norteurbano N el rumbo de las historias S Número 06 - Bello - primer semestre de 2020 - ISSN 2344 7222 - Distribución gratuita OPINIÓN RELATOS FOTOREPORTAJES CRÓNICAS INFORMES PERFIL REPORTAJE 2 Página. 4 Un amor más allá del alzhéimer #LaPazNosedetiene Postconflicto: Soñar a pesar de los odios Página. 6 Cocinando la Paz de Colombia Página. 15 Raíces: Un encuentro con los orígenes Página. 17 Desaparición Forzada Página. 18 La eterna búsqueda de la luz @Norte_U @ContactoNU @NorteUrbanoU DIRECCIÓN EDICIÓN: Robinsson Mejía COMITÉ EDITORIAL: Robinsson Mejía Cristian Mauricio Bulla Daniel Palacio Tamayo Lina Marcela Gallego Igor Torrico WlberAlberto Rico Ana C. Nicholls Ortiz Ángela M. Zuluaga Norte Urbano Publicación semestral 2.000 ejemplares Rector UNIMINUTO Seccional Antioquia - Chocó Padre Huberto Obando Gil Vicerrector UNIMINUTO Seccional Antioquia - Chocó Jorge Arbey Toro Ocampo Decano Facultad Ciencias Humanas y Sociales Wilson de Jesús Mazo Gómez Directora Programa Comunicación Social Periodismo Lina María Barrera De La Rosa CORRECIÓN DE ESTILO: Ana C. Nicholls OrtIz DISEÑO Y DIAGRAMACIÓN: Guillermo Andrés Amórtegui Usuga Norte Urbano es un ejercicio académico propuesto por el programa de Comunicación Social-Periodismo. Las opiniones expresadas en el periódico pertenecen exclusivamente a los autores y no comprometen la filosofía Institucional de la Corporación Universitaria Minuto de Dios, Seccional Antioquia - Chocó COLUMNA C Por: Igor Torrico Silva uando ya las cosas estaban bastante cuesta arriba para el conocido como postconflicto, es decir, la etapa posterior a la dejación de las armas por parte de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc) y el cese de su enfrentamiento con la institucionalidad representada en el Gobierno Nacional, aparecen finalizando agosto Iván Márquez, Jesús Santrich y otros líderes de esta organización anunciando su regreso a la lucha armada. Un escollo más o una catástrofe (depende de cómo se quiera ver) en un difícil proceso de paz. Si lo anterior se suma a todas las dificultades que ha tenido este proceso, provoca tirar la toalla. Sin embargo, es nuestro deber como medio de comunicación universitario verlo más allá, y poner el énfasis en el cambio de actitud de la sociedad civil y la resiliencia que territorios como Bello, Medellín y Antioquia en general muestran en momentos como estos. Los ciudadanos de a pie quieren la paz, quieren que ese aspecto básico del postconflicto se mantenga como una realidad, para lo cual día a día con su trabajo y con su vida muestran que, aunque es un proceso lento, va mostrando resultados. Las comunidades organizadas, así como las asociaciones civiles en las distintas comunas de esta ciudad siguen luchando por la mejora de la vida en sociedad, por las reivindicaciones de aquellos a quienes representan, moviéndose y respirando como quienes creen en la paz y en su construcción constante. Lo mismo ocurre con las instituciones educativas en sus distintos niveles, desde pre-escolar hasta universitaria, donde alumnos y profesores buscan acuerdos, aprender a convivir y a discutir sin la agresión o dejando a un lado el enfrentamiento que niega la existencia del otro. Y no por últimos, menos importantes, debe mencionarse a los grupos artísticos y culturales que buscan a través de las manifestaciones del arte y la participación activa de sus miembros mostrar las diversas miradas que se pueden tener sobre la realidad, una mirada que, supera las balas, las bombas y las amenazas de muerte. Lo más importante, lo que debemos ver como ciudadanos, lo que sostiene todas estas actitudes y comportamientos es algo que supera cualquier decisión tomada en la Casa de Nariño o en los centros de poder del país, y es el deseo genuino de la mayoría de los colombianos de tener un futuro que deje atrás el pasado del enfrentamiento y el conflicto permanente. Hay una generación de hombres y mujeres que quiere con todas sus ganas dejar atrás 52 años de conflicto y 220.000 muertos, quieren dejar de leer titulares sobre enfrentamientos armados sean estos en Ituango o en el Vichada, quieren asegurarle otro país a sus hijos y nietos. Claro está, decir que bastarán los buenos deseos y el deseo mayoritario de un futuro en paz para así asegurar un postconflicto provechoso para Colombia no bastará para que esa realidad se concrete. Es aquí donde el llamado es a las organizaciones civiles y los medios de comunicación de distinta índole, entre los cuáles se incluye Norte Urbano, a ser canalizadores y promotores de esos esfuerzos de paz y de futuro que se hacen día a día desde el territorio. No es un reto pequeño, hay enemigos acérrimos de la paz y con mucho poder a distintos niveles. Tocará confiar en el ciudadano y en quienes estamos comprometidos con pasar la página del postconflicto. No se verá en un día, ni en dos, se trata de un proceso que se encuentra en etapa germinal pero que algún día mostrará sus frutos. 3 El veneno en la copa Por: Luisa María Rúa Múnera -N o supe que hacer en ese momento, yo solamente decidí quedarme callado por miedo a que ese abogado me hiciera algún tipo de daño. No creo que haberme evitado ese mal me haga cómplice de la muerte de la señora Barrientos. – Le dije al policía, mientras subíamos con mucho cuidado las escaleras de la mansión donde vivían mis ya fallecidos vecinos. –No es que lo haga cómplice, señor Gabriel, es sólo que era su deber informar a las autoridades lo que estaba ocurriendo. -Ahora entre conmigo, vamos a chequear toda la casa mientras usted me cuenta que es todo lo que sabe- Agregó el policía mientras clavaba en mí una mirada penetrante, como si en realidad yo tuviese algo que ver con la muerte de mi vecina y amiga de toda la vida. Hacía mucho tiempo yo no entraba a esa ostentosa casa, la verdad me sorprendió lo lujosa que estaba, no la recordaba tan grande. – Ahora sí, señor Gabriel, lo escucho. – Me dijo mientras caminábamos por todos los pasillos de la residencia. –Bueno, yo vivo aquí al frente desde el año 1923, dos años después el señor Alejandro Barrientos Fonegra y la señora Maria Josefa Uribe con sus hijos Juan, Miguel, Federico, Isabel y Emilia habitaron la casa. Eran una familia muy millonaria, recuerdo que hacían bailes con mucha frecuencia y los vecinos del sector CRÓNICA solamente veíamos entrar a las fiestas a invitados extranjeros. La pareja solía gastar todo su dinero en cosas innecesarias y por eso su familia se volvió una de las más reconocidas de la ciudad. Verdaderamente, a pesar de ser una familia rica, nunca me negaron un buenos días o un hasta luego. Ninguno de sus hijos les dio descendencia, por lo que se les facilitó irse a muchos lugares del mundo con frecuencia, se divertían y gastaban todo su dinero en viajes y demás cosas que les llenaran sus necesidades de adquisición. Había un hombre que concurría la casa, era de contextura delgada y con un rostro que la verdad no me inspiraba confianza, pero al parecer a ellos sí porque el señor era el abogado de la familia. Una mañana como cualquiera, fui a abrir mi ventana y vi una ambulancia afuera de la puerta del frente, rápidamente me vestí para ir a ver lo que había pasado y para mi desgracia, mis vecinos habían muerto. Ambos al mismo día. Fue un golpe duro para todos sus hijos y de inmediato el abogado puso cartas en el asunto con el testamento y los bienes que había dejado la millonaria pareja. Dicen los más allegados a la familia, que todas las riquezas quedaron repartidas equitativamente, pero si alguno llegase a faltar, toda su fortuna le iría quedando a los demás hermanos. Todos empezaron a emprender y a llevar sus vidas hacia otras ciudades e incluso otros países, menos Federico que era el hermano de en medio. A él en específico lo caracterizaba la humildad que le faltaba al resto de su familia. El abogado se convirtió en el más fiel de sus amigos e incluso lo acompañó a todos sus viajes y a todas las exequias de sus hermanos, que eran lo único que él tenía en ese momento, aparte de toda la riqueza material. Comenzaron con un lazo de amistad muy fuerte y el abogado inició el manejo de toda su fortuna ya que él había quedado con toda la herencia de la familia por la muerte de todos sus seres queridos. Esa amistad duró si acaso unos tres meses antes de su muerte. Recuerdo muy bien la mañana en que Francisco murió, la noche anterior su abogado había decidido quedarse en su casa y ofrecer una fiesta en honor a su amistad de Francisco y él. El baile terminó aproximadamente a las dos y media de la madrugada y todos estábamos exhaustos. Francisco decidió irse a dormir un poco más temprano y alrededor de las tres de la madrugada, su amigo el abogado había entrado a su habitación con un par de copas de vino, una de ellas con unas gotas de arsénico para llevar a cabo el plan de acabar con su vida y quedarse con todas las riquezas que habían escondidas en la mansión, los lingotes de oro entre las paredes y las guacas que habían debajo de los pisos de la residencia. Y así fue señor policía, eso es lo que presencié y no quise divulgar, la verdad preferí mi seguridad a que se dieran cuenta de lo que en verdad pasó y que no fue muerte por infarto. 4 Un amor más allá del CRÓNICA alzhéimer Por: Vanessa Giraldo Rendón E s en las adversidades cuando se conoce el estado más puro del amor. Y en esta historia, ese sentimiento fue capaz de sobrevivir a una enfermedad que lo olvida todo. Luis Carlos Bedoya, de 70 años y María Magdalena Agudelo, de 63, son esposos desde hace un cuarto de siglo; de esa unión nacieron sus dos hijas Camila y Antonia. La historia de esta familia ha estado rodeada de situaciones que la ha llevado a estar al borde del colapso. Carlos recuerda cómo su vida dio un cambio inesperado aquel 21 de julio del 2009, cuando su esposa tuvo los primeros episodios de mareos, dolores de cabeza acompañados de visión borrosa y desmayos recurrentes. Ella trabajaba como abogada y debido a esta situación decidió renunciar a su trabajo. En un principio la familia no le prestó atención a esos quebrantos de salud; consideraban que se trataba de estrés laboral, el cual no volvería a atormentarla si dejaba de trabajar, pero no fue así. A los dos meses, Magdalena sintió un nuevo dolor de cabeza antes de desmayarse. Su familia de inmediato corrió con ella para el Hospital General de Medellín, donde permaneció internada durante tres días. Mientras le hacían los chequeos de rutina, llegaron los momentos más preocupantes; por momentos Magdalena no reconocía a las personas que tenía a su alrededor, ni siquiera a su propia familia. A las 9:00 a.m. del 5 de octubre de ese año, ingresó el médico a la habitación pidiendo hablar con la persona a cargo de la paciente. Lo dijo con una mirada fija y fría que permitía deducir que no se trataba de nada bueno, pero Luis Carlos no sabría de qué se trataba hasta escucharlo. El doctor quiso disminuir el dolor que causaría esta noticia indicando en un largo preámbulo que aquello no podía significar el fin para ellos y que, a pesar de no existir cura para esa enfermedad, existen medicamentos que ayudan al proceso. — Doctor, por favor dígame de una vez, ¿qué tiene mi