RETOS Y OPORTUNIDADES DE UNA COALICION TERRITORIAL RURAL. Fernando Serrato Cuellar [email protected] El Proceso de Intervención Social y Comunitaria TABLA DE CONTENIDO Resumen……………………………………………………….………………………...2 Marco Teórico…………………….…………………….....……….…....………………3 Cambio Social Planificado……………...…………….…………………………………4 Fase 1. Desarrollo de una necesidad de cambio……..………………………..…………5 Fase 2. Establecimiento de una relación de cambio…….……………………….………5 Fase 3. Acción orientada al cambio………………………..………………………….…6 Subfase 1. Aclaración o diagnóstico del problema...……………………………………6 Subfase 2. Examen de caminos y metas alternativas…………………………………….6 Subfase 3. Transformación de las intenciones en esfuerzos reales de cambio………......7 Fase 4. Generalización y estabilización del cambio……………………………………..7 Fase 5. Establecimiento de la relación final……………………………………………..7 Participación……………………………………………………………………………..8 Necesidades Sociales…………………………………………………………………….9 Introducción…………………………………………………………………....……….11 Descripción del tema abordado………………………………………………………...12 Coaliciones territoriales……………………………………………………………...…14 Desafíos y oportunidades de cambio…………………………………………………...15 Comunidad objeto de la intervención…………………………………………………..17 Actores Sociales Involucrados………………………………………………………….19 Contexto Medioambiental………………………………………………………………20 Interés Personal…………………………………………………………………………21 Conclusiones del Trabajo…….…………………………………………………...........22 Conclusiones Personales……………………………………………………………..…22 Bibliografía……………………………………………………………………………..23 1 1. RESUMEN En el presente trabajo se desea realizar un abordaje a la praxis de la psicología comunitaria en lo referente a las herramientas adecuadas para llevar a cabo procesos de cambio por medio de la intervención comunitaria1, de modo tal que se dé el escenario propicio para la creación de emprendimientos de agremiación y asociación en una comunidad de pequeños productores2 de café en Colombia. Se realiza un planteamiento desde el punto de vista participativo, pues es apremiante que dentro del ejercicio del desarrollo comunitario los sujetos integrantes de la comunidad objeto de la intervención sean participantes activos en la autoría, ejecución y evaluación del proceso de desarrollo, de esta manera se dan las oportunidades para la formulación de un emprendimiento productivo dentro de una comunidad de pequeños productores, que buscara la agremiación de estos en torno a su actividad económica básica que es la producción de café Se pretende discutir las herramientas propias de la intervención comunitaria a través de la utilización de las fases del cambio planificado. La participación de los actores sociales será el eje fundamental en la construcción de los escenarios para el tratamiento y formulación de emprendimientos asociativos constituidos bajo una relación colaborativa voluntaria dentro de una comunidad productora de café en el departamento del Huila, Colombia. Se desea incorporar los saberes locales, recuperando y revitalizando el conocimiento de los productores y sus familias, fortaleciendo así técnicas ancestrales de manejo que podrían ser inapropiadas y/o mejoradas de acuerdo al aporte del grupo facilitador. Con la ayuda de las múltiples herramientas participativas con que se cuenta por parte de la intervención comunitaria, se busca desde los primeros acercamientos con la comunidad, continuando con los procesos de diagnóstico, de planificación, de confrontación y negociación en la resolución de conflictos, que se genere un sentimiento de ayuda y solidaridad para ser transmitido dentro de los actores sociales que se vean inmersos en el escenario de la intervención, esto a su vez permitirá visibilizar las 1 La población objetivo y los problemas descritos son reales, el trabajo es hipotético en cuanto se refiere a la ejecución de la planificación. 2 Se hace referencia a productores de subsistencia que se caracterizan por escasos recursos materiales y naturales, su familia aporta la mayor parte del trabajo necesario para producir. 2 oportunidades reales de cambio que se pueden lograr al trabajar con cooperación y solidaridad, anteponiendo los intereses de la comunidad sobre los propios de cada sujeto. 2. MARCO TEORICO Para iniciar una discusión donde se traten los diversos elementos que se ven envueltos dentro de la práctica de la psicología comunitaria para la consecución exitosa de emprendimientos colectivos por parte de una comunidad, lo cual es el tema central dentro del caso propuesto, en primer lugar, se debe dilucidar el concepto de intervención. (Sánchez Vidal, 1991) la define como “la introducción, interposición o intermediación desde una postura de autoridad, de un elemento externo con la intensión de modificar, o interferir con el funcionamiento de un proceso o sistema en una dirección dada”. Añade también que “la intervención es entonces un proceso intencional de interferencia o influencia y que persigue un cambio.”. De acuerdo al planteamiento propuesto, se hace referencia a la intervención comunitaria. Pero antes se deben establecer las similitudes y diferencias respecto a la intervención social. (Kelly et all, 1997) La definen como “la influencia planificada o no en la vida de un grupo pequeño, organización o comunidad para prevenir o reducir la desorganización social y personal y promover el bienestar de la comunidad.” Aquí tenemos ciertas similitudes respecto a lo que también se busca en la Intervención Comunitaria en vista de que ambas se basan en “problemas sociales originados dentro de sistemas o procesos de índole social complejos donde se parte de un estado inicial procurando alcanzar otro estado que ha sido determinado como objetivo con anterioridad”. Aun así, distan una de la otra en que la intervención comunitaria “requiere que los sujetos tengan un rol activo y participativo”, mientras en la intervención social solo tienen el papel común e histórico de ser simples objetos de la intervención. Además, la intervención comunitaria “plantea interacciones entre los interventores y la comunidad permitiendo retroalimentaciones que pueden impulsar cambios en los puntos de partida” (Sánchez Vidal, 1991). (Lapalma, 2001) Se refiere a la intervención comunitaria como “los procesos intencionales de cambio, orientados mediante procesos participativos al crecimiento de los recursos de la población (físicos, psicosociales, y socioculturales); al desarrollo de organizaciones propias y representativas, y