Subido por Alexander Reyes Guevara

JUVENTUD E IDENTIDAD POLITICA, EL CASO DE ABRIL

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Informe Alternativo de Sociedad Civil; Educación e Identidad Política Juvenil: El
Caso de Abril.
Presentación
Desde el 19 de abril de 2018 se ha establecido en Nicaragua una política de terrorismo de Estado.
Manifestándose en el actuar de todas las instituciones del país, sometidas al partido Frente
Sandinista. El Ministerio de Educación, Ministerio de Salud, Corte Suprema de justicia, Alcaldías
Departamentales y Municipales, y Policía Nacional han destinado recursos para movilizar y
grupos de choque para reprimir, torturar, secuestrar, negar atención a heridos, criminalizar la
movilización social, y judicializar a las personas sin garantías constitucionales.
El país se encuentra bajo condiciones de un “Estado de Excepción”, materializado en un clima
de inseguridad a nivel nacional, donde la detención ilegal, el secuestro y la desaparición de
personas es una circunstancia considerada como posible en todas las familias nicaragüenses, sobre
todo aquellas que hacen notar su descontento con el gobierno de turno. Desde entonces, decenas
de familias, se han visto forzados a escapar y buscar refugio en países vecinos, o se encuentran
en condiciones de vida clandestina y desplazamiento forzoso dentro de nuestro propio país. Según
las últimas cifras de la oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados
(ACNUR), al menos 55.000 nicaragüenses han buscado refugio en la nación vecina Costa Rica,
esto son los datos oficiales, aunque algunos otros organismos, estiman la cifra entre 70.000 y
80.000 nicas, tomando en consideración el aumento en la tasa del traslado por puntos ciegos en
la frontera sur. Cabe destacar además, que esto son solo datos referidos al grupo refugiado en
Costa Rica, ahora por el mundo, hay más nicaragüenses en situación de exilio.
La inseguridad y la intimidación se extienden a todos los sectores de la sociedad y en cualquier
lugar o locación pública/privada; en las escuelas, calles, Iglesias, centros comerciales, así como a
expresiones organizadas y movimientos sociales.
Según informe preliminar de Asociación Nicaragüense Pro Derechos Humanos del 19 de Abril al
23 de Septiembre 2018 (158 días calendario) hay 512 ciudadanos fallecidos; 4,162 heridos
aproximadamente (entre graves, menos grave, leves, graves y daños permanentes) sin acceso a
recibir atención médica oportuna por el sistema de salud pública; 1,303 ciudadanos secuestrados
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con detención ilegal y algunos desaparecidos y acoso policial o de organismos de seguridad en
conjunto de grupos armados paramilitares y de choque.
Abril, ha significado mucho para el área educativa del país, pues a propósito de las políticas de
terror e intimidación, el sector estudiantil, en todos los niveles educativos se han visto
afectados/afectadas de muchas maneras, desde el acoso, el asedio, la violencia institucional
instaurada a través del proselitismo político y adoctrinamiento partidario por medio de la
manipulación de los contenidos y la invasión ornamental en las escuelas, e incluso, el asesinato
de varios estudiantes; no obstante, abril significa también, el renacer de una generación, que hasta
entonces se consideraba apática y desinteresada en la vida política del país.
En abril, las calles se volvieron a pintar de azul y blanco por la convicción y la apuesta a los
valores de libertad y democracia que mueven esta lucha cívica.
El Foro de Educación y Desarrollo Humano de la Iniciativa por Nicaragua, FEDH-IPN,
constituye una asociación con estrategia de trabajo en red plural de instituciones gremios,
movimientos sociales, fundaciones, sectores y personas naturales, que en forma voluntaria se
organizan y trabajan identificados por una visión, misión, principios y compromisos comunes por
la educación y el desarrollo humano en Nicaragua. Una red para la reflexión, el debate, la
incidencia, la formulación, ejecución y evaluación de políticas educativas.
En el afán de continuar con sus objetivos programáticos y quehacer como promotores y defensores
del derecho humano a la educación, se propuso poder recrear a través de un informe, la
participación juvenil dentro de los procesos de transformación social. Procura también, tener un
acercamiento exploratorio, a través de la interrogante ¿interviene el sistema educativo actual,
en la formación de identidad política?
La información presentada en el actual informe, pretende además, servir de insumo para futuras
exploraciones, en el área del tema. Partiendo de lograr construir una radiografía teórica sobre la
participación actual de las juventudes en el contexto de la crisis de abril.
El informe está organizado de la siguiente manera: Primero, se encontrará una descripción de la
metodología utilizada para la elaboración de este informe, así como sus etapas. Seguidamente,
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una sección que incluirá la explicación conceptual y teoría de las principales categorías que toma
en cuenta la exploración. Posterior a ello, los resultados encontrados producto de la aplicación
de instrumentos durante el trabajo de campo, así como su análisis y las conclusiones del proceso.
Metodología
Para la realización de este informe, dos fueron las interrogantes directrices ¿Qué caracteriza al
grupo estudiantil que participa en el actual movimiento cívico? ¿Tiene el sistema educativo al que
han sido expuestos, alguna incidencia en su forma de participar? proponiéndose como objetivo
general, identificar el rol del sistema educativo en la participación juvenil, a través de la
caracterización del grupo estudiantil (re) organizado que participó de la insurrección de abril.
Respaldados en la propuestas metodológicas de Sampieri (2014) la investigación es de carácter
cualitativo, por ser fundamentalmente, un proceso inductivo, que explora las relaciones sociales
y describe la realidad tal como la experimentan los sujetos de estudios, basada en métodos de
recolección de datos no estandarizados, dejando de un lado la medición numérica y por tanto el
análisis estadístico (p.8)
Teniendo entonces, un acercamiento exploratorio, puesto que, además de ser un tema poco
estudiando, el propósito investigativo de este informe es generar un primer nivel de acercamiento
científico sobre el problema de investigación, para posibilitar posteriormente, una investigación
de mayor profundidad y alcance en el conocimiento.
Al ser, naturalmente, un universo bastante amplio para el estudio, y producto de la coyuntura que
vivía el país durante la aplicación de los instrumentos de la investigación, se procedió a delimitar
a la población , a través de expresiones estudiantiles (re) organizadas y juveniles con las que el
FEDH – IPN, tenía contactos y trabajo en conjunto; usando para la determinación de la muestra
la sugerencia hecha por Sampieri respecto a las decisiones del muestro; teniéndolo como un
reflejo de las premisas consideradas por el equipo investigador acerca de lo que constituyese una
base de datos creíble, confiable y válida para abordar el planteamiento del problema.
El proceso incluyó tres grandes fases:
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1. Investigación Documental sobre estudios posteriores respecto al tema, y temáticas
vinculadas a la propuesta del FEDH – IPN, que pudieran servir como argumento teórico para
el análisis de los datos y construcción del marco conceptual.
2. Trabajo de Campo que transitó por la identificación del grupo muestral a partir de la
creación de un mapa de actores; creación y aplicación de instrumentos (formulario de opinión
y 3 entrevistas de caso) al grupo, finalizando con un período de entrevistas a especialistas de
distintas áreas sociales, que pudiesen estar vinculadas al análisis del fenómeno en estudio.
Así mismo, se realizó una serie de conversatorios virtuales con líderes juveniles
centroamericanos sobre el tema de participación juvenil.
3. Procesamiento y Análisis de la información que concluyó con la redacción de este informe.
Conceptos Básicos
A continuación encontrará los conceptos claves que dirigirán la base de este informe.
Identidad
La identidad, en el aspecto psicológico que se piensa como un sentimiento de mismidad personal,
que tiene una gran cantidad de aristas que harán a una persona «ser como es».
Para la Real Academia Española, la palabra <<identidad>> proviene del lat. tardío identĭtas, ātis, y este del lat. idem 'el mismo', 'lo mismo'. Resumido en; un conjunto de rasgos propios de
un individuo o de una colectividad que los caracterizan frente a los demás. Y la conciencia que
una persona tiene de ser ella misma y distinta a las demás.
El campo de la psicología evolutiva ha dado interesantes aportes para comprender el fenómeno
de la construcción de la identidad, todo, desde distintas perspectivas y teóricos que confluyen en
la entenderla como un elemento clave para el desarrollo de toda persona. Que se va
construyendo por distintos estímulos a lo largo de la vida.
La formación de la identidad, es una término derivado de la teoría de Erik Erikson, quien
considera que el desafío dentro de este proceso es la identidad frente a la confusión de roles.
La respuesta a la pregunta angustiosa de ¿Quién soy?, en opinión de Erikson (1968) se da
gracias a la unificación de diferentes roles (estudiante, talentoso en matemática, atleta, artista,
político conservador, etc) en un todo sinérgico.
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Por otro lado, Jamer Marcia (1980; Kroger, Martinussen y Marcia, 2010) citados por Morris y
Maisto (2015) creen que la adquisición de la identidad demanda de un período de interna
autoexploración a la que llama crisis de identidad. Para los autores, este proceso tiene cuatro
posibles resultados, a continuación descritos:
Se da una vez concluida el conflicto que
provoca la crisis de identidad, y se alcanza a
Adquisición de la Identidad
tomar
decisiones
frente
a
sus
roles
(individuales y colectivos) con los que se
siente cómodo y creado.
Producida a consecuencia de asumir un “soy”
a través de las consideraciones externas.
