Subido por Natalia Angel

YUANFEN

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YUANFEN
Cuentan las leyendas, que todos venimos a este mundo con alguien predestinado
para estar junto a ti, algunos llaman media naranja, otros su alma gemela, su
complemento, en fin, existen millones de maneras para llamarle, pero para mí es
YUANFEN… ¿y qué es? Pues bien, te explicaré según la cultura china y el budismo
cada persona tenemos un amor que nació predestinado para estar contigo y yo, soy
una fiel creyente de esta teoría pues lo que sin lugar a dudas definió mi vida…
Hace muchos años, no muy lejos de donde hoy estás leyendo esta historia, en una
pequeña ciudad del país de Colombia, nació una pequeña niña, tierna, extrovertida,
pero sobre todo soñadora y una fiel creyente del amor, creció rodeada del calor de
hogar que toda niña debía crecer, amada por sus padres y sus hermanos, su
nombre era Isabel. Los años fueron transcurriendo e Isabel seguía creciendo con
su mentalidad clara de que algún día encontraría al amor de su vida, ¿Cómo?
¿Cuándo? ¿Dónde?... No lo sabía, pero estaba segura de que algún día aparecería.
Era una niña de belleza promedio, pero con un corazón dispuesto a entregar por
completo sin reserva, ni condición. Siempre destacó por su desempeño académico
y bueno, eso no es muy atractivo cuando estás en el colegio, pero ella no se
preocupaba por eso. Los años pasaron y pronto llegó a la universidad, un mundo
completamente diferente, el primer semestre como era normal aparecieron
pretendientes, pero ninguno que a ella le llenara y con quien pudiera sentirse feliz a
plenitud. Sin embargo, ya era segundo semestre y todas sus amigas tenían novios,
alguien con quien compartir sus vidas, mientras ella seguía a la espera. Después
de un par de semanas, el estrés y la ausencia de amor comenzó a embargarle, ya
tenía su mayoría de edad, era más que justo que empezara su vida amorosa, pero
tampoco quería hacerlo a la ligera, así que decidió hacer un listado de todas las
virtudes y condiciones que debía cumplir su primer novio, eran aproximadamente
unas treinta preguntas que tenía aquel listado y así fue como diariamente empezó
a cargar con él entre sus cosas.
Pocos días después, un día platicando con su mejor amigo en la cafetería le
comentó acerca de su decisión de dar inicio a su vida romántica y como había
planeado hacerlo.
-
Señorita Isabel. – Le llamó uno de los licenciados de la universidad.
-
En un momento regreso. – Le dijo a su amigo, mientras se retiraba de la
mesa.
Pocos minutos más tarde, cuando regreso nuevamente al encuentro de su amigo.
Él se encontraba hablando con otro chico, un hombre bien parecido, alto, de más o
menos unos 5 años mayor que ella… en ese momento empezó a realizar un check
list mental con todas sus condiciones, antes de decir un simple “hola”, la
conversación continuó por un par de horas. El chico era experto en el área de
sistemas y justo para esos días requería un trabajo en esa área. – La excusa
perfecta – pensó, seguido de pedirle su número para seguirle platicando. Con el
pasar de los días, sus conversaciones eran cada vez más largas y placenteras. Y
vio que cumplía con casi todos sus requisitos. Sin embargo, había dos en específico
que no había cumplido (Un hombre hogareño y de pocos amigos). Pero no le prestó
mayor atención, al fin y al cabo, no existen hombres perfectos en este mundo, o al
menos eso era lo que ella pensaba en ese momento.
Y bien, a los pocos días emprendieron una relación, no muy formal en inicio, pero
que con los días se consolidó. Pasado un año, él le propuso que fueran y vivir juntos
y así lo hicieron, aún en contra de todos, familiares y amigos, pues para ella lo más
importante era el amor que en ese momento sentía. Pero como la vida real, no es
un cuento de hadas, pasado un año de convivencia fueron apareciendo ciertos
aspectos que no habían sido tenido en cuenta antes, así pues, empezó a pesar los
dos criterios que fueron desmeritados al principio (un hombre hogareño y de pocos
amigos), pues el estilo de vida y forma de ser, así lo demandaban. Ya que ella era
una niña de casa, acostumbrada a estar solo con su familia.