al incremento de la posibilidad de influencia en su entorno”. Es así como concluimos que una de las características fundamentales de 3 la intervención comunitaria es la participación activa, incluyente y de un alto grado de compromiso por parte de la comunidad para esclarecer y priorizar los problemas que se presentan, establecer alternativas factibles de acción orientadas al cambio, realizar la planificación, la implementación y la evaluación de las acciones a ejecutar dentro del contexto político, social e histórico en el que se encuentren. Todo esto desarrollado mediante talleres participativos grupales direccionados por el grupo facilitador. La dificultad de los problemas sociales y la diversidad de puntos de partida para ser abordados por parte de la psicología social, así como la complejidad temática y metodológica hacen necesario que los equipos dispuestos a realizar una intervención cuenten con la interdisciplinariedad suficiente para abordar con diversas técnicas y modelos la ejecución de procedimientos grupales, organizacionales y comunitarios, que se orienten a atender los fenómenos psicosociales a fin de obtener los mejores resultados, antes durante y después de la intervención comunitaria. 2.1 Cambio Social Planificado Los avances en el campo de la psicología comunitaria han demostrado que los cambios se facilitan haciendo uso de procedimientos grupales. Se considera entonces al “cambio” como una mejora, al pasar de una situación inicial a otra previamente definida como objetivo se puede hablar entonces de un cambio social planificado, el cual es definido por (Lapalma, 2012) como la “constitución de una relación colaborativa voluntaria, definida como el esfuerzo consciente entre los agentes de cambio y un «sistema cliente» -sistema de interrelaciones (individuos, grupos, organizaciones, comunidades) que funcionan como una unidad y que requieren o demandan ayuda.Antes de avanzar en la discusión del proceso descrito dentro del cambio social planificado se debe tocar el tema de la accesibilidad geográfica y cultural, entendida como los modos de vinculación por parte del equipo con la comunidad y grupos relevantes. Estos primeros contactos informales con líderes, informantes calificados y grupos percibidos con anterioridad por su alta relevancia dentro de la comunidad serán cruciales para identificar los problemas y oportunidades que se deberán enfrentar en el turbulento camino de la intervención. (Lippit, Watson, & Westley, 1970) ampliaron las tres fases inicialmente propuestas por Kurt Lewis, creando una lista de cinco fases generales del proceso de cambio, sin ser éstas 4 una secuencia ordenada. Pueden presentarse fases simultáneas, así como movimientos periódicos de ida y vuelta entorno a la resolución de problemas en las fases. Las fases serán explicadas de acuerdo a la secuencia propuesta por los autores, así: 2.1.1 Fase 1. Desarrollo de una necesidad de cambio. Se hace referencia al descongelamiento del nivel inicial, es decir, “quien percibe una condición o situación que puede ser definida como un problema o una necesidad (población y/o facilitadores) (Lapalma, 2012). Esta percepción se puede producir a través de tres formas. “un agente de cambio descubre o intuye ciertas dificultades en un sistema cliente potencial y ofrece su ayuda directamente”; en una segunda “una persona, relacionada con el agente de cambio y con el sistema de cliente potencial, se da cuenta de las dificultades del sistema y reúne a los dos”; finalmente en una tercera forma “el sistema cliente potencial se da cuenta de sus propias dificultades y busca ayuda en una fuente externa” (Ospina Lopez, 2016) El caso problema que se busca abordar haciendo uso de procedimientos grupales es la falta de emprendimientos asociativos y agremiación, de ser solucionados de forma participativa, brindara a la población oportunidades reales de cambio en su actividad productiva, además en el camino se forjarán relaciones de cooperatividad y trabajo compartido que traerán consigo múltiples beneficios en la satisfacción de sus necesidades. El caso problema al que se hace mención se define y asume por parte del autor del presente trabajo partiendo de la hipótesis que se comercializa a mejores precios cuando se realizan los tratos desde agremiaciones consolidadas que de manera individual. 2.1.2 Fase 2. Establecimiento de una relación de cambio. “Esta fase corresponde a la discusión de los acuerdos básicos, compromisos y condiciones que harán sustentable la posibilidad de un cambio de los aspectos definidos en la etapa anterior” (Lapalma 2012). En esta fase los miembros de la comunidad buscan ser comprendidos por el grupo facilitador, además de que este sea completamente accesible y permita la intervención del grupo objeto de la intervención en cualquier fase de proceso de desarrollo. Así pues (Ospina Lopez, 2016) aborda esta situación clarificando desde su postura que “el éxito o fracaso de casi cualquier proyecto de cambio depende mucho de la calidad y la factibilidad de la relación entre el grupo de cambio y el sistema cliente”. 5 Particularizando el caso de estudio, en las dos fases previamente descritas se propone dar inicio a la intervención comunitaria por medio de técnicas de difusión y convocatoria en la búsqueda de conseguir la mayor asistencia posible de nuestro público potencial. Al aplicar esta clase de estrategias se busca que asistan con interés al curso, taller, o conferencia que se les proponga. Se desea por medio de estos acercamientos realizar un relevamiento de expectativas, formulación de objetivos iniciales por medio de técnicas de animación sociocultural. También se deberán ejecutar entrevistas iniciales para familiarizar a la comunidad con el grupo facilitador haciendo uso de diferentes técnicas grupales, hasta finalizar en un prediagnostico con el <<Contrato Psicológico del Trabajo>>, el cual hace referencia a “los acuerdos básicos -socialización inicial-, las expectativas y condiciones de los procesos de cambio en el ámbito del Desarrollo Organizacional” (Lapalma 2012). 2.1.3 Fase 3. Acción orientada al cambio. Esta fase está dividida en tres subclases de igual importancia que se requiere identificarlas una a una. A continuación, se amplían cada una de ellas. 