41. Participación ¿Has contemplado alguna vez la desaparición de la noche? Muy poca gente se da cuenta siquiera de cosas que suceden cada día. ¿Has visto alguna vez la llegada del atardecer? ¿La media noche con su canción? ¿La salida del sol y su belleza? Nos comportamos casi como ciegos. En un mundo tan hermoso vivimos en pequeños pozos, en los pequeños pozos de nuestras propias miserias. Es algo familiar, así que si alguien quiere sacarte de allí, luchas. No quieres ser sacado de tu miseria, de tu sufrimiento. De otra forma hay tanto gozo alrededor, que sólo tienes que estar consciente de él y convertirte en un participante, no en un espectador. La filosofía es especulación, el Zen es participación. Participa en la noche que se va, participa en el atardecer que llega, participa con las estrellas, participa con las nubes; haz de la participación tu estilo de vida y toda la existencia se volverá un gozo, un éxtasis. Nunca podrías haber imaginado, nunca podrías haber soñado con un universo mejor. Comentario: Cada figura en este mandala tiene la mano izquierda hacia arriba, en actitud de recibir, y la mano derecha hacia abajo, en actitud de dar. Todo el círculo crea un tremendo campo de energía que toma la forma de un dorje doble, el símbolo tibetano del trueno. El mandala tiene una cualidad similar a la del campo energético que se forma alrededor de un Buda, en donde todos los individuos que forman parte del círculo efectúan una contribución única para crear un todo unificado y vital. Es como una flor cuya totalidad es aún más hermosa que la suma de sus partes, y al mismo tiempo realzan la belleza de cada pétalo por separado. Tienes una oportunidad de participar con otros ahora a fin de contribuir en la creación de algo más grande y más hermoso de lo que cada uno podría hacer por separado. Tu participación no sólo te nutrirá sino que también contribuirá con algo precioso al todo.