Subido por Guillermo Beroes

La ciencia de Legitimidad del Derecho Penal

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La ciencia del Derecho Penal consiste en un conjunto sistemático de conocimientos
obtenidos del ordenamiento positivo, referente al delito, al delincuente, a las penas y a
las medidas de seguridad.
La ciencia del Derecho penal es el conjunto sistemático de
conocimientos extraídos del ordenamiento jurídico positivo,
referentes al delito, al delincuente y a las penas y medidas de
seguridad. Por lo tanto, su objeto lo constituye
el Derecho penal y de ahí que se le designe también con
el nombre de Dogmática jurídico-penal.
EL DERECHO PENAL COMO CIENCIA.
La ciencia del derecho penal es el conjunto
sistemático de principios relativos al delito, a la
pena y a las medidas de seguridad. Se trata de
una sistematización cuyo objeto lo constituyen las
normas que definen los actos seriamente
trastornadores del orden social y las medidas
adecuadas para su prevención y represión.
La Ciencia Del Derecho Penal es el conjunto de conocimientos obtenidos mediante la
observación y el razonamiento del delito, del delincuente, y de la reacción social que ambos
provocan, conocimientos de los que, sistemáticamente estructurados, se deducen principios y
leyes generales.
El Delito es una conducta humana sobre la que recae una sanción de carácter criminal. El
Delincuente es una persona natural que reúne las condiciones necesarias para responder ante
el poder público. La Reacción Social es el movimiento de la sociedad afectada por el delito que
se traduce en una sanción.
DERECHO PENAL:
Jiménez de Asúa define el Derecho Penal, como un “conjunto de normas y disposiciones
jurídicas que regulan el ejercicio del poder sancionador y preventivo del Estado, estableciendo
el concepto del delito como presupuesto de la acción estatal, así como la responsabilidad del
sujeto activo, y asociando a la infracción de la norma una pena finalista o una medida
aseguradora”
Fontán Balestra dice que “es la rama del ordenamiento jurídico que contiene las normas
impuestas bajo amenaza de sanción”. Se advierte que en esta definición se contemplan los dos
principales aspectos del Derecho Penal: la determinación de los hechos delictivos y su
sancionabilidad.
DEFINICIONES SUBJETIVAS Y OBJETIVAS
Las subjetivas centran la definición en el ius puniendi (poder de castigo) del Estado. Mencionan
el contenido substancial, o sea, valores e intereses que las normas tutelan. Así, el Derecho
Penal es el derecho de castigar que tiene el Estado como facultad pública de definir delitos y
fijar sanciones que le son aplicables. O, el Derecho penal es la “la rama del Derecho que regula
la potestad pública de castigar y aplicar medidas de seguridad a los autores de infracciones
punibles” (R. C. Núñez).
Las definiciones subjetivas de Derecho Penal adolecen del defecto que circunscribe la
disciplina a la facultad de castigar a los autores de infracciones punibles; pero omite la
expresión de que el Derecho Penal debe señalar, en primer término, cuáles son las infracciones
punibles.
Las definiciones objetivas se refieren al conjunto de normas que promulga el Estado para
combatir el delito. Tenemos: el Derecho Penal es el conjunto de reglas jurídicas establecidas
por el Estado, que asocian al crimen como hecho, la pena como legítima consecuencia (Franz
Von Liszt).
DENOMINACIONES Las denominaciones que recibió el Derecho Penal fueron:
-
-
-
Derecho Criminal, para denotar que el interés principal es el autor del delito
Derecho Represivo o Sancionador, para relievar el carácter punitivo de este Derecho.
Derecho de Prevención, para denotar que este Derecho tiene normas jurídicas de
conducta prohibidas.
Derecho Protector De La Sociedad, para designar que el delito constituye una afrenta a
la sociedad y que este Derecho lo protege.
Derecho De Lucha Contra El Crimen, para nombrar que es en base a este Derecho que
se sanciona el delito.
Derecho Protector De Criminales, Pedro Dorado Montero lo llama así para significar
que este Derecho es una valla contra la venganza privada o pública de la sociedad.
Derecho De La Defensa Social, nombre que se le dio por utilizar junto a la Pena otras
medidas para defender la sociedad, esta denominación tiene origen en la Escuela
Positivista.
Antropología Criminal, llamado así por los positivistas porque dan una mayor
importancia a la sociedad como medio, en relación al delito.
Derecho del Código Social. En Centro y Suramérica se le llamó Derecho del Código
Social, bajo influencia de la Escuela Positiva.
Derecho Penal, utilizado—por primera vez—en 1756 por Regnerus Engelhard para
resaltar su carácter punitivo. Unos dicen que la denominación de Derecho Penal es
muy angosta, no abarca las Medidas de Seguridad.
Derecho Criminal. Para otros Derecho Criminal es muy amplio. En los países
anglosajones se impuso esta última (Criminal Law). En Hispanoamérica se impone la
denominación de Derecho Penal.
CARACTERES
El Derecho Penal es:
-
Publico. Sólo el Estado puede sancionar con una pena de carácter criminal.
Único y Exclusivo. Nadie puede hacer justicia por sus propias manos.
Regulador de las relaciones del individuo con el Estado. Sólo este puede calificar una
conducta como delito.
Normativo. Porque trata de adecuar la conducta del individuo a los fines del Estado.
Uno de esos fines es atenuar la criminalidad.
Valorativo. Porque la conducta cae dentro de un valor o un antivalor (lo antijurídico),
estos valores cambian según el tiempo y el espacio geográfico.
Finalista. Porque el fin del Derecho Penal es prevenir la ilicitud. Se confunde con el
derecho de castigar del Estado, de ahí que la sanción pueda ser: retributiva, expiatoria
o de enmienda.
NATURALEZA
Existen dos corrientes: para unos el Derecho Penal es sancionadora y para otros es
constitutiva.
ROCCO y CARRARA parten de la unidad entre la norma y la ley, dicen que la naturaleza del
Derecho Penal es constitutiva porque protege bienes jurídicos propios que no están definidos
en otros sectores del Derecho por ejemplo el derecho a la vida se protege desde antes del
nacimiento (se castiga el aborto), después del nacimiento (el infanticidio), durante la vida
(homicidio). Es el único sector del Derecho que crea un bien y lo protege, aunque es cierto que
el Derecho Civil, protege al concebido, pero solamente lo hace con relación a derechos
espectaticios.
GRISPIGNNI y von LISZT y sus seguidores parten de la base ontológica de la división entre la
norma y la ley; y dicen que el Derecho Penal es sancionadora porque: El Derecho Penal no crea
normas jurídicas ni crea bienes propios dignos de tutela, sólo se limita a garantizar bienes
jurídicos que ya están definidos, por ejemplo la propiedad en el Derecho Civil, las libertades en
el Derecho Constitucional.
Modernamente prima esta última corriente ya que el Derecho Penal en la actualidad sólo
dispone de sanciones.
ELEMENTOS Y MÉTODO
Para la Escuela Clásica los elementos del Derecho Penal son el delito y la pena.
Para los Positivistas son el delincuente, el delito y la pena, en ese orden.
Actualmente se aceptan los tres, pero el estudio del delincuente es puramente jurídico,
evitando caer en exageraciones positivistas.
El método del Derecho Penal es el técnico jurídico, que en su aplicación ha de tener tres fases
en correcto equilibrio:
-
De la Interpretación, el científico recolecta datos para obtener el sentido de la norma
jurídica positiva por la captación del fin que persigue.
En la fase Dogmática se elabora un sistema coordinado de principios extraídos del
Ordenamiento Jurídico.
-
Fase de la Crítica, es la proposición de reformas (Crítica Jurídica) y la incorporación de
nuevas instituciones (Política Criminal). Las dos primeras permiten conocer como es el
Derecho positivo, la última permite determinar cómo debe ser.
ERECHO PENAL
Te explicamos qué es el derecho penal y cuáles son sus tres
aspectos. Además, sus características generales y por qué es
proporcional.
El Derecho penal impone sanciones para mantener el orden
social.
¿Qué es el Derecho Penal?
El Derecho Penal es una rama del Derecho Público Interno. Puede
considerarse una disciplina científica ya que es un conjunto
sistemático de principios. Se refiere a: delitos, penas, medidas de
seguridad.
El objetivo es la creación del orden social y su conservación, a
través de la imposición de sanciones para evitar comportamientos
que se consideran peligrosos (delitos).
Un medio de control social se define como un conjunto de modelos y
símbolos culturales que son determinados y aplicados a través de un
conjunto de actos. El derecho penal es uno de los medios de
control con los que cuenta el Estado para superar las tensiones y
conflictos sociales.
A pesar de que el derecho penal pueda parecer un concepto
moderno, diversas sociedades y civilizaciones a lo largo de
la historia han tenido unas normas parecidas a las que establece el
derecho penal. La Ley del Talión (el ojo por ojo, diente por
diente) o el derecho romano son algunos ejemplos de la evolución
que ha sufrido el derecho penal a lo largo de la historia.
Ver además: Fuentes del Derecho.
Características del Derecho Penal:
1.Público
El derecho penal es un medio de control monopolizado por el
Estado.
La sanción no se impone respondiendo al interés de la persona
perjudicada por el delito, sino respondiendo al interés de la
colectividad. Por eso, la pena sólo puede ser impuesta por el
Estado, es decir que el derecho penal es un medio de control
monopolizado por el Estado. No se ocupa de la relación entre
individuos sino de la relación entre el Estado soberano y los
individuos.
2.Tiene tres aspectos

Objetivo. En tanto conjunto de normas jurídico-penales. Las mismas
establecen una responsabilidad civil derivada del delito. Por eso, la
aplicación del derecho penal presupone el crimen como hecho, cuya
legítima consecuencia es la pena o la medida de seguridad.

Subjetivo. En tanto Derecho del Estado de sancionar, “Ius Puniendo”. La
facultad del Estado de crear y aplicar sanciones a quienes infringen esas
normas jurídico-penales (Derecho Penal Objetivo). Esta facultad se ejerce
a través de la Criminalización Primaria (determinación de las conductas a
sancionar) y de la Criminalización Secundaria (aplicación de las penas).

Científico. En tanto doctrina, la Ciencia del Derecho Penal es la disciplina
que interpreta y estudia, de manera sistemática el Derecho Penal Objetivo
vigente.
3.Punitivo
El Derecho penal protege los ordenamientos jurídicos a través
de penas.
Los bienes jurídicos son creados por otros ordenamientos jurídicos
distintos del Derecho Penal, pero este último es el encargado
de proteger esos ordenamientos jurídicos a través de la
imposición de penas. Por eso se lo denomina accesorio y
secundario en relación a las ramas del derecho que crean los bienes
jurídicos.
4.Discontinuo
No prevé la intervención estatal en todas las situaciones, sino
que especifica cuáles son las conductas penadas (aquellas que
resultan más peligrosas para los bienes que protege). Por eso el
Derecho Penal se considera valorativo, porque al seleccionar las
conductas más peligrosas, les da una importancia a su carácter
dañino.
5.Regulador de conductas
El Derecho penal no se ocupa del ámbito del pensamiento,
más bien castiga los hechos.
Únicamente se ocupa de las acciones de las personas que
exceden su pensamiento, aquellas que se manifiestan en el exterior
de la persona. Es decir que Derecho Penal no se ocupa del ámbito
del pensamiento.
Lo que se castiga son actos o hechos consumados. Sólo cuando
se ha cometido una acción se puede penar y nunca se puede aplicar
el derecho penal a una persona por las ideas que tenga.
6.“Ultima Ratio”
El derecho penal funciona como la última instancia jurídica que
sanciona una conducta, es decir que su intervención se vuelve
necesaria para penalizar las conductas más peligrosas, ante las
cuales ninguna otra intervención del Estado es efectiva.
7.Cultural
El Derecho penal es modificado por el Estado a lo largo del
tiempo.
La concepción de qué es un delito depende de cada cultura, por eso
el Derecho Penal no sanciona las mismas acciones en todos los
países, e incluso es modificado a lo largo del tiempo en un mismo
Estado.
8.Normativo
Una norma determina las conductas permitidas y las prohibidas.
Al señalar las conductas que serán sancionadas, el Derecho Penal es
normativo ya que define aquello que está prohibido.
9.Finalista
Los castigos utilizados también poseen una función
preventiva.
Tiene un objetivo específico, un fin colectivo, puede ser mantener el
orden social, asegurar el bienestar de la comunidad, garantizar
la justicia, etc.
El objetivo principal del derecho penal es el de proteger a la sociedad
de comportamientos que puedan perjudicarla. Para ello se utilizan
castigos impuestos a cualquiera que infrinja las leyes. Además,
estos castigos también tienen una función preventiva, puesto que
aunque no pueden revocar las acciones ya cometidas, pueden servir
para la prevención de posibles infracciones futuras.
10.
Personalísimo
Castiga exclusivamente a las personas que cometieron la infracción,
es decir que la pena no puede extenderse a sus descendientes ni
a ninguna otra persona. Además, el responsable no puede ser
reemplazado por otro en el cumplimiento de la pena.
11.
Proporcionalidad
El Derecho penal aplica castigos que sean proporcionales al
delito cometido.
El derecho penal está basado en el principio de la proporcionalidad,
es decir, las sanciones o castigos aplicados deben ser
consecuentes con los delitos cometidos. Además, de manera
similar se aplica el principio de mínima intervención que dice que para
aplicar una pena, el delito o falta cometidos deben de ser graves y
siempre se debe aplicar la pena menos grave posible que se adecue
al delito.
Fuente: https://www.caracteristicas.co/derecho-penal/#ixzz6F4k769YQ
puntes de Derecho Penal – Parte
General (página 2)
Enviado por Oscar Cabrera Cabrera
Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6
Esto se logra a través de medidas que por un lado llevan a la separación
del delincuente peligroso por el tiempo necesario, a la par que se
reincorpora al medio social a aquellos que no lo son mediante el
tratamiento adecuado en cada caso para lograr esta finalidad.
Concretamente, el Derecho Penal es parte de la ciencia jurídica, y por
ello su finalidad es el estudio y la interpretación de
los principios contenidos en la Ley.
2. DEFINICION DE DERECHO PENAL
El Derecho Penal es la rama del derecho público interno relativa a
los delitos, a las penas y a las medidas de seguridad, que tiene
por objetivo inmediato la creación y la conservación del orden social.
El Derecho Penal es un medio de control social, y este último puede ser
comprendido como un conjunto de modelos culturales y
de símbolos sociales y también de actos, a través de los cuales dichos
símbolos y modelos son determinados y aplicados. Con ellos, se trata
de superar las tensiones sociales: generales, de grupo y/o de
individuos. Cualquiera que sea el sistema político-económico de
una sociedad, el Estado tratará de "desmontar los elementos
conflictivos potenciales y de aceitar la maquinaria de la circulación
social"
Como disciplina científica es el conjunto sistemático de principios
relativos al delito, a la pena y a las medidas de seguridad.
Bramont-Arias Torres, señala que: "El Derecho Penal es un medio
de control social que se caracteriza por imponer sanciones -penas o
medidas de seguridad- cuando, se han cometido acciones graves que
atenten contra los bienes jurídicos de mayor valor de la sociedad".
Siguiendo esta misma línea de pensamiento Mir Puig señala: "(ဦ) es
una forma de evitar los comportamientos que juzga especialmente
peligrosos -los delitos-. Se trata, pues, de una forma de control social lo
suficientemente importante para que, por una parte, haya sido
monopolizado por el Estado y, por otra parte, constituya una de las
parcelas fundamentales del poder estatal(ဦ)".
También se dice que es el "Conjunto de normas y disposiciones
jurídicas que regulan el ejercicio del poder sancionador y preventivo
del Estado, estableciendo el concepto de delito como presupuesto de
la acción estatal, así como la responsabilidad del sujeto activo, y
asociando a la infracción de la norma una pena finalista o una medida
aseguradora." (Luís Jiménez de Asúa )
"Rama del ordenamiento jurídico que contiene las normas impuestas
bajo amenaza de sanción." ( Fontán Balestra )
Su objetivo fundamental es mantener el orden social mediante
el respeto de los bienes jurídicos tutelados por la ley.
El Derecho Penal tiene tres aspectos:
Objetivo: El Derecho Penal es un conjunto de normas jurídicopenales (posición clásica). El presupuesto para su aplicación es el delito
y, su consecuencia es la pena o medida de seguridad. Además, se
establece una responsabilidad civil derivada del delito. Célebre es la
definición que dio Von Liszt, para quien el derecho penal es el
"conjunto de reglas jurídicas establecidas por el Estado, que asocian al
crimen como hecho y a la pena como legítima consecuencia".
