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Jose Antonio Encinas

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Editor
Universidad Nacional de Educación
Enrique Guzmán y Valle
Vicerretorado de Investigación
©
Tips de Investigación
Edición especial Nº 4
Mayo - 2012
Responsable de la Edición:
Vicerrector de Investigación
Dr. José E. Campos Dávila
Asistente Académico
Dr. Roberto Marroquín Peña
Diseño y diagramación
Luis Elguera Villamil
Corrector de estilo
Yonnhy Prado Poma
700 ejemplares
Impreso en los talleres gráficos de la Editorial Universitaria de la Universidad
Nacional de Educación Enrique Guzmán y Valle.
Av. Enrique Guzmán y Valle s/n La Cantuta - Chosica
Teléf.: 313-3700, Anexo: 223 - 224
VICERRECTORADO DE INVESTIGACIÓN
JOSÉ ANTONIO ENCINAS FRANCO
Por: Aurora Marrou Roldán
Manuel José Antonio
Encinas Franco nace el 30 de
mayo de 1886 en la ciudad
de Puno. Fueron sus padres
Mariano Encinas y Matilde
Franco, ambos procedentes
de la provincia de Chucuito.
Sus estudios de educación
primaria los hizo en la escuela municipal de José María
Miranda y los de educación
secundaria en el Colegio Nacional San Carlos de Puno.
Becado por el gobierno del
presidente José Pardo y Barreda, se traslada a Lima para
seguir estudios en la Escuela
Manuel José Antonio Encinas Franco
Normal de Varones, obteniendo el título de normalista en 1906. Nombrado por el entonces
ministro de Instrucción Pública, doctor Carlos Washburn, Encinas
retorna a Puno para hacerse cargo de la dirección del Centro Escolar
N° 881, cargo que asumió pese a la oposición del prefecto de la
provincia de Puno. Desde la dirección del Centro Escolar N° 881,
colaboró con el doctor Richard Mac Knight (jefe de la misión educativa norteamericana en el Perú) en la inspección de las escuelas
primarias de Puno y en la organización del primer congreso de
maestros primarios llevado a cabo en Arequipa.
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TIPS DE INVESTIGACIÓN
Al ser elegido Richard Mac Knight director de la Escuela
Normal de Varones de Lima, ofrece a Encinas el cargo de tesorerosecretario y el dictado del curso de Sociología en dicha escuela. Encinas no se conformó con lo ofrecido por el doctor Mac Knight, sino
que ejerció la docencia secundaria en diversos colegios particulares.
Ingresa a la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Mayor
de San Marcos, donde obtiene el grado académico de bachiller en
Letras en 1913 con la tesis La educación: su función social en el Perú.
Posteriormente, se matricula en la Facultad de Jurisprudencia de la
misma universidad, y obtiene el grado de bachiller y de doctor en
Jurisprudencia en 1917 y 1918, respectivamente, con las tesis Las
causas de la criminalidad indígena y contribución a una legislación
tutelar indígena. En 1920, junto con el doctor Carlos Enrique Paz
Soldán, fue elegido delegado estudiantil al consejo universitario
de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, como expresión
de una conquista de cogobierno de la reforma universitaria que se
inició en Córdoba (Argentina) en 1918, cuyo impacto se sintió en
el Perú más que en otros países de América Latina.
Elegido diputado por la provincia de Puno en 1919, Encinas
se opone a una reelección que prepara el presidente Augusto B.
Leguía, motivo por el cual es deportado del Perú, trasladándose
primero a Panamá, luego a México y, finalmente a Guatemala,
donde se le designa consejero del ministro de Educación, cargo que
ejerció con extraordinarios méritos y que le hizo merecedor de una
beca otorgada por la fundación Carnegie para la paz internacional
para seguir estudios en la Universidad de Cambridge (Inglaterra)
optando en ella el título de Master of Arts y Master in Science en
1927 con la tesis Las virtudes de la raza Qolla. En Francia, estudió
en la universidad de París, graduándose de doctor en Educación
en 1928. En 1929, en Barcelona (España) funda el “Pedagogim”
Instituto de Investigación y Experimentación Pedagógica; aquel
mismo año se traslada a Padua y Bolonia para estudiar el origen y
desarrollo de las universidades de estas dos ciudades, que fueron
las primeras en el mundo.
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VICERRECTORADO DE INVESTIGACIÓN
Derrocado Leguía, regresa al Perú en 1930; al año siguiente,
es elegido abrumadoramente por el voto estudiantil rector de la
Universidad Nacional Mayor de San Marcos (1931-1932). Su rectorado impulsó el primer ensayo de participación estudiantil en
el gobierno del claustro, en la proporción de un tercio.
Invitado por el gobierno de Panamá viaja a este país para dictar
conferencias al magisterio panameño, pero al retornar al Perú no se
le permite desembarcar en el Callao, debido a que el gobierno de
Sánchez Cerro lo había deportado durante su ausencia, iniciando
así su segundo destierro y nuevo peregrinaje por América. Invitado por la Fundación Carnegie para la Paz Internacional visita
como conferencista las universidades norteamericanas de Nuevo
México, Arizona y Texas.
En 1936, es elegido senador por Puno, pero se le prohíbe el ingreso al país, viéndose obligado a emprender un nuevo peregrinaje
por Panamá, México, Chile y Bolivia, donde dicta conferencias en
las universidades de Sucre y Cochabamba; en ellas le otorgan el
título de doctor honoris causa, en reconocimiento a su capacidad
pedagógica. En Cuba es nombrado jefe del Departamento Psicopedagógico del Liceo Aguayo de la Habana, cargo que ejerció entre
1937 y 1944. En 1940 fue invitado al primer congreso indigenista
de Patzcuaro.
En 1944, el doctor Encinas retorna al Perú y al año siguiente es
elegido nuevamente senador por Puno, asistiendo al segundo congreso indigenista de América que se realizó en el Cusco, ocupando
la presidencia de dicho congreso. En 1950 es elegido por tercera
vez senador por Puno. En 1956 asiste al primer congreso sobre el
desarrollo de la educación primaria en América Latina realizado
en Lima. Al año siguiente es elegido director del Instituto Indigenista y presidente del Instituto de Lenguas Aborígenes. En 1956 y
1957 la Escuela Normal Superior de La Cantuta y la Facultad de
Educación de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos le
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TIPS DE INVESTIGACIÓN
otorgan el doctorado Honoris Causa, respectivamente. Además,
Encinas registra en su prolífica biografía, su incursión en la educación privada, como medio de aplicar sus experiencias educativas
fundando el colegio Dalton. José Antonio Encinas fallece el 30 de
julio de 1958 a los 70 años de edad. Como homenaje póstumo, el
entonces ministro de Educación, doctor Jorge Basadre, le otorga
las Palmas Magisteriales.
