Subido por Juliana Muñoz

Guia4

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vanguardias
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SPAN 71b
Prof. Luis E. Cárcamo-Huechante
Spring 2008
Harvard University
GUÍA 3: LAS VANGUARDIAS EN HISPANOAMÉRICA1
I. Las vanguardias europeas
Término: El término vanguardia (avant-garde) surge en Francia durante los años de la
Primera Guerra Mundial (1914-1917), como término de origen militar y político que se
traslada al terreno artístico para reflejar un espíritu de renovación y confrontación. Es así que
todo movimiento caracterizado por un rechazo de lo viejo y un afán de novedad se puede
considerar vanguardista. Los conceptos de ruptura, revuelta, cambio o revolución resultan
frecuentes en los discursos y experiencias vanguardistas. En un sentido más específico, el
término vanguardia se suele aplicar a algunos de los movimientos artisticos de las primeras
décadas del siglo XX.
Período y contexto: Los vanguardismos europeos despuntan inmediatamente antes o durante
la Primera Guerra Mundial, llegan a su apogeo durante la década de los años 20, entran en
crisis a partir de 1929 y desaparecerán en la década de los 30. Por lo tanto, su surgimiento está
íntimamente relacionado con la experiencia de un período de guerra, pero también con una
radicalización política en Europa que cobró expresión en diversas ideologías (anarquismo,
socialismo, comunismo, fascismo).
Los distintos autores y movimientos que se consideran parte de las vanguardias
ocupan posiciones diferentes frente al panorama político: entre “arte comprometido,” que
buscaría vincular vanguardia artística y vanguardia política, y, de otro lado, el “arte por el
arte”, que se vuelca a la innovación “puramente” estética;
entre simpatías comunistas
(surrealismo francés) y/o fascistas (Marinetti). Asimismo, las vanguardias desarrollan una
activa relación con las tecnologías, en un escenario de aceleradas transformaciones científicas,
técnicas y mediáticas, como también de intensificación de la vida urbana, a inicios del siglo
XX.
En el contexto de América Latina, el modernismo brasileño es una parte importante de las vanguardias del
continente. Sin embargo, dado el enfoque del curso, esta guía se va a centrar en las vanguardias hispanohablantes en América Latina.
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Características: “Vanguardia” es un término colectivo para designar distintos movimientos o
grupos, los ismos, que se plantean separadamente su propio programa artístico, aunque con
significativos rasgos comunes: la celebración de lo nuevo y la voluntad radical de cambio, el
rechazo de lo viejo, de lo tradicional, de lo burgués (en muchos casos conectado con un
rechazo del imperialismo y con una actitud pacifista) y la autonomía de la obra de arte a
través de una revolución artística de las formas y de los contenidos. Por su enfoque en lo
nuevo y su impulso destructivo, nihilista e iconoclasta, el programa de las vanguardias parece
paradójico y contradictorio, ya que eso implica, al pie de la letra, una revolución y
autodestrucción incesante, para no consolidarse nunca como lo aceptado, lo viejo.
Música y arte: Las vanguardias artísticas no sólo tienen presencia en el terreno de la literatura,
sino que también en las artes en su conjunto. En el terreno de la música, se pueden mencionar
la música de Stravinsky o la dodecafonía de Schönberg); en las artes plásticas, el cubismo de
Picasso y Braque, el expresionismo del grupo Jinete Azul (Blauer Reiter) o el surrealismo de
Dalí.
Algunos ismos:
Futurismo (por su orientación optimista hacia el futuro)
El futurismo es un movimiento literario y artístico surgido en Italia en el primer decenio del
siglo XX, iniciado por Filippo Tomasso Marinetti (1876-1944) con la publicación del primer
manifiesto del futurismo en «Le Figaro» de París en 1909. El futurismo arremete contra los
valores tradicionales, exalta el dinamismo de la vida moderna, los mitos de la máquina, de la
guerra y de la violencia como afirmación de la individualidad, mediante el uso de las
«palabras en libertad», que son capaces de traducir, por analogía y sugerencia, los
mecanismos psíquicos y el frenesí de la vida moderna: la abolición de la sintaxis, de la
puntuación, de las partes calificativas del discurso.
Dadaísmo (del ruso da, “sí”; o de una palabra arbitrariamente buscada en un diccionario)
El movimiento Dada surge en Zürich, Suiza y en Estados Unidos en 1916, expandiéndose
hacia Alemania y Francia. En Zürich, artistas como el filósofo Hugo Ball, el poeta Tristan
Tzara y el pintor Hans Arp se agrupan en el Cabaret Voltaire y fundan la revista Dada. El
pintor Francis Picabia y Tzara escriben el Manifiesto Dada en 1918. El movimiento Dada se
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basa en un cuestionamiento de todo el marco conceptual del arte y de la literatura de antes de
la Primera Guerra y se expresa en “performances” provocadoras e iconoclastas. Artistas como
Duchamp, Jean Crotti o Man Ray dan vida al dada neoyorquino.