Subjetivo: Es lo que se conoce como "Ius Puniendo" o Derecho del
Estado a castigar o sancionar. Es la facultad que tiene el Estado de
crear o aplicar determinadas sanciones a las personas que infringen el
Derecho Penal Objetivo, es decir las normas jurídico
penales. Fernández Carrasquilla señala que: el derecho penal
subjetivo no es otra cosa que una potestad derivada del imperio
o soberanía estatal y que dependiendo del momento en que se
desenvuelva puede tomar diversas formas, puede ser una potestad
represiva -momento legislativo-, una pretensión punitiva -momento
judicial-, o una facultad ejecutiva -momento ejecutivo o penitenciario-.
Científico, Ciencia del Derecho Penal o Dogmática Jurídico
Penal: La dogmática penal, expresa Roxin: "es la disciplina que se
ocupa de la interpretación, sistematización, elaboración y desarrollo de
las disposiciones legales y opiniones de la doctrina científica en el
campo del Derecho penal". Fernández Carrasquilla, a su vez, con
visión político criminal, considera que la "Dogmática Jurídico Penal" es
el estudio sistemático y lógico-político de las normas del derecho penal
positivo vigente y de los principios y valores en que descansan o que las
animan". Las dogmática jurídico penal, por su referencia al derecho
vigente y por sus métodos se diferencia de la historia del Derecho Penal
y del Derecho Penal comparado, pero también de la Política Criminal,
cuyo objeto no constituye el derecho penal como ES sino como
DEBERÍA SER en cuanto a una adecuada disposición para sus fines.
Por otro lado, se dice que actualmente se habla de
una estructura tridimensional del Derecho desde el punto de vista del
Derecho Penal, que gira entorno a la Criminología, Dogmática Penal y
la Política Criminal:
Hecho : Criminología
Estructura Tridimensional
Norma : Dogmática Penal
Valor : Política Criminal
La Criminología es actualmente una ciencia en continuo cambio, lo
cual, como podrá suponerse, ha incidido en la manera de conceptuarla,
el objeto de estudio, el método, y los postulados generales asignados; el
avance del pensamiento criminológico a pesar de ser una ciencia
relativamente nueva ha sido notorio. La palabra "criminología" tiene
raíces griegas y latinas que significan desde un punto de vista
etimológico la "teoría del crimen". Bustos Ramírezafirma que:
"Mientras el derecho penal se ocupa de la definición normativa de la
criminalidad como forma del poder del Estado, la criminología estudia
cómo surgen al interior del sistema esos procesos de definición. De esta
manera ambas disciplinas conforman una unidad normativa y
empírica.
Tradicionalmente mediante la criminología se intenta explicar el delito
como fenómeno individual y social
La Dogmática Penal es el estudio concreto de las normas penales, de
los tipos penales, de la Ley en sentido estricto. Se le debe desmenuzar y
entender de manera coherente. Es un método de investigación jurídico
que centra su estudio en las normas observándolas desde un punto de
vista abstracto, general, sistemático, crítico y axiológico; el estudio
consiste en determinar el verdadero sentido y genuino alcance de las
normas, correlacionarlas e integrarlas en totalidades coherentes de
progresiva generalidad, extraer los principios generales que rigen las
normas y los gruposracionales que de ellas se forman y desentrañar las
valoraciones políticas, constitucionales e internacionales en que esas
normas descansan o se inspiran. Tal como indica Fernando
Velásquez: "(ဦ) esta disciplina se ocupa del estudio de un
determinado derecho positivo y tiene por finalidad reproducir, aplicar
y sistematizar la normatividad jurídica, tratando de entenderla y
descifrarla, construyendo un sistema unitario y coherente; su objetivo,
pues, es integrar el derecho positivo sobre el cual opera con conceptos
jurídicos, fijando después los principios generales o dogmas que
señalan las líneas dominantes del conjunto. Desde este punto de vista,
la dogmática es ciencia, pues posee un objeto (el derecho positivo), un
método (el dogmático) y unos postulados generales o dogmas".
La Política Criminal es el conjunto de criterios, empleados o a
emplear por el Derecho Penal en el tratamiento de la criminalidad. Es
el fundamento de que por qué se castiga determinada conducta y por
qué no otras. Es decir, se ocupa de cómo configurar el derecho penal de
la forma más eficaz posible para que pueda cumplir con su tarea de
protección de la sociedad. Por ejemplo: Las excusas absolutorias (art.
208º del C.P.). El maestro BRAMONT ARIAS conceptúa la política
criminal como, la ciencia y el arte de los medios preventivos y
represivos de que el Estado dispone para luchar contra el delito. Como
ciencia la política criminal elabora principios; como arte, los aplica.
La Política Criminal surge teniendo como base los resultados de las
corrientes criminológicas.
3. RELACION DEL DERECHO PENAL CON OTRAS AREAS
DEL DERECHO
El derecho penal sé interrelaciona con otras ramas y disciplinas
auxiliares que como su nombre lo indica lo auxilian en la aplicación de
sus normas lo anterior es muy importante ya que sin la ayuda de ellas
no podría llevarse acabo el cumplimiento de el derecho penal.
La relación que guarda el Derecho Penal con otras ramas jurídicas así
como otras ciencias y disciplinas, es importante por que resultan
indispensables en un momento dado para resolver situaciones que se
presentan en el Derecho Penal.
3.1. CON OTRAS RAMAS DEL DERECHO.
Derecho Civil: Perteneciente al Derecho Privado, diversas figuras y
nociones del Derecho Civil van aparejadas al Derecho Penal, pues este
implica conocer nociones civiles, por Ej. Para entender el Robo,
Apropiación Ilícita, etc.; hay que conocer el que se entiende
por patrimonio; para entender el delito de Omisión de Asistencia
Familiar, atentado contra la patria potestad, y otros , es menester
recurrir a este derecho y comprender el matrimonio,alimentos, etc.
Derecho Comercial: Como rama del Derecho Privado tiene una
relación estrecha con el Derecho Penal, pues
en materia de sociedades comerciales y títulos valores, se presentan
diversas figuras típicas, como libramiento indebido, fraude en
la administración de personas jurídicas, etc.
Derecho Procesal: Rama del derecho que estudia las normas
adjetivas, que rigen el proceso penal como consecuencia inmediata de
la comisión del delito que es materia del derecho penal.
Derecho Constitucional: Cuyo objeto de estudio es la Constitución,
en la que establecen las bases a que debe sujetarse el derecho penal.
Derecho Administrativo: Diversos delitos acontecen en el Ámbito
administrativo; esta rama del Derecho Publico Prevé la organización de
diversos organismos que atañen al Derecho Penal.
Derecho Internacional: Existen delitos en materia Internacional
que son objeto de estudio de esta rama del Derecho. Como los
establecidos referentes a la aplicación espacial de la ley penal y otros,
También se habla de un Derecho Penal Internacional así como de un
Derecho Internacional Penal.
Derechos Humanos: Son los inherentes a la naturaleza humana sin
los cuales no se puede vivir como ser humano. En su aspecto positivo,
son los que reconoce la Constitución Política del Perú de 1993 Y los que
se recogen en los pactos, convenios y los tratados Internacionales
suscritos y ratificados por nuestro país.
3.2. CON OTRAS DISCIPLINAS AFINES AL DERECHO



Filosofía: En esta área del conocimiento humano, no jurídica,
existen fundamentos que dan luz al Derecho Penal, como la
valoración de determinados bienes jurídicos tutelados por el
Derecho Penal.
Sociología: El comportamiento criminal, el comportamiento y la
pena, tienen en su explicación un fundamento sociológico. Con base
en la sociología es posible entender y quizá prever el delito y ciertas
conductas que, sin llegar a ser delictivas, afectan seriamente a la
sociedad. El estudio del grupo social y su comportamiento es vital
para el Derecho Penal y ciencias afines.
Psicología: Mediante las aportaciones de la Psicología es posible
analizar el comportamiento humano para entender el porque del
delito. En materia Procesal, el estudio de la personalidad del
delincuente se basa en la Psicología. El estudio del carácter, del
temperamento y la personalidades esencial para comprender
al hombre en su manifestación externa de comportamiento. El



artículo 46 del Código Penal contempla la posibilidad de tener en
cuenta las circunstancias personales del sujeto, para aplicar la pena.
Psiquiatría: La aportación de esta ciencia en materia Penal es de
valor incalculable, pues ayuda al juez a resolver
los problemas derivados de la comisión de delitos por parte de
inimputables. Ocasionalmente, el privado de la libertad por una
sentencia pierde la razón, por lo que se requiere la intervención de
especialistas en esta área.
Medicina Forense: Esta rama de la medicina general coadyuva
en la investigación de determinados delitos, como
lesiones, aborto, infanticidio, homicidio y algunos sexuales
principalmente, con lo cual logra una adecuada y mas
justa administración de justicia, pues esclarece las dudas que se le
presentan al Derecho Penal.
Criminalistica: Al igual que la medicina forense, esta disciplina,
basada en conocimientos científicos, es de una ayuda invaluable en
la investigación del delito. Balística, dactiloscopia y retrato hablado
son algunos ejemplos de las aportaciones de esta disciplina.
El Catedrático español de Derecho Penal, José Cerezo Mir, en
su libro "Curso de Derecho Penal Español - Parte General", señala que:
"Con el término Criminalística, introducido por Hans Gross, se designa
un conjunto de conocimientos o técnicas tendentes al esclarecimientos
del delito, al descubrimiento del delincuente, a la aportación de
las pruebas y a impedir la comisión de delitos futuros (técnicas de
inspección del lugar del delito, para recoger huellas, conocer loso
instrumentos de comisión del delito, la psicología del testimonio, etc.).
Se discute su carácter de ciencia. En realidad aunque comprende un
conjunto de técnicas muy diversas, es una ciencia empírica, que
suministra datos interesantes a la Ciencia del Derecho Penal y a la
Criminología".

Criminología: Ciencia no jurídica, perteneciente al mundo del
"ser" y que estudia la conducta antisocial y el delito, así como el
autor de este, desde un punto de vista distinto del normativo, se
considera básica en el análisis del Derecho Penal, pues permite
examinar las causas del delito y la personalidad del delincuente.
4. CARACTERISTICAS DEL DERECHO PENAL
El Derecho penal, a diferencia de los otros medios de control social
formales se caracteriza por ser eminentemente sancionador y
fragmentario. Pues bien, abordemos cada de uno de ellos.
SANCIONADOR
Se dice que el Derecho Penal tiene carácter sancionador, secundario y
accesorio, por cuanto se afirma que el derecho penal no crea bienes
jurídicos, sino que sólo limita a imponer penas y por ello resulta
accesorio; puesto que a los bienes jurídicos -creados por otros
ordenamientos jurídicos-, el derecho penal, se encarga de protegerlos y
consecuentemente resulta secundaria su tarea.
Por otro lado se sostiene que el Derecho Penal tiene carácter
constitutivo, primario y autónomo, al estimarse que el derecho penal
contribuye en la creación de bienes jurídicos.
"Lo más correcto sería pues, afirmar que el derecho penal es
predominantemente sancionador y excepcionalmente constitutivo.
Pese a ello, cabe consignar que el derecho penal siempre es
sancionador en el sentido que no crea los bienes jurídicos, sino que les
agrega su tutela penal"
FRAGMENTARIO
"Significa que el Derecho penal no ha de sancionar todas las conductas
lesivas de los bienes que protege, sino sólo las modalidades de ataque
más peligrosas para ellos. Así, no todos los ataques a
la propiedad constituyen delito, sino sólo ciertas modalidades
especialmente peligrosas". Es por ello que, "la intervención punitiva
estatal no se realiza frente a toda situación, sino solo a hechos que la
ley penal ha determinado específicamente (carácter fragmentario) por
lo que la pena constituye un instrumento subsidiario"
ES PUBLICO
En razón que las sanciones que pregona sólo pueden ser impuestas por
el Estado. Además, la pena no se impone en interés de ofendido sino de
la colectividad y, por último, el objeto del derecho penal no es la
relación entre individuos, sino entre el Estado considerado como
soberano y los individuos.
ES REGULADOR DE CONDUCTAS HUMANAS.
Se trata de regular la actividad de los hombres en cuanto trasciendan al
exterior, es decir nadie es castigado por su pensamiento. La
incriminación de las ideas equivaldría a una radical invasión del campo
propio de la moral.
ES CULTURAL, NORMATIVO Y FINALISTA
La ciencia del derecho penal se ubica en la esfera del "deber ser", por la
concepción fundamentalmente cultural de su principal objeto de
estudio: el delito. Es normativo porque, son las normas las que señalan
lo permitido y lo prohibido. Es valorativo pues, hace una selección de
las conductas más peligrosas y dañinas para la sociedad. Es finalista
porque, se protegen los bienes jurídicos o intereses jurídicos con
referencia a la consecución de un fin colectivamente perseguido, fin
que puede ser el orden, el bienestar social, la paz con justicia, etc.
ES PERSONALÍSIMO
Es decir que el delincuente responde personalmente de las
consecuencias penales de su conducta. Esto significa:
Que la pena solamente puede cumplirse en aquél que personalmente
delinquió, no se transmite a otras personas.
Que está prohibido al delincuente obtener que otra persona cumpla por
él la pena que le fue impuesta.
Que con la muerte del delincuente concluye la posibilidad de sancionar
penalmente el hecho del que fuera responsable.
5. EVOLUCION DEL DERECHO PENAL.
(SINTESIS)
En las líneas posteriores se presentara un alcance sintético de
la evolución del derecho penal, que en todo caso, se sugiere al alumno
para una mayor comprensión minuciosa recurrir a la bibliografía sobre
la materia, que se establece en la parte pertinente del presente trabajo.
Cada sociedad, históricamente, ha creado, y crea, sus propias normas
penales, con rasgos y elementos característicos según el bien jurídico
que en cada caso se quiera proteger.
Tabú y venganza privada: en los tiempos primitivos no existía un
derecho penal estructurado, sino que había toda una serie de
prohibiciones basadas en conceptos mágicos y religiosos, cuya
violación traía consecuencias no sólo para el ofensor sino también para
todos los miembros de su familia, clan o tribu.
Cuando se responsabilizaba a alguien por la violación de una de estas
prohibiciones (tabú), el ofensor quedaba a merced de la víctima y sus
parientes, quienes lo castigaban causándole a él y su familia un mal
mayor. No existía relación alguna entre la ofensa y la magnitud del
castigo.
La Ley del Talión: las primeras limitaciones a la venganza como
método de castigo surgen con el Código de Hammurabi, La Ley de las
XII Tablas y la Ley Mosaica, que intentan establecer una primera
proporcionalidad entre el daño producido y el castigo. Este debe ser
igual a aquel. Es el famoso "ojo por ojo, diente por diente".
En los casos en que no existía daño físico, se buscaba una forma de
compensación física, de modo tal, por ejemplo, que al autor de un robo
se le cortaba la mano.
A esta misma época corresponde la aparición de la denominada
Composición, consistente en el reemplazo de la pena por el pago de
una suma dineraria, por medio de la cual la víctima renunciaba a la
venganza.
Legitimación del Derecho Penal
- marzo 24, 2012
Carlos Luís Sánchez Chacín
Derecho penal y su legitimidad:
Es mucho lo que se ha escrito en relación a está problemática, al punto que
se ha llegado a que grandes doctrinarios lleguen a promover la deslegitimación
del Derecho Penal como medio de control social. Bien sabemos que en un
determinado conglomerado social hacen vida una gran gama de individuos que
sincretizan cultura, creencias e ideologías que distan una de otras, además de
las notorias diferencias de estratos sociales, donde los poderosos oprimen a
los desventajados, aunado al llamado nuevo orden mundial que exige al mundo
ser uno solo sin fronteras que nos dividan, lo que permite la universalización de
conductas desviadas que más o menos coinciden. Ante esta situación, se
visualiza al Estado como el principal responsable de crear políticas dirigidas a
ejercer un control efectivo de los comportamientos desarrollados por los
individuos dentro de la sociedad, siendo el mecanismo de control más radical,
el derecho penal. A este particular, es conveniente citar al ilustre jurista Hernán
Hormazabal[1], cuando indica que: “…los hombres ante la inseguridad que
supone vivir aislados, deciden organizarse en sociedad y confiar al Estado la
conservación del nuevo orden creado. El Estado se erige como garante de las
condiciones de vida en común.”