Entre sus obras publicadas, tenemos: El problema del profesorado nacional (1910), La educación: su función social en el Perú
en el problema de la nacionalización (1913), Contribución a una
legislación tutelar indígena (1918), Un ensayo de escuela nueva en
el Perú (1931 y 1959), Historia de las universidades de Bolonia y
Padua (Santiago de Chile, 1935), Higiene mental (Santiago de Chile
1936 y 1946), La educación de nuestros hijos (Santiago de Chile,
1938) y Enciclopedia escolar Ercilla (Santiago de Chile, 1938). Editó
las siguientes revistas: Educación (Puno), El amigo de los niños
(Puno), Juventud (Lima), Germinal (Lima) y La educación nacional, (Lima), e inició la publicación de la biblioteca de antropología
peruana, con tres monografías de Heinrich Cunow.
El pensamiento pedagógico de José Antonio Encinas
La obra y el pensamiento de José Antonio Encinas se desarrolló
en el contexto sociocultural, en el que destacaban dos movimientos intelectuales: el Positivismo y la corriente Indigenista. Como
bien sabemos el Positivismo le atribuye a la educación el papel de
motor del desarrollo y progreso económico de la sociedad, planteamientos que fueron recogidos por la llamada Escuela Nueva o
Activa. Bajo esta concepción, se tomaron en el Perú medidas como
la Ley de Instrucción de 1920 en la que se establece la necesidad
de desarrollar la educación rural respetando el idioma nativo.
Estas medidas quedaron en el papel. «Implicó un ordenamiento
de arriba hacia abajo, con enunciados dogmáticos y teóricos de
carácter general sin que hubiese quien ensamblara su contenido
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VICERRECTORADO DE INVESTIGACIÓN
dentro de la realidad cotidiana. Representó una estructura mental
nominalista que se satisface con la expresión de las obligaciones o
de los compromisos más o menos bellos o justos del Estado, frente
a la colectividad».
De otro lado la estructura política, económica y social del país
de entonces presentaba al campesinado, integrado básicamente
por las masas indígenas, como un sector, dominado y explotado
por la clase terrateniente. Esta situación determinará que el propio
campesinado protagonice movimientos de sublevación en todo
el país, suscitando en sectores de la intelectualidad sentimientos
de adhesión, quienes formaron movimientos democráticos nacionalistas y anti oligárquicos que hicieron causa común con las
reivindicaciones del sector indígena, dando origen, por ejemplo,
a instituciones como la Asociación Proindígena, fundada en 1909,
teniendo como sus principales representantes a Pedro Zulen y
Dora Mayer. El Comité Proderecho Indígena Tahuantinsuyo creado
en 1920, constituido por los indigenistas residentes en Lima, y el
movimiento Orkopata con la destacada personalidad de Gamaliel
Churata, escritor y poeta de la vanguardia literaria del Perú de
los años ‘20. La actividad permanente de estos movimientos, que
denunciaban y abogaban por suprimir el estado de explotación
del indio, constituyó uno de los factores que dio forma a la corriente indigenista. En este contexto, en el campo educativo, los
indigenistas apostaban por una educación que asumiera como
tarea principal la incorporación del indio a la sociedad. Se trataba
de comprometera la escuela en la solución del problema de la
explotación, dominación y aislamiento del indio.
La escuela social en José Antonio Encinas
La condición del indio, al margen de la responsabilidad política
del Estado peruano, es señalada por Encinas como un obstáculo en
la forja de nuestra nacionalidad. Frente a este problema sostuvo
que la escuela debía iniciar la campaña de reivindicación de los
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TIPS DE INVESTIGACIÓN
«derechos del indio» tipificando, de este modo, el carácter social
de la Escuela, no como un enunciado sino como un espacio vivo de
experiencias capaces de transformar dicha situación a partir de la
transformación de la personalidad del niño. En esta línea, señala,
«superar el doloroso cuadro que presenta esa juventud triste y
apática llevando una vida homogénea sin que las incertidumbres
del porvenir aguijoneen su alma». Se trata de hacer conciencia en el
indio la inmensa posibilidad de ser gestores de su propio destino,
nutriendo la actividad escolar no sólo con los conocimientos que
lo hagan más efectivo sino también potenciando la capacidad de
proponerse las utopías de cambio en las que la participación de
ellos mismos es un valor importante. Está claro, pues, que la escuela
social debe ser entendida no sólo en el objetivo del mejoramiento
del estudiante sino en el mejoramiento de las condiciones de su
entorno social y económico. Recalcaba, la necesidad de adaptar
la orientación de la escuela en su sentido verdadero dándole una
nueva visión, diferente a la que se pretendía mediante los planes
oficiales de estudios. Coincidió con Mariátegui, al entender que la
solución del problema del indígena no puede encararse sólo desde
el análisis pedagógico y lo que es más serio, reducir la función de
la escuela a la enseñanza de la lectura y la escritura, a contar y rezar, cuestiones ajenas al problema fundamentalmente económico
que en el agro es lo esencial. No tener en cuenta esta realidad ha
llevado a la escuela al fracaso. Es imposible pues, como decía Encinas, querer civilizar al indio «mediante la escuela». Esta función
social de la escuela aparece fuertemente ligada a la necesidad de
contribuir con un proyecto nacional en el que el sector indígena
sea considerado como un componente importante reconociendo
en su condición humana la acción transformadora y no como un
obstáculo como era asumido por los indígenas del «Perú Oficial».
Este es un punto a destacar en el ejercicio magisterial de Encinas, que va más allá de un asistencialismo con los más necesitados,
pues se trata de darles las herramientas que ofrece la educación
para que el sujeto ejercite su vida como ser humano productivo
y creativo.
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VICERRECTORADO DE INVESTIGACIÓN
Es necesario reconocer el avance que significó la tipificación
del carácter social de la escuela, en tiempos en que en el país primaba una práctica educativa enciclopédica. La escuela social va a
exigir un nuevo maestro, siendo necesaria la revisión de los planes
y programas de estudios de la Escuela Normal de Lima, debiéndose enseñar materias que preparen al maestro en la psicología
indígena, historia de la evolución política y económica del país,
en la cual el sistema de dominación y explotación del indio sea
tema de análisis y reflexión, así como la historia desde la visión de
los vencidos, planteamiento que sería retomado años más tarde.
