La Felicidad Arrastra los nombres de los filósofos a los huecos. El placer es la clave de la felicidad humana. Disfrutar de los placeres, tanto corporales como intelectuales, y hacerlo de un modo equilibrado y moderado es lo que conducirá al hombre a la felicidad. ➜ Platón Es feliz aquel que pone en práctica la virtud. Tratando de concretar un poco más, se señala también la superioridad de la vida teórica respecto a otros estilos de vida, pero siempre será necesario que esta vida teórica se acompañe de la virtud y de los suficientes bienes materiales. ➜ Aristóteles La felicidad consiste en no dejar que la realidad altere nuestro estado de ánimo. El ser humano debe comprender la necesidad que dirige los procesos naturales, y que él no puede modificar. Por ello, la mejor opción será siempre ser capaz de asumir la realidad manteniendo la imperturbabilidad. ➜ Epicureísmo El placer es la clave de la felicidad humana. Disfrutar de los placeres, tanto corporales como intelectuales, y hacerlo de un modo equilibrado y moderado es lo que conducirá al hombre a la felicidad. ➜ Estoicismo La felicidad consiste en la unión con Dios, que es concebido además como la verdad. En cierta forma, consiste en un gozo intelectual, en llegar a contemplar la verdad de un modo directo, íntimo y personal, por medio de la interioridad (la búsqueda interior) y la Será feliz el hombre cuyo comportamiento se ajuste a la ley ética natural. Dios ha escrito en la naturaleza humana una serie de principios, leyes y normas. Cumpliéndolos, el individuo logrará irse acercando a Dios, que es el fin último de todo ser humano. ➜ Sto. Tomás de Aquino La felicidad la alcanzará aquel ser humano consciente de aquello que puede lograr, siempre que no se deje llevar por sentimientos que nos hagan ignorar las leyes de la naturaleza, necesaria e inexorables, aunque el hombre debe desarrollar su "conatus" (fuerza interna) todo lo posible. ➜ Spinoza La felicidad reside en la utilidad, propiedad de las cosas por la cual tienden a proporcionar placer o a evitar el dolor. En el plano personal, consistirá en conseguir la máxima utilidad individual, y en el plano social, buscar el modo de que la máxima cantidad de gente logre la máxima cantidad posible de utilidad. ➜ Utilitarismo La felicidad consiste en la autocreación del sujeto, al margen de todos los valores y de las normas heredadas, o, más aún, en contra de ellos. La moral tradicional es un engaño que debe ser superado para dejar paso a nuevas formas de vida que no limiten al ser humano sino que lo realicen. ➜ Nietzsche El ser humano es esencialmente libertad, y por ello no puede saber nunca qué tiene que hacer para ser feliz. Como mucho puede irlo adivinando en el juego de ensayo y error de la realidad. Esta primacía de la libertad sobre la felicidad, hará que, como mucho, podamos ser felices aceptando la realidad tal como se presenta. Por eso "felicidad no es hacer lo que uno quiere, sino querer lo que uno hacer". ➜ sartre. Arrastra los conceptos a los huecos reglas Dios garantía método evidencia comprobaciones certeza análisis verdadero sustancia maligno cogito síntesis duda metódica La filosofía cartesiana recorre un largo camino que conviene especificar paso a paso: el punto de partida es la obsesión por la certeza, por tener la absoluta seguridad de que no se va a tomar lo falso por verdadero . Es esta búsqueda de la verdad, la que lleva a Descartes a formular su famoso método, que aparece recogido en el "Discurso del Método". Aquí nos propone las 4 reglas: la primera la de la evidencia, la segunda la del análisis (o descomposición), la tercera la de la síntesis(recomposición) y la última, la de las comprobaciones de todos los pasos anteriores. Aplicando este mismo método, Descartes utiliza la duda como camino para comprobar qué es lo que se resiste a esta duda, en definitiva, cuál puede ser una verdad evidente. Así, aplicando la duda metódica, llegará a su primera verdad: el cogito cartesiano, la intuición indubitable del "pienso, luego existo" que viene dada, en último término por la inmediatez de la conciencia. A partir de esta verdad, Descartes define la sustancia de un modo casi axiomático, pero se da cuenta de que no es tan fácil volver a enlazar con la realidad. Así, para superar la hipótesis del genio maligno, y poder recuperar la certeza de la existencia del mundo, Descartes demuestra primero la existencia de Dios, que se convierte en el puente entre el yo y el mundo: un Dios bueno y veraz no puede permitir que yo me engañe. De este modo, Dios termina ocupando, dentro del sistema cartesiano, un lugar fundamental, pues es la garantía última del conocimiento verdadero. De la certeza del yo a la certeza de Dios que es la que me asegura la certeza del mundo. Este viene a ser, a grandes rasgos, el recorrido de la filosofía cartesiana.