Subido por Adolfo Rubio

ESTUDIOS BIBLICOS PARA REFLEXIÓN EN GRUPOS MMAC 1 tesalonicenses

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ESTUDIOS BIBLICOS PARA REFLEXIÓN EN GRUPOS MMAC
MENSAJE 01
INICIACIÓN A UNA VIDA SANTA
PARA LA VIDA NORMAL DE IGLESIA
Texto Biblico : 1 Ts. 1,1-3.
! Bienvenidos ¡
Esperamos que todos hayan tenido una victoriosa semana en el Señor
Continuando con este recorrido por la Biblia Palabra de Dios .
Hemos iniciado hace pocos semanas nuestros ESTUDIOS VIDA y estamos reflexionando sobre
las dos epístolas que san Pablo escribió a los tesalonicenses y creemos que estas cartas pueden
ser consideradas los primeros escritos de Pablo ( 51 o 52 dC). Tesalónica era una ciudad del
Imperio Romano, ubicada en la provincia de Macedonia, al norte de la provincia de Acaya. El
apóstol san Pablo y su colaborador San Silvano visitaron esta ciudad después de Filipos,
después del llamamiento (Visión) de Macedonia, el cual Pablo recibió en su segundo viaje
misionero Hch. 16,9-12; 17, 1-4. El apóstol permaneció y trabajó en Tesalónica solamente por
un corto período, probablemente menos de un mes según el texto de : Hch. 17,2.
Estas cartas entran en el orden de las Epistolas Escatologicas .
* ESCATOLOGÍA es una parte de la Teologia que estudia el destino último del ser humano y el
universo.
Un conjunto de creencias y doctrinas referentes a la vida de ultratumba.
Se trata de una palabra de origen griego éskhatos” que significa “último” y “logos” que
expresa “estudio" entendemos como estudio del fin ultimo .
Con esta base iremos avanzando en este interesante estudio .
CARTAS DESTINADAS PARA LOS NUEVOS EVANGELIZADOS DE TESALÓNICA.
Estas dos epístolas a los tesalonicenses fueron escritas en los primeros días del ministerio
apostólico de San Pablo, mientras él se encontraba en su segundo viaje misionero. En el
transcurso de este viaje, Pablo estuvo en Tesalónica menos de un mes. Según el libro de
Hechos, Pablo los evangelizó allí por tres sábados, es decir, durante aproximadamente tres
semanas, no mucho después de su visita a Filipos. La Epístola a los Filipenses, es un texto
maravilloso, y fue escrita más tarde, durante el encarcelamiento de san Pablo.
Sin duda alguna, cuando Pablo escribió a los tesalonicenses, la comunidad local en Tesalónica
era aún muy nueva , demasiado joven . Dudo que los recién convertidos de allí llevaran tan
siquiera un año completo en la vida de iglesia cuando estas dos epístolas fueron escritas. Así,
pues, en 1 y 2 Tesalonicenses vemos ciertos asuntos que no se abarcan en las otras epístolas
de Pablo. Debido a que la joven comunidad en Tesalónica era tan nueva, las epístolas de Pablo
a los tesalonicenses estaban dirigidas a cristianos que se hallaban en la etapa de la niñez
espiritual , más o menos. Algunas de las cosas que Pablo dice a los tesalonicenses son
diferentes de lo que les dice a otras iglesias o comunidades que tenían más experiencia en la
vida de Iglesia . Vale la pena que estudiemos 1 y 2 Tesalonicenses para que conozcamos la
situación y condición de esta joven comunidad . Al leer estos dos textos podemos conocer la
etapa inicial de la vida cristiana y de la vida de iglesia. Si tenemos presente este contexto,
recibiremos mucha ayuda mientras leemos y estudiamos estas epístolas.