esposa? — Alzhéimer. Luis Carlos sintió cómo el mundo se caía en mil pedazos. No podía creer que su mujer, el amor de su vida, su amiga y confidente lo olvidaría. Ella no recordaría nunca más los momentos felices que pasaron juntos, las experiencias que los marcaron. Tampoco sabía cómo explicarles a sus hijas que su madre olvidaría hasta su nombre, que seguramente se convertirían en unos extraños para ella. Esta, sin duda, era la prueba más difícil que le había puesto la vida. De camino a su casa, Camila y Antonia se encontraban inquietas, querían saber El Pato Donald quiere viajar a Venezuela T ras la continua lucha de los venezolanos por recuperar su país, es necesario recalcar el papel que han desempeñado el presidente colombiano Iván Duque y otro gobernante gringo, quienes han puesto a disposición todas las ayudas y posibilidades al presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela y nombrado por esta como mandatario interino del vecino país, Juan Guaidó. Es triste ver cómo la desesperación de millones de personas que mueren por falta de medicamentos, donde el hambre aumenta y las alternativas de abandonar aquel lugar en busca de nuevas opciones escasean, se ha convertido en un tema no humanitario como tal, sino fríamente politizado con un fin calculado y egoísta de un gobierno prepotente que no es precisamente el colombiano. Dichas acciones hasta el momento no guardan más que propósitos que rompen con los principios básicos de neutralidad, imparcialidad y eficacia de la famosa ayuda humanitaria. No pretenda hacernos creer, señor Duque, que sus gestos solidarios los hace pensando en los venezolanos, pues usted, al igual que sus antecesores, se les olvida que esas ayudas las necesitamos más quienes vivimos aquí sin que logremos, como mínimo, llamar su atención. qué había dicho el médico. Su padre guardó silencio hasta que Magdalena concilió el sueño en su habitación. Cuando se reunió con sus hijas, Luis Carlos les repitió las palabras del médico. El llanto de sus hijas le causaba más dolor del que podía creer capaz de soportar, pero debía ser fuerte para que ellas lo fueran. A medida que fueron transcurriendo los días, el alzhéimer fue avanzando como lo había indicado el médico. Para Magdalena recordar cada vez era más difícil, lo que le causó un desequilibrio emocional que en ocasiones la hacía ponerse agresiva con quienes tenía cerca. “La vida está llena de altibajos, en ocasiones sientes que las personas están confabuladas contra ti y solo quieren destruir tu matrimonio, por ende inventan cosas que no son ciertas pero que de igual manera logran incomodar a la pareja”, dice sentado en la sala de su casa en el barrio Prado, en el centro de Medellín. Corría mayo de 2018 cuando ocurrió una de esas situaciones que los indispuso, incluso más que las miradas de fastidio con las que en ocasiones miran a su esposa —a quien juró acompañar en el amor y en la enfermedad—. Cuando estaban en un centro comercial, Magdalena pidió a su esposo que la llevara al baño, pues debido a lo avanzado de su enfermedad no tenía un control de su cuerpo. Una vez allí, es él quien la tiene que desvestir antes de hacer sus necesidades. En ese momento cayeron sobre él una tonelada de insultos y juicios de una mujer que lo señalaba de estar abusando de ella. Luis Carlos, conteniendo su coraje e indignación le respondió: “Soy su esposo desde hace 25 años, no tengo ninguna necesidad de hacerle daño y le cuento, ella tiene alzhéimer”. De inmediato la mujer que lo incriminó rompió en lágrimas y le suplicó que la perdonara. Sin importar las adversidades por las que han pasado, la familia de Luis Carlos sigue siendo humilde y luchadora, ahora están más unidos que nunca con un propósito en especial velar por el cuidado íntegro de Magdalena Agudelo. El amor, dedicación y paciencia que le han brindado ha sido fundamental en su proceso, su enfermedad sin duda alguna ha sido una experiencia significativa que logró marcarlos de por vida. A pesar del estado en el que se encuentra y terapias a las que la han tenido que someter, esta mujer ha logrado conservar su esencia, feminidad y demás virtudes que la han caracterizado a lo largo de su vida, su esposo asegura que a pesar de no recordarlo a él, ni a sus hijas, su mayor consuelo ha sido tenerla con vida. Por: Maria Paula Ortiz Salazar OPINIÓN ¿Recuerda usted, señor presidente, a los líderes sociales muertos? ¿Es necesario mencionarle el aumento de las cifras de desempleo? Y ni qué hablar de las regiones más olvidadas de nuestro país. Quizás el cerco diplomático que usted tanto pide para Maduro, también debería ser aplicado para Colombia. Créame, la situación aquí no mejora. No somos más ni menos que una herramienta para el verdadero creador de tan maravillosas ayudas, un pedazo de tierra cercano al verdadero tesoro de petróleo. Ahora que ‘los policías del mundo’ salieron de Siria, buscan una nueva conquista, y señor Duque, usted nos ha entregado y quiere entregar a Venezuela a las manos del ‘lobo de Wall Street’. Tío Sam. ¿Sabe qué es lo paradójico, Mr. Duque? Hace poco un pato dijo “la gente emigra ilegalmente a mi país porque sus países son un asco y es culpa de los corruptos que se roban el dinero. Si no fuera así, la gente se quedaría en sus países” ¿Sabe de quién hablan, Duque? De nosotros, de nuestro país y de un puñado de gobernantes; gente avara y sin empatía, incluso, como ese ‘sabio’ de aquella frase. 5 “NUESTRA MÚSICA HA SIDO LA BANDA SONORA DE ESTA CIUDAD” JUAN GUILLERMO BERDUGO Por: Manuel Felipe Nanclares Hinestroza PERFIL El testimonio y la reflexión de uno de los miembros vigentes y más antiguos del Grupo Suramérica C on 57 años de edad, este poeta de la vida, que se asoma en una tarima con su bajo eléctrico en mano, es el mismo que irradiando confianza, empatía y tranquilidad a través de su constante sonrisa, aparece sentado en una oficina del piso 12 del Comfama de San Ignacio, donde hace 22 años trabaja en el Área de Producción Creativa y Ejecutiva, encargándose del contenido artístico para los diversos parques y sedes de la ciudad. Allí, Juan Guillermo Berdugo Puerta, quizás un poco más conocido por ser el bajista eléctrico del grupo Suramérica desde hace 34 años, con una ligera sonrisa de satisfacción, cuenta cómo, felizmente, puede decir que la música ha sido y es lo primero y más importante, por encima de su actual empleo. “Primero fue el grupo, luego la empresa. Me pude dar el lujo de decir que trabajaba en Comfama si me tomaba unos minutos para el grupo en diversos momentos de la semana. Afortunadamente, comprendieron la importancia de apoyar la agrupación a través del trabajo que desempeño”. Mientras eleva su mirada evocando sus memorias, cuenta que aprendió sus primeras nociones musicales a través de la guitarra, donde se atrevería a componer su primera canción a los diez años. Posteriormente, participaría de proyectos musicales de su colegio que le permitirían mejorar su técnica y poder empezar a tocar en las primeras tabernas de la ciudad y ser músico de sesión mientras estudiaba en la Universidad de Medellín y conocer a algunos productores musicales que le fueron afianzando aún más. “Juancho”, como lo llaman sus amigos de grupo, influenciado por ese aire rockero de bandas como Led Zeppelin, Deep Purple, Black Sabbath, pero sobre todo, por las más melódicas baladas ochenteras de conjuntos como Chicago, Boston, Elton John y otros autores de la época, afirma que gracias al ambiente universitario, empezó a escuchar mucha nueva trova y música de Latinoamérica, que le permitiría forjar lo que hoy es. “Es como un vaso de agua que se va llenando de muchas fuentes y que van dejando una sustancia que refleja todos esos sabores”. De este modo, siendo un melómano, talentoso compositor y moviéndose con destreza en el ámbito musical, llega a conocer el grupo Suramérica; aunque no era fanático de ellos, siempre les admiró su iniciativa loable. Según cuenta, pudiendo haber ingresado desde 1982 como guitarrista, sintió que aún no era el momento y cedió el lugar a un amigo cercano: Álvaro Sánchez (actual guitarrista) y no sería hasta 1984 que necesitando un bajista eléctrico y recomendado por Álvaro, entraría a formar parte del grupo. “Aunque no haya sido intencional y aunque lo mío fuera otros géneros, desde entonces quedé entrampado toda mi vida” afirma entre risas y con una mirada que refleja la reminiscencia de aquellos días. Desde entonces, serían 34 años hasta el sol de hoy, donde frunciendo su ceño y con toda la seguridad que manifiestan sus gestos corporales, comparte que no se arrepiente de esa decisión y que espera hacerlo hasta que se le doble la espalda, que no tiene ganas de parar, que el grupo siempre le ha mantenido la novedad de experimentar diversos géneros musicales y de poder compartir su afición con su familia y con las personas que les han acompañado durante todo su trayecto musical. Tornándose reflexivo e introspectando todo el tiempo que ha estado en el grupo, no titubea para decir que lo más importante del grupo es precisamente, las letras que tienen por decir. Que detrás de la emotividad de sus presentaciones y de sus discursos, siempre han querido “cantar y contar la América Latina de la época y de la que están siendo partícipes”, el no ser indiferentes ante las realidades del país y convertirse en “relatores de lo que acontecía, hablar del país y la ciudad”. No compartir el silencio y alzar sus voces para denunciar la injusticia y anunciar la esperanza, el compromiso, le hace sentir que la música de Suramérica se ha convertido en la banda sonora de la realidad de esta ciudad, reflejando en cada canción, una situación, un momento y valiéndose de grandes expositores que vivían acontecimientos similares como Pablo Milanés, Mercedes Sosa y Víctor Heredia para perseverar en el tiempo con su proyecto de compromiso social y de trabajo colectivo. Un proyecto de 42 años, donde él ha hecho parte de 34, donde con canciones como: El Ovillo, Compañera de la lluvia, La balanza y yo, Desplazados, Más canciones de amor, Sol solidario, Guitarra por no llorar entre otras, no ha dejado de transmitir un mensaje a nuestra sociedad y a nuestra realidad a veces turbulenta y dividida. Sintiéndose orgulloso de su trabajo e interrumpiéndose para enunciar fragmentos de sus canciones, uniendo esa banda sonora de la ciudad para hablar de la que llama: “la banda sonora de mi vida”, no se avergüenza de lo que ha hecho y ha escrito aun en medio de críticas y persecuciones y que son el reflejo de toda una existencia que se quiere solidarizar con la de quien pueda escucharlo. Así, entre risas y gestos de amable camaradería, finalizó invitando a todos quienes escuchen su propuesta musical y discursiva como grupo Suramérica, a no perder la capacidad de asombro ante la vida y sobre todo por aquellas que conmueven, de la mano de la fe en sí mismo y en las metas y sueños que tenemos, haciendo camino, sin hacerle daño a los demás, con perseverancia y amor. “Porque el amor es el arma, así suene contradictorio, es el arma que desarma”. 