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Control de Constitucionalidad

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Control de Constitucionalidad
Romina Ariana Díaz
Sumario: A.- Supremacía constitucional y control de constitucionalidad. B.- Antecedentes del
control de constitucionalidad argentino. C.- Caracteres del modelo argentino. D.- Requisitos de
procedencia. E.- Conclusiones
A.- El control judicial de la supremacía constitucional
La supremacía constitucional presupone una gradación jerárquica del sistema
jurídico; de manera que, las normas más altas subordinan a los inferiores, y la
Constitución, a su vez, a todo el ordenamiento jurídico.
Las normas y los actos que, de cualquier modo, sean incompatibles con la
Constitución rompen la relación de coherencia y de subordinación que reina en el
ordenamiento
jurídico;
verificándose
un
vicio
que
se
conoce
como
inconstitucionalidad.
Dicha supremacía constitucional requiere del establecimiento de un mecanismo
o sistema que la asegure y la preserve de posibles violaciones1 : control de
constitucionalidad.
B.- Antecedentes del control de constitucionalidad argentino
Si bien el control constitucional se vincula históricamente a la tradición
norteamericana, no podemos pasar por alto los antecedentes que encontramos en la
jurisprudencia inglesa.
Puede atribuirse el origen de la formulación de la doctrina de la supremacía de
la Constitución - presupuesto del control de constitucionalidad - al magistrado
1
FAYT, Carlos; Derecho Político, Tomo II, Editorial Depalma, Buenos Aires, 1993, pág. 36;
SAGUES, Néstor; Elementos de derecho constitucional, Tomo I, Editorial Astrea, Buenos Aires, 1993,
pág. 227; LOPEZ, Mario Justo; Manual de derecho político, Editorial Depalma, Buenos Aires, 1994,
pág. 381/2; QUIROGA LAVIE, Humberto, Lecciones de Derecho Constitucional, Editorial Depalma,
Buenos Aires, 1995, pàg. 54 y TORICELLI, Maximiliano; El sistema de control constitucional
argentino, Editorial Lexis Nexis, Buenos Aires, 2002, pág. 35/6; entre otros.
1
británico Edward Coke.2 Pero no podemos desconocer que dicha doctrina quedó
relegada en Inglaterra; imponiéndose la doctrina de la soberanía parlamentaria. Sin
embargo, aquélla fue receptada por las colonias inglesas asentadas en Norteamérica.
Coke reivindicó en el célebre caso Bonham (1610) la tarea de los jueces en
orden a la preservación de la supremacía constitucional frente a los posibles embates
del Rey y el Parlamento.
En la Constitución de los Estados Unidos – al igual que ocurre en la
Constitución Nacional- no existe norma que refiera a la constitucionalidad de las
normas o los actos. Sin embargo, se ha entendido, que era consustancial a la pretensión
de una Constitución limitada.
Esta teoría se desarrolló, en el ámbito jurisprudencial, a partir del caso Marbury
v. Madison (1803), resultando de invalorable precedente doctrinario el trabajo de
Hamilton, quien en El Federalista (Capítulo 78) expone la argumentación base de la
llamada „revisión judicial‟, en los siguientes términos:
“La independencia completa de los tribunales de justicia es particularmente
esencial en una Constitución limitada. Por Constitución limitada entiendo la que
contiene ciertas prohibiciones expresas aplicables a la autoridad legislativa, como,
por ejemplo, la de no dictar decretos que impongan penas e incapacidades sin previo
juicio, leyes ex post facto y otras semejantes. Las limitaciones de esta índole sólo
pueden mantenerse en la práctica a través de los tribunales de justicia, cuyo deber ha
de ser el declarar nulos todos los actos contrarios al sentido evidente de la
Constitución. Sin esto, todas las reservas que se hagan con respecto a determinados
derechos o privilegios serán letra muerta. (…).
