Subido por Parroquia Inamculada Concepcion De María Pajapita SM

CUARESMA 20201

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Cuaresma.
Cuaresma significa
"cuarenta" y se aplica a los 40
días de preparación a la fiesta
de PASCUA.
*Jesús se retiró durante 40 días.
* Moisés esperó 40 días antes de
subir al Sinaí.
*Elías caminó durante 40 días
hacia el Horeb
*La marcha de los judíos por el
desierto duró 40 años.
"40" expresa "preparación"
para algo importante, para
nosotros, es la PASCUA
No se entiende la Cuaresma
si no es en función de la
Pascua.
LA Biblia es el camino principal para
profundizar en nuestra relación Con
Dios. En este tiempo reflexiona:
¿Cómo va mi
vida con Dios?
¿Estoy
contenta/o?
¿Qué puedo
hacer?
1.- AYUNO
2.- ORACIÓN
3.- LIMOSNA
El ayuno es signo de que tú:
- quieres "ayunar de pecados"
- te solidarizas con los hambrientos
- prefieres el pan de la Palabra
- frenas el consumismo
EL AYUNO
Ayuna de Juzgar a Otros.
Y llénate del CRISTO
COMPASIVO
quien Comprende y Perdona.
Ayuna de Quejas y
Menosprecios.
Y llénate de APRECIAR
lo que te Rodea.
Ayuna de Agresividad.
Y llénate de PACIENCIA.
Ayuna de Palabras
Hirientes.
Y llénate de FRASES que
PURIFICAN, ANIMAN
y CONSUELAN.
Ayuna de Egoísmo,
Y llénate de
ALTRUISMO,
y LIMPIEZA
de Mente, Cuerpo
y Corazón.
ORACIÓN
La oración es lo más
importante
para la cuaresma;
encontrarse con Dios.
Sólo Dios puede satisfacer
nuestros deseos infinitos.
ORAR : “es como la respiración
para el creyente”
REZA. . . ORA.
Ora en este tiempo.
Habla con JESÚS,
entra en su corazón,
pídele aquello que
más necesitas.
Orar
para
imitar a JESÚS.
Vivir la fe y hacer
un cambio
interior, una
conversión
y
arrepentimiento.
oración
Con la
se trata de
acercarnos a Dios y
de cambiar nuestra
actitud y llegar a
una verdadera
“Conversión”
*COMPARTE CON LOS POBRES
*ACERCATÉ AL QUE SUFRE.
*AYUDA ALOS QUE MÁS
NECESITAN DE TI.
La misericordia
Consiste en el corazón de Dios que se
vuelca sobre la miseria humana.
La mayor pobreza es alejarse de Dios
¡sé misericordioso con todos¡
CUARESMA SUBIDA, ESFUERZO,
PENITENCIA, PERO ARRIBA ESTÁ
DIOS…
El tiempo de Cuaresma
empieza el Miércoles de Ceniza y
acaba en Semana Santa.
El Miércoles de Ceniza se nos
dice: "Convertíos y creed el
Evangelio". La Cuaresma,
tiempo de conversión.
Convertirse significa "volver",
"cambiar", "corregir el camino"
"Renovarse"
SE TE MARCA
CON UNA
SEÑAL
EN LA FRENTE
PARA QUE
TE DES CUENTA
QUE ERES
SEGUIDOR/A DE
JESÚS Y LOS
DEMÁS LO VEAN
TAMBIÉN.
Domingo de Ramos
Recibieron a Cristo mientras entraba a la ciudad con palmas y ramos en muestra de
que era el Mesías
Cuando llegaba a Jerusalén para celebrar la pascua, Jesús les pidió a sus discípulos traer un burrito y lo montó.
Antes de entrar en Jerusalén, la gente tendía sus mantos por el camino y otros cortaban ramas de árboles
alfombrando el paso, tal como acostumbraban saludar a los reyes.
Los que iban delante y detrás de Jesús gritaban:
"¡Bendito el que viene en nombre del Señor! ¡Hosanna en las alturas!"
Entró a la ciudad de Jerusalén, que era la ciudad más importante y la capital de su nación, y mucha gente, niños
y
adultos, lo acompañaron y recibieron como a un rey con palmas y ramos gritándole “hosanna” que significa
“Viva”. La gente de la ciudad preguntaba ¿quién es éste? y les respondían: “Es el profeta Jesús, de Nazaret de
Galilea”. Esta fue su entrada triunfal.
La muchedumbre que lo seguía estaba formada por hombres, mujeres y niños, cada uno con su nombre, su
ocupación, sus cosas buenas y malas, y con el mismo interés de seguir a Jesús. Algunas de estas personas
habían estado presentes en los milagros de Jesús y habían escuchado sus parábolas. Esto los llevó a alabarlo
con palmas en las manos cuando entró en Jerusalén.
Fueron muchos los que siguieron a Cristo en este momento de triunfo, pero fueron pocos los que lo
acompañaron en su pasión y muerte.
Mientras esto sucedía, los sacerdotes judíos buscaban pretextos para meterlo en la cárcel, pues les dio miedo
al ver cómo la gente lo amaba cada vez más y como lo habían aclamado al entrar a Jerusalén.
¿Qué significado tiene esto en nuestras vidas?
Es una oportunidad para proclamar a Jesús como el rey y centro de nuestras vidas. Debemos
parecernos a esa gente de Jerusalén que se entusiasmó por seguir a Cristo. Decir “que viva mi
Cristo, que viva mi rey...” Es un día en el que le podemos decir a Cristo que nosotros también
queremos seguirlo, aunque tengamos que sufrir o morir por Él. Que queremos que sea el rey de
nuestra vida, de nuestra familia, de nuestra patria y del mundo entero. Queremos que sea
nuestro amigo en todos los momentos de nuestra vida.
Explicación de la Misa del Domingo de Ramos
La Misa se inicia con la procesión de las palmas. Nosotros recibimos las palmas y decimos o
cantamos “Bendito el que viene en el nombre del Señor”. El sacerdote bendice las palmas y
dirige la procesión. Luego se comienza la Misa. Se lee el Evangelio de la Pasión de Cristo.
Al terminar la Misa, nos llevamos las palmas benditas a nuestro hogar. Se acostumbra colocarlas
detrás de las puertas en forma de cruz. Esto nos debe recordar que Jesús es nuestro rey y que
debemos siempre darle la bienvenida en nuestro hogar. Es importante no hacer de esta
costumbre una superstición pensando que por tener nuestra palma, no van a entrar ladrones a
nuestros hogares y que nos vamos a librar de la mala suerte.
Oración para poner las palmas benditas en el hogar:
Bendice Señor nuestro hogar.
Que tu Hijo Jesús y la Virgen María reinen
en él. Por tu intercesión danos paz, amor y
respeto, para que respetándonos y
amándonos
los sepamos honrar en nuestra vida
familiar, Sé tú, el Rey en nuestro hogar.
Amén.
El lunes de Autoridad, Lunes Santo.
La noche del domingo fue intensa para Jesús. Explica
muchas cosas a los suyos, pero, sobre todo, reza. Su
alma está en tensión.
Una noche intensa
La noche del domingo fue intensa para Jesús. Explica muchas cosas a los suyos, pero, sobre todo, reza.
Su alma está en tensión. Ve, quiere, siente, habla con el Padre, es invadido por el Espíritu Santo que le
empuja al sacrificio. Vive un amor intenso y dolorido. Ante sus ojos desfilan los sucesos de aquellos tres
años, y la humanidad entera con sus miles de historias individuales se le hace presente. Es la oración
del Mediador entre Dios y los hombres, y vive su función con intensidad.
La maldición de la higuera
También ayuna, su espíritu no se relaja. El lunes, al encaminarse de nuevo al Templo de Jerusalén,
"sintió hambre". Pero en lugar de recurrir a los suyos pidiendo alimento, se dirige hacia un higuera
buscándolo. Sabe que florecen hacia junio y raramente lo hacen en abril; pero le mueve un deseo
intenso de que Israel dé buenos frutos, a pesar de todas la evidencias. Tiene hambre del amor de su
pueblo y de todos los hombres. Pero aquel pueblo es como la higuera que tiene muchas hojas y ningún
fruto. Y surge la ira profética como el relámpago en un cielo de tormentas, y clama hablando con el
árbol, y más aún con su pueblo: "que nunca jamás coma nadie fruto de ti"(Mc). Los discípulos
escuchaban sorprendidos.