2.1.3.1 Subfase 1. Aclaración o diagnóstico del problema. Se hace hincapié en como el diagnóstico participativo conlleva a lograr éxito en la definición de los problemas, puesto que es la comunidad la que conoce la situación que le acaece y es con técnicas participativas grupales que se llega a priorizar los problemas teniendo siempre a los miembros de la comunidad como los actores principales en este proceso de diagnóstico de la situación inicial. Las técnicas que podemos utilizar para la clarificación y priorización de los problemas son variadas, para nuestro caso de estudio proponemos en primer lugar hacer uso de la “Lluvia de ideas”, por ser acertada en el momento de obtener información pertinente y rápida trabajando en asambleas grupales con los grupos de gente directamente involucrada en el proceso de cambio. También se presenta como un uso apropiado para iniciar el camino correcto hacia la concertación de los problemas el uso de la técnica denominada “árbol de problemas: diagrama de causas y efectos”. Este ejercicio debe ayudar a la comunidad y el personal facilitador a entender mejor la problemática, y distinguir entre sus causas y efectos. Posteriormente se propone la técnica denominada “Matriz de priorización de problemas” puesto que permite establecer un diagrama que esclarece y prioriza los principales problemas a ser enfrentados por la comunidad. 6 2.1.3.2 Subfase 2. Examen de caminos y metas alternativas. En esta subfase del cambio social planificado se deben esbozar los medios de acción y a su vez clarificar las intenciones de manera específica hacia el cambio. Generalmente surgen problemas de motivación y resistencia a las soluciones propuestas por parte de los miembros de la comunidad, es aquí donde debe sobresalir la experiencia y sutileza de los facilitadores para generar consensos dentro de la comunidad facilitando la adquisición de información. Esta subfase al igual que todas las anteriores debe ser implementada con técnicas participativas que permitan la apropiación de la comunidad en la resolución de sus problemas a través de las acciones definidas previamente. Se pueden utilizar las técnicas de planificación de reuniones y posteriormente de “identificación de soluciones locales o introducidas” y para darle validez a las soluciones propuestas se propone usar la técnica “Auto-diagnóstico y análisis de campo de soluciones locales”. El uso de estas técnicas fomenta en el grupo confianza, autoestima y espíritu de investigación. 2.1.3.3 Subfase 3. Transformación de las intenciones en esfuerzos reales de cambio. “El éxito se mide por la forma en que los planes e intenciones se transforman en logros reales” (Ospina Lopez, 2016). Al establecer previamente los cursos, medios y metas. (Lapalma, 2012) hace mención en que se deben concretar “las formas organizativas para llevar a cabo los procesos reflexivos sobre la realidad a transformar” además agrega que “este tipo de procesos configuran escenarios de conflicto y negociaciones entre integrantes de los grupos, entre las organizaciones, entre diversos actores”. Las tecnologías sociales que se proponen para dar uso en el caso de estudio propuesto deben estar encaminadas a la confrontación y negociación, los facilitadores deben contar con buenas habilidades sociales y fortalezas de comunicación, liderazgo y participación. 2.1.4 Fase 4. Generalización y estabilización del cambio. “La estabilización implica la consolidación de aprendizajes para todos los actores sociales intervinientes” (Lapalma, 2012). Es un punto importante en el cambio propuesto, pues si esta fase se da en un sentido amplio de verdadero aprendizaje por parte de la comunidad en los procesos que comprenden el diagnóstico, la planificación y la puesta en marcha de acciones de cambio con su respectiva evaluación, todo por medio de técnicas participativas, la intervención habrá tenido éxito con los objetivos implícitos en esta clase de emprendimientos asociativos. El reto consistirá entonces en que este triunfo sea sólido y permanente en el sistema apuntalado. 7 2.1.5 Fase 5. Establecimiento de la relación final. Al igual que todas las anteriores fases, aquí también subyace un importante aporte a que la intervención haya sido exitosa. Aunque no es propio de esta fase actuar como evaluadora acerca de los resultados esperados y definidos con anterioridad, si encarna un proceso de abstracción acerca de los aprendizajes adquiridos por la comunidad y el equipo facilitador acerca del proyecto y las particularidades vivenciadas en todo el proceso de cambio, como lo son las relaciones y vínculos de apoyo y colaboración dentro de la comunidad, además de las nuevas asociaciones con otros actores que hayan florecido durante el proceso de cambio efectuado. La misión de esta fase en su nivel más alto debe ser la de haber fortalecido las capacidades de control sobre el territorio y el sistema productivo de la comunidad a nivel individual, grupal, organizacional y comunitario. 2.2 Participación Continuando con la discusión dispuesta y para adentrarnos aún más en el entramado de la intervención comunitaria, es momento de detenerse en un segundo término-concepto que conviene explicitar. Es el caso de la participación. (Sánchez V. 1991) manifiesta que “la participación en principio y en acción significa tomar parte en alguna actividad o proceso”. Agrega también que “La participación es, a la vez un valor, un proceso, una técnica y una actividad”. En el proceso participativo se expresan los intereses y aspiraciones de la comunidad, se crean a su vez espacios de opinión y acuerdos que permiten una fácil y eficaz comprensión de sus necesidades para consensuar y superar obstáculos. (Gonsalves et al, 2006) Clasifica 4 tipos distintos de participación en cuanto a la toma de decisiones se trata. En primer lugar, menciona la "participación contractual" donde un solo actor toma la decisión. En una segunda instancia y al igual que en la anterior, la toma de decisiones se efectúa por un solo actor, con la diferencia que esta vez consulta y acumula información para su decisión, se denomina “participación por consulta”. Siguiendo el recuento de los 4 tipos de participación (Gonsalves et al, 2006) clasifica otro tipo y lo define como la “participación colaborativa” donde el poder de elección se distribuye para que los actores colaboren de una forma lo más equitativa posible. Finalmente, en el nivel más alto para la toma de decisiones de manera participativa se hace referencia a la "participación colegiada", donde las decisiones se toman mediante 8 acuerdos y consensos. La responsabilidad es igual para los actores que interactúan como "socios". Para concluir acerca de la íntima relación que existe entre la intervención comunitaria y la participación, esta última puede verse como un valor cuyo fin último es el empoderamiento de la comunidad, la potenciación y el desarrollo de las personas y recursos. Durante el proceso participativo se debe reforzar el grado de decisión que conlleve a la comunidad al autodesarrollo contando con un tipo de participación colegiada donde se interactúe en igualdad de condiciones con los facilitadores. Finalmente, con el fin de generar un alto grado de participación por parte de la comunidad, se debe partir de los intereses de esta, planteando tareas y actividades. Finalmente se deben proponer objetivos concretos procurando que las propuestas participativas tengan algún beneficio o recompensa temprana. 