Subido por linarezmary

Características De Los Ángeles

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Características De Los Ángeles.
Son criaturas. Fueron creados (Sal 148:5, Col 1:16) por Cristo
antes de la creación del mundo (Job 38:6-7). Son criaturas
que constituyen un orden especial de criaturas, distintas, a
las demás criaturas de Dios (1 Cor 6:3, Heb 1:14). La Biblia
no específica la época exacta de su creación, pero sabemos
que antes que apareciera el hombre, habían existido ya por
mucho tiempo, y que la rebelión de los ángeles a las órdenes
de satanás había ocurrido ya, dejando dos clases de ángeles:
los ángeles buenos y los ángeles malos (también llamados
ángeles caídos, demonios, huestes de maldad, etc.). Los
ángeles buenos, por ser criaturas, no aceptan la adoración
(Apo 19:10, 22:8-9) y el hombre, por su parte, ha recibido
orden de no adorarlos (Col 2:18). No es casualidad que sean
invisibles: para evitar que la gente tienda a venerarlos, y
hacer de ellos dioses, en lugar de adorar al Verdadero y Único
Dios. Jamás hacen que la atención se fije en ellos, sino que
atribuyen la gloria a Dios y presentan el mensaje de Dios a sus
oyentes como un mensaje liberador y sustentador de orden
supremo. No solo no debemos adorarlos sino que tampoco
debemos orar a ellos,
Son espíritus.
Son seres espirituales (Heb 1:14) inmateriales e incorpóreos.
A diferencia de los seres humanos, no están limitados por las
condiciones naturales o físicas, y viajan con rapidez
inimaginable sin empleo de medios naturales. Aunque son
espíritus, en circunstancias especiales pueden tomar forma
corpórea con el objeto de que su presencia sea visible para
las personas (Gen 19.1-3), aunque no tienen cualidades
físicas como los seres humanos. La mayoría de las veces, al
hacerse visibles, son tan gloriosos e impresionantemente
bellos que dejan pasmados a las personas con su presencia.
Mat 28:3: los guardias que cuidaban la tumba de Jesús al
verlos se asustaron. Gen 32:1-2: Jacob se impresionó cuando
le salieron al encuentro en Mahanaím. Daniel y Juan describen
su esplendor (Dan 10.6, Apo 10:1). Algunas veces pueden
hacerse visibles a los incrédulos. Dan 3.25: El rey
Nabucodonosor vió al ángel que acompañaba a los tres
jóvenes en el horno de fuego. La tendencia a atribuirles
alguna clase de cuerpo nace de la supuesta imposibilidad de
concebir que una criatura genuina no tenga cuerpo. Su
apariencia es masculina (Gen 18:2, 18:16, Mar 16:5, etc.).
Usualmente aparecen como hombres (aunque posiblemente
las mujeres de Zacarías 5:9 fueron ángeles). Han aparecido en
sueños y visiones (Mat 1:20, Isa 6:1-8). En visiones
celestiales se describen con características sobrehumanas
que difieren bastante de otras apariciones en que se
presentan en forma humana (Dan 10:5-7, Apo 10:1-3, 15:5,
18:1). También pueden aparecer en una revelación especial
de su presencia (2 Rey 6:17) y a personas en un estado
normal, consciente, y despierto (Gen 19:1-8, Mar 16:5, Luc
2:13). Las Escrituras no respaldan la creencia común de que
todos los ángeles tienen alas (sin embargo si las tienen los
Querubines y los Serafines, por lo menos, algunos). Este
concepto tradicional surgió del hecho de que los ángeles
pueden ir de un lugar a otro instantáneamente y a velocidad
ilimitada, pensándose que las alas les permitirían tan
ilimitado movimiento. Dios hace que sus ángeles vayan
delante de nosotros, que estén con nosotros y que nos sigan,
teniendo dominio sobre el campo de batalla que nos circunda,
para que podamos permanecer con completa confianza en
medio de la lucha (Isa 26:3, Dan 6:22, Dan 3.19-27).
Con rasgos de personas.
Tienen existencia personal, y poseen la calidad o el estado de
personas debido a que poseen las facetas esenciales de la
personalidad: inteligencia, emociones y voluntad. Poseen
inteligencia (Mat 8:29, 2 Cor 11:3, 1 Ped 1:12). También
poseen sensibilidad (Luc 15:10). Tienen voluntad (Luc
8:28-31, 2 Tim 2:26, Judas 6). Aunque tienen voluntad, están,
como todas las criaturas, sujetos a la voluntad de Dios. Son
mandados por Dios a ayudar a los creyentes (Heb 1:14). La
personalidad de ellos significa que no son meramente
personificaciones del bien abstracto (como los demonios no
lo son del mal abstracto), como algunos los han considerado.
Hablan; sienten con capacidad emotiva. Una criatura, espíritu
e incorrupto en esencia original, pero dotada de libertad, y
por lo tanto no necesariamente impermeable a la tentación y
al pecado (la caída angélica bajo la dirección de satanás, Job.
4.18; Is. 14.12–15; Ez. 28.12–19; Mt. 25.41; 2 P. 2.4; Ap.
