CARLOS A. DE FREITAS R.!A DEL RIC l{t( MONTEVIDEO *¡MPR.E,SORA URUGUAY.A" S. A, 194' I ,:+ :- _ *- CARLOS A. DE FREITAS N,IA DELD Rlc Nt( APARTADO PE LA'REVI'TA Hltf9RlcA' ¡ño XXIVI (26 a'poco ) To!10 XlU,rie,f!ryi{.. 9tclE¡CRE l9¡.2. N.r. MONTEVIDEO ..IMPRESORA URUGUAYA" S. A. 1943 !SyJ9 Mi sincero agrad,ecirniento a don Rufino Díaz Galarzao a l. Romá,n Ruiz a don luan Manuel Erro y ¡t todas las personas que d,ireetd, o ind,irectatnente han ayu¿la.do, ge- en la labor realizad,a en el paradero de "La Blitnruerosamerr,te, quead,tr,", Monteoid.eo, N ooiernbre 1941. (Paradero ."La Blanqueada") EXORDIO Dos circunstancias nos impulsan a publicar el prJsente trabajo. Primeramente, es del todo necésaiio, no iilenciar por_más tiempo, los hallazgos efectuados en la región de las bocas del Río Negro, en beneficio del estado iniipiente en_que se hallan las investigaciones arqueológicas en nuestro paí* Eir segundo término, porque el abrrltaclo material proveniente de esa región podría conducir a los estudiosos al desaliento, ante la inmensa labor que,es imprescindible abordar, La mejor contribución para llenar el primer fin, es dar a_ conocer el mayor número posible de piezas ; para facilitar el segundo problema, nos parece de utiliáarl ensáya. un principio de clasificación que pueda ser válido para todo el material que pueda imputarse a esa determinaáa área cultural. Por otra parte, el momento actual cle nuestra ciencia arqúeológica-establece, en forma indudable, la necesidad de seguir dentro del período descriptivo, en que ésta se halla, pués aún permanecen desconocidas la malror parte de lai piezas que se han exhumado. Por todo ello, y para simplificar aún más el problema, en este ensayo se ha tomado en consideración solamente uno de los yacirnientos de esa región. PROCEDENCIA Dentro del territorio de la República Oriental del Uruguay, en la zona comprendid, pór las bocas del Río CARLOS-A. DE FREITAS Y la costa corresPon gro ,v Soriano, se hal material arqueológic cas; no todos entran sificación general. Y cle -ese material, como hemos dicho ya en otra parte' PAR.A DE qO Cern5¡-¡gqie tr.ig*, r.-Croquis de ubicación "La del..paradero-cementerio Blanqueada". El lugar indicado, sito en la orilla del Río Negro' se halla comfrrendido dentro del ejido de la Villa de Soriar-ro. El nombrÉ de "La Blanqueacla" parece provenir de unas poblaciones que existieror-r i"..u cle las actuales construcciones, la adquisición de esos terrenos por el -General f "r,t.rior'" éabrra. En determinada a hubo una calle pública que llevaba desde los campos clel Curupí hasta la costa del río; .r. .rmt o corría, en parte, por un albardón que a poca disépor ALFARERÍA DEL DELTA DEL RÍo NEGRo 9 tancia'de la costa se hace más pronunciado, llegando a obtener su altura máxima a uria siete cuadras def río. Es allí que se asienta un montículo, de base elíptica, luyo.diámetro rnayor tiene_ 6o metros y el menor ,5 *Étiár. Considerando en su totalidad la zona en la que ..".;ii;;á; ( Z I -l Z ul (7 fl il lt fl I ú ( * *'"1 ,§r oñ Figura z.-Carta esquemática de la República, en la que indica el área cultural estudiada. se t0 CARLOS A. DE FREITAS MUSEOLOGIA El material que nos ocupa es el fnrto de siete excur- mesiones, que hemos realizado al nombraclo lugar entre los r94r' cle y Marzo 1933 año del ses d.e E,eto Elnírmero de bordes de vasija (o, por excepción, trozos recogidos, es cle 3.753. importancia) de El total de las piezas forman parte cle nuestro museo particular. MATERIAL I tidad o calidad de los motivos artísticos plasmados en la cerámica que en ellos se encuentra, cacla yacimiento presenta modalidad ProPia' La mayor parte de la alfarería extraída, ha sido rea- lizada con límo del río, variando de una a otra la asociación de arena y diversos fragmentos de roca. No tódas las alfarerías han sufrido un mismo grado de de excepción- que se cocción y aún hay algunas -casos presentan crudas. Igualmente varía la cantidad y calirlad del antiplástico empleado. FORMAS c1e alfarerías lisasLos trozos mayores -generalmente amplio en la resbastante cérteza ínáice de que nos dan un ALFABERÍA DEL DELTA DEL RÍO NEGRO t1 tauración de las formas del utilaje en barro cocido, de la cultura que estamos describiendo, nos permiten fijar unas cuantas formas típicas. Podemos considerar dos series: a) Una serie que parte de la forma globular; presenta varias ormas hemisféricas y termina con ejemplares afecta la figura clásica del "phialer, giiego, os co_ munmente "bol". Esta sucesión de formas son las predomi_ nantes, y las pequeñas variaciones se presentan enüanto al borde, va hacia el eiterior, ya prolongadá como cuel vatura del , ya por la mayor o menor J, primera líneá). +i l i I I ¡$ üó0 Figura '3. - Restauración de las diversas formas cur_ t2 CARLOS A. DE FREITAS erie, incluye piezas que revelan usos ride diversa índole, piezas que no han llera, un fin utilitario inmedhto' cr,.tsr¡'rcecrów Si nada nos expresa mejor que la alfareria, la capacidad intelectual v técnica del indio, todo esfuerzo para detallar sus unos pocos recidos en los dibujos Encar podemos dividirla en tres grandes grupos: Blanqueada", "La A) Alfarerías liso"s. Son la inmensa mayoría de los bordes hallados' Los millares de fragmentos hillados, presentan uniformidad en su central negra, y las qtte corresponden-.a las caras externas' más rojiza"s o óon el óolorido antes indicado. Por excepción, algunai alfarerías presentan en su corte, dos zonas: una ALFARERíA DEL DELTA DEL RÍo NEGRo 15 los bordes lisos también agruparse, como-como lo ha hecho el ntonio Serrano, en tres formas a) b) c) bordes de sección curva bordes cuya sección- termina por un plano perpen_ dicular a las caras de Ia pareá del recipiente, á bordes de sección a bisel.