­
chas modificaciones, adiciones o excepciones se tendrán por no puestas
(arts. 87 Bis y 87 Ter, LFPC).
14 M e s s in e o , ob. cit., T. 1, p. 441.
236
ELEMENTOS DE DERECHO MERCANTIL MEXICANO
12. LAS NORMAS DE PROTECCIÓN
AL CONSUMIDOR
Con el propósito de proteger al consumidor, se dictó en México la
primera Ley Federal de Protección al Consumidor en el año de 1975,
siguiendo una tendencia de carácter universal. Dicha ley fue abrogada
por la del mismo nombre que se publicó en el D.O. el 24 de diciembre
de 1992.
Este código especial contiene un conjunto de disposiciones que se
declaran “de orden público e interés social", que tienen el carácter de
irrenunciables y contra su observancia no podrán alegarse costumbres,
usos, prácticas, convenios o estipulaciones en contrario. Tiene por obje­
to promover y proteger los derechos y cultura del consumidor y procu­
rar la equidad, certeza y seguridad jurídica en las relaciones entre pro­
veedores y consumidores y, en términos generales, modifica algunas
reglas generales ordinarias relativas a la contratación mercantil.
La ley considera principios básicos de las relaciones de consumo los
siguientes: a) La protección de la vida, salud y seguridad del consumi­
dor contra los riesgos provocados por productos, prácticas en el abaste­
cimiento de productos y servicios considerados peligrosos o nocivos; b)
La educación y divulgación sobre el consumo adecuado de los produc­
tos y servicios, que garanticen la libertad para escoger y la equidad en
las contrataciones; c) La información adecuada y clara sobre los dife­
rentes productos y servicios, con especificación correcta de cantidad,
características, composición, calidad y precio, así como sobre los ries­
gos que representen; d) La efectiva prevención y reparación de daños
patrimoniales y morales, individuales o colectivos; e) El acceso a los ór­
ganos administrativos con vistas a la prevención de daños patrimonia­
les y morales, individuales o colectivos, garantizando la protección jurí­
dica, económica, administrativa y técnica a los consumidores; f) El
otorgamiento de información y de facilidades a los consumidores para
la defensa de sus derechos; g) La protección contra la publicidad enga­
ñosa y abusiva, métodos comerciales coercitivos y desleales, así como
contra prácticas y cláusulas abusivas o impuestas en el abastecimiento
de productos y servicios; h) La real y efectiva protección al consumidor
en las transacciones efectuadas a través del uso de medios convenciona­
les, electrónicos, ópticos o de cualquier otra tecnología y la adecuada
utilización de los datos aportados; i) El respeto a los derechos y obliga­
ciones derivados de las relaciones de consumo y las medidas que garan­
ticen su efectividad y cumplimiento; y j) La protección de los derechos
de la infancia, adultos mayores, personas con discapacidad e indígenas.
Dichos derechos no excluyen, desde luego, aquellos otros derivados de
tratados o convenciones internacionales de los que México sea parte, los
237
PARTE GENERAL
de la legislación interna ordinaria, los de reglamentos expedidos por
autoridades competentes o los que deriven de los principios generales de
derecho, la analogía, las costumbres y la equidad (art. Io, LFPC).
A. S u j e t o s
Son sujetos de la ley los consumidores y los proveedores, estando
obligados a cumplirla. Las entidades de las administraciones públicas
federal, estatal, municipal y del gobierno del Distrito Federal, están
obligadas en cuanto tengan el carácter de proveedores o consumidores
(art. 6, LFPC).
En términos genéricos y de conformidad con lo que dispone la frac­
ción I, del artículo 2 de la LFPC, es consumidor, la persona física o mo­
ral que adquiere, realiza o disfruta como destinatario final bienes, pro­
ductos o servicios. Por su parte, se entenderá también por consumidor,
a la persona física o moral que adquiera, almacene, utilice o consuma
bienes o servicios con objeto de integrarlos en procesos de producción,
transformación, comercialización o prestación de servicios a terceros,
pero solamente para efectos de las quejas o reclamaciones de consumi­
dores interpuestas ante la Procuraduría de) Consumidor o bien, cuando
se designe a ésta como árbitro entre consumidores y proveedores, por
los interesados, siempre que el monto de la operación motivo de la ope­
ración no exceda de $397,754.11 (véanse los arts. 99 y 117, LFPC). Tra­
tándose de personas morales que adquieran bienes o servicios p ara inte­
grarlos en procesos de producción o de servicios a terceros, sólo podrán
ejercer las acciones referidas cuando estén acreditadas como microempresas o microindustrias, en términos de la Ley para el Desarrollo de la
Competitividad de la Micro, Pequeña y Mediana Empresa y de la Ley
Federal para el Fomento de la Microindustria y la Actividad Artesanal,
respectivamente.
Por su parte, se considera proveedor, a la persona física o moral, en
términos del Código Civil Federal, -que habitual o periódicamente ofre­
ce, distribuye, vende, arrienda o concede el uso o disfrute de bienes,
productos y servicios (art, 2, frac. II, LFPC).
La ley exceptúa de las definiciones legales anteriores a: a) los servi­
cios que se presten en virtud de una relación o contrato de trabajo; b)
los servicios profesionales que no sean de carácter mercantil; c) los ser­
vicios que presten las sociedades de información crediticia; d) los servi­
cios regulados por las leyes financieras que presten las Instituciones y
Organizaciones cuya supervisión o vigilancia esté a cargo de las comi­
siones nacionales Bancaria y de Valores, de Seguros y Fiazas, del Siste­
ma de Ahorro para el Retiro o dé cualquier órgano de regulación, de
238
ELEMENTOS DE DERECHO MERCANTIL MEXICANO
supervisión o de protección y defensa dependiente de la Secretaría de
Hacienda y Crédito Público (art, 5, LFPC).
Son obligaciones de los proveedores las siguientes:
a) Informar y respetar los precios, tarifas, garantías, cantidades, ca­
lidades, medidas, intereses, cargos, términos, plazo, fechas, modalida­
des, reservaciones y demás condiciones conforme a las cuales se hubie­
ra ofrecido, obligado o convenido con el consumidor la entrega del bien
o prestación del servicios, y bajo ninguna circunstancia serán negados
estos bienes o servicios a persona alguna; b) Exhibir de forma notoria y
visible el monto total a pagar por los bienes, productos o servicios que
ofrezca al consumidor, dicho monto deberá incluir impuestos, comisio­
nes, intereses, seguros y cualquier otro costo, cargo, gasto o erogación
adicional que se requiera cubrir con motivo de la adquisición o contra­
tación respectiva; c) Respetar el precio máximo y las tarifas estableci­
das de conformidad con la Ley Federal de Competencia Económica y
que de conformidad con otras disposiciones sean determinados por las
autoridades competentes; d) Entregar al consumidor factura, recibo o
comprobante, en el que consten los datos específicos de la compraventa,
servicio prestado u operación realizada; e) Permitir al personal acredi­
tado de la Procuraduría Federal del Consumidor el acceso al lugar o
lugares objeto de visitas de verificación o monitoreos, así como a pro­
porcionar a la misma la información o documentación necesaria que les
sea requerida para dichas visitas o requerimientos de información y do­
cumentación, así como para sustanciar los procedimientos que la LFPC
contempla; f) Que la información o publicidad relativa a bienes, produc­
tos o servicios que se difundan por cualquier medio o forma, sea veraz,
comprobable y exenta de textos, diálogos, sonidos, imágenes, marcas,
denominaciones de origen y otras descripciones que induzcan o puedan
inducir a error o confusión por engañosa o abusiva; g) Entregar el bien
o suministrar el servicio de acuerdo con los términos y condiciones
ofrecidos o implícitos en la publicidad o información desplegados, salvo
convenio en contrario o consentimiento escrito del consumidor; h) Man­
tener registros e informar al consumidor todo lo necesario para identifi­
car individualmente la transacción y cerciorarse de la identidad del
consumidor; i) Indicar las condiciones, plazo de duración o volumen de
los bienes o servicios ofrecidos en las promociones y ofertas, si no hay
indicación de duración o volumen se entenderán indefinidas y se tendrá
que publicar la respectiva revocación de la promoción u oferta y cum­
plir con los ofrecimientos hechos en la promoción u oferta; j) Dar al
consumidor la póliza de garantía del bien o servicio que corresponda,
cuando así lo exija la ley y responder por la misma conforme disponga
la normativídad, en cuanto a partes, refacciones, servicio de reparación
o sustitución de producto o servicio defectuoso, la rescisión del contra­
PARTE GENERAL
239
to, reducción del precio o bonificación o compensación, e incluso la
reintegración de su precio, según proceda (arts. 7, 7 Bis, 8, 12, 13, 32 y
ss., 42, 46 y ss., 50, 55, 58 y ss., 77 y ss., LFPC).
Queda prohibido a los proveedores: a) Llevar a cabo acciones, por sí
mismos, o a través de sus colaboradores, subordinados y toda clase de
vigilantes, guardias o personal auxiliar que les presten sus servicios,
que atenten contra los derechos del consumidor, pues de así hacerlo in­
curren en responsabilidad administrativa; b) Llevar a cabo acciones que
atenten contra la libertad o seguridad o integridad personales de los
consumidores bajo pretexto de registro o averiguación. En el caso de
que alguien sea sorprendido en la comisión flagrante de un delito, los
proveedores, sus agentes o empleados se limitarán, bajo su responsabili­
dad, a poner sin demora al presunto infractor a disposición de la autori­
dad competente. La infracción de esta disposición se sancionará de
acuerdo con lo previsto en la ley, independientemente de la reparación
del daño moral y la indemnización por los daños y perjuicios ocasiona­
dos en caso de no comprobarse el delito imputado; c) Que utilicen infor­
mación sobre consumidores con fines mercadotécnicos o publicitarios y
a sus clientes, utilizar la información relativa a los consumidores con
fines diferentes a los mercadotécnicos o publicitarios, así como enviar
publicidad a los consumidores que expresamente les hubieren manifes­
tado su voluntad de no recibirla o que estén inscritos en el registro que
lleva la Procuraduría Federal del Consumidor para tal efecto; d) No po­
drán aplicar métodos o prácticas comerciales coercitivas y desleales, ni
cláusulas o condiciones abusivas o impuestas en el abastecimiento de
productos o servicios. Asimismo, tampoco podrán prestar servicios adi­
cionales a los originalmente contratados que no hubieren sido solicita­
dos o aceptados expresamente, por escrito o por vía electrónica, por el
consumidor; e) Negar al consumidor la venta, adquisición, renta o sumi­
nistro de bienes o servicios que se tengan en existencia, o condicionar­
las a adquisición o renta de otro producto o prestación de un servicio,
salvo cuanda medie m andato judicial o disposición jurídica que exija el
cumplimiento de algún requisito. Para ese efecto, se presume la existen­
cia de productos o servicios cuando tales se anuncien como disponibles;
f) Establecer convenios, códigos de conducta o cualquier otra forma de
colusión entre proveedores, publicistas o cualquier grupo de personas
para restringir la información que se pueda proporcionar a los consu­
midores; g) No podrá negar o condicionar el bien, producto o servicio
por razones de género, nacionalidad, étnicas, preferencia sexual, reli­
giosas o cualquiera otra particularidad. No podrán tampoco establecer
preferencias o discriminación alguna respecto a los solicitantes del ser­
vicio, tales como selección de clientela, condicionamiento del consumo,
reserva del derecho de admisión, exclusión a personas con discapacidad
240
ELEMENTOS DE DERECHO MERCANTIL MEXICANO
y otras prácticas similares, salvo por causas que afecten la seguridad o
tranquilidad de! establecimiento, de sus clientes o de las personas disca­
pacitadas, o se funden en disposiciones expresas de otros ordenamien­
tos legales, h) En ningún caso podrán aplicar o cobrar tarifas superio­
res a las autorizadas o registradas para la clientela en general, ni
ofrecer o aplicar descuentos en forma parcial o discriminatoria. Tam­
poco podrán aplicar o cobrar cuotas extraordinarias o compensatorias
a las personas con discapacidad por sus implementos médicos, ortopé­
dicos, tecnológicos, educativos o deportivos necesarios para su uso per­
sonal, incluyéndose el perro guía en el caso de invidentes (arts. 9, 10, 18
bis, 43, 45, 58, LFPC).
Son derechos del consumidor, además de los ya señalados: a) Cuan­
do al adquirir un bien, haya entregado una cantidad como depósito por
su envase o empaque, tendrá derecho a recuperar, en el momento de su
devolución, la suma íntegra que haya erogado por ese concepto; b)
Cuando el cobro se haga mediante cargo directo a una cuenta de crédi­
to, débito o similar del consumidor, el cargo no podrá efectuarse sino
hasta la entrega del bien, o la prestación del servicio, excepto cuando
exista consentimiento expreso del consumidor para que éstas se reali­
cen posteriormente; c) A no ser molestado en su domicilio, lugar de tra­
bajo, dirección electrónica o por cualquier otro medio, para ofrecerle
bienes, productos o servicios y que no le envíen publicidad, cuando así
lo solicite el consumidor. Asimismo, el consumidor podrá exigir en todo
momento a proveedores y a empresas que utilicen información sobre
consumidores con fines mercadotécnicos o publicitarios, que la infor­
mación relativa a él mismo no sea cedida o transmitida a terceros, salvo
que dicha cesión o transmisión sea determinada por una autoridad judi­
cial; d) Que se le cumpla lo ofrecido o que se le repongan los gastos que
pruebe haber efectuado y, en su caso, al pago de la bonificación o com­
pensación procedente de conformidad con la ley, cuando la información
o publicidad no sea veraz en informes, instrucciones, datos y condicio­
nes prometidas o sugeridas; e) A la reposición del producto o a la devo­
lución de la cantidad pagada (a elección del consumidor), contra la en­
trega del producto adquirido, y en todo caso a una bonificación cuando:
I. El contenido neto de un producto o la cantidad entregada sea menor
a la indicada en el envase, recipiente, empaque o cuando se utilicen ins­
trumentos de medición que no cumplan con las disposiciones aplica­
bles, considerados los límites de tolerancia permitidos por la normatividad; U. El bien no corresponda a la calidad, marca, o especificaciones y
demás elementos sustanciales bajo los cuales se haya ofrecido o no cum­
ple con las normas oficiales mexicanas; III. El bien reparado no queda
en estado adecuado para su uso o destino, dentro del plazo de garantía,
y IV. En los demás casos previstos por la ley; y f) A la bonificación o
241
parte g e n e r a l
compensación cuando la prestación de un servicio sea deficiente, no se
preste o proporcione por causas imputables al proveedor, o por los de­
más casos previstos por la LFPC (arts. II, 15, 17, 37, 50, 92 y 92 Bis,
LFPC).
El artículo 14 de la LFPC establece un plazo de prescripción de un
año para los derechos y obligaciones que establece.
B.
G a r a n t ía s
Todo bien o servicio que se ofrezca con garantía deberá sujetarse a
la ley y a lo pactado entre proveedores y consumidor. Las garantías
ofrecidas no podrán ser inferiores a sesenta días contados a partir de la
entrega del bien o la prestación total del servicio. Además, las garantías
ofrecidas no pueden ser inferiores a las que determinen las disposicio­
nes aplicables ni prescribir condiciones o limitaciones que reduzcan los
derechos que legalmente corresponden al consumidor. El cumplimiento
de las garantías es exigible, indistintamente, al productor y al importa­
dor del bien o servicio, así como al distribuidor, salvo en los casos en
que alguno de ellos o algún tercero asuma por escrito la obligación. El
cumplimiento de las garantías deberá realizarse en el domicilio en que
haya sido adquirido o contratado el bien o servicio, o en el lugar o luga­
res que exprese la propia póliza. El proveedor deberá cubrir al consu­
midor los gastos necesarios erogados para lograr el cumplimiento de la
garantía en domicilio diverso al antes señalado (arts, 77 y 79, LFPC).
El consumidor puede optar por pedir la restitución del bien o servi­
cio, la rescisión del contrato o la reducción del precio, y en cualquier
caso, la bonificación o compensación, cuando la cosa u objeto del con­
trato tenga defectos o vicios ocultos que la hagan impropia para los usos
a que habitualmente se destine, que disminuyan su calidad o la posibili­
dad de su uso, o no ofrezca la seguridad que dada su naturaleza nor­
malmente se espere de ella y de su uso razonable. Cuando el consumi­
dor opte por la rescisión, el proveedor tiene la obligación de reintegrarle
el precio pagado y, en su caso, los intereses calculados con base en el
costo porcentual promedio de captación que determine el Banco de Mé­
xico, o cualquiera otra tasa que la sustituya oficialmente como indica­
dor del costo de los recursos financieros. Lo anterior sin perjuicio de la
indemnización que en su caso corresponda por daños y perjuicios (arts.
82 y 91, LFPC).
Los productores asegurarán y responderán del suministro oportuno
de partes y refacciones, así como del servicio de reparación, durante el
término de vigencia de la garantía y, posteriormente, durante el tiempo
en que los productos sigan fabricándose, armándose o distribuyéndose.
El tiempo que duren las reparaciones efectuadas al amparo de la garan­
242
ELEMENTOS DE DERECHO MERCANTIL MEXICANO
tía no es computable dentro del plazo de la misma. Cuando el bien haya
sido reparado se iniciará la garantía respecto de las piezas respuestas y
continuará con relación al resto (arts. 80 y 83, LFPC).
C. P r e c i o s
La Ley Orgánica de la Administración Pública Federal, en su art.
34, frac. VII, faculta a la Secretaría de Economía a "establecer la políti­
ca de precios, y con el auxilio y participación de las autoridades locales,
vigilar su estricto cumplimiento, particularmente en lo que se refiere a
artículos de consumo y uso popular, y establecer las tarifas para la
prestación de aquellos servicios de interés público que considere nece­
sarios, con la exclusión de los precios y tarifas de los bienes y servicios
de la administración pública federal...". La vigilancia y verificación en
materia de precios y tarifas establecidos o registrados por la Secretaría
corresponde a la Procuraduría Federal del Consumidor en coordina­
ción con las autoridades legalmente facultadas para inspeccionar pre­
cios para lograr la eficaz protección de los intereses del consumidor
(art. 24, frac. XIII, LFPC).
La LFPC establece que los pagos hechos en exceso del precio máxi­
mo determinado o estipulado, son recuperables por el consumidor. Si el
proveedor no devuelve la cantidad cobrada en exceso dentro del térmi­
no de cinco días hábiles siguientes a la reclamación, estará obligado a
pagar el máximo de los intereses fijados con base en el costo porcentual
promedio de captación que determine el Banco de México. La acción
para exigir estos pagos prescribe en un año a partir de que tuvo lugar el
pago (art. 91, LFPC).
D . P u b l ic i d a d
e i n f o r m a c ió n
De acuerdo con el artículo 42 de la LFPC, el proveedor está obligado
a entregar el bien o suministrar el servicio de acuerdo con los términos
y condiciones ofrecidos o implícitos en la publicidad o información des­
plegados, salvo convenio en contrario o consentimiento escrito del con­
sumidor. Salvo cuando medie mandato judicial o disposición jurídica
que exija el cumplimiento de algún requisito, ni el proveedor ni sus de­
pendientes podrán negar al consumidor la venta, adquisición, renta o
suministro de bienes o servicios que se tengan en existencia. Tampoco
podrá condicionarse la venta, adquisición o renta a la adquisición o ren­
ta de otro producto o prestación de un servicio. Debe insistírse en que
se presume la existencia de productos o servicios cuando éstos se anun­
cien como disponibles. Ahora bien, tratándose de servicios, los provee­
dores que ofrezcan diversos planes y modalidades de comercialización,
deberán informar al consumidor sobre las características, condiciones
PARTE GENERAL
243
y costo total de cada uno de ellos. En el caso de que únicamente adop­
ten un plan específico de comercialización de servicios, tales como pa­
quetes o sistemas todo incluido, deberán informar a los consumidores
con oportunidad y en su publicidad, lo que incluyen tales planes y que
no disponen de otros. En tratándose de contratos de tracto sucesivo, el
proveedor podrá realizar una investigación de crédito para asegurarse
que el consumidor está en condiciones de cumplirlo; igualmente, no se
considerará que se viola esta disposición cuando haya un mayor núme­
ro de solicitantes que el de bienes o servicios disponibles (art. 43, LFPC).
Como ya se mencionó, la ley establece la obligación de que la infor­
mación o publicidad relativa a bienes, productos o servicios que se difun­
dan por cualquier medio o forma, deberán ser veraces, comprobables y
exentos de textos, diálogos, sonidos, imágenes, marcas, denominaciones
de origen y otras descripciones que induzcan o puedan inducir a error o
confusión por engañosas o abusivas. Los datos que ostenten los produc­
tos o sus etiquetas, envases y empaques y la publicidad respectiva, tanto
de manufactura nacional como de procedencia extranjera, se expresa­
rán en idioma español y su precio en moneda nacional en términos
comprensibles y legibles conforme al sistema general de unidades de
medida, sin perjuicio de que, además, se expresen en otro idioma u otro
sistema de medida. Por su parte, la información de productos importa­
dos expresará su lugar de origen y, en su caso, los lugares donde puedan
repararse, así como las instrucciones para su uso y las garantías corres­
pondientes, en los términos señalados por la ley (arts. 32, 33 y 34, LFPC).
Cuando se trate de productos o servicios que, conforme a las dispo­
siciones aplicables, se consideren potencialmente peligrosos para el
consumidor, o lesivos para el medio ambiente, o cuando sea previsible
su peligrosidad, el proveedor deberá incluir un instructivo que advierta
sobre sus características nocivas y explique claramente el uso o destino
recomendado, y los posibles efectos, aplicación o destino fuera de los li­
ncamientos recomendados. El proveedor será responsable de los daños
y perjuicios que cause al consumidor esta disposición, sin perjuicio de
la bonificación contemplada por la misma ley y que ya se mencionó (art.
41, LFPC).
Cuando se expendan al público productos con alguna deficiencia,
usados o reconstruidos, deberá advertirse de manera precisa y clara ta­
les circunstancias al consumidor, y hacerse constar en los propios bie­
nes, envolturas, notas de remisión o facturas correspondientes (art. 39,
LFPC).
La Procuraduría del Consumidor podrá, sin perjuicio de la inter­
vención que otras disposiciones legales asignen a distintas dependen­
cias: a) Ordenar al proveedor que suspenda la información o publicidad
que viole las disposiciones de la ley y, en su caso, ai medio que la difun­
244
ELEMENTOS DE DERECHO MERCANTIL MEXICANO
da; b) Ordenar que se corrija la información o publicidad que viole las
disposiciones de esta ley en la forma en que se estime suficiente; y c)
Imponer las sanciones que correspondan, en términos de la ley. Cuando
la Procuraduría instaure algún procedimiento administrativo relacio­
nado con la veracidad de la información, podrá ordenar al proveedor
que en la publicidad o información que se difunda, se indique que la
veracidad de la misma no ha sido comprobada ante la autoridad compe­
tente (art. 35, LFPC).
E . S ist e m a s
y p r á c t ic a s c o m e r c ia l e s
La Secretaría de Economía está facultada para expedir normas ofi­
ciales mexicanas respecto de los requisitos que deberán cumplir los sis­
temas y prácticas de comercialización de bienes (art. 19, frac. V, LFPC).
Entre éstas tenemos las promociones, ofertas y ventas a domicilio.
Para los efectos de la LPFC (art. 46), se considera promoción la prác­
tica comercial consistente en el ofrecimiento al público de bienes o ser­
vicios con el incentivo de proporcionar adicionalmente otro bien o
servicio iguales o diversos, en forma gratuita, a precio reducido o a un
solo precio, o bien con el incentivo de participar en concursos, sorteos y
otros eventos similares. Se considera también promoción el ofrecimien­
to de un contenido adicional en la presentación usual de un producto,
en forma gratuita o a precio reducido, y/o la inclusión de figuras o le­
yendas impresas en tapas, etiquetas o envases de los productos o dentro
de ellos, distintas a las que obligatoriamente deben usarse.
Por oferta (o "barata”, “descuento", “remate” o cualquier otra expre­
sión similar) se entiende el ofrecimiento al público de productos o servi­
cios de la misma calidad a precios rebajados o inferiores a los normales
en el establecimiento (art. 46, LFPC).
En las promociones y ofertas se observarán las reglas siguientes:
a)
Se indicarán, en los anuncios respectivos, las condiciones, el pla­
zo de duración y el volumen de los bienes o servicios ofrecidos. Si no se
fija plazo ni volumen, se presumen que son indefinidos hasta que se haga
del conocimiento público la revocación de la oferta, de modo suficiente
y por los mismos medios de difusión; b) Todo consumidor que reúna
los requisitos respectivos tendrá derecho a la adquisición de los bienes
o servicios de que se trate, durante el plazo previamente determinado o
en tanto exista disponibilidad (art, 48, LFPC).
No se requiere autorización para llevar a cabo promociones, salvo
cuando lo dispongan las normas oficiales mexicanas en los casos en que
se lesionen o puedan lesionarse los intereses de los consumidores. Por
otro lado, no podrán imponerse restricciones a ia actividad comercial
adicionales a las señaladas en la LFPC, ni favorecer las promociones u
ofertas de proveedores determinados (art. 47, LFPC).
PAKTE g e n e r a l
245
Cuando el autor de una promoción u oferta no cumpla su ofreci­
miento, el consumidor podrá exigir el cumplimiento, aceptar otro bien o
servicio equivalente o la rescisión del contrato y, en todo caso, tendrá
derecho al pago de la diferencia económica entre el precio al que se
ofrezca el bien o servicio objeto de la promoción u oferta y su precio
normal, sin perjuicio de la bonificación o compensación a que se refiere
la ley y que ya hemos mencionado (art, 50, LFPC).
Por venta a domicilio se entiende la que se proponga o lleve a cabo
fuera del local o establecimiento del proveedor, incluyendo el arrenda­
miento de bienes muebles y la prestación de servicios. Se excluye la
compraventa de bienes perecederos recibidos por el consumidor y paga­
dos de contado. La ley distingue entre venta a domicilio mediata y venta
a domicilio indirecta (art. 51, LFPC).15
Los proveedores que realicen ventas a domicilio indirectas, es decir
las realizadas por teléfono, televisión, servicios de correo o mensajería u
otros donde no exista trato directo con ei comprador, deberán informar
previamente al consumidor el precio, la fecha aproximada de entrega,
costos de seguro y flete y, en su caso, la marca del bien o servicio y de­
berán también cerciorarse de que la entrega del bien o servicio se hace
efectivamente en el domicilio del consumidor o que éste está plenamen­
te identificado; asimismo, permitirán que el consumidor haga reclam a­
ciones y devoluciones por medios similares a los utilizados para la ven­
ta, y cubrirán los costos de transporte y envío de mercancía en caso de
haber devoluciones o reparaciones amparadas por la garantía, salvo
pacto en contrario (art. 53, LFPC).
Tratándose de ventas o prestación de servicios a domicilio, que de­
berán constar en contrato escrito, éste se perfeccionará a los cinco días
hábiles contados a partir de la entrega del bien o de la firma del contra­
to, lo último que suceda. Durante ese lapso el consumidor tiene la facul­
tad de revocar su consentimiento sin responsabilidad alguna. La revo­
cación deberá hacerse mediante aviso o bien entregando el bien en
forma personal, por correo certificado o por cualquier otro medio feha­
ciente. La revocación dejará sin efectos la operación, debiendo el p ro ­
veedor reintegrar al consumidor el precio pagado. En este caso, los cos­
tos de flete y seguro correrán a cargo del consumidor. Tratándose de
servicios, lo anterior no será aplicable si la fecha de prestación del servi­
cio se encuentra a diez días hábiles o menos de la fecha de la orden de
compra (arts. 52 y 56, LFPC).
15 La ley de 1975 definía la venta a domicilio como la propuesta a una persona física
en el lugar donde habita, en forma permanente o transitoria, o en el de su trabajo.
246
ELEMENTOS DE DERECHO MERCANTIL MEXICANO
F. S e r v ic io s
Como ya se mencionó, los proveedores de bienes, productos o servi­
cios, no podrán negarlos o condicionarlos al consumidor por razones de
género, nacionalidad, étnicas, preferencia sexual, religiosas o cualquie­
ra otra particularidad.
Los proveedores de bienes y servicios que ofrezcan éstos al público
en general, no podrán establecer preferencias o discriminación alguna
respecto a los solicitantes del servicio, tales como selección de clientela,
condicionamiento del consumo, reserva del derecho de admisión, exclu­
sión a personas con discapacidad y otras prácticas similares, salvo por
causas que afecten la seguridad o tranquilidad del establecimiento, de
sus clientes o de las personas discapacitadas, o se funden en disposicio­
nes expresas de otros ordenamientos legales. Dichos proveedores en
ningún caso podrán aplicar o cobrar tarifas superiores a las autoriza­
das o registradas para la clientela en general, ni ofrecer o aplicar des­
cuentos en forma parcial o discriminatoria. Tampoco podrán aplicar o
cobrar cuotas extraordinarias o compensatorias a las personas con dis­
capacidad por sus implementos médicos, ortopédicos, tecnológicos, edu­
cativos o deportivos necesarios para su uso personal, incluyéndose el
perro guía en el caso de invidentes. Los proveedores están obligados a
dar las facilidades o contar con los dispositivos indispensables para que
las personas con discapacidad puedan utilizar los bienes o servicios
que ofrecen. Dichas facilidades y dispositivos no pueden ser inferiores a
los que determinen las disposiciones legales o normas oficiales aplica­
bles, ni tampoco podrá el proveedor establecer condiciones o limitacio­
nes que reduzcan los derechos que legalmente correspondan al discapa­
citado como consumidor (art. 58, LFPC).
Los prestadores de servicios están obligados a: a) Exhibir a la vista
del público la tarifa de los principales servicios ofrecidos con caracteres
legibles; las tarifas de los demás deberán estar disponibles al público; b)
Antes de la prestación del servicio, el proveedor deberá presentar presu­
puesto detallado por escrito y señalar su vigencia; c) Expedir factura o
comprobante de los trabajos efectuados, de manera detallada y con los
requisitos de la ley (arts. 57, 59 y 62, LFPC).
Las personas que se dediquen a la reparación de toda clase de pro­
ductos, deberán emplear partes y refacciones nuevas y apropiadas para
el producto de que se trate, salvo que el solicitante del servicio autorice
expresamente que se utilicen otras. Los prestadores de servicios de
mantenimiento o reparación deberán indemnizar al consumidor si por
deficiencia del servicio el bien se pierde o sufre deterioro tal que resulte
total o parcialmente inapropiado para el uso a que esté destinado. El
derecho a la indemnización no podrá ser suprimido o limitado por pac­
to entre las partes (arts. 60 y 61, LFPC).
247
parte g e n e r a l
La ley regula dos tipos de servicios: a) Los sistemas de comercializa­
ción consistentes en la integración de grupos de consumidores que apor­
tan periódicamente sumas de dinero para ser administradas por un ter­
cero, los que únicamente podrán operar para efectos de adquisición de
bienes determinados o determinables, sean muebles nuevos o inmuebles
destinados a ia habitación o a su uso como locales comerciales, y que
sólo podrán ponerse en práctica previa autorización de la Secretaría de
Economía, que podrá autorizar, en su caso, que estos sistemas de co­
mercialización tengan por objeto los servicios de construcción, remode­
lación y ampliación de inmuebles, cuando se demuestre que las condi­
ciones del mercado así lo ameriten y que se garanticen los derechos e
intereses de los consumidores; y b) La prestación del servicio de tiempo
compartido el que, independientemente del nombre o de la forma que se
dé al acto jurídico correspondiente, consiste en poner a disposición de
una persona o grupo de personas, el uso, goce y demás derechos que se
convengan sobre un bien o parte del mismo, en una unidad variable
dentro de una clase determinada, por períodos previamente convenidos,
mediante el pago de alguna cantidad, sin que, en el caso de inmuebles,
se transmita el dominio de éstos. La venta o preventa de un servicio de
tiempo compartido sólo podrá iniciarse cuando el contrato respectivo
esté registrado en la Procuraduría y cuando especifique, entre otras
cosas, la determinación clara de los derechos de uso y goce de bienes
que tendrán los compradores, incluyendo períodos de uso y goce; el cos­
to de los gastos de mantenimiento para el primer año y la manera en
que se determinarán los cambios en este costo en períodos subsecuentes
y las opciones de intercambio con otros prestadores del servicio y si
existen costos adicionales para realizar tales intercambios (art. 63, 64
y 65, LFPC).
G. O p e r a c io n e s
a c r é d it o
En toda operación a crédito al consumidor, se deberá: a) Informar
al consumidor previamente sobre el precio de contado del bien o servi­
cio de que se trate, el monto y detalle de cualquier cargo si lo hubiera, el
número de pagos a realizar, su periodicidad, el derecho que tiene a li­
quidar anticipadamente el crédito con la consiguiente reducción de in­
tereses, en cuyo caso no se le podrán hacer más cargos que los de rene­
gociación del crédito, si la hubiere. Los intereses, incluidos los
moratorios, se calcularán conforme a una tasa de interés fija o variable;
b) En caso de existir descuentos, bonificaciones o cualquier otro motivo
por el cual sean diferentes los pagos a crédito y de contado, dicha dife­
rencia deberá señalarse al consumidor, así como las reglas referentes a
las tasas respectivas; c) Informar al consumidor el monto total a pagar
por el bien, producto o servicio de que se trate, que incluya, en su caso.
248
ELEMENTOS DE DERECHO MERCANTIL MEXICANO
número y monto de pagos individuales, los intereses, comisiones y car­
gos correspondientes, incluidos los fijados por pagos anticipados o por
cancelación; proporcionándole debidamente desglosados los conceptos
correspondientes; d) Respetarse el precio que se haya pactado original­
mente en operaciones a plazo o con reserva de dominio, salvo lo dis­
puesto en otras leyes o convenio en contrario; y e) En caso de haberse
efectuado la operación, el proveedor deberá enviar al consumidor al
menos un estado de cuenta bimestral, por el medio que éste elija, que
contenga la información relativa a cargos, pagos, intereses y comisio­
nes, entre otros rubros (art. 66, LFPC).
Para el cálculo y aplicación de intereses la ley incluye tres preven­
ciones: a) En los contratos de compraventa a plazo o de prestación de
servicios con pago diferido, los intereses se calcularán sobre el precio
de contado menos el enganche que se hubiera pagado; b) La capitaliza­
ción de intereses sólo podrá realizarse cuando exista acuerdo previo de
las partes. Cualquier cobro que contravenga lo anterior es improceden­
te; c) Los intereses se causarán exclusivamente sobre los saldos insolu­
tos del crédito concebido y su pago no podrá exigirse por adelantado,
sino por períodos vencidos (arts. 67, 68 y 69, LFPC).
En casos de compraventa a plazos de bienes muebles o inmuebles, si
se rescinde el contrato, vendedor y comprador deben restituirse mutua­
mente las prestaciones que se hubieren hecho. Si se hubiere entregado
la cosa, el vendedor tendrá derecho a exigir por el uso de ella el pago de
un alquiler o renta y, en su caso, una compensación por el demérito que
haya sufrido el bien. El comprador que haya pagado parte del precio
tiene derecho a recibir ios intereses computados conforme a la tasa que
se haya aplicado a su pago (art. 70, LFPC).
• En casos de operaciónes en que el crédito deba cubrirse en exhibi­
ciones periódicas, cuando se haya pagado más de la tercera parte del
precio o del número total de los pagos convenidos y el proveedor exija la
rescisión o cumplimiento del contrato por mora, el consumidor tendrá
derecho a optar por la rescisión en términos del párrafo anterior o por
el pago del adeudo vencido más las prestaciones que legalmente proce­
dan. Los pagos que realice el consumidor, aún en forma extemporánea,
y que sean aceptados por el proveedor, liberan a aquél de las obligacio­
nes inherentes a dichos pagos (art. 71, LFPC).
En la ley anterior, la Secretaría de Comercio y Fomento Industrial
contaba con facultades para fijar las tasas máximas de interés (incluido
el moratorio), y los cargos máximos a hacer al consumidor en cualquier
acto o contrato relativo a la LPFC. Establecía igualmente la disposición
de que, una vez fijada la tasa máxima de interés, cualquier estipulación
por arriba de ésta no produciría efecto legal. Estas disposiciones no fue­
ron retomadas en la nueva legislación de 1992.
249
PARTE GENERAL
H. De
l a s o p e r a c io n e s con in m u e b l e s
La LFPC se aplicará solamente a los actos relacionados con inmue­
bles cuando los proveedores sean fraccionadores, constructores, promo­
tores y demás personas que intervengan en la asesoría y venta al públi­
co de viviendas destinadas a casa habitación o cuando otorguen al
consumidor el derecho de usar inmuebles mediante el sistema de tiem­
po compartido. Los contratos relacionados con las actividades con in­
muebles descritas, deberán registrarse ante la Procuraduría Federal del
Consumidor y sujetarse a las disposiciones de la ley respectivas. Los
proveedores deberán efectuar la entrega física o real del bien materia de
la transacción en el plazo pactado con el consumidor y de acuerdo con
las especificaciones previamente establecidas u ofrecidas. La Procura­
duría podrá promover ante la autoridad judicial, cuando vea amenaza­
do el interés jurídico de los consumidores, el aseguramiento de los bie­
nes a que se refiere este capítulo, en aquellas operaciones que considere
de difícil o imposible cumplimiento, mientras subsista la causa de la
acción (arts. 73, 74 y 76, LFPC).
I. A u t o r id a d e s
Para efectos de la aplicación de las disposiciones de la ley, la Secre­
taría de Economía será la encargada de determinar la política de pro­
tección al consumidor, mediante la adopción de las medidas que procu­
ren el mejor funcionamiento de los mercados y el crecimiento económico
del país y estará ésta facultada para expedir normas oficiales mexica­
nas y normas mexicanas relativas a la protección del consumidor. Por
su parte, la Procuraduría Federal del Consumidor, es el organismo des­
centralizado de servicio social con personalidad jurídica y patrimonio
propio y tiene funciones de autoridad administrativa, encargada de pro­
mover y proteger los derechos e intereses del consumidor y procurar la
equidad y seguridad jurídica en las relaciones entre proveedores y con­
sumidores. Su domicilio será la^Qudad de México y establecerá delega­
ciones en todas las entidades federativas y el Distrito Federal, se organi­
zará de manera desconcentrada para el despacho de los asuntos a su
cargo, con oficinas centrales, delegaciones, subdelegaciones y demás
unidades administrativas que estime convenientes (arts. 20 y ss., LFPC).
Las atribuciones principales de la Procuraduría, además de las se­
ñaladas arriba, son las siguientes: a) Promover y proteger los derechos
del consumidor, así como aplicar las medidas necesarias para propiciar
la equidad y seguridad jurídica en las relaciones entre proveedores y
consumidores; b) Procurar y representar los intereses de los consumido­
res, mediante el ejercicio de las acciones, recursos, trámites o gestiones
que procedan; c) Representar individualmente o en grupo a los consu­
250
ELEMENTOS DE DERECHO MERCANTIL MEXICANO
midores ante autoridades jurisdiccionales y administrativas, y ante los
proveedores; d) Actuar como perito y consultor en materia de calidad de
bienes y servicios y elaborar estudios relativos; e) Vigilar y verificar el
cumplimiento de las disposiciones en materia de precios y tarifas esta­
blecidos o registrados por la autoridad competente y coordinarse con
otras autoridades legalmente facultadas para inspeccionar precios para
lograr la eficaz protección de los intereses del consumidor; f) Registrar
los contratos de adhesión que lo requieran, cuando cumplan la normatividad aplicable, y organizar y llevar el Registro Público de contratos de
adhesión; g) Procurar la solución de las diferencias entre consumidores
y proveedores y, en su caso, emitir dictámenes en donde se cuantifiquen
las obligaciones contractuales del proveedor, conforme a los procedi­
mientos establecidos en esta ley; h) Denunciar ante el Ministerio Públi­
co los hechos que puedan ser constitutivos de delitos y que sean de su
conocimiento y, ante las autoridades competentes, los actos que consti­
tuyan violaciones administrativas que afecten lá integridad e intereses
de las y los consumidores; i) Aplicar las sanciones y demás medidas es­
tablecidas en la ley, en la Ley Federal sobre Metrología y Normalización
y demás ordenamientos aplicables; entre otras (art. 25, LFPC).
Para la aplicación y vigilancia de la LFPC, su artículo 4o considera
auxiliares de la Secretaría de Economía y de la Procuraduría Federal
del Consumidor, a las autoridades federales* estatales y municipales.
C a p ít u l o II
EL CONTRATO DE ASOCIACIÓN
EN PARTICIPACIÓN
1. CONCEPTO
El artículo 252 de la LSM define a la asociación en participación
como un contrato por el cual una persona (llamada asociante) concede
a otra u otras (llamadas asociados) que le aportan bienes o servicios,
una participación en las utilidades y pérdidas de una negociación mer­
cantil o de una o varias operaciones de comercio.
La asociación en participación no tiene personalidad jurídica ni ra­
zón social o denominación (art. 253 LSM).
La asociación en participación aun cuando se encuentra regulada
por la LSM, no es una sociedad mercantil.
2. FORMA DEL CONTRATO
En el contrato de asociación en participación, que debe hacerse
constar por escrito, se fijarán los términos, proporciones de interés y
demás condiciones en que deba realizarse (arts. 254 y 255 LSM).
El contrato de asociación en participación no está sujeto a registro
(art. 254 LSM).
3. OBLIGACIONES DE LAS PARTES
A. O bligaciones
d e l a s o c ia n t e
a)
El asociante, según el caso, se obliga a realizar las operaciones
de comercio o a explotar la negociación mercantil que constituyan el
fin de la asociación; b) Debe entregar a los asociados la participación
que se haya convenido sobre las utilidades; c) Debe reintegrar a los aso­
ciados las aportaciones que le hayan hecho, en el momento de la liqui­
dación del contrato.
251
252
ELEMENTOS DE DERECHO MERCANTIL MEXICANO
B . O b l ig a c io n e s
d e l a s o c ia d o
Fundamentalmente, consisten en aportar al asociante los bienes o
servicios que se hayan estipulado en el contrato.
La distribución de las utilidades y de las pérdidas, salvo pacto en
contrario, se efectuará de acuerdo con las reglas generales aplicables
para ese efecto, a las sociedades mercantiles especialmente conforme
las contenidas en el artículo 16 de la LSM (art. 258 LSM).
En todo caso, las pérdidas que correspondan a los asociados no po­
drán ser superiores al valor de su aportación (art. 258 LSM).
4. CONTENIDO DEL CONTRATO:
RELACIONES ENTRE EL ASOCIANTE,
LOS ASOCIADOS Y LOS TERCEROS
Frente a los terceros solamente figura el asociante. Esto es, la rela­
ción entre asociante y asociados es meramente interna, e irrelevante
para los terceros quienes contraen obligaciones y adquieren derechos
solamente con respecto a aquel con el que contrataron, es decir, el
asociante.
Así el artículo 256 de la LSM establece que el asociante obra en
nombre propio y que, por tanto, no habrá relación entre los terceros y
los asociados.
También frente a terceros los bienes aportados por los asociado per­
tenecen en propiedad al asociante, a no ser que por la naturaleza de la
aportación fuere necesaria alguna otra formalidad o se estipule lo con­
trario en el contrato y la cláusula relativa sea inscrita en el Registro de
Comercio correspondiente al lugar en que el asociante ejerce el comer­
cio. Sin embargo, esa cláusula surtirá efecto contra terceros, aun cuan­
do no se inscriba, si se prueba que dichos terceros tenían o debían tener
conocimiento de ella (art. 257 LSM).
C a p ít u l o III
EL CONTRATO DE COMPRAVENTA MERCANTIL
Y CONTRATOS AFINES
1. CONCEPTO
Contrato de compraventa es aquel por el cual uno de los contratan­
tes (vendedor) se obliga a transferir la propiedad de una cosa o de un de­
recho, y el otro (comprador), a su vez, se obliga a pagar por ellos un pre­
cio cierto y en dinero (art. 2248 Cod. civ.).
Esta noción, tomada del derecho civil, es insuficiente para precisar
el concepto de la compraventa mercantil, que, naturalmente, posee ca­
racteres propios que la distinguen de la civil. Es preciso, pues, determ i­
nar en qué casos un contrato de compraventa debe calificarse como
mercantil.
Así, en primer lugar, de acuerdo con el artículo 371 del Código de
Comercio, son mercantiles las compraventas cuando se realizan con el
propósito directo y preferente de traficar. Por su parte, las fracciones I
y II del artículo 75 del Código de Comercio declaran actos de comercio
a las adquisiciones y enajenaciones, a las compras y a las ventas de ar­
tículos, mercaderías, muebles e inmuebles, verificadas con propósito de
especulación comercial.
En estos casos, la calificación de la mercantilidad de una compra­
venta depende de un elemento intencional: el fin de traficar, el propósito
de especulación mercantil. Es decir, la intención de obtener una ganan­
cia mediante la reventa de determinada cosa, el ánimo de reventa.
Pero en algunos casos, a pesar de no existir la intención de reventa,
puede hablarse de especulación comercial. "Puede adquirirse la cosa
—dice Barrera Graf— no con la intención de revenderla, sino de alqui­
larla lucrativamente o de utilizarla en las finalidades especulativas, de
tráfico, de la negociación comercial relativa, y también en estos casos la
adquisición y arrendamiento tendrían carácter comercial."
Por la falta de ese propósito de especulación comercial, el artículo
76 del Código de Comercio dispone que no son actos de comercio las
1 Tratado de derecho mercantil, T. 1, p. 117.
253
254
ELEMENTOS DE DERECHO MERCANTIL MEXICANO.
compras de artículos o mercaderías que para su uso o consumo, o los
de su familia, hagan los comerciantes.
Sin embargo, hay que advertir que existe un caso en el que a pesar
de existir reventa, la compraventa no es mercantil. A él se refiere el ar­
tículo 76 del Código de Comercio, que establece que no son actos de co­
mercio las reventas hechas por obreros, cuando ellas fueren consecuen­
cia directa de la práctica de su oficio.
Además, la mercantil id ad de una compraventa puede depender de
otros elementos: a) del carácter del objeto sobre el que recae, o b) de la
calidad de las partes que intervienen en ella. Así, deben considerarse
mercantiles las compraventas que tienen por objeto cosas mercantiles
(títulos de crédito, cuotas o partes de las sociedades mercantiles, bu­
ques, empresas) y las celebradas entre comerciantes (art. 75, fracs. III,
XV y XXI, Cód. com.).
Por otra parte, apartándose del sistema tradicional, nuestro Código
de Comercio, en su artículo 75, fracción XXIII, considera acto de co­
mercio la enajenación que el propietario o cultivador haga de los pro­
ductos de su finca o cultivo.
2. NATURALEZA CONSENSUAL
DEL CONTRATO DE COMPRAVENTA
El contrato de compraventa es un contrato consensual. Esto es, el
contrato produce sus efectos en virtud del simple acuerdo de las partes
sobre la cosa y el precio. Así, el artículo 2249 del Código Civil Federal
dispone que, por regla general, la venta es perfecta y obligatoria para
las partes, cuando se ha convenido sobre la cosa y su precio, aunque la
primera no haya sido entregada ni el segundo satisfecho.
Sin embargo, cuando el objeto de la compraventa sean mercancías
que no hayan sido vistas por el comprador ni puedan clasificarse por
calidad determinada y conocida en el comercio, el contrato no se tendrá
por perfeccionado mientras el comprador no las examine y acepte (art.
374 Cód. com.).
3. ELEMENTOS ESENCIALES DEL CONTRATO.
LA COSA Y EL PRECIO
La cosa objeto del contrato debe ser determinada o determinable en
cuanto a su especie, existir en la naturaleza y estar en el comercio (art.
1825 Cód. civ.).
Pueden ser objeto del contrato, sin embargo, las cosas futuras (art.
1826 Cód. civ.).
EL CONTRATO DE COMPRAVENTA MERCANTIL Y CONTRATOS AFINES
255
La venta de cosa ajena es nula y el vendedor responderá de los da­
ños y perjuicios si procede con dolo o mala fe. Pero el contrato quedará
revalidado si antes de que tenga lugar la evicción adquiere el vendedor
la propiedad de la cosa vendida (arts. 2270 y 2271 (Cód. civ.).
El precio deberá pagarse precisamente en dinero y ser determinado
o determinable (art. 2248 Cód. civ.). Puede convenirse que el precio sea
el que corre en día o lugar determinados o el que fije un tercero. En este
caso, fijado el precio por el tercero no podrá ser rechazado por los con­
tratantes, sino de común acuerdo. El contrato quedará sin efecto si el
tercero no quiere o no puede señalar el precio (arts. 2251, 2252 y 2253
Cód. civ.).
En ningún caso el señalamiento del precio puede dejarse al arbitrio
de uno de los contratantes (art. 2254 Cód. civ.).
4. FORMA
El contrato de compraventa, dice el artículo 2316 del Código Civil
Federal, no requiere para su validez formalidad alguna especial, sino
cuando recae sobre un inmueble. Esto es, en principio no es un contrato
formal. La voluntad de las partes puede manifestarse de cualquier
modo, a menos que la ley imponga una forma especial, como en el caso
de la compraventa de bienes inmuebles.
Las enajenaciones de bienes inmuebles cuyo valor, según avalúo
bancario, exceda el equivalente a trescientas sesenta y cinco veces el
salario mínimo general vigente en el Distrito Federal en el momento de
la operación, deberán constar en escritura pública (art. 2320, Cód. civ.),
salvo los casos de excepción que señalan los artículos 730, 2317 y 2917
del Código Civil Federal.
5. DOCTRINA SOBRE EL RIESGO
"Soportar el riesgo en la compra-venta, ha escrito Garrigues,2
quiere decir sufrir las consecuencias de la pérdida o deterioro fortuitos
de la cosa vendida. Si el riesgo lo soporta el vendedor, tendrá que entre­
gar otra cosa en sustitución de la pérdida. Si lo soporta el comprador,
tendrá que pagar el precio sin recibir la cosa,"
El artículo 377 del Código de Comercio dispone al respecto que,
una vez perfeccionado el contrato de compraventa, las pérdidas, daños
o menoscabos que sobrevinieren a las mercaderías vendidas serán por
cuenta del comprador, si ya le hubiesen sido entregadas real, jurídica o
J G a r r i g u e s , Instituciones de derecho mercantil, p. 383.
256
ELEMENTOS DE DERECHO MERCANTIL MEXICANO,
virtualmente; y si no le hubieren sido entregadas de ninguna de estas
maneras, serán por cuenta del vendedor.
Además, en los casos de negligencia, culpa o dolo, independiente­
mente de la acción criminal que proceda contra sus autores, serán éstos
responsables de las pérdidas, daños o menoscabos que por su causa su­
frieren las mercaderías (art. 377 Cód. com.).
6. OBLIGACIONES DEL VENDEDOR
A. L a
e n t r e g a d e la c o s a
La entrega de la cosa al comprador puede ser real, jurídica o vir­
tual. La entrega real consiste en la entrega material de la cosa vendida,
o en la entrega del título si sé trata de un derecho. Hay entrega jurídica
cuando, aun sin estar entregada materialmente la cosa, la ley la consi­
dera recibida por el comprador (art. 2284 Cód. civ.). Desde el momento
en que el comprador acepte que las mercancías vendidas queden a su
disposición, dice el artículo 378 del Código de Comercio, se tendrá por
virtualmente recibido de ellas, y el vendedor quedará con los derechos y
obligaciones de un simple depositario.
La entrega de la cosa vendida debe hacerse en el plazo establecido
en el contrato, y si no lo hubiere, el vendedor deberá tenerla a disposi­
ción del comprador dentro de las veinticuatro horas siguientes al con­
trato (art. 379 Cód. com.).
La entrega debe hacerse en el lugar convenido, y en su defecto, en
aquel que según la naturaleza del contrato o la intención de las partes
deba considerarse adecuado al efecto por consentimiento de aquéllas o
arbitrio judicial (art. 86 Cód. com.).
Los gastos de entrega en las ventas mercantiles, serán: a) A cargo
del vendedor, todos los que se ocasionen hasta poner las mercancías pe­
sadas o medidas a disposición del comprador; b) Los de su recibo y ex­
tracción fuera del lugar de la entrega, serán por cuenta del comprador
(art. 382 Cód. com.).
El vendedor no está obligado a entregar la cosa si el comprador no
ha pagado el precio, salvo que en el contrato se haya señalado un plazo
para el pago (art. 2286 Cód. civ.). Tampoco está obligado a la entrega,
aun cuando haya concedido plazo para el pago del precio, si con poste­
rioridad a la venta se descubre que el comprador se halla en estado de
insolvencia, de suerte que el vendedor corra inminente peligro de per­
der el precio, a menos que el comprador le garantice que le será pagado
al término del plazo convenido (art. 2287 Cód. civ.).
EL CONTRATO DE COMPRAVENTA MERCANTIL Y CONTRATOS AFINES
257
B . EVICCIÓN Y SANEAMIENTO
Dice el artículo 384 del Código de Comercio, que el vendedor, salvo
pacto en contrario, quedará obligado en las ventas mercantiles a la evicción y saneamiento.
Hay evicción cuando el que adquirió alguna cosa es privado de todo
o parte de ella por sentencia que cause ejecutoria, en razón de algún
derecho anterior a la adquisición (art. 2119 Cód. civ.).
Cuando el comprador ha renunciado al derecho al saneamiento
para el caso de evicción, si ésta llega a producirse, el vendedor debe en­
tregar únicamente el precio íntegro que recibió por la cosa; pero aun de
esta obligación quedará libre si el que adquirió lo hizo con conocimien­
to de los riesgos de evicción y sometiéndose a sus consecuencias (art.
2123 Cod. civ.).
Cuando el comprador no renuncie al derecho al saneamiento para
el caso de evicción, llegada que sea ésta, si el vendedor hubiere procedi­
do de buena fe estará obligado a entregar al que sufrió la evicción; a) El
precio íntegro que recibió por la cosa; b) Los gastos causados en el con­
trato; c) Los gastos causados en el pleito de evicción y en el de sanea­
miento; d) El valor de las mejoras útiles y necesarias (art. 2126 Cód.
civ.)- Si el vendedor hubiese procedido de m ala fe, tendrá las obligacio­
nes señaladas para el caso de buena fe, pero con las agravaciones si­
guientes: a) Devolverá, a elección del comprador, el precio que la cosa
tenía al tiempo de la adquisición, o el que tenga al tiempo en que sufra
la evicción; b ’) Pagará al comprador el importe de las mejoras volunta­
rias y de mero placer que haya hecho en la cosa; c ) Pagará ios daños y
peíjuicios (art. 2127 Cód. civ.).
El vendedor está obligado también al saneamiento por: a) Los defec­
tos ocultos de la cosa enajenada, que la hagan impropia para los usos a
que se la destina, o que disminuyan de tal modo su uso, que de haberlos
conocido el comprador no hubiere hecho la adquisición o habría dado
menos precio por la cosa, o b) Por las faltas de calidad o cantidad esti­
puladas (arts. 383 Cód. com., y 2142 Cód. civ.).
El vendedor no es responsable de los defectos manifiestos o que es­
tén a la vista ni tampoco de los que no lo están, si el comprador es un
perito que por razón de su oficio o profesión debe fácilmente conocerlos
(art. 2143 Cód. civ.).
En los casos de defectos ocultos, el comprador puede exigir la resci­
sión del contrato y el pago de los gastos que por él hubiere hecho o que
se le rebaje una cantidad proporcionada del precio, a juicio de peritos. Si
el vendedor conocía los defectos ocultos y no los manifestó al comprador,
éste deberá ser indemnizado de los daños y perjuicios que hubiere sufri­
do, si opta por la rescisión del contrato (arts. 2144 y 2145 Cód. civ.).
258
ELEMENTOS DE DERECHO MERCANTIL MEXICANO
El comprador que dentro de los cinco días de recibir las mercancías
no reclamare al vendedor, por escrito, las faltas de calidad o cantidad
en ellas, o que dentro de los treinta días, contados desde que las recibió,
no le reclamare por causa de vicios internos de las mismas, perderá
toda acción y derecho a repetir por tales causas contra el vendedor (art.
383 Cód. com.).
7. OBLIGACIONES DEL COMPRADOR
A.
Pa g o
d e l p r e c io
'
La obligación principal del comprador consiste en pagar el pre­
cio de la cosa vendida en la forma, plazo y lugar convenidos (art. 380
Cód. com.).
A falta de convenio, el comprador deberá pagar el precio de contado
(art. 380 Cód. com.), esto es, en el momento en que se entregue la cosa
(art. 2284 Cód. civ.). La demora en el pago del precio obliga al compra­
dor a pagar intereses al tipo legal (6% anual) sobre la cantidad que
adeude (art. 380 Cód. com.).
Si no se ha fijado lugar para el pago, éste deberá hacerse donde se
entregue la cosa (art. 2294 Cód. civ.).
Establece el artículo 381 del Código de Comercio, que salvo pacto
en contrario, las cantidades que con el carácter de arras (esto es, la can­
tidad de dinero que da el comprador para asegurar el contrato o su
cumplimiento) se entreguen en las ventas mercantiles se reputarán a
cuenta de precio.
Mientras la cosa vendida esté en poder del vendedor, aunque sea en
calidad de depósito, tendrá preferencia sobre ella con respecto a cual­
quier acreedor, para ser pagado de lo que se le adeude por cuenta del
precio de la misma (art. 386 Cód. com.).
B . O b l ig a c ió n
d e r e c ib ir
Obligación correlativa a la de la entrega de la cosa por parte del
vendedor, es la que tiene el comprador de recibirla.
Dispone el artículo 2292 del Código Civil Federal, que si el compra­
dor se constituyó en mora de recibir, abonará al vendedor el alquiler de
las bodegas, graneros o vasijas en que se contenga lo vendido, y el ven­
dedor quedará descargado del cuidado ordinario de conservar la cosa,
y solamente será responsable del dolo o de la culpa grave.
Por su parte, el artículo 375 del Código de Comercio establece que
si se ha pactado la entrega de la cosa en cantidad y plazo determinados,
el comprador no estará obligado a recibirla fuera de ellos. Pero si acep­
EL CONTRATO DE COMPRAVENTA MERCANTIL Y CONTRATOS AFINES
259
ta entregas parciales, quedará consumada la venta en lo que a éstas se
refiere.
8. INCUMPLIMIENTO DEL CONTRATO
El incumplimiento de las obligaciones derivadas del contrato de
compraventa, da derecho a la parte perjudicada para exigir el cumpli­
miento del contrato o la rescisión del mismo, con el resarcimiento de los
daños y perjuicios correspondientes en ambos casos (art. 376 Cód.
com.).
Las ventas mercantiles, según el artículo 385 del Código de Comer­
cio, no se rescindirán por causa de lesión. Pero el perjudicado tendrá
acción para reclamar los daños y perjuicios que se le hubieren causado,
cuando la contraparte hubiere procedido con fraude o malicia en el
contrato o en su cumplimiento.
9. MODALIDADES DEL CONTRATO DE COMPRAVENTA
A. L a s
ventas en a bo no s
Tienen este carácter las que se celebran facultando al comprador
para que pague el precio parcialmente en plazos sucesivos.
Están sujetas a las siguientes reglas: Ia Cuando se trate de venta de
inmuebles o de bienes muebles que sean susceptibles de identificarse
de manera indubitable (automóviles, motores, etc.), puede pactarse que
la falta de pago de uno a varios abonos producirá la rescisión del con­
trato. La rescisión producirá efectos contra tercero, que hubiere adqui­
rido los bienes de que se trata, siempre que la cláusula rescisoria se haya
inscrito en el Registro Público de la Propiedad; 2a Si se trata de bienes
muebles que no sean susceptibles de identificarse indubitablemente y
que, por tanto, su venta no pueda registrarse, los contratantes podrán
pactar la rescisión de la venta por falta de pago de precio, pero tal cláu­
sula no producirá efecto contra tercero de buena fe que hubiere adquiri­
do los bienes (art. 2310 Cód. civ.).
En los casos de rescisión, el vendedor y el comprador deberán resti­
tuirse las prestaciones que se hubieren hecho; pero el vendedor que hu­
biere entregado la cosa vendida puede exigir del comprador, por el uso
de la misma, el pago de una renta y una indemnización por el deterioro
que haya sufrido, prestaciones que serán fijadas por peritos. Son nulas
las estipulaciones que impongan al vendedor obligaciones más onerosas
que las indicadas. Por su parte, el comprador que haya pagado parte del
precio, tiene derecho a los intereses legales de la cantidad que entregó
(art. 2311 Cód. civ.).
260
ELEM EN TOS DE D ER ECH O M ERCANTIL MEXICANQ
La Ley Federal de Protección al Consumidor incluye disposiciones
relativas a las operaciones a crédito, relacionadas con las ventas en abo­
nos (vid. infra.).
B . Com pr av en ta
c o n r e s e r v a d e d o m i n io
Tiene este carácter aquella en la que el vendedor se reserva la pro­
piedad de la cosa vendida hasta que le haya sido pagado su precio (art.
2312 Cód. civ.).
Cuando los bienes vendidos sean inmuebles o muebles susceptibles
de identificarse indubitablemente, el pacto de reserva de dominio pro­
duce efectos contra tercero, si se inscribe en el Registro Público de la
Propiedad. Si los bienes son muebles no identificables, el pacto no pro­
ducirá efectos en perjuicio de tercero de buena fe que hubiere adquirido
los bienes (arts. 2310 y 2312 Cód. civ.).
Si el vendedor recoge la cosa vendida porque no le»haya sido pagado
el precio, se aplicarán las disposiciones relativas al caso de rescisión de
las ventas en abonos, ya examinadas (arts. 2311 y 2314 Cód. civ,).
C. C o m p r a v e n t a
s o b r e m u e s t r a s o c a l id a d e s
Frecuentemente se celebran contratos de compraventa sin que las
partes tengan a la vista precisamente las cosas objeto de ellos, sino: a)
Una parte de tales cosas; b) Una cosa igual (muestra); c) La descripción
de las características perfectamente identificadas de la cosa o que sean
conocidas en el comercio (calidades, tipo). Se habla en estos casos de
contratos sobre muestras o calidades.
Las compraventas que se hicieren sobre muestras o calidades de
mercancías determinadas y conocidas en el comercio, se tendrán por
perfeccionadas por el solo consentimiento de las partes (art. 373 Cód.
com.).
En caso de desavenencia entre los contratantes, dos comerciantes,
nombrados uno por cada parte, y un tercero para el caso de discordia
nombrado por éstos, resolverán sobre la conformidad o inconformidad
de las mercancías con las muestras o calidades que sirvieron de base al
contrato (art. 273 Cód. com.).
En relación con este punto debe señalarse que en el ejercicio de sus
funciones de mediación, el corredor público podrá custodiar las mues­
tras que le sean entregadas con objeto de transm itir e intercambiar
propuestas entre dos o más partes, teniendo en este caso todas las obli­
gaciones y derechos que corresponden a un depositario (art. 56, Regla­
mento de la Ley Federal de Correduría Pública).
EL CONTRATO D E COMPRAVENTA M ERCANTIL Y CONTRATOS A F IN E S
D. C o m p r a v e n t a
261
d e m e r c a n c ía s n o v i s t a s
Cuando el objeto de la compraventa sean especies o productos que
no hayan sido vistos por el comprador, ni puedan clasificarse por ca­
lidad determinada y conocida comercialmente, el contrato no se per­
feccionará hasta que el comprador no las examine y acepte (art. 374,
Cód. com.).
E . Co m pr av en ta
c o n e n t r e g a e n c a n t id a d
y pla zo d e t e r m in a d o s
La entrega de mercancías podrá pactarse en cantidad y en plazo
determinados. El comprador no estará obligado a recibirlas fuera de las
condiciones pactadas pero, si aceptare entregas parciales, la venta que­
dará consumada en lo que a estas entregas parciales se refiere (art. 375,
Cód. com.).
F.
C o m praventa
contra d o c u m e n t o s
Es éste un contrato, dice B arrera Graf,3 que ha alcan zad o un desenvolvi­
m iento extraordinario en los últimos años, y ello p o r su práctica constante
y por se r u n medio casi imprescindible en las transacciones com erciales
internacionales.
En este tipo de ventas el vendedor cumple su obligación de entrega
enviando al comprador los títulos representativos de las mercancías y
los otros documentos estipulados.
Se caracterizan estas ventas por el hecho de que las mercancías que
constituyen su objeto están representadas por títulos de crédito (certifi­
cado de depósito, conocimiento de embarque, etc.). Dada la naturaleza
de esos títulos, la transferencia de los mismos supone la de las mercan­
cías que representan. Esto es, la entrega de cosa vendida queda sustitui­
da por la entrega de los títulos de crédito que la representan.
