Vigencia o Límites a la Ley Procesal respecto de las Personas En general, la ley procesal no toma en cuenta la calidad de las personas para determinas la jerarquía del tribunal llamado a conocer un asunto litigioso. Art. 5°COT: “A los tribunales mencionados en este artículo corresponderá el conocimiento de todos los asuntos judiciales que se promuevan dentro del territorio de la República, cualquiera que sea su naturaleza o la calidad de las personas que en ellos intervengan, sin perjuicio de las excepciones que establezcan la Constitución y las Leyes”. Así las cosas, se aplica a los chilenos, extranjeros residentes e incluso a los transeúntes, ya que toda persona litiga ante los mismos jueces, con iguales formalidades, obligaciones, cargas e iguales derechos. No obstante esta igualdad hay ocasiones en que pueden participar de un litigio ciertas personas que en razón del cargo o función que desempeñan, hacen conveniente entregar el conflicto al juzgamiento de determinados tribunales especiales, distintos de aquellos a que se encuentran sometidos la generalidad de las personas (artículos 45 y 50 del C0T.) CONVENCIONES INTERNACIONALES Debemos además dejar constancia que, para la solución de los conflictos internacionales que pueden suscitarse entre los diversos Estados americanos con motivo de la aplicación de leyes procesales, es necesario tener en consideración el Código de Derecho Internacional Privado o Código de Bustamante, promulgado como ley de la República de Chile, a virtud del Decreto Supremo N°374, de 10 de Abril de 1934. Este Código contiene un libro entero -el libro cuarto- sobre Derecho Procesal Internacional, destinado a legislar materias de tanta importancia como competencia, extradición, exhortos internacionales, pruebas, casación, quiebra, ejecución de sentencias y otras; (artículos 423 y siguientes). En especial, excluye de las jurisdicciones nacionales a los jefes de Estado extranjeros y a los agentes diplomáticos extranjeros. Por otra parte, la inmunidad de jurisdicción de que gozan las personas antes nombradas, también había sido reconocida, con anterioridad, en la Convención sobre funcionarios diplomáticos, suscrita el 10 de Febrero de 1928 en La Habana y ratificada posteriormente por Chile, el 31 de Diciembre de 1936. Pero aún más amplias son las disposiciones que se contienen, acerca de inmunidad de jurisdicción de los Agentes diplomáticos y de inviolabilidad de sus respectivas sedes, en los siguientes textos internacionales: a) Convención de Viena, sobre relaciones diplomáticas, firmada el 18 de Abril de 1961, ratificada por Chile por Decreto Supremo N°666, de 9 de Noviembre de 1967, y publicados en el Diario Oficial, de 4 de Marzo de 1968; y b) Convención de Viena, sobre relaciones consulares, firmada el 24 de Abril de 1963, ratificada por Chile por Decreto Supremo N°709, de 28 de Noviembre de 1967, y publicados en el Diario Oficial, de 5 de Marzo de 1968. Los Autoacordados Los tribunales superiores de justicia cuentan entre sus facultades las llamadas “económicas”, que les permiten dictar disposiciones de carácter general denominadas autoacordados, que contienen normas permanentes, generales y obligatorias dictadas para el mejor cumplimiento de las normas procesales y de un mejor servicio judicial. Tienden a llenar vacíos en la reglamentación y corregir prácticas indebidas, pero siempre que estén subordinados a la ley. Existen diversos autoacordados, siendo los más relevantes los relativos a la forma de las sentencias definitivas y el relativo a la tramitación del recurso de protección. CLASIFICACIÓN DE LOS AUTOACORDADOS Los autoacordados pueden clasificarse en: – Autoacordados de la Corte Suprema y de las Cortes de Apelaciones. – Emanados de la Ley y emanados de las facultades económicas de los Tribunales Superiores. En efecto, en cuanto al órgano que los dicta, pueden distinguirse los autoacordados de la Corte Suprema y los de las Cortes de Apelaciones. Los primeros tienen aplicación nacional, mientras que los segundos sólo tienen aplicación dentro del