- De estos tipos básicos surgen todas las demás combi_ naciones. Las halladas en. este paradero, pueden ..p...ár_ tarse, de manera esquemática, .., l, forma'siguientei il t] ( fi /t fft1rl il frr _r/ l) nflnt) Figqla Sección de bordes: tipos las tres series. (Int.: -Iado interior de las vasijas de repiesentadas). 4. t4 CARLOS A. DE FREITAS y los que están por encima del límite apundifícilmente llegan a los to m.m. grueso rneflor, taclo, Con respecto a las formas : vasos y botellones, presentan un grosor entr" 9 y 15 mm'; fijan, pués, un grosor medio cle doce milímetros. B ) Alf arerías ornamentadar Deliberadamente no hemos querido hacer una categoría aparte con esta clase de bordes, porque a nuestro juicio,. la eicotaclrrra ha sido el más primitivo ornato que han poseído éstos, en ttn orden cronológico relativo. Por 1o menos, así debe considerarse a dos, de las tres series que incluímos en esta división. Si consideramos la técnica que ella exige debe señalarse qtle es el único "adorno" de la alfarería realizable sin ayuda áe instrumental especializado, ya que con los dedos, con la valva de molttsco o con la espátula, instrumentos todos para la consürucción de la misma vasija, el inrlio ha podido -así lo demuestra la observación de dichos borrles- realizar las presiones, el ondulaclo, las escotaduras que presentan.muchos iacharros. Esto no excluye, desde luego, la posibilidad del empleo para obtener ese resultado posteriormente, de útiles mejorados, adaptados a ese fin, como ser, v'g' : ptlnzones ,.udo. para el "bordado" de las mismas ollas' Poáemos y debemos, pues, respeta: la opinión emitida por Ouies, ya en 1897: "El adorn-o m-as sencillo que muestran ias ollas son escotaduras en los bordes"' ' Criterio que tamhién ha sostenido el distinsuido investigador carlos Rusconi al estudiar la alfarería Querandí. ' En este taller indígena puede decirse o.ue son abundantes los hallazgos de bordés dentados. Ilemos obtenido ro5 bordes. ALFARERÍA DEL DELTA DEL co bordes :,"jll,ulu.s crlmlnarse. dignas li'^T1-"i9"*1' u. ,..!L'!'#::,t',LTt; que pueden dis_ . Dividiremos, pues, los bordes serles : 15 d.i^ hasta t^^+^ ^^., , que aquí, P han RÍo NEGRo con escotaduras en tres 16 CARLOS II") A. DE FREITAS Grabadas. El recurso técnico que da la más alta medida de la capacidad creadora del indio que habitaba las bocas del Río Negro, es el sistema de grabar el barro. El carácter general total- de los dibujos que -casi es la geometrización de los presentan los trozos de vasija, trazos. Las varias modalidades están obteniclas por la combinación de la línea y el punteado. 'El trazo es recto en el sentido de la dirección seguida; pero, si considerarrlos esos trazos en su sentido cle hondura, da un escalonado, conseguido a base cle un movimiento rítmico, "maqtlinal" clel punzón que se ha empleado al efecto, y fué obtenido dándole una presión más profunda de tiempo en tiempo; en el espacio comprendido entre dos movimientos, el instrumento empuñado ha seguido señalando el barro; de esta manera el dibujo se presenta en línea no interrumpida. Esta forma de presionar el punzón en el barro, como acaba de detallarse, se ha empleado, no sólo en la línea recta, sino en los demás motivos ornamentales, ya sea línea quebrada, greca, escaleriforme, etc. Y este surco con escalonamiento interior es otro carácter peculiarísimo de esta ce- rámica. Por otra parte, es común que todos los motivos de decoración sigan contorneando el borde de la vasija. Ha sido 3 A1 expresarnos así, lo hacemos en un sentido completamente relativo, pués en rigor no existe ni punto ni línea, sino que se trata una sensación producida por la consideración de conjunto del trazo ornamental, pero que, en realidad, corresponde al hecho de que el pur;,,zót del grabador, haya dejado huella o no de su desplazamiento entre una incisión y otra, es precisamente 1o que, en la mayor parte de los casos, da el trazo escalonado. Podríamos decir que, cuando se presenta el punteado estamos frente a un caso límite, en el cual el punzón ha saltado totalmente entre un "pinchazo" y otro, sin dejar rastros de su marcha; el caso límite contrario, es decir, cuando aquél ha sido hundido en la arcilla en todo momento de su traslado, con la máxima presiQn, nos da la línea continua en que también se ha perdido el escalonado. Quién ha tenido el mérito de señalar esto convenientemente, ha sido el Prof. Francisco de Aparicio. (Ver: "Nuevos Hallazgos de Representaciones Plásticas en el Norte de la Provincia de Santa Fé" en la Revista de la Universidad de Buenos Aires. Año XIX'. Tomo XLIX., Buenos Aires r9zz. Pág. z5). ,I ALFARI]RÍA DEL DELTA DEL RÍO NEGRO l/2t Figura 5. borde. r." aTfarería con escotacluras en el -y 2.' categorías:deBorcles con arpaduras y clentaclos. Fragmentos t7 r8 CI\RLOS A. DE ITRI]ITAS ).'{ai¿ Figura 6. Fragmcnros de alfarería - borde. con o. 3." categoría.:E".