Al día siguiente "Por la mañana, al pasar, vieron que la higuera se había secado de raíz". Los
discípulos estaban acostumbrados a los milagros, pero esta vez se sorprenden, pues se dan cuenta
que forma parte del mensaje de Jesús que les habla por medio de un símbolo. Un árbol frondoso y
prometedor se ha secado casi de repente. "Y acordándose Pedro, le dijo: Rabbí, mira, la higuera
que maldijiste se ha secado". Era como decirle explícanos esta
nueva parábola unida a un milagro tan extraño. Jesús abre su alma y les explica algo esencial: el valor de la fe y
la importancia del perdón y les contestó: "Tened fe en Dios". La necesitarán pues dentro de poco van a ver la
debilidad de Dios, o mejor, un manifestarse del amor divino que se abajará al máximo para ganar la buena
voluntad de los hombres. Para personas acostumbradas a considerar a Dios lleno de poder y majestad, es un
escándalo verle humilde para vivir el misterio del perdón.
La segunda expulsión de mercaderes en el Templo
Al comenzar la vida pública Jesús expulsó a los mercaderes del Templo en un acto que suscitó esperanzas en
algunos y enemistad en los comprometidos con el mercadeo de las cosas de Dios. Ahora va a suceder algo
similar, pero no en vano han transcurrido tres años de intensa evangelización. Jesús ya no se presenta sólo
como un reformador religioso, pues en el Templo se ha proclamado el Hijo de Dios igual a Padre. Está hablando
en su casa, en la casa de Dios, y todo su poder se dejará ver con fuerza. "Llegan a Jerusalén. Y, entrando en el
Templo, comenzó a expulsar a los que vendían y a los que compraban en el Templo, y derribó las mesas de los
cambistas y los puestos de los que vendían palomas. Y no permitía que nadie transportase cosas por el Templo,
y les enseñaba diciendo: ¿No está escrito que mi casa será llamada casa de oración para todas las gentes?
Vosotros, en cambio, la habéis convertido en una cueva de ladrones"(Mc).
Su acción no encuentra ahora gentes sorprendidas por el desconocido galileo. Ahora todos saben que el que
actúa con santa ira se ha proclamado Mesías rey, ha sido aclamado por el pueblo y discutido por los príncipes.
Temen, recogen sus enseres, y huyen. La actividad era grande en el mercado del Templo durante la Pascua.
Miles de sacrificios, multitud de animales, vocerío, paso por el centro del templo, y nada de oración. Pero la
acción apunta más alto, los responsables son los que dirigen el Templo. El sumo Sacerdote permite aquel barullo
porque se enriquece con cada transacción. Si el dinero fluye a sus arcas poco le importa el orden del templo.
Los que le asisten también son colaboradores de aquel abuso. En realidad la gloria del Altísimo era cuestión muy
lejana de sus intereses. Aquí está la raíz del rechazo de Jesús como Mesías que se manifiesta como el Hijo de
Dios. Si fuesen hombres de oración, si estuviesen unidos con Dios, descubrirían la verdad del enviado de Dios.
Pero no lo son, por eso cuando los príncipes de los sacerdotes y los escribas lo supieron, “buscaban el modo de
perderle; pues le temían, ya que toda la muchedumbre estaba admirada de su doctrina"(Mc).
Siempre el mismo tema
La rabia crece en su corazones. El mismo Sanedrín ha determinado que se le mate, pero Jesús actúa con
impunidad en el Templo. Es más actúa haciendo y deshaciendo, enseñando y corrigiendo abusos. Parece que les
provoca. Y ellos no pueden aguantar. Por eso con irritación se enfrentan con Jesús sin atender a sutilezas, a
gritos: "Y mientras paseaba por el Templo, se le acercan los príncipes de los sacerdotes, los escribas y los
ancianos, y le dicen: ¿Con qué potestad haces tales cosas?, o ¿quién te ha dado tal potestad para hacerlas?".
Siempre es el mismo tema: ¿quién eres?, como
si no lo hubiese dejado claro muchas veces allí mismo. Pero no quieren aceptarlo,
ninguna razón les moverá de su incredulidad. Por eso Jesús les contestó de un
modo sorprendente: "Yo también os haré una pregunta, respondedme, y os diré
con qué potestad hago estas cosas: el bautismo de Juan ¿era del Cielo o de los
hombres?. Y deliberaban entre sí diciendo: Si decimos que del Cielo, dirá: ¿por qué,
pues, no creísteis? Pero ¿vamos a decir que de los hombres? Temían a la gente;
pues todos tenían a Juan como a un verdadero profeta. Y contestaron a Jesús: No lo
sabemos. Entonces Jesús les dice: Pues tampoco yo os digo con qué potestad hago
estas cosas"(Mc).
La autoridad de Jesús
Jesús tiene autoridad de rey; tiene la autoridad de quien tiene poder de hacer
milagros; tiene autoridad de hombre perfecto y sabio; tiene la autoridad de Hijo de
Dios; tiene la autoridad del Padre que le ha dado todo poder. Ninguna de ellas es
aceptada por aquellos hombres de corazón envilecido. Sus mentes bullen ante la
cuestión de quedar bien con el pueblo. Y se refugian en la evasiva cuando se les
enfrenta con la verdad. Jesús no puede actuar con la claridad de la verdad a los que
están cerrados a la luz. Y deja en evidencia a los que no quisieron creer en el
Bautista, y no quieren creer en Él.
La Pasión de Jesús
El martes santo
La Pasión de Jesús. El martes acude al Templo por el camino tantas veces recorrido.
El día de las grandes controversias
La noche del lunes fue como la del domingo: enseñanzas a los discípulos y mucha oración. Jesús está en máxima tensión. El
ambiente de paz de Betania ayuda a relajar los espíritus, pero Jesús no cede en su lucha y necesita rezar.
El martes acude al Templo por el camino tantas veces recorrido. Los rostros de los que le acompañan están serios; ya no hay
vítores de los acampados alrededor de Jerusalén, ni en la misma ciudad. Pero muchos quieren oír y ver al Maestro, al Hijo de David,
al que resucitó a Lázaro, al que se ha proclamado Hijo del Padre eterno. Este día todos los grupos que se oponen a Jesús se van a
unir y emplear sus armas dialécticas para destruirle. "Siguieron observando y le enviaron espías que simulaban ser justos para
cogerle en alguna palabra y entregarlo al poder y jurisdicción del gobernador"(Lc). Muchas cosas van a quedar claras en este día y
mucha va a ser la luz para los de mente y corazón abiertos.
El pago del tributo al César
Los fariseos se habían enfrentado con Jesús tanto el domingo como el lunes y estaban avergonzados. Ahora van a enviar discípulos
camuflados para cogerle en una palabra comprometida; le preparan una pregunta que creen sin solución, o mejor, con todas las
soluciones posibles negativas para Jesús: es la cuestión de la relación de la esfera religiosa con la autoridad política, gran tema de
todos los tiempos y que tantos problemas ha llevado consigo. Acuden con retorcimiento mental, con adulación y falsedad y
acompañados de los herodianos, que eran partidarios del poder de los romanos y de Herodes.
La cuestión se plantea así: "Entonces los fariseos se retiraron y tuvieron consejo para ver cómo podían cazarle en alguna palabra. Y
le enviaron sus discípulos, junto a los herodianos, a preguntarle: Maestro, sabemos que eres veraz y que enseñas de verdad el
camino de Dios, y que no te dejas llevar de nadie, pues no haces acepción de personas"(Mt). La suavidad de las palabras esconde
la malicia. Ciertamente Jesús es veraz, pero a ellos no les interesa la verdad, sino atraparle y entregarlo como prisionero. Por eso
plantean la cuestión que les parece insoluble. "Dinos, por tanto, qué te parece: ¿es lícito dar tributo al César, o no?". El tema
aparente es sólo el del
impuesto, pero detrás lleva mucha más carga. Si responde que no se pague tributo al Cesar se hace reo de rebelión y puede ser
tomado preso por los herodianos o los romanos. Si dice que se pague el tributo se hace colaboracionista, y acepta el yugo gentil
sobre el pueblo elegido, algo intolerable para muchos. No parece haber más salidas. El nivel más profundo del tema es el de la
relación de lo religioso y lo político. ¿Tiene que regirse el pueblo por las leyes de Dios y ser gobernando por los sacerdotes? ¿O acaso
debe tomar la dirección de lo religioso el poder político? En la historia se han dado las dos soluciones con malos frutos casi siempre.
Ciertamente la cuestión es compleja.
Jesús no rehuye el problema del momento, ni el más profundo, y va a dar una solución que recorrerá la historia a partir de
entonces. "Conociendo Jesús su malicia, respondió: ¿Por qué me tentáis, hipócritas? Enseñadme la moneda
del tributo. Y ellos le mostraron un denario. Jesús les preguntó: ¿De quién es esta imagen y esta inscripción? Le
respondieron: Del César. Entonces les dijo: Dad, pues, al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios"(Mt). La
solución sorprende a todos. Toda autoridad viene de Dios, pues la sociedad necesita de la autoridad para no caer en el
caos y en la anarquía. Se debe obedecer a esa autoridad en sus mandatos justos y en las leyes que no sean inmorales;
pero lo político es autónomo de lo religioso. Por tanto es lícito pagarle el tributo al César que lo necesita para su función,
pero siempre dando a Dios todo el corazón que es lo suyo propio. "Al oírlo se quedaron admirados y dejándole se
marcharon"(Mt). "Y no pudieron acusarle por sus palabras ante el pueblo y, admirados de su respuesta se callaron"(Lc).