No hay proposición que se apoye sobre principios más claros que la que
afirma que todo acto de una autoridad delegada, contrario a los términos del mandato
2
No obstante lo afirmado, interpretamos de interés señalar que Mauro CAPPELLETTI, en su
trabajo El control judicial de la constitucionalidad de las leyes en el derecho comparado, pág. 904/5 y
ss.
(
publicado
la
biblioteca
virtual
jurídica
de
la
UNAM,
www.juridicas.unam.mx/publica/librev/rev/facdermx/cont/60/dtr/dtr3.pdf), nos enseña
que: “si bien no expresa ni concientemente configuradas como „supremacías de la Constitución‟,
respecto a las leyes ordinarias, han existido también en otros y más antiguos sistemas jurídicos, una
especie de supremacía de una determinada ley o de cierto cuerpo de leyes – que, con terminología
moderna, podemos calificar como leyes „constitucionales‟ o „fundamentales‟ (Grundgsetze)- en relación
con las otras leyes, que siempre con terminología moderna, podemos llamar leyes „ordinarias‟. ”
Advirtiendo la posibilidad de citar numerosos ejemplos, el autor refiere al caso de la Antigua Atenas y a
las ideas desarrolladas por la civilización medieval sobre la cuestión.
2
con arreglo al cual se ejerce, es nulo. Por lo tanto, ningún acto legislativo contrario a
la Constitución puede ser válido. Negar esto equivaldría a afirmar que el mandatario
es superior al mandante, que el servidor es más que su amo, que los representantes del
pueblo son superiores al pueblo mismo y que los hombres que obran en virtud de
determinados poderes pueden hacer no sólo lo que estos no permiten, sino incluso lo
que prohiben”. 3
Con dicho control, de tipo judicial y difuso, que se realiza a posteriori y en
casos concretos, se trataba de evitar - ante todo- los posibles excesos del Parlamento y
las vulneraciones de los derechos de las minorías, garantizados por la Constitución.
A partir de entonces, queda delineado el control de constitucionalidad - judicial
y difuso- propio del sistema americano; en virtud del cual, los jueces son los
encargados de la revisión constitucional, sin perjuicio de su ejercicio final por parte de
la Corte Suprema. De esta manera, no solo adquiere relevancia la doctrina de la
supremacía constitucional, sino también la posición del juez quien, pasa a ser un
verdadero garante de los derechos de los hombres.
Rige en Estados Unidos la regla del stare decisis, en virtud de la cual, resulta
obligatoria para los jueces inferiores la doctrina desarrollada por el Superior Tribunal
sobre la base de la cual se resuelve un caso concreto.4
Igualmente, no podemos pasar por alto los aportes provenientes del derecho
francés. El modelo adoptado a partir de 1789, se sustenta en un principio central, el de
la soberanía nacional. Esto, llevó a identificar la noción de „Nación‟ con el órgano
encargado de su representación: la Asamblea Nacional.
La no recepción de un esquema de control judicial de constitucionalidad en
Francia no fue óbice para que, en el marco de dicho sistema jurídico, se reconociese la
primacía de la Constitución sobre el resto de las normas. Sobresale en este punto el
pensamiento del Abate Sieyes.
3
HAMILTON, Alexander; en Hamilton, Santiago Madison y John Jayhttp; El Federalista,
Capítulo 78, publicado en www.antorcha.net/biblioteca_virtual/derecho/federalista/78 (biblioteca virtual
Antorcha.net).
4
Esta característica del modelo americano no es propia de nuestro sistema. Sin embargo,
durante la vigencia de la Constitución de 1949 sí se previó, expresamente, que la interpretación que la
CSJN hiciera del texto constitucional y de las normas inferiores, sería de aplicación obligatoria para los
jueces nacionales y provinciales (Art. 95).