6 Cocinando la paz deColombia CRÓNICA Por: Andrés Felipe Ruiz Valencia M edellín, 3:00 p.m. tengo puesta una chaqueta de chef que me dobla la talla y me encuentro haciendo Misé en Place —preparación de todos los ingredientes y utensilios para la realización de una receta— en la cocina de uno de los 50 mejores restaurantes de América Latina. Conmigo está Rubén Darío Romero, un excombatiente de las Fuerzas Militares y ahora uno de los más grandes cocineros del restaurante El Cielo, del reconocido chef Juan Manuel Barrientos. Era una tarde calurosa típica del Urabá en la década de 1990. Un lugar en el que la violencia era el pan de cada día. Romero salía del colegio deseando que no estuviera el camión de la guerrilla que pasaba reclutando los jóvenes para cargar un fusil y combatir el Estado. Él contó con la suerte de no ser reclutado durante su adolescencia, sin embargo, en la cancha de fútbol del poblado, estaban ese día filados los jóvenes que la guerrilla se llevaría para sus filas, ahí estaba su hermano de tan solo 14 años. Romero se crió con el pensamiento fijado en la violencia y la muerte, sin embargo, esto no cambió su sueño de ser cocinero. Las posibilidades de estudiar en su pueblo eran mínimas, su abuela, quien siempre lo cuidó y a quien trata como a su madre, solo pudo pagarle la escuela, así que la única salida que vio él era ingresar al Ejército, guardando un arduo odio hacia los que le arrebataron su hermano menor. Romero combatió en las fuerzas militares hasta que sucedió algo que cambiaría su vida para siempre. Un extenso bosque húmedo, los pasos de un ejército trotando al ritmo de la lluvia, el canto de los grillos, la incertidumbre de encontrarse con el enemigo y sus amuletos para cuidarse de los peligros de la selva, fueron su compañía hasta que dio el paso fatídico con el que pisó una mina antipersonal que le cercenó completamente su pierna derecha. Un par de meses después, Romero estaba sufriendo entre el desconsuelo por la difícil adaptación a una prótesis de titanio y la zozobra de lo que iba a pasar con su vida sin poder volver a usar el camuflado. Por eso días de crisis, Romero recibió un llamado para hacer lo que realmente soñó desde niño, gracias a una mujer, se dio cuenta de que había una fundación que enseñaba a cocinar a los desvinculados de las Fuerzas Armadas y les daba una segunda oportunidad de encajar en una sociedad y de llevar una vida tranquila. Romero ingresó a la Fundación El Cielo en la Cuarta Brigada de Medellín, donde empezó a ejercer su oficio como cocinero, debido a su buen rendimiento, tuvo la oportunidad de viajar a España a estudiar gastronomía y hacer pasantías en los mejores restaurantes, a su regreso, Romero se volvió cocinero del restaurante El Cielo, donde cambió sus armas por una cuchara y una sartén. Uno de los momentos más críticos en su adaptación a la sociedad fue tener que cocinar junto a desvinculados de la guerrilla, quienes un día se llevaron a su hermanito. Hoy día, junto a ellos, crea exquisitos platos de cocina moderna colombiana, con técnicas tradicionales y de vanguardia, queriendo representar la cultura y la idiosincrasia de nuestro país. Un salmón cocido al vacío a baja temperatura durante un largo periodo de tiempo y sellado al sartén por un solo lado, acompañado por puré de remolacha, acompañado de un demi-glace de cebollas rostizadas, una milhoja de papa a su lado, coronándolo con un crocante de arroz con polvos de cebolla y pétalos de flores orgánicas comestibles, son algunos de los platos que hacen parte de un gran menú de degustación que ofrece una cocina de reconciliación. Es difícil olvidar un pasado violento que marcó su niñez y su adolescencia, recuerdos que, aunque le retumba la mente en los momentos de tensión dentro de la cocina, también llegan a la mente de Romero las sonrisas de satisfacción que dejan al salir del restaurante los cientos de comensales después de comer y vivir una experiencia como estas. 4:30 p.m. en la misma cocina de El Cielo. Romero tiene un temblor en su voz y sus ojos tienen un brillo diferente, aunque ha pasado mucho tiempo, la reciente muerte de su hermano menor quién todavía pertenecía a un grupo ilegal, le retumbó la cabeza y le trajo de vuelta sus más oscuros recuerdos. Sin embargo hay algo que él tiene claro, y es que “no es necesario estar en el Ejército, para traer paz acá también podemos cocinar la paz de Colombia”. 7 Medellín, una ciudad que pedalea despacio Por: María Camila Suárez L a que anteriormente era considerada como una actividad exclusiva del deporte o de llevar un estilo de vida saludable los domingos en la ciclovía, está tomando cada vez más fuerza en Medellín como medio de transporte. El uso de transportes alternativos como la bicicleta, son una opción que se consolida en diferentes partes del mundo, por sus beneficios para la salud, el ahorro de tiempo y dinero y la disminución en las emisiones contaminantes, son algunos de los factores que han llevado a que cada día más personas consideren montarse sobre las dos ruedas. En países como Holanda, Suiza, Alemania y China, la bicicleta es uno de los principales medios de transporte, siendo China el poseedor del mayor número de estos vehículos. América Latina también está metida en el cuento; Bogotá, por ejemplo, es la ciudad pionera y tiene el mayor número de kilómetros de ciclorrutas, actualmente cuenta con 410 kilómetros; seguida de Río de Janeiro, con 307 y Lima con 141, según detalla una investigación de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Libre de Bogotá sobre biciusuarios, entregado en junio del año pasado. En cuanto a la cantidad de viajes que se realizan a diario en bicicleta, Bogotá superó los 850.000 viajes para el 2018, esto de acuerdo con la misma investigación. A pesar de que Medellín no se encuentra en el liderato de la movilidad sostenible en este tema, sí ha mostrado avances, el uso del llamado caballito de acero ha ido aumentando en la ciudad de manera significativa, para el 2017, la encuesta Origen - Destino del Área Metropolitana, registró que el promedio diario de viajes que se realizó en bicicleta fue de 61.842 que representa el 1% del total de recorrido en la ciudad. En la cifra anterior se incluyen los viajes que se hicieron en las bicicletas del sistema EnCicla, uno de los programas que ha masificado el uso de la bicicleta en el Valle de Aburrá, el cual reportó un promedio diario de 8.387 viajes para el 2017 y en lo que va corrido del 2019, el promedio diario de préstamos asciende a los 12.364, lo cual significa que la excusa de las lomas que tiene Medellín, que suponía ser uno de los motivos por los que no se usaba la bicicleta como medio de transporte, está mandada a recoger pues, según esa misma encuesta, el 67% de personas que viajaron en bicicleta pertenecen a los estratos 1 y 2, en su mayoría, ubicados en los barrios de la periferia. REPORTAJE a usarla para transportarse solo hasta hace dos años. Juan, manifestó que los conductores, sobre todo los de servicio público, no tienen paciencia con los ciclistas y son agresivos, “ellos le cierran el paso a uno, no son capaces de aguantar un minuto mientras uno cruza una calle o un semáforo… se sienten superiores por ir en un vehículo más grande”, concluyó. Para él, hace falta una mejora sustancial en cuanto a cultura y educación vial en este tema, para que así se logre reconocer la importancia de la inclusión del ciclista como un actor más de la vía y así mismo no se vulneren sus derechos. Pese a los avances, Juan también considera que Medellín presenta un retraso en el sistema de transporte alternativo, ya que, según dijo, las ciclorrutas aún tienen muchos problemas, pues no cubren la totalidad del Área Metropolitana. “Yo viajo desde Envigado hasta Eafit todos los días, en hora pico, y lo paradójico es que de Eafit hacia el Norte sí hay ciclorruta, que es la de Las Vegas, pero de Eafit hacia el Sur, no y me toca compartir con los demás conductores y uno como ciclista tiene mayores riesgos en las calles”, agregó. Aunque el panorama con respecto al uso de la bicicleta es alentador por cuenta de los beneficios que trae usarla y porque las cifras así lo demuestran, quien llegue a la administración de la ciudad, en octubre de este año, tiene todavía retos importantes que se traducen, por mencionar algunos, en generar mayor conciencia en la ciudadanía acerca del respeto por el espacio del ciclista, en la creación de políticas de promoción que permitan incentivar el uso de la bicicleta y desestimular el uso y la compra de carro particular (que todavía es considerado como una forma de progreso) y en ampliar su infraestructura, de manera que se articule integralmente con los demás sistemas de transporte masivo. No hay excusas La encuesta mostró que solo el 11% de los viajes en bicicleta fueron realizados por mujeres, pero esto se ha reevaluado con colectivos como “Mujeres en bici enamoran”, fundado por Clara Arango, una arquitecta y docente. En este se promueve la humanización de la ciudad a través de la pedagogía y el respeto, tanto de ciclistas, como de peatones, ofreciendo charlas que pretenden adaptar la bicicleta como una nueva forma de movilidad, pues aún hay comportamientos imprudentes por parte de ciclistas y conductores, considerando a estos últimos como los más peligrosos para los usuarios de la bicicleta, de acuerdo con algunos biciusuarios. Juan Carlos Henao tiene 28 años, monta bicicleta desde pequeño, pero empezó HASTA CUÁNDO LA IMPUNIDAD EN UN PAÍS “DESARROLLADO” Por: Laura Vanesa Betancur E l informe anual sobre la situación de Derechos Humanos en Colombia, la Oficina del Alto Comisionado de la ONU para este tema, sostiene que en 2018 el homicidio aumentó el 49% en sus municipios y llama la atención sobre la persistencia de los niveles de impunidad en este tema. En un país como Colombia no nos sorprende el tema de impunidad pues este siempre ha oscilado entre el 86 y 94%, aunque reconozcamos los recientes esfuerzos de la Fiscalía por atender el problema; sin embargo, clamamos por redoblar esfuerzos que reduzcan las tasas de impunidad. Si no se encuentra una solución efectiva, Colombia dejará en claro que estamos lejos de ser un país desarrollado y con un sillón en la OCDE, pues la continua tendencia de violación a los Derechos Humanos que atenta contra cualquier democracia, contra la vida humana y el estado de derecho, sí lo confirmarían. El país no ha podido mejorar sus índices de impunidad porque tiene dificultades para llevar la justicia a las zonas rurales, nuestros gobernantes se preocupan más por no permitir el ingreso de estupefacientes que por darle una verdadera protección a la ciudadanía, sobre todo a nuestros líderes sociales. OPINIÓN El gobierno de Iván Duque tiene la responsabilidad de continuar con la implementación del acuerdo de paz y la presencia del Estado en territorios alejados. Un solo homicidio de un defensor o defensora es ya un crimen muy grave que minimiza la democracia y el Estado de derecho. Para la protección de líderes sociales, el presidente Iván Duque lanzó la política de proteger a los líderes sociales ¿Será que esta ley sí se cumplirá? ¿O será solo retórica del presidente para bajar la marea y lograr con ello que la ONU quite los ojos sobre el manejo que Duque le está dando a los acuerdos de paz? Los grupos armados ilegales también deben de poner su cuota de paz e insistirles en parar definitivamente sus acciones homicidas en todo el territorio. Que no haya ni una muerte más, en concreto de los líderes y lideresas sociales. De lo contrario, aquello de ser un país ‘desarrollado’ seguirá siendo un sueño. 