Surrealismo (francés surréalisme, “sobre el realismo”)
El surrealismo es un movimiento de vanguardias que nace definitivamente en 1924 con las
revistas Surréalisme y Révolution surréaliste y la redacción del “Primer Manifiesto del
Surrealismo” por André Breton. El surrealismo recibe una influencia decisiva del
psicoanálisis de Sigmund Freud. A partir de conceptos freudianos, el grupo alrededor de
Breton explora el mundo interior del inconsciente en la creación artística. En lo político, este
grupo de artistas se caracteriza por su inclinación izquierdista. Su estética surrealista se
destaca por exaltar la idea de un proceso de creación que arrancaría desde el inconsciente (la
escritura automática) y por cultivar la yuxtaposición no lógica de imágenes.
II. Las vanguardias en América Latina
Período: En América Latina, aunque se perciben y discuten las vanguardias europeas desde su
surgimiento (con el Manifiesto Futurista de 1909), la publicación del manifiesto Non serviam
de Vicente Huidobro en 1914—la base teórica de su propuesta estética, el creacionismo—es
un hito que marca el surgimiento de las vanguardias latinoamericanas.
Los movimientos vanguardistas de América Latina viven su auge durante los años 20,
sobre todo en el año 1922 con tan importantes eventos como la publicación de Trilce del
poeta peruano César Vallejo, Veinte poemas para ser leídos en el tranvía del argentino
Oliverio Girondo o la celebración de la semana del Arte Moderno en São Paulo.
La Revolución Mexicana constituye un hito clave para algunas de estas tendencias,
particularmente en la plástica. En este contexto, surge, por ejemplo, el muralismo mexicano,
con Diego Rivera, José Clemente Orozco y David Siqueiros. A su vez, entre 1924 y 1925, tres
artistas exponen en el Río de la Plata : Xul del Solar, Pedro Figari y Emilio Petorruti.
Después de la década de los veinte, en parte debido a la creciente radicalización
política—en el escenario de la crisis económica de 1929, enfrentamientos entre las derechas e
izquierdas políticas resultan, en Perú, Argentina y Brasil, en golpes militares—, las
vanguardias latinoamericanas empiezan a perder su vitalidad. Sin embargo, hacia los treinta,
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persisten innovadoras tentativas por asimilar y recrear las estéticas metropolitanas de
vanguardia desde perspectivas latinoamericanas, como ocurre en los casos de la poesía de
Nicolás Guillén o Pablo Neruda, o en la plástica de Frida Kahlo (México), Wilfredo Lam
(Cuba) o Roberto Matta (Chile).
Características: Al igual que las vanguardias europeas—y de hecho, influidas por éstas—las
vanguardias de América Latina se caracterizan por una renovación del arte a través de un
cuestionamiento de las instituciones artísticas y de los valores heredados, por una búsqueda de
originalidad, y por el rechazo del lenguaje racional. Utilizan formas fragmentadas,
discontinuas y se enfocan en los efectos visuales. A pesar de la importancia de las fuentes
europeas, las vanguardias latinoamericanas no son una mera copia de lo que acontece en el
Viejo Mundo, sino que integran lo recibido a las particularidades del continente: “La
influencia de los movimientos europeos sobre la poesía de los años veinte [en América
Latina] es una influencia general, una tendencia a favorecer la búsqueda de novedades más
que a imitar tal o cual precepto” (Jean Franco). De hecho, aunque se trate de un gesto algo
exotizante, para artistas europeos como André Breton, América Latina, sobre todo México,
encarnaba el espíritu vanguardista (o, en el caso de Breton, surrealista) par excellence.
Movimientos y autores importantes en literatura: Existen movimientos vanguardistas más o
menos destacados en casi todos los países de América Latina, sobre todo en Argentina, Brasil,
México, Perú, Cuba y Chile. Como en Europa, se forman grupos e ismos—particularmente
alrededor de revistas—con sus propios manifiestos. El manifiesto se convierte en un género
artístico que se usa con frencuencia en este clima movimientista. También, hay figuras
aisladas e independientes que se consideran parte de las vanguardias, como por ejemplo César
Vallejo. Lo que sigue sólo representa algunos movimientos y autores importantes, para dar
una idea de la diversidad de las vanguardias latinoamericanas.
