CONTEXTO HISTÓRICO-CULTURAL Y FILOSÓFICO DE PLATÓN Platón (427-347 a. C.),Aristocles de Atenas, cuyo apodo, “el de anchas espaldas” (=Platón), ha pasado a la historia, desciende de nobles por partida doble (su madre es descendiente de Solón). Su posición social le permitió frecuentar los mejores maestros de Atenas: Crátilo le inició en la filosofía de Heráclito, y escuchó a los sofistas. Pero a los veinte años se encontró con Sócrates y su vida sufrió una profunda transformación. Después de conocer a Sócrates rechaza la carrera política que sus parientes le ofrecían (gobierno de los Treinta Tiranos). Sócrates de indiscutible extracción popular, que Platón proclama como “el hombre más justo de su tiempo”, le apartó también de la investigación de la naturaleza y le introdujo en sus preocupaciones morales y políticas. Restaurada la democracia en Atenas, Sócrates es injustamente condenado a muerte. Platón, íntimamente afectado, viaja a Megara, Egipto y Sicilia, donde entra en contacto con los pitágoricos. La célebre “Carta VII”, en gran medida autobiográfica, narra los tres intentos que llevó a cabo en Siracusa (Sicilia) para poner en práctica sus ideales políticos, magistralmente defendidos en su obra cumbre “La República”. Por diversas circunstancias, los tres ensayos resultaron estrepitosos fracasos: fue vendido como esclavo, hecho prisionero y su vida llegó a correr serio peligro. Al regreso del primero en el 387 a. C. fundó la Academia en las afueras de Atenas, cerca del templo dedicado al héroe griego Akademos y comenzó sus enseñanzas. Las actividades más frecuentes eran discusiones y debates, convirtiéndose en el centro educativo más importante de la época. Allí escribió la mayoría de sus obras importantes en los cuarenta años que permaneció en el lugar. Al regreso del segundo recibió como discípulo a Aristóteles, pero sólo tras el tercero abandonó definitivamente la esperanza “de intervenir políticamente y organizar completamente el Estado”. Murió en el 347 a. C., justamente en el 80º aniversario de su nacimiento, fue enterrado en el jardín de su Academia. Contexto histórico-cultural El pensamiento de Platón se enmarca dentro de un siglo muy convulso en Grecia, pero también de un gran auge económico, político y cultural, especialmente en Atenas, su ciudad natal. El siglo V a. C. comenzó con el enfrentamiento entre los griegos y los persas (guerras Médicas), que se resolvió en favor de los griegos y que supuso la hegemonía política y militar-naval- de Atenas en todo el Mediterráneo oriental, así se constituyó la Liga de Delos, cuyo objetivo fue el de mantener una flota permanente que garantizara la seguridad de las ciudades griegas. Así pues, durante la segunda mitad del siglo V a.C. se produce una honda transformación política en Grecia, más en concreto en Atenas: el paso de una aristocracia (poder político que proviene de la riqueza –nobles- o prestigio social) a una democracia (“gobierno del pueblo”), dirigida por Pericles. Este cambio político comporta un giro en el interés del pensamiento filosófico, un giro antropológico: el interés se desplaza de la naturaleza (presocráticos) al tema del hombre –como individuo e inteligente y como social/cultural-. Este nuevo régimen político, democracia, hace esencial la enseñanza para todos: todo el que sabe puede acceder al poder, ciencia y filosofía se hacen populares. De esta forma aparece un nuevo personaje: el sofista que enseña al pueblo, no sobre problemas naturales sino sobre problemas sociales-políticos pero desde un punto de vista relativista (“no hay verdad absoluta”, esto es, ser es igual a apariencia, entonces todos los pareceres -opiniones son verdaderos). En este ambiente filosófico y cultural (giro antropológico: interés por el hombre, por las cuestiones morales y políticas) aparece la figura de Sócrates, que nacido en Atenas en el año 469 a. C. fue condenado a muerte y ejecutado en el año 399 a. C., convertido en un 1 símbolo para los hombres de todos los tiempos. Sin embargo, Sócrates combatió enérgicamente a