Evitando así, la crisis de identidad y por tanto
Exclusión de la identidad
el ejercicio de autoexploración para lograr
cohesionar los diferentes roles; el tomar
decisiones para sí.
Dada cuando aún no se toman decisiones
concretas frente a los roles y se experimentan
Moratoria
en distintos hasta encontrar o decidir por uno
con el que el individuo se siente totalmente
representado.
Se evita considerar las opciones de roles de
manera consciente. Se es incapaz de afrontar
Difusión de la Identidad
la
llamada
crisis
de
identidad
y
en
consecuencia se desarrolla mecanismos de
escapes, en muchos casos auto destructivo.
Marcela Lagarde puntualiza la identidad personal como de carácter activo del sujeto en su
producción, tomando de cada una de las experiencias lo que cree necesario y eliminando lo
sobrante, del siguiente modo:
“la identidad tiene varias dimensiones: la identidad asignada, la identidad aprendida, la identidad internalizada
que constituye la autoidentidad. La identidad siempre está en proceso constructivo, no es estática ni
coherente, no se corresponde mecánicamente con los estereotipos. Cada persona reacciona de manera
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creativa al resolver su vida, y al resolverse, elabora los contenidos asignados a partir de su experiencia, sus
anhelos y sus deseos sobre sí misma. Más allá de las ideologías naturalistas y fosilizadoras, los cambios de
identidad son una constante a lo largo de la vida. Sus transformaciones cualitativas ocurren en procesos de
crisis. Por ello, la identidad se define por semejanza o diferencia en cuanto a los referentes simbólicos y
ejemplares. Cada quien es semejante y diferente. Finalmente, cada quien crea su propia versión identitaria:
es única o único.”
Lagarde, además menciona que las crisis personales son generadoras de cambios y por lo tanto,
fomentan la formación de la identidad. Siendo estas provocadas por el entorno (crisis social) o
por nosotros (crisis de identidad)
Las crisis sociales, son descritas como situaciones de macro magnitud en las que las creencias y
normas habituales en las que se fundamenta el andamio social de la comunidad, han dejado se ser
óptimas para el desarrollo de la sociedad y van generando desintegración del grupo.
Hoy día, existen diversas crisis sociales, tales como las financiero-económicas, conflictos
armados, democracias vulneradas, que generan situaciones de exclusión social, resintiendo en su
efecto, al sistema social. Es aquí donde cabe el punto de preguntarse cómo las recurrentes crisis
influyen en las alineaciones identitaria de las personas.
Identidad en la educación
Entendiendo la identidad como el resultado de la interacción entre identificaciones y roles, en
distintos espacios, la escuela es uno de los actores que cobra relevancia en este proceso.
Mientras se da la interacción con el medio y los diferentes grupos; como la escuela, los amigos,
los ejercicios e incluso la relación con sus hermanos, es que una persona concibe semejanza con
otros. Se identifica y se mueve por pertenecer a los grupos, de igual manera que se diferencia de
otros, siendo en esta socialización donde se comprende los límites, las emociones, el manejo de
la conducta para respetar a esos otros que también son identidades.
En este sentido, los modelos (modelamiento) a seguir son muy importantes. El modelamiento,
término acuñado a Albert Bandura, se resumen en ser un tipo de aprendizaje que se basa en la
imitación de la conducta ejecutada por un modelo, u otro admirable.
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Es entonces cuando el cuerpo docente cobra, incluso, mayor relevancia pues inician a ser agentes
para la promoción de identidades positivas y la intervención directa en la formación de la misma.
Identidad Política
Como se pudo entender en el capítulo anterior; la identidad es definida como un proceso de
construcción psíquica – subjetiva, que se construye simbólicamente en interacción con otros.
Yendo unida a un sentido de pertenencia a partir de lo que se considera común, con un proceso
dialectico entre la autodefinición y el asumir roles generados por los constructos sociales, es decir
arquetipos de roles sociales, productos del deseo de reconocimiento. Una clase de alianza entre
lo personal que se focaliza en la diferencia respecto a otros y lo social o colectiva que pone el
acento en la similitud con los demás.
Gottesman, Bochar, (2010). En su trabajo sobre la implicancia de los genomas familiares en la
construcción de la identidad, hacen referencia de la identidad política como una clasificación más
de la identidad social, motivada por el deseo de pertenecer a un grupo determinado y por tanto,
clasificarse; en este sentido lo común se da producto por la identificación con una lucha .Puede
incluir una filiación a un partido político, pero también se emplea a las adquisiciones de posiciones
relativas a temas políticos específicas. De hecho, todas las personas se insertan en un contexto
histórico, una cultura, un sistema político, una generación y esto, por supuesto influye en la forma
como se percibe la política.
Haciendo referencia a Marcos Novaro (1995), citado por Khomasi (2010) en su trabajo sobre
movilizaciones estudiantiles en Chile, la identidad política puede ser entendida como el principio
de unidad de todo actor colectivo, el cual se constituye por la coexistencia de dos sub elementos:
alteridad y escenificación. Al respecto aclara;
Necesidad de toda identidad de diferenciarse de un “otro” para poder existir.
Según éste, la construcción de la unidad del actor se produce de forma
Alteridad
relacional, esto es, por la existencia de un adversario y no por sus
cualidades intrínsecas.
Corresponde a lo que en sociología política se define como
“representación”. Este posee relación con la referencia de toda identidad a
Escenificación
valores, voluntades o intereses comunes, los cuales otorga a los sujetos una
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cierta imagen que los identifica y agrupa como unidad. Sin embargo, estas
imágenes no se manifiestan únicamente bajo la forma de ideas, sino que
también necesitan de alguien que las abandere y represente, por ello, dentro
del principio de escenificación es central el binomio representanterepresentado.
Los principios de arriba, según Novaro, es referente a cualquier tipo de identidad y no solo hace
referencia a la identidad política. Diferentes únicamente en el sentido que la identidad política,
tiene la propiedad de impulsar a los sujetos a una acción, justamente política.
Por su lado, Gerardo Aboy Carlés (2001, págs. 49-50), citado en el mismo trabajo (2010) por su
lado, plantea que el concepto de identidad política corresponde al:
“Conjunto de prácticas sedimentadas, configuradoras de sentido, que establecen, a través de un mismo
proceso de diferenciación externa y homogeneización interna, solidaridades estables, capaces de definir, a
través de unidades de nominación, orientaciones gregarias de la acción en relación a la definición de asuntos
públicos”.
La concepción de Carlés asume que la identidad política se forma por medio de experiencias
recurrentes en el tiempo, que obtienen sentido mediante un proceso de diferenciación de un ‘otro’,
a la par que homogeniza la propia diversidad interna.
Carlés en su trabajo, identifica una dimensión más que las propuestas por Novaro sobre la
identidad política sumando a estas, el principio de tradición, entendiéndola, “como sistema
temporal en el cual las interpretaciones del pasado y la construcción del futuro al que se aspira
dotan de sentido a la acción presente” (p54).
Asi mismo, suma sobre el principio de alteridad, que el limite formado se da en término de
antagonismos, visto en términos de conflictos aseverado que; “las identidades se constituyen a
través del antagonismo: éste es el exterior constitutivo de toda identidad en un sistema de
conformación de identidades, único ambiente posible de la constitución de cualquier identidad
particular”.
Señalando que la comprensión de estos principios, es particularmente útil para entender los
procesos de conformación de sujetos políticos –o unidades gregarias.
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En suma, las tres categorías, definidas por los autores, componen identidades políticas por medio
de la tensión de un actor social con su propia tradición y del conflicto del mismo con la alteridad.
Siendo así, Khomasi (2010) define:
“Identidad política es la forma en que los sujetos ordenan sus representaciones acerca del espacio político
atendiendo a la distinción “nosotros/ellos”. Según esta ordenación, los sujetos son conscientes de los marcos
de referencia que dan sentido a su acción colectiva, utilizando dichos marcos como instrumentos para sus
fines políticos y sociales. La adscripción del marco de referencia al “nosotros” es explícita y por lo general
está asociada a una unidad de nominación (nombre) que facilita su manejo cognitivo y, por tanto, su
intercambio simbólico en la conversación y la socialización. La identidad no es estática, sino que un proceso
en el que operan dos mecanismos simultáneos: por una parte, el “nosotros” busca diferenciarse de la
alteridad, y, por otra, homogeneizar su diversidad interna. Su formación, además, responde al doble proceso
de agrupamiento y categorización: por un lado, el grupo se autocalifica y describe (agrupamiento), y por
otro lado, es descrito y calificado por grupos externos (categorización). Las dimensiones de la identidad son
tres: “unidad”, es decir, las formas de caracterizar el “nosotros” y el patrón de relaciones sociales que se
producen entre los miembros del grupo; “alteridad”, es decir, las representaciones sobre, y las relaciones
con, los grupos no circunscritos al “nosotros”, entendidos en muchos casos como enemigos; y “tradición”,
es decir, la trayectoria en el tiempo del “nosotros”. (p10)
Sobre la base de una serie de comportamientos, las identidades políticas tienen muchas
implicaciones, tales como la movilización colectiva de un carácter político o incluso el
comportamiento del voto.
Socialización Política
A lo largo de este informe se ha observado, como la formación de la identidad personal, y así la
política, tienen que ver con una convergencia de distintos elementos externos e internos, con
representaciones sociales con las que cada individuo socializa y termina escenificando en un rol
asumido. No cabe duda, que dentro de todo este proceso, la socialización, es el elemento más
primordial del ciclo, pues no solo permite la vinculación y diferenciación entre sujetos, sino que,
es la socialización el único medio por la cual es posible la formación de la identidad personal y
política.