¿"..Jil¿,i,.".fjaduras en el ALI,'ARERIA DEL DELTA DEL RIO NEGRO l9 t trigura 7.-Alfareria ornamentada: grabación en Ia cara externa. Bordes correspondientes a la 2." categoría. Línea de trazo continuo o punteado (discontinuo). - 20 CARLOS Figura dientes 8. a A. D]' FRI]IT.\S Alfarería ornamentada. Ejemplares correspon- 3.^ catcgoría. Dos o más 1íneas, sean éstas punla tcadas o continuas. ALFARERI^ DIIL DEL'I':\ DEL II.IO Figura NEGRO 2l Alfarería orclenamentada. Bordes incluídos en la 4." 9. Línea o punteado en ziszás o quebrada. categoría. I ? ? rI t t I G CARLOS Figura E, ro. - A. D]] FIII'ITAS Alfarería ornametltada. 4.' catcgo¡ía' Lírlca o pu1lteado en ziszis o qr-rebrada' ALITAIiDITIA DEt- DEL'I'A DEL FigLlr¿L rr. Alfarcrí:L onr¿ulrcnt¿Lcla. Fragrneltos quLr cr)rres- - §.^ categoría de la clasificación. Doble o mírltiplo ponden a 1;r " ziszag". CAITI-OS 24 A. DE FREITAS vo¿1* 1047 tl2 b/ 3Jb rrri, iiirf.lf:atíl':af 11'l,liirl:' t|.ti,lri¡iil'rri.l1: .a. -.. ...,,it....)i, -;,1.: Figura rz. Co'mbinación ,t: :i.i. ,.1t...,: ,.{'. .:- -rir ,.t,! i,, it _ Alfarerí¿r ornamentacla' Bordes de la 6." categoría. línea con ziszás (o mú1tip1o)' (E1 N." Tozz-7o47 c1e corrcsPonde B. i,1'flll'l'i.-r'tl a la 5'' categoría)' q,LFARERÍA DEL DELTA DEL t; . RÍo 25 NEGRo ,..r1 t.i a:!1 r.' ii ¡.¡ a.: .. i ',t.:,i t 1{: r,^t ( -'r- {_" /(.-.,. ( r''' '' , . .. "-.' '' {. <t:'..' Figura r3. - | 1.,. e'<: t¡ { - : {:1'::"'*' ,{ Alfarcría ornamentada. 7." categoría. "Ziszag" opuestos o rombos (y múltiplos). I CARLOS 14.-Alfarería A. DE FREITAS ornamentada. Ejemplares c1e la 8." y Grecas combinadas). categorías (Grecas simples ALITAITERÍA DEL D]]LTÁ DEL RÍO NEGRO ,. i ..i.. { . .;:';;:..,,..'.,.: ftot Figura r5.-Alfarcría . .: ,.-, rr:, ornarncntada. Trozos cle la §.',6.', g." y r3.^ categorías. 28 CARLOS A. l)1, FRITI'I'/\S ALFARERÍA DEL DELTA DEL RÍO NEGRO 29 una modalidad que ha ti-ranizado la mano del indio; aún en las vasijas que presentan anchas zonas decoradas, la más simple observación demuestra que el principio de su decoración fué iniciada rodeando el borde y de allí ha descendido hasta ocupar una faja más o menos ancha. Todo lineado ha marchado de izquierda a derecha, habiendo muy pocas excepciones a esta hechura. La cerámica grabada podemos dividirla en cuatro series: a) d) grabadas en la pared externa, )> ambas caras, y >> el borde. Hallándose la mayoría de los fragmentos dibujados en el lado externo, haremos la clasificación de los dibujos, refiriéndonos a éste. Pueden clasificarse todos los dibujos dentro de 15 categoríos, a saber: 7.o de cerámica que presentan puntos o trazos, -l¡o7ss sin ordenación aparente. Al ubicar esta categoría en primer término, no 1o hacemos con el ánimo de atribuir a estos or- natos una mayor antigüedad, una faz primaria en el desarrollo del dibujo, es decir, tomarlos como verdaderos esbozos inhábiles o formas rudimentarias. Algunas veces podrán serlo, pero otras muchas, no denotarían más que formas de corrupción, verdaderos índices de regresión. Nos adherimos, pués, a la opinión de Luis M. Torres, dada en su obra clásica. n En este paradero no se ha hallado ningún ejemplar. 2.o Esta categoría es, evidentemente, la más simple: - de la más rudimentaria técnica. Consistiría exponente en una línea de trazo continuo o punteada (discontinuo) que sigue, como ya se ha dicho, la dirección paralela al trorde de la vasija o vaso. (Figura 7). 3:- En tercera posición debe considerarse el dibujo formado de z 6 más líneas, sean estas punteadas o continuas. a Los Primitivos Habitantes del Delta del paraná, B. Aires rgr3, pá9. 92. 50 CARLOS A. DE FREITAS Esta categorí,a está representada por trece ejemplares (ver F'igura B). Uno de los fragmentos posee, támblén, dibujo interno (n.'2.o34, Figuras 18 y r9).cuarto lugar está el dibujo 4." por línea -F,,nen ziszás o quebrada. Es unformado o punteado tema dácorativo común en el área de distribución de esta cultura cuyos restos estudiamos. Esta categoría se presenta con 23 trozos distintos. Es, con la siguiente, la que presenta más ejen-rplares, (F'igura r9 (+ ejr.) y triguras 9 y ro). Doble multiplo "zigzag,'. En algunos trozos se 5.o - esta ofigura ha obtenido a base d" un pun óÁ doble, por lo cual los trazos son líneas perfectamente paralelas. En L mayoría, se destaca la seguridad manual dil alfarero para repetir.el _segundo zigzag con gran paralelismo al priáero. Debe observarse que aquí, el buril del artistá no ha trazado primero toda una vuelta del zigzag alrededor del cacharro, para luego dibujar la segundá, siro que en una inrnerrsa mayoría, se ha obtenido esa doble línea a base de doble trazos de "V", colocados uno junto al otro. Muchos trozos evidencian que primero se ha trazado la línea de debrjg y luego la que queda entre ésta y el borde del vaso. y aquí surge. una excepción notable al siitema constructivo que hemos señalado para la generalidad de estos grabados, o sea, en los que el sentido de marcha del punzón ha ido del borde del recipiente hacia la pansa. Parecería que este trabajo que constrefía al artista a hacer el trazado en esas condiciones creó, por primera vez en el indio, la idea o hábito de trabajar déntró de zona o faja; faja que estaría formada por el trazo realizado primeramente y el borde de la vasija. Esta categoría tiene 27 ttozos, correspondientes a diez y ocho vasijas distintas. (Figura rr; Figura 12, n.". 