Ginebra, Suiza, diciembre 18 de 2014 EL TERRORISMO DE ESTADO EN COLOMBIA NOS OBLIGÓ A CONVERTIRNOS EN REFUGIADOS POLÍTICOS, VÍCTIMAS POLÍTICAS DEL ESTADO COLOMBIANO. Respetados señores Anders Kompas, Director de la división de operaciones de la Oficina del Alto Comisionado de ddhh de la ONU, Milton Moreno, coordinador senior de la ACNUR, Señores Representantes diplomáticos de los países garantes del proceso de paz Cuba y Noruega y acompañantes Republica Bolivariana de Venezuela y Chile en la mesa de diálogos entre el gobierno colombiano y las insurgencias FARC-EP. Muchas gracias por acompañarnos y aceptar nuestra modesta invitación a que nos ayuden a lograr y construir una paz con justicia social en Colombia. Estimadas víctimas exiliadas y exiliados políticos perseguidas por el Estado colombiano. Los exiliados(as) políticos constituidos en constituyentes propositivos, reunidos en Bilbao, país Vasco, escuchando y analizando los desgarradores testimonios de centenares de refugiados políticos radicados en países europeos, constatamos como la acción directa del Estado colombiano, ejercitando directa o indirectamente el terrorismo de estado, nos convirtió en víctimas políticas del conflicto social, político y armado y nos obligó a optar por el refugio como alternativa a la muerte segura, no solo física y personal sino extensiva a nuestros núcleos familiares y a los colectivos sociales a los que pertenecíamos y actuábamos; condenándonos de paso, a la muerte política en Colombia por la imposibilidad presencial para ejercitar funciones civiles y políticas como ciudadanos y ser alternativa para gobernar y desarrollar nuestra patria en paz pero de manera justa, equitativa e incluyente. Absolutamente todos fuimos víctimizados, convertidos en sujetos a los que se les aplica la teoría extranjera del « enemigo interno » por pensar y actuar diferente a quienes ostentan el poder ; desde humildes campesinos, indígenas, trabajadores urbanos, estudiantes y académicos, amas de casa, lideres comunales y cívicos, dirigentes políticos de oposición, legisladores elegidos popularmente, gobernantes locales, aspirantes a la presidencia de la República, periodistas, desempleados y hasta negociadores y mediadores en procesos de paz, son víctimizadas implacablemente por defender sus ideas y propuestas alternativas de sociedad de país . Con decenas de masacres, genocidios y miles de asesinatos selectivos, miles estamos desterrados a plomo y cárcel y otros 400 mil anónimos según la misma ACNUR, desplazados, regados por todo el mundo; mas de 10 mil convertidos en prisioneros políticos y muchos sentenciados a señalamientos policiales internacionales, unos extraditados y varios pedidos en extradición. Pero lo mas grave, todo el tejido social en el que se actúa se convierte en campo de batalla víctimizante, cuya destrucción o captación se convierte en premio a la criminalización de la movilización y la protesta social. Todos nuestros derechos humanos fueron violentados, los que nos atrevimos a optar por el refugio político, en alto numero de casos, seguimos siendo revictimizados por las condiciones del mismo refugio en los países de acogida o por la aplicación de planes de persecución, vigilancia y espionaje de todo tipo aun vigentes por el Estado colombiano, como es la Operación Europa para nuestro caso, la cual no ha parado y que son desarrollados por la inteligencia militar colombiana en territorio europeo. Pero, es tal el compromiso social que tenemos que unánimemente estamos aquí para ratificar nuestro respaldo absoluto y total a los diálogos de paz que se desarrollan en La Habana para el caso de las insurgentes FARC-EP. Y en Ecuador en lo que refiere al también insurgente ELN; expresando visiones y propuestas desde nuestra condición de victimas políticas exiliadas perseguidas por el estado colombiano, pero convencidos que la paz en Colombia se logrará con el aporte de todas y todos, y que será estable y duradera solo cuando se reconozca y acepte que « no solo hay que acabar con el conflicto en favor de los inversionistas y sus beneficiados » sino que hay que avanzar en la modificación substancial de las causas que lo originan. Colombia tiene demócratas suficientes para no seguir permitiendo que una elite mantenga al país en las condiciones vergonzosas de precariedad, pobreza y miseria en la que permanece; Colombia tiene ya el derecho para exigir a los poderosos que nos gobiernan, que se acuerde la paz no para satisfacer sus intereses mezquinos, sino para que la sociedad entera pueda respirar y disfrutar una era distinta donde se modifique el proverbial egoísmo que ha condenado a todo el conglomerado social a la mendicidad y a la desesperación. Una era, donde se perfeccione la democracia convirtiéndola en incluyente y participativa, donde tengamos agricultura, industria, mercado interno e infraestructura pensada para favorecer a todos los habitantes del país y no a unos cuantos empresarios; donde se defienda el derecho al trabajo y se dicte un orden legal donde la protección de los débiles y desamparados sea la prioridad de las instituciones y no la eliminación física y política de quienes piensan y proponen un país con justicia social. Con estas visiones y anhelos, las víctimas políticas exiliadas y perseguidas por el Estado colombiano, solicitamos a los demócratas y gobiernos del mundo, que además de pedir la continuidad ininterrumpida y la culminación exitosa de los diálogos de paz en La Habana, insten de manera urgente al gobierno colombiano a la aceptación del cese al fuego bilateral con el fin de parar el desangre diario y que en el marco de este proceso observe y aplique los derechos civiles, sociales y políticos comprometidos internacionalmente a ver si algún día no lejano podemos retornar a nuestra patria con dignidad y ayudar a construir un país mejor sin el miedo que nos asesinen, torturen o encarcelen. Muchas gracias