8 10 FOTOREPORTAJE Por: Neffer Rivas, Yesenia Vargas Raíces: Un reencuentro con los orígenes Concordia (Santuario), es el nombre de la vereda de la que hace 15 años William Zapata Gómez fue desplazado por los paramilitares. Para la época el bloque Metro de las AUC tenía presencia en el territorio. Una casa en ruinas/ Para la construcción de las bodegas la casa necesita ser reconstruida. William y su familia se encuentran a la espera de la indemnización económica, activos con el que espera transformar la vivienda en bodegas de empaque. “Tener que salir corriendo sin haber matado a nadie” le marcó para toda la vida. Además, cuando llegó a Medellín ciudad en la que reside, le fue difícil adaptarse porque solo sabía trabajar la tierra, sin embargo, logró construir una panadería, misma que hoy es su fuente de sustento. Isidro es un amigo, “un compañero de toda la vida”, que desde pequeño ha trabajado la tierra. Su conocimiento en el agro y especial el cultivo de aguacate, llevó a William a confiarle el cuidado de las plantaciones en su finca. Regresar al campo para William Zapata es un reencuentro con sus orígenes, con las prácticas agropecuarias, que un día fueron el sustento de su familia; aviva sus memorias, pese a ello, sembrar aguacates es una oportunidad para llevar a la ciudad los cultivos del campo. La memoria como herramienta de superación Por: Yesenia Vargas L a memoria es el proceso por el cual, tanto una persona como una colectividad pueden contar a través de imágenes, escritos, videos o con algo tan simple como el de contar su historia voz a voz. Alguna persona al querer contar su historia está construyendo una memoria y lo hace con la intención de mostrar cómo fue su pasado e informar a los demás con la intención de vencer el periodo del conflicto armado. Para el país es muy importante tener una memoria histórica durante este conflicto ya que esta nos ayuda a superar lo vivido en la época, según Javier Macías periodista de El Colombiano es muy importante hacer memoria histórica, porque cuando esta se hace permite construir hechos que pasaron, que de alguna u otra forma los perpetradores del acto buscan que estos ataques o este tiempo de conflicto no se conozca, porque así no se encontrarían los responsables del acto, otra importancia de hacer memoria histórica es de buscar como mostrar o contar a las futuras generaciones lo vivido con la intención de que este periodo de guerra no vuelva a repetirse, además de dignificar a las víctimas y evitar una revictimización. Los lugares con los que cuenta el país para lograr hacer un ejercicio de memoria también tienen la intención de mostrar lo vivido durante el periodo de guerra con los paramilitares, guerrilla y otros grupos armados, esto lo hace por medio de galería de fotos, por escritos de periódicos, por relatos de las víctimas o incluso con grafitis, como lo son la comuna 13 de Medellín o el municipio de San Carlos, además de otros lugares, los cuales tienen para la exposición murales y por medio de estos cuentan la historia del conflicto vivido en esa zona, con estos lugares se busca que el país sepa su historia y así no volver a vivir lo pasado, se piensa que la comunidad al visitar estos sitios y ver lo que sucedió en estos lugares no querrán pasar por el mismo tormento de sus familiares, por ende trataran de no alimentar las filas de los grupos armados y además se logra crear algunos grupos de danza, deporte, canto, entre otros, en los cuales estos chicos pasaran el tiempo libre, Alejandra García asistente al Museo de la Memoria en Medellín nos da su opinión sobre él porque son importantes estos sitios para hacer memoria “esos lugares son la forma de conocer nuestra historia, de saber por qué tenemos la sociedad que tenemos, las heridas que tenemos, de mejorar la convivencia y pensar en un futuro mejor”. 9 INFORME A pesar de que la memoria también se considera que puede ser modificada, también se puede decir que estos recuerdos de la víctima de cierta manera es la verdad ya que ellos son los que conocen lo que sucedió en el momento, como paso todo, según el sicólogo Fabián Sanabria “toda memoria es selectiva, todo tiene un proceso del pasado y del presente que es imprescindible y para esto hay que trabajar con las víctimas”, pero a pesar de saber esto nunca se buscara desmentir la verdad o la memoria de las victimas ya que de estos recuerdos se construye la historia. Hay una línea muy delgada entre memoria e historia ya que se tiende a confundir por que al estar haciendo memoria recordando estos periodos de guerras también se convierte en historia ya que este fue un intervalo de tiempo que se logra a alcanzar a reconocer como historia, según la analista Ángela Aguirre aunque víctimas y victimarios sean protagonistas de su propia historia o memoria personal, son de gran importancia para la construcción de la memoria histórica debido a que son ellos también sus protagonistas y autores con lo que se alcanza a deducir que tanto la memoria como la historia son importantes, Sanabria dice que estos dos tanto la memoria como la historia son complementarios el uno con el otro por lo que sería complicado construir una historia sin tener en cuenta la memoria de las víctimas. Esta memoria nos ayuda a tener presentes a las personas como eran y no con la intención de recordarlas con dolor y sufrimiento, sin la necesidad de recordarlas por el cómo murieron y conmemorar que fue durante un periodo de violencia en el país. Además, se muestra y se cuenta como ha sido el proceso para superar el transcurso del tiempo en el que existía esta guerra con grupos armados. Para finalizar, vamos a abarcar un poco más la mirada desde una memoria colectiva para el país, ya que esta es muy importante porque da las bases para no volver a cometer los mismos errores del pasado, un ejemplo de esto sería el gobierno, ya que sin no haber estado buscando un proceso de paz desde hace algunos años, no hubiera tenido las bases para poder lograr el actual. Es por esto que tanto la memoria colectiva como la memoria a nivel personal, son muy importantes para así lograr superar etapas. LA VERDADERA LUZ ES NEGRA Por: Juan Manuel Piedrahita Ochoa Segundo narrador: Vivir por vivir es una bazofia, si hemos de vivir será para mover las estrellas, para derribar los muros y para cazar al miedo, con escopetas de irrealidad, dices tú que el mundo está varado en un muro, pues muy simple, ¡tomémos a un ejército de martillos y derribémoslo! !vayamos hasta el borde del mundo¡ solo para ver una nube blanca desmoronarse como galleta, demos serenatas en los cementerios, dedicando una lluvia de licor, a todo aquel que vivió y a todo aquel que se ha ido. Riámonos de los políticos, en sus uniformes carcelarios de cinco millones, RELATOS que viven atrapados en sus mansiones, volviéndose locos de soledad. Vivamos la vida en libertad, sin importar el qué dirán, vivamos la vida como si ya no la tuviéramos, vivamos sin temer al mañana y si temes al vacío, muy simple, toma la oscuridad, métela en tu taza favorita y endulzala con una pared blanca, será el mejor café que tu universo haya probado, porque te sabrá a mañana y como dijo un sabio desconocido: El hombre bueno es obediente pero el hombre libre es soñador. 12 10 La eterna búsqueda de la luz INFORME Por: Juliana Mira Pulgarín L a Eterna Primavera o la ciudad más violenta de Latinoamérica, dos caras de la moneda son las que a Medellín han marcado, pero para contextualizar un poco de esta ciudad comenzaré con el recorrido que ha tenido respecto a sus épocas de violencia, hasta el día de hoy que se ha aclarado su panorama. El conflicto armado, cambios históricos, organizaciones criminales, tráfico de estupefaciente entre otros, fueron los factores considerables para que Medellín lo marcará la violencia. Según Catalina Bello Montes Profesional en Gobierno y Relaciones Internacionales de la Universidad Externado de Colombia afirma que: Colombia reporta dos periodos de violencia homicida en incremento: el primero más visible entre 1948-1966 y el siguiente entre 1980-1993 y alcanza su punto máximo en 1991 con una tasa de 79 hechos por cada 100.000 habitantes. En la década de los 90, el homicidio constituyó una de las principales causas de muerte en América Latina. De hecho, se mantuvo siempre en los cinco primeros lugares. Algunos autores sugieren que este comportamiento se debe no sólo a la violencia política, la ocasionada por el narcotráfico y las redes criminales, sino también a la violencia familiar y al abuso infantil. Una época de muerte, sangre e injusticia marcaron a la ciudad durante mucho tiempo, pero específicamente hablaremos de 1970 a 1979, donde los grupos armados y los factores antes mencionados cobraron poder. Como ejemplo están las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) considerado uno de los grupos terroristas más importantes que ha tenido Colombia, el cual cesó sus operaciones en 2017, pero desde 1964 varios campesinos con ideales de justicia deciden formar este grupo para ayudar a su pueblo, pero ese camino de esperanza, paz e igualdad se fue quebrantando por la violencia. La revista digital Kienyke realizó una publicación de los ataques que realizó las FARC y asegura que el Centro Nacional de Memoria Histórica, realizó una publicación en el 2013, data de un informe en el que dice que entre 1970 y 2010 fueron secuestradas 39.058 personas; el 37% de dichos plagios, más de 14 mil, fueron cometidos por las FARC. Y por otra parte se encontraba el ELN (Ejército de Liberación Nacional) un grupo con una ideología revolucionaria, su conformación se da alrededor de 1965, considerado también uno de los grupos terroristas más grandes de Colombia, el cual aún se encuentra vigente. Durante mucho tiempo este estuvo ubicado en sectores como; Bucaramanga, Barrancabermeja etc., pero debido a la crisis de financiación y económica que pasaba el país, en 1975 se trasladaron a zonas petroleras como Arauca, Casanare, Magdalena entre otros. “Las matanzas de policías, drogas y violencia de aquellas épocas era la declaración de guerra de dos bandos, el gobierno y el narcotráfico, los 70 solo fue un inicio para prepararse a lo que se venía” Gildardo Rojas Salas, Intendente Jefe de la Policía Nacional. En muchas ocasiones la violencia nace de la desesperación, pues durante este tiempo la respuesta del gobierno y las fuerzas militares no eran suficientemente buenas y los derechos de los ciudadanos se vulneraban constantemente, aparte de los grupos terroristas, se encontraban los grupos barriales, los cuales se iban formando por comunas y así marcando sus barreras invisibles, creando temor dentro de sus vecinos, amigos y familiares. Muy joven me tocó vivir los combates, tirar piedras para luchar por nuestros derechos, ver