2.3 Necesidades Sociales De acuerdo a Max-Neef (1993). “las necesidades pueden ser vistas como carencia y potencialidad”, esta ambivalencia es posible en tanto que “concebir las necesidades tan solo como carencia implica restringir su espectro a lo puramente fisiológico” (…) “la alimentación y el abrigo no deben considerarse como necesidades, sino como los satisfactores de la necesidad fundamental de subsistencia.”. Es decir que el hombre debe ser tratado como un ser cualitativo y no cuantitativo, “resulta impropio hablar entonces de necesidades que se "satisfacen" o que se "colman". Max Neef (1993) las clasifica según dos criterios, en primer lugar, según categoría existencial y menciona las necesidades de Ser, Tener, Hacer y Estar. En segundo lugar, según categoría axiológica y enumera las necesidades de Subsistencia, Identidad, Libertad, Ocio, Creación, Participación, Entendimiento, Afecto y Protección. También puntualiza que las necesidades son y seguirán siendo las mismas en todas las culturas y en todos los períodos históricos. Lo que cambiara son los medios utilizados para satisfacerlas. 9 Cuadro 1. Matriz de necesidades y satisfactores Como se puede observar en el Cuadro 1, la organización puede satisfacer varias necesidades humanas. El entendimiento, por ser potencial para organizarse, debatir, realizar charlas, capacitaciones etc. se logra subsanar por medio de los satisfactores (estudio, educación, investigación, estimulación temprana y meditación); visto desde el punto que una organización asociativa puede atraer más oportunidades de capacitación en torno a su actividad productiva. También es un satisfactor de participación ya que abre los espacios para asociarse y a su vez compartir, proponer, intervenir, etc. Igualmente es un satisfactor de ocio, en vista de que a través de la organización se ejecutan fiestas, juegos, espectáculos etc. Igualmente es potencial de creación, ya que las personas se sienten con pertenencia hacia su territorio, se comprometen y entregan en busca del éxito colectivo. La necesidad de "subsistencia" se subsana con los satisfactores (alimentación y abrigo) provistos por una organización asociativa, puesto que, al establecer vínculos comerciales sólidos, estos se traducen en mayores facilidades para la adquisición de alimentación y/o abrigo. Finalmente, y por mencionar una más de las tantas necesidades 10 que pueden satisfacer las organizaciones, contamos con la identidad, en tanto son espacios donde construir en colectivo y sentirse parte de estas. 3. INTRODUCCION Citando al Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas DANE (2007). La población rural colombiana representa el 25% del total nacional, mientras que en 1985 tenía una participación del 34,7% de toda la población del país. Estas cifras tienen multiplicidad de factores involucrados, En primer lugar, está la guerra civil que desde hace 50 años se libra en los campos colombianos y tiene gran culpa de la migración por parte de los habitantes rurales y sus nuevas generaciones que no encuentran la sostenibilidad en sus tierras por lo que deciden migrar hacia las grandes urbes. Es una realidad que en las últimas décadas el sector rural en Latinoamérica y por lo tanto el campesinado, ha sufrido grandes transformaciones sociales, ambientales y económicas, como consecuencia de factores políticos, cambios en la propiedad y uso de la tierra. Además de una estructura agraria marcada por la desigualdad en el acceso a los recursos productivos y por un patrón de acumulación que privilegia al empresariado agrícola y margina a la economía familiar campesina. La población rural es entonces considerada como vulnerable, por su dificultad para el acceso a la tierra y al capital, el limitado acceso al crédito rural, injustas condiciones en la comercialización de sus productos en los mercados locales, todo esto sumado a la pobreza, inseguridad y masivo desplazamiento han conseguido acelerar el decaimiento del campo y los pequeños productores. También la globalización y masificación de la producción agrícola, el industrialismo y la urbanización han sido coyunturas determinantes y que han jugado un papel fundamental en el continuo decaimiento de la población rural, viéndose esta cada vez más deteriorada y amenazada para su futuro cercano. Lo anterior sumado al abandono del estado en sus compromisos básicos y la inevitable y sucesiva pérdida de soberanía económica son solo algunos de los problemas que soportan las comunidades rurales. Estos inconvenientes pueden ser mitigados dotándolas de objetivos que las unifiquen, además de un arduo trabajo de su parte, que este fundamentado en la solidaridad compartida y el compromiso social con el porvenir de su comunidad. 11 Citando a (Sanchez Vidal, 1991) cuando expone que “El declive en una comunidad se da por la desorganización social, perdida de solidaridad, auge del individualismo, alienación y arraigo psicológico”. Se reconoce entonces a la desunión y falta de cooperación como los factores que pueden incluso orientar a miembros de la comunidad objeto de la intervención a ser actores negativos que se niegan a cambiar su estructura social para trabajar de forma solidaria. Es por tanto determinante recapacitar con la comunidad las ventajas de apostar por emprendimientos sociales colectivos, siendo estos un medio para dar respuesta a determinadas necesidades o problemas que los aquejan en sus explotaciones agropecuarias. Con el fin de dotar a una comunidad de productores rurales de las herramientas para lograr cambios substanciales en su estructura social, productiva y finalmente económica, se desea realizar una potencial intervención comunitaria que nos permita por medio de un diagnostico participativo, acceder a ella y generar un interés de cooperación en sus miembros, de esta manera gestar un cambio desde adentro, haciéndolos autores en la construcción de su territorio. Como objetivo se espera lograr dirigir los esfuerzos en la creación y consolidación de una asociación productiva con principios de responsabilidad, solidaridad y compromiso como pilares fundantes. Lo que posteriormente forjara un apalancamiento que les permita acceder a mercados formales dentro de canales sanos de comercialización, a su vez revitalizar y consolidar sus prácticas de producción, ser un actor fuerte dentro del territorio y a tener en cuenta por las instituciones estatales que en el área rural tienen presencia. 