Así encontramos, en el trabajo propuesto por Morris y Maisto (2015) que la socialización es “el
proceso por el cual los individuos, en su interacción con otros desarrollan las maneras de pensar,
sentir y actuar que son esenciales para su participación eficaz en la sociedad". Siendo desde este
proceso que cada persona, logra interiorizar las categorías socio cultural de su medio ambiente e
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integrarlos a su estructura base de personalidad, mediado a la vez por la experiencia con los
estímulos exteriores.
De la propuesta elaborada del primer estudio nicaragüense referido a juventud y cultura
política(2000) se extrae:
En este marco de definiciones del término de socialización política se refiere a aquel “conjunto de
experiencias que en el curso de formación de la identidad social del individuo contribuyen a plasmar la
imagen que tiene de sí mismo en los enfrentamientos con el sistema político y al definir la relación que
instaura con las instituciones políticas”.
Algunos estudios en psicología y sociología política, revelan que durante la etapa de la
socialización primaria los niños/las niñas desarrollan fuertes sentimientos de apego hacia sus
símbolos sociales y políticos más elementales y visibles, comienzan a experimentar el sentido de
pertenencia se identifican como parte de una familia, una comunidad y por tanto adquieren sus
valores. Mientras que durante la socialización secundaria, al entrar más en contacto con las
realidades mediante el intercambio de experiencias con otros y la resignificación de su propia
escala de valores y convicciones, se estimula el deseo de organizar los conocimientos y los juicios
de valor en un todo coherente de signo racional.
En este período comienzan a conocerse los mecanismos institucionales del sistema político
y sus justificaciones ideológicas, se comienza a valorar su credibilidad, se adquieren
aquellas habilidades psicológicas e intelectuales que permiten que una persona se vuelva
sujeto político. La adolescencia es también para los estudiosos de la socialización política
un período de formación decisivo durante el cual se dibujan los atributos fundamentales
de la personalidad política adulta. En la adolescencia resalta el complejo de sentimientos con cuya base se
llegarán a aceptar o rechazar las reglas del sistema político, y se instauran dimensiones psicológicas
importantes tales como el cinismo o la fidelidad política, aquello que se conoce en la literatura como el
“sentido de la eficacia política”. (Cuadra & Montenegro 2000)
Aun, cuando es en la vida “joven adulta” que se fortalece la elaboración de los conocimientos ya
adquiridos, aparte de los primeros contactos directos con las instituciones y experiencias políticas.
El contenido político adquirido, así como su juicio y actitudes, están altamente marcados por las
precedentes experiencias infantiles y adolescentes.
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Según los estudiosos de la socialización política la identidad así formada, sería la identidad
prácticamente definitiva: a menos que haya acontecimientos sociales y políticos de amplitud
excepcional –grandes movimientos colectivos, guerras, revoluciones, etc- las experiencias de vida
sucesivas y los ulteriores conocimientos no podrán incidir, más que marginalmente, en esta
construcción fundamental.
Juventud y Política.
El tema de juventudes, es un área de investigación relativamente nueva, pues no fue hace más de
doce años que se inició el interés por conocer a este sector poblacional, esto a raíz, del fenómeno
del bono demográfico, experimentado en la latitud latinoamericana.
Para la definición utilizada por la Organización de Naciones Unidas; son jóvenes aquellas
personas del grupo eterio entre los 15 y 24 años de edad, las cuales, según Juan Pablo Bonilla,
joven profesional guatemaltecos y coordinador académico de la Cumbre Mundial de Políticas
Públicas; representan al 16% de la población mundial, es decir 1,120,000 personas en el mundo,
son jóvenes, de los cuales 120 millones viven en Iberoamérica y del total, al menos 22 millones
se encuentran en pobreza extrema, esto solo como uno de los principales dificultades a las que se
enfrentan las juventudes.
Por su parte. Hellen Ureña, politóloga costarricense y consultora privada, añade que la pobreza
extrema en la que se encuentran las juventudes de la región, se vincula directamente con el 19.5%
de la población juvenil que se encuentra en desempleo, pero que estos resultados son signos de la
precariedad que tiene el sistema educativo. “Según las estadísticas al menos 25 millones de
jóvenes no tienen acceso ni a la educación media, ni superior, lo que se traduce incluso en que
aproximadamente 55 millones de jóvenes latinoamericanos aún se encuentren en situación de
alfabetismo”. Expresó.
Para el sociólogo y especialista latinoamericano en temas sobre juventudes, Luis Ernesto
Rodríguez, del Centro Latinoamericano Sobre Juventud; es muy complejo delimitar la situación
en la que se encuentra las juventudes a nivel regional, pues al intentar hacerlo, se encuentran
múltiples especificidades (nacionales y locales), es decir, existen diversas juventudes. Aun así
comentó:
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“Si existe un elemento común entre todas las juventudes, si hay algo que los caracteriza, es que todas las
juventudes en sus diversidades y multiplicidades, están experimentando y enfrentando dificultades en el
tema de integración social y económica, entorpecimiento institucional para promover y concretar su
participación política, se topan con estereotipos y prejuicios bastantes fuertes que toman en cuenta los
tomadores de decisiones, es decir los estados y grandes líderes mundiales”.
Rodríguez también señala, que esta generación es la actriz estratégica para el desarrollo, pues es
la más y mejor preparada para lidiar con los desafíos del siglo XXI, que se traducen en la
permanencia del cambio y la centralidad del conocimiento; “Conocen las nuevas reglas del juego,
son la principal riqueza del continente”.
Para finales de los años 90, el Centro de Investigaciones de la Comunicación (CINCO) identificó,
que aun cuando en Nicaragua se habían realizado grandes e invaluables aportes a las
investigaciones sobre cultura política nicaragüense y juventudes, cada uno de estos trabajos han
abordado ambos temas por separado o en relación a aspectos específicos; de tal forma que no
existían estudios que analizasen en profundidad el tema de la cultura política entre la juventud
nicaragüense. Fue así que CINCO, abrió una línea de trabajo sistemática respecto a estudio sobre
cultura política y juventudes nicaragüenses siguiendo como objetivos específicos:
 Identificar los componentes de la cultura política que han orientado la participación de los
jóvenes
 Identificar las formas predominantes de participación política de estos mismos grupos de
jóvenes
 Elaborar un análisis preliminar sobre la cultura política de los jóvenes en Nicaragua.
La línea de trabajo realizado, fue de carácter eminentemente cualitativo, optando por la utilización
del método generacional y se partió de la premisa de que existe una generación de jóvenes. A la
fecha, dos han sido los estudios elaborado por CINCO, que se engloban por cohortes (90´s –
2000´s) En la entrevista realizada a E. Cuadra contextualiza:
“Para finales de los 90, se cuestionaba mucho, así públicamente, en las calles ¿por qué los jóvenes estaban
desmovilizados? ¿qué pasaba con los jóvenes en Nicaragua.? Sofía Montenegro y yo, teníamos una d
iscusión interna y abiertas sobre los jóvenes y su cultura (…),veíamos en ese momento que lo jóvenes , por
su masa poblacional, era el segmento que tenía más peso como votantes. Nuestra discusión se profundizó
más, porque estaba la campaña del 2000 para elegir presidente, ese fue el año en que bajaron la edad de
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votación a los 16 años y entonces nosotros dijimos "Se abre el sector de votantes" nos preguntábamos ¿Qué
madurez política tienen estos muchachos para ir a las urnas? ¿Están lo suficientemente maduros
políticamente estos muchachos para poder decidir quién va a gobernar este país? teníamos una discusión y
dijimos "bueno y porqué entonces no hacer un estudio que nos permita conocer mejor qué es lo que están
pensando los muchachos, cómo ven la política y todos esos temas." Y así fue entonces que hicimos la
primera investigación Nosotras no estábamos cuestionando la participación de los muchachos, era
simplemente la pregunta de investigación, es decir, para entonces todavía el sistema electoral no estaba en
las condiciones que está ahora, el ejercicio del voto era un ejercicio valido.”
Los aportes realizados por esta serie de estudios, fue contar por primera vez en la historia
investigativa del Nicaragua y el campo social, cuenta con un referente empírico sobre las
características políticas de las juventudes nicaragüenses, pudiendo establecer una radiografía de
los patrones de pensamiento y las experiencias que han construido una generación (o dos), pero
sobre todo, permite entender el porqué de la actual Nicaragua.
Dos son los grandes resultados de estas investigaciones:
1. Aunque los jóvenes comparten muchas similitudes como grupo de coetáneos, no son una
generación homogénea. Tienen formas de pensar y valoraciones diferentes atendiendo a
su sexo, zona de procedencia y nivel socioeconómico.
2. Esta generación se encuentra en un momento crucial de la formación de sus actitudes y
valores políticos.
A continuación, se mostrará principales características de la juventud nicaragüense, producto de
los dos trabajos.
1.
2.
3.
4.
Generación de los 90´s
Tendencia al pesimismo y al
escepticismo, se repliegan al espacio
privado y la familia, teniendo poca
participación en el espacio público y
social.
Inconformes con su situación y la del
país, demandan un sistema social
ordenado.
Poseen ideales y valores democráticos,
así como
mayores niveles de
tolerancia política.
Tienden a no identificarse con partidos
e ideologías, ni a participar en
Generación de los 2000´s
1. Muestran una tendencia general al
pesimismo y al escepticismo, se
repliegan al espacio privado y la
familia, pero tienen interés en su
entorno y en participar del espacio
público y social.