Los textos de 1 y 2 Tesalonicenses no fueron escritos a creyentes de gran experiencia en la vida
cristiana; más bien, fueron dirigidos a nuevos evangelizados a nuevos convertidos , quienes
llevaban menos de un año de haber conocido el evangelio y la salvación . La mayoría de ellos
habían sido gentiles típicos. Por consiguiente, san Pablo, al escribirles, ciertamente los
consideraba nuevos hermanos. Estas epístolas son muy valiosas, porque nos proporcionan una
ayuda muy práctica en relación con la etapa inicial de la vida cristiana y de la vida de iglesia
para nuestras misiones en cada parroquia.
LA INTRINSECA UNIDAD ORGÁNICA Y DE VIDA DE LOS EVANGELIZADOS CON CRISTO .
En 1 Tesalonicenses 1,1 dice: “Pablo, Silvano y Timoteo, a la iglesia de los tesalonicenses en
Dios Padre y en el Señor Jesucristo: Gracia y paz sean a vosotros”. Esta epístola y 2
Tesalonicenses fueron dirigidas a la comunidad local en Tesalónica, compuesta de todos los
convertidos de Cristo que vivían en esa ciudad. Una comunidad local, como la que vemos aquí,
pertenece a los feligreses y está en Dios el Padre y en el Señor Jesucristo. Esto indica que ella
nace de Dios el Padre al recibir Su vida y naturaleza y esto por medio del santo Bautismo y que
está unida al Señor Jesucristo por medio de la celebración Eucaristica . Ellos están unidos
orgánicamente al Padre Dios y en el Señor Jesucristo , en todo lo que Él es y ha hecho. Por lo
tanto, pertenece a los hombres (a los tesalonicenses en este caso); sin embargo, está en Dios y
en el Señor orgánicamente. Esta unión orgánica en la vida y la naturaleza divinas es la base
vital sobre la cual los recien evangelizados pueden llevar una vida santa para la vida de iglesia.
Esta vida es el tema de las dos epístolas.
Pablo, en sus palabras de introducción a los tesalonicenses, les habla de una manera sencilla. Él
no dice, como en la carta a los Romanos 1,1, que él es un “esclavo de Cristo Jesús, apóstol
llamado, apartado para el evangelio de Dios”, ni tampoco dice, como en Efesios 1,1, que él es
un “apóstol de Cristo Jesús por la voluntad de Dios”. La introducción de Romanos y de Efesios
es más compleja que la de 1 Tesalonicenses. Debido a que esta epístola fue escrita a nuevos
hermanos, en 1,1 Pablo simplemente dice: “Pablo, Silvano y Timoteo, a la iglesia de los
tesalonicenses”.
Una característica particular de los escritos de Pablo es que recalcan la unión orgánica que los
creyentes tienen con el Dios Trino y Uno. De hecho, el énfasis con respecto a la unión orgánica
entre los evangelizados y Cristo es la característica que más resalta en los escritos de San
Pablo. En sus epístolas, Pablo habla repetidas veces de estar en Cristo, en el Dios Trino y Uno .
Aunque 1,1 está escrito de una manera sencilla, en efecto vemos esta característica de Pablo
en la que se refiere a la unión orgánica. En este versículo Pablo habla de “la iglesia de los
tesalonicenses en Dios Padre y en el Señor Jesucristo” Mt 28, 19 Todos los bautizados estamos
unidos organicamente por la Vida divina dispensada del Padre del Hijo y del Espiritu Santo. La
preposición “en” es muy importante, ya que indica que la iglesia está en el Dios que es Trinidad
Divina. La iglesia está compuesta de seres humanos, esto es, fieles convertidos , que están en
el Dios Trino y Uno. Por una parte, la iglesia en Tesalónica era de los tesalonicenses; por otra,
esta iglesia estaba en Dios el Padre.
UNA RELACIÓN VITAL QUE TIENEN LOS TESALONICENSES CON DIOS EL PADRE POR EL
SACRAMENTO DEL BAUTISMO .