Los siglos siguientes contemplan esta respuesta como un giro importante en una cuestión difícil, y casi nunca bien
resuelta.
El primer mandamiento de la ley
En el movimiento de los grupos surge una pregunta de uno que ha quedado cautivado por las palabras del Señor. "Se
acercó uno de los escribas, que había oído la discusión y, al ver lo bien que les había respondido, le preguntó: ¿Cuál es el
primero de todos los mandamientos?"(Mc). Muchos eran los preceptos que se atribuían a la Ley. Unidos los de la sagrada
Escritura y los de las diversas tradiciones rabínicas eran más de seiscientos. Su cumplimiento parecía imposible para los
hombres de buena voluntad. Por otra parte parecía difícil, si no imposible, ordenarlos según su importancia. La luz de las
palabras de Jesús ante las cuestiones anteriores ilumina el alma del escriba de buena voluntad, y sin consultarlo con
otros, se lanza a preguntar con auténtico deseo de saber, no para atacar al Señor con astucias.
Jesús respondió con palabras conocidas por todos los israelitas, con palabras del “shemá Israel” que recitaban todos los
días tres veces.
Jesús descubre el pecado de los fariseos y los escribas
El ambiente es tenso y expectante. Jesús vive con intensidad el momento. Quiere dejar algo muy importante a los que le
escuchan. No se trata sólo de sus discusiones con los escribas, los fariseos y los saduceos. Se trata de denunciar la raíz del
pecado en los corazones de los hombres. Sólo cuando se descubre el rostro de la soberbia, se puede vencer y vivir la vida
de amor tantas veces anunciada, pero siempre lejana. Por eso Jesús manda que se reúnan los más posibles, también sus
enemigos. Cuando, de pronto, Jesús eleva la voz para ser oído por todos, y con fuerza expresa de modo fuerte verdades
que pueden doler, pero que pueden curar. Va denunciar el pecado interno de los escribas y de los fariseos que es actuar
"para ser vistos", no guiados por el amor. La soberbia espiritual lleva al engreimiento ante la propia perfección y su primer
fruto es hacer las cosas para ser alabados por los hombres. La gloria y el amor de Dios se desdibujan, la humildad se hace
imposible y, en una pendiente difícil de controlar, se deslizan una serie de abusos cada vez más notorios. No denuncia
Jesús la doctrina de los escribas y fariseos pues dice "haced lo que dicen" sino las motivaciones de sus corazones. Sus
palabras, sus gritos más bien, van a resonar en el templo como latigazos que intentan convertir a los duros de corazón. La
cólera de Dios se hace manifiesta como en el Sinaí.
El ataque inicial es contra los escribas
"Guardaos de los escribas, que les gusta pasear con vestidos lujosos y que los saluden en las plazas, y ocupar los
primeros asientos en las sinagogas y los primeros puestos en los banquetes; que devoran las casas de las viudas
mientras fingen largas oraciones. Estos recibirán un juicio más severo"(Mc).
Después reúne en su crítica a fariseos y escribas; es decir, a los que presumen de cumplir la ley, tanto si son doctos
como si no lo son. "En la cátedra de Moisés se han sentado los escribas y fariseos. Haced y cumplid todo cuanto os
digan; pero no hagáis según sus obras, pues dicen pero no hacen. Atan cargas pesadas e insoportables y las ponen
sobre los hombros de los demás, pero ellos ni con un dedo quieren moverlas. Hacen todas sus obras para ser vistos
por los hombres; ensanchan sus filacterias y alargan sus franjas. Apetecen los primeros puestos en los banquetes, los
primeros asientos en las sinagogas y los saludos en las plazas, y que la gente les llame Rabí. Vosotros, al contrario,
no os hagáis llamar Rabí, porque sólo uno es vuestro Maestro y todos vosotros sois hermanos. A nadie llaméis padre
vuestro sobre la tierra, porque sólo uno es vuestro Padre, el celestial. Tampoco os hagáis llamar doctores, porque
vuestro Doctor es uno sólo: Cristo. El mayor entre vosotros sea vuestro servidor. El que se ensalce a sí mismo será
humillado, y el que se humille a sí mismo será ensalzado"(Mt)
No niega la autoridad de unos y de otros; desvela el fondo de sus intenciones que se manifiesta en vanidades que
alcanzan el ridículo. El amor verdadero es humilde, y busca servir más que servirse. La humildad no tiene fuerzas
para decir que es humilde, pues sería orgullo espiritual, pero se advierte en que sirve a todos; entonces Dios da gloria
en lo más íntimo del alma y cuando conviene en lo exterior, pues ya nada puede hacer daño al que nada busca en las
vanidades humanas.
Invectivas contra los escribas y fariseos
Hasta este momento el Señor se ha dirigido a discípulos suyos para que corrijan la soberbia que corrompe hasta lo
religioso si entra en el alma. Los escribas y fariseos se agitan molestos. No aceptan la corrección. Murmuran. Jesús los
mira con indignación; sus ojos llamean, el tono de su voz se eleva, golpea aquellas almas para que se les abran los
ojos. El látigo de su lengua se agita en el aire, golpea las conciencias, y surgen otros siete ayes parecidos a los que en
un pequeño grupo ya había dicho Jesús. Pero ahora la denuncia va a ser dicha en público y en el Templo de Dios. La
justicia se hace voz que denuncia.
"¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que cerráis el Reino de los Cielos a los hombres! Porque ni vosotros
entráis, ni dejáis entrar a los que entrarían"(Mt)
La palabra hipócritas llena el ambiente. Hombres de dos caras y de sentimientos retorcidos. Y ataca la actitud de
cerrar el reino de los cielos a los humildes. Ni entran, ni dejan entrar. Han perdido la llave de la salvación al perder el
sentido del amor que todo lo ilumina. Los cumplimientos externos no bastan si falta esa actitud del corazón, de la
voluntad y de la mente.
"Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas!, que vais dando vueltas por mar y tierra para hacer un solo prosélito y,
una vez convertido, le hacéis hijo del infierno dos veces más que vosotros"(Mt).
El proselitismo para acercar almas a Dios es bueno, y se debe vivir con celo. Pero una vez dentro ¿que se les da? lo
mismo que ellos viven. Su celo es movido por falta de rectitud de intención y los que entran se encuentran con
desorientación y con pecado. De poco valió el proselitismo.
"Ay de vosotros, guías de ciegos!, que decís: El jurar por el Templo no es nada; pero si uno jura por el oro del
Templo, queda obligado. ¡Necios y ciegos! ¿Qué es más: el oro o el Templo que santifica al oro? Y el jurar por el altar
no es nada; pero si uno jura por la ofrenda que está sobre él, queda obligado. ¡Ciegos! ¿Qué es más: la ofrenda o el
altar que santifica la ofrenda? Por tanto, quien ha jurado por el altar, jura por él y por todo lo que hay sobre él. Y
quien ha jurado por el Templo, jura por él y por Aquel que en él habita. Y quien ha jurado por el Cielo, jura por el
trono de Dios y por Aquel que en él está sentado"(Mt).
Pervierten el sentido de lo sagrado. Usan a Dios y abusan de su santo nombre. Por eso son ciegos que no ven que la
santidad del juramento la da Dios mismo con su grandeza y poder.
"¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas!, que pagáis el diezmo de la menta, del eneldo y del comino, pero
habéis abandonado lo más importante de la Ley: la justicia, la misericordia y la fidelidad. estas últimas había que
hacer, sin omitir aquéllas. ¡Guías de ciegos!, que coláis un mosquito y os tragáis un camello"(Mt).
Cuidan cosas pequeñas e insignificantes, y descuidan las grandes. Bueno es cuidar lo mínimo, pero a condición de que
lo grande sea tratado con esmero y delicadeza. Esa es la verdadera piedad.
"¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas!, que limpiáis por fuera la copa y el plato, mientras por dentro quedan
llenos de carroña e inmundicia. Fariseo ciego, limpia primero el interior de la copa, para que luego llegue a estar
limpio también el exterior"(Mt).
Las apariencias pueden llevara pensar en que son santos y perfectos. Pero a Dios nadie le puede engañar. Los malos
deseos y los pensamientos desbordados es lo que deben cuidar, después vendrá lo exterior como fruto que nace de
buena raíz.
"¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas!, que sois semejantes a sepulcros blanqueados, que por fuera
aparecen hermosos, pero por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda podredumbre. Así también vosotros
por fuera aparecéis justos ante los hombres, pero por dentro estáis llenos de hipocresía e indignidad"(Mt).
La imagen del sepulcro blanqueado ha cristalizado como señal de la hipocresía, la verdad y la sinceridad ante Dios
puede llevar a superar esa corrupción.
"¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas!, que edificáis los sepulcros de los profetas y adornáis las tumbas de
los justos, y decís: Si hubiéramos vivido en los días de nuestros padres, no habríamos sido sus cómplices en la sangre
de los profetas. Así, pues, atestiguáis contra vosotros mismos que sois hijos de los que mataron a los profetas. Y
vosotros, colmad la medida de vuestros padres"(Mt).
Esta es la denuncia fundamental. Jesús revela lo que en aquellos momentos está en sus corazones: el odio hasta la
muerte contra toda justicia. Quieren matar al inocente, porque no aman a Dios. Son hijos de Caín que odia al inocente
Abel porque sus obras eran malas y la vida del justo es un reproche inocente. Jesús advierte su irritación, pero no
cede.
"¡Serpientes, raza de víboras! ¿Cómo podréis escapar de la condenación del infierno? Por eso he aquí que voy a enviar
a vuestros profetas, sabios y escribas; a unos mataréis y crucificaréis, y a otros los flagelaréis en vuestras sinagogas y
perseguiréis de ciudad en ciudad, para que caiga sobre vosotros toda sangre inocente que ha sido derramada sobre la
tierra, desde la sangre del justo Abel hasta la sangre de Zacarías, hijo de Baraquías, al que matasteis entre el Templo
y el altar. En verdad os digo: todo esto caerá sobre esta generación"(Mt).
El enfrentamiento cada vez es más total. Jesús quiere enderezar a aquellos hombres de su conducta desviada con la
fuerza del profeta. Pero lo que consigue es que su odio llegue al máximo y pongan todos los medios para matarle.
El miércoles santo. La verdad de Judas
La Pasión de Jesús. El miércoles Jesús no acudió al Templo. Permaneció en Betania en una vigilia de oración.
El miércoles santo Jesús no acudió al Templo. Permaneció en Betania en una vigilia de oración. Todo lo que había de
decir, lo ha dicho. La revelación de su identidad es clara. La denuncia del pecado también. Las posiciones de los
importantes también están definidas.
Cristo les dice: "Sabéis que de aquí a dos días será la Pascua, y el Hijo del Hombre será entregado para ser
crucificado"(Mt). Hay presciencia en Jesús. Sabe lo que va suceder, sabe el día y la hora. No le será ahorrado el
desconocimiento previo, o la esperanza de que el dolor va ser menor. Lo sabe todo. Es consciente de que los clavos
van a atravesar su carne, sabe que su cuerpo va ser flagelado, escupido, deshonrado y, por fin, llegará una muerte
cruel. Lo sabe, y no huye, porque esa afrenta va a ser convertida en un sacrificio en el que Él va a ser sacerdote y
víctima. Va a pedir al Padre el perdón para todos, pero lo va a pedir pagando el precio de justicia de todos los
pecados. Va ser un verdadero sacrificio expiatorio, como lo simbolizaba el animal que soltaban los sacerdotes que
llevaba sobre sí los pecados del pueblo. Pero ahora no va ser un símbolo, sino una realidad. El peso de todos nuestros
pecados va a caer sobre Él. Jesús va a ser el inocente que paga por los pecados de aquellos a quienes ama. De esta
manera se manifiesta una misericordia que tiene en cuenta la justicia.
Ya había sido profetizado mucho sobre el siervo de Yavé que padecerá para librar al pueblo de sus pecados. Se
cumplirá todo hasta el mínimo detalle. El amor no es sólo la satisfacción por el gozo con la persona amada. Es
también querer tanto al otro -en este caso todos los hombres- que se busca librarlos de todo mal, se busca liberarlos
de las garras del diablo, de las redes del pecado, de la muerte primera, y de la muerte segunda que es el infierno. Ese
amor le lleva a no poder soportar que se pierda ninguno. Que todo el que quiera salvarse lo pueda hacer. Por eso no
rechaza el sacrificio. Se puede decir que lo ama, aunque el corazón tiemble y la carne se resista. Pero la voluntad es
firme. Y el miércoles santo es un día de oración intensa y sin descanso, rodeado del cariño de los suyos, aunque no
todos, pues Judas le odia.
La reunión del sanedrín
Aquel día se reunieron las tres clases del sanedrín: los príncipes de los sacerdotes, los escribas, y los ancianos
notables. Preside el Sumo sacerdote Caifás. No es una reunión oficial, pero están casi todos. Los acontecimientos del
día anterior hacen que lo ya decidido se ponga por obra. Ya habían decidido matarle antes; pero nada han
conseguido. Ahora les mueve la furia de hacerlo cuanto antes, pero con astucia, con una frialdad y un odio que
encuentran su motor en el mismo Satanás. Son implacables "Entonces se reunieron los príncipes de los sacerdotes y
los ancianos del pueblo en el palacio del Sumo Sacerdote, llamado Caifás, y acordaron apoderarse con engaño de
Jesús y hacerle morir. Pero decían: No sea en la fiesta, para que no se produzca alboroto entre el pueblo"(Mt). Las
deliberaciones fueron duras. Hablan más los que más le odian, es decir, los que tienen una mayor pecado según las
denuncias públicas y privadas de Jesús. No pueden esperar, pero no quieren alboroto. Saben que los partidarios de
Jesús son muchos. Saben que en una situación de guerra civil, los romanos intervendrían y liberarían a Jesús, pues su
conducta es intachable y nada enemigo de ellos. Por otra parte quieren comprometer a los romanos para que ellos
sean responsables de la muerte de Cristo ante el pueblo. Deben calcular las cosas hasta el mínimo detalle. No pueden
fallar. Alguno habla de Judas que ya ha entrado en tratos, pero poco saben de él.
La traición de Judas
"Se acercaba la fiesta de los Azimos, que se llama Pascua, y los príncipes de los sacerdotes y los escribas buscaban
cómo acabar con él, pero temían al pueblo. Entró Satanás en Judas, llamado Iscariote, uno de los doce. Fue y habló
con los príncipes de los sacerdotes y los magistrados sobre el modo de entregárselo"(Lc).
Satanás se aprovecha
Satanás sólo entra si se le deja entrar. Puede tentar y tienta como lo hizo con Jesús y lo hace con todos. Pero para
entrar necesita una puerta abierta. Satanás es soberbio, pero es lúcidamente inteligente. Conoce las debilidades de
los hombres y las prueba. Odia a Dios, y sabe que el mayor daño que le puede hacer es destruir a los hombres.
Conoce la debilidad de Judas, su amor por el dinero, y lo que el dinero lleva consigo. Ha seguido su comportamiento a
lo largo de los tres años. Ha podido observar sus trampas. Y sobre todo su resentimiento por no entender el modo
como Jesús lleva las cosas adelante. Judas no puede entender un amor tan grande que le lleve a la pobreza, a decir
las verdades a los poderosos, contra las juiciosas políticas de los hábiles. Su vida de fraternidad es difícil con los
demás, pues ellos han dejado todo para seguir a Jesús, y les ve decididos a hacer lo que les pida, por loco que
parezca. Las peleas y los reproches no faltan. No en vano ellos no tienen tanta paciencia como Jesús, que siempre le
disculpa y le apoya. La misma paciencia y el amor de Jesús le llenan de odio, pues son un reproche cuando él ya no
quiere saber nada de ese reinado que no parece de este mundo.
Judas se decide
Entonces Judas Iscariote "fue donde los príncipes de los sacerdotes, y dijo: ¿Qué me queréis dar a cambio de que os
lo entregue? Ellos le ofrecieron treinta monedas de plata. Desde entonces buscaba una oportunidad para
entregarlo"(Mt)
La verdad de Judas
El precio había sido profetizado. Es muy posible que ellos, o alguno de ellos, se acordase de la profecía con burla y
cinismo. Es muy posible que, en su astucia, la utilizasen para acallar la conciencia de Judas diciéndole que si
verdaderamente Jesús era el Mesías se aclararía todo, pues se manifestaría con poder. Era un engaño, pero cuando se
peca, cualquier excusa puede servir de justificación. El hecho es que él era traidor de quien más le había querido, del
Mesías, del Amigo, del Hijo de Dios Altísimo. Esa es la verdad de Judas. Estaba cometiendo el peor de los pecados con
una lucidez que la compañía con Jesús agravaría por minutos.
