53. El Sueño Esto ha sido dicho una y otra vez a través de las épocas; toda la gente religiosa ha estado diciendo: venimos solos a este mundo y nos vamos solos. Todo este "estar juntos" es una ilusión. La misma idea de "estar juntos" surge porque estamos solos y la soledad duele. Queremos ahogar nuestra soledad en una relación... Por eso nos involucramos tanto en el amor. Trata de ver el hecho. Ordinariamente piensas que te has enamorado de una mujer o de un hombre porque ella es hermosa, él es hermoso. Esta no es la verdad. La verdad es precisamente lo opuesto: te has enamorado porque no puedes estar solo; de todas formas ibas a caer. Ibas a escaparte de ti mismo, de una u otra manera; y hay gente que no se enamora de las mujeres o de los hombres: se enamora del dinero. Empiezan a buscar dinero o una posición de poder: se vuelven políticos. Esto también es escapar de tu soledad. Si observas al hombre, si te observas a ti mismo profundamente, te quedarás sorprendido; todas tus actitudes se pueden reducir a una sola cosa: el asunto es que tienes miedo a tu soledad. Todo lo demás no es sino una excusa. La causa real es que te encuentras muy solo. Comentario: Alguna noche vas a encontrar a tu alma gemela, la persona perfecta que va a satisfacer todas tus necesidades y calmar todos tus sueños, ¿verdad? ¡Falso! Esta fantasía que poetas y trovadores son tan aficionados a perpetuar tiene sus raíces en secuencias del vientre materno, en donde estábamos tan seguros y éramos uno. No sorprende el que hayamos anhelado llegar a ese lugar todas nuestras vidas, pero, para exponerlo un tanto de manera brutal, es un sueño infantil. Y es sorprendente que sigamos aferrados a él tan insistentemente, ignorando la realidad. Nadie, bien se trate de tu compañero actual o de un compañero soñado en el futuro, tiene ninguna obligación de entregarte tu felicidad en una bandeja; tampoco podría hacerlo aún cuando quisiera. El amor nace, no al tratar de resolver muchas necesidades dependiendo de otro, sino de desarrollar nuestra propia riqueza interior y madurez. De esta forma tenemos mucho amor que dar y que vamos a atraer, naturalmente, amantes hacia nosotros.