San Pablo no dice simplemente que la iglesia está en Dios, sino que está en Dios el Padre. Si
Dios no es nuestro Padre, no podemos estar en Él. Nosotros no fuimos creados en Dios; sin
embargo, sí fuimos regenerados, esto es, nacimos de nuevo por el Buatismo de regeneracion .
El papa Francisco ya nos lo ha dicho en su catequesis sobre los sacramentos " Si nuestros
padres nos generaron a la vida terrena, la Iglesia nos ha regenerado a la vida eterna en el
Bautismo. Nos hemos convertido en hijos en su Hijo Jesús (véase Rom 8,15, Gal 4, 5-7).
También sobre cada uno de nosotros, renacidos del agua y del Espíritu Santo, nuestro Padre
Celestial hace resonar con amor infinito su voz que dice: "Tú eres mi hijo amado" (Mt. 3,17).
Esta voz paternal, imperceptible para el oído pero bien audible desde el corazón de aquellos
que creen, nos acompaña a lo largo de la vida, sin abandonarnos nunca. Durante toda la vida el
Padre nos dice: “Tú eres mi hijo, el amado; tu eres mi hija, la amada”. Dios nos ama tanto,
como un Padre y no nos deja solos. Esto desde el momento del Bautismo. ¡Renacidos hijos de
Dios, lo somos por siempre! El bautismo no se repite, porque imprime un sello espiritual
indeleble: "Este sello no es borrado por ningún pecado, aunque el pecado impida al Bautismo
dar frutos de salvación " (CIC, 1272). ¡El sello del Bautismo no se borra nunca! “Padre, pero si
una persona se vuelve un malhechor, de los más famosos, de esos que matan a la gente, que
hace injusticias, ¿el sello se borra?”. No. Para vergüenza suya, hace estas cosas ese hombre
que es hijo de Dios; pero el sello no se borra. Y sigue siendo hijo de Dios, que va contra Dios
pero Dios no reniega nunca de sus hijos. ¿Han entendido esto último? Dios no reniega nunca
de sus hijos. ¿Lo repetimos todos juntos? “Dios no reniega nunca de sus hijos”. Más fuerte, que
o yo soy sordo o no lo he entendido: (lo repiten más fuerte). “Dios no reniega nunca de sus
hijos”. Vale, así está bien. ".
Queridos santos y santas ¿ viven sus vidas cotidianas como si estan en Él?. El hecho de que no
hayamos sido creados en Dios, significa que en la creación no tuvimos ninguna unión orgánica
con Dios, ninguna relación de vida con Él. En lugar de ello, la única relación que hubo fue la
relación entre la criatura y su Creador. En virtud de la creación, somos criaturas de Dios, y Él es
nuestro Creador. Así que, sólo hubo una relación basada en la creación, mas no una relación en
vida. La vida de Dios no fue forjada en nuestro ser natural en la creación. Como meras criaturas
de Dios, no poseíamos la vida de Dios; sólo teníamos nuestra vida creada, nuestra vida humana
natural.
Cuando fuimos regenerados, cuando nacimos de Dios, empezamos a tener una relación con
Dios, la cual se basaba en la vida. Este nuevo nacimiento nos introdujo en una unión orgánica
con el Dios Trino y Uno. Fue en el momento en que fuimos regenerados y nacimos de nuevo
que obtuvimos la vida de Dios, la vida increada la vida eterna. Ahora, Dios no es meramente
nuestro Creador, nuestro Dios, sino que además es nuestro Padre, Él es Aquel que nos ha
engendrado. Dios ya no es solamente nuestro Creador; Él es también nuestro Engendrador; y
por el vientre de la Iglesia decía San Agustín la pila bautismal hemos nacido de arriba para ser
herederos de Dios y coherederos con Cristo , y ya que Dios nos ha engendrado con Su vida por
medio del Sacramento del santo Bautismo podemos llamarlo Padre y es nuestro Padre. Por
consiguiente, Él es Dios nuestro Padre ; así su nombre en el NT sería Padre Abba papito .