Al encontrarnos frente a frente con la realidad Latinoamericana en
materia de Control Social, nos damos cuenta del gran risco existente entre la
necesidad de solución de conflictos que tiene la sociedad y la ofertada por el
Estado. En primae facie el derecho penal busca controlar socialmente las
conductas indeseadas por ser consideradas violentas contra el estado de paz
social que debe imperar en un Estado de Derecho. Sin embargo, el Sistema
Penal conlleva dentro de si mismo un alto grado de violencia, que muchas
veces en vez de resolver conflictos, sólo procrea sub-conflictos, dejando en
evidencia que no esta cumpliendo de forma cabal con el fin que predica su
justificación. En este orden, el eximio jurista italiano Alessandro Baratta[2],
indicaba: “…El sistema punitivo produce más problemas de cuantos pretende
resolver. En lugar de componer conflictos, los reprime y, a menudo, éstos
mismos adquieren un carácter más grave en su propio contexto originario; o
también por efecto de la intervención penal, pueden surgir conflictos nuevos en
el mismo o en otros contextos”.
En efecto, esto ha conllevado a que surjan dos corrientes del derecho penal
muy debatidas, emanadas justamente de su deslegitimación. La primera que
debemos mencionar es la posición “Abolicionista”, la que por su nombre nos
indica ser la más radical, patrocinada por la Criminología Crítica[3], abanderada
por grandes pensadores como Hulsman, Christie y Mathiesen, que consiste en
una posición crítica negativa al sistema penal y específicamente al Derecho
penal como medio de control social, por considerarlo inútil en la resolución de
los conflictos que se someten a su conocimiento, sirviendo en cambio a la
generación de una combustión de violencia[4]. Esta corriente doctrinaria
propone quitar de las manos del Estado el conflicto y devolverlo a los
protagonistas, para que sean ellos quienes mediante medios alternativos
menos agresivos, logren subsanarlos[5].
Reitero, es una posición bastante extrema, la cual personalmente no
comparto, aunque es una realidad la violencia generada por el Sistema penal y
su repercusión en el aumento de la gran mayoría de los males sociales que
pretenden controlar[6]. La segunda corriente del derecho penal más
atenuadora que deslegitimante, es la conocida como Derecho penal mínimo o
de ultima
ratio,
cuyo
mayor
exponente es
el
ius filosofo
italiano Luigi Ferrajoli[7], quien menciona: “…el derecho penal, aun cuando
rodeado de límites y garantías, conserva siempre una intrínseca brutalidad que
hace problemática e incierta su legitimidad moral y política. La pena, cualquiera
que sea la forma en que se la justifique y circunscriba, es en efecto una
segunda violencia que se añade al delito y que está programada y puesta en
acto por una colectividad organizada contra un individuo.” En base a lo
señalado por Ferrajoli, podemos decir que el Derecho Penal Mínimo, es la
corriente de pensamiento emanado de la deslegitimación del Derecho penal,
que ve al abolicionismo más como una utopía que como una realidad practica y
propone no la desaparición total del derecho penal como medio de control
social, sino su minimización; mediante el establecimiento inexorable de un
conjunto de principios infranqueables, que aminoren la fuerza del Ius Puniendi,
para que solamente entré en escenario cuando los demás medios de control
social sean insuficientes para resolver los conflictos de la sociedad.
Derecho Penal Máximo:
Se denomina como tal, al Derecho Penal que no esta sujeto a
limitaciones en su ejercicio. También denominado Derecho Penal Absoluto o
Autoritario[8]. El derecho penal máximo aunque reconoce la existencia de los
principios informadores del derecho penal liberal, los omite o flexibiliza, en
razón de su finalidad represiva que se justifica en la supuesta “seguridad” del
orden social[9]. Así uno de sus más acérrimos opositores, Ferrajoli[10], ha
señalado: “el modelo de derecho penal máximo, es decir, incondicionado e
ilimitado, es el que se caracteriza, además de por su excesiva severidad, por la
incertidumbre y la imprevisibilidad de las condenas y de las penas; y que,
consiguientemente, se configura como un sistema de poder no controlable
racionalmente por ausencia de parámetros ciertos y racionales de
convalidación y de anulación”.
Comentaba al inicio del presente ensayo la transcendencia que ha
tenido la sociología en la Política Criminal e incluso en la dogmatica penal,
pues inspirados en las teorías Parsonsnianas y Luhmannianas (Funcionalismo
Estructural y Funcionalismo Sistémico respectivamente), se han elaborado
corrientes doctrinarias que fijan su mirada –ya no de forma tradicional en la
individualidad- sino en el total social como el eje transversal sobre la cual debe
girar el desenvolvimiento de la norma jurídico penal[11].
Los grandes cambios sociales producidos en el siglo XX y ahora en
pleno curso del siglo XXI producto de fenómenos globalizadores, han causado
un efecto dómino en la estructura social, primero con el detrimento de la familia
como célula fundamental de la sociedad, el decaimiento de la educación en
todas sus etapas, la agudización de la crisis financiera y consiguiente
crecimiento de la pobreza extrema, así como también un aumento considerable
de la criminalidad[12]. Incremento del fenómeno delictivo que ha representado
ser un reto incomodo para los Estados. Ante tal urgencia social, los Estados
partiendo de las teorías de un derecho penal actual, se han querido desligar
(por no decir que lo han hecho del todo ya), de los principios limitadores del ius
puniendi, por considerar que los mismos tienen un efecto precursor de la
impunidad, que solo facilita el mantenimiento de la desviación criminal dentro
de las sociedades.
El punitivismo patrocina el uso del Derecho Penal como primae
ratio para la resolución de los conflictos sociales, convirtiéndose en la formula
mágica entonada en los discursos políticos para crear en el total social
(sociedad) la idea de seguridad, ante la difusión de la era de un Derecho Penal
de Riesgos[13]. Discurso demagogo que dista mucho de la realidad, pero que
al parecer calza como anillo al dedo en el conglomerado, que termina avalando
lo inaceptable, creándose una especie de fascistización de las masas sociales.
Por ello, ideas como el incremento desmesurado de las penas a aplicar,
la sobrecriminalización de conductas que durante mucho tiempo parecían ser
inalcanzables por el derecho penal, ha conllevado a que hoy día se hable de
tipos penales paralelos contenidos en Leyes penales especiales que han
ocasionado la Descodificación del Derecho Penal, fenómeno que Silva
Sánchez[14] ha denominado como la “Expansión del Derecho Penal”, de la
cual el Ordenamiento Jurídico Penal venezolano no es ajeno, como por
ejemplo la vigencia de: Ley Contra los Delitos Informáticos, Ley Penal del
Ambiente (G. O. (4358E) 3/1/1992), Código Orgánico Tributario, Ley Orgánica
de Drogas (G.O.(37510) 05/09/2010), Ley Contra la Corrupción (G.O. (5637E)
07/04/2003), Ley de Hurto y Robo de Vehículos(G.O (37.000) 26/06/2.000),
Ley contra Ilícitos Cambiarios (G.O. 5975E del 17/0/10), Ley para la Defensa
de las Personas en el Acceso a los Bienes y Servicios (LEDEPABIS) (G.O
(37.930) 04/05/2004), Ley Contra la Delincuencia Organizada(G. O. (5789E) de
26/10/2005), Ley Orgánica para el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de
Violencia (G. O. (38668 de 23 /4/2007), Ley Orgánica para la Protección del
Niño, Niña y Adolescente (G O. (5859E de 10/12/2007), entre otras.
Aunado a la proliferación excesiva de leyes penales, cabe mencionar
que otra de las situaciones que ha fomentado el establecimiento de un derecho
penal máximo, es el surgimiento de una corriente denominada como “Derecho
Penal de la Peligrosidad” (fundado en riesgos)[15], el cual según Rodríguez
Morales[16], es: “…en el cual se privilegian los tipos penales de peligro sobre
los de lesión de manera que se basa no en la afectación del bien jurídico, sino
en la posibilidad de que llegue a ser afectado, lo que genera enorme
suspicacias frente a la seguridad jurídica y la certidumbre.” Esta vertiente del
Derecho Penal actual apuesta por la penalización de acciones que no
sobrepasan la simple preparación, se trabaja en base a expectativas en
muchas oportunidades, sin prestar la más mínima atención a las exigencias de
punibilidad[17].
Esta concepción del Derecho Penal de la Peligrosidad, implica que para
la criminalización secundaria servirán de guía no ya los actos realizados por el
autor, sino el autor mismo, sin importar que haya exteriorizado una conducta
criminal o no[18].
Sin embargo, la corriente más emblemática del Derecho Penal Máximo
en los actuales momentos, es la catalogada como “Derecho Penal del
Enemigo”, la cual encuentra su más destacado promotor en Jakobs. Alude la
precitada Teoría, que ante las necesidades de seguridad propias de los
tiempos que se viven hoy día, es menester la restricción de determinadas
garantías ciudadanas, para poder garantizar el bienestar colectivo. Para ello, se
discrimina entre Personas y no Personas, Ciudadanos y Enemigos[19], lo que
evidentemente contrapone los postulados de un Estado Social, Democrático de
Derecho y de Justicia, atentando directamente contra la dignidad del Ser
Humano y por ende contra el Estado de Derecho[20]. Así mismo, es de
destacar, que esta tendencia de política criminal denominada “Derecho Penal
del enemigo”, maximiza la reprensión dirigida a estos grupos que han sido
“etiquetados”[21], como enemigos de la sociedad[22], excluyéndolos de la
misma.
Esta corriente peligrosa del “enemigo”, debe ser desechada por todo
Estado Democrático[23], por cuanto su naturaleza es incompatible desde toda
óptica con la estructura de un Estado de Derecho donde se garantice el respeto
por los Derechos fundamentales de los ciudadanos. Más allá de
que Jakobs insista en que el Derecho Penal del Enemigo solo se dirige a un
grupo apartado de la sociedad (que realicen conductas referentes a la
Delincuencia organizada: Narcotráfico, Terrorismo, algunos delitos sexuales,
entre otros), la gran mayoría de las Constituciones Políticas hoy día consagran
el principio humanitario de igualdad ante la Ley (Art. 21 CRBV), lo que no
permite hacer discriminación de ninguna naturaleza, y exige el tratamiento
igualitario para todo ciudadano que haga parte de un Estado de Derecho. En
este sentido, Zaffaroni[24], opina: “en la teoría política el tratamiento
diferenciado de seres humanos privados del carácter de personas (enemigos
de la sociedad) es propio del estado absoluto, que por su esencia no admite
grados, y, por ende resulta incompatible con la teoría política del estado de
derecho. Con esto se introduce una contradicción permanente entre la doctrina
jurídico – penal que admite y legitima el concepto de enemigo y los principios
constitucionales e internacionales del estado de derecho, o sea, con la teoría
política de este último”.
Derecho Penal Mínimo:
Hasta ahora, hemos visto como el Derecho Penal parece desfilarse
hacia precipicios de arbitrariedad. La contraparte del Derecho Penal Máximo,
es el Derecho Penal Mínimo, que postula entre sus principios la mínima
intervención penal[25]. Más adecuado a los diseños constitucionales actuales,
el derecho penal mínimo no sería la “Carta Magna del Delincuente[26]”, sino la
garantía ciudadana frente al arbitrio punitivo.
Ahora bien, el garantismo penal -como también se le denomina- no es
reciente o novedoso, sino al contrario, data de la era de la Ilustración del
Derecho penal. Cesare Bonessana Marqués de Beccaria, fue y sigue siendo
uno de los referentes del Derecho Penal Clásico, que marcaba el sendero a
seguir para la humanización de la Justicia Penal[27]. Es por ello, que la
corriente garantista de hoy día, ha sido denominada como el Neoclasicismo,
haciendo referencia al resurgimiento del Derecho Penal de la Ilustración,
aunque en lo personal considero que es equivoca hacer una comparación de
esa naturaleza, por cuanto ambas corrientes si bien son garantista, la actual
contiene un concepción doctrinaria que no coincide del todo con los postulados
de los Ilustres del Derecho Penal.
A pesar de que la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela
de 1999, consagra principios que diseñan un Derecho Penal mínimo, el marco
legal que sirve para su materialización es más de corte máxima. Nos
encontramos nuevamente frente al dilema del deber ser y el ser, la teoría y la
praxiología. En el presente apartado, intentaré reformular un conjunto de
principios universales del Derecho penal liberal, con el fin de generar
conciencia de la situación que atraviesa nuestra realidad penal hoy día en
contraste con los ideales de la sociedad humanística.
El derecho penal mínimo conlleva intrínsecamente los siguientes
principios, que cumplen la función de fiscalizar el poder punitivo del Estado:
Principio de reserva de ley:
También conocido como principio de legalidad en sentido estricto, bajo el
aforismo latino nullum crimen, nulla poena sine praevia lege poenali[28]. Este
principio universal del Derecho penal, estipula que no puede existir delito, ni
mucho menos pena, si no existe una ley previa que así lo establezca,
exigencia sine qua non para la conservación de un Estado social y democrático
de Derecho y de Justicia[29]. En nuestro ordenamiento jurídico, lo encontramos
reseñado en el plano constitucional[30], en los siguientes términos:
“Artículo 49. El debido proceso se aplicará a todas las actuaciones judiciales y
administrativas; en consecuencia: …
6. Ninguna persona podrá ser sancionada por actos u omisiones que no
fueren previstos como delitos, faltas o infracciones en leyes preexistentes.”
De igual forma, nuestro Código Penal[31], lo estipula de la siguiente
manera:
“Artículo 1. Nadie podrá ser castigado por un hecho que no estuviere expresamente previsto
como punible por la ley, ni con penas que ella no hubiere establecido previamente…”.
La doctrina ha esbozado que el Principio de Legalidad tiene por lo menos
cuatro garantías explicitas: La garantía criminal, que es justamente la exigencia
de preexistencia de ley penal para lo configuración del delito; la garantía penal,
que nos indica la existencia legal de las penas a imponer; la garantía
jurisdiccional, que conlleva la necesidad que tanto la existencia del delito como
la imposición de la pena se lleve a cabo mediante sentencia judicial; y la
garantía de ejecución, que inexoblamente exige que la ejecución de la pena
esté sometida a la ley.
Se puede entonces decir, que es una garantía política que no permite
que algún ciudadano se vea afectado por el Derecho Penal en la esfera de sus
derechos individuales, cuando su conducta, consecuencia jurídica a imponer,
procedimiento penal y forma de ejecución no estén descriptos en una ley penal
con previa existencia. Sin embargo, no podemos obviar que la realidad del
Poder Punitivo hoy día, ha rebasado toda contención legal, hasta llegar a
esferas no presupuestadas[32], lo que nos lleva a considerar, a que si bien el
principio de legalidad cumple un rol importante en cuanto a la contención
del Ius Puniendi, no es suficiente, por lo que se hace menester la coexistencia
de otros principios.
Principio de Taxatividad:
Tiene como finalidad establecer la prohibición de la analogía contra reo en
el Derecho Penal, por cuanto las conductas delictivas deben estar
objetivamente descriptas en el ordenamiento jurídico penal, en palabras de
Baratta[33]: “Esto impone una técnica legislativa que permita la mayor
objetividad en el proceso de concretización judicial de las figuras delictivas, y la
limitación de las cláusulas generales y de los elementos típicos normativos por
medio de reenvíos a valoraciones sociales y normas cuya existencia y cuyo
contenido sean empíricamente comprobables”. Los códigos penales deben
permitir la interpretación, más no la analogía[34], en razón, que mientras la
interpretación busca un sentido del texto legal que se halle dentro de su sentido
literal posible, la analogía supone la aplicación de la ley penal a un supuesto no
comprendido en ninguno de los sentidos posibles de su letra, pero análogo a
otros sí comprendido en el texto legal[35]. La analogía en el derecho penal es
repudiada por la doctrina por representar un riesgo al sistema democrático que
sus disposiciones garantizan y defienden.
Principio de Irretroactividad:
La gran mayoría de las cosas tienen una validez temporal, de lo tangible aquello que podemos observar y tocar- podemos asegurar que no son eternas,
incluso la Ley esta sometida a una validez temporal que limita su aplicación.
Como expresión derivada del Principio de reserva o legalidad, la
irretroactividad, es una garantía que se erige con la finalidad de impedir que la
Ley penal que ha entrado en vigor posterior a la comisión de un hecho punible,
la cual contenga un mayor agravio para el agente delictivo, sea aplicada sobre
el mismo[36]. Este principio tiene su excepción, por supuesto, siempre y
cuando la ley penal que entre en vigencia, favorezca mucho más al reo que la
vigente para la fecha de la comisión del hecho punible[37]. Por eso se habla de
la irretroactividad de la ley modificativa que establece sanciones más severas,
que se fundamenta en razones de seguridad jurídica, y de la retroactividad de
la ley abolitiva de delitos, la cual se fundamenta en motivos humanitarios y
exigencias de elemental justicia[38]. Quedara de parte del juzgador la
determinación de la ley penal más favorable.