70227o.47; Figura 15, n."' 7o16-7o5o; Figura 18; Figura rg y l.-igura 22, rr.o 8r8r, etc.). _ ó.o -Esta categoría está formada por la combinación de la línea con el ziszás (combinación iimple o múltiple). Han aparecido en este yacimiento, t4 ejemplares .orr..poádientes a once vasijas diferentes. (Figura i2, n! 33Br y siguientes; Figura 15, n.o Toor; Figura 16, n.. tz76z; Figura 20, n.o 7ro2, etc., y t2746-47). a ALFARERÍA DEL DELTA DEL RÍO NEGRO 51 opues(os o rornbos (y múltiplos). En-"liguag" de consuno ejemplares esta cultura -considerando de este y de otros paraderosesa figura ha sido obtenida por el lrazado de ziszás cuyos vértices inferiores de la primera línea se enfrentan a los vértices superiores de'la segunda línea quebrada, formindose así una cadena de paralelo7.o gramos. Otras veces, no es otra cosa que el entrecruzamiento de dos líneas quebradas. Hemos hallado en este yacimiento 6 ejemplares (Figu-, ra 13). 8.'- Aparece luego la greca simple o variantes de ella, Ejemplares hallados: §. (Figura 14, n."" 8855, 7ro6Toro; Figura 17, n) 12748; Figura zo). g.o Grecas múltiples o cornbinadas con dibujos de las (Figura 14, n.o" 3364, Zo24; Figura 15, series anteriores. n." r r r58). Ejemplares hallados: óinco trozos de borde. ¡s.o Escaleriformes simples o combinadas. Ciertos modelos, -por la inseguridad que demuestran en su trazado, hacen pensar si esta categoría no debió colocarse anteriormente a las dos categorías de las Grecas. Ejemplares: 4, correspondientes a dos vasijas. (triguÍa 17, n." 7o48 y Figura 22, rr." 7r3r, etc.). 7¡.o de puntos o trazos en superficies -Agrupamientos geométricas. En el paradero de "La Blanqueada" no se ha podido obtener ejemplares que correspondiesen a-este tipo, en sus formas evolucionadas; este hecho debe tenerse bien presente, pues en paraderos cercanos y que señalan, al parecer, una misma cultura, se hallan estos ejemplares con bastante frecuencia, llegando en otros a hallarse con cierta abunrlancia. Ejemplar único: Figura 17, n." 3366. En cambio, es relativamente común el adorno consistente en rectángulos trazad.os, como siempre, en linea paralela al borde y que se siguen con más o menos contigüidad. No hemos hallado uno sólo de estos cuadrados o rectángulos que sea simple; es decir, en cuyo interior no se haya ttazad.o rectángulos más pequeños, líneas, etc. Dentro de este caso se hallan los fragmentos siguientes: Figura 14, tr.o 7oz7; Figtrra t6, n."' 7or3-7ooo; Figura zo, n.'" 9006, 7o26,6983 y /o28. 52 CARLOS A. DE FREITAS Pueden incluirse en esta categoría los n.o" 17272 y 7097 de la última 7ámina enumerada. Motivos anteriores señalados pero dentro de faja ¡2.o esta serie una de las más evoluciozona. Consideramos nadas; es cierto que todavía el artista indígena no se h-a 1-io bertado de su trabajo consuetudinario: seguir debajo de la observar con ro la línea del aborigen qu de Priatención una clistancia se eas mero ha comunmente de 13 mm. a z8 mm. y después ha rellenado el interlineado. Luego, ha habido afán de rellenar en 1o posible todo espació comprencliclo entre las paralela?, lo q-q' es causa de que en estas guardas, aparezcar. no sólo los cliversos motivbs ornamentales anteriores, sino también pequeños trazos "inventados" pata.llenar cuanto espacio ha quedado libre apareciendo así "uses", virgulillas, ángulos, etc. Se ve claro aquí como, desde temprano, surge el triángulo al querer completar el espacio entre ttna línea continua y una quebrada. Ejemplares hallados: 5. (Figura 16, n''o" 7023 y 7or5; Figtrra 17, n! 335o; Figur a 20. n.o Toog y tal vez eI 17 '264) ' Temas anteriores en friso. Estos "borclados" r3.o -el léxico empleado por nuestra población- camp:-..gúr, sina.I- señalan un notlble p.ogreso en la decoración de la alfarería de las bocas del Río l{egro. Aquí, el constructor no tiene guía alguna que le señale los límites a las marchas y contrarirarchal del punzonado; evidencia, pués, una gran seguridad técnica. (Figu-ra r5, n.o rr.r57). Solo se señala para este paradero un borde de esta clase. en meridianos' o sea' perpendiculares a r4.o -Dibujos la línea del borde. Incluímos en esta categoría clos variantes: los combinados con motivos anteriores; los aislados' Aquí nos hallamos frente a una evolución muy marcada' Puede decirse que 1a técnica de decorar 7a alfatetia ha entrado en una nueva fase. Ya no basta un movimiento, un ritmo mecanizado, hasta donde cabe así expresarlo, para ir trazando en el barro blando la línea quebrada, la greca, la ALFARERÍA DEL DELTA DEL RÍO NEGRO 35 escaleriforme; la experi.encia hasta aquí adquirida, servirá solamente para seguridad del trazo, porqte el artista en este momento, rompiendo con el'molde tradicional, que 1o tenía uncido a la marcha en sentido paralelo al borde, se separa resueltamente de éste, y sigue sus trazados hacia abajo, en la panza del cacharro. El motivo complejo y que el artista va repitiendo de tiempo en tiempo en la vasija, le exige un trabajo vigilante y ordenador en su mente, pués, al ttazar el segundo motivo, ya el anterior, al girar la vasija, es!