Subido por Rubén Llorach

TESINA ASUNTOS INCONCLUSOS ESCENAS TEMIDAS Y TRAUMAS

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Tesina de María Jesús Expósito González,
para la AETG (2014)
Tutora: Maru Martí Llorca (EPV)
0
A mi hija Elena, por el tiempo robado.
A mi marido por la pertenencia,
y sus zumos de naranja.
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ÍNDICE
EL PROCESO ARTESANO.
1. INTRODUCCIÓN.
.................................................................... Pág. 5
..................................................................................... Pág. 8
PRIMERA PARTE
2. FUNDAMENTOS DESDE LA GESTALT.
................................................ Pág. 10
2.1. ENTENDIENDO LAS GESTALTS EN LA FIGURA– FONDO. ......... Pág. 10
2.2. MECANISMOS DE INTERRUPCIÓN EN EL PROCESO
DE FORMACIÓN Y CIERRE DE UNA GESTALT. .......................... Pág. 11
2.3. GESTALTS INACABADAS O INCONCLUSAS. .............................. Pág. 16
2.4. EL AQUÍ Y AHORA EN LAS GESTALS INCONCLUSAS. ............ Pág. 18
SEGUNDA PARTE
3. ASÍ PUES, ¿QUÉ SON LOS ASUNTOS INCONCLUSOS?
.................... Pág. 21
3.1. CÓMO SE GENERAN LOS ASUNTOS INCONCLUSOS. ............... Pág. 23
3.2. COMO DETECTAR UN ASUNTO INCONCLUSO.
........................ Pág. 26
3.3. CONSECUENCIAS Y EFECTOS DE LOS ASUNTOS
INCONCLUSOS. .............................................................................. Pág. 27
3.3.1. COMO EL NIÑO INTERNO HERIDO CONTAMINA
EN NUESTRA VIDA. ................................................................. Pág. 30
3.4. OBSTACULOS PARA LA RESOLUCIÓN.
..................................... Pág. 34
2
4. TRABAJO GESTÁLTICO CON LOS ASUNTOS INCONCLUSOS.
........ Pág. 38
4.1. ENFOQUE DESDE LA GESTALT PARA EL TRABAJO
TERAPÉUTICO CON LOS ASUNTOS INCONCLUSOS.
4.2.
EVOLUCIÓN DEL TRABAJO TERAPÉUTICO CON LOS ASUNTOS
INCONCLUSOS.
4.3.
............... Pág. 38
........................................................................... Pág. 43
MÉTODOS, ESTRATEGIAS Y TÉCNICAS PARA EL TRABAJO
CON ASUNTOS INCONCLUSOS.
............................................... Pág. 45
A)
TRABAJO CORPORAL EXPRESIVO.
Pág. 51
B)
TRABAJO EMOCIONAL EXPRESIVO.
Pág. 52
C)
ASUNTOS PENDIENTES CON OTRAS PERSONAS.
Pág. 54
D)
TRABAJO CON PÉRDIDAS Y DUELOS.
Pág. 56
E)
LAS FANTASIAS DIRIGIDAS.
Pág. 65
F)
LOS SUEÑOS COMO ESTRATEGIA PARA LOS
ASUNTOS INCONCLUSOS.
5. LAS ESCENAS TEMIDAS.
Pág. 67
..................................................................... Pág. 70
5.1. TRABAJO TERAPÉUTICO CON LAS ESCENAS TEMIDAS. .......... Pág. 74
 EL PSICODRAMA. .................................................................... Pág. 77
 ESCULTURAS. .......................................................................... Pág. 80
 TÉCNICAS GESTÁLTICAS. ..................................................... Pág. 83
 ENSUEÑOS DIRIGIDOS.
......................................................... Pág. 87
5.2. PSICOTERAPIA PSICODRAMÁTICA BIPERSONAL ...................... Pág. 88
3
6. EL TRAUMA, EL ÚLTIMO ESCALÓN DE LOS ASUNTOS
INCONCLUSOS. ...................................................................................... Pág. 90
6.1.
COMO SE PROCESA EL TRAUMA. .............................................. Pág. 93
6.2.
COMO ABORDAR EL TRABAJO TERAPÉUTICO
CON EL TRAUMA.
6.3.
........................................................................ Pág. 95
TÉCNICAS Y ESTRATEGIAS DE TRABAJO
CON EL TRAUMA. ......................................................................... Pág. 103
7. ENTREVISTAS A PIONEROS DE LA TERAPIA GESTALT: ................... Pág. 110
- Vicente Cuevas Martínez. ................................................................ Pág. 112
- Eduardo De Grazia Bufi. .................................................................
Pág. 123
- Oscar Ekai Pagoto. .........................................................................
Pág. 128
- Carmen Gascón Quintana. ................................................................
Pág. 136
- Maru Martí Llorca. ........................................................................... Pág. 143
8. CONCLUSIONES. .................................................................................... Pág. 150
9. BIBLIOGRAFIA. ....................................................................................... Pág. 154
4
“Si el hombre, al arar,
no piensa en la cosecha
y al talar el monte,
no piensa en el aprovechamiento de la tierra
entonces le es favorable emprender algo”.
WILHEM, Richard. “I Ching o el libro de los cambios”.
Colección Cuatro Vientos. Ediciones Gaia.
EL PROCESO ARTESANO
Al empezar esta tesina, mi única motivación era empezar a estudiar y
profundizar sobre el tema escogido, es decir ponerme a arar y a talar, ponerme a
preparar el terreno.
Así, como el artesano, preparé el lugar, hice en mi sitio, desde lo conocido,
desconectada de los resultados; leí, estudié, y busque información de diferentes fuentes,
manteniéndome presente en el presente, centrada en el proceso, en lo que hacía, en lo
sencillo. He trabajado sin exigencia, sin esperar o buscar recompensas o
reconocimientos, construyendo con paciencia y constancia, con cuidado, con mimo,
parando y retomando, mirando con amor todo lo investigado, cuidando mi aprendizaje.
Cuidándome a mi misma. Por lo que esta tesina es producto de sí misma, ha ido
construyéndose desde el estudio y la investigación, con humildad y honestidad, por lo
que no puedo más que sentirme satisfecha. Y ahora la ofrezco a todo aquel que le pueda
interesar o ser de utilidad.
Libre de la exigencia que me caracteriza, he descubierto que puedo permanecer
serena sin la necesidad de controlar el futuro, las fantasías, o mis miedos... Y me sonrío
internamente cuando me descubro en paz sin tener que demostrar nada, sin tener que
ganarme un sitio. También he aprendido que esto lo puedo extrapolar a otras áreas de mi
vida, y me siento profundamente alegre aceptándome también desde la posibilidad de
errar, la inoperancia, o el desconocimiento.
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Una vez mi asistente en la formación en gestalt, Carmen Frías1, me dijo que era
una piedra preciosa que me llevaba de cualquier manera. A mí me cuesta tomar las
caricias positivas, por lo que no tomé que era una piedra preciosa, y no entendí eso de
que me llevaba de cualquier manera… Durante la realización de esta tesina, me he
sentido piedra preciosa y me he llevado con mucho cuidado. También siento este trabajo
como algo valioso que he tratado con cuidado.
En la elección del tema, barajaba varias opciones, Maru Martí2 mi supervisora
de la tesina, ante mis propuestas e indecisión, me orientó y ayudó a acabar de decidirme.
Mi interés en la elección, se centraba en aprender más sobre la acción terapéutica para
mejorar mi trabajo de acompañamiento como terapeuta. Y este tema se fue convirtiendo
en algo central para la elección.
Cuando ya me decidí y empecé a trabajar sobre la tesina, de repente en terapia
todo eran asuntos inconclusos, cualquier movimiento del cliente o bloqueo estaba
referenciado a un asunto inconcluso… Se convirtió en la figura dominante durante toda
mi labor como acompañante. Y poco a poco, ese mirar fuera, se transformó también en
una mirada hacia dentro, empecé a conectar con mis propios asuntos inconclusos, en un
continuo de conciencia que en muchas ocasiones me reclamó parar y mirarme para
poder continuar con el trabajo. Por lo que esta tesina además de ser un proceso de
investigación y estudio, también ha sido para mí un proceso de crecimiento personal,
enfrentándome a la toma de conciencia de un trauma, al trabajo personal con alguna que
otra escena temida, y manteniéndome presente en los asuntos inconclusos que se iban
haciendo figura. Ahora sé que este era el tema que me correspondía, el que yo
necesitaba, por lo que finalmente creo que fue él, de alguna forma, quien me escogió a
mí.
Me siento satisfecha con el resultado obtenido, para mi es suficiente. He
disfrutado tanto del proceso de investigación, como con su elaboración, aprendiendo y
saboreando cada momento, manteniéndome en el proceso, disfrutando del trabajo que
1
Carmen Frías. Psicóloga. Psicoterapeuta Gestáltica. Formada en PS. Cognitivo Conductual y
PS. Clínica y de la Salud. Diplomada en Creación y Desarrollo de empresas. Formada en
Terapia Gestalt Integrativa. Terapeuta de la EPV y Coordinadora del Área de Comunicación y
Educación de la EPV.
Maru Martí. Terapeuta y Educadora. Post-graduada en Terapia Gestalt – Integrativa. Es
miembro Titular, Didacta y Superior de la AETG. Psicoterapeuta de la FEAP. Forma parte del
equipo terapéutico y didáctico de la EPV desde 1990, siendo coordinadora de la Formación.
Imparte Formación de Gestalt y Constelaciones Familiares en diferentes centros de España.
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iba haciendo sin irme al resultado, a lo que debería ser, o a cubrir fantasías de supuestas
expectativas.
Mi tutora Maru Martí me ha acompañado y guiado en todo este proceso. Carmen
Gascón también colaboró en la toma de decisión del título, y por último mi amiga Mª
Elena Picó, lingüista, literata, maestra y terapeuta gestalt y sistémica, me ayudó con la
revisión de la ortografía y la gramática, aportándome siempre sugerencias muy
interesantes para organizar en palabras mis ideas y pensamientos. Gracias a todo ello
cerré el ciclo.
Eduardo De Grazia3 en una ocasión me dijo que yo no había aprendido a cerrar
etapas, pero en esta ocasión siento que sí he sabido cerrar. Habiendo estado en el arar y
el sembrar, recojo el fruto de mi cosecha y me retiro satisfecha del trabajo bien hecho.
3
Psicólogo y psicoterapeuta. Miembro Titular, Supervisor y Didacta de la AETG y Psicoterapeuta de la FEAP. Colabora en la formación de psicoterapeutas Gestalt en diferentes
escuelas españolas.
7
INTRODUCCIÓN
El objetivo de esta tesina es realizar un trabajo de investigación sobre la
fundamentación teórica gestáltica y las técnicas de trabajo terapéutico con los asuntos
inconclusos, las escenas temidas y los traumas.
Mi labor se ha centrado en la búsqueda de fuentes de información, el análisis y
estudio teórico, la organización y reelaboración de la información, la recopilación de
técnicas de trabajo en relación con la fundamentación teórica, ampliación e integración
de diferentes enfoques, y por último recoger la visión de diferentes figuras destacadas, a
nivel nacional, de la Terapia Gestalt.
Del trabajo realizado se desprenden varios aprendizajes. El primero sobre el
título de la tesina. A priori pudiera parecer que asuntos inconclusos, escenas temidas y
traumas sean en sí tres temas diferenciados, sumados, aunque se intuye que con
relación. Y esto es falso y cierto a la vez. A pesar de las diferentes nomenclaturas, todos
ellos son una misma cosa, asuntos inconclusos, Gestalts inconclusas. Conocer esto, es
sentar las bases comunes para todos ellos.
El segundo aprendizaje es por qué los designamos diferenciadamente, si todos
ellos son asuntos inconclusos. Que sean llamados de una forma u otra depende de la
gradación del impacto de un suceso en la persona, y del grado de las consecuencias de
los síntomas que se manifiestan. Por lo que siendo todos ellos asuntos inconclusos, se
han de ir descubriendo las diferencias entre ellos para conocer la forma de trabajarlos,
con una base común, pero también atendiendo a sus características particulares.
Por último he aprendido que en el acompañamiento se hace necesario incluir
todas las áreas de la persona, y que este puede llevarse a cabo en cualquiera o en todos
los niveles del trabajo terapéutico.
Esta tesina está dividida en dos partes. La primera parte sienta las bases teóricas
de los asuntos inconclusos (en general) desde la fundamentación de la Terapia Gestalt,
utilizando de manera sustantiva la palabra Gestalt, porque su significado es el marco
que encuadra y da significado a la tesina.
8
Sabemos todos los gestaltistas que Gestalt es un término alemán. Gestalt se
escribe con mayúscula cuando se emplea como sustantivo porque en alemán los
nombres comunes se escriben en mayúsculas. El verbo gestalten significa “formar, dar
una estructura significante”. El resultado, la Gestalt, es pues una forma estructurada,
completa y con sentido para nosotros. El término "Gestalt inconclusa" fue acuñado en
su acepción psicoterapéutica por primera vez, por Fritz Perls. Las trabas del crecimiento
personal se encuentran íntimamente vinculadas a las Gestalts o formas que no logran su
completud, a los "asuntos inconclusos" de los que habló Perls, y como una y otra vez
resurgen en la vida de las personas para lograr su cierre. Todo ello marca la importancia
del tema de esta tesina para la Terapia Gestalt, puesto que un asunto inconcluso, una
escena temida, o un trauma, son todos ellos una Gestalt incompleta, sin sentido para
nosotros, o desestructurada. Esto convierte a la comprensión y abordaje de las Gestalts
inacabadas en el eje principal de la Terapia Gestalt. Por ello antes de comenzar con el
abordaje, se hace necesaria la comprensión de las Gestalts desde los fundamentos de la
Terapia Gestalt.
En la segunda parte de la tesina se analizan y plantean las características de los
asuntos inconclusos, las escenas temidas y los traumas, partiendo de los fundamentos de
la Terapia Gestalt. Las Gestalts inconclusas guardan directa relación con nuestra
dificultad para vivir el presente, por ello en esta segunda parte se analiza cómo se
generan, las vivencias que ello implica para la persona, las formas de detectarlos, los
efectos que producen, y su abordaje desde la Terapia Gestalt, e influencias desde otros
enfoques.
Las Gestalts incompletas, siempre están ahí, esperando su oportunidad de
manifestarse para ser cerradas. Y en la medida en que las resolvemos liberamos energía
para vivir con intensidad y profundidad el aquí y el ahora. De aquí la importancia de
saber cómo ayudar a otros, o ayudarnos a nosotros mismos, a cerrarlas.
9
PRIMERA PARTE
2. FUNDAMENTOS DESDE LA PSICOLOGÍA GESTALT
2.1. ENTENDIENDO LAS GESTALTS EN LA FIGURA– FONDO
Uno de los principios básicos de la Psicología Gestalt establece que una Gestalt
bien formada es clara y distinta (figura); clara en la medida en que sus componentes se
definen y articulan con precisión; y distinta porque establece límites
definidos que la separan y diferencian de lo que no es ella, del fondo.
Así pues, en la formación de una Gestalt se produce un
fenómeno perceptivo, el de figura y fondo, y para la Terapia Gestalt
esto es un proceso perceptivo del individuo sobre el campo en el que
interactúa a partir del darse cuenta organísmico de sus necesidades.
Durante este proceso el individuo podría realizar alguna acción para resolver la
necesidad percibida, es decir la persona realizaría las acciones necesarias para eliminar
aquello que sobra o incorporar aquello que falta. A esto lo llamamos “contacto”. Así
pues se puede definir el contacto como las acciones de acercamiento o alejamiento, de
asimilar o de expulsar, que realiza el individuo en el campo para satisfacer sus
necesidades percibidas. Cuando el nivel homeostático (regulación organísmica) se
recupera gracias a este contacto, el individuo (el organismo) se retira, detiene el
contacto y se aleja.
Contacto y retirada es pues la acción que realiza el individuo sobre el campo
para satisfacer sus necesidades. Por ello figura y fondo, y contacto y retirada son
procesos que están en total relación, desde la percepción del organismo de una
necesidad y las acciones que realiza para satisfacerla.
Según esto un individuo sano sería aquel capaz de reconocer sus necesidades,
formándose así una figura clara, para establecer contacto, desarrollando una conducta
apropiada, con el objeto adecuado. Tras cubrir esta necesidad, gracias a la acción del
individuo en el campo, este se retirará, al tiempo que la figura perderá fuerza
disolviéndose en el fondo. En resumen el individuo sano es aquel capaz de usar
adecuadamente su capacidad de autorregulación organísmica.
10
El proceso de figura fondo es dinámico y ocurre cuando las necesidades y
recursos que se hallan en el campo, progresivamente otorgan sus poderes de interés, y
fuerza a la figura dominante. Si en el individuo se forma una Gestalt, siendo la figura
que lo organiza la necesidad dominante, y esta necesidad es satisfecha, la Gestalt
organizada se completa o cierra y no ejerce más influencia, quedando libre el individuo
para formar nuevas Gestalts. Pero cuando la figura y fondo no conforman una Gestalt
clara o cuando los impulsos no pueden ser expresados, aparece la neurosis.
2.2. MECANISMOS DE INTERRUPCIÓN EN EL PROCESO DE FORMACIÓN
Y CIERRE DE UNA GESTALT
Según lo anterior, el "Ciclo de la autorregulación organísmica” o de la
experiencia, o de satisfacción de necesidades, reproduce cómo los sujetos establecen
contacto con su entorno y consigo mismos. Sabemos que este ciclo se inicia cuando el
organismo, estando en reposo, siente emerger en sí alguna necesidad; entonces el sujeto
toma conciencia de ella e identifica en su espacio algún elemento u objeto que la
satisface, y dicho elemento se convierte en figura, destacando sobre los demás que son
el fondo. Acto seguido, el organismo moviliza sus energías para alcanzar el objeto
deseado hasta que entra en contacto con él, satisface la necesidad y vuelve a entrar en
reposo nuevamente.
Pero también sabemos que la solución neurótica usa mecanismos de evitación
del contacto para hacer desaparecer el conflicto sin resolverlo. Esto es lo que implica
una Gestalt no resuelta, lo que a su vez implica una energía del organismo para cerrar
esa necesidad (Gestalt) y al mismo tiempo un esfuerzo o energía del organismo (desde
su neurosis) para “no tomar conciencia” de esa figura o necesidad que se conflictúa con
la otra.
Así, en términos generales decimos que el ciclo de satisfacción de necesidades,
dado en un contexto específico y significativo, constituye en sí mismo una Gestalt. Y un
ciclo interrumpido es una Gestalt inconclusa; un ente que parasita en el organismo
consumiendo energía hasta que esta se vea satisfecha, resuelta, o cerrada.
Partiendo de todos estos conceptos, donde el organismo (la totalidad de cuerpo,
emoción, mente, y espiritualidad que somos todos) se regula a sí mismo a través de
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ciclos sucesivos de siete fases o etapas4, en los diversos espacios que median entre las
fases del ciclo, es donde se pueden producir las autointerrupciones, con la finalidad de
evitar el dolor, el sufrimiento, no sentir, no vivir, separarse de lo amenazante en uno
mismo, huir del estrato fóbico, etc. Estos mecanismos de interrupción o de defensa son
formas de evitar el contacto, tanto interno como externo; como autointerrupciones del
ciclo de la experiencia o de la autorregulación organísmica.
Los principales mecanismos neuróticos, o de interrupción del ciclo de regulación
organísmica que se dan como interrupción en la formación o completud de una Gestalt
son5:
La desensibilización. Se da entre reposo y sensación, consiste en bloquear las
sensaciones tanto del medio externo como del interno, no sentir lo que viene del
organismo; esto estimula el proceso de intelectualización por el que se intenta
explicar por medio de racionalizaciones la falta de contacto sensorial. Su frase
característica sería "No siento".
La introyección. Se da entre sensación y formación de figura. Aquí el sujeto se
"traga" todo lo que le dan sin masticarlo lo suficiente; las influencias externas son
engullidas sin hacer la necesaria crítica y selección, de acuerdo a sus necesidades
personales. El sujeto sufre un verdadero empacho de mandatos, órdenes, influencias,
etc., incuestionables, que cumplen en sí una función parasitaria pero que el sujeto
asume erróneamente como propios, como normas y valores morales. "Haz esto",
"No hagas esto", "No debes", "Deberías", etc. Los introyectos impiden el libre flujo
de los impulsos y la satisfacción de las necesidades: no seas agresivo, no forniques,
conserva tu virginidad, a la madre no se le dice eso... Detrás de todo introyecto hay
figuras importantes para nosotros y Gestalts inconclusas en relación a ellas. Su frase
es "Debo pensarlo o hacerlo así".
La proyección. Media entre la formación de figura y la movilización de energía
para la acción. Consiste en transferir lo que uno siente o piensa, pero que por
diversos motivos no puede aceptar en sí mismo, a los demás (sobre todo por acción
de los introyectos "no debes"): "Odiar es malo", dice la madre; el niño odia a su
4
En el esquema clásico del ciclo de satisfacción de necesidades se identifican siete etapas
sucesivas: 1) Sensación; 2) Darse cuenta o formación de figura (conciencia); 3) Energetización;
4) Acción; 5) Contacto; 6) Satisfacción; y 7) Retirada.
5
Hay diferentes formas de clasificación según diferentes autores, yo he escogido estos a modo
de ejemplo.
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padre, pero como "no se debe odiar" se enajena de ese sentimiento y le echa la
pelota al padre temido y amenazante: "Tú me odias, tú eres el malo". Su frase
característica es "Por tú culpa".
La retroflexión. Se da entre movilización de energía y la acción. Es lo contrario a la
proyección. El sujeto no se atreve a actuar sus deseos o impulsos por la acción
nuevamente de los introyectos, así que se los dirige a sí mismo por ser esto menos
peligroso: se autoagrede, se deprime, desarrolla trastornos psicosomáticos,
se
desvaloriza, etc. Su frase es "Me odio para no odiarte".
La deflexión. Se da entre acción y contacto. Consiste en establecer un contacto frío,
inocuo, no amenazante; como si se tocaran las cosas con guantes o pinzas para no
sufrir daño o quemarse. Es también la expresión atemperada de las emociones:
hacerlo "educadamente". No se insulta...se ironiza o se hacen chistes; no se reclama
o lucha por lo propio...uno se resiente; no se ama...se "estima". A nivel verbal es
bastante claro; los eufemismos son una muestra evidente de la hipocresía deflexiva:
falleció por murió; hacer el amor por fornicar, etc. Otras formas son hacerse el
cínico, el indiferente, el intelectual, racionalizarlo todo. Su frase es "Tiro la piedra y
escondo la mano".
La desviación. Se da también entre acción y contacto. Lo propio de la desviación es
procurar la ilusión del contacto. Hacemos una acción pero no sobre lo que quiero
conseguir, una acción en el lugar no adecuado, actuamos pero no acertamos porque
no entramos en contacto. La persona que desvía piensa obtener lo que ella quiere
verdaderamente y da a los demás la misma impresión, con la gran ventaja de que
evita el momento difícil de la confrontación con el otro. Cuando nos enfrentamos
con un desviador nos sentimos perdidos, intrigados, desarmados, incapaces de
comprender lo que quiere, finalmente acabamos con dolor de cabeza y irritados.
La desvalorización. Se da entre contacto y satisfacción. Es el obstáculo principal que
estorba o impide el paso del contacto a la realización, satisfacción. En lugar de
festejar la alegría y satisfacción, relativizamos, desdramatizamos, minimizamos la
vivencia. Y nos pasamos la vida sin disfrutar las mil cosas buenas que nos trae cada
día la vida. Tenemos todo lo necesario para ser felices y la vida nos parece tibia e
insípida. Nuestra cultura desaprueba las expresiones de alegría, las exuberancias y
otras excentricidades. Lo toleramos con una sonrisa de condescendencia en los niños
por ejemplo. Pero para nosotros la exteriorización ruidosa y pública de nuestra
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alegría tiene tufo de vulgaridad. Se nos ruega permanecer dignos, controlar nuestras
emociones... La desvalorización es un contacto, pero no estamos satisfechos debido
a un alto grado de exigencia o perfeccionismo, puedes estar no satisfecha con la
propia actuación o con el objeto, pues una vez conseguido vemos que no era tan
bueno como parecía.
La confluencia. Se da entre contacto-satisfacción y retirada. El sujeto para ser
aceptado o no entrar en discusión con figuras importantes simplemente se mimetiza
a ellas; debilita los límites de su Yo para fusionarse al otro. Se adoptan así, sin
crítica ni cuestionamientos, decisiones, ideas, estilos de vida ajenos. Se adopta una
postura cómoda donde se abdica de la propia responsabilidad, de la capacidad de
tomar decisiones, para siempre "estar de acuerdo". Los confluentes son personas que