Principio de ultima ratio o actuación razonable:
El Derecho penal es concebido hoy día, como el instrumento por excelencia
y de primae facie para solucionar los conflictos sociales, sin embargo, en el
transcurso del presente trabajo se ha ido desarrollando una contundente
posición contraria a dicha postura, por cuanto el derecho penal debe partir de
una actuación razonable, esto implica que, su utilización en el ámbito social
estará supeditada a la insuficiencia de otras medidas menos agresivas para el
control social (Por eso la expresión ultima ratio). Esta actuación razonable del
Derecho Penal, puede ser concebida como la exigencia de proporcionalidad
que debe existir entre en el conflicto social a solucionar y la medida de control a
emplear para tal consecución[39]. El Garantismo presupone, una actuación
razonable del poder punitivo, porque se debe ajustar lo más posible a la
realidad en la que pretende intervenir[40].
Principio de utilidad o consecuencias manifiestas:
La legislación penal debe vislumbrar un conjunto de consecuencias
manifiestas de sus normas, dichas consecuencias son aquellas que provienen
directamente de las intenciones del legislador, están allí para encarrilar las
funciones del Derecho penal, más específicamente de ese dispositivo legal que
entre en vigor. Lo antagónico a las consecuencias manifiestas de las normas
penales, son las consecuencias latentes, producto de un Derecho Penal
Simbólico, aquel que es utilizado como arma política y es maquillado con
discursos demagógicos que persuaden a la sociedad de una “seguridad
jurídica”, producto de la puesta en vigencia de una determinada Ley penal. En
este sentido, un Derecho Penal Mínimo requiere que las normas jurídico
penales que se creen y entren en vigencia, sean efectivas y cumplan la función
real por la cual fueron creadas, no simplemente un mero simbolismo político.
Cuando el Derecho Penal no cumple su función, no existe legitimación material
del mismo, esta situación es la que ha llevado a que hoy día sea el centro de
un gran torbellino de críticas, por ser más latente que manifiesto.
Principio de imputación personal:
La sanción penal debe ser impuesta al responsable de la acción delictiva,
por esta razón el principio de imputación personal exige la determinación e
individualización de ese autor o participe, sin que sea posible la sanción penal
por hecho ajeno, lo que quiere decir que debe concurrir una conexión causal
entre el comportamiento exteriorizado del agente y el resultado dañoso[41], que
permita la atribución de la responsabilidad penal y la imposición de la
correspondiente sanción. Este principio, raíz también del principio de
exterioridad o materialidad, que indica que el Derecho Penal debe ser de Acto
y no de Autor, en base al postulado del aforismo latino “cogitationes poenam
nemo patitur”, que significa que los pensamientos no pueden ser penados, sino
las conductas materiales[42]. Principio este que se asoma como uno de los
principales revulsivos al llamado “Derecho Penal del Enemigo”.
Principio de economía de la violencia:
Ya hemos dicho que el Derecho penal se quiera o no, siempre será una
expresión de violencia institucionalizada. Ahora bien, en un Derecho penal
mínimo esta no puede ser rígida, todo lo contrario, se debe economizar lo más
posible en todo su desarrollo. Reducir los costos de violencia y aumentar los
beneficios en pro de un sistema penal humanista. Actualmente observamos los
altos índices de violencia institucionalizada, el derecho penal invade la vida del
hombre en todos los espacios, interviene en su privacidad (Intercepciones de
llamada, allanamiento de morada, entre otros); en su esfera de libertad
personal (Es aprehendido, enjaulado y sometido a una tortura moral); en su
propia vida (Al considerarla en muchas ocasiones como un derecho no
absoluto, por ejemplo donde aún está vigente la pena de muerte), todo ese
oleaje de violencia estatal desbordada, se debe economizar, con la estricta
finalidad de apaciguar sus aguas, que en vez de coadyuvar a soluciones
efectivas, sólo conllevan complicaciones colaterales.
Principio de Culpabilidad:
El principio de nulla poene sine culpa, es una confirmación de la
conquista del Derecho Penal Liberal, erigiendo la dignidad del ser humano[43],
al exigir que para la imposición de una pena, el resultado del hecho delictivo
pueda ser imputado subjetivamente[44] a una determinación anímica del sujeto
actuante. En otras palabras, es necesario que sea culpable. Observamos pues,
que el Derecho Penal mínimo presupone que no puede imponerse una pena,
por el simple hecho de la producción de un daño, sino que ese daño tiene que
ser un resultado producto de una conducta culpable para poder ser
reprochable. La culpabilidad legitima la pena estatal. En palabras de
Kunsemuller[45], la culpabilidad representa un: “…postulado garantista esencial
a un Derecho Penal democrático, en el cual la pena sólo puede ser impuesta al
individuo a quien le es reprochable un quehacer personal suyo perpetrado con
dolo o culpa” .
El conjunto de principios que con antelación fueron expuestos, no
representan la totalidad de los existentes, sino aquellos sobre los cuales
considero debe ir encriptado un Derecho Penal Mínimo en la actualidad[46]. El
relajo de estas garantías penales, ha conllevado al detrimento de Derecho
Penal, no solo a nivel nacional, sino inclusive internacional, por este motivo es
menester el replanteamiento de los mismos, no por eufórico capricho, sino por
autentica necesidad constitucional, democrática y en fin; Humana.
[1] HORMAZABAL, Hernán, Bien Jurídico y Estado Social Democrático y de Derecho, segunda edición,
editorial Jurídica Conosur, Santiago de Chile, Chile, 1992, pp. 13. De igual forma, el precitado autor señala
que: “En consecuencia, a partir de esta premisa, la conminación penal del Estado sólo quedaría legitimada respecto de
conductas que fueran dañinas socialmente, esto es, de conductas humanas, entre las que cobran singular importancia
las conductas que pudieran poner en peligro la existencia del Estado que, conforme a lo expuesto anteriormente, se
erigía como necesario para el mantenimiento de dichas condiciones.”
[2] BARATTA, Alessandro, Principios de Derecho Penal Mínimo en: “Criminología y Sistema Penal (Compilación
in memoriam)”, Editorial B de F, Buenos Aires, Argentina, 2004, pp. 299.
[3] En cuanto a la Crimininología Crítica: “Con la denominación de «radical» o «crítica» se conoce a la
orientación que, abandonando el llamado «paradigma etiológico» esto es, la explicación clásica de la criminalidad
como un fenómeno individual, debido a razones antropológicas, psicológicas o sociales, propia de la «criminología
positivista», pasa a centrar su análisis en el sistema penal, en tanto que generador de criminalidad («paradigma de
control»)” SILVA SÁNCHEZ, Jesús María, Aproximación... Op. Pág. 19.
[4] Ferrajoli, citado por Silva Sánchez, opina que: «el abolicionismo penal —cualesquiera que sean los intentos
libertarios y humanitarios que puedan animarlo— se configura, en consecuencia, como una utopía regresiva que
presenta, sobre el presupuesto ilusorio de una sociedad buena o de un Estado bueno, modelos de hechos desregulados o
autorregulados de vigilancia y/o punición, con relación a los cuales es el derecho penal —tal como ha sido
fatigosamente concebido con su complejo sistema de garantías por el pensamiento jurídico iluminista— el que
constituye, histónca y axiológicamente, una alternativa progresista». De ser esto cierto —y yo, como se habrá
advertido, pienso que lo e s— no cabe duda de que resultan incluso «suaves» las categóricas palabras de
HASSEMER, cuando afirma que «quien pretenda abolir el Derecho penal, lo único que quiere es ahuyentar al diablo
con Belcebú»'". SILVA SÁNCHEZ, Aproximación… Op. cit. Pág. 25.
[5] El profesor de la Universidad de Rotterdam (Holanda), Louk Hulsman, uno de los principales
exponentes del abolicionismo, comenta: “Esforcémonos en imaginar e interiorizar lo que es el encierro en la
prisión. Se nos ha enseñado a pensar en la prisión desde un punto de vista puramente abstracto. Son puestos en
primer lugar el «orden, el «interés general, la «seguridad pública», la defensa de los valores sociales»... Se nos hace
creer -y es sólo una ilusión siniestra- que, para ponernos al abrigo de las «acciones de la delincuencia», es necesario,
¡y suficiente!, meter en la cárcel a algunas decenas de miles de personas. De la gente encerrada en nuestro nombre, se
nos habla muy poco…”. En Sistema Penal y Seguridad Ciudadana: hacia una alternativa, Editorial Ariel Derecho,
S.A., Barcelona, España, 1984, pp. 49.
[6] Por cuanto: “una violencia punitiva excesiva no es un antídoto, sino el mecanismo de aceleración y de contagio
del envenenamiento” RESTA, Eligio: La certeza y la esperanza. Ensayo sobre el derecho y la violencia, traducción
de Marco Aurelio Galmarini, Piados, Barcelona-Buenos Aires-México, 1995. Pág. 55
[7] FERRAJOLI, Luigi, Derecho y Razón: Teoría del Garantismo Penal, novena edición, Editorial Trotta,
Madrid, España, 2009, pp. 21.
[8] En palabras de Muñoz Conde: “Hablar de «Derecho penal autoritario» es de algún modo hablar de lo obvio,
pues no hay un Derecho penal que no sea «autoritario»; es más, el Derecho penal es el más autoritario de todas las
ramas del Ordenamiento jurídico y probablemente de todos los sistemas formalizados de control social…” continúa
el precitado autor: “Pero cuando hablamos del «nuevo Derecho penal autoritario» nos estamos refiriendo a un
Derecho penal más autoritario de lo normal; de un Derecho penal que se ha colado de rondón, «por la puerta
falsa» de un Ordenamiento jurídico, cuyos parámetros constitucionales habían reconocido unos derechos humanos
fundamentales, unas garantías, que, al menos formalmente, sirven de barrera infranqueable al poder punitivo del
Estado.” (Negrillas de mi responsabilidad). MUÑOZ CONDE, Francisco, Derecho Penal ante la Globalización
y el Terrorismo. Extraído de página web (En línea): http://www.cien ciaspenales.net
[9] Según Ferrajoli: “La certeza del derecho penal máximo está en que ningún culpable resulte impune, a costa de la
incertidumbre de que también algún inocente pueda ser castigado.” Ferrajoli, Op. cit. Pág. 106.
[10] Ferrajoli, Op. cit. Pág. 105.
[11] Es necesario aclarar que estas posturas sociológicas, han dado gran influencia a los esbozos teóricos de
dos de los más respetados penalistas de la actualidad, Claus Roxin, con su Funcionalismo Penal
moderado, y a Gunther Jakobs con su Funcionalismo Penal radical, lo que no implica que la dogmatica se
este centrando en la sociedad como tal, sino que se ha dejado a un lado el normativismo radical (apostado
por el relativismo neokantiano) y se ha abierto paso a la Política Criminal para la nutrición de la dogmatica
jurídico penal, haciendo un acercamiento más que valido, necesario, entre el derecho penal y la realidad
social que intenta controlar.
[12] En este sentido: “el Derecho penal contemporáneo propio de las sociedades globalizadas ha pasado de ser
preservador de bienes jurídicos a convertirse en protector de riesgos, de la mano de una sutil renuncia, subrepticia y
paulatina, a los principios y garantías fundamentales consagradas en las Cartas Políticas y en la Parte general de los
códigos penales”. GAITÁN GARCÍA, Olga Lucía: “Derecho penal contemporáneo: de la tutela penal a una lesión a
la protección de riesgos”, en NFP N° 60, Bogotá, Temis, 1999, págs. 31 y ss
[13] De ello, se dice que: “Con la expresión Derecho Penal del riesgo (Risikostrafrecht) se aludiría, en definitiva, a
un específico "Derecho Penal de una sociedad del riesgo", en el que la orientación a la prevención y control de las
fuentes de peligro, a la minimización del riesgo, va a determinar cambios en la construcción de las categorías jurídicopenales -hasta el punto de que se habla también de una Risikodogmatik.” SÁNCHEZ GARCÍA DE PAZ, María
Isabel, El Moderno Derecho Penal y la Anticipación de la Tutela Penal, Publicaciones de la Universidad de
Valladolid, Valladolid, España, 1999. Pág. 81
[14] “…no es difícil constatar la existencia de una tendencia claramente dominante en la legislación hacia la
introducción de nuevos tipos penales así como a una agravación de los ya existentes, que cabe enclavar en el marco
general de la restricción, o la «reinterpretación de las garantías clásicas del Derecho penal sustantivo y del Derecho
procesal penal. Creación de nuevos «bienes jurídico-penales», ampliación de los espacios de riesgos jurídicopenalmente relevantes, flexibilización de las reglas de imputación y relativización de los principios político-criminales
de garantía no serían sino aspectos de esta tendencia general, a la que cabe referirse con el término
«expansión».”. SILVA SÁNCHEZ, Jesús María, Expansión del Derecho Penal: Aspectos de la Política Criminal en
las Sociedades Postindustriales, Cuadernos Civitas, Madrid-España, 1999. Pág. 17-18.
[15] Que se desenvuelve en perfectas condiciones en las sociedades de riesgos contemporáneas. En cuanto
a los riesgos es válido citar las palabras de Beck: “En la modernidad avanzada, la producción social de riqueza va
acompañada sistemáticamente por la producción social de riesgos. Por tanto, los problemas y conflictos de reparto de
la sociedad de la carencia son sustituidos por los problemas y conflictos que surgen de la producción, definición y
reparto de los riesgos producidos de manera científico-técnica.”(Subrayado de mi responsabilidad), BECK,
Ulrich, La Sociedad del Riesgo: Hacia una nueva modernidad, Editorial Paidos, Barcelona, España, 2002. Pág.
25
[16] RODRÍGUEZ MORALES, Alejandro, “Racionalización de la intervención penal Vs. Punitivismo. De
Livorno a Guantánamo”, en Dogmatica Penal y Crítica, Vadell Hermano editores, 2008. Pág. 180.
[17] Como es el caso de los llamados Delitos de Peligro Abstracto.
[18] Así pues: “al aplicar la sanción al delincuente no lo castiga en pago de lo que ha hecho sino que toma en cuenta
lo que es y mira sobre todo a lo que hará, y esa obligación de vigilancia y de defensa existe tanto después como antes
del crimen; éste sólo reclama mayor urgencia en la intervención del estado”. SOLER, Sebastián, Exposición y Crítica
de la Teoría del Estado Peligroso, Valerio Abeledo Editor, Buenos Aires, Argentina, 1929. Pág. 46.
[19] Esta discriminación hecha por Jakobs, es la que según él, otorga un carácter de excepcionalidad del
Derecho penal del enemigo, que solamente entrará en juego como herramienta de emergencia contra
aquellos individuos que se han apartado de su esfera de civilidad, y representan un foco de peligrosidad
que debe ser inocuizado.
[20] En torno a ello, el profesor brasilero Fernando Capez, enseña: “Podemos, então, afirmar que do Estado
Democratico de Direito parte o princípio da dignidade humana, orientando toda a formação do Direito Penal.
Qualquer construção típica, cujo conteúdo contrariar e afrontar a dignidade humana, será materialmente
inconstitucional, posto que atentatoria ao próprio fundamento da existência de nosso Estado.”. Curso de Direito
Penal Parte Geral, Volume I, 7ma. Ediçao, editora Saraiva, Sao Paulo, Brasil, 2004. Pág. 11. (Estime
conveniente hacer la cita anterior en el idioma original, por cuanto, el portugués al ser una lengua latina,
es de una aceptable compresión para quienes manejamos el español como lenguaje principal).
[21] Para mayor información sobre la expresión “etiquetamiento”, recomiendo la lectura de la teoría
criminóloga del “Labelling aproach”.
[22] De acuerdo a la concepción Jakobsniana, “enemigo” es aquel que de forma permanente y constante
lesiona la norma jurídico penal, mostrando evidentes rasgos de indiferencia su conducta desviada.
[23] Este tipo de corrientes, según Ferrajoli: “Sirven para configurar sistemas de control penal propios del estado
absoluto o totalitario: entendiendo por tales expresiones cualquier ordenamiento jurídico donde los poderes públicos
son legibus soluti o totales, es decir, no disciplinados por la ley y, por tanto, carentes de límites y condiciones.”.
FERRAJOLI, Op. cit. Pág. 104.
[24] ZAFFARONI, Eugenio; El Enemigo en el Derecho Penal, Editorial Ediar, Buenos Aires, Argentina; 2006.
Pág. 11-12.
[25] Para Ferrajoli: “La certeza del derecho penal mínimo está, al contrario, en que ningún inocente sea castigado, a
costa de la incertidumbre de que también algún culpable pueda resultar impune.” Op. Cit. Pág. 107.
[26] Haciendo alusión a la célebre frase de Franz Von Listz.
[27] Fue Beccaria uno de los principales utilitaristas, que pudo congeniar el humanismo con el utilitarismo,
imponiendo una serie de principios filosóficos con transcendencia jurídico-penal.
