Subido por jorgeramirezcaro

´Cartilla de lectura 1 Puebla de los Pardos

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Investigación de recuperación histórica de
Fabricio Monge
"para recordarles a los que vienen que no son hijos
de las peñas, que tienen precursores admirables e
ilustres y una tradición estimable que conocer,
respetar y proseguir."
Joaquín García Monge ante el Monumento Nacional
15 de setiembre 1921
Pardo de Cartago - fotografia tomada camino al Irazu en 1907-
UN REENCUENTRO CON NUESTRA
ANCESTRALIDAD AFRICANA
La Puebla de los Pardos
Dentro de los cánones establecidos en la denominada “Sociedad de
Castas”, que impero en las colonias españolas de América, dada la
estricta división social que aquí prevaleció durante ese periodo
histórico, la creación de pequeños poblados o “pueblas”, fueron el
instrumento implementado por los españoles, para reunir grupos
humanos de la misma ralea, que aunque se les considerara libres,
pertenecían a las castas inferiores como los negros, los mulatos, y los
zambos, quienes en su conjunto también fueron llamados “pardos”, de
esta manera se facilitaba el cobro de tributos para la Corona Española y
la enseñanza del evangelio,
Con la misma intención a los indígenas cristianizados y a los mestizos,
se les acinaría en los reductos conocidos como naborías; en Cartago
funciono una de estas “naborias”, en lo que, territorialmente, hoy
conocemos como el Barrio el Molino.
Estos ghettos segregacionales o “pueblas” estuvieron ubicados
tradicionalmente a extramuros o, en las afueras de los límites fijados
para el conjunto urbano del castizo español; desde las guerras contra
los moros toda división física, religiosa y territorial se marcó con una
Cruz de Caravaca, símbolo religioso utilizado por los españoles como
marca o mojón limítrofe, y que en la colonial Cartago señaló la división
social y territorial entre los hidalgos y los pardos de la puebla.
Baltasar de Grado fue el primer criollo, nacido en las tierras de esta
provincia colonial, que logro alcanzar el sacerdocio. En 1608 ingresó al
Colegio de San Ramón de León de Nicaragua gracias a las gestiones de
Monseñor Villareal, quién colaboró con el traslado del joven Baltasar a
Nicaragua después de una visita pastoral realizada a Costa Rica.1
A su regreso ya como sacerdote el padre de Grado fundó, en 1628, una
Capellanía2, la cual serviría, posteriormente, de base para la fundación
de la:
Aunque históricamente la fundación de la Puebla de los Pardos en
Cartago se establece hasta 1650, los primeros intentos de creación de
un ghetto donde asentar a la población libre de negros, mulatos,
zambos y pardos, que pululaban alrededor de la colonial ciudad de
Cartago, se encuentran registrados en el año 1629, cuando el sacerdote
Baltasar de Grado trato de concentrar a estas gentes de origen afro, en
las ciénagas, arrabales y despoblados llamados La Gotera, ubicados al
Este de la ciudad, bajo el pretexto de la necesaria “evangelización y
cristianización” de dichos sujetos, además, de paso, esto facilitaría el
respectivo cobro de las cargas tributarias correspondientes, -para la
iglesia y para la corona-, que todo individuo libre y sujeto del derecho
español estaba obligado a pagar.
1
Mons. Víctor ML Sanabria, Reseña Histórica de la Iglesia en Costa Rica de 1502 -1850
La Educación Formal del Clero Secular en la Diócesis de Nicaragua y Costa Rica. Dra. Carmela Velásquez Bonilla.
UCR.
2
La Puebla de los Pardos de Cartago, durante la colonia, es la cuna de
nuestra raíz africana, donde nace la cultura afrocostarricense y se gesta
la naturaleza pluriétnica y multicultural del costarricense, es por ello
que creemos que es indispensable establecer las pautas conceptuales y
estructurales necesarias para preservar el origen histórico e inmaterial
de la memoria patrimonial afrocolonial costarricense, desde su génesis
en la Puebla de los Pardos de Cartago, su desarrollo y su incidencia
posterior en cultura e identidad nacional.
Por lo que nos dimos a la tarea de elaborar este manual con la
intención de incidir en los artistas, educadores, guías turísticos,
gestores y demás trabajadores de la cultura, para que a través de su
quehacer pongan de manifiesto en la población la necesidad de la
conservación, la vindicación y reapropiación, la aceptación, y
asimilación de nuestro origen pluriétnico y multicultural desde la
conquista y la fundación misma de la colonial ciudad de Cartago.
R. Fabricio Monge
Presidente
Asoc. Cultural Puebla d’Pardos
RECLAMACION PATRIMONIAL Y SU
CONSECUENTE REAPROPIACION
CULTURAL
Consideraciones:
Proyectos de reclamación patrimonial:
Así se le llama al proceso cultural mediante el cual ciertos grupos
sociales reclaman o se reapròpian de insumos simbólico-culturales,
religiosos, semánticos, materiales, económicos, políticos, o sea de las
imágenes, términos, signos, símbolos y significantes, lugares,
edificaciones, objetos y artefactos, costumbres, figuras, hechos
históricos, etcétera, que se encuentren olvidados, desplazados,
reprimidos, subordinados, enajenados o invisibilizados como producto
de procesos de colonialismo cultural, la aculturación, la asimilación (forzada o no-), la desculturización, o la transculturización, cuya
consecuencia primordial sería: la pérdida de identidad, o sea que los
valores, tradiciones y culturas de un país, región o grupo étnico se
pierdan, o que se hayan desvirtuados, alterados, adulterados,
falseados, o trastocados de su intención o significancia original
invalidándolos en su representatividad para sus gestores originarios y o
su descendencia, sino también que se hayan convertido en tabú,
impedimento, precepto, pauta, patrón o norma,
ya sea por las
connotaciones positivas o negativas a ellas asignadas, o por el uso y el
desuso que se les den o les hayan dado dentro de la cultura imperante.
De esta forma dentro de los procesos de recuperación y reapropiación,
como es nuestro caso, se las reclama, retomándolas desde su
implicación y conceptualización inicial, por encima de prejuicios,
manipulaciones, paradigmas y condicionamientos ulteriores, pero
adecuándolas a las nuevas situaciones o contextos para su plena
comprensión, revaloración y recuperación en las culturas y tradiciones
contemporáneas de un país, región o grupo étnico.
Así pues, la intención del presente trabajo se centra en la visibilización y
el reconocimiento de la Puebla de los Pardos como sitio de gestación
original de nuestra herencia cultural afrocolonial3, con la intención de
despertar y reintegrar en el imaginario del identitario4 colectivo del
costarricense esa memoria ignorada y olvidada de nuestra historia,
permitiendo de esta forma la reapropiación sociocultural de la herencia
afrocolonial del costarricense.
3
que junto con la posterior afluencia cultural afrojamaiquina al Caribe costarricense, con las diferencias históricas,
culturales y conceptuales que determinan a cada una, conforman de lo que hoy podemos identificar como cultura
afrocostarricense.
4
Conjunto de rasgos propios de un individuo o de una colectividad que los caracterizan frente a los demás.
una breve reseña etnografica de nuestra
provincia Colonial
La sociedad de castas que regía la vida colonial
Aunque la legislación española imponía una rígida estructura
estratificada de “castas”, a sus colonias en América, en la realidad
vivencial y cotidiana se establecían redes, se daban sinergias,
intercambios y todo tipo de interacciones sociales y personales, entre
los individuos pertenecientes a los diferentes estratos, que, aunque
podrían estar restringidos o penados por la ley, hacían posible la vida y
facilitaban la existencia cotidiana en estas latitudes…
Esto, no excluye que se respetaran las normas y estructuras esenciales
del ordenamiento social y en todo caso estas distenciones en las
relaciones sociales nunca fueron horizontales, sino que se establecían
desde una rígida concepción de orden vertical, donde la flexibilidad
social siempre obedecía a las necesidades y determinaciones del grupo
dominante, donde el rol de dominador y dominado siempre estaba
claramente definido y rotundamente establecido, especialmente si se
trataba del sometimiento de otras poblaciones para obtener mano de
obra de bajo costo, ya fuera de indios encomendados o negros
esclavizados.
Don Diego de Sojo, “pacificador de indios” de la corona española, tortura, azota y
les corta las orejas a los aborígenes de Talamanca
(Ilustración tomada del Álbum de Figueroa - ANCR)
El mestizaje
Las relaciones más frecuentes se
dieron entre hombres blancos y
mujeres indígenas dando como
resultado al mestizo
Pero la mezcla de etnias no solo se
dio entre españoles e indígenas,
sino entre los diferentes grupos
étnicos presentes en el continente
desde el periodo de la Conquista, o
sea indígenas, blancos y negros.
Las tres etnias raíz de nuestra América
(ilustración de William Blake)
Las categorías más comúnmente utilizadas en las diferentes
clasificaciones del mestizaje fueron:
✓
✓
✓
✓
✓
✓
español
indio
mestizo
negro
mulato
zambo
Antepasados Afro, la naturaleza pluriétnica y multicultural del
costarricense
Aunque presente desde la conquista y los orígenes de la colonia la
mano de obra esclava fue un elemento clave para el desarrollo de las
colonias en América, en nuestra provincia colonial se incrementó
exponencialmente entre 1650 y 1794 con la apertura del “ciclo del
cacao” en la economía colonial, la población indígena de las zonas de
asentamiento español fue rápidamente utilizada y diezmada por los
colonos y por fenómenos colaterales a la conquista y la colonia como la
peste de 1690, que afectó en especial a la población del valle
intermontano Central, las autoridades de la provincia prohíbieron
entonces la utilización de mano de obra indígena, una de las
alternativas posibles, ante esta baja de la mano de obra indígena, era la
utilización masiva de mano de obra esclava -vía utilizada en otros
lugares de América con resultados muy halagadores, en 1690, los
hacendados se vieron obligados definitivamente a explotar
exclusivamente la mano de obra de los "esclavos, negros”, así como a
emplear a los negros, mulatos, pardos y mestizos libres de Cartago,
como mandadores y capataces, en sus haciendas, milicianos y soldados
en el fuerte de San Fernando de Matina y como arrieros de mulas para
el transporte del cacao y otras mercancías que se traían desde Matina.