á fuera de su visual. Debemos establecer aquí una reserva, que no modifica en lo substancial la valorización de esta serie, y es la siguiente: la pequeñez de los trozos conocidos, no permite aiirmar si efectivamente, estos motivos perpendiculares se han repetido en la ollería indígena, y con que frecuencia, pero, aún así, cabe reconocer todo el valor que rgpresenta quebrar la tradición y ordenar sus dibujos en un .sentido opuesto al que hasta entonces se practicaba. Reforzaría esta tesis el hecho observable de que estos dibujos presentan los más variados motivos y poseen, por regla general, un seguro trazo. Ejemplares hallados: 3. (Figur2" 16, n." 7or4 y Figttra 17, n.o" rrr59 y 7oo3). Reunimos, por fin, en una última categoría los r5.o sentido relativo- consitemas múltiples y asimétricos -en estadio alcanzado más elevado como el derando esta serie por la decoración alfarera. Tienen asiento dentro de ella, fragmentos que poseen una complicada composición decorativa. Por regla general, estos complejos motivos ornamentales los poseen los trozos de la serie de las alfarerías de decoración mixta, ya que participan del bordado y la pintura; y aítn, casos excepcionales, los que poseen escotadura, grabado y pintura. Asimismo, incluiríamos dentro de esta última serie, algunos grabados que por su reproducción cuidadosa, realizada en distintas vasijas idénticamente, con especialidad en vasos y botellones, parecerían indicar signos convencionales. (Véase Figura r8, n.o groo). r 54 CARLOS A. DE FREITAS . Terminaremos aquí la clasificación de la cerámica en su grabado, ieñalando el hecho de no conocerse, al parecer, dibujos de tendencia zoomorfa y menos antropómorfa. Sería aún aventurado inferir por ello, de que el aniiguo habitante del delta del Río Negro que señalá esta cultura, no realizí dichas figuras. La estilizada geometrización que cultivó puede ocultarnos más de una sorpresa. Debemoi, pües, guardar una prudente reserva en espera de nuevos hallizgos y cle una sistematización en las investigaciones, Por otra parte, expresamente no hemos establecido una serie para los grabados en líneas curvas, pues entre los muchos millares de fragmentos, aún incluyeñdo los provenientes de otras estaciones prehistóricas o protohistóricas de la región, muy pocos son los que presentan esa caracterís!i9r, y aú1 en aquellos que parece manifestarse, un más prolijo estudio, demuestra que la línea curva no ha sido querida; parece más bien que la mano de determinado indió, como excepción, ha sido rebelde por cualquier circunstancia a la línea recta.o que el instrumento empleado fué muy deble, doblándose a cada movimiento angular. en- b) Grabación por el lado interno. No se han hallado ejemplares, excepción hecha del trozo 11163 que consideramos dentro de los apéndices simples. c) Grabación en ambas caras : En este yacimiento estudiado hemos hallado dos ejemplares de este tipo: el 2.034 y el 7.o57. El primer ejemp l8 y 19; lados externo e interno) como puede pertenece por su grabado externo, consistente e que corren más o menos paralelas, a dibujo interno es también en 1í particularidad que éstas comienz iquierdo del frágmento. ¿ Han imo del trozo considerado es de 6 mm. Debe hacerse notar, que el dibujo corre de izquierda a derecha en ambas caras. El segundo ejemplar o sea el n." ZIST tiene como di- ALFARERÍA DEL DELTA DEL RÍo NEGRO 55 bujo externo una línea suavemente quebrada y presenta trazos de haber ostentado pintura castaño-amarilla. Ahora bien una atenta observación en 1o que respecta al "trazo" que presenta interiormente, establece serias dudas de que pueda considerarse en esta categoría, pues ese trazo parece consecuencia de la inclusión dentro de la pasta alfarera de un pequeño gusano, cuyo dorso ha quedado estampado allí. d) Grabadas en el borde: IJna forma inusitada, hallada en dos ejemplares -representados por los fragmentos rZ.4oZ y rZ.rZS (trigura t8) hace ver adornos trazados sobre los bordes; -nos presentados un borde cuya sección las caras de la pared 11T"1,*#liff1Xl por líneas quebradas, ostentando el uno escalonado interior prolija de trazo liso, es decir, sin surco el no r7.4o7 tiene un grosor d p" mayor superficie en el plano del borde, este ha sido achatado, formando labio interno y externo y obteniendo así una superficie de 14 mm. de ancho. El trozo ry.r7s es, como dijimos, de superficie curva y su ancho es de r r mm. C) Alf.arerías pintad,as. ya de En la colecci Este más alto por los onoc un porcentaje de r % po, ciento en el total de BORDES hallados, excluyendo en esta consideración .una gran cantidad de simples trozos pintados, que pueden o no pertenecer a vasijas distintas. s obtenidos son cuatro; están representados por rojo, el amarillo y el blanco grisáceo. Si conside ubstancias empleadas, preséntanse dos colores: el blanco y el rojo. Este último color lo obtenían de los ocres y puede decirse que lo han usado en todos los matices, desde el rojo intenso hasta el amarillo pálido. 