practican la desesperanza aprendida o la identificación con el agresor temido. Su
frase es "Acéptame, no discuto".
Estas actitudes tóxicas bloquean, impiden, evitan, interrumpen la formación y/o
el cierre de las Gestalts, lo que puede provocar en el individuo ansiedad, depresión,
resistencia al cambio, rigidez, y control neurótico, desde donde se hacen intentos para
manipular el ambiente, buscando obtener el soporte del mismo negando las experiencias
personales con la utilización de las resistencias o mecanismos de defensa que
interrumpen el ciclo, impidiendo al organismo establecer un contacto sano con el
entorno.
Si la neurosis se considera en la Terapia Gestalt una fractura de la
autorregulación organísmica, y desde la visión sana que Perls tenía de la naturaleza
humana cuyo enfoque tiende más a restaurar la salud que a descifrar la patología, el
abordaje de las situaciones inconclusas que interfieren en el presente, (en el adecuado
equilibrio entre contactar con el entorno y retirarse), la restauración de la regulación
organísmica en los asuntos inconclusos será un modo de resolver la neurosis. Peñarrubia
nos dice al respecto que: “…podemos definir el concepto gestáltico de neurosis como
una equivocación (ignorancia o torpeza en palabras de Norberto Levy) de la
autorregulación”6.
“Todas las perturbaciones neuróticas surgen de la incapacidad del individuo
por encontrar y mantener el balance adecuado entre el mismo y el resto del mundo…
4
PEÑARRUBIA, F. “Terapia gestalt. La vía del vacío fértil”. 2ª edición (2009) Madrid: Alianza.
14
La neurosis es su técnica más efectiva para mantener su balance y su sentido de
autorregulación en una situación en la cual siente que la suerte no le favorece”. Perls
(1976)7.
La resistencia es un obstáculo intrapersonal que estorba el movimiento natural
de la completud de una Gestalt, oponiendo una barrera pertinaz a la conducta natural de
la persona. No es una barrera inerte que deba eliminarse, sino una fuerza creativa para
manejar (sustituir) un mundo difícil. En vez de eliminarse, conviene observarla, pues en
el mejor de los casos, una persona crece a fuerza de resistir, y en el peor, es parte de su
identidad.
Hay que encarar al hombre como un compuesto de características y no
meramente como un ser que resiste. Así el individuo está dividido dentro de sí mismo, y
no contra sí mismo. El conflicto interno es una lucha por la vida que libran los
diferentes aspectos de la personalidad. Cualquier cosa que ocurra en una parte de la
persona afecta a su naturaleza toda. Las experiencias cooperativas entre los
componentes de un individuo son comunes: a veces estorban el funcionamiento normal,
otras lo facilitan.
Me parece interesante incluir aquí el concepto de DEMARCACIONES que Ken
Wilber8 nos explica en su libro, “La conciencia sin fronteras”, para él nuestro único ser
verdadero es siempre la conciencia de unidad. En cambio parecen existir otros niveles
de conciencia, y cada nivel no es otra cosa que una progresiva demarcación (resistencia)
y limitación de la conciencia de unidad. Una vez construida la primera demarcación se
sigue una cadena de otras demarcaciones, cada una de ellas construida sobre la
precedente. La primera secciona la propia conciencia de unidad. El hombre ya no es uno
con el mundo, se identifica solo con su organismo y se contrapone a su medio. Se
concentra exclusivamente en sí mismo, convertido en una unidad de cuerpo y mente, es
el nivel del organismo total, del centauro. Así comienza la batalla contra el mundo, que
se ha convertido en una amenaza, puesto que tiene el poder de erradicar lo que ahora
sentimos como ser “verdadero”, nuestro organismo. Hace por eso la aparición
consciente del miedo a la muerte, y la rechazamos, negándonos a vivir sin futuro y
intensificamos para defendernos, la sensación del tiempo, es decir nos valemos de la
ilusión del tiempo para espantar la ilusión de la muerte. Con la segunda demarcación, el
7
PEÑARRUBIA, F. “Terapia gestalt. La vía del vacío fértil”. (2009) Madrid: Alianza. (Pág. 141)
8
WILBER, K, “La conciencia sin fronteras”. Ed.: Kairós (Pág. 13-31)
15
centauro se rompe, y aparece el nivel del ego. Donde el hombre se niega a mantenerse
en contacto con la totalidad de su organismo, y reduce su identidad hasta identificarse
exclusivamente con su imagen de sí mismo. Niega el cuerpo huyendo de la muerte, pues
su cuerpo que es corruptible, y por eso decidimos vivir como ego, como una imagen de
nosotros mismos.
Pero así no podemos encontrar una imagen exacta aceptable de nosotros
mismos, por lo que nos fabricamos una imagen fraudulenta, fabricamos una persona,
una máscara, donde todos los aspectos inaceptables del ego se presentan como externos,
“lo que no somos”, proyectados en forma de sombra. Así se establece una nueva
demarcación dentro del ego, y se genera el tercer nivel, el de la persona. Que es sólo la
sombra de lo que creemos ser.
2.3. GESTALTS INACABADAS O INCONCLUSAS
Normalmente, desde el momento (físico o comportamental) en que termina una
acción, estamos disponibles para iniciar otra: es la sucesión ininterrumpida de las
Gestalts, constituyendo el continuum de conciencia de toda persona que funcione dentro
de una permanente fluidez.
Cuando el ciclo no se ha desarrollado de forma completa, la situación puede
quedar inacabada y constituir un elemento preconsciente de presión interna, ya sea
movilizador o una fuente de neurosis. Así por ejemplo, una tarea interrumpida (una
lección que hay que aprender, una orden que ha quedado a medias, una llamada
telefónica en medio de una comida, una salida aplazada a causa de una tormenta…)
puede seguir estando presente y esperar a la primera ocasión para concluirse: es el
16
efecto Zeigarnik9, tomado del nombre de la psicóloga gestaltista rusa que lo estudió,
Bluma Zeigarnik10. No obstante, en otras situaciones, esta presión puede transformarse
en una tensión física muy dolorosa y agotadora, construyendo, a la larga, la causa de
una neurosis: un duelo o una separación mal asumida, una situación de paro prolongada,
una insatisfacción sexual crónica, un repetido fracaso en los exámenes, etc. Cuando el
Ciclo de la Experiencia se auto-interrumpe es cuando se produce el "asunto inconcluso".
Para Latner11 (1973) las Gestalts inconclusas producen indigestiones en el
organismo. Nos atascamos con sustancias extrañas. Queda claro ya que las Gestalts
inconclusas son el resultado de nuestra interferencia con un funcionamiento libre.
Evitando el cierre una persona invierte una gran parte de su energía, quedando
poca energía disponible para hacer frente a nuevas situaciones. Al bloquearse la toma de
conciencia y disminuir la energía no podemos dedicar mucho de nosotros a las nuevas
situaciones. Y así careciendo de una participación por entero, con toda nuestra energía,
las nuevas Gestalts son débiles e incompletas, acompañadas de emociones como el
resentimiento y la preocupación. Y con el tiempo nos damos cuenta de que hemos
coleccionado una larga lista de situaciones incompletas, frases no expresadas, sueños
recurrentes, impulsos inexpresados, etc. Lo mismo que cada Gestalt tiende al cierre,
todas las partes que intervienen un asunto inconcluso lucha para completarse. Aunque,
nuestros impulsos no pueden olvidarse o reprimirse, únicamente su expresión, todo lo
que reprimimos tiende a salir a flote.
Desde el comienzo de nuestra existencia todos hemos tenido diversas
necesidades en diferentes niveles. Algunas de ellas han sido satisfechas, lo que ha
permitido a nuestro organismo crecer (física y psíquicamente). Otras no han sido
satisfechas, entre éstas últimas algunas pueden aún estar presentes en nuestra mente.
9
La psicóloga Bluma Zeigarnik se interesó por este fenómeno al observar cómo un camarero
era capaz de recordar fácilmente una larga lista de pedidos pendientes, y sin embargo
difícilmente recordaba los platos que acaba de servir. En 1927, Zeigarnik publicó un estudio
acerca de este fenómeno, que posteriormente tomaría su nombre. Para realizar dicho estudio
tomó cierto grupo de sujetos que debían efectuar una serie de 18 a 21 tareas sucesivas (enigmas,
problemas de aritmética, tareas manuales...). La mitad de esas tareas eran interrumpidas antes de
que los individuos pudieran acabarlas. Eran precisamente las tareas interrumpidas las que los
sujetos evocaban después con más fuerza. Las demás se perdían a menudo sin dejar huella en la
memoria. Este efecto se basa en las motivaciones de terminación.
Bliuma Vulfovna Zeigarnik (9 de noviembre de 1900 − 24 de febrero de 1988), psicóloga y
psiquiatra soviética. Descubrió el efecto Zeigarnik y estableció la psicopatología experimental
como una disciplina separada.
10
11
LATNER, Joel. “Fundamentos de gestalt”. Ed.: Cuatro Vientos.
17
Pero frente a la historia infantil como origen de la neurosis del presente, según
Peñarrubia12, Fritz Perls privilegia la conciencia de las interrupciones del momento
actual. El pasado inconsciente es más o menos secundario cuando uno cree en la
tendencia del organismo a actualizar permanentemente lo inconcluso. Y es la
interrupción de esta tendencia lo que se entiende como un proceso de neurotización:
“Describíamos la neurosis como la enfermedad que surge cuando el individuo
interrumpe los procesos en curso, cargándose a sí mismo con tantas situaciones
inconclusas que llega un momento en que no puede continuar con el proceso de vivir…
Las interrupciones psicológicas o neuróticas son de las que ocurren a un nivel
consciente o en un nivel que puede llegar a serlo” (Perls, 1976)13
2.4. EL AQUÍ Y AHORA EN LAS GESTALS INCONCLUSAS
El "Aquí y el Ahora": es el momento presente, es el fenómeno de lo que me doy
cuenta en este momento. El pasado ya fue y el futuro no ha llegado, solo el ahora existe.
Es en el ahora donde llevamos nuestros recuerdos y nuestras anticipaciones sobre el
futuro. Por eso en la Terapia Gestalt llevamos al presente todo lo que no está o no se
desarrolla en él; incluso si el conflicto que aparece hace referencia a una experiencia del
pasado o a un temor del futuro, traemos este material al aquí y ahora porque sólo en el
presente se puede llevar a cabo la integración.
Al recordar tendemos a deformar el pasado, sobre todo aquellos recuerdos que
nos resultan desagradables y los que afectan nuestra autoestima; sin embargo, en
nosotros llevamos mucho del pasado, sobre todo en cuanto se refiere a situaciones no
concluidas (Gestalts incompletas). El resto ha sido asimilado y ya es parte nuestra. Al
irnos al pasado nos vamos a una fantasía muchas veces distorsionada y evitamos el
presente, donde tenemos nuestros pensamientos, nuestro cuerpo, nuestra conducta y
nuestros sentimientos que podemos percibir.
Si queremos actuar, cambiar, decidir, sentir, no podemos hacerlo más que en el
presente, las Gestalts inconclusas se viven y reviven en el presente, intentan cerrarse en
el aquí y ahora, aunque vengan de situaciones pasadas que no cerramos, es en el
PEÑARRUBIA, F. “Terapia gestalt. La vía del vacío fértil”. 2ª edición (2009) Madrid:
Alianza. (Pág. 138-139)
12
13
PERLS, Fritz. El enfoque gestáltico. Testimonios de terapia. Santiago: Cuatro Vientos.
18
presente que están abiertas, es en el presenten que aparecen una y otra vez para su
cierre.
En la película “El Club de los Poetas Muertos”14 se popularizó el dicho de
Horacio, “Carpe Diem”, que apunta en el sentido: Aprovecha el día, vive el momento,
confía en el mañana tan poco como puedas. Fritz Perls solía decir: “El pasado ya no es
y el futuro aún no llega. Sólo existe el presente”. Si dejamos que nuestra mente nos
arrastre a rumiar el pasado o a preveer las posibles circunstancias que se presentarán en
el futuro, no vivimos. Nos sumergimos en una ilusión inexistente -pasado o futuro- y lo
único verdaderamente real que la vida nos ofrece -lo que tenemos aquí, en este
momento- se nos escurre entre los dedos, la mayoría de las veces sin que nos demos
cuenta.
El pasado ya no tiene arreglo, por eso si tenemos asuntos inconclusos a su
respecto, debemos atenderlos lo antes posible, para que no sigan succionando,
erosionando, desgastando o desviando nuestra energía. Impidiéndonos vivir nuestro
presente con plenitud y conciencia.
En el último disco de John Lennon, “Double Fantasy”, hay una canción en la
que dice: “La vida es lo que ocurre mientras estás ocupado haciendo otros planes”. Es
una manera fácil de ilustrar el efecto cotidiano y nocivo del cómo actúa una Gestalt
inconclusa en nuestro aquí y ahora: No estamos en lo que estamos. Así, muchos seres
humanos se quedan anclados en el pasado viviendo o reviviendo experiencias que ya se
fueron y que no volverán...
14
El club de los poetas muertos (Dead Poets Society) (1989). Dirigida por Peter Weir y
protagonizada por Robin Williams, Robert Sean Leonard, Ethan Hawke, Josh Charles, Dylan
Kussman, entre otros.
19
Mis padres. (1958)
Esta foto me emociona especialmente, pues yo he visto muy pocas veces esa
mirada de mi madre hacia mi padre.
Sé de algunos asuntos inconclusos que no cerraron, muy dolorosos, como la
muerte de dos hijas antes de mi nacimiento, y les supongo que tendrán otros
más que desconozco. Lástima que no los cerraran, me hubiera gustado verlos
así muchas veces más.
20
SEGUNDA PARTE
3. ASÍ PUES, ¿QUÉ SON LOS ASUNTOS INCONCLUSOS?
De todo lo recogido en la primera parte de este trabajo, queda ya muy claro que
cuando el Ciclo de la Experiencia se auto-interrumpe es cuando se produce un "asunto
inconcluso".
Así cuando una experiencia no se puede olvidar ni resolver de manera
satisfactoria, se torna en un "asunto inconcluso". Estas Gestalts incompletas
generalmente se relacionan con experiencias más o menos traumáticas o dolorosas que
no se han podido integrar, derivadas de situaciones relacionales en las que no se
satisfizo una necesidad básica (seguridad, confirmación, inclusión, aprobación), y se
van acumulando en emociones incompletas e interrumpidas.
Estos eventos, o experiencias que quedan como Gestalts incompletas esperando
su resolución, pueden darse en dos formas: en algunos casos, efectivamente se
interrumpe un evento, que queda sin cerrarse. En muchos otros, el evento realmente
concluyó, pero la forma en que sucedió no fue satisfactoria para nosotros. Y la
experiencia de una situación desagradable y concluida de manera insatisfactoria crea
nuevas necesidades y sentimientos, surgidos precisamente de ese cierre rechazado.
De la búsqueda de información por diferentes blogs sobre Terapia Gestalt, he
encontrado múltiples y variadas maneras de conceptualizar que son los asuntos
inconclusos:
- Son los sentimientos o asuntos, de los cuales no queremos encargarnos ahora y lo
vamos dejando.
- Es aquel asunto al cual no le hemos dado un término saludable y entorno a el existen
energías acumuladas que nos causan malestar en diversos niveles y no nos permiten
estar enteramente atentos en lo que ocurre en este lugar y en este momento.
- Es una de las maneras de pensar la enfermedad mental, tener asuntos inconclusos sin
cerrar de manera significativa.
- Es el tener un sentimiento atragantado y el atreverse a darle curso, a soltarlo hacia
fuera, nos resulta doloroso.
21
Otra forma de definir los asuntos inconclusos es la que da Raquel Ros 15: “Los
asuntos inconclusos son sentimientos o emociones no expresados o resueltos”.
Pierret16 en su libro “La Terapia Gestalt” explica como en nuestra vida (y sobre
todo en nuestra infancia) hemos vivido situaciones repetitivas frustrantes que no hemos
podido acabar nunca, porque éramos niños, es decir pequeños. Y estas situaciones
donde nos quedamos impotentes, incapaces de reaccionar, de expresar nuestra emoción
o dolor, permanecen en nosotros como una herida que no se cicatriza, y pasamos el
resto de nuestra vida tratando de cerrar esa herida.
“Todo asunto inconcluso habla de una necesidad no satisfecha; el individuo se
siente obligado a repetir en su vida cotidiana lo que no logra concluir en forma
satisfactoria” 17 (Perls, 1976).
Lo que se asume en general es que “los asuntos inconclusos son básicamente
producto de situaciones pasadas o conflictos intra-psíquicos no resueltos18”.
Así cuando una tarea se interrumpe, esto produce un impacto emocional que
hace que se retenga dicha tarea en la memoria durante un tiempo. En cambio, cuando la
tarea es finalizada y completada, esto produce una satisfacción, un crecimiento y un
rápido olvido. Si extendemos estas premisas al tema afectivo se ve como una Gestalt no
concluida produce una serie de comportamientos cíclicos y repetitivos que tienen como
finalidad provocar un cierre o conclusión de la situación. Pero a veces, este cierre puede
resultar doloroso y este dolor se puede aliviar por un comportamiento sustituto.
Los asuntos inconclusos son fuente de malestar psicológico en las personas, y
cuando las personas no actuamos adecuadamente para hacer el cierre de un asunto
inconcluso, no podemos olvidar las acciones que han ocurrido en el pasado, o no se
aceptan las situaciones como son ahora, y entonces somos incapaces de funcionar de
forma sana y enérgica. Es decir nos quedamos anclados en el pasado viviendo
experiencias que ya se fueron y que no volverán. En consecuencia, la persona retiene
ROS MONRÓS, Raquel. “La psicoterapia infantil gestáltica”. Hojas Informativas de l@s
Psicólog@s de Las Palmas, nº 79-80 Época II septiembre-octubre 2005. (pp. 31-35)
15
16
PIERRET, Georges. “La Terapia Gestalt”. Madrid (1990) Ed. Mandala.
17
PERLS, Fritz. “El enfoque gestáltico. Testimonios de terapia”. Santiago: Cuatro Vientos.
CASTANEDO, Celedonio. “Como cerrar asuntos inconclusos: recordando a Laura Perls en el
décimo aniversario de su muerte”. (Foro Nacional). Revista Acta Académica. Universidad
Autónoma de Centro América. Mayo 2001 (http://www.uaca.ac.cr/actas/2001may/index.htm)
18
22
esta experiencia incompleta evitando que termine y se dedica a recordarla, invirtiendo
gran parte de su energía en esto, lo que hace que le quede poca energía disponible para
hacer frente a nuevas situaciones.
“…el pasado está siempre presente en nuestra experiencia vital total, en
nuestros hábitos y complejos, en todos nuestros asuntos pendientes, nuestras Gestalts
fijas.” 19 (Laura Perls)
Para terminar de concretar que es un asunto inconcluso me gustaría hacerlo con
una historia. Existe una historia conocida que cuenta como dos monjes Zen estaban
cruzando un río, y se encontraron con una joven muy hermosa que también deseaba
cruzar, pero que tenía mucho miedo. Uno de los monjes, el más mayor, la subió sobre
sus hombros y la transportó a la otra orilla. El otro monje bastante más joven, estaba
furioso. No dijo nada, pero estaba hirviendo por dentro. Un monje budista no debería
tocar a una mujer, y este hombre no sólo la había tocado, sino que la había llevado sobre
sus hombros. Caminaron durante varios kilómetros. Cuando estaban llegando al
monasterio y ya cruzando el portal, el monje más joven, furioso, enfrentó al más viejo y
le dijo: -“Tendré que hablarle al Maestro respecto a esto, tendré que informarle. “¡Eso
está prohibido!"-. El monje más viejo respondió: -"¿De qué hablas? ¿Qué es lo que está
prohibido?"-. -"¿Lo has olvidado?"-, dijo el joven. -"¡Llevaste a una hermosa mujer
sobre tus hombros!"-. El primer monje sonrió y dijo: -"Sí, la llevé. Pero la dejé en la
orilla del río, kilómetros atrás. ¿Acaso tú aún cargas con ella?"-.
Historia tradicional Zen.
RAJNEESH, B.S. “Palabras a mí mismo”.
Ed. Cuatro Vientos.
3.1. COMO SE GENERAN LOS ASUNTOS INCONCLUSOS
Se puede afirmar que un asunto inconcluso puede surgir o generarse de: el
condicionamiento, los sentimientos reprimidos, disfrazar lo que sentimos, evitar el
rechazo, el castigo o la desaprobación, del rencor o resentimiento, de la muerte o
alejamiento de un ser querido, y de los conflictos solucionados de forma no equitativa.
El condicionamiento (especialmente en la infancia y adolescencia) nos enseña
qué es lo "bueno" y qué es lo "malo". Nuestros padres, nuestros profesores, el mundo
19
PERLS, Laura. “Viviendo en los límites”. Ed. Promolibro
23
adulto en general, nos reprenden cuando expresamos o evidenciamos algunos
sentimientos; y nos sonríen, nos premian y nos alaban cuando expresamos otros. Y
comenzamos a actuar según lo que se espera de nosotros, y nosotros mismos
comenzamos a permitirnos y a "aprobar" en mayor grado algunos de nuestros
sentimientos y a sentirnos incómodos con otros, y por lo tanto, los reprimimos. En
algunos casos, estamos conscientes del sentimiento, pero decidimos no expresarlo; en
otras, la represión es más fuerte y no tenemos consciencia de lo que estamos sintiendo.
Un introyecto no elaborado es otra forma de generar un asunto inconcluso. Esto
es el asimilar de otras personas formas de pensar o de sentir (sin hacerlas propias o
modificarlas). Perls, Hefferline y Goodman (1973) comentan, textualmente: “Todo
introyecto es el precipitado de un conflicto antes de que éste fuera resuelto”20.
Los sentimientos reprimidos, cuando estamos conscientes de ellos, nos hacen
sentir vulnerables, por miedo a ser rechazados si los expresamos. La ira, el odio, la
pena, la confusión, el llanto, la incertidumbre, la indecisión, la vulnerabilidad, el deseo
sexual, el amor, la atracción por otra persona, son sentimientos frecuentemente
reprimidos o aceptados sólo dentro de ciertos márgenes muy delimitados. Por tanto, ya
desde los tres a los cinco años aprendemos a mentir, a disfrazar lo que sentimos para
evitar la desaprobación, el rechazo o el castigo. Lo más grave ocurre cuando nosotros
mismos dejamos ya de saber con precisión lo que de veras sentimos: nos hemos
acostumbrado tanto al disimulo y a la mentira que ya no la distinguimos de lo real.
Disimulamos, entonces, lo que sentimos con las personas de las que tememos el rechazo
(los padres, la pareja, etc.), y mantenemos una imagen, pero todos aquellos sentimientos
que hemos reprimido pasarán a ser asuntos inconclusos, pues la represión no elimina ni
hace desaparecer nada. Un enfoque más equilibrado y responsable respecto a lo que
sentimos consistiría en atrevernos a expresar lo que somos en nuestro interior, y a no
descalificar a los que lo hacen a nuestro alrededor si nosotros tenemos miedo de
hacerlo. Otra forma de situación en que el sentimiento fue reprimido son las situaciones
en que debido al miedo que experimentamos no pudimos gritar o llorar; o, por algún
otro motivo, no dimos rienda suelta a lo que sentíamos.
CELIS, Alejandro. “Una nueva mirada al asunto de los asuntos inconclusos”. Revista de
Terapia Psicológica Nº 22 (1994). Sociedad Chilena de Psicología Clínica, Santiago de Chile.
20
24
También existe la posibilidad de que se generen asuntos inconclusos cuando se
experimenta insatisfacción con la forma en que se dieron las cosas en algún momento
del pasado. Nosotros mismos o alguna otra persona sintió o actuó de un modo que
simplemente no podemos terminar de aceptar: rumiamos interminablemente con los
hechos, imaginamos otro desenlace, nos culpamos a nosotros mismos o a la otra
persona.
De acuerdo a un modelo psicogénico, se ve que muchas veces la forma en que
respondemos al stress en la vida está dictada por nuestras creencias inconscientes acerca
de quiénes somos, quiénes deberíamos ser y la forma en que el mundo es y debiera ser.
Y esto estaría asociado con enfermedades particulares: enfermedades cardiovasculares,
úlceras estomacales, asma, irritación del tracto urinario y cáncer. En relación a las
personas que desarrollan cáncer: “Estos individuos tienen sentimientos de
desvalorización y no se gustan a sí mismos. Los sentimientos de hostilidad están
"embotellados" y reprimidos más que llevados a la superficie y trabajados. Estos
rasgos pueden enmascarar una depresión crónica”21.
Un asunto inconcluso implica, una gran cantidad de energía que gira al interior
de nuestro sistema, contaminándolo y enfermándolo. Una úlcera gástrica, un colon
irritable, las hemorroides, la hipertensión y las afecciones cardíacas pueden,
eventualmente, pueden estar correlacionadas con la prolongación indefinida de asuntos
a los que no se les ha dado sana conclusión.
Con la muerte existe un aspecto que puede dificultarnos el aceptar esa ausencia:
los remordimientos respecto a todo lo que no le expresamos, todo lo que quisimos decir
o hacer con esta persona y que no hicimos y todo lo que quisiéramos que hubiese sido
diferente. El alejamiento de un ser querido, genera efectos similares, en la medida en