los sofistas: aporta soluciones radicalmente nuevas a los problemas políticos y morales (contrario al relativismo sofista). En esta época, el siglo de Pericles, mediados del siglo V a. C., Atenas se convirtió en el foco cultural del mundo griego: representaron sus obras los poetas trágicos, Esquilo, Sófocles y Eurípides, los autores de comedias, como Aristófanes; se levantó y embelleció la Acrópolis, en la que destaca el Partenón, decorado por Fidias; y la escultura diseñó el canon (orden, medida) del ser humano, con Policleto y Praxíteles. En este ambiente cultural se educó Platón. El dominio ateniense de la Liga de Delos va a dar lugar a un conflicto entre Atenas, que representa la democracia, y Esparta, que representa una sociedad jerarquizada y aristocrática: Guerra del Peloponeso (431-404 a. C.). Ya muerto Pericles (de peste) Esparta derrota a Atenas y le impone unas duras condiciones, entre otras, el gobierno de los Treinta Tiranos. Al que sucedió una democracia corrupta, que condenó a muerte a Sócrates. Este hecho lo llevó a no simpatizar con el régimen democrático. De todos estos acontecimientos podemos extraer una serie de cosecuencias: en primer lugar, Platón siempre tuvo especial interés en la política, no sólo teórica sino también en la práctica ( después de la renuncia a participar en el gobierno de los Treinta Tiranos, al que fue invitado por sus tíos, y a las desastrosas consecuencias de la restaurada democracia, que condenó a muerte a su maestro, se propuso llevar a la práctica su ideal político de La República en Siracusa -Sicilia- invitado por Dionisio I y Dionisio II, intentos que acabaron en rotundos fracasos); y, en segundo lugar, la constatación de que todos los estados estaban mal gobernados (en concreto, Atenas: pasó de una tiranía que sembró el terror a una democracia, gobernada por los demagogos -discípulos de los sofistas- y la corrupción) y necesitaban de una reforma radical: el gobierno del filósofo, del sabio... ”...y que no cesará en sus males el género humano hasta que los que son recta y verdaderamente filósofos ocupen los cargos públicos, o bien los que ejercen el poder en los Estados lleguen, por especial favor divino, a ser filósofos en el auténtico sentido de la palabra.” (Carta VII, Platón) Contexto filosófico El primer maestro de Platón fue Crátilo, discípulo de Heráclito. Se puede decir que Platón toma de Heráclito la concepción del mundo sensible como “panta rei” (“todo fluye”), con la diferencia de que para Platón se trata de un mundo aparente (no verdaderamente real) mientras que para Heráclito sí lo es. En realidad, Parménides ejerce una mayor influencia: si exceptuamos el monismo (“Ser” de Parménides: uno y esférico) podemos decir que las Ideas platónicas poseen los mismos rasgos que el “Ser” parmenídeo: inmutables, ingeneradas e imperecederas, fuera del tiempo, indivisibles. Además la epistemología platónica también tiene a Parménides como precedente, al diferenciar entre la Vía de la Verdad (“Episteme”) y la Vía de la Opinión (“Doxa”), y por lo tanto la oposición entre razón y sentidos: mientras que la razón es la única que nos acerca al Ser y la Verdad (“Episteme”), la sensación sólo nos proporciona la apariencia y opinión (“Doxa”). El pitagorismo fue un referente continuo en su obra: la importancia de las matemáticas (“Diánoia”), la concepción de la “Physis” que aparece en el Timeo consiste en haber sido ordenada conforme a pautas matemáticas, la creencia en la inmortalidad del alma, la doctrina de la reencarnación, la concepción dualista (cuerpo-alma) del hombre y la consideración del cuerpo como cárcel ( “soma sema”). Precisamente en su primer viaje a la Magna Grecia (Italia) se acerca a Tarento únicamente con la intención de conocer a los pitagóricos. En menor medida, podríamos citar a Anaxágoras, en tanto que primer filósofo que 2 propuso una causa final de la “physis”: el Nous (concepción platónica de la “physis”: finalística o teleológica); pero Platón expresa su decepción cuando observa que Anaxágoras explica la constitución