Los recién evangelizados tesalonicenses, por medio de la regeneración del bautismo, habían
llegado a ser hijos de Dios. Según la carta a los Romanos, la iglesia es una entidad compuesta
de los hijos de Dios. Es imposible que los pecadores sean quienes componen la iglesia. Los
pecadores podrán ser miembros de una organización secular de un comité barrial un sindicato
de trabajadores o asamblea constituyente , pero no componentes de la iglesia del Dios vivo. Tal
iglesia se compone exclusivamente de los hijos de Dios , los renacidos del agua y del Espiritu.
Fuimos predestinados por el Padre para ser hijos Suyos. Como dice la carta a los Efesios 1,5,
fuimos predestinados para filiación. Hubo un momento en el que Dios nos llamó y nos
conmovió en nuestro interior y aunque ya desde el día de nuestro bautismo somos suyos ,
somos su hijos fue ahora cuando realmente comenzamos a experimentar esta realidad Glorios.
Dios fijo un tiempo y fue entonces que nos arrepentimos, confesamos nuestros pecados y
creímos en el Hijo de Dios, Jesucristo, y le recibimos ahora si como Señor de nuestras vidas . Al
recibir a Cristo lo que implica creer en él de manera subjetiva , nacimos de nuevo y llegamos a
ser hijos de Dios. Ahora que somos hijos de Dios, somos aquellos que componen la santa
iglesia Católica , el Cuerpo de Cristo. Puesto que nosotros, como hijos de Dios, somos
miembros de Cristo, 1 Tesalonicenses 1,1 no sólo dice que la iglesia está en Dios el Padre, sino
también en el Señor Jesucristo , permanecemos unidos a él por medio del disfrute de la
sagrada comunión la Eucaristía.
INVOCAR AL SEÑOR JESÚS PARA DUSFRUTAR DE EL COMO LA GENUINA GRACIA DE LOS
SACRAMENTOS
Es muy significativo que en 1,1 san Pablo añada el título “Padre” después de “Dios” y el título
“Señor” antes de “Jesucristo”. No es suficiente decir “Dios” ni “Jesucristo”; más bien, debemos
decir que Dios es nuestro Padre y que Jesucristo es nuestro Señor. Si Jesucristo no es nuestro
Señor, entonces no tenemos nada que ver con Él de una manera práctica. Pero cuando
Jesucristo llega a ser nuestro Señor, eso significa que estamos en Él, unidos a Él orgánicamente
como la rama a la vid.
Cuando invocamos el nombre del Señor Jesús, no sólo debemos decir: “Jesús”, sino: “Señor
Jesús”. Clamar gritar proclamar a Él diciendo únicamente: “Jesús”, demuestra cierto
desconocimiento . El Señor, sin embargo, es misericordioso y se compadece de nosotros. Él
aun nos responde cuando invocamos: “Jesús”, en vez de: “Señor Jesús”, porque comprende
que en efecto estamos invocándole a Él como Señor. Sin embargo, necesitamos tener el debido
conocimiento para invocar al Señor. Así que, en lugar de decir: “Jesús, te amo”, es mejor decir:
“Señor Jesús, te amo”. ¡Cuán agradable es invocar al Señor de esta manera! Creo muchos de
nosotros pueden testificar de esto.
A algunos nos gusta decir: “¡Alabado sea Dios!”. Pero el énfasis en el Nuevo Testamento es
alabar a Dios el Padre. Debemos darnos cuenta de que para nosotros hoy en día Dios es
nuestro Padre y Jesús es nuestro Señor. Según 1 Corintios 12,3, cuando decimos: “Señor
Jesús”, estamos en el Espíritu. Esto indica que el Espíritu honra el hecho de que se invoque
debidamente al Señor Jesús. Muchos podemos testificar que cuando invocamos: “Señor Jesús”,
percibimos internamente la unción del Espíritu. Lo mismo sucede cuando decimos: “Abba,
Padre”. Cuando solamente invocamos a Dios, a Elohim, o a Yahveh pareciera que no
disfrutaremos de mucha unción. En cambio cuando clamamos: “Abba Padre”, experimentamos
la unción. Esto no es mera terminología, o doctrina ; sino una realidad en nuestra experiencia
de fe y de disfrute .