Estridentismo
El estridentismo es un movimiento vanguardista surgido en México fundado por un grupo de
autores alrededor de la figura de Manuel Maples Arce. Este autor, junto con Arqueles Vela,
Germán List Arzubide y Alva de la Canal, publican su propio manifiesto (una hoja volante
con el título Actual) en 1921. El estridentismo rechaza los valores tradicionales de la religión,
de la nación y de la literatura, para celebrar el maquinismo y la vida urbana moderna.
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César Vallejo
El poeta César Vallejo no pertenece a ningún grupo o ismo, e incluso critica las vanguardias
latinoamericanas por su imitación de lo extranjero y su frivolidad lúdica. Sin embargo, su
desarticulación del lenguaje y de la forma literaria y su alteración de modelos vigentes, sobre
todo en su libro de poesía titulado Trilce (1922), hacen que se le considera parte de las
vanguardias.
El grupo Amauta
La revista peruana Amauta (1926-1930), creada por José Carlos Mariátegui, destaca sobre
todo por su recepción del surrealismo europeo y la promoción de autores vanguardistas de su
país, como fueron César Moro, Martín Adán y Carlos Oquendo de Amat. En este contexto,
Mariátegui promoverá una exaltación
de las culturas indoamericanas (en particular, la
incaica), junto a una recontextualización y recreación del pensamiento socialista de Marx.
Creacionismo
El creacionismo es un movimiento vanguardista creado en 1918 por el poeta chileno Vicente
Huidobro y que tiene antecedentes en su manifiesto Non serviam de 1914. La obra más
importante de Huidobro es Altazor (1931), conjunto poético marcado por las influencias
cubistas recibidas en París y después de su estancia formativa en España. Como ya indica el
término, su planteamiento estético subraya la idea de que la obra literaria es totalmente
autónoma del mundo e independiente de cualquier relación mimética o especular con la
realidad o la naturaleza. En términos estílisticos, el creacionismo de Huidobro acude a una
yuxtaposición constante de imágenes, sin referentes claros y con prescindencia de las
conexiones lógicas.
Pablo Neruda
El poeta chileno Pablo Neruda se distancia de un arte vanguardista puro, como el que define
Huidobro. En su ensayo “Hacia una poesía sin pureza”, promueve la relación del arte con la
vida, la naturaleza, el ser humano, la historia y la cultura, en toda su diversidad. Posee
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influencias del surrealismo europeo, especialmente en sus libros Tentativa del hombre infinito
(1926) y Residencia en la tierra (1933, 1935).
Ultraísmo
El ultraísmo argentino se puede considerar como la continuación latinoamericana de algunas
tendencias artísticas definidas en España e “importadas” por autores como Jorge Luis Borges.
Este movimiento, formado por autores como Oliverio Girondo, Guillermo de Torre, Eduardo
González Lanuza y relacionado con revistas rioplatenses como Prisma, Proa y Martín Fierro,
acoge influencias del cubismo, del futurismo y del dadaísmo. Su programa estético destaca
por sus imágenes y metáforas chocantes, ilógicas, su fascinación por el mundo del cine, del
deporte, del adelanto técnico y por su tendencia a establecer una disposición tipográfica nueva
de las palabras del poema.
Revista Avance y Nicolás Guillén en Cuba
En torno a la Revista Avance (1927-1930) se articula un sector significativo del vanguardismo
cubano, con figuras como Alejo Carpentier, Jorge Mañac y Juan Marinello. Entre los poetas,
surge una tendencia a practicar un concepto de “poesía pura” (como son los casos de Eugenio
Florit y Emilio Ballagas). En una línea diferente de éstos, Nicolás Guillén introduce un giro
clave al desarrollar, a partir de inicios de los 30, una experimentación musical y fónica con el
lenguaje, en conexión con la cultura afro-cubana y sus tradiciones populares y rituales.
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Referencias bibliográficas
Aristu Mondragón, Javier. Las vanguardias literarias del siglo XX.
http://thales.cica.ed/vd/Recursos/vd99/ed99-0055-01/portada.html.
Calinescu, Matei. Five Faces of Modernity: Modernism, Avant-Garde, Decadence, Kitsch,
Postmodernism. Durham: Duke UP, 1987.
Franco, Jean. Historia de la literatura hispanoamericana. Trad. Carlos Pujol. 11.a ed.
Barcelona: Editorial Ariel, 1997.
Schwartz, Jorge. Las vanguardias latinoamericanas: Textos programáticos y críticos.
México: Fondo de Cultura Económica, 2002.
Verani, Hugo. J. Las vanguardias literarias en Hispanoamérica. 3.a ed. México: Fondo de
Cultura Económica, 1995.
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