El rol del médico en la salud y algunos conceptos de jurisprudencia en Colombia. Alejandro Melo–Florián MD, FACP Especialista en Medicina Interna - Universidad Javeriana Miembro adscrito Asociación Colombiana de Neurología Miembro Asociación Colombiana de Medicina Interna. Fellow American College of Physicians Galardones en Salud: El más destacado profesional de la Salud 2013-2014 IOCIM XIII Premio a la Excelencia en Salud CIS - 2014 E-mail: [email protected] Conflicto de intereses: Ninguno al escribir este artículo. Resumen Dados los antecedentes en Colombia en años recientes de la introducción de nuevas reglamentaciones legales, la instalación de la plataforma MIPRES por parte del MSPS, el surgimiento de una plétora de términos que se emplean en el escenario de auditoría muchas veces en forma no adecuada, se ha generado un escenario de gran complejidad en el cual muchas veces los médicos tratantes se encuentran abocados ante un escenario que muchas veces -paradójicamente- en lugar de implementar la autonomía médica, la coartan, lo cual incide deletéreamente en el cuidado de la salud de los pacientes. Cabe resaltar que la literatura médica describe los síntomas y signos que presentan las diferentes enfermedades, afecciones o alteraciones de la salud de las personas y también propone las terapias y/o procedimientos que se estiman más convenientes para cada caso, señalando en algunas ocasiones la vía medicamentosa, en otras la vía quirúrgica como la más adecuada. Esto difícilmente lo puede abarcar un registro sanitario, donde cabe destacar que no resulta una justificación suficiente que un medicamento prescrito por el médico tratante, no se suministre al paciente porque carece de registro del INVIMA. Por lo anterior, el autor, médico internista, presenta algunos antecedentes legales de la jurisprudencia colombiana, que resaltan y enfatizan que el profesional médico es el principal encargado del cuidado del paciente, mostrando cual es el alcance de la información de los registros sanitarios a la luz de la jurisprudencia. Para dejar el tema con claridad conceptual, se han planteado tres preguntas. Palabras clave: Jurisprudencia – Lex artis – Acto médico Introducción Cabe recordar que para la legislación vigente, la indicación tiene varios significados: en el artículo 2 del decreto 677, la indicación es aquel estado patológico o padecimiento al cual se aplica un medicamento. Y en el contexto de registro sanitario emitido por el Invima, la “indicación” es meramente una validación de tipo administrativo, porque el alcance práctico de dicho registro sanitario es el de “autorizar la producción, envase y comercialización” de un medicamento dado, es decir, la idoneidad técnica, como lo indica la sentencia Sentencia T-425/13*,1de la Corte Constitucional; es decir, la indicación no *1 « La Corte señaló que el alcance práctico de dicho registro sanitario es el de “autorizar su producción, envase y comercialización”. Sin embargo, señaló que este no puede interpretarse como un criterio excluyente sobre la idoneidad de un medicamento para el 1 busca ser terapéutica ni debe limitar el que hacer médico, quien es el único responsable de los usos terapéuticos en la clínica, de un producto. De hecho, según el Decreto 677 de 1995**,2en la información al Cuerpo Médico que se difunde a través de publicaciones especializadas debe contener información sobre los usos terapéuticos, lo cual es racional porque cabe insistir, la medicina es una ciencia en continuo avance y el único responsable del tratamiento de un paciente es el médico tratante, independientemente que un producto tenga o no en un registro sanitario el uso terapéutico para el cual el médico prescribe el medicamento para lograr el resultado de mejorar o prevenir una condición de su paciente. Obviamente, el hecho que el ente regulatorio en Colombia no conozca y no haya aprobado este uso terapéutico, no quiere decir que el médico no lo deba hacer en limitación con lo que reza el registro sanitario, porque el médico tratante se rige por la evidencia biomédica disponible en publicaciones biomédicas