LA IGLESIA ESTA EN DIOS PADRE
Y EN EL SEÑOR JESUCRISTO.
Confio que lo que les hemos hablado hoy quede grabado en todos nosotros el hecho de que la
iglesia está en Dios Padre y en el Señor Jesucristo. La frase “el Señor Jesucristo” tiene muchas
implicaciones. Primeramente implica que Jesucristo es nuestro Señor. En segundo lugar,
implica que Él es nuestro Salvador, ya que el nombre Jesús significa Yahveh el Salvador.
Tercero, implica que Cristo, el Ungido de Dios, nos conduce a las riquezas de Dios y lleva a cabo
todo lo que concierne a nosotros para Dios. Por ello, cuando decimos “el Señor Jesucristo”
estamos profiriendo algo que tiene muchas implicaciones.
Cuando san Pablo dice que la iglesia está en Dios Padre y en el Señor Jesucristo, él alude al
hecho de que hemos nacido de Dios y hemos sido introducidos en una unión orgánica con
Cristo. ¿Qué es la iglesia? La iglesia es un grupo de seres humanos que han nacido de Dios por
el Sacramento del santo bautismo y que han sido introducidos en una unión orgánica con
Cristo por medio de la Eucaristia.
SOBRE LA OBRA DE FE QUE PRACTICABAN LOS TESALONICENSES
En los versículos 2 y 3 Pablo además dice: “Damos siempre gracias a Dios por todos vosotros,
haciendo mención de vosotros en nuestras oraciones, acordándonos sin cesar delante del Dios
y Padre nuestro de vuestra obra de fe, de vuestro trabajo de amor y de vuestra perseverancia
en la esperanza en nuestro Señor Jesucristo”. Aquí vemos que cuando Pablo oraba por la
iglesia, daba gracias a Dios por tres cosas:
1) Por la obra de fe,
2) El trabajo de amor
3) Y por la perseverancia en la esperanza.
Aquí la fe indica la naturaleza y la fuerza de la obra. Nuestra obra es nuestra fe. Esto significa
que la naturaleza y la fuerza de nuestra obra cristiana es la fe. Tanto la fuerza con la que
trabajamos como la naturaleza de nuestra obra, deben ser la fe. La naturaleza de nuestra obra
cristiana debe ser la fe, y no el conocimiento, habilidad , la fuerza o los méritos ningún poder
humano.
EL TRABAJO DE AMOR LOS TESALONICENSES
Debemos conocer la diferencia que existe entre la obra y el trabajo. La obra puede ser algo
más bien superficial ni muy difícil. El trabajo, en cambio, es más complejo y más arduo que la
obra. Cuando hacemos una obra que es difícil de realizar, eso ya seria un trabajo. Este trabajo
debe ser un trabajo de amor. El amor debe ser la motivación y la característica de nuestra labor
cristiana siempre que servimos a Dios y a los santos. Esto significa que el amor es la expresión.
La obra cristiana con el tiempo llega a ser un trabajo, algo que es más complejo y más difícil de
realizar. Para esta labor, la fe sola no basta; también necesitamos amor, un amor perdurable.
La crianza de los hijos es un buen ejemplo de lo que es un trabajo de amor. Las madres saben
que cuidar de sus hijos es un trabajo, y no meramente una obra. Después de dar a luz, una
madre sentirá un tierno amor por su bebé. Por algún tiempo, ella cuidará del niño con alegría.
Sin embargo, poco a poco esa tarea se convertirá en un trabajo que la abrumará y agotará.