4. DESCRIPCION DEL TEMA ABORDADO Las comunidades generalmente presentan resistencia al cambio para generar procesos virtuosos de desarrollo inclusivo, de igual forma son reacios a conformar acciones participativas y demás actividades que sean de carácter grupal y/o social, esto sucede puesto que lo habitual es la búsqueda de satisfacción personal, priorizando el interés particular que beneficia al sujeto. Para reducir estos comportamientos es necesario aplicar estrategias y modelos de relación de personas, de razonamiento y participación, técnicas grupales con el fin de aminorar los complejos mecanismos de interacción social que provocan los actores al momento de defender sus propios intereses 12 Lapalma 2001 menciona 4 racionalidades en su artículo “El escenario de la intervención comunitaria” las cuales se tejen en el territorio y confluyen ejerciendo relaciones de poder. Una de ellas es “La racionalidad de la población con sus representaciones de la sociedad, de sí misma, con sus estrategias de relacionamiento y de obtención de recursos”. La cual se evidencia en el hecho de que una propuesta de acción colectiva genera un escenario de puja de intereses, donde los actores, en este caso la población, luchan por manejar el escenario a su favor, mantener el control del poder e imponer decisiones que les permitan lograr sus intereses particulares antes que los de la comunidad. Aquí se esclarece una situación problema que aqueja un amplio porcentaje de comunidades rurales, como lo es su baja capacidad organizativa, también el escaso apoyo y respaldo entre los miembros de la comunidad. Esto implica a su vez un insuficiente poder para actuar en el devenir de su territorio por ser actores débiles al momento de potenciar y desarrollar sus recursos. Las comunidades que aquí se enmarcan, cuentan como característica principal el ser pequeños productores, que enfrentan serias dificultades para proporcionar y garantizar el acceso a necesidades fundamentales básicas como lo es una vivienda digna, seguridad alimentaria, salud laboral, aseguramiento de su sostenibilidad en el tiempo y la estimulación al desarrollo intelectual y afectivo de toda la comunidad. Por medio de la creación de grupos u organizaciones concebidos junto a la comunidad, en este caso de pequeños productores de café, se generan procesos de participación activa en la construcción del territorio, trabajando de manera mancomunada y cooperativa se toman las riendas del futuro de la comunidad por parte de sus propios miembros. En el camino por alcanzar los objetivos propuestos, inevitablemente se encontrarán problemas a superar desde los aspectos sociales, organizativos y medioambientales, si estos se solucionan participativamente, unificarán más las relaciones de trato afectuoso y espontaneo entre la comunidad, lo que se traducirá en uno de los ejes fundamentales de la sostenibilidad que asegura la producción agropecuaria en las generaciones futuras. Los beneficios que se obtienen al consolidar este tipo de emprendimientos asociativos son múltiples, en primer lugar, se logra un compromiso con la aplicación de buenas prácticas agrícolas en todos los procesos productivos que confluyen dentro de la cadena de transformación del producto. También se forjan canales de comercialización para la 13 producción, compra y distribución de insumos, se ataca el problema del crédito etc. Al crear estás organizaciones junto a la comunidad, es decir de forma participativa, se logra una representación verdadera de sus agremiados, se presiona a las autoridades e instituciones que giran en torno a las cadenas productivas, además el valor de sus productos no es obtenido por intermediarios que, al contar con el capital, los contactos y la capacidad gestora se hacen con los mejores dividendos invirtiendo una menor cantidad de esfuerzo. Un problema de vital importancia, dentro de la comunidad objeto de una posible intervención es que sus productores no tienen la capacidad económica para asumir el sustento familiar de sus hogares sin la financiación que el café les ofrece, es por esto que en su mayoría no pueden secarlo y mucho menos realizar inversiones para reducir su carga negativa en el medio ambiente, pues el simple hecho de cosecharlo imprime en ellos un gasto que no pueden subsanar sin vender su cosecha en verde, incluso siendo conscientes que al secarlo se le imprime un valor agregado. Este problema también debe ser agregado a los que se pueden solucionar por medio de una asociación productiva, pues esta les proveería de créditos blandos como adelanto de sus cosechas de tal forma que podrían recurrir a secar su producción. 5. COALICIONES TERRITORIALES El insuficiente número de territorios “triunfantes” es una experiencia que sobresale de la dificultad que se enfrenta al generar procesos virtuosos de desarrollo inclusivo en el mundo rural latinoamericano. Esto puede ser atribuido al resultado de mecanismos e instituciones económicas, políticas, sociales y culturales que aun resguardan dinámicas de exclusión en el ámbito territorial, como consecuencia se presentan las inequitativas situaciones de desigualdad en ámbitos de riqueza, poder y status social. Estos entramados institucionales son determinados por estructuras históricas que pueden ser alteradas con acontecimientos innovadores de origen interno o por adaptaciones graduales de los actores sociales que se interesen en cambiar el arreglo social histórico de la comunidad a la cual pertenecen. En vista de que se desea generar un cambio paulatino en las formas organizativas, se presenta como un faro direccional la generación