adecuadas, a las cuales no siempre tiene o puede tener acceso el ente regulatorio y se destaca nuevamente que al enfocar la Terapéutica Médica desde una óptica legal, el enfoque será claramente sesgado, porque lo cual los entes regulatorios no deben entrar a modificar la práctica de la medicina, lo cual está por ejemplo expresamente prohibido a la FDA de los EE.UU. Igualmente, se destaca que en libros reconocidos y prestigiosos como la Farmacología de Goodman y Gilman, se indica como un precedente útil, que la FDA de EE.UU, tiene específicamente prohibida la modificación de la práctica de la medicina.1 Pregunta 1: ¿Quien tiene la responsabilidad del tratamiento del paciente? Respuesta: El médico tratante, quien es el experto en salud, y conoce lo más conveniente para su paciente, y es quien de acuerdo a la jurisprudencia colombiana tiene la responsabilidad del tratamiento del paciente2. Adicionalmente afirma la jurisprudencia en Colombia, “la competencia normativa otorgada a los médicos está en relación con la posibilidad y el deber de prescribir medicación y tratamientos necesarios y adecuados según el estado de salud de sus pacientes”3 Por otra parte, “el acceso de un paciente a un servicio médico está sujeto a un criterio de necesidad y el único con los conocimientos científicos indispensables tratamiento de una enfermedad, ya que la misma “depende en gran medida de criterios médico-científicos, de los cuales es titular no sólo el INVIMA sino principalmente el personal médico. » ** 2« Parágrafo 2º de artículo 79: En la información o propaganda dirigida al cuerpo médico u odontológico, deberán especificarse las acciones, indicaciones, usos terapéuticos, contraindicaciones, efectos colaterales, riesgos de administración, los riesgos de farmacodependencia y las otras precauciones y advertencias, sin omitir ninguna de las que figuren en la literatura científica o fueren conocidas por los fabricantes » 2 para establecer la necesidad de un servicio de esta naturaleza es, sin duda alguna, el médico tratante.”4 Ante la obligación de los médicos de velar por la salud y el bienestar de sus pacientes, se genera una responsabilidad de los primeros respecto de los tratamientos y medicamentos que prescriban a los segundos. A su vez, dicha obligación tiene como base la ciencia médica, cuyo conocimiento se asume en cabeza de los médicos5. Pregunta 2: El hecho que un producto no tenga indicación6 del Invima en el registro sanitario, hace que un médico no lo pueda prescribir? Respuesta: La ausencia de una indicación en el registro sanitario para un producto no hace que el médico no lo pueda prescribir, porque la jurisprudencia colombiana afirma que los médicos son los únicos profesionales que pueden determinar la idoneidad de los tratamientos de acuerdo a criterios médicocientíficos 7 Continuando con el material de jurisprudencia, se cita: (….) “Sin embargo, señaló que este (registro sanitario) no puede interpretarse como un criterio excluyente sobre la idoneidad de un medicamento para el tratamiento de una enfermedad, ya que la misma “depende en gran medida de criterios médico-científicos, de los cuales es titular no sólo el INVIMA sino principalmente el personal médico.”8 Otro escenario donde no se hace alusión concreta y particularmente a las indicaciones de un medicamento, es el de la Lex artis que en forma amplia se considera por el profesor y experto Carlos Mario Molina Arrubla “como el conjunto de reglas que determinan el correcto modo de conducta profesional del médico frente a la corporeidad de su paciente, dentro del contexto de una determinada situación clínica y de acuerdo con los últimos avances de la ciencia médica.” 10 Cabe citar igualmente que el escenario de la Lex artis en el terreno de la medicina, se encuentra contenida en la literatura médica (que no en los 3 registros sanitarios) que indica cuales son los procedimientos convenientes a cada tipo o género de enfermedad o afección en el paciente y adicionalmente, la mejor y más adecuada técnica de verificación; dicho de otra manera, la literatura médica no sólo describe los síntomas y signos que presentan las diferentes enfermedades, afecciones o alteraciones de la salud de las personas, sino que también dicha literatura propone las terapias y/o procedimientos que se estiman más convenientes para cada caso, señalando en algunas ocasiones la vía medicamentosa, en otras la vía quirúrgica como la más adecuada. 