56 CARLOS A. DE FREITAS Hay. fragmentos que n-ranifiestan un tinte muv renegrido que ciertamente no ha sido alcanzado con la simple cochura de la pieza, sino que antes de someterlo a la acción rlel fuego, se les ha debido dar un engrudo con negro de humo. Como lo hemos hecho con respecto a las ornamentadas, la cerámica pintada puede dividirse en: a) pintadas en la superficie erterna. Las pinturas en la cara externa, que son 1as menos, generalmente se limitan a una banda cuyo ancho se extiende desde el borde de la vasija hasta uno o dos centímetros. Estas bandas son, al parecer, continuas. Esto, descle luego, para los trozos lisos. Respecto a los tr se distinguen dos clase una banda que más o otros en que, al parece olla. Ejemplares de esta serie: Zoo5, Zorr, Zoo8, Z006, Zoo3, I I r57, etc. b) pi,ntadas en la superficie interna: Es aquí donde ha d de parte del indígena, tanto en de la pintura como a la extensi Entre los trozos de mayor interés se encuentra el nú- Otros fragmentos ostentan igualmente zonas for- mando ángulos, escalonados, etc., como puede verse en los nú- meros 12239, 17232, 12245, r724t y 8678. (F'igura z3). \ ^LF^IiERI^ DEL DEL'[:\ DlrL RIO NEGRO Figura r7.-Alfarería ornamentada. Trozos corresponla 8.", ro.n, rr.n y r,+.'catcgorías. El trozo N"" 1366 corresponde a la rr." catcgoría. clientes a 57 ó8 CARLOS A. DE FREITAS Figura. r8.-Alfarería ornamentada. Un ejemplar de la r5.' lado interno y dos categoría; dos ejemp,.r.r""*r"10ij.T.... ", ALFARERI-A, Figura 19. - DEL DELTA DEL 59 NEGRO Fragmcntos de alfarería correspondientes 3.', 4.' y 5." categorías. a la 40 CAITLOS ,\. DE I¡I{EIT,\S vro2:lo{.-69!/2 ' .l'.:1. ',.,1t.., '2 7s¡, .: Figura zo. Diversos ejemplares c1e alfarería ornamentada. el N.' 12759, cuyo motivo es una espiral - interés Tiene especial recta. i ALFAREIIIA DEL D].'Ll'A DEL liIO 4t NDGITO o I\ o I\ }}. z ..¡ !r o N o ! O +, § * o U "Y §\ § la o ! fr.l .i -üH DI d ob¡ }L G. I !o G o* o O éta ! o a U Fr I I ,i N ! éL fL 42 CARLOS A. DE ]TREIT.\S .d q) L o sÉ L o r O .Ú rro o A a N o L F I oi N rJ b¡ Lr. ALIIAIiEIIÍA DEL DELTA DDL 1{ÍO NEGRO 43 \ Figura 23. en la cara-.Alfarería intcrna. - pintacla. Ejemplares de 1a serie (Las fotografías han sick¡ b) pintura retoóaclas). 44 CAI{LOS ,\. DII ITITDITAS Figura 24.-Fragmentos de alfareria con agujeros dc suspensión ALFARERÍA DEL DELTA DEL RÍO NEGRO Figura 2.5. -Asicleras. Apéndices simples y zoomorfos. clos 45 trozos cle apénclices 46 C.\RLOS A. DE FITI]I:I"\S .:..:",, ::....':. i:,, P62B Figura cle 26. Apér-rcliccs zoonrorfos (N.o" 18628 y 3392). Cr-1enta - 6SZ¡). Aclorno zoomorfo collar (N.' (N.' 7rz9) ¡' vertedero (N." r7r84). ALFARERÍA DEL DELTA DEL RÍO NEGRO VtiIiJr. Figura 27.-Formas del utilaje de barro cociclo de la primera serie 48 C.\RLOS T. DE EIIII,IT;\S . Figura z8 - /.?. 2 Fragrncntos de ccrámica grnesa correspondientes a las formas c1cl r,aso. .......- ,q AI,FA R]IRI i: A DEL D]]L RIO NEGRO 49 :,i,. Figura 29. Fragmentos de ccrámica gruesa quc corresponden 1o qne hemos denominado "botellón". a bocas clc 50 CARLOS A. DE FREIT¡\S Figura 30.- N.' 9oo8.-Hermoso ejemplar de,,boteIlón", totalmente decorado y pintado de blanco el toda su superficie externa. B) Detalle de la boca. ALIIARERIA DEL DELTA DEL RIO NEGRO -t Figura 3r. ornamcntales 51 A) y B) Desarrollo en el plano de los motivos "bote11ón". C) Reconstrncción de su forma c1e1 completa. ALFARERÍA DEL DELTA DEL RÍO NEGRO c) 55 pintad,as en ambas superficies: De esta serie, cuyo tipo es el más corriente, son los fragmentos que presentan una banda que oscila entre un centímetro y una pulgada, por el lado externo; y en la parte interior, la pintura parece ocupar toda la pared que forma la cavidad de la olla. (Figura 17, n." 3350). Otros fragmentos presentan lo que podría denonlinarse, una doble banda, una en la cara externa y otra en la interna. Terminamos aquí con la clasificación de la cerámica pintada. No deben olvidarse los fragmentos de decoración mixta, es decir: que entran dentro de las divisiones dadas, respecto a su ornato y, por su pintura, dentro de algunas de las tres series que acaban de señalarse. Hay ejemplares de las varias combinaciones posibles. ASIDERAS Abarcamos con esta denominación genérica cuatro series a)' : Agu¡eros d,e suspensión: Integran esta colecci6n zz fragmentos con agujeros de suspensión. Salvo el n.o Z.o3o (Figura 2e), en todos los fragmentos la perforación ha sido efectuada con posterioridad a la cocción del recipiente. Y habiéndose efectuado el trabajo de perforación por ambos lados, el orificio afecta una forma bicónica, aunque ligeramente mayor, en casi todos los ejemplares, el trabajo del lado externo. En 8 fragmentos, el agujero se halla totalmente intacto en la superficie que lo comprende; et 12,la ruptura del fragmento se ha afectuado dividiendo al agujero de suspensión. ta un hoyuelo que denotaría el comienzo del agupor el lado externo. Otro, el n." 3396, presenta s: uno completo, el de menor diámetro, con su centro ubicado a 2) rnm. del borde; el segundo, que está en F CARLOS A. DE FREITAS la superficie de rotura se halla a un centímetro y medio por debajo del primero, o sea a 3Z rnm. de la boca de la vasija. La clistancia a que se encuentran los agujeros del borde clel fragmento en la mayor parte de las piezas oscila entre 2 ctms. y 2,7 ctfis., salvo en tres en que distan 13 mm. a 14 mrn. Sólo en dos casos se encuentran los agujeros a 4 y 4,7 ctms. respectivamente, por clebajo del borde. Sólo un fragmento en todas estas piezas, tiene señales de haber sido pintado Observando atentamente los labios de los agujeros de suspensión, es difícil hallar una clara señal de un determinaclo desgaste, que permita, sin vacilaciones, intuir el sistema que utilizaron nuestros indígenas para