Subido por Rubén Moreno

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TEMA 1 BLOQUE 4
TEMA 1 : España en la órbita política y cultural de Francia
1.
2.
3.
Introducción
La guerra de sucesión y el sistema de Utrecht.
La Ilustración
1. Introducción.
Tras la muerte sin descendencia de Carlos II, el último monarca de la casa de Austria o Habsurgo, accedió al trono
español Felipe de Anjou y con él se inició la dinastía de los Borbones, que se ha mantenido hasta la actualidad.
El periodo comprendido entre 1700 y 1788 que coincide con el reinado de los tres primeros Borbones o cuatro, si
tenemos en cuenta el breve reinado de Luis I.
1. Felipe V (1700-1746). Con él comenzaron las grandes reformas políticas y culturales del siglo en España. Fue una
etapa de guerras casi continuas, empezando por la Guerra de Sucesión de comienzos del reinado. Abdicó en favor
de su hijo, Luis I, que murió de viruela unos meses después, por lo que volvió a ocupar el trono, en esta segunda
ocasión hasta su muerte.
2. Fernando VI (1746-1759). Era hijo de Felipe V y de su primera esposa. Su reinado fue un paréntesis de paz bien
aprovechado para restauras la potencia naval española y emprender la construcción de importantes obras
públicas. En el plano cultural, dio un gran impulso al desarrollo de la ilustración en España.
3. Carlos III (1759-1788). Era hijo también de Felipe V, pero de su segunda esposa; por tanto, hermanastro de
Fernando VI, que había muerto sin descendencia. Había sido rey Nápoles y Sicilia, pero tuvo que renunciar a ese
título para ocupar el trono español, ya que existía el compromiso de no incorporar los territorios italianos a la
Corona española. Por tanto, a su llegada a España contaba con una larga experiencia como rey. Se le considera
uno de los más representativos monarcas ilustrados de Europa, ya que se rodeó de valiosos colaboradores, como
Aranda, Floridablanca, Campomanes.
A pesar de que cada reinado tuvo características propias, todo el periodo presenta una relativa continuidad en sus
principales procesos históricos.
2. La Guerra de Sucesión y el sistema de Utrecht.
Guerra de Sucesión
En 1700 murió sin descendencia Carlos II, último rey de la dinastía de los Habsburgo. Los dos candidatos con más
derechos al trono eran el archiduque Carlos de Austria, de la rama austriaca de los Habsburgo, y Felipe de Anjou, de
la casa de Borbón. Carlos II había nombrado como heredero a este último ya que era nieto de Luis XIV de Francia, el
monarca más poderoso de Europa en ese momento y, por tanto, el mejor aliado posible para garantizar la integridad
territorial de la debilitada monarquía hispánica.
En un principio, Felipe V fue aceptado sin oposición tanto en España como en Europa, salvo por parte del emperador
de Austria, que no había reconocido el testamento de Carlos II y había iniciado las hostilidades en Italia.
Pero pronto las potencias europeas se alarmaron ante la posibilidad de que se formara un poderoso bloque
francoespañol. Esto podría conducir en un futuro a la unión de Francia y España bajo una misma Corona, cuya
hegemonía sería indiscutible.
En consecuencia, Inglaterra y Holanda decidieron apoyar a Austria en su lucha por instalar al pretendiente austriaco
en el trono español, lo que desencadenó la Guerra de Sucesión española, el primer conflicto armado del siglo XVIII en
Europa. Posteriormente se unieron a la alianza Portugal y el ducado de Saboya.
La Guerra de Sucesión fue al mismo tiempo una contienda europea y una guerra civil española :
1. Como guerra europea se enfrentaron el bando francoespañol y la Gran Alianza antiborbónica (Austria, Inglaterra,
Holanda, Portugal y Saboya)
2. Como guerra civil española, la Corona de Aragón se inclinó por el archiduque Carlos de Austria, mientras que la
Corona de Castilla apoyó a Felipe V.
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En 1711 la contienda entró en una nueva fase a raíz de la elección del archiduque Carlos de Austriacomo
emperador de Alemania. Este cambio de situación planteaba una nueva amenaza para Europa en el caso de que
Carlos se le proclamara también rey de España, ya que se formaría un gran bloque hispanoalemán. Ante esta
posibilidad , Inglaterra presionó para finalizar la guerra y se iniciaron unas largas negociaciones que condujeron
finalmente a la Paz de Utrecht de 1713.