Incorpora en esta preocupación la formación de un maestro capaz
de cumplir con su función política, entendiendo lo político como la
acción encaminada a solucionar los problemas que enfrenta en su
ejercicio profesional y como agente socio cultural en su comunidad
haciendo del maestro el leader social que reclama nuestra sociedad.
Llevar a la práctica la escuela social fue para Encinas apostar por
un modelo de Escuela Rural.
La escuela rural
La visión crítica de la realidad social del indio tiene una importancia en el pensamiento pedagógico de José Antonio Encinas,
para quien el indio es reconocido en su dimensión humana. Es
desde esta concepción que el maestro Encinas no ve a los indios
como una masa amorfa sino, como el elemento vital que debe ser
parte de un proyecto nacional en el que la educación tiene un papel
importante que cumplir: «el factor indígena, la realidad psicológica
del indígena, basada en una experiencia profundamente social de
los hábitos indígenas que pudieron servir como una posibilidad de
educación peruana». En este sentido expresa que la escuela «debe
comenzar infundiendo la más grande confianza y demostrando
previamente su utilidad social, para ello debe ejercitar su acción
cerca del adulto, interesándose en las actividades de su vida, tales
como el trabajo, las distracciones, los alimentos, las relaciones sociales, alentándolas, encarrilándolas y quizás transformándolas».
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TIPS DE INVESTIGACIÓN
La escuela rural, que concibe Encinas, debe ser un factor de
utilidad para el indio, una preparación en la propia vida y para
la propia vida en relación a su entorno social. Esta escuela no
puede y no debe ser una institución que lo desarraigue de su vida
cotidiana, respetando su modo de vida y su organización social,
siendo su verdadero significado el de su vocación “revolucionaria”. En consecuencia, antes de organizarse pedagógicamente,
estableciendo planes de estudio, programas, horarios, la escuela
debe organizarse socialmente promoviendo en las comunidades
la organización de diferentes grupos para mejorar la agricultura,
la crianza de animales y en suma la vida económica. Se trata, en lo
esencial, en saber qué orientación debe tener la escuela, debiendo
estar relacionada con el medio social y económico. Esta relación,
en el plano pedagógico, es para Encinas el mejor estímulo para
que el indio sin mayor esfuerzo logre aprender a leer, escribir y
contar, como la más sencilla de las tareas puesto que se trata de
dominios que se hacen necesarios para desenvolverse y responder a
las necesidades en la relación dinámica de actuación de vida en su
entorno. En este sentido, el estudiante sentirá que la educación le
abre el horizonte y con ella aspiraciones que le permitan convertirse
en un ser histórico. La escuela, pensada por Encinas, deberá ser
un espacio de permanente reflexión, observación, experimentación
fecunda y de agitación espiritual.
Esta visión diagnóstica crítica, de la realidad social, donde la
escuela tiene, una responsabilidad ineludible hace que Encinas se
aboque a pensar en una escuela que tenga como prioridad incorporar el problema del indio como parte de sus objetivos a resolver;
podemos reconocer que la obra de Encinas representa un modelo
de escuela rural.
Coherente con este compromiso, encontramos a José Antonio
Encinas, recién egresado de la Escuela Normal de Varones, decidido a hacer del Centro Escolar N° 881 de Puno la escuela que
él aspiraba para el sector indígena. Es así que durante los cuatro
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VICERRECTORADO DE INVESTIGACIÓN
años que dirigió este Centro Escolar, ensayó el modelo de escuela
social eliminando de ella toda forma de maltrato hacia el indio e
iniciando la campaña de reivindicación de los derechos del indio.
Encinas plasma esta experiencia educativa en su libro Un ensayo
de escuela nueva en el Perú en cuyo prólogo Gamaliel Churata
escribió lo siguiente: «Este libro es acaso el mensaje de un hombre
reclamado por las necesidades del país. A través de la exposición
de su doctrina pedagógica —exposición llena de vivacidad, de
energía, colorido y pasión— se descubre al estadista, al hombre
signo en quien deben mirar los hombres nuevos la posible realidad de un conductor que en la sabiduría empírica, hace radicar la
mayor riqueza de una cultura».
El Centro Escolar N° 881
Otro de los principios que orientó parte de la reforma del Centro Escolar N.° 881, fue el de defender los principios de la escuela
laica y libre. Bajo esta orientación en el Centro, no había exigencia ni
presión alguna de los profesores, y desapareció la vigilancia sobre
los alumnos. Se replantearon las denominadas horas de estudio en
las que se les obligaba a los alumnos a estudiar ante la vigilancia del
maestro; a cambio de esto, se estimuló la realización de actividades
centradas en el interés de los alumnos y todo ello en un ambiente
de libertad, comprensión, tolerancia y disciplina acorde con las
labores académicas. Bajo este principio encontramos coherente la
organización que podríamos definir como propiamente didáctica,
es decir, aquellas que direccionaban la relación pedagógica que
debe mantenerse entre el maestro, el alumno y los temas. En este
logro, se plantea que en el Centro Escolar no va más la enseñanza
libresca, suprimiéndose los textos de enseñanza que sólo eran un
conjunto de conocimientos de aritmética, geografía e historia, con
lecturas cuya enseñanza se hacía de acuerdo al sistema de «palabras normales» que no despertaban el interés por la lectura en los
niños. «El libro de lectura es el instrumento por excelencia de una
escuela. El niño va comenzar una vida llena de contrastes, muchos
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TIPS DE INVESTIGACIÓN
de carácter doloroso; por eso, el libro de lectura, el primero con el
que ha de tropezar sus ojos, debe ser bien presentado, cuidadosamente redactado, convenientemente seleccionado en su contenido.
Si no reúne estos requisitos se corre el riesgo de aburrir al niño». Se
trataba de iniciar el proceso educativo a partir del entorno propio
del niño, de modo que tome para él sentido de morada posible a
mejorar o transformar. Se trataba de enjuiciar al texto como medio
encasillador y hasta en cierto modo alienante por no corresponder
a sus necesidades y posibilidades. Años antes el pedagogo francés
CelestineFreinet había enjuiciado al texto único como limitante y
hasta embrutecedor.
