Subido por Damarys Morin

Guia 1.2 genero narrativo ejercicios

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Colegio Germania del Verbo Divino
Departamento de Lenguaje y Comunicación
Puerto Varas
Profesora Catherine Criado y Paola Zapata
Unidad I: La Epopeya
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Guía de ejercicios
Tema: Género Narrativo (Guía 1.2)
Objetivo: Identificar en textos breves los elementos que constituyen el Género Narrativo.
Recuerde archivar esta guía en su carpeta.
1.- Señala tipo de narrador y focalización utilizados en cada uno de los siguientes fragmentos literarios:
A. “Una mañana, tras un sueño intranquilo, Gregorio Samsa se despertó convertido en un monstruoso insecto.
Estaba echado de espaldas sobre un duro caparazón y, al alzar la cabeza, vio su vientre convexo y oscuro,
surcado por curvadas callosidades, sobre el que casi no se aguantaba la colcha, que estaba a punto de
escurrirse hasta el suelo.”
Respuesta: ______________________________________________________________________________________
B. “Hace muchos años tuve un amigo que se llamaba Jim, y desde entonces nunca he vuelto a ver a un
norteamericano más triste. Desesperados he visto muchos. Tristes como Jim, ninguno. Una vez se marchó a
Perú, en un viaje que señaló debía durar más de seis meses, pero al cabo de poco tiempo volví a verlo.”
Respuesta: ______________________________________________________________________________________
C. “El vagabundo se arrellanó en la covacha de cartón improvisada en pleno Parque Forestal. “Hace más frío que
la cresta”, pensó, desesperado. Era cierto. La brisa invernal cortaba como un cuchillo. Los informes de tiempo
pronosticados para esa noche auguraban una temperatura mínima de menos un grado. El hombre,
entumecido hasta los huesos, consiguió quedarse dormido. Tuvo un sueño extraño.
Respuesta: ______________________________________________________________________________________
D. “El hombre aquel que hablaba se quedó callado un rato, mirando hacia afuera.
Hasta ellos llegaba el sonido del río pasando sus crecidas aguas por las ramas de los camichines, el rumor del
aire moviendo suavemente las hojas de los almendros, y los gritos de los niños jugando en el pequeño espacio
iluminado por la luz que salía de la tienda.
Los comejenes entraban y rebotaban contra la lámpara de petróleo, cayendo al suelo con las alas
chamuscadas.
Y afuera seguía avanzando la noche.
!Oye, Camilo, mándanos otras dos cervezas más! -volvió a decir el hombre. Después añadió: Otra cosa, señor.
Nunca verá usted un cielo azul en Luvina. Allí todo el horizonte está desteñido…”
Respuesta: ______________________________________________________________________________________
2. En parejas, lean el siguiente microcuento y resuelvan las actividades que se proponen.
Asalto en Lomitón
Estaba comiendo un churrasco cuando entró un hombrecito sucio y harapiento al local. Nervioso, sacó una pistola
y apuntó a la cajera. No le exigió dinero, solo le gritó tembloroso: “¡Deme un churrasco con papas fritas, ahora!”.
Enseguida tenía su pedido listo. El hombrecillo contempló la comida con ojos brillantes. Dio las gracias y salió del
local rompiendo en llanto y tirando el arma al suelo. Un caballero se acercó a ver la pistola. Era de juguete. Nadie
llamó a los carabineros. El otro día lo vi en Pedro de Valdivia pidiendo monedas y lo saludé.
Pino, C. (2011). En Santiago en 100 palabras: Los mejores 100 cuentos IV. Santiago de Chile:
Metro de Santiago, Minera Escondida y Plagio.
2.1. ¿Cuál es el narrador presente en el texto? __________________________________________________________
2.2. Elaboren un esquema con la estructura narrativa. Para ello, utilicen un organizador gráfico como el siguiente.
Asalto en el Lomitón
Inicio
Nudo o conflicto
Desarrollo
Cierre
3. Selecciona uno de los personajes representados en la ilustración y caracterízalo. Luego crea una pequeña historia
para él o ella de acuerdo a la imagen integrando todos los espacios narrativos.
Mi personaje
¿Cómo se llama?
¿Qué ocupación tiene?
¿Cuáles son sus características físicas?
¿Cuáles
son
psicológicas?
sus
características
Su historia
4.- ¿Qué disposición del tiempo se presenta en los siguientes textos?
E. “Álvaro Vives sale temprano todos los domingos para ir a buscar las empanadas a la casa de la Violeta. Le gusta el
lento viaje siempre por las mismas calles hasta el otro extremo de la ciudad, no sólo por la paz que proporciona lo
habitual no interrumpido, sino también porque las empanadas de la Violeta son verdaderamente magistrales (...).