No obstante, Austria quedó fuera de esta paz, ya que no renunciaba al trono español, y la guerra continuó en Cataluña
hasta el 11 de septiembre de 1714 , día en que las tropas borbónicas tomaron Barcelona tras un largo asedio.
Finalizada ya la contienda, todavía se mantuvo como último reducto austracista, durante casi un año más, el reino de
Mallorca, que capituló en 1715.
La Paz de Utrecht (1713)
Se denomina Paz de Utrecht a una serie de tratados bilaterales entre los contendientes de la Guerra de Sucesión. El
primero y fundamentalmente fue el tratado de paz y amistad francobritánica firmado en dicha ciudad holandesa en el
año 1713.
Inglaterra fue la gran vencedora del conflicto, y obtuvo todo tipo de ventajas:
a. Militares, como la demolición de la base naval francesa de Dunquerke.
b. Mercantiles, como el asiento de negros (monopolio para introducir esclavos negros en la América española) y el
navío de permiso (autorización para enviar a América un navío al año con 500 toneladas de mercancías para su
venta).
c. Territoriales, como la obtención de Gibraltar y Menorca y Terranova, cedida por Francia.
España, fue la gran perdedora, ya que, a cambio del reconocimiento de Felipe V, como rey, tuvo que ceder todos sus
territorios europeos: a Saboya se le adjudicó Sicilia, y el emperador Carlos de Austria, los Países Bajos, el ducado
de Milán, Nápoles y Cerdeña.
El nuevo equilibrio europeo.
Consecuencia de dicha paz aparece un nuevo equilibro europea, basado en el equilibrio entre tres grandes
potencias rivales : Francia, Austria e Inglaterra.
El nuevo sistema se basaba en la rivalidad latente entre los Estados, que se aliaban formando bloques opuestos , pero
de igual poder, lo que garantizaba la paz mediante un intestable equilibrio entre ellos.
En este nuevo orden europeo España, que había sido la gran potencia hegemónica desde el siglo XVI hasta el final de
la Guerra de los Treinta Años en 1648, quedó relegada a potencia de segundo rango, como aliada de Francia, y rival
de Inglaterra y Austria.
Política exterior y los Pactos de Familia
En cuanto a la política exterior y los Pactos de Familia, desde el final de la Guerra de Sucesión hasta 1730
aproximadamente, la política exterior de Felipe V se orientó a la recuperación de las antiguas posesiones españolas
en Italia, lo que suponía una revisión del sistema territorial de Utrecht.
A esa política contribuyó la presión de Isabel Farnesio, su segunda esposa, que aspiraba a que sus hijos ocuparan
tronos italianos.
Lo que no pudo obtener España en solitario, lo consiguió mediante los Pactos de Familia con Francia. Eran tratados
de ayuda y defensa mutua, y durante el reinado de Felipe V se concertaron dos:
1. El Primer Pacto de Familia (1733) involucró a España en la Guerra de Sucesión de Polonia, del lado de Francia y
en lucha contra Austria. Su escenario de actuación fue Italia, donde se obtiene por fin el reino de Nápoles y Sicilia
para uno de los hijos de Isabel Farnesio, don Carlos, que renunciaría a este reino para ocupar el trono de España
como Carlos III.
2. El Segundo Pacto de Familia (1743) llevó a España en esta ocasión a participar en la Guerra de Sucesión de
Austria, que proporcionó el ducado de Parma a otro de los hijos de Isabel.
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Fernando VI
Aunque Fernando VI ascendió al trono en plena Guerra de Sucesión de Austria, su reinado fue un paréntesis de paz,
fruto de su política de neutralidad en los conflictos europeos.
Fueron años de negociaciones con Inglaterra, Portugal y la Santa Sede, con el objeto de resolver contenciosos y
asuntos pendientes. El resultado más satisfactorio de esas gestiones fue la firma del Concordato de 1753.
Carlos III
Carlos III retornó a la política de intervención militar en los conflictos europeos, una vez más del lado de Francia.