2. Se muestran inconformes y críticos
respecto a su situación y la del país, y
demandan mayores oportunidades de
inserción económica y social que les
permitan desarrollar procesos de
movilidad social.
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organizaciones políticas. Simpatizan
con movimientos sociales de nuevo
tipo, pero no se involucran.
5. Tienen posiciones críticas sobre el
funcionamiento de la democracia y el
sistema político, al que evalúan
negativamente y del cual toman una
gran distancia.
6. Son mayoritariamente creyentes y
tienen
una
práctica
religiosa
consistente.
7. Tienden a compartir un sentido moral
convencional y una cosmovisión
mítica.
8. Tienen una cultura política híbrida con
componentes de parroquialismo,
subordinación y participación.
9. Sus valores son de carácter mixto
(materialistas y postmaterialistas) y su
participación política es de carácter
presencial.
10. Se inclinan por un cambio social a
través de reformas y elecciones, por un
modelo económico de libre mercado y
un régimen democrático de “centro”.
3. Poseen ideales y valores democráticos,
así como altos niveles de tolerancia
política.
4. Se identifican claramente con una
ideología política, pero no con los
partidos políticos.
5. Hay una fuerte crítica a los partidos
políticos y una baja participación en
este tipo de organizaciones.
6. También hay una crítica fuerte al tipo
de
participación
juvenil
que
promueven.
7. Aun cuando simpatizan con una
amplia gama de organizaciones y
movimientos sociales, no participan en
ellos.
8. Esto incluye a las organizaciones
juveniles, a las cuales señalan
críticamente junto con sus liderazgos.
9. Tienen una clara preferencia por la
democracia como régimen político y al
mismo tiempo, valoraciones críticas en
cuanto a su desempeño y el del sistema
político, respecto al cual toman
distancia.
10. Son mayoritariamente creyentes y
practicantes.
11. Comparten
un
sentido
moral
convencional y una cosmovisión
mítica.
12. Son portadores de una cultura política
híbrida
con
componentes
de
parroquialismo y participación. Sus
valores
son
mayoritariamente
materialistas y su participación política
es todavía de carácter presencial.
Aunque el presente trabajo, no cuenta con la metodología suficiente para destacarse como un
homologo respecto a los estudios de juventud y cultura política de CINCO, les toma como una
base que sostiene la investigación y objetivo para caracterizar en rasgos generales al movimiento
estudiantil re organizado en el caso de las manifestaciones de abril.
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Participación Juvenil
Según los datos entregados en el informe nacional sobre Desarrollo Humano (2011) del Programa
de Naciones Unidas para el Desarrollo. (PNUD) en el año 2010 la mitad de la población
nicaragüense tenía menos de 22 años de edad, volviéndose el 62% de la población total.
La participación juvenil es un tema vigente tanto en el ámbito de los investigadores sociales, como
en el debate público, mediático y político. Las juventudes tienen un enorme potencial creativo y
transformador que les hace actores esenciales en la construcción de nuestra sociedad. Sus
posicionamientos ante el presente y perspectivas para el futuro, materializan lo que somos y lo
que podemos ser como ciudadanos y sociedad.
En este sentido, para María Mannesi, Periodista argentina; se hace necesario reflexionar,
complejizar y problematizar la participación juvenil. Conocer qué piensan los jóvenes sobre sí
mismos y sobre sus prácticas, qué cosas quieren cambiar, cómo y a través de qué tipo de acciones.
Manessi (2013) agrega que:
la participación se refiere a la libertad que tienen las personas para tomar decisiones en asuntos que afectan
su vida e influir en el desarrollo de sus propias comunidades, ampliando sus capacidades y transformándose
en actores de su propio destino. Por tanto, a través de la participación, adolescentes y jóvenes actúan como
agentes, ya sea de forma individual o en grupo, y en diversos espacios y estructuras, como redes juveniles,
partidos políticos, alcaldías, agrupaciones de jóvenes u ONG. La participación se encuentra muy ligada al
empoderamiento.(p1)
Desde hace al menos 12 años, distintos estudiosos, han aseverado que una de las principales
características de la generación actual de juventudes, Millenials, es el ensimismamiento y apatía
por los asuntos sociales y políticos de sus contextos próximos. Sin embargo, al menos desde el
año 2009 (golpe de estado en Honduras) el continente latinoamericano ha sido testigos de los
grandes movimientos que se han levantado, siendo liderados por jóvenes.
Para Guillermo Velásquez, líder estudiantil y politólogo de la universidad Santo Tomás en
Guatemala, es cierto que las juventudes son apáticas, pero más que apáticas, se ha establecido un
patrón de socialización reactivo basado en el miedo; expresa:
“reaccionamos a una cultura de miedo, terror. Crecimos escuchando los ataques que sufrían nuestros
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abuelos y padres, crecimos sabiendo que salir a las calles y alzar tu voz, puede costar la vida, sin embargo
esta apatía disminuye en la medida que nos damos cuenta de que ese miedo se puede vencer, por algo que
te mueve más grande, por miedo, tampoco trabajamos en redes con otras juventudes”.
Por otro lado, J. Bustillo, del movimiento estudiantil en Honduras, añade que no se trata de colocar
de un lado u otro la actitud de los jóvenes, pues hay muchas aristas que hay que tomar en cuenta
como compuestos que forman la perspectiva de jóvenes “la respuesta a la participación política
no es solo si somos apáticos o no, sino por ejemplo, el sistema educativo no da precisión ni bases
para el fomento de un pensamiento crítico de realidades.
Mientras que Juan Antonio Gutiérrez, sociólogo investigador del Programa Agenda Joven en
Costa Rica; la percepción de la apatía de las juventudes responde más a que en el colectivo
imaginario, se continúa interpretando lo político desde una estructura tradicional, pero “las
juventudes hemos estado en la esfera política, siempre, con el ambientalismo, el feminismo, la
educación sexual”. Según Gutiérrez, las juventudes de esta generación, han decodificado y
resinificado lo que es político, entregándole un sentido más propio a los contextos en lo que se
desenvuelven.
El impacto de la participación juvenil en los espacios públicos y procesos de transformación
social, según Bustillos, se refleja en la propia participación en la esfera pública, el retomo de la
calles y los espacios que por la política tradicional se había venido usurpando.
Por su lado, además, Lyris Solís, del Movimiento por la Autonomía Universitaria, asevera que la
capacidad de organización gremial en el sector estudiantil, es otro de los signos positivos que
tienen la participación juvenil, sobre todo en contextos tan dificultosos como los actuales, donde
a nivel latinoamericano, se está experimentando la criminalización del sector estudiantil.
Sumando a los aportes, Velásquez asegura que, otros de los grandes resultados de esta
participación, ha sido la nueva forma de socialización y territorialidad política.
Educación y Participación Juvenil
Uno de los mayores hitos, sobre participación política juvenil, en la región latinoamericana, es
sin lugar a duda, el ocurrido en el 1918 con las movilizaciones suscitadas en el territorio argentino,
cuando las distintas confederaciones de estudiantes presenten en los puntos focales de mayor
importancia para la época, se unieron en contra de un sistema educativo que replicaba la opresión
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regular del contexto en los salones de clase. Un sistema educativo con características y valores
coloniales, racistas, elitistas, nepotistas, clericós y misógina que dio como resultado el manifiesto
liminar, conocido popularmente como el grito de Córdoba.
El movimiento por la reforma universitaria, que tiene como el mayor de sus ideales, la autonomía
universitaria, fue impulsada por los estudiantes de la Universidad de Córdoba, llegando a su
clímax con la creación del manifiesto que sería el eje de todo el movimiento. El mismo que
trascendió junto a sus ideales y se distribuyó por todo el continente en la época.
El anhelo transformador de las juventudes del 1918, no solo se reducía a lo académico,
identificando a la educación y en particular a la universidad, como una herramienta indispensable
para el desarrollo de la nación.
Más tarde, en la historia moderna del continente, se dio algo totalmente sin precedentes. Para el
año 2006, en Chile, nació un movimiento estudiantil secundaritas, conocido como “Movimiento
Pingüino” el cual personifica la ola de movilizaciones de mayor importancia en Chile desde la
vuelta a la democracia.
A inicios del mes de mayo los secundaritas, levantaron sus voces, convocando a marchas por toda
la región metropolitana del país, con el objetivo inicial de exigir al Estado la gratuidad en el pasaje
escolar, sin embargo al poco tiempo, abrió puertas para el cuestionamiento a la Ley Orgánica
Constitucional de Educación (LOCE) y a la Jornada Escolar Completa (JEC).
No obstante, desde año 2005, el movimiento secundaritas, ya tomaba forma cuando producto de
algunos encuentros con el Ministerio de Educación, elaboraron un transcendental documento que
esgrimió las demandas el año posterior. La jornada de manifestaciones, llegó hasta el mes de
Junio, cuando el día 1 del mes, la entonces presidenta de la Nación Michelle Bachelet anuncia la
formación del Consejo Asesor Presidencial para la Calidad de la Educación. La represión
impuesta por el estado chileno, dejó como resultado aproximadamente a 3,000 personas detenidas
o heridas.