¡Cuán bueno es que el Señor haya puesto en esta madre amor maternal para con su hijo! Sin
ese amor, ella no podría sobrellevar la carga de cuidar de su hijo a medida que pasan los años.
Este amor la motiva a cuidar de su hijo. Este amor es también la característica del trabajo que
la envuelve y de la forma en que éste se expresa. Esto muestra que en la vida cristiana, primero
tenemos una obra de fe, y luego, esta obra llega a ser un trabajo de amor.
LA PERSEVERANCIA EN LA ESPERANZA QUE TENIAN LOS TESALONICENSES
De la obra de fe y del trabajo de amor avanzamos a la perseverancia en la esperanza. La
esperanza es la fuente de la perseverancia. Todas las madres saben que para cuidar a sus hijos
necesitan perseverancia. Se requiere perseverancia para que una madre pueda soportar todos
los problemas que conlleva la crianza de sus hijos.
En la vida de iglesia, como también en la vida familiar, todos necesitamos perseverancia. Por lo
tanto, debemos ser adiestrados, educados, primero para realizar la obra, luego, para trabajar y,
finalmente, para perseverar. Un misionero evangelizador del MMAC es uno que persevera.
Mientras tenga perseverancia, esto lo capacitará para ser discípulo misionero . En 2 Corintios
podemos ver la perseverancia del apóstol Pablo. Tal perseverancia es la piedra cimera de
nuestra obra. Queridos coordinadores y encargados , no lo olviden jamás , la perseverancia es
la característica culminante de un animador misionero . Asimismo, en la labor de pastorear
discípulas o apascentar a otros, la perseverancia es crucial. Si hemos de tener éxito al pastorear
a los santos, debemos ejercitarnos en la perseverancia. La perseverancia conlleva sufrimientos,
no disfrute. El pastoreo siempre va acompañado de cierta cantidad de sufrimientos; sin
embargo quienes ejerzan Bien su ministerio tendrán la Corona reservada a los buenos pastores
en el cielo.
En 1,3 Pablo habla de la perseverancia en la esperanza de nuestro Señor Jesucristo. Esta
perseverancia proviene de la esperanza en la venida del Señor, o de la esperanza en el Señor
que está por venir. La esperanza es la fuente de la perseverancia.
LA ESTRUCTURA DE LA VIDA CRISTIANA NORMAL
La fe, el amor y la esperanza las virtudes teologales que se mencionan en 1,3 describen la
estructura de la vida cristiana normal y genuina, una vida construida con estos elementos. La fe
recibe recepta las cosas divinas (Jn. 1,12) y da sustantividad a las cosas espirituales e invisibles
(He. 11,1). La esperanza cosecha las cosas a las cuales la fe ha dado sustantividad y participa de
ellas (Ro. 8,24-25). El amor disfruta de las cosas que han sido recibidas y hechas reales por la fe
y de las cuales se participa por la esperanza, para que nos alimentemos a nosotros mismos,
edifiquemos a otros y expresemos a Dios. Tal vida tiene su origen no en la habilidad del ser
natural de los misioneros , sino en la infusión en ellos de todo lo que es Dios, Aquel en quien
creen. Esta vida se lleva a cabo por medio de su sacrificio de amor hacia su Señor amoroso,
quien los amó y se dio a Sí mismo por ellos, y hacia Sus miembros, a quienes Él redimió en
amor por medio de Su muerte. Esta vida perdura y permanece inmutable por el poder
sostenedor de la esperanza con la cual los convertidos esperan a su amado Señor, quien
prometió que regresaría a tomarlos a Sí mismo. Tal vida es el contenido de esta hermosa
epístola.
Espero que todos veamos algo en 1 y 2 Tesalonicenses que sea de ayuda para los nuevos
evangelizados . Debemos ayudar a los nuevos convertidos a crecer en la fe, en el amor y en la
esperanza, y en particular, en la obra de fe, en el trabajo de amor y en la perseverancia en la
esperanza.