Por el Tercer Pacto de Familia (1761), España se vio envuelta en la Guerra de los Siete Años y tuvo que ceder La
Florida a Inglaterra, aunque en compensación recibió de Francia La Luisiana.
España apoyó a los insurrectos en la Guerra de Independencia de Estados Unidos, que supuso la recuperación de
Menorca y La Florida.
3. La Ilustración.
La Ilustración fue el fenómeno cultural e intelectual de mayor transcendencia en la Europa del siglo XVIII, también
conocido como Siglo de las Luces. Su origen y mayor desarrollo estuvieron en Francia, aunque sus fuentes procedían
también de otros países, en especial de Inglaterra, y de épocas anteriores.
El pensamiento ilustrado partía de los logros de la revolución científica del siglo XVII, que llevaron a la conclusión de
que la naturaleza se regía por leyes comprensibles para la razón humana y que podían ser formuladas científicamente.
La Ilustración se basó, por tanto, en el culto a la razón.
En consecuencia, la sociedad se debía organizar racionalmente, rechazando muchas de las viejas creencias y prácticas
sociales tradicionales. Así las dos grandes consignas de este siglo XVIII, expansivo y optimista, fueron el progreso y la
felicidad popular.
Los límites de la critica ilustrada del Antiguo Régimen
El pensamiento ilustrado fue un fenómeno minoritario, que se redujo a algunos círculos intelectuales de la nobleza y
del clero, y a algunos plebeyos cultos. No obstante, contó con el apoyo de la monarquía, que coincidía con ellos en el
deseo de modernización y progreso del país.
Siendo gran parte de sus promotores miembros de los estamentos privilegiados, su crítica no podía perseguir la
liquidación del Antiguo Régimen, sino solo las reformas necesarias para racionalizarlo sin destruir sus bases
fundamentales. En Este sentido, no se cuestionaba la monarquía absoluta y solo se pretendía que el rey actuara según
los dictados de la razón y en beneficio del reino. Tampoco se planteaba acabar con la sociedad estamento ni los
privilegios de la nobleza y el clero, sino que estos desempeñaran un papel activo como clase dirigente al servicio del
reino para ser merecedores de tales privilegios.
Despotismo
En relación con el propósito de racionalizar el Antiguo Régimen sin destruirlo, se impuso en la Europa del siglo XVIII,
como ideal político, el despotismo ilustrado, que se basaba en dos principios fundamentales:
a. El poder absoluto de la monarquía.
b. El ideal del rey filósofo. Solo un rey filósofo, asistido por las minorías ilustradas del país, sabía lo que convenía a
sus súbditos. La filosofía que inspiraba el despotismo ilustrado quedaba resumida en la frase : ‘’Todo para el
pueblo, pero sin el pueblo’’.
Uno de los mejores representantes del despotismo ilustrado en Europa fue Carlos III.
Carlos III se rodeó de ministros y consejeros reformistas, como el conde de Aranda, el conde de Floridablanca y,
sobre todo, Campomanes. Empezó por la reforma de Madrid, una de las capitales más sucias y pobres de Europa: se
empredaron sus calles, se instalaron farolas de aceite para su alumbrado, se construyeron paseos monumentales, se
reguló el sistema de evacuación de residuos. No es extraño, por tanto, que se le haya considerado el mejor alcalde de
Madrid.
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Asimismo, potenció una política económica. También emprendió reformas en la educación, la administración de
justicia y el ejército.
Novatores, proyectictas e ilustrados
La Ilustración llegó a España con cierto retraso respecto a Europa. El Espíritu de cambio se canalizaba esencialmente a
través de dos grupos minoritarios:
a. Los novatores, término despectivo empleado contra queines, aspiraban a una cierta renovación en el panorama
intelectual.
b. Los proyectistas, nueva denominación que se aplicaba a quienes pretendían ofrecer remedios a los problemas del
país.
Destacaron dos figuras, Feijoo y Gregorio Mayans. El pleno desarrollo de la Ilustración se produjo con Carlos III.
Durante su reinado tuvieron un gran protagonismo, además de los ministros ya citados, grandes intelectuales de la talla
de Jovellanos u Olavide.
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