Sin embargo, el caso de los pingüinos, no es el único que, durante esta última década, ha tenido
en movimiento social al continente. Desde el año 2009, el sector universitario de Honduras, ha
asumido la lucha contra un sistema autoritario, corrupto y opresor a nivel nacional, que ocupa las
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instalaciones de educativas para su réplica. En 2013, las juventudes venezolanas iniciaron su
travesía en la lucha por la democracia. 2015, en Guatemala un movimiento ciudadano, movido
principalmente por jóvenes, logró hacer dimitir a su presidente.
En 2018, luego de que en la primera vuelta de las elecciones presidenciales en Costa Rica, se
colocara con mayoría de votos, un candidato fundamentalista que prometía retroceso en materias
de derechos humanos, por sus ideologías religiosas, motivó a la organización inmediata y eficaz
de las juventudes costarricenses en un movimiento que en poco tiempo, logró cambiar el
panorama de la democracia en el país, aprovechando no solo el potencial para la organización y
anhelos de cambio, sino que también utilizó la herramientas tecnológicas para la información y la
comunicación .
Estos, son solos ejemplos de algunas de las movilizaciones juventoestudiantiles que movido a la
región durante los últimos años, que además dejan entrever la capacidad que han desarrollado las
juventudes para levantar demandas de carácter estructural, así como sus novedosas formas de
organización, caracterizadas por ser autónomas de un sistema de partidario; poseer líderes
revocables y por la horizontalidad de su participación, donde prevalece el mecanismo de decisión
de tipo asamblea o democracia simple.
La educación cumple tres funciones decisivas en el desarrollo humano, que se fortalecen entre sí.
Por su función instrumental, la educación inicia procesos de adquisición de habilidades y
competencias que ayudan a realizar elecciones fundamentales para la vida de una persona. En su
rol emancipador, promueve mayor conciencia crítica, pues con mayores niveles de conocimiento
se está en mejores condiciones para intervenir favorablemente en los entornos familiares,
comunitarios o nacionales, para beneficio personal y colectivo, produciendo reflexiones críticas
y aportando a la calidad de la democracia. Por último, por su función redistributiva, la educación
provee el acceso a la toma de decisiones por parte de los grupos sociales más desfavorecidos.
El Caso de Abril.
El 2018 fue un punto de inflexión en Nicaragua, el año en que Nicaragua decidió cambiar el
rumbo de su historia. El día lunes 03 de abril, en una de las reservas ambientales más importantes
a nivel centroamericano, ubicada al sur del país, se registró el inicio de un incendio forestal. Ante
la actitud ajena que el estado y gobierno nicaragüense mostró a la situación, sociedad civil
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comenzó a organizarse y buscar alternativas para intentar mitigar los estragos que estaba
causando.
Frente a la movilidad que se originaba en los sectores de sociedad civil vinculados al trabajo
ambientalista, y periodismo, la respuesta del estado fue limitar el acceso a la zona en riesgo, a
través de actos intimidatorios como robo de equipo periodístico, aumento de la militarización en
la zona e incluso, negó el apoyo técnico ofrecido por el gobierno de Costa Rica.
Ante la negativa gubernamental y estatal para dar respuesta eficiente y pertinente según la
envergadura del asunto, a una semana en la que el incendio forestal continuaba; por medio de
redes sociales, se inició todo un movimiento, autoconvocado por el sentir ambientalista bajo la
etiqueta #SOSIndioMaiz, que se dio cita por primera vez en un platón frente a la Universidad
Centroamericana UCA en horas de la noche. Donde asistieron aproximadamente 500 personas.
Aunque la jornada se dio en relativa calma, el grupo juvenil oficialista (juventud sandinista SJ),
convocó a una actividad el mismo día y sector.
El día 13 de abril, el movimiento autoconvocado #SOSIndioMaiz, realizó una convocatoria para
realizar una marcha hacia la asamblea nacional, para exigir una pronta solución a la catástrofe
natural que el gobierno se había negado atender. Poco antes de salir, el grupo autoconvocado, se
topó con una contramarcha organizada por el grupo oficialista, en la misma dirección. Ante la
situación, el movimiento independiente, decidió modificar la ruta de la marcha y dirigirse hacia
uno de los monumentos que desde su inauguración había sido ocupado únicamente para
actividades partidarias. Una vez que las marchantes llegaron, la fuerza policial no se hizo esperar
y comenzó a desalojar a punta de fuerza y en compañía de la juventud sandinista, a los jóvenes
universitarios. A pesar de la represión, la jornada significó el primer logro político de este
movimiento, al retomar el espacio público.
Al respecto, Monique Blanco, comunicadora social de la ciudad de León, Nicaragua expresa “Si
se creía que esta generación era apática, con el retomar de la calles, esa sospecha quedó
disipada.”
Las jornadas del movimiento #SOSIndioMaiz, continuaron (al igual que la intimidación policial)
hasta que el 18 de abril, el gobierno central anunció la firma de un decreto presidencial para
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reformas al sistema del seguro social, el cual venía sumando deudas gigantescas desde año 2013,
producto de la utilización de los fondos para fines comerciales. Dentro de las reformas, se
pretendía aplicar una reducción del 5% a las pensiones que recibían los adultos mayores, así
como el aumento de los aportes entregados por los trabajadores y empresas. “Con el fin de mejorar
el balance financiero del sistema de pensiones" citaba el decreto 03-2018,
El acontecimiento, no solo sumaba un descontento más de la ciudadanía en general, pero
principalmente del sector juvenil. La firma de este decreto, hacía recordar las vicisitudes que
hicieron vivir a jóvenes y adultos mayores en 2013 con #OcupaINSS cuando el sector de la tercera
edad se tomó las instalaciones del Instituto Nacional de Seguridad Social (INSS) y después de
una vigilia cultural en la que acompañaron jóvenes, en horas de la madrugada fueron atacados y
desalojados por grupos de choque simpatizantes del gobierno de turno. Sino que esta, era la
primera política económica que no había sido consultada previamente con el sector de empresas
privadas, con quienes se alardeaba de una estrecha y saludable relación política.
La aprobación de esta ley de reformas en tiempo record, provocó más manifestaciones sociales
en las principales ciudades del país, fue así como en horas de la mañana del 18 de abril, en la
ciudad de León, un grupo de adultos mayores realizaron una protesta pacífica en las instalaciones
del INSS de la ciudad, la misma que fue brutalmente reprimida por simpatizantes del partido,
donde resultaron heridos varios manifestantes.
Este acontecimiento reforzó el malestar que durante el transcurso del día, se fue generalizando y
propagando por la ciudadanía, fue así que por horas de la tarde, se dieron cita Camino de Oriente,
una de los sectores más concurridos en el centro de la ciudad capital Managua. Decena de jóvenes
que hubieron participado de las manifestaciones ambientalistas, se dieron cita a las 6:00 p.m. esta
vez, bajo la etiqueta #SOSInss, exigiendo al gobierno y estado, revocar el decreto firmado en
horas tempranas. Tal como venía haciendo la tónica del estado, solo minutos después de iniciada
la manifestación llegaron las fuerzas de choque o “turbas”, como se conocen localmente los grupo
pro gobierno utilizados para reprimir, atacando con saña a ciudadanos y periodistas, arruinando
inmuebles de comercios y asaltando. Todo ocurría mientras los agentes policiales servían de
espectadores, minutos más tardes, un contingente de oficiales acorralaron al grupo manifestantes
en el sector, en respaldo a las grupo pro gobiernos.
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Paralelo a estas manifestaciones, en el portón principal de la Universidad Centroamericana UCA,
un grupo de estudiantes universitarios, al enterarse de los acontecimientos en Camino de Oriente,
se dieron cita para realizar manifestaciones en repudio al decreto presidencial y a la violencia
utilizada por la policía contra los manifestantes. Minutos más tardes, trasladados en vehículos
oficiales de la policía nacional, llegaron grupos de choque a atacar también ese sector.
Los ataque de la noche se dieron durante al menos 5 horas en ambos sectores, terminando con
varios manifestantes y periodistas heridos, situaciones de secuestro colectivo en la universidad
centroamericana y otros comercios independientes que dieron resguardo a manifestantes, mientras
se disipaban las fuerzas de choque.
La brutal represión hacia los manifestantes, fuera de mitigar, tuvo un efecto contrario; En vez de
disolver a los manifestantes, el descontento colectivo se incrementó al igual que su convicción de
continuar en las calles.
Ese día Nicaragua entera estaba en vela, muchos contaban sus experiencias estando en algunos
de los puntos de las manifestaciones, las redes sociales se inundaron de testimonios, fotos y videos
de lo acontecido, en el aire se respiraba indignación y por redes sociales, sin aun saberse, se
gestaba el movimiento más importante de la historia moderna de Nicaragua, y esta, como otras
tantas veces, era liderada por universitarios.
Durante horas de la madrugada, se comenzó a viralizar el drama que estaban viviendo el grupo
de universitarios internos en la Sede de León de la Universidad Nacional Autónoma Nicaragua,
quienes comenzaron a escapar del recinto, pues se presumía de sus traslado para participar en una
contra marcha a favor de las reformas del INSS, todo con el propósito de continuar los
enfrentamientos entre grupos adversos.
En respuesta a esto, estudiantes de la Universidad Nacional Agraria, otra de las universidades
estatales, anunciaban por redes sociales, su respaldo a estudiantes de León y su descontento con
los hechos ocurridos la noche anterior. Se preparaban para sumar su fuerza a las manifestaciones
del 19 de abril.