En cuanto al método de enseñanza de la lectura, Encinas
recoge la propuesta del Dr. Richard Mac Knight que podríamos
caracterizar como un método globalizador y significativo. Éste
recomendaba enseñar a leer mediante frases normales que tengan
un sentido preciso y se adapten a la vida cotidiana. La escritura
va formar parte del desarrollo psicomotriz del niño mediante
ejercicios musculares de la mano para facilitar el movimiento que
exige el trazar una letra y el enlace de las palabras. Esta forma de
enfocar el aprendizaje y ejercicio de las funciones fundamentales en
el desarrollo de la capacidad comprensiva y expresiva del sujeto, lo
lleva a plantear un curso de gramática sustentada en el habla. Así
lo entendemos cuando postula que en el curso de la enseñanza de
las reglas ortográficas, las definiciones, la conjugación de verbos,
etc., debía hacerse sin recurrir a texto alguno.
La vinculación con el entorno social a partir de los hechos
que conforman su identidad histórica, hizo que la enseñanza de
la historia tuviera como objetivo despertar en los niños el sentido
crítico, principalmente desde un punto de vista social dejando de
lado el catálogo de nombres y fechas.
El mundo geográfico y natural debe suscitar en el niño el
interés por la naturaleza que lo lleve a la necesidad de conocerla;
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VICERRECTORADO DE INVESTIGACIÓN
es así, que aplicará el método experimental, sacando al niño de la
escuela al medio natural para aplicar el proceso de conocimiento que requieren los fenómenos y cosas que integran el mundo
natural. Observar y buscar las causas de ellos se convierten en la
enseñanza de este campo en procesos ineludibles.
La enseñanza de la matemática también fue modificada y
adaptada a la capacidad de análisis de los niños. Probablemente,
la preocupación de Encinas de familiarizar y desarrollar el pensamiento abstracto dio a esta disciplina una importancia por lo que
su enseñanza debe integrar la vinculación en el significado en la
utilidad de los contenidos así, por ejemplo, la geometría no puede reducirse a definiciones de punto, línea y espacio y más bien
encontrar su aplicación, y, por lo tanto, la utilidad que las figuras
geométricas tienen en el campo científico.
De igual modo debía procederse con el cálculo tan necesario
en la vida práctica.
La didáctica que aplicó el maestro Encinas en el Centro Escolar
N° 881 puede resumirse en estas palabras: «Las lecciones comenzaban por una pequeña exploración para darse cuenta de la cantidad
de conocimientos que el alumno poseía sobre el punto materia de
la lección. Después, el profesor, mediante una hábil interrogación,
lograba obtener de los estudiantes el material necesario para poner la base de lo que iba a enseñar, y, por último, cuando aquel
material estaba agotado o era deficiente, el maestro lo suplía. Una
lección era, pues, un verdadero proceso psíquico, donde se ponía
en acción la experiencia personal del alumno como consecuencia
directa de lo aprendido espontáneamente, o de lo adquirido en la
diaria labor de la escuela; el maestro sólo intervenía para completar o perfeccionar el edificio levantado por los mismos alumnos.»
Deja explícito el maestro Encinas que todo acto educativo debe
partir por la experiencia de vida del alumno de tal manera que los
conocimientos no sometan al niño a una quietud mental.
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TIPS DE INVESTIGACIÓN
Preocupado en la formación y transformación que la escuela
debe cumplir en los estudiantes, propone antes que un sistema
de evaluación, a partir de la ejecución de proyectos que den
cuenta del avance en los procesos, el mismo que se cumplía en la
escuela o fuera de ella. Esta evaluación se constituye en el mejor
indicador de avances y logros propuestos. Indudablemente no
descarta Encinas la necesidad también de constatar resultados en
los niveles cognitivos informativos, aplicando pruebas mensuales,
pero siempre teniendo como criterio el factor personal, cultural y
social del estudiante.
Al respecto, vale remitirnos al concepto que él tiene de examen: «... para considerarse como tal, debería exigir un conjunto de
datos acerca de la vida integral del niño y disponer de elementos y
de auxiliares que coadyuven, no tanto para juzgarlo y calificarlo,
cuanto para conocerlo mejor, para rectificar los errores cometidos
con él, para auspiciar o restringir las normas educativas o los métodos de enseñanza impuestos. Tal debe ser la verdadera función
del examen en la Escuela Primaria».
Finalmente, coincidiendo con Mariátegui, Encinas señala la
presencia de la cultura foránea en nuestro sistema educativo. Sistema parcializado en un mayor grado con la cultura propiamente
occidental, que genera inconscientemente una subvaloración de
las culturas originarias de nuestro país y en ella al indígena como
exponente en la que sólo destacan la condición de abandono al
margen de ser comprendida como consecuencia del sistema político social del país. Frente a esta situación, Encinas afirmaba que
es insostenible la tesis de inferioridad de las razas y lo es mucho
más si se refiere «a la raza indígena americana cuya historia comprueba su gran valor».
Así mismo, señala a manera de denuncia en su libro Un ensayo
de escuela nueva en el Perú que: La Escuela acostumbra al niño a
considerar al indio como un paria».
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VICERRECTORADO DE INVESTIGACIÓN
José Antonio Encinas y la universidad
José Antonio Encinas, considera que la universidad cumple
dos funciones trascendentales en la sociedad. La primera está
relacionada con su participación en la política como instancia
educativa, al respecto afirma: «el ejercicio de las virtudes cívicas,
la sabia dirección y cuidado de la cosa pública; la solidaridad
frente al egoísmo; la tolerancia y comprensión frente a la fuerza
y a la injusticia». Privar a la universidad y a los estudiantes que
debatan con plena libertad acerca de los problemas de la nación
constituye un grave error en la educación puesto que les aniquila
la función de pensar y corta toda iniciativa de formar al futuro
dirigente de un país.
La segunda función, es la misión social que debe cumplir la
universidad, que debe ser entendida no sólo como el proceso de
vinculación con la sociedad mediante la formación de profesionales comprometidos con el desarrollo del país, sino también por
su espíritu democrático abierto a toda persona que desee estudiar
en sus aulas, libre de toda restricción social o ideológica ello con
miras a que estas fuerzas sociales interpreten de manera real las
necesidades de la sociedad. Estas funciones, a decir del propio
Encinas, «se cristalizan no sólo en una elemental devoción a la
democracia, sino en dar a los estudios y actividades de la universidad un amplio contenido social que interprete las necesidades
de la colectividad». Él está pensando en un modelo de universidad
social para lo cual será necesario modificar la estructura del Estado
tradicional que sólo representa los intereses de la clase dominante.
