50. Celebración La vida es un momento para celebrar, para disfrutar. Haz de ella diversión, celebración y entonces entrarás en el templo. El templo no es para los que tienen caras largas; nunca ha sido para ellos. Mira la vida: ¿Ves tristeza por alguna parte? ¿Has visto alguna vez un árbol deprimido? ¿Has visto un pájaro ansioso? ¿Has visto algún animal neurótico? No, la vida no es así en absoluto. Únicamente el hombre se ha equivocado en algún momento porque piensa de si mismo que es muy listo, muy sabio. Tu astucia es tu enfermedad. No seas demasiado sabio. Acuérdate siempre de parar; no vayas al extremo. Un poquito de locura y un poquito de sabiduría es bueno y la combinación correcta te hace un Buda. Comentario: Estas tres mujeres que danzan bajo la lluvia y el viento nos recuerdan que el celebrar nunca necesita depender de las circunstancias externas. No es necesario esperar unas vacaciones especiales o una ocasión formal, tampoco un día soleado y sin nubes. La verdadera celebración surge del gozo que se experimenta, primero en lo interior, profundamente y que brota hacia afuera en forma de canciones, danza y risas desbordantes y sí, incluso lágrimas de gratitud. Si eliges esta carta indica que te estás haciendo más abierto y más disponible a las muchas oportunidades que hay para disfrutar en la vida y a esparcirse por contagio a otros. No te preocupes por fijar una fiesta en tu calendario. Suelta tu pelo, quítate los zapatos y empieza a chapotear en los charcos ahora mismo. ¡La fiesta sucede a tu alrededor a cada momento!