3
En este modelo, a diferencia del modelo norteamericano, el juez es un
funcionario gubernamental, cuya función está limitada a la aplicación exegética de la
ley. A la par, está previsto un Tribunal de Casación que tiene como finalidad corregir a
los jueces que se apartan de la ley.
Así también, resultan de relevancia los aportes de Hans Kelsen, para quien la
resolución de los planteos constitucionales no pueden ser atribuidos a órganos
judiciales ordinarios, por cuanto no constituyen, estrictamente, una jurisdicción
constitucional.
En este sentido, resulta ilustrativo el Art. 89 de la Constitución de Austria
(1920 y su modificatoria de 1929)5, en tanto allí se materializa la doctrina desarrollada
por el autor citado; quien entendía necesario encomendar el análisis y resolución de los
planteos constitucionales a un grupo de expertos - legisladores, administrativos,
profesores de derecho, profesores de ciencia política - que constituirían una Corte
Constitucional. Este órgano, parte del Poder Judicial, ejercería un verdadero veto
judicial y tendría a su cargo realizar un juicio de compatibilidad lógica entra la ley y la
Constitución.
Siguiendo en gran medida los aportes provenientes en la materia del derecho
norteamericano, en nuestro país, se ha adoptado el modelo de control de
constitucionalidad de tipo judicial y difuso.
El mismo ha quedado delineado a partir del desarrollo jurisprudencial que,
desde sus orígenes, ha desplegado la Corte Suprema de la Nación.
El citado Tribunal, en el precedente „Sojo‟ comenzaba, tímidamente, a diseñar
la doctrina que en fallos posteriores habría de profundizar, en el sentido de que es
5
Artículo 89 de la Constitución de Austria (1920, modificada en 1929): “1. No tendrán los
Tribunales competencia para examinar la validez de las leyes, decretos y tratados internacionales
debidamente promulgados, en la medida en que no se disponga otra cosa en el presente artículo.
2. Si un Tribunal concibe objeciones por razón de ilegalidad contra la aplicación de algún
decreto deberá interponer, ante el Tribunal Constitucional (Verfassungsgerichtsho'), la súplica de que
se anule dicho decreto. Si el Tribunal Supremo o algún tribunal competente para pronunciarse en
segunda instancia tuviese reparos contra la aplicación de una ley por razones de inconstitucionalidad,
deberá interponer ante el Tribunal Constitucional recurso de anulación de dicha ley.
3. Si el decreto que el Tribunal tenía que aplicar ya no estuviese en vigor, deberá el recurso
interpuesto por el Tribunal ante el Tribunal Constitucional solicitar que éste dicte resolución en el
sentido de que la norma legal era ilegal o anticonstitucional.
4. Se aplicarán por analogía los párrafos 2 y 3 a los tratados internacionales con arreglo a lo
dispuesto en el artículo 140 a.
5. Se determinará por ley federal qué efectos surtirá el recurso interpuesto conforme a los
párrafos 2, 3 ó 4 sobre el procedimiento pendiente ante el Tribunal.”
4
función inherente al Poder Judicial, asumir como misión propia la descalificación de
todo acto que se oponga al texto constitucional. 6
Resulta de particular interés en la materia el fallo „Municipalidad de la Capital
c./ Elortondo‟, donde el Superior Tribunal Nacional concluyó: “Que es elemental en
nuestra organización constitucional, la atribución que tienen y el deber en que se
hallan los Tribunales de Justicia, de examinar las leyes en los casos concretos que se
traen a su decisión, comparándolas con el testo de la Constitución para averiguar si
guardan o no conformidad con esta, y abstenerse de aplicarlas, si las encuentran en
oposición con ella, constituyendo esta atribución moderadora, uno de los fines
supremos y fundamentales del poder judicial nacional y una de las mayores garantías
con que se ha entendido asegurar los derechos consignados en la Constitución, contra
los abusos posibles e involuntarios de los poderes públicos. (…).
