Subido por Ps Diego Pérez Egaña

Metáfora del Barco y el faro

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Metáfora del Barco y el faro
Objetivo:
– Enfatizar la importancia de establecer un vínculo seguro entre adulto significativo
niño/a.
Descripción:
1. Se inicia la actividad exponiendo la teoría del apego a través de la metáfora del
«barco y el faro». El detalle del relato de la metáfora se entrega en el material de
trabajo 1 que se presenta en la siguiente página.
2. El o la consejera deberá dar énfasis a la representación simbólica del barco como
un niño/a y al faro el adulto significativo. Luego se hacen las siguientes preguntas a
los participantes.
¿Qué debería hacer el faro para que…?:
– El barco sepa que siempre que quiera puede acercarse y estar junto a él
– El barco pueda explorar el entorno, ir lejos, sin tener miedo
– El barco sepa que si hay temporal el faro lo protegerá
Conectar esta experiencia del barco, con la vivencia del niño o niña en la realidad, ¿Qué
debería hacer el adulto para que el niño niña…?
– Siempre que lo necesite puede acercarse y estar junto a él o ella (afecto/estima
valoración)
– Pueda explorar el entorno, ir lejos, sin tener miedo. (disponibilidad / accesibilidad /
respuesta adecuada a las demandas)
– Si siente temor sepa que él (cuidador) lo protegerá (aceptación/ protección)
2. Establecer acciones concretas que puede realizar el cuidador para acercarse más
al niño o niña, tratando de construir un vínculo de mayor confianza, cercanía y
seguridad. Importante es, que el consejero en conjunto con el cuidador evalúen la
pertinencia y las reales posibilidades de llevar a cabo las acciones prometidas.
3. Escribir en una especie de lista de cotejos, las acciones comprometidas para
evaluarlas en las siguientes sesiones mientras sea pertinente.
4. Cerrar indagando en las sensaciones y en las percepciones que el cuidador ha
desarrollado durante la actividad. Preguntar si existe alguna inquietud y finalmente,
recordar los aspectos más relevantes que surgieron a partir de la actividad.
5. Material de trabajo 1. Metáfora del Barco y el Faro:
Un niño cuando nace es como un barco a la deriva. No sabe dónde ir ni dónde buscar para obtener
lo que necesita. El barco empieza a hacer señales de humo para saber si tiene alguien cerca que lo
pueda ayudar a conseguir lo que necesita.
De repente ve una luz potente que lo guía. El barco la sigue hasta que llega muy cerca de ella y ve
el puerto. Aquí se puede atar y ya no se siente solo, ni tiene miedo, se siente seguro. Al barco le
gustaría saber qué hay en el mar, si hay otros barcos, cómo son… ¡Tiene mucha curiosidad! Pero
tiene miedo de irse y no volver a encontrar este sitio donde se siente tan bien.
Al cabo de un tiempo el barco se da cuenta que la luz del faro permanece prendida y piensa que
puede desatarse del puerto e ir a explorar su entorno porque sabe que la luz del faro no se apagará.
Sabe que siguiendo a esta luz siempre podrá volver a estar cerca del puerto.
Así que esto es lo que hace, se suelta y sale para conocer tantas y tantas cosas que aún no ha visto
nunca. ¡Y no siente miedo! Se atreve a buscar en lugares escondidos para aprender más y más, ya
que para él nunca es suficiente. Él sabe que si un día quiere estar cerca del puerto, sólo tiene que
seguir a la luz del faro, y si algún día llega una tormenta esta lo protegerá».
Actividad Nº 2:
«Tarjetas de Roles»
Objetivos:
– Reflexionar sobre la forma de actuar del adulto y la relación de esta con el desarrollo de
la vinculación
– Comprender qué siente un niño/a que hace una demanda y no le es resuelta
Descripción:
1. En esta actividad se trabajarán distintos aspectos necesarios para que se desarrolle o
se mejore la relación de apego entre el cuidado o cuidadora y el niño o niña. Los aspectos
son los siguientes:
a. Disponibilidad
b. Sensibilidad
c. Valoración
d. Guía
2. El Consejero Familiar lee cuatro situaciones (material de trabajo 2 que se presentan en
la siguiente página), en las cuales se describe una situación donde se presenta una
demanda de un niño/a y una respuesta de la madre. En todas ellas la demanda del niño/a
no es atendida por distintas razones: porque la madre o el adulto a cargo no está
disponible; porque no tiene la suficiente sensibilidad para captar lo que le está pasando al
niño/a; porque no se valora al niño/a cómo persona que es; porque no se guía al niño/a en
sus dudas o curiosidades; o porque no puede empatizar con el niño/a y no lo apoya.
