Suelo radiante. Es un sistema eléctrico, de tubos de agua caliente o de hilos radiantes que discurren bajo el suelo, en contacto con la superficie. La instalación de este tipo de suelos no es fácil y hay que hacer una inversión grande, pero dada su eficiencia esta inversión se amortiza pronto.Además es un tipo de calefacción que no emite residuos al usarse. Los elementos que lo componen son: Caja de colectores: elementos de dónde parten los circuitos de suelo radiante de cada dependencia al calefactar y suele estar empotrado en tabiques Banda perimetral: Banda de espuma de polietileno cuya misión principal es absorber las dilataciones producidas por el mortero de cemento colocado sobre los tubos emisores, debido a su calentamiento/enfriamiento. Film polietileno: Barrera antihumedad entre el suelo base de la superficie emisora o está encima de forma que evita el ascenso por capilaridad de humedades. Panel aislante: El aislamiento térmico del sistema es imprescindible en cualquier instalación de calefacción de suelo radiante. Tuberías de suelo radiante: Para realizar el tendido de circuitos desde los recolectores se utilizan tuberías de material plástico con Barrera de difusión de oxígeno. Mortero de cemento: Una vez instalados los circuitos se vierte el mortero sobre toda la superficie calefactable. El espesor recomendable es de 5 cm medidos a partir de la generatriz superior de la tubería. El suelo radiante es un sistema eficiente: Emplea Una temperatura de impulsión de agua muy baja (30-45° c) con respecto a los sistemas tradicionales de radiadores (70 – 75°c). Al ser un sistema de baja temperatura, se consiguen grandes ahorros combinándolo con sistemas de calor eficientes como la aerotermia, geotermia, calderas de temperatura baja, etc. Con un sistema de bomba de calor se puede utilizar como suelo refrescante en verano. Menores perdidas en las conducciones al trabajar con temperaturas más próximas a la temperatura ambiente. Proporciona un gran confort a los usuarios.