Claro, quién se va a extrañar: todos recuerdan que la mesa de la madre de Alvaro fue en sus tiempos una verdadera
maravilla de guisos criollos, y la Violeta entró jovencita a su casa como ayudante de cocina. Después, con los años,
cuando misiá Elena se tuvo que reducir igual que todo el mundo, la Violeta siguió con ella como cocinera hasta el día
de su muerte: treinta años de servicio.” (José Donoso, Este domingo)
Narración ________________________________________________
F. “Yo, señor, soy de Segovia. Mi padre se llamó Clemente, natural del mismo pueblo; Dios le tenga en el cielo. Fue, tal
como todos dicen, de oficio barbero; aunque eran tan altos sus pensamientos, que se corría de que le llamasen así,
diciendo que él era tundidor de mejillas y sastre de barbas.” (Francisco de Quevedo, La vida del buscón llamado don Pablos)
Narración ________________________________________________
G. “Y luego que hubo anochecido, se le entreabrieron los ojos. Oh, un poco, muy poco. Era como si quisiera mirar
escondida detrás de sus largas pestañas.
A la llama de los altos cirios, cuantos la velaban se inclinaron, entonces, para observar la limpieza y la transparencia de
aquella franja de pupila que la muerte no había logrado empañar. Respetuosamente maravillados se inclinaban, sin
saber que Ella los veía.
Es él, él.
Allí estaba de pie y mirándola. Su presencia anula de golpe los largos años baldíos, las horas, los días, que el destino
interpuso entre ellos dos, lento, oscuro, tenaz.
–Te recuerdo, te recuerdo adolescente. Recuerdo tu pupila clara, tu tez de rubio curtida por el sol de la hacienda, tu
cuerpo entonces, afilado y nervioso.” (María Luisa Bombal, La amortajada)
Narración ________________________________________________
5.- Describa el tiempo del relato y el tiempo de la historia
“Una joven mujer se encuentra tendida bajo las frondosas ramas de un árbol. Su mano derecha se colorea con
pequeñas gotas de sangre que brotan desde las aberturas de los delgados rasguños que le hiciera el pequeño
felino que rescató, el mismo que ahora ronronea y se pasea tranquilamente entre sus brazos. Todo sería
distinto para la mujer si es que, hace unos minutos, no hubiera atendido a los desgarradores maullidos que el
gato lanzara desde lo más alto de la copa del árbol que ahora la tiene a sus pies. Pero su adoración por los
animales pudo más que su vértigo y no dudó en subir a rescatar a la mascota. Ahora, reponiéndose de la caída,
sólo piensa en cómo va a llamar al pequeño animal y en lo contenta que se pondrá su hija cuando lo lleve a
casa.”
Tiempo del relato
Tiempo de la historia
1.
1.
2.
2.
3.
3.
4.
4.
5.
5.
6.- En los siguientes textos debes identificar qué técnica narrativa se ha utilizado para la alteración del tiempo en el
relato (anacronía)
I.- “Quién le iba a decir que volvería aquel asunto tan viejo, tan rancio, tan enterrado como creía que estaba. Aquel
asunto de cuando tuvo que matar a don Lupe. (...) Él se acordaba: Don Lupe Terreros, el dueño de la Puerta de Piedra,
por más señas su compadre. Al que él, Juvencio Nava, tuvo que matar por eso; por ser el dueño de la Puerta Piedra y
que, siendo su compadre, le negó el pasto para sus animales. Pero, sí, el tiempo había pasado y ahora volvería a eso”.
Juan Rulfo, ¡Diles que no me maten!
Fue empleada la técnica de ________________________________________________________________
J.- “… Corre por la avenida solitaria, la llovizna torna el piso resbaladizo y brillante, siente el cansancio, pero debe
continuar. Faltan pocos días para la maratón y él quiere ganar. Ahí estará, en el podio, recibiendo la presea dorada.”
Fue empleada la técnica de ________________________________________________________________
K.- “Cuando me enfrenté a aquel horror estaba solo, y hasta la fecha no lo he relatado a nadie. […]. Ahora debo hacer
una relación completa de los hechos, no sólo en beneficio de mi propio equilibrio mental, sino como advertencia para
todos los lectores serios. […] Teniendo en cuenta que quienes lleguen a leerlo pueden no estar al corriente de la fase
inicial de mi caso, he hecho un resumen bastante detallado de los antecedentes.”
H.P. Lovecraft, En la noche de los tiempos, en Mitos de Cthulhu
La anacronía narrativa que le permite al narrador contar su historia es ______________________________________
L.- “Carlos dejó la guitarra a un lado y movió la cabeza de un lado a otro. No había caso. Los niños no lograban dar con
el tono. Más de treinta años atrás trató de cantar a coro con sus amigos de la universidad, pero fue imposible. Ninguno
daba con el tono. Tomó la guitarra para hacer el último intento. Los niños lo miraban con una insolente inocencia.”