de un desarrollo territorial inclusivo, logrado como resultado de configurar relaciones circulares entre instituciones, actores 14 relevantes y la comunidad en general. Este tipo de rumbo supone asumir una perspectiva de cambio desde lo institucional, lo comunal, hasta lo individual, visto desde las luchas competitivas que encierran a los actores a desarrollar maniobras de interacción en pro de lograr sus propios objetivos anteponiéndolos a los de la comunidad. Es fundamental entonces centrarnos en las formas coordinadas de acción colectiva que impulsan a los territorios a salir de las sendas predeterminadas. Partiendo desde esta perspectiva y abarcando las variadas estrategias para lograr cambios sustanciales, se focaliza entonces la creación y afianzamiento de coaliciones territoriales, vistas como un elemento fundamental para gestar procesos de cambio en las dinámicas del desarrollo territorial, y que a su vez permiten escapar del peso de las estructuras -económicas, sociales, culturales- que limitan el alcanzar de los objetivos de crecimiento en cuanto a reducción de pobreza e inequidad se refieren. La organización en sí, y todo lo que implica, es una necesidad humana, o mejor dicho, un satisfactor de necesidades, es decir, un medio para satisfacer necesidades humanas (P. Durand, 2017). Uno de los objetivos centrales de este tipo de coaliciones gira en torno a establecer puentes entre las escalas de la dinámica económica, social y política desde los ámbitos local, regional, nacional e internacional. Puentes que determinan los procesos de desarrollo en el mundo rural y de los cuales se debe hacer parte para avanzar en forma significativa. Estas consolidaciones interinstitucionales que generalmente se dan entre grandes productores, se pueden lograr con las coaliciones territoriales beneficiando a los pequeños y generando un desarrollo inclusivo. 6. DESAFIOS Y OPORTUNIDADES DE CAMBIO Es indispensable conocer los retos a los que se enfrentan todo tipo de comunidades que quieran dar una nueva forma a su estructura social en miras a la conformación de una asociación de productores, partiendo del hecho que estamos en un modelo de crecimiento económico que será la realidad actual y de los próximos 15 o 20 años se deben analizar sus oportunidades y amenazas al hacer o no parte de este sistema. El modelo anterior, basado en la fuerte intervención del Estado, una economía relativamente cerrada y políticas de subsidios, ha dado el paso a una economía abierta con una intervención del Estado más selectiva, orientadora y que usa menos el subsidio como instrumento de desarrollo económico. Además, se supone que no están a la vista propuestas alternativas 15 a este modelo económico, se considera que solamente se pueden hacer correcciones a la forma de concebir políticas económicas sectoriales para que sean el camino que logre transformaciones sociales que repercutan de forma positiva y real en estas comunidades violentadas históricamente. Este modelo económico en el que está inmerso el mundo, ha generado en la caficultura y demás explotaciones agropecuarias muchas dificultades a lo largo de la historia reciente, siendo más afectados los pequeños productores, que tienen en sus cultivos el único sustento para sus hogares. Al analizar que estas crisis económicas son cada vez más fuertes y recurrentes en la medida que transcurren los años, se puede concluir de forma arbitraria, aunque no fuera de la realidad, que es un problema para analizar desde un criterio más social que fiscal. Son múltiples los procesos positivos que se pueden dar por medio de una asociación cooperativista agrícola fuerte, desde créditos en forma de adelantos de cosechas, asistencia técnica, capacitación, investigación y fomento para la aplicación de paquetes tecnológicos, organización de los productores para la gestión de servicios, acopio, comercialización, incluso la exportación. En suma, controlar centralmente todo el proceso productivo y el complejo agroindustrial del producto agropecuario producido, para el caso propuesto será el café. Incluso en las zonas más aisladas se puede sustituir la función que históricamente han ejercido los acaparadores y caciques locales. En una asociación, usualmente la agrupación surge por una voluntad racional consensuada entre sus miembros, mientras que la comunidad se caracteriza porque las relaciones que dentro de ella se vivencian, son la consecuencia de una voluntad natural y buena en sí misma. (Sanchez Vidal). A partir de esta premisa, se considera como estrategia inicial y un reto en esta clase de emprendimientos, el encontrar los puntos de común acuerdo dentro de la comunidad objeto de la intervención. Dicho esto, es necesario que la comunidad entienda las ventajas de formar colectividades para forjar y fortalecer relaciones con proveedores de insumos, maquinaria, semillas, tecnología, servicios e información y además dilucidar cómo estos procesos y actividades complejos necesitan de una coordinación y planeación global que se alcanza más fácilmente al tener una comunidad organizada en torno a su base social y productiva. 16 Aunque son variados los beneficios, también lo son los desafíos para que estas asociaciones se consoliden en el tiempo y logren proveer los objetivos por las cuales fueron fundadas. Por lo tanto, es primordial que estos proyectos de intercambio gocen de confianza, legitimidad y respaldo desde su fundación por parte de los actores integrantes respecto a las actividades que emprenderá la organización; de igual forma la coalición debe contar con transparencia, democracia y participación activa al momento de diseñar normas, políticas, programas y estrategias de desarrollo por y para los productores. 7. COMUNIDAD OBJETO DE LA INTERVENCION Imagen 1. Mapa del departamento del Huila, Con ubicación geográfica dentro del Mapa de Colombia. Imagen 2. Mapa del municipio de Timaná, con ubicación geográfica de la vereda Quinche. La comunidad en la cual se desea realizar una potencial intervención, está compuesta por pequeños productores de café localizada en la vereda3 Quinche, situada en el área rural del municipio de Timaná, perteneciente al departamento del Huila, en el sur oriente de Colombia. Ubicada a 1440 m.s.n.m, con una temperatura anual media de 24°C y una pluviometría promedio de 1500 mm/año. La economía de esta comunidad se basa principalmente en la producción familiar no capitalizada de café, tratándose de productores mayoritariamente minifundistas, con parcelas de hasta 5 hectáreas, implementando también algunos cultivos semestrales y anuales asociados con el café, tales como el plátano, banano, frijol, maíz y yuca, los que en su gran mayoría son destinados para el autoconsumo, y sólo en algunos casos sus 3 En Colombia, vereda se refiere al asentamiento de población rural, entre 50 y 1200 habitantes. 