32. Moralidad Bodhidharma trasciende en mucho a los moralistas, a los puritanos, a los mal llamados "buena gente", a los que hacen el bien. El ha tocado el verdadero meollo. Hasta que la consciencia surja en tí toda tu moralidad es falsa, toda tu cultura es simplemente una delgada capa que puede ser destruida por cualquiera. Pero una vez tu moralidad ha surgido de tu estado de alerta, no a raíz de una cierta disciplina, entonces es un asunto totalmente diferente. Entonces responderás en cada situación desde tu consciencia: cualquier cosa que hagas será buena. La consciencia no puede hacer nada que sea malo. Esta es la más excelsa belleza de la consciencia: que cualquier cosa que surja de ella es simplemente hermosa, simplemente es adecuada, y se hace sin ningún esfuerzo, sin ninguna práctica. Así que en vez de cortar las ramas y las hojas, corta la raíz. Y para cortar la raíz no existe más que un solo método: el método de estar atento, de estar alerta, de ser consciente. Comentario: La moralidad ha restringido todo el jugo y energía de la vida a los límites estrechos de la mente. Allí no puede fluir, aunque, ella se ha convertido en una "vieja pasa seca". Todas sus pautas de conducta son muy pulcras, rígidas y severas, y está siempre lista para ver la situación en blanco y negro, como la joya que lleva alrededor de su cuello. La Reina de las Nubes está al acecho en las mentes de todos los que hemos crecido con las ideas rígidas de lo bueno y lo malo, del pecado y la virtud, de lo aceptable y lo no aceptable, de lo moral e inmoral. Es importante recordar que todos estos perjuicios de la mente no son más que productos de nuestro condicionamiento. Y bien sea que nuestros prejuicios se apliquen a nosotros mismos o a otros, nos impiden experimentar la belleza y divinidad que yace en el interior. Sólo cuando atravesamos la jaula de nuestros condicionamientos y buscamos la verdad en nuestros corazones, podemos empezar a ver la vida como es realmente.