A vuelta de un tiempo, amigos, rumba y alcohol, se convirtieron en el nuevo amante
de quien para ella era su amor, después de muchas horas de tristeza y soledad, ella
desconsolada, lloraba rogando al cielo que le enviara un mensaje, una luz en medio
de ese desierto, que le explicara el porqué estaba viviendo eso y que había hecho
para merecerlo. Esa petición, cada vez era más un suplicio cotidiano. Pasaron otros
tantos años más, sin respuesta alguna y como una montaña rusa era su vida. Hasta
que, por cuestiones de la vida, las cosas empezaron a cambiar, nuevo empleo,
compañeros distintos que se convirtieron sus mejores amigos, reuniones con otras
compañías, hasta que un día, llegó… era un día como cualquier otro, un evento
más, pensaba ella, pero quien iba a saber que justo ese día conocería al verdadero
amor de su vida. Había mucha gente, personalidades de todos los lugares, edades
y géneros, pero en medio de toda la muchedumbre había alguien que alumbraba,
que era diferente, quizás no era el estereotipo del que ella estaba acostumbrada,
pero en su aura había algo diferente, algo que le impedía dejar de mirarle, una
fuerza intensa recorría todo su cuerpo diciéndole “ahí está tu respuesta”. ¿pero
cómo saberlo?, bueno, dicen que las fuertes corrientes de aire las puedes sentir,
pero no las puedes ver, así mismo funciona, no sabes cómo, ni porque, solo te
resulta completamente real y mágico. Después de tal evento, fue creado un grupo
de chat de negocios, así que no fue necesario pedir el número de contacto. ¿le
hablo? – era la pregunta que atormentaba todo el tiempo su mente, pero no se
atrevía a hacerlo.
Siguieron realizándose ruedas de negocios y cada vez era más inevitable lo que ella
sentía, la cuestión fue que ese sentimiento, se veía correspondido, después de un
par de encuentros de miradas, entre coquetería e inocencia, llegó un mensaje
inesperado, pero que fue tan anhelado. Sin embargo, ojalá todo fuera sencillo
cuando encuentras el amor de tu vida, ¿recuerdan de la relación anterior en
mención?, pues estaba aún estaba vigente. ¿Qué hacer? ¿cómo reaccionar? ¿Qué
era lo correcto, seguir a su corazón o a la razón y continuar con su relación? El
tiempo lo dirá… era su respuesta más sensata así misma.
¿Cómo saber si era química o alquimia lo que estaba sintiendo? Los meses
pasaron, y en casa cada vez su vida era peor, en caos, descontrol, un desorden
emocional que ya no podía soportar. Un día después de uno de sus eventos de
amigos, en el que nunca era invitada, fue el detonante que terminó. ¿separación?
Era lo único que repetía su mente. Y esa noche tomó el valor empacó sus cosas y
se marchó. Sería fácil decir que todo terminó allí y que se fue a vivir con su príncipe
azul, aquel ángel que tenía todo lo que ella buscaba, quién para el que ella era
realmente importante. Sin embargo, terminar una relación de tantos años, no resulta
nada fácil, se tienen muchas costumbres y apegos. Pero, aun así, con todo y eso,
cuando el amor es real y verdadero todo lo puede, y en medio de las crisis
existenciales, de olvidar todo lo que le había pasado, siempre hay una luz al final
del camino, y todo empezó a tomar su curso, con los días todo se tornó mucho más
bonito y aunque no todo es color de rosa, sí puede ser de un azul cielo que te tornan
los días más hermosos.
Y ahora, estoy cumpliendo con mi propia leyenda… “Dos amantes, que nacieron
predestinados para estar juntos”, y no es como el final tradicional de los cuentos de
hadas con un final feliz, porque la verdadera historia, apenas está por comenzar.
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