a mis amigos tratando de salir a delante y por falta de oportunidades metiéndose en cosas que no debían y después verlos muertos, cualquier discusión se convertía en un pleito o en una pela a sangre. Mario Alonso Mira Trabajador del Metro de Medellín. Aparte de la situación de vandalismo de aquel tiempo, Medellín estaba viviendo una crisis económica en el sector cafetero y en el sector textil, lo que hizo que el peso colombiano se revaluara, a esto se le combinó el narcotráfico y la crisis empezó a tocar las puertas de la ciudadanía. “Esa década de los 70 fueron los síntomas iniciales de la crisis económica y social de la historia en Medellín, aumentó el desempleo y con la criminalidad y la inseguridad en general. Un país que enfrentó las bandas de narcotráfico, un periodo crítico. Todos sabemos que cuando hay guerra no hay inversión social y las personas están a la expectativa, fuimos un foco en todos los medios y en todos los países. Una guerra que seguimos viviendo” Diego Uribe abogado, político y especialista en Derecho Administrativo. Al terminar la época de los 70 Colombia y específicamente Medellín se habían dado cuenta que durante ese tiempo no había ocurrido nada, pues, lo que se les aproximaba era peor, las bandas terroristas antes mencionadas fueron el centro de atención en los años 80 y 90, masacres, atentados, muertes y demasiada violencia hizo que la ciudad pintara sus flores de sangre. No existe tal justificación para tan crueles actos cometidos durante ese periodo, pero tampoco existe excusas para que el gobierno fuera tan precario para atender a su pueblo, muchos de esos actos de violencia solo eran voces no escuchadas, personas que querían tener oportunidades y abrieron sus alas para que fueran disparadas. 11 1964: Fuerzas armadas de Colombia 1965: Ejército de Liberación Nacional 1975:Para controlas la crisis económica y social la ciudad empezó a buscar nuevas soluciones 1978: Los 70 solo fueorn el inicio para que comenzara la época más violenta en Medellín Amor a blanco y negro; con el fango al cuello Por: Veronica Vargas E l sol cubre mi rostro con el nuevo amanecer; mis pasos son lentos y torpes, el verlo pasar por mi lado es un puñal en mi corazón; él ese hombre alto de 1.70, piel morena, cabello y barba rociada por sutiles canas y sonrisa encantadora hace parte del color rojo de mis venas. Él es real. Él me gusta tanto como el vino y que quizás, solo quizás, desearía volver a tomar un sorbo, así sea mi veneno envuelto en ese pesado fango que te hunde. Recuerdo la tarde que lo conocí. Yo sonreía con cada una de sus ocurrencias sin creer que era el inicio de una historia. Fue Miguel, el hombre que tomó mi cuerpo una noche cualquiera del mes de marzo; llovía torrencialmente y el cielo estaba negro como un telón para cubrir un pecado del que yo luego trataba de huir corriendo a tomar el último bus hacia mi realidad. Cada beso marcó una nueva manera de amar, de sentir cómo se mezclaban nuestras pieles. La diferencia de color no fue impedimento para compenetrarnos, eran perfectas y nos alejábamos de la verdad que nos asechaba. RELATOS Un día, de esos 365 días que permanecimos juntos, mientras tomábamos un café, nos miramos de forma diferente. Nuestras pieles estaban arrugadas. Los cabellos blancos y labios secos. Él ya no tenía la intención de besarme, de tocarme, de escribir para mí. La bruma del olvido nos tocó, había una espuma de mentiras que cubría la mirada del que yo creía mi gran amor. En su manera de cuidar lo que un día se amó, prefirió callar para siempre; yo seguía creyendo en castillos y en hadas en una casa abandonada que no alcanzaba los cuatro metros de ancho por lo mismo de largo; la cama estaba vieja, las ollas rotas y el radio sin pilas, era mi eterna primavera, en el que él era el demonio y yo su reina, fuimos el infierno perfecto. El destino tenia marcado el momento exacto para mostrarme lo que yo no deseaba ver, no me sentía preparada para el adiós, pero todo llega, todo se acaba, todos morimos. Hoy es tu entierro y nadie nos acompaña, solo tenemos unas cuantas flores marchitas a nuestro alrededor, nadie hace una oración por ti, solo yo grito en mi mente que mereces morir porque tú me mataste cada día con tu maldita salvación. 12 14 Desaparición Forzada INFORME Por: María Fernanda Álvarez Zuleta D esde hace mucho tiempo Colombia ha contado con una gran problemática llamada violencia, este fenómeno ha estado presente desde siempre causando daños psicológicos, económicos, políticos y sociales en la población, además de desencadenar otros problemas como lo es la desaparición forzada, una situación presentada en muchos territorios, especialmente en Medellín. La desaparición forzada es un crimen que viola los derechos de las personas, es un acto que consiste en quitarle la libertad a una o varias personas a través de diversas formas de violencia, ya sea mediante secuestro, captura, detención, etc. La cual es una acción silenciada, donde no se da a conocer el autor de los hechos, ni la información acerca del victimario, teniendo en cuenta que este último no es el único afectado, pues la familia se somete a un largo dolor por el hecho de no saber nada acerca del paradero de sus familiares y de quedar con la duda sobre la vida de sus seres queridos, acto que los conlleva a la búsqueda del culpable. Según el Centro Nacional de Memoria Histórica afirma que: “En Colombia 82.998 personas fueron desaparecidas forzadamente. Un dato de estas magnitudes, en tiempos de paz o de guerra, es sin lugar a dudas un registro doloroso. Ninguna ideología puede respaldar, y mucho menos justificar, tanta crueldad. 82.998 familias colombianas sufren la ausencia de sus seres queridos y la incertidumbre que produce la falta de noticias o de evidencias que den cuenta de qué sucedió con sus familiares” (CNMH,2018, p1). Es por esta razón que me ha parecido muy interesante poder conversar con María Elvira Herrera Bolaños, una psicóloga con un extenso currículum y que se ha especializado en el acompañamiento a las víctimas de la violencia. Ella cuenta que expresiones como “no sabemos nada de él” “¿por qué se lo llevaron?” “esperamos poder encontrarlo” … estas al igual que muchas otras declaraciones que generan expectativas, frustraciones, miedos e incertidumbre han acompañado por varios años a las personas a las que sus seres queridos dejaron de tener noticias de ellos en algún momento. El no tener certeza de que estén vivos o muertos han generado mayor ansiedad y dolor a los parientes de aquellos que no están, el no poder expresar y el sentir miedo por vivir en ocasiones la vida e intentar disfrutarla, es la realidad psicoemocional que acompañan a estas personas, que desean contar con la esperanza, la fe y el deseo de poder saber algo de ellos o en algunos casos el poder verlos o darles una sepultura. Entender la desaparición forzada como un acto que denigra, que afecta y vulnera todos los derechos humanos, nos lleva a comprender que no es un suceso televisivo, sino un hecho real que merece dejar a un lado el silencio voluntario y empezar a dar voz a quien no la tiene, esto sería la única garantía que tenemos todos los ciudadanos para garantizar que no se sigan dando estos actos violentos y empezar a construir una sociedad basado en el amor, el perdón y la reconciliación. Una de las situaciones en la que la desaparición forzada cuenta como una forma de violación de los derechos humanos es cuando es cometida por representantes del Estado, ya sean personas o colectivos que sean apoyados por este, pero hay que tener en cuenta que toda desaparición forzada infringe los derechos. Los que más se estarían violando son el derecho a la dignidad, a la libertad, a la seguridad de la persona, a no vivenciar torturas, penas, tratos crueles, inhumanos y degradantes, a un dictamen igualitario, el derecho a la vida familiar y en muchos casos no solo causan desaparición forzada sino la muerte del victimario, por lo que el derecho a la vida es violado totalmente. Según la revista Semana la desaparición forzada como la conoce el mundo nació durante la Segunda Guerra Mundial, cuando el régimen de Adolf Hitler en Alemania, en un decreto de 1941 conocido hoy como ‘Noche y Niebla’, incluyó dentro del repertorio de acciones legales del Estado “la desaparición del enemigo y la negación del conocimiento de su paradero”. La práctica pronto se regó por el planeta y encontró durante la Guerra Fría un caldo de cultivo perfecto en la Doctrina de Seguridad Nacional de Estados Unidos, que exportó a América Latina la lucha del Estado contra el comunismo. La desaparición forzada se convirtió así en un recurso para defender la seguridad nacional. Es claro ver como los paramilitares, grupos armados y funcionarios del Estado han sido los encargados de gran parte de las desapariciones forzadas, utilizando este método como forma de causar miedos, sufrimientos y detener a miles de familias con el fin de adueñarse de terrenos o conseguir lo que quieren. Doña Gilma Zuleta Múnera, es una de las víctimas que le tocó vivenciar la desaparición forzada, ella tiene 67 años y actualmente reside en el municipio de San Roque (Antioquia). Tuve la oportunidad de hablar con ella y escuchar su historia, en la cual cuenta que después de quedar viuda, hubo un tiempo de mucha violencia, específicamente en el año 1998, cuando le dijeron que uno de sus hijos había sido secuestrado. Ella muy desesperada pidió ayuda a muchas personas para que se lo ayudaran a encontrar o al menos decirle donde estaba o si le habían hecho algo, pero todos se negaban. Esta historia contada entre suspiros de tristeza finalizó en que ella luego de buscar tanto, solo encontró los huesos, porque el cráneo se lo habían comido los gallinazos. Doña Gilma expresa también que en esta época la desaparición forzada llegó a convertirse en algo de la cotidianidad, pues sucedía frecuentemente. Como resultado de todo esto, deduje que las víctimas han debido comprometerse voluntariamente a la reparación espiritual, son ellas quienes deciden luchar por el respeto de sus derechos y dar un paso hacia la reconciliación para aportar a la reconstrucción del tejido social y garantizar la no repetición, porque muchas entidades no están interesadas en que la verdad salga a la luz. 13 De Venezuela a Colombia: 16 horas para un nuevo comienzo Por: Juan Manuel Valencia Sánchez E ran eso de las 7:00 p.m. de un día de junio del 2017 en Táchira, Venezuela mientras en mi carnicería afilaba el cuchillo para cortar una libra de carne de cerdo; llevaba tanto sin cortar carne que tuve que sacarle bastante filo. Disfrutaba pasar mi cuchillo por la roca y ver cómo el niño que se encontraba detrás de la vitrina sonreía al ver la actividad que realizaba. En realidad, lo disfrutaba mientras cortaba la carne, mientras ponía cada corte sobre la báscula y así mismo cuando empaqué la carne en la bolsa, nuestras sonrisas simplemente describieron el momento de alegría para el niño y para mí, mi primera venta del día. Fue la única del día y la última para darme cuenta que no estaba funcionando ya mi negocio, no había quien comprara carne en Táchira, fue el punto en