La venta de m ercancías en la que se estipula que el pago del precio habrá
de hacerse m ediante apertura de crédito docum entado, constituye una ven­
ta contra docum entos o venta docum entada; la cual p u ede revestir dos for­
mas: pago contra documentos, conocida tam bién p o r su forma abreviada,
p/d, y aceptación contra documentos, a/d.4
El artículo 89 de la LTOC establece que la inserción de las cláusulas
“documentos contra aceptación" o "documentos contra pago", o de las
3 La apertura de crédito de reembolso en el derecho comparado americano, en “Estudios
de derecho mercantil", México, 1958, p. 4,
* B a r r e r a G r a f , ob. cit., p. l.
262
ELEM EN TO S DE D ER ECH O M ER CA N TIL MEXICANO
mencionadas “D/a" o “D/p", en el texto de una letra de cambio con las
que se acompañen documentos representativos de mercancías, obliga al
tenedor de la letra a no entregar los documentos sino mediante la acep­
tación o el pago de la misma.
La Ley de Navegación y Comercio Marítimos vigente, por ejemplo,
al regular el contrato de transporte marítimo de mercancías, establece
en su artículo 129 que el contrato respectivo constará en un "conoci­
miento de embarque", que deberá expedir el transportista o el operador
a cada embarcador y que será además el título representativo de mer­
cancías y constancia de recibo de éstas a bordo de la embarcación. En
los servicios de transporte multimodal en que un segmento sea de trans­
porte marítimo, el operador deberá expedir en el momento en que tome
las mercancías bajo su custodia, el documento en que conste el contrato
celebrado, mismo que podrá ser o no negociable, a elección del expedi­
dor (arts. 128 y ss., LN).
Asimismo, la Ley de Aviación Civil (LAC, D.O. 12 de mayo de 1995)
establece que el contrato de transporte aéreo de carga deberá constar
en una "carta de porte" o "guía de carga aérea”, mismo que el embarca­
dor expedirá al recibir las mercancías bajo su custodia, debiendo cer­
ciorarse de la exactitud de las declaraciones consignadas en tal docu­
mento (art. 55 y ss., LAC).
Las dos leyes citadas anteriormente regulan también, en su respec­
tiva materia, los contratos por fletamento donde, en términos generales,
el fletante se compromete a poner una embarcación o aeronave, según
sea el caso, en estado de disponibilidad y operación a disposición de un
fletador, a cambio del pago de un precio determinado denominado flete
(vid. Capítulo VII, el contrato de transporte).
G . Co m pr a v e n t a s
in t e r n a c io n a l e s
Las compraventas internacionales se regulan, en lo esencia), por la
Convención sobre los Contratos de Compraventa Internacional de Mer­
caderías, aprobada en Viena en el mes de abril de 1980, y de la cual
México forma parte. La mencionada convención define la compraventa
internacional como la efectuada entre partes cuyos establecimientos se
encuentran en Estados contratantes distintos, sin tener en cuenta ni la
nacionalidad de las partes, ni la calidad o el carácter civil o comercial
de ellas o del contrato. Se exceptúan, de acuerdo con la convención las
compraventas de 1. Mercaderías compradas para uso familiar, personal
o doméstico; 2. En subastas; 3, En ejecución de sentencias u otras que
se realicen por resolución legal; 4. De títulos de crédito, acciones emiti­
das por sociedades, títulos de inversión, títulos negociables y dinero; 5.
EL CONTRATO DE COMPRAVENTA MERCANTIL Y CONTRATOS AFINES
263
De buques, aerodeslizadores, embarcaciones y aeronaves; y 6. De elec­
tricidad (artículos 1 a 4, Convención sobre los Contratos de Compraven­
ta Internacional de Mercaderías, 1974 y 1980).
Entre las principales de éstas deben considerarse: 1. Venta LAB (li­
bre a bordo) o FOB (Free on board): El vendedor se obliga a entregar la
cosa objeto del contrato a bordo del medio de transporte que la llevará
al comprador, en el tiempo y lugar convenidos. A partir de la recepción
de la mercancía a bordo, los gastos y riesgos son a cargo del comprador;
2. Venta CB (al costado del buque) o FAS (free alongside ship); El vende­
dor cumple su obligación de entrega de las mercancías al colocarlas en
el muelle, al costado del buque, y lista para su embarque y transporte al
lugar señalado por el comprador. Los riesgos y gastos corren a cargo
del comprador desde el momento en que el porteador los reciba al cos­
tado del buque; 3. Venta CSF (costo, seguro y fleté) o CIF (cost, insurance,
freight): Se caracteriza este tipo de venta porque el precio comprende el
valor de la cosa vendida, las primas del seguro y el importe de los fletes
hasta el lugar donde deberá recibirla el comprador. Desde el momento
en que se efectúa el embarque, el vendedor no puede disponer de las
mercancías ni efectuar modificación alguna en la composición de los
lotes; los riesgos de la mercancía pasan a cargo del comprador desde
que ha sido puesta a bordo de la nave. La mercancía está representada
por los documentos (conocimiento de embarque, póliza de seguro) cuya
tradición al comprador equivale a la posesión para él de la mercancía;
4, Venta CF (costo y fleté) oC & F (cost and freight): es sim ilar al anterior
con excepción de las reglas relativas al seguro. Se equipara con el con­
trato de fletamiento por viaje (vid. Infra y art. 123 y ss. de la LN) y art.
59 y 60 de la LAC);5 5. Venta Vagón franco o libre vagón (free wagón): el
vendedor entrega la mercancía a bordo de un vagón de ferrocarril, y los
riesgos y gastos corren a cargo del comprador desde el momento en que
se coloca la mercancía en dicho medio de transporte y en lugar conveni­
do; 6. Venta en fttbrica (ex factory): el vendedor pone las mercancías a
disposición del comprador en su propio local, en donde se reciben. Los
riesgos y gastos sobre la mercancía son a cargo del comprador desde el
momento en que queden a su disposición.
5 El artículo 107 de la Ley de Navegación y Comercio Marítimos, refiriendo a los
contratos de fletamiento, establece que “cuando las partes se refieren a nombres de pó­
lizas tipo internacional mente reconocidas y aceptadas, se entenderá que el contrato pac­
tado corresponde a] clausulado de dichas pólizas, tal y como se conozcan en el ámbito
internacional, salvo que parte de ese clausulado se hubiere modificado, mediante conve­
nio por correspondencia de cualquier medio de transmisión cruzada entre las partes...’.
264
ELEM EN TOS DE D ER EC H O M ERCANTIL MEXICANO
10. EL CONTRATO DE SUMINISTRO
No existe en nuestra legislación mercantil regulación del contrato
de suministro. El Código de Comercio, en la fracción V del artículo 75,
se limita a declarar que son actos de comercio “las empresas de abaste­
cimientos y suministros".
El contrato de suministro puede definirse como aquel por el que
una persona (suministrador) se obliga mediante un precio, a realizar en
favor de otra (suministrado o consumidor), prestaciones periódicas o
continuadas de cosas o servicios (V. art. 666 del-Proyecto de Código de
comercio mexicano).
Característica peculiar de este contrato es la continuidad y la periodicidad
de las prestaciones, iguales en su contenido y retribuidas con un precio
unitario. El fin del contrato no es tanto la obtención de determ inada cosa
concreta como la seguridad de que se obtendrá repetidam ente de una for­
ma constante y periódica merced a la organización adecuada de la empresa
sum inistradora.6
Son numerosísimos en la práctica estos contratos, que se celebran
para el suministro de agua, gas, energía eléctrica, etc. Algunos de estos
contratos de suministro (de energía eléctrica, por ejemplo) encuentran
su regulación en leyes de carácter administrativo, y su forma y conteni­
do debe ser previamente autorizados por la autoridad competente, in­
clusive en cuanto a la fijación del precio (tarifa).
11. LA PERMUTA MERCANTIL
La permuta es un contrato por el que cada uno de los contratantes
se obliga a dar una cosa por otra (art. 2327 Cód. civ.). El artículo 2250
del Código Civil Federal aclara que, cuando el precio de la cosa vendida
se ha de pagar parte en dinero y parte con el valor de otra cosa, el con­
trato será de compraventa cuando la parte en numerario sea igual o
mayor a la que pague con el valor de otra cosa, y que si la parte en nu­
merario fuere inferior, el contrato será entonces de permuta.
La permuta será mercantil en los mismos supuestos en que lo es la
compraventa. En general, las disposiciones relativas del contrato de com­
praventa son aplicables al de permuta, en cuanto no se opongan a la
naturaleza de éste (art. 388 Cód. com.).
6 U r ia , Derecho mercantil, p. 395.
EL CONTRATO DE COMPRAVENTA M ERCANTIL Y CONTRATOS A FIN E S
265
12. CESIÓN DE CRÉDITOS NO ENDOSA BLES
Se habla de cesión de créditos cuando el acreedor (cedente) transfie­
re a otro (cesionario) los que tenga contra su deudor (art. 2029 Cód.
civ.). El artículo 389 del Cód. com. establece que los créditos mercanti­
les que no sean al portador ni endosables, se transferirán por medio de
cesión.
La cesión de un crédito comprende la de todos los derechos acceso­
rios, como la fianza, hipoteca, prenda o privilegio, salvo aquellos que son
inseparables de la persona del cedente. Los intereses vencidos se presu­
me que fueron cedidos con el crédito principal (art. 2032 Cód. civ.).
La cesión producirá sus efectos legales respecto al deudor desde que
le sea notificada ante dos testigos (art. 390 Cód. com.). Mientras no se
haga la notificación, el deudor se libera de su obligación pagando al
acreedor primitivo (art. 2040 Cód. civ.).
El deudor puede oponer al cesionario las excepciones que podría
oponer al cedente en el momento en que se hace la cesión. Si el deudor
tiene contra el cedente un crédito todavía no exigible cuando se hace la
cesión, podrá invocar la compensación, con tal de que su crédito no sea
exigible después de que lo sea el cedido (art. 2035 Cód. civ.).
El cedente de un crédito mercantil, salvo pacto en contrario, res­
ponderá tan sólo de la legitimidad del crédito y de la personalidad con
que hizo la cesión (art. 391 Cód. com.).
13. CONTRATOS Y OPERACIONES BURSÁTILES
Se conoce con el nombre de contratos u operaciones de bolsa, el
conjunto de contratos de compraventa, reporto o comisión sobre títulos
de crédito regulados por leyes y costumbres especiales (Rodríguez y Ro­
dríguez). Estos contratos, por el lugar en que se celebran (bolsas de va­
lores), por el objeto sobre el que recaen (valores) y por las personas que
los realizan (agentes o casas de bolsa), tienen características especiales
que justifican su agrupación bajo la denominación de contratos u opera­
ción de bolsa o bursátiles.
Están regulados por la Ley del Mercado de Valores (LMV, D.O. 30 de
diciembre de 2005, que abrogó la de 1975) y disposiciones reglamenta­
rias y administrativas diversas.
Las compra ventas bursátiles se harán por medio de la oferta públi­
ca de valores, que es la realizada a través de algún medio de comunica­
ción masiva o a persona indeterminada para suscribir, enajenar o ad­
quirir valores. Las compraventas bursátiles en México pueden hacerse
solamente sobre valores, es decir, las acciones, obligaciones y demás tí­
tulos de crédito que se emitan en serie o en masa. El régimen de valores
266
ELEM EN TOS DE D ER EC H O M ERCANTIL MEXICANO
podrá aplicarse también a los títulos de crédito y otros documentos que
otorguen a sus titulares derechos de crédito, de propiedad o de partici­
pación en el capital de personas morales, que sean objeto de oferta pú­
blica o de intermediación en el mercado de valores, pudiendo ser emiti­
dos en el país o en el extranjero (arts. 2o y 3o, LMV).7
Se considera intermediación con valores a la realización habitual y
profesional de: a) Actos para poner en contacto oferta y demanda de va­
lores; b) Celebración de operaciones con valores por cuenta de terceros
como comisionista, mandatario o con cualquier otro carácter, intervi­
niendo en los actos jurídicos que correspondan en nombre propio o en
representación de terceros; y c) Negociación de valores por cuenta pro­
pia con el público en general o con otros intermediarios que actúen de
la misma forma o por cuenta de terceros (art. 2, frac. XV, LMV).
Los contratos de intermediación bursátil regirán las operaciones de
las casas de bolsa con su clientela inversionista y por cuenta de la mis­
ma. Por medio de ellos, el cliente conferirá un mandato para que, por su
cuenta, la casa de bolsa realice las operaciones autorizadas por la LMV,
a nombre de la misma casa de bolsa, salvo que por la propia naturaleza
de la operación, deba convenirse a nombre y representación del cliente,
sin que en ambos casos sea necesario que el poder correspondiente se
otorgue en escritura pública (art. 199 y ss., LMV).
7 En otros países puede operarse también con metales preciosos, divisas y otras
mercancías, especialmente las agropecuarias.
C a p ítu lo
IV
EL CONTRATO DE PRÉSTAMO MERCANTIL
1. CONCEPTO
El préstamo (o mutuo) es un contrato por el cual uno de los contra­
tantes se obliga a transferir la propiedad de una suma de dinero o de
otras cosas fungibles al otro, el que se obliga a devolver otro tanto de la
misma especie y calidad (art. 2384 Cód. civ.).
Ahora bien, el Código de Comercio considera mercantil a un contra­
to de préstamo cuando éste se contrae en el concepto y con la expresión
de que las cosas prestadas se destinarán a actos de comercio (art. 358).
Además, se presume que el préstamo es mercantil cuando se contrae
entre comerciantes (arts. 75, frac. XXI, y 358 Cód. com.).
2. OBLIGACIÓN DE RESTITUCIÓN
A.
F orm a
El que recibe en préstamo (mutuatario) una suma de dinero u otra
cosa fungible, tiene la obligación de devolver al mutuante otro tanto de
la misma especie y calidad.
La obligación de restitución debe ser cumplida en forma distinta,
según el carácter de la cosa prestada (art. 359 Cód. com.), así: a) Si se
trata de préstamos en dinero, el mutuatario cumplirá su obligación de­
volviendo una cantidad igual a la recibida, conforme a la ley monetaria
vigente; b) Si se trata de préstamos de títulos o valores, el mutuatario
cumple devolviendo otros tantos de la misma clase o idénticas condicio­
nes, o sus equivalentes, si aquéllos se hubiesen extinguido, salvo pacto
en contrario; c) Cuando se trate de préstamos en especie, el mutuatario
devolverá, salvo pacto en contrario, igual cantidad de la misma especie
y calidad, o su equivalente en numerario si se hubiese extinguido la es­
pecie debida.
268
ELEM EN TO S DE D ER ECH O M ERCA N TIL MEXICANO
B.
P lazo
La cosa prestada deberá devolverse en el tiempo convenido en el
contrato. En los préstamos por tiempo indeterminado no podrá exigirse
al mutuatario la devolución de la cosa prestada, sino después de los
treinta días siguientes a la interpelación que se le haga, judicialmente o
en forma extrajudicial ante notario o dos testigos (art. 360 Cód. com.).
3. INTERESES
Las partes pueden estipular y, normalmente sé hace así en materia
mercantil, un interés. El interés es legal o convencional. El interés legal
es del 6% anual. El interés convencional es el fijado por los contratantes
y puede ser mayor o menor que el legal (arts. 362 Cód. com. y 2394 y
2395 Cód. civ.).
En caso de mora, el mutuatario deberá pagar al mutuante, desde el
día siguiente al del vencimiento del plazo estipulado para la devolución,
el interés pactado para este caso, o, en su defecto, el del 6% anual (art,
362 Cód. com.).
Cuando el préstamo se hiciere en especie, los intereses se calcula­
rán sobre el valor que las cosas prestadas tengan en la plaza en que
deba hacerse la devolución, e! día siguiente al del vencimiento, o por el
que determinaren peritos si la mercancía estuviere extinguida al tiempo
de hacerse su valoración (art. 362 Cód. com.).
Si el préstamo fuere de títulos o valores, el interés moratorio será el
que los mismos devenguen, o, en su defecto, el legal del 6% anual, deter­
minándose el valor de los títulos por el que tengan en bolsa, si fueren
cotizables, o, en caso de no serlo, por el que tuvieren en la plaza en que
deba hacerse la devolución al día siguiente al del vencimiento (art. 362
Cód. com.).
Considera el artículo 361 del Código de Comercio que toda presta­
ción pactada a favor del mutuante, que conste precisamente por escrito,
se reputará-interés.
Los intereses vencidos y no pagados no devengarán intereses. Sin
embargo, los contratantes podrán capitalizarlos (art. 363 Cód: com.).
Cuando el mutuante reciba el capital prestado, sin reservarse expre­
samente el derecho a los intereses pactados o debidos, se extinguirá la
obligación respecto a los mismos (art. 364 Cód. com.).
Cuando el mutuatario efectúe entregas a cuenta, y no resulte expre­
sa su aplicación, se imputarán en primer término al pago de los intere­
ses por orden de vencimiento, y después, al capital (art. 364 Cód. com.).
C a p ít u l o V
EL CONTRATO DE COMISIÓN
O
MANDATO MERCANTIL
1. CONCEPTO
El mandato aplicado a actos concretos de comercio, dice el artículo
273 del Código de Comercio, se reputa comisión mercantil.
Así, aplicando el artículo 2546 del Código Civil Federal, podríamos
definir el contrato de comisión como aquel por el que una persona (co­
misionista) se obliga a ejecutar o realizar por cuenta de otra (comitente)
los actos concretos de comercio que éste le encarga.
Las fracciones X y XII del artículo 75 del Código de Comercio, cali­
fican como actos de comercio a las empresas de comisiones y a las ope­
raciones de comisión mercantil.
2. ELEMENTOS DEL CONTRATO
A.
C o n s e n t im ie n t o
La comisión se considera perfecta por la simple aceptación del co­
misionista. Este es libre de aceptar o no el encargo que le hace el comi­
tente, pero si lo rehúsa, lo avisará así inmediatamente, o por el correo
más próximo al día en que recibió la comisión, si el comitente no resi­
diere en el mismo lugar (art. 275 Cód. com.).
La aceptación de la comisión puede ser expresa o tácita. Aceptación
tácita es todo acto de ejecución de la comisión. Así, el artículo 276 del
Código de Comercio, dispone que el comisionista que practique alguna
gestión en desempeño del encargo que le hizo el comitente, queda sujeto
a continuarlo hasta su conclusión, entendiéndose que acepta tácitamen­
te la comisión.
Sin embargo, aunque el comisionista rehúse la comisión que se le
confiere, queda obligado a realizar las diligencias que sean indispensa­
bles para la conservación de los efectos que el comitente le haya remiti­
do, hasta que éste provea de nuevo encargado, sin que por practicar ta­
ELEM EN TO S DE D ER EC H O M ERCA N TIL M EXICANO.
270
les diligencias se entienda tácitamente aceptada la comisión (art. 277
Cód. com.).
B.
O b jeto
El objeto de la comisión lo constituye la realización del acto o actos
de comercio encargados al comisionista por el comitente.
C.
Form a
La comisión puede otorgarse por escrito o .verbalmente. En este úl­
timo caso, la comisión deberá ratificarse por escrito, antes de que con­
cluya el negocio para el que se dio (art. 274 Cód. com ).
Dispone el artículo 274 del Código de Comercio, que el comisionista
para desempeñar su encargo no necesitará poder en escritura pública.
3. OBLIGACIONES Y DERECHOS DEL COMISIONISTA
A . O b l ig a c ió n
d e d e s e m p e ñ a r el e n c a r g o
Esta obligación constituye el objeto del contrato de comisión. El co­
misionista deberá desempeñar por sí mismo los encargos que reciba, y
no podrá delegar su ejecución si no está autorizado para ello. Sin em­
bargo, podrá, bajo su responsabilidad, emplear en el desempeño del en­
cargo dependientes en operaciones subalternas, que según la costumbre
se confíen a los mismos (art. 280 Cód. com).
Cuando el cumplimiento de la comisión requiera provisión de fon­
dos, el comisionista no está obligado a ejecutarla mientras el comitente
no se la haga en cantidad suficiente, y también podrá suspenderla cuan­
do se hayan agotado los fondos que hubiere recibido para tal fin (art.
281 Cód. com.). Sin embargo, si el comisionista se obligó a anticipar
fondos para el desempeño de la comisión, estará obligado a suplirlos,
excepto en los casos de quiebra o de suspensión de pagos del comitente
(art. 282 Cod. com.).
El comisionista podrá desempeñar la comisión tratando en su pro­
pio nombre o en el del comitente (art. 283 Cód. com.). Cuando contrata­
re en nombre propio, tendrá acción y obligación directamente frente a
las personas con quienes contrate, sin tener que declarar quién sea la
persona del comitente, salvo en el caso de seguros (art. 284 Cód. com.).
Cuando contrate expresamente en nombre del comitente, no contraerá
obligación propia, rigiéndose en este caso sus derechos y obligaciones,
como simple mandatario mercantil, por las disposiciones del derecho
común (art. 285 Cod. com.).
EL CONTRATO D E CO M ISIÓ N O MANDATO M ERCANTIL
271
El comisionista deberá desempeñar su encargo de acuerdo con las
instrucciones recibidas del comitente, no pudiendo proceder contra dis­
posiciones expresas del mismo (art. 286 Cód. com.).
En lo no previsto y prescrito expresamente por el comitente, el co­
misionista deberá consultarle. Cuando esto no sea posible, o si el comi­
sionista está autorizado para obrar a su arbitrio, hará lo que la pruden­
cia dicte, cuidando del negocio como propio (art. 287 Cód. com.). Si por
circunstancias imprevistas se hiciere, a juicio del comisionista, perjudi­
cial la ejecución de las instrucciones recibidas del comitente, aquél po­
drá suspender el cumplimiento de la comisión, comunicándolo así al
comitente por el medio más rápido posible (art. 288 Cód. com.).
El comisionista deberá observar las disposiciones legales relativas a
la negociación o encargo que le sea confiado (art. 291 Cód. com.).
B.
O b l ig a c ió n
d e in f o r m a c ió n
El comisionista tiene, frente a su comitente, la obligación de infor­
marle oportunamente: Io De todos los hechos o circunstancias que pue­
dan determ inar al comitente a revocar o modificar el encargo (art. 290
Cód. com.); 2° De la suspensión de la comisión, cuando a juicio del co­
misionista sea perjudicial el cumplimiento de las instrucciones recibi­
das (art. 288 Cód. com.); 3o De la ejecución del encargo (art. 290 Cód.
com.); 4o Del menoscabo de los efectos que tenga en su poder (art. 295
Cód. com.); 5o De las ventas a plazos que realice con autorización del
comitente, participándole, además, el nombre de los compradores (art.
302 Cód. com.).
C.
O b l ig a c ió n
d e c o n s e r v a r l a s m e r c a n c ía s o e f e c t o s
El comisionista está obligado a conservar, en el estado en que las
haya recibido, las mercancías o efectos que tuviere en su poder con mo­
tivo de la comisión (art. 295 Cód. com.). Además, deberá conservarlos
en condiciones de fácil identificación (art. 300 Cód. com.).
D . O b l ig a c ió n
d e r e n d ir c u e n t a s
Después de ejecutada la comisión, el comisionista deberá rendir,
con relación a sus libros, una cuenta completa y justificada de su cum­
plimiento, y entregar al comitente el saldo de lo recibido. En caso de
mora, abonará intereses (art. 298 Cód. com.).
E . Otras
o b l ig a c io n e s
El comisionista que hubiere de remitir efectos a otro punto deberá
contratar el transporte, cumpliendo las obligaciones que se imponen al
272
EL EM EN T O S DE D ER ECH O M ER CA N TIL MEXICANO
cargador (art. 296 Cód. com.). Además, el comisionista encargado de la
expedición de efectos deberá asegurarlos, si tuviere orden para ello y
la provisión de fondos necesaria, o se hubiere obligado a anticiparlos
(art. 297 Cód. com.).
F. RETRIBUCIÓN
El comisionista, salvo pacto en contrario, tiene derecho a cobrar
una retribución por el desempeño de su encargo. Esta retribución se fi­
jará de acuerdo con lo convenido previamente y, en su defecto, por el
uso de la plaza donde se ejecute la comisión (art. 304 Cód. com.).
Además, el comitente está obligado a pagar al contado al comisio­
nista, mediante cuenta justificada, el importe de todos sus gastos y des­
embolsos, con el interés comercial, desde el día en que los hubiere he­
cho (art. 305 Cód. com.).
G. D er ec h o
d e r e t e n c ió n
El comisionista goza de un derecho de retención respecto a los efec­
tos que real o virtualmente estén en su poder con motivo de la comi­
sión. Estos efectos están especial y preferentemente obligados al pago
de los derechos de comisión, anticipos y gastos que el comisionista hu­
biere hecho por cuenta del comitente, y no podrá ser desposeído de tales
efectos sin ser antes pagado (art. 306 Cód. com.).
H. D erecho
d e e n a je n a c ió n
Dispone el artículo 279 del Código de Comercio, que el comisionista
puede hacer vender los efectos que se le han consignado, por medio de
dos corredores o, en su defecto, a través de dos comerciantes, que pre­
viamente certifiquen el monto, calidad y precio de ellos, en los casos si­
guientes: Io Si el valor presunto de los efectos que se le han consignado
no puede cubrir los gastos que haya de desembolsar por el transporte y
recibo de ellos; 2o Cuando habiéndole avisado al comitente que rehúsa
la comisión, éste no provea de nuevo encargado que reciba los efectos
que hubiere remitido. El producto líquido de los efectos así vendidos
será depositado a disposición del comitente en una institución de crédi­
to o, en su defecto, en poder de la persona que designe la autoridad judi­
cial (art. 279 Cód. com.).
4. RESPONSABILIDADES DEL COMISIONISTA
a)
El comisionista es responsable de los daños que se causen al co­
mitente, por no avisarle que rehúsa la comisión (art. 278 Cód. com.); b)
el
CONTRATO DE COMISIÓN O MANDATO MERCANTIL
27 3
Responde de los daños que se causen al comitente por el incumplimien­
to de la comisión, que tácita o expresamente haya aceptado (art. 278
Cód. com.); c) Responde de los daños y perjuicios que se causen al comi­
tente por las operaciones que realice violando o excediéndose del encar­
go recibido. En este caso, además, el comitente, a su elección, podrá ra­
tificar tales operaciones o dejarlas a cargo del comisionista (art. 289
Cód. com.); d) Responderá de las consecuencias de la contravención o
incumplimiento de las leyes y reglamentos relativos a la negociación
o encargo que se le hubiere confiado. Si las violaciones se hubieren co­
metido por órdenes expresas del comitente, las responsabilidades a que
haya lugar recaerán sobre ambos.(art. 291 Cód. com.); e) Es responsable
del quebranto o extravío del numerario que tenga en su poder por razón
de la comisión. Por el contrario, serán por cuenta del comitente el que­
branto o extravío del numerario, cuando al devolver los fondos sobran­
tes el comisionista obsérvaselas instrucciones de aquél (art. 292 Cód.
com.); f) Cuando haya dado distinta inversión a los fondos recibidos
para ejecutar el encargo, independientemente de la acción penal que
proceda, responderá de los daños y perjuicios causados al comitente y
deberá abonarle intereses al tipo legal desde el día en que haya recibido
los fondos (art. 293 Cód. com.); g) Responde de los efectos y mercancías
que recibiere, en los términos y con las condiciones y calidades con que
se le avisare la remesa, a no ser que al encargarse de ellos hiciere cons­
tar por certificación de dos corredores o, en su defecto, de dos comer­
ciantes, las averías o deterioros que en dichos efectos hubiere (art. 294
Cód. com.); h) Responde de los efectos que tuviere por cuenta ajena, a
menos que su destrucción o menoscabo sean debidos a caso fortuito,
fuerza mayor, transcurso del tiempo o vicio propio de la cosa. En los
casos de pérdida parcial o total por el transcurso del tiempo o vicio de
la cosa, el comisionista estará obligado a acreditar, por medio de la cer­
tificación de dos corredores o, en su defecto, de dos comerciantes, el
menoscabo de los efectos, poniéndolo tan luego como lo advierta en co­
nocimiento del comitente (art. 295 Cód. com.); i) Responderá de los per­
juicios que se causen por no cobrar oportunamente o demorar el cobro
de los créditos a favor del comitente, o no usare de los medios legales
para conseguir el pago (art. 303 Cód. com.).
5. PROHIBICIONES
El comisionista no podrá: a) Comprar para sí ni para otro lo que se
le hubiere mandado vender, ni vender lo que se le haya ordenado com­
prar, sin consentimiento expreso del comitente (art. 299 Cód. com.); b)
Alterar las m arcas de los efectos que hubiere comprado o vendido por
cuenta ajena, ni tener efectos de una misma especie, pertenecientes a
274
ELEM EN TOS DE D ER ECH O M ERCA N TIL MEXICANO
distintos dueños, bajo una misma marca, sin distinguirlos por una con­
tramarca que designe la propiedad respectiva de cada comitente (art.
300 Cód. com.); c) Prestar ni vender al fiado o a plazos, sin estar autori­
zado por el comitente, pudiendo éste exigirle el pago al contado, dejan­
do a favor del comisionista cualquier interés o ventaja que resulte de
dicho crédito o plazo (arts. 301 y 302 Cód. com.).
6. EXTINCIÓN DE LA COMISIÓN
La comisión termina: a) Por revocación. El comitente podrá en
cualquier tiempo revocar la comisión conferida al comisionista, que­
dando siempre obligado a las resultas de las gestiones ya practicadas.
La revocación comunicada únicamente al comisionista no puede ser
opuesta a los terceros contratantes que no la conozcan, salvo el derecho
del comitente contra el comisionista (art. 307 Cód. com.); b) Por renun­
cia del comisionista (art. 278 Cód. com.). La renuncia debe obedecer a
justa causa y el comisionista deberá practicar las diligencias de conser­
vación necesarias, mientras el comitente no provea nuevo encargado; c)
Por muerte o inhabilitación del comisionista. La muerte o inhabilita­
ción del comitente no termina la comisión, aunque sí podrán revocarla
sus representantes; d) Por el vencimiento del plazo pactado en el contra­
to y por la conclusión del negocio para el que fue conferida (art. 2595
Cód. civ.)
Por su parte, en caso de concurso mercantil, los contratos de comi­
sión y de mandato no quedarán resueltos por el concurso de una de las
partes, salvo que el conciliador considere que deban darse por termina­
dos (art. 100, LCM).
Ca p ít u l o
VI
EL CONTRATO DE DEPÓSITO MERCANTIL
1. CONCEPTO Y CARACTERES
El depósito, dice el artículo 2516 del Código Civil Federal, es un
contrato por el cual el depositario se obliga hacia el depositante a reci­
bir una cosa, mueble o inmueble, que éste le confía, y a guardarla para
restituirla cuando la pida el depositante.
El depósito es de naturaleza mercantil cuando las cosas depositadas
son objeto de comercio, o si se hace a consecuencia de una operación
mercantil (por causa de comercio) (arts. 75, frac. XVII, y 332 Cód. com.).
Son también mercantiles los depósitos hechos en almacenes generales y
los depósitos bancarios (art. Io LTOC).
El depósito es un contrato real, porque se perfecciona por la entrega
de la cosa al depositario y no por el simple consentimiento de las partes
(art. 334 Cód. com.).
Puede ser gratuito u oneroso. Salvo pacto en contrario, dice el ar­
tículo 333 del Código de Comercio, el depositario tiene derecho a exigir
una retribución por el depósito, la que se determinará por lo establecido
en el contrato o, en su defecto, de acuerdo con los usos de la plaza en
que se constituyó el depósito.
2. OBLIGACIONES DEL DEPOSITARIO
A.
C o n s e r v a c ió n
d e la c o s a
( c u s t o d ia )
La obligación típica del depositario es la de conservar la cosa objeto
del depósito (art. 335 Cód. com.), según la reciba.
Además, los depositarios de títulos, valores, efectos o documentos
que devenguen intereses, están obligados a realizar el cobro de éstos a
su vencimiento, así como también a practicar cuantos actos sean nece­
sarios para que los efectos depositados conserven el valor y los derechos
que les correspondan (art. 2518 Cód. civ.).
En la conservación del depósito responderá el depositario de los me275
276
ELEM EN TO S DE D ER EC H O M ERCANTIL M EXICANO
noscabos, daños y perjuicios que las cosas depositadas sufrieren por su
malicia o negligencia (art. 335 Cód. com.).
Si los depósitos son de numerario, con especificación de las mone­
das que los constituyan, o cuando se entreguen cerrados y sellados, los
aumentos o bajas de su valor serán de cuenta del depositante. Los ries­
gos de estos depósitos son a cargo del depositario, siendo por su cuenta
los daños que sufran, si no prueba que ocurrieron por fuerza mayor o
caso fortuito insuperable. Cuando los depósitos de numerario se consti­
tuyan sin especificación de moneda o sin cerrar o sellar, el depositario
responderá de su conservación y riesgos, siendo responsable de los me­
noscabos, daños y perjuicios que las cosas depositadas sufrieren por su
malicia o negligencia (arts. 335 y 336 Cód. com.).
B . R e s t it u c ió n
El depositario está obligado a devolver la cosa objeto del depósito,
con los documentos, si los tuviere, cuando el depositante se la pida, aun­
que el plazo fijado para la restitución no se haya cumplido (art. 355
Cód. com.).
Por el contrario, el depositario no puede —mientras el plazo no se
venza o lo pida el depositante— devolver la cosa antes del tiempo conve­
nido, a menos que exista justa causa para ello. Cuando no se haya es­
tipulado plazo, el depositario puede devolver el depósito al depositan­
te cuando quiera, siempre que le avise con una prudente anticipación si
se necesita preparar algo para la guarda de la cosa (arts. 2529 y 2531
Cód. civ.).
Cuando la cosa haya sido depositada por varias personas, el depo­
sitario no podrá devolverla sino con previo consentimiento de la mayo­
ría de los depositantes, computada por cantidades y no por personas,
a no ser que al constituirse el depósito se haya convenido que la entre­
ga se hará a cualquiera de los depositantes (art. 2525 Cód. civ.). El de­
positario entregará a cada depositante una p a rte de la cosa, si al cons­
tituirse el depósito se señaló la que a cada uno correspondía (art. 2526
Cód. civ.).
El depositario no está obligado a devolver la cosa cuando judicial­
mente se haya mandado retenerla, o sea, embargada (art. 2528 Cód. civ.).
3. OBLIGACIONES DEL DEPOSITANTE
A.
R e t r ib u c ió n
El depositante deberá pagar al depositario la retribución convenida,
o, en su defecto, la que se determine de acuerdo con los usos de la plaza
e l c o n t r a t o d e d e p ó s it o m e r c a n t il
277
en que se constituyó el depósito, a menos que se haya pactado el depósi­
to a título gratuito (art. 333 Cód. com.).
B . I n d e m n iz a c ió n
por l o s g asto s e r o g a d o s
y l o s p e r j u ic i o s c a u s a d o s
El depositante, establece el artículo 2532 del Código Civil Federal,
está obligado a indemnizar al depositario de todos los gastos que haya
hecho en la conservación deJ depósito y de los perjuicios que por él ha­
ya sufrido. En el caso de que el depositante no cumpla con esta obliga­
ción, el depositario puede pedir, si no se le garantiza el pago correspon­
diente, la orden judicial para retener el depósito (art. 2533 Cód. civ.).
4. EL DEPÓSITO IRREGULAR
La naturaleza del contrato de depósito supone que el depositario no
puede disponer ni usar de las cosas que con ese carácter se le entregan
(depósito regular).
Sin embargo, la práctica mercantil ha hecho necesaria la deroga­
ción de ese principio, permitiendo la figura del llamado depósito irregu­
lar. Este puede definirse como aquel depósito de cosas fungibles en el
que se ha convenido que el depositario adquiere su propiedad y puede,
por tanto, disponer de ellas, con la obligación de restituir al término del
depósito otro tanto de la misma especie y calidad. Ejemplo típico de de­
pósito irregular, es el depósito bancario de dinero, del cual nos ocupa­
remos en lugar oportuno.
5. EL DEPÓSITO EN ALMACENES GENERALES
Los depósitos realizados en los almacenes generales tienen particu­
lar importancia y caracteres propios, que am eritan una atención
especial.
Es necesario, en prim er término, examinar la organización y fun­
cionamiento de los almacenes generales, y después, los caracteres del
depósito efectuado en los mismos.
6. LOS ALMACENES GENERALES DE DEPÓSITO
Son organizaciones auxiliares de crédito, que tienen por objeto el
almacenamiento, guarda o conservación de bienes o mercancías y la
expedición de certificados de depósito y bonos de prenda. También po­
drán realizar la transformación de las mercancías depositadas a fin de
aum entar el valor de éstas, sin variar esencialmente su naturaleza. Sólo
278
ELEM EN T O S DE D ER EC H O M ERCANTIL MEXICANO
los almacenes generales de depósito estarán facultados para expedir
certificados de depósito y bonos de prenda (art. 11 de la Ley General de
Organizaciones y Actividades Auxiliares del Crédito, LOAAC).
Los almacenes generales de depósito podrán también realizar las
siguientes actividades: a) Prestar servicios de comercialización y trans­
porte de bienes o mercancías, sin que éstas constituyan su actividad
preponderante, b) Certificar la calidad así como valuar los bienes o
mercancías, c) Empacar y envasar los bienes y mercancías recibidos en
depósito por cuenta de los depositantes o titulares de los certificados
de depósito así como colocar los marbetes respectivos, d) Otorgar finan ciamientos con garantía de bienes o mercancías almacenados en bode­
gas de su propiedad o en bodegas arrendadas que administren directa­
mente y que estén amparados con bonos de prenda, e) Obtener
préstamos y créditos de instituciones de crédito, de seguros y de fianzas
del país o de entidades financieras del exterior, destinados al cumpli­
miento de su objeto social, f) Emitir obligaciones subordinadas y demás
títulos de crédito, en serie o en masa, para su colocación entre el gran
público inversionista, g) Descontar, dar en garantía o negociar los títu­
los de crédito y afectar los derechos provenientes de los contratos de financiamiento que realicen o de las operaciones autorizadas a los alma­
cenes generales de depósito, con las personas de las que reciban
financiamiento en términos del inciso f así como afectar en fideicomiso
irrevocable los títulos de crédito y los derechos provenientes de los con­
tratos de financiamiento que celebren con sus clientes a efecto de garan­
tizar el pago de las emisiones referidas en el inciso f (art. 11 LOAAC).
Los almacenes generales de depósito podrán, además, actuar como
corresponsales de instituciones de crédito en operaciones relacionadas
con las que les son propias; tomar seguro, por cuenta ajena de las mer­
cancías depositadas; gestionar la negociación de bonos de prenda por
cuenta de sus depositantes; efectuar el embarque de las mercancías, tra­
mitando los documentos correspondientes y prestar todos los servicios
técnicos necesarios a la conservación y salubridad de las mercancías
(art. 19 LOAAC).
Los almacenes generales de depósito sólo pueden establecerse pre­
via la autorización que otorgue en cada caso la Secretaría de Hacienda
y Crédito Público (art. 5o LOAAC).
Los almacenes generales de depósito podrán ser de dos clases: a)
Los que se destinen a recibir en depósito bienes o mercancías de cual­
quier clase, por los que se hayan pagado los impuestos correspon­
dientes. b) Los que además de estar facultados en los términos señala­
dos antes, lo estén también para recibir mercancías destinadas al
régimen de depósito fiscal (art. 12 LOAAC).
e l c o n t r a t o d e d e p ó s it o m e r c a n t il
279
7. DEPÓSITO DE MERCANCÍAS
O BIENES INDIVIDUALMENTE DESIGNADOS
En estos casos, los almacenes generales se obligan a la guarda de
las mercancías o bienes depositados, por todo el tiempo que se estipule
como duración del depósito, y a restituirlos en el estado en que los ha­
yan recibido, respondiendo solamente de su conservación aparente y de
los daños que se deriven de su culpa (arts. 280 y 282 LTOC).
Cuando por causas que no sean imputables a los almacenes gene­
rales, las mercancías o efectos depositados se descompusieren en condi­
ciones que puedan afectar la seguridad o la salubridad, los almacenes,
con intervención de corredor o con autorización de las oficinas de salu­
bridad pública respectivas, podrán proceder, sin responsabilidad, a la
venta o a la destrucción de las mercancías o efectos de que se trate. En
todo caso, serán por cuenta del depositante los daños que los almacenes
generales puedan sufrir a consecuencia de la descomposición o altera­
ción de los bienes o mercancías depositados con designación individual,
salvo estipulación en contrario contenida en el certificado de depósito
(art. 282 LTOC).
8. DEPÓSITO DE MERCANCÍAS
O BIENES GENÉRICAMENTE DESIGNADOS
Los almacenes generales pueden recibir en depósito mercancías o
bienes genéricamente designados, con obligación de restituir otros tan­
tos de la misma especie y calidad, siempre que dichos bienes o mercan­
cías sean de calidad tipo o que, de no serlo, puedan conservarse en los
almacenes, en condiciones que aseguren su autenticidad, una muestra
conforme a la cual se efectuará la restitución. Los almacenes generales,
en estos casos, responden no sólo de los daños derivados de su culpa,
sino aun de los riesgos inherentes a las mercancías o efectos materia del
depósito (art. 281 LTOC).
En el caso de depósito de mercancías o bienes genéricamente desig­
nados, los almacenes generales sólo están obligados a conservar una
existencia igual, en calidad y en cantidad, a la que hubiere sido materia
del depósito, y serán por su cuenta todas las pérdidas que ocurran por
la alteración o descomposición de los bienes o mercancías, salvo las
mermas naturales cuyo monto quede expresamente determinado en el
certificado de depósito respectivo. Los almacenes generales podrán dis­
poner de los bienes o mercancías que hayan recibido a condición de
conservar siempre una existencia igual en cantidad y calidad a la que
está amparada por los certificados de depósito que hayan expedido (art.
283 LTOC).
280
ELEM EN T O S DE D ER ECH O M ERCANTIL MEXICANO
Los almacenes están obligados a tomar seguro contra incendio sobre los bienes o mercancías depositados, por su valor corriente en el
mercado en la fecha de constitución del depósito (art. 284 LTOC).
9. REMATES
Los almacenes procederán a vender, al mejor postor y en remate
público, los bienes o mercancías depositados, en los siguientes casos: a)
Cuando se lo pidiere, conforme a la ley, el tenedor de un bono de pren­
da; b) Cuando, habiéndose vencido el plazo señalado para el depósito,
transcurrieren ocho días sin que hubieren sido retirados del almacén,
desde la notificación o aviso que hiciere el almacén por carta certifica­
da, si el domicilio del depositante fuere conocido, o mediante aviso rea­
lizado en los términos del inciso a) del párrafo siguiente (arts. 21 y 22
LOAAC).
De acuerdo con el art. 22 de la LOAAC, los almacenes efectuarán los
remates en los siguientes términos: a) Anunciarán el remate mediante
aviso que se fijará en la entrada principal del local en que estuviere
constituido el depósito y se publicará en un periódico de amplia circula­
ción de la localidad. Si no lo hubiere, la publicación se hará en un perió­
dico de circulación nacional o regional, o bien en el Diario Oficiat de la
Federación, b) El aviso deberá publicarse con ocho días de anticipación
a la fecha señalada para el remate, c) Los remates se harán en las ofici­
nas o bodegas del almacén en presencia del comisario o auditor externo
de la sociedad. Las mercancías o bienes que vayan a rematarse, esta­
rán a la vista del público desde el día en que se publique el aviso de re­
mate, d) Será postura legal, a la falta de estimación fijada al efecto en
el certificado de depósito, la que cubra al contado el importe del adeu­
do que hubiere en favor de los almacenes y, en su caso, del crédito que
el bono o los bonos de prenda garanticen, teniendo los almacenes, si no
hubiere postor, derecho a adjudicarse las mercancías o bienes por la
postura”7egal; e) Cuando no hubiere postor ni los almacenes se adjudi­
caren las mercancías o bienes rematados, podrán proceder a nuevas
almonedas, previo el aviso respectivo, haciendo en cada una de ellas
un descuento del 50% sobre el precio fijado como base para la almone­
da anterior.
Cuando el producto de la venta de las mercancías o bienes deposita­
dos sea insuficiente para cubrir el adeudo a favor de los almacenes, por
el saldo insoluto, estos tendrán expeditas sus acciones en la vía legal
correspondiente en contra del depositante original (art. 22 LOAAC).
EL CONTRATO DE D EPÓSITO M ERCANTIL
281
10. REIVINDICACIÓN, EMBARGO, ETC.,
SOBRE LAS MERCANCÍAS O BIENES DEPOSITADOS
EN LOS ALMACENES GENERALES
Cuando se hayan expedido certificados de depósito por bienes o mer­
cancías depositados en almacenes generales, dichas mercancías o bie­
nes, el producto de su venta o el valor de la indemnización correspon­
diente en caso de siniestro, no podrán ser reivindicados, embargados, ni
sujetos a cualquier otro vínculo si no comprenden el certificado mismo
(arts. 20 y 287 LTOC).
II
I
j
lá
C a p ít u l o V I I
EL CONTRATO DE TRANSPORTE
1. CONCEPTO Y NATURALEZA MERCANTIL
DEL CONTRATO DE TRANSPORTE
En virtud del contrato de transporte, una persona llamada portea­
dor se obliga, mediante una retribución o precio, a trasladar cosas o
personas de un lugar a otro.
Dispone el artículo 576 del Código de Comercio, que el contrato de
transporte se reputará mercantil: a) Cuando tenga por objeto mercade­
rías o cualesquier efectos de comercio; b) Cuando siendo cualquiera su
objeto, sea comerciante el porteador o se dedique habitualmente a veri­
ficar transportes para el público. Por su parte, la fracción VIII del
artículo 75 del Código de Comercio reputa actos de comercio a las em­
presas de transportes de personas o cosas. De las disposiciones mencio­
nadas debemos desprender que el transporte siempre tiene naturaleza
mercantil cuando es realizado por empresas.
Conviene señalar que de acuerdo con las facultades constitucionales
del Poder Legislativo, las vías generales de comunicación son de juris­
dicción federal y sujetas al dominio de la Nación. Por otro lado, la Cons­
titución reserva como áreas económicas exclusivas del Estado a los co­
rreos, los telégrafos y la radiotelegrafía; en esta misma condición se
encontraban los ferrocarriles y la comunicación vía satélite, pero pasa­
ron de "áreas exclusivas" a “prioritarias” por decreto de reforma al pá­
rrafo cuarto del artículo 28 constitucional, publicado en el D.O. el 2 de
marzo de 1995.
En nuestro país la mayoría y los más importantes de los transportes
son los efectuados sobre las llamadas “vías generales de comunicación”,
que son reguladas por la Ley de Vías Generales de Comunicación (LVGC,
D.O. 19 de febrero de 1940). Esta ley ha venido siendo reformada y dero­
gada parcial y sucesivamente por la expedición de diversas leyes relati­
vas a medios de comunicación específica a partir de 1993: la Ley de
Puertos (publicada el 19 de julio de 1993), la Ley de Caminos, Puentes y
Autotransporte Federal (LCPAF, publicada el 22 de diciembre de 1993), la
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284
ELEM EN TO S DE D ERECHO M ERCANTIL MEXICANO
Ley de Navegación y Comercio Marítimos (LN, publicada el 1 de junio
de 2006 y que derogó la anterior Ley de Navegación de 4 de enero de
1994), la Ley de Aeropuertos (LA, publicada el 22 de diciembre de 1995),
la Ley Reglamentaria del Servicio Ferroviario (LRSF, publicada el 12 de
mayo de 1995), la Ley de Aviación Civil (LAC, publicada el 12 de mayo
de 1995), y la Ley Federal de Telecomunicaciones (publicada el 1 de ju­
nio de 1995). A ellos debe agregarse la Ley del Servicio Postal Mexicano
(publicada el 24 de diciembre de 1986). Debe señalarse igualmente la
importancia que tienen los tratados y convenios internacionales de los
que México forma parte, especialmente para las vías de comunicación
marítima y aérea.
Merece asentarse que las "leyes por vía”, la reforma paulatina de la
LVGC y la reforma constitucional señaladas, forman parte de un pro­
ceso llamado de "modernización" que está implicando la privatización
y venta a nacionales y extranjeros de la infraestructura de vías de co­
municación construida durante décadas por el gobierno mexicano, y
cuyos resultados no pueden ser sino calificados de contradictorios e
inciertos.
Con la expedición de las leyes antedichas, la Ley de Vías Genera­
les de Comunicación ha quedado con el carácter de disposición supleto­
ria de las mismas, junto con el Código de Comercio, entre otras disposi­
ciones jurídicas. En términos legales, la materia directamente regulada
por la LVGC se reduce a “las rutas de servicio postal” (art. Io, frac. XI,
LVGC; las diez primeras fracciones han sido derogadas). Las disposicio­
nes de carácter supletorio de las leyes indicadas arriba, son las
siguientes:
EL C O N T R A T O D E T R A N S P O R T E
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286
EL EM EN T O S DE D ER ECH O M ERCANTIL MEXICANO'
En lo relativo a contratos de transporte, cada una de las leyes seña­
ladas regula aspectos concretos e introduce nuevas modalidades a las
que iremos haciendo referencia. Desde luego son las especificaciones
contenidas en el Código de Comercio las que implican el marco general
del contrato, como se señaló al principio del inciso, y a ésta se aludirá
de manera principal en lo que sigue.
2. TRANSPORTE DE COSAS
El porteador se obliga a transportar las cosas que para tal efecto le
entrega el cargador, y a entregarlas, a su vez, a la persona consignada
en el contrato.
Son elementos personales del contrato de transporte de cosas: a) El
porteador, que es la persona que se obliga a ejecutar el transporte;
b) El cargador (o remitente), que es la persona que entrega al porteador
las cosas para su transporte; c) El consignatario (o destinatario), que es
aquel a quien o a cuya orden van dirigidas las cosas objeto del transpor­
te. Examinaremos las obligaciones de cada uno de ellos.
3. EL PORTEADOR
Sus obligaciones son:
a) Recibir las mercancías o cosas objeto del transporte, en el tiempo
y lugar convenido (art. 590, frac. I, Cód. com.). Las empresas de trans­
portes no podrán rehusarse a recibir cosas para su transporte en su
administración principal y en las oficinas que con tal objeto tengan en
el tráfico (art. 598 Cód. com.). Cuando un jefe de estación o un conduc­
tor de vehículo reciba carga fuera de la administración principal de la
empresa o de las estaciones de tránsito, obligará por ese hecho a la em­
presa de transportes, quedando a salvo la responsabilidad que ésta pue­
de exigir a su empleado (art. 599 Cód. com.).
El porteador tiene derecho de exigir al cargador la apertura y reco­
nocimiento de los bultos que contengan las mercancías o efectos trans­
portados en el acto de su recepción, y cuando el cargador omitiere o
rehusare tal diligencia, el porteador quedará libre de responsabilidad
que no provenga de fraude o dolo (art. 591, fracción V, Cód. com.).
b) Extender al cargador una carta de porte, documento que exami­
naremos en su oportunidad (arts. 581 y 600, frac. II, Cód. com.).
c) Emprender y concluir el viaje, dentro del plazo estipulado, preci­
samente por el camino que señale el contrato (art. 590, fracción II, Cód.
com.) y en los días y horas señalados en los anuncios, aunque falten
efectos para completar la cantidad de carga que sea posible conducir
(art. 600, frac. III, Cód. com.).
EL CONTRATO DE TRAN SPO RTE
287
El porteador tendrá el derecho de recibir la mitad del porte conveni­
do, si por negligencia o culpa del cargador no se verifica el viaje (art.
59], frac. I, Cód. com.), y la totalidad del porte convenido, si en virtud
del contrato de transporte, el porteador hubiere destinado algún vehícu­
lo con el exclusivo objeto de verificar el transporte de la mercancías,
descontándose lo que el porteador hubiese aprovechado por el trans­
porte de otras mercancías en el mismo vehículo (art. 591. fracción II,
Cód. com.).
El contrato de transporte se rescindirá de hecho antes de empren­
der el viaje, si sobreviniere algún suceso de fuerza mayor que impida
verificarlo, como: declaración de guerra, prohibición de comercio, inter­
cepción de caminos u otros acontecimientos análogos (arts. 579 Cód.
com.). En este caso, las partes perderán los gastos que hubieren hecho
(art. 580, Cód. com.).
Si una vez emprendido el viaje impidiere su continuación un aconte­
cimiento de fuerza mayor, el porteador podrá rescindir el contrato de
transporte (art. 591, frac. III, Cód. com.). El porteador tendrá derecho a
que se le pague la parte proporcional del porte correspondiente al ca­
mino recorrido, y estará obligado a presentar las mercancías transpor­
tadas para su depósito a la autoridad judicial del punto en que ya no le
sea posible continuar el viaje, comprobando y recabando la constancia
de que las mismas se encuentran en el estado detallado en la carta de
porte, de cuyo hecho dará noticia oportuna al cargador, a cuya disposi­
ción deben quedar (art. 580 Cód. com.). Si el porteador no rescindiere
en esos casos el contrato de transporte, removido el obstáculo que im­
pedía la continuación del viaje, tendrá derecho a continuarlo, siguiendo
la ruta designada en el contrato o, si no fuere posible, la que sea más
conveniente, y si ésta resultare m ás dispendiosa y más larga, podrá exi­
gir el aumento de los costos y del porte en proporción al exceso, pero
sin cobrar nada por los gastos y tiempo de la detención (art. 591, frac.
IV, Cód. com.).
d) Verificar el viaje en la fecha convenida, y si no la hubiere, de in­
mediato, en el viaje más próximo a la fecha del contrato si acostumbra­
re hacerlos periódicamente (arL 590, fracción III, Cód. com.).
e) Cuidar y conservar las cosas transportadas bajo su exclusiva res­
ponsabilidad, desde que las reciba y hasta que las entregue a satisfac­
ción del consignatario (art. 590, frac. IV, Cód. com.).
f) Entregar las mercancías al tenedor de la carta de porte o de la
orden respectiva, en defecto de ella (art. 590, frac. V, Cód. com.). Por su
parte, dispone Ja fracción I del artículo 596 del Código de Comercio,
que el consignatario, mientras sea tenedor de la carta de porte expedida
a su favor, tendrá derecho a que se le entreguen las cosas transportadas,
cualesquiera que sean las órdenes que en contrario diere el cargador
288
ELEM EN TOS DE D ER ECH O M ERCANTIL M EXICANO
con posterioridad. Mientras el consignatario no se presente a recibir las
mercancías o efectos transportados, la empresa porteadora deberá de­
positarlas en sus almacenes (art. 600 frac. IV, Cód. com.). Si las mer­
cancías o efectos así depositados permanecieren en los almacenes del
porteador el plazo que fijen los reglamentos de la empresa, y dentro de
él nadie se presentare a reclamarlos, los pondrán a disposición de la
autoridad judicial del lugar para que venda desde luego lo bastante a
cubrir las responsabilidades que sobre ellos pesaren con motivo de su
transporte (art. 603 Cód. com.).
El cargador tiene derecho a variar la consignación de las cosas ob­
jeto del transporte mientras estuvieren en camino, si diere con oportu­
nidad la orden respectiva al porteador y le entregare la carta de porte
expedida a favor del primer consignatario. Asimismo, el cargador tiene
la facultad de variar, dentro de la ruta convenida, el lugar de la entrega
de la carga, pagando la totalidad del flete convenido y canjeando la car­
ta de porte primitiva por otra, debiendo indicar al porteador el nuevo
consignatario, si lo hubiere (art. 589, Cód. com.).
El porteador tiene el derecho de retener las mercancías transporta­
das, mientras no se le pague el porte (art. 591, frac. VIII, Cód. com.).
g) Pagar, en caso de retardo que le sea imputable, la indemnización
convenida o, en su defecto, el perjuicio que haya causado al cargador,
deduciéndose en uno y otro caso el monto respectivo del porte (art. 590,
frac. VI, Cód. com.).
h) Entregar las cosas transportadas por peso, cuenta o medida se­
gún estén consideradas en la carta de porte, a no ser que se encuentren
en barricas, cajones o fardos, pues entonces cumplirá con entregar és­
tos sin lesión exterior (art. 590, frac. VII. Cód. com.).
i) Probar que las pérdidas o averías de las cosas transportadas o el
retardo en el viaje no han sido por su culpa o negligencia, si es que ale­
ga no tener responsabilidad (art. 590, frac. VIII, Cód. com.).
j) Pagar las pérdidas o averias que sean a su cargo, con arreglo al
precio que ajuicio de peritos tuvieren las cosas transportadas en el día
y lugar en que debía hacerse la entrega, atendiéndose siempre a las indi­
caciones de la carta de porte (art. 590, frac. IX, Cód. com.).
4. LA RESPONSABILIDAD DE LAS EMPRESAS
DE VÍAS GENERALES DE COMUNICACIÓN
Los porteadores que tienen el carácter de empresa de vías generales
de comunicación, de acuerdo con la concesión o permiso que hayan ob­
tenido del Ejecutivo Federal conforme a la leyes que regulan las vías
generales de comunicación, están sujetos a reglas especiales por cuanto
a su responsabilidad se refiere.
EL CONTRATO DE TR A N SPO R TE
289
La responsabilidad de las empresas porteadoras estaba regulada
por diversos artículos de la LVGC, cuyo carácter es ahora solamente su­
pletorio de las leyes específicas de vías generales de comunicación. Pero
en términos generales, cada una de ellas reproduce las disposiciones de
la LVGC.
Así, las empresas que se dedican al transporte de mercancías, son
responsables de las: pérdidas y daños que sufran lo bienes o productos
que transporten, desde el momento en que reciben la carga hasta que la
entreguen a su destinatario, excepto en los siguientes casos: a) Por vi­
cios propios de los bienes o productos, o por embalajes inadecuados; b)
Cuando la carga por su propia naturaleza sufra deterioro o daño total o
parcial; c) Cuando, a petición escrita del remitente, los bienes se trans­
porten en vehículos no idóneos (descubiertos, en el caso de caminos),
siempre que por la naturaleza de aquéllos, debiera transportarse en ve­
hículos con otras características (cerrados o cubiertos, en el caso de
caminos); d) Falsas declaraciones o instrucciones del cargador, del con­
signatario o del destinatario de los bienes o del titular de la carta de
porte; y e) Cuando el usuario no declare el valor de la mercancía, la
responsabilidad quedará limitada a una cantidad equivalente a 15 días
de salario mínimo general vigente en el D.F. por tonelada o la parte pro­
porcional que corresponda tratándose de embarques de menor peso (en
el caso de aviación civil, la limitación es de 10 salarios mínimos por ki­
logramo de peso bruto). Si el usuario pretende que en caso de pérdida o
daño de sus bienes, incluso los derivados por caso fortuito o fuerza m a­
yor, el permisión ario responda por el precio total de los mismos, el
usuario deberá declarar el valor correspondiente y cubrir un cargo adi­
cional equivalente al costo de garantía que se pacte (arts. 66 y 67,
LCPAF; arts. 51 y 52, LRSF; 63, 64, 65 y 67, LAC). En el caso de la avia­
ción civil, las disposiciones anteriores se aplican tanto para el transpor­
te de carga como para los equipajes facturados de los pasajeros.
Es obligación de las empresas garantizar los daños que puedan oca­
sionarse a terceros en su bienes y personas, vías generales de comunica­
ción y por cualquier otro daño que pudiera generarse por el vehículo o
por la carga en caso de accidente (art. 68, LCPAF; y art. 53, LRSF). En el
caso de la aviación civil, cuando por la operación de una aeronave, por
objetos desprendidos de la misma o por abordaje, se causen daños a
personas o cosas que se encuentren en la superficie, nacerá la responsa­
bilidad con sólo establecer la existencia del daño y su causa, y la de cu­
brir las indemnizaciones por daños causados (art. 70, LAC).
El derecho a percibir indemnizaciones por responsabilidad de las
empresas de vías generales de comunicación terrestre y la fijación de su
monto, se sujetará a las disposiciones del Código Civil Federal. Para la
prelación en el pago de las mismas se estará a lo dispuesto en el art. 501
290
ELEM EN TO S DE D ER ECH O M ERCANTIL MEXICANO.
de la Ley Federal del Trabajo1 (art. 54, LRSF; art. 64, LCPAF). Para el
caso del transporte ferroviario, las indemnizaciones deberán cubrirse
en un plazo máximo de noventa días naturales, contados a partir de que
se presente la reclamación correspondiente (art. 55, LRSF).
En el caso de transporte aéreo nacional, el derecho a percibir in­
demnización se sujetará a lo dispuesto por el artículo 1915 del Código
Civil Federal, salvo en lo que se refiere al monto que será el triple de lo
previsto en dicho artículo. Para la prelación en el pago de indemniza­
ciones se estará a lo dispuesto por el art. 501 de la Ley Federal del Tra­
bajo. La indemnización por destrucción o avería del equipaje de mano
será hasta de cuarenta salarios mínimos; por la pérdida o avería del
equipaje facturado, la indemnización será equivalente a setenta y cinco
salarios mínimos (art. 61 y 62, LAC). Para exigir indemnización se re­
quiere reclamación oportuna, es decir, aquélla presentada dentro de los
quince días siguientes a partir de la fecha de entrega del equipaje factu­
rado. Las acciones para exigir el pago de las indemnizaciones por carga
prescribirán en el plazo de noventa días (art. 66, LAC).
Los daños que sufran las cosas transportadas en aeronaves destina­
das al servicio de transporte aéreo privado comercial se sujetarán a las
disposiciones del Código Civil Federal (art. 68, LAC).
En el caso de la Ley de Navegación y Comercio Marítimos, el navie­
ro u operador, en virtud del contrato de transporte marítimo de mer­
cancías, se obligan ante el embarcador o cargador mediante el pago de
un flete, a trasladar la mercancía de un punto a otro y entregarla a su
destinatario o consignatario. Para el periodo de responsabilidad del na­
viero u operador, así como para el régimen de responsabilidad de éste y
para su limitación cuantitativa, se estará a lo dispuesto por los Tratados
Internacionales en la materia (arts. 18 y 134, LN).
El hecho de retirar las mercancías constituye, salvo prueba en con­
* El artículo 501 de la Ley Federal del Trabajo señala que “tendrán derecho a recibir
la indemnización en los casos de muerte^L-La viuda, o el viudo que hubiese dependido
económicamente de la trabajadora y que tenga una incapacidad de 50% o más, y los hijos
menores de dieciséis años y los mayores de esta edad, si tienen una incapacidad de 50%
o más; II. Los ascendientes concurrirán con las personas mencionadas en la fracción
anterior, a menos que se pruebe que no dependían económicamente del trabajador; III.
A falta de cónyuge supérstite, concurrirá con las personas señaladas en las dos fracciones
anteriores, la persona con quien el trabajador vivió como si fuera su cónyuge durante tos
cinco años que precedieron inmediatamente a su muerte, o con la que tuvo hijos, siempre
que ambos hubieran permanecido libres de matrimonio durante el concubinato; IV. A
falta de cónyuge supérstite, hijos y ascendientes, las personas que dependían económica­
mente del trabajador concurrirán con la persona que reúna los requisitos señalados en
la fracción anterior, en la proporción en que cada una dependía de él; y V. A falta de las
personas mencionadas en las fracciones anteriores, el Instituto Mexicano del Seguro
Social’.
291
EL CONTRATO DE TRAN SPO RTE
trario, una presunción de que han sido entregadas por la empresa na­
viera o el operador en la forma indicada en el conocimiento de embar­
que, salvo que antes o al momento de retirar las mercancías se dé aviso
por escrito a la empresa naviera o al operador en el puerto de descarga
de las pérdidas o daños sufridos y de la naturaleza general de estas pér­
didas o daños. Si estas no son aparentes, el aviso deberá darse en los
tres días siguientes a la entrega. De no darse el aviso anterior, se ten­
drán por entregadas conforme a lo pactado en e! conocimiento de em­
barque. Las acciones del transporte por agua mediante conocimiento de
embarque, prescribirán en doce meses contados a partir de que la mer­
cancía fue puesta a disposición del consignatario o de que la embarca­
ción llegó a su destino sin la mercancía de referencia (arts. 136 y 137, LN).
La empresa naviera o el operador podrán limitar su responsabilidad
de conformidad con el procedimiento contemplado por los artículos 304
al 322 de la Ley de Navegación y Comercio Marítimos, a fin de declarar
la existencia a tal limitación y que se determine la suma total que, en
caso de ser condenado, deba pagar el propietario, naviero o sujeto legiti­
mado, de conformidad con los Tratados Internacionales aplicables (que
son, entre otros, el Convenio sobre Limitación de la Responsabilidad
Civil nacida de Reclamaciones en Derecho Marítimo y en su caso, el
Convenio Internacional sobre Responsabilidad por Daños causados por
la Contaminación de las Aguas del Mar por Hidrocarburos), a un con­
junto de acreedores, así como que se establezca la manera en que dicha
suma será distribuida entre éstos.