Las treinta monedas de plata
La cantidad de treinta siclos de plata era también el precio del daño por un esclavo que hubiese sido muerto por un
animal. Era el precio de un pequeño campo. Era el precio de un cordero pascual. Simbolizaba, sin quererlo, a Jesús
que se entrega como un esclavo de amor, del cordero pascual que libera de la muerte a los primogénitos. Para Judas
era sólo el símbolo del poder que alcanzaría cuando venciesen sus nuevos amigos frente al. Poco sabía cuál iba a ser
la paga de los traidores, pues lo que es lucidez para la traición es oscuridad para el propio conocimiento.
Ignoran el juicio de Dios
Los reunidos en el Sanedrín se alegraron. Judas hierve de actividad. Se separan, preparando todo para el desenlace
inminente, aunque un cierto temor de que Jesús se escapase de nuevo de sus manos les deja intranquilos, pues lo ha
hecho muchas veces. Menos les intranquilizaba lo más importante: el juicio de Dios.
Jueves Santo
Jueves en que Cristo instituyó el sacramento de la Eucaristía, también conocido como la Última Cena.
Significado de la celebración
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El Jueves Santo se celebra:
La Última Cena.
El Lavatorio de los pies,
La institución de la Eucaristía y del Sacerdocio
La oración de Jesús en el Huerto de Getsemaní.
En la mañana de este día, en todas las catedrales de cada diócesis, el obispo reúne a los sacerdotes en torno al altar
y, en una Misa solemne, se consagran los Santos Óleos que se usan en los Sacramentos del Bautismo, Confirmación,
Orden Sacerdotal y Unción de los Enfermos.
En la Misa vespertina, antes del ofertorio, el sacerdote celebrante toma una toalla y una bandeja con agua y lava los
pies de doce varones, recordando el mismo gesto de Jesús con sus apóstoles en la Última Cena.
a) Lecturas bíblicas:
Libro del Éxodo 12, 1-8. 11-14; Primera carta del apóstol San Pablo a los corintios 11, 23-26; Evangelio según San
Juan 13, 1-15.
b) La Eucaristía
Este es el día en que se instituyó la Eucaristía, el sacramento del Cuerpo y la Sangre de Cristo bajo las especies de
pan y vino. Cristo tuvo la Última Cena con sus apóstoles y por el gran amor que nos tiene, se quedó con nosotros en
la Eucaristía, para guiarnos en el camino de la salvación.
Todos estamos invitados a celebrar la cena instituida por Jesús. Esta noche santa, Cristo nos deja su Cuerpo y su
Sangre. Revivamos este gran don y comprometámonos a servir a nuestros hermanos.
c) El lavatorio de los pies
Jesús en este pasaje del Evangelio nos enseña a servir con humildad y de corazón a los
demás. Este es el mejor camino para seguir a Jesús y para demostrarle nuestra fe en Él. Recordar que esta no es la
única vez que Jesús nos habla acerca del servicio. Debemos procurar esta virtud para nuestra vida de todos los días.
Vivir como servidores unos de otros.
d)La noche en el huerto de los Olivos
Lectura del Evangelio según San Marcos14, 32-42.:
Reflexionemos con Jesús en lo que sentía en estos momentos: su miedo, la angustia ante la muerte, la tristeza por
ser traicionado, su soledad, su compromiso por cumplir la voluntad de Dios, su obediencia a Dios Padre y su confianza
en Él. Las virtudes que nos enseña Jesús este día, entre otras, son la obediencia, la generosidad y la humildad.
Los monumentos y la visita de las siete iglesias
Se acostumbra, después de la Misa vespertina, hacer un monumento para resaltar la Eucaristía y exponerla de una
manera solemne para la adoración de los fieles.
La Iglesia pide dedicar un momento de adoración y de agradecimiento a Jesús, un acompañar a Jesús en la oración
del huerto. Es por esta razón que las Iglesias preparan sus monumentos. Este es un día solemne.
En la visita de las siete iglesias o siete templos, se acostumbra llevar a cabo una breve oración en la que se dan
gracias al Señor por todo su amor al quedarse con nosotros. Esto se hace en siete templos diferentes y simboliza el ir
y venir de Jesús en la noche de la traición. Es a lo que refieren cuando dicen “traerte de Herodes a Pilatos”.
La cena de pascua en tiempos de Jesús
Hace miles de años, los judíos vivían en la tierra de Canaán, pero sobrevino una gran carestía y tuvieron que mudarse
a vivir a Egipto, donde el faraón les regaló unas tierras fértiles donde pudieran vivir, gracias a la influencia de un judío
llamado José, conocido como El soñador.
Después de muchos años, los israelitas se multiplicaron muchísimo en Egipto y el faraón tuvo miedo de que se
rebelaran contra su reino. Ordenó matar a todos los niños varones israelitas, ahogándolos en el río Nilo. Moisés logró
sobrevivir a esa matanza, pues su madre lo puso en una canasta en el río y fue recogido por la hija del faraón.
El faraón convirtió en esclavos a los israelitas, encomendándoles los trabajos más pesados.
Dios eligió a Moisés para que liberara a su pueblo de la esclavitud. Como el faraón no accedía a liberarlos, Dios mandó
caer diez plagas sobre Egipto.
La última de esas plagas fue la muerte de todos los primogénitos del reino.
Para que la plaga no cayera sobre los israelitas, Dios ordenó a Moisés que cada uno de ellos marcara la puerta de su
casa con la sangre de un cordero y le dio instrucciones específicas para ello: En la cena, cada familia debía comerse
entero a un cordero asado sin romperle los huesos. No debían dejar nada porque al día siguiente ya no estarían ahí.
Para acompañar al cordero debían comerlo con pan ázimo y hierbas amargas. La hierbas amargas ayudarían a que
tuvieran menos sed, ya que tendrían que caminar mucho en el desierto. El pan al no tener levadura no se haría duro y
lo podían llevar para comer en el camino. Les mandó comer de pie y vestidos de viaje, con todas sus cosas listas, ya
que tenían que estar preparados para salir cuando les avisaran.
Al día siguiente, el primogénito del faraón y de cada uno de los egipcios amaneció muerto. Esto hizo que el faraón
accediera a dejar a los israelitas en libertad y éstos salieron a toda prisa de Egipto. El faraón pronto se arrepintió de
haberlos dejado ir y envió a todo su ejército para traerlos de nuevo. Dios ayudó a su pueblo abriendo las aguas del
mar Rojo para que pasaran y las cerró en el momento en que el ejército del faraón intentó pasar.
Desde ese día los judíos empezaron a celebrar la pascua en la primera luna llena de primavera, que fue cuando Dios
los ayudó a liberarse de la esclavitud en Egipto.
Pascua quiere decir “paso”, es decir, el paso de la esclavitud a la libertad. El paso de Dios por sus vidas.
Los judíos celebran la pascua con una cena muy parecida a la que tuvieron sus antepasados en la última noche que
pasaron en Egipto.
Las fiesta de la pascua se llamaba “Pesaj” y se celebraba en recuerdo de la liberación del pueblo judío de la esclavitud
de Egipto. Esto lo hacían al llegar la primavera, del 15 al 21 del mes hebreo de Nisán, en la luna llena.
Los elementos que se utilizaban en la cena eran los siguientes:
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El Cordero: Al salir de Egipto, los judíos sacrificaron un cordero y con su sangre marcaron los dinteles de sus puertas.
Karpas: Es una hierba que se baña en agua salada y que recuerda las miserias de los judíos en Egipto.
Naror: Es una hierba amarga que simboliza los sufrimientos de los hebreos durante la esclavitud en Egipto. Comían
naror para recordar que los egipcios amargaron la vida sus antepasados convirtiéndolos en esclavos.
Jarose: Es una mezcla de manzana, nuez, miel, vino y canela que simboliza la mezcla de arcilla que usaron los
hebreos en Egipto para las construcciones del faraón.
Matzá: Es un pan sin levadura que simboliza el pan que sacaron los hebreos de Egipto que no alcanzó a fermentar por
falta de tiempo.
Agua salada: Simboliza el camino por el Mar Rojo.
Cuatro copas de vino: Simbolizan cuatro expresiones Bíblicas de la liberación de Israel.
Siete velas: Alumbran dan luz. Esta simbolizan la venida del Mesías, luz del mundo.
La cena constaba de ocho partes:
1.Encendido de las luces de la fiesta: El que presidía la celebración encendía las velas, todos permanecían de pie y
hacían una oración.
2.La bendición de la fiesta (Kiddush): Se sentaban todos a la mesa. Delante del que presidía la cena, había una gran
copa o vasija de vino.
Frente a los demás miembros de la familia había un plato pequeño de agua salada y un plato con matzás, rábano o
alguna otra hierba amarga, jaroses y alguna hierba verde.