el que decidí partir para encontrar un futuro mejor. Llegué a mi casa, tomé una ducha para bajar el estrés de un pésimo día más, cogí el teléfono lentamente, acostado sobre mi cama mirando el techo mientras pensaba si sería lo mejor, si viviría mejor, se me pasaba todo por la mente, mi familia, mis amigos, mis negocios todo eso que había construido. En ese momento podía sentir cómo poco a poco se desmoronaba todo lo que en algún momento construí, pero estaba dispuesto a cambiar mi futuro y mejorar la calidad de vida de mi familia con mi trabajo honestamente. Fue entonces cuando tomé la decisión, presioné cada número lentamente pensado en lo que vendría. Llamé a mi primo que se encontraba en Medellín trabajando y le pregunté cómo estaba la situación, si me podía quedar allí con él mientras encontraba estabilidad, a lo que él me respondió inmediato que sí. Fue entonces cuando empezó un viaje lleno de imprevistos. Empaqué mi ropa en la maleta, en cada camisa llevaba una ilusión de mejorar mi calidad de vida y la de mi familia, en ese momento estaba con nervios de llegar a otro lugar, pero seguro de lo que quería, tomé el autobús que me llevó a la terminal y mientras iba en él logré despedirme de cada lugar, cada calle, con mis auriculares puestos me sentía en un vídeo musical mirando por última vez sin saber hasta cuándo volvería a mi país, a mi ciudad. Inevitablemente tenía una sonrisa en mi cara mientras me despedía de ese lugar que me había visto crecer, donde tenía mi familia y que también alguna vez amé. Al llegar al terminal había mucha gente allí con intenciones de partir, yo empecé mi procedimiento lleno de nervios, fui a sellar mi pasaporte para poder salir del país, todo iba bien hasta enterarme que no podría salir sin una carta de invitación, pasaje de ida y vuelta comprado, e incluso tres últimos meses de movimientos bancarios, en ese momento me llené de tristeza y las caras de las personas que estaban a mi alrededor destilaban tristeza, dolor y desilusión. Todos estos sentimientos que nos hacen agachar la cabeza, incluso la gente que podía salir se entristecía al ver la cantidad de personas que quería irse del país y no lo podían hacer. Yo deseaba más que nada en ese momento migrar del país así que no me quedaría con las manos cruzadas, ya me había despedido de Venezuela, allí no me quedaría. Al tanto un joven se me acercó y me dijo que él sabía cómo salir del país sin esos requisitos, pero de manera ilegal, yo no pensaba volver a donde estaba, así que decidí tomar la decisión de irme así, a pesar de que sabía que sería un viaje peligroso. PERFIL reloj y el tiempo se iba muy lento, miraba por las ventanas con ansiedad, pero para mí sorpresa encontramos un retén en Colombia. Eran militares pidiendo documentos a todos los pasajeros. En ese momento empecé a sudar como si hubiese corrido una maratón, todos los hombres empezaron a bajar e incluso mi compañero, yo me quería quedar en el autobús escondiéndome mientras la gente salía, pero veía que no había ni forma ni donde esconderme. Mis manos sudaban y mi corazón latía a su máximo ritmo, sentía una adrenalina intensa, sabía que todo se había acabado. Como estaba en la parte de atrás esperé a que todos bajaran, una señora se percató de mi comportamiento y de inmediato me dijo que no saliera que entrara al baño y me quedara allí mientras eran requisados todos, ese momento fue de luz y esperanza para mí, de inmediato entré al sanitario. Cerré con seguro la puerta muy lentamente, el baño de los autobuses es muy pequeño y yo, con claustrofobia, estaba desesperado y encerrado en un lugar diminuto; a través de la ventana podía ver cómo peleaban las personas con la ley yo lleno de nervios sentía como bajaba sudor por mi frente y espalda, rezaba a Dios para que me sacara de esa situación, mis piernas temblaban, el frío me invadía, yo cruzaba mis dedos y escuchaba como hablaban las personas afuera del vehículo. En un momento un militar le dijo a un mayor: “voy a revisar el bus” en ese momento sentí ganas de vomitar, se me revolvió todo al interior de mí. De inmediato me enteré que sería descubierto, apagué la luz, me senté, dejé medio abierta la puerta para que no pensaran que había alguien allí, para mi fortuna estaba muy oscuro el lugar así que me senté a rezar, cada suspiro mío era un paso por el autobús del militar, sentía como ponía su pesada bota por cada lugar del pasillo, fue entonces cuando se detuvo cerca al baño. Yo pensé en salir para que no fuera tan inmenso el problema, pensé que entregarme sería mejor a que me encontraran allí metido, pero algo en mi mente me dijo que no saliera. El militar pasó por el lado del baño tan cerca que vi sus botas brillantes. Mi corazón estaba a punto de sufrir un infarto, aguantaba la respiración para no ser escuchado. De repente tocaron la puerta, mi mayor preocupación fue que no habíamos arrancado y sentía el pavor de ser descubierto. Abrí la puerta pausadamente e incluso con los ojos cerrados dispuesto a perderlo todo, cuando me enteré que era mi amigo quien había dicho que ya lo habíamos superado. Fue un abrazo lleno de alegría y felicidad, un descanso inexplicable, los 20 minutos más largos de toda mi vida. De allí en adelante supe que tendría una historia para contar toda mi vida. Milagrosamente llegué a Medellín en busca de trabajo y de lograr grandes cosas, hoy gracias a Dios saqué ya mis permisos de trabajo y puedo trabajar tranquilo, es difícil estar lejos de la familia pero genera felicidad saber qué apoyo a mi mamá desde aquí y a mi familia brindadores más lo necesario y poniendo empeño en cada cosa que actualmente hago. * Leonardo, actualmente trabaja en un puesto de chorizos ambulante y permitió contar su historia en primera persona. Subí las escaleras del bus pensando que serían las 16 horas de viaje más largas que viviría, lleno de nervios al pensar que si me cogían sería deportado y perdería todas las ilusiones de empezar un nuevo futuro. Me senté en la última fila, recuerdo muy bien que me temblaba todo y tenía escalofríos todo el tiempo. Mi amigo estaba tranquilo ya que él tenía documentos, pero yo no, la verdad acompañarme en ese viaje cargado de sueños e ilusiones y preocuparse por mí para llegar a mi destino ha sido de los gestos más bonitos conmigo. No dormí en ningún momento de esas 16 horas del viaje pensando en los retenes que podría hacer Migración Colombia o alguna de las otras autoridades. Mantuve los ojos abiertos todo el viaje, no quería nada, solo quería llegar a mi destino para cambiar mi futuro. Miraba muy seguido mi Foto:Alfredo Estévez 14 La vida después de la muerte REPORTAJE Por: Leidy Vanesa González Maria Paula Ortiz Salazar E s paradójico cómo un suceso, como lo es un fallecimiento, tan triste, drástico e inesperado, pero a la vez tan natural puede terminar en un momento de esperanza, euforia y es incluso llamado un milagro. Ver en la muerte de alguien una esperanza de vida para otro, es tal vez una historia representada en una moneda con sus dos caras que dependiendo del lado que se viva se puede disfrutar o lamentar. La donación de órganos es un tratamiento médico por medio del cual órganos, tejidos y células enfermas son reemplazados por las de un donante. Estos procedimientos ofrecen excelentes resultados en calidad de vida de las personas, además de prolongarla. Para la salud, este acto es uno de los más importantes en su campo ya que se logra dar vida y mejorar otras. Mundialmente se celebra el día de la donación de órganos cada 14 de octubre desde el año 2005, pero cómo está la donación de órganos en Colombia, ¿estamos preparados como sociedad para dar vida después de la vida? Al parecer no, todavía persisten muchos tabúes alrededor del tema, a pesar de que cada año se impulsan políticas públicas que potencien la donación para trasplantes, pues es importante crear una sensibilización frente al tema. La lista Es de gran importancia el control que le dan a este procedimiento, pues se debe manejar una jerarquización y así procurar dar un mejor servicio ayudando a los implicados, donde todo gira en torno a la lista de espera, un registro que crece y donde cada uno de los inscritos de allí espera salir pronto, sin embargo, son los pacientes denominados “cero” quienes tienen la prioridad, ya que son estos los casos de vida o muerte. Según el Instituto Nacional de Salud (INS), los órganos más necesitados son riñón, hígado, corazón y pulmón. De estos, el trasplante de riñón es el más frecuente, no obstante, es el procedimiento que posee mayores problemas de donación. Un acontecimiento de melancolía puede terminar para otra persona, para otra familia, toda una ilusión, por esta razón cuando aparece un donante y es compatible con un ser que espera ansioso esa llamada, las alertas se encienden para que la inmediatez y eficacia sean protagonistas de todo el proceso, es por esto que desde la hora de muerte del donante, hasta que el grupo médico cumple con el trasplante en el receptor, el tiempo es apremiante en todas las situaciones, pues cada órgano cuenta con un tiempo de longevidad diferente que no supera las 20 horas en el caso de riñones y en el caso del corazón y los pulmones las 4 horas. Cada uno de ellos se traslada a su destino con el mayor cuidado posible tratando de preservarlo en una nevera con hielo y hasta donde el trasporte aéreo es una opción siempre disponible. Los responsables y participantes en todo el tratamiento son entrenados para que la coordinación y comunicación sea siempre la mejor, ya que no solamente deben verificar que haya un donante y un receptor, sino que estos dos sean lo más compatible posible y así evitar que haya un rechazo del órgano en su nuevo cuerpo al considerarlo un elemento extraño y donde su sistema inmunológico lo atacará, pues una vez pase esto, este perderá totalmente su funcionalidad. La cultura colombiana Colombia, a pesar de ser uno de los primeros países en realizar un trasplante de órganos en Latinoamérica, contar con todo el equipo médico necesario y tener habilitadas 26 entidades inscritas ante la Red de Donación, es muy poca la cultura que se tiene a favor de estos procedimientos. En el 2018 hubo 404 donantes reales, aquellos de los que se extrajo al menos un órgano, lo que representa 7,5 por ciento menos que en el 2017, cuando se registraron 437, no obstante, la lista de espera disminuyó con respecto a la del 2017 con un total de 89 personas menos. Estas cifras que ha dado el INS en un comunicado donde evidencia que es un asunto que sigue rodeado de mitos religiosos, estéticos y legales donde la desinformación lamentablemente ha hecho que lo tomemos con una mirada negativa, llena de prejuicios y olvidemos las 55 vidas que podemos salvar o mejorar con la partida de una. El gobierno colombiano, por medio del Ministerio de Salud, lanzó la campaña #DéjaloConversado en el año 2015, una iniciativa que buscaba la comunicación entre familiares acerca de su voluntad referente a la donación, pues eran ellos quienes tenían la última palabra, pero a partir del 2016, y por la alarmantes cifras en decadencia en el tema de donación, la dinámica ha cambiado. Mercedes Evelin