Que tal atribución, que es por otra parte un derivado forzoso de la separación
de los poderes constituyente y legislativo ordinario, que hace la Constitución, y de la
naturaleza, esencialmente subordinada y limitada de este último se halla
especialmente consagrada por las leyes de dieciséis de octubre de mil ochocientos
sesenta y dos y catorce de setiembre de mil ochocientos sesenta y tres, la primera de
las cuales declara, que: «Uno de sus objetos (de la Justicia Federal) es sostener la
observancia de la Constitución Nacional, prescindiendo, al decidir las causas, de toda
disposición de cualquiera de los otros poderes nacionales que esté en oposición con
ella», y la segunda, que: «Los Tribunales y Jueces Nacionales en el ejercicio de sus
funciones procederán aplicando la Constitución, como ley suprema de la Nación, las
leyes que haya sancionado o sancionare el Congreso, los tratados con Naciones
extranjeras, las leyes particulares de las Provincias, las leyes generales que han
regido anteriormente a la Nación y los principios del derecho de gentes... en el orden
que va establecido".7
6
Fallos 32: 120. En este punto corresponde realizar dos aclaraciones. En primer lugar, si bien
para muchos ,este precedente ha sido el caso „Marbury v. Madison‟ argentino; no puede negarse que, en
rigor, no fue ejercido el control de constitucionalidad por el Superior Tribunal de Justicia nacional en
aquélla oportunidad. En segundo lugar, no podemos soslayar que si bien recién en el caso
„Municipalidad de la Capital c. Elortondo‟ la CSJN habrá de declarar la inconstitucionalidad de una
norma, con anterioridad, debió expedirse respecto de planteos en tal sentido. Por ejemplo, en el caso
“Silverio Bejarano” (Fallos 12-372 del 31/10/1872), en “Emilio Villanueva c/ Municipalidad de la
Capital” (Fallos 24-248 del 4/7/1882), entre otros.
7
Fallos 33: 194 y ss.
5
En suma, la CSJN a lo largo de su historia se ha encargado de poner de relieve
la trascendencia institucional del control judicial de constitucionalidad; reiterando la
doctrina en infinidad de oportunidades. 8
La citada es una potestad que el Poder Judicial se arrogó frente al llamado,
tradicionalmente, poder político. De esta manera, el control de constitucionalidad
ejercido por el Poder Judicial adquiere una innegable dimensión política, que se
origina en dos razones: 1.- Porque nos encontramos frente a un Poder del Estado, con
similar jerarquía y rol institucional que el Poder Legislativo y el Poder Ejecutivo 9 y;
2.- Porque al ejercer el control de constitucionalidad, los tribunales lo están refiriendo
al ordenamiento jurídico de las competencias supremas del Estado.10
C.- Caracteres del modelo argentino:
El sistema de control de constitucionalidad argentino, no fue expresamente
diseñado y reglamentado por el constituyente originario. Sin embargo, el mismo puede
inferirse de la interpretación armónica de varias normas constitucionales (Arts. 27, 28,
30, 31, 43, 116 - ex 110- CN); de manera que, “la aplicación del control de
constitucionalidad, era nada más ni nada menos, que la natural, pero inevitable
desembocadura de una razonable interpretación de sus principios y reglas”. 11
A partir de allí, se debe, tanto a la interpretación jurisprudencial, como a la
labor doctrinaria, el delineamiento y desarrollo del modelo de control constitucional
argentino.
El modelo de control de constitucionalidad argentino que, como se adelantó,
vio la luz a partir de los célebres casos „Sojo‟ y „Municipalidad c/ Elortondo‟, se
8
“Banco Hipotecario Nacional v. Provincia de Córdoba”, Fallos 112:63 (1909); „Video Club
Dreams c. Instituto Nacional de Cinematografía‟, Fallos 318:1154 / 1164 (1995), „Jorge Rodríguez‟,
Fallos 320:2851 (1997); entre otros.