Es maravilloso ver que los santos tesalonicenses hayan podido llevar tal vida mediante lo que
les ministró el apóstol en tan corto tiempo, ¡menos de un mes! Esto nos anima a evangelizar
con plena certidumbre de fe en las Buenas Nuevas como un mensaje completo a los incrédulos
típicos, y a ministrar a los recién convertidos las verdades profundas de la vida cristiana. No
debemos pensar que si predicamos el evangelio completo, los demás no entenderán lo que les
decimos. Primero, debemos tener fe en que ellos creerán, y entonces ellos mismos creerán. Si
nosotros no creemos lo que anunciamos, otros nunca creerán en ello. Por lo tanto, debemos
creer que quienes nos escuchan, tendrán la capacidad de entender, recibir y aceptar el
evangelio completo. De igual manera, debemos avanzar y compañar pastorear y apascentar a
los nuevos hermanos con las verdades profundas de la vida cristiana con la Biblia la catequesis
y los sacramentos . Espero que todos aprendamos a predicar algo más profundo de lo que
pensamos que otros pueden entender.
En las dos epístolas a la joven comunidad en Tesalónica, se revela de una manera breve y
simple la vida cristiana genuina para la vida de iglesia apropiada. Es una vida de tres
dimensiones a la luz del regreso del Señor, que tiene la fe como el comienzo, el fundamento; el
amor como el proceso, la construcción; y la esperanza como la consumación, la piedra cimera.
La fe se dirige a Dios (1,8); el amor se dirige a los santos (3,12; 4,9-10); y la esperanza reposa
sobre la venida del Señor (2,19). La primera epístola tiene como fin animar y consolar; la
segunda, corregir y equilibrar. Los nuevos hermanos y hermanas deben vivir, andar y obrar por
fe y amor en la esperanza que se basa en la venida del Señor; pero no deben tener el concepto
erróneo de que el Señor vendrá inmediatamente y que, por tanto, no necesitan hacer ningún
plan a largo plazo.
LA CONSUMACIÓN DE LA VIDA CRISTIANA
CON MIRAS A LA VIDA DE IGLESIA
Estas dos epístolas pueden considerarse como la consumación de la vida cristiana con miras a
la vida de iglesia. Ellas concluyen la sección de los escritos del apóstol Pablo que comienza con
el libro de Romanos. Aunque estas dos epístolas corresponden a la etapa inicial de la vida
cristiana y de la vida de iglesia, también pueden ser consideradas como la consumación de la
vida cristiana con miras a la vida de iglesia.
De acuerdo con la secuencia de los escritos del Nuevo Testamento, tenemos Romanos, 1 y 2
Corintios, Gálatas, Efesios, Filipenses, Colosenses y 1 y 2 Tesalonicenses. Podemos decir que
estas nueve epístolas forman un grupo. La consumación y conclusión de este grupo de nueve
epístolas son 1 y 2 Tesalonicenses.
En este mensaje hemos abarcado dos asuntos básicos. El primero es que la iglesia está
compuesta de seres humanos que están en Dios Padre y en el Señor Jesucristo, es decir, de
personas que poseen la vida de Dios y tienen una unión orgánica con Cristo. El segundo asunto
es que la vida de iglesia es la vida cristiana construida con la obra de fe, el trabajo de amor y la
perseverancia en la esperanza en el Señor que está por venir. Esperamos que estos dos
asuntos queden profundamente grabados en nosotros. Debemos ver que la iglesia se compone
de seres humanos que están en Dios Padre y poseen Su vida, y que están orgánicamente en el
Señor Jesucristo. Asimismo debemos ver que la vida cristiana que se lleva con miras a la vida
de iglesia está construida con la obra de fe, el trabajo de amor y la perseverancia en la
esperanza. En los mensajes siguientes seguiremos disfrutando más acerca de la obra de fe, el
trabajo de amor y la perseverancia en la esperanza.
Paz y Bien
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