colgar sus vasijas. Pero debe señalarse que si bien es cierto que considerados en su conjunto, los agujeros c1e suspensión presentan un carácter disforme, examinados esos orificios por el lado interior cle los fragmentos, parece repetirse una forma oval cuyo eje mayor, forma con respecto a la perpendicular clel borde de la vasija un ángulo variable entre 25'y 4oo ya sea hacia la clerecha o hacia la izquierda. b) Apénd,ices sir.nples: Incluímos clentro de esta categoría tocla una larga serie de elementos qtle aparecen con bastante frecuencia en las vasijas y cuyo fin, no es otro, clue facilitar asir éstas. ( F'igura z5 ). Las formas más simples algunos casos verdaderos -en rudimentos de apénclice5- qe¡sl51en: r.") en un ensanchamiento más o menos pronunciado del borde de la vasija. z.') en una pequeña protuberancia que, puede presentarse en la masa del borde, como también hallarse poco más abajo, en la parecl del vaso o vasija. 3.') en masas mayores ya con forma cónica o cilíndrica. 4.") en forma semicircular, de sección aplanada: verdadera forma cle orejas. En este paradero hemos hallado un ejemplar del tipo t.o: el n." t7z6t, colt L1n pequeño elevamiento y ensancha- miento del bo¡de (hacia el interior) ; alfarería de buena ALFARERÍA DEL DELTA DEL RÍO NEGRO 55 cocción; interior pintado de ocre rojo; grosor cle la pared del vaso 5 mm. Del tipo 2." no hemos hallado ejemplares. . uno hay dos n! 7t3o-el de 3z de f menos c un largo mm. por de 18 m cle rojo obscuro. E,ste Por últ n.o 8r- qu grosor de r, plana que la otra. _ Otrg ejemplar dentro- del primer tipo, rada factura; presenta un ejemplar ,rr. d. *ito y-el un de las caras- más que puede incluirse una vasija de esme_ del bordá en forma gada. c) Asas propíatmente ctickas. Esta categoría comprende las asas derivadas del anillo semicircular, etc., cuyo carácter distintivo acertada_ -comosg¡¡¿¡e_ mente señala el distinguido arqueólogo argentine ---.---i- 56 C^RLOS A. DE cle TTRETTAS ia , l;"{l.,ri;#?ij;.,;,,,* d) Apénd,ices sootuorfos. jl', L\ :' ::i,, oJ,:, egro. il:ffii:; , cabe decir que tiene cor rib,ci ón o*,.",1ü,?"i3,f i';?lj, etlcdores ^,-- ¿"'É"irr'i. r t siete ar t":#;.,rT:::, irjl r,rl ALFARERíA DEL DELTA DEL RÍO NEGRO 57 listas de surco escalonado, realizadas toda en el lomo de la pieza y donde el punzón ha caminado en el mismo sentido. Otro fragmento que no parecería aventurado incluir I n." 8.859. Se halla muy incompleta la figura que resentar, qtizás una cabeza de reptil. Mide 35 mm. un ancho de z6 mm. e igual altura. Presenta ün pünzonado irregular que partienclo del extremo derecho, dirígese hacia la parte superior de lo que sería la cabeza, y luego marcha, en l-ínea ,".'tr, .o., alnujo "t en forma de banda y ya más definido, hacia el extremo'o !":q 4d apéndice. No presenta ninguna otra incisión, pero del lado derecho tiene un trazo, muy pequeño, qu" podría corresponder al oído, una pequeña perfoiación a la altura del ojo y otra a la de la naúi. Contrariamente a la anterior, esta pieza ha sufrido una deficiente a sido realizad.a ó. ,r" mezcla m1¡y arenosa y en su superficie de fractura, muchas pequeñas i de ocre. Tiene una delgada capa ex_ terna color castaño oscuro, mientras que su lnterior' es de un color amarillo-rojizo y se disgrega fácilmente. - . Pero la pieza más notable, evidentemente, de la co_ lección.de_scripta, es la que lleva el n." 3.392. (É'igura z6). Ya fué dada a conocer en r na p"qr.ni-áoticia"anterior. En ella ha sido obtenida con un nolable realismo la figu_ ra de.un batracio y a pesar de la estilización con qu. siJ*_ pre el indio rodeó sus_ creaciones, permite distinguir esta pieza, un representante de la familia de los bufónido"s. cabría aún discutir si se ha. que bufo d'orbigni o un bufo'arena largo 77 mm., ancho 6z mm., alto r piJra ha sido bien preparada, recibi pre_ el borde plano 8 mm.- y que vendrían a señalar el punto en que-grosor se inicia el borde regirlar .1. ta va.i¡a __. Otra pieza cle gran expresión es la que lleva el n.J rg.6zg. (Figura z6). Se trata, al parecer, cle una cabeza cle ave. 58 CAITLOS -\. DE FltEITr\S Los Pocos r'letalles qre preserlta acllsan e11 s, arltor ulra 1ra- mayor. Dicha pieza fué hallada por el joven Amilcar Ituiz en ,o^.; ancho, 29 lrtm.; grueso, r5 mm. (a la altura cle los ojos). . el paradero estudiado y mide : áltura, 37 COLG.\DIZOS b). Pendeloques: No se señala para este paradero nin_ guna pieza de esta clase. er,p,tRBnÍl DEL DELTA nnr, nÍo NEGRo 59 por un agujero bicónito. El dibujo que presentan las caras planas es bastante similar: dos líneas paralelas, que en un lado quedan interrumpidas por el agujero; en el ótro lado, sólo lo es, una línea. Por este lado aparecen dos trazos perpendiculares a aquellas y cercanos al "ojo", mientras qué e., el otro lado sólo hay un trazo; y luego se descubren doslíneas incompleta- en ziszás. Aparecen hacia el frente del -una objeto, en las dos caras que se describen, pequeños trazos que estarían incompletos por el desgaste de que hemos hablado. En las superficies curvas que unen las caras planas, aparecen dos líneas paralelas de trazos punteados. La configuración general del objeto cla la impresión cle una representación ictiomorfa VERTEDEROS En otros paraderos de este habitat indígena qne estamos estudiando, han aparecido varios