3. Luego de leer y explicar las situaciones, el o la profesional realizará las siguientes
preguntas, tratando de discutir las situaciones expuestas:
a. ¿Qué debiera hacer el niño/a, en estas situaciones?
b. ¿Qué piensas del adulto? ¿Por qué reaccionará así?
c. ¿Te identificas en algo con ese adulto? ¿En nada? ¿Por qué?
d. ¿Cómo crees que actuará el niño o niña la próxima vez que se encuentre en la misma
situación teniendo en cuenta esta experiencia? ¿Por qué?
e. ¿Es necesario ocultar problemas? ¿tiene derecho el niño a conocer las dificultades o
problemáticas que debe enfrentar sus padres, la familia, etc.?
f. ¿De qué otra forma podría actuar el adulto frente a la misma situación o demanda del
niño/a? ¿Para qué?
4. Al responder la última pregunta se espera que el adulto se dé cuenta que aquello
necesario para potenciar el vínculo es lo contrario que se presenta en cada situación. Se
pide que escriba o relate cómo él actuaría en cada situación.
5. El o la consejera cierra la actividad, leyendo lo escrito y haciendo hincapié en las
características fundamentales de una actitud parental que favorece el desarrollo de un
apego seguro.
Material de trabajo 2, situaciones a exponer:
Situación Nº 1 (Disponibilidad):
La madre está cocinando. Mañana es día de visita, por lo que debe dejar todo listo, para salir
temprano. El hijo, entra a la cocina.
HIJO: Te ayudo en algo mamá
MADRE: No, prefiero que salgas de aquí
HIJO: Bueno…Mamá, ¿mañana vas a ir a ver al papá?
MADRE: Tú sabes que los martes tiene visita ¿no?
HIJO: Sí… Mañana va a estar aburrido el colegio… ¿podría acompañarte?, me gustaría ver a mi
papá…
MADRE: Renato, puedes salir de la cocina, necesito terminar luego el almuerzo de mañana
HIJO (cabizbajo): Bueno
Situación Nº 2. (Sensibilidad)
CUIDADORA: Es tarde. Apaga la luz y duerme
NIÑA: No tengo sueño
CUIDADORA: Tienes que hacerlo, mañana debes levantarte temprano
NIÑA: No quiero dormir, no puedo dormir
CUIDADORA (ásperamente): ¡Apaga esa luz inmediatamente!
NIÑA: nunca voy a dormir
CUIDADORA (apaga la luz del dormitorio)
NIÑA (sollozando): No apagues la luz. Sal de aquí. ¡No me voy a dormir! ¡Te odio!
Situación Nº 3 (Valoración)
HIJO: Mamá quiero que me expliques por qué el papá está detenido, qué hizo, ¿por qué?
No entiendo nada
MADRE: Tú no entenderías, no es necesario que sepas, eres muy pequeño para
comprender, lo importante es que tu papá te quiere mucho y eso es lo único que importa.
Situación Nº 4 (Guía)
La profesora mandó a casa una nota explicando que el comportamiento del niño en las
últimas semanas se ha caracterizado por ser violento, decir frecuentemente groserías, no
tomar atención en clases, etc.
TIO (hablando con un tono de voz fuerte al niño): Y tú, ¿qué te crees?, ¿crees que está
bien, esto que dice la profesora? ¿Por qué estás comportándote así? Ya hay suficientes
problemas en la casa, para que tú más encima vengas con esto.
NIÑO: Pero Tío, es que yo me aburro en el colegio, no me puedo concentrar, y con mis
compañeros me llevo mal porque me molestan mucho.
TIO (enojado): No tienes nada que explicarme, con esto es suficiente, se acabaron las
salidas con tus amigos, ellos deben ser las malas juntas.
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