Se servía la primera copa de vino, la copa de acción de gracias, y les daban a todos los miembros de la familia. Todos
bebían la primera copa de vino. Después el sirviente presentaba una vasija, jarra y servilleta al que presidía la
celebración, para que se lavara sus manos mientras decía la oración. Se comían la hierba verde, el sirviente llevaba
un plato con tres matzás grandes, cada una envuelta en una servilleta. El que presidía la ceremonia desenvolvía la
pieza superior y la levantaba en el plato.
3.La historia de la salida de Egipto (Hagadah) Se servían la segunda copa de vino, la copa de Hagadah. Alguien de la
familia leía la salida de Egipto del libro del Éxodo, capítulo 12. El sirviente traía el cordero pascual que debía ser
macho y sin mancha y se asaba en un asador en forma de cruz y no se le podía romper ningún hueso. Se colocaba
delante del que presidía la celebración les preguntaba por el significado de la fiesta de Pesaj. Ellos respondían que era
el cordero pascual que nuestros padres sacrificaron al Señor en memoria de la noche en que Yahvé pasó de largo por
las casas de nuestros padres en Egipto. Luego tomaba la pieza superior del pan ázimo y lo sostenía en alto. Luego
levantaba la hierba amarga.
4.Oración de acción de gracias por la salida de Egipto: El que presidía la ceremonia levantaba su copa y hacía una
oración de gracias. Colocaba la copa de vino en su lugar. Todos se ponían de pie y recitaban el salmo 113.
5.La solemne bendición de la comida: Todos se sentaban y se bendecía el pan ázimo y las hierbas amargas. Tomaba
primero el pan y lo bendecía. Después rompía la matzá superior en pequeñas porciones y distribuía un trozo a cada
uno de los presentes. Ellos lo sostenían en sus manos y decían una oración. Cada persona ponía una porción de hierba
amarga y algo de jaroses entre dos trozos de matzá y decían juntos una pequeña oración.
6. La cena pascual: Se llevaba a cabo la cena.
7.Bebida de la tercera copa de vino: la copa de la bendición.- Cuando se terminaban la cena, el que presidía tomaba
la mitad grande de la matzá en medio del plato, la partía y la distribuía a todos los ahí reunidos. Todos sostenían la
porción de matzá en sus manos mientras el que presidía decía una oración y luego se lo comían. Se les servía la
tercera copa de vino, “la copa de la bendición”. Todos se ponían de pie y tomaban la copa de la bendición.
8. Bendición final: Se llenaban las copas por cuarta vez. Esta cuarta copa era la “Copa de Melquisedec”. Todos
levantaban sus copas y decían una oración de alabanza a Dios. Se las tomaban y el que presidía la ceremonia concluía
la celebración con la antigua bendición del Libro de los Números (6, 24-26).
Día de la Caridad:
En México, los obispos, han establecido que el Jueves Santo sea el día de la caridad. El objetivo de esto no es llevar a
cabo una colecta para los pobres, sino mas bien el impulso de seguir el ejemplo de Jesús que compartió todo su ser.
Viernes Santo
Día en que crucificaron a Cristo en el Calvario. Cómo rezar el Via Crucis. La Virgen de la Soledad
En este día recordamos cuando Jesús muere en la cruz para salvarnos del pecado y darnos la vida eterna. El sacerdote lee la pasión
de Cristo en la liturgia de la Adoración a la cruz. Ese día no se celebra la Santa Misa.
En las iglesias, las imágenes se cubren con una tela morada al igual que el crucifijo y el sagrario está abierto en señal de que Jesús no
está.
El color morado en la liturgia de la Iglesia significa luto. Se viste de negro la imagen de la Virgen en señal de luto por la muerte de su
Hijo.
Podemos recordar leyendo el Evangelio de San Juan, capítulo 18, versículos 1-19, 42.
¿Cómo podemos vivir este día?
Este día manda la Iglesia guardar el ayuno y la abstinencia.
Se acostumbra rezar el Vía Crucis y meditar en las Siete Palabras de Jesús en la cruz.
Se participa en la Liturgia de Adoración a la Cruz con mucho amor, respeto y devoción.
Se trata de acompañar a Jesús en su sufrimiento.
A las tres de la tarde, recordamos la crucifixión de Jesús rezando el Credo.
¿Cómo se reza un Via Crucis?
Esta costumbre viene desde finales del siglo V, cuando los cristianos en Jerusalén, se reunían por la mañana del Viernes Santo a
venerar la cruz de Jesús. Volvían a reunirse al empezar la tarde para escuchar la lectura de la Pasión.
El Via Crucis es una manera de recordar la pasión de Jesús y de revivir con Él y acompañarlo en los sufrimientos que tuvo en el
camino al Calvario.
Se divide en catorce estaciones que narran, paso a paso, la Pasión de Cristo desde que es condenado a muerte hasta que es
colocado en el sepulcro.
El Via Crucis se reza caminando en procesión, como simbolismo del camino que tuvo que recorrer Jesús hasta el Monte Calvario.
Hasta adelante, alguno de los participantes lleva una cruz grande y es el que preside la procesión. Se hacen paradas a lo largo del
camino para reflexionar en cada una de las estaciones, mediante alguna lectura específica.
Si se desea, después de escuchar con atención la estación que se medita y al final de cada una, se puede rezar un Padrenuestro,
mientras se camina hasta la siguiente estación. El que lleva la cruz, se la puede pasar a otra persona.
Via Crucis para jovenes
1.- Jesús es condenado a muerte
Te alabamos Oh Cristo y te bendecimos.
Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Mi buen Jesús, te han condenado a muerte. ¿Estás triste? ¿ Estás asustado?
En tu lugar yo me sentiría así. Yo quiero quedarme junto a ti para que no te sientas sólo.
Ayúdame, Jesús, a tener fuerzas para quedarme junto a ti.
2.- Jesús es cargado con la cruz
Te alabamos Oh Cristo y te bendecimos.
Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Jesús mío, te han cargado con la cruz. La veo muy grande y seguramente te pesa mucho. Yo quiero ayudarte.
Dios mío, ayúdame a portarme muy bien y así ayudar a Jesús, tu Hijo, para que la cruz le pese un poco menos este Viernes Santo.
3.- Jesús cae por primera vez
Te alabamos Oh Cristo y te bendecimos.
Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Te has lastimado, mi buen Jesús, pero te vuelves a levantar. Sabes que debes seguir adelante. Yo quiero seguir contigo.
Dios mío, dame fuerzas para levantarme cuando me caiga y así seguir adelante, como lo hizo Jesús.
4.- Jesús encuentra a María.
Te alabamos Oh Cristo y te bendecimos.
Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
María, ves pasar a tu Hijo y te duele mucho verlo así. Te duele más que a todos nosotros. Pero tú confías en Dios y Él te hace fuerte y
mantiene viva tu esperanza en la resurrección.
María, déjame estar contigo acompañándote y ayúdame a parecerme cada día más a ti.
5.- Jesús es ayudado por el Cireneo
Te alabamos Oh Cristo y te bendecimos.
Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
El Cireneo te ayuda a cargar la cruz. Yo también quiero ayudarte cada vez que te vea cansado.
Dios mío, ayúdame a ser generoso y servicial. En mi casa, en la escuela y en todo lugar para así parecerme al Cireneo y ayudar a tu
Hijo a cargar la cruz.
6.- La Verónica enjuga el rostro de Jesús
Te alabamos Oh Cristo y te bendecimos.
Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Una mujer se ha acercado a ti, mi buen Jesús y te ha limpiado la cara. Tú la miras con mucho amor. Así quieres que tratemos a
nuestros semejantes.
Dios mío, así como la Verónica se acercó con tu Hijo, yo también quiero hacerlo con mis hermanos.
7.- Jesús cae por segunda vez
Te alabamos Oh Cristo y te bendecimos.
Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Otra vez te has caído, mi buen Jesús. Es que el camino es muy largo y difícil. Pero nuevamente tú te has levantado. Tú sabes que es
necesario levantarse y seguir adelante hasta el final.
Jesús, ayúdame a levantarme igual que tú, para poder seguir adelante en mi camino hacia ti.
8.- Jesús consuela a las santas mujeres
Te alabamos Oh Cristo y te bendecimos.
Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Hay unas mujeres en el camino del calvario y tú te has detenido a saludarlas. Es tan grande tu corazón que las consuelas, en lugar de
recibirlo. Quieres darles la esperanza de la Resurrección.
Dios mío, ayúdame a tener el corazón tan grande como el de tu Hijo Jesús, para ayudar siempre a mis hermanos.
9.- Jesús cae por tercera vez
Te alabamos Oh Cristo y te bendecimos.
Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Una vez más, mi buen Jesús, una vez más has caído. Y una vez más te has levantado. Tú sabes que es necesario llegar hasta el final
para así poder salvarnos del pecado.
Gracias, mi buen Jesús, porque te levantaste y así me salvaste. Ayúdame a mí a levantarme cada vez que me caiga.