ejemplares, indicando variantes de forma y colocación. En cambio, en el túmuloparadero de "La Blanqueada" no sabemos que se hayan exhumaclo esta clase de piezas. Solamente hemos extráído un trozo mluy incompleto (que lleva el n! t7. r84, Figura z6), que representa una curvatura mrly pronunciada del borcle, que vendría a llenar ese fin. RESUMEN En el Delta del Río Negro, en las islas y la costa de los departamentos de Río Negro y Soriano, aparece una serie de paraderos-cementerios. Éstos se hallan asentados sobre montículos pequeños, de escasa elevación, pero suficiente para que el régimén de crecidas del río no los cubra con sus aguas. Son montículos co- nocidos por los actuales pobladores con el nombre de ,,cerritos". Yacimientos similares a los del delta clel paraná, la estructura de nuestros cerritos, aún no ha sido estudiacla por geólogos especializados. 60 CARLOS A. DE FREITAS Explotados esos montículos, se hallan restos de la industria de sus antiguos pobladores y esqueletos, enterrados a poca profundidad. Del material exhumado, el más abundante es el de alfareria y todo él demuestra que corresponde a tn área cultural perfectamente determinada. Los motivos ornamentales afarecen, en el total de las piézas halladas, en una proporción de casi 13 % GS\ piezas) pudiendo establecerse el siguiente cuadro general con respecto a los demás detalles apuntaclos: Detalle Total de Porcentaj piezas e s.753 253 r8 ro5 44 ro 40 Decoradas Agujereadas.... Bordes ondulados o denticulados ..... Trozos pintados Decorados y ondulados a la vez >> y pintados a la vez >> ondulados y pintados ..... >) por ambos lados . )> en el canto del borde . . . . . » internos únicamente ...... 6,7+ % o,4Z % 2,79 % r,r7 % 0,26 % r,06 % Io- 2- El carácter general de todos estos ornamentos es la geometrizaciín Los trazos obtenidos presentan en su inmensa mayoúa surco escalonado interno, carácter en que insiste con todo acierto el profesor de Aparicio al estudiar Ia similar litoral paranaense. ' Otro elemento caracterizante de esta alfarería está constituído por los apéndices zoomorfos. Estos presentan audaces estilizaciones de la fauna de la región, dada con un realismo admirable. cerámica del 6 Francisco de Aparicio "El Paraná y sus tributarios',, e, - 12.. ealc.;. Buenos Aires Historia de la Nación Argentina pág. 432. 1939. ALFARERÍA DEL DELTA DEL RÍo NEGRO ú.t 6I ALFARERÍA DEL DELTA DEL RÍO NEGRO Bibliografía La cultura que acabamos de determinar al describir los monumentos arqueológicos dejados por ella, ha sido señalada o estudiada en algunos trabajos anteriores, que variando de extensión y calidad, han contribuído todos ellos a den-rarcar una región que posee caracteres propios e inconPueden consultarse los siguientes : r.o-Arred,ond,o (k.), Horacio. Informe preliminar En "Revista Sociedad Amigos de la ArqueologíQ", tomo I, pá- - Negro. sobre la Arqueología de la Boca del Río de la ginas 7-49. Montevideo, rg27. 2.o Deui,ncenzi, Dr. Garibaldi l. Notas Arqueoló- "Anales del Museo de Historia - Natural", Serie gicas. En flo, tomo II, págs. 32r-29. Planchas XII a XVIII". Montevideo, 1927. Figueira, José H. Artículo Chaná. En "Dic3." cionario- Geográfico clel lJruguay", págs. 22 - 23. Montevideo, r9oo. Freitas, Carlos A. Alfarería Indígena. En 4.o - cle "El Día", pág.de.4. -Montevideo, Strplemento 25 cle Agosto de 1938. Geranio, Siluio. Alfarería Indígena clel País. 5.o - de la Dirección - General de la Enseñ,anza En "Anales Inclustrial", año IV", N.o 4, págs. z8-34. Montevideo, 1932. -cerá6.0 Gera,nio, Silaio. Objetos en piedras y mica de antigua industria india hallados en territorio uruguayo. En "Anales de Ia Enseñanza fndustrial,,; año VIo, N." 6, págs. z4z-62. Montevideo, 1939. 7.'-Seijo, Carlos. De Prehistoria. En ,,Revista Histórica", tomo XI, N."- 33, págs. r49r-r5o8. Láminas 5-7. * Montevideo, rg23. x Menos dos trozos de cerámica que no corresponden a esta área: el penúltimo y el antepenúltimof que son resipectivamente: de la Coronilla (Departamento de Rocha) y del Arroyo pantanoscr (Departamento de Montevideo), según me lo ha manifestado su autor. INDICE Pág. Exordio .... .. Procedencia .... Clasificación Asideras Colgadizos Vertederos Resumen Bibliografía 7 IO Museología .. Material Formas 7 10 IO . A) Alfarerías lisas ' )> ornamentadas B) >> Pintadas. ' ' ' C) t2 f2 t4 35 )J, 58 59 59 63 V/ I E E g i H EoÉ ! Édr 3 É:ü ÉS É os gÉ: Ei É áÉ ET É; Éá l ;: : I ; .:; f '¿ E :EE g rH,s esEsg*;¡gi 3€¿ Eu EE* E€ E eÉ*s IqH E.é É.E Ei É,EÉ *gÉ. s;,;:: ¡r='E 3-i" ÉeE sÉ E E€'-ir;E':fÉ E!5-E ÉÉ gÉ,i ¡É¡; sí¡kErs §; gr §t¿¡i §:; ¡e:É, $ N n \o I\ o L F Yo :!oo o o .ii dÉ-(J ú.o O\OHN.O$n @ HHHH o oo-cJ trccúo 9?ó-; Xc9X Ú':+# tr odo 5 ó a o z IU IE o o rÉ (ü 'o.o 'ú c,a! EEO aa6 oo o .a r o'É= rL cd f!u H o I F o o L l¡¡ cd f, o o H' ca l¡J É ú^ iióütr -ar o o L .d o o o ! ó-9 utQ5 s_n É.=ñá tr d E.! d :9 o'ñ'o o trtrq O O ! L -9 ^ 9oiiHEE io:óo= "'oioo§ q=.( N ". n ? - o !3o N 'ú atu90ñ k b¡ a (.) L) o L a o cd = F.l E.e 9.e 'o ii* É,3 o c u'o g r,B.*'t E€ ; tr o z c) tr (d 3-!]6Jo u A .d (n ;o ut4 d O _Lt .cú a o s ¡t d d(d L^ d.o l¡I f o (d cÉ,OoE HNaO J o 'j L fr.l f! Fl FA ñ J u É, ¡: .d 0. o álE F a 'I U d a ñ L O 'o o N .d b¡ cB ur¿áIJr Q ¿ F^Ñ Bs g -o !r-rd E)> ñ t1 d- F-. O€Fl F4: ú I! |::1 E .¿p'u ¡'-r x < t!L ?U r(! o o .o (J L o