Desde esta perspectiva, apunta a una universidad capaz de influir
con el cambio político nacional.
Al concepto de universidad social opone el de la universidad
profesionalizante, la cual, solo se limita en dar al estudiante conocimientos de la carrera profesional, desconectados con los intereses
de la sociedad y lo que es más grave sin la debida comprobación
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TIPS DE INVESTIGACIÓN
de éstos en realidades de interacción concretas al campo laboral.
Otra de las debilidades que señala, es el poco interés y esfuerzo
en la producción de conocimiento científico que es tan necesario
para el desarrollo material y espiritual no sólo de la comunidad
universitaria sino de la sociedad en su conjunto. «La universidad
profesional crea en el estudiante cierto estado de conciencia; sólo
le interesa prepararse rápidamente para el ejercicio de la profesión.
Con este propósito se empeña y logra la mayor suma de ventajas.
Pretende estudiar el menor tiempo posible; insiste en no concurrir
a las clases, en evadir todo ejercicio intelectual que vaya más allá
del aprendizaje mnemónico del texto oficial. Está ausente de las
bibliotecas y los laboratorios; tiene aversión a trabajos que necesiten esfuerzo personal y de sus capacidades y vocación; objeta y
protesta contra toda práctica académica que compruebe los conocimientos adquiridos. Así, pasa año tras año por los claustros de
la universidad sin haber logrado la más elemental disciplina de la
mente y del espíritu, menos aún haber dado energía a la voluntad
para trabajos de importancia y trascendencia. Los mismos alumnos
considerados como estudiosos sólo son virtuosos de la memoria,
diestros en dar lecciones y exámenes, solícitos en complacencias
de todo orden. Con esta conducta logran prestigio y obtienen las
más señaladas distinciones académicas, pero en la vida práctica,
en el ejercicio de la profesión resultan incapaces de alcanzar un
elevado nivel cultural, se adocenan y mecanizan en la profesión,
que resulta rutinaria, sin el deseo de mejora alguna». Como afirmara Karl Jaspers, la universidad se convertía en un bazar en el
que el alumno iba a ella a escoger lo que necesita, pensando en
la sociedad como un mercado. Contribuir con la formación de un
profesional de este tipo, no sería en esencia universidad como bien
reclama Encinas.
Otra de sus preocupaciones es el docente universitario, factor
considerado como un elemento importante en el desarrollo de la
universidad. El docente universitario debe ser aquella persona,
que se desempeñe con eficiencia en la cátedra, que posea virtudes
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VICERRECTORADO DE INVESTIGACIÓN
cívicas, que tenga vocación por la enseñanza y sensibilidad para
compenetrarse con el estudiante en el trabajo pedagógico, cualidades que, para Encinas, debe expresar un verdadero docente
universitario. En este anhelo «La misión del profesor (...), es educar
y, luego, enseñar. Para guiar la vida espiritual de los estudiantes
es necesario conocer los múltiples problemas que embargan a la
juventud. Abandonarla a su suerte y dedicarse, exclusivamente, a
ofrecerle una profesión significa un quebranto de la universidad
como institución responsable del porvenir de la Nación». Esta
preocupación expresa, asimismo, la necesidad de que el docente
universitario tenga conocimiento de la pedagogía.
José Antonio Encinas hace una revisión crítica de los diferentes movimientos de reforma universitaria ocurridos en el Perú
durante los primeros treinta años del siglo XX, manifestando que
estos no llegaron a constituirse en movimientos que planteen una
verdadera transformación de la institución universitaria, calificándolos como movimientos de reformas básicamente del aspecto
académico. Para él, una verdadera reforma universitaria debe
comprender, además de la renovación académica, la renovación
social de la Universidad donde los métodos de enseñanza y el
bienestar estudiantil constituyan sus principales objetivos. «Ellas
en general, estaban circunscritas a renovar la docencia y a cambiar
el régimen de estudios; los ideales de la Reforma no abarcaban
problemas de orden social universitario y, menos aún lo relativo
a la vida integral del estudiante».
Entre los diversos movimientos reformistas, Encinas destaca
el de 1930, ponderando en este una auténtica dirección educativa
expresada en cuatro propósitos:
a)
La cooperación que debe existir entre los docentes y los estudiantes, no sólo en el gobierno de la Universidad sino en el
estudio que es la única manera en que el aprendizaje sea más
eficiente y tenga continuidad y vigencia en los estudiantes.
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TIPS DE INVESTIGACIÓN
b)
El estudio, hábito que el estudiante debe asumir con responsabilidad en un ambiente de plena libertad, para lo cual las
bibliotecas se tornan imprescindibles.
c)
La producción y la divulgación del conocimiento científico
como resultado de la actividad de investigación.
d) Concibe a la investigación como una tarea de honda responsabilidad en la medida en que el conocimiento creado o recreado
trascienda en beneficio del desarrollo y la transformación que
la sociedad requiere en los ámbitos económico y social en el
caso de las investigaciones de temas sociales, reclama en cierta
forma estudiar el problema del indio. «Así la universidad se
convertirá en centro de toda inquietud y en la fuerza de acción
de mayor envergadura en el país».
José Antonio Encinas regresaba al Perú luego de un destierro
de ocho años, producto de su negativa de apoyar la reelección
de Augusto B. Leguía. En las elecciones del 20 de marzo de 1931,
Encinas fue elegido Rector de la Universidad de San Marcos
triunfando por un amplio margen y con el voto de los estudiantes
frente a su contendor el Dr. Víctor Andrés Belaúnde. Encinas no
ejercía cátedra en San Marcos y su elección se produce en aplicación del Decreto-Ley N° 7029 que establecía como requisito, para
ser Rector, poseer los grados académicos de Bachiller y Doctor,
requisitos que él cumplía.
El rectorado de José Antonio Encinas tuvo corta duración, debido al cierre dela universidad, suceso que se da por su permanente
participación en las denuncias, entono crítico y cuestionador, al
gobierno del general Oscar R. Benavides.
Durante el año que Encinas fue Rector, se llevaron a cabo las
siguientes reformas:
1.