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A primera hora de la mañana del 19 de abril, estudiantes universitarios de la Universidad Nacional
Agraria (UNA), se tomaron las calles del sector norte de la capital, quienes pocos minutos después
fueron atacados por fuerzas de la policía nacional. Al poco rato por la mañana, la Universidad
Nacional de Ingeniería (UNI) armaron manifestaciones a las afuera de su recinto, ubicado en uno
de los sectores más concurridos de la capital, respaldando a los sectores estudiantiles y rechazando
la brutalidad de la fuerza policial y del gobierno nicaragüense. Los mismos fueron replegados y
atacados con brutalidad por la policía nacional.
Paralelo a ello, la Universidad Politécnica de Nicaragua (UPOLI) inició manifestaciones en
respaldo a la UNI, UNA y UCA quienes estaban siendo atacadas en distintos sectores. Los
estudiantes universitarios que se manifestaban en la UNI, buscaron resguardo en las instalaciones
de la Catedral de Managua. La UPOLI fue la primera universidad tomada por sus estudiantes.
Para el fin de semana posterior al 19 de abril, la ola de violencia estatal se acrecentó en los
distintos puntos de la capital y otras ciudades, al igual que creció el descontento de la población
en general. Se contaban la primera lista de muertos, incluyendo la de un estudiante secundarista.
Se registraron saqueos a los comercios. Luego de una noche de grandes enfrentamientos entre
universitarios y policía nacional- fuerzas de choque, el sábado 21 de abril, las ciudades
amanecieron militarizadas. Mismo día que el periodista costeño Ángel Gahona
mientras
transmitía un Facebook live durante un enfrentamiento en la ciudad de Bluefields.
Para el domingo 22 de abril, Daniel Ortega, durante un discurso televisado, revocó el decreto
presidencial respecto a la reforma del seguro social y realizó una llamado al dialogo, siendo el
segundo triunfo político del movimiento social autoconvocado. No obstante, para esa fecha, ya
no se trabaja del seguro social, el clamor de la ciudadanía nicaragüense exigía la renuncia del
presidente, de todo su ejecutivo y aparato del estado.
El consejo de la empresa privada, convocó a una marcha nacional desde el nuevo centro de la
ciudad de Managua, hasta las instalaciones de la UPOLI, donde un grupo de universitarios
continuaba en toma y resistiendo los ataque perpetuados por la policía nacional. El consejo de la
empresa privada solicita a los universitarios, participar de la mesa de dialogo.
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A partir del llamado, se hizo visible el nacimiento de distintos grupos universitarios re
organizados. Representando el tercer triunfo político, pues al menos durante la última década,
solo existía una agrupación estudiantil, que desde su origen ha servido como brazo político del
Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) partido del gobierno de turno y que habría
incrementado su corrupción así como participado en las represiones a manifestantes.
Las manifestaciones, así como la represión en distintos puntos del país, continuaron y
acrecentaron, tal como la lista de muertos, desaparecidos y encarcelados por motivos políticos. El
dialogo nacional, estaba programado para dar inicio el día 16 de mayo, pero los estudiantes
universitarios se negaron a participar de él, mientras continuara la represión ejercida por el
gobierno y sus fuerzas de choque.
Dentro de todo este movimiento, que exigía la renuncia de Daniel Ortega, nace el movimiento de
la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN – Mangua), que el día 07 de mayo,
luego de una marcha dentro del recinto Rubén Darío, se tomaron las instalaciones de la casa
central del alma mater como signo de protesta ante la represión estatal, sumando a esto, la
restitución de la autonomía universitaria que ha sido usurpada por el gobierno y su brazo político
Unión Nacional de Estudiantes en Nicaragua (UNEN) .
La toma del recinto universitario, se mantuvo durante dos meses, donde la represión no se hizo
esperar y terminó con el desalojo violento que tardó 13 de horas de ataque directo por la policía
nacional que dio como resultado la muerte de dos universitarios que se sumaban a la lista de más
de 300 asesinatos.
Hasta la formulación de este informe, las manifestaciones y represión a la misma continúan en la
rutina diaria del país. La lucha por la autonomía universitaria.
El 09 de mayo del año 2001, en Nicaragua, se aprobó la ley N°. 392 “Ley del Desarrollo Integral
de la Juventud” que en su Arto. 15 inciso 2 habla que la juventud nicaragüense tiene derecho a
que se garantice el acceso a la educación gratuita y de calidad que contribuye desarrollar valores
morales, cívicos, culturales, y ambientales y de respeto a los derechos humanos.
En tanto, expresa sobre la participación de las juventudes:
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Artículo 20.- Se garantiza el derecho de las y los jóvenes a promover el asociacionismo juvenil que les
permita el ejercicio de ciudadanía, la concertación entre grupos juveniles y de ellos con el Estado con el
propósito de promover programas, proyectos económicos, sociales y ambientales a nivel municipal, regional
y nacional.
Artículo 21.- Las y los jóvenes tienen derecho a formar asociaciones de carácter económico, empresarial,
sindical, comunitario, cultural, estudiantil, deportivo, científico, de desarrollo y de cualquier otra índole que
posibilite la integración de la juventud a la vida política, social y económica del país.
No obstante, del caso de abril, se da cuenta de la inexistente voluntad política para garantizar tales
derechos. Y es que, tal como asevera Ernesto Rodríguez. Las política pública sobre juventudes,
son avances pero continúan siendo un instrumento vacío, pues se fundamentan en generalidades
que no cuentan con categorías específicas de medición ni están vinculadas a los planes de
desarrollo humano de los estados, por tanto no hay responsabilidades institucionales concretas.
Sumando a esto, en Nicaragua, debido a la perspectiva de democracia directa propuesta por el
gobierno, las instituciones se encuentran centralizadas en la premisa de un “jefe supremo” que ha
desmantelado la institucionalidad y estatalidad del país.
Para Edwing Portillo, coordinador del centro de Capacitación Técnica del Movimiento Juvenil de
Honduras, en el contexto actual, ser joven es necesariamente riesgoso, no solo por los altos índices
de violencia que se experimentan por parte de las pandillas, sino porque los estados están
manejando las juventudes como un sector que significa riesgo para su modelos tradicionales de
política “somos una generación que apuesta por los valores democráticos y en base a esto, vamos
conquistando los espacios públicos”. Por su lado M. Blanco añade que no se puede separar los
anhelos personales de los colectivos. “para ser profesionales, necesito un sistema político social
que garantice mi desarrollo”.
Resultados
A continuación, se realizará una mera descripción de los resultados otorgados producto de la
aplicación de instrumentos. Como bien se mencionó, los mismos fueron un cuestionario, el mismo
que fue respondido de forma anónima por 120 personas. Producto de la coyuntura del país, la
aplicación de la misma se dio por medio de un formulario en línea. Para disminuir el sesgo de
información producto del contexto, las preguntas formuladas fueron elaboradas con el propósito
de recolectar datos básicos sobre aspectos educativos y participación social. El cuestionario
contenía tres grupos de pregunta: Datos Educativos, Actividad Social, Espacio Político.
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Del mismo modo, las entrevistas de caso, fueron aplicadas vía online, en vista que los casos se
encontraban fuera del país en un exilio forzado producto del asedio ocasionado por su
participación activa en la toma de la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua.
Por otro lado, las entrevistas a especialistas, luego de su aplicación; se inició a transcribir las
entrevistas en formato verbartim, de acuerdo al método recomendado para los estudios de tipo
cualitativo, la misma consiste en la cita de un texto palabra por palabra por palabra.
Quiénes son
De los datos académicos encontramos que; almenos el 62.5% del grupo participante en este
movimiento (respecto a la muestra del informe) son estudiantes universitarios, principalmente de
la Universidad Centroamericana (UCA), Universidad Nacional de Ingeniera (UNI), Universidad
Nacional Autónoma de Nicaragua - Managua (UNAN) y Universidad Politécnica de Nicaragua
(UPOLI).
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De este porcentaje, se tiene que solo el 19,4% estudió en una escuela pública, el otro 80.6% se
distribuye en escuelas técnicas, subvencionadas y la mayor cantidad en escuelas privadas con un
52%. Un dato importante que rescatar, es que sin excepciones, la muestra en su totalidad han
participado en distintos espacios, como el voluntariado, pastoral juvenil, cruz roja y actividades
de recolecta. Dentro de los cuales el 18.8% participó por al menos entre 3 y 5 años. Esto es
relevante cuando a la pregunta sobre si en su escuela se fomentaba la o se instruyó la participación
social, el 62.5% respondió que no. Dato que se aumentó al 75% con la pregunta respecto a si en
su escuela enseñaban en alguna materia sobre leyes y políticas públicas.
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Por otro lado, en el segmento dirigido a identificar la actividad social del grupo de estudiantes se
halla que un 56.3% ha participado en algún momento de su vida, en procesos de capacitación con
entidades de sociedad civil a nivel nacional e internacional, registrando su participación a partir
del año 2006 hasta la fecha, aunque según los datos conferidos por la gráfica, el número de
personas que participan, se mantienen de forma líneas, se registra un aumento del 5.3% a 10.5%
en el año 2017, ascendiendo a 21.1% en 2018.
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El aumento en las cifras porcentuales, se logra explicar al encontrar, dentro de las respuestas a la
interrogante ¿En qué consistía dicha capacitación?, temas vinculados a participación ciudadana,
liderazgo y gerencia de lo social, sugiriendo así, que dichos espacios comenzaron a posicionarse
dentro del grupo, a propósito del involucramiento en las manifestaciones del mes de abril, y
aunque en datos anteriores, se menciona que el 100% de los encuestados hubo participado en
actividades de tipo social, estás eran más dirigidas a trabajos comunitarios concretos y específicos,
contrario a la respuesta que se necesitaba dar al contexto actual, que se ubicaba en una escala de
participación mayor. Los demás porcentajes están afines a temas de sexualidad integral,
autoestima, y movimiento feminista.