5. EL CARGADOR
Sus obligaciones son:
a) Entregar las cosas que vayan a ser objeto del transporte, en el lu­
gar y tiempo convenidos (art. 588, frac. I, Cód. com.). Estará obligado a
declarar el contenido de los bultos que comprenda la carga, si lo exigie­
re el porteador al tiempo de recibirla para su conducción (art. 601, Cód.
com.).
b) Entregar al porteador los documentos (fiscales, municipales, etc.)
necesarios para el libre transporte de la carga (art. 588, frac. II, Cód.
com.).
c) Sufrir los comisos, multas y demás sanciones que se le impongan
por infracción de las leyes fiscales, e indemnizar al porteador los per­
juicios que se le causen por violación de las mismas (art. 588, frac. III,
Cód. com.).
d) Sufrir las pérdidas o averías de las cosas transportadas, que pro­
cedan de vicio propio de las mismas o de caso fortuito (art. 588, frac. IV
Cód. com.).
292
E L EM EN T O S DE D ERECHO M ERCANTIL MEXICANO
e) Indemnizar al porteador todos los daños y perjuicios que el in­
cumplimiento del contrato le originen y pagarle todas las erogaciones
que para el cumplimiento del mismo y fuera de sus estipulaciones hu­
biese hecho en favor del cargador (art. 588, Frac. V, Cód. com.).
f) Remitir oportunamente la carta de porte al consignatario, en tal
forma que pueda hacer uso de ella al tiempo de llegar la carga a su des­
tino final (art. 588, frac. VI, Cód. com.).
6. EL CONSIGNATARIO
Tiene las obligaciones siguientes:
a) Recibir las mercancías sin demoras, siempre que lo permita su
estado y que tengan las condiciones expresadas en la carta de porte
(art. 595, frac. I, Cód. com.). El porteador tiene el derecho de que el
consignatario le reciba de la carga averiada las mercancías que estén
ilesas, siempre que, separadas de las averiadas, no sufrieren disminu­
ción en su valor (art. 591, frac. VI, Cód. com.).
Fuera de esos casos, y cuando el valor de las mercancías no alcan­
zare a cubrir los gastos y desembolsos que deba hacer para su recep­
ción, conservación y venta, a no ser que tenga fondos suficientes del car­
gador, el consignatario podrá negarse a recibir las mercancías
transportadas (art. 596, frac. II, Cód. com.).
b) Abrir y reconocer los bultos que contengan las cosas transporta­
das en el acto de su recepción, cuando lo solicite el porteador. Si el con­
signatario no cumple esa obligación, el porteador quedará libre de res­
ponsabilidad, que no provenga de fraude o dolo (art. 595, frac, II, Cód.
com.).
c) Devolver la carta de porte u otorgar al porteador el recibo corres­
pondiente a las cosas que reciba (arts. 583 y 595, frac. III, Cód. com.).
d) Pagar al porteador, así el porte como los demás gastos, sin perjui­
cio de las reclamaciones que hiciere (art. 595, frac. IV, Cód. com.).
e) Ejercer, dentro de las veinticuatro horas siguientes a la recepción
de fas mercancías, los derechos procedentes en contra del porteador
exigiéndole la responsabilidad que haya contraído, debiendo reportar en
caso de negligencia, los perjuicios que ésta cause (art. 595, frac. V, Cód.
com.).
f) Cumplir con las órdenes del cargador, dándole cuenta, sin pérdi­
da de tiempo, de cuanto ocurra en relación con las mercancía transpor­
tadas (art. 595, frac. VI, Cód. com.).
7. LA CARTA DE PORTE
Establecen los artículos 581 y 600, fracción II del Código de Comer­
cio, que el porteador deberá extender al cargador una carta de porte,
EL CONTRATO DE TRA N SPORTE
293
con los siguientes datos: a) El nombre y domicilio del cargador; b) El
nombre y domicilio del porteador; c) El nombre y domicilio de la perso­
na a quien o a cuya orden vayan dirigidas las cosas transportadas, esto
es, del consignatario o destinatario, o la mención de que dichas cosas
deben entregarse al portador de la carta de porte; d) La designación de
las cosas transportadas, con expresión de su calidad genérica, de su
peso y de las marcas o signos exteriores de los bultos en que se conten­
gan; e) El precio del transporte (esto es, el porte) f) La fecha de expedi­
ción; g) El lugar de la entrega al porteador; h) El lugar y el plazo en
que habrá de hacerse la entrega al consignatario; i) La indemnización que
haya de abonar el porteador en caso de retardo, si sobre este punto me­
diare algún pacto; j) La firma del porteador.
Dispone el artículo 585 del Código de Comercio que la omisión de
alguna de las circunstancias requeridas en el artículo 581 del propio
ordenamiento, no invalidará la carta de porte ni destruirá su fuerza
probatoria, pudiéndose rendir sobre las que falten las pruebas relativas.
La carta de porte puede expedirse a favor del consignatario, a su
orden o al portador (art. 582 Cód. com.).
Los interesados podrán pedir que les sean expedidas copias de la
carta de porte, expresando en las mismas ese carácter (arts. 581 y 582
Cód. com.).
La carta de porte regirá las cuestiones relativas a los derechos y
obligaciones que el contrato de transporte otorga e impone a las partes.
Así, el cumplimiento y ejecución del contrato deberá ajustarse a las esti­
pulaciones de la carta de porte respectiva, sin que puedan alegarse
otras excepciones que las que se refieran a su falsedad o error material
(art. 583 Cód. com.).
En caso de extravío de la carta de porte, las cuestiones que surjan
en relación con el cumplimiento o ejecución del contrato de transporte
se decidirán por las pruebas que rindan los interesados; pero corres­
ponderá siempre al cargador probar la entrega de la carta de porte (art.
584 Cód, com.).
Cuando el contrato haya sido cumplido por el porteador, se le devol­
verá la carta de porte, y en virtud del canje de dicho título por las cosas
transportadas, se tendrán por canceladas las respectivas acciones y
obligaciones, salvo cuando en el mismo acto se hicieren constar por es­
crito en la carta de porte las reclamaciones que las partes quisieren re­
servarse (art. 583 Cód. com.).
Si el consignatario, en el momento de recibir las cosas transporta­
das, no puede devolver al porteador la carta de porte, por extravío de la
misma u otra causa, deberá otorgar al propio porteador un recibo de
los objetos entregados, y ese recibo producirá los mismos efectos que la
devolución de la carta de porte (art. 583 Cód. com.).
294
ELEM EN TO S DE DERECH O M ERCANTIL MEXICANO,
8. MODALIDADES DEL CONTRATO
DE TRANSPORTE DE COSAS
A. C o n t r a t o d e t r a n s p o r t e m a r ít im o d e m e r c a n c ía s
Es aquél en virtud del cual la empresa naviera o el operador se obli­
ga, ante el embarcador o cargador mediante el pago de un flete, a tras­
ladar mercancías de un punto a otro y entregarlas a su destinatario o
consignatario. El contrato de transporte por agua se aplicará siempre
que se_dé alguno de los siguientes supuestos: a) Que el puerto de carga o
descarga previsto en el conocimiento de embarque esté situado en terri­
torio mexicano; b) Que en el conocimiento de embarque se establezca
que se regirá por las disposiciones de la LN; o c) Que uno de los puertos
optativos de descarga se encuentre en territorio mexicano (arts. 128 y
133, LN).
Este contrato constará en un documento denominado conocimiento
de embarque, que deberá expedir la empresa naviera o el operador a
cada embarcador, el cual además será un título representativo de mer­
cancías y un recibo de éstas a bordo de la embarcación. Esto último lo
diferencia de la carta de porte. El conocimiento de embarque deberá
contener, cuando menos: a) Nombre y domicilio del naviero u operador
o del operador y del cargador; b) Nombre y domicilio del destinatario o
la indicación de ser a la orden; c) Nombre y nacionalidad de la embar­
cación, viaje y número de conocimiento de embarque; d) Especificación
de los bienes que serán transportados, señalando los elementos que sir­
van para su identificación; e) Valor del flete y de cualquier otro cobro
derivado del transporte; f) Indicación si es flete pagado o por cobrar; g)
Mención de los puertos de carga y destino; h) Mención de la modalidad
y tipo de transporte; i) Señalamiento del sitio en el que las mercancías
deberán entregarse al destinatario; y j) Clausulado correspondiente a
los términos y condiciones en que las partes se obliguen para el trans­
porte marítimo de mercancías (art. 131, LN).
Como ya se mencionó, para el período de responsabilidad del navie­
ro u operador, así como para el régimen de responsabilidad de éste y
para su limitación cuantitativa por la misma, se estará a lo dispuesto
por los Tratados Internacionales en la materia. El naviero u operador al
recibir la mercancía a ser transportada, expedirá a cada embarcado un
documento provisional de recibido para embarque, que acredite la entre­
ga de las mercancías y en cuanto éstas sean embarcadas, expedirá el co­
nocimiento de embarque respectivo, mismo que será canjeado por el do­
cumento provisional. Se considerará que las mercancías son entregadas
cuando estén en poder del destinatario o a su disposición, de acuerdo
con el contrato, la LN o los usos y costumbres marítimos internaciona­
EL CONTRATO DE TRA N SPO RTE
295
les; o bien, en poder de una autoridad o tercero a quienes según las dis­
posiciones legales aplicables hayan de entregarse (arts. 134 y 135, LN).
B. C o n t r a t o d e t r a n s p o r t e a é r e o d e carga
Es el acuerdo entre el concesionario o permisionario y el embarca­
dor, por virtud del cual, el primero se obliga frente al segundo, a trasla­
dar sus mercancías de un punto de origen a otro destino y entregarlas a
su consignatario, contra el pago de un precio. El contrato de transporte
aéreo de carga constará en una carta de porte o guía de carga aérea
que el concesionario expedirá al embarcador al recibir las mercancías
bajo su custodia. Para los servicios de transporte aéreo internacional de
carga, el contrato se sujetará a lo dispuesto por los tratados y la ley. El
porteador tendrá derecho de retener la carga hasta en tanto se cubre el
precio indicado en la carta de porte o guía de carga aérea (arts. 55 y
56, LAC).
El transporte aéreo de carga podrá efectuarse por el servicio públi­
co de transporte aéreo o por el servicio de transporte aéreo privado co­
mercial. En el caso del servicio publico de carácter regular, sea nacio­
nal o internacional, las concesiones o autorizaciones contendrán las
rutas específicas con que contará el servicio (arts. 18,19 y 20, LAC).
Se considera transporte aéreo privado comercial aquél que se desti­
na al servicio de una o más personas físicas o morales, distintas del
propietario o poseedor de la misma aeronave, con fines de lucro. Ade­
más del transporte de carga y pasajeros, se encuentran dentro de este
servicio los llamados servicios aéreos o especializados que comprenden
los de aerofotografía, aerotopografía, publicidad comercial, fumigación
aérea, provocación artificial de lluvias y capacitación y adiestramiento,
entre otros (art. 27, LAC).2
C. S e r v ic io P ú b l ic o d e t r a n s p o r t e f e r r o v ia r io d e carga
Los concesionarios que presten este servicio podrán realizar el
transporte de cualquier tipo de bienes. La Secretaría de Comunicacio­
nes y Transportes regulará el transporte de materiales, residuos, rema­
nentes y desechos peligrosos que circulen por las vías férreas (art. 42,
LRSF).
El transporte ferroviario internacional, es decir, el que opera de
otro país al territorio nacional o viceversa, se ajustará a los términos y
2
La Ley de Aviación Civil contempla dos tipos de servicios además de los mencio­
nados que, por su naturaleza intrínseca, no son de carácter mercantil: el transporte aéreo
privado no comercial, es aquél que se destina a uso particular sin fines de lucro; y las
aeronaves de Estado (arts. 28, 29, 30 y 31 LAC).
296
ELEM EN TOS DE D ERECHO M ERCANTIL MEXICANO,
condiciones previstos en los tratados internacionales aplicables o, en su
defecto, a los convenios celebrados entre las empresa ferroviarias parti­
cipantes (art. 48, LRSF).
D. S e r v ic io d e a u t o t r a n s p o r t e f e d e r a l d e ca rg a
Los permisionarios que presten este servicio podrán realizar el
transporte de cualquier tipo de bienes en todos los caminos de jurisdic­
ción federal. La Secretaría de Comunicaciones y Transportes regulará
el transporte de materiales, residuos, remanentes y desechos peligrosos
que circulen por las vías de comunicación terrestre, sin perjuicio de las
atribuciones que la ley otorga a otras dependencias del Ejecutivo Fede­
ral. El transporte de objetos voluminosos o de gran peso, requiere de
permiso especial otorgado por la Secretaría (art. 50, LCPAF).
El autotransporte internacional, es decir, el que opera de otro país
al territorio nacional o viceversa, se ajustará a los términos y condicio­
nes previstos en los tratados internacionales aplicables (art. 59, LCPAF).
El artículo 39 del Reglamento de la LCPAF (D.O. 22 de noviembre de
1994) establece que, según el tipo de mercancías y de vehículos, el servi­
cio de autotransporte federal de carga se clasifica en: a) Carga general,
que consiste en el traslado de todo tipo de mercancías por caminos de
jurisdicción federal; y b) Carga especializada, que comprende el trans­
porte de materiales, residuos, remanentes y desechos peligrosos, objetos
voluminoso o de gran peso, fondos y valores, grúas industriales y auto­
móviles sin rodar en vehículo tipo góndola (arts. 39, 40 y 41, Reglamen­
to de la LCPAF).
9. TRANSPORTE DE PERSONAS
Las disposiciones generales del contrato de transporte enumeradas
para el transporte de cosas, son aplicables al transporte de personas. El
Código de Comercio, de manera específica, señala las obligaciones si­
guientes a las empresas de transporte, relacionadas con el de personas:
a) Dar a los pasajeros billetes de asiento; b) Emprender y concluir el
viaje en los días y horas señalados en los anuncios, aunque no estén to­
mados todos los asientos; c) Devolver a los pasajeros, al term inar el via­
je, el equipaje entregado al partir (art. 600, Cód. com.). Las empresas
no podrán rehusar recibir pasajeros en ninguna de sus oficinas; si un
jefe de estación, un conductor de vehículo o patrón de embarcación re­
cibe pasajeros fuera de la administración principal o de las estaciones
de tránsito, obliga por ese solo hecho a la empresa de transportes, salvo
responsabilidad que ésta pueda exigir a su empleado (arts. 598 y 599,
Cód. com.).
el
CONTRATO DE TR A N SPO RTE
297
10. MODALIDADES DEL TRANSPORTE
DE PERSONAS
A. C o n t r a t o d e t r a n s p o r t e d e p a s a je r o s p o r agua
Por este contrato, la empresa naviera o el operador se obliga a trans­
portar, en un trayecto previamente definido, a una persona, previo pago
de una tarifa. El contrato deberá constar en un documento denominado
boleto, al portador o nominativo {art. 139, LN).
En el caso del transporte de pasajeros por agua, el transportista es
responsable de la muerte o lesiones de los viajeros por daños causados
con motivo de la prestación del servicio, salvo que se pruebe que el acci­
dente no le es imputable. El transportista es responsable de los equipa­
jes registrados como si se tratara del transporte de mercancías, y de los
efectos personales y equipaje de cabina si se prueba que la pérdida o
avería se debe a falta suya o de sus empleados. El transportista está
obligado a contratar un seguro con cobertura suficiente para cubrir su
responsabilidad. Las acciones derivadas del contrato de transporte de
personas por agua, prescriben en el término de un año, contado a partir
de la fecha de desembarque en el puerto de destino o si la embarcación
no zarpara, a partir de la fecha en que fue comunicado el pasajero (arts.
142 y 143, LN).
B . C o n t r a t o d e t r a n s p o r t e a é r e o d e p a s a je r o s
Es el acuerdo entre un concesionario o permisionario y un pasajero,
por el cual el primero se obliga a trasladar al segundo, de un punto de
origen a uno de destino, por el pago de un precio. El contrato deberá
constar en un billete de pasaje o boleto (art. 49, LAC).
En los servicios de transporte aéreo nacional, los pasajeros tendrán
derecho al transporte de su equipaje, dentro de los límites de peso, volu­
men o número de piezas establecidos en el reglamento; en vuelos inter­
nacionales, los límites serán los fijados en los tratados (arts. 50 y 51,
LAC).
En vuelos de conexión, el concesionario o permisionario será res­
ponsable de los daños causados a pasajeros y equipaje facturado en
tránsito o por retraso en el servicio de transporte aéreo, si la conexión
forma parte del contrato celebrado (art. 54, LAC).
Cuando se hayan expedido boletos en exceso a la capacidad disponi­
ble de la aeronave, o se cancele el vuelo por causas imputables al conce­
sionario o permisionario, que tengan por consecuencia la denegación
del embarque, el permisionario o concesionario, a elección del pasajero,
deberá: a) Reintegrarle el precio del boleto o billete de pasaje o la pro­
298
EL EM EN TO S DE DERECH O M ERCANTIL MEXICANO
porción que corresponda de la parte no realizada del viaje; b) Ofrecerle
transporte sustituto en el primer vuelo disponible y proporcionarle
como mínimo y sin cargo los servicios de comunicación telefónica o cablegráfica al punto de destino, alimentos de conformidad con el tiempo
de espera, alojamiento cuando se requiera pernoctar y, en su caso,
transporte terrestre desde y hacia el aeropuerto; o c) Transportarle en
la fecha posterior que convenga al mismo pasajero hacia el destino res­
pecto del cual se denegó el embarque. Los pasajeros perderán los dere­
chos anteriores cuando no se presenten o lo hicieren fuera del tiempo
fijado para documentar el embarque, y no los tendrán cuando el trans­
porte lo hagan a título gratuito o con tarifas reducidas que no estén
disponibles' al público (arts. 52 y 53, LAC).
En el caso de transporte aéreo nacional, los concesionarios o permisionarios son responsables de los daños causados a los pasajeros y al
equipaje. Para los daños a pasajeros, el derecho a percibir indemniza­
ciones se sujetará a lo dispuesto por el artículo 1915 del Código Civil
Federal, salvo en lo que se refiere al monto que será el triple de lo pre­
visto en dicho artículo. Para la prelación en el pago de indemnizaciones
se estará a lo dispuesto por el art. 501 de la Ley Federal del Trabajo. La
indemnización por destrucción o avería del equipaje de mano será hasta
de cuarenta salarios mínimos; por la pérdida o avería del equipaje fac­
turado, la indemnización será equivalente a setenta y cinco salarios mí­
nimos (arts. 61 y 62, LAC).
Los concesionarios o permisionaríos estarán exentos de las respon­
sabilidades por daños a pasajeros, si se causaron por culpa o negligen­
cia inexcusable de la víctima. Al equipaje facturado se le aplican las
mismas exclusiones que a la carga (art. 67, LAC).
Para exigir indemnizaciones se requiere reclamación oportuna, es
decir, aquélla presentada dentro de los quince días siguientes a partir
de la fecha de entrega del equipaje facturado. Las acciones para exigir
el pago de Jas indemnizaciones por equipaje facturado prescribirán
en el plazo de noventa días y para daños a personas, en el plazo de un
año a partir de la fecha de iniciación del viaje (art. 66, LAC).
Los daños que sufran las personas en aeronaves destinadas al servi­
cio de transporte aéreo privado comercial se sujetarán a las disposicio­
nes del Código Civil Federal (art. 68, LAC).
C. S e r v ic io d e a u t o t r a n s p o r t e d e p a s a je r o s
De acuerdo con el artículo 18 del Reglamento de la LCPAF, se clasifi­
ca en: a) De lujo; b) Ejecutivo; c) De primera; d) Económico; e) Mixto; y
f) Transportación terrestre de pasajeros de y hacia los puertos maríti­
mos y aeropuertos. Dicho reglamento especifica las características de
EL CONTRATO DE TRA N SPORTE
299
cada servicio, así como los requisitos generales que deberán acreditar
los autotransportistas.
Los servicios de autotransporte de pasajeros se prestarán con regu­
laridad, uniformidad, continuidad y con sujeción a horarios, mismos
que se cumplirán estrictamente, aun y cuando no haya suficiente pasaje
para los mismos. Asimismo, requerirán de terminales para el ascenso o
descenso de pasajeros en las poblaciones donde inicien o terminen su
recorrido (arts. 23 y 24, Reglamento de la LCPAF).
Los usuarios del servicio de autotransporte federal tienen los dere­
chos siguientes: a) Recibir el servicio que ampara el boleto en los térm i­
nos y condiciones que correspondan a la clase de servicio; b) Conservar
en su poder los bultos que por su volumen y naturaleza puedan llevarse
a bordo, sin ocasionar molestias a los pasajeros, ni poner en riesgo la
seguridad; c) Que se les admita en el mismo vehículo, por concepto de
equipaje y libre de porte por cada boleto, un máximo de 25 kilogramos
y recibir el comprobante correspondiente; d) Recibir el reembolso del
importe de su boleto por un retraso mayor a dos horas en el origen
del recorrido; y e) Que no se aplique ajuste alguno a los boletos adquiri­
dos con anterioridad a un incremento tarifario (art. 29, Reglamento de
la LCPAF).
D.
S e r v ic io d e a u t o t r a n s p o r t e d e t u r is m o
Se prestará en todos los caminos de jurisdicción federal, sin suje­
ción de horarios o rutas determinadas (art. 48, LCPAF). De acuerdo con
el artículo 30 del Reglamento de la LCPAF, se clasifica en los siguientes
servicios: a) Turístico de lujo; b ) Turístico; c) De excursión; y d) De cho­
fer-guía. El Reglamento señala las características y requisitos para
prestar cada uno de tales servicios.
Asimismo, el Reglamento permite la prestación del servicio de auto­
transporte de turismo internacional el que tiene por objeto el transporte
en caminos de jurisdicción federal, de pasajeros con fines recreativos,
culturales, de esparcimiento, hacia centros o zonas de interés turístico y
de negocios, en autobús de matrícula extrajera (art. 37, Reglamento de
la LCPAF).
E. S e r v ic io p ú b l ic o
DE TRANSPORTE FERROVIARIO DE PASAJEROS.
S u je t o a l a s d is p o s i c i o n e s g e n e r a l e s d e l c o n t r a t o
DE TRANSPORTE.
Para el caso de los transportes terrestres son responsabilidades de
los concesionarios o permisionarios: a) Garantizar la seguridad e inte­
gridad de los pasajeros durante el trayecto, desde que aborden hasta
300
ELEM EN TO S DE D ERECHO M ERCANTIL MEXICANO
que desciendan del vehículo; b) Proporcionar un seguro que ampare los
daños que pudieren ocasionarse al pasajero y a su equipaje; c) Respon­
der a los usuarios por los daños que sufran en su persona o en su equi­
paje en la prestación del servicio (art. 50, LRSF; art. 62 y 63, LCPAF).
El derecho a percibir indemnizaciones por responsabilidad de las
empresas de vías generales de comunicación terrestres y la fijación de
su monto, se sujetará a las disposiciones del Código Civil Federal. Para
la prelación en el pago de las mismas se estará a lo dispuesto en el ar­
tículo 501 de 1^ Ley Federal del Trabajo (art. 54, LRSF; art. 64, LCPAF).
Para el caso del transporte ferroviario, las indemnizaciones deberán cu­
brirse en un plazo máximo de noventa días naturales, contado a partir
de que se presente la reclamación correspondiente (art. 55, LRSF).
11. CONTRATOS DE FLETAMENTO
A. C o n t r a t o d e f l e t a m e n t o d e e m b a r c a c io n e s
En estos contratos, el fletante se compromete a poner una embarca­
ción en estado de navegabilidad, a disposición de un fletador, quien a su
vez se compromete al pago de una cantidad denominada flete. El con­
trato de fletamento deberá constar por escrito y el documento que lo
contiene se denominará póliza de fletamento. Este contrato se regirá por
voluntad de las partes y en lo no pactado por lo dispuesto en la LN. La
póliza de fletamento contendrá, al menos: a) Los elementos de indivi­
dualización de la embarcación; b) Nombre y domicilio del fletante y fle­
tador; c) Monto y forma de pago del flete; y d) Duración del contrato.
Las acciones nacidas del contrato del fletamento prescribirán en un año
(arts. 119, 125 y 127, LN).
La LN clasifica los contratos de fletamento en: 1. Fletamento o arren­
damiento a casco desnudo. El fletante se obliga a poner por un tiempo
determinado a disposición del fletador, una embarcación determinada,
sin armamento y sin tripulación, a cambio del pago de un flete. El fleta­
dor asume la gestión náutica y comercial en calidad de naviera o ar­
mador de la embarcación fletada y debe restituir la embarcación al tér­
mino convenido en el estado en que la recibió. En el contrato de
fletamento a casco desnudo se podrá pactar la opción a compra; 2. Fle­
tamento por tiempo. El fletante se obliga a poner una embarcación ar­
mada y con tripulación a disposición del fletador, por un tiempo deter­
minado, a cambio del pago de un flete. El fletante conserva la gestión
náutica de la embarcación, quedando la gestión comercial de ésta al
fletador, y el capitán le debe obediencia, dentro de los límites de la póli­
za del fletamento; 3. Fletamento por viaje. El fletante se obliga a poner
EL CONTRATO DE TR A N SPO R TE
301
todo o parte determinada de una embarcación con tripulación a dispo­
sición del fletador para llevar a cabo uno o varios viajes. El fletante
conserva la gestión náutica y comercial. El fletador deberá entregar a
bordo la cantidad de mercancías mencionadas en la póliza de fletamento y en caso de incumplimiento deberá pagar la totalidad del flete. El
fletante es responsable por las mercancías recibidas a bordo, dentro de
los límites de la póliza de fletamento (arts. 114, 121, 122, 123 y 14, LN).
B.
C ontrato de fl e t a m e n t o d e aeronaves
Es aquél mediante el cual el permisionario de la prestación del ser­
vicio al público de transporte aéreo no regular, en su calidad de fletan­
te, pone a disposición del fletador, a cambio del pago de un flete, la ca­
pacidad útil total o parcial de una o más aeronaves para transportar
personas, carga o correo, una o m ás veces, o durante un periodo deter­
minado, reservándose el fletante la dirección de la tripulación y la condücción técnica de la aeronave. El fletante responderá exclusivamente
ante el fletador por el incumplimiento de las obligaciones pactadas en­
tre ellos, y además será responsable por los daños que se produzcan a
las personas, carga o correo transportados en su aeronave o los causa­
dos a terceros en la superficie, o aquéllos que se ocasionen por aborda­
jes en los que la propia nave intervenga. El fletador responderá por la
realización y calidad del transporte ante las personas que hubieren con­
tratado los servicios en paquete por él ofrecidos, inclusive cuando utili­
ce agentes o intermediarios que actúen por cuenta y a nombre del pro­
pio fletador (arts. 59 y 60, LAC).
Los servicios de fletamento, junto con los de taxis aéreos, quedan
comprendidos en los servicios de transporte aéreo nacional no regular.
Los permisionarios de servicios de fletamento deberán observar lo si­
guiente: a) Los vuelos o paquetes de vuelos que deseen operar estarán
sujetos a autorización previa de la Secretaría de Comunicaciones y
Transportes; b) Los servicios que prestan no podrán traducirse o con­
vertirse de hecho en equivalentes al transporte aéreo regular, sino que
serán complementarios a éste; c) En los contratos de fletamento de ae­
ronaves que celebren con prestadores de servicios turísticos, deberá
pactarse que los transportes de servicio aéreo se comercializarán, en
todo caso, como parte de otros servicios en paquete (art. 23, LAC).
12. OTROS CONTRATOS DE TRANSPORTE
A. C o n t r a t o d e t r a n s p o r t e a é r e o d e c o r r e o s
Es el acuerdo entre el concesionario o permisionario y el organismo
público descentralizado que preste el servicio público de correo, por
302
E L E M E N T O S D E D ER EC H O M ERCANTIL MEXICANO
virtud del cual, el primero se obliga frente al segundo, a trasladar co­
rrespondencia de un punto de origen a otro de destino, contra el pago
de un precio. Las partes celebrarán el contrato de transporte de correos
con las modalidades que convenga a la prestación eficiente del servicio
(art. 57, LAC). El artículo 17 de la Ley del Servicio Postal Mexicano esta­
blece que para el transporte de la correspondencia se utilizará la vía
más adecuada a fin de lograr seguridad y rapidez y, si se requiere, se
podrá contratar el transporte con terceros.
B.
C o n t r a t o d e r e m o l q u e t r a n s p o r t e p o r agua
Consiste en la operación de trasladar por agua una embarcación u
otro objeto, desde un lugar a otro, bajo la dirección del capitán de la
embarcación remolcadora y mediante el suministro por ésta de toda o
parte de la fuerza de tracción. Tanto la embarcación remolcadora como
la remolcada, responderán frente a terceros de los daños y perjuicios
que causen, salvo prueba en contrario. Las acciones derivadas de estos
contratos prescribirán en seis meses, contados a partir de la fecha pac­
tada para su entrega en el lugar de destino (art. 148, LN).
C a p ítu lo
VIII
EL CONTRATO D E SEGURO
1. CONCEPTO Y NATURALEZA
Se ha dicho que el riesgo, es decir, la contingencia de sufrir un daño
o una pérdida, ha sido siempre el azote de la existencia humana.1
Los riesgos a que están expuestas las cosas y la vida humana han
determinado el nacimiento y desarrollo del seguro.2
El seguro constituye precisamente una forma eficaz de hacer frente
a los riesgos y de prever las pérdidas o daños que su realización signifi­
ca. En virtud del seguro, los riesgos a q^ie están expuestos el patrimonio
o la persona del asegurado son asumidos por el asegurador.
Por el contrato de seguro, dice el artículo í° de la Ley sobre el Con­
trato de Seguro (LCS), la empresa aseguradora se obliga, mediante una
prima, a resarcir un daño o a pagar una suma de dinero al verificarse
la eventualidad prevista en el contrato.
Nuestro Código de Comercio (art. 75, frac. XVI) considera actos de
comercio a los contratos de seguros de toda especie, siempre que sean
hechos por empresas.
De acuerdo con la Ley General de Instituciones y Sociedades Mutualistas de Seguros (LIS), se realiza una operación activa de seguros
cuando una persona asume un riesgo, cuya realización dependa de un
acontecimiento futuro e incierto, a cambio de que otra le cubra una
suma de dinero, obligándose quien asume el riesgo, cuando se produzca
éste, a resarcir el daño de manera directa o indirecta o al pago de una
suma de dinero (art. 3o, fracc. I, segundo párrafo LIS).3
1 AJILEN, Principios generales de seguros, México, 1949, p. 7.
1 ASCARELLI, Derecho mercantil, p. 345.
3
Esta definición fue adicionada por decreto publicado el 14 de julio de 1993 junto
con un tercer párrafo que precisa que, para efectos de la ley, no se considera operación
activa de seguros la comercialización a futuro de bienes o servicios cuando el cumpli­
miento de la obligación convenida, no obstante que dependa de la realización de un
acontecimiento futuro o incierto, se satisfaga con recursos e instalaciones propios de
quien ofrezca el bien o servicio y sin que se comprometa a resarcir algún daño o a pagar
una prestación en dinero.
304
ELEMENTOS DE DERECHO MERCANTIL MEXICANO
El contrato de seguro es un contrato bilateral, ya que las partes se
obligan recíprocamente. Es un contrato oneroso porque las partes esti­
pulan gravámenes y provechos recíprocos. Es un contrato aleatorio.
Como ha dicho Vivante,4 los que niegan el carácter aleatorio al contrato
de seguro incurren en el error de definir el contrato de seguro con los
caracteres de la industria a que pertenece. En efecto, considerados en
su conjunto los contratos de seguro celebrados por determinada empre­
sa aseguradora, no puede decirse que en realidad su función sea la de
asumir los riesgos, sino la de compensarlos. Como la técnica asegura­
dora moderna se basa sobre el cálculo de las probabilidades y sobre las
leyes de los grandes números, “mediante la masa de las operaciones de
seguros realizadas los riesgos se compensan, el alea del asegurador se
elimina, y su lucro no depende tanto de que el evento se verifique o no,
cuanto de la mayor o menor perfección técnica de su organización y de
la mayor o menor amplitud de la esfera de acción de su actividad”. 5
2. LA EMPRESA ASEGURADORA
Según la Ley General de Instituciones y Sociedades Mutualistas de
Seguros (LIS) sólo pueden tener el carácter de empresas aseguradoras
las que se organicen y funcionen como instituciones de seguros o como
sociedades mutualistas. La fracción I del artículo 3o de la LIS prohíbe a
toda persona física o moral distinta de las señaladas, la práctica de
cualquier operación activa de seguros en territorio nacional.
Para organizarse y funcionar como institución de seguros se requie­
re concesión del Gobierno Federal, que compete otorgar discrecional­
mente a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, oyendo la opinión
de la Comisión Nacional de Seguros y de Fianzas (art. 5o de la LIS). Es
ésta una innovación introducida por las reformas de 1980. Anteriormen­
te la actividad aseguradora se realizaba previa "autorización". Las nue­
vas disposiciones, al exigir o referirse a "concesión”, pretenden destacar
el carácter de servicio público a cargo de las empresas aseguradoras,
con todas sus consecuencias legales.
Para organizarse y funcionar como sociedad mutualista de seguros
se requiere autorización del Gobierno Federal, que compete otorgar dis­
crecionalmente a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, oyendo
la opinión de la Comisión Nacional de Seguros y de Fianzas.
Las concesiones y autorizaciones para organizarse y funcionar
como institución o sociedad mutualista de seguros, respectivamente,
son por su propia naturaleza intransmisibles, y se referirán a una o más
4 Del contrato de seguro, Buenos Aires, 1952, T. I, p. 36.
5 F e r r i , Manuale di diritto commerciale, p. 534.
305
el co n tra to de seg u r o
de las siguientes operaciones de seguros: 1. Vida; 2. Accidentes y enfer­
medades; 3. Daños, en alguno de los ramos siguientes: a) Responsabili­
dad civil y riesgos profesionales, b) Marítimo y transportes, c) Incendio.
d) Agrícola y de animales, e) Automóviles, f) Crédito, g) Crédito a la vi­
vienda. h) Garantía financiera, i) Diversos, j) Terremoto y otros riesgos
catastróficos, k) Los especiales que declare la Secretaría de Hacienda y
Crédito Público. Las autorizaciones podrán otorgarse también para
practicar exclusivamente el reaseguro, en alguna o algunas de las ope­
raciones mencionadas antes (art. 7o de la LIS).
A. La s
in s t it u c io n e s d e se g u r o s
Deberán ser constituidas como sociedades anónimas de capital fijo,
con arreglo a lo que dispone la Ley General de Sociedades Mercantiles,
en cuanto no esté previsto en la LIS, y particularmente a lo siguiente: a)
Deberán contar con un capital mínimo pagado por cada operación o
ramo que se les autorice, expresado en Unidades de Inversión, el que
determinará la Secretaría de Hacienda y Crédito Público durante el pri­
mer trimestre de cada año, según las operaciones señaladas en el primer
párrafo, frac. I de art. 29 de la LIS. El capital mínimo deberá estar to­
talmente suscrito y pagado a más tardar al 30 de junio del año en que la
Secretaría de Hacienda y Crédito Público lo haya fijado. Cuando el capi­
tal social exceda del mínimo deberá estar pagado cuando menos en un
50%, siempre que este porcentaje no sea menor del mínimo establecido.
Si se trata de sociedades de capital variable, el capital mínimo obligato­
rio estará integrado por acciones sin derecho a retiro. El monto del ca­
pital con derecho a retiro, en ningún caso podrá ser superior al capital
pagado sin derecho a retiro. El valor de las acciones deberá pagarse ín­
tegramente en el acto de ser suscritas. Las instituciones podrán emitir
acciones sin valor nominal así como preferentes o de voto limitado. En
caso de que existan más de una serie de acciones, deberá indicarse ex­
presamente el porcentaje del capital social que podrá corresponder a
cada serie. El capital pagado de las instituciones de seguros podrá inte­
grarse con una parte representada por acciones de voto limitado hasta
por un monto equivalente al treinta por ciento del capital pagado, pre­
via autorización de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público. Las
acciones de voto limitado otorgarán derecho de voto únicamente en los
asuntos relativos a cambio de objeto, fusión, escisión, transformación,
disolución y liquidación, así como cancelación de su inscripción en
cualquier bolsa de valores. 2. En razón del origen de los accionistas que
suscriban su capital, las instituciones podrán ser a) De capital total o
mayoritariamente mexicano; o b) De capital total o mayoritariamente
extranjero, en cuyo caso se les considerará como Filiales de Institucio­
306
ELEMENTOS DE DERECHO MERCANTIL MEXICANO
nes Financieras del Exterior y deberán sujetarse a las reglas estableci­
das por la fracción I Bis del artículo 29 mencionado. 3. La participación
en asambleas de accionistas de instituciones de seguros, así como de
sociedades controladoras, reguladas por la Ley para Regular las Agru­
paciones Financieras o de sociedades que tengan el control de una insti­
tución de seguros también existen requisitos especiales, contenidos en
la fracción III del mismo numeral citado. 4. Respecto a la duración de
estas sociedades, podrá estipularse que se indefinida, pero no podrá ser
en ningún caso menor a treinta años. 5. La regulación respecto de sus
asambleas, ya sean ordinarias o extraordinarias también cuenta con
particularidades, como por ejemplo, los socios que representen, por lo
menos el 10% del capital pagado pueden pedir que se convoque a una
asamblea extraordinaria. En las asambleas extraordinarias las decisio­
nes deberán tomarse cuando menos, por una mayoría del 80% del capi­
tal pagado con derecho a voto, salvo que se trate de segunda convocato­
ria, caso en el cual las resoluciones se adoptarán, por lo menos, con el
voto del 30% del capital pagado con derecho a voto. 6. Su administra­
ción está encomendada a un consejo de administración y a un director
general y contarán con un contralor normativo responsable de vigilar el
cumplimiento de la normatividad externa y externa aplicable. 7. La es­
critura constitutiva y cualquier modificación de la misma, deberán ser
sometidas a la aprobación de la Secretaría de Hacienda y Crédito Públi­
co, a efecto de apreciar si se cumplen los requisitos establecidos por la
ley. Dictada dicha aprobación por la Secretaría de Hacienda y Crédito
Público, la escritura o sus reformas podrán ser inscritas en el Regis­
tro Público de Comercio sin que sea preciso mandamiento judicial. Res­
pecto de las particularidades de estas sociedades véase, en general, el
artículo 29, 66 y el Título IV de la LIS.
Las instituciones de seguros sólo podrán realizar las operaciones
siguientes: 1. Practicar las operaciones de seguros, reaseguro y reafian­
zamiento a que se refiera la autorización otorgada; 2. Celebrar opera­
ciones de reaseguro financiero; 3. Constituir e invertir las reservas pre­
vistas en la ley; 4. Administrar las sumas que por concepto de dividendos
o indemnizaciones les confíen los asegurados o sus beneficiarios; 5. Ad­
m inistrar las reservas correspondientes a contratos de seguros que ten­
gan como base planes de pensiones relacionados con la edad, jubilación
o retiro de personas. 6. Actuar como institución fiduciaria en negocios
directamente vinculados con las actividades que les son propias. Al
efecto, se considera que están vinculados a las actividades propias de
las instituciones de seguros los fideicomisos de administración en que
se afecten recursos relacionados con el pago de primas por los contra­
tos de seguros que se celebren. 7. Actuar como institución fiduciaria en
los fideicomisos de garantía a que se refiere la Sección Segunda del Ca­
EL CONTRATO DE SEGURO
307
pítulo V del Título Segundo de la Ley General de Títulos y Operaciones
de Crédito. 8. Administrar las reservas retenidas a instituciones del país
y del extranjero, correspondientes a las operaciones de reaseguro y reafianzamiento. 9. Dar en administración a las instituciones cedentes, del
país o del extranjero, las reservas constituidas por primas retenidas co­
rrespondientes a operaciones de reaseguro o reafianzamiento. 10. Efec­
tuar inversiones en el extranjero por las reservas técnicas o en cumpli­
miento de otros requisitos necesarios, correspondientes a operaciones
practicadas fuera del país. 11. Constituir depósitos en instituciones de
crédito y en bancos del extranjero en los términos de la ley. 12. Recibir
títulos en descuento y redescuento a instituciones de crédito, organiza­
ciones auxiliares del crédito y sociedades financieras de objeto múltiple,
así como a fondos permanentes de fomento económico destinados en fi­
deicomiso por el gobierno federal en instituciones de crédito. 13. Otor­
gar préstamos o créditos. 14. Emitir obligaciones subordinadas, las cua­
les podrán ser no susceptibles de convertirse en acciones, o de
conversión obligatoria en acciones, así como emitir otros títulos de cré­
dito, en los términos previstos en las fracciones XIII Bis y XIII Bis-1 del
artículo 35 de la ley. 15. Operar con valores en los términos de las dis­
posiciones de la, presente Ley y de la Ley del Mercado de Valores. 16.
Emitir documentos que otorguen a sus titulares derechos de crédito
conforme a la Ley del Mercado de Valores que puedan ser materia de
oferta pública y de intermediación en el mercado de valores. 17. Operar
con documentos mercantiles por cuenta propia, para la realización de
su objeto social. 18. Adquirir, construir y administrar viviendas de inte­
rés social e inmuebles urbanos de productos regulares. 19. Adquirir los
bienes muebles e inmuebles necesarios para la realización de su objeto
social. 20. Invertir en el capital de las administradoras de fondos para
el retiro y en el de las sociedades de inversión especializadas de fondos
para el retiro, en los términos de la legislación aplicable. 21. Actuar
como comisionista con representación de empresas extranjeras para
efectos de lo previsto en la ley. 22. Efectuar, en los términos que señale
la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, las operaciones análogas y
conexas que autorice (art. 34, LIS).
Por reforma publicada en el D.O. el 23 de diciembre de 1993 se in­
trodujo el concepto de "filiales de instituciones financieras del exterior",
con relación a las instituciones de seguros y del conjunto de institucio­
nes financieras del país como resultado de las negociaciones de libre
comercio con Estados Unidos y Canadá.6 En el caso de las filiales de
6 De acuerdo con el art. 33-A de la LIS, adicionado por la reforma citada, una filial
es la sociedad anónima mexicana autorizada para organizarse y funcionar como institu­
ción de seguros, y en cuyo capital participé mayoritaria mente una institución financiera
308
ELEMENTOS DE DERECHO MERCANTIL MEXICANO
instituciones financieras del exterior, además de lo señalado en los arts.
24 y 39 de la LIS señalados en párrafos anteriores, se sujetarán a lo si­
guiente: 1. Se regirán por lo previsto en tratados o acuerdos internacio­
nales, las disposiciones de la LIS aplicables a instituciones de seguros,
en especial el capítulo I bis del Título Primero del ordenamiento citado
(art. 33-B LIS). 2. Requerirán autorización del Gobierno Federal, para
organizarse y funcionar, autorizaciones que son intransmisibles y debe­
rán publicarse en el Diario Oficial (art. 33-C LIS). 3. Podrán realizar las
mismas operaciones que las instituciones de seguros, a menos que el
tratado o acuerdo internacional aplicable establezca alguna restricción
(art. 33-D LIS). 4. La institución financiera del exterior deberá realizar
en el país en que esté constituida el mismo tipo de operaciones que la
filial de que se trate esté facultada para realizar en México, con excep­
ción de las filiales en cuyo capital participe mayoritariamente una so­
ciedad controladora filial de conformidad con la LAF (art. 33-E LIS), 5.
El capital social estará representado por dos series de acciones. Cuando
menos el 51% del capital social de las filiales será propiedad en todo
momento de una institución financiera del exterior o sociedad controla­
dora filial (acciones serie “E"); podrán emitir también acciones de serie
"M”, que no excederán del 49% del capital social y que se regularán por
lo dispuesto para las instituciones de seguros de capital total o mayori­
tariamente mexicano. Las acciones de serie "E” sólo podrán ser enaje­
nadas previa autorización de la Secretaría de Hacienda y Crédito Públi­
co (arts. 33-G y 33-H, LIS). 6. La administración de las filiales estará
encomendada a un consejo de administración y a un director general.
Los directores generales deben contar con elegibilidad crediticia, hono­
rabilidad y cumplir con los requisitos que m arca el artículo 29 de la
LIS. El consejo de administración se integrará por cuando menos cinco
consejeros, no pudiendo ser más de quince, con sus respectivos suplen­
tes. El accionista de la serie “E" que represente cuando menos el 51%
del capital social pagado designará a la mitad más uno de los conseje­
ros y por cada 10% de las acciones de esta serie que exceda ese porcen­
taje, tendrá derecho a designar un consejero más. Los accionistas de la
serie “M" designarán a los consejeros restantes. El presidente del conse­
jo deberá elegirse de entre los consejeros propietarios de la serie "E"
(art. 33-K, LIS). 7. El órgano de vigilancia de las filiales estará integradel exterior o una sociedad controladora filial; una institución financiera del exterior es
la entidad financiera constituida en un país con el cual México haya celebrado un acuer­
do o tratado internacional en virtud del cual se permita el establecimiento en territorio
nacional de filiales; y una sociedad controladora filial es la sociedad mexicana autoriza­
da para constituirse y operar como sociedad controladora en los términos de la LAF y en
cuyo capital participe mayoritariamente una institución financiera del exterior.
309
el contrato de segu ro
do por lo menos por un comisario designado por los accionistas de la
serie “E* y, en su caso, un comisario nombrado por los accionistas de
la serie "M", y sus respectivos suplentes (art. 33-M, LIS). 8. La Comisión
Nacional de Seguros y Fianzas tendrá, respecto a las filiales, todas las
facultades que le atribuye la LIS con respecto a las instituciones de se­
guros (art, 33-N, LIS).
B. Las
s o c ie d a d e s m u t u a l i s t a s
Las sociedades mutualistas autorizadas en los términos de la LIS
para practicar operaciones de seguros, deberán ser constituidas con
arreglo a las bases siguientes: í. El contrato social deberá otorgarse
ante notario público y registrarse en la forma prevista en la Ley Gene­
ral de Sociedades Mercantiles. 2. El objeto social se limita al funciona­
miento como sociedad mutualista de seguros, en los términos dé la LIS.
3. Se organizarán y funcionarán de manera que las operaciones de se­
guros que practiquen no produzcan lucro o utilidad para la sociedad ni
para sus socios, debiendo cobrar solamente lo indispensable para cubrir
los gastos generales que ocasione su gestión y para constituir las reser­
vas necesarias a fin de poder cumplir sus compromisos para con los
asegurados. 4. La responsabilidad social de los mutualizados se limita­
rá a cubrir su parte proporcional en los gastos de gestión de la socie­
dad, salvo lo previsto en la LIS para el caso de ajustes totales de sinies­
tros. 5. El número de mutualizados no podrá ser inferior de trescientos
individuos cuando la sociedad practique operaciones de vida. 6. La
suma asegurada para las operaciones de vida, así como el valor asegu­
rado y el monto total de las primas que deban ser pagadas en el primer
año para las demás operaciones, se ajustarán a las cantidades que como
mínimo señale la Comisión Nacional Bancaria y de Seguros. 7. Podrá
estipularse que la duración de la sociedad sea indefinida. 8. El domici­
lio de la sociedad deberá estar siempre dentro del territorio de la Repú­
blica. 9. El nombre de la sociedad deberá expresar su carácter de mu­
tualista. 10. El contrato social deberá contener: a) La cuantía del fondo
social exhibido y la forma de amortizarlo, b) Los nombres, apellidos,
domicilio y demás generales de los mutualizados, con indicación de los
valores asegurados por cada uno de ellos y las cifras de sus cuotas, c) El
máximo destinado a gastos de funcionamiento inicial y la proporción de
las cuotas anuales que podrá emplear el consejo de administración para
gastos de gestión de la sociedad, que serán fijados cada año por la
asamblea general, d) Las condiciones generales de acuerdo con las cua­
les se celebrarán los contratos entre la sociedad y los mutualizados. e)
El modo de hacer la estimación de los valores asegurados y las condi­
ciones recíprocas de prórroga o rescisión de los contratos y las circuns­
310
ELEMENTOS DE DERECHO MERCANTIL MEXICANO
tancias que hagan cesar los efectos de dichos contratos, f) La forma y
las condiciones de la declaración que deben hacer los mutualizados en
caso de siniestro para el ajuste de las indemnizaciones que puedan de­
bérseles y el plazo dentro del cual deba efectuarse el ajuste de cada si­
niestro, pudiendo hacerse, si así se conviene en el contrato social, un
ajuste total o parcial de dichos siniestros, en la inteligencia de que, en
caso de ajustes parciales, dentro de los tres meses que sigan a la expira­
ción de cada ejercicio, se hará un ajuste general de los siniestros a car­
go del año, a fin de que cada beneficiario reciba, si hay lugar a ello, el
saldo de la indemnización regulada en su provecho. Si en el contrato
social se establece que los ajustes de los siniestros sean totales, el mis­
mo contrato especificará el máximo de responsabilidad adicional de
cada asegurado, para los casos en que la sociedad resulte con pérdidas
por ese concepto, en un ejercicio determinado, g) La facultad de la so­
ciedad para rescindir el contrato después del siniestro, dentro del mes
siguiente a la notificación hecha al asegurado. Este derecho, cuando se
pacte, sólo podrá ejercitarse mediante la restitución por la sociedad de
la parte de cuota que corresponda al período en que no se garantizan
los riesgos. En este caso, el mutualizado puede rescindir, sin indemni­
zación, las otras pólizas que pueda tener con la sociedad. 11. En ningún
momento podrán participar en forma alguna en estas sociedades, go­
biernos o dependencias oficiales extranjeras, entidades financieras del
exterior o agrupaciones de personas extranjeras, físicas o morales, sea
cual fuere la forma que revistan, directamente o a través de interpósita
persona. 12. Cada año, por lo menos, se celebrará una asamblea gene­
ral, en la fecha que fije el contrato social. En éste se determinará el mí­
nimo de valores asegurados o de cuotas para la composición de la
asamblea, que no podrá ser, en todo caso, menor del 50% del total de
dichas sumas y cuotas. Los estatutos y la escritura determinarán el
máximo de votos que podrán ser representados por un solo mutualiza­
do, pero en ningún caso esta representación, por sí sola, excederá del
25% de los valores asegurados o de las cuotas de la sociedad. Cuando se
trate de sociedades mutualistas que practiquen operaciones de vida,
cada mutualizado tendrá derecho a un voto. 13. Las decisiones de la
asamblea que se refieran a la disolución de la sociedad, a su fusión con
otras sociedades, a su cambio de objeto y a cualquiera otra reforma a la
escritura, deberán tomarse, cuando menos, con una mayoría del 80%
del total de los votos computables en la sociedad, a menos que se trate
de segunda convocatoria, caso en el cual las resoluciones podrán to­
marse cualquiera que sea el número de votos representados. La asam­
blea general tendrá las más amplias facultades para resolver todos los
asuntos que a la sociedad competen, en los términos del contrato social.
14. La convocatoria para las asambleas deberá hacerse por el consejo
el c o n tr a to d e seg u r o
311
de administración o por los comisarios. Los mutualizados que represen­
ten por lo menos el 10% del total de los valores asegurados o de las cuo­
tas de la sociedad, podrán pedir por escrito, en cualquier tiempo, al
consejo de administración o a los comisarios, la convocatoria de una
asamblea general, para tratar los asuntos que indiquen en su petición.
15. El consejo de administración estará formado por el número de
miembros mutualizados que establezca el contrato social, el cual no po­
drá ser inferior de cinco ni mayor de quince, y serán electos por un pe­
riodo no mayor de cinco años, por la asamblea general. Las facultades
del consejo de administración se determinarán en el contrato social y
los miembros del consejo podrán escoger entre ellos y, si el contrato so­
cial lo permite fuera de ellos, uno o varios directores, cuya remunera­
ción consistirá en un emolumento fijo que se tomará de la parte de cuo­
ta prevista para gastos de gestión. Las sociedades mutualistas no
podrán encargar de la gestión de sus negocios a un director que no haya
sido designado en la forma indicada en este inciso o a una empresa dis­
tinta de la sociedad. Los miembros del consejo de administración debe­
rán ser electos entre los mutualizados que tengan la suma de valores
asegurados o de cuotas que determinen los estatutos, pudiendo las mi­
norías, cuya representación en la asamblea no sea menor del 5% nom­
brar un consejero, por lo menos. 16. Todas las asambleas y juntas del
consejo de administración se celebrarán en el domicilio social. 17. La
asamblea general de mutualizados designará uno o varios comisarios,
mutualizados o no, encargados de la vigilancia de la sociedad, en la in­
teligencia de que las minorías que representen por lo menos un 10% de
los votos computables en la asamblea, tendrán derecho a la designación
de un comisario. Los comisarios tendrán todos los derechos y obligacio­
nes que se imponen en la Ley General de Sociedades Mercantiles a los
comisarios de las sociedades anónimas. 18. El contrato social y cual­
quier modificación del mismo, deberán ser sometidos a la aprobación de
la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, a efecto de apreciar si se
cumplen los requisitos establecidos por la ley. Dictada dicha aprobación
por la Secretaría mencionada, el contrato o sus reformas podrán ser
inscritos en el Registro Público de Comercio, sin que sea preciso man­
damiento judicial. 19. La liquidación administrativa de la sociedad de­
berá efectuarse de conformidad con lo que dispone el Título IV de la
LIS, siendo aplicable a este tipo de sociedades las disposiciones legales
relativas al concurso mercantil de las instituciones de seguros (art. 78,
LIS).
Ha dicho Mantilla Molina,7 que la sociedad mutualista surge cuan­
do un grupo de personas sujetas a un mismo riesgo convienen en in­
7 Derecho mercantil, pp. 325 y 326.
312
ELEMENTOS DE DERECHO MERCANTIL MEXICANO .
demnizar el siniestro que puede afectar a una de ellas, repartiendo en­
tre todas la cantidad necesaria para resarcir los daños producidos por
dicho siniestro, o si se trata de una mutualista de vida, en pagar cada
una de ellas una cantidad determinada al ocurrir la muerte de uno de
los miembros de la agrupación. "La función económica de las mutualistas es semejante a la de las cooperativas de consumo, dentro del campo
del seguro.”8
C. L a s
o r g a n iz a c io n e s a u x i l ia r e s d e s e g u r o s
Tienen este carácter los consorcios formados por instituciones de
seguros autorizadas con objeto de prestar a cierto sector de la actividad
económica un servicio de seguros de manera habitual, a nombre y por
cuenta de dichas instituciones aseguradoras o celebrar en representa­
ción de las mismas, los contratos de reaseguro o coaseguro necesarios
(art. 11 de la LIS).
Estos consorcios serán organizados como sociedades, previa autori­
zación de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.
D . In sp e c c ió n
y v ig il a n c ia
La inspección y vigilancia de las instituciones y de las sociedades
mutualistas de seguros y de los consorcios queda confiada a la Comi­
sión Nacional de Seguros y Fianzas (arts. 11 y 106 de la LIS).
La Comisión Nacional de Seguros y Fianzas ejercerá, respecto a los
síndicos y a los liquidadores, las funciones de vigilancia que tiene atri­
buidas en relación a las instituciones y sociedades mutualistas de
seguros.
3. CONTRATANTE, ASEGURADO Y BENEFICIARIO
El contratante es la persona que contrata el seguro con la empresa
aseguradora. El contratante puede ser el asegurado o un tercero. Pero
en todo caso el contratante debe tener un interés asegurable para que eT
contrato sea válido; de no ser así, el seguro vendría a ser para él una
apuesta.
Así, el artículo 11 de la LCS establece que el seguro podrá contratar­
se por cuenta propia o por cuenta de otros, con o sin designación de la
persona del tercero asegurado.
Puede hablarse, además, de beneficiario, que es la persona designa­
da en el contrato para recibir la indemnización correspondiente en caso
de siniestro.
8 M a n t i l l a M o lin a , ob. cit., p. 327.
313
el contrato de seg u ro
4. EL RIESGO
El riesgo es elemento esencial del contrato de seguro. Dice el artícu­
lo 45 de la LCS, que el contrato será nulo si en el momento de su cele­
bración el riesgo hubiere desaparecido o el siniestro ya se hubiera reali­
zado. Por su parte, el artículo 46 de la LCS dispone que si el riesgo deja
de existir después de la celebración del contrato, éste se resolverá de
pleno derecho.
El riesgo puede definirse diciendo que es el evento futuro e incierto
de cuya realización depende el nacimiento de la obligación de la empre­
sa aseguradora. Es la eventualidad prevista en el contrato, como dice el
artículo Io de la LCS. La incertidumbre de la realización del riesgo debe
ser al menos en cuanto al momento en que habrá de producirse.
Como la empresa aseguradora debe formarse un juicio exacto sobre
el riesgo que va a correr por el seguro, el contratante estará obligado a
declarar por escrito, de acuerdo con el cuestionario relativo, todos los
hechos que sean importantes para la apreciación de dicho riesgo y que
puedan influir en las condiciones convenidas, tales como los conozca o
los deba conocer en el momento de la celebración del contrato. Cual­
quier omisión o inexacta declaración facultará a la empresa asegurado­
ra para considerar rescindido de pleno derecho el contrato, aunque no
hayan influido en la realización del siniestro (arts. 8, 9, 10 y 47 LCS). En
este caso, la empresa aseguradora comunicará en forma auténtica al
asegurado o a sus beneficiarios, la rescisión del contrato dentro de los
treinta días naturales siguientes a la fecha en que la propia empresa co­
nozca la omisión o inexacta declaración (art. 48, LCS).
Sin embargo, la omisión o inexacta declaración de los hechos no
producirá efectos y, consecuentemente, la empresa aseguradora no po­
drá rescindir el contrato, en los casos siguientes: a) Si la empresa provo­
có la omisión o la inexacta declaración del contratante; b) Si la empresa
conocía o debía conocer exactamente el hecho que no ha sido declarado
o que lo ha sido en forma inexacta; cj Si la empresa renunció al derecho
de rescindir el contrato por esa causa; d) Si el contratante no contesta
una de las cuestiones propuestas y, sin embargo, la empresa celebra el
contrato (art. 50 LCS).
Además, el asegurado deberá comunicar a la empresa aseguradora
las agravaciones esenciales que tenga el riesgo durante el curso del se­
guro, dentro de las veinticuatro horas siguientes al momento en que las
conozca. Cuando el asegurado omitiere el aviso o si él provoca una
agravación esencial del riesgo, cesarán de pleno derecho las obligacio­
nes de la empresa en lo sucesivo (art. 52 LCS). Según el artículo 53 de la
LCS, se presum irá siempre: a) Que la agravación es esencial cuando se
refiera a un hecho importante para la apreciación de un riesgo, de tal
314
ELEM EN TO S DE D ER ECH O M ERCANTIL M EXICANO'
suerte que la empresa habría contratado en condiciones diversas si al
celebrar el contrato hubiere conocido una agravación análoga; b) Que el
asegurado conoce o debe conocer toda agravación que emane de actos
u omisiones de sus inquilinos, cónyuge, descendientes o cualquiera otra
persona que, con el consentimiento del asegurado, habite el edificio o
tenga en su poder el mueble que fuere materia del seguro.
Cuando la empresa aseguradora rescinda el contrato por causa de
agravación esencial del riesgo, su responsabilidad term inará quince
días después de la fecha en que comunique su resolución al asegurado
(art. 56 LCS).
La agravación del riesgo no producirá efectos: a) Si no ejerció in*
fluencia sobre el siniestro o sobre la extensión de las prestaciones de la
empresa aseguradora; b) Si tuvo por objeto salvaguardar los intereses
de la empresa aseguradora o cumplir con un deber de humanidad; c) Si
la empresa renunció expresa o tácitamente al derecho de rescindir el
contrato por esa causa. Se tendrá por hecha la renuncia si al recibir la
empresa aseguradora el aviso escrito de la agravación del riesgo, no le
comunica al asegurado, dentro de los quince días siguientes, su volun­
tad de rescindir el contrato (art. 58 LCS).
5. EL SINIESTRO
Realizado el siniestro, el asegurado o el beneficiario, en su caso,
tan pronto como tengan conocimiento de ello, deberán comunicarlo
por escrito dentro de un plazo de cinco días a la empresa aseguradora
(art. 66 LCS).
Si el asegurado o el beneficiario no cumplen con la obligación de
avisar la realización del siniestro a la empresa aseguradora, ésta podrá
reducir la prestación debida hasta la suma que habría importado si el
aviso se hubiere dado oportunamente (art. 67 LCS), y en el caso de que
la omisión del aviso haya tenido por objeto impedir que se comprueben
oportunamente las circunstancias del siniestro la empresa aseguradora
quedará desligada de todas las obligacionesUerivadas del contrato (art.
68 LCS).
La empresa aseguradora, dice el artículo 69 de la LCS, tendrá el de­
recho de exigir del asegurado o beneficiario toda clase de informacio­
nes y documentos sobre los hechos relacionados con el siniestro, y por
los cuales puedan determinarse las circunstancias de su realización y
las consecuencias de los mismos.
Si la empresa aseguradora demuestra que el asegurado, el benefi­
ciario o los representantes de ellos, con el fin de hacerla incurrir en
error, disimularon o declararon inexactamente hechos que excluyan o
puedan restringir sus obligaciones, éstas quedarán extinguidas (art. 70
LCS).
315
el contrato d e seg u r o
6. LA INDEMNIZACIÓN
La indemnización es el importe del daño que la empresa asegurado­
ra debe resarcir al ocurrir el siniestro o la suma de dinero que debe
pagar al verificarse el mismo.
En el seguro contra los daños, para fijar la indemnización se tendrá
en cuenta el valor del interés asegurado en el momento de la realización
del siniestro (art. 91 LCS). Salvo convenio en contrario, si la suma ase­
gurada es inferior al interés asegurado, la empresa aseguradora respon­
derá de manera proporcional al daño causado (art. 92 LCS). Cuando se
celebre un contrato de seguro por una suma superior al valor real de la
cosa asegurada y ha existido dolo o mala fe de una de las partes, la otra
tendrá derecho para demandar u oponer la nulidad y exigir la indemni­
zación que corresponda por daños y perjuicios. Si no hubo dolo o mala
fe, el contrato será válido; pero únicamente hasta la concurrencia del
valor real de la cosa asegurada, teniendo ambas partes la facultad de
pedir la reducción de la suma asegurada (art. 95 LCS).
El crédito que resulte del contrato de seguro vencerá treinta día
después de la fecha en que la empresa haya recibido los documentos o
informaciones que le permitan conocer el fundamento de la reclama­
ción (art. 71 LCS), sin que sea válido pactar que el crédito no podrá exi­
girse sino después de haber sido reconocido por la empresa o compro­
bado en juicio.
7. LA PRIMA
"La prima, ha escrito Vivante,9 es el correlativo del riesgo asumido
por la empresa, o en otras palabras, el costo del seguro.* Es, pues, la
contraprestación que el contratante del seguro debe pagar a la empresa
aseguradora por la obligación de indemnizar que ésta contrae.
En el seguro por cuenta de tercero, cuando el contratante resulte
insolvente, la empresa aseguradora tendrá el derecho de reclamar el
pago de la prim a al asegurado (art. 32 LCS), y en todo caso, a compen­
sar las primas y los préstamos sobre póliza que se le adeuden, con la
prestación debida al beneficiario (art. 33 LCS).
La empresa aseguradora no podrá rehusar el pago de la prima ofre­
cida por los acreedores privilegiados, hipotecarios o prendarios, terce­
ros asegurados, beneficiarios o por cualquier otro que tenga interés en
la continuación del seguro (art. 42 LCS).
Cuando la prim a se haya fijado en consideración a determinados he­
chos que agravan el riesgo y estos hechos desaparezcan o pierdan su
9 Del contrato de seguro, p. 25.
316
E L EM EN T O S DE D ER ECH O M ERCANTIL M EXICANO
importancia en el curso del seguro, el asegurado tendrá derecho a exi­
gir que en los períodos ulteriores se reduzca la prima conforme a la ta­
rifa respectiva, y si así se convino en la póliza, a la devolución de la
parte correspondiente al período en curso (art. 43 LCS).
Establece el artículo 34 de la LCS que, salvo pacto en contrario, la
prima vencerá en el momento de la celebración del contrato, por lo que
se refiere al primer período del seguro, entendiéndose por éste el lapso
para el cual resulte calculada la unidad de prima. En caso de duda se
entenderá que el período del seguro es de un año. Las primas ulteriores
a la del primer período se entenderán vencidas al comienzo y no al final
de cada nuevo período (art. 36 LCS).
No producirá efecto la estipulación que disponga que el seguro no
entrará en vigor sino después del pago de la primera prima o fracción
de ella, con la que pretenda eludirse la responsabilidad de la empresa
aseguradora por la realización del riesgo. Sin embargo, en el seguro de
personas los efectos del contrato cesarán automáticamente treinta días
después de la fecha de vencimiento de la prima, si no hubiere sido paga­
da, salvo que en la póliza se consigne el beneficio de préstamo automáti­
co de primas (arts. 35 y 180 LCS).