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Organizó el servicio médico, cuya finalidad fue la de comprobar la buena salud de los postulantes a estudios univer-
VICERRECTORADO DE INVESTIGACIÓN
sitarios. Expresa esta atención un interés por el estudiante
desde su condición física, factor decisivo en su desarrollo
académico. El conocimiento de la realidad del estudiante en
todos sus aspectos pasará a ser tarea orgánica para la universidad, con este propósito se crean la oficina del estudiante,
encargada de diagnosticar la salud mental y dar a conocer las
anomalías, desviaciones y deficiencias de orden intelectual; y,
la sección de estadística, necesaria para conocer el ambiente
social y económico en el que vive el estudiante universitario.
Pensando en los estudiantes universitarios de provincias y
en su condición socioeconómica, se preocupó en organizar la
residencia, comedores estudiantiles e implementar áreas de
recreación para los estudiantes con la finalidad de lograr un
equilibrio en su labor intelectual.
2.
Propuso la creación de la sección preparatoria llamada a
convertirse en Instituto Preparatorio de la Universidad cuya
finalidad era no sólo preparar al postulante para sus estudios
universitarios sino conocer su personalidad.
Se esperaba eliminar el examen de admisión para dar paso a
una mejor forma de selección basada en el conocimiento de las
condiciones intelectuales y personales del futuro estudiante
universitario en relación a la vocación profesional.
3.
Las clásicas facultades de letras y de ciencias se fusionaron
para convertirse en colegio universitario, cuyo propósito fue
ofrecer los fundamentos de las letras y las ciencias necesarias
para adquirir una cultura general.
En esta línea se cumplía con la función de la universidad de
ser creadora de cultura y no sólo formar profesionales. Esta
alternativa hoy desechada en la mayoría de las universidades
públicas debería ponerse a debate en el marco de la apuesta
de la calidad de la educación universitaria.
19
TIPS DE INVESTIGACIÓN
4.
La Escuela de Altos Estudios estaba destinada a la investigación científica y a la especialización en las diversas disciplinas.
Formaban parte de ella losinstitutos que reunían materias
afines, aunque éstas, pertenezcan a diferentes áreas del conocimiento.
Aquí se cumplía el principio de la interdisciplinariedad hoy
aplicado en las investigaciones. Se trataba, pues, de impulsar
la investigación en todos los campos del conocimiento impartidos por la universidad. Con este propósito se crearon
los institutos de: Historia general y del Perú, Literatura, Filosofía, Geografía general del Perú, Psicología, Antropología,
Música, Bellas artes, Educación, Periodismo, Bibliografía,
Extensión cultural, Ciencias físicas, Ciencias geológicas, Ciencias matemáticas, Ciencias químicas, Idiomas y el Instituto de
Estudios Internacionales y Relaciones Interuniversitarias. «En
cada Instituto los estudios estaban organizados en grupos de
asignaturas afines que correspondían a las tres etapas sucesivas de la enseñanza, a saber la primera, que comprende los
cursos generales o de introducción; la segunda, los cursos de
diferenciación o intensificación de determinada materia; la
tercera, los cursos de investigación». Estos institutos formaban
parte de las facultades siendo estas las de: Derecho, Medicina,
Ciencias, Letras, Ciencias económicas, Teología y los institutos
de Odontología y Farmacia.
5.
La selección de los catedráticos por el sistema del dictado de
una clase reafirma su preocupación por la docencia como factor
de vital importancia en la formación profesional universitaria.
Aún estaban frescas las reivindicaciones que sobre el punto
enarbolara el movimiento estudiantil de Córdoba que en
palabras de uno de sus líderes Gabriel del Mazo expresara:
«buscando un maestro nos dimos con un mundo» en clara
alusión a los cambios que frente a la cátedra rutinaria, que
aislada de los cambios del mundo hacía de la enseñanza un
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VICERRECTORADO DE INVESTIGACIÓN
acto estéril. Esta selección bien podría considerarse como
un referente para la determinación del ingreso a la docencia
universitaria por concurso público basado principalmente en
el requisito de manifestar su capacidad en la enseñanza que
constituye la tarea más directa que cumple el docente.
6.
Pone en vigencia la participación estudiantil mediante el
cogobierno, con voz y voto en el Consejo Universitario en la
proporción de un tercio.
LA ESCUELA
José Antonio Encinas
La Escuela como factor político y social
La Escuela nacionalista. Sus errores. El indio ha sido abandonado por esta Escuela. El factor económico en la educación del indio.
La Escuela Rural significa tierra propia. Caracteres y alcance de la
Escuela Rural. La Escuela Rural en relación con la «Escuela Única».
Una Escuela no puede vivir bajo un régimen de caciquismo
político, donde las pocas actividades de un pueblo se reducen a
una permanente loa al Poder.
La Escuela deflagra sus propósitos y se convierte en una institución colocada a merced de los caprichos del político ignorante y
servil. Si la Escuela es un laboratorio donde se analiza la conciencia
humana; si lleva una fuerza ideológica, si es un jalón en el camino
del progreso espiritual del hombre, necesita de la máxima libertad
tanto política como académica.
La Escuela, así considerada, es un factor político de indiscutible
importancia, cuya fuerza descansa en los ideales que persigue y
en el maestro que los alienta.
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TIPS DE INVESTIGACIÓN
Pretender que la Escuela viva al margen de la política y prohibir que el maestro sea un político, es quitar a la Escuela el impulso
ideológico y todo valor social.
La Escuela, en virtud de un ato esencialmente político, debe
ir hacia el pueblo, confundirse con sus necesidades y con sus aspiraciones.
Si la Escuela se dedica simplemente a enseñar a leer o escribir, desempeña una función meramente administrativa; pero si
la Escuela interviene como elemento de primer orden en la vida
social de un pueblo, dejando escuchar su voz, modificando la vida
en determinado sentido, teniendo derecho a intervenir en ciertas
actividades que beneficien y garanticen el bien común, entonces
la Escuela es un centro de agitación social y por consiguiente un
elemento político. Negar a la Escuela o al maestro esta función
ciudadana, es circunscribir el acto político a la muy limitada tarea
de censurar a un Gobierno o a la de sumarse a las mayorías.
El hecho grave está en que permaneciendo la Escuela ajena a
estas agitaciones partidaristas, se la cree culpable de intervenir en
política, cuando pretende dar una nueva orientación ideológica,
arrancando a las nuevas generaciones de una serie de prejuicios
de orden religioso, económico, político y social.