[28] Famosa máxima que se atribuye al destacado jurista alemán Pablo Juan Anselmo Ritter Von Feurbach,
padre del movimiento codificador en materia penal, quien estableció el sistema compuesto en: I. Derecho
Penal General; II. Derecho Penal Especial; III. Derecho Procesal Penal.
[29] En este orden, Mir Puig indica: “El principio de Estado de Derecho impone el postulado de un sometimiento
de la potestad punitiva al Derecho, lo que dará lugar a los límites derivados del principio de legalidad. La idea del
Estado social sirve para legitimar la función de prevención en la medida en que sea necesaria para proteger la
sociedad… la concepción del Estado democrático obliga en lo posible a poner el Derecho penal al servicio del
ciudadano, lo que puede verse como fuente de ciertos limites que hoy se asocian al respeto de los principios como los de
dignidad humana, igualdad y participación del ciudadano”. MIR PUIG, Op. cit. Pág. 104.
[30] Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, Gaceta Oficial Nº 5.453, del 24/03/2000.
[31] Código Penal venezolano, Gaceta Oficial Nº 5758 del 13/04/2005.
[32] Aunque como ha señalado Baratta: “…podemos darnos cuenta fácilmente de que buena parte de la función
punitiva se realiza, aun actualmente, fuera del derecho, a pesar de las conquistas alcanzadas, en la historia de las
constituciones modernas, por las teorías liberales de la pena. Piénsese en la gravedad del fenómeno de la pena de
muerte extrajudicial, en las torturas, en las desapariciones, en las acciones ilegales de la policía, de los cuerpos
militares y paramilitares, en el desborde de la función punitiva al margen de la legalidad, como hemos visto en un
pasado reciente bajo la dictadura fascista en Europa y vemos todavía en algunos países de América
Latina.”. BARATTA, Op. cit. Pág. 305.
[33] BARATTA, Op. cit. 306.
[34] Vale la oportunidad para señalar, que parte de la doctrina, ha indicado que en el caso de una
analogía in bonam partem (que beneficie al reo), no chocará con el sentido de límite garantizador que posee
el texto legal. Incluso, así lo dispuso el artículo 6 del Proyecto de Código Penal presentado por el
magistrado Alejandro Angulo Fontiveros, ante la Asamblea Nacional en 2004, el cual rezaba de la
siguiente forma: “Art.6. Prohibición de la analogía. La ley penal no se aplicará por analogía a menos que ello
implique la exclusión o atenuación de las penas.”
[35] MIR PUIG, Derecho Penal… Op. cit. Pág.115.
[36] Incluso en caso contrario, como alecciona Muñoz Conde: “Una persona tiene derecho a saber de antemano
qué conductas están prohibidas y cuáles no. Si, por ejemplo, comete un hecho que la ley vigente en el momento de su
realización no considera delito, no puede ser castigada después en base a una ley posterior que declare punible este
hecho.” MUÑOZ CONDE, Francisco, Introducción al Derecho Penal, Segunda edición, Serie Maestros del
Derecho Penal, Tomo III, editorial B de F, Montevideo-Buenos Aires, 2001. Pág. 153
[37] Código Penal venezolano (G.O 5768E, de fecha 13/04/05): Art. 2“Las leyes penales tienen efecto
retroactivo en cuanto favorezcan al reo, aunque al publicarse hubiere ya sentencia firme y el reo estuviere cumpliendo
la condena.”
[38] GRISANTI AVELEDO, Hernando, Lecciones de Derecho Penal, Parte General, Vigésima segunda edición,
editorial Vadell Hermanos, Valencia-Caracas, Venezuela, 2010. Pág. 53.
[39] La idoneidad, proporcionalidad y subsidiariedad del Derecho Penal, son elementos intrínsecos del
principio de actuación razonable.
[40] En palabras de Baratta: “La ley penal, por tanto, no puede ser una respuesta inmediata de naturaleza
administrativa, como, en cambio, lo es frecuentemente en la práctica. Los problemas que se debe enfrentar tienen que
estar suficientemente decantados antes de poner en práctica una respuesta penal.” Op. Cit. Pág. 308.
[41] El catedrático Juan Luis Modollel González, indica: “El Derecho penal no puede conformarse, a diferencia
de las ciencias naturales, con la relación causa efecto, sino con la cuestión jurídico social relativa a si un determinado
resultado dañoso puede ser imputado al autor como su obra…”, En: Bases Fundamentales de la Teoría de la
Imputación Objetiva, Editorial Livrosca, Caracas-Venezuela, 2001. Pág.150.
[42] La Corte Suprema de Justicia (extinta), en Sala Plena, el 06/11/97 declaro la nulidad de la Ley de
Vagos y Maleantes, haciendo honor a este principio universal del Derecho Penal Liberal.
[43] Como lo ha resaltado el legislador penal colombiano, al iniciar las normas reguladoras del Código
Penal: “ARTÍCULO 1 - Dignidad humana. El derecho penal tendrá como fundamento el respeto a la dignidad
humana”. (Ley 599 del año 2000).
[44] En cuanto a esto, menciona José Antonio Caro John: “¿Qué es la imputación subjetiva sino imputación
misma de la culpabilidad? Justamente por eso el principio de culpabilidad impone que el Derecho penal sólo puede
injerir sobre la esfera individual de la persona mediante una pena como reacción frente al dolo o la culpa, más no así
ante cualquier otra manifestación del conocimiento. El principio de culpabilidad funda de este modo una “regla de
oro” consistente en que sólo el conocimiento que admite graduación puede ser castigado con una pena también
graduable.”. Ponencia presentada en el VIII Curso Internacional de Derecho penal: “El funcionalismo
jurídico-penal a debate”, realizado en Lima del 07 al 10 de junio de 2006, y organizado conjuntamente por el
Instituto Peruano de Ciencias Penales, la Maestría en Derecho penal de la Pontificia Universidad Católica
del Perú y la Editora Jurídica Grijley.
[45] KUNSEMULLER LOEBENFELDER, Carlos, Culpabilidad y Pena, Editorial Jurídica de Chile, SantiagoChile, 2001. Pág. 19.
[46] Hago esta advertencia, por cuanto existen trabajos de destacados autores donde señalan un cúmulo
mayor de Principios, a los cuales no le niego razón de ser, pero por razones de practicidad y economía del
presente trabajo, apuntó los que creo más convenientes.
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XXXXX CIRCUNSCRIPCIÓN JUDICIAL DEL ESTADO XXXXX
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CIUDADANO: JUEZ PRIMERO DE PRIMERA INSTANCIA EN FUNCIONES DE
CONTROL CIRCUITO JUDICIAL PENAL DEL ESTADO XXXXX XXXXXX.- SU
DESPACHO.Quienes suscriben, ABG. XXXXXXX y ABG. XXXXXX, actuando con el carácter de
Fiscales Auxiliar Encargado y Auxiliar XXXXXX del Ministerio Público del estado
XXXX con Competencia Especializada en Drogas; en uso de las atribuciones que
me confieren los artículos 285 numeral 4º de la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela, 37 cardinales 1º y 15º de la Ley Orgánica del Ministerio
Público y 11, 24, 108 numeral 4º del Texto Adjetivo Penal, presentamos formal
ACUSACIÓN en la investigación signada con la nomenclatura interna de este
Despacho Nº XXXXXX, de conformidad con el artículo 326 ejusdem, en los
siguientes términos:
CAPÍTULO I IDENTIFICACIÓN DEL IMPUTADO Y DE SU DEFENSA:
La presente acción penal está dirigida …
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CAPITULO 2 - La ciencia del
Derecho Penal por Marco Antonio
Terragni
Derecho....
SUMARIO: 1- El Derecho penal. Concepto.
Caracteres. Contenido. Fines. Relaciones con
las restantes manifestaciones del Derecho. 2.
El derecho penal subjetivo. 2.1. La
potestad punitiva del Estado. Concepto y
límites. 3. El derecho penal objetivo. 3.1.
Derecho penal material, procesal penal y
penal ejecutivo. 3.2. Derecho penal común y
especial. 3.3. Delitos y contravenciones. 3.4.
Delitos comunes, políticos y conexos. 4. El
estudio científico del fenómeno
penal. 4.1. La Dogmática penal. 4.2. La
Política criminal. 4.3. La Criminología. 4.4.
Objeto, contenido, método y evolución de
cada una. 4.5. Estudio de sus relaciones. Su
influencia en las construcciones conceptuales
modernas. 5. Las disciplinas auxiliares.
1. El Derecho penal. Concepto.
Caracteres. Contenido. Fines. Relaciones
con las restantes manifestaciones del
Derecho. El Derecho penal, entendido como
sistema de normas que obedecen a principios
comunes, es aquél que describe sucesos (así
ocurre, por ejemplo, en la Parte Especial del
Código penal) cuya comisión acarreará las
sanciones más graves de las que dispone el
Estado; y a su vez determina cuáles serán las
condiciones para punir o no a los autores;
como lo hace en la Parte General del mismo
Código.
La sanción de leyes penales es necesaria para
encausar la convivencia para que se
desarrolle en armonía; por lo mismo, ningún
grupo social ha prescindido –ni puede
hacerlo- de amenazar con penas y de
aplicarlas cuando aquellas reglas no sean
acatadas.
Forma parte del Derecho público y, como tal
los particulares –por regla- no tienen
facultades que les permitan influir en el
funcionamiento de sus instituciones; salvo
excepciones como aquélla que determina la
existencia de delitos dependientes de
instancia privada o de acción privada respecto
de los cuales es la voluntad del particular la
que va a permitir poner en movimiento los
procedimientos para juzgar a los autores.
Esto no significa –obviamente- que los
interesados tengan atribuciones como para
modificar la ley penal, cuyo dictado
corresponde exclusivamente al Estado: es
irrefragable.
El Derecho penal, como ciencia, tiene como
finalidad la de fijar las pautas para interpretar
la ley, encontrando los grandes principios,
utilizando métodos que permiten ordenarlos y
desarrollarlos. A esos efectos y tratando de
que la aplicación de la ley por parte de los
magistrados sea predecible, se produce una
especia de reconstrucción intelectual de las
normas. Por ejemplo: El art. 34 C.P. bajo el
título "Imputabilidad" establece cuáles son las
hipótesis en las que no se aplicará pena: al
Derecho penal, como ciencia, le corresponde
ordenarlas en causas de ausencia de acción,
de tipo, de ilicitud o de culpabilidad; para
entender las normas y aplicarlas
correctamente.
En cuanto respecta a los fines del Derecho
penal, en general: El consignarlos de una
forma u otra depende de la orientación
filosófica de los respectivos intérpretes: Para
nosotros el fin del Derecho penal es introducir
justicia en una relación entre el autor, la
víctima y la comunidad, generada a partir de
un hecho calificado previamente por la ley
como delito; y al mismo tiempo tratar de
conseguir que sucesos semejantes no se
repitan.
Por último, la doctrina ha dado en algunos
casos, más que definiciones una idea de cómo
funciona el sistema: Cuando una acción
humana, guiada por la voluntad, perturba el
orden jurídico fijado por la autoridad pública,
aparece la necesidad de restaurarlo
aplicando, en su caso, una pena. El Derecho
penal es, entonces, la ciencia que estudia el
delito como fenómeno jurídico y las relaciones
que se producen entre esa infracción y la
consecuencia prevista para restaurar el orden
normativo.
Este quehacer supone llegar a un punto en el
cual se consiga el saber del Derecho penal.
Este se diferencia del conocimiento
característico de las otras ramas, por la
sanción, que le es propia, particular; que le
pertenece exclusivamente, y es la pena.
En orden a los caracteres del Derecho penal
se trata de una ciencia, rama del Derecho
público, que estudia las normas que
relacionadas con el castigo; así como cumple
–simultáneamente- la función de garantizar
los derechos de quienes delinquen, frente al
poder del Estado.
Se trata de una disciplina cultural (se ocupa
del deber ser) calificativo que se le asigna
para diferenciarla de las naturales (del ser).
Es valorativa, pues las leyes penales están
diseñadas de manera tal que desvaloran los
comportamientos antisociales y establecen
categorías en orden a la mayor o menor
gravedad; calificación que se refleja luego en
las clases y a la gravedad de la pena
amenazada, según sean los bienes jurídicos
afectados y la manera en que sean agredidos.
Conforme al mandato constitucional de que
debe haber una ley previa al hecho para que
el autor de éste pueda ser juzgado y, en su
caso, castigado (art. 18 C.N.), la normativa
penal constituye un sistema discontinuo de
ilicitudes. Todas aquellas conductas que no
están previstas son libres (art. 19 C.N.). De
allí la importancia que tiene la redacción de
los tipos penales, ya que deben describir con
precisión lo prohibido u ordenado bajo
amenaza de pena: No puede haber zonas
grises, cuya existencia podría prestarse a la
analogía; procedimiento que, en nuestro país,
no puede constituir una fuente de Derecho.
Se relaciona con las restantes ramas del
Derecho: con el Constitucional porque la
Constitución nacional es la base de toda
norma jurídica y ella da las pautas acerca de
cómo debe ser la legislación de fondo y de
forma, así como las decisiones
jurisdiccionales que se adopten tomando
como base la misma. Con el Derecho civil, en
cuando el Código de materia regula las
grandes instituciones; como el matrimonio, la
patria potestad, los contratos, los derechos
reales, etc. Por ejemplo: El art. 34.4 en
cuanto declara impune al que obrare en el
ejercicio legítimo de su derecho. Es posible
que la indicación acerca del actuar lícito se
encuentre en algún precepto del Código civil.
Lo mismo puede señalarse en orden al
Derecho administrativo: en el mismo
precepto del C.P. se habla del legítimo
ejercicio de la autoridad y la regulación
respectiva estar dada en aquella rama del
Derecho.
2. El Derecho penal subjetivo. La
potestad punitiva del Estado. Concepto y
límites. Antes hemos anticipado nuestra
forma de pensar sobre el tema: El Estado no
tiene derechos subjetivos. De todas maneras,
como la tradición sostiene lo contrario, resulta
útil suministrar algunas indicaciones al
respecto, sobre todo porque algún autor
encuentra así la posibilidad de suministrar
alguna definición subjetiva sobre lo que es el
Derecho penal; en este orden de
pensamiento, la ciencia que funda y
determina el ejercicio del poder punitivo del
Estado.
Hay, por ello, quienes ponen el acento en el
aspecto subjetivo, como otros lo hacen en el
objetivo (conjunto de normas) y criterios
mixtos, ya que ese conjunto de normas son
las que indican –y así restringen – el ejercicio
del ius puniendi del Estado.
La ausencia de tipos penales asegura la
carencia de legitimación de la injerencia
penal, reconociendo un ámbito de actividad
privada que la intervención penal está
obligada respetar y cuidar con celosía.
El Estado debe dirigir su amenaza penal
únicamente para supuestos de lesión o puesta
en peligro de bienes jurídicos.
Una vez reconocidos estos límites,
corresponde a la autoridad pública actuar,
conforme a las reglas procesales instituidas,
pues no quedan libradas a la decisión de los
particulares las consecuencias que surgen de
la conducta delictiva. Asume con supremacía
soberana, dirigiéndose por medio de normas
generales al individuo en un plano de
superioridad, como persona del Derecho
público. Por eso el Derecho penal es una
rama del Derecho público; y a su vez puede
ser dividido en Derecho penal común y
Derecho penal especial. por el Derecho penal
administrativo, el Derecho penal disciplinario,
El Derecho penal militar, el Derecho penal
tributario, etc. Algunos autores agregan a
esta enunciación el Derecho Penal del
Trabajo, y Derecho Penal Intelectual.
3. El Derecho Penal objetivo. 3.1.
Derecho penal material, procesal penal y
penal ejecutivo.
Derecho penal objetivo es el conjunto de
normas: la totalidad de las leyes que tienen
contenido penal. A través de ellas se hace
conocer la voluntad del Estado de reprimir las
conductas antisociales más graves; también
cómo lo hará; a través de qué procedimiento.
Y, finalmente, como ejecutará las penas con
las que amenaza la comisión de esos hechos.
Esas etapas distinguen el Derecho penal
material (también
llamado material o de fondo), el procesal
penal (denominado asimismo como de
forma o adjetivo) y el penal ejecutivo.
El primero describe las conductas mandadas o
prohibidas y establece cuáles serán las
sanciones para quienes incurran en ellas (p.e.
en la Parte especial del C.P.) ; también
establece las condiciones que tienen que
concurrir para la punibilidad (Parte general
del C.P.). Por su parte, el Derecho procesal
penal es el conjunto de reglas para la
administración de justicia (el desarrollo del
juicio penal); en orden a esas reglas también
se genera un estudio sistemático que se
denomina Ciencia del Derecho procesal penal.