En el seguro de personas, la empresa aseguradora no tendrá acción
para exigir ei pago de las primas, salvo el derecho a una indemnización
por la falta de pago de la prima correspondiente al primer año, que no
excederá del 15% del importe de Ja prima anual estipulada en el contra­
to (art. 180 LCS).
8. LA PÓLIZA
El contrato de seguro debe hacerse constar por escrito. Es éste un
elemento probatorio, pero no esencial, del contrato de seguro. Sin em­
bargo, ninguna otra prueba, salvo la confesional, será admisible para
probar su existencia (art. 19 LCS).
El artículo 20 de la LCS obliga a la empresa aseguradora a entregar
al contratante del seguro una póliza en la que consten los derechos y
obligaciones de las partes, póliza que deberá contener: a) Los nombres
y domicilios de los contratantes; b) La firma de la empresa aseguradora;
c) La designación de la cosa o de la persona asegurada; d) La naturale­
za de los riesgos garantizados; e) El momento a partir del cual se garan­
tiza el riesgo y la duración de esta garantía; f) El monto de la garantía;
g) La prima del seguro; h) Las demás cláusulas que deben figurar en Ja
póliza de acuerdo con las disposiciones legales, así como las convenidas
lícitamente por las partes.
Para que la póliza surta efectos probatorios en contra del asegura­
do, será indispensable que esté escrita o impresa en caracteres fácil­
mente legibles (art. 24 LCS).
317
EL CONTRATO DE SEGURO
Si el contenido de la póliza o sus modificaciones no concordaren
con la oferta, el asegurado podrá pedir la rectificación correspondiente
dentro de los treinta días que sigan a la fecha en que reciba la póliza.
Transcurrido ese plazo se considerarán aceptadas las estipulaciones de
la póliza o de sus modificaciones (art. 25 LCS).
9. CLASIFICACIÓN
Nuestra LCS clasifica a los contratos de seguro en dos grandes ra­
mas: contratos de seguro contra los daños y contratos de seguro sobre
las personas, que admiten, a su vez, subdivisiones.
A. C ontratos
d e s e g u r o s co ntra los d a ñ o s
Es, como dice Rodríguez Rodríguez10 un típico seguro de indemni­
zación. "El riesgo implica siempre un evento perjudicial y el seguro
percibe la satisfacción económica de la necesidad patrimonial creada
por aquél.”
Así, dispone el artículo 85 de la LCS, que todo interés económico
que una persona tenga en que no se produzca un siniestro, podrá ser
objeto de seguro contra los daños.
a) Seguro contra la responsabilidad civil
y riesgos profesionales
Es aquel en que la empresa aseguradora se obliga a pagar la indem­
nización que el asegurado deba a u n tercero a consecuencia de un he­
cho que cause un daño previsto en el contrato (arts. 145 LCS y 8o frac.
VI. LIS).
b) Seguro marítimo y de transportes
Es el que tiene por objeto el pago de la indemnización por los daños
y perjuicios que sufran los muebles y semovientes objeto del traslado.
Pueden igualmente asegurarse los cascos de las embarcaciones y los
aeroplanos, para obtener el pago de la indemnización que resulte por
los daños o la pérdida de unos u otros, o por los daños y perjuicios cau­
sados a la propiedad ajena o a terceras personas con motivo de su fun­
cionamiento. En estos casos, se podrá incluir en las pólizas regulares
que se expidan, el beneficio adicional de responsabilidad civil (art. 8o
frac. VII, LIS).
10 Curso de derecho mercantil, T. II, p. S99.
318
EL EM EN T O S DE D ER ECH O M ERCANTIL MEXICANO
El seguro marítimo, se encuentra regulado por los artículos 186 a
210 de la LN. Véase, además, el artículo 138 de la LCS.
c) Seguro contra incendio, terremoto
y otros riesgos catastróficos
En el seguro contra incendio, la empresa aseguradora contrae la
obligación de indemnizar los daños y pérdidas causados por incendio,
explosión, fulminación o accidentes de naturaleza semejante (arts. 122,
LCS y 8o, frac. VIII, LIS). Por su parte, en el ramo de los seguros contra
terremoto y otros riesgos catastróficos, los contratos que amparen da­
ños y perjuicios ocasionados a personas o cosas como consecuencia de
eventos de periodicidad y severidad no predecibles, generalmente pro­
ducen una acumulación de responsabilidades para las empresas de se­
guros por su cobertura (art. 8o, frac. XIII, LIS).
d) Seguro agrícola y de animales
Es el que tiene por objeto el pago de la indemnización o resarci­
miento de inversiones, por los daños o perjuicios que sufran los asegu­
rados por pérdida parcial o total de los provechos esperados de la tierra
(seguro de provechos esperados), o por muerte, pérdida o daños ocurri­
dos a sus animales (seguro de animales), (arts. 129 a 137 LCS y 8o frac.
IX, LIS).
La Ley del Seguro Agropecuario y de Vida Campesino, del 11 de di­
ciembre de 1980 —así como su reglamento—, fue derogada por la Ley
Agraria (publicada en el D.O. el 26 de febrero de 1992). Con ello el segu­
ro agrícola, ganadero y de vida campesino perdió su carácter especial
para regirse por las disposiciones de la LIS y de la LCS de manera ple­
na. Por ello, y conforme a los arts. 2o y 13 de la LIS la Secretaría de
Hacienda y Crédito Público expidió las "Reglas generales para la consti­
tución, operación y funcionamiento de los Fondos de aseguramiento
agropecuario, de vida campesino y conexos a la actividad agropecua­
ria" (D.O., 23 de abril de 1992).
Más adelante, el 13 de mayo de 2005 se publicó en el D.O. la Ley de
Fondos de Aseguramiento Agropecuario y Rural, que de conformidad
con el artículo Io de la LIS, regula, para efectos de su organización, fun­
cionamiento y actividades, dichos Fondos de Aseguramiento.
La LIS dispone que ías asociaciones de personas que sin expedir
pólizas o contratos, concedan a sus miembros seguros en caso de muer­
te, beneficios en los de accidentes y enfermedades o indemnizaciones
por daños, con excepción de las coberturas de alto riesgo por monto o
acumulaciones y las de naturaleza catastrófica salvo que éstas se rela­
cionen con las operaciones correspondientes al ramo agrícola y de ani­
EL CONTRATO DE SEGURO
319
males o al aseguramiento de los bienes conexos a la actividad agrope­
cuaria, podrán operar sin sujetarse a los requisitos exigidos por la
misma LIS, pero deberán someterse a las reglas generales que expida la
Secretaría de Hacienda y Crédito Público, donde se fijarán las bases
para que, cuando proceda por el número de asociados, por la frecuen­
cia e importancia de los seguros que concedan y de los siniestros paga­
dos, la misma Secretaría ordene a estas asociaciones que se ajusten a la
ley, convirtiéndose en sociedades mutualistas de seguros.
Los Fondos de Aseguramiento, de conformidad con el artículo 3o de
la Ley de Fondos de Aseguramiento Agropecuario y Rural, son las so­
ciedades constituidas en los términos de la misma y que tienen por obje­
to ofrecer protección mutualista y solidaria a sus socios a través de ope­
raciones activas de seguros y coaseguros, en términos del párrafo
anterior. Las coberturas que se ofrezcan se circunscribirán a lo siguien­
te: a) En las operaciones de daños, al ramo agrícola y de animales y a
aquellos ramos que específicamente registre ante la Secretaría para el
aseguramiento de los bienes conexos a la actividad agropecuaria, rural
y patrimonial; b) En operaciones de vida, a coberturas con sumas ase­
guradas limitadas para atender esquemas de saldo deudor y de vida
para familias campesinas, y c) En las operaciones de accidentes y enfer­
medades de sus socios, el ramo de accidentes personales. Para el caso
de las operaciones de vida, las coberturas deberán practicarse por Fon­
dos de Aseguramiento exclusivamente constituidos para este efecto. En
el otorgamiento de coberturas para el ámbito rural, se incluyen todas
las Líneas de Operación que ofrezcan protección a la población rural,
en sus bienes y personas y en sus actividades productivas, comerciales,
de servicios o de otro tipo.
Estos Fondos deberán registrarse ante la Secretaría de Hacienda y
Crédito Público. La LIS, la legislación mercantil, y los Códigos Civil Fe­
deral y Federal de Procedimientos Civiles, resultan de aplicación suple­
toria a la Ley mencionada.
La constitución de dichos Fondos de Aseguramiento deberá hacerse
conforme a las siguientes reglas: a) Deberá suscribirse el contrato social
y los Estatutos, mismos que deberán contenerse en escritura pública
constitutiva en sujeción a las disposiciones de la ley, estipulando su ca­
rácter de sociedad sin fines de lucro, su personalidad jurídica y su patri­
monio; b) El objeto social se lim itará al funcionamiento como Fondo de
Aseguramiento, en los términos de esta Ley; c) Podrá estipularse que la
duración de la sociedad será indefinida; d) El domicilio de la sociedad
deberá estar siempre dentro del territorio nacional; e) El nombre de la
sociedad deberá expresar su carácter de Fondo de Aseguramiento; f) En
la escritura pública constitutiva deberá incluirse la relación de socios
fundadores, así como de administradores, principales directivos y per­
320
ELEM EN T O S DE D ERECHO M ERCANTIL MEXICANO
sonas que integrarán los órganos a que se refiere la ley, y g) Señalar los
nombres, nacionalidad y domicilios de los asociados, consejeros y
funcionarios, quienes deben cumplir con los requisitos establecidos en
la ley (art. 7 de la Ley de Fondos de Aseguramiento Agropecuario y
Rural).
Los Fondos de Aseguramiento funcionarán de manera que las co­
berturas que practiquen no tengan fines de lucro para el mismo ni para
los socios. Sólo podrán cobrar a sus socios por concepto de cuota lo in­
dispensable para sufragar los gastos generales que ocasione su gestión y
las cuotas para sus Organismos Integradores; cubrir la prima de rease­
guro y accesorios a la misma; constituir o incrementar conforme a la
ley las reservas técnicas necesarias para cumplir sus compromisos de
aseguramiento con sus socios; realizar aportaciones al Fondo de Pro­
tección y al Fondo de Retención Común de Riesgos; así como, para
crear e incrementar el Fondo Social previsto en la ley mencionada {art.
29 de la Ley de Fondos de Aseguramiento Agropecuario y Rural).
e) Seguro de automóviles
Tiene por objeto el pago de la indemnización que corresponda a los
daños o pérdida del automóvil, y a los daños o perjuicios causados a la
propiedad ajena o a terceras personas con motivo del uso del automóvil
(art. 8o, frac. X, LIS).
f) Seguro de crédito
Tiene por objeto el pago de la indemnización de una parte propor­
cional de las pérdidas que sufra el asegurado a consecuencia de la in­
solvencia total o parcial de sus clientes deudores por créditos comercia­
les (art. 8o, frac. XI, LIS). Para el seguro de crédito a la vivienda, tiene
por objeto el pago por incumplimiento de los deudores, de créditos a la
vivienda otorgados por intermediarios financieros o por entidades dedi­
cadas al financiamiento a la vivienda (art. 8o, frac. XI Bis, LIS).
g) Seguro de garantía financiera
Tiene por objeto el pago por incumplimiento de los emisores de va­
lores, títulos de crédito o documentos que sean objeto de oferta pública
o de intermediación en mercados de valores (art. 8o, frac. XI Bis, LIS).
B . Co n t r a t o s
d e seg u r o s so b r e las pe r so n a s
Comprenden, en los términos del artículo 151 de la LCS, todos los
riesgos que puedan afectar a la persona del asegurado en su existencia,
integridad personal, salud o vigor vital.
EL CONTRATO DE SEGURO
321
a) Seguro de vida
Los que tengan como base del contrato riesgos que puedan afectar
la persona del asegurado en su existencia (art. 8o, frac. I, LIS). Dicho
artículo señala, además, que también se considerarán comprendidas
dentro de estas operaciones, los contratos de seguro que tengan como
base planes de pensiones o de supervivencia relacionados con la edad,
jubilación o retiro de personas, ya sea bajo esquemas privados o deriva­
dos de las leyes de seguridad social.
b) Seguro de accidentes, gastos médicos y de salud
Los seguros contra accidentes personales son aquellos que tienen
como base la lesión o incapacidad que afecte la integridad personal, sa­
lud o vigor vital del asegurado, como consecuencia de un evento exter­
no, violento, súbito y fortuito (art. 8o, frac. III, LIS). Por su parte, los se­
guros de gastos médicos, son aquellos que tienen por objeto cubrir los
gastos médicos, hospitalarios y demás que sean necesarios para la recu­
peración de la salud o vigor vital del asegurado, cuando se hayan afec­
tado por causa de un accidente o enfermedad (art. 8o, frac. IV, LIS). Fi­
nalmente, los seguros del ramo de salud, son los que tengan como objeto
la prestación de servicios dirigidos a prevenir o restaurar la salud, a
través de acciones que se realicen en beneficio del asegurado (art. 8o,
frac. V, LIS).
Adicionalmente a las dos categorías de seguros, el artículo 8o de la
LIS contempla, además, los seguros de pensiones, derivados de las leyes
de seguridad social, que son aquéllos que tienen por objeto el pago de
las rentas periódicas durante la vida del asegurado o las que correspon­
dan a sus beneficiarios de acuerdo con los contratos celebrados en tér­
minos de la legislación aplicable (art. 8o, frac. II, LIS).
Finalmente, la fracción XII del artículo 8o de la LIS, contempla el
ramo de seguros diversos, que son aquéllos que tendrán por objeto el pago
de la indemnización debida por daños y perjuicios ocasionados a perso­
nas o cosas por cualquiera otra eventualidad.
10. REASEGURO, REASEGURO FINANCIERO,
COASEGURO Y CONTRASEGURO
Se entiende por reaseguro, el contrato en virtud del cual una em­
presa de seguros toma a su cargo total o parcialmente un riesgo ya cu­
bierto por otra o el remanente de daños que exceda de la cantidad ase­
gurada por el asegurador directo (art. 10, frac. II, LIS). Por su parte, se
entiende por reaseguro financiero,, el contrato en virtud del cual una
empresa de seguros, en los términos indicados, realiza una transferen-
322
ELEM EN TO S DE D ER EC H O M ERCANTIL MEXICANO
cia significativa de riesgo de seguro, pactando como parte de la opera­
ción la posibilidad de recibir financiamiento del reasegurador (art. 10,
frac. II Bis, LIS).
El reaseguro es, pues, una forma de seguro "y precisamente el segu­
ro contratado por el asegurador para cubrir el riesgo de tener que pa­
gar la indemnización del seguro. Esta forma de seguro permite al ase­
gurador garantizarse, a su vez, por los riesgos demasiado elevados que
ha asumido y realiza una forma de colaboración económica entre los
mismos aseguradores”.11
Coaseguro es la participación de dos o más empresas de seguros en
un mismo riesgo, en virtud de contratos directos realizados por cada
una de ellas con el asegurado (art. 10, frac. I, LIS).
Finalmente, se llama contraseguro al convenio en virtud del cual
una empresa de seguros se obliga a reintegrar al contratante las primas
o cuotas satisfechas o cubiertas, cuando se cumplan determinadas con­
diciones (art. 10, frac. III, LIS).
" ASCARELLI, Derecho mercantil, p. 350.
C a p ítu lo
IX
CONTRATOS DE GARANTÍA.
A) LA PRENDA MERCANTIL
1. CONCEPTO
En materia mercantil es aplicable el concepto de prenda del derecho
común. Dice el artículo 2856 del Código Civil Federal, que la prenda es
un derecho real constituido sobre un bien mueble enajenable para ga­
rantizar el cumplimiento de una obligación y su preferencia en el pago.
La prenda es mercantil cuando se constituye para garantizar un
acto de comercio o cuando recae sobre cosas mercantiles (títulos de cré­
dito, por ejemplo). En todo caso, debe presumirse mercantil la prenda
constituida por un comerciante (arts. 75 y 605 —derogado— Cód. com).
2. CONSTITUCIÓN DE LA PRENDA
EN MATERIA DE COMERCIO
Según el artículo 334 de la LTOC, en materia de comercio, la prenda
se constituye:
a) Por la entrega al acreedor de los bienes o títulos de crédito, si és­
tos son al portador.
b) Por el endoso de los títulos de crédito en favor del acreedor, si se
trata de títulos nominativos y a la orden. En el caso de títulos nominati­
vos se requiere la correspondiente anotación en el registro del emisor.
Además, es necesaria la entrega misma de los títulos.
c) Por la entrega al acreedor del título o del documento en que el
crédito conste, cuando el título o crédito materia de la prenda no sean
negociables, con inscripción del gravamen en el registro de emisión del
título o con notificación hecha al deudor, según se trate de títulos o cré­
ditos; respecto de los cuales se exija o no tal registro.
d) Por el depósito de los bienes o títulos, si éstos son al portador, en
poder de un tercero que las partes hayan designado y a disposición del
acreedor.
e) Por el depósito de los bienes, a disposición del acreedor, en locales
323
324
ELEM EN TO S DE D ER ECH O M ERCANTIL MEXICANO.
cuyas llaves queden en poder de éste, aun cuando tales locales sean pro­
piedad o se encuentren dentro del establecimiento del deudor.
f) Por la entrega o endoso del título representativo de los bienes ob­
jeto del contrato, o por la emisión o endoso del bono de prenda relativo.
g) Por la inscripción del contrato de crédito refaccionario o de habi­
litación o avío en el Registro correspondiente.
h) Por el cumplimiento de los requisitos que señala la Ley General
de Instituciones de Crédito, si se trata de crédito en libros.
3. PRENDA IRREGULAR
Se conoce con este nombre la prenda en virtud de la cual los bienes
sobre los que recae se transfieren en propiedad al acreedor. El artículo
336 de la LTOC establece que cuando la prenda se constituya sobre bie­
nes o títulos fungibles, puede pactarse que la propiedad de éstos se
transfiera al acreedor, el cual quedará obligado, en su caso, a restituir
al deudor otros tantos bienes o títulos de la misma especie. Este pacto,
en todo caso, debe constar por escrito.
Cuando la prenda se constituya sobre dinero, se entenderá transferi­
da la propiedad, salvo convenio en contrario (art. 336 LTOC).
4. DERECHOS Y OBLIGACIONES
DE LAS PARTES
El acreedor prendario tiene las obligaciones siguientes: a) Entregar
al deudor, a expensas de éste, un resguardo que exprese el recibo de los
bienes o títulos dados en prenda y los datos necesarios para su identifi­
cación, en el caso de los incisos a), b), c), e) y f) del inciso 2 de este capí­
tulo; b) Guardar y conservar los bienes o títulos dados en prenda; c)
Ejercitar todos los derechos inherentes a dichos títulos o bienes, siendo
los gastos por cuenta del deudor, y debiendo aplicarse en su oportuni:
dad al pago del crédito, todas las sumas que sean percibidas, salvo paca­
to en contrario. Si los títulos dados en prenda atribuyen un derecho de
opción que deba ser ejercitado, el acreedor estará obligado a ejercitarlo
por cuenta del deudor; pero este último deberá proveerlo de los fondos
suficientes dos días antes, por lo menos, del vencimiento del plazo seña­
lado para el ejercicio del derecho opcional. Cuando durante el término
en que la prenda quede en poder del acreedor deba ser pagada alguna
exhibición sobre los títulos pignorados, el deudor debe proporcionar al
acreedor los fondos necesarios, por lo menos dos días antes de la fecha
en que la exhibición haya de ser pagada (arts. 261, 263, 337, 338 y 339
LTOC).
CONTRATOS DE GARANTÍA. A) LA PRENDA M ERCA N TIL
325
5. EJECUCIÓN DE LA PRENDA
El acreedor prendario podrá solicitar al juez que autorice la venta
de los bienes o títulos pignorados, en los casos siguientes: a) Cuando se
venza la obligación garantizada; b) Si el precio de los bienes o títulos
dados en prenda, baja de manera que no baste a cubrir el importe de la
deuda y un 20% más; cj Si el deudor no cumple con la obligación de
proporcionar en tiempo los fondos necesarios para cubrir las exhibicio­
nes que deban enterarse sobre los títulos pignorados (arts. 340. 341 y
342 LTQC).
En el caso del inciso a), de la petición del acreedor se correrá trasla­
do de inmediato al deudor, notificándole que contará con un plazo de
quince días, contados a partir de la petición del acreedor, para oponer
las defensas y excepciones que le asistan a efecto de demostrar la im­
procedencia de la misma, en cuyo caso, el juez resolverá en un plazo no
mayor a diez días. Si el deudor no hiciere valer este derecho, el juez au­
torizará la venta. Para casos de notoria urgencia, y bajo la responsabili­
dad del acreedor que determine el juez, éste podrá autorizar la venta
aun antes de hacer la notificación respectiva al deudor. El corredor o
los comerciantes que hayan intervenido en la venta deberán extender un
certificado de la misma al acreedor. El producto de la venta será con­
servado en prenda por el acreedor, en substitución de los bienes o títulos
vendidos (art. 341, LTOC).
En los casos de los incisos b) y c), el deudor podrá oponerse a la ven­
ta, haciendo el pago de los fondos requeridos para efectuar la exhibición
o mejorando la garantía, por el aumento de los bienes o títulos dados en
prenda o por la reducción de su adeudo (arts. 340 y 342, LTOC).
Si antes del vencimiento del crédito garantizado, se vencen o son
amortizados los títulos dados en prenda, el acreedor podrá conservar
en prenda las cantidades que por esos conceptos reciba, en sustitución
de los títulos cobrados o amortizados (art. 343, LTOC).
Según dispone el artículo 344 de la LTOC, el acreedor prendario no
podrá hacerse dueño de los bienes o títulos dados en prenda, sin el ex­
preso consentimiento del deudor, manifestado por escrito y con poste­
rioridad a la constitución de la prenda (art. 344 LTOC). "El pacto comi­
sorio, o sea aquel por el que se autoriza al acreedor para hacerse dueño
de la prenda en caso de incumplimiento del dudor, está prohibido desde
el derecho romano.”1
1 C e r v a n t e s A h u m ada, Títulos y operaciones de crédito, M éxico, 1954,
p.
307.
326
EL E M E N T O S D E D ER EC H O M ERCANTIL MEXICANO-
6. LA PRENDA SIN TRANSMISIÓN DE POSESIÓN
Por reforma publicada en el D.O. el 23 de mayo de 2000 se incorpo­
ró esta nueva figura a la LGTOC (arts. 346 al 380). De conformidad con
lo que dispone el artículo 346 LTOC, la prenda sin transmisión de pose­
sión constituye un derecho real sobre bienes muebles que tiene por obje­
to garantizar el cumplimiento de una obligación y su preferencia en el
pago, conservando el deudor la posesión de tales bienes, salvo en su
caso, lo previsto en el artículo 363 de la LTOC que permite la designa­
ción de un almacén general de depósito para que funja como perito,
como se analizará más adelante y a su vez, que se le encomiende a éste
la guarda y conservación de los bienes pignorados. La prenda sin trans­
misión de posesión se regirá por lo dispuesto en la sección especial de
la LTOC que se ocupa de ella y en lo no previsto por ésta y en lo que no
se oponga a la misma, por la sección correspondiente a la prenda gene­
ral, ya analizada.
La incorporación de este tipo de prenda a la LTOC se da debido a
diversos factores, tras la crisis económica de 1994-1995, se comenzaron
a discutir nuevas formas de garantizar obligaciones, entre ellas este tipo
de prenda y el fideicomiso de garantía, sin poder concretarse iniciativa
alguna dada la desconfianza imperante en ese momento hacia las insti­
tuciones bancarias a raíz del colapso económico que sufría el país. Fi­
nalmente en el año 2000 logra concretarse esta reforma cuya finalidad
es aportar mayores instrumentos de garantía al mundo de las operacio­
nes mercantiles y principalmente bancarias, beneficiando sobre todo a
la pequeña y mediana empresa al contar con nuevas posibilidades de
garantizar obligaciones que les sea necesario adquirir, con bienes mue­
bles a su disposición, como lo son por ejemplo su materia prima, cuen­
tas por cobrar, mobiliario de oficina, efectivo en caja, sin que se afecte
su operación de éstas, pues conservan la posesión de dichos bienes.
La prenda sin transmisión de posesión brinda entonces un marco
legal novedoso y adecuado al otorgamiento de créditos, haciendo más
accesibles éstos al público y proporcionando una mayor certeza jurídi­
ca en dichas operaciones al incorporar mejores procedimientos para
hacer efectivos éstos en caso de incumplimiento por parte de los benefi­
ciarios.
En general, la prenda puede recaer sobre cualquier bien mueble, en­
tendiéndose por éstos todo tipo de derechos, presentes o futuros, sin
embargo, no podrán ser dados en prenda los bienes y derechos que con­
forme a la ley sean estrictamente personales de su titular, como por
ejemplo, las pensiones alimenticias, tampoco podrá constituirse prenda
ordinaria u otra garantía, sobre los bienes que ya se encuentren pigno­
rados con arreglo a la ley. (art. 353, LTOC). Puede garantizarse con
CONTRATOS DE GARANTÍA. A) LA PR EN D A M ERCA N TIL
327
prenda sin transmisión de posesión cualquier obligación, con indepen­
dencia de la actividad preponderante a que se dedique el deudor (art.
352, LTOC).
Los bienes pignorados deberán identificarse, salvo el caso en que el
deudor dé en prenda sin transmisión de posesión a su acreedor, en gene­
ral, todos los bienes muebles que utilice para la realización de su activi­
dad preponderante, en cuyo caso éstos podrán identificarse en forma
genérica (art. 354, LTOC). Dispone el artículo 355 de la LTOC que po­
drán darse en prenda sin transmisión de la posesión los siguientes bie­
nes muebles: a) Aquellos bienes y derechos que obren en el patrimonio
del deudor al momento de otorgar la prenda sin transmisión de pose­
sión, incluyendo los nombres comerciales, las marcas y otros derechos;
b) Los de naturaleza igual o semejante a los señalados en la fracción
anterior, que adquiera el deudor en fecha posterior a la constitución de
la prenda sin transmisión de posesión; c) Los bienes que se deriven
como frutos o productos futuros, pendientes o ya obtenidos, de los men­
cionados en las fracciones anteriores; d) Los bienes que resulten de pro­
cesos de transformación de los bienes antes señalados, y e) Los bienes o
derechos que el deudor reciba o tenga derecho a recibir, en pago por la
enajenación a terceros de los bienes pignorados a que se refiere este ar­
tículo o como indemnización en caso de daños o destrucción de dichos
bienes (art, 355, LTOC).
Los contratos por los que se constituya una garantía a través de la
prenda sin transmisión de posesión, serán siempre mercantiles para to­
das las partes que intervengan en ellos, exceptuándose aquellos actos
que se celebren entre dos o más personas físicas que no tengan el carác­
ter de comerciantes en los términos del Código de Comercio, así como
aquellos actos que, de conformidad can el mismo, no se reputen como ac­
tos de comercio (art. 347, LTOC).
El importe de la obligación que va a garantizarse puede ser una
cantidad determinada o determinable al momento de la constitución de
la garantía, siempre que al momento de la ejecución dicha cantidad
pueda ser determinada. La obligación garantizada incluirá los intere­
ses, tanto ordinarios y moratorios qne se pacten o bien, los legales, así
como los gastos de ejecución de la garantía, salvo que se pacte otra cosa
en el contrato respectivo (art. 348, LTOC).
En la prenda sin transmisión de posesión, cuando se pacte que el
deudor está facultado para hacer pagos parciales, ésta se reducirá de
manera proporcional con respecto de los pagos realizados; si la prenda
recae sobre varios objetos o estos admiten cómoda división, sin reducir
su valor y siempre que los derechos del acreedor queden garantizados
(art. 349, LTOC).
En éste tipo de prenda, por su naturaleza, el deudor prendario tiene
derecho a: a) Hacer uso de los bienes pignorados, así como combinarlos
328
ELEM EN TO S DE D ER ECH O M ERCANTIL MEXICANO
con otros y emplearlos en la fabricación de otros bienes, siempre y cuan­
do en estos dos últimos supuestos su valor no disminuya y los bienes
producidos pasen a formar parte de la garantía en cuestión; b) Percibir
y utilizar los frutos y productos de los bienes pignorados, y c) Enajenar
los bienes pignorados, en el curso normal de su actividad preponderan­
te, en cuyo caso cesarán los efectos de la garantía prendaria y los dere­
chos de persecución con relación a los adquirentes de buena fe, que­
dando en prenda los bienes o derechos que el deudor reciba o tenga
derecho a recibir en pago por la enajenación de los referidos bienes.
El derecho otorgado al deudor para vender o transferir, en el curso
ordinario de sus actividades preponderantes, los bienes pignorados que­
dará extinguido desde el momento en que reciba notificación de! inicio
de cualquiera de los procedimientos de ejecución en su contra, previstos
en el Libro Quinto, Título Tercero Bis del Código de Comercio. En caso
de que los bienes pignorados representen más del 80% de los activos del
deudor, éste podrá enajenarlos en el curso ordinario de sus actividades,
con la previa autorización del Juez o del acreedor, según sea el caso
(art. 356, LTOC).
En el contrato de prenda y a efecto de que el deudor prendario pueda
hacer efectivos los derechos mencionados, se deberá convenir en el con­
trato respectivo lo siguiente: a) En su caso, los lugares en los que debe­
rán encontrarse los bienes pignorados; b) Las contraprestaciones míni­
mas que deberá recibir el deudor de su contraparte, por la venta o
transferencia de los bienes pignorados; c) Las características o catego­
rías que permitan identificar a la persona o personas, o a estas últimas
de manera específica, a las que el deudor podrá vender o transferir di­
chos bienes, así como el destino que el deudor deberá dar al dinero,
bienes o derechos que reciba en pago, y d) La información que el deudor
deberá entregar al acreedor sobre la transformación, venta, o transfe­
rencia de los mencionados bienes. En caso de incumplimiento a las an­
terior, el crédito garantizado con la prenda sin transmisión de posesión
se tendrá por vencido anticipadamente (art, 357, LTOC).
En el caso de que el deudor dé en prenda a su acreedor todos los
bienes muebles que utilice para la realización de su actividad preponde­
rante, esto no impide que pueda dar en garantía a otros acreedores,
bajo la misma figura, los bienes que adquiera con los recursos del crédi­
to que le otorguen los nuevos acreedores. En este supuesto, el primer
acreedor seguirá teniendo preferencia para el pago de su crédito sobre
todos los bienes muebles que el deudor le haya dado en prenda sin trans­
misión de posesión, frente a cualquier acreedor, con excepción de los
bienes adquiridos por el deudor con los recursos que le proporcione el
nuevo acreedor, los cuales podrán servir de garantía a este último y ase­
gurar su preferencia en el pago, respecto a cualquier otro acreedor del
CONTRATOS DE GARANTÍA. A) LA PRENDA M ER CA N TIL
329
deudor, incluyendo al primer acreedor. Esta excepción sólo será proce­
dente para bienes muebles que puedan identificarse con toda precisión y
distinguirse del resto de los bienes muebles que e! deudor haya dado en
prenda al primer acreedor (art, 358, LTOC).
Es posible garantizar con este tipo de prenda obligaciones futuras,
pero en este caso no puede ejecutarse la garantía, ni hacer adjudicación
alguna a favor del acreedor, sin que la obligación principal llegue a ser
exigible conforme a derecho (art. 359, LTOC).
El deudor está imposibilitado para transferir la posesión de los bie­
nes de que se trate sin autorización previa del acreedor, salvo que en el
contrato se pacte algo distinto (art. 361, LTOC),
Los gastos relativos a la debida conservación, reparación, adminis­
tración y recolección de los bienes pignorados son a cargo y por cuenta
del deudor. El acreedor tiene el derecho de exigir al deudor otra prenda
o el pago de la deuda aun antes del plazo convenido, si la cosa dada en
prenda se pierde o se deteriora en exceso del límite que al efecto estipu­
len los contratantes (art, 361, LTOC). Para este efecto, el deudor estará
obligado a permitir al acreedor la inspección de los bienes pignorados a
efecto de determinar, según corresponda, su peso, cantidad y estado
de conservación general. De convenirse así en el contrato, si el valor de
mercado de los bienes dados en prenda sin transmisión de posesión dis­
minuye de manera que no baste para cubrir el importe del principal y
los accesorios de la deuda que garantizan, el deudor podrá dar bienes
adicionales para restituir la proporción original. En caso contrario, el
crédito podrá darse por vencido anticipadamente, una vez que se haya
realizado el procedimiento previsto en la LTOC, teniendo el acreedor
que notificar al deudor de ello judicialmente o a través de fedatario. Al
efecto, las partes deberán convenir el alcance que dicha reducción de
valor de mercado habrá de sufrir, para que el crédito pueda darse por
vencido anticipadamente (art, 362, LTOC).
Desde la constitución de la prenda sin transmisión de posesión, las
partes deben pactar las bases para designar a un perito que dictamine
la actualización de los supuestos mencionados en el párrafo que antece­
de sobre la cantidad y estado de conservación de los bienes pignorados
y, en su caso, su disminución de valor, estando habilitadas para desig­
nar con tal carácter a un almacén general de depósito, así como enco­
m endar a éste la guarda y conservación de los bienes pignorados (art.
363, LTOC).
La forma requerida para el contrato constitutivo de prenda sin
transmisión de posesión es que éste debe constar por escrito y cuando
la operación se refiera a bienes cuyo monto sea igual o superior al equi­
valente en moneda nacional a doscientas cincuenta mil Unidades de In­
versión, las partes deberán ratificar sus firmas ante fedatario, quedan­
330
ELEM EN TOS D E D ER EC H O M ERCANTIL MEXICANO
do por constituida a la firma del contrato, surtiendo efectos entre las
partes desde la celebración del mismo (art. 365r LTOC). Ahora bien, res­
pecto de los efectos de este contrato contra terceros, surtirá estos a par­
tir de la fecha de su inscripción en el Registro de Comercio del lugar en
que se encuentre ubicado el domicilio del deudor y en los casos que pro­
ceda, en el registro especial que corresponda según su naturaleza (arts.
366 y 376, LTOC). Asimismo, los actos en que se haga constar la modifi­
cación, extinción, cesión y las resoluciones judiciales sobre cancelación
de la prenda de que se trate también deberán inscribirse en el Registro
de Comercio
Los acreedores garantizados con este tipo de prenda, percibirán el
principal y los intereses de sus créditos del producto de los bienes objeto
de dichas garantías, con exclusión absoluta de los demás acreedores del
deudor, sin perjuicio de las preferencias que conforme a derecho corres­
pondan a los créditos laborales a cargo del deudor, que cuentan con
prelación preferente, con excepción del caso en que los bienes objeto de
la garantía hayan sido adquiridos con el producto del crédito garantiza­
do, donde la prelación mencionada, prevalecerá sobre la que correspon­
da a los acreedores laborales mencionados. Ahora bien, la prenda cons­
tituida sin transmisión de la posesión cuenta con dicha prelación desde
su registro. Además, dicha garantía tiene prelación sobre las garantías
hipotecaria, refaccionaria o fiduciaria, si se inscribe antes de que el
bien mueble se adhiera, en su caso, al inmueble objeto de dichas garan­
tías, asimismo, tendrá prelación sobre los réditos quirografarios, los
créditos con garantía real no registrados y los gravámenes judiciales
preexistentes no registrados. En cuanto al resto de las garantías que no
se hayan inscrito en el Registro correspondiente, su prelación se deter­
minará por el orden estrictamente cronológico de los contratos feha­
cientes respectivos. En todo caso, la prelación mencionada, puede ser
modificada mediante convenio suscrito por el acreedor afectado, que
surtirá sus efectos a partir de su inscripción (arts. 367 al 373, LTOC).
Para el caso de que el deudor desee enajenar los bienes objeto de la
garantía en ejercicio del derecho que tiene consignado para ello, estará
obligado a solicitar por escrito la autorización del acreedor respectivo,
cuando la enajenación se pretenda hacer a las siguientes personas: a)
Las físicas y morales que detenten más del cinco por ciento de los títu­
los representativos del capital del deudor; b) Los miembros propietarios
y suplentes del consejo de administración del deudor; c) Los cónyuges y
las personas que tengan parentesco por consanguinidad o afinidad has­
ta el segundo grado, o civil, con las personas mencionadas en los puntos
anteriores, o con el propio deudor, si éste es persona física, y d) Los em­
pleados, funcionarios y acreedores del deudor. En caso de no recabarse
la autorización mencionada, las enajenaciones referidas serán nulas o
CONTRATOS DE GARANTÍA. A) LA PRENDA M ERCA N TIL
331
bien, si así se estipuló en el contrato, se tendrá por vencido anticipada­
mente el crédito de que se trate (art. 374, LTOC).
Las acciones de los acreedores garantizados con esta modalidad de
prenda prescriben en tres años contados desde que la obligación garan­
tizada pudo exigirse (art. 375, LTOC).
Finalmente, dispone el artículo 364 de la LTOC que el acreedor está
obligado a liberar la prenda, luego que estén pagados íntegramente el
principal, los intereses y los demás accesorios de la deuda, a cuyo efecto
se seguirán las mismas formalidades utilizadas para su constitución.
Cuando el acreedor no libere la prenda, de conformidad con lo estable­
cido en el párrafo anterior, resarcirá al deudor los daños y perjuicios
que con ello le ocasione, independientemente de que deberá liberar los
bienes dados en prenda.
Para el caso de que el deudor se encuentre sujeto a un procedimien­
to concursal, en términos de la LCM, los créditos a su cargo garantiza­
dos mediante esta forma de prenda, serán exigibles desde la fecha de la
declaración y seguirán devengando los intereses ordinarios estipulados,
hasta donde alcance la respectiva garantía. Además, en caso de concur­
so o quiebra del deudor, los bienes objeto de prenda sin transmisión de
posesión que existan en la masa, podrán ser ejecutados por el acreedor
prendario, mediante la acción que corresponda conforme a la ley de la
materia, ante el juez concursal, el cual deberá decretar, sin más trámi­
te, la ejecución solicitada (arts. 350 y 351, LTOC).
Ca p ít u l o X
CONTRATOS DE GARANTÍA.
B) LA FIANZA MERCANTIL
1. CONCEPTO
La fianza es un contrato por el cual una persona, llamada fiador, se
compromete con el acreedor a pagar por el deudor (fiado), si éste no lo
hace (art. 2794 Cod. civ.).
Tienen carácter mercantil las fianzas a título oneroso otorgadas ha­
bitualmente por empresas que tengan el carácter de instituciones de
fianzas. Dice el artículo 2o de la Ley Federal de Instituciones de Fianzas
(LIF), que las fianzas y los contratos que en relación con ellas otorguen
o celebren las instituciones de fianzas, serán mercantiles para todas
las partes que intervengan, excepción hecha de la garantía hipotecaria
Es aplicable a la fianza mercantil, en todo lo no expresamente previsto
por la LIF, la legislación mercantil y a falta de disposición expresa, el
Código Civil Federal, que resultarán aplicables a las fianzas que otor­
guen las instituciones de fianzas en tanto no se opongan a lo dispuesto
por la LIF (art. 113, LIF).
Sólo nos ocuparemos de aquellas reglas especiales que rigen en ma­
teria de fianza mercantil.
2. EL FIADOR.
LAS INSTITUCIONES DE FfANZAS
Solamente las instituciones de fianzas pueden otorgar fianzas a tí­
tulo oneroso.
Son instituciones de fianzas las sociedades anónimas de capital fijo
o variable autorizadas por el gobierno federal, a través de la Secretaría
de Hacienda y Crédito Público, para emitir fianzas a título oneroso.
También las sociedades que pretendan operar exclusivamente el rea­
fianzamiento requieren de dicha autorización. Las autorizaciones res­
pectivas son intransmisibles (art. 5, LIF).
Las autorizaciones mencionadas se referirán a uno o más de los si­
guientes ramos y sus respectivos subramos: a) Fianzas de fidelidad, ya
333
334
EL EM EN T O S DE D ER ECH O M ERCANTIL MEXICANO
sean de subramo individuales y/o colectivas; b) Fianzas judiciales, en
subramos: penales, no penales y/o que amparen a los conductores de
vehículos automotores; c) Fianzas administrativas, ya sean de proveedu­
ría, fiscales, de arrendamiento y/o otras fianzas administrativas; d)
Fianzas de crédito, en alguno o algunos de los subramos de suministro,
de compraventa, financieras y otras fianzas de crédito; e) Fideicomisos de
Garantía, en sus subramos relacionados con pólizas de fianza y/o sin
relación con pólizas de fianza. Cuando alguno de los subramos mencio­
nados llegue a adquirir una importancia tal que amerite considerarlo
como ramo independiente, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público
podrá declararlo como tal (art. 5, LIF).
De conformidad con el artículo 16 de la LIF, las instituciones de
fianzas sólo podrán realizar las siguientes operaciones: 1. Practicar las
operaciones de fianzas y de re afianzamiento a que se refiera la autori­
zación que la Secretaría de Hacienda y Crédito Público les otorgue, así
como otras operaciones de garantía que autorice la misma, mediante
reglas de carácter general; 2. Celebrar operaciones de reaseguro finan­
ciero de conformidad con las bases señaladas en LIF y las reglas de ca­
rácter general que dicte la Secretaría de Hacienda y Crédito Público; 3.
Constituir e invertir las reservas previstas en la ley; 4. Constituir depó­
sitos en instituciones de crédito y en bancos del extranjero en los térmi­
nos de la ley; 5. Operar con valores en los términos de la LIF y de la LMV;
6. Operar con documentos mercantiles por cuenta propia para la reali­
zación de su objeto social; 7. Adquirir acciones, con autorización de la
Secretaría de Hacienda y Crédito Público, en las organizaciones auxi­
liares de fianzas (art. 9, LIF), en las sociedades que les presten sus servi­
cios o efectúen operaciones con ellas, denominadas sociedades de ser­
vicios u operaciones complementarios o auxiliares (art. 79, LIF), en
otras instituciones de fianzas, en instituciones de seguros, de reaseguro
o de reafianzamiento, ya sean del país o del extranjero, en sociedades
de inversión, en sociedades operadoras de estas últimas, en administra­
doras de fondos para el retiro y sociedades de inversión especializadas
de fondos para el retiro. Además, cuando las instituciones de fianzas no
formen parte de grupos financieros, pueden invertir en el capital de
cualquier otro intermediario o entidad (art. 79 Bis 1, LIF), así como en
títulos representativos de sociedades inmobiliarias que sean propieta­
rias o administradoras de bienes inmuebles destinados a sus oficinas
(art. 79 Bis 2, LIF); 8. Adquirir acciones de sociedades que se organicen
exclusivamente para adquirir el dominio y administración de bienes in­
muebles destinados al establecimiento de las oficinas de la institución;
9. Dar en administración a las instituciones cedentes de! extranjero, las
primas retenidas para la inversión de las reservas constituidas, corres­
pondientes a operaciones de reafianzamiento; 10. Administrar las reser­
CONTRATOS DE GARANTÍA. B) LA FIANZA M ER CA N TIL
335
vas previstas en esta Ley, a instituciones del extranjero, correspondien­
tes a las operaciones de reafianzamiento cedido; 11. Efectuar inversiones
en el extranjero por las reservas técnicas o en cumplimiento de otros
requisitos necesarios, correspondientes a operaciones practicadas fuera
del país; 12. Adquirir, construir y adm inistrar viviendas de interés so­
cial e inmuebles urbanos de productos regulares; 13. Adquirir bienes
muebles e inmuebles necesarios para Ja realización de su objeto social;
14. Otorgar préstamos o créditos; 15. Recibir títulos en descuento y re­
descuento a instituciones de crédito, organizaciones auxiliares del cré­
dito, sociedades financieras de objeto múltiple, así como a fondos per­
manentes de fomento económico destinados en fideicomiso por el
gobierno federal en instituciones de crédito; 16. Actuar como institución
fiduciaria sólo en el caso de fideicomisos de garantía con la facultad de
administrar los bienes fideicomitidos en los mismos, los cuales podrán
o no estar relacionados con las pólizas de fianzas que expidan. Asimis­
mo, podrán actuar como institución fiduciaria en los fideicomisos de
garantía a que se refiere la Sección Segunda del Capítulo V del Título
Segundo de la LTOC, sujetándose a lo que dispone el artículo 85 Bis de
la Ley de Instituciones de Crédito y bajo la inspección y vigilancia de la
Comisión Nacional de Seguros y Fianzas. Las instituciones de fianzas,
en su carácter de fiduciarias, podrán ser fideicomisarias en los fideico­
misos en los que, al constituirse, se transm ita la propiedad de los bienes
fideicomitidos y que tengan por fin servir como instrumento de pago de
obligaciones incumplidas, en el caso de fianzas otorgadas por las pro­
pias instituciones. En este supuesto, las partes deberán designar de co­
mún acuerdo a un fiduciario sustituto para el caso que surgiere un con­
flicto de intereses entre las mismas. La operación del fideicomiso en los
casos referidos deberá sujetarse a lo dispuesto por el artículo 16, frac.
XV de la LIC; 17. Emitir obligaciones subordinadas las cuales podrán
ser no susceptibles de convertirse en acciones, o de conversión obligato­
ria en acciones, así como emitir otros títulos de crédito. Este tipo de
obligaciones y sus cupones, serán títulos de crédito con los mismos re­
quisitos y características que los bonos bancarios, con las salvedades
previstas por la LIF y su emisión estará sujeta a la autorización de la
Comisión Nacional de Seguros y Fianzas, y se regirán por las bases que
señala la fracción XVI del artículo 16 de la ley mencionada; 18. Los re­
cursos obtenidos por las instituciones de fianzas a través de la realiza­
ción de operaciones de reaseguro financiero previstas en la ley, así como
por la emisión de obligaciones subordinadas obligatoriamente converti­
bles en acciones y obligaciones subordinadas no susceptibles de conver­
tirse en acciones, no podrán, en conjunto, representar más del 25% del
requerimiento mínimo de capital base de operaciones de la institución,
ni exceder el monto del capital pagado de la institución ajustado por el
336
ELEM EN TO S D E D ER EC H O M ERCANTIL M EXICANO’
efecto neto de las utilidades y pérdidas del ejercicio y de ejercicios ante­
riores; 19. Realizar las demás operaciones previstas en la ley; y 20. Efec­
tuar, en los términos que señale la Secretaría de Hacienda y Crédito
Público, las operaciones análogas o conexas que autorice. Las institu­
ciones autorizadas para practicar exclusivamente operaciones de rea­
fianzamiento podrán efectuar las anteriores operaciones con excepción
de la emisión de fianzas (art. 16, LIF).
Las instituciones de fianzas deberán ser constituidas como socieda­
des anónimas de capital fijo o variable, con arreglo a lo que dispone la
LSM, en cuanto a lo no dispuesto por la LIF, y particularmente a lo si­
guiente: a) Tendrán por objeto otorgar fianzas a título oneroso y, en su
caso, realizar operaciones de reafianzamiento, además de las operacio­
nes señaladas por el art. 16 de la LIF (vid supra.). b) En razón del origen
de los accionistas que suscriban su capital, las instituciones podrán
ser de capital total o mayoritariamente mexicano, o de capital extranje­
ro, en cuyo caso se considerarán filiales de instituciones financieras del
exterior. No podrán participar en el capital de dichas instituciones, en
forma alguna, personas morales extranjeras que ejerzan funciones de
autoridad, c) Deberán contar con un capital mínimo pagado, por cada
ramo que se les autorice, que deberá expresarse en Unidades de Inver­
sión (UDIS), el cual se deberá cubrir en moneda nacional y que será de­
terminado por la Secretaría dé Hacienda y Crédito Público durante el
primer trimestre de cada año. Las acciones deberán pagarse íntegra­
mente en el acto de ser suscritas. El capital mínimo deberá estar total­
mente suscrito y pagado a más tardar el 30 de junio del año en que la
Secretaría mencionada lo haya fijado. Cuando el capital social exceda
del mínimo fijado, deberá estar pagado cuando menos en un 50%, siem­
pre que dicho porcentaje no sea menor al mínimo establecido. Cuando
una institución de fianzas no cumpla con lo anterior, la Comisión Na­
cional de Seguros y Fianzas solicitará a la sociedad un plan de regularización, si la sociedad no ha logrado subsanar las irregularidades, se so­
licitará la presentación de acciones complementarias y si hecho lo
anterior no se subsanan las irregularidades, la Comisión dará aviso a la
Secretaría de Hacienda y Crédito Público, la que, en protección del inte­
rés público, iniciará el proceso de revocación de la autorización para
operar como institución de fianzas (véase el art. 104, LIF). d) No podrán
participar en el capital social pagado, directamente o a través de interpósita persona, 1. Instituciones de crédito y 2. Sociedades mutualistas
de seguros, casas de bolsa, casas de cambio, organizaciones auxiliares
del crédito, entidades de ahorro y crédito popular, administradoras de
fondos para el retiro y sociedades operadoras de sociedades de inver­
sión. Se exceptúan de lo anterior, las participaciones que provengan de
la tenencia accionaria de las sociedades controladoras a que se refiere
CONTRATOS DE GARANTÍA. B) LA FIANZA M ERCA N TIL
337
la Ley para Regular las Agrupaciones Financieras> asimismo, la Secre­
taría de Hacienda podrá autorizar a las instituciones de crédito para
que adquieran acciones de instituciones de fianzas y de las controladoras, actuando como fiduciarias en fideicomisos que no se utilicen como
medio para contravenir lo que dispone la ley. Por su parte, las entidades
afianzadoras, aseguradoras, reaseguradoras y reafianzadoras del exte­
rior y las personas físicas y morales distintas de las excluidas en el inci­
so 2) del presente párrafo, podrán adquirir acciones representativas del
capital de instituciones de fianzas. La inversión mexicana siempre debe­
rá mantener la facultad de determinar el manejo de la institución y su
control efectivo. A tal efecto, la inversión extranjera deberá constar en
una serie especial, que no podrá rebasar el 49% del capital pagado, e)
Cualquier personas podrá adquirir mediante una o varias operaciones
simultáneas o sucesivas, el control de acciones del capital social paga­
do, operaciones que deberán contar con autorización de la Secretaría
de Hacienda y Crédito Público, escuchando la opinión de la Comisión
Nacional de Seguros y Fianzas, cuando excedan del cinco por ciento del
capital social pagado. Se entiende que se obtiene el control de una insti­
tución de fianzas cuando se adquiera el 30% o más de las acciones del
capital social pagado, se tenga control de la asamblea general se esté en
posibilidad de nombrar a la mayoría de los miembros de consejo de ad­
ministración o por cualquier otra forma se controle la institución de
que se trate, f) Su duración será indefinida, g) Todas las asambleas y
juntas directivas se celebrarán en el domicilio social, debiendo estar
éste siempre dentro del país, h) Deberá celebrarse una asamblea general
ordinaria cada año, por lo menos, i) En la escritura se establecerá el
derecho de los socios que representen, por lo menos, el diez por ciento
del capital pagado, para pedir se convoque a asamblea extraordinaria, j)
En las asambleas generales extraordinarias las decisiones deberán to­
marse, cuando menos, por una mayoría del 80% del capital pagado con
derecho a voto, salvo que se trate de segunda convocatoria, en la cual se
tom arán decisiones con, por lo menos, el voto del 30% del capital paga­
do con derecho a voto, k) La administración estará encomendada a un
consejo de administración y a un director general. El consejo de admi­
nistración se integrará por cuando menos cinco y no más de quince
consejeros, con sus respectivos suplentes. La designación de consejeros
de las instituciones nacionales de fianzas se hará por el Ejecutivo fede­
ral, a través de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, al igual que
la designación del director general de dichas instituciones. I) Contarán
con un contralor normativo responsable de vigilar el cumplimiento de
la normatividad externa e interna, m) De sus utilidades separarán por
lo menos un diez por ciento para constituir un fondo de reserva de capi­
tal, hasta alcanzar una suma igual al importe del capital pagado, n) La
338
ELEM EN TO S DE D ER EC H O M ERCANTIL MEXICANO
escritura constitutiva y cualquier modificación de la misma, deberán
ser sometidas a la aprobación de la Secretaría de Hacienda y Crédito
Público, a efecto de comprobar que se cumplen los requisitos estableci­
dos por la ley. Una vez aprobada, la escritura o sus reformas podrán ser
inscritas en el Registro Público de la Propiedad y de Comercio sin que
se precise mandamiento judicial, o) Para la cesión o traspaso de las
obligaciones y derechos correspondientes al otorgamiento de fianzas; de
los activos o pasivos de una institución de fianzas a otra; la fusión de
dos o más instituciones de fianzas, se requerirá la previa autorización
de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, la cual la otorgará o
negará discrecionalmente y surtirá efectos en el momento de inscribirse
en el Registro Público de la Propiedad y de Comercio. En la escisión de
una institución de fianzas se estará, además, a lo previsto por el art.
228-Bis de la LSM. p) La liquidación administrativa de las instituciones
de fianzas se regirá por el Capítulo V, Título Tercero de la LIF, con la
salvedad de que el cargo de síndico y liquidador, en la liquidación vo­
luntaria, siempre corresponderá a alguna institución de crédito faculta­
da para efectuar operaciones fiduciarias, y que la Comisión Nacional de
Seguros y Fianzas ejercerá, respecto a los síndicos y a los liquidadores,
las funciones de vigilancia que tiene atribuidas en relación a las institu­
ciones de fianzas (art. 15, LIF).
Por reforma publicada en el D.O. el 23 de diciembre de 1993 se in­
trodujo el concepto de "filiales de instituciones financieras del exterior",
con relación a las instituciones de fianzas —y del conjunto de institucio­
nes financieras del país— como resultado de las negociaciones de libre
comercio con Estados Unidos y Canadá.1 En el caso de las filiales de
instituciones financieras del exterior, además de lo señalado en los arts.
5, 15 y 16 de la LÍF en párrafos anteriores, se sujetarán a lo siguiente: 1)
Se regirán por lo previsto en tratados o acuerdos internacionales, las
disposiciones de la LIF aplicables a instituciones de fianzas, en especial
el capítulo I bis del Título Primero del ordenamiento citado (art. 15-B
LIS). 2) Requerirán autorización del Gobierno Federal para organizarse
y funcionar, autorizaciones que son intransmisibles y que deberán pu­
blicarse en el D.O. (art. 15-C LIF). 3) Podrán realizar las mismas opera­
1
De acuerdo con el art. 15-A de la L IF , adicionado por la reforma citada, una filial
es la sociedad anónima mexicana autorizada para organizarse y funcionar como institu­
ción de seguros, y en cuyo capital participe mayoritariamente una institución financiera
del exterior o una sociedad controladora filial; una institución financiera del exterior es
la entidad financiera constituida en un país con el cual México haya celebrado un acuer­
do o tratado internacional en virtud del cual se perm ita el establecimiento en territorio
nacional de filiales; y una sociedad controladora filial es la sociedad mexicana autoriza*
da para constituirse y operar como sociedad controladora en los términos de la LAF y en
cuyo capital participe mayoritariamente una institución financiera del exterior.
CONTRATOS DE GARANTÍA. B) LA FIANZA M ERCA N TIL
339
ciones que las instituciones de seguros, a menos que el tratado o acuer­
do internacional aplicable establezca alguna restricción (art. 15-D LIF).
4. La institución financiera del exterior deberá realizar en el país en que
esté constituida, el mismo tipo de operaciones que la filial de que se tra­
te esté facultada para realizar en México, con excepción de las filiales
en cuyo capital participe mayoritariamente una sociedad controladora
filial de conformidad con la LAF (art. 15-E LIF). 5. El capital social esta­
rá representado por dos series de acciones, de las cuales por lo menos el
51% del capital se integrará por acciones de la serie "F \ mientras que
el 49% restante podrá integrarse indistinta o conjuntamente por accio­
nes serie "F" y "B”. La totalidad de acciones de la Serie "F” deberá ser
propiedad en todo momento de una Institución Financiera del Exterior,
directa o indirectamente, o de una Sociedad Controladora Filial. Las
acciones Serie “B” que no sean propiedad de dicha Institución Financie­
ra del Exterior o Sociedad Controladora Filial, estarán sujetas a lo dis­
puesto en las fracciones II Bis y III del artículo 15 de la presente Ley.
Las accione serie “F" sólo podrán ser enajenadas previa autorización de
la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (arts. 15-G y 15-H, LIF).
6. La administración estará encomendada a un consejo de administra­
ción y a un director general. El nombramiento se hará en asamblea por
cada serie de acciones. El accionista de la serie “E” que represente
cuando menos el 51% del capital social pagado designará a la mitad
más uno de los consejeros y por cada 10% de acciones de esta serie que
exceda de ese porcentaje, tendrá derecho a designar un consejero más.
Los accionistas de la serie “M” designarán a los consejeros restantes.
Sólo podrá revocarse el nombramiento de ios consejeros de minoría,
cuando se revoque el de todos los demás de la misma serie. El presiden­
te del consejo deberá elegirse de entre los consejeros propietarios de la
serie E (art. 15-K, LIF). 7. El órgano de vigilancia estará integrado por
lo menos por un comisario designado por los accionistas de la Serie “F”
y, en su caso, un comisario nombrado por los accionistas de la Serie
“B", y sus respectivos suplentes (art. 15-M, LIF). 8. La Comisión Nacio­
nal de Seguros y Fianzas tendrá, respecto a las filiales, todas las facul­
tades que la LIF le atribuye con respecto a las instituciones de fianzas.
Asimismo las autoridades supervisoras del país de origen de la institu­
ción financiera del exterior, propietaria de las acciones representativas
del capital de una filial o una controladora deben solicitar autorización
a la Comisión Nacional de Seguros y Fianzas para realizar visitas de
inspección, la cual podrá, discrecionalmente, autorizarlas o bien deter­
m inar que éstas se hagan por su conducto o sin que medie su participa­
ción (art. 15-N, LIF).
Las instituciones de fianzas están sujetas a la inspección y vigilan­
cia de la Comisión Nacional de Seguros y Fianzas (art. 66 LIF).
340
ELEM EN TO S DE D ERECHO M ERCA N TIL MEXICANO,
3. LAS ORGANIZACIONES AUXILIARES DE FIANZAS
Tienen este carácter los consorcios formados por instituciones de
fianzas autorizadas, con objeto de prestar a cierto sector de la actividad
económica un servicio de fianzas de manera habitual, a nombre y por
cuenta de dichas instituciones afianzadoras, o celebrar en representa­
ción de las mismas los contratos de reafianzamíento o coafianzamiento
necesarios para la mejor distribución de responsabilidades (art. 9o LIF).
Estos consorcios serán organizados como sociedades, previa autori­
zación de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (art. 9o LIF).
4. LA PÓLIZA
Las fianzas deben otorgarse por escrito, en documentos que reciben
el nombre de pólizas. Establece el artículo 117 de la LIF, que las institu­
ciones de fianzas solamente asumirán obligaciones como fiadoras me­
diante el otorgamiento de pólizas numeradas y documentos adicionales
de las mismas, tales como los de ampliación, disminución, prórroga,
avisos de aceptación y otros documentos de modificación.
Las pólizas deberán contener las indicaciones que administrativa­
mente fijen la Secretaría de Hacienda y Crédito Público y la Comisión
Nacional de Seguros y Fianzas.
Establece el propio artículo 117 de la LIF, que el beneficiario, al
ejercitar su derecho, deberá comprobar por escrito que la póliza fue
otorgada. La devolución de una póliza a la institución que la otorgó, es­
tablece a su favor la presunción de que su obligación como fiadora se ha
extinguido, salvo prueba en contrario.
5. LA PRIMA
El fiador, como contraprestación por la responsabilidad que asume,
tiene derecho a percibir determinada suma de dinero, conocida con el
nombre de prima.
En todo caso, el importe de las primas que pueden cobrar las insti­
tuciones de fianzas se sujetará a las tarifas que apruebe la Secretaría de
Hacienda y Crédito Público (art. 86 LIF).
El documento que consigne la obligación del solicitante (recibos por
primas), acompañado de la certificación del contador de la institución
de fianzas y de una copia simple de la póliza, traerán aparejada ejecu­
ción para el cobro de las primas vencidas y no pagadas (art. 96 LIF).
CONTRATOS DE GARANTÍA. B) LA FIANZA MERCANTIL
341
6. LÍMITES MÁXIMOS POR FIANZA,
REQUERIMIENTO MÍNIMO DE CAPITAL
Y CONTRAGARANTÍAS
Establece el artículo 17 de la LIF, que la Secretaría de Hacienda y
Crédito Público, oyendo la opinión de la Comisión Nacional de Seguros
y Fianzas, establecerá a través de reglas de carácter general, los límites
máximos de emisión y de retención por fianza y por la acumulación de
responsabilidades por fiado, grupos de fiados u operación de reafianza­
miento, a que deben sujetarse las instituciones de fianzas, procurando
en todo momento la adecuada distribución de sus responsabilidades.
Las instituciones de fianzas, sin perjuicio de mantener el capital míni­
mo pagado que exige ia LIF, deben mantener recursos de capital sufi­
cientes para cubrir el requerimiento mínimo de capital base de opera­
ciones que resulte de aplicar los procedimientos de cálculo que la
Secretaría dé Hacienda y Crédito Público determine mediante reglas
generales. Se considera requerimiento mínimo de capital base de opera­
ciones de las instituciones de fianzas, a la cantidad necesaria de recur­
sos con que deben contar para la adecuada realización de sus activida­
des, de conformidad con las sanas prácticas de la actividad afianzadora,
procurando su desarrollo equilibrado con base en las normas técnicas
aplicables y tomando en consideración las responsabilidades asumidas,
así como su diversificación (art. 18, LIF).
En todo caso, las instituciones deberán tener suficientemente garan­
tizada la recuperación del monto de las responsabilidades que contrai­
gan mediante el otorgamiento de fianzas (art. 19 LIF).
En el otorgamiento de fianzas, las instituciones sin perjuicio de re­
cabar las garantías que sean necesarias, deberán estim ar razonable­
mente que se dará cumplimiento a las obligaciones garantizadas consi­
derando la viabilidad económica de los proyectos relacionados con las
obligaciones que se pretendan garantizar, la capacidad técnica y finan­
ciera del fiado para cumplir con la obligación garantizada, su historial
crediticio, así como su calificación administrativa y moral (art. 21, LIF).
Las fianzas de fidelidad y las que se otorguen ante las autoridades judi­
ciales del orden penal podrán expedirse sin garantía suficiente ni com­
probable. Se exceptúan de esta regla las fianzas penales que garanticen
la reparación del daño y las que se otorguen para que obtengan la liber­
tad provisional los acusados o procesados por delitos en contra de las
personas en su patrimonio; pues en todos estos casos será necesario que
la institución obtenga garantía suficiente y comprobable (art. 22, LIF).
En caso de garantizar la recuperación, dichas garantías podrán ser
mediante: a) Prenda, hipoteca o fideicomiso; b) Obligación solidaria; c)
Contrafianza; o d) Afectación en garantía en los términos previstos por
342
EL EM EN T O S DE D ER EC H O M ERCA N TIL MEXICANO
la ley. La Secretaría de Hacienda y Crédito Público, oyendo la opinión
de la Comisión Nacional de Seguros y Fianzas, mediante reglas de ca­
rácter general, podrá autorizar otras garantías de recuperación y deter­
minará las calificaciones y requisitos de las garantías señaladas. No se
requerirá recabar la garantía de recuperación respectiva, cuando, la
institución de fianzas considere, bajo su responsabilidad, que el fiado o
sus obligados solidarios sean ampliamente solventes y tengan suficiente
capacidad de pago (art. 24, LIF).