En este caso la Escuela sufre una verdadera presión inquisitorial, y no tiene otro camino que abandonar su acción social para
sumarse a la serie de instituciones burocráticas que han momificado
el espíritu de un pueblo.
La Escuela en el Perú no tuvo un ideal político alguno porque
los grupos políticos que fueron al poder carecieron de fuerza ideológica. Como la Escuela no ha tenido un impulso determinados
su misión más simple, la de enseñar a leer y a escribir, ha sido
deficiente.
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VICERRECTORADO DE INVESTIGACIÓN
Después del período chauvinista de la Escuela, período intermitente y esporádico, sin plan determinado, sin organización
definida, se ha pretendido levantar el edificio de una escuela nacionalista. Formar el alma nacional, crear la élite que la dirija y la
moldee han sido los temas de algunos discursos.
El hecho es que no existe tal élite, a pesar del tiempo transcurrido, y el alma nacional no se entrevé ni en la penumbra. Al
contrario, nuestra escuela, especialmente aquellas donde debía
incidir el movimientonacionalista, se encuentran en manos de extranjeros. Las Escuelas Normales de Lima están bajo la dirección de
suizos, de españoles, de franceses, de chilenos, de alemanes todo
un mosaico de nacionalidades. Salesianos, lazaristas mercedarios,
dirigen escuelas normales, colegios, granjas-escuelas. Tres misiones
de americanos han pasado por las oficinas de la Dirección General
de Enseñanza.
Todos los colegios de mujeres están dirigidos por congregaciones religiosas extranjeras. Es entendido que en cualquiera política
pedagógica nacionalista, como la que desenvuelve el Pontífice del
nacionalismo don Benito Mussolini, lo esencial es excluir de las
escuelas nacionales todo elemento extranjero, aún más, monopolizar la enseñanza en favor del Estado.
Los elementos auxiliares de la Escuela, por ejemplo, los textos, todos son de precedencia exterior. En los mismos planes y
programas de estudios las materias de geografía e historia del
Perú ocupan un segundo plano. En la flamante organización de
la Universidad se ha cometido el error de no crear el Instituto
de Geografía e Historia Nacionales, limitando la enseñanza a la
repetición de cualquier texto. Todo esto acusa en el orden pedagógico la falta de dirección determinada para engendrar un ideal
nacionalista. El asunto es más grave, si se piensa que los mentores
de este ideal han olvidado que la verdadera nacionalidad reside
en el indio. Históricamente, es el dueño del territorio del Perú, él
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TIPS DE INVESTIGACIÓN
lo ha trabajado y lo ha defendido. Sin gozar de derecho alguno
está obligado a prestar sus servicios en el ejército, a construir los
caminos, a enfeudarse en una hacienda, a someterse a la explotación de compañías mineras, a pagar contribuciones indirectas por
tóxicos que lo envenenan y lo matan.
Toda la actividad económica e industrial del Perú está en
manos de los indios. Si se suprime el indio, los campos quedarán
sin labrar, las tierras sin cultivar, las minas sin explotar.
En provincias faltarán los arquitectos, los artesanos, los
pastores; en fin los que suplen casi todas las necesidades de un
pueblo. Por eso no hay temor a equívoco para afirmar que el ideal
educativo nacionalista debe enfocar la totalidad de su acción en
el indio. Desgraciadamente hasta hoy nada se ha hecho por él.
El presupuesto de la Nación no consigna suma alguna de
dinero para redimir las tierras detentadas, ya que no se quiere
proceder a la distribución forzosa. Todo intento de solidaridad a
la raza, directa o indirectamente fomentando ha sido combatido,
haciendo uso de la fuerza.
En el terreno pedagógico el máximum de lo realizado en
cuatrocientos años, ha sido crear una o dos escuelas talleres o
granjas-escuelas para preparar artesanos que serán dominados por
la industria extranjera, y peones que volverán a la gleba.
No hay un solo Gobierno que haya levantado un empréstito
para emprender la más urgente y la más seria de las ofensivas que
el Perú tiene por delante. La redención del indio no es una cuestión
de caridad cristiana ni un justísimo reparo que la historia debe, es
un asunto de orden económico.
El indio no estará satisfecho mientras no entre en posesión
de lo suyo. Ya hemos dicho que la Escuela no puede desvirtuar
esta tendencia so pena de ponerse al servicio de una intolera24
VICERRECTORADO DE INVESTIGACIÓN
ble reacción. El nacionalismo está en unificar tendencias, en
armonizar aspiraciones, en efectuar un trabajo con elementos
homogéneos.
Lo más saltante que hay en el Perú, es lo heterogéneo, desde
su aspecto físico hasta su contextura social.
El indio es el elemento más distanciado, el que mayores deferencias acusa. Pues, bien, el problema está en borrar esas diferencias
y aproximarlos hacia la línea común.
Tal proceso es esencialmente económico, puesto que la más
notable diferencia entre el indio y los demás componentes de la
más social está en que aquél es sistemáticamente excluido de la
posesión de las tierras en beneficio de los últimos.
La Escuela tiene que colocarse sobre este plano. Cualquiera
que sea el tipo de ella, debe contemplar forzosamente esta parte
esencial del problema.
La Escuela Rural, la más aconsejada, resultaría un fracaso si
funcionara dentro de un feudo, o al servicio de otro feudo; estaría
destinada a preparar siervos. La Escuela Rural significa tierra
propia, puesto que no va a preparar a peones,sino campesinos,
quienes más tarde se transformarán en agricultores.
Antes la Tierra que la Escuela, tal es el lema de toda política
educativa en favor del indio.
Así entendido el problema, la Escuela, adquiere su verdadero valor. Situada en el centro de una comunidad de indios
se convierte en el propio «Hogar del Indio», donde van acudir
sin distinción de edad ni de sexo, no sólo en busca de silabario,
sino en demanda de un consejo, de un apoyo, de una protección
contra el abuso.
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TIPS DE INVESTIGACIÓN
La Escuela no comenzará la enseñanza de la lectura o de la
escritura ni ésta será su finalidad; éstos son elementos que se
adquieren sin violencia y a medida que el indio vaya comprendiendo su utilidad.
Se ha procedido en forma contraria y el resultado ha sido el
ausentismo; arrancar al indio del medio en que vive, apartado de
sus diarias ocupaciones, limitar su actividad cerrándolo dentro
de los cuatro muros de una sala destartalada, poniéndole ante
los ojos las 24 letras de un alfabeto que nada significan para él,
es a todas luces un absurdo.
