A construir confianza La confianza como acto subjetivo y mental, suma deseos, actitudes, emociones y perspectivas que responden a lo que esperamos de otros actores sociales. Por eso confiamos en distintos grados y maneras, en cada uno de nosotros, el clima, las personas, e incluso en las instituciones. Mi reflexión es sobre la urgencia de trabajar en la confianza, en lo que se promete y por tanto se liga a la reputación, que es todo lo que los otros piensan de otras personas o empresas. En lo personal como en el público, la confianza como recurso intangible, tiene peso. Si una entidad y su gente, no genera confianza en sus grupos de interés y en la sociedad en general, tendrá déficits reputacional y de credibilidad, que conllevan riesgos inimaginables. Entonces lo que sucede en el planeta, evidencia múltiples causas para querer, sin distingo de clases, cambios y transformaciones en los índices de confianza, que registran un deterioro progresivo. La esperanza no se ha ido, pero se desvanece y muchos pesimistas están cansados de tantas historias. Tal vez, queremos escuchar y vivir relatos y narrativas creíbles, transparentes que muestren plan, identidad y alcance de cada institución o persona. Nadie quiere comprometerse. La falta de transparencia conlleva a la crisis de credibilidad en lo público; son múltiples las incertidumbres e inseguridades ante la compleja realidad que vivimos y el deterioro de las expectativas en diversos sectores. Hay distancia y descontento, cada vez más complejos entre los ciudadanos y la institucionalidad y cada uno tiene argumentos, versiones y hechos, que hacen de esta, una conexión casi que insalvable. Además, la corrupción, las fallas en el sistema judicial, el orden público, la migración de venezolanos, junto a la polarización política, deterioran más la percepción ciudadana sobre lo que viene. Tema preocupante pues si se quiere dinamizar el crecimiento inclusivo y el bienestar para todos, en equidad, la confianza de la ciudadanía en las instituciones debe mejorar. Hay que repensar las instituciones y nuestras interacciones con ellas. Ante las nuevas expectativas de los ciudadanos, se requieren otras vías de gobernanza soportadas en la transparencia, el cumplimiento y ejecución, la confianza, la reconciliación, la rendición de cuentas y la satisfacción del ciudadano. Mientras estemos divididos y en orillas diferentes, no será fácil, la confianza se trabaja y se gana un día a la vez. (c) Maritza Zabala Rodríguez @mazarito1