7. REGLAS PARTICULARES
Las fianzas otorgadas se encuentran sujetas a las siguientes reglas:
a) Las instituciones no gozan de los beneficios de orden y excusión y sus
fianzas no se extinguirán aun cuando el acreedor no requiera judicial­
mente al deudor por el cumplimiento de la obligación principal. Tampo­
co se extinguirá la fianza cuando el acreedor, sin causa justificada, deje
de promover en el juicio entablado contra el deudor (art. 118 LIF); b) La
devolución de una póliza a la institución que la otorgó establece a su fa­
vor la presunción de que su obligación como fiadora se ha extinguido,
salvo prueba en contrario (art. 117 LIF); c) La prórroga o espera conce­
dida por el acreedor al deudor principal, sin consentimiento de la insti­
tución de fianzas, extingue la fianza (art. 119, LIF); d) Cuando la institu­
ción de fianzas se hubiere obligado por tiempo determinado, quedará
libre de su obligación por caducidad, si el beneficiario no presenta la
reclamación de la fianza dentro del plazo estipulado en la póliza o, en
su defecto, dentro de los ciento ochenta días naturales siguientes a la
expiración de la vigencia de la fianza. Si la afianzadora se hubiere obli­
gado por tiempo indeterminado, quedará liberada de sus obligaciones
por caducidad, cuando el beneficiario no presente la reclamación den­
tro de los ciento ochenta días naturales siguientes a partir de la fecha
en que la obligación garantizada se vuelva exigible, por incumplimiento
deT fiado. El derecho a hacer efectiva la póliza está sujeto a prescrip­
ción, la institución de fianzas se liberará por prescripción cuando trans­
curra el plazo legal para que prescriba la obligación garantizada o el de
tres años, el que resulte menor. Cualquier requerimiento de pago hecho
por el beneficiario o la presentación de la reclamación correspondiente,
interrumpe la prescripción, salvo que resulte improcedente (art. 120,
LIF). e) Cuando se hayan garantizado obligaciones de hacer o de dar, las
instituciones de fianza podrán substituirse al deudor principal en el
cumplimiento de la obligación, por sí o constituyendo fideicomiso. Por
su parte, en las fianzas que garanticen el pago de una suma de dinero
en parcialidades, la falta del pago por el fiado de alguna de ellas, no
CONTRATOS DE GARANTÍA. B) LA FJANZA MERCANTIL
34 3
dará derecho al beneficiario a reclamar la fianza por la totalidad del
adeudo insoluto, si la institución de fianzas hace el pago de las parciali­
dades adeudadas por el fiado, dentro del plazo estipulado en la póliza
(art. 121, LIF). f) El pago hecho por una institución de fianzas en virtud
de una póliza, la subroga por ministerio de ley, en todos los derechos,
acciones y privilegios que a favor del acreedor se deriven de la naturale­
za de la obligación garantizada. La institución puede librarse total o
parcialmente de sus obligaciones, si por causas imputables al beneficia­
rio es impedido o le resulta imposible la subrogación referida (art. 122,
LIF). g) Los beneficiarios de fianzas deberán presentar sus reclamacio­
nes por responsabilidades derivadas de los derechos y obligaciones que
consten en la póliza respectiva, directamente ante la institución de fian­
zas. Dichas reclamaciones deberán hacerse por escrito, acompañando
la documentación y demás elementos necesarios para demostrar la exis­
tencia y exigibilidad de la obligación garantizada por la fianza. La ins­
titución tiene el derecho de requerir al beneficiario todo tipo de infor­
mación adicional requerida. Una vez integrada la reclamación, la
institución de fianzas tendrá un plazo de hasta 30 días naturales, conta­
do a partir de la fecha en que fue integrada la reclamación para proce­
der a su pago, o en su caso, para comunicar por escrito las razones,
causas o motivos de su improcedencia o bien, si se reconoce la proce­
dencia parcial, se procederá a realizar el pago parcial que corresponda,
sin perjuicio de hacer valer sus derechos por la diferencia. En caso de
que ésta no dé contestación a la misma dentro del término legal o que
exista inconformidad respecto a la resolución emitida por la misma, el
reclamante podrá, a su elección, hacer valer sus derechos ante la Comi­
sión Nacional para la Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros,
o bien, ante los tribunales competentes (arts. 93 y 94, LIF).
8. REAFIANZAMIENTO Y COAFIANZAMIENTO
El reafianzamiento es el contrato por el cual una institución de
fianzas, de seguro o de reaseguro o reafianzadoras extranjeras, se obli­
gan a pagar a la institución reafianzada, en la proporción correspon­
diente, las cantidades que ésta deba cubrir al beneficiario de su fianza
(art. 114 LIF).
La institución que reafiance estará obligada, en su caso, a proveer
de fondos a la reafianzada, con objeto de que ésta cumpla sus obligacio­
nes como fiadora. La falta de provisión oportuna hará responsable a la
reafianzadora de los daños y perjuicios que ocasione a la reafianzada
(art. 115 LIF).
344
ELEM EN T O S DE D ER EC H O M ERCANTIL MEXICANO,
Hay coafianzamiento cuando dos o más instituciones del país otor­
gan fianzas ante un beneficiario, garantizando por un mismo o diverso
monto e igual concepto, a un mismo fiado. En el coafianzamiento no
hay solidaridad pasiva, debiendo el beneficiario, por tanto, exigir la res­
ponsabilidad garantizada a todas ias instituciones coafianzadoras y en
la proporción de sus respectivos montos de garantía (art. 1J6 LIF).
C a p ít u l o X I
OPERACIONES DE CRÉDITO Y BANCARIAS
1. OPERACIONES DE CRÉDITO
Es evidente e indiscutible la importancia del crédito y la banca en la
economía de nuestro tiempo.
La palabra crédito, derivada del latín credere, significa confianza.
Esta es la acepción etimológica. En el lenguaje corriente tiene normal­
mente también ese sentido. Así, para expresar que una persona nos me­
rece confianza, decimos que nos merece crédito o que es digna de
crédito.
Pero cuando hablamos de crédito en sentido jurídico o, más precisa­
mente, de operación de crédito, empleamos el vocablo en su acepción
técnica. Nos queremos referir entonces a aquel negocio jurídico por vir­
tud del cual el acreedor (acreditante) transmite un valor económico al
deudor (acreditado), y éste se obliga a reintegrarlo en el término estipu­
lado. A la prestación presente del acreditante debe corresponder la con­
trapartida, prestación futura del acreditado.
2. OPERACIONES BANCARIAS
Las llamadas operaciones o contratos bancarios no presentan ca­
racteres intrínsecos que las distingan de otros negocios jurídicos. “Tales
operaciones consisten en un negocio jurídico-de tipo general, que se cla­
sifica de bancario sólo por el sujeto."1
Se caracterizan, pues, estas operaciones por ser realizadas —habi­
tual o exclusivamente— por un tipo especial de empresas, que reciben
el nombre de bancos o instituciones de crédito. Estas son precisamente
las empresas que tienen por objeto el ejercicio habitual de la banca y del
crédito (art. Io LIC).
Según Rodríguez Rodríguez,2 las operaciones bancarias se caracte­
rizan por ser operaciones de crédito realizadas profesionalmente. Los
1 C ervantes Ahumada , Títulos y operaciones de crédito, p. 205.
2 Derecho bancario, México, 1964, p. 21.
345
346
ELEM EN TO S DE D ER EC H O M ERCANTIL M ÉX IC A N ü
bancos son, en definitiva —dice el autor citado—, empresas que se en­
cuentran en el centro de una doble corriente de capitales; los que aflu­
yen hacia el banco, de quienes no los necesitan, y los que influyen del
banco para ir a manos de aquellos que se encuentran precisados de
ellos. En tomar dinero barato y en proporcionarlo un poco más caro,
con carácter profesional, es decir, de un modo habitual y como finali­
dad de existencia, consiste la sustancia de un banco. Las operaciones
por las que el banco recibe dinero son operaciones de crédito; aquéllas por
las que el banco entrega dinero son también de crédito.3
3. CLASIFICACIÓN DE LAS OPERACIONES BANCARIAS
Las operaciones bancarias se clasifican en: a) Operaciones pasivas»
que son aquellas por las que el banco se hace de capitales, para invertir­
los lucrativamente en las condiciones y términos permitidos por la ley
(v.gr., depósitos bancarios de dinero, emisión de bonos, etc.); b) Opera­
ciones activas, que son aquéllas por las que el banco otorga crédito (v.
gr., aperturas de crédito, en todas sus formas, etc.); c) Operaciones neu­
trales, en las que el banco ni recibe ni otorga crédito, sino que consisten
en meras funciones de mediación o servicios a sus clientes, por lo que
reciben también el nombre de servicios bancarios (v. gr., servicio de ca­
jas de seguridad, servicio de caja y tesorería, etc.).
El artículo 2° de la LIC dispone que se considera servicio de banca y
crédito la captación de recursos del público en el mercado nacional
para su colocación entre el público, mediante actos causantes de pasivo
directo o contingente, quedando el intermediario obligado a cubrir el
principal y, en su caso, los accesorios financieros de los recursos capta­
dos. El mismo artículo especifica que las operaciones de banca y crédi­
to son solamente las realizadas por instituciones de crédito, excluyéndo­
se aquellas que celebren intermediarios financieros distintos a las
primeras.
Tampoco se considerarán operaciones de banca y crédito la capta­
ción de recursos del público mediante la emisión de instrumentos ins­
critos en el Registro Nacional de Valores, colocados mediante oferta pú­
blica, incluso cuando esos recursos se utilicen para el otorgamiento de
financiamientos de Cualquier naturaleza. Para este efecto, se considera
que existe captación de recursos del público cuando se solicite, ofrezca
o promueva la obtención de fondos o recursos de persona indetermina­
da o mediante medios masivos de comunicación o bien, se obtengan o
solicite fondos o recursos de forma habitual o profesional.
3 RODRÍGUEZ R o d r í g u e z , C u rso de derecho mercantil,
T. II, p. 470.
347
O PE R A C IO N ES DE CRÉDITO Y BANCARIAS
4. LA EMPRESA BANCARIA.
SISTEMA BANCARIO Y SISTEMA FINANCIERO
Se destaca con frecuencia la importancia de la banca.
La función de la banca —escribe Greco—,4se difunde y penetra, en diversa
medida, en todos los aspectos de la vida social, desde la economía domésti­
ca hasta la del Estado; desde la formación del ahorro familiar hasta el financiamiento de la gran industria. La circulación monetaria, el movimien­
to de los cambios, la ejecución de los pagos, el desarrollo del crédito en las
formas más variadas, la recolección de capitales y su distribución para los
más diversos usos, son todos fenómenos regidos o controlados por las insti­
tuciones de crédito.
Los bancos son empresas que tienen por finalidad el ejercicio habi­
tual de la banca y del crédito. Fundamentalmente se caracterizan por
desarrollar actividades de intermediación en el crédito: “actividad inter­
mediaria entre el capital que busca colocación y el trabajo que lo recla­
ma y pide medios para una aplicación productiva”.5 La misión esencial
de la banca consiste en actuar como intermediaria en el crédito, centra­
lizando primero los capitales dispersos que se encuentran disponibles, y
redistribuyéndolos luego en operaciones de crédito a favor de quienes
necesitan el auxilio del capital para producir. Son, en fin, los bancos,
intermediadores, distribuidores profesionales del crédito.6
Los bancos, a través de la realización de las llamadas operaciones
pasivas (depósitos y emisión de valores, fundamentalmente), recogen del
público aquellos capitales que se encuentran ociosos, sin ocupación pro­
ductiva inmediata o de ahorro. Por otra parte, ponen esos mismos capi­
tales, mediante las denominadas operaciones activas (otorgamiento de
créditos, especialmente), a disposición principalmente de la industria y
del comercio, para sus actividades de producción y distribución de bie­
nes y servicios.
Por la complejidad que ha ido alcanzando la economía contemporá­
nea, las actividades y-eperaciones de la empresa bancaria se realizan y
tienen lugar a una escala y a una magnitud mucho mayores que en el
pasado, y se interrelacionan con actividades no directamente crediticias
(bursátiles, seguros, etc.) que integran un conjunto mayor que podría
denominarse de actividades financieras. La exposición de motivos de la
Ley Reglamentaria del Servicio Público de Banca y Crédito de 1985 se­
ñalaba: "En la actualidad el sistema financiero mexicano se encuentra
4 Curso de derecho bancario,
5 GAY D E M ONTELLA,
M é x ic o ,
1945, p. 10.
Tratado de la legislación bancaria española.
B a rc e lo n a ,
1953,
T. 1, p. 7.
6 M o r e n o C a s ta ñ e d a ,
La moneda y la banca de México,
G u a d a la ja r a ,
1956, p. 180.
348
EL EM EN T O S DE DERECH O M ERCA N TIL MEXICANO
integrado básicamente por las instituciones de crédito y los intermedia­
rios financieros no bancarios, que comprenden a las compañías asegu­
radoras, y afianzadoras, casas de bolsa y sociedades de inversión, así
como a las organizaciones auxiliares del crédito", por lo que es posible
distinguir, según Acosta Romero dos regímenes legales: el de las institu­
ciones de banca y crédito, regulado por la LIC y el resto de los interme­
diarios financieros, regulados por distintas disposiciones legales.
El artículo 3o de la LIC establece claramente que el sistema bancario mexicano se integrará por el Banco de México, las instituciones de
banca múltiple, las instituciones de banca de desarrollo y los fideicomi­
sos públicos constituidos por el Gobierno Federal para el fomento eco­
nómico que realicen actividades financieras, así como los organismos
auto regulatorios bancarios. No existe, sin embargo, una definición tan
precisa de "sistema financiero”.7 0
La integración de actividades financieras y bancarias es cada vez
mayor. La exposición de motivos a la reforma a la Constitución en sus
arts. 28 párrafo quinto y 123 de 27 de junio de 1990 y que abrió la puer­
ta a la re-privatización de la banca mexicana señala al respecto que:
”Es clara la tendencia a la prestación de úna gama cada vez más amplia
de servicios financieros por parte de los distintos intermediarios. Se
percibe una disminución de la participación de los créditos tradiciona­
les y una mayor importancia de las operaciones canalizadas por los
mercados de acciones y obligaciones, así como por operaciones de
arrendamiento y factoraje. En esas circunstancias, la distinción entre lo
que constituye el ‘servicio de banca y crédito' y los servicios que actual­
mente prestan los demás intermediarios financieros es cada vez más
7 Véase Acosta Romero, Derecho bancario.
8 La Ley de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (D.O. 28 de abril de 1995)
hace la enumeración de las “entidades del sector financiero": sociedades controladoras
de grupos financieros, instituciones de crédito, casas de bolsa, especialistas bursátiles,
bolsas de valores, sociedades de inversión, sociedades operadoras de sociedades de inver­
sión, sociedades distribuidoras de acciones de sociedades de inversión, almacenes gene­
rales de depósito, uniones de crédito, arrendadoras financieras, empresas de factoraje
financiero, sociedades de ahorro y préstamo, casas de cambio, sociedades financieras de
objeto limitado, sociedades financieras de objeto múltiple reguladas, sociedades financie­
ras populares, instituciones para el depósito de valores, contrapartes centrales, institu­
ciones calificadoras de valores, sociedades de información crediticia, sociedades finan­
cieras comunitarias, sujetas a la supervisión de la Comisión (Nacional Bancaria y de
Valores) y los organismos de integración financiera rural, así como otras instituciones y
fideicomisos públicos que realicen actividades financieras y respecto de los cuales la
Comisión ejerza facultades de supervisión, todas ellas constituidas conforme a las Leyes
mercantiles y financieras. Así como las sociedades cooperativas de ahorro y préstamo,
sujetas a la supervisión de la Comisión, a que se refiere la Ley para Regular las Activida­
des de las Sociedades Cooperativas de Ahorro y Préstamo, integrantes del sector social.
O PERA C IO N ES D E CRÉDITO Y BANCARIAS
349
tenue. Lo consecuente es considerar a la prestación del conjunto de ser­
vicios financieros como actividad de interés general que debe estar suje­
ta a las normas y reglamentos que emita el Estado en ejercicio de la au­
toridad, y no como servicios públicos sujetos a concesión". La aprobación
de la LIC y sobre todo de la LAE en 1990 van en el sentido de borrar las
distinciones entre sistema bancario y sistema financiero, permitiendo la
integración cada vez mayor de las distintas instituciones que participan
en operaciones bancarias y financieras, en general.
Con base en la Ley del Seguro Social (D.O. 21 de diciembre de 1995)
y en la Ley de los Sistemas de Ahorro para el Retiro (D.O. 23 de mayo
de 1996) se establecen nuevas entidades del sistema financiero: las Ad­
ministradoras de Fondos para el Retiro (AFORE) y las Sociedades de
Inversión Especializadas de Fondos para el Retiro (S IE F O R E ), bajo la
regulación de la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el
Retiro.
5. LAS INSTITUCIONES DE CRÉDITO
La Ley de Instituciones de Crédito establece en su artículo Io que
tiene por objeto regular el servicio de banca y crédito, la organización y
funcionamiento de las instituciones de crédito, las actividades y opera­
ciones que las mismas podrán realizar, su sano y equilibrado desarro­
llo, la protección de los intereses del público y los términos en que el
Estado ejercerá la rectoría financiera del Sistema Bancario Mexicano
(vid supra, inciso 4).
El artículo 2o de la LIC dispone que el servicio de banca y crédito
(nótese que se suprime el calificativo de “público”), sólo podrá prestarse
por instituciones de crédito que podrán ser: A) Instituciones de banca
múltiple. B) Instituciones de banca de desarrollo. Por reforma a la LIC
de 23 de diciembre de 1993, a partir del Io de enero de 1994 pueden
operar un tercer tipo de instituciones: las filiales de instituciones finan­
cieras del exterior, que podrán operar como institución de banca múlti­
ple o sociedad financiera de objeto limitado (vid. infra.).
El Estado ejercerá la rectoría del Sistema Bancario Mexicano (art.
4o LIC), a fin de que éste oriente fundamentalmente sus actividades a
apoyar y promover el desarrollo de las fuerzas productivas del país y el
crecimiento de la economía nacional, basado en una política económica
soberana, fomentado el ahorro en todos los sectores y regiones de la Re­
pública, y su adecuada canalización a una amplia cobertura regional
que propicie la descentralización del propio sistema, con apego a sanas
prácticas y usos bancarios. Por su parte las instituciones de banca de
desarrollo atenderán las actividades productivas que el Congreso de la
350
ELEM EN T O S DE D ER EC H O M ERCA N TIL MEXICANO
Unión determine como especialidad de cada una de éstas, en sus res­
pectivas leyes orgánicas.
Las instituciones de crédito sólo podrán realizar las operaciones si­
guientes: 1. Recibir depósitos bancarios de dinero: a) A la vista, b) Retirables en días preestablecidos, c) De ahorro, d) A plazo o con previo
aviso. 2. Aceptar préstamos y créditos. 3. Emitir bonos bancarios. 4.
Emitir obligaciones subordinadas. 5. Constituir depósitos en institucio­
nes de crédito y entidades financieras del exterior. 6. Efectuar descuen­
tos y otorgar préstamos o créditos. 7. Expedir tarjetas de crédito con
base en contratos de apertura de crédito en cuenta corriente. 8. Asumir
obligaciones por cuenta de terceros, con base en créditos concedidos, a
través del otorgamiento de aceptaciones, endoso o aval de títulos de cré­
dito, así como de la expedición de cartas de crédito. 9. Operar con valo­
res en los términos de las disposiciones de la LIC y de la Ley del Merca­
do de Valores. 10. Promover la organización y transformación de toda
clase de empresas o sociedades mercantiles y suscribir y conservar ac­
ciones o partes de interés en las mismas, en los términos de la LIC. 11.
Operar con documentos mercantiles por cuenta propia. 12. Llevar a
cabo por cuenta propia o de terceros, operaciones con oro, plata y divi­
sas, incluyendo reportes sobre estas últimas. 13. Prestar servicio de ca­
jas de seguridad. 14. Expedir cartas de crédito previa recepción de su
importe, hacer efectivos créditos y realizar pagos por cuenta de clientes.
15. Practicar las operaciones de fideicomiso a que se refiere la Ley Ge­
neral de Títulos y Operaciones de Crédito, y llevar a cabo, mandatos y
comisiones. 16. Recibir depósitos en administración o custodia, o en ga­
rantía por cuenta de terceros, de títulos o valores y en general de docu­
mentos mercantiles. 17. Actuar como representante común de los tene­
dores de títulos de crédito. 18. Hacer servicio de caja y tesorería relativo
a títulos de crédito, por cuenta de las emisoras. 19. Llevar la contabili­
dad y los libros de actas y de registro de sociedades y empresas. 20.
Desempeñar el cargo de albacea. 21. Desempeñar la sindicatura o en­
cargarse de la liquidación judicial o extrajudicial de negociaciones, es­
tablecimientos, concursos o herencias. 22. Encargarse de hacer avalúos
que tendrán la misma fuerza probatoria que las leyes asignan a los he­
chos por corredor público o perito. 23. Adquirir los bienes muebles e
inmuebles necesarios para la realización de su objeto y enajenarlos
cuando corresponda. 24. Celebrar contratos de arrendamiento financie­
ro y adquirir los bienes que sean objeto de tales contratos, de acuerdo
con lo previsto por la LIC y, en lo que se oponga a ésta, por la LOAAC.
25. Realizar operaciones derivadas, sujetándose a las disposiciones téc­
nicas y operativas que expida el Banco de México, en las cuales se esta­
blezcan las características de dichas operaciones, tales como tipos, pla­
zos, contrapartes, subyacentes, garantías y formas de liquidación. 26.
351
O PE RA C IO N ES D E CRÉDITO Y BANCARIAS
Efectuar operaciones de factoraje financiero. 27. Em itir y poner en cir­
culación cualquier medio de pago que determine el Banco de México,
sujetándose a las disposiciones técnicas y operativas que éste expida, en
las cuales se establezcan entre otras características, las relativas a su
uso, monto y vigencia, a fin de propiciar el uso de diversos medios de
pago. 28. Intervenir en la contratación de seguros para lo cual deberán
cumplir con lo establecido en la LIS y en las disposiciones de carácter
general que de la misma emanen. 29. Las análogas o conexas que auto­
rice la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, oyendo la opinión del
Banco de México y de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores. Las
instituciones de banca múltiple únicamente podrán realizar aquellas
operaciones previstas en los numerales anteriores que estén expresa­
mente contempladas en sus estatutos sociales, previa aprobación de la
Comisión Nacional Bancaria y de Valores en términos de lo dispuesto
por los artículos 9o. y 46 Bis de la LIC (art. 46 LIC).
6. CLASES DE INSTITUCIONES DE CRÉDITO
Según dijimos, son: A. Instituciones de banca múltiple. B. Institu­
ciones de banca de desarrollo. C. Filiales de instituciones financieras
del exterior (que aunque operan como las primeras, se sujetan a un régi­
men especial por su naturaleza).
A. I n s t i t u c i o n e s
d e ba n c a m ú l t ip l e
Para operar como tales, de acuerdo con el artículo 8o de la LIC, se
requiere "autorización" (ya no “concesión”) del Gobierno Federal, que
compete otorgar discrecionalmente a la Comisión Nacional Bancaria y
de Valores, previo acuerdo de su junta de Gobierno y opinión favorable
del Banco de México, por su naturaleza, dichas autorizaciones serán
intransmisibles. Una vez otorgada la autorización referida, se presenta­
rá a la propia Comisión el instrumento público en que consten los esta­
tutos de la sociedad de que se trate para proceder a su inscripción en el
Registro Publico de Comercio, sin que se requiera mandamiento judi­
cial al respecto. Las autorizaciones mencionadas y sus modificaciones,
se publicará en el Diario Oficial de la Federación y en dos periódicos de
amplia circulación en el domicilio social.
Sólo gozarán de autorización las sociedades anónimas de capital fijo,
organizadas de conformidad con lo dispuesto por la Ley General de So­
ciedades Mercantiles, en todo lo que no esté previsto en la LIC y, parti­
cularmente con lo siguiente: 1. Tendrán por objeto la prestación del ser­
vicio de banca y crédito, en los términos de la LIC, especialmente
conforme a lo dispuesto en su artículo 46 mencionado en el inciso ante­
352
ELEM EN TO S DE D ER ECH O M ERCANTIL M EXICANO
rior. 2. La duración de la sociedad será indefinida. 3. Deberán contar
con el capital social y el capital mínimo que corresponda conforme a lo
previsto en la LIC. 4. Su domicilio social estará en el territorio nacional
(art. 9o LIC).
La escritura constitutiva y cualquier modificación de la misma, de­
berá ser sometida a la aprobación de la Comisión Nacional Bancaria y
de Valores. Una vez aprobadas la escritura y sus reformas deberán ins­
cribirse en el Registro Público de Comercio, sin necesidad de manda­
miento judicial (art. 9o LIC).
El capital de las instituciones de banca múltiple estará formado por
una parte ordinaria y podrá también estar integrado por una parte adi­
cional. El capital social ordinario de las instituciones de banca múltiple
se integrará por acciones de la serie "O”. En su caso, el capital social
adicional estará representado por acciones serie “L", que podrán emitir­
se hasta por un monto equivalente al cuarenta por ciento del capital social ordinario, previa autorización de la Comisión Nacional de Valores
(art. 11, LIC).
Las acciones serán de igual valor; dentro de cada serie, conferirán a
sus tenedores los mismos derechos, y deberán pagarse íntegramente en
efectivo en el acto de ser suscritas, o bien, en especie si, en este último
caso, así lo autoriza la Comisión Nacional Bancaria y de Valores consi­
derando la situación financiera de la institución y velando por su liqui­
dez y solvencia. Las acciones se mantendrán en depósito en alguna de
las instituciones para el depósito de valores reguladas en la Ley del
Mercado de Valores, las que en ningún caso se encontrarán obligadas a
entregarlas a los titulares. Las acciones serie "L” serán de voto limitado
y otorgarán derecho de voto únicamente en los asuntos relativos a cam­
bio de objeto, fusión, escisión, trasformación, disolución y liquidación,
los actos corporativos referidos en los artículos 29 Bis, 29 Bis 2 (proce­
dimiento de revocación de autorización por no cumplir con requeri­
mientos de capitalización) y 122 Bis 9 (resolución por revocación) de la
LIC Ley y cancelación de siTinscripción en cualesquiera bolsas de valo­
res. Además, las acciones serie “L” podrán conferir derecho a recibir un
dividendo preferente y acumulativo, así como a un dividendo superior al
de las acciones representativas del capital ordinario, siempre y cuando
así se establezca en los estatutos sociales de la institución emisora. En
ningún caso los dividendos de esta serie podrán ser inferiores a los de
las otras series (art. 12 LIC).
Las acciones representativas de las series “O" y “I ”, serán de libre
suscripción. No podrán participar en forma alguna en el capital social
de las instituciones de banca múltiple, personas morales extranjeras que
ejerzan funciones de autoridad (art. 13 LIC).
OPERA CIO N ES DE CRÉD ITO Y BANCARIAS
353
Las personas que adquieran o transmitan acciones de la serie "O"
por más del dos por ciento del capital social pagado de una institución
de banca múltiple, deberán dar aviso de ello a la Comisión Nacional
Bancaria y de Valores dentro de los tres días hábiles siguientes a la ad­
quisición o transmisión.
Cualquier persona física o moral podrá, mediante una o varias ope­
raciones simultáneas o sucesivas, adquirir acciones de la serie *0" del
capital social de una institución de banca múltiple, con las salvedades
siguientes: Cuando se pretenda adquirir directa o indirectamente más
del cinco por ciento del capital social ordinario pagado, o bien, otorgar
garantía sobre las acciones que representen dicho porcentaje, se deberá
obtener previamente la autorización de la Comisión Nacional Bancaria
y de Valores, la que podrá otorgarla discrecionalmente, para lo cual de­
berá escuchar la opinión del Banco de México, siempre que cumplan los
requisitos señalados por la misma LIF. De igual forma deberá preceder­
se cuando una persona o un grupo de personas, accionistas o no, pre­
tenda adquirir el veinte por ciento o más de las acciones representativas
de la serie "O" del capital social de la institución de banca múltiple u
obtener el control de la propia institución, se deberá solicitar previa­
mente autorización de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores.
La LIC dispone también que el capital mínimo suscrito y pagado
para las instituciones de banca múltiple que tengan expresamente con­
templadas en sus estatutos sociales todas las operaciones mencionadas
en el numeral 5 del presente Capítulo, será el equivalente en moneda
nacional al valor de noventa millones de Unidades de Inversión. La Co­
misión Nacional Bancaria y de Valores, previo acuerdo de su Junta de
Gobierno, determinará medíante disposiciones de carácter general el
importe del capital mínimo con que deberán contar las instituciones de
banca múltiple, en función de las operaciones que tengan expresamente
contempladas en sus estatutos sociales, la infraestructura necesaria
para su desarrollo, los mercados en que pretendan participar y los ries­
gos que conlleve, entre otros. En ningún caso el capital mínimo suscrito
y pagado aplicable a una institución de banca múltiple podrá ser infe­
rior al equivalente al cuarenta por ciento del capital mínimo previsto
para las instituciones que realicen todas las operaciones mencionadas
en el apartado 5o. El monto del capital mínimo con el que deberán con­
tar las instituciones tendrá que estar suscrito y pagado a más tard a r el
último día hábil del año de que se trate. Al efecto, se considerará el va­
lor de las Unidades de Inversión correspondientes al 31 de diciembre del
año inmediato anterior. El capital mínimo deberá estar íntegramente
pagado. Cuando el capital social exceda del mínimo, deberá estar paga­
do, por lo menos, en un cincuenta por ciento, siempre que este porcen­
taje no sea inferior a) mínimo establecido. Las instituciones de banca
354
ELEM EN TO S DE D ER ECH O M ERCANTIL M EXICANO
múltiple sólo estarán obligadas a constituir las reservas de capital pre­
vistas en la ley y en las disposiciones administrativas expedidas con
base en la misma para procurar la solvencia de las instituciones, prote­
ger al sistema de pagos y al público ahorrador. Para cumplir con el ca­
pital mínimo, las instituciones, en función de las operaciones que ten­
gan expresamente contempladas en sus estatutos sociales, podrán
considerar el capital neto con que cuenten conforme a lo dispuesto por
la LIC.
La administración de las instituciones de banca múltiple estará
encomendada a un consejo y a un director general, en sus respectivas
esferas de competencia, que serán designados por los accionistas (art.
21 LIC).
El consejo de administración de las instituciones de banca múltiple
estará integrado por un mínimo de cinco y un máximo de quince conse­
jeros propietarios, de los cuales los que integren cuando menos el veinti­
cinco por ciento deberán ser independientes. Por cada consejero propie­
tario se podrá designar a un suplente. Por consejero independiente
deberá entenderse a la persona que sea ajena a la administración de la
institución de banca múltiple respectiva, y que reúna los requisitos y
condiciones que determíne la Comisión Nacional Bancaria y de Valores.
Los accionistas que representen, cuando menos, un diez por ciento del
capital pagado ordinario de la institución tendrán derecho a designar
un consejero. Únicamente podrá revocarse el nombramiento de los con­
sejeros de minoría, cuando se revoque el de todos los demás (art. 22,
LIC).
Por su parte, el órgano de vigilancia de las instituciones de banca
múltiple, estará integrado por lo menos por un comisario designado por
los accionistas de la serie "O" y, en su caso, un comisario nombrado
por los de la serie “V , así como sus respectivos suplentes. El nombra­
miento de comisarios deberá hacerse en asamblea especial por cada se­
rie-de acciones. A las asambleas que se reúnan con este fin, les serán
aplicables, en lo conducente, las disposiciones para las asambleas gene­
rales ordinarias previstas en la Ley General de Sociedades Mercantiles
(art. 26, LIC).
La institución de banca múltiple de que se trate, deberá verificar
que las personas que sean designadas como consejeros, director general
y funcionarios con las dos jerarquías inmediatas inferiores a la de este
último, cumplan con anterioridad al inicio de sus gestiones, con los re­
quisitos señalados en la LIF (arts. 23 y 24). Para este efecto, la Comisión
Nacional Bancaria y de Valores podrá establecer, mediante disposicio­
nes de carácter general, los criterios mediante los cuales se deberán in­
tegrar los expedientes que acrediten el cumplimiento a los requisitos
respectivos (arts 24 y 24 Bis, LIF).
O PERA C IO N ES DE CRÉD ITO Y BANCARIAS
355
La Comisión Nacional Bancaria y de Valores, con acuerdo de su
Junta de Gobierno, podrá en todo tiempo determinar que se proceda a
la remoción de los miembros del consejo de administración, directores
generales, comisarios, directores y gerentes, delegados fiduciarios y fun­
cionarios que puedan obligar con su firma a la institución, así como
suspender de tres meses hasta cinco años a las personas antes mencio­
nadas, cuando considere que no cuentan con la suficiente calidad técni­
ca, honorabilidad e historial crediticio satisfactorio para el desempeño
de sus funciones, no reúnan los requisitos al efecto establecidos o incu­
rran de manera grave o reiterada en infracciones a la ley o a las disposi­
ciones de carácter general que de ella deriven. En los dos últimos su­
puestos, la propia Comisión podrá además, inhabilitar a las citadas
personas para desempeñar un empleo, cargo o comisión dentro del sis­
tema financiero mexicano, por el mismo periodo de tres meses hasta
cinco años, sin perjuicio de las sanciones que conforme a éste u otros
ordenamientos legales fueren aplicables. Antes de dictar la resolución
correspondiente, la citada Comisión deberá escuchar al interesado y a
la institución de banca múltiple de que se trate.
B . In s t it u c io n e s
d e banca d e d esa r r o llo
Según el artículo 30 de la LIC son entidades de la administración
pública federal, con personalidad jurídica y patrimonio propios, consti­
tuidas con el carácter de sociedades nacionales de crédito —es decir,
conservan su estructura actual—, en los términos de sus correspondien­
tes leyes orgánicas y de la propia LIC. La Secretaría de Hacienda y Cré­
dito Público expedirá el reglamento orgánico de cada institución, en el
que establecerá las bases conforme a las cuales se regirá su organiza­
ción y el funcionamiento de sus órganos. Dichos reglamentos y sus mo­
dificaciones deberán publicarse en el Diario Oficial de la Federación e
inscribirse en el Registro Público de Comercio.
Las instituciones de banca de desarrollo tienen como objeto funda­
mental facilitar el acceso al fínanciamiento a personas físicas y mora­
les, así como proporcionarles asistencia técnica y capacitación en térmi­
nos de sus respectivas leyes orgánicas. En el desarrollo de sus funciones
las instituciones referidas deberán preservar y mantener su capital, ga­
rantizando la sustentabilidad de su operación, mediante la canalización
eficiente, prudente y transparente de recursos (art. 30, LIC).
Las instituciones de banca de desarrollo realizarán las operaciones
establecidas en el artículo 46 de la LIC y, además, las necesarias para la
adecuada atención del correspondiente sector de la economía nacional
y el cumplimiento de las funciones y objetivos que les sean propios, con­
forme a las modalidades y excepciones que respecto a las previstas en la
LIC u otras leyes, determinen sus leyes orgánicas (art. 47 LIC).
356
ELEM EN TOS DE D ER ECH O M ERCANTIL MEXICANO
El capital social de las instituciones de banca de desarrollo estará
representado por títulos de crédito, que se denominarán certificados de
aportación patrimonial, que se regirán por la LTOC (art. 32 LIC).
Los certificados de aportación patrimonial serán nominativos y se
dividirán en dos seríes: la serie “A", que representará en todo tiempo el
sesenta y seis por ciento del capital de la sociedad, que sólo podrá ser
suscrita por el Gobierno Federal, y la serie “B” que representará el
treinta y cuatro por ciento restante (art. 32 LIC).
Los certificados de la serie "A” se emitirán en título único, serán in­
transmisibles y en ningún caso podrá cambiarse su naturaleza o los de­
rechos que confieren al Gobierno Federal como titular de los mismos.
Los certificados de la serie "B” podrán emitirse en uno o varios títulos
(art. 32 LIC).
Salvo el Gobierno Federal y las sociedades de inversión común, nin­
guna persona física o moral podrá adquirir, mediante una o varias ope­
raciones de cualquier naturaleza, simultáneas o sucesivas, el control de
certificados de aportación patrimonial de la serie "B" por más del cinco
por ciento del capital pagado de una institución de banca de desarrollo.
El mencionado límite se aplicará, asimismo, a la adquisición del control
por parte de personas que de acuerdo a las disposiciones generales que
expida la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, deban considerarse
para estos efectos como una sola persona. La misma Secretaría me­
diante reglas de carácter general, podrá autorizar que entidades de la
administración pública federal y los gobiernos de las entidades federati­
vas y de los municipios puedan adquirir certificados de la citada serie,
en una proporción mayor a la antes establecida.
En ningún momento podrán participar en forma alguna en el capi­
tal de las instituciones de banca de desarrollo, personas físicas o mora­
les extranjeras, ni sociedades mexicanas en cuyos estatutos no figure
cláusula de exclusión directa e indirecta de extranjeros (art. 33 LIC).
El capital mínimo de las instituciones de banca de desarrollo será el
que establezca la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, mediante
disposiciones de carácter general, el cual estará íntegramente pagado.
Cuando el capital social exceda del mínimo, deberá estar pagado por lo
menos en un cincuenta por ciento, siempre que este porcentaje no sea
menor del mínimo establecido. Dichas instituciones podrán emitir certi­
ficados no suscritos que conservarán en tesorería y que serán entrega­
dos a los suscriptores contra el pago total y de las primas que, en su
caso, fijen las mismas. Cuando una institución anuncie su capital, debe­
rá anunciar al mismo tiempo su capital pagado (art. 37 LIC).
La administración de las instituciones de banca de desarrollo estará
encomendada a un consejo directivo y a un director general, en los tér­
minos de sus propias leyes orgánicas (art. 40 LIC).
OPERA CIO N ES DE C R É D ITO Y BANCARIAS
35 7
El consejo directivo deberá contar con un comité de auditoría, que
tendrá carácter consultivo. La Comisión Nacional Bancaria y de Valo­
res establecerá, mediante disposiciones de carácter general, las atribu­
ciones que, como mínimo, deberá ejercer dicho comité, la forma en que
el mismo deberá integrarse y demás especificidades (art. 40, LIC).
El director general será designado por el Ejecutivo Federal, a través
del Secretario de Hacienda y Crédito Público (art. 43, LIC).
El órgano de vigilancia de las instituciones de banca de desarrollo
estará integrado por dos comisarios, nombrados, uno por la Secretaría
de la Función Pública y el otro por los titulares de los certificados de
aportación patrimonial de la serie "B”. Por cada comisario propietario
se nombrará el respectivo suplente (art. 44, LIC).
C . F il ia l e s d e in s t it u c io n e s f i n a n c ie r a s d e l e x t e r i o r
Por reforma a diversas leyes que regulan el sistema financiero mexi­
cano (D.O. 23 de diciembre de 1993), se establece la figura de “filiales"
de instituciones financieras del exterior, que constituirán un tercer
tipo de instituciones de crédito.9
De conformidad con el artículo 7o de la LIC, es la Comisión Nacio­
nal Bancaria y de Valores, previo acuerdo de su Junta de Gobierno, la
encargada de autorizar el establecimiento en el territorio nacional de
oficinas de representación de entidades financieras del exterior. Estas ofi­
cinas no podrán realizar en el mercado nacional ninguna actividad de
intermediación financiera que requiera de autorización por parte del
Gobierno Federal y se abstendrán de actuar, directamente o a través de
interpósita persona, en operaciones de captación de recursos del públi­
co, ya sea por cuenta propia o ajena. Las actividades que realicen las
oficinas de representación se sujetarán a las reglas que expida la Secre­
taría de Hacienda y Crédito Público, la que, para ello, escuchará la opi­
nión del Banco de México y de la Comisión Nacional Bancaria y de Va­
lores. La misma Comisión, previo acuerdo de su Junta de Gobierno,
podrá declarar la revocación de las auteráaeiones correspondientes
cuando las referidas oficinas no se ajusten a las disposiciones a que se
9
De acuerdo con el art. 45-A de la LIC, adicionado por la reforma citada, y que fue
reformado en julio de 2006, una filial es una sociedad mexicana autorizada para organi­
zarse y operar, conforme a la LIC, como institución de banca múltiple, y en cuyo capital
participe una Institución Financiera del Exterior o una Sociedad Controladora Filial; una
institución Financiera del Exterior: es la entidad financiera constituida en un pais con el
que México haya celebrado un tratado o acuerdo internacional en virtud del cual se per­
mita el establecimiento en territorio nacional de Filiales; y una sociedad Controladora
Filial es la sociedad mexicana autorizada para constituirse y operar como sociedad con­
troladora en los térm inos de la Ley para Regular las Agrupaciones Financieras, y en cuyo
capital participe una Institución Financiera del Exterior.
358
ELEM EN TOS D E D ER ECH O M ERCANTIL MEXICANO
refiere la LIF artículo, sin perjuicio de la aplicación de las sanciones es­
tablecidas en la misma y en los demás ordenamientos legales.
La autorización para establecer filiales de instituciones financieras
del exterior abrió la puerta a la participación directa del capital extran­
jero en el sistema bancario mexicano y en el mercado financiero. Debe
recordarse que por las diversas reformas realizadas a la Ley de Inver­
sión Extranjera la participación de capital extranjero en diversas activida­
des económicas se ha ido ampliando. Así tenemos, por ejemplo, que las
reformas a dicha ley, publicadas en el D.O. el 24 de diciembre de 1996,
permitía a la inversión extranjera participar hasta en un 49% en las so­
ciedades controladoras de grupos financieros, instituciones de banca
múltiple, casas de bolsa, especialistas bursátiles, instituciones de segu­
ros y de fianzas, casas de cambio, almacenes generales de depósito,
arrendadoras financieras, empresas de factoraje financiero, sociedades
financieras de objeto limitado, sociedades a que se refiere el artículo 12
de la Ley del Mercado de Valores, acciones representativas del capital
fijo de sociedades de inversión, sociedades operadoras de sociedades de
inversión y administradoras de fondos para el retiro. Antes de dicha re­
forma, la LIC restringía al 30 o al 40% la participación de la inversión
extranjera. Más adelante, por reforma publicada en el D.O el 19 de ene­
ro de 1999 se derogan de dicha restricción (participación de inversión
extranjera de hasta un 49%) las sociedades controladoras de grupos fi­
nancieros; las instituciones de banca múltiple; las casas de bolsa; las
especialistas bursátiles; por reforma publicada el 4 de junio de 2001 se
retira la restricción mencionada a las acciones representativas del capi­
tal fijo de sociedades de inversión y a las sociedades operadoras de so­
ciedades de inversión y, finalmente, por reforma publicada con fecha 18
de julio de 2006 se retira dicha restricción a las arrendadoras financie­
ras, empresas de factoraje financiero y sociedades financieras de objeto
limitado, quedando entonces sin límite de inversión.
Las filiales se regirán por lo previsto en los tratados o acuerdos in­
ternacionales correspondientes, el capítulo tercero del título primero de
la LIC, las disposiciones de la LIC aplicables a las instituciones de banca
múltiple, y las reglas para el establecimiento de filiales que al efecto ex­
pida la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, oyendo la opinión del
Banco de México y de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (art.
46-B, LIC).
Para organizarse y operar como Filial se requiere autorización del
Gobierno federal, que compete otorgar, con carácter discrecional, a la
Comisión Nacional Bancaria y de Valores, con aprobación de su Junta
de Gobierno, después de escuchar la opinión del Banco de México. Es­
tas autorizaciones son intransmisibles, dada su naturaleza. Las autori­
zaciones mencionadas, así como sus modificaciones, se publicarán en el
O PERA CIO N ES D E C R É D ITO Y BANCARIAS
3 59
D.O. y en dos periódicos de amplia circulación del domicilio social de la
Filial de que se trate (art. 46-C, LIC).
Para invertir en el capital social de una filial, la institución financie­
ra del exterior deberá realizar, en el país en que esté constituida, direc­
ta o indirectamente, según la legislación aplicable, el mismo tipo de
operaciones que la filial de que se trate esté facultada para realizar en
México. Se exceptúa de lo anterior a las filiales en cuyo capital participe
una sociedad controladora filial de conformidad con la LAF (art. 45-E
LIC).
El capital social de las filiales se integrará por acciones de la serie
“F ” que representarán cuando menos el cincuenta y uno por ciento de
dicho capital. El cuarenta y nueve por ciento restante del capital social
podrá integrarse indistinta o conjuntamente por acciones de serie “F” o
"B". Las acciones de serie “F” solamente podrán ser adquiridas por una
sociedad controladora filial o, directa o indirectamente, por una institu­
ción financiera del exterior. Las acciones de la serie "B" de las institu­
ciones de banca múltiple Filiales se regirán por lo dispuesto en la LIC
para las acciones de la serie “O”. La Institución Financiera del Exterior,
propietaria de las acciones serie "F" de una institución de banca múlti­
ple Filial, no quedará sujeta a los límites establecidos en el artículo 17
de la LIC, respecto de su tenencia de acciones serie “B”. Las acciones
serán de igual valor; dentro de cada serie, conferirán a sus tenedores
los mismos derechos, y deberán pagarse íntegramente en el acto de ser
suscritas. Las acciones serie “F” representativas del capital social de
una Filial, únicamente podrán ser enajenadas previa autorización de la
Comisión Nacional Bancaria y de Valores, con aprobación de su Junta
de Gobierno, (arts. 45-G y 45-H, LIC).10
La Comisión Nacional Bancaria y de Valores, con aprobación de su
Junta de Gobierno y después de escuchar la opinión del Banco de Méxi­
co, podrá autorizar a las Instituciones Financieras del Exterior, a las
Sociedades Controladoras Filiales o a las Filiales la adquisición de ac­
ciones representativas del capital social de una o más instituciones de
banca múltiple, siempre y cuando se cumplan los siguientes requisitos:
d) La Institución Financiera del Exterior, la Sociedad Controladora Fi­
lial o la Filial, según sea el caso, deberá adquirir acciones que represen­
ten cuando menos el cincuenta y uno por ciento del capital social y b)
En caso que se pretenda convertir la institución en Filial, deberán mo­
dificarse los estatutos sociales de la citada institución cuyas acciones
10
Hasta antes de la reforma a la LIC publicada el 15 de febrero de 1995, la ley es­
tablecía la existencia de una sola serie de acciones, y que la institución financiera del
exterior fuere propietaria de al menos el noventa y nueve por ciento del capital social de
la filial.
360
ELEM EN TO S D E D ER ECH O M ERCANTIL MEXICANO
sean objeto de enajenación, a efecto de cumplir con lo dispuesto en el
presente capítulo (art. 45-1, LIC).
El consejo de administración de las instituciones de banca múltiple
filiales estará integrado por un mínimo de cinco y un máximo de quin­
ce consejeros propietarios, de los cuales cuando menos el veinticinco
por ciento deberán ser independientes. Por cada consejero propietario
se designará a su respectivo suplente. Su nombramiento se hará en
asamblea especial por cada serie de acciones. El accionista de la serie
"F” que represente cuando menos el 51% del capital social pagado de­
signará a la mitad más uno de los consejeros y por cada diez por ciento
de acciones de esta serie que exceda de ese porcentaje, tendrá derecho a
designar un consejero más. Los accionistas de la serie "O”, designarán a
los consejeros restantes. Sólo podrá revocarse el nombramiento de los
consejeros de minoría, cuando se revoque el de todos los demás de la
misma serie. El presidente del consejo deberá elegirse de entre los pro­
pietarios de la serie "F". En el caso de las instituciones de banca múltiple
Filiales en las cuales cuando menos el noventa y nueve por ciento de los
títulos representativos del capital social sean propiedad, directa o indi­
rectamente, de una Institución Financiera del Exterior o una Sociedad
Controladora Filial, podrá determinar libremente el número de conseje­
ros, el cual en ningún caso podrá ser inferior a cinco (art. 45-K, LIC).
Los directores generales cumplirán con los requisitos exigibles a los
directores de las instituciones de banca múltiple, debiendo residir en
territorio nacional (art. 45-L, LIC).
El órgano de vigilancia de las filiales estará integrado por lo menos
por un comisario designado por los accionistas de la serie "F" y, en su
caso, un comisario nombrado por los accionistas de la serie "B” (art.
45-M, LIC).
La Comisión Nacional Bancaria tendrá, respecto a las filiales, todas
las facultades que la LIC le atribuye con respecto a las instituciones de
banca múltiple (art. 45-N).
7. LA PROTECCIÓN DE LOS INTERESES
DEL PÚBLICO
La nueva regulación de la banca destaca como objetivo principal a
protección de los intereses del público (acreedores, deudores y usuarios,
en general).
A. S e g u r id a d y l iq u id e z
El artículo 96 Bis de la LIC dispone que las instituciones de crédito
reguladas por la misma, deberán cumplir las disposiciones generales de
O PERACIONES DE CRÉD ITO Y BANCARIAS
361
carácter prudencial que emita la Comisión Nacional Bancaria y de Valotes, así como la demás normativa que, en ei ámbito de su competen­
cia, emita el Banco de México, orientadas a preservar la solvencia, li­
quidez y estabilidad de dichas instituciones y, en su caso, de las personas
morales reguladas por la misma, así como el sano y equilibrado desa­
rrollo de las operaciones respectivas. Asimismo, las instituciones de cré­
dito y demás personas reguladas por dicho ordenamiento legal deberán
cumplir con las disposiciones generales que emita la Comisión Nacional
para la protección de los Usuarios de Servicios Financieros.
Además, a fin de brindar seguridad a las operaciones respectivas,
las instituciones de crédito deberán m antener un capital neto en rela­
ción con los riesgos de mercado, de crédito y otros en que incurran en
su operación, que no podrá ser inferior a la cantidad que resulte de su­
mar los requerimientos de capital por cada tipo de riesgo, en términos
de las disposiciones generales que establezca la Comisión, con aproba­
ción de su Junta de Gobierno, para las instituciones de banca múltiple,
por un lado, y para las instituciones de banca de desarrollo, por el otro.
Dicho capital neto, en su parte básica y complementaria, se determina­
rá conforme a lo que establezca la propia Comisión en las mencionadas
disposiciones que deberán salvaguardar la solvencia y estabilidad finan­
ciera de las instituciones de crédito y proteger los intereses del público
(art. 50, LIC).
B. S e c r e t o b a n c a r io
Además, el artículo 117 de la LIC reitera en forma especial el mante­
nimiento del llamado secreto bancario. La Información y documenta­
ción relativa a las operaciones y servicios prestados por las instituciones
reguladas por la LIC y enumeradas en el artículo 46 de la misma, ten­
drá carácter confidencial, por lo que las instituciones de crédito, en pro­
tección del derecho a la privacidad de sus clientes y usuarios que en este
artículo se establece, en ningún caso podrán dar noticias o información
de los depósitos, operaciones o servicios, incluyendo lo referente a las
operaciones de fideicomiso, mandatos y comisiones, sino al depositante,
deudor, titular, beneficiario, fideicomitente, fideicomisario, comitente o
mandante, a sus representantes legales o a quienes tengan otorgado po­
der para disponer de la cuenta o para intervenir en la operación o servi­
cio. Como excepción a lo anterior, las instituciones de crédito estarán
obligadas a dar las noticias o información a que se refiere dicho párra­
fo, cuando lo solicite la autoridad judicial en virtud de providencia dic­
tada en juicio en el que el titular o, en su caso, el fideicomitente, fideico­
misario, fiduciario, comitente, comisionista, mandante o mandatario
sea parte o acusado. Para los efectos del presente párrafo, la autoridad
i
r
362
ELEM EN TO S D E D ER EC H O M ERCANTIL MEXICANO.
judicial podrá formular su solicitud directamente a la institución de
crédito, o a través de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores. Ade­
más, las instituciones de crédito estarán obligadas a entregar la infor­
mación mencionada, cuando le sea solicitada por las siguientes autori­
dades: a) El Procurador General de la República o el servidor público
en quien delegue facultades para requerir información, para la compro­
bación del cuerpo del delito y de la probable responsabilidad del indicia­
do; b) Los procuradores generales de justicia de las entidades federati­
vas de la República y del Distrito Federal o subprocuradores, para la
comprobación del cuerpo del delito y de la probable responsabilidad del
indiciado; c) El Procurador General de Justicia Militar, para la compro­
bación del cuerpo del delito y de la probable responsabilidad del indicia­
do; d) Las autoridades hacendarías federales, para fines fiscales; e) La
Secretaría de Hacienda y Crédito Público, para efectos de lo dispuesto
por el artículo 115 de la LIC; f) El Tesorero de la Federación, cuando el
acto de vigilancia lo amerite, para solicitar los estados de cuenta y cual­
quier otra información relativa a las cuentas personales de los servido­
res públicos, auxiliares y, en su caso, particulares relacionados con la
investigación de que se trate; g) La Auditoría Superior de la Federación,
en ejercicio de sus facultades de revisión y fiscalización de la Cuenta
Pública Federal y respecto a cuentas o contratos a través de los cuales
se administren o ejerzan recursos públicos federales; h) El titular y los
subsecretarios de la Secretaría de la Función Pública, en ejercicio de
sus facultades de investigación o auditoría para verificar la evolución del
patrimonio de los servidores públicos federales, dentro de los procedi­
mientos de verificación contemplados en los arts. 41 y 42 de la Ley Fe­
deral de Responsabilidades Administrativas de los Servidores Públicos;
i) La Unidad de Fiscalización de los Recursos de los Partidos Políticos,
órgano técnico del Consejo General del Instituto Federal Electoral, para
el ejercicio de sus atribuciones legales, en los términos establecidos en el
Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales. Las auto­
ridades electorales de las entidades federativas solicitarán y obtendrán
la información que resulte necesaria también para el ejercicio de sus atri­
buciones legales a través de la unidad primeramente mencionada.
Además, las instituciones de crédito tendrán en todo momento la
obligación de proporcionar a la Comisión Nacional Bancaria y de Valo­
res, al Banco de México, al Instituto para la Protección del Ahorro Ban­
cario y a la Comisión para la Protección y Defensa de los Usuarios de
Servicios Financieros, toda clase de información y documentos que, en
ejercicio de sus funciones de inspección y vigilancia, le solicite con rela­
ción a las operaciones que celebren y los servicios que presten, en los
términos de las disposiciones legales aplicables.
O PE RA C IO N ES D E CRÉDITO Y BANCARIAS
C.
de los
363
C o m is ió n N a c io n a l p a r a la D e f e n s a
U s u a r io s d e S e r v ic io s F in a n c ie r o s
La protección y defensa de los derechos e intereses de los usuarios
de servicios financieros, así como el fortalecimiento de la seguridad en
las operaciones que realicen y en las relaciones con las instituciones,
está a cargo de la Comisión Nacional para la Defensa de los Usuarios de
los Servicios Financieros, creada por la Ley de Protección y Defensa al
Usuario de Servicios Financieros (D.O. 18 de enero de 1999). Dicha Co­
misión tiene como objeto promover, asesorar, proteger y defender los
derechos e intereses de los usuarios frente a las instituciones financie­
ras, arbitrar sus diferencias de manera imparcial y proveer a la equidad
en las relaciones entre éstos, así como supervisar y regular de conformi­
dad con lo previsto en las leyes relativas al sistema financiero, a las
instituciones financieras, a fin de procurar la protección de los intereses
de los usuarios. Además, procurará el establecimiento de programas
educativos, y de otra índole en materia de cultura financiera, para lo
cual los elaborará y propondrá a las autoridades competentes.
La Comisión Nacional cuenta con plena autonomía técnica para
dictar sus resoluciones y laudos, y facultades de autoridad para imponer
las sanciones previstas en la ley. Para su administración y dirección
contará con una Junta de Gobierno y con un Presidente, respectivamen­
te. La Junta de Gobierno está integrada por un representante de la Se­
cretaría de Hacienda y Crédito Público, un representante del Banco de
México, un representante de la Comisión Nacional Bancaria y de Valo­
res, uno de la Comisión Nacional de Seguros y Fianzas, uno de la Comi­
sión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro, y el Presidente,
quien asistirá con voz pero sin voto, y será designado por el Secretario
de Hacienda y Crédito Público.
Los procedimientos de conciliación y arbitraje para la solución de
controversias que correspondían antes a la Comisión Nacional Bancaria,
pasan a la Comisión citada. Asimismo, podrá brindar defensoría legal
gratuita a los usuarios, siempre y cuando comprueben que no cuentan
con los recursos suficientes para contratar un defensor especializado.
D. S u p u e s t o d e h u e l g a
Con el fin de que no se afecten los intereses del público en cuanto a
la disponibilidad de efectivo y valores exigibles a las instituciones de
crédito, antes de la suspensión de las labores, y en términos de la Ley
Federal del Trabajo, la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje en ejer­
cicio de sus facultades, oyendo la opinión de la Comisión Nacional Ban­
caria, cuidará que para el fin mencionado, durante la huelga permanez­
ca abierto el número indispensable de oficinas y continúen laborando
364
ELEM EN TO S D E D ER EC H O M ERCANTIL MEXICANO
los trabajadores, que atendiendo a sus funciones, sean estrictamente ne­
cesarios (art. 121 LIC).
E . I n s t it u t o pa ra la p r o t e c c ió n a l A h o r r o B a n c a r io
En virtud del quebranto del sistema financiero, se expidió la Ley de
Protección al Ahorro Bancario (D.O. 19 de enero de 1999) que tiene por
objeto establecer un sistema de protección al ahorro bancario a favor de
las personas que realicen cualquiera de las operaciones garantizadas,
regular los apoyos financieros que se otorguen a las instituciones de
banca múltiple para la protección de los intereses del público ahorrador
y establecer las bases para la organización y funcionamiento del Institu­
to para la protección al Ahorro Bancario. El Instituto asume los crédi­
tos y los programas de saneamiento financiero del Fondo Bancario de
Protección al Ahorro (FOBAPROA) que preveía el art. 122 de la LIC, de­
rogado por la Ley que glosamos.
El sistema de protección al ahorro bancario será administrado por
el Instituto para la Protección al Ahorro Bancario, organismo descen­
tralizado de la administración pública federal, con personalidad jurídi­
ca y patrimonio propios y con domicilio en el Distrito Federal- El Insti­
tuto tiene por objeto: a) proporcionar a las instituciones, en beneficio de
las personas que realicen obligaciones garantizadas, un sistema para
la protección al ahorro bancario que garantice el pago, a través de la
asunción por parte del Instituto, en forma subsidiaria y limitada, de las
obligaciones establecidas en la ley, a cargo de dichas instituciones, y b)
administrar, en términos de la ley, los programas de saneamiento finan­
ciero que formule y ejecute en beneficio de los ahorradores y usuarios
de las instituciones y en salvaguarda del sistema nacional de pagos.
El gobierno y administración del Instituto están a cargo de una Jun­
ta de Gobierno y un Secretario Ejecutivo, respectivamente. La Junta de
Gobierno se integra por siete vocales: el Secretario de Hacienda y Cré­
dito Público; el Gobernador del Banco de México; el Presidente de la
Comisión Nacional Bancaria y de Valores; y cuatro vocales designados
por el Ejecutivo Federal y aprobados por las dos terceras partes de los
miembros de la Cámara de Senadores y en sus recesos, por la misma
proporción de integrantes de la Comisión Permanente del Congreso de
la Unión. La Junta de Gobierno será presidida por el Secretario de Ha­
cienda y Crédito Público.
El Secretario Ejecutivo será designado por la Junta de Gobierno, a
propuesta de dos de sus integrantes.
El patrimonio del Instituto está constituido por: a) las cuotas de las
instituciones de banca múltiple que determine la Junta de Gobierno, b)
los productos, rendimientos y otros bienes derivados de las operaciones
OPERA C IO N ES DE CRÉDITO Y BANCARIAS
365
que realice, c) los intereses, rentas, plusvalías y demás utilidades que
obtenga de sus inversiones, d) los recursos provenientes de financia*
mientos, e) los bienes muebles e inmuebles que adquiera para el cumpli­
miento de su objeto, j) los recursos que se autoricen en los correspon­
dientes Presupuestos de Egresos para apoyar de manera subsidiaria el
cumplimiento de las obligaciones que el Instituto asuma, así como para
instrumentar y administrar programas de apoyo a deudores y ahorra­
dores de la banca, y g) los demás derechos y obligaciones que el Institu­
to reciba, adquiera o contraiga por cualquier título legal.
Para efectos de la Ley de Protección al Ahorro Bancario, obligacio­
nes garantizadas son las siguientes: a) depósitos bancarios de dinero (a
la vista, retirables en días preestablecidos, de ahorro y a plazo o con
previo aviso), y b) préstamos y créditos (art. 46, fraccs. I y II, LIC).
8. SOCIEDADES NACIONALES DE CRÉDITO.
LA BANCA DE DESARROLLO
El Estado se vio obligado a participar uno tras otro en diversos sec­
tores bancarios, "La banca nacional se ha convertido en un elemento de
importancia primordial de canalización de recursos provenientes del
gobierno federal, de los ahorros del público y del exterior, hacia diversas
actividades productivas, fundamentalmente de particulares, no atendi­
das en forma suficiente por la banca privada.1'
Ha sido una constante histórica la creación de bancos estatales y la
participación del Estado de manera directa en las operaciones y la acti­
vidad bancarias. El Banco de Avío, creado por decreto de 16 de octubre
de 1830, tenía como propósito principal el impulso de la industrializa­
ción en México, particularmente en la ram a textil. El porfiriato fue pletórico en organismos de fomento económico que pretendían, de acuerdo
a las circunstancias de la época, la modernización económica. Los go­
biernos emanados de la Revolución no se quedaron atrás y, a la funda­
ción del Banco de México en 1925, le siguieron un sinnúmero de institu­
ciones crediticias del Estado enfocadas al fomento económico en
diversas ramas consideradas prioritarias en su momento. Tenemos, por
ejemplo, a Nacional Financiera, S.A., Banco de Crédito Ejidal, S.A., el
Banco Nacional de Crédito Agrícola, S.A., etc.
Durante los años setentas se desarrolló la denominada “banca mix­
ta", a partir de la adquisición por parte del Estado de la mayoría de las
acciones de algunas instituciones de crédito. Las instituciones de banca
mixta se transformaron en sociedades nacionales de crédito y luego fue­
ron re-privatizadas.
11 C a m p o s S a l a s , ob. cit., p . 421.
366
ELEM EN TOS D E D ER EC H O M ERCANTIL MEXICANO
A través de la banca de desarrollo, el Estado mantuvo su participa­
ción en el sistema bancario, luego de la re-privatización de la banca en
199J-1992. La exposición de motivos a la iniciativa de reformas consti­
tucionales que abrió la puerta a la reprivatización (D.O. 27 de junio de
1990) señala:
El Estado ejercerá la rectoría económica en el ám bito financiero ya no a
través de la propiedad exclusiva de Ja banca múltiple sino por medio de la
banca de desarrollo, los bancos com erciales que conserve [no conservó
ninguno, n. del a.] y de sus organism os encargados de establecer la normatividad, regulación y supervisión del sistem a financiero... a través de los
bancos de desarrollo como Nafinsa, Bancomext, Banobras, B anrural y
otros fondos de fomento en los que se m anten d rá la participación estatal
m ayoritaria y que serán fortalecidos, el Estado seguirá atendiendo las acti­
vidades productivas prioritarias, que requieren de condiciones crediticias
especiales y de apoyo en m ateria de asistencia técnica.
A través de estas sociedades nacionales de crédito, el Estado preten­
de prestar el apoyo financiero necesario a ciertos sectores o actividades
importantes, económica y/o socialmente.
Excluimos de la banca de desarrollo —y, por tanto, tratamos por
separado— al Banco de México en virtud de la autonomía del organis­
mo a partir del Io de abril de 1994, según la nueva Ley del Banco de
México (LBM) publicada en el D.O. el 23 de diciembre de 1993.
En México, actualmente existen seis sociedades nacionales de crédi­
to, instituciones de banca de desarrollo, son las siguientes:
A. N acional F in a n c ie r a , S.N.C.
Se rige por su ley orgánica de 18 de diciembre de 1986 (D.O. 26 de
diciembre de 1986).
Tendrá por objeto promover el ahorro y la inversión, así como cana­
lizar apoyos financieros y técnicos al fomento industrial y, en general, al
desarrollo-eeonómico nacional y regional del país.
B.
de
O b ra s
y
B anco N acional
S e r v ic io s P ú b l ic o s , S .N .C .
Tiene el carácter de sociedad nacional de crédito y se rige por su ley
orgánica de 23 de diciembre de 1985.
Como institución de banca de desarrollo, tendrá por objeto finan­
ciar o refinanciar proyectos de inversión pública o privada en infraes­
tructura y servicios públicos, así como coadyuvar al fortalecimiento ins­
titucional de los gobiernos Federal, estatales y municipales, con el
propósito de contribuir al desarrollo sustentable del país.
O PE RA C IO N ES DE CRÉD ITO Y BANCARIAS
C. B anco N acional
de
367
C o m e r c io E x t e r io r , S.N .C.
Tiene el carácter de sociedad nacional de crédito y se rige por su ley
orgánica de 20 de diciembre de 1985.
Como institución de banca de desarrollo, tendrá por objeto finan­
ciar el comercio exterior del país, así como participar en la promoción
de dicha actividad.
D. B anco N acional d e l E j é r c it o ,
F uer za A é r e a y A rm ada , S.N.C.
Tiene el carácter de sociedad nacional de crédito y se rige por su ley
orgánica de 23 de diciembre de J985.
En su calidad de banca de desarrollo, tendrá por finalidad otorgar
apoyos financieros a los miembros del Ejército, Fuerza Aérea y Armada
Mexicanos. '
E . S o cied a d H ipo t e c a r ia F e d e r a l , S.N.C.
Tiene el carácter de sociedad nacional de crédito y se rige por su ley
orgánica de 9 de octubre de 2001.
Tiene por objeto impulsar el desarrollo de los mercados primario y
secundario de crédito a la vivienda, mediante el otorgamiento de crédi­
to y garantías destinadas a la construcción, adquisición y mejora de vi­
vienda, preferentemente de interés social en los términos de su ley orgá­
nica, así como al incremento de la capacidad productiva y el desarrollo
tecnológico, relacionados con la vivienda. Asimismo, podrá garantizar
financiamientos relacionados con el equipamiento de conjuntos habitacionales. Además, desarrollará programas que promuevan la construc­
ción de viviendas en zonas y comunidades indígenas en el territorio na­
cional con los recursos que se aprueben para tal efecto en el presupuesto
de egresos.