Conforme al particular federalismo de nuestra
organización institucional, el Código penal es
sancionado por la Nación (art. 75 inc. 12
C.N.) y los códigos de procedimientos (salvo
el que organiza los juicios federales) por los
estados particulares (las provincias y la
Ciudad autónoma de Buenos Aires), conforme
a la reserva que hicieron las Provincias, al
organizar el sistema federal, de los poderes
que no delegaron al Estado nacional (Art. 5,
121, 122 y 123 C.N.).
Por último, la sentencia de condena es, como
toda sentencia que resuelve la cuestión en
debate, es declarativa. Cuando ella condena,
al sistema se agregan las reglas de lo que se
denomina Derecho de ejecución penal para
que se apliquen la pena o la medida de
seguridad que el tribunal haya impuesto.
Cuando esa condena implica encierro, la rama
específica se llama Derecho penitenciario, que
en nuestro país estudia –principalmente- la
ley de ejecución de las penas privativas de la
libertad.
3.2. Derecho penal común y especial.
Junto al Derecho penal común, integrado por
el Derecho penal material, el formal y el de
ejecución, hay un conjunto de disciplinas
especiales las que, en definitiva, se
desprenden del mismo tronco y, por tanto
deben respetar los grandes principios –con
base constitucional y en algunos casos
marcados por los derroteros que indica la
Parte general del Código Penal- que rigen
toda la materia punitiva. Entre ellas se
encuentran:
El Derecho penal militar que cuenta con un
contenido legislativo particular y propio, un
Código conformado por tres partes:
Organización de los Tribunales militares,
Procedimiento aplicable y finalmente figuras
delictivas específicas, éste último, constitutivo
del Derecho penal militar sustantivo o de
fondo. La particularidad de esta rama radica
en los bienes o intereses jurídicos que tutela,
como el honor militar, la disciplina militar, la
eficiencia del servicio, etc.
El Derecho penal tributario destinado a
sancionar los actos que violan los intereses de
la hacienda pública. Como característica
específica cuenta con la pena fiscal la que, si
bien en algún aspecto tiende a imponer la
disciplina en el cumplimiento de las
obligaciones de esa índole, por otro lado es
sanción retributiva, en forma de multas fijas,
proporcionales o sujetas a escalas de
porcentaje. Estas persiguen, aparte de
cumplir la finalidad de prevenir la comisión de
hechos semejantes, la obtención de ventajas
económicas para el Estado. El régimen legal,
propio de la materia, tipifica los delitos
tributarios (evasión simple, evasión agravada,
apropiación indebida de tributos, etc.), los
relativos a los recursos de la seguridad social,
así como regla los procedimientos
administrativo y penal destinados a juzgarlos.
En la misma línea de actividades, existe un
Derecho penal financiero destinado a las
infracciones que se refieren a operaciones
ilícitas en sociedades, negociaciones
fraudulentas de banca, operaciones
bursátiles, simulaciones, alteraciones de
balance, etc.
En cuanto al Derecho penal económico es
aquel integrado por disposiciones especiales
que tienden a la prevención y represión de los
hechos delictivos que afectan el desarrollo
armónico de la economía nacional.
El Derecho penal disciplinario en gran medida
procura mantener el orden en la
Administración pública pero no se limita
estrictamente a las relaciones y sujetos de
ella, sino se extiende al ejercicio profesional
habilitado por el Estado y a actividades del
servicio público con independencia de los
sujetos prestadores. Este Derecho penal es
especial dispone de sanciones distintas a las
del Código penal y a las de las leyes penales
especiales. Ellas están relacionadas a la
actividad de que se trate, y se materializan
en cesantía, inhabilitación, suspensión y otras
del mismo carácter. Aparte la diferencia
también está dada por la relativa indefinición
de la tipicidad de las infracciones si, por
ejemplo, se castigase el mal desempeño en el
servicio, sin decir –concretamente- qué faltas
están comprendidas en esa imputación
genérica.
La enunciación de Derechos penales
especiales puede continuar, pero no es
conveniente que se extienda, pues se corre el
riesgo de alejar esas disciplinas del tronco
común, con la consiguiente dilución de las
garantías que resguardan la Constitución
nacional y el propio Código penal.
Sin embargo, y no obstante que el tema está
vinculado al examen que se hará en el
apartado siguiente, es preciso mencionar el
Derecho penal administrativo, que asocia al
incumplimiento de algunos deberes de los
particulares con la Administración pública o
directamente con la sociedad, como se verá
luego, que no están previstos como delitos,
con una sanción que encierra diferencia con
las propias del Derecho penal común o
material.
Sin perjuicio de volver sobre el tema,
adelantamos que esos hechos no están
previstos como delitos pues no revelan una
gravedad extrema; tanto que a esta disciplina
se la llegó a denominar Derecho penal de
bagatelas.
3.3. Delitos y contravenciones. No hay
acuerdo doctrinal acerca de las diferencias
entre ambos tipos de infracciones: una
corriente sigue un criterio cuantitativo; en
orden a la gravedad de cada una de ellas. Así
la falta o contravención tendría idéntica
naturaleza que el delito, solamente sería un
delito en miniatura.
Sin embargo, esa idea no puede conformar, y
menos ser útil en nuestro Derecho teniendo
en cuenta el federalismo que ha sido
adoptado. Como que la potestad de legislar
sobre contravenciones es un poder no
delegado por los Estados particulares al
nacional. Si la falta fuere un delito de menor
gravedad, sería suficiente que el Congreso no
considerase así el hecho contemplado por las
Legislaturas locales para llevarlo al Código
Penal y así apropiarse de una facultad que no
tiene.
Por lo mismo, sostenemos que la
contravención, antológicamente, se diferencia
del delito. Y la distinción está en que aquella
cumple una finalidad de prevención de que se
cometan delitos. Constituye una barrera para
que tal cosa suceda. Se ocupa de anticiparse
a que ocurran sucesos que afectan la vida
normal de una comunidad local y, si esto
sucede, de castigarlos aplicando sanciones
que son diferentes a las penas que contempla
el Código penal. Nunca un Código local
(llámese de Faltas, Contravencional, o de la
Convivencia Social) podría contemplar la
prisión, la reclusión o la inhabilitación; sí la
multa, hasta cierta entidad.
El Derecho contravencional debe observar
todos los principios constitucionales, de
legalidad y de culpabilidad: también los
legales recogidos por el Código Penal (la
responsabilidad penal por dolo o por culpa;
nunca objetiva), así como el procedimiento
que garantice los derechos del individuo
sometido a él.
3.4. Delitos comunes, políticos y conexos.
Es posible enfocar la diferencia entre ellos
desde tres puntos de vista: el objetivo, el
subjetivo y el mixto.
El primero pone la atención en la naturaleza
del bien jurídico afectado por la acción ilícita,
considerando delitos políticos las conductas
que dañan o ponen en peligro el
ordenamiento institucional del Estado o los
derechos de la población, entendidos como
colectivos: Con esta inteligencia, la infracción
puramente política tiene como consecuencia
la destrucción o la perturbación de la
organización común.
Según el enfoque subjetivo, lo que interesa es
la finalidad que persigue el autor: será
político si una tendencia de ese carácter lo
guía.
El criterio mixto une ambos extremos: El
delito es político cuando su autor tiene como
móvil atacar el interés de mantener la
estructura institucional que, para su gobierno,
a adoptado la comunidad. No es suficiente
que la acción afecte los intereses del Estado
(como ocurre con una malversación de los
caudales públicos) sino que es preciso que
constituya un atentado contra las condiciones
políticas de él, sea cual fuese la finalidad
última que guíe al agresor.
En cuanto a los denominados delitos conexos,
aunque se trate de un hecho que podría
también ser común, lo que le da tónica
política es que quien los comete no está
guiado por móviles bajos, como la codicia, la
venganza, el odio; es indispensable que los
motivos sean elevados (en el sentido del
posible beneficio general, como pueden serlo
los propósitos de restaurar la libertad perdida
por obra de un poder despótico.
El delito común también puede considerarse
conexo con el político cuando se ha cometido
para preparar el político o es una
consecuencia del mismo, siempre que estén
íntimamente vinculados.
4. El estudio científico del fenómeno
penal. La Dogmática penal. La Política
criminal. La Criminología. Objeto,
contenido, método y evolución de cada
una. Estudio de sus relaciones. Su
influencia en las construcciones
conceptuales modernas.
Por ciencia se entiende un conjunto ordenado
de conocimientos y para constituir una
disciplina de ese carácter, particular, debe
partir de una realidad y aplicar un método
propio.
Hablando del estudio científico del fenómeno
penal, resulta evidente que no puede haber
una ciencia que comprenda todos sus
aspectos, pues él tiene múltiples facetas y,
por lo mismo, puede ser enfocado partiendo
desde cada una de ellas.
De todas maneras, y para no extender
innecesariamente el análisis, es posible
circunscribirlo a tres desarrollos: Uno, con
raíz en el Derecho positivo vigente, lo que da
nacimiento a la Dogmática; otro entendiendo
el delito como acontecimiento natural (es
decir, fáctico) que aparece en un grupo social,
perspectiva que da curso a la Criminología. Y
el tercero, recogiendo el resultado de las
investigaciones de ambas áreas y procurando
hacer más amigable la vida comunitaria,
culmina con la adopción de una Política
criminal determinada.
De las tres maneras de visualizar el fenómeno
del delito, la única que puede llamarse,
verdaderamente, ciencia, es la Dogmática
pues tiene una base firme: el Derecho
positivo vigente (éste es el dogma, entendido
como verdad revelada en las creencias
religiosas. Y un método que, como todo
estudio científico jurídico, es deductivo,
valorativo y finalista. Esto último en el sentido
de obtener un mejor conocimiento del
Derecho para una exposición ordenada y una
aplicación más justa.
A su vez, es dable deducir de la Filosofía
(jurídico-penal en el caso) los grandes
lineamientos de lo que debe ser una
perspectiva adecuada a lo que manda una
Constitución como la argentina, protectora de
la libertad y de los demás derechos
individuales.
Por lo mismo, porque persigue fines, su labor
no puede ser aséptica. Desnaturalizaría su
condición de ciencia si constituye una mera
exposición de la ley, tal cual su texto. Por el
contrario: se trata de la reconstrucción del
Derecho positivo vigente utilizando las
herramientas que ella misma ha ido
elaborando. La tarea de la Dogmática no es
un ejercicio de lógica pura porque lo que
interesa, fundamentalmente, es examinar los
contenidos del sistema jurídico-penal,
descubrir el telos de la norma, siendo el
objetivo final que las decisiones
jurisdiccionales resulten predecibles.
Lo único cierto es que no realiza la crítica a
los efectos de reformar la normativa, pues
ésta es una labor que corresponde a la
Política criminal; tampoco debe sustituir lo
que es el texto legislado por criterios
sociológicos; vicio en que incurre un sector de
la doctrina contemporánea. Esta última
observación crítica viene a cuento porque, si
bien interesa conocer cómo funcionan los
grupos, en orden al control social, ninguna
observación al respecto, por muy acertada
que sea, puede dejar de lado lo que la ley
dispone.
Es el Derecho positivo vigente el objeto de
estudio. A las demás disciplinas científicas
que se ocupan de los problemas de la
delincuencia, corresponde la aplicación de
otros métodos no dogmáticos. La
investigación de leyes naturales, de
regularidades aproximativas en los
fenómenos, etc., es una actividad
experimental y preferentemente inductiva. La
Antropología criminal, la Sociología criminal y
la Criminalística no se deben confundir con el
Derecho penal, como ciencia normativa, y de
la conveniencia de un método determinado
para aquellas investigaciones no puede
deducirse la adecuación del mismo método
para el Derecho penal. Pero de este aserto no
se deduce que los hallazgos de estas
disciplinas deban dejarse de lado para la que
constituye el objeto central de nuestro
estudio.
En un momento se creyó que la labor
científica debía ser la de examinar
exclusivamente la ley, y elaborar teorías que
posibiliten el dictado de sentencias
previsibles.
Hoy existe la convicción de que eso no es
suficiente, de que la norma es sólo una parte
del objeto de estudio mientras que a la otra la
constituye el propio funcionamiento del
sistema, porque de no ser éste examinado,
queda sin comprobación si se realizan o no
los fines que el Derecho se propone.
Esto explica la insistencia, de una parte de la
doctrina contemporánea, en que la Teoría del
Delito debe reelaborarse a partir de la pena la
que, al fin y al cabo, es la única realidad que
da origen a esta rama del Derecho.
De todas maneras, sean cuales fuesen los
enfoques (que en distintos momentos del
siglo XX dieron lugar a absurdamente
encarnizadas "luchas de escuelas") debe
presidir las conclusiones el espíritu que destila
la Constitución Nacional Argentina, según el
cual la libertad y la inocencia son la regla, en
tanto que los errores humanos merecen la
tolerancia que deriva de comprender que la
falibilidad es una perspectiva propia de la
especie.
En cuanto a la Política criminal ha sido
considerada como una disciplina integrante de
la llamada Enciclopedia de las ciencias
penales, y tiene por objeto de los medios
necesarios para enfrentar con mayores
perspectivas de éxito el fenómeno de la
delincuencia. Desmenuzando la
denominación, tenemos que Política es el arte
de gobernar, lo que unido al
adjetivo criminal representa la idea de cómo
gobernar mejor en esa área de los
acontecimientos lesivos que se producen en la
sociedad. Los hallazgos político-criminales
guían las decisiones que toma el poder
político para proteger los bienes jurídicos
fundamentales o proporciona los argumentos
para criticar esas decisiones. Cumple, por
ende, una función de guía de los senderos
para un mejor actuar y de crítica de las
decisiones equivocadas.
Se supone que el Estado, como organización
jurídica de la comunidad, tiene que ser
conducido de tal manera que materialice
determinados proyectos. Consecuentemente
tiene que existir primero una idea de lo que,
por estimárselo bueno y útil, se debe hacer y
luego poner los medios de que se disponga al
servicio de esa finalidad.
También es deseable que los lineamientos
sean seguidos por los sucesivos gobiernos,
sin perjuicio de que cada uno de ellos adopte
las modalidades que le parezcan más
adecuadas para llegar a la meta.
Trasladando estas consideraciones a la
Política criminal de la República Argentina,
una apreciación muy genérica demuestra, a
mi juicio, lo siguiente:
La sociedad, y quienes la representan
formando parte de los órganos de conducción
del Estado, responden ante el delito con
impulsos emocionales. Reaccionan ante la
trasgresión de sus reglas pero no saben bien
qué hacer con los infractores.
En las dos primeras décadas del siglo XX
(aunque ello haya ocurrido en muy raras
ocasiones) mataba legalmente, como que
estaba vigente la pena de muerte, a los
autores de los crímenes más feroces, enviaba
a la cárcel a quienes no llegaban a tal nivel de
"peligrosidad" y no adoptaba ninguna medida
(que por lo menos el público pudiese percibir)
para con el resto.
Salvo la supresión del castigo capital, nada
cambió desde entonces y en la actualidad
sigue la desorientación.
La sociedad, como siempre, reclama
seguridad con relación a la delincuencia y el
Estado no tiene respuestas novedosas y –lo
que es peor- no emite señales unívocas.
Las actitudes son las tradicionales: Por un
lado procura intimar. La amenaza que utiliza
el Poder ejecutivo en alguna ocasión en que
hechos graves conmocionan a la opinión
pública, consiste en reimplantar la pena de
muerte.
La acción legislativa concreta opera, por un
lado, aumentando hasta límites inconcebibles
(por el absurdo a que en la práctica conduce
y por su propia irracionalidad) el número de
acciones punibles. Asimismo, en una actitud
ingenua (pero ciertamente peligrosa para los
derechos individuales) aumenta las escalas
penales de las figuras tradicionales creyendo
que por esa vía se logrará algún efecto en el
cuerpo social.
Decimos que la actitud es ingenua, porque a
esta altura ya nadie –y menos un legisladordebería desconocer que la pura forma de un
texto legal no modifica la realidad.
Transformar la realidad implicaría que la
mayor cantidad de delitos sean esclarecidos y
sus autores juzgados. Para lograrlo se
requiere un esfuerzo mucho mayor que el que
representa sancionar una simple corrección
de la ley: se tienen que aplicar recursos
económicos para incrementar la eficiencia de
la Política, para acelerar los trámites de la
Justicia y para transformar en lugares
humanamente habitables las prisiones.
Aparte, y básico, se necesita la concurrencia
de una auténtica voluntad colectiva de
resolver los problemas íntegramente,
respetando los principios constitucionales, y
entre ellos el de igualdad, de forma que la ley
se aplique a todos, parejamente.