Respecto del espacio político, los datos reflejan que el 56.3% ha participado activamente en los
procesos de movilización de abril. Se refleja un 3.1% que marcó la opción de “otro” que
representa a un sector estudiantil que no se identifica totalmente con las maneras de movilización
y protestas acaecidas hasta el momento, escribe “En algunas cosas si participo y en otras no. Me
encuentro buscando nuevas formas de ayudar con las cuales, me sienta identificado”. Mientras
que solo el 19.4% de los encuestados tiene algún miembro de la familia involucrado directa y
activamente de las manifestaciones en las manifestaciones.
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Sobre si pertenecen a alguna expresión organizada, el 53.1% indicó que no forma parte de ninguna
entidad, lo que permite sugerir el grado de permanencia del ideal autoconvocado, característico
de la ola de manifestaciones suscitadas desde abril 2018. El 46.9% restante, colocó que si
pertenece a una expresión organizada, distribuyéndose en: 10% organización juvenil, 10%
movimiento feminista, 20% se clasificó en otros, mientras que el 60% formaba parte de alguna
fracción social estudiantil.
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A propósito de las motivaciones para participar o mantenerse dentro del movimiento social, en
base a las respuestas otorgadas, se clasificaron en dos categorías, motivaciones de tipo personal
y motivaciones carácter social, definidas operativamente como; aquel estimulo que impulsan la
acción interpretándola desde una experiencia cercana (externa o interna) que sobrepasa el
bienestar psíquico individual; y un estado interno que dirige al organismo a lograr homeostasis a
través de una reacción al exterior, interpretándola en base a una escala de valores morales y
sociales internalizada a favor de la colectividad. Respectivamente.
Se encuentran aseveraciones de tipo: “necesidad de contribuir a un cambio social de grandes
magnitudes … se lo prometí a alguien que amaba y no pudo continuar en la universidad”
(Motivación Personal) “volver a tener un país libre y democrático que vele por el pueblo y sus
demandas … retomar los espacios cercenados a la participación juvenil” (Motivación Social)
Mientras que al preguntar sobre el rol de las juventudes en este tipo de procesos sociales, las
conceptualizaciones utilizadas por el grupo encuestado, se describieron como; actores activos
dentro de los procesos de cambios, a través de sus aportes innovadores, nuevas formas de
organización, buenas prácticas de convivencia utilizadas dentro de los recintos universitarios,
entre otros elementos que daban cuenta de una toma de consciencia de su papeles dentro del
movimiento social gestante. Todo ello a partir de la utilización de verbos imperativos.
En tanto la democracia, fue definida como un sistema político, diseñado para asegurar la
participación de todas y todos en la toma de decisiones; mencionando como sus principales
valores la libertad, justicia e igualdad.
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Para Francisco Sequeira, investigador expertos en temas sobre juventudes, es muy arriesgado
tratar de “describir o caracterizar” la juventud que presente en las manifestaciones de abril, sin
tener un entramado de evidencias que sostenga dicha caracterización, a pesar de la existencia de
informes recientes en el año 2011, 2014 y 2016, que intentan realizar una especie de radiografía
sobre la cultura política nicaragüense, no ofrece los datos suficientes para asegurar “esta es la
juventud de ahora” y saber quiénes son, qué les afecta, a qué aspiran, cuáles son sus limitaciones.
Esto es importante porque según Sequeira es fácil caer en la trampa de suponer que “la juventud”
inició y despertó una movilización social. Aclara al respecto:
” (…) porque no son solo jóvenes, son movilizaciones sociales, y tampoco es cierto que, es solo una
juventud, porque como pudo haber gente muy educada, que paso por procesos educativos muy interesantes
y de crecimiento personal, también habían chavalos que se rebuscaban la vida, y se la rebuscaban haciendo
lo que se puede, trabajando en lo que se puede, y estudiando cuando se puede; entonces, no podemos hablar
de la juventud, sino que son, realmente, las juventudes, en plural, porque son múltiples identidades,
múltiples intereses y esa radiografía de ser plural o integrar esa pluralidad, es compleja, más cuando hay que
analizar y pensar también de que hay distintos momentos, cambios y procesos generacional”.
Por su lado, Cuadra asevera, que a lo largo de los estudios sobre juventud y cultura política en las
que ella participa como investigadoras, se ha identificado en que relación a la política, las
juventudes son en definitiva actores protagónicos no solo de procesos políticos específicos, sino
también del cambio y de la transformación de la cultura política, esto ocurre por diferentes
razones:
“(…) primero porque son la mayoría de la población, segundo porque generalmente los jóvenes siempre son
generadores de cambio social y tercero porque pues, ellos son los que están metidos en todo esto, o influido
más fuertemente por todo el tema de la globalización, las tic y otros elementos que están de por medio.
Entonces, efectivamente, no es extraño que en abril, a quienes habíamos visto como los protagonistas de la
movilización y de la acción social hayan sido a los jóvenes (…). esto ha tenido su expresión más viva en
esta insurrección de abril, allí es donde está condensando todo lo que nosotros habíamos visto ya como pista,
que en su momento no eran suficientemente claras pero que ya se veían algunos rasgos”.
Mientras que la catedrática y master en psicología social, Martha Violeta Trujillo Delgado,
describe a las juventudes como un grupo con gran sentido de justicia, cuestionadores, reflexivos,
capaces de tomar decisiones, con posiciones ante la vida, buena autoestima y con capacidad de
asumir las consecuencias de sus acciones, no obstante también añade:
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“se puede decir las juventudes, tienen construida una identidad social en el sentido amplio, pero que
solamente una parte de esas mismas juventudes, tiene construida una identidad política. Considero que el
elemento fundamental a considerar es la socialización, la cual va a estar marcada por la familia, las
instituciones inmediatas como las escuelas, la iglesia, el barrio. Pero también están las estructuras culturales,
sociales y económicas con las que convive”.
En tanto Cuadra retoma, que existen dos conceptos de generación, la primera en términos
demográficos y la segunda en términos políticos. Concluyendo que el grupo participante, pudiese
considerarse en términos demográficos, como una generación, pues comparten tiempo, espacio y
mismo contextos, con sus coetáneos. Mismo que, según Cuadra; con lo que ha sucedido ahora en
abril es claro que también es una generación política:
“(…) y que tienen un horizonte político. No tienen un partido político y no tienen un programa político en
el sentido convencional o clásico, en decir este es nuestro programa político, pero es obvio que hay un
objetivo político, una meta, que los jóvenes están apostando a ese horizonte político. Entonces en ese sentido,
si es una generación política”.
En referencia a Sequeira, la sociedad pasó de ser una sociedad insipiente, a ser una sociedad de
ciudadanía que demanda y exige, entonces ya no hay una preocupación urgente por el transporte,
por la luz, pues están desplazados, por preocupaciones más inmateriales, como las libertades,
derechos humanos, etc. Entonces creo que allí puede haber algunas pistas, más que una
respuestas, pistas.
Cómo se conformaron
Como se planteó al inicio del informe, durante mucho tiempo, la generación de juventudes, venía
cargando con el estigma social de ser indiferente; de acuerdo a Sequeira en abril sucedió un
fenómeno social importante “aquella juventud que se creía apática y distante de lo público y de
lo político, dijo basta y se involucró y hubo un despertar producto de un agotamiento en términos
de lo que se venía constituyendo y percibiendo como arbitrariedad, como abusos con los que no
estaban de acuerdo”
La ola de manifestaciones producidas por las reformas al INSS y el incendio en Indio Maíz,
parecían nada, tal como lo expresa el Oso Guarimbero “cuando salí de casa a involucrarme, lo
33
primero que pasó por mi cabeza fue, - esto no va a ser pacífico y no va a dilatar mucho - pero
cuando el pueblo se levantó y vi que esto iba para largo, supe que estaba arriesgando muchas
cosas”. Pero indio Maíz, era un incendio más grande, este acontecimiento junto a las reformas,
representaban a pequeña escala, el sistema político centralizado y opresor que desde años atrás
venía desmantelando la institucionalidad del estado, y cercenando con ello, los espacios de
participación, acceso a la información.
Pese a que este tipo de acciones, habían sido ya normalizadas dentro de la rutina social del país,
el tema del INSS e Indio Maiz, removió la desconformidad que el sector venía experimentando
respecto al poder totalitario instaurado en el Estado de Nicaragua y en los recintos universitarios
estatales, pero además, extrajo de las memorias colectivas juveniles el episodio acaecido en el
2013 con #OcupaINSS. Se hace necesario reconocer que el inicio del tercer período presidencial,
la brutalidad del estado, se había acrecentado contra otros sectores sociales, la represión con la
que respondió el gobierno a las manifestaciones de abril, representa un quiebre que se hace
evidente y es un quiebre abrupto entre las juventudes y lo que ellos consideraban que se debía
hacer y lo político e institucional. Pero además, significó la re ocupación de los espacios que
habían sido usurpados. Las juventudes ya no solo tenían el discurso de que podían retomar sus
fuerzas, ahora, tenían evidencias tangibles.