F. B anco d el A h o r r o N acion al
S e r v ic io s F in a n c ie r o s , S.N.C.
y
Tiene el carácter de sociedad nacional de crédito y se rige por su ley
orgánica de 31 de mayo de 2005.
Como institución de banca de desarrollo, tiene por objeto promover
el ahorro, el financiamiento y la inversión entre los integrantes del Sec­
tor, ofrecer instrumentos y servicios financieros entre los mismos, así
como canalizar apoyos financieros y técnicos necesarios para fomentar
el hábito del ahorro y el sano desarrollo del Sector y en general, al desa­
rrollo económico nacional y regional del país.
368
ELEM EN TO S D E D ER ECH O M ERCANTIL MEXICANO •
Además de las sociedades nacionales de crédito mencionadas, existe
un organismo público de fomento denominado Financiera Rural, crea­
do por su ley orgánica de 23 de diciembre de 2002 y que sustituyó al
Banco Nacional de Crédito Rural, S.N.C.
Financiera Rural tiene el carácter de organismo descentralizado de
la administración pública federal, sectorizado en la secretaría de Ha­
cienda y Crédito Público y tiene por objeto coadyuvar a realizar la acti­
vidad prioritaria del Estado de impulsar el desarrollo de las actividades
agropecuarias, forestales, pesqueras y todas las demás actividades eco­
nómicas vinculadas al medio rural, con la finalidad de elevar la produc­
tividad, así como de mejorar el nivel de vida de su población. Para el
cumplimiento de dicho objeto, otorgará crédito de manera sustentable y
prestará otros servicios financieros a los Productores e Intermediarios
Financieros Rurales, procurando su mejor organización y mejora conti­
nua. Asimismo, ejecutará los programas que en materia de financiamiento rural se determinen en el presupuesto de egresos de la Federa­
ción. Adicionalmente, promoverá ante instituciones nacionales e
internacionales orientadas a la inversión y al financiamiento, proyectos
productivos que impulsen el desarrollo rural. Además, operará con los
gobiernos Federal, estatales y municipales, los programas que se cele­
bren con las instituciones mencionadas. Además, la Financiera apoyará
actividades de capacitación y asesoría a los Productores para la mejor
utilización de sus recursos crediticios, así como para aquellos que deci­
dan constituirse como Intermediarios Financieros Rurales.
Si bien no es una sociedad nacional de crédito, su ley orgánica la
define como integrante del sistema financiero mexicano
9. LA BANCA CENTRAL. EL BANCO DE MÉXICO
Tiene el carácter de banco central, habiéndose creado en 1925 y se
rige por las disposiciones de la nueva Ley del Banco de México (LBM),
publicada en el D.O. el 23 de diciembre de 1993 y que entra en vigor el
Io de enero de 1994.
La ley deriva de la reforma constitucional a los arts. 28, 73 y 123
(D.O. 20 de agosto de 1993) y que estableció que:
El Estado tendrá un banco central que será autónomo en el ejercicio de sus
funciones y en su adm inistración. Su objetivo prioritario será p ro cu rar la
estabilidad del poder adquisitivo de la moneda nacional, fortaleciendo con
ello la rectoría del desarrollo nacional que corresponde al Estado. N inguna
autoridad podrá ordenar al banco conceder financiam iento. No constitu­
yen monopolios las funciones que el E stado ejerza de m anera exclusiva a
través del banco central en las áreas estratégicas de acuñación de moneda
y emisión de billetes. El banco central, en los térm inos que establezcan las
OPERA C IO N ES DE CRÉDITO Y BANCARIAS
369
leyes y con la intervención que corresponda a las autoridades competentes,
regulará los cambios, así como la interm ediación y los servicios financie­
ros, contando con las atribuciones de autoridad necesarias para llevar a
cabo, dicha regulación y proveer a su observancia... (art. 28 Constitucional,
párrafos sexto y séptimo).12
La Ley del Banco de México, en sus artículos Io y 2o, establece que
el banco centra! será persona de derecho público con carácter autóno­
mo y tendrá como finalidad la de proveer a la economía del país de mo­
neda nacional, teniendo como objetivo prioritario procurar la estabili­
dad del poder adquisitivo de dicha moneda. Serán también finalidades
del Banco promover el sano desarrollo del sistema financiero y propi­
ciar el buen funcionamiento de los sistemas de pagos (arts. Io y 2o LBM).
Debe recordarse que, de acuerdo con la anterior Ley Orgánica del Ban­
co de México (D.O. 31 de diciembre de 1984), abrogada el 31 de marzo
de 1994, el Banco de México era un organismo público descentralizado
del Gobierno Federal.
El Banco de México desempeñará las funciones siguientes: 1. Regu­
lar la emisión y circulación de la moneda, los cambios, la intermedia­
ción y los servicios financieros, así como los sistemas de pagos. 2. Ope­
ra r con las instituciones de crédito como banco de reserva y acreditante
de última instancia. 3. Prestar servicios de tesorería al Gobierno Fede­
ral y actuar como agente financiero del mismo. 4. Fungir como asesor
del Gobierno Federal en materia económica y, particularmente, finan­
ciera, 5. Participar en el Fondo Monetario Internacional y en otros or­
ganismos de cooperación financiera internacional o que agrupen a ban­
cos centrales. 6. Operar con los organismos anteriores, con bancos
centrales y con otras personas morales extranjeras que ejerzan funcio­
nes de autoridad en materia financiera (art. 3o LBM).
Corresponderá al Banco de México, de manera privativa, la emisión
de billetes y la acuñación de moneda metálica, así como ponerlos en
circulación a través de las operaciones que por ley puede realizar (art.
4°, LBM). Estas operaciones son: a) operar con valores; ¿^otorgar crédi­
12
El párrafo sexto del art. 28 constitucional reformado concluye con la redacción
siguiente:
“...La conducción del banco estará a cargo de personas cuya designación será hecha
por ei Presidente de ia República con la aprobación de la Cámara de Senadores o de la
Comisión Permanente, en su caso; desem peñarán su encargo por periodos cuya duración
y escalonamiento provean al ejercicio autónomo de sus funciones; sólo podrán ser remo­
vidas por causa grave y no podrán tener ningún otro empleo, cargo o comisión, con ex­
cepción de aquéllos en que actúen en ia representación del banco y de los no remunerados
en asociaciones docentes, científicas, culturales o de beneficencia. Las personas encar­
gadas de la conducción del banco central, podrán ser sujetos de juicio político conforme
a lo dispuesto por el artículo 110 de esta Constitución”.
1
370
ELEM EN TO S DE D ER EC H O M ERCANTIL MEXICANO -
to al Gobierno Federal, a las instituciones de crédito, así como al orga­
nismo descentralizado denominado Instituto para la Protección al Aho­
rro Bancario; c) otorgar crédito a las personas a que se refiere la
fracción VI del artículo 3o; d) constituir depósitos en instituciones de
crédito depositarías de valores, del país o del extranjero; e) adquirir va­
lores emitidos por organismos financieros internacionales o personas
morales domiciliadas en el exterior, de los previstos en la fracción II del
artículo 20; f) emitir bonos de regulación monetaria; g) recibir depósi­
tos bancarios de dinero del Gobierno Federal, de entidades financieras
del país y del exterior, de fideicomisos públicos de fomento económico y
de los referidos en la fracción XI siguiente, de instituciones para el de­
pósito de valores, así como de entidades de la administración pública
federal cuando las leyes así lo dispongan; h) recibir depósitos bancarios
de dinero de las personas a que se refiere la fracción VI del artículo 3o
y de entidades financieras del exterior, exclusivamente con propósitos
de regulación cambiaría; j) efectuar operaciones con divisas, oro y pla­
ta, incluyendo reportos; k) actuar como fiduciario cuando por ley se le
asigne esa encomienda, o bien tratándose de fideicomisos cuyos fines
coadyuven al desempeño de sus funciones o de los que el propio Banco
constituya para cumplir obligaciones laborales a su cargo, y l) recibir
depósitos de títulos o valores, en custodia o en administración, de las
personas señaladas en las fracciones VII y VIII anteriores. También po­
drá recibir depósitos de otros efectos del Gobierno Federal. El banco no
podrá realizar sino los actos expresamente previstos en las disposicio­
nes de esta Ley o los conexos a ellos (art. 4o LMB). Las operaciones a
que se refiere el artículo 7o deberán contratarse en términos que guar­
den congruencia con las condiciones del mercado al tiempo de su cele­
bración, exceptuando aquellas que por su naturaleza no tengan cotiza­
ción en el mercado (art. 8o, LMB).
La función de agente del Gobierno Federal para la emisión, coloca­
ción, compra y venta, de valores representativos de la deuda interna del
citado Gobierno y, en general, para el servicio de dicha deuda, será pri­
vativa del Banco Central (art. 10, LMB).
10. COMISIÓN NACIONAL BANCARIA Y DE VALORES
La inspección y vigilancia de las instituciones de banca y crédito,
así como de otras instituciones financieras, está a cargo de la Comisión
Nacional Bancaria y de Valores, a partir del primero de mayo de 1995.
Debe señalarse que con anterioridad a dicha fecha, funcionaban de ma­
nera separada las Comisiones Bancaria y la de Valores, según lo dis­
puesto tanto por la LIC como por la LMV. El 28 de abril de 1995 se pu­
blicó la "Ley de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores” (LCNBV)
O PERA C IO N ES DE CRÉD ITO Y BANCARIAS
371
que las unifica en consideración a los graves problemas que en materia
de vigilancia del sistema financiero han venido presentándose, apenas
dos o tres años después de la re-privatización.
La Comisión Nacional Bancaria y de Valores es un órgano descon­
centrado de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, con autono­
mía técnica y facultades ejecutivas en términos de la ley. Tiene por obje­
to supervisar y regular, en el ámbito de su competencia, a las entidades
financieras, a fin de procurar su estabilidad y correcto funcionamiento,
así como mantener y fomentar el sano y equilibrado desarrollo del siste­
ma financiero en su conjunto, en protección de los intereses del público.
También será su objeto supervisar y regular a las personas físicas y de­
más personas morales, cuando realicen actividades previstas en las le­
yes relativas al sistema financiero (arts. Io y 2o, LCNBV).
Con relación a las instituciones de crédito, las organizaciones auxi­
liares del crédito y los grupos financieros, corresponden a la Comisión,
entre otras, las siguientes atribuciones a) Realizar la supervisión de las
entidades financieras; del fondo de protección a que se refiere la Ley
para Regular las Actividades de las Sociedades Cooperativas de Ahorro
y Préstamo; de las Federaciones y del fondo de protección a que se refie­
re la Ley de Ahorro y Crédito Popular, así como de las personas físicas y
demás personas morales cuando realicen actividades previstas en las
Leyes relativas al sistema financiero. Tratándose de sociedades coopera­
tivas de ahorro y préstamo, únicamente corresponderá a la Comisión la
supervisión de aquellas con niveles de operación I a IV a que se refiere
la ley respectiva, b) Emitir la regulación prudencial a que se sujetarán
las entidades, c) Dictar normas de registro de operaciones aplicables a las
entidades, d) Fijar reglas para la estimación de los activos y, en su caso,
de las obligaciones y responsabilidades de las entidades, e) Expedir nor­
mas respecto a la información que deberán proporcionarle periódica­
mente las entidades, f) Emitir disposiciones de carácter general que es­
tablezcan las características y requisitos que deberán cumplir los
auditores de las entidades, así como sus dictámenes, g) Fungir como
órgano de consulta del gobierno federal en materia financiera, h) Auto­
rizar la constitución y operación, así como determinar el capital míni­
mo, de aquellas entidades que señalan las leyes, i) Autorizar a las perso­
nas físicas que celebren operaciones con el público, de asesoría,
promoción, compra y venta de valores, como apoderados de los interme­
diarios del mercado de valores, en los términos que señalen las leyes
aplicables a estos últimos; j) Determinar o recomendar que se proceda a
la amonestación, suspensión o remoción y, en su caso, inhabilitación de
los consejeros, directivos, comisarios, delegados fiduciarios, apodera­
dos, funcionarios, auditores externos independientes y demás personas
que puedan obligar a las entidades, de conformidad con lo establecido
372
ELEM EN TO S D E D ER EC H O M ERCANTIL M EXICANO
en las leyes que las rigen; k) Ordenar la suspensión de operaciones de
las entidades de acuerdo a lo dispuesto en la LCNBV; l) Intervenir admi­
nistrativa o gerencia 1mente a las entidades, con objeto de suspender,
normalizar o resolver las operaciones que pongan en peligro su solven­
cia, estabilidad o liquidez, o aquellas violatorias de las leyes que las re­
gulan o de las disposiciones de carácter general que de ellas deriven, en
los términos que establecen las propias leyes; m) Investigar aquellos ac­
tos de personas físicas, así como de personas morales que no siendo en­
tidades del sector financiero, hagan suponer la realización de operacio­
nes violatorias de las leyes que rigen a las citadas entidades, pudiendo
al efecto ordenar visitas de inspección a los presuntos responsables; n)
Ordenar la suspensión de operaciones, así como intervenir administra­
tiva o gerencialmente, según se prevea en las leyes, la negociación, em­
presa o establecimientos de personas físicas o morales que, sin la auto­
rización correspondiente, realicen actividades que la requieran en
términos de las disposiciones que regulan a las entidades del sector fi­
nanciero, o bien proceder a la clausura de sus oficinas; o) Imponer san­
ciones administrativas por infracciones a las leyes que regulan las acti­
vidades, entidades y personas sujetas a su supervisión, y, en su caso,
coadyuvar con el ministerio público respecto de los delitos previstos en
las leyes relativas al sistema financiero; p) Intervenir en los procedi­
mientos de liquidación de las entidades en los términos de la LCNBV; q)
Determinar los días en que las entidades deberán cerrar sus puertas y
suspender sus operaciones; r) Aplicar a los servidores públicos de las
instituciones de banca múltiple en las que el Gobierno Federal tenga el
control por su participación accionaria y de las instituciones de banca
de desarrollo las disposiciones, así como las sanciones previstas en la
Ley Federal de Responsabilidades de los Servidores Públicos que co­
rrespondan a las contralorías internas, sin perjuicio de las que en tér­
minos de la propia Ley, compete aplicar a la Secretaría de Contraloría y
Desarrollo Administrativo; s) Emitir las disposiciones necesarias para
el ejercicio de las facultades que la ley respectiva y demás leyes le otor­
gan y para el eficaz cumplimiento de las mismas y de las disposiciones
que con base en ellas se expidan, entre otras (art. 4, LCNBV).
11. ORGANIZACIONES AUXILIARES DEL CRÉDITO
La ley considera como tales: a) almacenes generales de depósito; h)
arrendadoras financieras (se han derogado como tales por decreto pu­
blicado en el D.O con fecha 18 de julio de 2006, pero seguirán vigentes
hasta el 18 de julio de 2013, de acuerdo con el mismo); c) empresas de
factoraje financiero (se han derogado como organizaciones auxiliares
del crédito por decreto publicado con fecha 18 de julio de 2006, pero
O PE R A C IO N ES DE CRÉDJTO Y BANCARIAS
373
seguirán vigentes hasta el 18 de julio de 2013 de conformidad con dicho
decreto); d) las demás que otras leyes consideren como tales (art, 3o,
LOAAC).
Con anterioridad a la reforma mencionada se contemplaban en di­
cho numeral, como organizaciones auxiliares del crédito, además de las
mencionadas, las sociedades de ahorro y préstamo y las uniones de cré­
dito. Las uniones de crédito siguen enumeradas en el texto del artículo
3o de la LOAAC, sin embargo el capítulo que se ocupaba de ellas fue de­
rogado, con la creación de su ley especial, la Ley de Uniones de Crédito,
como se comentará más adelante.
La amplia reforma que sufrió el sistema financiero en el año de
2006 tuvo como objeto principal liberar la actividad del arrendamiento
y factoraje financiero con la finalidad de que puedan ser llevados a cabo
por cualquier persona, sin autorización ni supervisión de las autorida­
des financieras, quedando consideradas, en el artículo 4o de la LOAAC
como actividades auxiliares del crédito hasta en tanto no entre en vigor
la reforma mencionada. Con dicho objeto, se incorpora, además, a la
Ley General de Títulos y Operaciones de Crédito el régimen aplicable a
las operaciones de arrendamiento y factoraje financiero. Con dicha re­
forma se creó, además, una figura denominada Sociedad Financiera de
Objeto Múltiple (SOFOM ), las cuales tendrán como objeto social princi­
pal la realización habitual y profesional de operaciones de crédito,
arrendamiento y factoraje financiero. De conformidad con los Transito­
rios Tercero y Quinto del decreto mencionado, las arrendadoras finan­
cieras y las empresas de factoraje financiero contarán con un plazo de
siete años a partir de la publicación del mismo, para convertirse en SOFO M S (hasta el 18 de julio de 2013), mediante las reformas a sus estatu­
tos sociales y su presentación de la escritura donde consten dichas mo­
dificaciones ante la Secretaría de Hacienda y Crédito Público. Una vez
concluido el plazo mencionado, las autorizaciones otorgadas para ope­
ra r con los caracteres de arrendadora financiera o empresa de factoraje
financiero dejarán de tener efecto y por tanto éstas dejarán de ser orga­
nizaciones auxiliares del crédito.
Las disposiciones adicionadas a la Ley General de Títulos y Opera­
ciones de Crédito respecto al arrendamiento financiero (arts. 408 al
418, LTOC) y factoraje financiero (arts. 419 al 431, LTOC) entraron en vi­
gor al día siguiente de la publicación del decreto mencionado, por lo
que a partir de esa fecha, las operaciones de arrendamiento financiero
y factoraje financiero no se considerarán reservadas para las arrenda­
doras financieras y empresas de factoraje financiero, por lo que cual­
quier persona podrá celebrarlas en su carácter de arrendador o factorante, respectivamente, sin contar con la autorización de la Secretaría
de Hacienda y Crédito Público referida en el artículo 5 de la Ley Gene­
374
EL EM EN T O S D E D ER EC H O M ERCANTIL MEXICANO
ral de Organizaciones y Actividades Auxiliares del Crédito y deberán
sujetarse a lo dispuesto para tal efecto por la LTOC, haciéndose constar
en los contratos respectivos que no se cuenta con dicha autorización.
Ahora bien, por decreto publicado con fecha 4 de junio de 2001 se
derogó a las sociedades de ahorro y préstamo como organizaciones au­
xiliares del crédito, por la publicación de ley especial denominada Ley
de Ahorro y Crédito Popular, que regula éstas.
Asimismo, respecto a las uniones de crédito, éstas fueron derogadas
de la LOAAC por decreto publicado en el D.O. con fecha 20 de agosto de
2008, con la publicación de la Ley de Uniones de Crédito que regula a
las mismas de manera independiente, aunque la LOAAC conserva diver­
sas disposiciones sobre éstas, se entienden derogadas en virtud de lo
que dispone el artículo Segundo Transitorio de la Ley de Uniones de
Crédito, que a la letra señala: "Se deroga el Capítulo III del Título Se­
gundo de la Ley General de Organizaciones y Actividades Auxiliares del
Crédito (que se ocupaba de esta figura), publicada en el Diario Oficial de
la Federación el 14 de enero de 1985, así como toda referencia en dicha
Ley a uniones de crédito".
Dicha reforma faculta a dichas uniones, además, para fungir como
fiduciarias en los fideicomisos de garantía previstos por el art, 395 de la
LTOC, al igual que los almacenes generales de depósito.
Se requerirá autorización de la Secretaría de Hacienda y Crédito
Público, para la constitución y operación de almacenes generales de de­
pósito, arrendadoras financieras y empresas de factoraje financiero, o
de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores cuando se trate de unio­
nes de crédito, hasta en tanto no entre en vigor el decreto mencionado
(art. 5o LOAAC). Cabe rem arcar que de conformidad con la reforma
mencionada, para el caso de las arrendadoras y empresas de factoraje
dicha autorización ya no es necesaria de conformidad con la LTOC.
Las sociedades autorizadas para operar como organizaciones auxi­
liares del crédito y casas de cambio, con excepción de las sociedades de
ahorro y préstamo, deberán constituirse en forma de sociedad anónima
de capital fijo o variable, organizadas con arreglo a la Ley General de
Sociedades Mercantiles. Asimismo, se regirán con las disposiciones de
aplicación especial que dispone el art. 8o de la LOAAC.
La inspección y vigilancia de las organizaciones auxiliares del cré­
dito y casas de cambio compete a la Comisión Nacional Bancaria. La
LOAAC hace mención en diversas ocasiones a las casas de cambio por lo
que debe entenderse que también las regula, pero como actividades au­
xiliares del crédito, que se analizarán más adelante.
En términos del decreto que reformó diversas leyes relacionadas
con el ámbito bancario y financiero, incluida la LOAAC, a partir del Io
de enero de 1994 se permite el establecimiento de filiales de institucio­
O PERA C IO N ES DE CRÉD ITO Y BANCARIAS
375
nes financieras del exterior para constituirse y operar como organiza­
ciones auxiliares del crédito o casa de cambio, en términos semejantes
a los establecidos para las instituciones de crédito (vid. inciso 8 aparta­
do C).
Como en capítulos anteriores hemos examinado ya los almacenes
generales de depósito, a continuación nos ocuparemos únicamente de
las arrendadoras financieras, de las empresas de factoraje financiero y
de las casas de cambio.
12. ARRENDADORAS FINANCIERAS
Las sociedades que disfruten de autorización para operar como
arrendadoras financieras, sólo podrán realizar las siguientes operacio­
nes: a) Celebrar contratos de arrendamiento financieros, b) Adquirir
bienes, para darlos en arrendamiento financiero, c) Adquirir bienes del
futuro arrendatario, con el compromiso de darlos a éste en arrenda­
miento financiero, d) Obtener préstamos y créditos de instituciones de
crédito, de seguros y de fianzas del país o de entidades financieras del
exterior, destinados a la realización de las operaciones autorizadas por
la ley, así como de proveedores, fabricantes o constructores de los bie­
nes que serán objeto de arrendamiento financiero, e) Emitir obligacio­
nes subordinadas y de los títulos de crédito, en serie o en masa, para su
colocación entre el gran público inversionista, f) Obtener préstamos y
créditos de instituciones de crédito del país o de entidades financieras
del exterior, para cubrir necesidades de liquidez, relacionadas con su
objeto social, g) Descontar, dar en garantía o negociar los títulos de cré­
dito y afectar los derechos provenientes de los contratos de arrenda­
miento financiero o de las operaciones autorizadas a las arrendadoras,
con las personas de las que reciban financiamiento en términos del in­
ciso d, así como afectar en fideicomiso irrevocable los títulos de crédito
y los derechos provenientes de los contratos de arrendamiento financie­
ro a efecto de garantizar el pago de las emisiones a que se refiere el in­
ciso e. h) Constituir depósitos a la vista y a plazo, en instituciones de
crédito y bancos del extranjero, así como adquirir valores aprobados
para el efecto por la Comisión Nacional de Valores, i) Adquirir muebles
e inmuebles destinados a sus oficinas, j) Las demás operaciones análo­
gas y conexas que, mediante reglas de carácter general, autorice la Se­
cretaría de Hacienda y Crédito Público, oyendo la opinión de la Comi­
sión Nacional Bancaria y del Banco de México (art. 24 LOAAC).
En virtud del contrato de arrendamiento financiero, la arrendadora
financiera se obliga a adquirir determinados bienes y a conceder su uso
o goce temporal, a plazo forzoso a una persona física o moral, obligán­
dose ésta a pagar como contraprestación, que se liquidará en pagos par-
37 6
E L EM EN T O S D E D ER EC H O M ERCANTIL MEXICANO
cíales, según se convenga, una cantidad de dinero determinada o deter­
m inare, que cubra el valor de adquisición de los bienes, las cargas
financieras y los demás accesorios, y a dotar al vencimiento algunas
opciones (compra de los bienes a un precio inferior a su valor de adqui­
sición, participar con la arrendadora financiera en el precio de la venta
de los bienes a un tercero, a prorrogar el plazo para continuar con el
uso o goce temporal) (arts. 25 y 27 de la LOAAC).
Debemos recordar que dichas disposiciones continuarán vigentes
hasta el año 2013 y coexistirán con los artículos 408 al 418 de la LTOC
adicionados en materia de arrendamiento financiero y varios de los
cuales reproducen la redacción contenida en la LOAAC sobre el arrenda­
miento financiero. Además, debe recordarse que la autorización men­
cionada no resulta aplicable a las personas que a partir de la fecha de
entrada en vigor del mismo, realicen dichas operaciones, quienes se re­
girán por lo dispuesto en la LTOC.
13. EMPRESAS DE FACTORAJE FINANCIERO
Las empresas que disfruten de autorización para operar como em­
presas de factoraje financiero, sólo podrán realizar las operaciones si­
guientes: a) Celebrar contratos de factoraje financiero, entendiéndose
como tales, aquella actividad en la que mediante contrato que celebre la
empresa de factoraje financiero con sus clientes, personas físicas o mo­
rales, que realicen actividades empresariales, la primera adquiera de
las segundas derechos de crédito relacionados con proveeduría de bie­
nes, de servicios o de ambos, con recursos provenientes de sus operacio­
nes pasivas, b) Obtener préstamos y créditos de instituciones de crédito,
de seguros y de fianzas del país o de entidades financieras del exterior,
destinados a la realización de las operaciones autorizadas o para cubrir
necesidades de liquidez relacionadas con su objeto social, c) Emitir obli­
gaciones subordinadas y demás títulos de crédito, en serie o en masa,
para su colocación entre el gran público inversionista, d) Descontar, dar
en garantía o negociar en cualquier forma los títulos de crédito o dere­
chos de crédito provenientes de los contratos de factoraje, con las perso­
nas de las que reciban los financiamientos a que se refiere el inciso b,
así como afectar en fideicomiso irrevocable los títulos de crédito y los
derechos provenientes de los contratos de factoraje financiero a efecto
de garantizar el pago de las emisiones a que se refiere el inciso c ante­
rior, e) Constituir depósitos, a la vista y a plazo, en instituciones de cré­
dito del país o en entidades financieras del exterior, así como adquirir
valores aprobados para el efecto por la Comisión Nacional de Valores, f)
Adquirir bienes muebles e inmuebles destinados a sus oficinas o necesa­
rios para su operación, g) Adquirir acciones de sociedades que se orga­
O PERACIONES DE CRÉDITO Y BANCARIAS
377
nicen exclusivamente para prestarles servicios, así como para adquirir
el dominio y administrar inmuebles en los cuales las empresas de facto­
raje financiero tengan establecidas o establezcan su oficina principal,
alguna sucursal o una agencia, h) Prestar servicios de administración y
cobranza de derechos de crédito, i) Las demás que la LIC u otras leyes
autoricen, j) Las demás operaciones análogas o conexas que, mediante
reglas de carácter general, autorice la Secretaría de Hacienda y Crédito
Público, oyendo la opinión de la Comisión Nacional Bancaria y del Ban­
co de México, (art. 45-A LOAAC).
Cabe recalcarse que dichas disposiciones continuarán vigentes has­
ta el año 2013 y coexistirán con los artículos 419 al 431 de la LTOC adi­
cionados en materia de factoraje financiero y varios de los cuales repro­
ducen la redacción contenida en la LOAAC sobre el mismo. Además,
debe recordarse que la autorización mencionada no resulta aplicable a
las personas que a partir de la fecha de entrada en vigor del mismo,
realicen dichas operaciones, quienes se regirán por lo dispuesto en la
LTOC.
14. ACTIVIDADES AUXILIARES DEL CRÉDITO.
LAS CASAS DE CAMBIO
Se considera actividad auxiliar del crédito la compraventa habitual
y profesional de divisas. En los términos del art. 20 de la Ley del Banco
de México son divisas los billetes y monedas metálicas extranjeros, de­
pósitos bancarios, títulos de crédito y toda clase de documentos de cré­
dito, sobre el exterior y denominados en moneda extranjera, así como
los demás medios internacionales de pago.
La actividad consistente en realizar en forma habitual y profesional
operaciones de compra, venta y cambio de divisas dentro del territorio
nacional, requiere de la autorización de la Secretaría de Hacienda y
Crédito Público, quien podrá otorgarla o negarla discrecionalmente,
oyendo la opinión del Banco de México y de la Comisión Nacional Ban­
caria. Tales autorizaciones son intransmisibles y deberán publicarse, al
igual que sus modificaciones, en el Diario Oficial de la Federación.
Las instituciones de crédito y casas de bolsa no requieren de la au­
torización citada, debiendo sujetarse en sus operaciones con divisas a
las disposiciones legales aplicables.
No se consideran actividades de intermediación cambiaría habitua­
les o profesionales las operaciones con divisas conexas a la prestación
de servicios, ni la captación de divisas por venta de bienes que realicen
establecimientos ubicados en las franjas fronterizas y zonas libres del
país, y demás empresas que por sus actividades celebren operaciones
con extranjeros (art. 81, LOAAC).
378
ELEM EN T O S DE DERECHO MERCANTIL MEXICANO
No se requerirá la autorización mencionada, cuando única y exclu­
sivamente se realicen con divisas las operaciones siguientes: a) Compra
y venta de billetes así como piezas acuñadas y metales comunes, con
curso legal en el país de emisión, hasta por un monto equivalente no
superior a diez mil dólares diarios de los Estados Unidos de América
por cada cliente; b) Compra y venta de cheques de viajero denominados
en moneda extranjera, hasta por un monto equivalente no superior a
diez mil dólares diarios de los Estados Unidos de América por cada
cliente; c) Compra y venta de piezas metálicas acuñadas en forma de
moneda, hasta por un monto equivalente no superior a diez mil dólares
diarios de los Estados Unidos de América por cada cliente, y d) Compra
de documentos a la vista denominados y pagaderos en moneda extranje­
ra, a cargo de entidades financieras hasta por un monto equivalente no
superior a diez mil dólares diarios de los Estados Unidos de América
por cada cliente. Estos documentos sólo podrán venderlos a las institu­
ciones de crédito y casas de cambio (art. 81-A, LOAAC).
Las autorizaciones podrán ser otorgadas a sociedades denominadas
casas de cambio y organizadas conforme a la Ley General de Socieda­
des Mercantiles, ajustándose a los requisitos siguientes: 1) Que su objeto
social sea exclusivamente la realización, en forma habitual y profesio­
nal, de las operaciones siguientes: a) compra o cobranza de documentos
a la vista denominados y pagaderos en moneda extranjera, a cargo de
entidades financieras, sin límite por documento, b) venta de documen­
tos a la vista pagaderos en moneda extranjera que casas de cambio ex­
pidan a cargo de instituciones de crédito del país y sus sucursales y
agencias en el exterior, así como bancos del exterior, c) compra y venta
de divisas mediante transferencias de fondos sobre cuentas bancarias,
d) las señaladas en el art. 81-A de la LOAAC (ver párrafo anterior), e) las
demás que autorice el Banco de México mediante disposiciones de ca­
rácter general. 2) En los estatutos sociales deberá indicarse que en la
realización de su objeto, la sociedad deberá ajustarse a lo previsto por
la LOAAC y a las demás disposiciones que, en su caso, resulten aplica­
bles (art. 82 LOAAC).
Las casas de cambio deberán ajustarse a lo siguiente: 1. Contarán
con un local exclusivo para la realización de sus operaciones. 2. Debe­
rán proporcionar a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público o al
Banco de México, su posición en divisas cuando les sea solicitada. 3.
Ajustarán sus operaciones con divisas y metales preciosos a las disposi­
ciones de carácter general que al efecto establezca el Banco de México,
en Jas que éste podrá señalar límites a las operaciones que las casas de
cambio puedan realizar en función de su capital contable. 4. Proporcio­
narán a la Comisión Nacional Bancaria sus estados de contabilidad, in­
formación financiera en términos que la propia Comisión señale me­
O PERA C IO N ES DE CRÉDITO Y BANCARIAS
379
diante reglas de carácter general, siendo aplicables los artículos 52 y 53
de la ley (art. 84, LOAAC).
15.
ADMINISTRADORAS DE FONDOS
PARA EL RETIRO (AFORE) Y SOCIEDADES
DE INVERSIÓN ESPECIALIZADAS DE FONDOS
PARA EL RETIRO (SIEFORE)
Estas nuevas instituciones del sistema financiero fueron creadas
con base en la Ley del Seguro Social (D.O. 21 de diciembre de 1995) y
en ia Ley de los Sistemas de Ahorro p ara el Retiro (D.O. 21 de diciem­
bre de 1995). Se originan en lo dispuesto por el artículo 159, fracción I
de la Ley del Seguro Social que dispone que cada asegurado contará
con una cuenta individual en la que se depositarán las cuotas obreropatronales y estatal por los conceptos de seguro de retiro, cesantía en
edad avanzada y vejez, así como los rendimientos que produzcan. Para
la subcuenta de vivienda, se entregarán los recursos al Instituto del
Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (INFONAVIT).
Las Administradoras de Fondos para el Retiro (AFORE) son entidades
financieras que se dedican de manera exclusiva, habitual y profesional a
adm inistrar las cuentas individuales y canalizar los recursos de las subcuentas que las integran en términos de las leyes de seguridad social,
así como a administrar sociedades de inversión.
Las administradoras deberán efectuar todas las gestiones que sean
necesarias, para la obtención de una adecuada rentabilidad y seguridad
en las inversiones que las sociedades de inversión que administren. En
cumplimiento de sus funciones, atenderán exclusivamente al interés de
los trabajadores y asegurarán que todas las operaciones que efectúen
para la inversión de los recursos de dichos trabajadores se realicen con
este objetivo.
Las administradoras tendrán como objeto: a) Abrir, administrar y
operar cuentas individuales de los trabajadores. Tratándose de trabaja­
dores afiliados, sus cuentas individuales se sujetarán a las disposiciones
de las leyes de seguridad social aplicables y sus reglamentos, así como a
la Ley de los Sistemas de Ahorro para el Retiro. Para el caso de las subcuentas de vivienda, Jas administradoras deberán individualizar las
aportaciones y rendimientos correspondientes con base en la informa­
ción que les proporcionen los institutos de seguridad social; b) Abrir,
adm inistrar y operar cuentas individuales, con sus respectivas subcuentas, en las que se reciban recursos de los trabajadores inscritos en el
Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Es­
tado la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro; c)
Abrir, adm inistrar y operar cuentas individuales, en las que se reciban
380
EL EM EN T O S DE D ER EC H O M ERCANTIL MEXICANO
recursos de los trabajadores no afiliados, o que no se encuentren inscri­
tos en el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores
del Estado, que así lo deseen, destinados a la contratación de rentas vi­
talicias, seguros de sobrevivencia o retiros programados; d) Abrir, ad­
ministrar y operar cuentas individuales, en las que se reciban recursos
de los trabajadores no afiliados de las dependencias o entidades públi­
cas de carácter estatal o municipal cuando proceda; e) Recibir las cuo­
tas y aportaciones de seguridad social correspondientes a las cuentas
individuales de conformidad con las leyes de seguridad social, así como
las aportaciones voluntarias y complementarias de retiro, y los demás
recursos que en términos de la ley puedan ser recibidos en las cuentas
individuales y administrar los recursos de los fondos de previsión so­
cial; f) Individualizar las cuotas y aportaciones destinadas a las cuentas
individuales, así como los rendimientos derivados de la inversión de las
mismas; g) Enviar, por lo menos tres veces al año de forma cuatrimes­
tral, al domicilio que indiquen los trabajadores, sus estados de cuenta y
demás información sobre sus cuentas individuales. Asimismo, se debe­
rán establecer servicios de información, vía Internet, y atención al pú­
blico personalizado; h) Prestar servicios de administración a las socie­
dades de inversión; i) Prestar servicios de distribución y recompra de
acciones representativas del capital de las sociedades de inversión que
administren; j) Operar y pagar, bajo las modalidades que la Comisión
autorice, los retiros programados; k) Pagar los retiros parciales con car­
go a las cuentas individuales de los trabajadores en los términos de las
leyes de seguridad social; l) Entregar los recursos a las instituciones de
seguros que el trabajador o sus beneficiarios hayan elegido, para la con­
tratación de rentas vitalicias o del seguro de sobrevivencia; m) Funcio­
nar como entidades financieras autorizadas, en términos de lo dispues­
to por la Ley del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los
Trabajadores del Estado u otros ordenamientos, y n) Los análogos o co­
nexos a los anteriores que sean autorizados por la Junta de Gobierno.
Las Sociedades de Inversión Especializadas de Fondos para el Retiro
(SIEFORE), que serán administradas y operadas por las AFORE, tienen
por objeto exclusivo invertir los recursos provenientes de las cuentas in­
dividuales que reciben en los términos de las leyes de seguridad social.
Las AFORE y las SIEFORE estarán reguladas y vigiladas por la Co­
misión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro (CONSAR), que
entre otras facultades tendrá las de regular lo operativo a las operacio­
nes de los sistemas de ahorro para el retiro, la recepción, depósito,
transmisión y administración de las cuotas y aportaciones correspon­
dientes a dichos sistemas, así como la transmisión, manejo e intercam­
bio de información entre las dependencias y entidades de la Administra­
ción Pública Federal, los institutos de seguridad social y los participantes
O PE R A C IO N ES DE CRÉD ITO Y BANCARIAS
381
en los referidos sistemas, determinando Jos procedimientos para su
buen funcionamiento.
16. AGRUPACIONES O GRUPOS FINANCIEROS
La Ley para regular las Agrupaciones Financieras (LAF) (D.O. 18 de
julio de 1990) establece las bases para la constitución y funcionamiento
de los llamados grupos financieros. El funcionamiento y la regulación de
grupos financieros pretende, de acuerdo con la Secretaría de Hacienda
y Crédito Público, responder a los retos de la creciente globalización de
la estructura financiera internacional, al perseguir brindar mayor soli­
dez al sistema financiero, facilitando la generación de economías de es­
cala, abatir costos y proporcionar un mejor servicio al público.
Para la constitución y funcionamiento de grupos financieros, se re­
querirá autorización de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público,
quien Jas otorgará o denegará discrecionalmente, oyendo la opinión deí
Banco de México y, según corresponda de acuerdo con los integrantes
del grupo, de las Comisiones Nacionales Bancaria, de Valores y de Se­
guros y Fianzas. Dichas autorizaciones serán intransmisibles, por su
naturaleza (art. 6o LAF).
Los grupos financieros estarán integrados por una sociedad contro­
ladora y por algunas de las entidades financieras siguientes: almacenes
generales de depósito, casas de cambio, instituciones de fianzas, institu­
ciones de seguros, casas de bolsa, instituciones de banca múltiple, socie­
dades operadoras de sociedades de inversión, distribuidoras de acciones
de sociedades de inversión, administradoras de fondos para el retiro y
sociedades financieras de objeto múltiple.
El grupo financiero podrá formarse con cuando menos dos de las
entidades financieras señaladas en el párrafo anterior, que podrán ser
del mismo tipo. Como excepción a lo anterior, un grupo financiero no
podrá formarse sólo con dos sociedades financieras de objeto múltiple.
La Secretaría de Hacienda y Crédito Público, mediante disposiciones de
carácter general, podrá autorizar que otras sociedades puedan formar
parte de estos grupos (art. 7o, LAF).1J
Las entidades financieras que formen parte de un grupo financiero
podrán: a) Actuar de manera conjunta frente al público, ofrecer servi­
cios complementarios y ostentarse como integrantes del grupo de que se
13
El artículo 7o de la LAF fue reformado por el decreto que permite la instalación de
filiales de entidades financieras del exterior en el sistema financiero. Antes de esa refor­
m a, la LAF exigía en todos los casos que las entidades conformantes de los grupos finan­
cieros fueran de tres tipos diferentes, exceptuando a las sociedades operadoras de socie­
dades de inversión.
3 82
ELEM EN TO S DE D ER EC H O M ERCANTIL M EXICANO
trate, b) Usar denominaciones iguales o semejantes que los identifiquen
frente al público como integrantes de un mismo grupo, ó bien, conser­
var la denominación que tenían antes de formar parte de dicho grupo.
En todo caso deberán añadirle las palabras “Grupo Financiero” y la de­
nominación del mismo, c) Llevar a cabo operaciones de las que le son
propias a través de oficinas y sucursales de atención al público de otras
entidades financieras del grupo, de conformidad con las reglas genera­
les que dicte la Secretaría de Hacienda y Crédito Público. En ningún
caso podrán realizarse operaciones propias de las entidades financieras
integrantes del grupo a través de las oficinas de la sociedad controlado­
ra (art. 8o LAF).
La sociedad controladora tendrá por objeto adquirir y administrar
acciones emitidas por los integrantes del grupo. Como ya se dijo, en
ningún caso podrá celebrar operaciones que sean propias de las entida­
des financieras integrantes del grupo. La duración de la sociedad con­
troladora será indefinida y tendrá su domicilio en territorio nacional
(art. 16 LAF).
La sociedad controladora, que se constituirá como sociedad anóni­
ma, deberá tener el control de las asambleas generales de accionistas y
de la administración de todos los integrantes del grupo; la controladora
será propietaria, en todo tiempo, de acciones con derecho a voto que
representen cuando menos el cincuenta y uno por ciento del capital pa­
gado de cada uno de los integrantes del grupo. Estará, asimismo, en
posibilidad de nombrar a la mayoría de los miembros del consejo de
administración de cada uno de los integrantes del grupo (art. 15 LAF).
El capital social de las sociedades controladoras estará formado por
una parte ordinaria y podrá también estar integrado por una parte adi­
cional. El capital social ordinario de las sociedades controladoras se
integrará por acciones de la serie "O” y, en su caso, el capital social adi­
cional estará representado por acciones serie “L”, que podrán emitirse
hasta por un monto equivalente al cuarenta por ciento del capital social
ordinario, previa autorización de la Comisión Nacional de Valores. Las
acciones representativas de las series "O” y *L" serán de libre suscrip­
ción. No podrán participar en forma alguna en el capital social de la
controladora, personas morales extranjeras que ejerzan funciones de
autoridad. Tampoco podrán hacerlo entidades financieras del país, in­
cluso las que formen parte del respectivo grupo, salvo cuando actúen
como inversionistas institucionales, en los términos del artículo 19 de la
LAF (art. 18, LAF).
Las acciones serán de igual valor; dentro de cada serie, conferirán a
sus tenedores los mismos derechos, y deberán pagarse íntegramente en
efectivo en el acto de ser suscritas. Las acciones serie “L” serán de voto
limitado y otorgarán derecho de voto únicamente en los asuntos relati­
O PE R A C IO N ES DE CRÉDITO Y BANCARIAS
383
vos a cambio de objeto, fusión, escisión, transformación, disolución y li­
quidación, así como cancelación de su inscripción en cualesquiera bol­
sas de valores. Además, las acciones serie “L" podrán conferir derecho a
recibir un dividendo preferente y acumulativo, así como a un dividendo
superior al de las acciones representativas del capital ordinario, siem­
pre y cuando así se establezca en los estatutos sociales de la sociedad
emisora. En ningún caso los dividendos de esta serie podrán ser inferio­
res a los de las otras series (art. 18 bis, LAF).
Cualquier persona física o moral podrá adquirir mediante una o va­
rias operaciones simultáneas o sucesivas, el control de acciones de la
serie "0" del capital social de una sociedad controladora, en el entendi­
do de que dichas operaciones deberán obtener la autorización previa de
la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, escuchando la opinión de la
Comisión Nacional que supervise a la controladora, cuando excedan del
cinco por ciento de dicho capital social art. 20, LAF).
Por reforma publicada en el D.O. el 23 de diciembre de 1993, se au­
toriza la constitución y operación de sociedades controladoras filiales
de instituciones financieras del exterior, que serán sociedades mexica­
nas. Asimismo, se autoriza la organización y operación de filiales de
instituciones financieras del exterior en todos los tipos de entidades que
puedan formar parte de los grupos financieros. Las Sociedades Contro­
ladoras Filiales se regirán por lo previsto en los tratados o acuerdos in­
ternacionales correspondientes, el capítulo II del título tercero de la
LAF y, en general, al contenido de ésta. Requieren autorización del Go­
bierno Federal para operar. Su capital social estará integrado por accio­
nes de la serie “F”, que representarán cuando menos el cincuenta y uno
por ciento de dicho capital, y el restante cuarenta y nueve por ciento
podrá integrarse indistinta o conjuntamente por acciones series "F" y
“B" (arts. 27-A, 27-B, 27-D y 27-H, LAF).
La sociedad controladora y cada una de las entidades financieras
que la integren suscribirán un convenio conforme al cual: a) La contro­
ladora responderá subsidiaria e ilimitadamente del cumplimiento de las
obligaciones a cargo de las entidades financieras del grupo, aun respec­
to de aquellas contraídas por dichas entidades con anterioridad a su in­
tegración al grupo, b) La controladora responderá ilimitadamente por
las pérdidas de todas y cada una de dichas entidades. En el convenio se
señalará también expresamente que cada una de las entidades financie­
ras del grupo no responderá por las pérdidas de la controladora, ni por
las de los demás participantes del grupo (art. 28 LAF).
La sociedad controladora estará sujeta a la inspección y vigilancia
de la Comisión que supervise a la entidad financiera integrante del gru­
po que la Secretaría de Hacienda y Crédito Público determine como
preponderante dentro del mismo grupo. Esta determinación se hará,
384
EL E M E N T O S DE D ER ECH O M ERCANTIL M EX ICA N O .
entre otros elementos de juicio, con base en el capital contable de las
entidades de que se trate (art. 30 LAF).
17. SOCIEDADES FINANCIERAS
DE OBJETO MÚLTIPLE
Como ya se mencionó, la reforma al sistema financiero realizada en
2006, tuvo como principal objeto liberar la actividad del otorgamiento
de crédito llevado a cabo por sociedades financieras de objeto limitado,
así como el arrendamiento y factoraje financiero con la finalidad de que
puedan ser llevados a cabo por cualquier persona, sin autorización ni
supervisión de las autoridades financieras. Con dicho objeto, se incor­
poró, además, a la Ley General de Títulos y Operaciones de Crédito el
régimen aplicable a las operaciones de arrendamiento y factoraje finan­
ciero, que puede realizarse, como ya se mencionó, por cualquier perso­
na. Con dicha reforma se creó, además, una figura denominada Socie­
dad Financiera de Objeto Múltiple (SOFOM), las cuales tendrán como
objeto social principal la realización habitual y profesional de operacio­
nes de crédito, arrendamiento y factoraje financiero. De conformidad
con los Transitorios Tercero y Séptimo del decreto mencionado, las
arrendadoras financieras y las empresas de factoraje financiero conta­
rán con un plazo de siete años a partir de la publicación del mismo,
para convertirse en SOFOMS (hasta el 18 de julio de 2013), sí así lo deci­
den, mediante las reformas a sus estatutos sociales y su presentación
de la escritura donde consten dichas modificaciones ante la Secretaría de
Hacienda y Crédito Público. Una vez concluido el plazo mencionado, las
autorizaciones otorgadas para operar con los caracteres de arrendado­
ra financiera o empresa de factoraje financiero dejarán de tener efecto y
por tanto éstas dejarán de ser organizaciones auxiliares del crédito. Las
personas que realicen operaciones de arrendamiento y factoraje finan­
ciero con el carácter de arrendador o factorante pueden sujetarse al ré­
gimen de la LTOC o bien convertirse en SOFOM, según sea el caso.
Las arrendadores financieras, sociedades financieras de objeto limi­
tado y empresas de factoraje pueden seguir actuando conforme a las
disposiciones contenidas en la LOAAC y LIC, en su caso, sin embargo, a
partir de la entrada en vigor del decreto que se ha mencionado las auto­
rizaciones que les haya otorgado la Secretaría de Hacienda y Crédito
Público para actuar como tales quedarán sin efecto. Llegado ese mo­
mento, dejarán de ser organizaciones auxiliares del crédito o sociedades
financieras de objeto limitado, en ese momento estas entidades podrán
convertirse en sociedades financieras de objeto múltiple, convertirse en
una sociedad no financiera y realizar sus operaciones en términos de la
LGTOC o bien, disolverse o liquidarse.
OPERACIONES DE CRÉDITO Y BANCARIAS
385
Las empresas que opten por convertirse a sociedades financieras de
objeto múltiple deberán sujetarse a las disposiciones de la LOAAC en la
materia, entre las que destacan las siguientes:
Señala el artículo 87-B de la LOAAC que el otorgamiento de crédito,
así como la celebración de arrendamiento financiero o factoraje finan­
ciero podrán realizarse en forma habitual y profesional por cualquier
persona sin necesidad de requerir autorización del Gobierno Federal
para ello. Aquellas sociedades anónimas que, en sus estatutos sociales,
contemplen expresamente como objeto social principal la realización
habitual y profesional de una o más de las actividades que se indican en
el párrafo anterior, se considerarán como sociedades financieras de obje­
to múltiple. Dichas sociedades se reputarán entidades financieras, que
podrán ser: a) Sociedades financieras de objeto múltiple reguladas, o b)
Sociedades financieras de objeto múltiple no reguladas.
Las sociedades financieras de objeto múltiple reguladas serán aque­
llas en las que, en los términos de la LOAAC, mantengan vínculos patri­
moniales instituciones de crédito o sociedades controladoras de grupos
financieros de los que formen parte instituciones de crédito. Estas so­
ciedades deberán agregar a su denominación social la expresión “socie­
dad financiera de objeto múltiple" o su acrónimo “SOFOM”, seguido de
las palabras "entidad regulada” o su abreviatura “E.R.” Las sociedades
financieras de objeto múltiple reguladas estarán sujetas a la supervisión
de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores.
Por su parte, las sociedades financieras de objeto múltiple no regu­
ladas, serán aquellas en cuyo capital no participen, en los términos y
condiciones antes señalados, cualesquiera de las entidades a que se re­
fiere el párrafo anterior. Estas sociedades deberán agregar a su denomi­
nación social la expresión "sociedad financiera de objeto múltiple" o
su acrónimo "SOFOM", seguido de las palabras "entidad no regulada” o su
abreviatura “E.N.R.". Las sociedades financieras de objeto múltiple no
reguladas no estarán sujetas a la supervisión de la Comisión Nacional
Bancaria y de Valores.
En los contratos de arrendamiento financiero, factoraje financiero y
crédito que celebren las sociedades financieras de objeto múltiple, éstas
deberán señalar expresamente que, para su constitución y operación
con tal carácter, no requieren de autorización de la Secretaría de Ha­
cienda y Crédito Público. Igual mención deberá señalarse en cualquier
tipo de información que, para fines de promoción de sus operaciones y
servicios, utilicen las sociedades financieras de objeto múltiple. En
adición a lo anterior, las sociedades financieras de objeto múltiple no
reguladas, en la documentación e información a que se refiere el pá­
rrafo anterior, deberán expresar que, para la realización de las opera­
ciones señaladas en ese mismo párrafo, no están sujetas a la supervi­
386
EL EM EN T O S D E D ER EC H O M ERCANTIL MEXICANC-
sión y vigilancia de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (art.
87-J, LOAAC).
A las sociedades financieras de objeto múltiple les estará prohibido:
a) Actuar como fiduciarias en cualesquier otros fideicomisos distintos a
los de garantía; b) Utilizar el efectivo, bienes, derechos o valores de los
fideicomisos para Ja realización de operaciones en virtud de las cuales
resulten o puedan resultar deudores o beneficiarios sus delegados fidu­
ciarios; administradores, los miembros de su consejo de administración
propietarios o suplentes, estén o no en funciones; sus directivos o em­
pleados; sus comisarios propietarios o suplentes, estén o no en funcio­
nes; sus auditores externos; los miembros del comité técnico del fideico­
miso respectivo; los ascendientes o descendientes en primer grado o
cónyuges de las personas citadas; las sociedades en cuyas asambleas
tengan mayoría dichas personas o las mismas sociedades financieras de
objeto múltiple; c) Celebrar operaciones por cuenta propia; d) Actuar en
fideicomisos a través de los cuales se evadan limitaciones o prohibicio­
nes contenidas en esta u otras leyes; e) Responder a los fideicomitentes o
fideicomisarios del incumplimiento de los deudores por los bienes, dere­
chos o valores del fideicomiso, salvo que sea por su culpa según lo dis­
puesto en la parte final del artículo 391 de la LTOC. Si al término del fi­
deicomiso, los bienes, derechos o valores no hubieren sido pagados por
los deudores, la fiduciaria deberá transferirlos, junto con el efectivo, bie­
nes, y demás derechos o valores que constituyan el patrimonio fiducia­
rio al fideicomitente o fideicomisario, según sea el caso, absteniéndose
de cubrir su importe; f) Actuar como fiduciarias en fideicomisos a tra­
vés de los cuales se capten, directa o indirectamente, recursos del públi­
co mediante cualquier acto causante de pasivo directo o contingente; g)
Actuar en fideicomisos a través de los cuales se evadan limitaciones o
prohibiciones contenidas en esta u otras leyes; h) Actuar como fiducia­
rias en los fideicomisos a que se refiere el segundo párrafo del artículo
88 de la Ley de Sociedades de Inversión, e i) Administrar fincas rústi­
cas, a menos que hayan recibido la administración para garantizar al
fideicomisario el cumplimiento de una obligación y su preferencia en el
pago con el valor de la misma finca o de sus productos.
C a p ítu lo
XII
LA APERTURA D E CRÉDITO
h CONCEPTO
La apertura de crédito es un contrato en virtud del cual una de las
partes, llamada acreditante, se obliga a poner una suma de dinero a
disposición de la otra, denominada acreditado, o a contraer por cuenta
de éste una obligación, para que el mismo haga uso del crédito concedi­
do en la forma y términos pactados, quedando obligado, a su vez, a res­
tituir al acreditante las sumas de que disponga, o a cubrirlo oportuna­
mente por el importe de la obligación que contrajo, y en todo caso, a
pagar los intereses, comisiones, gastos y otras prestaciones que se esti­
pulen (art. 291 LTOC).
2. IMPORTE, DISPOSICIÓN Y PLAZO DEL CRÉDITO
Cuando en el contrato no se haya fijado un límite a Jas disposiciones
del acreditado, y no sea posible determ inar el importe del crédito por el
objeto a que se destina o de alguna otra forma estipulada por las partes,
debe entenderse que el acreditante queda facultado para establecer ese
límite en cualquier tiempo (art. 293 LTOC).
Cuando las partes hayan fijado precisamente el importe del crédito
o su límite, se entenderá, salvo pacto en contrario, que en él quedan
comprendidos los intereses, comisiones y gastos que deba cubrir el acre­
ditado (art. 292 LTOC).
Las partes pueden convenir, aunque en el contrato se fije el importe
del crédito y el plazo en que tiene derecho a disponer de él el acredita­
do, en que cualquiera o una sola de ellas estará facultada para restrin­
gir el importe del crédito o el plazo de disposición, o ambos a la vez, o
para denunciar el contrato a partir de una fecha determinada o en cual­
quier tiempo, mediante aviso dado a la otra parte en la forma pactada
o, en su defecto, ante notario o corredor, y si no lo hay, por conducto de
la primera autoridad política del lugar de su residencia. Cuando la par­
te a la que debe darse el aviso no se encuentre presente, la diligencia se
enterará con sus dependientes, familiares o criados o con algún vecino.
387
388
ELEM EN TO S D E D ER ECH O M ERCA N TIL MEXICANO
Cuando se ignore el domicilio o la residencia de la persona a la que
debe darse el aviso, éste podrá hacerse en la dirección que elija el nota­
rio, corredor o la autoridad política, en su caso (arts. 143 y 294 LTOC).
Cuando en el contrato no se haya estipulado plazo para que el acre­
ditado haga uso del crédito, cualquiera de las partes podrán darlo por
concluido en cualquier tiempo, notificándolo así a la otra en la forma
prevista en el párrafo que antecede (art. 294 LTOC).
Cuando se denuncie el contrato o se dé por terminado, en la forma
prevista en los dos párrafos anteriores, el crédito se extinguirá en la
parte de que no hubiere hecho uso el acreditado. Pero, salvo pacto en
contrario, el acreditado quedará obligado a pagar los premios, comisio­
nes o gastos correspondientes a las sumas de que no dispuso, a no ser
que la denuncia o la notificación de terminación procedan del acredi­
tante (art. 294 LTOC).
3. RESTITUCIÓN DEL CRÉDITO
El importe del crédito, así como el de los premios, intereses, comi­
siones, etc., correspondientes, deberá ser devuelto por el acreditado al
acreditante en el plazo estipulado en el contrato respectivo.
Cuando no se haya fijado plazo para la devolución de las sumas dis­
puestas por el acreditado o para que éste reintegre al acreditante el im­
porte de las obligaciones que por él haya asumido, la restitución debe
hacerse al expirar el término señalado para el uso o disposición del cré­
dito, o en su defecto, dentro del mes que siga a la extinción del crédito
(art. 300 LTOC). Igual regla debe aplicarse por lo que se refiere al pago
de los intereses, premios, comisiones y demás prestaciones a cargo del
acreditado, así como respecto al saldo que a cargo de éste resulte al ex­
tinguirse el crédito abierto en cuenta corriente (art. 300 LTOC).
4. EXTINCIÓN DEL CRÉDITO
El crédito se extingue y, por tanto, cesará el derecho del acreditado
a disponer del mismo en lo futuro, por las causas siguientes: a) Por ha­
ber dispuesto el acreditado de la totalidad de su importe, a no ser que el
crédito se haya abierto en cuenta corriente; b) Por la expiración del pla­
zo convenido; c) Por la notificación de haberse dado por concluido el
contrato, cuando no se hubiere fijado plazo; d) Por la denuncia del con­
trato, de acuerdo con lo previsto por el artículo 294 de la LTOC; e) Por la
falta o disminución de las garantías pactadas a cargo del acreditado,
ocurridas con posterioridad al contrato, a menos que el acreditado suplemente o sustituya debidamente la garantía en el término convenido
al efecto f) Por hallarse cualquiera de las partes en estado de quiebra,
LA APERTURA D E CRÉD ITO
389
suspensión de pagos o liquidación judicial; g) Por la muerte, interdic­
ción, inhabilitación o ausencia del acreditado, o por la disolución de la
sociedad a cuyo favor se hubiere concedido el crédito (art. 301 LTOC).
5. DOCUMENTACIÓN DEL CRÉDITO
A veces, el acreditado, como reconocimiento de] adeudo a su cargo
y a favor del acreditante, puede otorgar o transm itir a éste un título de
crédito o cualquiera otro documento. En tales casos, el acreditante no
queda facultado para descontar antes de su vencimiento el crédito así
documentado, a no ser que el acreditado lo haya autorizado expresa­
mente para hacerlo (art. 299 LTOG).
Debe entenderse que, cuando sin estar autorizado, el acreditante
descuente o ceda indebidamente el crédito, será responsable de los da­
ños y perjuicios que se causen al acreditado.
6. CRÉDITOS DE DINERO Y CRÉDITOS DE FIRMA
Según que por virtud del contrato de apertura de crédito el acredi­
tante se obligue a poner a disposición del acreditado una suma de dine­
ro o se obligue a contraer una obligación por cuenta del acreditado, se
habla de créditos de dinero o de créditos de firma. El crédito de firma
puede adoptar la forma de crédito de aceptación, de aval, etc.
Siempre que en virtud de una apertura de crédito —dice el artículo
297 de la LTOC—, el acreditado se obligue a aceptar u otorgar letras, a
suscribir pagarés, a prestar su aval o, en general, a aparecer como en­
dosante o signatario de un título de crédito por cuenta del acreditado,
éste, salvo pacto en contrario, quedará obligado a constituir en poder
del acreditante la provisión de fondos suficientes, a m ás tardar el día
hábil anterior a la fecha en que el documento aceptado, otorgado o sus­
crito deba hacerse efectivo.
La aceptación, el endoso, el aval o la suscripción del documento
—añade el precepto citado—, así como la ejecución del acto de que re­
sulte la obligación que contraiga el acreditante por cuenta del acreditado,
deba éste o no constituir la provisión de que antes se habla, disminui­
rán desde luego el saldo del crédito, a menos que otra cosa se estipule;
pero, aparte de los gastos, comisiones, premios y demás prestaciones
que se causen por el uso del crédito, de acuerdo con el contrato, el acre­
ditado sólo estará obligado a devolver las cantidades que realmente su­
pla el acreditante al pagar las obligaciones que así hubiere contraído y a
cubrirle únicamente los intereses que correspondan a tales sumas.
390
EL EM EN T O S DE D ER ECH O M ERCANTIL M EX ICA N O -
7. CRÉDITO SIMPLE Y EN CUENTA CORRIENTE
Salvo convenio en contrario —dice el artículo 295 de la LTOC—, el
acreditado podrá disponer a la vista de la suma objeto del contrato (cré­
dito simple). Una vez dispuesto del crédito en su totalidad, el mismo se
extingue.
Por el contrario, la apertura de crédito en cuenta corriente da dere­
cho al acreditado a hacer remesas, antes de la fecha fijada para la liqui­
dación, en reembolso parcial o total de las disposiciones que previa­
mente hubiere hecho, quedando facultado, mientras el contrato no
concluya, para disponer en la forma pactada del saldo que resulte a su
favor (art. 296 LTOC). Son aplicables en esta materia los artículos 306,
308 y 309 de la LTOC, que examinamos en el capítulo relativo al contra­
to de cuenta corriente.
8. CRÉDITOS DESCUBIERTOS Y GARANTIZADOS
Se habla de créditos descubiertos cuando no se pacta garantía espe­
cífica, que asegure su restitución. De créditos garantizados, cuando sí
la tienen.
El artículo 298 de la LTOC establece que la apertura de crédito sim­
ple o en cuenta corriente puede ser pactada con garantía personal (v.
gr., fianza) o real (hipoteca, prenda). La garantía se entenderá extendi­
da, salvo pacto en contrario, a las cantidades de que el acreditado haga
uso dentro de los límites del crédito.
9. CRÉDITOS LIBRES Y DE DESTINO
En los créditos libres el acreditado podrá usar del crédito para los
fines que mejor le convengan. Los créditos de destino son aquellos en
los que el acreditado debe disponer del crédito en la adquisición de de­
terminados bienes o en fines previamente establecidos (v. gr., en los cré­
ditos refaccionarios y de habilitación).
10.
APERTURA DE CRÉDITO
EN CUENTA CORRIENTE MEDIANTE
EXPEDICIÓN DE TARJETAS DE CRÉDITO
El artículo 46, en su fracc. VII, de la LIC, faculta a las instituciones
de crédito a expedir tarjetas de crédito con base en contratos de apertu­
ra de crédito en cuenta corriente. Estas operaciones están normadas
por las "Reglas a las que habrán de sujetarse las instituciones de banca
múltiple en la emisión y operación de tarjetas de crédito bancarias" que
LA APERTURA DE C RÉD ITO
391
publicará la Secretaría de Hacienda y Crédito Público con la periodici­
dad que sea necesaria.
En el contrato de apertura de crédito en cuenta corriente mediante
tarjetas de crédito, la institución acreditante se obliga a pagar por cuen­
ta del acreditado (tarjetahabiente), los bienes, servicios y, en su caso,
dinero en efectivo que proporcionen al acreditado los proveedores con
los que convenga la institución bancaria. Para ese efecto, la tarjeta de­
berá presentarse al establecimiento respectivo y el tarjetahabiente ha­
brá de suscribir pagarés o utilizar notas de venta, fichas de compra u
otros documentos que para tal efecto sean aceptados por la institución,
a favor del banco acreditante, entregándolos a dicho establecimiento.
Asimismo, con base en el contrato de apertura de crédito, la institución
acreditante podrá obligarse a pagar por cuenta del acreditado, las órde­
nes de compra de bienes y servicios que el tarjetahabiente solicite, tele­
fónicamente o por alguna vía electrónica, a dichos proveedores, siempre
y cuando los bienes adquiridos sean entregados en el domicilio del pro­
pio tarjetahabiente o en el que éste indique. El tarjetahabiente también
podrá disponer de dinero en efectivo en las oficinas de la institución, en
las de sus corresponsales bancarios y, en su caso, a través de equipos o
sistemas automatizados.
Las tarjetas de crédito deberán contener: 1. La mención de ser tarje­
ta de crédito y de que su uso está restringido al territorio nacional, o
bien que su uso podrá hacerse tanto en el territorio nacional, como en
el extranjero; 2. La denominación de la institución que la expida; 3. Un
número seriado para efectos de control; 4. El nombre del titular y una
muestra de su firm a visual o codificada electrónicamente; 5. La men­
ción de que su uso sujeta al taijetahabiente a las disposiciones estableci­
das en el contrato de apertura de crédito correspondiente; 6. La men­
ción de ser intransferible, y 7. La fecha de vencimiento de la tarjeta.
