74. Paciencia Hemos olvidado cómo esperar, es casi un asunto olvidado. Y nuestro tesoro más grande consiste en ser capaces de esperar el momento apropiado. Toda la existencia espera el momento apropiado. Hasta los árboles lo saben: cuándo ha llegado el momento de florecer y cuándo ha llegado la época de dejar caer todas las hojas y permanecer desnudos frente al firmamento. Ellos todavía son hermosos en esta desnudez, esperan el nuevo follaje con una gran confianza en que lo viejo se ha ido y lo nuevo vendrá pronto y las nuevas hojas empezarán a crecer. Hemos olvidado cómo esperar; lo queremos todo deprisa. Es una gran pérdida para la humanidad... En el silencio y la espera, algo dentro de ti continúa creciendo: tu ser auténtico. Y un día esto salta y se convierte en una llama y toda tu personalidad se hace pedazos: eres un hombre nuevo. Y este hombre nuevo sabe lo que es la ceremonia, este hombre nuevo conoce la savia eterna de la vida. Comentario: Hay épocas en las que lo único que se puede hacer es esperar. Se ha plantado la semilla, el bebé está creciendo en el vientre, la ostra cubre el grano de arena y lo va transformando en una perla. Esta carta nos recuerda que este es un momento en el que todo lo que se requiere es estar simplemente alerta, paciente, esperando. La mujer que aparece está precisamente en esta actitud. Ella está esperando, simplemente, satisfecha, sin ninguna traza de ansiedad. Ella sigue en estado de paciencia a través de todas las fases de la luna que pasan por encima de su cabeza, tan en armonía con los ritmos de la luna, que casi se ha convertido en una con ellos. Sabe que es una época para permanecer pasiva, para dejar que la naturaleza siga su curso. Sin embargo, no está adormecida ni indiferente; ella sabe que es la época de estar preparada para algo trascendente. Es una época llena de misterios, como las horas antes del amanecer. Es una época en la que lo único que se puede hacer es esperar.