que la relación con esa persona no haya tenido un final sano (energía retenida,
comunicaciones no hechas). Por ejemplo si uno u otro de los cónyuges no ha logrado
dar un cierre saludable a sus relaciones anteriores, es prácticamente seguro que esto
afectará negativamente su relación presente, en formas conscientes y también
inconscientes.
GOÑI (1991). En CELIS, Alejandro. “Una nueva mirada al asunto de los asuntos
inconclusos”. Revista de Terapia Psicológica Nº 22 (1994). Sociedad Chilena de Psicología
Clínica, Santiago de Chile.
21
25
3.2. COMO DETECTAR UN ASUNTO INCONCLUSO
Podríamos decir que hay diferentes signos para detectar asuntos inconclusos, por
ejemplo si tenemos fantasías persistentes respecto a personas o situaciones que vivimos
en el pasado cercano o lejano, o si mantenemos diálogos internos con otras personas, no
presentes, o si tenemos sueños en los que volvemos a vivir alguna situación, todo ello
son síntomas que manifestamos respecto a acontecimientos que vivimos y que no han
llegado a una solución satisfactoria para nosotros. También pudiera verse desde las
emociones o sentimientos que nos invaden, por ejemplo si sentimos rencor, melancolía
o profunda tristeza con respecto a la forma en como se dio algún hecho en el pasado, o
si con alguna persona y en ese momento, en vez de sentirnos relajadas, conectamos con
un sentimiento que esta nos inspira, y experimentamos una confusa mezcla de
incomodidad, tensión y sensación de tener algo pendiente con ella.
A nivel corporal también se pueden detectar signos, por ejemplo si notamos en
el cuerpo, (el más fino sensor de lo que nos pasa), una sensación de incomodidad o
inquietud al ver o al recordar a alguien. Una de las técnicas conocidas que ayuda a
sensibilizarse a las claves del cuerpo -y, por tanto, a descubrir la presencia de asuntos
inconclusos- es la Focalización (Gendlin, E., 1978). Básicamente, consiste en la
combinación de una simple técnica de imaginería con el contacto de lo que Gendlin
llama la sensación sentida: el referente corporal de aquella vivencia/experiencia que nos
orienta en el plano intuitivo/emocional, haciendo surgir aquello que tenemos pendiente.
Incluso mentalmente podríamos decir que si haciendo una tarea cotidiana te “pillas” con
la cabeza en otra parte, dando vueltas a un asunto, sobre como ocurrió, que no hice, que
hice mal, esto también podría ser una señal que nos indica un asunto pendiente. En toda
situación en que no estemos con todos nuestros sentidos atentos a lo que está ocurriendo
en nosotros y nuestro medio, es muy probable que nuestra atención y energías se hayan
deslizado hacia alguno de estos asuntos pendientes. Aunque esto tiene, naturalmente,
excepciones: que estemos simplemente cansados o hayamos caído en ciertas "fases de
descanso" fisiológicas que se dan en vigilia (Rossi, E.L., 1991) 22. Perls, Hefferline y
Goodman23 (1951, pág. 500) dan, también como ejemplos de índices de la presencia de
asuntos inconclusos, el insomnio y el aburrimiento.
En CELIS, Alejandro. “Una nueva mirada al asunto de los asuntos inconclusos”. Revista de
Terapia Psicológica Nº 22 (1994). Sociedad Chilena de Psicología Clínica, Santiago de Chile.
22
23
Ídem anterior.
26
3.3. CONSECUENCIAS Y EFECTOS DE LOS ASUNTOS INCONCLUSOS
He descrito ya como la salud tóxica bloquea, impide, evita, interrumpe la
formación y el cierre de las Gestalts, lo que provoca ansiedad, depresión, resistencia al
cambio, rigidez y control neurótico. Por lo que se hacen intentos para manipular el
ambiente, buscando obtener soporte del mismo, negando las experiencias personales
con la utilización de resistencias como son la desensibilización, la proyección, la
introyección, la retroflexión, la deflexión, la desviación, la desvalorización y la
confluencia. Todas estas resistencias o mecanismos de defensa interrumpen o frenan el
Ciclo de la Experiencia, impidiendo al organismo establecer un contacto sano con el
entorno y consigo mismo. Así la tensión que mantiene el asunto inconcluso está
encubierta, protegida por las resistencias que bloquean el contacto, de tal forma que la
naturaleza de la tensión esta enmascarada. Otras veces la tensión encuentra su expresión
en el cuerpo produciendo trastornos psicosomáticos como úlceras, fuertes dolores de
cabeza, dolor de espalda, artritis o crisis de asma (Rolf, 1977, Lowen, 1967, y Reich,
1949)24. Trastornos todos ellos originados por la retroflexión.
En el organismo se acumula pues, la tensión que produce la Gestalt incompleta o
inconclusa. En esta auto-interrupción algunas partes del cuerpo no se utilizan en su
totalidad. Puede ser que un brazo y un puño hayan sido frenados para no golpear, una
mandíbula no haya podido ser capaz de triturar, lágrimas a flor de piel no hayan podido
brotar, los pulmones se bloquean para no gritar, a las tripas no se las permite retorcerse
de risa, y a la pelvis desplazarse… Uno de los efectos más cotidiano y pernicioso es que
no estamos verdaderamente presentes en lo que estamos haciendo. La frase "vivir en el
aquí y ahora", apunta a no tener asuntos que nos distraigan de estar enteramente atentos
a lo que está sucediendo en este lugar y en este momento. La situación inconclusa nos
quita energía. Nos mantiene en la melancolía, en la indefinición y el des-compromiso
con aquello con lo que estamos enfrentados ahora, hoy. Es necesario para que el
momento sea vivido con plenitud y extraer el máximo provecho, que la persona se
desconecte internamente de sus otros compromisos, actividades y preocupaciones.
"Desconectarse", como el estar presente en la situación y momento actuales, y no
dejarnos llevar por pensamientos que nos arrastren al pasado o al futuro.
En CASTANEDO, Celedonio. “Como cerrar asuntos inconclusos: recordando a Laura Perls
en el décimo aniversario de su muerte”. (Foro Nacional). Revista Acta Académica. Universidad
Autónoma de Centro América. Mayo 2001.
24
27
Algunas de las formas en que se manifiestan los asuntos inconclusos son con el
resentimiento o la rabia no expresada a los padres, hermanos, pareja, y otras personas
significativas. Y la mayoría de las veces pueden ser
consecuencia del amor no
expresado, la culpabilidad no resuelta, o las acciones del pasado no aceptadas. Esta no
resolución de un asunto inconcluso puede implicar a otras personas o a algunos aspectos
de uno mismo.
“Los resentimientos, señala Perls (1969)25, son probablemente las peores
situaciones inacabadas, si se está resentido, no se puede soltar ni seguir adelante, es la
expresión más importante de un impasse”. Y un resentimiento no expresado, a menudo
se vivencia o se transforma en un sentimiento de culpa.
Alejandro Celis dice que el stress es otra consecuencia de los asuntos
inconclusos. Hacer más cosas de las que humanamente podemos; el que nuestra
eficiencia se vea entorpecida por nuestra ansiedad o, también, como la incapacidad para
"desconectarnos" de nuestro trabajo mientras descansamos. “El stress disfuncional es
un estado no-natural en el que nuestro potencial físico, mental y emocional se ve
reducido a un mínimo debido al estado de tensión: el impulso refrenado se refleja
usualmente, en músculos contraídos, a veces en forma crónica26”.
A este respecto, Perls, Hefferline y Goodman (1951) señalan que el concepto de
"armadura muscular" de Wilhelm Reich (que alude a la condición recién señalada) es,
sin duda, el aporte más importante a la medicina psicosomática desde Freud.
De todo lo recogido se ve que los asuntos inconclusos nos quitan energía, nos
mantienen en la melancolía, descentrados del aquí y ahora. Cansados y estresados por
hacer más cosas de las que humanamente podemos, ansiosos, y con nuestro potencial
físico, emocional y mental reducido a un estado puro de tensión. Por
ejemplo:
Una
persona que ha tenido mucho miedo y que no lo ha podido expresar en ese mismo
momento, va a llevar consigo su angustia, un miedo difuso por el cuerpo o por algo
concreto. Incluso se creerá que tiene un temperamento ansioso, pero en realidad guarda
dentro de sí un viejo saco de miedo inexpresado.
Celedonio Castanedo explica con este caso, efectos o consecuencias de los
asuntos inconclusos: “Recuerdo que en una ocasión veía en psicoterapia a una joven
25
CASTANEDO, Celedonio (1987) “Terapia Gestalt”. Ed. Herder.
CELIS, Alejandro. “Una nueva mirada al asunto de los asuntos inconclusos”. Revista de
Terapia Psicológica Nº 22 (1994). Sociedad Chilena de Psicología Clínica, Santiago de Chile.
26
28
que había solicitado ser admitida en una Universidad. Al ser denegada su admisión
entró en una profunda depresión. En la psicoterapia se detectó que su reacción
emocional se basaba en la creencia de que si fracasaba no merecía ser querida. En su
infancia, esta joven, las únicas veces que recibía muestras de cariño de su padre era
cuando obtenía buenas notas escolares y ahora, al no conseguir entrar en la
Universidad, sentía que lo mismo que le ocurría con su padre le pasaría con otros
hombres: ningún hombre podría quererla. De ahí provenía su desesperación. La
intensidad de su emoción era provocada por los sentimientos no-resueltos hacia su
padre”27.
En el libro de Georges Pierret28 se ejemplifica con gran sencillez de la siguiente
manera: “Cuando era niño nadie me escuchaba; elegiré una profesión donde hablaré
con seriedad: seré maestro, abogado, periodista, político… Elegiré también una esposa
que me escuchará y me tomará en serio. Desafortunadamente, los alumnos son
indisciplinados y no escuchan;
los magistrados no prestan atención a lo que yo
defiendo; los lectores del periódico son idiotas, no se interesan más que por la sección
de sucesos; los electores son poco conscientes y versátiles; mi esposa se cansa de
escucharme hablar continuamente. ¡Ya no me escucha! Y yo vuelvo a encontrarme
confrontado a mi frustración inicial. Es el círculo vicioso; daré vueltas y más vueltas
hasta que no arregle la situación inacabada original”.
Pero también hay otro motivo importante para ponernos a solucionar nuestros
asuntos inconclusos: las frustraciones del pasado nos hacen imaginar compensaciones
futuras. Para cada situación que no tengamos "cerrada" (sanada, terminada, aceptada,
perdonada…) nuestras fantasías proyectarán ilusiones en el futuro que, en nuestra
imaginación, compensen la frustración que vivimos en el pasado. Si, por ejemplo,
nuestro trabajo nos aburre (quizás porque nunca nos hemos arriesgado a buscar nuestra
verdadera vocación) es muy probable que tengamos una fantasía recurrente respecto a
un empleo ideal que se nos presentará algún día. Si se trata del ámbito afectivo también
puede haber una fantasía de la "pareja ideal", la que, supuestamente, también aparecerá
por sí sola, sin que debamos hacer nada. Anclándonos en la insatisfacción perpetua sin
CASTANEDO, C. “Como cerrar asuntos inconclusos: recordando a Laura Perls en el décimo
aniversario de su muerte”. (Foro Nacional). Revista Acta Académica. Universidad Autónoma de
Centro América. Mayo 2001 (http://www.uaca.ac.cr/actas/2001may/index.htm)
27
28
PIERRET, Georges. “La terapia Gestalt”. Madrid: Mandala.
29
valorar lo que tenemos en nuestro presente, o inmovilizándonos para la acción del
cambio… En este sentido veremos ahora como el niño herido contamina nuestra vida.
Pero antes, y a modo de reflexión sobre este apartado quiero incluir un párrafo
de un artículo de Vicente Cuevas29, sobre las emociones y donde yo veo una clara
relación con las consecuencias de los asuntos inconclusos: “Si perdemos el contacto
con nuestro yo más íntimo y el acceso a la esencia de nuestra subjetividad, lo perdemos
también con los demás (pareja, familia, compañeros, ...) y la acción se convierte en el
sustituto de los sentimientos. Creo que ahí la vida se desencanta y se hace más difícil y
para evitar la desilusión de la existencia los seres humanos corremos en todas las
direcciones, a fin de evitar el vacío30”.
3.3.1. COMO EL NIÑO INTERNO HERIDO CONTAMINA NUESTRA VIDA
Cuando se detiene el desarrollo de un niño, cuando se reprimen los
sentimientos, se llega a un adulto con un niño/a enfadado/a y dolido/a por dentro. Las
heridas del niño interno herido son un asunto inconcluso, y estas contaminan en el
presente de forma inconsciente el comportamiento de la persona adulta, porque cuando
se dio el daño en el niño, este no tenía recursos para resolver de otra manera tal y como
lo supo hacer. Se parte de la base que hasta que no lo recuperemos y lo defendamos,
desde el adulto que somos ahora, seguirá exteriorizándose y contaminando nuestras
vidas adultas, como una Gestalt que reclama su completud, en la mayoría de las áreas
de las relaciones interpersonales y humanas.
Las formas como nuestro niño/a interno/a contamina nuestras vidas son:
1. Codependencia: Ser codependiente significa haber perdido el contacto con nuestros
sentimientos y necesidades. Cuando sentimos los sentimientos ajenos más que los
nuestros propios. Se depende de algo externo para tener una identidad. Los sistemas
familiares disfuncionales favorecen esta dependencia. Cuando el entorno familiar es
29
Vicente Cuevas. Fundador y Director de la Escuela de Psicoterapia de Valencia. Psicólogo
Clínico. Psicoterapeuta y Arteterapeuta. Formador en Constelaciones Familiares. Pionero en
Gestalt y en Psicología Humanista en Valencia. Es miembro Titular de la AETG, Clínico de la
AESPAT y Psicoterapeuta de la FEAP. Dirige y colabora en programas de Formación en
Psicoterapia en España, Bélgica y Latinoamérica.
CUEVAS MARTÍNEZ, Vicente. “Emociones, pasiones y estados de ánimo. El mundo de los
sentimientos”. Revista del Col.legi Oficial de Psicòlegs de la C.V. Nº 74.
http://www.epvpsicoterapia.com
30
30
violento (emocionalmente, físicamente o sexualmente), el/la niño/a debe centrarse
únicamente en lo exterior y con el tiempo pierde la habilidad de generar autoestima
desde el interior.
2. Ofensas: El comportamiento obsesivo es el resultado de una infancia violenta y del
sufrimiento y el dolor por ese maltrato que no se ha superado. El niño/a indefenso/a y
herido/a se convierte en el adulto agresor, esto ocurre especialmente cuando se trata de
abusos físicos, sexuales, y psíquicos. Esto aterroriza tanto al niño/a que no puede
permanecer en su propio ser durante el abuso, y para superar el dolor pierde toda
conciencia de su identidad y se identifica instantáneamente con el agresor.
Otros agresores han estado muy consentidos por sus padres, que han sido
demasiado indulgentes y sumisos de modo que han aprendido a sentir que son
superiores a los demás o tienen dificultades para establecer límites en sus conductas.
Pierden todo el sentido de la responsabilidad y piensan que la culpa de sus problemas es
siempre de otros.
3. Narcisismo:
Cada niño/a necesita de un amor incondicional al menos al principio,
un/a niño/a no tiene forma de saber quién es, sin poder reflejarse en un padre o una
madre. Necesitamos saber que importamos y que se acepta y se ama cada uno de
nuestros rasgos. Estas eran nuestras necesidades narcisistas, si no las hemos satisfecho,
nuestro sentido de la yoicidad se queda dañado. El/la niño/a herido/a privado de
narcisismo contamina al adulto con su anhelo insaciable de amor, atención y afecto.
Las demandas del/la niño/a sabotearán las relaciones del adulto, porque no
importa cuanto amor reciba, siempre será insuficiente. Buscará con voracidad el amor,
y la estima que el o ella no consiguieron en la infancia. Las necesidades del/la niño/a
adulto/a privado/a de narcisismo toman varias formas:
- Les decepciona una relación tras otra.
- Siempre están buscando el amor perfecto.
- Se vuelven adictos, las adicciones son intentos de llenar el vacío de la psique.
- Buscan bienes materiales y dinero que les den sensación de importancia.
- Buscan profesiones que sacien su necesidad de adulación y admiración pública.
- Utilizan sus propios hijos tratando de conseguir de sus hijos el amor y la
admiración que no pudieron obtener de sus padres.
31
4. Temas de confianza: Cuando los padres no son dignos de confianza los niños
desarrollan una profunda sensación de desconfianza. El mundo les parece un lugar
peligroso, hostil e impredecible, por lo que siempre tiene que estar en guardia y
controlando, el niño llega a pensar si lo controlo todo nadie me podrá coger
desprevenido y herirme. Surge así una especie de locura por el control que se convierte
en una adicción.
Los problemas de confianza pueden generar situaciones extremas en lo que
respecta a la confianza hacia los demás. O bien uno abandona el control y confía en los
demás de forma crédula e ingenua, aferrándose a ellos y sobreestimándolos o se retrae
en su soledad y aislamiento, construyendo un muro protector en el que no deja entrar a
nadie. Una persona que no ha aprendido a confiar en nadie confunde intensidad con
intimidad, obsesión con cuidado, y control con seguridad. Lo primero que debe
desarrollarse será el sentido básico de confianza. Confianza en sí mismo, lo cual
significa que puedes confiar en tu fuerza, en tus percepciones, interpretaciones y deseos
personales.
5. Actitudes extrovertidas – introvertidas: Toda la energía emocional relacionada con
nuestra angustia se congela, al no expresarse, ni solucionarse, trata de resolverse por si
misma y como no puede expresarse mediante lamentaciones se expresa mediante
comportamientos anormales, a esto se le llama exteriorización o reactuación, y es una
de las formas más devastadoras en que el niño interno sabotea nuestras vidas.
Los ejemplos de exteriorización son: Reactuar la violencia en los demás, las
regresiones espontáneas a la infancia (rabietas, malas caras, etc…), ser rebelde de
forma inapropiada, seguir unas normas de actuación idealizadas.
Actuar sobre nosotros mismos el abuso del que fuimos objeto en el pasado se
denomina interiorización. Nos castigamos del mismo modo que fuimos castigados en la
infancia.
6. Magia: Los niños son mágicos en los primeros años de vida, creen que ciertas palabras,
gestos o comportamientos pueden cambiar la realidad. Muchas personas conservan la
creencia infantil de que el desear una cosa la convierte en realidad. Desean y esperan el
mágico hecho de que mejoren sus vidas, entretanto el tiempo pasa y las personas se
manipulan así mismas a no llegar a ninguna parte. Ideas mágicas contaminantes son por
ejemplo:
32
- Si tengo dinero, todo irá bien.
- Si me abandona mi pareja me moriré, o no lo soportaré.
- Poseer un título me dará más categoría.
- Esperar me traerá excelente resultados.
Para las mujeres en muchas ocasiones la magia consiste EN ESPERAR al
hombre adecuado, para los hombres es el BUSCAR SIN DESCANSO a la mujer
adecuada.
7. Intimidad: Muchos niños adultos oscilan entre el miedo al abandono y el miedo a que
les anulen su personalidad. Algunos están aislados, de forma casi permanente, porque
temen que otra persona les asfixie, otros se niegan a dejar relaciones destructivas por
miedo a quedarse solos. La mayoría fluctúa entre los dos extremos. El niño herido
contamina la intimidad de las relaciones porque no tiene conciencia de su auténtico Yo.
Es imposible intimar con alguien que no es consciente de su verdadero Yo, pues para
ser íntimos tenemos que mostrarnos, y si este se muestra tal como es temerá que le
puedan abandonar, que pueda no gustar…
Un niño está herido porque se le ha desatendido, o maltratado, se han violado
sus fronteras, y esto es lo que crea el miedo a ser abandonado o a ser anulado. Sin
fronteras firmes no podemos saber donde acabamos nosotros y empiezan los demás, no
sabemos decir no, no sabemos lo que queremos, que son actitudes cruciales para lograr
intimidad. Así la intimidad requiere de dos personas íntegras que se valoran la una a la
otra como individuos genuinos.
8. No disciplina: Disciplina: palabra latina que significa “enseñar”. Los niños aprenden de
lo que hacen de verdad sus padres, el modelo parental para andar por la vida. Cuando
los padres fracasan en su modelo de disciplina el niño se vuelve indisciplinado. Cuando
los padres imponen una disciplina férrea, y no hacen lo que dicen, el niño se vuelve
superdisciplinado. El indisciplinado es holgazán, se hace el remolón, se niega a retrasar
premios, se rebela, impone su voluntad, es testarudo y actúa impulsivamente y sin
pensar. El superdisciplinado es inflexible, obsesivo, supercontrolador y obediente,
desea agradar a la gente y tiene arrebatos de culpabilidad y vergüenza. La mayoría de
los que llevamos un niño herido dentro fluctuamos entre comportamientos
indisciplinados y superdisciplinados.
33
9. Acción – compulsión: El niño herido es la causa principal de las adicciones y
comportamientos adictivos. Hay adicciones a actividades, adicciones cognitivas,
adicciones a las cosas, y adicciones sentimentales. De hecho cualquier actividad puede
usarse para alterar los sentimientos mediante la distracción. En el centro de la mayoría
de las adicciones, se encuentra el niño herido en un estado permanente de ansiedad y de
insaciable indigencia.
10. Distorsiones mentales: Los niños son maximalistas, polaridad del todo o nada. Tienen
un razonamiento emocional, es decir, “siento de una determinada manera luego debe
ser así”. Con esta forma tan ruda de proceder el niño hace miope el resultado y este se
convierte en un absoluto. Así comete muchas distorsiones cognitivas que seguirá
utilizando de adulto, como por ejemplo: La universalización, ser alarmista. La
pormenorización, el perfeccionista. Filtraje, visión de túnel donde solo se ve un
elemento de la situación. Interpretación del pensamiento. Visión catastrofista…
11. Oquedad – apatía (Depresión): La depresión es el resultado de haber adoptado un falso
Yo, dejando a un lado el verdadero pierde el contacto con sus verdaderos sentimientos,
necesidades y deseos. Tener un ser falso es estar actuando, el verdadero yo no está
presente, es como quedarse sentado en el banquillo viendo como pasa la vida. Este
vacío también se puede experimentar como apatía, la vida nos parece irreal, estamos ahí
pero no estamos dentro de ella. Aunque la gente nos admire y se apegue a nosotros, nos
sentimos solos.
El niño herido quiere ser el centro de atención, los niños adultos son autoabsorbentes, su vacío es como un continuo dolor de muelas, cuando uno tiene un dolor
crónico en lo único que piensa es en sí mismo.
3.4. OBSTACULOS PARA LA RESOLUCIÓN DE UN ASUNTO INCONCLUSO
Perls dijo al respecto: “…el principal obstáculo para la resolución somos
nosotros mismos, y, particularmente, las fantasías que elaboramos acerca de nosotros
mismos y del mundo31”.
“Resolución”. En “Esto es Gestalt”. Compilación editada por John O. Stevens. Cuatro
Vientos Editorial, Santiago de Chile.
31
34
Ampliando esta idea, tomo de un artículo de Vicente Cuevas el siguiente
extracto: “Muchas personas dicen querer sanarse, pero pocas hacen realmente algo
para realizarlo. Llega un momento en que uno se siente cómodo con sus problemas,
dadas las “ganancias secundarias” que comportan. Hay también un tiempo de
habituación al final del cual se pierde el deseo de mejorar. Hay otros que con gran
valentía afrontan su dificultad y atraviesan el laberinto hasta superar sus conflictos,
son el contrapunto a la gente que adquiere habilidad en contar su malestar, pero se
inhibe ante la acción de resolverlo.
Para cambiar se requiere un impulso y ese proviene de la incomodidad y
sufrimiento que experimentamos. Sólo cuando éste sea suficientemente grande
podremos encarar las defensas y mirar quienes somos de verdad, porque lo que más
daña es el autoengaño que nos contamos a nosotros mismos. No es la falta de
capacidades, sino las fantasías que uno crea ante lo desconocido y como lo
desconocido le da miedo, en vez de afrontarlo uno se inventa historias para evitarlo32”.
John O. Stevens33 plantea que todos llevamos partes de nuestro pasado con
nosotros en forma de memorias. Nuestras memorias, aun siendo imágenes exactas de
sucesos y cosas previas, son imágenes y no los sucesos en sí mismos. A menudo estas
imágenes y fantasías de lo que llamamos memorias son muy diferentes de las cosas y
acontecimientos que realmente sucedieron. El compromiso con esas memorias hace
algo por nosotros, y antes de que podamos dejar partir ese recuerdo, tendremos que
encontrar qué hace por nosotros, qué necesidad se ve satisfecha, que hace que nos
aferremos a ello.
Si la salud, desde el punto de vista de la psicoterapia gestalt, reside en vivenciar
la formación y el cierre de la figura, actualizarse en el sistema de valores, desarrollar el