17 excedentes son comercializados en el mercado local. Adicionalmente, como complemento a sus ingresos, los pequeños productores alquilan su mano de obra en las unidades productivas cafeteras aledañas, especialmente en época de cosecha, dado que es en esta etapa cuando el cultivo presenta su mayor demanda de mano de obra. La actividad cafetera en la comunidad está compuesta por 80 familias productoras, las cuales utilizan principalmente mano de obra familiar en alternancia con mano de obra temporal asalariada. El nivel de tecnificación de la actividad es bajo, pues tanto las labores de manejo de cultivo, como los procesos de post cosecha –beneficio y secado del grano, en su gran mayoría, se realizan de forma manual, utilizando herramientas e implementos rudimentarios, que no obedecen a los equipos de vanguardia que pueden ser implementados por productores capitalizados de mayor escala. Para este caso, al tener una delimitación de la comunidad a intervenir, se torna más fácil la recolección de información que permita hacer un diagnóstico de su situación socioeconómica y la forma de relacionarse con el medio ambiente. En el caso que nos atañe, se debe recolectar información de cuantos productores realizan una o varias de las fases inmersas en lo que respecta al cultivo y su posterior transformación, así como el nivel tecnológico empleado, visto desde la producción del grano hasta obtener café molido (donde aplique). Describiendo de forma cualitativa y cuantitativa las formas en que los productores ejecutan las labores de producción y transformación que se realizan desde la siembra, cosecha y post cosecha -lavado, secado- también llamado beneficio húmedo. De igual forma en lo que respecta a la disposición de subproductos y la fuerza laboral inmersa dentro de todos los procesos mencionados. Al tratar de dar soluciones que brinden estabilidad, se piensa en conseguir buenas cotizaciones externas, consolidación de pactos para la comercialización, mejoras en la productividad, orientación para producir café especial, sin embargo, estas soluciones no serían nada accesibles para un pequeño productor, el cual, aunque recapacita en que el simple hecho de secar su producto le dará un mejor precio, pues no cuenta con la suficiente libertad financiera para adoptar este tipo de prácticas, he aquí una legitimación más a la necesidad de organizar y fortalecer asociaciones productivas, que transformen la estructura social establecida históricamente en la comunidad, y que les facilite el mejoramiento de su productividad, como también el acceso a tecnologías que fortifiquen el rendimiento de su cultivo. 18 8. ACTORES SOCIALES INVOLUCRADOS. Colombia es el primer productor de café de alta calidad y el tercer mayor productor en el mundo después de Brasil y Vietnam, el país exporta más de 14 millones de sacos al año y 970 mil hectáreas son dedicadas a su cultivo. Más de 500 mil familias de productores y 2 millones de trabajadores cuentan con un empleo hoy en día (Federación Nacional de Cafeteros FNC). Además, es uno de los ejes centrales de la economía rural colombiana. Por lo tanto, desde el punto de vista de productores podemos decir que son múltiples los actores vinculados a este cultivo. Uno de los actores más fuertes dentro de la caficultura colombiana es la Federación Nacional de Cafeteros de Colombia (FNC), considerada hoy como una de las ONG rural más grande del mundo sin ánimo de lucro. Creada en 1927, tiene presencia en todas las zonas rurales donde se produce café en el país. Representa a las más de 500 mil familias cafeteras y como uno de sus objetivos se encuentra el incrementar la calidad de vida de los productores colombianos de café por medio de la creación de alianzas productivas a nivel mundial que generen recursos para el beneficio de estos. Actualmente dentro de las alianzas de mayor renombre por parte de la federación, se encuentran las siguientes. Con la gobernación del departamento del Huila se encuentra vigente el programa de renovación y reconversión alterna con siembra de maíz y frijol; también con la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) existe una alianza bajo el programa de inversión en infraestructura productiva y vial. Igualmente, con la ONG canadiense (SOCODEVI) existe un programa para la construcción de una planta trilladora en el departamento de Caldas. Finalmente, dentro de las confederaciones más importantes de la FNC, se cuenta una con el Banco alemán KFW para la ejecución de proyectos de reforestación y conservación de cuentas hidrográficas. Dentro de las instituciones estatales colombianas, nombramos el Instituto Colombiano Agropecuario (ICA), creado para coordinar e intensificar las labores de investigación, enseñanza y extensión de las ciencias agropecuarias, tiene la responsabilidad de trabajar por el control de la sanidad agropecuaria del país aplicando las medidas sanitarias y fitosanitarias de vigilancia epidemiológica, evaluación, gestión y comunicación del riesgo en la producción primaria. Dentro de sus programas dirigidos a la caficultura colombiana 19 se encuentra el de monitoreo de plagas y socialización de las buenas prácticas agrícolas BPA. A nivel nacional se encuentran variadas ONG´s que velan por el acceso a mercados internacionales posicionando el café de Colombia como uno de los mejores del mundo, exaltando las comunidades que tengan practicas amigables con el medio ambiente y donde sus habitantes tengan condiciones laborales dignas. Sin embargo, aunque sus visiones son filantrópicas, no representan a los caficultores pues siempre existirá el deseo implícito de obtener un beneficio económico y es aquí donde se clarifica aún más fuerte la necesidad de crear coaliciones desde la comunidad para que sean estos los conductores de su desarrollo por medio de su actividad productiva. 