9 La Lex artis ad hoc se aplica para la medición de la obra o el resultado obtenido por el profesional, porque los usos médicos o Lex artis surgen progresivamente y se modifican constantemente en función de observaciones, investigaciones, experimentaciones, de una constante interrogación y de la aparición de medicamentos y técnicas nuevas que hacen que el método terapéutico o diagnóstico corrientemente admitido y enseñado en una época determinada, sea cuestionado posteriormente. Pregunta 3: Bajo qué circunstancias se puede hacer uso de indicaciones10 que no estén aprobadas en el registro sanitario? Respuesta: Con el entorno prescriptivo generado por MIPRES en Colombia al ser una plataforma en la cual se diligencian datos de un listado predeterminado, se ha presentado la coyuntura de la UNIR (acrónimo para Uso no Indicado por Registro Sanitario), cuyo objetivo es gestionar el llamado uso off-label, sobre todo cuando se trata de decisiones de cobertura, buscando minimizar los riesgos para la salud. A este respecto, la jurisprudencia colombiana ha establecido que los médicos pueden establecer cual es tratamiento idóneo para la patología del paciente 11 y para los medicamentos que aún no han sido autorizados por el INVIMA deben ser suministrados cuando se requieran, con base en la mejor evidencia científica disponible. La revisión de la bibliografía debe estar hecha de tal forma que las pruebas científicas muestren que se trata de la mejor intervención para el paciente y 4 dicho uso se considera estándar de cuidado o única alternativa terapéutica. Es decir, evidencia adecuada, ya sea con guías clínicas de manejo, o con metanálisis, o estudios clínicos metodológicamente adecuados controlados, con doble-cegamiento, análisis de resultados por protocolo y por intención de tratar. Igualmente hay que tener en cuenta si se trata de una enfermedad huérfana, que para Colombia se ha definido como aquella con prevalencia menor de 1 por cada 5000 personas y tienen cobertura por la ley 1392 de 2010 y la ley 1438 de 201112. La jurisprudencia colombiana ha indicado, que si resulta discutible la idoneidad del tratamiento, como puede ocurrir en los tratamientos de enfermedades infectocontagiosas, prima el criterio médico13. En efecto, tal como lo ha establecido la jurisprudencia de la Corte Constitucional 14 la idoneidad del medicamento puede ser determinada por el médico tratante y no por el INVIMA de manera excluyente. En general, el INVIMA expide el registro sanitario relativo a los medicamentos cuyo alcance en la práctica es autorizar su producción, envase y comercialización. No obstante, la idoneidad del mismo, depende en gran medida de criterios médico-científicos, de los cuales es titular principalmente el personal médico. Los antecedentes jurisprudenciales reseñados establecen que la decisión relativa a los tratamientos y medicamentos idóneos o adecuados para atender la patología de un paciente, está únicamente en cabeza de los médicos. La reserva médica en el campo de los tratamientos se sustenta en los siguientes criterios: (i) el conocimiento médico-científico es el que da cuenta de la necesidad de un tratamiento o medicamento, para justificar la implementación de recursos económicos y humanos del sistema de salud (criterio de necesidad); (ii) el conocimiento médico-científico es el que vincula al médico con el paciente, de tal manera que el primero se obliga para con el segundo y de dicha obligación se genera la responsabilidad médica por las decisiones que afecten a los pacientes (criterio de responsabilidad). Por lo tanto, (iii) el conocimiento médico-científico es el que debe primar15. La jurisprudencia colombiana afirma claramente que “no resulta una justificación suficiente que un medicamento prescrito por el médico