Fue empleada la técnica de _________________________________________________________________________
II. Lee atentamente y, luego, responde.
Caperucita Roja. Versión del lobo enamorado
Ese día encontré en el bosque la flor más linda de mi vida. Yo, que siempre he sido de buenos sentimientos y
terrible admirador de la belleza, no me creí digno de ella y busqué a alguien para ofrecérsela. Fui por aquí,
fui por allá, hasta que tropecé con la niña que le decían Caperucita Roja. La conocía pero nunca había tenido
la ocasión de acercarme. La había visto pasar hacia la escuela con sus compañeros desde finales de abril. Tan
locos, tan traviesos, siempre en una nube de polvo, nunca se detuvieron a conversar conmigo, ni siquiera me
hicieron un adiós con la mano. Qué niña más graciosa. Se dejaba caer las medias a los tobillos y una
mariposa ataba su cola de caballo. Me quedaba oyendo su risa entre los árboles. Le escribí una carta y la
encontré sin abrir días después, cubierta de polvo, en el mismo árbol y atravesada por el mismo alfiler. Una
vez vi que le tiraba la cola a un perro para divertirse. En otra ocasión apedreaba los murciélagos del
campanario. La última vez llevaba de la oreja un conejo gris que nadie volvió a ver.
Detuve la bicicleta y desmonté. Me sacudí el polvo del camino y la saludé con respeto y alegría. Caperucita
hizo con su chicle un globo tan grande como el mundo, lo estalló con la uña y se lo comió todo. Me rasqué
detrás de la oreja, pateé una piedrecita, respiré profundo, siempre con la flor escondida. Caperucita me miró
de arriba abajo y respondió a mi saludo sin dejar de masticar.
–¿Qué se te ofrece? ¿Eres el lobo feroz?
Me quedé mudo. Sí era el lobo pero no feroz. Y sólo pretendía regalarle una flor recién cortada. Se la mostré
de súbito, como por arte de magia. No esperaba que me aplaudiera como a los magos que sacan conejos del
sombrero, pero tampoco ese gesto de fastidio. Titubeando, le dije:
– Quiero regalarte una flor, niña linda.
– ¿Esa flor? No veo por qué.
– Está llena de belleza –dije, lleno de emoción.
– No veo la belleza –dijo Caperucita–. Es una flor como cualquier otra. Sacó el chicle y lo estiró. Luego lo
volvió una pelotita y lo regresó a la boca.
Se fue sin despedirse. Me sentí herido, profundamente herido por su desprecio. Tanto, que se me soltaron
las lágrimas. Subí a la bicicleta y le di alcance.
– Mira mi reguero de lágrimas.
– ¿Te caíste? –dijo–. Corre a un hospital.
– No me caí.
– Así parece porque no te veo las heridas.
– Las heridas están en mi corazón –dije.
– Eres un imbécil. Escupió el chicle con la violencia de una bala y me pareció ver en el polvo una sangrienta
herida. Volvió a alejarse sin despedirse.
Sentí que el polvo del camino era mi pecho, traspasado por la bala de chicle, y el río de la sangre se estiraba
hasta alcanzar una niña que ya no se veía por ninguna parte. No tuve valor para subir a la bicicleta. Me
quedé toda la tarde sentado en la pena. Sin darme cuenta, uno tras otro, le arranqué los pétalos a la flor. Me
arrimé al campanario abandonado pero no encontré consuelo entre los murciélagos, que se alejaron al
anochecer. Atrapé una pulga en mi barriga, la destripé con rabia y esparcí al viento los pedazos. Esa noche
había fuegos artificiales. Todos estaban de fiesta. Vi a Caperucita con sus padres debajo del samán del
parque. Se comía un inmenso helado de chocolate y era descaradamente feliz. Me alejé como alma que lleva
el diablo.
Volví a ver a Caperucita unos días después en el camino del bosque.
– ¿Vas a la escuela? –le pregunté, y en seguida me di cuenta de que nadie asiste a clases con sandalias
plateadas, blusa ombliguera y faldita de juguete.
– Estoy de vacaciones, lobo feroz –dijo–. ¿O te parece que éste es el uniforme?
El viento vino de lejos y se anidó en su ombligo.
– ¿Y qué llevas en el canasto?
– Un rico pastel para mi abuelita. ¿Quieres probar?