Este contexto no solo incidió en el ámbito de la producción agrícola y
ganadera, como en el caso de Esparza y otras localidades del pacifico
norte de la provincia colonial, sino que también en la vida cotidiana de
la ciudad colonial de “Cartago del Apóstol Santiago”, donde el uso de la
mano de obra esclava en el servicio doméstico llego a ser símbolo de
estatus social para las familias hidalgas de la nobleza cartaginesa, por lo
que el intercambió comercial, heredades y dotes, con esclavos y
esclavas como mercancía, era un asunto rutinario y cotidiano.
Esto provoca un incremento acelerado en la población de origen afro
en nuestra provincia colonial, llegando incluso a superar a la población
de origen europeo.
Distribución étnica de la población (1777-1778)5
5
Lugar
Españoles
Mestizos
Mulatos Negros
Cartago
9%
65%
26%
San José
11%
73%
16%
Heredia
14 %
74 %
12%
Esparza
11 %
7%
82%
Ujarrás
5%
78 %
17%
Fuentes: Héctor Pérez Brignoli, “La población de Costa Rica según el Obispo Thiel”, pág. 8.
Archivo Nacional de Costa Rica, (en adelante ANCR). Serie C C, Nros. 3608, 3604, 399, 3600, 3602.
Quede aquí establecido que no existe un índice que nos indique con
exactitud la población de esclavos en las haciendas cacaoteras de
Matina, donde además de las labores agrícolas, como mantener
almácigos de las plantas para futuras siembras, la poda, cuido y
mantenimiento de los árboles en producción, la recolección de frutos
etc., tenían que secar y procesar, embalar y pesar las semillas del cacao
para su trasportación, tanto por tierra como por mar hasta los centros
de mercado, venta y distribución, además de quien atendiera las
necesidades cotidianas de esta población, (casa, comida e higiene al
menos), y teniendo en cuenta que existían haciendas con más de dos
mil árboles en producción, el número de esclavos para todos estos
menesteres debió de ser considerable , además es necesario aclarar
que en relación a los negros y mulatos, los datos aquí aportados
corresponden única y exclusivamente al tráfico legal de esclavos, los
negros y mulatos provenientes del tráfico ilegal de esclavos, que se
daba regularmente con los piratas, no se encuentran incluidos, esta
particular actividad comercial de los señores hidalgos, en distintos
momentos de la historia colonial, motivo la intervención directa de los
gobernadores de la provincia que como Diego de la Haya Fernández,
intentaron regular este comercio ilícito.
Y en el Pacífico Norte, los registros de las parroquias ubicadas en
Esparza, Cañas y Bagaces, indican que entre 1712 y 1714 el 60% de los
bautizados fueron mulatos y sesenta años después entre 1776 y 1779 el
número de mulatos bautizados había subido a un 90%.
Matrimonios de mulatos e indios en el siglo XVIII
Los registros de Cartago indican que las uniones entre mulatos,
mestizos e indígenas se fortalecen en las últimas décadas del siglo XVIII.
MATRIMONIOS ENTRE LAS CASTAS
ORIGEN
Mulato libre-Mulata libre
Mulato esclavo-Mulata-esclava
Negro esclavo-Negra esclava
Mulato (a) libre- Mulata (o) esclava (o)
Mulato libre- Negra libre
Mulato libre- Negra esclava
Mulato (a) libre- India (o)
Mulato (a) libre- Español (a)
Mulato (a) libre- India (o) naboría (a)
Total, de matrimonios
524
11
2
14
1
5
12
11
2
582
Se debe de considerar que, en relación a Cartago, los negros, mulatos,
zambos y pardos libres representaban un número importante de la
población de la ciudad, superando incluso al grupo español y ellos se
ubicaban en el ghetto segregacional de la Puebla de los Pardos de
Cartago y que no existe información sobre el número de relaciones
libres de convivencia que se hubieran establecido entre ellos.
Teniendo en cuenta que todo este caldo de cultivo de mestizajes,
mesclas, asimilaciones, sincretismos y demás sinergias, que se gesta en
el crisol de la colonia, es lo que determina el verdadero origen
pluriétnico y multicultural del costarricense y podremos comprender
que dentro de todo esto nuestra herencia afrocolonial es nuestro
derecho a esa africanidad, la que algunos todavía ostentan a flor de piel
en los rasgos fenotípicos que aún sobreviven a siglos de mestizaje, pero
que absolutamente todos la llevamos bajo la piel, como parte
fundamental de la diversidad que realmente somos como pueblo y
como nación.
En otro estudio de los matrimonios que hace referencia explícita al
Pacifico Norte, encontramos que en 1771 un 63% fueron de mulatos.
En Cañas el 100% de los matrimonios fue de mulatos. Y en 1779 en
Bagaces, 24 matrimonios registrados fueron de mulatos y sólo uno de
mestizos, lo que coincide con otros datos que señalan que un 95% de la
población de Bagaces era mulata y negra.
La mezcla entre africanos e indígenas que es conocida como “zambos”;
es la misma que en Guanacaste se le conoce como “Cholos”. “Este
grupo fue lo suficientemente importante, como para dejar la huella de
su cultura y su sangre, en regiones como la del Pacífico Norte”, apunta
Carlos Meléndez.
Ya desde el año 1751 el obispo Morel de Santa Cruz, en su célebre visita
a Costa Rica, indicaba que prácticamente toda la península estaba
habitada por mulatos, frente a esta situación el Obispo propuso la
creación de un pueblo en el cual estas poblaciones pudieran asentarse
y recibir instrucción cristiana. Tal petición fue atendida y se concretó en
1772 en lo que llegaría a ser la ciudad de Santa Cruz (bautizada así en
honor al Obispo), junto al río Diría.
Actualmente un estudio genético de la UCR6, con una muestra de todas
las regiones del país, aplicando la metodología AIMS, obtuvo los
siguientes resultados:
Sin embargo, algunos críticos del estudio señalan, principalmente, que una de las
fallas del estudio se encuentra en que éste no incluyo la selección representativa y
especifica de las muestras para el estudio, tomando en cuenta no solo índices de
densidad de población, sino también todas las otras variables potenciales para la
objetividad del estudio, sino que más bien el estudio se realizó principalmente
sobre muestras antiguas o anteriores, una parte de las muestras fue tomada de
un banco de muestras ya existente. Adicionalmente, también se incluyeron
muestras que se habían recolectado para estudios similares, hechos
anteriormente. Y todo esto podría incidir en que, científicamente, en otros
estudios posteriores, los resultados llegaran a ser diferentes.7
6
Publicitado en el 2016
El estudio completo se puede ver en Repositorio Kérwá de la UCR o en el artículo "Ancestry Informative Markers
Clarify The Regional Admixture Variation In The Costa Rican Population".
7
PATRIMONIO CULTURAL INMATERIAL
Se entiende por patrimonio cultural inmaterial los usos,
representaciones, expresiones, conocimientos y técnicas – junto con
los instrumentos, objetos, artefactos y espacios culturales que les son
inherentes – que las comunidades, los grupos y en determinadas
ocasiones los individuos reconocen como parte integrante de su
patrimonio cultural
La Unesco define el patrimonio oral e inmaterial como "el conjunto de
creaciones basadas en la tradición de una comunidad cultural
expresada por un grupo o por individuos y que reconocidamente
responden a las expectativas de una comunidad en la medida en que
reflejan su identidad cultural y social."
Lengua, literatura, música y danza, juegos y deportes, tradiciones
culinarias, los rituales y mitologías, conocimientos y usos relacionados
con el universo, los conocimientos técnicos relacionados con la
artesanía y los espacios culturales se encuentran entre las muchas
formas de patrimonio inmaterial.
N/ Una aclaración necesaria, en el presente capitulo de este trabajo nos
referiremos solamente en lo esencial al patrimonio inmaterial religioso heredado
de la Puebla de los Pardos de Cartago, concretamente sobre el hallazgo de la
Virgen de los Ángeles y sus implicaciones en el imaginario costarricense, que por
ser tan amplio nos merecería un ensayo particular sobre el tema.
PATRIMONIO INMATERIAL AFROCOLONIAL COSTARRICENSE
ANTECEDENTES
“En estos espléndidos convites abundan en exceso los licores de modo
que son muchísimas las pendencias que se originan; y lo peor de todo
es que después de mui comidos y bebidos se entabla un Bayle o
Zarabanda que dura toda la noche: porque el mayor lucimiento de
todos los Mantenedores y Patronas consiste en que les amanezca en
su fandango.”
(Leon, sin fecha, p6)
Carta del Padre Azofeifa de Cartago al obispo de
Leon Esteban Lorenzo Tristán en 1782.
Pardo es un término antiguo de las colonias españolas en América que
se refiere a los descendientes de esclavos africanos que se mezclaron
con europeos e indígenas conformando una población social que no
era ni mestiza ni mulata.
A partir el siglo XVII se utilizo para identificar un color de piel, que
necesariamente era oscuro, evidenciando el origen afro de quien lo
ostentaba, sin embargo los rasgos físicos de pardos variaban entre sí:
pudiendo tener ojos sesgados o derechos, claros u oscuros, piel
castaña-oscura o casi blanca, sino un color intermedio, nariz chata o
perfilada, así mismo el pelo podía ser rizado, liso o de cualquier otra
textura, y de cualquier color.