tratante, no se suministre al 5 paciente porque carece de registro del INVIMA. Ello significaría desconocer la competencia normativa otorgada a los médicos en relación con la posibilidad y el deber de prescribir medicación y tratamientos necesarios y adecuados según el estado de salud de sus pacientes.”16 Hay que considerar que sobre el registro sanitario del INVIMA para un medicamento en el cual no esté registrado su uso terapéutico para el tratamiento de la enfermedad que padezca un paciente, la Corte ha señalado que el alcance práctico de dicho registro sanitario es el de “autorizar su producción, envase y comercialización”.17 Conclusiones En el complejo entorno de asistencia sanitaria, donde hay confluencia de actores diferentes al médico y al paciente, los terceros en forma de pagadores, manejadores de riesgo, administradores, propenden por un marco que conjuga salud y costos. La jurisprudencia colombiana en las sentencias T539/13, T1214/08, T425/13, recalca que el principal actor en torno a la salud del paciente es el médico, por tener la idoneidad profesional en el manejo de los enfermos, donde el marco terapéutico es el que indique la literatura médica, con evidencia adecuada, donde instrumentos como los registros sanitarios ayudan a confirmar la calidad de los medicamentos, autorizando la respectiva producción, envase y comercialización. 1 Alfred Goodman-Gilman, Louis S. Goodman, Alfred Gilman. Goodman and Gilman´s. The Pharmacological Basis of Therapeutics. Sixth Edition. MacMillan Publishing Co., Inc. 1980. New York. Páginas 49 y 50. 2 Sentencia T-539/13 (….) no se puede apartar del concepto del médico tratante, quien se supone que es el experto en salud, y conoce lo más conveniente para su paciente 3 Sentencia T-1214/08 La Sala reconoce tal como lo ha señalado la jurisprudencia, que el alcance del registro del INVIMA no puede interpretarse como un criterio excluyente sobre la idoneidad de los medicamentos. Por el contrario, sobre la mencionada idoneidad decide también el personal médico. Por ello, no resulta una justificación suficiente que un medicamento prescrito por el médico tratante, no se suministre al paciente porque carece de registro del INVIMA. Ello significaría desconocer la competencia normativa otorgada a los médicos en relación con la posibilidad y el deber de prescribir medicación y tratamientos necesarios y adecuados según el estado de salud de sus pacientes. 4 T-427 de 2005 5 Sentencia T-1214/08 6 6 Según el decreto 677 de 1995: Indicaciones. Estados patológicos o padecimientos a los cuales se aplica un medicamento 7 Sentencia T-425/13 “[…] el principio normativo establecido por la jurisprudencia de esta Corporación, a partir del cual se afirma que el juez no puede ordenar ni controvertir con argumentos jurídicos las disposiciones médicas en cuanto a la práctica de tratamientos médicos, tiene como contexto debates sobre la idoneidad de los procedimientos en cuestión. Ello ratifica lo afirmado más arriba respecto de la posición de los médicos como los únicos sujetos que pueden determinar la idoneidad de los tratamientos, mediante criterios médico-científicos no remplazables por criterios jurídicos.” 8 Sentencia T-1214 de 2008 (MP. Humberto Antonio Sierra Porto). 9 Molina Arrubla, Carlos Mario: Responsabilidad penal en el ejercicio de la actividad médica. Parte general Medellín. Biblioteca Jurídica Diké, 1998. pp 203 10 “3) El término indicación por sí solo, sin hacer referencia a la indicación del uso del medicamento, tiene un significado muy diferente puesto que significa el criterio u observación que sugiere o señala al médico el tratamiento adecuado. En este sentido, el criterio puede ser proporcionado por la causa de la enfermedad (indicación causal), su sintomatología (indicación sintomática), o por la naturaleza misma de ella (indicación específica).” 