territorio jurisdiccional de la Corte de Apelaciones que los dictó. En cuanto a su origen, pueden distinguirse los autoacordados dictados en virtud de una delegación que la ley efectúa a la Corte Suprema para reglamentar una determinada materia; y los autoacordados que se dictan en virtud de las facultades económicas de los tribunales superiores. Los que emanan de la Corte Suprema tiene vigencia en todo el territorio de la República, y para su validez deben ser publicados en el Diario Oficial. Los primeros, por delegación legislativa, sólo pueden ser derogados mediante una ley. Los segundos pueden ser modificados o dejados sin efecto por los mismos tribunales cuando lo estimen oportuno. Fuentes Indirectas La Doctrina o Ciencia del Derecho Procesal Una fuente indirecta, pero de enorme importancia como fuente del Derecho Procesal, es la doctrina. En el sentido de las opiniones autorizadas de los estudios de esta rama del derecho. Su peso es relativo, ya que dependerá de la mayor o menor fama del estudioso de que se trate. Se distinguen los Italianos –Calamendrei, Chiovenda, Carnelutti-, Españoles – Fenoll, De la Oliva, Montero Aroca-. En Chile –Palomo-Navarro-Maturana, Tavolari- entre muchos otros. En este desenvolvimiento de la doctrina procesal podemos distinguir cuatro períodos o fases perfectamente definidas y con características propias: el de la escuela exegética, el de las teorías particulares, el de la teoría general del proceso de cognición o del juicio declarativo, y el de la teoría general del proceso. a) El período de la escuela exegética se caracteriza por el predominio del sistema de los comentarios de los textos legales en el mismo orden de materias que en ellos se contienen, sin entrar al estudio propiamente tal de las instituciones procesales. Se inspira en las directivas exegéticas de la escuela procesal francesa. b) El período de las teorías particulares representa una transición entre el período anterior y el siguiente, dentro de las diversas fases de evolución de la doctrina procesal. Se caracteriza porque ya aparecen las primeras tendencias sobre la investigación de los principios que informan cada institución procesal en particular. c) En el período de la teoría general del proceso de cognición; o del juicio declarativo, la directiva exegética cede completamente el campo a la directiva doctrinaria. La influencia de la escuela francesa procesal es reemplazada y supeditada, primero, por la germana, y luego, por la italiana. Se distingue por el vigoroso impulso alcanzado dentro del estudio de los principios que informan el derecho procesal y, en particular, del juicio de cognición o declarativo. d) Por último, el periodo de la teoría general del proceso representa una ulterior evolución de la fase precedente. Se caracteriza por la tendencia a obtener una verdadera síntesis de los principios del derecho procesal, comprensiva no sólo de las instituciones del proceso de cognición o juicio declarativo, sino, además, de los procesos ejecutivos, cautelares, penales y demás especiales. La Costumbre Es conocido que en nuestro Derecho la costumbre no constituye fuente sino cuando la ley se remite a ella. En estrecha vinculación con la costumbre, sin ser sinónimo de ella, puede mencionarse los usos o prácticas procesales que sirven para interpretar y proyectar materialmente las normas procesales. La práctica se advierte en la forma en que se redactan los escritos y resoluciones y en la forma que se llevan a cabo las demás actuaciones. Además, también en la forma en que los receptores registran el retiro de los expedientes desde el tribunal. Evidentemente la infracción de estos usos y prácticas no constituye infracción de ley. La Jurisprudencia Aun cuando en nuestro país los fallos judiciales sólo tienen valor en las causas en que actualmente se pronunciaren (artículo 3 C. Civil), siempre la jurisprudencia ha constituido una valiosa fuente de interpretación legal, especialmente en materias procesales. Ello por cuanto indica la forma en que los tribunales aplican o interpretan