Durante la época colonial, por el orden social de castas imperante, la
mayoría de los pardos habitaron en ghettos segregados, llamados
“Pueblas”, en las tierras, chacras, comarcas y ciudades donde los
españoles explotaron la mano de obra esclava.
En 1650 el gobernador, don Juan Fernández de Salinas y La Cerda fue
quien dispuso, oficial y definitivamente, el asentamiento de la
población negra, mulata y parda, de la ciudad, en el paramo de La
Gotera, por lo que pasaría a llamarse la Puebla de los Pardos.
En 1653, el mismo gobernador fundó la Cofradía de la Virgen de Los
Ángeles.
La Cofradía era la encargada de organizar las festividades del 2 de
agosto, que se extendían durante quince días, y que contaban con
juegos de pólvora, toros, disfraces, faroles, cantos en la calle y
fandangos se celebraban en la plaza al costado norte del santuario…
Baile de negros- probable zarabanda
Estos festejos para celebrar a la Virgen de los Ángeles, pronto se
hicieron famosos y empezaron a traer gran romería de personas de
todos los lares y ciudades, incluso de mas allende de esta provincia,
(Leon y otros lugares de las provincias centroamericanas), los negros
mulatos y pardos con su peculiar algarabía hacían comedias,
entremeses y otras diversiones profanas como corridas de toros, que se
realizaban en el atrio y la lonja de la iglesia, todos los años, y los
“Bayles”, fandangos, o zarabandas que se realizaban durante todas las
noches en que se celebraban los festejos en la casona, que don Diego
de la Haya Fernández exgobernador de la provincia colonial, mandara a
construir para la Cofradía, al costado norte de la iglesia, y al parecer se
extendían toda la noche, hasta el amanecer…
Eran quince dias de fiesta y su respectivas noches, así que en estas
fiestas muchas eran las pendencias, desafueros y el relajo, además de
que según las malas lenguas muchas cosas pasaban en los oscuros o
mal iluminados interiores de dicha casona…, -aunque con la mala luz
que había en el lugar nadie podría dar testimonio veraz de ello-, y como
ocurría en los oscuros cuartos de la Cofradía, así mismo ocurría en los
lares y potreros de los alrededores de la iglesia de la Virgen Parda…,
pues el alto índice de nacimientos de mulatos libres en la Puebla de los
Pardos, pasados los nueve meses después de las fiestas, habla por sí
solo …
Sin embargo, y si bien es cierto que muchas de estas actividades fueran
cuestionables para la moral religiosa de la época, también lo es que
toda esta actividad regentaba a la cofradía grandes utilidades
económicas.
Todo esto le permitió a la Cofradía contar con nuevos medios para el
mantenimiento del culto y el arreglo de la ermita, así la institución
habría de llegar a ser una de las más ricas en el siglo XVIII, propietaria
de haciendas y de un capital que prestaba el 6% a los hacendados y
señores hidalgos de la ciudad.
Así pues, la Cofradía de Nuestra Señora de los Ángeles junto a la
institución de las Milicias de negros, mulatos y pardos libres,
cumplieron fuertemente en poblar la Puebla los Pardos, y le llegan a
dar cierta autonomía civil, política y económica a esta comunidad,
asegurando una estabilidad que favorece a que los negros , mulatos,
zambos y pardos libres se estabilizaran en la Puebla de Cartago.
1-VESTIMENTAS DE NEGROS, MULATOS, ZAMBOS Y PARDOS
El vestido
El historiador y sacerdote Manuel de Jesús Benavides8, en su libro “Los
Negros y la Virgen de los Ángeles”, nos refiere a una forma obligada de
vestir de los negros y mulatos, en la estructura de castas de la sociedad
colonial de Cartago, según las leyes de Indias:
Con una variedad de motivos, la política española busco cerrarle a las
castas el acceso al plano económico, político y social de los grupos
dominantes.
Entre otras prohibiciones legales que buscaban mantener una
diferencia marcada en lo social, se dispuso que ni las negras, mulatas o
mestizas pudieran usar artículos de oro, seda, mantos y perlas.
Esto responde a que ornamentos eran distintivos del grupo dominante,
símbolo de riqueza y prestigio, por lo que no podía permitirse que
personas pertenecientes a un status inferior las usaran.
También se impusieron normas en los trajes que podían vestir los
negros, mulatos, indios y mestizos.
En las imágenes a continuación veremos las opciones de vestimenta de
los negros, mulatos y pardos que de acuerdo a su condición tenian en la
america hispana durante la colonia:
8
Pbro. Manuel de Jesús Benavides Barquero / LOS NEGROS Y LA VIRGEN DE LOS ANGELES/
Editorial UCR, 2010
INFOGRAFIAROPA DE NEGROS EN LA COLONIA
Esclavos agrícolas
Negros, Mulatos y Pardos libres
Esclavos de servicio
Mulatos, Zambos y Pardos libres
Ropajes para un negro Bozal_ Perú 1805
Vestimentas negros antillanos
Vestidos
permitidos para
negros, mulatos y
zambos a finales
de la colonia
2- LA MUSICA
La Cimarrona
Se les llama “Cimarronas” precisamente en relación al
término cimarrón, en clara alusión colateral a los negros auto
emancipados que vivían en el monte como algunos animales
asilvestrados llamados así también, como los gatos cimarrones que
hacen ruido al pasar por los techos, los caballos salvajes o las manadas
de ganado cimarrón, y es precisamente por el escándalo que hace la
“Cimarrona” a su paso por las calles de ciudades y pueblos, así como
por ser una manifestación musical característica de negros, mulatos y
demás, nacida en la Puebla de Pardos…
Después de 1782, cuando la iglesia instituye la llamada “Pasada”,
después de la celebración de las fiestas a la Virgen en la plaza de la
iglesia de la Soledad, y tras de permanecer la imagen un mes en la
parroquia de Santiago apóstol los hidalgos de la ciudad de Cartago
regresaban la imagen de la Virgen mulata a los pardos de la Puebla,
durante la procesión del retorno, los negros, mulatos, zambos, pardos y
mestizos de la Puebla, que de otra forma no podían, -masivamente-,
penetrar al centro “blanco” de la ciudad, vestidos con sus mejores
galas, al ritmo de cuernos, tambores, chirimías y los demás fandangos
de su música, con su usual algarabía, danzando a veces y caminando
con devoción otras iban en marcha, tras los miembros de la
Cofradía que cargaban la Virgen al santuario y original hogar de la
“Señora”, su virgen mulata, en la ermita de negros y pardos en la
comunidad de La Puebla de los Pardos, el ghetto segregacional
entonces delimitado por la Cruz de Caravaca, que es donde hoy se
encuentra la Basílica de los Ángeles, ese fue el verdadero inicio de las
llamadas “Cimarronas”…
En general, la música de la cimarrona se enseñaba o aprendía de oído,
sin una partitura, por lo que fue difícil de conservar, ya que su
transmisión dependió de la aparición de nuevos músicos que la
aprenderían de oído, por lo que no existen registros de la música
originalmente tocada por aquellos improvisados músicos que le dieron
inicio, aunque el folclorista y premio nacional de cultura popular Edgar
Cerdas estima que a finales del siglo VII y principios del VIII, la influencia
de la Zarabanda y el Fandango debió de ser determinante en su música.
En la actualidad se considera a las Cimarronas una importante
manifestación de la música y el folclor de Costa Rica, pero contrario a lo
que muchos creen; de que las cimarronas surgen a partir de las bandas
municipales o filarmonías que solían animar las fiestas cívicas o
patronales en cada cantón, en las postrimeras de la vida republicana, lo
cierto es que la realidad de su historia es otra, fue mucho después que
los músicos de estas filarmónicas municipales se incorporaron a las
cimarronas -ya preexistentes desde la colonia-, dándole a las
ancestrales Cimarronas, con sus conocimientos musicales e
instrumentos, el toque característico que las define hoy día, sin
embargo quien sabe si en este tránsito no se perdió más que lo que se
pudo ganar, pues si bien desde el punto de vista de la eugenesia
occidental, esto implico una evolución musical dirigida al ideal estético
del gusto musical en relación a las corrientes musicales eurocéntrica,
pero en relación al punto de vista desde sus raíces africanas esto no
resulta ser más que otro de los procesos de blanqueamiento iniciados a
finales del siglo XIX por los liberales de la llamada “generación del
Olimpo”.
Instrumentos usados en las cimarronas originales de los negros de la
Puebla de Pardos:
Chirimías:
La chirimía es un instrumento viento-madera de doble lengüeta,
trabajada antiguamente de forma grosera y labrada con nueve
agujeros laterales, de los que únicamente seis están destinados a
taparse por medio de los dedos. Las había agudas, altas y bajas.
Fue de uso común en Europa desde el siglo XII, y llevado a las colonias
hispanoamericanas a partir de finales del siglo XV.
Tambores:
Tambores de comparsa cuyo uso se remonta a la colonia
=
Tocando candombe en una fogata de San Juan 1938
Tambores Yuka
Los tambores Yuka solían
acompañar un baile también
llamado Yuka, ejecutado por una
pareja suelta, bailando de frente.
Cachos o cuernos musicales:
Esta trompeta natural esta hecha básicamente de puro cacho de toro o
de vaca.
Además de ser usado como instrumento
musical en festejos y carnaval, su
peculiar sonido se usaba como llamado
o alarma y además para arrimar al
ganado que se pastoreaba.
Para tocarlo hay que colocar los labios sobre el orificio perforado en el
extremo más delgado,-puede tener
varios orificios usualmente no más
de tres que se tapaban con los
dedos- cerrando la boca pero sin
apretar, al soplar hay que hacer
vibrar los labios, produciendo así un
sonido como de trompeta.
Quijada de burro9
La quijada de burro, caballo o res se usa como instrumento de
percusión en varios lugares de Hispanoamérica y en algunos de ellos,
cuando cumple esta función se la conoce como charrasca,
'cacharaina, charaina, carretilla o kahuaha.