Las instituciones únicamente podrán entregar tarjetas de crédito
previa solicitud expresa hecha por el interesado. La entrega de tarjetas
de crédito deberá hacerse al titular o a la persona que al efecto se iden­
tifique dentro del domicilio del tarjetahabiente.
En los contratos de apertura de crédito en los que se prevea la posi­
bilidad de que el acreditado no pague el total de las cantidades a su
cargo en la fecha límite de pago, deberá quedar especificada la forma
de calcular el importe de los pagos mínimos mensuales que, dicho acre­
ditado deberá efectuar en función del saldo a su cargo.
En el contrato de apertura de crédito podrá pactarse que la institu­
ción pague por cuenta del tarjetahabiente bienes, servicios, impuestos y
otros conceptos que acuerden los contratantes, cargando los importes
respectivos a la cuenta corriente que la institución siga a su acreditado.
Los pagos de consumos o disposiciones efectuados en el extranjero, se­
392
ELEM EN TO S DE D ER ECH O M ERCANTIL MEXICANO
rán correspondidos invariablemente con un cargo en moneda nacional
a la cuenta del tarjetahabiente.
Las instituciones sólo podrán cargar a sus acreditados: 1. El impor­
te de los pagarés suscritos por éstos, fichas de compra, notas de venta u
otros documentos que sean aceptados por la institución, 2. El importe
de las disposiciones de efectivo, 3. El importe de los pagos de bienes,
servicios, impuestos y otros conceptos que realicen por su cuenta, 4.
Los intereses pactados, 5. Las comisiones que se establezcan en el con­
trato, y 6. Los gastos por cobranza, únicamente cuando exista una ges­
tión de cobro conforme a los mecanismos establecidos en el contrato.
En los contratos de apertura de crédito se establecerán los plazos de
amortización y, en su caso, las comisiones que se aplicarán a los acredi­
tados por el uso de la tarjeta de crédito; los medios por los que se dará a
conocer el límite del crédito al que habrán de sujetarse los tarjetahabientes y, de ser el caso, los supuestos bajo los cuales no se causarán in­
tereses o no se cargarán comisiones. Las instituciones acordarán con
sus acreditados, en su caso, la tasa de interés que vayan a aplicar.
A las instituciones Ies estará prohibido modificar los términos y
condiciones de los contratos de apertura de crédito durante su vigencia,
salvo en lo que se refiere al límite de crédito, el cual podrá ser disminui­
do unilateral mente por la institución siempre y cuando así lo establezca
el contrato.
En los referidos contratos se hará constar expresamente la facultad
de las instituciones para denunciarlos en cualquier tiempo y cancelar
las tarjetas de crédito correspondientes. Lo anterior en el entendido de
que tal facultad no deberá ser utilizada con el propósito de modificar
los términos y condiciones del contrato de apertura de crédito objeto de
la denuncia.
Cuando las instituciones reciban aviso del extravío o robo de la tar­
jeta de crédito o cuando se rescinda el contrato de apertura de crédito,
las propias instituciones directamente o a través de las empresas opera­
doras del sistema de taijetas de crédito a las cuales estén afiliadas, de­
berán dar aviso a los proveedores o corresponsales con quienes tengan
celebrados contratos, en el sentido de que la tarjeta respectiva ya no de­
berá ser aceptada.
Las instituciones deberán enviar mensualmente a sus acreditados
un estado de cuenta indicando, cuando menos, las cantidades cargadas
y abonadas durante cada período, así como, en su caso, los datos nece­
sarios para determinar los intereses. Las instituciones deberán remitir
los estados de cuenta dentro de los cinco días siguientes a la fecha de
corte, misma de la que deberán informar por escrito a los acreditados,
no pudiendo variarse sin previo aviso, también por escrito, comunicado
con treinta días de anticipación.
C a p ítu lo
XIII
EL DESCUENTO
1. CONCEPTO
Esta operación de crédito, de enorme importancia en la práctica co­
mercial y bancaria, no tiene regulación expresa en nuestra legislación
mercantil, excepto por lo que se refiere a la figura del descuento de cré­
ditos en libros. Sin embargo, la LIC alude en muchas ocasiones a las
operaciones de descuento.
El descuento ha sido definido por Rodríguez Rodríguez,1 en la for­
ma siguiente:
Es un contrato de a p e rtu ra de crédito en el que el acreditante (descontante
o descontador) pone u na sum a de dinero a disposición del acred itad o (descontatario), a cam bio de la transm isión de un crédito de vencim iento poste­
rior. El im porte del crédito que concede el acreditante es igual al del créd i­
to que adquiere, dism inuido en un a cantidad proporcional al tiem po que
falta para que venza.
Según Cervantes Ahumada:2
Consiste en la adquisición, por parte del descontante, de un crédito a cargo
de un tercero del que es titu la r el descontatario, m ediante el pago al co n ta­
do del im porte del crédito, menos la tasa de) descuento.
Esto es, en síntesis, “consiste en la adquisición al contado.de un cré­
dito a plazo".3
Así, en virtud del descuento el descontatario debe transm itir al des­
contante la titularidad de un crédito aún no vencido, y este último se
obliga a entregar al descontatario el importe de dicho crédito, menos la
deducción convenida (tasa del descuento).
1 Curso de derecho mercantil, T. II, p. 506.
2 Títulos y operaciones de crédito, p. 244.
3 ALDRIGUETTI, Técnica bancaria. México, 1944, p. 63.
393
394
ELEMENTOS DE DERECHO MERCANTIL MEXICANQ
2. EL DESCUENTO CAMBIARIO
Se conoce con este nombre el descuento de créditos que están re­
presentados por títulos de crédito, principalmente por letras de cam­
bio o pagarés. El descuento cambiario se realiza mediante endoso del
título que hace el descontatario a la orden del descontante. El prim e­
ro, en su carácter de endosante y, por tanto, de obligado en vía de re­
greso, responde solidariamente del pago del título, si el obligado directo
no lo hace.
Este descuento es operación muy frecuente en la práctica comercial
y bancaria.
3. EL REDESCUENTO
Cuando el descontante cede a su vez a otro el crédito que le ha
transmitido el descontatario, nos encontramos frente a la figura del
redescuento.
Esto es, se llama redescuento a la operación de descontar los crédi­
tos que su titular ha adquirido en calidad de descontante.4
4. EL DESCUENTO DE CRÉDITO EN LIBROS
Esta operación sólo puede ser celebrada, en su aspecto pasivo, por
instituciones de crédito (art. 290 LTOC).
Dice el artículo 288 de la LTOC, que los créditos abiertos en los li­
bros de los comerciantes podrán ser objeto de descuento, aun cuando
no estén amparados por títulos de crédito suscritos por el deudor, siem­
pre que se reúnan las siguientes condiciones: a) Que los créditos sean
exigibles a término o con previo aviso fijos; b) Que el deudor haya mani­
festado por escrito su conformidad con la existencia del crédito; c) Que
el contrato de descuento se haga constar en póliza a la cual se adiciona­
rán las notas o relaciones que expresen los créditos descontados, con
mención del nombre y domicilio de los deudores, del importe de los cré­
ditos, del tipo de interés pactado y de los términos y condiciones de
pago; d) Que el descontatario entregue al descontante letras giradas a la
orden de éste, a cargo de los deudores, en los términos convenidos para
cada crédito. El descontante no quedará obligado a la presentación de
esas letras para su aceptación o pago, y sólo podrá usarlas en caso de que
el descontatario lo faculte expresamente al efecto y no entregue al des­
contante, a su vencimiento, el importe de los créditos respectivos.
* RODRÍGUEZ R o d r í g u e z , Curso de derecho mercantil, T. II, p. 508.
EL D ESCU ENTO
395
Por su parte, el artículo 289 de la LTOC dispone que el descontatario será considerado, para todos los efectos legales, como m andatario
del descontante, en cuanto se refiere al cobro de los créditos, materia del
descuento.
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C a p ít u l o X IV
LOS CRÉDITOS DE HABILITACIÓN O AVÍO
Y LOS REFACCIONARIOS
1. CONCEPTO
Estas operaciones de crédito se caracterizan por su especial destino
y garantía. Se conocen también con el nombre de créditos a la produc­
ción, porque su importe debe ser invertido precisamente en la adqui­
sición de los medios productivos necesarios para el fomento de determi­
nada empresa. A continuación examinaremos el concepto legal de estas
operaciones.
En virtud del contrato de crédito de habilitación o avío, dice el ar­
tículo 321 de la LTOC, el acreditado (aviado) queda obligado a invertir el
importe del crédito que le otorga el acreditante (aviador), precisamente
en la adquisición de las materias prim as y materiales, y en el pago de
los salarios y gastos directos de explotación indispensables para los fi­
nes de su empresa.
Por el contrato de crédito refaccionario, según el artículo 323 de la
LTOC, el acreditado (refaccionado) queda obligado a invertir el importe
del crédito otorgado por el acreditante (refacciónador), precisamente en
la adquisición de aperos, instrumentos, útiles de labranza, abonos, ga­
nado o animales de cría, en la realización de plantaciones o cultivos cí­
clicos o permanentes, en la apertura de tierras para el cultivo, en la
compra o instalación de m aquinaria o en la construcción y realización
de obras materiales necesarias para el fomento de la empresa del refac­
cionado. Además, añade el artículo citado, podrá pactarse que parte del
importe del crédito se destine a cubrir las responsabilidades fiscales
que pesen sobre la empresa del refaccionado al tiempo de celebrarse el
contrato o a cubrir los adeudos del propio refaccionado originados por
gastos de explotación o compra de bienes o ejecución de las obras que se
mencionan, siempre que los actos u operaciones de que procedan tales
adeudos hayan tenido lugar dentro del año anterior a la fecha del
contrato.
De acuerdo con la doctrina, los créditos refaccionarios se distin397
398
EL EM EN T O S D E D ER ECH O M ERCANTIL MEXICANO
guen de los de avío "en la mayor permanencia de los bienes que deben
adquirirse con su importe. En los créditos de avío estos medios de pro­
ducción se consumen o emplean en un solo ciclo de producción, en tan­
to que en los créditos refaccionarios esos medios son de carácter per­
manente o bien tienen una larga duración que hace posible su empleo
durante varios ciclos productivos".1 O como dice Cervantes Ahumada,2
"en tanto que el avío se aplica directamente al proceso inmediato de
producir, la refacción se aplica en una operación más de fondo, en pre­
parar a la empresa para el fenómeno productivo."
Los créditos de habilitación o avío y los refaccionarios pueden ser
otorgados —y generalmente así sucede— en forma de apertura de crédi­
to, aplicándose entonces los preceptos relativos a este último contrato
(art. 325 LTOC).
2. FORMA Y REGISTRO
Dispone la fracción 111 del artículo 326 de la LTOC, que los créditos
de habilitación o avío y refaccionarios deberán consignarse en contrato
privado, que se firmará por triplicado ante dos testigos conocidos y se
ratificarán ante el encargado del Registro Público en que deban ser
inscritos.
En los contratos deberá expresarse lo siguiente: a) El objeto de la
operación; b) La duración y la forma en que el aviado o refaccionado, en
su caso, podrá disponer del crédito; c) Los bienes que se afecten en ga­
rantía; d) Los demás términos y condiciones que convengan las partes
(art. 326, fracs. I y II, LTOC).
Deberán inscribirse en el Registro de Hipotecas que corresponda,
según la ubicación de los bienes inmuebles, afectos en garantía, o en el
Registro de Comercio, cuando en la garantía no se incluya la de bienes
inmuebles. No surtirán efectos contra tercero, sino desde la fecha y hora
de su inscripción en el Registro (art. 326, frac. IV, LTOC).
3. GARANTÍA
Hemos dicho que los créditos de habilitación o avío y los refacciona­
rios se caracterizan por su especial garantía.
Los créditos de habilitación o avío, dice el artículo 322 de la LTOC,
estarán garantizados con las materias prim as y materiales adquiridos, y
con los frutos, productos o artefactos que se obtengan con el crédito,
aunque éstos sean futuros o pendientes.
1 R o d r í g u e z R o d r í g u e z , Curso de derecho mercantil,
1 Títulos y operaciones de crédito, p. 301.
T. II, p. 515.
LOS C RÉD ITO S DE HABILITACIÓN 0 AVÍO Y LOS REFACCIONARIOS
399
Por su parte, los créditos refaccionarios quedarán garantizados con
las fincas, construcciones, edificios, maquinaria, aperos, instrumentos,
muebles y útiles, y con los frutos o productos futuros de la empresa a
cuyo fomento haya sido destinado el crédito (artículo 324 LTOC).
La garantía por créditos refaccionarios sobre fincas, construccio­
nes, edificios y muebles inmovilizados, comprenderá: a) El terreno cons­
titutivo del predio, b) Los edificios y cualesquiera otras construcciones
existentes al tiempo de otorgarse el crédito, o edificados posteriormen­
te; c) Los muebles inmovilizados y los animales fijados en el contrato en
que se consigne el crédito como pie de cría en los predios rústicos desti­
nados total o parcialmente a la ganadería; d) La indemnización even­
tual que se obtenga por seguro en el caso de destrucción o pérdida de
los bienes citados (art. 332 LTOC).
Cuando alguien explote una empresa a cuyo fomento se destine el
crédito, aun cuando no sea titular de la misma, podrá constituir la pren­
da correspondiente, a menos que el titular de dicha empresa se haya
reservado el derecho de consentir en la constitución de la prenda en el
contrato respectivo y éste se encuentre debidamente inscrito en el Re­
gistro que corresponda (art. 331 LTOC).
Los bienes que queden gravados prendariamente a favor del aviador
o refaccionador en su caso, podrán quedar en poder del deudor (aviado o
refaccionado), en cuyo caso, este último se considerará para los fines de
la responsabilidad civil y penal correspondiente, como depositario judi­
cial de los frutos, productos, ganados, aperos y demás bienes muebles
dados en prenda (art. 329 LTOC).
El aviador o refaccionador, en su caso, podrá reivindicar los bienes
dados en prenda, dé quienes los hayan adquirido directamente del deu­
dor o contra los adqui rentes posteriores que hayan conocido o debido
conocer las prendas constituidas sobre ellos (artículo 330 LTOC).
4. PREFERENCIA
Los créditos de habilitación o avio, debidamente registrados, se pa­
garán con preferencia a los refaccionarios, y ambos con preferencia a
los hipotecarios inscritos con posterioridad (art. 328 LTOC).
En el caso de créditos refaccionarios, cuando la garantía se consti­
tuya sobre fincas, edificios y muebles inmovilizados, el refaccionador
tendrá derecho de preferencia para el pago de su crédito con el produc­
to de los bienes gravados sobre todos los demás acreedores del deudor,
con excepción de los acreedores hipotecarios inscritos con anterioridad
(art. 333 LTOC). Esta preferencia no se extinguirá por el hecho de que
los bienes gravados sean transmitidos a terceros.
400
EL EM EN T O S DE D ER EC H O M ERCANTIL MEXICANO
5. INVERSIÓN DEL CRÉDITO
Hemos visto cómo la ley establece que el aviado o refaccionado debe
destinar el importe de los créditos de avío y refaccionarios precisamen­
te a los fines de fomento de su empresa, en los términos pactados.
Sin embargo, hay que advertir que el aviador o refacción ador están
facultados para exigir que el crédito se invierta precisamente en tales
fines, pero, al mismo tiempo, tienen también la obligación de cuidar la
exacta y correcta inversión del crédito. Un derecho y una obligación.
Así, el artículo 327 de la LTOC establece que quienes otorguen créditos
de habilitación o avío o refaccionarios deberán cuidar que su importe se
invierta precisamente en los objetos determinados en el contrato, y que
si se probare que se han invertido en otros fines a sabiendas del acredi­
tante, éste, por su negligencia, perderá las garantías naturales de estos
créditos.
El acreedor tendrá en todo tiempo el derecho de designar, a su cos­
ta, salvo pacto en contrario, un interventor que cuide del exacto cumpli­
miento de las obligaciones del acreditado, quien estará obligado a darle
todas las facilidades necesarias para el cumplimiento de sus funciones
(art. 327 LTOC).
6. DOCUMENTACIÓN DEL CRÉDITO
El acreditado, según dispone el artículo 325 de la LTOC, podrá otor­
gar a la orden del acreditante pagarés para representar las disposicio­
nes que haga, siempre que sus vencimientos no sean posteriores al del
crédito, que se haga constar en tales títulos su procedencia de manera
que queden debidamente identificados y que contengan las anotaciones
de registro del crédito original.
La transmisión de estos títulos de crédito implica, en todo caso, la
responsabilidad solidaria del que la efectúa y él traspaso de la parte co­
rrespondiente del principal del crédito representada por el pagaré con
las garantías y demás derechos accesorios en la proporción que corres­
ponda (art. 325 LTOC).
Cuando el acreditante haya endosado los pagarés conservará, salvo
pacto en contrario, la obligación de vigilar la inversión que del crédito
deba hacer el acreditado, así como la de cuidar y conservar las garan­
tías otorgadas, actuando para estos fines como mandatario de los tene­
dores de los pagarés (art. 327 LTOC).
LOS CRÉDITOS DE HABILITACIÓN O AVÍO Y LOS REFACCIONARIOS
401
7.
RESCISIÓN
DEL CONTRATO Y VENCIMIENTO ANTICIPADO
El acreditante podrá rescindir el contrato, dar por vencida anticipa­
damente la obligación y exigir el pago del importe del crédito, en los
casos siguientes: a) Si el acreditado emplea el importe del crédito en fi­
nes distintos a los pactados; b) Si el acreditado no atiende su empresa
con la debida diligencia; c) Cuando el acreditado traspase la empresa para
cuyo fomento se ha otorgado el crédito sin consentimiento previo del
acreditante (arts. 327 y 328 LTOC).
Capítulo XV
EL REPORTO
1. CONCEPTO
En virtud del reporto, dice el artículo 259 de la LTOC, el reportador
adquiere por una suma de dinero la propiedad de títulos de crédito, y se
obliga a transferir al reportado la propiedad de otros tantos títulos de
igual especie en el plazo convenido y contra reembolso del mismo pre­
cio, más un premio.
Es una operación eminentemente bursátil; aunque también puede
realizarse fuera de bolsa. Nuestra ley la regula entre las operaciones de
crédito.
Los títulos de crédito objeto de operaciones de reporto deben ser
fungibles, esto es, seriales y de mercado.1
La existencia de elementos comunes ha originado que algunos auto­
res identifiquen el contrato de reporto con otros contratos, como, por
ejemplo, el mutuo, la compraventa, etc. Sin embargo, debe afirmarse
que el reporto es una figura jurídica de naturaleza peculiar, distinta a
cualquiera otra.
No puede negarse —dice Pizarro León—2que en el reporto existen elemen­
tos comunes con otros contratos, pero de ninguna manera puede afirmarse
que sean idénticos en cuanto a su naturaleza. El reporto tiene característi­
cas propias que lo distinguen de los demás contratos. El contrato de repor­
to es un contrato sui géneris, con toda la extensión que este término indica,
de naturaleza específica. Es un contrato singular con regias y procedi­
mientos de ejecución distintos de los demás.
El reporto, según establece el artículo 259 de la LTOC, se perfeccio­
na por la entrega de los títulos de crédito y su endoso, cuando sean a la
orden o nominativos. Es, pues, un contrato real.
‘ C e rv a n te s Ahum ada, Títulos y operaciones de crédito, p. 226.
2 Naturaleza jurídica del contrato de reporto, México, 1955, p. 103.
403
404
ELEMENTOS DE DERECHO MERCANTIL MEXICANO
2. FORMA
El contrato de reporto constará por escrito y expresará: a) Los nom­
bres del reportador y del reportado; b) La clase de títulos de créditos
dados en reporto; c) Los datos para la identificación de los títulos; d) El
plazo fijado para el vencimiento de la operación; e) El precio y el premio
pactados o la manera de determinarlos (art. 260 LTOC).
3. EL PREMIO
Establece el artículo 259 de la LTOC, que el reportador deberá trans­
ferir al reportado, en el plazo convenido, la propiedad de otros tantos
títulos de la misma especie de los que haya adquirido, contra reembolso
del precio más un premio. Y añade que, salvo pacto en contrario, el pre­
mio queda a beneficio del reportador.
El premio (o prima) es la suma que paga el reportado sobre el pre­
cio de la operación y representa la compensación que el mismo da al
reportador por la utilización del dinero de éste y por el servicio que le
presta recibiendo los títulos, conservándolos y restituyéndolos al liqui­
darse la operación.3
Cuando se establece el premio en beneficio del reportado se había
de deporto.
4. OBLIGACIONES ESPECIALES DEL REPORTADOR
Tiene las siguientes: a) Ejercitar por cuenta del reportado el derecho
opcional que los títulos de crédito atribuyan, siempre y cuando el repor­
tado le provea de los fondos suficientes dos días antes, por lo menos, al
vencimiento del plazo señalado para el ejercicio del derecho de opción
(art. 261 LTOC); b) Ejercitar por cuenta del reportado, salvo pacto en
contrario, los derechos accesorios correspondientes a los títulos dados
en reporto y a acreditar al reportado los dividendos o intereses que se
paguen sobre dichos títulos durante el reporto, para ser liquidados al
vencimiento de la operación (art. 262 LTOC).
5. OBLIGACIONES ESPECIALES DEL REPORTADO
Cuando durante el plazo del reporto deba ser pagada alguna exhibi­
ción sobre los títulos de crédito objeto del mismo, el reportado deberá
proporcionar al reportador los fondos necesarios, por lo menos, con dos
días de anticipación a la fecha en que la exhibición haya de ser pagada.
3 Rodríguez R odríguez , Curso de derecho mercantil,
T. II, p. 524.
405
EL REPORTO
Cuando el reportado no cumpla con esta obligación, el reportador pue­
de proceder desde luego a liquidar el reporto (art. 263 LTOC).
6. PLAZO DEL REPORTO
Al llegar el vencimiento, el reporto puede extinguirse, prorrogarse o
renovarse. Se prorroga si la operación continúa en las mismas condicio­
nes. Se renueva si se redacta un nuevo contrato en el que se introduz­
can variantes respecto del primitivo.4
De acuerdo con el artículo 265 de la LTOC, el plazo del reporto en
ningún caso será mayor de cuarenta y cinco días. Sin embargo, la ope­
ración podrá ser prorrogada una o más veces, sin que la prórroga su­
ponga la celebración de un nuevo contrato. Es suficiente al efecto la
simple mención "prorrogado”, suscrita por las partes, en el documento
en que se haya hecho constar la operación primitiva.
Cuando no se haya señalado expresamente el plazo de la operación,
el reporto se entenderá pactado para liquidarse el último día hábil del
mismo mes en que la operación se celebre, a menos que la fecha de cele­
bración sea posterior al día 20 del mes, en cuyo caso se entenderá pac­
tado para liquidarse el último día hábil del mes siguiente, (art. 264
LTOC).
Si el prim er día hábil siguiente a la expiración del plazo en que el
reporto debe liquidarse, el reportado no liquida la operación ni ésta es
prorrogada, se tendrá por abandonada y el reportador podrá exigirle
desde luego el pago de las diferencias que resulten a su cargo (art. 266
LTOC).
4 A l d r i g h e t t i , Técnica bancaria, p. 130.
;
P
i
i
C a pítu lo XVI
EL CONTRATO DE CUENTA CORRIENTE
1. CONCEPTO
El artículo 302 de la LTOC define el contrato de cuenta corriente en
los siguientes términos: en virtud del contrato de cuenta corriente, los
créditos derivados de las remesas recíprocas de las partes se anotan
como partidas de abono o de cargo en una cuenta, y sólo el saldo que
resulta a la clausura de la cuenta constituye un crédito exigible y dis­
ponible.
Las comisiones y los gastos por los negocios a que la cuenta se refie­
re se incluirán en ésta, salvo convenio en contrario (art. 303 LTOC).
La institución de la cuenta corriente se ha formado en la práctica
mercantil. Mediante el contrato de cuenta corriente las partes persiguen
la finalidad de limitar o disminuir sus pagos en efectivo. Así, en efecto,
dos comerciantes que tengan constantes relaciones de negocios podrán
convenir en no exigirse el pago de sus créditos recíprocos, derivados de
las remesas que se hagan, sino en inscribirlos o anotarlos en una cuen­
ta, y exigir solamente el saldo que resulte a su clausura o cierre.
El contrato de cuenta corriente es puramente consensual; su cele­
bración no requiere formalidad alguna, basta simplemente el consenti­
miento de las partes.
2. LAS REMESAS
Se entiende por remesa, dice Cervantes Ahumada,1 no sólo el envío mate­
rial que haga un cuentacorrientista al otro, sino toda operación que motive
una anotación en la cuenta corriente, por producir un crédito contra algu­
na de las partes.
Morando, por su parte, afirma:
No es remesa el valor, el efecto y mucho menos la mercancía que un cuen­
tacorrientista envió al otro; tampoco está representada la remesa por la
* Títulos y operaciones de crédito, p. 261.
408
ELEMENTOS DE DERECHO MERCANTIL MEXICANO
operación, por el negocio jurídico, que hace nacer la relación obligatoria
singular que deberá ser regulada por la cuenta corriente. La operación,
el negocio jurídico, no son propiamente la remesa, ésta es precisamente el
crédito que de aquéllos resulta.
3. EFECTOS DEL CONTRATO
DE CUENTA CORRIENTE
Fundamentalmente, la cuenta corriente produce el efecto de que
una vez anotados en ella los créditos derivados de las remesas que recí­
procamente se hacen las partes, tales créditos dejan de ser exigibles in­
dividualmente considerados, siéndolo tan sólo el saldo que resulte des­
pués de operar su compensación.
Esto es, por virtud del contrato de cuenta corriente, los créditos re­
cíprocos de las partes se compensan, haciéndose sólo exigible el saldo
que aparezca a cargo de uno de los cuentacorrientistas.
El crédito por el saldo será un crédito líquido y exigible a la vista o
en los términos pactados en el contrato correspondiente (art. 308 LTOC).
Desde luego, salvo pacto en contrario, la inscripción de un crédito
en la cuenta corriente no excluye las acciones o excepciones relativas a
la validez de los actos o contratos de que proceda la remesa. Cuando el
acto o contrato sean anulados, la partida correspondiente se cancelará
en la cuenta (art. 304 LTOC).
Salvo reserva expresa para el caso de insolvencia del deudor, la ins­
cripción en cuenta de un crédito contra tercero se entiende definitiva y
a riesgo de quien recibe la remesa (art. 306 LTOC).
Establece el artículo 306 de la LTOC que, a falta de pacto expreso, la
remesa de títulos de crédito se entiende siempre hecha "salvo buen co­
bro”. Es ésta una aplicación del principio general contenido en el art. 7o
de la LTOC, que dispone que los títulos de crédito dados en pago se pre­
sumen recibidos bajo la condición “salvo buen cobro”.
Si existe la cláusula “salvo buen cobro", expresa o tácita, y el crédito
no es pagado a su vencimiento, el que recibió el crédito podrá, a su elec­
ción, asentar en la cuenta la contrapartida correspondiente, restituyen­
do el título, o ejercitar las acciones que de éste se deriven (art. 306
LTOC).
El cuentacorrientista que incluya en la cuenta un crédito garantiza­
do con prenda o hipoteca, tendrá derecho a hacer efectiva la garantía
por el importe del crédito garantizado, en cuanto resulte acreedor del
saldo (art. 305 LTOC). Cuando hubiere fiadores o coobligados, éstos que­
darán obligados en los términos de sus contratos por el monto de ese
crédito en favor del cuentacorrientista que hubiere hecho la remesa y en
cuanto éste resulte acreedor del saldo (art. 305 LTOC).
el
CONTRATO DE CUENTA CORRIENTE
409
4. CLAUSURA DE LA CUENTA Y TERMINACIÓN
DEL CONTRATO
La clausura de la cuenta para la liquidación del saldo debe efectuar­
se, salvo pacto o uso en contrario, cada seis meses (art. 308 LTOC).
Si posteriormente a la clausura de la cuenta el saldo es llevado a
una nueva cuenta, causará intereses al tipo convenido para las otras re­
mesas, y en caso contrario, al tipo legal (art. 308 LTOC). Cuando el con­
trato termina por la clausura de la cuenta, deberá entregarse el saldo al
cuentacorrientista que resulte acreedor.
El contrato de cuenta corriente termina: a) Al vencimiento del plazo
convenido; b) Cuando sea por tiempo indeterminado, por denuncia que
haga cualquiera de las partes en cada época de clausura de la cuenta,
debiendo dar aviso al otro cuentacorrientista, por lo menos diez días
antes de la fecha de la clausura (art. 310 LTOC).
La muerte o incapacidad superveniente de uno de los cuentacorrientistas no supone la terminación del contrato sino cuando sus herederos
o representantes, o el otro cuentacorrientista, opten por su terminación
(art. 310 LTOC).
En lugar oportuno examinaremos el efecto de la quiebra sobre el
contrato de cuenta corriente.
5. RECTIFICACIONES
Las acciones para la rectificación de los errores de cálculo, de las
omisiones o duplicaciones, prescriben en el término de seis meses, a
partir de la clausura de la cuenta (art. 309 LTOC).
6. EMBARGO DE LA CUENTA CORRIENTE
Dispone el artículo 307 de la LTOC que el acreedor de un cuentaco­
rrientista puede pedir el aseguramiento y la adjudicación del saldo
eventual de la cuenta corriente.~En este caso, añade, no podrán tomarse
en consideración con respecto al embargante, desde la fecha del asegu­
ramiento, las partidas de cargo correspondientes a operaciones nuevas.
No se considerarán como operaciones nuevas las que resulten de un de­
recho del otro cuentacorrientista ya existente en el momento del em bar­
go, aun cuando todavía no se hubieren hecho las anotaciones respecti­
vas en la cuenta.
El cuentacorrientista contra el que se hubiere dictado el embargo
debe notificarlo al otro cuentacorrientista, y éste tendrá derecho a pedir
desde luego la terminación de la cuenta (art. 307 LTOC).
C a pít u l o XVII
LA CARTA DE CRÉDITO
1. CONCEPTO
Es una operación de crédito que consiste en la orden de pago que expresa
en un documento girado por una persona (dador) al destinatario, para que
éste ponga a disposición de persona determinada (el beneficiario), una can­
tidad fija o varias cantidades indeterminadas, pero comprendidas en un
máximo cuyo límite se señala en el mismo documento.1
Esta definición encuentra su base en el artículo 311 de la LTOC, que
dispone que las cartas de crédito deberán expedirse en favor de persona
determinada y no serán negociables y que expresarán una cantidad fija
o varias cantidades indeterminadas, pero comprendidas en un máximo
cuyo límite se señalará precisamente.
Las cartas de crédito no son títulos de crédito: no son negociables, no
se aceptan ni son protestables, ni confieren a sus tenedores derecho algu­
no contra las personas a quienes van dirigidas (arts. 311 y 312 LTOC).
Nuestra LTOC las considera entre las operaciones de crédito; pero
opinamos que no tienen este carácter en los casos en que el tomador
haya dejado en poder del dador el importe de la carta de crédito.
2. ELEMENTOS PERSONALES
Lo son el dador, el destinatario y el beneficiario o tomador.
El dador es la persona que emite o suscribe la carta de crédito.
El destinatario es la persona a quien la carta de crédito va dirigida
y que debe entregar su importe, en la forma pactada, al beneficiario. En
las cartas de crédito puede designarse un solo destinatario o varios.
En este último caso se habla de cartas de crédito circulares.
El tomador o beneficiario es la persona designada en la carta de
crédito para recibir su importe.
1 R o d r íg u e z R o d r íg u e z , C u r s o d e d e r e c h o m e r c a n ti l, T. 11, p. 526.
411
412
ELEMENTOS DE DERECHO MERCANTIL MEXICANO
3. DERECHOS Y OBLIGACIONES
El beneficiario, salvo el caso de que previamente haya entregado al
dador el importe de la carta de crédito, deberá restituir dicho importe
en la forma pactada, otorgando, en su caso, las garantías necesarias
para ese efecto.
El tomador no tendrá derecho alguno contra el dador sino cuando
haya dejado en su poder el importe de la carta de crédito, o sea su
acreedor por ese importe, en cuyo caso el dador estará obligado a resti­
tuir el importe de la carta si ésta no fuere pagada, y a pagar, además,
los daños y perjuicios. En el caso de que el tomador hubiere garantizado
el importe de la carta de crédito, y ésta no fuere pagada, el dador estará
obligado al pago de los daños y perjuicios, cuyo monto no excederá en
ningún caso de la décima parte del importe de la suma que no hubiere
sido pagada, además de los gastos causados por el aseguramiento o
fianza (art. 313 LTOC).
El tomador en ningún caso tendrá acción para reclam ar al destina­
tario el importe de la carta de crédito (art. 312 LTOC). Entre ellos no
existe relación jurídica.
Por su parte, el dador deberá restituir al destinatario las sumas que
haya entregado al beneficiario. Así, dispone el artículo 315 de la LTOC
que el que expida una carta de crédito quedará obligado hacia la perso­
na a cuyo cargo la dio por la cantidad que ésta pague en virtud de la
carta, dentro de los límites fijados en la misma.
4. REVOCACIÓN Y EXTINCIÓN DE LAS CARTAS
DE CRÉDITO
El dador, salvo en el caso de que el tomador haya dejado el importe
de la carta de crédito en su poder, lo haya garantizado o sea su acree­
dor por dicho importe, podrá anularla en cualquier tiempo, poniéndolo
en conocimiento del tomador y del destinatario o destinatarios (art. 314
LTOC).
El plazo de las cartas de crédito, salvo pacto en contrario, será de
seis meses, contados desde la fecha de su expedición. Transcurrido el
plazo establecido en la carta de crédito o, en su defecto, el de seis meses
a que nos hemos referido, la misma quedará cancelada (art. 316 LTOC).
C apítulo X V III
EL CRÉDITO CONFIRMADO
1. CONCEPTO
En virtud del contrato de crédito confirmado, el acreditante se obli­
ga directamente en favor de un tercero (beneficiario) por cuenta del so­
licitante del crédito (acreditado) (art. 317 LTOC).
Es una figura frecuentemente empleada en las relaciones nacidas
del comercio internacional. El acreditante generalmente es una institu­
ción de crédito.
Los exportadores extranjeros que venden sus mercancías a empre­
sas mexicanas, concediéndoles a veces plazo para el pago de su precio,
exigen una carta o escrito de confirmación de un banco, el cual pagará
el precio o aceptará los títulos de crédito que lo documenten, una vez
recibidas las mercancías o los documentos representativos de las mis­
mas, cuya entrega se haya establecido.
Dice Rodríguez Rodríguez1 que es éste un contrato de apertura de
crédito en el que, por definición, el acreditado no recibe su importe,
sino que el mismo se transmite a un tercero beneficiario contra entrega
de ciertos documentos representativos.
El crédito confirmado puede ser de dinero o de firma.
2. FORMA
El crédito confirmado debe constar por escrito (art. 317 LTOC).
Normalmente esta operación se documenta: a) Con la solicitud de
crédito que formula el acreditado al acreditante; b) El escrito de confir­
mación que el acreditante debe remitir al tercero beneficiario.
' Curso de derecho mercantil, T. II, p. 510.
413
414
ELEMENTOS DE DERECHO MERCANTIL MEXICANO
3. OBLIGACIONES, DERECHOS
Y RESPONSABILIDADES DEL ACREDITANTE
El acreditante queda obligado frente al tercero beneficiario en los
términos del escrito de confirmación.
El acreditante es responsable frente al solicitante del crédito, de
acuerdo con las reglas del mandato {art. 319 LTOC).
Cuando la operación no sea ejecutada directamente por el acredi­
tante sino por persona que él designe, será responsable de los actos de
ésta (art. 319 LTOC).
El acreditante podrá oponer al beneficiario las excepciones deriva­
das del escrito de confirmación y, salvo lo dispuesto en dicho escrito, las
que nazcan de las relaciones entre el beneficiario y el que pidió el crédi­
to. En ningún caso podrán ser opuestas al beneficiario las excepciones
que resulten de las relaciones entre el acreditante y el acreditado (art.
320 LTOC).
4. OBLIGACIONES DEL SOLICITANTE
El solicitante o acreditado queda obligado a devolver al acreditante
las cantidades que éste haya pagado al beneficiario por cuenta de aquél
o a hacer oportunamente la suficiente provisión para cubrir los títulos
de crédito que haya suscrito.
El solicitante no podrá revocar el crédito (art. 317 LTOC).
5. OBLIGACIONES Y DERECHOS
DEL BENEFICIARIO
El beneficiario deberá cumplir las obligaciones que se estipulen a su
cargo en el escrito de confirmación del crédito. Por ejemplo, entregar al
acreditante los documentos representativos de las mercancías vendidas
y los demás establecidos (carta de porte o conocimiento de embarque,
certificado de depósito, "factura, póliza de seguro).
El beneficiario, salvo estipulación en contrario, podrá transferir el
crédito abierto a su favor. En este caso, quedará sujeto a todas las obli­
gaciones que en el escrito de confirmación del crédito se hayan estipula­
do a su cargo (art. 318 LTOC).
C a pítu lo XIX
LOS DEPÓSITOS BANCARIOS
1. GENERALIDADES
Tienen el carácter de depósitos bancarios los recibidos por las insti­
tuciones de crédito.
Los depósitos bancarios se encuentran regulados por la LIC y por
las llamadas "condiciones generales” establecidas por las instituciones
de crédito para este tipo de operaciones pasivas. Dichas “condiciones
generales" respecto a los depósitos a la vista, retirables en días preesta*
blecidos y de ahorro podrán ser modificadas por la institución confor­
me a las disposiciones aplicables, mediante aviso dado con treinta días
de anticipación, por escrito, a través de publicaciones en periódicos de
amplia circulación. Tratándose de incrementos al importe de las comi­
siones, así como de nuevas comisiones que pretendan cobrar, se estará a
lo dispuesto en la Ley para la Transparencia y Ordenamiento de los Ser­
vicios Financieros (arts. 56, 57 y 58, LIC).
2. DEPÓSITOS BANCARIOS DE DINERO
Son los que tienen por objeto precisamente dinero, en moneda na­
cional o en divisas o monedas extranjeras.
A.
D e p ó s i t o s r e g u l a r e s e ir r e g u l a r e s
Los depósitos bancarios de dinero pueden ser regulares o irre­
gulares.
Son depósitos irregulares los que transfieren al depositario la pro­
piedad del dinero depositado y lo obligan a restituir la suma depositada
en la misma especie (art. 267 LTOC).
El depósito es regular cuando no transfiere la propiedad del dinero
depositado al depositario. Esto sucede cuando el dinero se deposita en
caja, saco o sobre cerrado, en cuyo caso el retiro del depósito quedará
sujeto a los términos y condiciones que en el contrato respectivo se ha­
yan pactado (art. 268 LTOC).
415
1
416
ELEMENTOS DE DERECHO MERCANTIL MEXICANO
B. D e p ó s it o s a la v ist a a p l a z o y c o n p r e v io a v iso
Los depósitos de dinero a la vista podrán ser retirados por el depo­
sitante, total o parcialmente, en cualquier tiempo después de su consti­
tución. Cuando el depósito se constituya sin mención especial de plazo,
se entenderá reti rabie a la vista (art. 271 LTOC).
Tienen el carácter de depósitos de dinero a plazo aquellos en que la
institución depositaria solamente tiene la obligación de restituirlos una
vez transcurrido el término establecido en el contrato respectivo.
Estos depósitos pueden retirarse a plazo fijo o con previo aviso. En
el primer caso, el depósito podrá retirarse precisamente al vencimiento
del término estipulado. En el segundo, el depósito podrá retirarse en un
plazo determinado, a partir de la fecha en que el depositante dé el aviso
correspondiente al depositario. Cuando al constituirse el depósito pre­
vio aviso no se señale plazo, se entenderá que es retirable al día hábil
siguiente a aquel en que se dio el aviso (art. 271 LTOC).
C.
D e p ó s it o s a la v ista e n c u e n t a d e c h e q u e s
a) Concepto
Son los más frecuentes en la práctica bancaria. Los depósitos de
dinero constituidos a la vista se entenderán entregados, salvo convenio
en contrario, en cuenta de cheques (art. 269 LTOC).
En los depósitos a la vista en cuenta de cheques el depositante tiene
derecho a hacer libremente remesas en efectivo para abono de su cuenta
y a disponer, total o parcialmente, de la suma depositada, mediante
cheques librados a cargo de la institución depositaría (art. 269 LTOC).
b) Apertura de la cuenta
La cuenta de cheques descansa en un depósito a la vista.1 Es requi­
sito previo para la apertura de una cuenta de cheques, que se deposite
en una institución de crédito autorizada una suma de dinero, retirable a
la vista.
Las cuentas de cheques podrán ser abiertas a nombre de personas
físicas o morales. Podrán abrirse a nombre de una o varias personas
(cuentas colectivas).
c) Abonos
El depositante podrá acrecentar su cuenta mediante remesas de.di- _
ñero o de títulos de crédito. Aunque para esto último requerirá autori1 R o d ríg u ez R o d ríg u ez, C u r s o d e d e r e c h o m e r c a n ti l, T. II, p. 475.
LOS D EPÓ SITO S BANCARIOS
4 17
zación del depositario, entendiéndose hechos los abonos "salvo buen co­
bro” (art. 269 LTOC).
Los depósitos en cuenta de cheques se comprobarán únicamente
con recibos del depositario o con anotaciones hechas por él en las libre­
tas que al efecto deberá entregar a los depositantes (art. 274 LTOC).
d) Retiros
El depositante podrá retirar o disponer del depósito, total o parcial­
mente, mediante el libramiento de cheques a cargo de la institución de
crédito depositaría (art. 269 LTOC).
El estudio del cheque lo haremos en la parte relativa a los títulos de
crédito.
La persona que tenga abierta a su nombre una cuenta de cheques,
podrá autorizar a terceros para hacer disposiciones de la suma de regis­
tros especiales que lleve la institución depositaría (art. 57 LIC).
Asimismo, los clientes de las instituciones de crédito podrán domici­
liar el pago de bienes y servicios en las cuentas de depósito a la vista y
de ahorro. Los clientes podrán autorizar los cargos directamente a la
institución de crédito o a los proveedores de los bienes o servicios.
Los depósitos recibidos en cuentas colectivas a nombre de dos o
más personas, podrán ser devueltos a cualquiera de ellas o por su or­
den, a menos que se hubiere pactado lo contrario (firma mancomunada,
por ejemplo).
3. LOS DEPÓSITOS DE AHORRO
Se entiende por tales los depósitos bancarios de dinero con interés
capitalizable (art. 59 LIC).
Se comprobarán estos depósitos con las anotaciones en la libreta
especial que las instituciones depositarías deberán proporcionar gratui­
tamente a los depositantes. Las libretas contendrán los datos que seña­
len las "condiciones generales" respectivas, y serán títulos ejecutivos en
contra de la institución depositaría, sin necesidad de reconocimiento de
firma ni otro requisito previo alguno (art. 59 LIC).
Las cuentas de ahorro podrán ser abiertas a favor de menores de
edad. En ese caso, las disposiciones de fondos solamente podrán ser he­
chas por los representantes del titular (art. 59, LIC).
Los derechos derivados por los depósitos e inversiones y sus intere­
ses a que se refiere este artículo, sin movimiento en el transcurso de
tres años contados a p artir de que estos últimos se depositen en la cuen­
ta global, cuyo importe no exceda por cuenta, al equivalente a trescien­
tos días de salario mínimo general vigente en el Distrito Federal, pres­
418
ELEM EN TO S DE D ER EC H O MERCANTIL MEXICANO
cribirán en favor del patrimonio de la beneficencia pública. Las
instituciones estarán obligadas a enterar los recursos correspondientes
a la beneficencia pública dentro de un plazo máximo de quince días
contados a partir del 31 de diciembre del año en que se cumpla el su­
puesto previsto en este párrafo (art. 61, LIC).
4. DEPÓSITOS BANCARIOS DE TÍTULOS
Pueden ser regulares o irregulares; simples (de mera custodia) o en
administración.
El depósito bancario de títulos, dice el artículo 276 de la LTOC, no
transfiere la propiedad al depositario, a menos que por convenio escri­
to, el depositante lo autorice a disponer de ellos, con obligación de resti­
tuir otros tantos títulos de la misma especie.
El depósito regular de títulos (o sea el que no transfiere la propie­
dad de los mismos al depositario) puede ser simple o en administración.
En el primero, el depositario queda obligado a la mera conservación
material de los títulos (art. 277 LTOC).
Cuando se haya pactado expresamente que el depósito se constituye
en administración, el depositario deberá efectuar el cobro de los títulos
y practicar todos los actos necesarios para la conservación de los dere­
chos que aquellos confieran al depositante (arts. 277 y 278 LTOC). Cuan­
do haya que ejercitar derechos accesorios u opcionales, o efectuar exhi­
biciones o pagos de cualquier clase en relación con los títulos
depositados, el depositario deberá ejercitarlos o efectuarlos por cuenta
del depositante; pero este último deberá proveerlo de los fondos necesa­
rios dos días antes, por lo menos, al vencimiento del plazo señalado
para el ejercicio del derecho opcional o de la fecha en que la exhibición
o pago deba ser hecho (arts. 261, 262, 263 y 278 LTOC).
En lo conducente serán aplicables a los depósitos de títulos las dis­
posiciones de los artículos 269 a 272, 274 y 275 de la LTOC, dictadas en
materia de depósitos bancarios de dinero, que ya hemos examinado
(art. 279 LTOC).
C a pít u l o XX
EL SERVICIO DE CAJAS DE SEGURIDAD
1. CONCEPTO Y NATURALEZA
El servicio de cajas de seguridad obliga a la institución que lo pres­
ta, a responder de la integridad de las cajas y mediante el pago de la
contraprestación correspondiente y mantener el libre acceso a ellas en
los días y horas hábiles (art. 78 LIC).
La doctrina ha encontrado en esta operación los caracteres de un
contrato de depósito, de arrendamiento o de prestación de servicios.
Nuestra legislación la regula como un contrato peculiar, dentro de los
llamados servicios bancarios u operaciones bancarias neutrales.
Cervantes Ahumada1ha descrito esta operación:
El banco —dice— construye en su edificio una bóveda acorazada, general­
mente con estructura exterior de cemento armado y con planchas de acero
en el interior. En la pared interior de la bóveda se encuentran empotradas,
en forma conveniente, cajas de acero de tamaños adecuados, numeradas y
cada una con su llave doble. En el interior de cada compartimiento se en­
cuentra otra caja de lámina más delgada, que suele cerrarse con un peque­
ño candado. El banco concede al cliente el uso de la caja; el cliente recibe
una llave y el banco se guarda la otra, para que la caja no pueda ser abierta
sin la cooperación de un empleado del banco. El acceso de la bóveda al ex­
terior está controlado por una gran puerta de acero, con mecanismo de
relojería, que sólo permite la apertura de la bóveda a determinadas horas.
Durante esas horas de servicio, llega el cliente, y previa identificación, el
empleado coopera con él a la apertura de la caja. El cliente saca la caja in­
terior y va a un local reservado, donde realiza el movimiento que desea. El
empleado del banco no sabe ni él contenido de la caja ni el movimiento que
en el contenido haga el cliente. De esta manera, y en el más absoluto secre­
to, los clientes de) banco pueden guardar en lugar seguro sus bienes valio­
sos, como documentos y joyas.
1 Títulos y operaciones de crédito, p. 323.
419
420
ELEM EN TOS DE D ER ECH O M ERCANTIL MEXICANO
2. OBLIGACIONES DE LAS PARTES
Las condiciones generales y el contrato que para la prestación de
este servicio celebren las instituciones de crédito; deberán estipular con
claridad las causas, formalidades y requisitos que se observarán para
que la institución pueda proceder ante notario público, a la apertura y
desocupación de la caja, así como lo relativo a la custodia de los bienes
extraídos (art. 78 LIC).
El tomador de la caja es responsable por todos los gastos, daños y
perjuicios que origine a la institución con motivo de su uso (art. 78 LIC).
t
C a pítu l o XXI
EL FIDEICOMISO
1. CONCEPTO Y NATURALEZA
El fideicomiso encuentra su antecedente inmediato en el “trust"
angloamericano.
El artículo 381 de la LTOC define —o mejor dicho, describe— la ins­
titución que nos ocupa. Dice así: en virtud del fideicomiso, el fideicomitente transmite a una institución fiduciaria la propiedad o la titularidad
de uno o más bienes o derechos, según sea el caso, para ser destinados
a fines lícitos y determinados, encomendando la realización de dichos
fines a la propia institución fiduciaria.
Lo anterior significa que la institución fiduciaria puede disponer a
plenitud de los bienes o derechos que se le transmiten en virtud del fi­
deicomiso, lo que permite que el mismo tenga su máximo provecho. Di­
cha disposición plena de los bienes y derechos de que se trate tiene un
destino o fin que se establecerá en forma precisa en el contrato respecti­
vo, es decir, el fideicomitente transmite la propiedad o titularidad -de
aquéllos para que sean destinados a determinado fin, que deberá, ade­
más, ser lícito. Será entonces la voluntad de las partes la que establezca
los límites de los derechos de propiedad de que gozará la fiduciaria.
La doctrina, generalmente, considera al fideicomiso como un nego­
cio fiduciario. "Entendemos por negocio fiduciario —dice Barrera
Graf— aquel en virtud del cual una persona transmite plenamente a
otra ciertos bienes o derechos, obligándose ésta a afectarlos a ia realiza­
ción de una finalidad lícita determinada y, como consecuencia de dicha
finalidad, obligándose a retransm itir dichos bienes o derechos a favor
de un tercero o revenirlos en favor del transmitente."
Nuestros autores han definido el fideicomiso en diversas formas.
Rodríguez Rodríguez2 afirma que el fideicomiso es “un negocio jurídico
en virtud del cual se atribuye al fiduciario la titularidad dominical so1 'Dos estudios del fideicomiso* en Estudios de derecho mercantil, p. 317.
1 Curso de derecho mercantil, T. II, p. 531.
421
422
E L EM EN T O S D E D ER EC H O M ERCANTIL MEXICANO
bre ciertos bienes, con la limitación, de carácter obligatorio, de realizar
sólo aquellos actos exigidos para el cumplimiento del fin para la realiza­
ción del cual se destinan”.
Por su parte, Cervantes Ahumada3 dice que "el fideicomiso es un
negocio jurídico por medio del cual el fideicomitente constituye un pa­
trimonio autónomo, cuya titularidad se atribuye al fiduciario, para la
realización de un fin determinado".
En síntesis, el fideicomiso es un negocio jurídico en virtud del cual
una persona —física o moral—, denominada fideicomitente, destina bie­
nes o derechos a la realización de una finalidad lícita y determinada, y
encarga la realización de esa finalidad a una institución fiduciaria, que
se convierte en titular del patrimonio integrado por aquellos bienes o
derechos.
2. ELEMENTOS PERSONALES
Tres son las personas que pueden intervenir en el fideicomiso: el fi­
deicomitente, el fiduciario y el fideicomisario (o beneficiario).
A. E l f i d e ic o m it e n t e
E s la persona que constituye el fideicomiso, esto es, la persona que
destina determinados bienes o derechos a la realización del fin lícito y
determinado, cuya realización encarga al fiduciario.
Dice el artículo 385 de a LTOC, que sólo pueden ser fideicomitentes las personas con capacidad para transm itir la propiedad o la ti­
tularidad de los bienes o derechos objeto del fideicomiso, según sea el
caso, así como las autoridades judiciales o administrativas competentes
para ello.
B . E l f id u c ia r io
El fiduciario es la persona encargada por el fideicomitente de reali­
zar el fin del fideicomiso. El fiduciario se convierte en titular del patri­
monio constituido por los bienes o derechos destinados a la realización
de tal finalidad.
Establece el artículo 385 de la LTOC que sólo pueden ser institu­
ciones fiduciarias las expresamente autorizadas para ello conforme
a la ley.
Antes de la reforma a la LTOC, publicada en el D.O. con fecha 13 de
junio de 2003, la misma señalaba que sólo las instituciones autorizadas
conforme a la Ley General de Instituciones de Crédito podían ser fidu3 T í t u l o s y o p e r a c i o n e s d e c r é d ito , p. 310.
EL FID EIC O M ISO
423
ciarías. Dicha reforma permite entonces que se amplíe esta figura a
otras instituciones, si así los señalaran las leyes respectivas, como por
ejemplo el caso de la LIF, que autoriza a las instituciones de fianzas
para ser fiduciarias en fideicomisos de garantía, que se analizarán más
adelante, o bien que se limite, de conformidad con las prohibiciones que
establecen diversos ordenamientos a determinadas instituciones, inclu­
so de crédito, para ser fiduciarias en algunos supuestos.
Ahora bien, recordemos que el artículo 46 de la LIC faculta a las
instituciones de crédito para practicar las operaciones de fideicomiso a
que se refiere la Ley General de Títulos y Operaciones de Crédito.
En el fideicomiso podrán intervenir varias instituciones fiduciarias
para que conjunta o sucesivamente desempeñen el cargo de fiduciario,
estableciendo el orden y las condiciones en que hayan de substituirse.
Salvo lo que se prevea en el fideicomiso, cuando por renuncia o remo­
ción la institución fiduciaria concluya el desempeño de su cargo, deberá
designarse a otra institución fiduciaria que la substituya. Si no fuere
posible esta substitución, el fideicomiso se dará por extinguido, ya que
no puede subsistir éste sin fiduciaria.
La institución fiduciaria está obligada a rendir cuentas de su ges­
tión, cuando así sea requerida para ello por el fideicomisario o sus re­
presentantes legales y a falta de aquéllos, por el Ministerio Público, sin
perjuicio de que el fideicomitente pueda reservarse en el acto constituti­
vo del fideicomiso o en sus modificaciones, el derecho para dicha ac­
ción. Asimismo, corresponden al fideicomisario o sus representantes le­
gales, o en su caso, al Ministerio Público, las acciones para exigir la
responsabilidad de las instituciones de crédito y para pedir la remoción
de las mismas, salvo cuando el fideicomitente se haya reservado dicha
acción para sí en los términos mencionados (art. 84, LIC).
La institución fiduciaria puede ser removida de su encargo en los
casos siguientes: a) Cuando, al ser requerida en los términos menciona­
dos, no rinda cuentas de su gestión dentro de un plazo de quince días
hábiles; b) cuando sea declarada por sentencia ejecutoriada, culpable de
las pérdidas o menoscabo que sufran los bienes dados en fideicomiso; c)
cuando en los mismos términos, sea declarada responsable de esas pér­
didas o menoscabo por negligencia grave.
Debe recordarse que en caso de que la fiduciaria designada resulte
removida de su encargo o bien, ésta renuncie al mismo, deberá desig­
narse otra institución fiduciaria que la sustituya y, para el caso de que
no fuera posible la sustitución, el fideicomiso de dará por extinguido.
Además, las instituciones de crédito que actúen como fiduciarias
responderán civilmente por los daños y perjuicios que ocasionen por la
falta de cumplimiento en las condiciones o términos señalados en el
contrato respectivo o la normatividad legal aplicable (art. 80, LIC).
424
ELEM EN TOS DE D ER ECH O M ERCANTIL MEXICANO
La institución fiduciaria tendrá todos los derechos y acciones que se
requieran para el cumplimiento del fideicomiso, salvo las normas o li­
mitaciones que se establezcan al efecto, al constituirse el mismo; estará
obligada a cumplir dicho fideicomiso conforme al acto constitutivo; no
podrá excusarse o renunciar su encargo sino por causas graves a juicio
de un Juez de Primera Instancia del lugar de su domicilio, y deberá
obrar siempre como buen padre de familia, siendo responsable de las
pérdidas o menoscabos que los bienes sufran por su culpa (art. 391,
LTOC).
De conformidad con el artículo 80 de la LIC, en los fideicomisos, las
instituciones de crédito desempeñarán su cometido y ejercitarán sus fa­
cultades por medio de sus delegados fiduciarios.
Además, en el acto constitutivo del fideicomiso o en sus reformas, se
podrá prever la formación de un comité técnico, dar reglas para su fun­
cionamiento y fijar sus facultades. Cuando la institución de crédito obre
ajustándose a los dictámenes o acuerdos de dicho comité, estará libre
de toda responsabilidad.
En las operaciones de fideicomiso, las instituciones abrirán contabi­
lidades especiales por cada contrato, debiendo registrar en las mismas y
en su propia contabilidad el dinero y demás bienes, valores o derechos
que se les confíen, así como los incrementos o disminuciones, por los
productos o gastos respectivos. Los saldos de la contabilidad de la insti­
tución de crédito deberán coincidir, invariablemente, con los de las con­
tabilidades especiales (art. 79, LIC).
C. E l f id e ic o m is a r io
El fideicomisario (o beneficiario) es la persona que recibe el prove­
cho que del fideicomiso deriva. Esto es, "el fideicomisario es el sujeto de
derecho favorecido por el fideicomiso”.4 Así, dice el artículo 382 de la
LTOC, que pueden ser fideicomisarios las personas que tengan la capaci­
dad necesaria para recibir el provecho que el fideicomiso implica.
El fideicomisario puede designarse por el fideicomitente en el acto
mismo de constitución del fideicomiso o en acto posterior. El fideicomi­
so será válido aunque se constituya sin señalar fideicomisario, siempre
que su fin sea lícito y determinado, y conste la aceptación del encargo
por parte del fiduciario.
Será nulo el fideicomiso que se constituye a favor del fiduciario, sal­
vo en el caso de los fideicomisos que tengan por fin servir como instru­
mentos de pago de obligaciones incumplidas, en el caso de créditos
otorgados por la propia institución para la realización de actividades
* PINTADO R iv e r o ,
D erechos
y obligaciones del fiduciario, p. 56.
425
EL FID EIC O MIS O
empresariales. En este supuesto, las partes deberán convenir los térmi­
nos y condiciones para dirim ir posibles conflictos de intereses, así como
en los demás casos que señalen las disposiciones legales aplicables.
El fideicomitente puede designar varios fideicomisarios para que re­
ciban simultánea o sucesivamente el provecho del fideicomiso, salvo el
caso de aquéllos fideicomisos en los cuales el beneficio se conceda a di­
versas personas sucesivamente que deban substituirse por muerte de la
anterior, pues ese tipo de fideicomiso está expresamente prohibido por
el artículo 394 de la LTOC, exceptuándose de esta prohibición el caso de
que la substitución se realice en favor de personas que estén vivas o
concebidas ya, a la muerte del fideicomitente. Cuando sean dos o más
fideicomisarios y deba consultarse su voluntad, en cuanto no esté pre­
visto en el fideicomiso, las decisiones se tomarán por mayoría de votos
computados por representaciones y no.por personas. En caso de empa­
te, decidirá el juez de primera instancia del lugar del domicilio del fidu­
ciario (art. 383. LTOC).
El fideicomisario tiene los siguientes derechos: a) Exigir el cumpli­
miento del fideicomiso a la institución fiduciaria; b) Atacar la validez de
los actos que dicha institución cometa en su perjuicio, de mala fe o en
exceso de las facultades que por virtud del acto constitutivo o de la ley le
correspondan; c) Reivindicar los bienes que a consecuencia de tales ac­
tos hayan salido del patrimonio del fideicomiso. Hay que aclarar que no
se trata propiamente de una acción reivindicatoría, que sólo correspon­
dería al propietario —y el beneficiario no lo es—, sino simplemente de
una mera acción persecutoria; d) En general, los derechos que se le con­
cedan por virtud del acto constitutivo del fideicomiso (art. 390 LTOC).
En el caso de que no exista fideicomisario designado o cuando éste
sea incapaz, el ejercicio de los derechos a que nos hemos referido co­
rresponderá al que ejerza la patria potestad, al tutor o al Ministerio
Público, según el caso (art. 390 LTOC).
3. EL PATRIMONIO FIDEICOMETIDO
Dice el artículo, 390 de )a LTOC, que pueden ser objeto del fideico­
miso toda clase de bienes y derechos, salvo aquellos que conforme a la
ley sean estrictamente personales de su titular.
En relación a este punto, diversos teóricos se han abocado a anali­
zar la titularidad de la propiedad de los bienes fideicomitidos. “La pro­
piedad de los bienes fideicomitidos es un punto constantemente debati­
do; el centro, podríamos decir, de todos los debates doctrinales y
judiciales que se han originado sobre la interpretación del fideicomiso."5
5 MOLINA PasQUEL, Ensayos sobre la propiedad en el trust, M éx ic o , 1951, p . 3.
426
ELEM EN TO S DE D ER ECH O M ERCANTIL MEXICANO
Rodríguez Rodríguez6 afirma que el fideicomiso "crea una nueva es­
tructura en el derecho de propiedad”. El fideicomiso implica una trans­
lación de dominio en favor del fiduciario. Los bienes fideicomitidos for­
man un patrimonio separado, un patrimonio fin o de afectación, del
que es titular jurídico el fiduciario, “porque él aunque dueño temporal y
revocable es el dueño. Titulares económicos, el fideicomisario y el fidei­
comitente, porque a ellos van los beneficios de la propiedad y la propie­
dad misma al concluirse el fideicomiso.”
Por su parte, Cervantes Ahumada7 sostiene que los bienes fideicomi­
tidos constituyen un patrimonio autónomo, cuya titularidad se atribuye
al fiduciario, para la realización de un fin determinado. Y entiende por
patrimonio autónomo: “un patrimonio distinto de otros, y distinto, so­
bre todo, de los patrimonios propios de quienes intervienen en el fidei­
comiso... A ninguno de los tres elementos personales puede ser atribuible el patrimonio constituido por los bienes fideicomitidos, sino que se
trata de un patrimonio afectado a un fin determinado, que se encuentra
por tanto fuera de la situación normal en que los patrimonios se en­
cuentran colocados". Concluye el autor citado que el fiduciario no es
propietario sino titular del patrimonio fideicometido.
Así, el artículo 386 de la LTOC señala que toda clase de bienes y de­
rechos pueden ser objeto de fideicomiso, con excepción de aquellos que
conforme a la ley, sean estrictamente personales. Los bienes que se den
en fideicomiso se considerarán afectos al fin a que se destinan y, en
consecuencia, sólo podrán ejercitarse respecto a ellos los derechos y ac­
ciones que al mencionado fin se refieran, salvo los que expresamente se
reserve e! fideicomitente, los que para él deriven del fideicomiso mismo
o los adquiridos legalmente respecto de tales bienes, con anterioridad a
la constitución del fideicomiso, por el fideicomisario o por terceros.
Recordemos que al inicio del presente apartado señalamos que la
institución fiduciaria puede disponer a plenitud de los bienes o derechos
que se le transmiten en virtud del fideicomiso pero que esto se hará
siempre de coR&rmklad con el destino o fin que se establezca en el
contrato.
Así, los bienes o derechos fideicomitidos salen del patrimonio del fi­
deicomitente, pero para colocarse en una situación de patrimonio de
afectación, limitada por el objeto mismo del fideicomiso, del que será
titular la institución fiduciaria, quien podrá ejercer la titularidad en la
medida señalada en el acto constitutivo o sus ulteriores modificaciones
y de las leyes respectivas y sólo en cuanto se refiere a la realización de
la finalidad pactada.
6 Curso de derecho mercantil, T. II, p. 533.
7 Títulos y operaciones, de crédito, pp. 310 y 311.
i
427
EL FIDEICOMISO
Así, la institución fiduciaria deberá registrar contablemente dichos
bienes o derechos y mantenerlos en forma separada de sus activos de li­
bre disponibilidad.
El fideicomiso constituido en fraude de terceros, podrá en todo
tiempo ser atacado de nulidad por los interesados.
4. LA FINALIDAD
El fideicomitente es libre para establecer el fin a cuya realización
debe destinarse el patrim onio fideicometido. Pero en todo caso ese
fin debe ser lícito y determinado (art. 381, LTOC).
5. FORMA
El fideicomiso, según dispone el artículo 387 de la LTOC debe cons­
tar siempre por escrito.
6. PUBLICIDAD Y EFECTOS
El fideicomiso cuyo objeto recaiga en bienes inmuebles deberá ins­
cribirse en el Registro Público de la Propiedad del lugar en que los bie­
nes se encuentren ubicados, y surte efecto contra terceros precisamente
desde la fecha de su inscripción (art. 388, LTOC).
Cuando el fideicomiso recaiga en bienes muebles, surtirá efectos
contra tercero desde la fecha en que se cumplan los requisitos siguien­
tes: a) SÍ se tratare de un crédito no negociable o de un derecho perso­
nal, desde que el fideicomiso fuere notificado al deudor; b) Si se tratare
de un título de crédito nominativo, desde que se endose y entregue a la
institución fiduciaria y se haga constar la transmisión en los registros
del emisor, en su caso; c) Si se tratare de cosa corpórea o de títulos al
portador, desde que estén en poder de la institución fiduciaria (art. 389,
LTOC).