9
Conf. CSJN, “Ríos”, Fallos 1:36; donde se autodefine la Corte – desde su origen- como parte
de uno de los tres poderes políticos.
10
HARO, Ricardo; “Marbury v. Madison”: El sentido constituyente y fundacional de su
sentencia, publicado en www.acader.unc.edu.ar, pág. 13.
11
FERREYRA, Raúl Gustavo; La jurisdicción constitucional en el régimen federal argentino:
Algunos desafíos y perspectivas (pág. 160); publicado en AA.VV. (Coordinadores: Germán Bidart
Campos y Andrés Gil Domínguez), “El Derecho Constitucional del siglo XXI”, Editorial EDIAR,
Buenos Aires, 2000.
6
caracteriza por ser un sistema de tipo judicial, difuso, permanente, reparador y
relativo.
El control de constitucionalidad argentino es de tipo judicial.
Esto es, atendiendo al órgano/sujeto destinado a ejercer dicha facultad, se
distingue el modelo adoptado por nuestro país del sistema político y del mixto – otras
variantes de control-.12
El control de tipo político es el encomendado, constitucionalmente, a órganos
que dependen del Poder Legislativo o del Poder Ejecutivo y sus resoluciones tienen
efectos erga omnes.13 El mixto, combina aspectos de los distintos modelos, sin
identificarse con ninguno en particular.14
La Corte Suprema desde sus inicios ha sostenido e invocado sus facultades para
ejercer el control constitucional. Doctrina que no solo ha sido reiterada por el propio
Tribunal Supremo15, sino acatada por los Tribunales inferiores y la doctrina
especializada.
En la ley fundamental se exterioriza el principio republicano de gobierno
adoptado por nuestra Nación, según el cual el control de constitucionalidad de las
normas corresponde al Poder Judicial, reconociendo como último intérprete
constitucional a la CSJN.
En este orden de ideas, la CSJN ha tenido oportunidad de señalar que: “El
principio de división de poderes debe complementarse con el de equilibrio de esos
mismos poderes.”16 En los estados constitucionales democráticos existen necesarios y
recíprocos controles interórganos. El Legislativo controla al Ejecutivo por medios
diversos. El Ejecutivo controla al Legislativo. Y el Poder Judicial controla los actos de
los restantes poderes mediante el control de constitucionalidad.
12
En este punto, seguimos la clásica clasificación dada por la doctrina, sin desconocer la
existencia de discrepancias, tal como la desarrollada por Sagués, para quien, en rigor, corresponde
hablar de control de constitucionalidad a cargo de órganos judiciales y órganos no judiciales. Ello, por
cuanto entiende que si un órgano jurisdiccional ejerce el control constitucional, ejerce una función
propia de un órgano político, de manera que no corresponde llamar a dicho control “judicial”. (Recurso
Extraordinario, Tomo 1, Editorial ASTREA, Buenos Aires, 1992, pág. 43 y 45).
13
Tal es el caso, entre otros, del Consejo Constitucional establecido en Francia (Constitución de
1958).
14
Tal es el caso de los modelos adoptados en Perú, Venezuela, Brasil, entre otros.
15
Conf CSJN, „Sojo‟ Fallos 32:125, „Elortondo, M. c/ Municipalidad de Buenos Aires‟ Fallos
33:162, „San Martín de Tabacal‟ Fallos 269:243; „Banco Bs. As. Building Society S.A. s/ Quiebra‟ La
Ley 1998-E-236, “Egues c. Prov. Bs.As.” Fallos 321:562, entre otros.
16
En "Recchia de Sedrán", Fallos, 305: 504.
