Subido por Marina Laura

La doble articulación de Martinet

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La doble articulación de Martinet
Doble articulación
El término primera articulación es obra de André Martinet (1908-1999) y se opone
al de segunda articulación. Martinet, según Annette Becker, sigue la tradición
del Círculo de Praga, y por eso insiste en el hecho de que la lengua tiene como
función el de ser un vehículo de comunicación. Tal función repercute en el sistema de
la lengua, que es doblemente articulado. El sistema se compone, pues, de elementos
que pueden ser reutilizados en la formación de nuevas construcciones; o lo que es lo
mismo, un mensaje está compuesto de elementos menores que pueden ser utilizados
en la formación de otros mensajes distintos.
Estos elementos menores pueden ser de dos tipos: el monema y el fonema.
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La primera articulación del lenguaje:
Esta primera articulación está formada por unidades significativas
llamadas monemas por Martinet, aunque otros autores las llaman morfemas. Tales
monemas pueden ser reutilizados en infinitos mensajes sin que cambien su forma ni
varíen su significado.
Ejemplo:
Escribo / en / el / ordenador / sentado /
en / la / silla.
Esta oración estaría, pues, formada por monemas reutilizables en otros mensajes:
Escribo / en / casa / encerrado / en / el /
estudio.
Puede observarse que dos mismos monemas se repiten en las dos oraciones con el
mismo significado y la misma forma.

La segunda articulación del lenguaje:
Se trata de segmentos mínimos del significante o la forma, sin significado propio,
pero que también son reutilizables. Se trata de los fonemas.
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Ejemplo:
m / e / s / a
m / a / s / a
m / u / l / a
En los tres monemas propuestos se observa la reutilización de dos fonemas /m/ y /a/.
Esta doble articulación del lenguaje lo que permite es una gran economía lingüística,
pues se pueden construir con un número limitado de elementos (monemas y fonemas)
un sinfín de construcciones.
La economía de la segunda articulación consiste en conformar la primera a partir de
decenas de unidades fónicas que se repiten y se alternan según la unidad de sentido
que requiera la primera articulación.
Una lengua humana debe ser necesariamente de doble articulación debido a las
posibilidades físico-fisiológicas que tiene el ser humano para poder entenderlo y
utilizarlo. Si una lengua se valiera solamente de la primera articulación, no podríamos
retener para cada palabra una unidad de sentido que carezca de unidades fónicas
transferibles a otras unidades; en ese caso, la economía de la segunda articulación
cumple un papel esencial, ya que permite que con solo unas decenas de producciones
fónicas distintas podamos obtener todas las formas vocálicas de las unidades de la
primera articulación. Y, de esta manera, todas las unidades de la primera articulación
estarán hechas con el escaso y poco numeroso material de la segunda articulación y
sus infinitas posibilidades de combinación.
En un caso contrario, es decir, si un lenguaje tuviera únicamente una segunda
articulación, sus posibilidades de materializarse para conformar unidades mínimas de
sentido (cuestiones de la primera articulación) serían inexistentes, con lo cual
tendríamos un caos amorfo de combinaciones sin sentido y "en bruto".
Segmentación del enunciado en unidades de primera y segunda articulación:
De primera articulación: Est.o.s ami.go.s aguard.aba.n impacien.te.mente en París.
(seis palabras, catorce monemas o unidades mínimas con sentido)
De Segunda articulación: /E-s-t-o-s-a-m-i-g-o-s-a-g-u-a-r-d-a-b-a-n-i-m-p-a-c-i-e-n-te-m-e-n-t-e-e-n-P-a-r-i-s/
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4. Tomemos el caso de /impacientemente/.
Esta unidad, en su contexto (la frase), tiene una relación con las demás en el
enunciado, una relación, entonces, de orden sintagmático. Guarda con las demás
palabras una relación de contraste[1], en tanto que es una entidad distinta de
aguardaban y en París, que la preceden y suceden. Si tomáramos impacientemente al
nivel de la segunda articulación, veríamos también la relación sintagmática entre las
unidades fónicas. Así, /i/, /m/, deben sucederse, como /c/ debe anteponer a la segunda
/i/, y así sucesivamente. Es una relación, diría Saussure, in praesentia, visible,
concretada y "materializada" en el enunciado.
En cambio, impacientemente tiene también otro tipo de relación con ese contexto,
llamada paradigmática. Esta relación sería in absentia, y se les da el nombre de
oposiciones[2]. Impacientemente fue una palabra seleccionada por el contexto, y sin
embargo, en ese mismo contexto también podría haber figurado tranquilamente,
furiosamente, pacientemente. Estas competidoras, aquí en oposición, son descartadas
por el hablante porque no las consideró convenientes para este caso. Los dos tipos de
elecciones son inconscientes, aunque no gratuitas: el hablante, por su "competencia"
(diría Chomsky), es capaz de seleccionar en cada caso la unidad correspondiente,
tanto en el orden sintagmático como en el paradigmático. Pero no hay que confundir
el hecho de que el hablante elija con el hecho de que la elección no esté determinada.
Siguiendo un poco a Saussure, creo que Martinet sugiere que el hablante selecciona
dentro del margen escaso de libertad que el lenguaje le propone, y que poco puede
hacer para cambiar esta particular relación lenguaje-hablante.
DOBLE ARTICULACIÓN
Según A. Martinet, especial organización del lenguaje humano por la que todo
enunciado se articula (compone, divide) en dos planos sucesivos. La primera
articulación o plano el enunciado se descompone en unidades que tienen todavía
sentido (oraciones, sintagmas, palabras, morfemas) que se llaman "monemas". En la
segunda articulación cada monema se descompone en unidades que ya no tienen
sentido (los "fonemas") pero que son capaces de diferenciar significados. Gracias a la
doble articulación el lenguaje humano es un sistema económico (con un reducido
grupo de unidades menores o fonemas) y más potente que otros sistemas
comunicativos (con ese reducido grupo de fonemas puedo finalmente producir un
número enorme -pero finito- de enunciados).
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La unidades se pueden componer a partir de lo que Martinet denominó la “doble
articulación del lenguaje”: el lenguaje se compone de una serie de elementos que
pueden ser de dos tipos diferentes: las unidades distintivas y las unidades
significativas. Por unidades distintivas entendemos los fonemas (unidades mínimas
dentro de la lengua, y que en el lenguaje oral son distintivas y aislables). Por unidades
significativas entendemos los monemas. Varias unidades distintivas consiguen
articular una unidad significativa. Hay dos tipos de monemas: los que conllevan
significado léxico (lexemas) y los que conllevan significado gramatical (morfema).
Según Martinet, los monemas serían unidades de primera articulación y los fonemas
de segunda. La complejidad está en que todas estas unidades se combinan entre sí
para formar un mensajes a través de unas reglas gramaticales. La características de la
economía tiene que ver con la sencillez con la que se desarrolla el sistema. Desde una
perspectiva global podemos observar como con 24 fonemas y unas reglas
gramaticales somos capaces de crear ilimitados mensajes. La economía llega a ser
una norma. La lengua tiende a la economía.
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