Bayardo Siles, Dr. Veneno y Oso de la Guarimba, hasta antes del 18 de abril no se conocían, lo
único que tenían en común, según sus historias, era que los tres fueron excelencia académica
mientras cursaba su educación básica y media, los tres en colegios diferentes y zonas distintas,
casí nada podría darles una premonición que en alguna ocasión, se encontraría, quizá no es las
mejores circunstancias contextuales, pero justo en el momento indicado. Dr. Veneno y Oso de la
Guarimba, participaron como médicos voluntarios en los puestos de los recintos de la UNI,
UPOLI y UNAN – Managua, salieron de sus casas sin tener la certeza de que volverían o en qué
estado lo harían. En tanto Bayardo, colaboraba con las movilizaciones en la zona norte del país.
Los tres movidos por el sentimiento de indignación ante las injusticias del gobierno de turno, tal
como lo comentan en su entrevista.
“Uno no puede ser joven y observar injusticias en tu país y observar como las cosas se hacen de
forma ilegal, inmoral y quedarte sin hacer nada (…) yo tenía algo que ofrecer, mis conocimientos
médicos, esa sería mi trinchera” – señala Oso de la Guarimba, mientras Dr. Veneno expresa “me
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cansé de que en el recinto de la UNAN – Managua, haya corrupción, los recursos del 6% son mal
administrado, las becas externas son una burla, el contenido curricular es de media calidad,
recordaba las clases de secundaria, solo se hablaba de la gestión del gobierno y todas las guerras
contra los yankees”. Y acompañado de las palabras de Bayardo “me cansé de tanta injusticia
acumulada del gobierno abusivo”.
Hoy, los tres se encuentran fuera del país, por motivos de asedio gubernamental y amenazas de
muerte, Bayardo incluso, estuvo preso. Ahora, tienen mucho en común, pero sobre todo, un
sentimiento de hermanamiento que les acompaña.
Reflexiona Sequeira:
¿Fueron los procesos educativos determinante, para la construcción de las identidades políticas? Bueno
podríamos suponer que tuvo que ver pero el tratar de generar evidencias alrededor de eso, amerita hacer
un análisis más focalizado, en un grupo determinado de chavalos y conocer, cuáles fueron sus historias, sus
trayectorias y cómo esas trayectorias condicionaron que de alguna u otra manera, reaccionaran de una forma
u otra ante un estímulo determinado ¿porque salieron a las calles chavalos universitarios y no salieron a las
calles chavalos trabajadores en las empresas, por ejemplo. cuando también hay una fuerza juvenil en las
empresas privadas? ¿porque los universitarios y no las masas juvenil que trabajan en las empresas de
tersecterización donde hay gran cantidad de jóvenes?
Quizá ya no solo hay que pensar en el fenómeno social, desde los procesos educativos, sino que
también habría que tomar en cuenta la experiencia de los espacios, públicos y privados. Para
Trujillo Delgado, es importante recordar y tener claro que la educación transciende la instrucción
formal y que la misma es responsabilidad de la sociedad en su conjunto.
En este sentido, es probable que algunos procesos educativos, hayan influido, pero es también
necesario problematizar por qué se involucró el que evitó que se metieran, porque eso les molestó
tanto y no despertaron por otras razones.
Sin embargo, ante la interrogante ,Cuadra enfatiza:
“Ningún sistema de educación formal, a porta al cambio del sistema en general, porque, el sistema de
educación formal, es uno de los recursos fundamentales para reproducir el sistema social, el estatus quo, tal
cual, no para cambiar. Entonces, pedirle a la educación formal, que contribuya con eso, pues es decir, hay
un discurso bien fuerte que te dice que la educación debería ser una educación para la reflexión , para el
debate, etc., pero eso hay que ponerlo entre comillas, porque en realidad, el sistema de educación formal, no
es necesariamente. Son otros procesos educativos y otros espacios educativos los que sí contribuyen y tienen
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más pesos en esos cambios y en este tipo de eventos.
Dónde se dirigen
Entre los datos aportados por los estudios sobre juventud y cultura política (la generación del 90´s
y la generación del 2000´s) se logra identificar, como a la generación de los 90´s , por ejemplo,
le tocó crecer o madurar políticamente en un contexto adverso y hostil que se desarrollaba en
medio de una guerra y por tanto la participación era restringida o con pautas verticales asociadas
al ideal militar de la revolución.
Mientras que en la generación de los 2000´s se experimenta un contexto de transición de políticas
neo liberales, pero con la gracia de que en ese mismo contexto, los espacios de participación se
abren y hay una explosión de organizaciones sociales, ong, etc. Entre ambas generaciones, hay
un contexto diferente.
Ahora, es demasiado pronto, para visualizar el camino que la generación de las juventudes
atrincheradas en los principios de democracia y autonomía, va a seguir, pero dentro de todos sus
desafíos, es reconocer que estamos, aun en una sociedad post conflictos con heridas que tienen el
mismo nivel de gravedad que las causadas por el conflicto de los 80´s. El gran reto es ver cómo
está generación, logra sobre ponerse y cimentar bases de un legado nuevo.
Conclusiones
-
Las identidades políticas en las juventudes nicaragüenses que participan en el movimiento
social actual, se performaron ante la experiencia de socialización secundaria con cuerpos
o juventudes que comparten mismos dolores históricos, productos de cambios similares al
vivido. Estas experiencias pudieron ser posibles, debido al período de globalización y el
uso de las tecnologías para la información y comunicación.
-
No cabe duda, que la construcción /formación de las identidades política, es vacía sin la
presencia intermediaria de una identidad o memoria histórica. Ante la construcción
/formación de las identidades políticas y la identidad de historia queda de palpable la
aseveración respecto a que el pasado, siempre abierto, puede ser reconstruido en función
de un presente y un porvenir.
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-
La recuperación de los espacios públicos y las calles, fue el momento esencial para que
las juventudes nicaragüenses se re encontraran con el sentido social y fuesen conscientes
de su rol como agentes de cambios, dejando atrás lo discusivo por las evidencias tangibles.
La incapacidad de reconocerse certeramente como agentes políticos de cambio, se vincula
al discurso y la necesidad internalizada de “salir del país” para tener un mejor desarrollo,
esto, dificultaba la apropiación del contexto social inmediato, al igual que el sentido de
pertenencia y por ende, limitaba los procesos de adquisición de roles sociales.
-
Se logra identificar la existencia de conflictos intergeneracionales que funcionaron como
crisis de identidad a partir de la propuesta de Erickson, que llevó a las juventudes, a decidir
cuál sería su papel en la historia moderna de Nicaragua, tomando como referencia la
experiencia socializada en el grupo primario por su familia.
-
El mayor cambio político que se da, fue la ruptura del ensimismamiento de las juventudes,
al pluralizar el sentimiento a través de la subjetividad política que se compartía. Llevando
a mayores intereses sobre colectividad, acerca del bienestar de todos, sin embargo nadie
podría determinar cuál fue el acto determinante. Porque fueron más bien momentos,
sucesos que fueron generando la acumulación que llevó a esa subjetividad política.
-
Aun cuando, el sistema educativo, se hubo utilizado para la generación de estímulos
condicionantes de masificación y divulgación partidaria, las acciones del estado y
gobierno en los espacios públicos generan ambigüedades que motivan la problematización
del contexto socio político, durante las fases de construcción de identidad.
-
Se encuentra que, quienes no han sido expuestos a espacios de formación ciudadana,
tienen y proyectan un sentido reducido del término democracia.
-
Producto de la utilización de imperativos, se identifica la presunta internalización de una
serie de códigos que se traducen en un “deber o responsabilidad social” que puede llegar
a estresar el sistema performativo de la identidad política de las juventudes y viciar las
motivaciones, esto producto a la sobre estimulación de formativos por organizaciones de
sociedad civil sin considerar la pertinencia de los espacios desde una perspectiva
generacional.
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-
El movimiento estudiantil es un espacio que refleja transformaciones políticas y culturales
que generará transformaciones identitaria adicionales por sí mismo.
-
El sistema educativo, tal como se conoce en Nicaragua, no aporta a la formación de
identidades sociales o políticas, en tanto que no es la escuela como tal el espacio de
transformación social, si no la educación experimental y emancipadora.
Recomendaciones
-
Apoderarse de la educación como estrategia para el desarrollo humano. Puesto determina
la construcción de una sociedad equitativa. Garantizando el acceso a una educación
suficiente y de calidad, que promoviendo el desarrollo de idoneidades para la vida y la
participación de las juventudes.
-
Estimular desde edades tempranas la participación y ciudadanía. Queda claro que la
escuela representa un ámbito de socialización, que genera la promoción de la participación
y la asociatividad de adolescentes y jóvenes por intereses comunes.
-
Es necesario, la construcción política de todo lo cotidiano, para mantener a flote el sentido
problematizador de la situaciones y actuar en el momento indicado. Esto viene
acompañado de la construcción de un discurso político emancipatorio del movimiento
estudiantil.
-
Hace falta trabajo para el reconocimiento como un solo colectivo desde las diversidades,
de no lograrlo, el movimiento estudiantil podría volverse unas minorías segregadas que
no alcance el impacto político que se propone.
-
Al ser el contexto actual una confluencia transgeneracional, es importante determinar la
perspectiva de democracia que experimentan cada una de las generaciones. Así mismo
son necesarios los procesos de relevo generacional asistidos en base a los procesos
consensuados en el horizonte político.
-
Se hace indispensable construir un plan de contención psicosocial para el trabajo social
comunitario post conflicto.
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