las normas, lo que es prudente tener en cuenta al momento de enfrentar un litigio. En efecto, sin perjuicio del efecto relativo de las sentencias judiciales, los tribunales inferiores tienden a seguir el conjunto reiterado de precedentes en que los tribunales superiores de justicia hacen aplicación a los casos concretos, de los preceptos decisorios y ordenatorios de la litis. Lo que constituye la jurisprudencia no es sólo un fallo esporádico, es el conjunto de fallos coincidentes en algún punto de derecho, que manifiestan un razonamiento que puede ser aplicado a los juicios similares por venir, emanados de los tribunales superiores de justicia. La Jurisdicción La palabra jurisdicción viene de las voces latinas “juris” y “dictio”, que significan “declarar el derecho”. En consecuencia, en sentido etimológico, jurisdicción significa declarar el derecho al juicio o al caso concreto (dicereiusiudicium) La expresión jurisdicción es un término multívoco que admite varias acepciones, tanto en el derecho como en el lenguaje común. En efecto: e) Se le emplea como sinónimo de ámbito territorial dentro del cual la autoridad ejerce su potestad. f) También se le refiere como sinónimo de competencia. g) Igualmente se la designa como sinónimo de Poder o Potestad. h) También se le considera como función, esto es, como la actividad que el Estado desarrolla para la realización de la regla jurídica; como la función pública de hacer justicia y que se lleva a cabo mediante un proceso. Es menester hacer dos aclaraciones: No toda función jurisdiccional corresponde al Poder Judicial A la inversa, al Poder Judicial le corresponden también otras funciones, además de la función jurisdiccional. Vamos viendo: 1° No toda función jurisdiccional corresponde al Poder Judicial Existen otras autoridades que también son llamadas por la ley a resolver determinados conflictos de relevancia jurídica. Por ello para identificar la función jurisdiccional que corresponde al Poder Judicial, doctrinariamente se habla de Jurisdicción Judicial, para separarla de aquella que puede ejercer algún otro órgano de la administración del Estado. Por ejemplo, encontramos el Juicio de Cuentas radicado en un órgano de control como lo es la Contraloría General de la República. Además, hay tribunales que no obstante ser tales, no son partes del Poder Judicial, como es el Tribunal Constitucional, el Tribunal Calificador de Elecciones y los Tribunales Electorales Regionales. 2° Al Poder Judicial le corresponden otras funciones además de la función jurisdiccional Habitualmente al Poder Judicial le corresponde la función jurisdiccional, ella es de su esencia, pero también puede ser llamado a desempeñar otras funciones. Por ejemplo, cuando le corresponde efectuar el nombramiento de algún funcionario, o cuando interviene en los actos no contenciosos o dicta autoacordados.De ahí que encontremos las denominadas facultades anexas a la jurisdicción –conservadoras, disciplinarias y económicas- que veremos más adelante. Concepto de Jurisdicción Cada autor define y defiende su propio concepto de jurisdicción. Juan Colombo la define como : “El poder deber que tienen los Tribunales para conocer y resolver por medio del proceso y con efecto de cosa juzgada, los conflictos de interés de relevancia jurídica que se promuevan en el orden temporal, dentro del territorio de la Re pública y en cuya solución les corresponda intervenir.” A mi parecer, una definición clara y que da en el clavo sobre el núcleo esencial, es la del profesor Alessandri. Él cual señala: “la jurisdicción es, simplemente, la facultad de administrar justicia”. Tradicionalmente se acepta la definición de Couture que se ha vuelto clásica: “Es la función pública realizada por los órganos competentes del Estado con las formas requeridas por la ley, en virtud de la cual, por acto de juicio se determina el derecho de las partes, con el objeto de dirimir sus conflictos y controversias de relevancia jurídica, mediante decisiones con autoridad de cosa juzgada y eventualmente factibles de ejecución.”