Es elaborada con el maxilar inferior o quijada de un burro o caballo que
es hervida y secada hasta que los molares se aflojan y producen un
castañeteo.
9
Quijada de burro antecesor del VIBRASLAP
Dependiendo de la técnica de ejecución se obtienen dos sonidos. El
primero implica golpear la parte final de la quijada con la palma o el
costado de la mano cerrada, ocasionando la vibración de la dentadura.
El segundo se obtiene al frotar la fila de dientes con un palillo
de madera. Este último se denomina "carrasca", probablemente una
voz onomatopéyica.
Se utiliza como instrumento de marcha en los carnavales y fiestas
religiosas, así como también en varios ritmos de origen afroamericano
La quijada de burro le da el toque exacto de percusión afro.
Se ejecuta dándole un fuerte golpe a uno de sus lados, el cual hace que
los dientes de la quijada vibren y produzcan el sonido característico del
festejo que trajeron negros durante la colonia.
La marimba
Muy aceradamente, el folclorista y premio nacional de cultura popular
Edgar Cerdas, a punta que muy probablemente las cimarronas
originales en la Puebla de los Pardos de Cartago, debieron incluir la
“marimba”, en una variedad primitiva y mucho más pequeña, que el
músico se colgaba del cuello o de la cintura para tocarla mientras
caminaba y que fue muy usada por ese entonces en la mayoría de
asentamientos de negros y mulatos para sus festividades en casi toda
America.
Marimba, 1722
Marimba, 1764-1795
Marimba- posible baile de Yuka, 1817
Marimba- San José, Costa Rica, ahora
3- BAILES Y DANZAS DE NEGROS Y PARDOS:
Cuadrante Congo, new Orleans, 1775
En las siguientes selección de pinturas de la época colonial y como
documentos de reconstrucción histórica se podrá apreciar no solo el
color y las vestiduras de negros y pardos de la época en que se dan los
hechos que pretendemos reconstruir, sino que además nos introducen
en una serie de elementos de expresión corporal que nos dan sólidos
elementos del ritmo, el movimiento y la cadencia musical en el baile y
sus danzas y formas expresivas.
Así, parafraseando al doctor Díaz Cruz: a través de una lectura
argumentada de esta fehaciente documentación histórica, se nos
iluminaran rutas de investigación que antes nos eran desconocidas, se
nos insinuaran otras sugerentemente y algunas otras nos será
permitido inventarlas, o más propiamente dicho reinventarlas,
diríamos aquí.
Pues estas pinturas verdaderamente constituyen esa Memoria
Argumentada, dentro de lo que nos habla el doctor Díaz Cruz, y sea a
través de ellas lo que le de continuidad y nos permita intentar
reconstruir las premisas centrales de lo que fueron esas celebraciones
de los negros, mulatos, zambos, pardos y mestizos de la Puebla de los
Pardos de Cartago.
Posible baile Yuka-Makuta
El Baducca, en Sau Paulo- Brasil
Festividad de negros criollos y pardos en el Caribe
Fiesta de danzones en las afueras de la Habana
El candombeó, un baile de negros disfrutado por sus amos blancos
Danza religiosa de Candomblé 1870 Uruguay
Candomblé en Argentina, Venezuela y Brasil
Baile de Candombe
Baile de Candombe
Danza Candombe en la modernidad (B.A.-1965).
Danza de negros criollos y pardos en las Antillas
Danza marcial de Capoeiraa en Brasil
Danza religiosa del culto afroamericano “Obea” en Jamaica y las Antillas
Danza magico religiosa del Vudoo en New Orleans, Luisiana y Haití
Baile ceremonial vudú
Danzas Vudoo en la actualidad
La comparsa
Con comparsas como estas es que probablemente se celebraron en el
siglo XVI las primeras “Pasadas” en el retorno de la imagen de la Virgen
de los Ángeles a la iglesia de Puebla de los Pardos de Cartago
Comparsa de negros con marimba, Brasil 1765-1795
Comparsa de negros con marimba, Brasil 1765-1795
Comparsa de negros con marimba, Brasil 1765-1795
Comparsa que baila al ritmo del Palo de Mayo, costa Misquita, atlántico
nicaragüense
Baile de negros en la colonia- probable zarabanda
4-PASACALLES
Las Mascaradas
10
10
Mascaradas de principios del siglo XX y una contemporánea, la primera foto presuntamente corresponde a una
de las mascaradas de los Valerín, de la Puebla de los Pardos, creadores de la mascarada tradicional costarricense.
El torito es del maestro mascarero y polvorero de Quircot, Custodio Calvo
La mascarada tradicional es una tradición popular de Costa Rica que
tiene raíces en los negros de la Puebla de Pardos durante la época
colonial del país, y que en la actualidad continúa muy vigente.
Su origen parece es el producto de las interrelaciones culturales entre
indios, pardos (negros, mulatos y zambos), los hidalgos y criollos
Las Mascaradas
Mascara africana
Los mantudos de la mascarada costarricense
son los herederos directos de la influencia afro
en nuestra tradición mascarera.
Mascaras africanas
Los parlampanes
La mascarada es una herencia africana a través de los negros, mulatos
y zambos de la Puebla de los Pardos Época colonial:
Se considera a los parlampanes como los antecesores inmediatos a la
mascarada tradicional como se conoce actualmente.
Los parlampanes eran grupos de vecinos de ascendencia africana, negros, mulatos y zambos-, de la Puebla de Pardos, aunque libres de
condición generalmente muy humilde, los cuales se disfrazaban con
trajes ridículos que utilizaban máscaras representando animales.
Durante la época colonial, en la ciudad de Cartago, antes del inicio de
las corridas de toros durante las festividades religiosas, de la virgen
Parda, los parlampanes salían a bailar y corretear al público asistente.
En esa época, las máscaras eran fabricadas de cortezas, maderas suaves
como la balsa y con el tiempo se harían en cedro amargo y papel
maché o cartón piedra.
En ellas, se presentaba
un sincretismo religioso con influencias
africanas, indígenas, y posteriormente
españolas...
Mascara tradicional centro-africana
Danzante enmascarado, África
Los asistentes se vestían con mantas (de donde proviene el término
“mantudo”), a las que hacían agujeros para los ojos, la nariz y la boca,
sobre la cual se colocaban las máscaras esta tradición tiene un origen
eminentemente africano, aunque posteriormente los vemos en ciertas
fiestas aborígenes como la de Los Diablitos en Boruca.
Los Diablitos Borucas
Manufactura de las caretas para mantudos
Hoy día los distintos personajes representados en las máscaras reciben
localmente el nombre de mantudos o payasos, y se caracterizan por
pasearse por las calles de los pueblos durante las diversas festividades
populares o religiosas, persiguiendo a los asistentes, bailando al son de
música de cimarrona y acompañados de fuegos artificiales.
Fue un artesano de la Puebla de los Pardos, Rafael Valerín, nacido en el
barrio de la Puebla de los Ángeles en Cartago y que vivía frente al
costado sur de la iglesia de la Virgen de los Ángeles, quien en 1824,
ayudando en los que haceres de la iglesia encontró un viejo baúl donde
se guardaban unas viejas máscaras de cabezudos de origen español y
de ahí tomo la idea y empezó su fabricación, fusionando el uso de estas
mascaras de gigantes con el de la tradición de los parlampanes dando
inicio así a la primer mascarada, de la que sería esta importante
tradición de los costarricenses.
En 1997, mediante Decreto Ejecutivo N° 25724, se declaró al 31 de
octubre el Día Nacional de la Mascarada Tradicional Costarricense.
Mascarada principios de siglo XX en Cartago
Mascaradas vintage.
5-TEATRO:
Juegos de Moros y Cristianos
Las representaciones de moros y cristianos en América tienen sus
orígenes en las representaciones y danzas de moros y cristianos que se
realizan en la península ibérica desde hace muchos siglos, pero sus
ambientaciones se enmarcan aquí en la conquista de América, iniciada
en 1492.
Así los personajes contendientes, de un lado y del otro, corresponden a
individuos, reales o inventados, que participaron en la conquista o la
defensa de los diversos territorios que reclamaba la corona española.
Aunque han sufrido cambios a lo largo del tiempo, todavía son
expresión viva de los pueblos que las hicieron suyas y forman parte
sustancial de sus tradiciones y patrimonio cultural.
De esta forma en muchas partes de América las representaciones de
moros y cristianos ambientadas en la conquista son expresiones que
sigan vigentes después de más de 400 años, en nuestro caso el Baile de
los Diablitos de la etnia Boruca, en el pacífico sur costarricense, es un
ejemplo vivo de ello.
En Costa Rica esta tradición tuvo su punto de esplendor en la Puebla de
los Pardos de Cartago, a través de las Milicias de Negros Mulatos y
Pardos libres, donde las representaciones del Juego de los Moros y
Cristianos, conformaban todo un montaje escénico que incluso
involucraba caballos reales, disfraces y mascaras (los parlampanes), de
ahí se proyectó esta tradición a otras comunidades, esto incluye a los
borucas quienes todavía, como ya se dijo, la mantienen viva a través de
su Baile de los Diablitos…
Poco a poco a través de los años esta tradición escénica se fue
transformando en las llamadas “veladas” que finalmente fueron
incorporadas a principios del siglo XX en el sistema educativo
costarricense como formas de representación de hechos históricos
relevantes, como las conocidas veladas escolares sobre el
‘Descubrimiento de América’ o la ‘Gesta de 1856’… y que poco a poco
se inclina a su desaparición.
Sin embargo, podemos decir que en este ludismo colonial practicado en
la Puebla de los Pardos de Cartago está el origen de nuestro teatro
autóctono.