sistema de autoapoyo, ser responsable y auténtico; estableciendo un buen contacto
consigo mismo y con el entorno, la persona sana identifica lo que necesita en cada
momento existencial y lucha con todas sus fuerzas para conseguirlo. En realidad,
intentar cerrar una situación inconclusa requiere de cierto grado de valentía. Por un
motivo u otro, nos vemos enfrentados a revivir una situación dolorosa, desagradable, sin
CUEVAS MARTÍNEZ, Vicente. “Emociones, pasiones y estados de ánimo. El mundo de los sentimientos”. Revista del Col.legi Oficial de Psicòlegs de la C.V. Nº 74.
http://www.epvpsicoterapia.com/catalogo/Item/453_Item/Emocionespasionesyestadosdeanimo.pdf
32
33
STEVENS, John O. “El darse cuenta. Sentir, imaginar y vivenciar”. Ed. Cuatro Vientos.
35
tener claros los beneficios de hacerlo. Es comprensible que intentemos rehuir el asunto,
o que simulemos intentos de cumplir con la tarea, "salir del paso" y olvidarlo todo. Sólo
si somos valientes y arriesgados o si el "asunto inconcluso" se ha vuelto intolerable, nos
abriremos a sentir todo lo que está atascado en nuestro interior. Y sólo entonces, si
ponemos absolutamente todo de nuestra parte, el asunto se cerrará.
Para Perls el conflicto, la situación incompleta, es en sí mismo un llamado para
la solución. Y el conflicto que se busca para la resolución es aquel que emerge de la
combinación nueva de circunstancias en el ahora. “En la terapia se lleva al individuo
desde su pasado, desde la reactuación muerta, al nuevo conflicto creativo que invita al
crecimiento, al cambio, a la excitación, a la aventura de vivir34”. Pero según él, uno de
los problemas principales para toda psicoterapia es motivar al paciente para que haga lo
que debe ser hecho. Debe retornar a los "asuntos inconclusos", los que dejó inconclusos
en el pasado debido a que le producían tanto dolor que debió huir.
Para mi es significativo e impactante en los asuntos inconclusos, el contraste que
existe entre tener un sentimiento o impulso "atragantado" y el atreverse a darle curso, a
expresarlo. Por lo que retomando del principio las palabras de Vicente Cuevas, y todo lo
recogido hasta ahora, se ve como algunas personas respecto al cambio personal y a la
superación de trabas y limitaciones que frenan su desarrollo y satisfacción, suelen
considerar esto como prácticamente imposible, o sienten miedo a
vivir sin las ganancias secundarias que obtenemos por el hecho
de mantenernos atados a ese asunto del pasado, quedándonos
aferrados a él, o ven el trabajo de soltar o cerrar como producto
de gran sufrimiento, de grandes despliegues de esfuerzo y como
un prolongado período de trabajo; y desean que este sea posible,
como producto de algún método prácticamente instantáneo, que
no requiera de ellos que reexaminen o reexperiencien eventos y/o
sentimientos con los que no desean enfrentarse.
El crecimiento y el cambio pueden ocurrir, para cualquiera, con un grado menor
o mayor de esfuerzo, tiempo y dolor. Existen pues, dos ingredientes importantes, tanto
en el terapeuta como en el cliente, para que se produzca ese proceso de cambio, si es el
momento, que permita a las personas superar autolimitaciones y sufrimiento
“Resolución”. En “Esto es Gestalt”. Compilación editada por John O. Stevens. Cuatro Vientos
Editorial, Santiago de Chile.
34
36
innecesario: la disposición honesta y responsable de enfrentar a los “miedos y dolores
del alma”, y la apertura a la posibilidad de que ese enfrentamiento no será tan doloroso,
ni tan prolongado para su resolución o integración. La terapia nos ayuda a descubrir
nuestra propia sabiduría, que ya está en nosotros, sólo hay que descubrirla, y no es el
terapeuta quien lo hace, el terapeuta es facilitador, acompañante en el camino, un simple
testigo, y para ello hay que creer honestamente en la posibilidad del cambio.
Un amigo, durante la elaboración de esta tesina, me preguntó de dónde nacía mi
confianza absoluta en el cambio, que no deducía sólo de mis palabras, sino de mi actitud
hacia las personas y la vida. Esto he de confesar me halagó el ego, y me alegró mucho
que él me viera así. Pero también chocó frontalmente con mi hasta ahora desesperanza
como posicionamiento existencial. La desesperanza es un tema mío, así como también
lo es mi miedo al sufrimiento y a la soledad, pero mirando la polaridad, posiblemente de
esa desesperanza pudiera nacer en mí también la mayor de las esperanzas, la confianza.
Me doy cuenta que me muevo entre la desesperanza y la esperanza como un péndulo en
busca de solución, sin rendirme y confiar en la vida, sin confiar en mí. Pero si también
miro el lado oscuro de la desesperanza, me doy cuenta que aparece la falta de fe que
habita también en mí. Faltaría abordar mi trabajo con el lado oscuro de la esperanza, lo
cual me plantea la pregunta de si también habita en mí la fe, la confianza y/o la
aceptación como posicionamiento existencial en el fondo, y me mantengo en la pelea
con Dios o la Vida como figura dominante.
Entiendo que mi amigo me hable de mi confianza absoluta en el cambio, ¿qué le
puede quedar a una persona que se siente falta de fe, si no confiara esperanzadamente en
que el cambio es posible? Creo que mi miedo al sufrimiento me lanza en busca de la
esperanza y la confianza de que el cambio siempre es posible… Pero ahí estoy, como el
borracho del chiste, buscando donde alumbra la luz de la farola, no donde perdí la llave.
Creo que en esta etapa de mi vida necesito fe y no esperanza, pues esta ya no me
sirve, quiero rendirme y no continuar en la pelea para que se produzca el cambio, para
que desaparezca el sufrimiento. Ahora sé que la esperanza me lleva a la pelea, a no
querer mirar el sufrimiento, y sé que mi aprendizaje pasa por abrazarlo. Creo que pedir
fe y trabajar la aceptación se hace necesario en mi, tanto a nivel personal, como a nivel
terapéutico. Porque ¿qué le pasa a un terapeuta falto de fe? ¿Cómo puede ayudar desde
el amor? Yo he de confesar que en ocasiones me he enfadado con algún cliente antes de
abrazar su sufrimiento, antes de aceptar que no quieren cambiar, que prefieren seguir
37
sufriendo, por lo que no puedo acompañarlos en su dolor si yo me asusto. Tener fe,
posibilita abrazar al sufrimiento y a la desesperanza. Es poder abrazar la vida tal y como
es, y no como me gustaría que fuera. Y esto sí es acción de ayuda, ya sea para el cambio
o no.
4. TRABAJO GESTÁLTICO CON LOS ASUNTOS INCONCLUSOS
“La Gestalt se abre para exigir su cierre, y la energía que llevará al cierre está
en la abertura”. (Frederick S. Perls)35
4.1 ENFOQUE DESDE LA GESTALT PARA EL TRABAJO TERAPÉUTICO
CON LOS ASUNTOS INCONCLUSOS.
El objetivo de la Terapia Gestalt, además de ayudar a la persona a sobreponerse
a síntomas, es permitirle llegar a ser más completa y creativamente viva y a liberarse de
los bloqueos y asuntos inconclusos que disminuyen la satisfacción óptima, la
autorrealización y el crecimiento.
Joel Latner en su libro “Fundamentos de la gestalt”, explica como los
“problemas inconclusos” animan las compulsiones y las obsesiones del funcionamiento
anormal. Y como muchos de estos actos proceden de un repertorio oculto del yo que
intenta establecer una autorregulación del organismo a un nivel más completo y
satisfactorio. Denominando a estos actos como síntomas. Y a los síntomas como
expresiones de nuestros conflictos no resueltos. “Somos al mismo tiempo prisionero y
carcelero, amo y esclavo… En la Terapia Gestalt los síntomas se entienden como
intentos que se hacen para solucionar un problema grave interno y de la mejor manera
posible, dada la conciencia limitada de nuestra situación”36.
Descubriendo la fenomenología de nuestra conducta presente, encontramos lo
que nos hemos hecho a nosotros mismos y que constituye nuestro funcionamiento
“defectuoso”, así es como entramos en contacto con el asunto inconcluso que tenemos y
35
PERLS, Frederick S. “Esto es Gestalt”. Resolución, pag. 79-85. Ed. Cuatro Vientos.
36
LATNER, Joel. “Fundamentos de gestalt”. Ed.: Cuatro Vientos.
38
con el motivo de que lo hayamos mantenido en estado latente. Para mi ahora el objetivo
de un proceso terapéutico será poder lograr que el control que ejercemos para
mantenernos en el estado doliente, lo ejerzamos en elegir si seguimos en ese estado o lo
alteramos.
“El trabajo sobre las Gestalts inacabadas es un ejemplo típico de la atención
que presta la Terapia Gestalt a las huellas del pasado que se convierten en parásitos
para el presente: no se trata pues de deshacerse por arte de magia de una carga
interna embarazosa a través de una puesta en acción de tipo psicodramático, sino más
bien de integrar este electo pesado de la vida en un conjunto significativo, como si
constituyera una de las polaridades de la existencia del cliente”.37 (S. Ginger)
Hacerse lúcido para captar que impide el cierre de una Gestalt es parte de la
tarea que se le propone al cliente. Para ello comprender cómo ocurre, más que detenerse
en la anécdota es esencial, es decir que el proceso38 y su captación proveerán la lucidez
necesaria más que el detalle anecdótico.
En la Terapia Gestalt nos interesa, no los informes de lo que ha sucedido en el
pasado, sino lo que está sucediendo ahora. Latner39 afirma: “Si ayer nos sentimos
desilusionados y hoy describimos el incidente en la terapia, nuestra descripción es en
tiempo pretérito, pero nuestra desilusión no”. El pasado puede tener todavía
significado, así que la frustración, la tristeza, la rabia…, será parte de la descripción del
suceso pasado, pero la terapia se concentrará en los sentimientos presentes evocados. La
técnica gestalt usual es volver a manifestar los sucesos pasados en tiempo presente, y
pedir que se haga la descripción como si el paciente estuviera sintiéndola por primera
vez, así se trae al presente la problemática pasada no resuelta. Un problema actual si se
puede tratar. Los asuntos inacabados del pasado se tratan de esa manera general, porque
al aparecer como una necesidad presente que no se ha satisfecho, al traerlas a nuestra
experiencia presente lo más completas posibles, ya se puede trabajar su integración en el
funcionamiento sano o total del individuo.
37
GINGER, Serge. “Gestalt. El arte del contacto”. Ed.: Integral (Pag. 175)
“El proceso no es tanto lo que se dice o lo que se piensa, sino como se dice o pasa, y sobre
todo cómo evolucionan las cosas y no una simple constatación (“estática”). GINGER, Serge.
“Gestalt. El arte del contacto”. Ed.: Integral (Pag. 190)
38
39
LATNER, Joel. “Fundamentos de gestalt”. (Pág. 153) Ed.: Cuatro Vientos.
39
Una técnica eficaz y muy común para traer al presente los sucesos pasados,
consiste en hacer que la persona desempeñe los papeles que hizo en su recuerdo, se les
da vida, y la persona se pone en contacto con lo que ha tenido miedo de hacer o decir,
descubriéndose a si misma. Cuando la persona experimenta la sensación de incompletud
de una Gestalt puede sentir que es absurdo estar aún pensando en algo que ocurrió
mucho tiempo atrás. Pero si una situación no ha sido concluida saludablemente, pueden
pasar muchos años sin que la inquietud interna se apacigüe. Al trabajar con la Terapia
Gestalt, el pasado no es descuidado, pero al trabajarlo se hace en el presente. Se le
sugiere así a la persona que cuente el incidente como si estuviera ocurriendo en este
momento. Sólo el presente permite experimentar la totalidad. El ahora es experienciar,
el darse cuenta.
La exploración minuciosa a través de la identificación y caracterización de los
personajes internos o externos y sus relaciones, llevará a recuperar una valiosa
capacidad: la discriminación, con ella podrá la persona desvelar el conflicto inherente a
la relación de sus aspectos interiores, también le permitirá recapacitar sobre lo
introyectado ya carente de vigencia, y le dará la oportunidad de "re-poner" en la
conciencia las emociones postergadas.
En gestalt se parte de la base que si se contacta en el presente con la emoción
que quedó "atascada" en el pasado, se puede buscar una forma de darle curso: quizás
llorar, quizás gritar, quizás golpear un cojín o una almohada, quizás descargarse
escribiendo lo que nos ocurre, quizás contárselo a un amigo o a un terapeuta. Si el
asunto pendiente involucra a otra u otras personas quizás se desee hablar con ella o
escribirle, pero puede suceder que la otra persona no tenga interés o ya no esté. Pero es
la persona quien tiene el asunto inconcluso, y es la persona quien debe hacerse cargo de
lo que le ocurre, lo importante es lo que le ocurre en su cuerpo, en sus emociones… En
ocasiones, el "cierre" puede facilitarse en gran medida si la o las otras personas están
dispuestas a escuchar o a conversar acerca de lo que inquieta; hasta puede que
compartan la inquietud. Sin embargo, si no es así, se pueden buscar otras formas, sobre
todo esto profundizaré más adelante.
La condición para el cierre de un asunto inconcluso, es poner toda la energía en
cerrar la situación inconclusa, pues el "cierre" no depende de la respuesta externa, sino
de la intensidad del compromiso en hacer todo lo que sea posible por "completar" el
asunto inconcluso. Por ello cuando el cliente se ve enfrentado a revivir una situación
40
dolorosa, desagradable, sin tener claros los beneficios de hacerlo, es comprensible que
intente rehuir el asunto, que simule intentos de cumplir con la tarea, para "salir del
paso" y olvidarlo todo. Si, por temor o comodidad, se hacen intentos tibios, es probable
que la situación siga igual. Intentar cerrar una situación inconclusa requiere de cierto
grado de valentía. Sólo si el "asunto inconcluso" se ha vuelto intolerable, la persona se
jugará el todo por el todo y se abrirá a sentir todo lo que está atascado en su interior, y
sólo entonces, el asunto inconcluso se podrá cerrar.
Sobre el papel del terapeuta en el trabajo terapéutico con asuntos inconclusos,
rescato dos fragmentos. El primer fragmento es de la conferencia de Vicente Cuevas
“El poder en la terapia”, presentada en el II congreso nacional de Gestalt en abril del
200240:
“Como terapeutas necesitamos:
1. Captar los significados hondos, eso es lo más importante, único modo de no
quedar atrapados en la imaginería infantil.
2. Reinventar las relaciones desarrollando “el contacto”.
3. El ser hoy anda confuso, debilitado, asustado... buscando sistemas que le
proporcionen seguridad (uno es la terapia), olvidando que la verdadera seguridad
solo está en la confianza en uno mismo y en la vida”.
Reflexiono desde este fragmento, como el trabajo con asuntos inconclusos desde
la Terapia Gestalt, pasa por conocer la significación que tiene para el paciente y para su
vida, ese asunto no cerrado, como paso previo a cualquier intervención. Desde ahí ya se
podrá ayudar a la persona a que ella misma reelabore o “reinvente” las relaciones,
consigo misma o con el otro desde un contacto sano, no interrumpido, en su vida
presente, y otorgarse la seguridad (el autoapoyo) para satisfacer sus necesidades sin
evitaciones o interrupciones, y mejorando la calidad del contacto con el medio
haciéndose más variada, intensa y sutil.
40
Enlace de la trascripción completa de la conferencia:
http://www.epvpsicoterapia.com/catalogo/Item/452_Item/PODERENLATERAPIA.pdf
41
El segundo fragmento es de la conferencia “La relación terapéutica en gestalt”41 de
Vicente Cuevas Martínez, presentada en el congreso europeo de psicoterapia, FEAP
Barcelona (Septiembre 2000):
“Muchas personas se resisten a iniciar el viaje interior. Cuando detectan su
malestar, su pobreza emocional o vital, tienen el deseo de una cura rápida, una
eliminación de síntomas, un “estar bien”... mostrando mayor interés por terapias
breves que por las terapias del darse cuenta o de la conciencia. Ciertos problemas
permiten este abordaje, pero cuando hemos vivido condicionados negativamente,
utilizamos patrones destructivos, malas relaciones, pasividad sistemática... durante
muchos años, no podemos trascender nuestra vida limitada. Toma tiempo explorar
nuestro mundo interior, conocer la gama de sentimientos -negados, inhibidos o
prohibidos-, desarrollar habilidades en resolver problemas ... Por ello hay que
comenzar donde uno se encuentra y no donde uno desearía estar. La intervención se
regula en función de las demandas y el trabajo terapéutico solicitado, que sintetizo
brevemente en tres áreas:
a) Línea de utilidad: Orientada a satisfacer necesidades cotidianas, temas
puntuales, solución de conflictos y problemas, creación de recursos, ...
b) Línea de profundidad: Orientada al autoconocimiento y mundo interior. Temas
básicos del vivir: la libertad, el poder, el vacío, los sentimientos, ... Acceso al lado
oscuro de la personalidad. Los vínculos y relación. Las pérdidas. El carácter,
patrones básicos y guión de vida, ...
c) Línea o espiritual o transpersonal: Camino y sentido del ser en el mundo. Los
estadios superiores del desarrollo humano (psíquico, sutil, causal y modual). El
alma y el destino. La intuición. Contacto y vivencia del yo profundo”.
La intervención del terapeuta frente a los asuntos inconclusos podría enmarcarse
en cualquiera de estas tres líneas, aunque de entrada, antes de empezar la tesina, me
pudiera parecer que los asuntos inconclusos pertenecieran más a la línea de
profundidad, el trabajo con los asuntos inconclusos se puede situar en cualquiera de las
tres líneas. Un asunto inconcluso puede afectar a cualquiera de estas líneas y a todas
ellas a la vez; ser en si mismo de una complejidad más utilitaria para la vida cotidiana, o
41
Enlace de la trascripción completa de la conferencia:
http://www.epvpsicoterapia.com/catalogo/Item/451_Item/ResumenPonenciaRelacionTerapeutic
a.pdf
42
más limitante si está en la línea de profundidad en relación a la identidad, patrones o
vinculaciones, o de ampliación de la mirada en aceptación de destinos, o de crecimiento
transcendente del Yo. Así, un mismo asunto inconcluso puede tener implicación en
varias o todas las líneas de trabajo terapéutico presentadas por Vicente Cuevas.
También me doy cuenta aquí de la influencia que ejerce en mí sobre este tema, la
lectura y estudio de Ken Wilber. Con lo que el cierre de una Gestalt, cerrar un asunto
inconcluso, otorgaría a la persona, más recursos para la vida cotidiana, aceptación y
crecimiento personal, y desarrollo de estadios superiores del Yo a la vez.
Ampliando un poco más en este sentido, Joan Latner42 nos habla de la última
Gestalt: “Hacer una gestalt es hacer un todo. El impulso de nuestro desarrollo se dirige
a todos o conjuntos que abarcan cada vez más potencial del campo organismo-medio.
En las etapas más avanzadas de este proceso abarcamos nuestro yo y el cosmos. La
Gestalt es: yo y el universo somos uno. Todo mi yo y toda la infinidad de actividades y
energía que me rodean, la gente, y las cosas, todos unidos, formamos una figura. No se
excluye nada. …La última Gestalt consiste en empezar a conocer la inmensidd de la
extensión de nuestra interacción con todo lo demás. …La última Gestalt consiste en
aprehender esto visceralmente, cuerpo, mente y espíritu, hasta las profundidades de
nuestro ser y sin dejar nada fuera”.
“No es más libre el que hace lo que quiere, sino el que elige aquello que le hace
y nos hace más persona”.
Vicente Cuevas.
4.2. EVOLUCIÓN DEL TRABAJO TERAPÉUTICO CON LOS ASUNTOS
INCONCLUSOS
La época histórica en que surgió la Terapia Guestáltica (finales de los años 60)
se caracterizaba por las experiencias de búsqueda personal, específicamente, en las
terapias de grupo que surgieron en esos tiempos donde existía el enfrentamiento abierto
de sentimientos y los pacientes concedían una altísima cuota de poder al terapeuta,
autorizándole a emitir juicios a su respecto, confrontándoles, y desafiándoles a enfrentar
situaciones, para lograr que la persona se desidentificara de sus mecanismos neuróticos.
42
LATNER, Joel. “Fundamentos de gestalt”. (Pág. 153) Ed.: Cuatro Vientos.
43
Se consideraba muy valioso para el trabajo terapéutico que fuese intensamente
catártico. Junto con la Terapia Gestáltica original, que incluía una importante cuota de
confrontación en cuanto a las situaciones a las que el paciente se veía enfrentado,
surgieron otras formas terapéuticas tales como: diversos tipos de grupos de Encuentro,
la Bioenergética, el Grito Primal, el Rebirthing, el proceso Fischer-Hoffman y
meditaciones intensamente catárticas, como la Meditación Dinámica; así como
paralelamente, se desarrollaron técnicas de masaje corporal que también implicaban
catarsis. Los asuntos inconclusos solían ser tratados en esta tónica.
Sin embargo más tarde, ya entrados los años 80, estas técnicas más
confrontativas no parecían tener tanto sentido, o aceptación, ni efecto positivo como que
esto no "resonaba". Alejandro Celis recoge en este sentido desde su experiencia: “…era
como intentar tocar una campana con un objeto blando. Más aún: los métodos
confrontacionales generaban una mayor resistencia, pues el paciente no se veía
enfrentado a responsabilizarse o no de su propio cambio, sino que debía
enfrentarse/defenderse de los intentos del terapeuta por "cambiarlo. De mi autoobservación en trabajo con alumnos y pacientes individuales y en grupos, concluí (y
esto lo señalo estrictamente como una opinión personal) que lo que parecía ser
apropiado y generar un desarrollo en la persona es el apoyarla, valorarla y aceptarla,
no el desafiarla y confrontarla”43.
La evolución de los métodos con los que actualmente pueden trabajarse los
asuntos inconclusos son más suaves, no tan intrusivos. Ahora la Terapia Gestalt también
se orienta a experiencias emocionales cruciales porque son importantes para nosotros,
estimula la experiencia y la expresión de las emociones intensas porque hacen que
nuestra existencia sea más comprensible y satisfactoria. Pero esto no es necesariamente
hablar de trabajos intensamente catárticos, en palabras de Latner, de vomitar emociones
para desahogarnos. “La naturaleza no es tan despilfarradora como para crear
emociones que después se van a desechar”. (F.S. Perls, sin fecha. En “Fundamentos de
la Gestalt”. Pág. 156, J. Latner.) Parar Latner el contacto con nuestras emociones es
parte del funcionamiento del yo.
CELIS, Alejandro. “Una nueva mirada al asunto de los asuntos inconclusos”. Revista de
Terapia Psicológica Nº 22 (1994). Sociedad Chilena de Psicología Clínica, Santiago de Chile.
43
44
Francisco Sánchez44 reflexiona sobre esto y nos dice que “sacar las emociones”
o “sacar la rabia”, a veces presupone que las emociones puedan estar almacenadas en
una especie de depósito, cuyo grifo de salida está cerrado. Y como eso parece ser que es
malo, pues la emoción almacenada, pudiera estar pudriéndose, con lo que se abre el
grifo, se “saca” la emoción, y se cree que el problema pueda estar así resuelto. Francisco
Sánchez plantea que “la catarsis, a veces funciona, pero otras ocurre que se realiza un
ejercicio de gimnasia, pero con muy poquita o nula conciencia”.
Desde aquí me doy cuenta que a mi también me gusta más hablar del proceso
terapéutico como algo que nos ayuda a permitirnos sentir y ser, que algo donde se
“sacan” emociones a modo de limpieza catártica.
La salud como objetivo terapéutico no es alcanzable desde ideales absolutos,
pues ya de por sí supone una " idea loca " que dificulta más que facilita el proceso de
cambio o maduración. Esta maduración pasa más por la aceptación de la realidad, de la
necesidad y del momento presente del sujeto que acude a terapia y también por la
aceptación del carácter y de su historia personal. El proceso de transformación pasa
porque la persona se apoye en sí misma, en sus recursos y en sus límites y que con estos
se relacione con el mundo en un ciclo constante de contacto y retirada, donde la
experiencia, vivida con conciencia y responsabilidad, suponga el motor más sólido para
el crecimiento, y este a la vez revertirá en experiencias más saludables con el mundo.
4.3. MÉTODOS, ESTRATEGIAS Y TÉCNICAS GESTÁLTICAS PARA EL
TRABAJO CON ASUNTOS INCONCLUSOS
El ideal “sería” no generar o no acumular asuntos inconclusos… La realidad es
hacernos responsables de vivir alertas a nuestras claves internas, para dejar el mínimo
posible de situaciones sin un cierre saludable.
Una estrategia podría ser, tomar nota de cualquier pensamiento o problema que
interfiera con una actividad que no podemos abandonar, como dándole "cita" para su
posterior reflexión analítica/analógica en algún momento en el que dispongamos de