Mercado, abogada y juez colombiana, afirma que gracias a la ley 1805 de 2016 que establece que todos los colombianos son donantes, es decir después del fallecimiento se pueden extraer componentes anatómicos para trasplantes y fines terapéuticos a menos de que en vida se haya manifestado lo contrario por medio de un documento escrito con un notario público y posteriormente radicarlo ante el Instituto Nacional de Salud, esta información es verificada en las clínicas y/o hospitales al momento que dictamina de la muerte encefálica de las personas para disponer de sus órganos y emplear un trasplante. Con esta nueva ley, el Estado puede rescatar, tomar y disponer los órganos donantes sin autorización de los familiares, sin embargo, es importante dialogar con las familias y sensibilizarlos sobre la importancia de la donación como un acto solidario que ayude a salvar familias. “En el país contamos con la ley 919 del 2004, el decreto 2493 de 2004 y actualmente contamos con la ley 1805 de 2016 la cual ha ampliado la persuasión de la donación. Es difícil estimar el número de personas que mejorar su calidad de vida, lo cierto es que un solo donante puede ayudar a muchas personas y aumentar la oferta de órgano” agregó. Las tres caras de la donación Cuando se tiene 9 años, lo único en que se piensa es en juegos y deberes académicos. Para Cristina Ramírez, esto pasó a un segundo plano, pues con su corta edad anhelan encontrar un donante de riñón e hígado. Junto a su madre Sandra Ortiz, el tratamiento médico ha sido toda una travesía “es muy triste ver que tu pequeña no puede convivir con los otros niños, que su vida está llena de medicamentos y se pase semanas enteras en un hospital”. Los médicos no sabían por qué desde pequeña tenía tantas infecciones y se las tribuyeron a “cosas de niños”, pero cuando Cristina tiene un recaída en su salud, la cual cuenta su madre que fue la más difícil medicamente y la más dolorosa para ella, descubrieron a sus seis años que había nacido con un solo riñón y que este, tratando de compensar la falta de su compañero, incrementó su tamaño haciendo que todo empeorara con repercusiones a sus otra órganos como el hígado. Cristina y Sandra relatan que cuentan con el apoyo médico y psicológico de la Fundación San Vicente y aguardan que en la lista de espera no duren mucho tiempo. Por otro lado, Yeimy García es una mujer de 27 años profesional en Enfermería y que cuenta cómo a sus 18 años la espera había terminado para ella. Al igual que Cristina Ramírez esperaba un trasplante de riñón, pues no quería que su vida girara alrededor de los tratamientos de diálisis, “Yo no le tenía miedo a la muerte y sólo veía esa enfermedad como un reto para superarme a mí misma, que no me iba a dejar caer”. Era tan solo una adolescente de 16 años cuando su dictamen médico decía lo peor que la había pasado, pero su fuerza y determinación, más la compañía constante de sus familiares, logró que atravesara cada obstáculo. A pesar de que en ese entonces no quería saber nada acerca de su donante o sus familiares, afirma que actualmente quisiera darle las gracias a ambos, pues fue por este acto desinteresado que ha podido tener una vida más saludable, “Uno de los momentos más eufóricos de mi vida fue cuando sonó mi teléfono y supe que habían encontrado alguien compatible. Es ambiguo pensar que tu momento de felicidad en otro lugar es todo lo contrario. Tenía que salir rápido al hospital, pues debían prepararme para la cirugía mientras el órgano venía en camino. Recuerdo que lo último que hice antes de dormirme por la anestesia fue pedirle a mi cuerpo que por favor no lo rechazara”. 15 El fallecimiento de un familiar es uno de los acontecimientos más dolorosos que sufren las personas, sin embargo, algunos por disminuir el dolor o el remordimiento optan por la donación de los órganos como es el caso de la familia Cadavid Berrio, que donó un total de 19 órganos correspondientes a la joven Sara. Felipe, su hermano, narra que a pesar de ser un tema difícil de hablar, sabe que las condiciones de la muerte de su hermana fueron la principal razón para que accedieran a donarlo todo, pues siendo una familia católica querían que su acto suicida fuera redimido de alguna manera “A un adolescente de 17 años se le donó su corazón, la madre del joven está muy agradecida. En realidad esto fue lo que ayudó a disminuir el dolor, saber que ella mejoró y salvó vidas. Aunque Sara nunca se había mostrado a favor o en contra de la donación, para mí y para mi familia fue un alivio hacerlo”. Dios y la medicina “El Mesías también nos dio la sabiduría y creó las profesiones como la medicina”, afirmó Alex Montes Pastor de iglesia Vida Plena, cuando reflexiona acerca de la voluntad de Dios o las manos médicas en este asunto. Para nadie es un secreto que Colombia es un país movido por la fe y es por esto que muchos de sus habitantes tienen las falsas creencias o la mala información acerca de la negatividad de la mayoría de las religiones, sin embargo, son estas mismas quienes se muestran a favor de la donación “No lo consideramos un pecado, esta acción es aceptada por la iglesia cristiana, nuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo y él nos dio libre albedrío para hacer con él lo bueno y lo malo. Donar un órgano para salvar vidas en la cultura Judía, es como lo hizo Jesús, el dar de sí mismo por los demás”. Por otra parte, las únicas religiones que no han tenido una posición totalmente a favor, sin desmeritar a quienes lo practiquen, han sido los testigos de Jehová y los Pentecostés “En la Biblia no se habla de esto y por tal motivo nuestra religión no acepta estos procedimientos, pero cada persona toma su decisión según su ética” comentó Alberto Ríos, testigo de Jehová. Cuando se le pregunta cuál sería su decisión si fuera alguien que necesitara de un órgano donante, afirma que espera que la medicina tenga más métodos para preservar su vida antes de acceder a este procedimiento. Aunque la medicina y la religión tienen como fin el bienestar y la calidad de vida, médicos especialistas como Yohana Muñetón confirma que “es esencial en la vida de todo ser humano ser parte del proceso de donación. No solo es salvar vidas si no que es un compromiso con su integridad moral y espiritual”, por otro lado para Claudia Corrales, medica quirúrgica apasionada por salvar vidas, cree que la donación es un negocio, “En Medellín solo son tres los hospitales donde se realizan estos procedimientos y monopolizan estas áreas por esto no quisiera ser una donante pero considera que si este aspecto fuera diferente, no dudaría en ser parte de esta gran red solidaridad humana”. Tal vez la donación todavía está rodeada de algunos mitos, prejuicios y miedos, y en un país como Colombia donde la religión gobierna al lado de la ley, sus pensamientos aún son conservadores y no hay una real conciencia acerca del tema, es difícil esperar cifras donde la donación funcione, sin embargo, la última ley que convierte a todos los colombianos en donadores, ha logrado su principal propósito de aumentar las estadísticas en torno a este asunto con un total de 1.186 trasplantes en el año 2018 según el Sistema Nacional de Información en Donación y Trasplantes, RedDataINS, en comparación al año 2015, antes de que se aprobara la ley 1805 de 2016, donde fueron 1.038 trasplantes en total. Colombia sube a pasos de bebé, no obstante, es importante recalcar que 1 sólo trasplante ya hace una gran diferencia. 16 Un abordaje psicológico sobre el perdón en época del posconflicto PERIODISMO CIENTÍFICO Por: William Ignacio González Vásquez E ste artículo explora el papel de la psicología en los procesos del perdón. El interés está centrado en el perdón episódico, referido al hecho de perdonar una ofensa en particular. El objetivo es delimitar la incidencia que tiene para el sujeto el hecho de perdonar o no perdonar y como, a partir de esta acción dual, el contexto del individuo se puede transformar. A partir de la evidencia empírica encontrada sobre el perdón, esta tiende hacia la posición que en el perdonar intervienen tanto la dimensión subjetiva intra psíquica como la interpersonal, que suponen cambios y están relacionadas con el bienestar emocional, físico y psicológico del individuo. Así, el perdón surge como un constructo psicosocial. El perdón como un principio inherente a cualquier proceso de paz, ha sido abordado desde diferentes perspectivas: política, filosófica, religiosa, sociológica y psicológica. Es precisamente en esta última, donde se enfoca el objetivo del presente texto, ya que, es el componente que menos se ha visibilizado, pues, el interés general ha estado alrededor de las otras visiones que tienen su centro en los procesos de sociabilización y no en el sujeto mismo. Desde la psicología la víctima de un conflicto tiene la posibilidad de dar cuenta de sí y de la situación concreta a partir de la verbalización. Es decir, evidencia el proceso interno que debe vivir el sujeto para acceder o no al hecho de perdonar. El perdón empieza a tener una significación especial a partir de los esfuerzos que se vienen realizando para establecer un marco jurídico del proceso de paz. Hasta hace algunos años, en el país, no se reconocía la existencia legal del conflicto armado; es a partir de la ley 1448 (junio 10 de 2011), donde la Corte Constitucional precisa la denominación de víctima, es allí que se le da dicho reconocimiento. Así, surge una esperanza para todas aquellas personas que han sufrido el flagelo de la violencia, porque con ello se puede llegar al establecimiento de verdades históricas y judiciales entorno a un proceso real de reparación y justicia. Lo anterior, hace aún más evidente la pertinencia de profundizar la noción de conflicto desde el componente psicológico, ya que éste involucra el análisis de las implicaciones subjetivas del acto de perdonar, lo que facilita la mediación entre la verdad de los hechos victimizantes y los victimarios. En este sentido, el perdón es un punto de llegada, que debe darse después de identificar cuál fue el hecho victimizante, quien fue el agresor o el victimario, quien fue el determinador y quien el beneficiario de los hechos violentos. De lo contrario, sería como sanar una herida en falso” Londoño, (2014, p.12). Desde esta perspectiva el perdón deviene del reconocimiento y la verbalización de los dolores acallados por las dinámicas de silencio. Abordar el tema del perdón desde esta perspectiva conduce a la formulación de diversos interrogantes que consignan suposiciones, de cancelación, negación, tramitación y proceso, diferentes a un simple olvido y acallamiento del ser desde una posición a veces cultural. En esta misma línea, Franchi (2005) afirma, “la capacidad de perdonar tiene implicaciones substanciales, tanto en la vida de relación como en el bienestar individual” (p. 72), da a entender que en esta dialéctica intervienen aspectos de personalidad y estilos emocionales, que generan consecuencias psicológicas. De ahí que el perdón deba entenderse no solamente como aquel Tomado: https://blog.mienciclo.com/hace-cien-anos-fallecia-el-pintor-austriaco-gustav-klimt/ indulto