7. EXTINCIÓN DEL FIDEICOMISO
Y SUS CONSECUENCIAS
Son causas de extinción del fideicomiso: a) La realización del fin
para el cual fue constituido; b) La imposibilidad de realizarlo; c) La im­
posibilidad del cumplimiento de la condición suspensiva de que depen­
da o cuando la misma no se haya cumplido dentro del plazo señalado al
constituirse el fideicomiso o, en su defecto, dentro de los veinte años si­
guientes a su constitución; d) El cumplimiento de la condición resoluto­
ria a que haya quedado sujeto; e) Por convenio escrito entre fideicomi-
428
ELEMENTOS DE DERECHO MERCANTIL MEXICANO
tente, fiduciario y fideicomisario; f) Por revocación hecha por e]
fideicomitente, cuando éste se haya reservado expresamente ese dere­
cho al constituir el fideicomiso; g) En el caso de los fideicomisos consti­
tuidos en fraude de terceros, cuando sea atacada de nulidad; h) En el
supuesto de que a la institución fiduciaria no se le haya cubierto la con­
traprestación debida, en los términos establecidos en el contrato respec­
tivo, por un periodo igual o superior a tres años, caso en el cual la insti­
tución fiduciaria podrá dar por terminado, sin responsabilidad, el
fideicomiso, en los términos señalados por el artículo 392 Bis de la
LTOC; i) Por renuncia o remoción de la institución fiduciaria en los tér­
minos ya mencionados, sin que se sustituya ésta (arts. 385, 392 y 392
Bis, LTOC y 84 LIC).
Una vez extinguido el fideicomiso, si no se pactó lo contrario, los
bienes o derechos en poder de la institución fiduciaria serán transmiti­
dos al fideicomitente o al fideicomisario, según corresponda. En caso
de duda u oposición respecto de dicha transmisión, el juez de primera
instancia competente en el lugar del domicilio de la institución fiducia­
ria, oyendo a las partes, resolverá lo conducente. Para que la transmi­
sión antes citada surta efectos tratándose de inmuebles o de derechos
reales impuestos sobre ellos, bastará que la institución fiduciaria así lo
manifieste y que esta declaración se inscriba en el Registro Público de
la Propiedad en que aquél hubiere sido inscrito. Las instituciones fidu­
ciarias indemnizarán a los fideicomitentes por los actos de mala fe o en
exceso de las facultades que les corresponda para la ejecución del fidei­
comiso, por virtud del acto constitutivo o de la ley, que realicen en per­
juicio de estos (art. 393, LTOC).
8. FIDEICOMISOS PROHIBIDOS
En los términos del artículo 394 de la LTOC, quedan prohibidos: a)
Los fideicomisos secretos; b) Aquellos en los cuales el beneficio se con­
ceda a diversas personas sucesivamente que deban substituirse por
muerte de la anterior, salvo el caso de que la substitución se realice én
favor de personas que estén vivas o concebidas ya, a la muerte del fidei­
comitente; y c) Aquéllos cuya duración sea mayor de cincuenta años,
cuando se designe como beneficiario a una persona moral que no sea de
derecho público o institución de beneficencia. Sin embargo, pueden
constituirse con duración mayor de cincuenta años cuando el fin del fi­
deicomiso sea el mantenimiento de museos de carácter científico o ar­
tístico que no tengan fines de lucro.
429
EL FIDEICOMISO
9. LOS FIDEICOMISOS DE GARANTÍA
En la reforma a la LTOC publicada en el D.O. el 23 de mayo de 2000
se adicionaron a la misma, disposiciones que regulan un tipo especial
de fideicomiso, denominado fideicomiso de garantía (arts. 395 al 407,
LTOC).
De acuerdo con el artículo 395 de la LTOC, un fideicomiso de garan­
tía es el que tiene por finalidad garantizar al fideicomisario el cumpli­
miento de una obligación y su preferencia en el pago. Se regirá por las
reglas generales sobre fideicomisos, ya abordadas, en tanto no se opon­
gan a sus disposiciones especiales, que contienen las siguientes especifi­
cidades.
En los fideicomisos de garantía sólo pueden fungir como fiduciarias
las Instituciones y sociedades siguientes: a) Instituciones de crédito; b)
Instituciones de seguros; c) Instituciones de fianzas; d) Casas de bolsa;
e) Las sociedades financieras de objeto múltiple (SOFOMS), a las que ya
se hizo referencia con anterioridad; f) Almacenes generales de depósito;
g) Uniones de crédito (art. 395, LTOC).
Las instituciones de seguros, las de fianzas, las casas de bolsa y los
almacenes generales de depósito, p ara poder actuar como fiduciarias en
este tipo de fideicomisos, deberán cantar con el capital mínimo adicio­
nal que para dicho efecto determine la Secretaría de Hacienda y Crédi­
to Público, mediante disposiciones de carácter general, previa opinión
de las Comisiones Nacional Bancaria y de Valores y de Seguros y Fian­
zas, dependiendo del tipo de institución, así como con autorización que
otorgará discrecionalmente dicha secretaría (art. 85 Bis, LIC). Además,
dichas instituciones, al actuar como fiduciarias, deberán administrar
las operaciones de fideicomiso abriendo contabilidades especiales por
cada contrato donde se registrarán el dinero y demás bienes, valores o
derechos que se les confíen, sus incrementos y disminuciones. En nin­
gún caso dichos bienes estarán afectos a otras responsabilidades que
las derivadas del fideicomiso mismo o las que contra ellos correspon­
dan a terceros y se sujetarán (arts. 79 y 80 LIC).
En este tipo de fideicomiso, las instituciones que pueden fungir
como fiduciarias podrán reunir la calidad de fiduciarias y fideicomisa­
rias, tratándose de fideicomisos cuyo fin sea garantizar obligaciones a su
favor. En este supuesto, las partes deberán convenir los términos y con­
diciones para dirim ir posibles conflictos de intereses (art. 396, LTOC).
Esta disposición ha sido severamente criticada y calificada de desa­
tinada por diversos estudiosos del derecho pues se considera que el he­
cho de que la calidad de fiduciaria y fideicomisaria recaiga en la misma
persona dará siempre lugar a conflicto de interés, lo que dará lugar a
reclamaciones considerables lo que implica un alto riesgo para las ope­
430
ELEMENTOS DE DERECHO MERCANTIL MEXICANO
raciones respectivas. AI respecto, afirma Suayfeta Ozaeta,8 que “el fidei­
comiso de garantía, por razones fáciles de comprender, ha sido en la
práctica el más impugnado en lo que se refiere a la venta que en acata­
miento a la obligación contraída en el contrato debe llevar a cabo el fi­
duciario, de los bienes fideicomitidos, en caso de incumplimiento del
fideicomitente deudor... ahora (con la reforma), el riesgo de que la ac­
tuación de la fiduciaria sea combatida se incrementa volviéndose más
probable, por no decir inminente y con mayor justificación, sobre todo
si se toma en cuenta el principio consagrado por la lógica y la doctrina,
de que el fideicomisario es, en estricto derecho, un acreedor del fiducia­
rio: tiene frente a éste un crédito personal y al fundirse en una misma
institución las dos calidades, ésta se convierte en deudora y acreedora
de sí misma, produciéndose la confusión de derechos", continúa el autor
señalando que “se le ha restado confiabilidad a una institución que en
cuanto constituye una encomienda de confianza, su desempeño se fun­
damenta esencialmente en la imparcialidad, lealtad y buena fe con que
debe actuar el fiduciario, pero si en éste se reúne también el carácter de
fideicomisario, es decir, se permite que el fideicomiso se constituya en
su propio beneficio, la figura pierde credibilidad y prestigio porque es­
tará siempre en duda que la actuación de la institución como fiduciaria
se lleve a cabo respetando esas condiciones; no habrá seguridad algu­
na de que la institución mandataria, que en el fondo eso viene a ser
una fiduciaria, actúe realmente en beneficio de quien le hizo lá enco­
mienda; se tendrá siempre el justificado temor de que lo haga en prove­
cho propio, a lo cual ética y jurídicamente debería por principio estar
impedida".
En atención a lo anterior, debe destacarse que siempre será preferi­
ble que se opte por una institución diferente a la que sea acreedora para
que actúe como fiduciaria dentro de un fideicomiso que garantice una
obligación.
Cuando así se pacte, un mismo fideicomiso podrá ser utilizado para
garantizar simultánea o sucesivamente diferentes obligaciones que el fi­
deicomitente contraiga, con un mismo o distintos acreedores, a cuyo
efecto cada fideicomisario estará obligado a notificar a la institución fi­
duciaria que la obligación a su favor ha quedado extinguida, en cuyo
caso quedarán sin efectos los derechos que respecto de él se derivan del
fideicomiso. La notificación deberá entregarse mediante fedatario pú­
blico a más tardar a los cinco días hábiles siguientes a la fecha en la que
se reciba el pago. A partir del momento en que el fiduciario reciba la
mencionada notificación, el fideicomitente podrá designar un nuevo fi­
*
SUAYFETA OZAETA, L o s reformas a la Ley General de Títulos y Operaciones de Crédi­
to. Nuevo e irresponsable atentado a la institución del fideicomiso, México, 2002, p. 1
EL FIDEICOMISO
431
deicomisario o manifestar a la institución fiduciaria que se ha realizado
el fin para el cual fue constituido el fideicomiso y por tanto dar por fi­
nalizado el mismo. El fideicomisario que no entregue oportunamente al
fiduciario la notificación mencionada, resarcirá al fideicomitente los da­
ños y perjuicios que con ello le ocasione (art. 397 LTOC).
En los fideicomisos de garantía sobre bienes muebles, las partes po­
drán convenir que el o los fideicomitentes tengan derecho a: a) Hacer
uso de los bienes fideicomitidos, los combinen o empleen en la fabrica­
ción de otros bienes, siempre y cuando en estos dos últimos supuestos
su valor no disminuya y los bienes producidos pasen a formar parte del
fideicomiso de garantía en cuestión; b) Percibir y utilizar los frutos y
productos de los bienes fideicomitidos, y c) Instruir al fiduciario la ena­
jenación de los bienes fideicomitidos, sin responsabilidad para éste,
siempre y cuando dicha enajenación sea acorde con el curso normal de
las actividades del fideicomitente. En estos casos cesarán los efectos
de la garantía fiduciaria y los derechos de persecución con relación a
los adquirentes de buena fe, quedando afectos al fideicomiso los bienes
o derechos que el fiduciario reciba o tenga derecho a recibir en pago
por la enajenación de los referidos bienes.
El derecho que tengan el o los fideicomitentes para instruir al fidu­
ciario la enajenación de los bienes muebles materia del fideicomiso con­
forme al párrafo anterior, quedará extinguido desde el momento en que
se inicie el procedimiento previsto p a r a la venta extrajudicial que se de­
tallará más adelante, o bien cuando e l fiduciario tenga conocimiento del
inicio de cualquiera de los procedimientos de ejecución previstos en el
Libro Quinto Título Tercero Bis del Código de Comercio sobre los pro­
cedimientos especiales de ejecución de l a prenda sin transmisión de po­
sesión y del fideicomiso de garantía ( a r t. 398, LTOC).
Para efectos de lo señalado en los dos párrafos que anteceden, las
partes deberán de convenir desde la constitución del fideicomiso: a) En
su caso, los lugares en que deberán encontrarse los bienes fideicomiti­
dos; b) Las contraprestaciones mínimas que deberá recibir el fiduciario
por la venta o transferencia de los bienes muebles referidos; c) La perso­
na o personas a las que el fiduciario, p o r instrucciones del fidéicomitente, podrá vender o transferir dichos bienes, pudiendo, en su caso, seña­
lar las características o categorías que perm itan identificarlas, así como
el destino que el fiduciario deberá d a r al dinero, bienes o derechos que
reciba en pago; d) La información que el fideicomitente deberá entregar
al fideicomisario sobre la transformación, venta o transferencia de los
mencionados bienes; e) La forma de valuar los bienes señalados, y f) Los
términos en los que se acordará la revisión del aforo pactado, en el caso
de que el bien o bienes dados en garantía incrementen su valor. En ca­
so de incumplimiento a los convenios celebrados con base en este ar­
432
ELEMENTOS DE DERECHO MERCANTIL MEXICANO
tíc u lo , el c r é d ito g a r a n t iz a d o p o r el fid e ic o m is o s e te n d r á p o r v e n c id o
a n ti c ip a d a m e n te ( a r t. 399, LTOC).
Además, las partes podrán convenir que la posesión de bienes en fi­
deicomiso se tenga por terceros o por el fideicomitente. Cuando corres­
ponda al fideicomitente o a un tercero la posesión material de los bienes
fideicomitidos, la tendrá en calidad de depósito y estará obligado a con­
servarlos como si fueran propios, a no utilizarlos para objeto diverso de
aquel que al efecto hubiere pactado y a responder de los daños que se
causen a terceros al hacer uso de ellos. Tal responsabilidad no podrá
ser exigida al fiduciario, siendo en todo caso por cuenta del fideicomi­
tente los gastos necesarios para la debida conservación, reparación, ad­
ministración y recolección de los bienes fideicomitidos. Si los bienes fi­
deicomitidos se pierden o se deterioran, el fideicomisario tiene derecho
de exigir al fideicomitente, cuando éste sea el deudor de la obligación
garantizada, la transmisión en fideicomiso de otros bienes o el pago de
la deuda aun antes del plazo convenido (art. 4 0 0 r LTOC).
En el fideicomiso de garantía, las partes podrán convenir la forma
en que la institución fiduciaria procederá a enajenar extrajudicialmente, a título oneroso, los bienes o derechos en fideicomiso, siempre que,
cuando menos, se pacte lo siguiente: a) Que la institución fiduciaria ini­
cie el procedimiento de enajenación extrajudicial del o los bienes o dere­
chos en fideicomiso, cuando reciba del o los fideicomisarios comunica­
ción por escrito en la que soliciten la mencionada enajenación y precisen
el incumplimiento de la o las obligaciones garantizadas; b) Que la insti­
tución fiduciaria comunique por escrito al o los fideicomitentes en el
domicilio señalado en el fideicomiso o en acto posterior, la solicitud pre­
vista en la fracción anterior, junto con una copia de la misma, quienes
únicamente podrán oponerse a la enajenación, si exhiben el importe del
adeudo, acreditan el cumplimiento de la o las obligaciones precisadas
en la solicitud por el o los fideicomisarios de conformidad con la frac­
ción anterior, o presentan el documento que compruebe la prórroga del
plazo o la novación de la obligación; c) Que sólo en caso de que el o los
fideicomitentes no acrediten, de conformidad con lo previsto en el pun­
to anterior, el cumplimiento de la o las obligaciones garantizadas o, en
su caso, su novación o prórroga, la institución fiduciaria procederá a
enajenar extrajudicialmente el o los bienes o derechos fideicomitidos, en
los términos y condiciones pactados en el fideicomiso, y d) Los plazos
para llevar a cabo los actos señalados en las fracciones anteriores.
A falta del convenio mencionado deberá procederse conforme a los
procedimientos de ejecución de la prenda sin transmisión de posesión y
del fideicomiso de garantía, previstos por el Código de Comercio para la
realización de los siguientes actos: a) La enajenación de los bienes en fi­
deicomiso que en su caso deba llevar a cabo el fiduciario, o b) La trami­
EL FIDEICOMISO
4 33
tación del juicio que se promueva para oponerse a la ejecución del
fideicomiso.
Sobre la forma del fideicomiso de garantía que se refiera a bienes
muebles, cuando el monto de éste sea igual o superior al equivalente en
moneda nacional a doscientas cincuenta mil unidades de inversión, las
partes deberán ratificar sus firmas ante fedatario público (art. 404,
LTOC).
La acción del acreedor garantizado con un fideicomiso de garantía
prescribe en tres años contados desde la fecha en que se haya dado por
vencida, la obligación garantizada. En este caso se extinguirá el dere­
cho a pedir su cumplimiento y se reintegrará la propiedad de los bienes
objeto de la garantía al patrimonio del fideicomitente (art. 405, LTOC).
T
T e r c e r a P ar te
LOS TÍTULOS DE CRÉDITO
1
i;
i
i;
Ca p ít u l o I
CONCEPTOS GENERALES
1. TERMINOLOGÍA
La denominación títulos de crédito ha sido criticada por la doctrina
(entre nosotros: Tena, Mantilla Molina, Rodríguez Rodríguez), por con­
siderarla inexacta en cuanto a la expresión del contenido o naturaleza
de tales documentos. Se propone p a ra sustituir dicha denominación
la de "títulos valores”, adoptada por nuestra vigente LCM.
Sin embargo, considerando que las expresiones propuestas para
sustituir a la de "títulos de crédito” son igualmente inexactas y por apego
a nuestra tradición jurídica, emplearemos la denominación “títulos de
crédito", que ha sido acogida por la legislación especial sobre esta mate­
ria: esto es, por la Ley General de Títulos y Operaciones de Crédito.
Diremos, con Salandra,' que "la calificación de títulos de crédito, a
falta de otra más exacta en nuestro lenguaje jurídico, puede ser acogida,
porque corresponde al modo de ser específico de tales documentos."
2. FUNCIONES
Los títulos de crédito tienen una función jurídica y una función eco­
nómica, inseparables.
Ha dicho Ascarelli,2 que los títulos de crédito representan la mejor
contribución del derecho mercantil a la economía moderna.
Por lo que se refiere a la función económica de los títulos de crédito,
diremos que el gran desarrollo de la vida económica contemporánea
tiene como fundamento el crédito que, en síntesis, como afirma
Langle,3 puede explicarse como el conjunto de operaciones que sumi­
nistran riqueza presente a cambio de un reembolso futuro. Pues bien,
los títulos de crédito sirven fundamentalmente para documentar tales
créditos. Y esta documentación, mediante los títulos de crédito, se reali1 Curso de derecho mercantil, p. 119.
2 Teoría general de los títulos de crédito, México, 1947, p. 3.
1 Manual de derecho mercantil, Barcelona. 1954, T. II, p. 72.
437
438
ELEMENTOS DE DERECHO MERCANTIL MEXICANO
za con estas grandes ventajas: a) Por una parte, con seguridad; b) Por
otra, en forma fácilmente transmisible, lo que permite la negociación
del crédito antes de la fecha en que la prestación consignada en el título
es exigible. Todo ello promueve la circulación de la riqueza y explica la
importancia de la función económica de los títulos de crédito.
Respecto a la función jurídica de los títulos de crédito, nos remiti­
mos a lo que se dirá sobre su naturaleza, concepto y caracteres.
3. NATURALEZA
Los títulos de crédito pueden ser considerados bajo estos tres aspec­
tos a) Como actos de comercio; b) Como cosas mercantiles; c) Como
documentos.
A.
LOS TÍTULOS DE CRÉDITO COMO ACTOS DE COMERCIO
El artículo Io de la LTOC dispone que la emisión, expedición, endo­
so, aval o aceptación de títulos de crédito, y las demás operaciones que
en ellos se consignen, son actos de comercio. Por su parte, el artículo 75
del Cód. com., fracciones XIX y XX, considera actos de comercio: los
cheques, letras de cambio, valores u otros títulos a la orden o al porta­
dor. En todos estos casos, la calificación mercantil del acto es estricta­
mente objetiva, con independencia de la calidad de la persona que lo
realiza. Así, tan acto de comercio será el libramiento de un cheque, si es
hecho por un comerciante, como si lo realiza quien no tenga ese
carácter.
B . LOS TÍTULOS DE CRÉDITO COMO COSAS MERCANTILES
El artículo 1° de la LTOC establece que son cosas mercantiles los tí­
tulos de crédito. Pero ha dicho Rodríguez Rodríguez,4 "se diferencian
de todas las demás cosas mercantiles en que aquéllos (los títulos de cré­
dito), son documentos; es decir, medios reales de representación gráfica
de hechos". Tienen, además, el carácter de cosas muebles, en los térmi­
nos de nuestra legislación común.
C. LOS TÍTULOS DE CRÉDITO COMO DOCUMENTOS
La ley y la doctrina consideran que los títulos de crédito son docu­
mentos (art. 5o de la LTOC, entre otros muchos). Pero lo son de una na­
turaleza especial.
4 Curso de derecho mercantil, T. I, p. 238.
439
CONCEPTOS GENERALES
Existen los documentos meramente probatorios, cuya función con­
siste en demostrar en forma gráfica la existencia de alguna relación ju­
rídica, misma que, a falta de tales documentos, podrá ser probada por
cualquier otro medio admisible en derecho.
Por otra parte, encontramos los documentos llamados constitutivos,
que son aquellos indispensables para el nacimiento de un derecho. Esto
es, se dice que un documento es constitutivo cuando la ley lo considera
necesario, indispensable, para que determinado derecho exista. Es de­
cir, sin el documento no existirá el derecho, no nacerá el derecho. Así, el
artículo 5o de la LTOC califica a los títulos de crédito como documentos
necesarios para ejercitar el derecho literal en ellos consignado.
Por tanto, los títulos de crédito son documentos constitutivos, por­
que sin el documento no existe el derecho; pero, además, el documento
es necesario para el ejercicio del derecho, y por ello se habla de docu­
mentos dispositivos:
Son docum entos constitutivos en c u a n to la red acció n de aquellos es esen­
cial p a ra la existencia del derecho, p e r o tiene u n c a rá c te r esp ecial en c u a n ­
to el derecho vin cu la su su e rte a la d e l docum ento. En este sentido puede
decirse que el d ocum en to es n e c e sa rio p a ra el nacim iento, p a ra el ejercicio
y p a ra la tran sm isió n dei derecho, p o r lo que co n razó n se h ab la de d ocu­
m entos dispositivos.5
4. CONCEPTO
Nuestra LTOC, en su artículo 5o, define a los títulos de crédito como
los documentos necesarios para ejercitar el derecho literal que en ellos
se consigna. Esta definición, como se ha repetido, está directamente
inspirada en la de Vivante,6 para quien el título de crédito es "un docu­
mento necesario para ejercitar el derecho literal y autónomo expresado
en el mismo”.
Por su parte, Salandra7 afirma que el título de crédito "es el docu­
mento necesario para ejercitar (función de legitimación) y transferir
(función de transmisión) el derecho en él mencionado, el cual, por efecto
de la circulación y en tanto que ésta tiene lugar por los medios propios de
los títulos de crédito, se considera litera] y autónomo frente a quienes lo
adquieren de buena fe”.
3 Curso de derecho mercantil, T. I, p. 2554 Tratado de derecho mercantil, Madrid, 1933, T. III, p. 136.
7 Curso de derecho mercantil, p. 138.
440
ELEMENTOS DE DERECHO MERCANTIL MEXICANO
5. CARACTERES DE LOS TÍTULOS DE CRÉDITO
Se señalan como caracteres comunes de los títulos de crédito: a) La
incorporación; b) La legitimación; c) La literalidad; d) La autonomía.
A.
I n c o r p o r a c ió n
Se dice que el derecho está incorporado al título de crédito, porque
se encuentra tan íntimamente ligado a él, que sin la existencia de dicho
título tampoco existe el derecho ni, por tanto, la posibilidad de su
ejercicio.
El derecho no se p u ed e exigir ni tra n sm itir, dice L angle,8 sin el docum ento,
y, a su vez, cu a n d o se d ispone del d o cu m en to se h a disp u esto del derecho
m a terializa d o en él m ism o.
La in co rp o ració n del d erech o al d o cu m en to es ta n ín tim a, a firm a Cer­
vantes A h u m ad a,9 que el d erech o se convierte en algo acceso rio del d o cu ­
m ento... el d o cu m en to es lo p rin cip al y el d erech o lo accesorio: el derecho
ni existe ni puede e jercitarse, si no es en función del docum ento.
Gráficamente expone Tena10 que "la incorporación... consiste en el
consorcio indisoluble del título con el derecho que representa... entre
el derecho y el título existe una cópula necesaria..., el primero va incor­
porado en el segundo".
B. L egitimación
Los títulos de crédito otorgan a su tenedor el derecho de exigir las
prestaciones en ellos consignadas. La posesión y presentación del título
de crédito legitima a su tenedor: lo faculta para ejercitar el derecho y
exigir la prestación.
La p rim e ra función q u e cum ple el títu lo em itid o es la de se rv ir de m edio
exclusivo de legitim ación p a ra el ejercicio del d erech o en él consignado...
P or legitim ación o in v estid u ra form al... se e n tien d e el p o d e r de e jercitar un
_ derech o , in d ep en d ien tem en te de ser o no su titu la r. Así pues, la función de
legitim ación de los títu lo s de créd ito no co n siste e n p ro b a r q u e el beneficia­
rio o d ete n ta d o r es titu la r del d erech o en él d o cu m en tad o , sin o en a trib u ir
a éste el p o d e r de h a c e rlo v aler."
En su aspecto pasivo, se habla también de legitimación, que opera a
favor del deudor, el que se libera cuando paga al tenedor legítimo.
8 Manual de derecho mercantil español, T. II, p. 78.
9 Títulos y operaciones de crédito, pp. 18 y 19.
10 Derecho mercantil mexicano, T. II, p. 19.
11 SALANDRA, Curso de derecho mercantil, p. 128.
441
CONCE PTOS G E N E R A L E S
C. L it e r a l id a d
El artículo 5o de la LTOC, se refiere a "derecho literal”. De ello se
desprende que el derecho y la obligación contenida en un título de cré­
dito están determinados estrictamente por el texto literal del documen­
to. O más claramente: “El derecho es tal y como resulta del título, según
lo que en él aparece consignado, o lo que es expresamente invocado por
el mismo y, por tanto, cognoscible a través de él.”12
D. Au t o n o m ía
Se dice que el derecho incorporado a un título de crédito es autóno­
mo, porque al ser transmitido aquel título atribuye a su nuevo tenedor
un derecho propio e independiente y, consecuentemente, el deudor no
podrá oponerle las excepciones personales que podría haber utilizado
contra el tenedor anterior. Esto es, los obligados no podrán oponer al
último tenedor las excepciones personales que pudieran haber formula­
do contra los tenedores precedentes.
6. LOS LLAMADOS TÍTULOS IMPROPIOS
Aquellos documentos no destinados a circular, que desempeñen úni­
camente la función de identificar a quien tiene derecho a exigir la pres­
tación que en ellos se hace constar (boletos, contraseñas, fichas, billetes
de lotería, etc.), a los que la doctrina conoce con el nombre de "títulos
impropios”, no son títulos de crédito y, consecuentemente, no les son
aplicables las disposiciones de la LTOC. Así lo establece expresamente el
artículo 6o de dicha ley.
11 LANGLE, M anual de derecho mercantil español, T. II, p. 81.
C a p ítu lo
II
EXCEPCIONES Y DEFENSAS OPONIBLES
CONTRA LAS ACCIONES DERIVADAS
DE LOS TÍTULOS DE CRÉDITO
1. GENERALIDADES
El artículo 8o de la LTOC dispone que contra las acciones derivadas
de un título de crédito sólo pueden oponerse las excepciones y defensas
que en el mismo se enumeran. Esta enumeración tiene carácter limitati­
vo, taxativo, sin que pueda ampliarse por analogía. Asimismo, el artícu­
lo 167 de la LTOC establece que contra la acción cambiaría no pueden
oponerse sino las excepciones y defensas enumeradas en el citado ar­
tículo 8o.
El carácter limitativo de la enumeración de las excepciones y defen­
sas citadas, encuentra su fundamento en los caracteres propios de los
títulos de crédito que ya hemos examinado. Todo ello como protección
de la seguridad del tráfico mercantil, de la buena fe y de la apariencia
jurídica, principios rigurosos en materia de títulos de crédito.
Debemos distinguir entre excepción y defensa. La excepción que su­
pone la existencia de la acción, se dirige a poner un obstáculo temporal
o perpetuo a la actividad del órgano jurisdiccional; la defensa, por el
contrario, es una oposición no a la actividad del órgano jurisdiccional,
sino al reconocimiento del derecho material pretendido en 1a demanda.1
2. EXAMEN DE LAS EXCEPCIONES
Y DEFENSAS OPONIBLES CONTRA LAS ACCIONES
DERIVADAS DE UN TÍTULO DE CRÉDITO
Las excepciones y defensas enumeradas por el artículo 8o de la
LTOC, son las siguientes:
a)
Las de incompetencia y falta de personalidad en el actor y las que
se basen en la falta de las demás condiciones necesarias para el ejerci1 D e P in a , Principios de derecho procesal civil, M éxico, 1957, p. 150.
443
444
E L E M E N T O S DE DER EC H O MERCANTIL MEXICANO
ció de la acción (art. 8o, fracs. I y X, LTOC, y 1403, fracs. IV y V, Cód.
com.).
b) Las que se funden en el hecho de no haber sido el demandado
quien firmó el título (art. 8o, frac. II, LTOC). Este supuesto puede presen­
tarse en los casos de homonimia y de falsificación de firma.
En todo caso, dispone el artículo 12 de la LTOC, que el hecho de que
en un título de crédito aparezcan firmas falsas o de personas imagina­
rias, no invalida las obligaciones derivadas de dicho título en contra de
las demás personas que lo suscriban.
c) Las de falta de representación, de poder bastante o de facultades
legales en quien suscribió el título a nombre del demandado (art. 8o,
frac. III, LTOC).
En los términos del artículo 9o de la LTOC, la representación para
otorgar o suscribir títulos de crédito debe conferirse: a) Mediante poder
inscrito debidamente en el Registro de Comercio, y b) Por simple decla­
ración escrita dirigida al tercero con quien habrá de contratar el repre­
sentante. En el primer caso, la representación se entenderá conferida
respecto de cualquier persona, y en el segundo, sólo respecto de aquella
a quien la declaración haya sido dirigida.
La representación en alguna de las formas indicadas no tendrá más
límites que los fijados en el instrumento o declaración respectivos (art.
9o LTOC).
Se observa que la LTOC, para el otorgamiento de la representación
en materia de títulos de crédito, exige, en todo caso, la forma escrita.
Por su parte, el artículo 85 de la LTOC (aplicable a la letra de cam­
bio, pagarés, cheques, certificados de depósito y bonos de prenda —arts.
174, 196 y 251 LTOC—) dispone que la facultad de obrar en nombre y
por cuenta de otro no incluye la de obligarlo cambiariamente, salvo lo
que disponga el poder o la declaración a que se refiere el artículo 9o ci­
tado. No bastará, pues, en esta materia, ni siquiera el poder amplísimo
para la ejecución de actos de dominio a que se refiere el artículo 2554
del Cód. civ. Sin embargo, hay que advertir que el propio artículo 85 de
la LTOC establece en su segundo párrafo que los administradores o ge­
rentes de sociedades o empresas mercantiles se reputan autorizados
para suscribir los títulos citados a nombre de aquellas por el solo hecho
de su nombramiento, limitando dicha autorización a lo que dispongan
los estatutos o poderes respectivos.
El artículo 90 de la LIC dispone que los poderes otorgados por las
instituciones u organizaciones auxiliares de crédito, de conformidad
con el artículo 2554 del Cód. civ., se entenderá que comprenden la facul­
tad de otorgar, suscribir, avalar y endosar títulos de crédito, aun cuando
no se mencione expresamente dicha facultad.
Así pues, debe establecerse que la falta o insuficiencia de represen­
EX C EP CIO N E S Y D E F E N S A S CONTRA LOS TÍTU LO S DE C RÉDITO
445
tación en quien suscribió el título a nombre del demandado, faculta a
éste para oponer la excepción correspondiente al tenedor, el cual, en
todo caso, tendrá la facultad de reclamar al que se ostentó indebida­
mente como representante. En efecto, el artículo 10 de la LTOC dispone
que el que por cualquier concepto suscriba un título de crédito en nom­
bre de otro, sin poder bastante o sin facultades legales para hacerlo, se
obliga personalmente como si hubiere obrado en nombre propio, sin
perjuicio de que el representado aparente pueda ratificar, tácita o ex­
presamente, los actos del falso representante o del representante
abusivo.
Sin embargo, en determinados supuestos, la facultad de representa­
ción en materia de títulos de crédito no dimana del poder otorgado por
el representado, sino de la consideración que la ley otorga a determ ina­
da situación. La ley se ha visto precisada a reconocer consecuencias ju­
rídicas a ciertas situaciones aparentes, cuando ellas producen efectos
en relación a terceros de buena fe y su desconocimiento supondría per­
juicios graves para dichos terceros.
Así, de acuerdo con el artículo 11 de la LTOC, cuando una persona,
por medio de actos positivos o de omisiones graves, haya dado lugar a
que, conforme a los usos del comercio, pueda inferirse racionalmente que
ha dado facultades bastantes a un tercero para que en su nombre sus­
criba títulos de crédito, no podrá invocar la falta de representación en
contra del tenedor de buena fe, quedando obligada a asum ir y cubrir la
obligación cambiaría como propia. Su comportamiento ha creado una
apariencia que el derecho no puede desconocer en perjuicio de terceros
de buena fe.
d) La de haber sido incapaz el demandado al suscribir el título (art.
8o, frac. IV, LTOC). Tienen capacidad legal para suscribir títulos de cré­
dito todos aquellos que, de acuerdo con Ja legislación mercantil y el de­
recho común, la tienen para contratar; esto es, los mayores de edad que
no se encuentren en estado de interdicción y los comerciantes (art. 39
LTOC).
En todo caso, la incapacidad de alguno de los signatarios de un títu­
lo de crédito no invalida las obligaciones derivadas del mismo en contra
de las demás personas que lo suscriban (art. 12 LTOC).
e) Las fundadas en la omisión de los requisitos y menciones que el
título o el acto en él consignado deben llenar o contener, y la ley no pre­
suma expresamente o no se hayan satisfecho oportunamente (art. 8o,
frac. V, LTOC).
El artículo 14 de la LTOC establece categóricamente que los títulos
de crédito y los actos en ellos consignados, no producirán los efectos
previstos por la ley sino cuando contengan las menciones y llenen los
requisitos que la misma establece o que ella no presuma expresamente.
446
EL E M E N T O S DE D ER EC H O MERCANTIL MEXICANO
Los títulos de crédito son documentos de naturaleza esencialmente
formal. La ley exige para su validez que contengan determinados requi­
sitos y menciones, en ausencia de los cuales no producirán efectos de
títulos de crédito. Esto es, como dice Ascarelli,2 los requisitos legales
que la ley exige para que un documento tenga la calidad de título de
crédito, se imponen bajo pena de nulidad.
Dichas menciones y requisitos de los títulos de crédito y de los actos
en ellos consignados, requeridos para su eficacia, podrán ser satisfechos
por quien en su oportunidad debió llenarlos, hasta antes de la presenta­
ción del título para su aceptación o para su pago (art. 15 LTOC).
f) La alteración del texto del documento o de los actos que consten
en él (art. 8o, frac. VI, LTOC).
Cuando exista alteración del texto de un título de crédito, los signa­
tarios posteriores a ella se obligan según los términos del texto alterado,
y los signatarios anteriores, de acuerdo con el texto original. Cuando no
pudiere comprobarse si una firma fue puesta antes o después de la alte­
ración, se presume que lo fue antes (art. 13 LTOC).
g) Las que se funden en que el título no es negociable (art. 8o, frac.
Vil, LTOC). Oportunamente veremos en qué casos la ley permite que se
limite la transmisión de los títulos de crédito mediante la inserción de
las cláusulas "no a la orden" o “no negociable". El título de crédito que
contenga dicha cláusula no será transmisible por endoso, sino sólo en la
forma y con los efectos de una cesión ordinaria (art. 25 LTOC).
h) Las que se basen en la quita o pago parcial que consten en el tex­
to mismo del título de crédito o en el depósito del importe de la letra de
cambio, en el caso del artículo 132 de la LTOC (art. 8o, frac. VIII, LTOC).
Al respecto, el artículo 17 de la LTOC establece que el tenedor del tí­
tulo tiene la obligación de exhibirlo para ejercitar el derecho que en él
se consigna, y que cuando sea pagado sólo parcialmente o en lo acceso­
rio deberá hacerse mención del pago en el título.
Por su parte, el artículo 132 de la LTOC se refiere al caso de que lle­
gado el vencimiento de una letra de cambio no se exija su pago, supues­
to en el que el girado o cualquiera de los obligados en ella, después de
transcurrido el plazo del protesto, tendrán el derecho de depositar en el
Banco de México su importe a expensas y riesgo del tenedor, y sin obli­
gación de darle aviso.
i) Las que se funden en la cancelación del título, o en la suspensión
de su pago ordenada judicialmente (art. 8o, frac. IX, LTOC).
j) Las de prescripción y caducidad (art. 8o, frac. X, LTOC).
1 Teoría general de los títulos de crédito, p. 31.
EXCEPCIONES Y DEFENSAS CONTRA LOS TÍTULOS DE CRÉDITO
447
La prescripción negativa es, según la define el derecho común, un
medio de librarse de obligaciones, mediante el transcurso del tiempo y
bajo las condiciones establecidas por la ley (art. 1135 Cód. civ.).
La caducidad se produce por la falta de cumplimiento de determi­
nados requisitos que tienden a la conservación de la acción.
Al estudiar en particular los títulos de crédito, estudiaremos en qué
casos y condiciones prescriben y caducan las acciones derivadas de los
mismos.
k) Las personales que tenga el demandado contra el actor (art. 8o,
frac. XI, LTOC).
Cervantes Ahumada3 nos dice al respecto que "basado en los princi­
pios de la buena fe y de la economía de los procesos, el demandado po­
drá oponer contra el actor todas las excepciones que contra él tenga en
lo personal, porque no estaría de acuerdo con tales principios jurídicos,
que primero pagara el demandado para después intentar un nuevo jui­
cio en el que hiciera valer su excepción como acción".
Las excepciones personales tienen la peculiaridad de que sólo pue­
den oponerse a determinada persona, no en razón de su carácter de te­
nedor del título, sino en virtud de la especial relación en que se encuentra
respecto al deudor demandado. “Competen contra una persona como
tal y no como poseedora del título, y son independientes de las relacio­
nes cambiarías formales a cuya existencia permanecen extrañas."4
Son excepciones personales el pago, la compensación, etc.
1 Títulos y operaciones de crédito, pp. 23 y 24.
* La Lumia, cit. T ena, Derecho mercantil mexicano, T. II, p. 160.
C a p ítu l o III
CLASIFICACIÓN DE LOS TÍTULOS DE CRÉDITO
1. CRITERIOS DE CLASIFICACIÓN
Los títulos de crédito son clasificados por la doctrina atendiendo a
diversos criterios: por el carácter del emisor, por los derechos que in­
corporan, por su forma de circulación, por su forma de emisión, etc. A
continuación examinaremos algunas de dichas clasificaciones.
2. TÍTULOS DE CRÉDITO PÚBLICOS Y PRIVADOS
Son títulos de crédito públicos los emitidos por el Estado o institu­
ciones dependientes del mismo (esto es, por personas morales da carác­
ter público; v. gr., Bonos de la Deuda Pública, Bonos del Ahorro Nacio­
nal, Petrobonos, etc.).
Son títulos privados los emitidos por los particulares.
3. NOMINADOS E INNOMINADOS
Se conoce con el nombre de títulos de crédito nominados a aquellos
que están expresamente regulados por la ley y a los cuales ésta da nom­
bre (letra de cambio, cheque, etc.).
Son títulos innominados los que, sin tener regulación legal, han sido
creados por los usos mercantiles (Rodríguez Rodríguez cita como ejem­
plo de éstos a los certificados de participación cinematográfica).
4. ÚNICOS Y CON COPIAS
“Son títulos únicos aquellos que no admiten reproducción. Frente a
éstos existen los títulos duplicables, que son los que al ser creados pue­
den ser emitidos en dos o más ejemplares, que representa una sola de­
claración de voluntad.”1 Por ejemplo, la ley permite que de la letra de
1 Curso de derecho mercantil, T. I, p. 253.
449
450
E L E M E N T O S DE D ER EC H O M ER CA NTIL MEXICANO
cambio sean expedidos uno o varios ejemplares y que se hagan copias
de la misma, con determinados efectos jurídicos (arts. 117 y 122 LTOC).
5. SIMPLES Y COMPLEJOS
Son títulos simples los que representan el derecho a una sola
prestación.
Complejos los que representan diversos derechos.2
Así, en este sentido, una letra de cambio será ejemplo de título sim­
ple; las acciones de las sociedades anónimas constituyen el ejemplo típi­
co de los títulos complejos: representan el variado conjunto de derechos
que integran la calidad de socio.
6. PRINCIPALES Y ACCESORIOS
Son principales los títulos que no se encuentran en relación de de­
pendencia con ningún otro.
Son títulos accesorios los que derivan de un título principal. Las
acciones son ejemplo de los primeros; los cupones a ellas adheridos, de
los segundos.
7. COMPLETOS E INCOMPLETOS
En los primeros, el contenido del derecho a ellos incorporado resul­
ta del texto del documento; esto es, en los títulos completos el derecho
aparece íntegramente en el documento (letra de cambio, pagaré). Se ha­
bla de títulos incompletos cuando hay que recurrir a otro documénto
para conocer todo el contenido del derecho (acciones, obligaciones,
etc.).3
8. INDIVIDUALES Y SERIALES
Los títulos individuales o singulares, dice Salandra,4 son aquellos
que se emiten en cada caso, en relación a una cierta operación que tiene
lugar frente a una persona concreta o determinada (letra de cambio,
cheque, etc.) .
Por el contrario, los títulos seriales o de masa, que constituyen una
serie, nacen de una declaración de voluntad realizada frente a una plu­
ralidad indeterminada de personas (acciones, obligaciones, etc.).
2 SALANDRA, Curso de derecho mercantil, p. 166.
J LaNGLE, Manual de derecho mercantil español, T. II, p. 90.
4 Curso de derecho mercantil, p. 163.
j
i
f
CLASIFICACIÓN DE LOS TÍTULOS DE CRÉDITO
451
9. DE CRÉDITO Y DE PAGO
Se habla de títulos “de crédito”, en un sentido restringido, para refe­
rirse a aquellos que representan o documentan una operación de crédi­
to (v.gr., pagaré), y de títulos "de pago", que son los que constituyen me­
dios aptos para realizar pagos (cheque).
10. ABSTRACTOS Y CAUSALES
Todos los títulos de crédito, como regla general, son creados o emiti­
dos en virtud de una causa determinada (conocida con el nombre de
"relación fundamental” o "negocio subyacente"). Pues bien, aquellos tí­
tulos que hacen referencia a esa causa y, consecuentemente, les son oponibles las excepciones derivadas de la misma, reciben el nombre de títu­
los causales. Otros, por el contrario, se desligan por completo de la
causa que les dio origen; esto es, esa causa es independiente, extraña a
la relación contenida en el título, son ellos los títulos abstractos,
II. DE CRÉDITO, DE PARTICIPACIÓN
Y REPRESENTATIVOS
Son títulos de crédito en sentido estricto, aquellos que consignan un
derecho a prestaciones en dinero (letra de cambio, pagaré); los títulos
de participación son los que contienen o representan un conjunto de
derechos diversos, una compleja situación jurídica (acciones). Los títu­
los representativos consignan el derecho a la entrega de mercancías de­
terminadas o determinados derechos sobre ellas (certificados de
depósito).
Los títulos representativos de mercancías (o de tradición) tienen una
gran importancia por lo que se refiere a su función económica, que tien­
de a facilitar la circulación de tales bienes a través de la simple circula­
ción del documento. Por ejemplo, los certificados de depósito permiten
la circulación económica de las mercancías que representan y que se
encuentran en depósito, disponiendo simplemente de los certificados.
La entrega del título equivale a la entrega de las mercancías, y cual­
quier vínculo que deba establecerse sobre las mismas deberá compren­
der, además, el título que las represente. Así, el artículo 19 de la LTOC
dispone que los títulos representativos de mercancías atribuyen a su po­
seedor legítimo el derecho exclusivo a disponer de las mercancías que
en ellos se mencionen.
La reivindicación de las mercancías representadas por los títulos,
sólo podrá hacerse mediante la reivindicación del título mismo, confor­
me a las normas aplicables al efecto.
I
r
452
EL E M E N T O S DE DER EC H O MERCANTIL MEXICANO
Por su parte, el artículo 20 de la propia LTOC dispone que el secues­
tro o cualesquier otros vínculos sobre el derecho consignado en el títu­
lo, o sobre las mercancías por él representadas, no surtirán efectos si no
comprenden el título mismo.
12. NOMINATIVOS, A LA ORDEN Y AL PORTADOR
Esta clasificación, que encuentra su base en la diferente forma de
circulación de los títulos de crédito, será materia del capítulo siguiente.
F
C a p ít u l o
IV
TÍTULOS NOMINATIVOS,
A LA ORDEN Y AL PORTADOR
1. CRITERIO DE ESTA CLASIFICACIÓN
El artículo 21 de la LTOC dispone que los títulos de crédito podrán
ser, según la forma de su circulación, nominativos o al portador. Como
se observa, nuestra LTOC ha comprendido bajo la categoría de los títu­
los nominativos tanto a los que la doctrina llama propiamente nomina­
tivos como a los títulos a la orden.
Sin embargo, siendo notables las diferencias que separan a los títulos
nominativos propiamente dichos de los títulos a la orden, consideramos
con la doctrina dominante, aceptable la clasificación tripartita que los
divide en: títulos nominativos, títulos a la orden y títulos al portador.
2. TÍTULOS NOMINATIVOS Y A LA ORDEN.
CONCEPTO
Dice el artículo 23 de la LTOC, que son títulos nominativos (com­
prendiendo en esta denominación a los propiamente tales y a los títulos
a la orden) los expedidos a favor de una persona determinada cuyo
nombre se consigna en el texto mismo del documento.
Los títulos nominativos, dice el artículo 25 de la LTOC, se entende­
rán siempre extendidos a la orden, salvo inserción en su texto de la cláu­
sula “no a la orden” o “no negociable."
Pero lo que distingue a los títulos nominativos propiamente dichos
de los títulos a la orden, es el hecho de que los primeros, por prevenirlo
así la ley que los rige, deben ser inscritos en un registro del emisor, y
que éste no estará obligado a reconocer como tenedor legítimo sino a
quien figure como tal a la vez en el título y en el registro (art. 24 LTOC).
La posesión y exhibición de los títulos de esta categoría (los nominativos)
—dice Langle— son necesarias, mas no suficientes, para ejercitar el dere1 Manual de derecho mercantil español, T. II, p. 95.
453
I
)
454
E L E M E N T O S DE D ER ECH O M ERCANTIL M EXICANO
cho; pues h an de ir aco m p a ñ a d o s de un req u isito de in scripción e n el libro
re g istro del em itente. P or ello dícese que es u n a posesión cu alificad a.
La necesidad de la colaboración del emisor para que pueda hacerse
efectivo el derecho consignado en los títulos nominativos, los convierte
en títulos de circulación restringida.
Las acciones nominativas de las sociedades anónimas son un ejem­
plo típico de títulos nominativos. La sociedad, en efecto, sólo considera­
rá como dueño de dichas acciones a quien aparezca inscrito como tal en
el registro correspondiente (arts. 128 y 129 LSM).
El tenedor legítimo de un título nominativo deberá solicitar la anota­
ción correspondiente en el registro del emisor y éste está obligado a
efectuarla.
En síntesis, son nominativos "los títulos expedidos a favor de una
persona determinada, y cuya transmisión no es perfecta sino hasta que­
dar registrada en los libros del deudor" (Vivante).
Por el contrario, los títulos de crédito a la orden no requieren su
inscripción en ningún registro, y para su transmisión es suficiente el
endoso y la entrega del título mismo (art. 26 LTOC).
3.
FORMA DE CIRCULACIÓN
DE LOS TÍTULOS NOMINATIVOS Y A LA ORDEN
Los títulos a la orden son transmisibles por endoso y entrega del tí­
tulo mismo (tradición), sin perjuicio de que puedan transmitirse por
cualquier otro medio legal (art. 26 LTOC). Los títulos nominativos re­
quieren, además, que la transmisión se inscriba en el registro del emi­
sor (art. 24 LTOC).
La transmisión de un título nominativo o a la orden implica, salvo
pacto contrario, además de la del derecho principal en él consignado, la
transmisión de los derechos accesorios (dividendos, intereses, garantías
que consten en el título, etc.) (art. 18 LTOC).
El artículo 38 de la LTOC establece que es propietario de un título
nominativo, o a la orden, la persona a cuyo favor se expida, mientras no
haya algún endoso, y cuando los haya, se considerará propietario al te­
nedor que justifique su derecho mediante una serie ininterrumpida de
aquéllos.
4. EL ENDOSO
La forma de circulación propia de los títulos de crédito nominativos
y a la orden se realiza a través del endoso y la entrega material del do­
cumento. Naturalmente, ello no impide que tales títulos puedan ser
transmitidos por cualquier otro medio legal. Pero solamente cuando el
TÍTU LO S NOMINATIVOS, A LA O RDEN Y AL PORTADOR
455
título es transmitido por endoso, funcionan plenamente los principios
que rigen en esta materia, especialmente el de la autonomía, que impli­
ca la no oponibilidad al endosatario de las excepciones personales que
podrían haberse hecho valer al endosante.
Eí endoso consiste en una anotación escrita en el título o en hoja
adherida al mismo, redactada en forma de orden dirigida al deudor (v.
gr., “Páguese a la orden de X").
El endoso (del latín in dorsum, espalda, dorso), suele escribirse al
dorso del documento, pero nuestra LTOC no contiene ninguna disposi­
ción que imponga su anotación en ese lugar preciso, pudiendo por tanto
hacerse en cualquier parte del título. Lo único que exige nuestra LTOC,
repetimos, es que el endoso conste en el título o en hoja adherida al mis­
mo (art. 29 LTOC).
Garrigues2 ha definido el endoso como la cláusula accesoria e inse­
parable del título en virtud de la cual el acreedor cambiario pone a
otro en su lugar, transfiriéndole el título con efectos limitados o
ilimitados.
5. LOS REQUISITOS DEL ENDOSO
El endoso debe ser puro y simple, esto es, incondicionado (art. 31
LTOC). Ahora bien, el hecho de que el endoso se someta a una condición
no produce su invalidez. Establece al respecto el artículo 31 de la LTOC,
que se tendrá por no escrita cualquier condición a la cual se subordine
el endoso.
El endoso debe ser total, es decir, debe comprender íntegramente el
importe del título. El endoso parcial es nulo, dispone terminantemente
el artículo 31 de la LTOC.
El artículo 29 de la LTOC, establece que el endoso debe reunir los
siguientes requisitos: a) El nombre del endosatario, es decir, de la perso­
na a la que se transmite el título; b) La clase de endoso (en propiedad,
en procuración o en garantía); c) El lugar en que se hace el endoso; d)
La fecha en que se hace el endoso; e) La firma del endosante, es decir,
del autor de la transmisión, o de la persona que suscriba el endoso a su
ruego o en su nombre.
De los requisitos señalados solamente el relativo a la firma del endo­
sante (o de la persona que a su ruego o en su nombre lo haga) es esen­
cial, ya que su omisión sí invalida el endoso (art. 30 LTOC).
La falta de los otros requisitos del endoso es suplida mediante pre­
sunciones legales. Así, cuando se omite el nombre del endosatario, nos
encontraremos frente a un supuesto de endoso en blanco, que es el que
2 Instituciones de derecho mercantil, p. 308.
456
ELEM EN TOS DE D ER ECH O M ERCANTIL MEXICANO
se hace con la sola firma del endosante (art. 32 LTOC). En este caso
cualquier tenedor podrá: a) Llenar el endoso en blanco con su nombre;
b) Llenarlo con el nombre de un tercero; c) Transmitir el título sin llenar
el endoso (art. 30 LTOC). “La principal ventaja que trajo consigo el endo­
so en blanco —escribe Tena—,3 y que determinó su fácil acogida en la
práctica mercantil, fue la de facilitar en grado sumo la circulación del
título, ya que permite su transmisión sin dejar huella de su paso en el
patrimonio de los sucesivos adquirientes y sin comprometer, por ende,
su responsabilidad documental.”
El endoso al portador —dice el artículo 32 de la LTOC—, produce
los efectos de endoso en blanco.
Tratándose de acciones, bonos de fundador, obligaciones, certifica­
dos de depósito y certificados de participación, el endoso siempre será a
favor de persona determinada; el endoso en blanco o al portador no
producirá efecto alguno (art. 32 LTOC).
Cuando se omite la indicación de la clase de endoso, esto es, el con­
cepto en que la transmisión se realiza, la ley establece la presunción de
que el título fue transmitido en propiedad, sin que valga prueba en con­
trario en relación con tercero de buena fe (art. 30 LTOC).
Si se omite el lugar en que el endoso se hace, se establece la presun­
ción de que el título fue endosado en el domicilio del endosante, salvo
prueba en contrario (art. 30 LTOC).
Y
por último, la falta de indicación de la fecha del endoso, establece
la presunción legal de que se hizo el día en que el endosante adquirió el
título, salvo prueba en contrario (art. 30 LTOC).
De acuerdo con el artículo 41 de la LTOC, los endosos que se testen
o cancelen legítimamente no tendrán valor alguno. Así, el tenedor de un
título podrá testar o cancelar los endosos posteriores al de su adquisi­
ción, pero nunca los anteriores a ella (art. 41 LTOC).
6. CLASES DE ENDOSO
La LTOC, en su artículo 33, establece tres clases de endoso: en pro­
piedad, en procuración y en garantía.
A. E n d o so
e n p r o p ie d a d
El endoso en propiedad transfiere la propiedad del título y todos los
derechos inherentes a él (arts. 18 y 34 LTOC). Es un endoso ilimitado.
Por derechos inherentes al título debemos entender “todos aquellos que
deben su vida a la creación del título, los que no existen sino en cuanto
1 Derecho mercantil mexicano, T. II, p. 142.
TÍTU LO S N O M IN ATIV O S, A LA ORDEN Y AL PORTADOR
457
han sido incorporados al mismo”4 (por ejemplo: los intereses y dividen­
dos vencidos, las garantías mencionadas en el título, etc.).
El obligado en el título no puede oponer al endosatario las excepcio­
nes personales que podría haber hecho valer frente al endosante o tene­
dores precedentes.
El endoso en propiedad, además de su función translativa propia,
desempeña, en determinados títulos (letra de cambio, pagaré, cheque)
una función de garantía.5 En efecto, en esos títulos el endosante queda
obligado solidariamente al pago frente a los sucesivos tenedores.
El endosante, sin embargo, puede sustraerse a esta responsabilidad
solidaria mediante la inclusión en el endoso de la cláusula "sin mi res­
ponsabilidad” u otra equivalente (art. 34 LTOC).
Ahora bien, para que el endoso en propiedad produzca plenamente
los efectos previstos por la ley debe hacerse durante su ciclo circulato­
rio, esto es, antes del vencimiento del título. Así, el artículo 37 de la
LTOC dispone que el endoso posterior al vencimiento del título produce
efectos de cesión ordinaria, y sujeta por tanto al adquiriente (endosata­
rio) a todas las excepciones personales que el obligado habría podido
oponer al autor de la transmisión (endosante) antes de ésta (art. 37
LTOC).
B . E n d o so
e n p r o c u r a c ió n
El endoso en procuración es un verdadero mandato, otorgado por
el endosante al endosatario.6 Así, el artículo 35 de la LTOC establece
que el endosatario tendrá todos los derechos y obligaciones de un
mandatario.
Se trata de un endoso con efectos limitados, que no transfiere la
propiedad del título al endosatario, al que simplemente faculta: a) Para
cobrar el título, judicial o extrajudicialmente; b) Para protestarlo; c)
Para endosarlo en procuración (art. 35 LTOC).
El endosatario_=Bo adquiere con el título una posición autónoma e
independiente de la del endosante, sino que queda sujeto a las excepcio­
nes oponibles a- este último: "los obligados —dice el párrafo final del
artículo 35 de la LTOC— sólo podrán oponer al tenedor del título las
excepciones que tendrían contra el endosante”.
El endoso en procuración se hace mediante la inclusión de las cláu­
sulas “en procuración", “al cobro” u otras equivalentes (art. 35 LTOC).
4 T e n a , Derecho mercantil mexicano, T.
5 T e n a , ob. cit., T. II, p. 145.
6 TENA, Derecho mercantil mexicano, T.
II, p . 143.
II, p. 145.
458
ELEMENTOS DE DERECHO MERCANTIL MEXICANO
El mandato contenido en el endoso en procuración es revocable,
pero la revocación no surtirá efectos respecto a terceros sino desde
que el endoso se cancele legítimamente por el propietario del título (art.
35 LTOC).
La muerte o incapacidad superveniente del endosante no produce la
terminación del mandato contenido en el endoso en procuración (art. 35
LTOC), al contrario de lo que sucede con el mandato de derecho común
(art. 2595, fracs. III y IV, Cód. civ.).
C.
E n d o so
e n g a r a n t ía
El endoso en garantía constituye una forma de establecer un dere­
cho real de prenda sobre títulos de crédito.7 Así, el artículo 36 de la
LTOC dispone que el endoso con las cláusulas "en garantía”, “en prenda”
u otras equivalentes, atribuye al endosatario todos los derechos y obliga­
ciones de un acreedor prendario respecto del título endosado y de los
derechos a él inherentes, comprendiéndose las facultades que confiere
el endoso en procuración antes señaladas. Por su parte, el artículo 334
de la LTOC dispone que, en materia de comercio, la prenda se constituye
por el endoso de los títulos de crédito en favor del acreedor, si se trata
de títulos a la orden, y por ese mismo endoso y la correspondiente anota­
ción en el registro del emisor, si son títulos nominativos. En ambos ca­
sos se requiere, además, la entrega (tradición) del documento.
También en el endoso en garantía el endosatario adquiere una posi­
ción autónoma respecto a la de los anteriores tenedores: “los obligados
no podrán oponer al endosatario las excepciones personales que tenga
contra el endosante” (art. 36 LTOC).
7. TRANSMISIÓN POR RECIBO
Puede suceder que vencido un título de crédito, no sea pagado por el
obligado directo (v.gr., aceptante), sino por algún obligado en vía de re­
greso iy.gr., un endosante). Este podrá, a su vez, intentar el cobro del
importe del título de los responsables anteriores, también en vía de re­
greso. A esta situación se refiere el artículo 40 de la LTOC, al establecer
que los títulos de crédito pueden transmitirse por recibo de su valor ex­
tendido en el mismo documento o en hoja adherida al mismo, a favor de
algún responsable de los mismos, cuyo nombre debe hacerse constar en
el recibo. La transmisión por recibo —añade el artículo citado— produ­
ce los efectos de un endoso “sin mi responsabilidad”.
Al igual que los endosos, el propietario de un título de crédito puede
testar las anotaciones de recibo posteriores a la adquisición, pero nunca
7 C e r v a n t e s A hum ada, Títulos y operaciones de crédito, p. 36.
TÍTU LO S NOM INATIVOS,
A LA ORDEN Y AL PORTADOR
459
las anteriores a ella. Las anotaciones de recibo legítimamente testadas
no tienen valor alguno (art. 41 LTOC).
8. CIRCULACIÓN POR CESIÓN ORDINARIA
La transmisión de los títulos nominativos y a la orden puede verifi­
carse por medios distintos del endoso. En efecto, su transmisión puede
efectuarse por cesión ordinaria o por otro medio legal distinto (heren­
cia, donación, etc.)- En estos casos no funcionan los principios propios
de los títulos de crédito, especialmente el de la autonomía.
Así, el artículo 27 de la LTOC dispone que la transmisión de un títu­
lo nominativo o a la orden por cesión ordinaria o por cualquier otro
medio legal diverso del endoso, subroga al adquirente en todos los dere­
chos que el título confiere, pero lo sujeta a todas las excepciones perso­
nales que el obligado habría podido oponer al autor de la transmisión
antes de ésta.
Es conveniente señalar las principales diferencias que existen entre
el endoso y la cesión ordinaria: a) La cesión tiene naturaleza contrac­
tual y, consiguientemente, es un acto bilateral; el endoso es un acto uni­
lateral; b) La cesión puede hacerse constar o no en el título; el endoso
forzosamente debe constar en el título o en hoja adherida al mismo (art.
29 LTOC); c) La cesión puede sujetarse a condición; el endoso debe ser
puro y simple, incondicionado (art. 31 LTOC); d) La cesión de los dere­
chos consignados en un título puede ser parcial; el endoso parcial es
nulo (art. 31 LTOC); e) En la cesión, pueden oponerse al adquirente o
cesionario las excepciones que los obligados pudieran tener contra el
cedente o autor de la transmisión; en el caso de transmisión de un título
por endoso —en propiedad o en garantía—, los obligados no pueden
oponer al endosatario, en virtud del principio de la autonomía, las ex­
cepciones personales que pudieran tener contra el endosante; f) El cedente responde de la legitimidad y de la existencia del crédito y de la
personalidad cpn que hizo la cesión, pero salvo pacto en contrario no
responde de la solvencia del deudor; el endosante, en algunos títulos, es
responsable solidario de su pago.
En los casos de transmisión de títulos de crédito por cesión ordina­
ria o por medios legales distintos del endoso, el adquirente tiene el dere­
cho de exigir la entrega del título y que el juez, en vía de jurisdicción
voluntaria, haga constar la transmisión en el documento mismo o en
hoja adherida a él (art. 28 LTOC).
9. TÍTULOS DE CRÉDITO AL PORTADOR
De acuerdo con el artículo 69 de la LTOC son títulos al portador
aquellos que no están expedidos a favor de persona determinada, con­
460
ELEMENTOS DE DERECHO MERCANTIL MEXICANO
tengan o no la cláusula "al portador”. "Son títulos anónimos, o sea, que
se expiden sin hacer constar en ellos el nombre de) titular.” (Langle).
Por decreto publicado en el Diario Oficial de la Federación el día 30
de diciembre de 1982, el régimen legal de los títulos al portador sufrió
una importante modificación.
En efecto, dicho decreto reforma la Ley General de Sociedades Mer­
cantiles y la Ley General de Títulos y Operaciones de Crédito, a efecto
de que a partir del Io de enero de 1983, las acciones, los bonos de funda­
dor, las obligaciones, los certificados de depósito y los certificados de
participación que dichos ordenamientos regulan, sólo se emitan siem­
pre como nominativos. Esto es, en relación con dichos títulos, ha sido
suprimido legalmente el "anonimato”.
La intención de esta reforma y el régimen transitorio correspondien­
te, ha sido expuesto en el inciso 11 del capítulo IX de la primera parte de
esta obra.
10. CIRCULACIÓN DE LOS TÍTULOS AL PORTADOR
Los títulos al portador —dice el artículo 70 de la LTOC— se trans­
miten por simple tradición, por la entrega material del título. "Con esto
resultan llevadas a su último grado la facilidad y rapidez circulatoria."8
La suscripción de un título al portador obliga a quien la hace a cu­
brirlo a cualquiera que se lo presente, aunque el título haya entrado a la
circulación contra la voluntad del suscriptor o después de que sobreven­
ga su muerte o incapacidad (art. 71 LTOC).
11. PROHIBICIONES Y LIMITACIONES
EN MATERIA DE TÍTULOS AL PORTADOR
La LTOC (art. 72) limita la emisión y circulación de títulos al porta­
dor que contengan la obligación de pagar alguna suma de dinero a los
casos establecidos expresamente por ella y conforme a las reglas pres­
critas legalmente. Los títulos emitidos en contra de la disposición citada
no producirán acción alguna como títulos de crédito y, además, el emi­
sor será castigado (por los tribunales federales) con multa de un tanto
igual al importe de los títulos emitidos (art. 72 LTOC). Así, por ejemplo,
las letras de cambio o pagarés expedidos al portador no producirán
efectos de título de crédito (arts. 88 y 174 LTOC).
1 LANGLE, Manual de derecho mercantil español, T. II, p. 483.
Ca p ít u l o V
LA CANCELACIÓN
DE LOS TÍTULOS DE CRÉDITO
1.
REIVINDICACIÓN Y CANCELACIÓN
DE TÍTULOS NOMINATIVOS Y A LA ORDEN
EXTRAVIADOS, ROBADOS, DESTRUIDOS,
MUTILADOS O DETERIORADOS GRAVEMENTE
Hemos visto cómo, en virtud de los principios de incorporación y
legitimación, el tenedor de un título de crédito debe exhibirlo para ejer­
citar el derecho en él consignado (arts. 5° y 17 LTOC). Sin embargo, la
ley admite que en determinadas situaciones pueda ejercitarse el derecho
literal sin el título: tal sucede en los casos de robo, extravío, destruc­
ción, mutilación o deterioro grave. "Justo es, dice Tena,1que al poseedor
constituido en la imposibilidad de exhibirlo (el título), porque sin su vo­
luntad ha llegado a faltarle, se le otorgue algún medio de hacer efectivo
su derecho, si bien cuidando de que no vengan a lesionarse los derechos
de terceros de buena fe que hayan entrado en la vía legal en la posesión
del título.” La ley prevé dos medios para conseguir tales fines: la reivin­
dicación y la cancelación.
2. REIVINDICACIÓN
La acción reivindicatoría es la acción real que se confiere al propie­
tario de una cosa que ha perdido la posesión de la misma, para recla­
marla de aquel que se 
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