tiempo, es una forma de evitar que ese asunto inconcluso (por no poderse atender) se
vuelva cada vez más insistente por no prestarle atención. Tener a disposición unas
44
SÁNCHEZ, F. “Terapia gestalt: Una guía de trabajo”. Ed.: Riden Institut Gestalt (2008)
45
pequeñas libretas de anotaciones a nuestro alcance en la vida cotidiana puede significar
no tener inquietudes revoloteando en la cabeza, salvo la de revisar periódicamente dicha
libreta o agenda.
Un método similar pero más elaborado lo sugiere Robert Monroe (Monroe, R.,
1971, 1985). Sugiere imaginar frente a nosotros una Caja de Conversión Energética
(Energy Conversion Box) con forma de baúl. En este baúl comenzamos a introducir
cada preocupación, inquietud o asunto inconcluso que tengamos, creando un símbolo
concreto para cada uno de ellos: por ejemplo, un montón de cuentas por pagar, un reloj,
una fotografía de alguien, la agenda de mañana. Dice Monroe: “Las personas que han
participado en nuestros seminarios han descubierto estupendos símbolos para dejar
cosas a un lado: una pequeña imagen del mundo físico, con ellos fuera de él; listas de
frases limitantes, como "no puedo" "no voy a" y "no es"; anclas tanto hacia el pasado
como hacia el futuro; suposiciones, tanto respecto al fracaso como al éxito y símbolos
de defensas, como una serie de máscaras”.
Si deseáramos perfeccionar esta técnica y combinarla con la sugerida
anteriormente, podríamos adjuntar a cada uno de los símbolos que metemos en el baúl
una etiqueta con la fecha y hora en la que atenderemos ese asunto específico. Es
importante hacer esto –etiquetar con fecha y hora en la forma que queramos- pues la
postergación indefinida de un "asunto inconcluso" nos aumentará la ansiedad que éste
nos produce.
En la Terapia Gestalt utilizamos el
“experimento” como metodología fenómenológica
para
trabajar.
Respetamos
la
experiencia interna del individuo y al mismo
tiempo
contribuimos
al
cambio
de
comportamiento en forma gradual teniendo en
cuenta el ritmo de la persona. Y le llamamos
experimento
porque
esa
modificación
sistemática de la conducta nace de la
experiencia del cliente.
46
J. Zinker45 afirma que el experimento es la piedra angular del aprendizaje por
experiencia, dónde se transforma el hablar de algo en un hacer. Para él actuar una
antigua situación inconclusa, ayuda al cliente a comprenderla en su contexto más
amplio, y permite completar la experiencia utilizando los recursos de su actual sabiduría
para comprender la vida. Tomando a este autor, los experimentos pueden dar cabida al
trabajo con diferentes esferas del funcionamiento humano: mental, corporal,
emocional… Pero todos tienen una cualidad en común, la de pedir al cliente que
exprese y experiencie algo mediante su comportamiento, en vez de limitarse a conocer
internamente una experiencia. Existen experimentos que incluyen la intervención activa
de procesos cognitivos, otros incluyen el movimiento del cuerpo, otros la expresión
emocional, y otros combinan diferentes intervenciones.
La naturaleza del experimento puesta al servicio del cliente va a depender del
problema planteado por él mismo, y va a pedir a la persona que se explore activamente
a sí misma, en el aquí y ahora de la sesión terapéutica, para que el cliente sea su propio
maestro ante el descubrimiento hecho por él mismo desde la experiencia y la vivencia.
Las metas de la experimentación creativa según J. Zinker son:
1) Expandir el repertorio de conductas de la persona.
2) Crear aquellas condiciones en las cuales la persona puede ver su vida como
su propia creación (asumir la propiedad de la terapia).
3) Estimular el aprendizaje experiencial de la persona y la elaboración de
nuevos conceptos de sí misma a partir de creaciones en el plano del
comportamiento.
4) Completar situaciones inconclusas y superar bloqueos en el contacto.
5) Integrar las comprensiones intelectuales con expresiones motricies.
6) Descubrir polarizaciones de las que no se tiene conciencia.
7) Estimular la integración de las fuerzas personales en conflicto.
8) Desplazar introyecciones y, en general, sentimientos, ideas y acciones
“desubicados”, y reintegrarlos en el sitio de la personalidad que les
corresponde.
45
ZINKER, Joseph. “El proceso creativo en la terapia gestáltica”. Ed.: Paidós.
47
9) Estimular aquellas circunstancias en que la persona puede sentir y actuar con
más vigor y competencia, sosteniéndose más por sí misma y en actitud más
explorativa y activamente responsable consigo misma.
El experimento no resuelve un problema, es una herramienta para trabajar con la
persona a través de la experiencia. A diferencia de un procedimiento científico de
estructura rígida, el experimento gestáltico es una forma de pensar en voz alta, una
concreción de la propia imaginación, una aventura creadora. Se opera en un campo de
energía psíquica, entre dos o más personas, y el proceso en el que se desarrolla es
complejo, pero por lo general tiene la siguiente secuencia según J. Zinker:
1) Tender una base de trabajo: Alentar al cliente a comunicar espontáneamente sus
sentimientos y su experiencia en el aquí y ahora e ir detectando temas de trabajo.
2) Negociar un consenso entre terapeuta y cliente: Proceso de negociar con el cliente
durante el diseño de un experimento y a la voluntad del cliente de participar en
este.
3) Graduar el trabajo en función de las dificultades que el cliente experimenta:
Ejecutar un experimento en el nivel en que el cliente está dispuesto a consumarlo.
El terapeuta debe avenirse a rebajar el nivel de la tarea, de modo que el cliente
tenga mejores posibilidades de triunfar en el experimento.
48
4) Poner de manifiesto la conciencia del cliente: La sensación y la conciencia del
cliente, junto con las observaciones que formula el terapeuta mientras se
desarrolla la acción, constituyen las piedras fundamentales sobre las que se
constituye el experimento.
5) Localizar la energía del cliente: La energía puede ser entendida como una “carga”
exudada por la superficie de la persona, en forma de excitación o frigidez. Se la
puede detectar en forma de movimiento, intensidad de respiración, color de piel,
posición relativa de varias partes del cuerpo, postura corporal.
6) Concentrar la conciencia y la energía en el desarrollo de un tema: Un buen
experimento se elabora sobre un tema determinado. El tema se relaciona con el
contenido de la sesión de terapia. En una sesión el terapeuta se encuentra ante una
masa de contenido vario, que debe destilar, condensar, resumir, nombrar, unificar.
Por lo que llamamos tema al nombre ya destilado, de lo que preocupa o le ocurre
al cliente.
7) Generar factores, tanto en el cliente como en el terapeuta, que los ayuden a
sostenerse: Establecer tanto en sus cuerpos, como en el ambiente, aquellas
condiciones que brindarán apoyo óptimo. Cuidar la posición física y respiración,
para que apoyen a la acción que se va a realizar o se está realizando.
8) Elegir un experimento particular: Escoger aquella experiencia que intensifique la
conciencia sobre el tema escogido.
9) Ejecutar el experimento.
10) Des-instruir al cliente (insight y completamiento): Preguntar al cliente que
aprendió. Esta verbalización es más
pobre que la profundidad del trabajo
realizado, por lo que se necesita
incubar la experiencia durante un
cierto tiempo en el organismo del
cliente, y un día se abrirá en su interior
como un insight.
49
Esta secuencia no es inalterable. Zinker dice al respecto: “Prefiero considerar
estas variables como células que, flotando, entran en el proceso orgánico o salen de
éste a medida que el experimento evoluciona46”
La silla vacía, considerada por J. Zinker como un experimento, es una técnica de
trabajo básico para la Terapia Gestalt. Zinker dice al respecto: “El experimento de la
silla vacía proporciona al cliente la oportunidad de tomar posesión de las fuerzas que
se oponen en su propio interior y de integrarlas creativamente”.
Esta técnica es una herramienta muy útil para trabajar con asuntos inconclusos.
En este caso, la silla se convierte en una persona perteneciente al propio pasado y con la
cual uno ha tenido situaciones inconclusas, para permitir liberar la energía que antes era
absorbida por esa persona internalizada o por aquello no expresado, es decir, por
nuestro poder proyectado en esa persona o situación, por el poder cedido al ambiente.
La silla vacía se convierte en el poder con el cual la persona conversa y que, después,
recobra para sí misma.
Los asuntos inconclusos pueden trabajarse mediante diversas diferentes técnicas
de experimentación: la dramatización, intercambiando roles, trabajos catárticos (“sacar
emociones”), el dibujo, la técnica de la silla vacía, visualizaciones, rituales, a través de
la simbología, etc… El objetivo de todas ellas es contrarrestar la parálisis, llevando al
primer plano el sistema de acción del paciente. “Movilizándole para que confronte las
emergencias de su vida a través de “experimentos47””, y saque a la luz los sentimientos
y los actos abortados en condiciones de relativa seguridad. Según los Polsters, con el
“experimento”, se combina la realidad exterior con la experiencia interna, y la síntesis
resultante es un descubrimiento para el cliente, tal y como propone Zinker también.
Explican como en el experimento, el paciente no trata sólo de reproducir algo que ya ha
sucedido o podría suceder; por el contrario, al expresar sus necesidades en ese momento
se relaciona con la realidad exterior, experimentando en el presente su propio tránsito, al
pasar de la toma de conciencia a la acción experimental. Según los Polsters, el
experimento pude adoptar varías formas: a) Teatralización; b) Comportamiento
dirigido; c) Fantasía; d) Sueños, e) Tareas asignadas.
a) La teatralización consiste en dramatizar dentro de la escena terapéutica un
aspecto de la existencia del paciente, y puede presentar diversas formas.
46
47
ZINKER, J. “El proceso creativo en la terapia gestáltica”. Ed.: Paidós.
POLSTER, M. Y POLSTER, E. “Terapia gestáltica”. Ed.: Amorrotu.
50
b) El comportamiento dirigido se utiliza como técnica exploratoria. Se trata de dar
la ocasión para la práctica de comportamientos que se evitan o sobre los que no
se tienen conciencia, al hacerlo se revelan aspectos ocultos. También se utiliza
para movilizar hacia el autoapoyo.
c) Las fantasías se ponen al servicio de cuatro fines principales: Entablar contacto
con un acontecimiento, un sentimiento o característica personal resistida.
Restablecer contacto con una persona que no está disponible, o con una situación
inconclusa. Explorar lo desconocido y explorar los aspectos nuevos o
desacostumbrados de uno mismo.
d) Con el trabajo con sueños se ayuda a representar partes del sueño como aspectos
de la propia vida del cliente. Elaborándose un hecho presente, no un episodio
pasado; se busca una acción. Nunca se interpreta un sueño, es un recurso que da
a la persona la oportunidad de descubrirse a sí misma, utilizándola para sondear
las posibilidades de contacto entre el cliente y algunos aspectos de su existencia
presente.
e) Con las tareas para casa se extienden los alcances de la relación terapéutica más
allá de las sesiones presenciales con el terapeuta. Permite explorar sus actos o
sus tomas de conciencia bajo la influencia orientadora del terapeuta, aunque no
sea en presencia de él.
Partiendo de todas estas técnicas explicitadas, presento su utilización según la
línea a trabajar con el cliente.
a) Trabajo corporal expresivo:
En la auto-interrupción hay ocasiones en que algunas partes del cuerpo no se
utilizan en su totalidad. Puede ser que un brazo y un puño hayan sido frenados para no
golpear, una mandíbula no haya podido ser capaz de triturar, lágrimas a flor de piel que
no hayan podido brotar, los pulmones se bloquean para no gritar, de la garganta no sale
la frase que deseo decir, a las tripas no se las permite retorcerse de risa…
El trabajo terapéutico expresivo consiste en permitir la expresión de la conducta
y al mismo tiempo retomar la parte corporal ausente. Por ejemplo, si un cliente
retroflecta su rabia cerrando con fuerza su puño (acción de retroflectar), se puede pedir
51
al cliente que golpee con el puño un objeto que simboliza o representa aquello que no se
golpeó (interacción simbólica). Es así como la conducta corporal concreta conlleva el
significado simbólico de expresar la rabia directamente al blanco apropiado
(simbolizado). Para ello hay que distinguir entre el "acting out" simbólico y la práctica
de la acción concreta, aprendiendo la diferencia entre los bloqueos e inhibiciones, de
una parte, y el freno moral de la otra.
Para Perls48 la resistencia corporal se reintegra a través de la conciencia de la
sensación, y esta sensación es más importante que el contenido reprimido de la
experiencia (por ejemplo, el recuerdo del pasado): “La escena recobrada carece de
importancia; lo que importa es el sentimiento y la actitud infantiles con que se la vivió.
Los sentimientos infantiles no importan como pasado (que deben revivirse) sino porque
son algunas de las más hermosas potencialidades que deben recobrarse para la vida
adulta.”49
En gestalt, la visión psicosomática convencional donde el conflicto mental es
“causa” de los síntomas físicos, no se contempla. Un enfoque integrado (gestáltico) se
caracteriza por las premisas que Kepner50 explicita:
-
El proceso psicológico que se expresa verbalmente está explícitamente
conectado a sus expresiones corporales.
-
Los procesos físicos como postura, contención muscular y perturbaciones
somáticas, son vistos como expresiones significativas de la persona.
-
Se considera que tanto los procesos físicos como los psicológicos son aspectos
del mismo todo (la persona/organismo). Las divisiones en partes son problema
de interés terapéutico, ya que precisamente la técnica terapéutica intenta
restaurar el sentido de la totalidad y ratificar la mutua identidad.
En los últimos tiempos, parece ser que el estilo definitivo de Perls sobre el
abordaje corporal era el de favorecer y acompañar el movimiento espontáneo. Kepner
expone el uso terapéutico del contacto físico, señalando sus efectos curativos, más allá
del simple apoyo, que afectan al sentido profundo de sí mismo del paciente, además de
48
En “Terapia gestalt. La vía del vacío fértil”. De F. Peñarrubia. Ed.: Alianza (Pág. 259-260)
Perls, Hefferline, Goodman, Gestalt Therapy, op. Cit., pp.291-296. En “Terapia gestalt. La vía
del vacío fértil”. De F. Peñarrubia. Ed.: Alianza (Pág. 259-260)
49
50
KEPNER, J.I. “Proceso corporal”. Ed.: Manual Moderno.
52
reactivar la memoria corporal, liberar emociones contenidas, reorganizar la estructura
corporal y cambiar la relación con la vida.
b) Trabajo emocional expresivo:
Los sentimientos no expresados a las personas significativas son asuntos
inconclusos que a menudo están relacionados con situaciones de intimidad y control, y
especialmente tienen que ver con el maltrato en la infancia o situaciones traumáticas del
pasado provocadas por una persona significativa. La meta en muchas propuestas es
tener acceso a la emoción primaria procesada, y expresarla para re-procesarla.
Francisco Sánchez51 en su libro “Terapia gestalt: Una guía de trabajo”, sin embargo
plantea otra opción, él habla de emociones regresivas, emociones que se sienten ahora,
y que tienen que ver con algo que pasó. En este sentido el plantea dos intervenciones:
1ª Explorar qué ha pasado, qué pasó. Y continuar con ello mediante un trabajo con
silla vacía u otro experimento.
2ª Volver al paciente al presente, reconociendo la existencia de una gestalt
inconclusa, para orientar el presente y que encuentre en él nuevas opciones.
Vicente Cuevas52 explica que el trabajo emocional es amplio y diverso,
ocupando cualquier dimensión o aspecto de la sanación. A nivel referencial establece
doce áreas que tienen su peculiaridad, formas y matices, donde algunas son de carácter
individual, otras vinculares, psicobiográficas, espirituales y combinadas. De entre las
doce áreas propuestas encontramos las siguientes que están vinculadas con el tema de
este trabajo: Las heridas del pasado y los asuntos inconclusos, Pérdidas y Duelos, las
situaciones temidas y el lado oscuro del mundo afectivo y las huellas psíquicas,
traumas, fobias y abusos.
Vicente Cuevas plantea que trabajar directamente los sentimientos no siempre es
eficaz, a veces él precisa hacerlo sobre la fisiología, sobre los modelos de vida, sobre
necesidades insatisfechas y la identidad, sobre el vivir, los recursos, los estilos de
relación… Y plantea que se ha de tener claro que por debajo de ciertos bloqueos
emocionales puede haber un conflicto sin resolver, proveniente de una experiencia
51
Sánchez, F. “Terapia gestalt: Una guía de trabajo”. Ed.: Rinden Institute Gestalt (2008)
CUEVAS MARTÍNEZ, Vicente. “Emociones, pasiones y estados de ánimo. El mundo de los
senti-mientos”. Revista del Col.legi Oficial de Psicòlegs de la C.V. Nº 74.
52
53
empobrecida o una herida sufrida. Para él, en el abordaje del trabajo emocional o la
catarsis, no es infrecuente abordar primero el trabajo con lo mental para variar su
programación negativa (egoísmo, ambición, rencor, exigencias,… y los condicionamientos y creencias sobre las emociones), dada la confusión e inhibición que genera,
pues la inhibición emotiva produce un bloqueo en las fuerzas anímicas y vitales a través
del cuerpo, producido por el conflicto interno entre la necesidad liberadora (expulsión
de algo nocivo para el organismo) y el hábito o la creencia evitadota. De cualquier
modo Vicente Cuevas plantea que los sentimientos reprimidos no se les puede dejar de
lado, siempre andan rondando y plantea la catarsis como un no forzar un sentimiento o
una expresión, sino como un dejar fluir y permitir que emerja el dolor contenido. La
liberación natural para él deshace el bloqueo permitiendo que aflore el potencial
retenido. Para sacar esa energía hay que ser cuidadoso, abriendo agujeros en la presa,
pues si se hace de modo brusco o violento (volando la presa) no es efectivo a largo
plazo. Para ello se debe crear un clima favorable, seguro, y entonces se busca el modo:
expresión directa (hablar, llorar, manifestar…), indirecta (teatralizar, pintar, danzar…) o
mediante metabolización o transformación interna. Mas tarde se tiende ya a remediar
los efectos causados por el sufrimiento, aprender de la experiencia e integrar esta
secuencia en tránsito global de nuestra vida.
c) Asuntos pendientes con otras personas:
Perdonar y perdonarse: Existen diversos autores que le otorgan gran importancia
al hecho de perdonar y perdonarse. “La paz interior sólo puede ser alcanzada cuando
practicamos el perdón. El perdón es el vehículo para modificar nuestras percepciones y
dejar ir nuestros miedos, juicios condenatorios y pesares"”, Gerald Jampolsky (1981).
Para Yakzán, maestro Sufi, perdonar es cambiar nuestros pensamientos respecto
a nosotros, un hecho u otra persona. Viendo que el "perdón" es bastante más amplio que
simplemente decir las palabras "te perdono", e implica un cambio más profundo. El
perdón implica aceptar lo ocurrido y nuestras reacciones negativas frente a eso, dejar de
"rumiar" en forma negativa y dejar ir el episodio, y dejar ir el apego al rencor y al
percibirse a sí mismo como víctima. Quizás es importante considerar, a la hora de
perdonar y perdonarse, el hecho (experimentado por todos) de que las cosas no siempre
ocurren como deseamos. Por ejemplo, todas nuestras intenciones y esfuerzos
conscientes pueden apuntar en una dirección: enriquecer nuestra relación de pareja,
54
desarrollar nuestra profesión, tener un estilo de vida determinado. ¿Con cuánta
frecuencia ocurre que "algo" parece empeñarse en hacernos ir en sentido contrario y
obtener precisamente lo contrario de lo que intentamos? Se trata pues de no eludir
nuestra responsabilidad en lo que producimos en nuestra vida. Partiendo de aquí, ¿no es
acaso la experiencia de la que hablo algo que todos hemos vivido? Y, ¿no será más fácil
entonces comprender y perdonar a alguien que realmente hizo todo de su parte (cuando
eso es así) por lograr lo contrario de lo que nos dolió u ofendió?
Hay ocasiones en que la solución para el cierre del asunto inconcluso que una
situación del pasado provocó pasa por asentir a lo que es. Aceptando que solo se puede
cambiar aquello que las circunstancias permiten, que solo cambiará aquello que la
persona puede cambiar, y tener presente que muchos eventos no pueden ser cambiados.
Aquí se requiere de una actitud religiosa53, deteniéndose ante los límites, respetando los
misterios que se hallan detrás. Esto habla de la humildad, asintiendo a lo que fue.
Reconocer aquello que se rechaza, sin pretender cambiarlo.
Cuando nos es factible sostener un encuentro con la o las personas involucradas
en el asunto que deseo cerrar, existen ciertas ventajas y desventajas en la situación. Por
una parte, es importante focalizarse en un objetivo honesto: ¿deseamos realmente
"cerrar" con esta persona o cederemos a la tentación de caer en acusaciones,
culpabilizar, o intentos de manipularle de un modo u otro? Si realmente deseamos un
cierre sano, un "soltar" la situación que nos pesa, un perdonarnos a nosotros mismos y
al otro, resulta útil tener en cuenta este proceso:
* En primer lugar, es importante focalizarse en el objetivo: ¿qué deseo lograr en
esta reunión? Mientras más limpias sean las intenciones, es más probable que se
satisfagan. Si el objetivo no es el de cerrar una situación pasada sino el de expresar un
sentimiento actual, puede ser importante como intención el ser lo más honesto posible,
aún cuando nos asuste esa vulnerabilidad.
* En segundo lugar, es deseable producir una conexión con la otra persona, y no
limitarse a vomitarle lo que uno desee decirle. Es importante que nos expresemos; sin
embargo, es también importante no arrollar a la otra persona, la que puede sentirse
utilizada y no vista realmente.
53
CORREDOR, Liz. “Los ordenes de la ayuda”. www.constelaciones-sistemicas.org
55
* Otro punto importante consiste en centrarse en el punto de referencia interno
que indica si lo que se dice es o no es exactamente todo lo que hay, todo lo que deseo
expresar. Es fácil, al conversar con la otra persona, que perdamos de vista lo que nos
ocurre en lo profundo y entremos en un juego de reproches o atenuemos, disfracemos,
intelectualicemos o nos desviemos de lo que deseamos realmente expresar.
* Permanecer abierto: ¿qué me está pasando ahora, más allá de las que eran mis
intenciones iniciales? ¿Qué deseo expresar ahora?
También ocurre cuando tenemos un "cierre" pendiente con otra persona -ya sea
que deseo comunicarle un sentimiento o "cerrar" alguna situación del pasado- que se de
la imposibilidad de contacto, como es el caso si la persona es inubicable o ha muerto. O
puede darse que la otra persona no esté interesada en ayudar a "cerrar", pudiendo haber
hecho todos los intentos posibles por comunicarnos, podemos recibir de la otra parte
indiferencia o rechazo. Si ante todos los intentos de comunicarnos la respuesta sigue
siendo una negativa, un rechazo o indiferencia, es posible que aún sea necesario hacer
algo -quizás, simplemente aceptar la situación-, pero ya se habrá dado curso a la energía
que estaba atascada en el interior. El mejor índice para saber si queda o no algo
pendiente será la sensación corporal.
d) Trabajo con pérdidas y duelos:
Las pérdidas hacen referencia a aquellas situaciones vitales que representan la
desaparición de una persona, una parte de nosotros mismos, un objeto, o una situación
con la cual nos sentimos estrechamente vinculados y que generan un cambio repentino o
trascendente en el sentido vital de una persona. En esta tabla reflejo algunas de las
principales experiencias de pérdidas según las etapas de la vida:
56
Estas y otras situaciones afectan a la persona y acarrean consecuencias en el
estado de ánimo y la manera de enfrentar la vida y la rutina diaria. En este sentido,
nadie escapa de sufrir una pérdida, sin embargo, no todas las personas afrontan la
pérdida de igual manera.
El duelo es el proceso psicológico que se produce a partir de alguna pérdida. Y
existen diferentes clasificaciones de tipos de duelos, es decir de elaboración de la
pérdida. Lo reseñable para esta tesina es que una pérdida incluye cambios muy
significativos en las actitudes, comportamientos, pensamientos y vida espiritual del
doliente. Así, el duelo puede entenderse como:

Las pérdidas que son parte natural de la vida.

Procesos en el tiempo.

Crecimiento y transformación.
En referencia a las pérdidas de un ser querido, para la doctora Elizabeth Kübler
Ross (1989)54, quien tiene un enfoque humanista sin desligarse por completo de la teoría
psicoanalítica, el proceso de dolor siempre va acompañado de sentimientos de ira,
tristeza, dolor, culpa, apatía, desesperanza…, lo cual es difícil de aceptar, porque aun
cuando son emociones que forman parte del proceso, estas son temidas, por lo que
vemos entonces, que la actitud más común ante la muerte es el rechazo.
Desde otra perspectiva, encontramos nombres para algunas de las etapas por las
que atravesamos en procesos de duelo, estas son propuestas por Jorge Bucay:

Etapa de la incredulidad

Etapa de la agresión.

Etapa de la furia.

Etapa de la culpa.

Etapa de la desolación.

Etapa de la fecundidad.

Etapa de la aceptación.
Los asuntos inconclusos muchas veces están detrás de un duelo no resuelto por
la muerte de un ser querido. La muerte de un otro significativo cierra de manera
dramática y repentina un ciclo relacional, y cuando no cerramos el duelo, es como si
enterráramos aspectos nuestros con el muerto. Por eso es tan importante favorecer bien
su cierre. El resentimiento, lo no expresado, la culpabilidad y las acciones del pasado no
54
KÜBLER E. (1989). Sobre la muerte y los moribundos. Luciérnaga. Barcelona.
57
resueltas son algunas de sus manifestaciones. Los sentimientos nacidos de esa realidad
que es difícil de aceptar, abren nuevos ciclos largos que si no se solucionan, se
convierten en asuntos inconclusos.
Ordiozrola, C. (1999)55 señala que cualquier sentimiento (indiferencia, rencor,
culpa, rabia, alegría, depresión, vacío) distinto del agradecido recuerdo, evidencia un
duelo atascado, no realizado. “Y detrás de cualquiera de los sentimientos señalados
como indicativo de un duelo no resuelto está la culpa”56.
El ciclo abierto se mantiene muchas veces porque la persona fallecida ya no está
para satisfacer las necesidades que anteriormente satisfacía, ya no puede darnos cariño,
seguridad, aprobación, compañía; se mantiene también porque tampoco está presente
para satisfacer las necesidades actuales, generadas por su ausencia física y psicológica;
es un satisfactor con el que ya no se cuenta para enfrentar una situación de difícil
manejo, no se tiene ni el consuelo, ni el apoyo o estímulo proveniente de él, que se
necesitaría en una situación de pérdida.
El no cierre de un duelo se manifiesta cuando los procesos correspondientes a
una determinada fase del duelo se ven interferidos, ya sea, entre otras cosas, porque la
persona no cuenta con los recursos internos o externos para adaptarse a las demandas de
una nueva realidad, porque se aferra a sus recuerdos, porque no se atreve a soltar
configuraciones obsoletas para vivir en el presente, el proceso de duelo se puede ver
alterado o estancado en alguna de sus fases, convirtiéndose en un asunto inconcluso.
El manejo terapéutico del duelo equivaldría a "actividades reparatorias", ayudar
en el manejo de los sentimientos y necesidades derivadas, para constituir una nueva
gestalt con un resultado más satisfactorio para el individuo, ya sea que esa nueva
necesidad sea manifestar los sentimientos de enojo y añoranza, descargar la agresión
surgida, expresar los sentimientos amorosos no dichos, o pedir y aceptar el perdón. Y
así, transitar por las diferentes etapas del duelo, contactando plenamente con los
sentimientos de cada fase, llevará a una aceptación gradual de la pérdida y a una
reconfiguración del campo, tanto en sus aspectos externos como internos, con lo cual se
podrá cerrar el ciclo de la experiencia correspondiente al duelo.
55
http://www.psicologosenbilbao.com/elaboracion-saludable-del-duelo-100680.html
56
Maite Descalzo Díaz. Psicóloga-Psicoterapeuta Gestalt. Instituto de Terapia Gestalt de
Valencia. www.itgestalt.com
58
Expongo a continuación a modo de ejemplo un extracto de un trabajo
terapéutico de Vicente Cuevas, el cual realizó en un taller de Pérdidas y Duelos con una
estudiante en formación, a la que llamaremos “Laura”:
El padre de Laura murió hace pocos años, cuando ella tenía 26 años. Sus padres
se separaron cuando ella tenía 10 años, y con doce se fue a vivir con él, pero no
funcionó. Su padre, que tenía problemas con el juego y el alcohol, la abandonó a los
pocos años de convivencia, y “Laura” decidió ir a vivir con unos familiares. Cuando
ella tenía 26 años su padre murió enfermo y solo.
Tema: Culpa. (Por no haber hecho “nada” antes de la muerte de su padre).
Vicente plantea también el tema de la omnipotencia.
Vicente: ¿A qué llamas culpa?
Laura: A dejarlo solo. A que se quedara solo.
Vicente la confronta. Le confronta la culpa porque es una culpa utilitaria para no
cambiar, o para conseguir algo o evitar algo.
Vicente: Le plantea hacer un dibujo de su padre, mientras Laura va diciendo: papá…
papá… papá… (e ir expresando lo que surja)
Laura: Papá me duele mirarte.
Vicente: Dile porqué…
Laura: (Trabajo de expresión de todo lo silenciado durante tanto tiempo) Porque me
siento vacía…, me siento sola…, me siento triste, me falta el aire…, me da mucha
pena… (Llora…) Porque me duele mucho pensar en ti… (Llora…)
Vicente: Le tienes que contar el modo como te haces desdichada como modo de unión
con él.
Laura: (Entra en reproches) Nunca me quisiste…. Si me hubieses querido…. No sé por
qué no me quisiste…
Vicente: (La va animando a expresar todos los reproches)
Laura: Te fuiste… Luego me dejaste… No me querías… Si me hubieras querido…
Vicente: Dile, cómo tú no me quisiste ya no me dejo querer, y tampoco me quiero. Así
me hago como tú.
59
Laura: (Llora)
Vicente: Esto son decisiones que uno mismo toma Laura…
Laura: (Llora)
Vicente: ¿Qué pasa ahora?
Laura: Que es verdad. Siento que no merezco…
Vicente: A veces, cuando uno no tuvo un padre se hace como él. Él fue desdichado y tú
te has hecho desdichada como él.
Vicente: Díselo. Papá yo soy desdichada como tú.
Laura: Pero yo no quiero…
Vicente: Lo has dicho tú…
Vicente: Un modo de tener a las personas que han muerto es hacernos como ellos.
Vicente: Díselo. Papá yo soy y seré como tú, desdichada y estaré sola, sin quererme y
sin que me quieran.
Laura: Yo no quiero eso…
Vicente: Dilo. Para tenerte me he hecho como tú, no quiero y no me quieren. Estoy sola
como tú. Y así será por los siglos de los siglos, hasta que muera y vaya contigo.
Laura: Pero yo no quiero eso…
Vicente: Plantas viñedos, obtienes viñedos…
(Silencio. Laura llora.)
Vicente: Esto es una opción… La otra opción es decirle adiós… Y esto parece ser más
doloroso para ti.
Laura: Pero yo se lo puedo decir…
Vicente: Se lo puedes decir, pero no es lo que quieres.
Laura: Sí, sí que quiero.
Vicente: Pues díselo…
Laura: No quiero ser desdichada.
Vicente: No… pero quieres ser culpable, que es otra forma de ser desdichada y leal.
60
Laura: ¿Y no hay otra forma de quererlo?
Vicente: Yo no sé… Yo sólo acompaño en tu camino.
Laura: Yo sí quiero otra forma… Pero no conozco otra…
Vicente: Precisamente por eso sigues haciendo lo mismo.
Laura: No quiero seguir enganchada al dolor, al odio, al miedo, y a la culpa.
Vicente: Y ¿qué es lo que quieres?
Laura: Quiero quererlo.
Vicente: (Mirando la imagen que ha dibujado Laura de su padre) ¿A esta imagen puedes
quererla?
Laura: No…
Vicente: (Le coloca un representante como padre de espaldas a ella)
Vicente: Haz lo que quieras hacer.
Laura: (Se acerca al representante de su padre y lo gira mirando hacia ella).
Vicente: Ese es el deseo. Ese el movimiento de la niña… Pero mira a ver… ¿Mejor así o
peor?
Laura: Peor…
Vicente: (Al representante del padre) ¿Mejor o peor?
Representante del padre: Peor.
Vicente: (Vuelve a girar al padre de espaldas a Laura). Dile, aunque estés de espaldas
ahora te miro y puedo verte…
Laura: (Repite la frase)
Vicente: Tu movimiento es pasar de aferrada a desprendida… Dile: Gracias por la vida
papá. Todavía no comprendo muchas cosas, pero gracias por la vida al precio que me ha
sido dada. Tú eres mi padre y yo soy tu hija.
Laura: (Repite la frase, y se queda unos momentos mirando al padre).
Vicente: (Cierra el trabajo). Así está bien por el momento…?
Laura: Sí, gracias.
61
“Si quieres conocer tu pasado, mira cómo se desarrolla tu presente.
Si quieres conocer tu futuro, mira cómo haces en tu presente”.
Vicente Cuevas.
A la hora de "cerrar" un episodio del pasado en estas situaciones, algunos
terapeutas sugieren realizar rituales de cierre con la persona que se ha ido, que ha
muerto o simplemente no está a nuestro alcance o disponible para la ayuda:
Se imagina sentada enfrente y se le expresa en palabras o imaginariamente todo
aquello que se desea decirle, hasta sentir que se está preparado para dejarla ir -y para
eso es posible que se requiera de más de una sesión-. Es probable que la sensación de
estar listo para "dejar ir" a otra persona sea una mezcla de humildad y aceptación de la
inevitabilidad de la situación actual, de los sentimientos al respecto y del modo como se
dieron los hechos del pasado. Quizás sea necesario pedir perdón y también perdonar a la
otra persona antes de sentir una verdadera "despedida" interna, un término que se sienta
resolutivo: la sensación interna de "cierre".
Estos rituales o ceremonias para facilitar un cierre de un asunto inconcluso con
una persona o situación que se ha alejado de nosotros, representan una despedida de lo
antiguo que, por doloroso que sea, facilita la llegada de lo nuevo. En estos rituales, lo
importante no es la forma externa de lo que se haga, sino el compromiso interno con el
cual esto se lleva a cabo. Por eso es importante escucharse, pues solo la persona es
quien mejor sabe qué necesita hacer para "cerrar", y debe ser algo que se hagamos para
uno mismo. Los resultados de un ritual dependen en gran medida tanto del compromiso
emocional con el que se lleva a cabo, como también de la complejidad de la situación,
puede que entonces se requiera de sesiones adicionales para lograr el objetivo deseado.
A continuación propongo un posible y sencillo ritual -que se realiza solo o con la
ayuda de un terapeuta- para cerrar algún asunto inconcluso con alguien ausente o
muerto. Procedimiento:
* Instalarnos en algún lugar de nuestra preferencia: un lugar en el que no seamos
interrumpidos y donde podamos crear el ambiente que deseemos, ya sea en cuanto al
grado de luminosidad, sonidos -música- o silencio, fotografías u objetos de la persona
con la que vamos a cerrar. Nuestras preferencias personales determinarán el resto de la
ambientación.
62
* Cerrar los ojos, relajarse, sentir el cuerpo, dejar ir las tensiones con la exhalación.
* Comenzar a visualizar, sentada frente a nosotros, a la persona con la cual tenemos
algo incompleto.
* Sentir en el cuerpo qué es aquello que está pendiente, qué es lo que desea ser
expresado con sólo visualizar a esta persona.
* Permitir que cualquier cosa salga, en la imaginación o en acciones: palabras, gestos,
actos, etcétera.
* Dejar que este flujo continúe por el tiempo necesario, hasta sentir en el cuerpo que el
peso o tensión se ha aliviado.
* Despedirse de la persona y agradecerle el haber estado con nosotros.
Iosu Cabodevilla57, propone varios ejercicios para cerrar asuntos inconclusos
relacionados con la muerte de un ser querido. Él mismo dice en su libro: “No existe
ninguna técnica que nos haga olvidar el pasado, ni que pueda cambiar lo que ocurrió,
paro tal vez si nos puede ayudar a cambiar la actitud de cómo nos enfrentamos a esos
hechos inevitables y que por suerte o por desgracia son parte de nuestro bagaje en la
vida”. Entre otros ejercicios, en su libro se recogen estos ejercicios que he escogido por
la aplicabilidad en una sesión de terapia o como tareas para casa para el cliente:
1. Escribir dos cartas: Con la técnica de la escritura automática, se escriben dos
cartas dirigidas a la persona difunta. La primera lleva por título: “Te guardo
rencor por…”, y se ha de dejar que la mano vaya expresando todas las
circunstancias, hechos, etc., por las que se guarda rencor a la persona que se ha
ido. Se escribe sin juicios, ni análisis, con libertad interior. Después, en una
actitud de silencio y recogimiento, se leen todos los rencores que se habían
acumulado.
Luego se escribe una segunda carta a la persona fallecida, esta vez con el título:
“Te quiero por…”, y de nuevo se deja que la mano vaya plasmando todo lo que
hay en nuestro interior. Al finalizar la escritura se lee la carta en actitud de
silencio y recogimiento también.
57
CABODEVILLA, I. “Vivir y morir conscientemente”. Ed.: Desclée De Bower.
63
2. Escribir listas: Ayuda a cerrar también el escribir listas con los momentos
compartidos con el fallecido, las emociones, las vivencias comunes, etc. En la
elaboración de estas listas se ha de evitar toda reflexión, todo juicio. Y se
escriben tomando conciencia de lo que se sentía y como se vivían esas
situaciones, recordando las escenas y la emoción que las acompañaba. Estas
listas se pueden guardar y leerlas siempre que se quiera estar cerca del ser
querido que se ha ido. Yo cuando lo aplico en terapia, también incluyo el ir
haciendo dibujos, construyendo como un libro de imágenes de cada uno de los
momentos.
3. Hablar en voz alta: Buscar momentos de soledad donde se puedan expresar los
pensamientos y las emociones en voz alta. Pasarse un rato hablando solo en voz
alta sobre lo que se piensa y se siente, seguros de que nadie nos ve, ni nos oye.
4. Soltar amarras (visualización): Visualizar el alma o espíritu de la persona
fallecida como una barca que está amarrada a un puerto, o como un globo de gas
cuyo hilo lo está sujetando el cliente. Imaginar que ya sea la barca o el globo
necesitan ir libremente donde ellos quieran ir, y visualizar que se suelta el hilo
del globo o el amarre de la barca, y comienza a alejarse en el cielo o a adentrarse
en la mar. Dejándose sentir la profundidad de ese adiós, y la necesidad de cortar
ataduras.
5. Agradecer y mirar el futuro (visualización): Se guía al cliente en una
visualización donde se reconstruye la esencia de la relación que se mantenía con
la persona que ha muerto, emociones compartidas, vivencias conjuntas,
experiencias y situaciones…, para conectar con “el sabor de boca que ha dejado
esa relación”. Se ha de procurar llevar a la persona a las sensaciones de lo que
ha aportado esa relación, y dejar que estas penetren y se expandan por todo su
ser. Para después pasar a dar las gracias por lo que ha podido aportar esa persona
en la vida del cliente. Todo ello conectando a la persona con el recorrido de un
camino, y cómo esa persona fallecida ha realizado junto a él un trozo del
trayecto de su vida, y cómo ahora el camino de la vida continua y se encontrará
con otros cruces, con otras vidas, con otros compañeros de viaje, y que
dependerá de sus elecciones para que estos hagan un trecho del camino junto él,
y que ahora toca seguir atento al viaje que continua.
64
e) Las fantasías dirigidas:
Esta técnica es muy utilizada en la Terapia Gestalt, y se la conoce también con el
nombre de psicofantasías o fantasías guiadas. Sus antecedentes los encontramos en el
método de trabajo que desarrolló R. Desoille, los ensueños dirigidos.
La gestalt utiliza las fantasías dirigidas por la inmediatez con que surgen los
conflictos o asuntos inconclusos y las características de la personalidad. A través de las
fantasías dirigidas se descubren cualidades y aspectos muy valiosos, antagonismos
encontrados y situaciones inacabadas, que en las terapias tradicionales de tipo verbal
exclusivamente, necesitaríamos varias sesiones para que ese mismo material aflorara a
la superficie.
Las fantasías dirigidas participan de algunas de las características de los sueños,
con la diferencia de que estos últimos suelen aparecer, muchas veces sin coherencia
aparente, difusos y en ocasiones de forma angustiosa. En cambio la fantasía, al
encontrarnos en estado de vigilia y relajados, las defensas impiden que nos metamos en
una situación en exceso angustiosa.
Los Polsters señalan las ventajas de la conducción de fantasías: poder entablar
contacto con algo evitado, establecer contacto con una persona que no está disponible o
con una situación inconclusa (por ejemplo, poder expresar el resentimiento por medio
de la fantasía), explorar lo desconocido y explorar aspectos nuevos o desacostumbrados
de uno mismo.
Hay todo un repertorio de psicofantasías en gestalt (viajes regresivos a la
infancia, encuentros con personajes arquetípicos, proyecciones hacia el futuro, etc…)
pero lo importante es siempre la creatividad del terapeuta al servicio de la situación.
Para ayudar a la formación de imágenes más vívidas se puede utilizar un procedimiento de
evocación multisensorial, es decir, pedir al paciente que utilice varias modalidades
sensoriales potencialmente ligadas a la escena (ruidos, voces, sabores, olores, sensaciones
corporales, etc.) y también se le puede ayudar preguntándole acerca de algunos estímulos
sensoriales presentes en la escena imaginada.
En síntesis, el trabajo con imágenes se efectúa tanto con imágenes espontáneas que
el paciente dice tener (a veces con contenidos amenazantes, ansiógenos o depresivos), como
con imágenes inducidas. La realidad interna está compuesta por diversos elementos
(imágenes, significados, símbolos) que pueden tener diferentes niveles de emoción
65
asociados y es incluso posible que las imágenes y fantasías estén más directamente
asociados a componentes emocionales que las palabras.
Durante el trabajo de las fantasías dirigidas el terapeuta debe tener en claro que
es lo que quiere lograr y específicamente que tema quiere abrir al darse cuenta por parte
del paciente. Es muy importante prestar atención a la postura del cuerpo del paciente, se
debe tener en cuenta que esto no es una relajación, sino es la apertura a un darse cuenta
profundo. Este tipo de técnicas puede realizarse en forma grupal o individual
dependiendo del tema a tocar, antes de empezar se debe tener en consideración la
comodidad de las personas que intervendrán en el trabajo, tratamos de que la luz y la
temperatura sean confortables, tratamos de aislar todo ruido ajeno al trabajo, e
inducimos a un estado de relajación profunda, previniendo relajamiento muscular
excesivo para evitar que la persona o personas se queden dormidas antes de iniciar la
sesión.
Propongo a continuación un breve resumen a modo de ejemplo de dos fantasías
guiadas que salen al encuentro de asuntos inconclusos con el niño interno:
 El encuentro con el niño que fui:
Voy caminando por un camino… Voy prestando atención a lo que me rodea…
Voy mirando de derecha a izquierda registrando cuanto veo, oigo y siento… A
veces, me detengo y miro hacia atrás… delante de mí a lo lejos veo que alguien
se aproxima, alguien que no logro distinguir con claridad… Ahora veo que es
una criatura… a medida que se va acercando me doy cuenta que es el niño que
yo fui… Ya está cerca de mí, veo su cara con toda claridad, su figura, su ropa…
Tomo su manita entre las mías… Permanezco así un rato, le digo lo que siento y
que entiendo lo que siente…. Luego cuando sea suficiente para mí lo suelto y
sigo mi camino a solas…
 La tienda de juguetes:
Esta es una fantasía que puede ser combinada con la anterior. Antes de
separarme del niño que fui, entramos ambos a una tienda de juguetes… donde
busco, no un juguete cualquiera, sino precisamente aquel… (No aclaramos si
aquel representa al más amado que nunca se logró poseer, o cualquiera otra
interpretación que los receptores de este ejercicio prefieran hacer para satisfacer
las necesidades de sus propias fantasías).
66
f) Los sueños como estrategia para los asuntos inconclusos:
Me parece interesante incluir este apartado, por el enfoque que da Serge Ginger,
al tema de los sueños como Gestalts inacabadas. Serge Ginger afirma que “un sueño
puede ser tratado como una Gestalt inacabada, puesto que la naturaleza a previsto que se
produzca en pleno sueño y, en consecuencia, fuera del alcance de la conciencia, al igual
que la digestión”. Y afirma, “si esta última es consciente (pesadez de estómago, etc.)
significa que algo no marcha bien. Así pues, podemos pensar que si el sueño aflora de
forma espontánea a la conciencia durante el despertar, significa que no se ha “digerido”
del todo. En este caso, y sólo en este caso, le prestaremos atención y le ayudaremos a
acabar su trabajo interrumpido. También podremos proponerle al cliente que lo cuente
en el presente y luego que lo termine a su manera, asumiendo la responsabilidad (puesto
que el sueño le pertenece a él) y activándolo, en forma de monograma, para que elimine
la tensión psicológica inconsciente de una “situación inacabada” y que sea él mismo
quien construya su futuro"58.
El trabajo psicoterapéutico de Perls con los sueños recuerda que cada sueño
contiene una situación inconclusa, una situación no asimilada. Se sugiere describir el
sueño con todos los detalles que aparecen en él. Ayudado por el terapeuta, el soñador