7
El Poder Judicial, ejerciendo la revisión judicial, “debe resguardar la
supremacía constitucional, la subordinación del accionar administrativo a la ley, la
razonabilidad de todas las decisiones estatales y la tutela de los derechos humanos, a
la vez de no interferir en el despliegue de la función gubernamental a cargo de los
otros Poderes del Estado.”17
Ahora bien, el sistema de control de constitucionalidad además de judicial, es
difuso.18 Esto es, compete a cualquier juez, de cualquier fuero o instancia, nacional o
provincial – en el marco de un caso concreto – ejercer esta tarea de contralor.
Esto es, habida cuenta que la Constitución es ley fundamental del Estado, se
impone que cualquier magistrado de la Nación, garantice la no aplicación o la no
ejecución de cualquier norma o acto que de modo alguno conculque el texto o los
principios de aquélla.
Es de carácter permanente, habida cuenta que está a cargo de un órgano que
tiene continuidad en sus funciones; esto es, que no es especialmente constituído en
orden a cumplir tal tarea. No es ejercido por órganos Ad hoc.
Así también hemos de resaltar su carácter reparador. El control de
constitucionalidad es una tarea que habrán de ejercer los jueces, en el marco de una
causa judicial llevada a su conocimiento, luego de aplicadas las normas cuestionadas.
Es de carácter mixto – reparador y preventivo-, según señala Sagués19, respecto
de los hechos y actos ( Por ejemplo, en el caso de la Acción de Amparo y el Hábeas
Corpus).
Cabe recordar que la declaración de inconstitucionalidad solo tiene efectos
inter partes; esto es, con relación a las partes involucradas en el caso concreto en cuyo
marco se alcanza la misma .
La CSJN ha señalado que: “… el efecto de la declaración de
inconstitucionalidad es la prescindencia de la norma afectada por la tacha para la
solución del caso en que la cuestión se ha propuesto…”. 20
17
SANTIAGO (h), Alfondo; La Corte Suprema, sus funciones y el control constitucional, La
Ley 1993-E-867.
18
En este punto, debemos tener presente que los sistemas de control constitucional judicial,
pueden ser difusos o concentrados. En este último caso, se suele conferir la facultad revisora a algún
tribunal específico; careciendo el resto de los tribunales de menor jerarquía de esta competencia.
19
SAGUES, Néstor; Elementos de derecho constitucional, Tomo I, Editorial Astrea, Buenos
Aires, 1993, pág. 228.
8
D.- Requisitos de procedencia:
Ha sido la propia Corte Suprema la que, a través de sus pronunciamientos, ha
ido delineando algunas pautas del control.
En primer lugar, ha sostenido que el examen de constitucionalidad debe
realizarse en el marco de una causa judicial, un caso o controversia concreta, sin poder
expedirse genéricamente. 21
Existe causa o caso cuando la petición llevada a conocimiento de los órganos
jurisdiccionales excede el carácter simplemente consultivo, y corresponde a una
controversia que busca prevenir los efectos de un acto en ciernes al que se le atribuye
ilegitimidad y lesión a normas constitucionales. 22
La cuestión sometida a control judicial debe ser justiciable. Esto es, no debe
tratarse de una cuestión discrecional de los poderes públicos.
En concordancia, la CSJN ha sostenido que “… la decisión por parte de los
jueces de la Nación de cuestiones constitucionales, debe ocurrir sólo en el curso de
procedimientos litigiosos, es decir, en controversias entre partes con intereses
jurídicos contrapuestos y propios para la dilucidación jurisdiccional, toda vez que el
principio de la coordinación y la separación de los poderes, que impone al judicial la
permanencia en el ámbito jurisdiccional, le impide la invalidación genérica de las
leyes objetadas ante sus estrados… ”. 23
A más de lo expuesto, no podemos soslayar que la declaración de
inconstitucionalidad solo procede cuando una estricta necesidad lo requiera y no exista
posibilidad de una solución adecuada del juicio a la que cabe acudir en primer lugar.24
Es indispensable poner de resalto que la revisión constitucional requiere de la
subsistencia del conflicto al momento de resolverse. Esto, importa que el control sólo
procede si la ley o acto cuestionados, causan gravamen actual.
