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Radiografía de la narcoguerra en Michoacán

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Radiografía de la narcoguerra en
Michoacán: quiénes y por qué regresó la
violencia al estado
Hace unos días México se volvió a sacudir con el horror que es capaz de generar el crimen
organizado. En un puente del municipio de Uruapan, en el estado de Michoacán, aparecieron
seis cuerpos colgados; minutos más tarde las autoridades se enterarían de que no eran los
únicos ejecutados del día.
A lo largo de una de las principales avenidas de esa ciudad michoacana, el Boluevar
Industrial, estaban regados pedazos de restos de otras 13 personas. En total, fueron 19 los
cuerpos los que encontraron en distintos puntos de Uruapan.
Pasantes de derecho, un cerrajero, un comerciante, un mesero, un músico y amas de
casa, eran a lo que se dedicaban al menos 12 de las 19 personas asesinadas.
Las autoridades también ubicaron en el sitio de los hallazgos una narcomanta firmada por el
Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), el cual lidera Nemesio Oseguera Cervantes,
alias "El Mencho".
En el narcomensaje se leía una oración que deja ver el grado de normalización de la violencia:
"Gente bonita siga con su rutina. Has (sic) patria y mata a un viagra".
El grupo criminal "Los Viagra" es uno de los protagonistas de la guerra de cárteles por la que
está atravesando Michoacán, se les señala como uno de los principales productores de
metanfetamina que se distribuye en California. También se les adjudican las extorsiones a
aguacateros y empresarios en la entidad.
El estado de Michoacán es punto estratégico para la recepción de cocaína de Sudamérica, así
como para la distribución hacia Estados Unidos y Europa; también es un lugar clave para la
producción de metanfetaminas y marihuana.
Desplazados de Guerrero denuncian
avance
de
grupo
armado
por
incumplimiento del gobierno
Activistas y vecinos dicen que los atacantes pretenden llegar hasta la cabecera municipal de
Leonardo Bravo, en una avanzada por controlar más territorio y evitar que entre la Guardia
Nacional.
Alrededor de las 4 de la tarde del domingo 30 de junio empezaron las detonaciones hacia el
poblado de El Naranjo, en la sierra de Guerrero. Los disparos venían de los cerros que rodean
la comunidad. Seis familias, de las casas más cercanas al área de tiro, salieron huyendo hacia
la cabecera municipal. Los demás pobladores, unos mil 500, se atrincheraron en sus
hogares y empezaron a repeler el ataque.
Así lo reportaron a Animal Político activistas del Centro de Derechos Humanos José María
Morelos y Pavón (Centro Morelos), y desplazados de otras comunidades, que recibieron los
mensajes de alerta de sus amigos y familiares de El Naranjo, y zonas aledañas.
En esta región de Guerrero hay desde 2013 una disputa entre grupos del crimen
organizado que pelean el control de territorios, donde tienen intereses ligados al cultivo y
trasiego de drogas, pero también a la explotación de minas y de recursos forestales. En medio
de esos pleitos ha quedado población civil.
“Los que están disparando son del mismo grupo que nos desplazó a nosotros, lo que
quieren es sacar a la gente para tomar el control del territorio. La agresión fue, como en
nuestras comunidades, contra población civil que no se mete con nadie”, asegura uno de los
desplazados de un poblado de más arriba, a quien por seguridad llamaremos Marcos, y que
estuvo 39 días en plantón, junto con otras 300 personas, afuera de Palacio Nacional en la
Ciudad de México, para exigir al gobierno federal condiciones para el retorno a sus
comunidades.
Pueblos de Aldama, Chiapas, bajo ataque
por conflicto territorial y sin actuación de
autoridades
Pobladores y activistas aseguran que casi todos los días hay balazos en la zona donde
colindan los municipios de Aldama y Chenalhó; los habitantes del primero acusan a grupos
paramilitares de dispararles mientras realizan sus actividades cotidianas.
A las 2 de la tarde de este miércoles 22 de mayo, Juan Lunes Santiz, de 19 años, recibió un
balazo mientras se encontraba en el patio de su vivienda, en la comunidad de Cocó, municipio
de Aldama, en Los Altos de Chiapas. Acababa de volver del trabajo en el cultivo del café y
la milpa.
“Entró a su casa, dejó sus herramientas, como llevaba hambre, pasó por el patio para ir a la
cocina a traer su comida. Ahí fue cuando le dieron. Así pasa acá en Aldama, en cualquier
momento te puede llegar un balazo”, dice Abel, uno de los vecinos del joven, quien pidió no
poner su nombre real.
Una comunidad de casi 2 mil personas huye por la violencia en Chiapas
La bala se alojó en el pie derecho del muchacho, en el empeine. Abel dice que los policías y
militares que se supone cuidan la zona, llegaron ya nada más para llevarse al herido al
Hospital de Las Culturas en San Cristóbal de Las Casas, donde permanece hasta ahora.
“Casi todos los días disparan desde Santa Martha (Chenalhó) a las comunidades de Aldama,
sobre todo a Tabak, Cocó’, San Pedro Cotsilnam, Stselej Potop, Xchuchte y Puente, las
que están en la franja donde colindan ambos municipios”, explica Azalia Hernández, vocera
del Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de Las Casas (Frayba).
Los pobladores, agrega, “son víctimas de ataques con armas de fuego por parte de grupos
civiles armados de corte paramilitar, procedentes del ejido Manuel Utrilla del municipio de
Chenalhó, responsables del desplazamiento forzado masivo de 2036 personas, quienes salen
de sus comunidades hacia la montaña cuando empiezan los disparos y luego regresan”.
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