12.9). El conocimiento que poseen es limitado por el hecho de
que son criaturas. No conocen todas las cosas como Dios las
conoce (Mat 24:36). Aunque parecen tener más
conocimientos que los seres humanos, lo cual puede
atribuirse a tres causas: poseen un orden más alto en el
universo que los seres humanos caídos; estudian la Biblia más
cuidadosamente que algunos creyentes y adquieren
conocimiento de ella (Sant 2.10, Apo 12:12); y adquieren
conocimiento por medio de larga observación de las
actividades humanas: No tienen que estudiar el pasado; ellos
lo han experimentado. Saben como han actuado y
reaccionado otros en distintas situaciones y pueden predecir
con mayor grado de precisión cómo nosotros pudiéramos
reaccionar en circunstancias similares. La experiencia de la
longevidad les da mayores conocimientos.
Son seres poderosos.
Un solo ángel es indescriptiblemente poderoso, como una
extensión del brazo de Dios. Un solo ángel se lanzó contra el
campamento asirio que quería atacar a Israel y ciento
ochenta y cinco mil soldados asirios murieron (2 Rey 19:35).
Un ángel, en ejecución de una sentencia contra Israel por
haber levantado un censo, mató a 70,000 hombres (2 Sam
24:15-16). Aunque son más poderosos que los seres
humanos no por ello son dioses y no poseen la Divinidad en
ellos. No son omnipresentes, sino que tienen limitaciones
espaciales. Solo pueden estar en un lugar a la vez, aunque
pueden trasladarse con velocidad infinita de un lugar a otro.
Aunque Dios es un ser espiritual infinito, no por el hecho de
ser sus criaturas espirituales, los ángeles son infinitos en
naturaleza como es Dios; más bien son seres espirituales
finitos.
Su carácter.
Obedientes: cumplen su comisión sin discutir ni vacilar.
Reverentes: su actividad más elevada es la adoración de Dios.
Sabios (2 Sam 14.17): su inteligencia excede a la de los seres
humanos en esta vida, pero es necesariamente finita. Se
mantienen en estrecho contacto con lo que sucede en la
tierra (tanto en lo espiritual como en lo natural y social); por
ello, su conocimiento de los asuntos terrenales es superior al
de los hombres. No pueden discernir directamente nuestros
pensamientos (1 Rey 8:39). Su conocimiento de los misterios
de la gracia es limitado (1 Ped 1:12). Humildes: no abrigan
resentimientos personales ni tampoco denuncian o
vilipendian a sus opositores (2 Ped 2.11, Jud 9). Poderosos:
son poderosos en fortaleza (Sal 103:20).
Son inmortales y sin sexo.
Aún cuando se describe a los ángeles como si fueran varones,
en realidad son asexuales, es decir no se pueden reproducirse
(Luc 20:34-35). Los ángeles no pueden morir ni están sujetos
a la muerte en ninguna forma (Mat 22.30). En Luc 20:34-36 el
Señor Jesucristo les explica a los saduceos que los santos
resucitados serán como los ángeles en el sentido de que no
pueden morir más.
Son numerosos.
Existen en gran número (Heb 12:22, Apo 5:11, Apo 19:1), tan
grande que no se puede contar. Cuantos serán éstos no se
especifica, aunque algunos han sugerido que hay tantos
ángeles en el universo como el número total de todos los
seres humanos a través de la historia (posiblemente
implicado en Mat 18.10). Su cantidad, cualquiera que sea, no
aumenta ni disminuye. Las Escrituras hablan de la “asamblea”
y la “congregación” de los ángeles (Sal 89:5, 7, en la versión
inglesa), de su organización para batallar (Apo 12:7).
También se les da clasificaciones gubernamentales, lo que
indica organización y rango (Efe 3:10, Efe 6:12). El Sal 68:17
menciona que se cuentan por veintenas de millares de
millares, es decir, veinte mil multiplicados por millares varias
veces.
Son santos.
Son seres espirituales separados de Dios, mas, a menos que
hayan caído, de incuestionable integridad, buena voluntad y
obediencia a él (cf. 1 S. 29.9; 2 S. 14.17, 20; 19.27). En
estado de santidad (Jud 6, Mar 8:38). Están separados por
Dios y para El (Apo 14:10). Se les llama “santos” (Mat 25:31),
“escogidos” o elegidos (1 Tim 5:21) e “hijos de Dios” (Job
1:6), y se dice de ellos que están en el cielo (Mat 18:10),
aunque también pueden estar en cualquier otro lugar,
principalmente en la tierra. Como todas las criaturas
responsables, serán sometidos a juicio (1 Cor 6:3, Mat
25:41).
Su presencia es impactante.
El primer mensaje que los ángeles les impartieron a los
pastores que en la noche del nacimiento de Cristo les dieron
la buena noticia, fue que no temieran. Siempre la presencia de
los ángeles ha asustado a las personas a quienes les
aparecieron. Pero a menos que el propósito de los ángeles
hubiera sido el de castigar, siempre impartieron tranquilidad y
serenidad a quiénes los vieron, calmando a las personas a
quienes se aparecieron. De allí que podamos deducir que sus
apariciones han de ser impresionantes, sobrecogedoras,
impactantes, que tienen algo que despierta temor en el
corazón humano. Posiblemente representan tanta majestad
que su presencia asusta de primera entrada
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