Es imprescindible que exista un auténtico
espíritu republicano, que se halle
consustanciado con la historia y las
tradiciones argentinas, de manera tal que de
ellas se nutra y no de la imitación de
instituciones importadas ("arrepentido",
"agente encubierto", etc.) que chocan con los
sabios preceptos receptados por nuestros
próceres de 1853.
La otra faceta que muestra el Estado
argentino actual es de signo totalmente
contrario: Suscribe convenios internacionales
(algunos incorporados ahora a la
Constitución) y participa de actividades de la
Organización de las Naciones Unidas signadas
claramente por la idea de humanizar el
sistema penal: propugnan desincriminar los
hechos que no representan una amenaza
seria para la pacífica convivencia y reducir las
sanciones a la mínima expresión que sea
posible en aras a esa misma convivencia.
Aparte, son elaborados proyectos de ley
(algunos lograron aprobación) que enfrentan
de manera más racional la realidad cotidiana,
propiciando –entre otras cosas- alternativas a
la pena de prisión, suspensión del juicio a
prueba, etc.
Hay que reconocer que también deroga el
Congreso (hecho inusual porque lo corriente
es que sume y no reste) algunas figuras como
la del desacato, reñida absolutamente con el
espíritu republicano y espada pendiente que
en cualquier momento podía caer sobre una
prensa que no fuese complaciente con el
régimen de turno.
La Criminología, por su parte, es la disciplina
que estudia los factores incluyen para que se
genere la delincuencia. En la época en la cual
el Positivismo criminológico tuvo su auge
(fines del siglo XIX y comienzos del XX) se
distinguían dos corrientes: La Antropología
criminal, que inició el médico Cesare
Lombroso y Sociología criminal, cuyo máximo
representante fue el jurista y sociólogo Enrico
Ferri. En las últimas décadas del siglo XX
surgió otra corriente, llamada Criminología
crítica que especuló en torno de la incidencia
que el propio sistema penal tiene para
generar –a su vez- criminalidad.
Desde hace unas décadas, una corriente
doctrinaria vuelve sobre el tema de las
relaciones entre todas estas disciplinas
descubriendo la forma en que la Política
criminal se proyecta hacia el saber penal, al
proporcionar el componente teológico
interpretativo. Este, a su vez, está
impregnado por concepciones ideológicas que
difieren, como es lógico, según el intérprete.
El resultado de estas elucubraciones tiende a
traducirse en soluciones para casos
concretos, que son soluciones dadas por un
poder del Estado, es decir, actos de gobierno
o, lo que es lo mismo, actos de decisión
política.
Así la propuesta político-criminológica
concreta es orientada por el saber penal, al
ensayar la interpretación coherente de las
decisiones político-legislativas para
proponerla en la solución de los casos
concretos como proyectos de decisiones
judiciales, que no pueden evadirse de ese tipo
de componente político.
LA CIENCIA DEL DERECHO PENAL
1. Conceptos.
Ciencia del Derecho Penal: “Es la rama del conocimiento humano compuesta
por un acervo de nociones jurídicas de naturaleza Intelectual referida tanto a un
sistema de normas, como a uno de conceptos científicos, ambas
correspondientes al delito, el delincuente y a las penas o medidas de
seguridad”.
Para Cuello Calón, la Ciencia del Derecho Penal es
“el conjunto sistemático de principios relativos al delito, a la pena y a las
medidas de seguridad”.
Desde el ámbito normativo, el Derecho penal “es un conjunto de normas
positivizadas por una ley, que describen comportamientos tenidos por
intolerables o graves y los amenaza con reacciones represivas que son las
penas o, en determinados casos, medidas de seguridad” Gonzalo Quintero
Olivares.
También puede definirse como “la rama del Derecho público interno relativo a
los delitos, a las penas y a las medidas de seguridad, que tiene por objetivo
inmediato la creación y la conservación del orden social” (Fernando
Castellanos Tena).
“Conjunto de normas y disposiciones jurídicas que regulan el ejercicio del poder
sancionador y preventivo del Estado, estableciendo el concepto del delito como
presupuesto de la acción estatal, así como la responsabilidad del sujeto activo,
y asociando a la infracción de la norma una pena finalista o una medida
aseguradora” (Jiménez de Asúa)
“Es la suma de todos los preceptos que regulan los presupuestos o
consecuencias de una conducta conminada con una pena o con una medida de
seguridad y corrección” (Roxín)
Estructura de la NORMA PENAL:
ACLARACIÓN PREVIA: No es lo mismo “norma penal” que “Ley penal”.
-
a) Estructura Formal de la norma: Proposición hipotética compuesta de dos
elementos:
Supuesto de hecho
Consecuencia jurídica.
2. Distintas denominaciones, según el derecho comparado:
a)
b)
c)
d)
e)
España y Latinoamérica: Derecho Penal
Francia: Droit pénal
Italia: Diritto penale
Alemania: Strafrecht
Inglaterra: Droit criminel
3. Nociones relacionadas con el Derecho Penal:
a) Derecho Penal subjetivo: Potestad jurídica del estado de sancionar una
conducta penalmente ilícita.
b) Derecho Penal objetivo: Normas jurídicas emanadas del poder público que
establecen delitos, penas y medidas de seguridad y su forma de aplicación.
c) Derecho Penal sustantivo: Norma relativa al delito, al delincuente y a al
pena o medida de seguridad.- Se plasma en la “Ley Penal”.
d) Derecho Penal adjetivo: Normas que se ocupan de aplicar el derecho
sustantivo; se refiere al procedimiento para dictar una sentencia.- Se establece
en el Código de Procedimientos Penales.
4. El objeto y el método:
OBJETO:


-
-
a) Delitos:
Noción Jurídico formal: Entidades típicas que traen aparejada una sanción
penal. Acto u omisión que sancionan las leyes penales
Noción Jurídico sustancial
Corriente unitaria o totalizadora: Delito es la unidad jurídica que describe una
conducta sancionada por la ley penal.
Corriente Atomizadora o analítica: Hace referencia al conjunto de elementos
que integran un tipo penal. Por ejemplo: Conducta típica, antijurídica, realizada
por alguien imputable y por tanto culpable que dará por consecuencia la
punibilidad.
b) Penas: Consecuencia jurídica por la comisión de un delito. Es una especie
del género “sanción jurídica”; es la más grave de las sanciones del
ordenamiento jurídico.
Debe ser Justa.
Proporcional a la gravedad del delito
Necesaria para el mantenimiento del orden social.
c) Medidas de seguridad: Medio proporcional a la peligrosidad del agente, por el
cual, el estado trata de evitar la comisión o reiteración de un delito. No se
aplican en vía de sanción, sino como tratamientos correctivos.
Curativos
-
Psiquiátricos
Desintoxicador
Educativo, etc.
Atendiendo a su objeto teleológico: Es el instrumento más enérgico de que
dispone el Estado para evitar las conductas socialmente insoportables.
(Principio de última ratio).
METODOS Y SISTEMÁTICA DEL DERECHO PENAL:
-
Objetivo del método: Instrumento para atacar y resolver un problema. El
método empleado en el estudio del Derecho Penal, camina de la mano con la
Filosofía del derecho imperante en cada momento histórico:
Filosofía en general – Grecia y mundo antigüo
Ius filosofía: Teología Moral y Derecho Natural – ius naturalismo - : Edad media
Filosofía del Derecho: Ciencia autónoma: siglo XVII – Derecho Natural como
filosofía del derecho positivo.
Ius Positivismo.
Ius Realismo o realismo jurídico.
a) Métodos generales:
Inferencias inmediatas y no progresivas: Se aprecian y valoran los hechos
tal como se perciben, en el lugar y tiempo en que se presentan.
-
Deductivo: Se parte de lo general para arribar a conclusiones particulares,
generalmente a través de silogismos.
-
Inductivo: Es el método inverso, que busca crear principios generales a partir
de la observancia de hechos o circunstancias particulares.
-
Inferencia por analogía (Analógico): Consiste en confrontar dos o más
realidades para descubrir sus características, semejanzas y diferencias.
-
La estadística: Constituye el instrumento numérico que muestra de manera
objetiva el resultado cuantitativo de los hechos, apreciados a partir de criterios
preestablecidos.
-
Dialéctica – reflexión trascendental -: Constituye el ejercicio intelectual que
busca llegar a la verdad a través de la confrontación de argumentos lógicos,
para arribar a conclusiones que a su vez son discutibles y generan nuevas
reflexiones.
-
Fenomenología: Constituye la apreciación y calificación objetiva de los hechos,
tal como se presentan en la realidad.
- Materialismo Dialéctico: Es la búsqueda de la verdad a través de confrontar
razonamientos que prescinden de toda manifestación espiritual o metafísica.
- Semiótica positivista: Analiza los hechos a partir de la simbología propia y
característica de cada cultura.
-
Estructuralismo: Analiza las manifestaciones culturales de los pueblos a partir
de sus estructuras sociales, religiosas o jurídicas, representadas en ritos,
creencias o tradiciones.
b) Métodos Jurídicos clásicos – según Bochenski -:
-
Deductivo
Reductivo- inductivo
Fenomenológico
Semiótico (Estudio de los signos – lingüísticos o de la naturaleza - en la vida
social).
MÉTODOS JURÍDICOS A PARTIR DEL S. XVIII
a) Formalismo o Positivismo:
- Surgimiento: Mediados del siglo XIX con el nacimiento del positivismo.
- Característica: La ley es la materia de estudio e investigación. Estudia la
normatividad en su aspecto formal – voluntarismo del legislador -.
- Derivaciones
 Positivismo analítico: La materia de estudio es el derecho positivo establecido
por voluntad del soberano – independientemente de su valoración  Positivismo sociológico: La materia de estudio es la sociedad a través de la
lucha de sus clases por la supremacía. Siempre triunfa el fuerte sobre el débil.
El estado es creado por el fuerte para legitimar su dominio sobre el débil. El
instrumento de dominio es el Derecho.
- Presupuesto: Se considera vinculante cualquier ley que haya sido elaborada
según unas determinadas reglas, sin tomar en cuenta su contenido –
Positivismo legalista -.
- Refleja un modo de entender el derecho con un carácter puramente formal, en
el sentido de que se concibe a la propia norma de Derecho como una formal
categoría metajurídica cuyo contenido sustancial es excluido, quedando
reducido a una mera fórmula resultado del positivismo jurídico llevado a sus
extremos.
- Principales exponentes: Ihering, Coing, Binding, Von Liszt.
-
-
-
-
b) MÉTODO DEL NEOKANTISMO.
Surgimiento: Siglo XX – renacimiento filosófico posterior al positivismo.
Punto de transición: El criterio de solución de un conflicto fáctico por medio de
la ley, se debía no tanto al producto de un razonamiento, sino al de una
votación.
SUPUESTOS: Se requiere dar importancia a categorías axiológicas de
naturaleza espiritual o psíquica.
PRESUPUESTO: Toda decisión debe ser interpretada como una delimitación
de intereses contrapuestos y como una estimación de esos intereses mediante
juicios de valor, entre los que se encuentran libertad, poder y cultura.
Se desliga al derecho de las ciencias meramente naturales (ciencias del ser)
para incluirlo en las culturales (ciencias del deber ser).
Principales exponentes: Windelband quien se remite a Kant y Hegel; Rickert,
Stammler, Radbruch, Mayer.
c) MÉTODO DEL FINALISMO:
Surgimiento: Años 20s.del siglo XX.
Característica: Implica un cambio respecto del positivismo formalista y del
relativismo axiológico neokantiano.
Admite la distinción neokantiana entre ciencias de la naturaleza y ciencias del
espíritu, pero éstas últimas estudian la realidad de las acciones humanas en su
finalidad (actitudes subjetivas, condicionamientos anímicos y momentos
espirituales), a fin de lograr soluciones más justas, por más adecuadas, a la
propia personalidad del comportamiento humano en sociedad.
-
PRESUPUESTO: La dogmática debe ser sistemática y tener como objeto
básico lo permanente, lo supranacional, lo suprapositivo de la materia jurídica,
no puede hacerse a partir de la subsunción de una norma jurídica, sino que se
debe atender a principios reguladores de determinadas materias que respetan
la naturaleza – finalidad - de las cosas.
El objeto ontológicamente determinado es solamente el portador del valor, pero
no el valor mismo.
-
CRÍTICA: Al partir de las operaciones lógico- abstractas prescindiendo de sus
repercusiones sobre la realidad de la aplicación del Derecho penal, se
provocaba una radical separación entre las elucubraciones dogmáticas y las
necesidades reales – y variables – de la aplicación del Derecho Penal en la
sociedad. – Política criminal -.
-
PRINCIPALES EXPONENTES: Hans Welzel.
d) MÉTODO FUNCIONAL O TELEOLÓGICO.
Surgimiento: años 60s del siglo XX.
ORIGEN: Transición de la dogmática jurídico-penal de signo ecléctico.
CARACTERÍSTICAS: Se vincula la ley penal con la realidad social; el derecho
tiene un contenido social y es esa realidad social la que tiene que ser no solo
regulada, sino eficazmente entendida y atendida por el derecho para la
consecución de sus fines de seguridad jurídica para la convivencia, sobre la
base de la protección a los bienes jurídicos de los miembros de la comunidad.
- Enlaza la tradición metodológica del neokantismo con la perspectiva filosófica
del funcionalismo sociológico.
- Principales exponentes: Claus Roxin; Bernd Schunemann, Günther Jakobs.
- DIVISIÓN:
 Funcionalismo moderado: Necesidad de mejorar la contraposición tradicional
entre lo dogmáticamente correcto y lo político-criminalmente satisfactorio.
Criterio de flexibilidad.
 Funcionalismo radical: Propone una refundamentación normativa de la teoría
del delito y del método dogmático en general.
-
5. Ciencias Penales: Son aquéllas que se encargan de estudiar, desde
diferentes perspectivas, el fenómeno criminal:
a) Dogmática Jurídico Penal: Es la ciencia que estudia el contenido interno del
Derecho Penal, específicamente el contenido normativo. (Santiago Mir Puig).
“Es la disciplina que se ocupa de la interpretación, sistematización, elaboración
y desarrollo de las disposiciones legales y opiniones de la doctrina científica en
el campo del Derecho Penal” (Claus Roxín).
Función: Averiguar el contenido de las normas penales, sus presupuestos, sus
consecuencias, de delimitar los hechos punibles de los impunes, de conocer en
definitiva los hechos punibles de los impunes, de conocer, en definitiva, qué es
lo que a voluntad general expresada en la ley penal quiere castigar y cómo
quiere hacerlo. Delimita el poder o facultad sancionadora del estado a los
linderos permitidos por la ley.
-
Interpretación: Subsunción de un determinado hecho en un determinado
precepto jurídico.
Sistematización: Creación de un sistema abierto a las necesidades y fines
sociales; con la flexibilidad y adecuación necesarias.
Crítica del Derecho Penal positivo: Actividad resultante de la aplicación de la ley
penal a los casos concretos y la experiencia obtenida de este ejercicio.
Construye nuevas tendencias acorde a las nuevas necesidades.
b) Política Criminal: Aunque no hay consenso para considerarla una Ciencia
autónoma, quienes si lo hacen, la definen como la Disciplina que se encarga
del estudio del fenómeno criminal en aras de su prevención y su pretendida
erradicación. “Conjunto sistemático de los principios fundados en la
investigación científica de las causas del delito y de los efectos de la pena,
según los cuales el Estado ha de llevar a cabo la lucha contra el delito por
medio de la pena y de las instrucciones con ella relacionadas” (Fran Von Liszt).
Contesta a la pregunta de “cómo conviene que sea o debe ser el Derecho
Penal positivo” en un lugar y tiempo determinado – Estrategia penal, utilitarismo
penal -.
Para algunos autores constituye un puente de unión entre el Derecho Penal y
la Criminología.
c) Criminología: En su concepto más amplio, es “la ordenada totalidad del saber
empírico sobre el delito, los delincuentes, la reacción social negativa y el
control de esa conducta”. (Kaiser)
“Es la ciencia que se ocupa de las causas del delito y de sus formas de
comisión, de la prevención y de la lucha contra el mismo” (Quintero Olivares,
Gonzalo).
“Es una ciencia que procura una explicación causal del delito como la obra de
un autor determinado” (Enrique Bacigalupo).
CARACTERÍSTICAS:




Ciencia empírica
Interdisciplinaria
Estudia el delito como un hecho en la vida del individuo y la sociedad.
Estudia la personalidad del delincuente y la aplicación práctica y la eficacia
real de las penas y las medidas de seguridad.
TENDENCIAS DE LA CRIMINOLOGÍA:
1. Criminología tradicional o clásica: Reduce su objeto de análisis al estudio del
delito y el delincuente.