religioso, sino un perdón tramitador, que lleva a la verbalización, a la confrontación con el sí mismo y con el ofensor. En coherencia con los anteriores planteamientos, se encuentran las tres categorías definidas por McCullough y Witvliet (2002, citado en López, 2012) sobre la noción de perdón. La primera, es el perdón disposicional, entendido como un atributo de la personalidad, donde el individuo observa una disposición general para perdonar múltiples ofensas en una variedad de situaciones interpersonales. La segunda, es el didáctico, una característica de ciertas unidades sociales, como una pareja o una familia, donde el perdón tiene mayores probabilidades que en otras relaciones. La última, el perdón episódico, que se refiere al hecho de indultar una ofensa en particular. Es decir, hay un deseo por parte de las víctimas de abandonar los sentimientos negativos intentando desarrollar sentimientos de entendimiento y comprensión frente a sus victimarios o eventos traumáticos; lo que en la teoría psicológica se conoce como estrategias de afrontamiento . Ahora bien, para entender el carácter subjetivo del perdón es necesario ingresar en el terreno de la psicología de la personalidad, específicamente en la de los rasgos de personalidad, ya que algunos de estos pueden tener una influencia directa en la forma como cada persona asume las situaciones ofensivas y dolorosas. En su tesis Procesamiento cognitivo de eventos de violencia y perdón en personas que sufrieron maltrato infantil, Hedlefs (2011) abordó varias investigaciones sobre el análisis del sesgo disfuncional hacia los eventos de violencia, afirmando la relevancia de establecer una naturaleza cognitiva en el procesamiento automático que esta por fuera del sujeto. De donde se puede asumir que las personas que han sufrido algún tipo de maltrato infantil tienden a reflejar posiciones de sufrimiento en su vida cognitiva emocional, esto es que le dan más relevancia o tienden a ser sensibles a los eventos traumáticos o estresantes, lo que representa una dificultad para tomar la decisión de perdonar. La psicología ha registrado que las personas con alta escala de preocupación y ansiedad presentan, con mayor frecuencia, problemas de índole psicológicos y físicos, así, como insatisfacción en sus relaciones interpersonales. Desde la teoría de la vulnerabilidad cognitiva estas personas tienen la propensión de fijar más su atención hacia las situaciones negativas, en comparación con las que tienen bajos niveles de preocupación y mayor grado de optimismo. Las investigaciones sobre las bondades psicológicas y físicas del perdón han sido reportadas por diversos investigadores interesados en el tema, entre ellos están McCullough, Worthington y Rachal (1997), (citados por López et al., 2008) quienes han propuesto que las personas con mayores niveles de perdón poseen relaciones interpersonales más provechosas, además de una mayor adaptación emocional como individuos. Como vemos el perdón va más allá de una posición religiosa, implica un diluir conceptual atravesado por el discursó y como observamos hay variedad de estos, en donde el perdonar no es tan esperado. Tomado: https://www.laizquierdadiario.com/La-verdad-desnuda-de-Gustav-Klimt?id_rubrique=1714 17 A través de la “innovación social”, Uniminuto apuesta por una minería sostenible Por: Labir Ríos L a contaminación ambiental es uno de los temas de mayor controversia y preocupación a nivel mundial, y hoy estamos sufriendo las consecuencias de muchos años de explotación indiscriminada de los recursos naturales. Es evidente que se está trabajando en la concientización de esta problemática a través de campañas para crear conciencia con respecto a esta latente, pero no se ha evidenciado algo radical para mejorar la situación. “Es importante empezar a educar la población para seguir con la concientización de la responsabilidad que cada individuo tiene con el mundo y los demás”, afirma Maribel Cardona, profesora de la Corporación Universitaria Minuto de Dios, quien trabaja en el proyecto de Innovación Social denominado Minería de oro responsable, Territorios en paz, en cuatro municipios de Antioquia: Marmato, Andes, El Bagre y Zaragoza. El proyecto, el que además participan los investigadores Diego Chávez, Cleidy Tatiana Maya Zapata y Elizabeth Meneses Ospina, identifica e interviene la zona para optimizar con la comunidad el manejo de recursos naturales empleados en la minería y desarrollar estrategias en conjunto que permitan minimizar el impacto ambiental generado por el uso del mercurio, un metal generalmente empleado para la extracción del oro. La antropóloga Cardona recuerda que “todo empezó gracias a una invitación hecha al Parque Científico de Innovación Social de Uniminuto a un trabajo de campo en su sede de El Bajo Cauca donde la minería tiene un gran auge. A partir de allí surge la propuesta de vincularnos a un proyecto macro en conjunto con el Massachusetts Institute of Technology – MIT y la Colorado School of Mines la Pontificia Universidad del Perú y la Universidad de San Diego donde se habla de cero mercurio a nivel mundial y crear estrategias de innovación social para las comunidades que viven de la minería artesanal o a pequeña escala”. El proyecto trabaja bajo tres líneas: la minería responsable, que busca eliminar el uso del mercurio a través de la remediación de suelos que generen suelos fértiles para labrar la tierra. La otra línea trata las actividades económicas complementarias a la minería, cuyo propósito es proveer de otras opciones a las comunidades y que no dependan exclusivamente de este sector. Por último, es la labor con aquellas personas que ya no quieren trabajar en minas al concientizarse del daño al medio ambiente. Tal actitud las ha llevado a considerar otras actividades económicas para su subsistencia. La investigadora nos cuenta que el primer paso hecho por el grupo de intervención de Uniminuto fue un análisis con las comunidades mineras sobre los impactos sociales, ambientales, económicos y políticos que esta población percibía acerca de la minería en el territorio. “Luego tocamos el tema de cómo vamos a trabajar con la gente y considerar PERIODISMO CIENTÍFICO estrategias que aporten a la sustentabilidad del territorio. De ahí se nos genera un cuestionamiento interesante sobre la sostenibilidad”. El profesor Diego Chávez afirma que al explorarse el territorio se encontraron con un ecosistema natural, biótico y físico con dinámicas específicas del Bajo Cauca como un bosque húmedo tropical, zonas de alta inundación y varias características propias de su población. “Por ejemplo aquí desembocan dos de los ríos más grandes de Antioquía, el Nechí y el río Cauca, adonde llega el mercurio utilizado en la minería. Y toda esa sustancia va a ser consumida aguas abajo por la población a través del pescado y del agua misma. Es decir, todo lo que toca esa agua se vuelve tóxico y por consiguiente ocasiona un impacto imposible de cuantificar”. Es aquí donde el Semillero de investigación de El Bagre Humanicemos la ciencia entra a realizar el diagnóstico del entorno y de las poblaciones afectadas. “Visitamos a las comunidades, hablamos con ellas, de la afectación a la que están expuestas, pero también de las innovaciones para evitarlo. Nuestra intención es, primero, apropiarlos de esa realidad y, segundo, ver qué se puede trabajar en conjunto para minimizar los impactos sociales, ambientales y ecosistémicos causados por la minería a pequeña escala”. Según Cardona, la comunidad reacciona y reflexiona y empieza a pensar cómo era la minería antes y cómo es hoy. Y es entonces que de la mano del Semillero se educa a estas comunidades haciendo comparaciones con otros casos y evidenciando las graves consecuencias. El Semillero eleva dicha intervención a cinco dimensiones: en lo biótico, lo político, en lo físico, lo económico y lo cultural. Una vez superadas estas etapas, el proyecto persigue consolidar en estas poblaciones procesos de minería sostenibles a pequeña escala, una actividad imposible de desvincular de dichas comunidades, pero cuyo objetivo es ofrecer otras alternativas económicas a pobladores que se van quedando sin recursos. Un aspecto positivo al trabajar con la innovación social, concluye la investigadora Cardona, “es que la propia gente nos ha ido solicitando cambios, puesto que son los más afectados directamente con enfermedades producidas por el consumo paulatino de mercurio. Han comenzado a generar conciencia y a repensar en alternativas”. La investigación que lleva a cabo este Semillero de Uniminuto Bello tiene amplias expectativas de desarrollo y bienestar de dichas comunidades, a través de la educación, por ejemplo, de la concientización de los pobladores y de los efectos de la toxicidad del mercurio en el medio ambiente. Sin embargo, no se aspira a quedarse sólo con el diagnóstico, sino también en generar, como se ha dicho, otros tipos de minerías de menos impacto ambiental negativo o en una minería que alterne la minería con lo agrícola FOTOREPORTAJE Por: Mariana Alcaraz Jaramillo El Corregimiento Altavista reporta cada año una de las mayores tasas de desplazamiento forzado. Sin embargo, la realidad es que ni las entidades encargadas de dar a conocer dicha información obtienen una cifra verídica de este fenómeno. Las propiedades se pierden en el olvido o pasan a ser ocupadas por los combos delincuenciales. Altavista: sinapsis de olvido Altavista es una zona estratégica para el transporte y resguardo entre los combos que operan allí y en otros lugares de Medellín. Durante años sus habitantes han vivido entre la tensión y la infortuna de la guerra; la cual no deja pasar semana sin un asesinato, pero, además, la comunidad señala sentir temor en lugar de tranquilidad frente al pie de fuerza armado del Estado; afirman haber sido maltratados, señalados e incluso acusados ante delincuentes por las mismas autoridades. Los antiguos Calvarios, son una cruz que construyen en los lugares donde muere o asesinan una persona, tradición que continúa normalmente en los pueblos; en Altavista aún es posible encontrarse con varios de estos en el camino. Este es el de Juan Alberto Sánchez Sánchez, un joven asesinado el 18 de agosto de 2012 en el barrio La Esperanza. Arbey Mesa Henao fue asesinado por las milicias urbanas el 16 de julio de 1992, su madre y su hermano de once años se aferraron a él para impedir que lo mataran. Los asesinos arrastraron su cuerpo por las calles del barrio La Esperanza del Corregimiento Altavista y lo tiraron en la carretera principal a las 10:00 p.m. Ella, Fabiola Henao, es su madre, quien tuvo que pasar allí la noche, bajo la lluvia y la sangre, pues ni la Policía, ni algún tipo de transporte o funeraria iban hasta ese sector. Juan Mauricio Toro Gómez, es uno de los cuatro sobrevivientes de la masacre de “El Cuadradero” en el Corregumiento Altavista el 16 de diciembre de 1996, la cual cobró la vida de 16 jóvenes por manos del Bloque Bananero de las Autodefensas en compañía del Ejército, cuando se dirigían a un cumpleaños. Pasados 21 años, el Estado reconoció que se trató de un caso de falsos positivos y pidió perdón.