de la “physis”recurriendo a una acción mecánica del Nous sobre la materia (“Migma”= “Mezcla” de semillas), a la que imprime un movimiento rotativo (remolino, torbellino o vórtice). Platón critica la filosofía de los milesios y el atomismo de Demócrito: para Platón la filosofía no versa sobre cosas físicas, sensibles ya que la “physis” no se agota en su dimensión cósmica (material) ni se encuentra en sí misma la razón de su orden. Si es verdad que pensar es “pensar contra alguien”, Platón en el Timeo (diálogo crítico o de vejez) está pensando contra Demócrito, cuyo atomismo mecanicista estaba aumentando su prestigio y exigía una respuesta teleológica de la “physis”. Platón rechaza el atomismo de Demócrito de forma radical: el orden de la naturaleza no puede ser resultado azaroso del desorden, el orden sólo puede venir de una inteligencia ordenadora (“Demiurgo”). Sin embargo, Platón se acerca al atomismo cuando considera que el fundamento material de la naturaleza está constituido por pequeñas partículas indivisibles e infinitas en perpetuo movimiento irregular o caótico. Los sofistas (especialmente de la segunda època) representan todo lo que Platón más rechazaba: frente a la posición absoluta y racional ante la verdad de Platón, los sofistas defienden una posición relativista y escéptica, frente a la inmutabilidad de los ideales y valores morales defendida por Platón, los sofistas proponen el convencionalismo del “nomos” (ley, costumbre, norma de comportamiento), frente a la posición aristocrática (“gobierno del sabio”) de Platón, los sofistas defienden el sistema democrático. Al igual que su maestro Sócrates, Platón se distancia profundamente de los sofistas en dos aspectos: -adopta un método totalmente opuesto al de los sofistas: el diálogo; -aporta soluciones radicalmente nuevas a los problemas políticos y morales (la tarea más urgente que se proponen Sócrates y su discípulo es la de definir con rigor los conceptos morales y políticos:“justicia”, “bien”,…). Por último, la influencia más profunda y decisiva es la de Sócrates. Todo el pensamiento platónico está influido por este: el intelectualismo moral, el método dialéctico ( “logos” , razón) frente a la opinión, la concepción de la filosofía como diálogo, la preocupación por la política y la educación del ciudadano, el desinterés por el tema de la “physis”...Incluso cuando se aparta del ejemplo de su maestro, como en su decisión de escribir textos filosóficos, lo hace de la manera más fiel: reproduciendo los diálogos con la mayor verosimilitud posible (personajes reales y, en ocasiones, hechos reales). El personaje de Sócrates que aparece en los diálogos de Platón no es el Sócrates real, pues defiende ideas que pertenecen más bien al mismo Platón ( a excepción de los primeros diálogos -diálogos socráticos-). El hecho de que éste decidiera hacerlo protagonista de la mayor parte de sus diálogos debe entenderse como un reconocimiento al maestro. La teoría de las ideas platónica supone una extensión (a Sócrates solo le preocuparon los asuntos morales) y una radicalización de la convicción socrática de que existen esencias -definiciones- universales: (no sólo hay esencias objetivas) en Platón se trata de entidades independientes realmente existentes, esto es, no es sólo que la Belleza sea la misma para todos, sino que además la Belleza existe aparte de las cosas bellas y los sujetos que la conocen. En cierto modo Platón se enfrenta a Sócrates negando que la actividad filosófica sea meramente subjetiva, producto de una conciencia interior. En resumen, la “teoría de las ideas” de Platón es el resultado de su esfuerzo por conectar los puntos de vista de sus dos maestros, Crátilo y Sócrates, en una síntesis superadora. Del primero, recogió su doctrina del cambio incesante que practicó siempre en sus consideraciones sobre el mundo material o sensible; y del segundo heredó la aspiración por alcanzar la Verdad, el auténtico Ser de las cosas, aquello que no cambia y en donde por fuerza ha de residir el verdadero conocimiento. 3