Foto de cerca de 1920 Caballista enmascarado, similar a los que, según las
descripciones de la época, participaban en los juegos de Moros y Cristianos de la
Puebla
6- TRADICION MILITAR:
Milicias de mulatos y Pardos libres
Después de 1650 las “Milicias de mulatos y
Pardos libres” fueron establecidas y
organizadas
en Costa Rica por el
gobernador Juan Fernández de Salinas y
La Cerda.
Las Milicias de mulatos y Pardos libres de
Cartago y Santo Espiritu de Esparza, eran
la única línea de defensa real de estas
ciudades en contra de los ataques de los
piratas y el medio para socavar cualquier
insurrección indígena.
Estas “Milicias de Pardos”, daban
estabilidad y elevaban la condición social de los mulatos y negros libres,
el prestigio que conllevaba ser miliciano era una de las principales
motivaciones para pertenecer a uno de estos cuerpos.
La posición de los negros y mulatos como soldados les permitía adquirir
prebendas de las autoridades coloniales y contar con la capacidad de
realizar maniobras políticas destinadas a conseguir alivios tributarios,
inmunidades judiciales, derechos económicos, beneficios comerciales y
acceso a propiedades selectas para la agricultura.
Dicha situación no involucró solamente a los soldados de color libres,
sino también a sus familias, vecinos y otros segmentos de la población
de colonos negros
Algunas unidades seleccionadas, contaban con el derecho a portar
armas, llevar uniforme aun no estando de servicio y
fundamentalmente, poseer fuero militar.
Así, como es de esperar, es entre estos pardos, que eran milicianos y
tenían un trato común y cotidiano con la pólvora, en que surgen los
primeros polvoreros y artistas de los fuegos de artificio de la Cartago
del Apóstol Santiago y de nuestra provincia colonial.
7-FUEGOS ARTTIFICIALES
Juegos de Pólvora
Los dispositivos pirotécnicos que tienen efectos visuales, sonoros y
fumígenos con una finalidad lúdica y de espectáculo son conocidos
como "fuegos artificiales", "fuegos de artificio", "juegos de polvera o
pirotécnicos.
"El origen de la pirotecnia está directamente relacionado con la
invención de la pólvora en China.
La fórmula de este material inflamable fue llevada a Europa por los
árabes o moros durante su gran expansión por el norte
de África y España.
Los árabes irrumpieron en las defensas de ciudades amuralladas con las
primeras armas de fuego, como la culebrina murallera, si bien esta
arma era de poco calibre y poco eficiente.
En su ocupación en la Península Ibérica, los árabes sentaron las bases y
la
tradición
polvorista
también
con
fines
lúdicos
en Murcia, Alicante y Valencia; lugares éstos con una amplia tradición
del fuego
En la america colonial la figura del POLVORERO emblemátiza al
artesano que a partir de la mezcla de carbón, salitre y azufre producía
la pólvora para armas o para los fuegos artificiales.
En Costa Rica esta tradición tiene fuertes vínculos con la Puebla de los
Pardos de Cartago, las Milicias de negros, mulatos y Pardos libres y la
tradición de las fiestas agostinas en honor a la Virgen de los Ángeles.
Hoy la pirotécnica es una floreciente industria fuertemente cimentada
en la herencia tradicional de las familias “polvoreras’ de Cartago y
ligadas de algún modo con los milicianos de la Puebla de los Pardos.
8-FESTEJOS POPULARES
Los Turnos
Según Monseñor Thiel11, después del hallazgo o aparición de la Virgen
Parda, se decidió construir una ermita en el lugar, una vez que se
empezó a construir la ermita y como no tenía fondos, el vicario foráneo
de Cartago, padre Baltasar de Grado, nombró mayordomos para que
pudieran solicitar limosnas, tradición que se continuo luego aun cuando
ya la Cofradía de la Virgen de los Ángeles, después de 1653, tomo
control de todas las actividades alrededor de la figura de la Virgen
Parda.
En este hecho muchos historiadores, folcloristas e investigadores ven la
aparición de los llamados “Turnos” como la forma o manifestación
tradicional de los festejos populares en nuestras comunidades.
Y es que estas visitas de los mayordomos de la virgen a cada comunidad
se hacían de acuerdo con la fecha de celebración de su santo patrono, o
sea, se visitaba al santo que estaba de “turno”.
En estas visitas los mayordomos de la Puebla llegaban con alguna
replica,( tallada en madera o piedra, de la imagen de la virgen),
seguramente se celebraba misa y el rito correspondiente a los
requerimientos religiosos, posteriormente, los pardos que también iban
con sus cimarronas y toda su tradicional algarabía, zarabandas,
fandangos incluidos, comenzaban la fiesta y así la celebración religiosa
➢
11
Bernardo Augusto Thiel. Datos Cronológicos para la Historia Eclesiástica de Costa Rica San José, Ministerio de
Cultura Juventud y Deportes, Comisión Nacional de Conmemoraciones Históricas. 1983, p.40
daba paso a la fiesta popular…; la colecta y la posada de la imagen de la
virgen en la casa (ermita o iglesia) del santo se efectuaban entre
"fiestas, comilonas, juegos y tomatingas"
Y de ahí nuestro tradicionales TURNOS.
9-GASTRONOMIA:
Herencia africana en el recetario tradicional costarricense
Desde la perspectiva del patrimonio inmaterial es importante
reconocer algunos platillos considerados como parte del patrimonio
cultural costarricense que son una parte manifiesta de nuestra herencia
africana en el recetario tradicional costarricense.
Posteriormente de las migraciones forzadas de personas de origen
africano que fueron traídas a estas tierras americanas en el Siglo XVI,
se definen en la cocina tradicional costarricense una serie de platillos
que llegarían a caracterizar la gastronomía tica, entre ellos el
gallopinto, el casado, la tortilla, los tamales y la olla de carne, durante
la colonia los pobladores de origen africano influenciaron de manera
determinante nuestra cocina criolla desde las llanuras de Guanacaste
hasta el valle y la meseta central, no solo con sus recetas y platillos, sino
que también creando nuevas interacciones, simbiosis, sincretismos con
la cocina española e indígena permitiéndonos el poder degustar el día
de hoy el inmensamente rica variedad que resulto de esa mescla.
Aquí se trata de rescatar e identificar ese inmenso aporte africano de
nuestra cultura culinaria sin desmerecer para nada las otras dos raíces
fundamentales de la misma, la indígena y la española.
10-LOS OFICIOS ARTESANALES:
La práctica de los oficios artesanales en la Puebla de los Pardos
A lo largo del siglo XVII se hizo patente, en las florecientes urbes de la
América española, la necesidad de mano de obra especializada para
todas aquellas actividades de la vida urbana: así surgieron zapateros,
carpinteros, herreros, sastres, panaderos, cocineros, empleados de
casa, etc.
Oficio de zapatero
Pero el aumento del número de artesanos en, no se debió tanto a la
migración de artesanos desde España, sino al aprendizaje de estos
oficios por parte de los indígenas, negros, mestizos, pardos, mulatos y
zambos; así, a pesar de la pretensión de los peninsulares y de los
criollos sobre la exclusividad de algunos oficios, en America pudo más la
necesidad que las reglas gremiales.
De las “Pueblas de los Pardos” salieron artesanos, carpinteros y
ebanistas, arrieros y carreteros, mandadores de hacienda, curtidores y
tenedores de pieles, zapateros, herreros y polvoreros, en general,
todos aquellos trabajadores que requerían de cierta habilidad a través
de la práctica de un oficio manual.
Al comenzar el siglo XIX, los Pardos formando gremios y cofradías,
atendían una diversidad de oficios que se habían hecho indispensables
en las nuevas magnitudes urbanas.
Muchos de los africanos conocían oficios como el de los metales, la
madera y el hilado, por citar solo algunos; lo único que les faltaba
conocer eran las técnicas europeas.
La ciudad de Cartago no fue la excepción, y de esta situación sacaron
provecho muchos propietarios de personas esclavizadas, como en el
caso de Cristóbal de Vargas, quien entregó a un esclavo llamado Juan, a
Diego Pérez, maestro de sastre, por seis meses, para que le enseñara el
oficio.
Pérez se lo debía devolver como oficial para que pudiera cortar y coser
cualquier género, similar fue el caso de García de Alvarado quien colocó
por tres años a Juan Luís, un niño esclavo de 10 años, con el sastre
Pablo Sánchez.
Para reclutar mano de obra para la formación de artesanos se echó
mano de varios instrumentos legales: uno de ellos fue el de los
asientos.
Poner en asiento equivalía a un contrato entre dos partes, donde
mediaba una autoridad, en este caso los alcaldes ordinarios
Se empezaba siendo: aprendiz, luego oficial y por último, previo
examen, maestro.
En Cartago, suponemos que en la mayoría con talleres, los maestros
recibieron a lo largo de la centuria a niños mulatos, negros y pardos
para que aprendieran un oficio.
Si seguimos el historial de la Puebla, y sus denuncias ante la Audiencia
de Guatemala, es probable que si de la Puebla sacaron a muchos
pardos libres para emplearlos forzosamente en los servicios domésticos
en las casas de los señores hidalgos de la ciudad, sacaran también
muchos de ellos, sobre todo a los huérfanos, para servir en los talleres.
Fabricantes de escobas
Pero también dieron casos en que los padres pusieron a sus hijos a
aprender oficios sin que el asiento fuera registrado.
Durante el siglo XVIII, la sastrería y la herrería eran las áreas donde más
sobresalían por sus destrezas, primero los mulatos, luego los pardos y
después los negros, lo que confirma la existencia de una población
afrocostarricense establecida en la provincia antes del boom de la
actividad cacaotera del siglo XVIII.
De ese modo el mundo de los artesanos se convirtió, igual que el
espacio de la vida doméstica, en un espacio de interrelación, alianzas y
contradicciones entre personas de diferente status social.