11 Sentencia T-1214/08 En sentencia T-1325 de 2001, la Corte ordenó en abstracto a una EPS, “…remitir a una institución médica adecuada para el efecto, que proporcione el tratamiento médico que requer[ía]”11 un ciudadano, que padecía de síndrome de abstinencia a raíz de su condición de alcohólico, además de sufrir de retraso mental; por cuanto el a quo había ordenado un tratamiento que la institución médica que atendía al ciudadano, había calificado como inadecuado en la impugnación de tal decisión. Dijo en aquella oportunidad la Corte que si bien de las pruebas obrantes en el proceso se desprendía la grave situación del ciudadano en comento, sólo los médicos podían establecer cuál tratamiento era el idóneo para su patología. La Corte volvió a recordar que la idoneidad de los tratamientos médicos la determina únicamente el criterio médico-científico. 12 En enlace: https://www.minsalud.gov.co/salud/publica/PENT/Paginas/enfermedades-huerfanas.aspx 13 Sentencia T-1214/08 Así, en sentencia T-059 de 1999, la Corte estudió el caso de un grupo de ciudadanos enfermos de VIH (Sida), internados en la Sala de Infectología de una Clínica, quienes solicitaban una alternativa a la medida de aislamiento ordenada por los médicos dentro de los tratamientos que se les estaban brindando. En sede de revisión, la Corte confirmó la negativa del amparo, por considerar que “si bien, como lo señalan ellos mismos [los demandantes], existen otros modelos de tratamiento de las enfermedades infectocontagiosas, no hay claridad científica acerca de cuál es el tratamiento adecuado y de cuál debe ser de plano descartado, lo que supone un ámbito científico librado al criterio médico”13. Es decir, que si resulta discutible la idoneidad del tratamiento, prima el criterio médico. 14 Sentencia T-1214/08. En efecto, tal como lo ha establecido la jurisprudencia de la Corte la idoneidad del medicamento puede ser determinada por el médico tratante y no por el INVIMA de manera excluyente. En general, el INVIMA expide el registro relativo a los medicamentos cuyo alcance en la práctica es autorizar su producción, envase y comercialización. No obstante, la idoneidad del mismo, como se dijo más arriba, depende en gran medida de criterios médico-científicos, de los cuales es titular no sólo el INVIMA sino principalmente el personal médico. 15 Sentencia T-1214/08 12.- Las líneas jurisprudenciales reseñadas establecen que la decisión relativa a los tratamientos y medicamentos idóneos o adecuados para atender la patología de un paciente, está únicamente en cabeza de los médicos, y no le corresponde al juez. La reserva médica en el campo de los tratamientos se sustenta en los siguientes criterios: (i) el conocimiento médico-científico es el que da cuenta de la necesidad de un tratamiento o medicamento, para justificar la implementación de recursos económicos y humanos del sistema de salud (criterio de necesidad); (ii) el conocimiento médico-científico es el que vincula al médico con el paciente, de tal manera que el primero se obliga para con el segundo y de dicha obligación se genera la responsabilidad médica por las decisiones que afecten a los pacientes (criterio de responsabilidad). Por lo tanto, (iii) el conocimiento médico-científico es el que debe primar y no puede ser sustituido por el criterio 7 jurídico, so pena de poner en riesgo al paciente (criterio de especialidad). Y esto, (iv) sin perjuicio que el juez cumpla a cabalidad su obligación de proteger los derechos fundamentales de los pacientes, incluso en la dinámica de la relación médico-paciente (criterio de proporcionalidad). 16 Sentencia T-1214/08 La Sala reconoce tal como lo ha señalado la jurisprudencia, que el alcance del registro del INVIMA no puede interpretarse como un criterio excluyente sobre la idoneidad de los medicamentos. Por el contrario, sobre la mencionada idoneidad decide también el personal médico. Por ello, no resulta una justificación suficiente que un medicamento prescrito por el médico tratante, no se suministre al paciente porque carece de registro del INVIMA. Ello significaría desconocer la competencia normativa otorgada a los médicos en relación con la posibilidad y el deber de prescribir medicación y tratamientos necesarios y adecuados según el estado de salud de sus pacientes. 17 Sentencia T-1214 de 2008 (MP. Humberto Antonio Sierra Porto). 8