2. Corrientes mayoritarias: Aceptan una ampliación lógica del objeto y estudian
junto al delito y al delincuente, todo el mecanismo de control social, referido
tanto a los procesos de criminalización primaria – legislativa – como a los
procesos de criminalización secundaria o aplicación de las leyes a las personas
condenadas.
3. Corrientes críticas: Ponen en primer lugar el estudio del mecanismo de control
social ejercido por el Derecho Penal, resalta la ideología política del criminólogo
y se formulan alternativas al modelo social.
(De la criminología como teoría de la criminalidad, a la Criminología como
teoría de la criminalización”).
Para Fernando Castellanos Tena, la Criminología representa el término de
muchas Ciencias Penales, entre las que destacan:
a) La antropología criminal: - Biología Criminal – Investiga las causas
biológicas del delito.
- Origen: César Lombroso: En 1876 publicó el libro: “El hombre delincuente”,
según el cual, el criminal congénito o nato, es un ser atávico, con regresión al
salvaje. Su teoría descansa en TRES puntos fundamentales:
 Atavismo
 Locura Moral y,
 Epilepsia
El delincuente nato o congénito, representa al “tipo criminal” próximo al
“hombre primitivo”.
Posteriormente surgió la escuela “constitucionalista” (constitución criminal) que
analizaba la predisposición del delincuente a partir de sus características
morfológicas, funcionales y psicológicas que les predisponen a la comisión de
delitos. Hay tres tipos de estructura corporal:
 Leptosómico (asténico): alto y delgado
 Atlético: Recio y fuerte
 Pícnico: adiposo
-
Según los resultados de ciertas investigaciones, los esquizotímicos
(leptosómicos y atléticos) suelen ser asociales, enemigos de los demás
hombres y por consiguiente entre ellos existe mayor número de delincuentes,
en particular incorregibles. Los ciclotímicos o cicloides son menos inclinados al
delito, pues son afectuosos, dispuestos a la amistad y si delinquen son
susceptibles de reformarse.
Esta corriente doctrinal, parte de la existencia de anormalidades o deficiencias
en el funcionamiento de las glándulas de secreción interna (tiroides, pituitaria,
pineal, el timp, glándulas sexuales, etc.) que inciden en el carácter y
comportamiento de las personas y pueden dar lugar a la comisión de delitos.
Es el nexo con la endocrinología criminal.
-
Otros factores biológicos de la criminalidad:

La herencia, a través de la cual se pueden transmitir diversas “taras” o
predisposiciones a la criminalidad (defectos mentales, alcoholismo,
prostitución, etc.).
Se hicieron diversos estudios, incluso entre gemelos monocigóticos
(idénticos), sin embargo, los resultados no fueron concluyentes ni uniformes,
mientras que algunos consideran que la tendencia al delito es heredada, otros
le conceden la misma importancia o incluso mayor, a los factores ambientales.

La edad: Según estudios realizados se ha llegado a la conclusión de que la
criminalidad alcanza su cifra máxima en la juventud, generalmente desde los
18 o 19 años hasta los 25. Posteriormente declina hasta la edad de 40 años y
desciende rápidamente para cesar por completo en la vejez. Sin embargo, la
edad tiene también importancia por lo que ve a los tipos de delitos:

El Sexo: Estadísticamente el mayor rango de criminalidad se da en la
población masculina; en tanto que en las mujeres la incidencia delictiva es
sustantivamente inferior.
Entre una de las razones expresadas que parecen más aceptables se
encuentra el que las muchachas son vigiladas con mayor cuidado que los
muchachos, y se conducen de acuerdo con los códigos sociales que les
inculcan la necesidad de ser buenas. Tal diferencia de cuidado y vigilancia
provendría del temor a eventuales maternidades ilegítimas, lo que no es
posible en el sexo masculino (Seelig, Tratado de Criminología).
Sin embargo, actualmente se está observando un cambio en los patrones –
una masculinización de la mujer -, quizá motivada por la mayor participación
femenina en la vida social y la mayor facilidad para evitar los embarazos o para
suspenderlos.

La Raza: Según Von Liszt, la configuración de la criminalidad estaría
determinada también por influjos raciales. Para ello se comparó la actividad
delictiva entre la raza blanca caucásica, la negra y asíática y la judía, y algunos
estudios arrojaron que existe mayor predisposición a delinquir o por lo menos a
determinado tipo de delitos, de éstas últimas por encima de la raza blanca
europea.
Sin embargo, opiniones recientes desacreditan estos resultados a partir de que
no se toma en cuenta el contexto social y cultural de los pueblos, en donde
existe un mayor rango de discriminación, aislamiento, criminalización y
pobreza, factores que contribuyen a una mayor persecución policial y en
general de las instituciones del Estado.
b) La sociología Criminal: Pretende hallar las causas de la delincuencia en
el contexto
social – medio ambiente – más que en los factores
personales del delincuente. (Enrique
Ferri).
“El medio social es el caldo de cultivo de la criminalidad; el microbio es el
criminal, un
elemento sin importancia hasta el día que encuentra el caldo
que lo hace fermentar” –
Alejandro Lacassgne – en 1885 -.
Principales razones sociológicas para la delincuencia:
-
Mal ambiente familiar. Es uno de los factores de mayor importancia. Influyen
decisivamente los ejemplos paternos y fraternos. Así como la pérdida de
alguno de los padres por muerte, abandono o separación, o bien la falta de
armonía y disfunción en el trato:
 Mala disciplina (muy suave o muy enérgica).
 Pobreza
- Periodo escolar: Entre los delincuentes se observan en mayor medida a los
analfabetas y alumnos con problemas de aprendizaje – aunque estos en
ocasiones tienen que ver con cuestiones económicas -.
- Malas compañías: Se les considera como un eficiente factor criminógeno.
- Ambiente Urbano – Grandes ciudades -. Las estadísticas reflejan una mayor
incidencia delictiva en los centros urbanos, que en las zonas rurales. La vida
campesina es generalmente más sana, vigilada y disciplinada. Hay mayor
cohesión familiar y la mala conducta es socialmente censurada con mayor
rigor. Lo que no ocurre en las grandes ciudades en donde se pierde el control
de los hijos por parte de los padres.
Sin embargo no todos están de acuerdo, hay quienes afirman que muchos no
se han convertido en criminales por estar en una gran ciudad, sino que han
venido a vivir en ella porque son criminales. De cualquier manera se coincide
en que en las grandes urbes existe una mayor propensión al delito.
-
Ambiente urbano – zonas específicas -. En las grandes ciudades, existen zonas
en donde es particularmente perceptible la incidencia delictiva: barrios, casas
miserables, sucias, insalubres; falta de empleo, que contribuyen a un mayor
índice de delincuencia.
c) La endocrinología Criminal: Intenta descubrir el origen de la delincuencia en
el funcionamiento de las glándulas de secreción interna, buscando demostrar la
influencia de las hormonas en la etiología y aparición del hecho delictivo. El
delito es fruto de los desequilibrios hormonales responsables de los trastornos
en la conducta humana.
Expositores: (Nicolás Pende y Giuseppe Vidoni).
d) La psicología Criminal: Rama de la antropología criminal. Estudia al
delincuente a partir de sus caracteres psíquicos. Adquirió relevancia a partir de
los estudios de Freud y Adler.
Según Freud, el delito es resultado del “ello” – instinto – que triunfa sobre el
“super yo” – conciencia Moral -. Todos los fenómenos humanos tienen como
fuente de producción, el aspecto sexual.
Busca descubrir las motivaciones internas – complejos - a través de
psicoanálisis – escudriñando el subconsciente de las personas generalmente a
través de la hipnosis -. Así describe entre otros:
-
Complejo de Edipo: Amor sexual hacia la madre y hostilidad hacia el padre o
quien lo representa.
Complejo de Narciso: Enamoramiento de sí mismo por exaltación de las propias
cualidades, físicas o de otra índole.
Complejo de Diana: Continencia sexual propios de las doncellas.
En cambio Adler considera que el impulso o motor de la vida es el sentimiento
de la propia personalidad. Por tanto, el delito es resultado de un complejo de
inferioridad adquirido a partir de la disminución de los valores personales,
orgánicos y sociales que buscan ser compensados mediante la tendencia del
hombre al poder o dominio en medio de una lucha interna y externa.
LECTURAS
Criminología:
RELACIONADAS
“Escuela
Positivista
Italiana”: “Lombroso
y Garófalo”
DICCIONARIO DE COMPLEJOS
e) La Estadística Criminal: Da a conocer las relaciones de causalidad
existentes entre determinadas condiciones personales, determinados
fenómenos físicos y sociales y la criminalidad. Evidencía sus causas, su
aumento o disminución así como su forma de aparición.
Ciencias auxiliares del Derecho Penal:
- Medicina Legal: Pone al servicio de la administración de justicia penal los
conocimientos y las técnicas médico-quirúrgicas. Es importante sobre todo en
los delitos de sangre y en los de contenido sexual. El perito busca encontrar el
nexo causal entre el autor y el resultado de su conducta.
La psiquiatría forense, como parte de la medicina legal, contribuye a dotar al
Juzgador de los conocimientos necesarios para conocer si la causa de un delito
tiene su origen en enfermedades o trastornos de la mente del autor, en cuyo
caso, éste puede resultar inimputable y ser sometido a medidas de seguridad.
- Criminalística: La constituye el conjunto de conocimientos heterogéneos
encaminados al hallazgo de los delincuentes, al conocimiento del modus
operandi de los autores del delito y al descubrimiento de las pruebas y de los
procedimientos para obtenerlas y utilizarlas.
d) Victimología: Fruto de las tendencias actuales del derecho; si bien surgió en
los albores de la historia del derecho; la evolución de la sociedad y del derecho
terminó relegando a la víctima del delito a un plano de mera referencia formal.
Sin embargo, a partir de la segunda guerra mundial, se retomó la integralidad
de los actores en el delito, y la Victimología reinició su expansión más allá de la
Criminología. En el Derecho Penal, la víctima es el titular del bien jurídico
penalmente protegido que ha sido dañado o puesto en peligro; por tanto la
Victimología se ocupa de la víctima del delito, atendiendo a su intervención en
el surgimiento de éste y en la posterior solución del conflicto. Se preocupa por
los derechos y necesidades de la víctima, en aras de mantener el equilibrio
entre los derechos de ésta última y los del imputado.
TAREA DE INVESTIGACIÓN: Situación jurídica de la víctima desde la
perspectiva constitucional en México.
6. PRINCIPALES DOCTRINAS PENALES:
a) ESCUELA CLÁSICA:
-
Origen: Francisco Carrara (sucesor de las ideas de Rossi y Carmignani).
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Principios básicos: No obstante las discrepancias existentes entre los adeptos
a esta corriente – Carrara, Rossi y Carmignani -, coinciden esencialmente, en
los siguientes postulados:
La imputabilidad moral basada en el libre albedrío. Se es penalmente
responsable porque al gozar de libre arbitrio, se es moralmente responsable.
La Pena es un mal impuesto al delincuente en retribución del delito cometido.
Sentido individualista de protección y garantía contra posibles abusos y
arbitrariedades. Preponderancia de los principios de legalidad en el
procedimiento e imposición de las penas.
La exclusiva atención consagrada a la acción criminal, al delito, con un
completo descuido de la persona del delincuente. – No se juzga la “maldad” del
delincuente, sino “lo malo del hecho”.
Su designación no obedece a una autodenominación, sino que fue llamada
“clásica” por sus detractores quienes le dieron ese nombre como sinónimo de
antigüa o rebasada.
b) ESCUELA POSITIVA:
- Doctrinistas: César Lombroso, Enrique Ferri y Rafael Garófalo.
- Principios básicos: (Cuello Calón – Derecho Penal).
 El delito es un fenómeno natural y social producido por causas de orden
biológico, social y físico.
 El delincuente es un ser biológica y psíquicamente anormal.
 La creencia en el libre albedrío de la libertad humana es una ilusión, puesto
que la voluntad se encuentra determinada por influjos de orden físico, psíquico
y social.
 Como consecuencia de esta concepción determinista, la responsabilidad penal
deja de fundamentarse sobre la imputabilidad moral construyéndose sobre la
base de la responsabilidad social.
 La función penal tiene como fin la defensa social.
c) LA “TERZA SCUOLA”: (Escuela Crítica)
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Creadores: Alimena y Carnevale.
Origen: Surgió en oposición a la doctrina de la escuela positiva aún cuando
acepta algunos de sus postulados. – Postura ecléctica entre positivismo y
escuela clásica -.
Principios:
Niega el libre arbitrio
Delito: Fenómeno individual y social
Estudio científico del delincuente y criminalidad
Acepta el principio de la responsabilidad moral
Distingue entre imputables e inimputables
No considera el delito como actos de personas dotadas de libertad, sino que
actúan bajo el influjo de la coacción de la pena.
d) ESCUELA SOCIOLÓGICA ALEMANA – LISZT –
- Principios fundamentales:
 El delito se origina por diversas causas (individuales, externas, físicas, sociales
y económicas).
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La pena se justifica para mantener el orden jurídico y la seguridad social.
(Amenaza – Prevención general – y Ejecución de la pena – intimidación
general para todos y intimidación personal y corrección para el delincuente -.
e) DIRECCIÓN TÉCNICO – JURÍDICA.
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Origen: Italiano: Arturo Rocco, Manzini, Massari, Battaglini).
Postulado principal: La ciencia penal no aspira a la indagación filosófica de un
derecho penal natural, ni a la formación del derecho penal del porvenir;
abandonando toda discusión filosófica, limita su objeto a la elaboración
técnica de los principios fundamentales de sus instituciones, y a aplicar e
interpretar este derecho.
Principios:
El delito es una pura relación jurídica que prescinde de aspectos personales y
sociales.
Hace abstracción del libre arbitrio, como base de la imputabilidad, pero
mantiene la distinción entre imputables e inimputables.
La pena es reacción jurídica contra el delito reservada para los imputables.
Los inimputables quedan sometidos a medidas de seguridad se carácter
administrativo y desprovistas de sentido penal.
7. Relación del Derecho Penal con otras disciplinas:
a) Disciplinas Jurídicas:
- Derecho Romano: Como antecedente directo del Derecho Mexicano, de él
derivan las principales instituciones jurídicas, muchas de las cuales tienen
relación con el derecho penal.
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Derecho Civil: Para algunos doctrinistas, es el tronco u origen del Derecho,
puesto que busca resolver los conflictos que surgen dentro de la “civitas” es
decir, dentro de las comunidades humanas. Con el tiempo se especializó en
diversas áreas o ramas que dieron origen a muchas de las actuales disciplinas
jurídicas.
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Derecho Mercantil: Al reglamentar los actos de comercio entre las personas,
contempla algunas conductas que por su gravedad contienen sanciones de tipo
penal.
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Derecho Procesal: Establece las normas generales del procedimiento que
garantiza el debido proceso y la garantía de audiencia y defensa de las partes
en un conflicto.
-
Derecho Constitucional: Surge de la Constitución, que a su vez contiene los
preceptos y principios fundamentales que rigen las normas jurídicas en
beneficio de los habitantes.
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Derecho Administrativo: Al contemplar normas que regulan las relaciones entre
el estado y los particulares, contiene diversas hipótesis que configuran ilícitos
penales.
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Derecho Agrario: Como resultado de conflictos por la tenencia de la tierra, el
derecho agrario es prolijo en figuras típicas penales en las que participan los
sujetos del derecho agrario.
-
Derecho Laboral: El incumplimiento de las normas protectoras y reguladoras del
derecho al trabajo, puede traer como consecuencia la comisión de delitos,
previstos en la legislación de la materia.
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Derecho Tributario o Fiscal: El incumplimiento de las disposiciones fiscales,
puede generar la actualización de diversas conductas sancionadas con penas
privativas de libertad.
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Derecho Internacional: Al tiempo que rige las relaciones entre los diversos
estados, puede contemplar disposiciones especiales de Derecho Penal
internacional o procedimientos que deben aplicarse cuando se pretenda
extender los efectos de las normas penales fuera del país en que se cometió la
conducta.
-
Derecho Financiero o económico: Tiene relación con el derecho penal, cuando
regula conductas concernientes a la economía nacional o a la libre
concurrencia de productos y servicios.
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Derechos Humanos: Como disciplina autónoma, trata del conjunto de
características que distinguen al ser humano como parte de su propia
naturaleza y lo hacen ser titular inalienable de atributos y derechos reconocidos
por el estado.
b) Disciplinas no jurídicas:
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Filosofía
Antropología
Sociología
Biología
Psicología
Psiquiatría
Medicina Forense
Criminalística
Química
Criminología
- Política Criminológica
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