9. CONTEXTO MEDIOAMBIENTAL Como lo dispone la modernidad en la producción agropecuaria, la conservación y mantenimiento de fuentes de agua y de biodiversidad que en estas zonas se alberga es una variable fundamental a tener en cuenta. La creación y desarrollo de programas de reforestación, reducción en el consumo de agua para los procesos de post cosecha, el filtrar el agua utilizada en el lavado del café cosechado para que su posterior disposición en las microcuencas reduzca su impacto negativo. Son estas alternativas viables, accesibles y que deben ser una prioridad en el cultivo para que este no afecte los paraísos de biodiversidad y que además los productores desarrollen prácticas que favorezcan la conservación de los mismos. Las consecuencias ambientales que genera la producción y el procesamiento de café son múltiples. Estos efectos inexorables pero mitigables se deben tener muy en cuenta para asumir el reto de crear soluciones posibles y factibles para el pequeño productor. Al lograr la agremiación de este tipo de productores, que presentan un bajo interés en mitigar y/o disminuir su impacto ambiental por motivación propia, inevitablemente deberán tomar las riendas y el liderazgo para hallar los caminos en la búsqueda de sistemas de producción agrícola que sean ambientalmente sostenibles y amigables con la biodiversidad. Esto debido a que continuamente se están exigiendo altos estándares de sostenibilidad ambiental, siendo este un requisito indispensable para acceder a mercados internacionales. 20 Para concebir de tal manera los cambios escalonados y reales en las formas de producción de café es entonces necesario que el concepto de sostenibilidad medioambiental se reflexione valorando la oferta de las diferentes regiones, se evalúe el aporte que los pequeños productores hacen a la economía local teniendo en cuenta los cultivos y actividades alternativas que estos emprenden, además se reconozca la contribución a la conservación ambiental que gradualmente incluirán los productores en su cultivo para mejorar así el precio de su producto, finalmente se generen los incentivos necesarios para alcanzar la sostenibilidad económica del cultivo. 10. INTERES PERSONAL En primer lugar, nace en mi un deseo de querer ayudar a los campesinos de mi país, responsables de proveer los alimentos que todos los días están en nuestra mesa, generados con un arduo trabajo, lleno de esfuerzo, dedicación y entrega diaria. Voluntad y valor del cual soy consiente pues mis padres, abuelos y antepasados han estado ligados a la producción de la tierra. Sin embargo, la entrega de sus vidas al fuerte trabajo que implica el campo nunca ha sido recompensado con los deseos y esperanza de cambio que ellos guardan en sus cosechas. Generalmente se oferta materia prima y no producto terminado, es decir que su cadena productiva finaliza en la cosecha de sus cultivos, por lo tanto, los dividendos obtenidos no son los mejores. En segundo lugar, soy consciente de que un pequeño productor nunca genera altos volúmenes de cosecha, lo cual no lo hace un proveedor confiable para las grandes comercializadoras en vista de que no cuentan con la capacidad productiva para brindar la oferta que se requiere en el mercado. De igual forma el impacto ambiental que se genera con sus cultivos no es mitigado de forma parcial ni total, lo cual es otro obstáculo que no permite su incursión en mercados competitivos que incluyen como requisito el tener sellos de certificación medioambiental y social que autentiquen las mejores prácticas de producción y aseguren la sostenibilidad y sustentabilidad de la comunidad y el cultivo. Finalmente, mi interés personal nació y creció en mi paso por la universidad, pues al estar en contacto con tecnologías de la información y comunicación, se ilustra el potencial que tienen para generar acciones de cambio que facilitan la producción. La mecanización agrícola, la automatización de las labores, el uso racional de los recursos etc. fueron valiosos para crear en mí el deseo de hacer algo beneficiosos en el sector rural. Además, 21 se forjan ideales que buscan mejorar las condiciones de trabajo poco dignas y vincular ofertas de educación que correspondan a la realidad productiva del país, con la inclusión de currículos pertinentes en las áreas humanísticas y científicas que logren la atracción de las nuevas generaciones para que sean partícipes en la construcción del territorio rural como cultivadores, investigadores y/o generadores de cambio. 11. CONCLUSIONES DEL TRABAJO Se visualiza el aporte por parte de la psicología comunitaria en la orientación de las comunidades acerca de los beneficios del trabajo en grupo y de la consolidación de objetivos compartidos. Es necesario dotar a las comunidades de recursos suficientes para desarrollar la capacidad de actuar organizada y eficientemente, además de acceder a los capitales económicos, sociales y culturales para conseguir sus objetivos de interés común. Existen múltiples procesos y actividades complejas que necesitan coordinación y planificación global, son entonces las coaliciones rurales una respuesta a estos inconvenientes. Es una necesidad preponderante el otorgar el grado y valor suficiente a las comunidades para el acceso al poder de un grupo social. 11.1 CONCLUSIONES PERSONALES Los dos cursos vistos fueron un cambio positivo y necesario en lo que ha estructura académica sobre el concepto de aula y clase tenia naturalizada en mí. Generar procesos de innovación organizacional requiere de gran compromiso por parte de la comunidad y el equipo técnico, esto conduce al éxito en los objetivos propuestos. Las técnicas de grupo han sido un referente que demuestra su efectividad cuando se desea dejar una enseñanza acerca de las ventajas que se dan al trabajar en grupo. 22 12. BIBLIOGRAFIA DANE 2007. Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas DANE. Informe sobre los censos de población desde 1964 a 2017. Ospina Lopez Diego Felipe (2016) La intervención social comunitaria: una herramienta para la realización de proyectos productivos en el municipio de Villavicencio, Colombia Federación Nacional de Caferos de Colombia (FNC). Kelly J.G., Snowden L., Muñoz R., (1997) Social and Community Interventions. Ann review of Psychology 323-361. Lapalma, A. (2001) El Escenario de la Intervención Comunitaria., en Anuario Comisión Psicología Comunitaria. Nro. Especial XXVII. Congreso Interamericano de Psicología. Revista de Psicología. Volumen X. Nro 2-Departamento de Psicología. Facultad de Ciencias sociales. Universidad de Chile. Santiago de Chile. 2001. Lapalma, A. 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