Oficio de peluquero
11-TRADICION TAURINA:
Fiestas de Toros
También el gusto de los ticos por las corridas de toros se remonta a la
época colonial cuando se registran las primeras corridas que surgen
ligadas al desarrollo de la ganadería y por la influencia española en el
valle central, tanto en la colonial Cartago, como en la jurisdicción de la
ciudad de Espiritu Santo de Esparza, (-Garabito, Canas, Bagaces y
Nicoya-).
Según el historiador M.Sc. Francisco Enríquez Solano, desde esa época
hay registros de que se hacían corridas para las fiestas cívicas
El Padre Ramón Azofeifa de Cartago en una carta al obispo Esteban
Lorenzo Tristán en mayo de 1782, (Leon, p6), describe:
“También se hacen en el Atrio y Lonja todos los años las fiestas de
toros”12
La alocución la hace el padre Azofeifa en relación a los hechos ocurridos
en una de estas fiestas de toros celebrada en el marco de las fiestas
agostinas para celebrar a la Virgen de los Ángeles en la Puebla de los
Pardos de Cartago, el 17 o 19 de agosto de 1772, o sea diez años antes
de la carta del padre Azofeifa al obispo Tristan.
Estos hechos nos indician a deducir el inicio de la celebración popular
de las fiestas taurinas en Costa Rica en la Puebla de los Pardos de
Cartago durante la colonia…
En el marco incipiente, de la posterior tradición religiosa conocida
como la Pasada, el historiador Franco Fernández Esquivel, nos reporta
un interesante desarrollo de esa tradición taurina, cuando desde la
“Pesa o Rastro” de ganado ubicado en la Puebla de los Pardos y cerca
de la iglesia de la Soledad, se soltaban toros y novillos que eran
arreados por los señores y señoritos, de la muy noble y leal ciudad, que
cabalgando en los mejores ejemplares de sus caballerías, emprendían la
correría a través de lo que hoy es la avenida cuarta, o sea la que pasa al
costado sur de las ruinas de la parroquia, hasta desembocar en la Plaza
Mayor, durante el recorrido y aun en la Plaza Mayor esos toros y
novillos eran sorteados, al estilo de Pamplona, en medio de la algarabía
popular, por las gentes de origen más humilde de la ciudad (mestizos,
indígenas, negros, mulatos, zambos y pardos).
Este pareciera ser el inicio de dos tradiciones que se continúan
practicando aun hoy día, la de los “Topes” y la de los “Toros a la Tica”…
Revista de los Archivos Nacionales. Año II. Marzo-abril de 1935. #5 y 6. Imprenta Nacional. San José, Costa Rica.
1938. P.294
12
12-LAS GALLERAS:
La tradición costarricense de las peleas de gallos
Para el descubrimiento de america la tradición de las peleas de gallos
ya tenía más de 500 años en España.
Los gallos de razas finas o de combate eran criados bajo normas de
alimentación y cuidados especiales para lograr un desarrollo físico ideal
y a los de mejores cualidades para la reyerta se les sometía a un
acondicionamiento físico o entrenamiento para que al llegar a su
combate o pelea demostrara sus mejores cualidades en el combate y
fuera declara como ganadora; para ello, claro esta, debía dejar a su
adversario muerto o inhabilitado para seguir peleando.
Solo los gallos con "poca casta" huían de la pelea al estar heridos, en
cuyo caso pierdan el combate o la pelea, lo que implicaba un gran
desprestigio para su propietario y criador.
En Costa Rica y otras regiones de America, para las peleas los gallos
eran equipados con espolones artificiales, podían ser de carey, hueso
de pescado o acero, etc.
Originalmente, «palenque» era el terreno cercado por una estacada
para celebrar algún acto solemne, aunque en la America colonial
los palenques eran los asentamientos donde se refugiaban los esclavos
negros que se rebelaban contra sus amos o se fugaban de
su vida de esclavitud, el coliseo o "Gallera", que tradicionalmente era
destinado para las peleas de gallos en America también fue llamado
“palenque”.
Así pues, “palenque” también era local destinado a realizar
peleas de gallos, esto tal vez se deba a que en America en general, los
amos blancos delegaban preferentemente en sus esclavos negros la
crianza y entrenamiento de estos animales de combate, esto hizo a su
vez que muchos de estos esclavos, una vez libertos, continuaran con la
afición adquirida hacia las peleas de gallos y en caso de los negros
cimarrones, mantuvieran la práctica de esta actividad en sus
asentamientos clandestinos o palenques done se refugiaban…
En Costa Rica las peleas de gallos fueron una práctica muy extendida
incluso hasta ya muy entrada la vida republicana, presidentes como el
prócer Juanito Mora o su hermano el General José Joaquín Mora, e
incluso el mismo Ricardo Jiménez, quien proscribió su práctica, fueron
conocidos como grandes galleros, pero aunque en Costa Rica, las
peleas de gallos son ilegales desde 1922, igual se siguen practicando
hasta el día de hoy.
El hecho de que a inicios de la vida republicana la actividad de los gallos
de pelea se encontraba tan extendida y arraigada en el territorio
nacional nos indica que durante todo el periodo colonial
probablemente fuera una de las actividades de ludismo e interacción
social más arraigadas y permanentes en la vida cotidiana de la Cartago
colonial.
Así que es de suponer que su práctica en los lares de la Puebla de los
Pardos desde la colonia debió de ser muy usual y que siendo esta una
actividad estructurada en diferentes dinámicas socio-económicas,
como lo son la crianza, selección, preparación y entrenamiento del
animal, las peleas y las apuestas, la compra y venta de padrotes y
gallinas de crianza, etc., convertían a esta actividad recreativa en un
espacio de interrelación, alianzas y contradicciones entre personas de
diferente status social, un punto de relajación en una sociedad de
castas y apariencias sociales.
13-El léxico:
Recuperación de vocablos de origen africano en el hablar
tradicional costarricense
Un día de mercado en la Plaza Mayor, detalle de un cuadro del pintor cartaginés Braulio Vega.
“…en los centros urbanos como Cartago, presumimos que en los
días de mercado era plausible que se hablara kikongo, la lengua
del principal grupo de africanos asentados en la Costa Rica de
entonces”
Dra. Rina Cáceres
Revista Conexiones-MEP
Volumen 5, Nº2, agosto 2005
El grueso de los esclavos africanos traídos a Costa Rica provenía del
Congo, por eso muchos de los vocablos y toponimias africanas en Costa
Rica, son particularmente originales del Reino del Congo en África, aquí
como ejemplo algunos de ellos:
Angú: puré de plátano o guineo, el nombre "angu" viene de la
lengua árabe-africana de África Occidental, donde la palabra se
refería a un puré de Ñame sin condimento.
Angurriento: (-de “angú”-), alguien con mucha hambre o
necesidad, también persona insaciable o aprovechada.
Arrurú: “niño no llores”, (lengua berebere) -Arru: niño, Ur: No
(negación), Rur: llorar
Bogo: especie de bote
Cabanga: nostalgia, Cabanga también es el nombre toponímico de
una ciudad de Angola
Cachimba: pipa para fumar (lengua bantú)
Congo: nombre dado al mono aullador negro (Alouatta palliata)
Cumbo: jícara grande
Changa o Chango: mono pequeño (yoruba de Shango)
Gurrumino: niño pequeño (lengua Bantú)
Kandanga = Es el Diablo, la palabra tiene su origen en el Congo,
viene de Nganga que es la Cazuela del brujo o curandero, pero en
su forma de Kandanga o Kanganga define algo malo y a la entidad
maligna o el diablo.
Malanga: tubérculo- viene del kikongo (dialecto bantú) ma-lánga y
significa "planta de la cual se comen las hojas y los tubérculos".
Marimba: instrumento de percusión de origen africano, viene del
Kimbundu o Bantú: kalimba, marimba o malimba. Marimba es
también el nombre toponico de una ciudad de Angola
Matina: nombre colonial de un río y poblado en el caribe de Costa
Rica y Matina es el nombre de una ciudad o poblado de
Mozambique, en la costa este de África.
Matamba: especie de palmera, el reino de Matamba (1631-1744)
fue un estado precolonial africano localizado en lo que
actualmente es la región de la provincia de Malanje de la moderna
Angola.
Mondongo: panza de res (lengua: kikongo) y nombre de una etnia
africana
Morongo: morcilla
Motete: grupo de cosas principalmente ropa acumulados sin
ningún orden, en lengua kimbundú es una carga, en lengua ndjabi:
“Mutete”, es maleta o equipaje.
Ñampí: tubérculo- nombre africano
Ñame: tubérculo- nombre africano
Ñanjú: planta del Guanacaste- nombre africano
Pachanga: Alboroto, fiesta, diversión bulliciosa y desordenada
(proviene de Shango deidad centroafricana de los tambores, la
fiesta y el rayo), también se entiende por “pachanga”: una danza
originaria de Cuba, y un partido informal de fútbol que se juega
con una sola portería.
Panga: especie de bote de río
Quijongo: instrumento musical de origen africano, también es una
toponimia africana, monte Quijongo en Angola
Sambumbia: Sopa con muchos ingredientes o cosas mezcladas
Saperoko: Un Reguero (Probablemente proviene de los Zape de
Sierra Leona)
Timba: panza, estomago abultado, (lengua bantú) -origen
tingomba: tambor-.
Timón: especie de balsa
Tufí: excremento (lengua kikongo)
Mandinga: este vocablo de origen africano y
hace referencia a una etnia africana de culto
islámico, cuyos miembros eran reconocidos
por su educación y refinamiento, los esclavos
de este origen eran muy buscados por los
cartagos para que sirvieran en sus casas, esto
les daba prestigio en el mundo social de
entonces.
“No seas Mandinga”, es un decir de Cartago en relación a los modos
amanerados de algún varón.
