El juicio profesional. Como se ha observado en anteriores capítulos la obligación del ingeniero es llegar a un diagnóstico y un diseño a través de los procesos lógicos manejados en el capítulo anterior además, aunque en realidad no basta esto, es decir, debe aplicar el juicio profesional con el fin de superar la incertidumbre inevitable. El quehacer central del ingeniero no es seguir al pie de la letras los procedimientos establecidos, sino aplicar su juicio experto para aplicar de manera subjetiva pero racional, la incierta información con que cuenta, hasta convertirla en un insumo útil para la parte científica de sus tareas, después seguir apoyándose en su juicio para procesar la información rigurosamente, pese a la incertidumbre, hasta llegar con base en ella al diagnostico y el diseño. Como la sociedad y los individuos interactúan con las obras y artefactos que crea el ingeniero, estos se convierten en sistemas de carácter socio-técnico-ambiental, por lo que el ingeniero tiene la obligación de usar su juicio para salvar la falta de certeza y ante cada nuevo proyecto debe reunir la información necesaria para completar la de carácter científico a fin de concebir la solución del problema. De la aplicación del juicio se derivan decisiones tácitas o explícitas, relativas al diagnóstico y decisiones del cliente sobre las disyuntivas planteadas por el ingeniero; en cualquier caso las decisiones se basan en el conocimiento (que como ya se ha dicho es imperfecto o incompleto) que el ingeniero posee en ese momento y que puede variar con el tiempo de su ejercicio profesional y con el conocimiento objetivo que vaya adquiriendo. Lo anterior nos lleva a concluir que el juicio experto es específico del individuo que lo posee y del momento en que se da, y se ha definido por Locke “como la facultad que Dios ha dado a los humanos para que puedan satisfacer su deseo de conocimiento claro y cierto cuando este no es inmediatamente asequible, mediante el juicio la mente asume cada aseveración como verdadera o falsa aun sin tener a mano una prueba fehaciente”. El juicio no se desarrolla mediante el aprendizaje de hechos codificados y reglas sino por las relaciones interpersonales y la participación en actividades colectivas (trabajo de equipo) en las que el ingeniero participa en su vida profesional. El buen juicio se manifiesta por su capacidad de: Distinguir la información relevante de la que no lo es Buscar de manera certera la evidencia adicional necesaria Conciliar la información contradictoria Aprovechar y ponderar datos diversos a partir de su experiencia personal El juicio es entonces un atributo subjetivo, inseparable tanto del individuo que lo ejerce como de sus vivencias profesionales, por eso se dice que ante lo bien conocido actuamos con base en el conocimiento, y ante lo incierto, con base en nuestro juicio; sin embargo la toma de decisiones se da en el plano de lo que se conoce, lo desconocido y lo parcialmente conocido por eso la forma en la que se toman las decisiones puede ser cualquiera de las siguientes: Cuestiones sobre las que no tenemos conocimiento o información objetiva, solo podemos decidir con base en nuestro juicio. La trasformación de una duda en una aseveración para convertir en certeza, usando la probabilidad de ocurrencia. Modo en el que actuamos ante lo que conocemos mejor ignorando las pequeñas incertidumbres y tratando los problemas en forma determinista, es decir lo que esté más cerca de lo conocido o de lo desconocido. Con base en lo anterior podemos inferir que el proceso mental implícito en el juicio nos permite s de pasar de lo especifico a lo general, mediante un razonamiento inductivo o asociativo de una forma no rigurosa en donde explora, discierne y adopta como válidas ciertas analogías sobre las que decide a diferencia del razonamiento deductivo, que pasa de manera directa de lo general a lo específico con base en la teoría y sus conclusiones son verdaderas si lo son sus premisas. Ahora bien ¿cómo se adquiere y afina el buen juicio? Adquiriendo un acervo de conocimientos científicos pertinentes, destreza deductiva y habilidad lógica, con la guía y supervisión de ingenieros experimentados, ser integrante de equipos de trabajo profesional en diversas áreas; además de cumplir con las siguientes condiciones: Tener conocimiento científico de los fenómenos naturales con los que tiene relación el área. Dominar la lógica de los procesos de deducción, inducción y abducción implícitos en el diagnostico y el diseño. Aplicar este conjunto de conocimientos y métodos a la predicción rigurosa y detallada de lo que se diseña. Observar y medir el comportamiento de lo diseñado. Comparar las predicciones con las mediciones. Cualquiera que sea la magnitud de un proyecto en donde se involucre el diagnostico y el diseño exige la presencia de un ingeniero responsable que ejerza su juicio conforme se requiera, que guie al equipo de trabajo (que siempre debe existir en los proyectos) y logre abarcar todas las actividades del equipo y responder a ellas en todas sus facetas, incluso debe cuidar todos los del equipo al termino del proyecto tengan un avance en su formación es decir mejores ingenieros. Las reglas que el autor propone para lograr lo anterior son: a) Cada colaborador debe desplegar su capacidad en aras del proyecto y el jefe deberá mantener bajo perfil en todo menos en asumir su responsabilidad. b) Todo problema tiene más de una solución, pero ninguna es buena ni no se demuestra que lo es. c) El jefe no debe obstaculizar las buenas propuestas. d) El jefe no debe revisar todo lo que hacen los demás, sino solo las cosas que a su juicio son cruciales y las que él no entiende a primera vista. e) Como jefe debe someterse a supervisión lo que el hace. El trabajar en forma colectiva e integralmente en todo tipo de proyectos agrega valor al trabajo en equipo en al menos tres aspectos: 1. En el educativo ya que permite que los miembros aumentes sus conocimientos y capacidades en sus propias tareas y la de los demás. 2. En la calidad del trabajo, pues los diversos puntos de vistas y opiniones ponen a prueba al jefe e incrementa su juicio a la vez que todos enriquecen su criterio. 3. Mantiene y da la flexibilidad para desarrollar la creatividad en el equipo, la cual es la fuente de encontrar las mejores soluciones. A pesar de que el juicio profesional se pierde irremediablemente al morir o retirarse un ingeniero, este es un recurso renovable en la medida en la que las sucesivas generaciones sepan que es, qué importancia tiene, de donde proviene, como se adquiere, como se refuerza, y quieran preservarlo y renovarlo situación que depende totalmente de los equipos de trabajo.