10.- Jesús es despojado de sus vestidura
Te alabamos Oh Cristo y te bendecimos.
Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Mi buen Jesús. Te quitan la única túnica que tienes y los soldados la juegan a los dados. Vas a morir pobre, como también naciste
pobre. Pero tú nos dijiste una vez que tu Reino no es de éste mundo, y son las puertas del cielo las que quieres abrir para nosotros.
Gracias, mi buen Jesús, gracias por querer salvarme.
11.- Jesús es clavado en la cruz
Te alabamos Oh Cristo y te bendecimos.
Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Has llegado a la parte alta del monte, mi buen Jesús. Y te clavaron en la cruz como si fueras el peor de los ladrones. Pero tú sabes
perdonar a quienes lo hicieron. Y también nos perdonas nuestras faltas.
Jesús mío, también perdóname a mí. Yo te quiero mucho y no me gusta verte así.
12.- Jesús muere la cruz
Te alabamos Oh Cristo y te bendecimos.
Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Mi buen Jesús, viniste al mundo a salvarnos y ahora lo has logrado. Con tu muerte en la cruz, con tu obediencia a tu Padre nos has
abierto las puertas del cielo.
Gracias, mi buen Jesús, gracias. Ahora ayúdame para que yo me gane el Cielo.
13.- Jesús es bajado de la cruz
Te alabamos Oh Cristo y te bendecimos.
Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
María, tu Madre, te detiene entre sus brazos. Está muy triste, pero sigue confiando en Dios. Ella sabe que este no es el final.
María, tú te convertiste en mi Madre desde la cruz. Jesús nos ha querido hacer ese regalo.Ayúdame a estar muy cerca de ti y de tu
hijo toda mi vida.
14.- Jesús es colocado en el sepulcro
Te alabamos Oh Cristo y te bendecimos.
Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Ahora todo ha terminado. La gente vuelve a su casa. Pero a nosotros nos queda la esperanza de la resurrección.
Sabemos que tú vivirás siempre. En el Cielo, en el Sagrario y también en nuestro corazón.
Ayúdame, mi buen Jesús, ayúdame a resucitar contigo cada día, y a vivir con la alegría de la resurrección.
Sábado Santo
Jesús está sepultado. Es un día de reflexión y silencio.
La Vigilia Pascual
El sábado santo es un día de oración junto a la tumba esperando la resurrección. Es día de reflexión y silencio. Es la preparación para
la celebración de la Vigilia Pascual
Por la noche se lleva a cabo la celebración de la Vigilia Pascual. Dicha celebración tiene tres partes importantes que terminan con la
Liturgia Eucarística:
1. Celebración del fuego nuevo.
2. Liturgia de la Palabra.
3. Liturgia Bautismal.
Era costumbre, durante los primeros siglos de la Iglesia, bautizar por la noche del Sábado Santo, a los que querían ser cristianos. Ellos
se preparaban durante los cuarenta días de Cuaresma y acompañados por sus padrinos, ese día se presentaban para recibir el
Bautismo.
También, ese día los que hacían penitencia pública por sus faltas y pecados eran admitidos como miembros de la asamblea.
Actualmente, la Vigilia Pascual conserva ese sentido y nos permite renovar nuestras promesas bautismales y acercarnos a la Iglesia
con un espíritu renovado.
a) Celebración del fuego nuevo:
Al iniciar la celebración, el sacerdote apaga todas las luces de la Iglesia, enciende un fuego nuevo y con el que prende
el cirio pascual, que representa a Jesús. Sobre el cirio, marca el año y las letras griegas "Alfa" y "Omega", que significan que Jesús es
el principio y el fin del tiempo y que este año le pertenece.
El sacerdote llevará a cabo la bendición del fuego. Luego de la procesión, en la que se van encendiendo las velas y las luces de la
Iglesia, el sacerdote canta el Pregón Pascual.
El Pregón Pascual es un poema muy antiguo (escrito alrededor del año 300) que proclama a Jesús como el fuego nuevo.
b) Liturgia de la Palabra:
Después de la Celebración del fuego nuevo, se sigue con la lectura de la Palabra de Dios. Se acostumbra leer siete
lecturas, empezando con la Creación hasta llegar a la Resurrección.
Una las lecturas más importantes es la del libro del Éxodo, en la que se relata el paso por el Mar Rojo, cómo Dios salvó a los israelitas
de las tropas egipcias que los perseguían. Se recuerda que esta noche Dios nos salva por Jesús.
c) Liturgia Bautismal:
Suelen haber bautizos este día, pero aunque no los haya, se bendice la Pila bautismal o un recipiente que la represente y se
recita la Letanía de los Santos. Esta letanía nos recuerda la comunión de intercesión que existe entre toda la familia de Dios. Las
letanías nos permiten unirnos a la oración de toda la Iglesia en la tierra y la Iglesia triunfante, de los ángeles y santos del Cielo.
El agua bendita es el símbolo que nos recuerda nuestro Bautismo. Es un símbolo que nos recuerda que con el agua del bautismo
pasamos a formar parte de la familia de Dios.
A todos los que ya estamos bautizados, esta liturgia nos invita a renovar nuestras promesas y compromisos bautismales: renunciar a
Satanás, a sus seducciones y a sus obras. También, de confirmar nuestra entrega a Jesucristo.
Sugerencias para vivir la fiesta
Hay quienes acostumbran este día encender sus velas del bautismo y llevar un cirio pascual a la iglesia o agua bendita, para tener en
sus hogares.
Domingo de Resurrección
La Resurrección es fuente de profunda alegría
Importancia de la fiesta
El Domingo de Resurrección o de Pascua es la fiesta más importante para todos los católicos, ya que con la Resurrección de Jesús es
cuando adquiere sentido toda nuestra religión.
Cristo triunfó sobre la muerte y con esto nos abrió las puertas del Cielo. En la Misa dominical recordamos de una manera especial esta
gran alegría. Se enciende el Cirio Pascual que representa la luz de Cristo resucitado y que permanecerá prendido hasta el día de la
Ascensión, cuando Jesús sube al Cielo.
La Resurrección de Jesús es un hecho histórico, cuyas pruebas entre otras, son el sepulcro vacío y las numerosas apariciones de
Jesucristo a sus apóstoles.
Cuando celebramos la Resurrección de Cristo, estamos celebrando también nuestra propia liberación. Celebramos la derrota del
pecado y de la muerte.
En la resurrección encontramos la clave de la esperanza cristiana: si Jesús está vivo y está junto a nosotros, ¿qué podemos temer?,
¿qué nos puede preocupar?
Cualquier sufrimiento adquiere sentido con la Resurrección, pues podemos estar seguros de que, después de una corta vida en la
tierra, si hemos sido fieles, llegaremos a una vida nueva y eterna, en la que gozaremos de Dios para siempre.
San Pablo nos dice: “Si Cristo no hubiera resucitado, vana seria nuestra fe” (I Corintios 15,14)
Si Jesús no hubiera resucitado, sus palabras hubieran quedado en el aire, sus promesas hubieran quedado sin cumplirse y
dudaríamos que fuera realmente Dios.
Pero, como Jesús sí resucitó, entonces sabemos que venció a la muerte y al pecado; sabemos que Jesús es Dios, sabemos que
nosotros resucitaremos también, sabemos que ganó para nosotros la vida eterna y de esta manera, toda nuestra vida adquiere
sentido.
La Resurrección es fuente de profunda alegría. A partir de ella, los cristianos no podemos vivir más con caras tristes. Debemos tener
cara de resucitados, demostrar al mundo nuestra alegría porque Jesús ha vencido a la muerte.
La Resurrección es una luz para los hombres y cada cristiano debe irradiar esa misma luz a todos los hombres haciéndolos partícipes
de la alegría de la Resurrección por medio de sus palabras, su testimonio y su trabajo apostólico.
Debemos estar verdaderamente alegres por la Resurrección de Jesucristo, nuestro Señor. En este tiempo de Pascua que comienza,
debemos aprovechar todas las gracias que Dios nos da para crecer en nuestra fe y ser mejores cristianos. Vivamos con profundidad
este tiempo.
Con el Domingo de Resurrección comienza un Tiempo pascual, en el que recordamos el tiempo que Jesús permaneció con los
apóstoles antes de subir a los cielos, durante la fiesta de la Ascensión.
¿Cómo se celebra el Domingo de Pascua?
Se celebra con una Misa solemne en la cual se enciende el cirio pascual, que simboliza a Cristo resucitado, luz de todas las gentes.
En algunos lugares, muy de mañana, se lleva a cabo una procesión que se llama “del encuentro”. En ésta, un grupo de personas
llevan la imagen de la Virgen y se encuentran con otro grupo de personas que llevan la imagen de Jesús resucitado, como símbolo de
la alegría de ver vivo al Señor.