Gurrumino vos de origen africano cuyo
significado es: niño pequeño y que en Cartago
fue utilizado para designar al niño esclavo
comprado como mascota o compañero de
juegos para el hijo del amo blanco.
~Matamba dijo la Changa~
Dicho costarricense, usado por los niños para apropiarse de algo que se
encuentran y no les pertenece.
Pregunta: -¿te regalaron un tufí?,
Contrapregunta: -¿y que es un tufí?,
Respuesta: -un cerotíco asíBroma tradicional en Costa Rica
Personajes Notables de la Puebla de
los Pardos de Cartago
Juana Pereira
La parda denominada Juana Pereira al momento del encuentro o hallazgo de la imagen
de la Virgen Mulata de la Puebla
El historiador Rafael Obregón Loría solía decir que “la idiosincrasia del
costarricense se construyó alrededor de la Virgen de los Ángeles”. El segundo
Arzobispo de San José, Monseñor Víctor Sanabria Martínez, intentó recuperar
datos sobre la mulata, que según la tradición hallo la imagen de piedra, pero
esto no fue posible pues los documentos de la colonia son muy escuetos en lo
referente a este personaje. Sin embargo, en sus investigaciones, detectó que
la mayoría de mujeres de esa zona se llamaban Juana y llevaban por apellido
Pereira. Al no dar con la identidad de la mulata, decidió llamarla “Juana
Pereira” como un homenaje a todas las mulatas y pardas de la Puebla de
Cartago.
Capitanes y otros oficiales de las
Milicias negras, mulatas y pardas de Cartago
1651 – 1812.
1651-55:
Milicia de mulatos, negros libres y mestizos bajos de la Puebla de los
Pardos de la Ciudad de Cartago:
✓
Diego de Zúñiga, pardo, Capitán y comisario.
✓
Lucas de Contreras, mulato, Capitán de Infantería.
✓
Julián Gaspar, pardo, Capitán de las milicias y cofrade, desde
1652 participó en la conformación de las ordenanzas la Cofradía
de la Virgen de los Ángeles.
1662:
Milicias de los mulatos vecinos de la Puebla de la Reina de los Ángeles:
✓
Francisco de Chinchilla, mulato, Alférez.
✓
Juan Bentura, mulato, Sargento.
1672:
Compañía de Pardos de la Ciudad de Cartago:
✓
Diego Zúñiga, pardo, Capitán.
1676:
Compañía miliciana de mulatos, negros libres y mestizos bajos, de la
ciudad de Cartago:
✓
Lucas Servantes, mulato, fungió 22 años como Capitán,
primero de las Milicias y luego de la Compañía.
1709:
Compañía de gente parda, de negros libres y mestizos bajos, de la
ciudad de Cartago:
✓
Blas de Ancheta, mulato, Capitán de Infantería miliciana
1713:
Compañía de gente parda y mestizos bajos (con 33 armas de fuego y 44
lanzas):
✓
Blas de Ancheta, mulato pardo, Capitán de la Infantería.
En este mismo reporte de 1713, se incluyen al menos quince esclavos,
armados con escopeta, lanza o pistola, propias, como parte de las
milicias en Matina.
1717:
Compañía miliciana de los pardos, mestizos y negros de la ciudad de
Cartago:
✓
Joseph de Cavaría, mulato pardo, Capitán.
1758:
Compañía de pardos negros y mestizos de la Puebla:
✓
Francisco de la Riva, pardo, Capitán.
✓
Blas de la Candelaria de Zúñiga y Mena, pardo, Capitán
✓
Pedro Vicente de Cavaría, mulato pardo, Ayudante.
1785:
Cuerpo de pardos de milicias disciplinadas.
✓
Gregorio Andrade, mulato pardo, Coronel
✓
J. Joachin Coronel, pardo, Capitán
✓
J. Miguel Cárdenas, pardo.
Juan Antonio Paniagua, mulato pardo.
Milicia de pardos, mulatos, negros libres y mestizos bajos en la defensa de la ciudad de Espíritu
Santo de Esparza contra una de las invasiones de piratas, la fortificación fue emplazada por
órdenes de gobernador Lacayo y Briones a raíz de las invasiones de los piratas ingleses,
irlandeses y franceses, durante tres años consecutivos (1685, 1686 y 1687) (Imagen del álbum de Figueroa-ANCR)
Un pardo notable
En 1780, Gertrudis Zavaleta, vende por 100 pesos de plata o sea 150 pesos de
cacao, un esclavo llamado Leonardo, de “color blanco” y de 7 años de edad13.
En 1784, Leonardo fue otorgado a don
Joaquín de Oreamuno por medio de una
dote, en ese momento contaba con 12
años..., ese mismo año la esclava Magdalena
madre de Leonardo compró la libertad de su
hijo por 200 pesos14.
Leonardo continuó utilizando el apellido de
sus antiguos amos, la casa de los Zavaleta
reconocidos esclavistas de Cartago, ya en
1811 se casó con Josefa Pacheco, con quien
tuvo 11 hijos; habitaron en la Puebla de los
Pardos, sitio en el que vivían los mulatos, pardos y negros libres de Cartago.
Este ex esclavo destacó por su incomparable inteligencia; en su juventud y edad
adulta fue músico de la cofradía de la Virgen, sacristán, carpintero y Defensor de
Menores15.
Después de la Independencia política fue maestro de la escuela de la Puebla,
delegado electoral de la Puebla, Boruca y Térraba, regidor del Ayuntamiento de
Cartago, alcalde segundo y tercero, así como jefe político oriental, el que fuera su
cargo político más importante.
Fue ecónomo de caminos hacia 1826 y en esa misma fecha redactó un memorial
en el que se quejaba de la suciedad del agua de Cartago y del peligro en el que se
encontraban sus pobladores16.
A Leonardo le tocaron mejores tiempos, no solo como mulato libre de “color
blanco”, sino que ocupó cargos medios y altos en el espacio local que le llevaron a
mejorar el nivel educativo de sus hijos.
La mejor prueba de esta situación es el caso de su hijo Matías Zavaleta quien
fungió como párroco de Desamparados de 1854 hasta 1898, año en que murió17.
13
ANCR. Protocolos de Cartago, 973, fl. 4 v, 05-02-1780
ANCR Protocolos de Cartago, 977, fl. 37 v, 20-07-1784
15
ANCR. Protocolos de Cartago, 1007, fl. 64 v, 18-11-1814
16
ANCR. Protocolos de Cartago, 1054, 1826
17
Payne Iglesias Elizet Vendida desde el vientre de su madre: Josefa Catarina y los esclavos de doña Manuela de
Zavaleta (1750-1835) Revistas Académicas UCR Vol. 11, Núm. 2 (2014) >
14
Este sacerdote, de ancestralidad afro y descendiente de esclavos, proveniente de
la Puebla de los Pardos de Cartago, dejó un gran legado material y espiritual en la
entonces villa de los Desamparados.
El sacerdote Matías Zavaleta, hijo de Leonardo fue el padrino y protector del
escritor, intelectual y educador costarricense, Joaquín García Monge, Benemérito
de la Patria18.
18
Benavides, 2014, 1
Heroína nacional
Francisca ‘Pancha’ Carrasco, nació supuestamente el 8 de abril de 181619, en Taras
de Cartago, en el seno de una familia de mestizos-mulatos, que provenían de la
Puebla de los Pardos, de la ciudad de Cartago; nació en el ocaso del
periodo colonial; fue hija de José Francisco Carrasco y María de la
Trinidad Jiménez; él casi siempre fue consignado en los documentos como
mulato y ella, en cambio, casi siempre como mestiza (aunque el padre de
María, también es citado a menudo como mulato ). 20
19
En Genealogías de Cartago (hasta 1850), de Monseñor Víctor Sanabria Martínez, en el Tomo II, Pág. 657 consta
la siguiente información: Francisco Carrasco Méndez c.(casado) 24.5.1815 c.(con) María de la Trinidad JIMENEZ. 1.
José Cayetano Jiménez y Gertrudis Barahona msts./ Hijos: - Petronila de Jesús (9.10.1817) - Andrea de J.
(30.11.1818) - Pablo de Jesús (14.1.1824) - Francisca Carrasco [no aparece año de nacimiento]_c.(casada) 8.4.1834
c.(con) Juan Solano
20 http://wvw.nacion.com/ln_ee/ESPECIALES/raices/2006/agosto/30/raices51.html
Genealogía de Francisca Carrasco Jiménez- Mauricio Meléndez Obando.
El Mascarero
El Pardo Rafael Valerín, nacido en el barrio
de la Puebla de los Ángeles en Cartago y
artesano de oficio, fue quien, fusionando la
tradición española de las mascaradas de
gigantes con el de la tradición de los
parlampanes y mantudos de origen
africano en la Puebla de los Pardos, fabrico
la primera mascarada costarricense; a la
que serian agregados posteriormente
diferentes elementos nativos.
Don Rafael, continuaría a través de su vida
con la fabricación de estas mascaras, como
un oficio complementario, dando inicio así
a la que sería esta importante tradición de
los costarricenses.
Su hijo Jesús Valerín continuaría con la herencia de su
padre y después la trasmitiría a otros que continuaron
con este oficio extendiendo la tradición a través de
todo el territorio nacional.
PATRIMONIO CULTURAL MATERIAL
Existe un patrimonio material o tangible que se encuentra en forma
física (arquitectura, construcciones naturales, objetos, documentos,
etc.) y como ya vimos uno inmaterial o intangible (conceptos,
tradiciones, personas, etc.), pero independientemente de este hecho,
cualquiera que sea su naturaleza el patrimonio es un bien agotable, que
está en constante amenaza de destrucción, tanto por agentes exógenos
como por agentes internos de la misma cultura o identidad a la cual
representa, así al igual que encontramos bienes naturales en peligro,
encontramos bienes culturales en peligro de desaparición.