La Escuela debe comenzar infundiendo la más grande confianza y demostrando previamente su utilidad social.
Para ello debe ejercitar su acción cerca del adulto, interesándose en las actividades de su vida, tales como el trabajo, las
distracciones, los alimentos, las relaciones sociales, alentándolas,
encarrilándolas, quizá transformándolas.
Cuando el adulto considere la Escuela como una institución
no hostil a su manera de vivir y que, al contrario, coopera en ella,
el ausentismo escolar desaparecerá.
La Escuela se presenta así, desde los primeros instantes, como
un elemento de utilidad manifiesta para el indio, abandonado a
sus propias fuerzas.
La Escuela, antes de organizarse pedagógicamente, estableciendo planes de estudio, programa, horarios, etc., debe
organizarse socialmente creando en la aldea diferentes grupos
para mejorar la agricultura, la crianza de animales domésticos,
la arquitectura, la higiene pública y privada, el deporte, la danza,
la música, las sociedades cooperativas de producción y consumo, las de auxilio mutuo, las de la protección a la infancia, a la
vejez y al enfermo. Ni uno solo de estos elementos debe dejarse
la Escuela sin acción.
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VICERRECTORADO DE INVESTIGACIÓN
A medida que funcione cada una de estas actividades, y con
ocasión de ellas, es que el indio insensiblemente, sin gran esfuerzo,
logrará aprender a leer, escribir y contar, como la más sencilla de
las tareas.
El indio no puede resistir a un trabajo social de aquella naturaleza, porque está en armonía con sus tradiciones históricas y con
las costumbres hasta hoy imperantes.
Pocas serán seguramente entre las historias de los diferentes
países del mundo las que, como la del Perú, puedan servir como
base para sostener los ideales de una revolución agraria.
La historia del Perú puesta en manos de los indios constituye
un verdadero programa político.
Por eso, la Escuela Rural no puede descuidar este aspecto
esencial de su misión. Claro es que no se trata de una enseñanza
libresca donde se cuente la historia mutilada de los antepasados;
ha de ser la historia económica, aplicada sobre la tierra común,
distribuyendo las parcelas entre los de la comunidad, dividiendo
el trabajo, repartiendo la cosecha; la historia social, organizando
la aldea, donde el individuo pertenezca a la colectividad, ejecutando un esfuerzo común; la historia religiosa, rindiendo tributo
a los antepasados, a las heroicidades de la raza, y a las leyendas
que narran su origen; la historia de su vía-crucis a través del Coloniaje y de la República; las condiciones económicas y sociales
actuales y los elementos, de que dispone para cobrar su libertad
integral perdida.
La estrecha mentalidad del burgués ha otorgado al indio la
máxima concesión de arrinconarlo y reducirlo, poniendo en sus
manos el abecedario y el catecismo, llegando la misericordia de
algunos a permitirles algunas nociones de agricultura, pero nada
más.
27
TIPS DE INVESTIGACIÓN
Para semejante criterio, la Escuela que acabamos de bosquejar
significará una institución revolucionaria desde luego peligrosa
para orden social.
Nosotros aceptamos de antemano el epíteto y declaramos que
la política educacional del indio, no puede tener otro carácter que
la de una real y evidente revolución.
Lógico es suponer que la actividad integral del indio no se
detendrá en una Escuela Rural o en la dirección de una aldea.
La línea de cultura se extenderá sin más límite que la capacidad mental del individuo. Así, el indio tendrá las mismas oportunidades, pero mayores privilegios —en razón de su condición
económica— para seguir sus estudios.
La Escuela Rural, como una institución de carácter social,
mantendrá sus puertas abiertas indefinidamente. Nada de años
de estudios, ni períodos de enseñanza para pasar de un ciclo
a otro.
El maestro tendrá entera libertad de acción, dirigirá la
mentalidad de sus discípulos sin someterlos alas torturas de
un examen ni clasificarlos dentro de los cánones de un sistema
administrativo.
Así, el indio podrá alcanzar en una Escuela Rural la cultura
necesaria para ingresar a los denominados colegios de enseñanza
secundaria, aún a las mismas escuelas profesionales.
No hay razón para suponer que, con este hecho, apuntamos
una utopía, o sostenemos un absurdo. Nada de eso.
El colegio de instrucción media es un simple apéndice bifurcado entre la enseñanza primaria y la Universidad. Es un organismo
muerto e innecesario.
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VICERRECTORADO DE INVESTIGACIÓN
Tan lo es, que hasta hoy, dentro y fuera del Perú, no se sabe
elpapel que desempeña; ni se llega a un acuerdo para señalarle
una función útil y determinada.
No es, pues, un absurdo opinar que una persona instruida en
una escuela rural en posesión de una cultura general, habiendo
alcanzado un coeficiente de capacidad, muy lejos de adquirirlo
en un colegio, esté en condiciones de seguir estudios superiores.
Esta organización de la Escuela Rural, bosquejada rápidamente, ha de obedecer a un vasto plan de reforma de la enseñanza
pública.
Ningún propósito para alcanzar éxito en una campaña de
nacionalismo puede llevarse a efecto sin considerar a la Escuela
Rural como el núcleo de donde irradien los otros factores de la
educación.
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TIPS DE INVESTIGACIÓN
BIBLIOGRAFÍA
•
BASADRE, J. (1964). Historia de la República del Perú. 54
edición corregida y aumentada. Edición Histórica, Lima, tomo
IX.
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ENCINAS, J. A. (1932). Un ensayo de escuela nueva en el Perú,
Editorial Minerva, Lima. 251 p.
•
ENCINAS, J.A. (1938). La reforma universitaria en el Perú,
1930-1932. Ediciones 881, Lima 252 p.
•
PORTUGAL, J. (1988). José Antonio Encinas: el maestro de los
maestros peruanos. Concytec, Lima, 178p.
•
TAURO DEL PINO, A. (2001) . Enciclopedia ilustrada del Perú,
34 edición. Editorial Peisa, Lima, tomo VI. pp. 915-916.
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TIPS DE INVESTIGACIÓN
Tips de Investigación, se terminó de
imprimir en la Editorial Universitaria
de la UNE, siendo su Director el Lic.
Rafael Quintana Espinoza.
Ciudad Universitaria, mayo de 2012
Av. Enrique Guzmán y Valle s/n
Teléfono 313-3700, anexo 223 - 224
La Cantuta - Chosica
Lima - Perú
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