Casi me desmayo de la emoción. Caperucita me ofrecía su pastel. ¿Qué debía hacer? ¿Aceptar o decirle que
acababa de almorzar? Si aceptaba pasaría por ansioso y maleducado: era un pastel para la abuela. Pero si
rechazaba la invitación, heriría a Caperucita y jamás volvería a dirigirme la palabra. Me parecía tan amable,
tan bella. Dije que sí.
– Corta un pedazo.
Me prestó su navaja y con gran cuidado aparté una tajada. La comí con delicadeza, con educación. Quería
hacerle ver que tenía maneras refinadas, que no era un lobo cualquiera. El pastel no estaba muy sabroso,
pero no se lo dije para no ofenderla. Tan pronto terminé sentí algo raro en el estómago, como una punzada
que subía y se transformaba en ardor en el corazón.
– Es un experimento –dijo Caperucita–. Lo llevaba para probarlo con mi abuelita pero tú apareciste primero.
Avísame si te mueres.
Y me dejó tirado en el camino, quejándome.
Así era ella, Caperucita Roja, tan bella y tan perversa. Casi no le perdono su travesura. Demoré mucho para
perdonarla: tres días. Volví al camino del bosque y juro que se alegró de verme.
– La receta funciona –dijo–. Voy a venderla, lobo feroz.
Y con toda generosidad me contó el secreto: polvo de huesos de murciélago y picos de golondrina. Y algunas
hierbas cuyo nombre desconocía. Lo demás todo el mundo lo sabe: mantequilla, harina, huevos y azúcar en
las debidas proporciones. Dijo también que la acompañara a casa de su abuelita porque necesitaba de mí un
favor muy especial. Batí la cola todo el camino. El corazón me sonaba como una locomotora. Ante la
extrañeza de Caperucita, expliqué que estaba en tratamiento para que me instalaran un silenciador.
Corrimos. El sudor inundó su ombligo, redondito y profundo, la perfección del universo. Tan pronto llegamos
a la casa y pulsó el timbre, me dijo:
– Cómete a la abuela.
Abrí tamaños ojos.
– Vamos, hazlo ahora que tienes la oportunidad.
No podía creerlo. Le pregunté por qué.
Es una abuela rica – explicó–. Y tengo afán de heredar.
No tuve otra salida. Todo el mundo sabe eso. Pero quiero que se sepa que lo hice por amor. Caperucita dijo
que fue por hambre. La policía se lo creyó y anda detrás de mí para abrirme la barriga, sacarme a la abuela,
llenarme de piedras y arrojarme al río, y que nunca se vuelva a saber de mí.
Quiero aclarar otros asuntos ahora que tengo su atención, señores. Caperucita dijo que me pusiera las ropas
de su abuela y lo hice sin pensar. No veía muy bien con esos anteojos. La niña me llevó de la mano al bosque
para jugar y allí se me escapó y empezó a pedir auxilio. Por eso me vieron vestido de abuela. No quería
comerme a Caperucita, como ella gritaba. Tampoco me gusta vestirme de mujer, mis debilidades no llegan
hasta allá. Siempre estoy vestido de lobo. Es su palabra contra la mía. ¿Y quién no le cree a Caperucita? Sólo
soy el lobo de la historia.
Aparte de la policía, señores, nadie quiere saber de mí.
Tomado de: https://algundiaenalgunaparte.com/2008/02/03/caperucita-rojaversin-del-loboenamorado/
1. ¿Cuál es el nudo del relato?
A. El encuentro entre el lobo y Caperucita.
B. El crimen de la abuelita.
C. La indagación de la policía.
D. La perversidad de Caperucita.
2. ¿Quién es el narrador del relato?
A. Caperucita.
B. Un narrador fuera de la historia.
C. El lobo.
D. Un narrador en segunda persona.
3. ¿Qué disposición presenta el relato?
A. In extrema res.
B. Ab ovo.
C. In media res.
D. No se deja claro en el texto.
4. ¿De qué manera se ve reflejada la ingenuidad en el texto leído?
A. Cuando la policía termina por perseguir al lobo.
B. Cuando Caperucita prepara un pastel con diversos ingredientes para su abuelita.
C. Cuando Caperucita le dice al lobo que necesita un favor de él y que lo acompañe a la casa de su abuela.
D. Cuando el lobo le regala una flor a Caperucita.
5. ¿A partir del texto leído, que podemos entender de las acciones de tuvo Caperucita con el lobo?
A. Que ella estaba comprobando si era su verdadero amor.
B. Que ella sólo lo manipuló para satisfacer sus caprichos.
C. Que ella siempre tuvo desconfianza de él, por eso lo engañó.
D. Que ella jamás lo amó como él creía.
6. Describe la personalidad del lobo y de Caperucita. Apóyate en ejemplos del texto para justificar tu
respuesta.
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