Así pues, en la Asociación Cultural Puebla d’Pardos, llamamos
patrimonio cultural material a: “-todo objeto u estructura natural,
arquitectónica o conceptual que se considere dotada de valor estético,
histórico, científico o espiritual para determinada o determinadas
identidades culturales, étnicas, sociales o religiosas-”, con lo cual
estaremos reconociendo un espectro mucho más amplio, aunque no
antagónico, que el incluido por la ley costarricense de patrimonio
histórico-arquitectónico, cuyo objetivo primordial es la conservación,
protección y preservación de los bienes inmuebles que posean un valor
de naturaleza histórica y arquitectónica, y que, previamente, hayan sido
declarados así por el Ministerio de Cultura, Juventud y Deportes..
Desde esta perspectiva en relación a la Puebla de los Pardos nos
involucran preferentemente tres espacios arquitectónico-geográficos y
un objeto histórico-religioso, a saber:
PATRIMONIO MATERIAL AFROCOLONIAL COSTARRICENSE
1- LA CRUZ DE CARAVACA
Conocedores de que la presencia de africanos y afrodescendientes
en Costa Rica data de mediados del siglo XVI, o sea desde que llegaron
con los primeros españoles y que durante el siglo XVII se creó el primer
asentamiento de población afrodescendiente en Cartago, entonces
capital de la provincia colonial, siendo llamada la Puebla de los Pardos,
conocida posteriormente como la Puebla de Nuestra Señora de los
Ángeles, en la actualidad se le determina como barrio de las Ángeles.
Y que es en esta Puebla de los Pardos –localizada entonces en el
paraje La Gotera- fue donde dio inicio en el siglo XVII la advocación a la
Virgen de los Ángeles, hoy Patrona de Costa Rica.
Ya desde su fundación, los habitantes afrodescendientes de la
Puebla, como grupo social, recurrieron constantemente a las leyes
vigentes para garantizar su libertad y libre albedrío.
A partir de 1676, se les concede a los pardos de la Puebla de
Cartago, autonomía política controlada, es por esto por lo que
supuestamente para destacar claramente cuáles eran las nuevas tierras
comunales en las que los Pardos podían cultivar, aparte de las que ya
les habían sido asignadas, se instalan como mojones las “Cruces de
Caravaca”, como delimitantes de las territorialidades de Puebla de los
Pardos, de acuerdo con el historial de la Puebla, y sus denuncias ante la
Audiencia de Guatemala, es probable que estas cruces mojón
cumplieran una doble función, por un lado la de mantener a raya a los
nobles de Cartago para evitar que siguieran cometiendo desafueros en
contra de las viudas y los menores libres de la Puebla de los Pardos 21 y
por el otro el de mantener el orden social establecido en una sociedad
de castas como la que imperaba a finales del siglo XVI, de ahí el dicho:
“cada uno en su casa y Dios en casa de todos”.
Ubicación:
Histórica:
dentro
de
las
territoriedades de lo que en otrora
fuera el límite norte de la Puebla de
los Pardos
En la actualidad: en la comunidad del
Barrio los Ángeles de la ciudad de
Cartago.
Avenida: -no hay nomenclaturaCalle: -no hay nomenclaturaCaserío: Cruz de Caravaca
Barrio: Los Ángeles
Cantón: 1 Central,
Distrito: 1 Oriental
Provincia: 3 Cartago
Propietario: Temporalidades de la Iglesia Católica…
Gestión para su declaratoria como Reliquia de Interés Históricocultural presentada ante la Comisión de Patrimonio del Centro de
Investigación y Conservación del Patrimonio Cultural del Ministerio de
Cultura Juventud y Deportes por la Asociación Cultural Puebla d’Pardos
partir del 21 de junio del 2016.
21
Muchas de las denuncias establecidas ante la Audiencia de Guatemala erán por los abusos y secuestros
realizados por los nobles de cartago en contra de las viudas y niños de la puebla para obligarlos al servicio esclavo
en sus casas o haciendas…
2-El Santuario de la Virgen de los Ángeles
Si bien es cierto que a inicios de este trabajo referimos que en el
presente trabajo, concretamente sobre la Virgen de los Ángeles, no
hablaríamos del patrimonio inmaterial religioso heredado, en materia
del patrimonio material es imposible e inevitable no hacerlo, aunque
estrictamente nos referiremos a él, en su condición patrimonial.
Como ya hemos visto durante el siglo XVII se creó el primer
asentamiento de población afrodescendiente en Cartago en el paraje
entonces llamado “La Gotera”, en Cartago- donde, entonces capital de
la provincia colonial, siendo llamada a partir de ahí la Puebla de los
Pardos, y conocida posteriormente como la Puebla de Nuestra Señora
de los Ángeles, porque aquí dio inicio en el siglo XVII la advocación a la
Virgen de los Ángeles, hoy Patrona de Costa Rica, en la actualidad se le
determina como barrio de las Ángeles.
Fue aquí donde según cuenta la tradición, en el año 1635, sucedió el
hallazgo de la imagen de piedra de la “Negrita”, la que después seria
conocida como “Virgen de los Ángeles” y Pues bien, narra la leyenda
que el hallazgo tuvo lugar en medio del bosque, sobre una roca, cerca
de un manantial, en el lugar llamado la Puebla de los Pardos;
posteriormente en el sitio se construye una ermita, que luego sería
iglesia, después basílica, ahora en este santuario es donde están los dos
sitios patrimoniales de nuestro interés, dentro de la basílica se
encuentra la cripta en donde esta la piedra sobre la que se hallo la
imagen de la Virgen Parda y a un costado de la misma basílica podemos
encontrar la fuente alimentada por las aguas del manantial original.
Ubicación:
Histórica: sitio de aparición de la Virgen de los Ángeles dentro de las
territoriedades de lo que en otrora fuera la Puebla de los Pardos
En la actualidad: en la comunidad del Barrio los Ángeles de la ciudad de
Cartago.
Avenidas: - 1 ave. del Comercio y la avenida Central
Calles: -13 y 15a
Barrio: Los Ángeles
Cantón: 1 Central,
Distrito: 1 Oriental
Provincia: 3 Cartago
Propietario: Temporalidades de la Iglesia Católica…
3- La imagen de Virgen de los Ángeles
Todo lo anterior nos lleva al cuarto elemento del patrimonio material
de la Puebla de los Pardos de Cartago, el objeto histórico-religioso de la
imagen tallada en piedra conocida como la Virgen de los Ángeles, que
dentro de la tradición católica es la patrona religiosa de Costa Rica.
Es una imagen, de cerca de un palmo de alto (23 cts.); con manto y
vestido labrados en la misma piedra, fue encontrada cerca de una
naciente sobre una piedra, lo que, si se quiere nos podría referir a una
necesaria e inevitable relación análoga, que evoca la cosmovisión
tradicional de la mitología del África
subsahariana, sitio de origen ancestral de
los negros, mulatos y pardos que
habitaron la Puebla y donde, en sus
culturas y tradiciones mitológicas, se
identifica a sus diosas con el agua y la
sanación.
Si bien la figura femenina de la imagen
nos evoca a una afromestiza o zamba por
su estructura facial en general, la forma
sesgada de sus ojos, los pómulos, la
prominencia de su frente, la nariz chata y ancha, y la conformación
estructural de su figura corporal que nos remite a las llamadas “cholas”,
el historiador y sacerdote Manuel de Jesús Benavides, argumenta que
el secreto de la imagen se centra en el niño que ella lleva en sus brazos,
cuya fisonomía facial él describe como negra22, o sea de estructura
22
En el entendido de su naturaleza étnica africana
negroide, tiene una nariz corta chata y ancha, una cara menos alargada,
más ancha, pómulos sobresalientes y labios muy gruesos, además que
el color de la piedra incide en la
percepción de una piel oscura, lo que
podría interpretarse como una posible
inculturación de la fe. Proceso de
integración de una cultura en otra.
Además, insinúa el padre Benavidez,
que la sencilla vestimenta del niño
enuncia la forma obligada de vestir de
los negros y mulatos, en la estructura
de castas de la sociedad colonial, según
las leyes de Indias.
Sin importar cual fuera el paradigma o los puntos de vista desde los
que se asumiese la interpretación de los hechos históricos que
circunscriben el marco patrimonial de la innegable materialidad de la
pétrea imagen de la Virgen de los Ángeles y su culto en Costa Rica; si
somos honestos, hemos de convergir en que tenemos una deuda
histórica con esa ancestralidad africana de nuestra época colonial,
dentro de la que se manifestó el portento de su hallazgo o aparición, y
que la forma de solventar esa deuda histórica es hacer un efectivo
reconocimiento de su legado, luchas y aportes desde los orígenes de
nuestra historia, y esto incluye inevitablemente a la Virgen Parda de los
Ángeles, hacer esto es empezar a retribuir de la forma correcta, lo que
además incide en el reconocimiento real y efectivo de esa nuestra
naturaleza multiétnica y pluricultural de la que tanto nos hemos dado
en hablar.
En fin podemos decir que la Virgen de los Ángeles, además de haber
llegado a ser el principal y más emblemático ícono religioso
costarricense, mucho más allá de lo puramente religioso,
históricamente hablando, se convirtió en uno de los más importantes,
sino en el más importante, de los puntos referenciales para la
comprensión contextual de nuestro mestizaje, el origen multiétnico
y pluricultural del ser costarricense, porque, la “Negrita”, desde el inicio
mismo de su génesis, -mulata, zamba y mestiza-, tubo ese carácter
multiétnico y pluricultural, que forma parte de su propia naturaleza, es
el principio de su razón de ser y el fundamento de su manifestación, y
es lo que habría de mantenerse constante atraves del tiempo, a
medida que la historia evolucionaba, marcando las pautas que
definirían en gran parte el sustrato de nuestra identidad como pueblo y
como nación
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