72. El Forastero Así que te sientes un extraño; esto está bien. Es un período transitorio. Ahora tienes que estar atento para no llenarte de dolor y sufrimiento. Ahora que Dios ya no está aquí, ¿quién te va a consolar? Tú no necesitas consuelo. La humanidad ha madurado. Sé un hombre, sé una mujer y párate sobre tus propios pies... La única forma de estar conectado con la existencia consiste en ir hacia adentro, porque allí en el centro tú aún estás conectado. Tú has sido desconectado físicamente de tu madre. Esta desconexión era absolutamente necesaria para hacerte un individuo por derecho propio. Pero tú no estás desconectado del universo. Tu conexión con el universo se da a través de la conciencia. Tú no lo puedes ver, así que tienes que ir muy profundo, hacia adentro, con gran atención, observando, siendo un testigo y encontrarás la conexión. ¡El Buda es la conexión! Comentario: El niño pequeño en esta carta está parado de pie a un lado de la reja, mirando a través de ella. Es tan pequeño y está tan convencido de que no puede pasar, que es incapaz de ver que la cadena que aguanta la reja no está cerrada. Todo lo que tiene que hacer es abrirla. Cuando nos sentimos abandonados o excluidos, esto nos trae el sentimiento de ser un niño pequeño y desamparado. No es sorprendente, ya que este sentimiento se origina en nuestras experiencias infantiles más tempranas. El problema consiste en que está tan profundamente arraigado, que suena una y otra vez, como una cinta de cassette en nuestras vidas. Tú tienes ahora la oportunidad de detener la cinta, de dejar de atormentarte con ideas de que no vales lo suficiente para ser aceptado e incluido. Reconoce las raíces de estos sentimientos en el pasado y abandona el viejo dolor. Esto te traerá claridad para ver cómo podrías abrir la puerta y entrar hacia aquello que más deseas llegar a ser.