20
21
“ Malenky, R. s/ Art. 302 CP”, Fallos 264:365.
CSJN, Fallos 103- 58, 113:348, 114:8, 227:668, 245:552, 304:1088 , 306:1125 y 1720, entre
otros.
22
23
24
CSJN, “Hidroeléctrica El Chocón S.A. vs. Pcia. Bs.As.”.
Fallos 242:353, 256:104, 317:341, etc.
Fallos 327:1899.
9
Finalmente, recordamos que en atención a la gravedad que importa la tacha de
inconstitucionalidad de una norma o de un acto – que en principio gozan de plena
validez-,
dicho
instituto
resulta
de
restringida
aplicación,
en
situaciones
extraordinarias.
Es doctrina reiteradamente sostenida por la CSJN la que señala que la
declaración de inconstitucionalidad es un acto de suma gravedad institucional que debe
ser considerado como la última ratio del orden jurídico. En caso de duda, deberá
estarse a la constitucionalidad de la ley o del acto. 25
E.- Conclusiones
A la luz de lo anteriormente descripto, podemos concluir que:
1.- La Constitución es una norma jurídica esencial del Estado, dictada por el
Poder Constituyente sobre el cual recae la representación primigenia de la soberanía
del pueblo.
2.- La estructura jerárquica, el origen, la determinación socio – política y el
contenido de la Constitución Nacional determinan conjuntamente su supremacía, de
modo que todas las disposiciones que pretenden integrarse al ordenamiento jurídico
deben adecuar sus preceptos a ella.26
3.- Su carácter rígido hace que, para su modificación, sea necesario el
cumplimiento de un procedimiento especial (Art. 30 CN).
4.- Las restantes normas – inferiores- del ordenamiento jurídico y los actos del
Estado deben dictarse o ejecutarse con observancia del texto constitucional, de otro
modo, carecerían de validez.
5.- No obstante la determinación expresa del principio de supremacía
constitucional (Art. 31 CN), en la práctica, se han requerido herramientas en orden a
garantizar la eficacia de aquélla. En nuestro país, se instituyó un sistema de control
constitucional de tipo judicial y difuso.
25
Fallos 264:655, 285:322, 288:325, 302: 1149, 306:605, 312:2315, 316:782, 326:2692,
327:831, 327:2551; entre otros.
26
GOZAINI, Osvaldo; La justicia constitucional. Garantías, Proceso y Tribunal Constitucional,
Editorial Depalma, Buenos Aires, 1994, pág. 55.
1
0
6.- No podemos perder de vista que en orden a garantizar el mentado control de
constitucionalidad, en las constituciones de otros países, se han ido diseñando distintos
sistemas, atendiendo a variados criterios.
7.- El modelo de control de constitucionalidad argentino, ha encontrado su
origen a partir de la labor jurisprudencial, y sustento normativo, en lo dispuesto por los
Arts. 27, 28, 30, 31, 43, 116 CN.
A partir de aquí han sido delineados sus requisitos de procedencia, sus
características y, en general, todo lo relativo a su ejercicio.
8.- La función jurisdiccional atribuida al Estado, que comprende en nuestro
país el control constitucional, y que es ejercida exclusivamente por el Poder Judicial
debe llevarse a cabo, de conformidad con los actuales arts. 116 y 117 CN, dentro de la
denominada "causa" o "caso" judicial.
9.- El juez sólo puede decidir sobre el caso concreto que se somete a decisión.
No pueden declarar la inconstitucionalidad de la ley en abstracto, es decir, fuera de una
causa concreta sometida a su juzgamiento.
Y sus sentencias sólo tendrán efectos con relación a las partes del proceso.
10.- La declaración de inconstitucionalidad resulta la última ratio a la que se
habrá de recurrir cuando el acto o la ley invocada resulte insalvablemente contraria a la
Constitución.
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