En algunos países, se acostumbra celebrar la alegría de la Resurrección escondiendo dulces en los jardines para que los niños
pequeños los encuentren, con base en la leyenda del “conejo de pascua”.
La costumbre más extendida alrededor del mundo, para celebrar la Pascua, es la regalar huevos de dulce o chocolate a los niños y a
los amigos.
A veces, ambas tradiciones se combinan y así, el buscar los huevitos escondidos simboliza la búsqueda de todo cristiano de Cristo
resucitado.
La tradición de los “huevos de Pascua”
El origen de esta costumbre viene de los antiguos egipcios, quienes acostumbraban regalarse en ocasiones especiales, huevos
decorados por ellos mismos. Los decoraban con pinturas que sacaban de las plantas y el mejor regalo era el huevo que estuviera
mejor pintado. Ellos los ponían como adornos en sus casas.
Cuando Jesús se fue al cielo después de resucitar, los primeros cristianos fijaron una época del año, la Cuaresma, cuarenta días antes
de la fiesta de Pascua, en la que todos los cristianos debían hacer sacrificios para limpiar su alma. Uno de estos sacrificios era no
comer huevo durante la Cuaresma. Entonces, el día de Pascua, salían de sus casas con canastas de huevos para regalar a los demás
cristianos. Todos se ponían muy contentos, pues con los huevos recordaban que estaban festejando la Pascua, la Resurrección de
Jesús.
Uno de estos primeros cristianos, se acordó un día de Pascua, de lo que hacían los egipcios y se le ocurrió pintar los huevos que iba a
regalar. A los demás cristianos les encantó la idea y la imitaron. Desde entonces, se regalan huevos de colores en Pascua para
recordar que Jesús resucitó.
Poco a poco, otros cristianos tuvieron nuevas ideas, como hacer huevos de chocolate y de dulce para regalar en Pascua. Son esos los
que regalamos hoy en día.
Leyenda del “conejo de Pascua”
Su origen se remonta a las fiestas anglosajonas pre-cristianas, cuando el conejo era el símbolo de la fertilidad asociado a la diosa
Eastre, a quien se le dedicaba el mes de abril. Progresivamente, se fue incluyendo esta imagen a la Semana Santa y, a partir del siglo
XIX, se empezaron a fabricar los muñecos de chocolate y azúcar en Alemania, esto dio orígen también a una curiosa leyenda que
cuenta que, cuando metieron a Jesús al sepulcro que les había dado José de Arimatea, dentro de la cueva había un conejo escondido,
que muy asustado veía cómo toda la gente entraba, lloraba y estaba triste porque Jesús había muerto.
El conejo se quedó ahí viendo el cuerpo de Jesús cuando pusieron la piedra que cerraba la entrada y lo veía y lo veía preguntándose
quien sería ese Señor a quien querían tanto todas las personas.
Así pasó mucho rato, viéndolo; pasó todo un día y toda una noche, cuando de pronto, el conejo vio algo sorprendente:
Jesús se levantó y dobló las sábanas con las que lo habían envuelto. Un ángel quitó la piedra que tapaba la entrada y
Jesús salió de la cueva
¡más vivo que nunca!
El conejo comprendió que Jesús era el Hijo de Dios y decidió que tenía que avisar al mundo y a todas las personas que
lloraban, que ya no tenían que estar tristes porque Jesús había resucitado.
Como los conejos no pueden hablar, se le ocurrió que si les llevaba un huevo pintado, ellos entenderían el mensaje de
vida y alegría y así lo hizo.
Desde entonces, cuenta la leyenda, el conejo sale cada Domingo de Pascua a dejar huevos de colores en todas las
casas para recordarle al mundo que Jesús resucitó y hay que vivir alegres.
Seis preguntas clave para entender la Semana Santa
No todos conocen cada detalle sobre este tiempo, como por qué se celebra o de qué se compone exactamente
La Semana Santa es uno de los momentos más importantes para los católicos. Sin embargo, no todos conocen cada
detalle sobre este tiempo, como por qué se celebra o de qué se compone exactamente. Recogemos las 6 preguntas
básicas para entender la Semana Santa.
¿Qué es la Semana Santa?
La Semana Santa es el periodo en el que se prepara y conmemora la Pasión y Muerte de Jesucristo.
Comienza con su entrada en Jerusalén y termina con su crucifixión.
¿Cómo celebran los católicos la Semana Santa?
Hay cuatro ceremonias importantes durante la Semana Santa.
El domingo de Ramos recuerda la llegada de Jesús a Jerusalén. Los católicos ese día organizan
procesiones con ramas de olivo y palmas bendecidas.
El Jueves Santo se conmemora la traición de Judas y la Última Cena, donde Jesús instituyó la
Eucaristía. Por la mañana, los obispos se reúnen con los sacerdotes de sus diócesis y bendicen los
santos óleos. El lavatorio de los pies tiene lugar más tarde ese día durante la Misa de la Última
Cena.
El Viernes Santo es el día más triste del año para los católicos. Rememora la agonía y el
sufrimiento del prendimiento, el juicio y la muerte de Jesús. Ese día no hay Misa. Jesús ha
muerto.
Al anochecer del sábado Santo tiene lugar la principal celebración cristiana del año: la Vigilia
Pascual. Se conmemora la Resurrección de Jesús.
¿Por qué adornan las iglesias de esa manera?
Durante el Viernes y el Sábado Santo, las iglesias están adornadas de manera distinta que el resto
del año. Muchas de ellas, utilizan el negro o el morado para la decoración. En Italia, cubren los
crucifijos una semana antes de que comience la Semana Santa y durante el Viernes y el Sábado
Santo, no hay Eucaristía ni Agua bendita.
¿Desde cuándo celebran los católicos la Semana Santa?
La Semana Santa se celebra desde los comienzos de la Iglesia. Hay documentos que datan que ya
en el siglo IV, cristianos en Egipto, Palestina, y la actual Turquía y Armenia, conmemoraban la
Pasión de Cristo. Es probable que estas celebraciones se llevaran a cabo durante algunos años
antes. A Europa esta costumbre llegó en el siglo V.
¿Cuándo se celebra la Semana Santa?
La Semana Santa es la última semana de Cuaresma. Comienza con el Domingo de Ramos y termina
el Sábado Santo. Este año 2016, la Semana Santa dura desde el 20 de marzo hasta el 26 de marzo.
Cada año se celebra en una fecha distinta, se fija el domingo siguiente de la primera luna llena de la
primavera.
¿Cuándo ocurrió verdaderamente la Semana Santa?
Se calcula que la Resurrección de Jesús se produjo el Domingo 9 de abril. De manera que el Jueves
Santo tuvo lugar el 6 de abril.
DOMINGO DE RAMOS
• Es
una oportunidad para proclamar a Jesús como el rey y centro de
nuestras vidas. Debemos parecernos a esa gente de Jerusalén que se
entusiasmó por seguir a Cristo. Decir “que viva mi Cristo, que viva
mi rey...” Es un día en el que le podemos decir a Cristo que nosotros
también queremos seguirlo, aunque tengamos que sufrir o morir por
Él. Que queremos que sea el rey de nuestra vida, de nuestra familia,
de nuestra patria y del mundo entero. Queremos que sea nuestro
amigo en todos los momentos de nuestra vida.
• La
Misa se inicia con la procesión de las palmas. Nosotros recibimos las
palmas y decimos o cantamos “Bendito el que viene en el nombre del
Señor”.
• Luego
se comienza la Misa. Se lee el Evangelio de la Pasión de Cristo.
• Al
terminar la Misa, nos llevamos las palmas benditas a nuestro hogar. Se
acostumbra colocarlas detrás de las puertas en forma de cruz.
• Esto
nos debe recordar que Jesús es nuestro rey y que debemos siempre darle
la bienvenida en nuestro hogar.
ACTITUDES QUE DEBES
TENER EN ESTA CUARESMA.
ESCUCHA.
ESCUCHA LA PALABRA
“PONLA EN
PRÁCTICA”
Perdonar. El perdón, entre
otras cosas, aligera peso a la
conciencia y hace más feliz la
vida.
LEVÁNTATE.
“Decídete a
cambiar.”
La Cuaresma es un tiempo de renovación
para la comunidad:
Todos los domingos te esperamos para
celebrar juntos la EUCARISTÍA.
El cambio que queremos es pasar
del "hombre viejo“
al
.
"hombre nuevo"
"Hombre viejo" es el que vive a
espaldas de Cristo y del Evangelio.
"Hombre nuevo" es el que sigue a
Jesús y vive según el Evangelio.
El modelo del
cambio está en el
Evangelio, la
Palabra de Dios.
Cuaresma es un
tiempo favorable
para el anuncio y
la escucha de la
Palabra.
Hablar menos
y rezar más,
puede ser un
modo práctico
de VIVIR LA
CUARESMA.
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