trabajará convirtiéndose en cada uno de los símbolos o disfraces del contenido onírico.
De ahí nacerá el guión (argumento existencial) del sueño. Este guión está hecho de
diálogo entre polaridades, y en Gestalt, considerándolas como proyecciones de uno
mismo, se trabajará a través de un diálogo intrapersonal expresivo de las diferencias y
facilitador de un aprendizaje de mutuo entendimiento y de integración. El mensaje
existencial, se hará cada vez más claro. Fritz Perls: “el sueño es una excelente
oportunidad para encontrar los hoyos de la personalidad. Entender un sueño significa
darse cuenta de cuándo se está evitando lo obvio”59. En esta línea explicará el acontecer
del insight, se dará no por información del terapeuta sino por experiencia personal del
protagonista o paciente.
Las líneas fundamentales del trabajo con sueños son:
1.-El terapeuta anima al protagonista del sueño a narrarlo con todos los detalles que
aparecen en él.
58
GINGER, Serge. “Gestalt. El arte del contacto”. Ed.: Integral (Pág. 115-116)
59
PERLS, F. “Sueños y existencias” Ed. Cuatro Vientos.
67
2.- El terapeuta pregunta al paciente cuál ha sido el sabor o sabores predominantes en el
sueño y qué revive ahora al recordarlo y hacerlo presente: Angustia, incertidumbre,
gozo, miedo, deseo, amenaza, expansión, libertad.
3.- El soñador es animado a narrar el sueño en presente, como si estuviera realizándose
y vivenciándose ahora.
4.- El paciente retoma el sueño poniendo verbal y actitudinalmente la palabra “yo”
delante de los personajes u otros símbolos significativos (por pequeños que sean ) que
aparecen en su sueño.
5.- Identificándose con cada uno de los elementos, como piezas de un puzzle, que
aparecen en el sueño, el paciente soñador, animado y estimulado respetuosamente por
el terapeuta, establece un diálogo, a través de un cambio físico de lugar haciendo
interaccionar los diferentes
símbolos que, como fragmentos del “yo” se van
esclareciendo e iluminándose.
6.- A través de este diálogo se va realizando en el presente un continuo de conciencia.
7.- El mensaje del sueño, cuando va densificando su consciencia se puede relacionar en
un ir y venir, con partes conscientes de la vida real, procurando ablandar resistencias
que, de hecho, ha relegado al inconsciente sus mensajes.
8.- El insight, consiste en verificar de una manera intuitiva, corporal, emocional,
cognitiva, integral que existe un camino de crecimiento, aunque sea doloroso, que está
abierto a la autenticidad y la verdad. Es lo que Perls llamará: “mensaje existencial del
sueño”.
9.- Si el trabajo se realiza en un grupo, es importante que la persona reciba un feedback
no tanto interpretativo cuanto acogedor que subraye el esfuerzo hecho por encontrar la
personal verdad liberadora.
A modo de conclusión de todo este apartado (4.3) donde se recogen diferentes
áreas y métodos de trabajo gestáltico, quiero proponer una serie de bibliografía en la
que se recogen técnicas y ejercicios de trabajo de algunos de los temas expuestos:
 John Bradshaw. “Volver a casa. Recuperación y reivindicación del niño
interno”. Ed.: Los libros del comienzo. En este libro se ofrecen un conjunto muy
bien estructurado de pautas y técnicas para trabajar la congelación de
sentimientos, y la restauración gradual y segura con los sentimientos del pasado.
68
 John O. Stevns. “El darse cuenta. Sentir, imaginar y vivenciar”. Ed.. Cuatro
Vientos. Manual donde se recogen ejercicios y experimentos gestálticos,
alrededor de 100, de valiosa ayuda para el trabajo con personas.
 Klaus W. Vopel. En la editorial CCS, existe toda una colección de manuales con
dinámicas, fantasías, meditaciones, y experimentos, clasificados por etapas
vitales y temáticas.
 Moreau, A. “Ejercicios y técnicas creativas de Gestalterapia”. Ed.: Sirio. Se
exponen en el libro numerosas experiencias de trabajo para sesiones
terapéuticas.
 Jessica Macbeth. “Abre tu mente. Un curso práctico de visualización creativa”.
Ed.: Robin Book. Es una guía práctica de visualizaciones dirigidas que nos
ayudan a viajar a nuestro yo más íntimo y a descubrir el potencial de nosotros
mismos.
 Klaus W. Vopel. “Viajes imaginarios para la mejora vital”. Ed.: CCS. En este
manual se recogen visualizaciones y dinámicas para desarrollar una perspectiva
vital y optimista de la existencia, para tomar contacto con nuestro Yo profundo,
y con el niño interno, así como a utilizar la fuerza de la capacidad de amar en
lugar de los resentimientos y los miedos.
 Gaby Rossbach. “Meditar con imágenes”. Ed.: Elfos. En este pequeño libro nos
encontramos con gran variedad de meditaciones guiadas con imágenes,
ejercicios de relajación y respiración.
“La terapia gestalt es un proceso anárquico en el sentido de que no sigue unas
reglas o normas pre-establecidas. No pretende adaptar a la gente a ningún sistema,
sino que intenta adaptar a la gente a su propio potencial creativo”
Laura Perls.
69
5. LAS ESCENAS TEMIDAS
La escena temida se relaciona con una
experiencia dolorosa negativa ocurrida en la infancia.
Es un término definido por la escuela de Psicodrama
Psicoanalítico. Y se le considera la vía regia para las
exploraciones de las escenas familiares irresueltas que
puedan perturbar la vida presente de la persona. Por lo
que es un asunto inconcluso, un asunto que no se supo
resolver en su momento y que vuelve a hacerse figura
en nuestras vidas en el presente.
Se trata de una situación incompleta, un ajuste de cuentas que debemos hacer.
Mientras no “cerremos” la situación, ésta contendrá energía psicológica, y como no
queremos vivirla en el presente, la arrojamos continuamente al espacio vacío que
tenemos por delante, el futuro (el desván de los miedos). En otras palabras, la tememos
porque el futuro implacablemente “se nos viene encima”, y nos acerca los monstruos
que habíamos arrojado en él.
Está relacionada con un dolor infantil, una carencia afectiva, un fallo en la
pertenencia o carencia de amor, algo que sucedió cuando no teníamos recursos para
defendernos. De esa situación queda una herida que marca las futuras pautas de la
persona. Las tres posibles situaciones de escenas temidas son:
1. Cada cosa que uno vive (situación temida) son de otro tiempo.
2. Sucesos de otro tiempo que no siempre pueden recordarse.
3. Pueden ser fantasmas, deseos expresados como miedo, o como manera de
escapar.
La escena temida tiene consecuencias de largo alcance que puede afectar a
cualquier aspecto de la vida. Puede actuar sobre el estado de ánimo, las relaciones, el
trabajo y hasta la salud. Cuando somos niños y tenemos desarrollados pocos recursos
personales, elaboramos fórmulas de comportamiento y de desenvolvimiento en el
mundo que nos sirven de defensa y nos protegen cuando somos niños, pero con el
70
tiempo se quedan antiguas y ya no sirven para la vida que vamos enfrentando con la
adultez más plural, compleja y variable.
El problema, no es la situación, sino cómo yo me relaciono con lo que me ha
tocado vivir. La escena temida es un asunto inconcluso, un asunto que no supe resolver
de forma satisfactoria en su momento y que vuelve a hacerse figura en mi vida. La
escena temida se nos entromete en el presente una y otra vez, con diferentes caras, o en
diferentes situaciones o con diferentes personas, pero es el conflicto no resuelto de la
escena primigenia el que nos resuena en el presente, e inconscientes de ello, seguimos
utilizando los recursos que generamos en la infancia para enfrentarnos a ella. Siempre
existe una ganancia secundaria en la utilización de ese recurso, conocer esta ganancia
ayuda a resolver el conflicto.
Así las escenas temidas son aquellas situaciones que dan cuenta del punto
vulnerable del sujeto. Allí se encuentra el campo favorecedor de la producción de
conflictos, ya que por diversas situaciones de la vida, previas a ese momento, está esa
marca en la personalidad. Estas escenas remiten a alguna otra de connotación infantil:
esto es, que implican una debilidad para la persona, es algo que duele (o dolió) y se
mantiene separado de la conciencia. Cuando esa zona se impacta, aparece la
imposibilidad de resolver ese tema, de manera aumentada, ya que se incrementó con el
paso del tiempo.
En uno de los talleres durante mi formación en Gestalt, en la escuela de
psicoterapia de Valencia, Eduardo De Grazia60 explicaba cómo afecta en el presente de
una persona la escena temida. Decía que cuando estamos solo preocupados por un
asunto, y sufrimos por él, estamos fijados, anclados en una escena. Y cada vez que
estamos enganchados con ese tema dejamos de estar en el contacto con el resto de
asuntos de nuestra vida, y es entonces cuando sufrimos la falta de contacto con lo
demás. Eduardo decía que dos preguntas nos podían ayudar a poner conciencia sobre los
efectos de la escena temida en el presente:
¿Qué es a lo que no me dedico por quedarme fijado en ese tema?
¿Para qué quiero mantener este miedo de la situación temida?
60
Psicólogo y psicoterapeuta. Miembro Titular, Supervisor y Didacta de la AETG y Psicoterapeuta de la FEAP. Colabora en la formación de psicoterapeutas Gestalt en diferentes
escuelas españolas.
71
Eduardo de Grazia nos explicó que en el trabajo con la escena temida nos damos
cuenta de porque nos pasa esto, pero darse cuenta de lo que se ignora parece fácil, lo
difícil en el trabajo con la escena temida es lidiar con las fuerzas del ego, porque este no
admite el “yo no sé”, y lo difícil es aceptar la ignorancia, ya que el ego está construido
para protegernos de esos momentos de impasse e ignorancia. “El ego no quiere
cambios, si fuera por él seríamos siempre Peter Pan61”.
Nadie recuerda en muchas ocasiones la escena o situación que creó dolor, pero sí
se recuerdan las consecuencias: miedo a la exclusión, miedo a ser tragado, miedo al
rechazo… En el presente aceptar el no sé qué me pasa, facilita ponernos en contacto con
el miedo primigenio al que nos enfrentamos o sufrimos en la escena irresuelta de la
infancia, y por ende al que nos seguimos enfrentando o sufriendo de adultos.
En este taller mencionado antes con Eduardo De Grazia, tuve la oportunidad de
trabajar con él una escena temida. Partiendo de la consigna de dibujar una escena
temida de la infancia, pude darme cuenta de cómo mi vida ha girado alrededor del
miedo a sentirme excluida ante aquellas personas que considero mejores que yo.
Mejores que yo porque eran “listas” y se relacionaban con facilidad con otras personas,
y eso significaba que ellas eran “normales”, y podían descubrir que yo no lo era. Me
pasé largos ratos de mi infancia observando jugar a las compañeras del colegio sin
atreverme a incluirme, desando ser como ellas, y culpándome por no serlo. Me acercaba
solamente a aquellas otras niñas que no me ponían en contacto con mi vergüenza por
creer que no era “normal”, es decir, con niñas que consideraba que no eran mucho
mejor que yo o que no podían descubrir que a mí me pasaba algo raro.
He pasado muchos años de mi vida pensando que era rara o defectuosa, que algo
en mí no era del todo correcto, que tenía una “tara”, por lo que parecer normal, y
esconder esto ante los demás se convirtió en una forma de estar en el mundo. Ser
“perfecta” era mi objetivo, y cuanto más lo intentaba más se me ponía delante, mi
defectuosidad, incrementando la censura hacia mí misma y perpetuando ese círculo
vicioso. El automaltrato se convirtió en una forma de cuidar que no me descubriesen.
Eduardo de Grazia relacionó esto con algún “pecado” cometido durante la
infancia, y pude llegar a recordar una escena con 3 años en la que yo entraba sin
“...la psique tiende “por naturaleza”, a huir del cambio” Rodolfo Moguillansky. “Los afectos y
el papel de lo negativo en la constitución de la realidad psíquica. Notas sobre la perplejidad”.
Revista Psicoanálisis APdeBA - Vol. XX - Nº 3 - 1998
61
72
permiso a la habitación de mis padres y queriendo coger un joyero de porcelana del
tocador de mi madre, este cayó y se rompió la tapa en varios trozos. Recuerdo el susto,
el miedo, la culpa, y la vergüenza, y como mi padre me dio dos azotes en el culo,
mientras mi madre me miraba enfadada y me reñía. No recuerdo sus palabras, pero si su
enfado y disgusto.
Cada vez que veía el joyero, que hasta hace un año todavía seguía sobre el
tocador de mi madre, no podía evitar quedarme mirando la tapa que rompí, el color
amarillento que había cogido el pegamento, las grietas de los fragmentos, y la cascarilla
que nunca pudo repararse... Cuando trabajé esto años después con mi terapeuta actual,
me dijo que si podía ser, cogiera ese joyero, le comprara otro a mi madre o no, y lo
rompiera intencionadamente diciendo: “solo es un joyero de porcelana”. Hace casi un
año que lo cogí de casa de mi madre, y aunque parezca increíble, todavía lo tengo
guardado sin encontrar el momento de romperlo.
Ahora gracias a la terapia y a la formación en el S.A.T., sé y me siento que soy
normal, ni especial, ni defectuosa… Normal. Y esto me ha dado dos cosas, el abandono
del automaltrato y una serenidad y tranquilidad desconocida para mí a la hora de
relacionarme con los demás, especialmente con las mujeres que antes imaginaba más
inteligentes que yo o simplemente lo suficientemente inteligentes como para que
pudieran darse cuenta de que yo era defectuosa. Sé que todos sentimos miedo o
inseguridad ante personas desconocidas con las que nos hemos de relacionar, y que en
el fondo todos deseamos ser aceptados por el otro en ese momento, que no nos
rechacen. Ahora, al relacionarme con mujeres que desconozco o que son lo
suficientemente inteligentes como para descubrir mi “defectuosidad” (escena temida),
ya no siento miedo, y me puedo mostrar agradable y cercana ante “las” desconocidas, e
inteligentes, y no altiva y distante para autoexcluirme elegantemente antes de que me
excluyeran, ocultando tras esa máscara mi sentimiento de “defectuosidad”.
73
Y aunque no creo que ese suceso del joyero por si sólo haya configurado en mi
todo este mecanismo de funcionamiento, si soy consciente que es uno de los hechos que
contribuyeron a esta construcción de mi personalidad, y de concepción sobre el mundo,
confirmando o sumando junto a otras variables que confluyeron para que esto se diera.
Por último quiero añadir que cuando presente esta tesina, y alguien la esté leyendo, ese
joyero ya habrá pasado a mejor vida. Gracias Eduardo, tú abriste la puerta.
5.1. TRABAJO TERAPÉUTICO CON LAS ESCENAS TEMIDAS.
Los principales temas que pueden aparecer en las escenas temidas pueden emerger
cargadas con:
-
Sentimientos de culpa, autorreproches, desvalorización de sí mismo y envidia y
confianza exagerada por lo idealmente bueno que está fuera de uno mismo o de
otros sujetos. Las escenas deseadas (fantasías de curación o transformación)
tendrán que ver con el control de las ansiedades de estas escenas temidas, es
decir con la reparación y el final de la culpa.
-
Con la desconfianza en el mundo externo, las prevenciones a ser atacados desde
afuera y la confianza en las propias ideas y convicciones. Las escenas deseadas
correspondientes a este núcleo tendrán que ver con el final del peligro
proveniente del mundo exterior y de la desconfianza.
-
Ansiedades catastróficas que se provocan por la inseguridad de poder ubicar una
estrategia que discrimine los objetos buenos de los objetos malos. Las escenas
deseadas que provienen de este grupo aspirarían a poder discriminar las acciones
tendientes a saber conservar los objetos buenos o protectores y a saber
defenderse o prevenirse contra los objetos amenazantes o persecutorios.
Lo que cada persona siente y expresa bajo la forma de escenas temidas y
deseadas, son el fruto de la actividad de las ansiedades y defensas frente a las mismas
que habrán de provocar finalmente en la mente de cada uno, una fantasía plástica: una
escena con un escenario, con personajes, con vínculos y que se nos aparecen como la
vía regia para llegar a la profundidad diagnóstica y a la intervención terapéutica
operativa, es decir, aquella que busca producir el cambio creativo.
74
Ayudar en este proceso de crecimiento tiene que ver con:
-
El desarrollo de la conciencia.
-
Las creencias limitantes. Posicionamientos vitales limitantes.
-
Las vinculaciones.
-
Acceder al corazón y la mente del otro.
-
Amorosidad hacia el otro.
-
No determinar a un hecho la causa de lo que pasa. Los hechos tienen incidencia,
pero no son determinantes.
-
No quedarnos enganchados al entender porque nos ocurre algo, esto no implica
saber que nos ocurre. Desde aquí lo básico es saber que me pasa ahora, y
abordarlo. ¿Cómo? Pues centrándonos en la actitud que nos fija y no en la causa
(hechos que acontecieron). La actitud que nos fija tiene que ver con lo que
sentimos, pensamos y hacemos sobre lo que aconteció.
Con respecto a todo lo expuesto y cómo forma de profundizar en la comprensión
de los efectos de las escenas temidas, y el trabajo con ellas, recojo estas reflexiones de
Eduardo De Grazia, y comparto generosamente algo muy valioso de mi intimidad y de
la suya con su consentimiento explícito:
“Con el paso de los años mi comprensión de “lo psicológico” se fue depurando.
Cuando estudiaba Psicoanálisis su aguda riqueza y complejidad me maravillaban y a
la vez me parecía tan inalcanzable que pensaba que no llegaría a entenderlo. Con el
tiempo descubrí, o me parecía que descubría, que su gran riqueza la constituía la
inteligente creación de unas herramientas muy finas para traducir la inacabable
complejidad de la subjetividad y dejar a la vista la arquitectura más estable del “alma”
que transforma la energía vital para producir hechos “culturales”.
Lo psíquico es más joven que lo orgánico. Lo orgánico alcanzó con el tiempo un
grado de precisión rutinario que garantiza, dentro de los límites del tiempo y el
espacio, la supervivencia de sus funciones mientras la máquina dure. Lo psíquico
también responde a leyes repetitivas, pero su libertad expresiva parece no tener límites
y esta exuberancia nos brinda lo mejor y lo peor de nuestra vida, desde la Conciencia
de Ser, hasta la ilusión de estar por encima de la realidad.
Ni el Psicoanálisis ni los otros marcos teóricos que nos referencian cuando
queremos aventurarnos en la complejidad subjetiva juzgan esa creatividad sino que
75
tratan de asociarlas a los cómo y por qué de lo anímico. Habitualmente nos ocupamos
de las combinaciones fallidas que producen sufrimiento y parones en el desarrollo,
pero también miramos con sumo interés y humildad de profesionales las maravillas
creativas de la Humanidad sin propósito doctrinal de establecer valores morales, que
de eso se encargan otros pensadores e interesados en orientar sobre las consecuencias
de nuestros actos. Parafraseo a Freud cuando decía, ¡coincidiendo con lo que dices tú!,
en que toda la atención que se ponía a lo particular buscaba como meta que el Hombre,
que el paciente, se aceptase como “normal” y participara en la tarea conjunta de
construir el Mundo.
Que, por ejemplo, aunque los gustos personales difieran difícil resultaría no ver
en El Palacio de las Artes y las Ciencias una obra admirable, pero que era necesario
entender y entenderse de las motivaciones que movilizan esos empeños y, esto lo
acentuaría Perls, asumir las consecuencias con responsabilidad.
A veces se entiende que oficialmente se desvalorice y aleje la función del
Psicólogo…saber cura, pero también desarma delirios.
Cuando tengo la ocasión de facilitar un Taller la “misión” que me adjudico es
la de sembrar, construir Fondo. E invitar a que me sigan. Remover el fondo para
facilitar que la Figura emerja, y como dije y también dices tú, un único granito de
arena reconocido, permite comprobar que nunca es “un granito casual”, que desde su
pequeñez puede mover un mundo…
Tu recuerdo de aquella breve escena colándote en el dormitorio de tus padres y
tu percepción y traducción de sus gestos y acciones, fue una piedra angular en la
construcción de tu carácter, dominada por la vergüenza y desubicuidad que
permaneció durante los años cruciales hasta la juventud y fue causa de no pocos
sinsabores…un Rasgo 4 posiblemente…que durante todo ese tiempo incubó y engordó
la otra cara del 4: el amor por el saber, el hambre de aprender, la ética en el
hacer…¿no piensas que algo así ha basado el alborozo de tu actual poder para
disfrutar?”
Con esto se ejemplifica y aclara lo específico, y necesario de la ayuda
terapéutica, que desde el presente (el espacio instrumental) se mueva a la resolución de
una perturbación que está en los espacios de lo imaginario (de lo que sucedió o
sucederá). Debemos conjurar, traer, reflejar esa otra situación en este ahora en el que
nunca está la herida psicológica. Y debemos orientar la intervención en estructurar en
76
base al futuro y no al pasado. Hay que estructurar el pensamiento orientado hacia el
futuro. Focalizando hacia dónde se quiere ir.
Así pues, la herida está allá pero debemos curarla acá. ¿Cómo lograrlo desde la
Terapia Gestalt? Con la posibilidad de construir máquinas del tiempo. Las técnicas que
permiten este viaje por el tiempo son fundamentalmente tres, veámoslas:

El psicodrama y la escultura.

Las técnicas gestálticas.

El ensueño dirigido.
a) El psicodrama.
El psicodrama constituye una técnica que se originó en el teatro, el cuál, a su vez, se
originó en la necesidad de imitar, evocar e imaginar la vida. El teatro aparece como
herramienta para rescatar la evanescencia del transcurrir, y también como herramienta
de planificación, conjuro y control de lo que vendrá. En general puede decirse que todo
el arte procura modelos para existir. Siempre en relación con encontrar y proponer
sentidos a la tarea de recorrer destinos, el arte está siempre dando respuestas a las
preguntas: “¿Qué es vivir?”, “¿Para qué vivir?”, “¿Cómo hay que vivir?”.
Con las técnicas psicodramáticas se consigue evocar esa “otra escena”, la que ya
no es o la que todavía no se produjo, mediante la imitación de conductas que vuelven
presentes a los ausentes. En un instante dado de la dramatización, ya no hay imitación,
se creó la escena, se la conjuró y todos sus componentes, en especial el paciente, viven
otro momento, la máquina del tiempo lo transportó a los espacios inaccesibles del
pasado o el futuro. Pero esto no constituye todo el proceso terapéutico, pues falta lo más
importante: el nuevo final de la historia enferma. La representación de un nuevo final
permite concebir otra alternativa para, después de dramatizarla, trasladarla a la vida real,
que es el lugar donde termina toda terapia.
La dramatización no sólo aclara el pasado (como lo hace el psicoanálisis) sino
que además permite ensayar el futuro, especialmente a través de la técnica de trabajo
con escenas temidas que desarrollaron Pavlovsky, Kesselman y Frydlewsky.
Toda situación temida puede ser llevada a escena para representarla y trabajarla
psicodramáticamente. Para ello se conforman grupos y se trabaja en grupo. Desde el
psicodrama se plantea que solo es posible desengancharse de las dificultades presentes,
77
cuando se aclaran las propias escenas personales que siempre subyacen en uno mismo y
que permanentemente se reactualizan ante las situaciones presentes.
Esta técnica y método integra las modalidades de análisis cognoscitivo con las
de inclusión participatoria y experimental. Esto es de especial importancia, no solo para
aquellos que tienen una capacidad reducida en la exploración verbal o intelectual, sino
también para aquellas personas que tienden a sobre intelectualizar sus experiencias. Sin
embargo, la ventaja más importante del psicodrama es que convierte la urgencia del
participante de "actuar" en un canal constructivo de "actuación" que lleva a su
comprensión.
La "actuación" se refiere al mecanismo de defensa psicológica mediante el cual
la persona descarga sus impulsos internos a través de una representación real o
simbólica. A través de la representación en psicodrama los impulsos y sus fantasías
asociadas, recuerdos y proyecciones se convierten en conscientemente explícitos, lo que
sirve para expresar esos sentimientos mientras se desarrolla en forma simultánea la
autopercepción por parte de la persona.
Hace cincuenta años, Jacob Levi Moreno, psiquiatra vienés, predijo la
importancia de todo ello, desarrolló medios de sociometría y psicodrama y contribuyó
importantemente a la evolución de la psicoterapia de grupo, introduciendo el espíritu del
crecimiento a través del juego, subrayando ideas sobre espontaneidad, creatividad,
acción, apertura propia, la importancia de la comunicación no verbal y del tacto, el
cultivo de la imaginación e intuición, el valor del humor y la profundidad del drama, y
todo ello inmerso en la importancia del presente, de este presente, ya que él fue quien
acuñó el término "aquí y ahora".
Gestalt y Psicodrama son de la misma filosofía humanista y fenomenológica,
comparten la relación terapéutica más allá del proceso transferencial y la importancia de
la movilidad corporal en terapia. Ambas trabajan desde la espontaneidad y la
exploración del contenido emocional buscando más allá de lo intelectual, ayudan al
paciente (protagonista) a expresar sentimientos y ordenar pensamientos.
Hernán Kesselman, Eduardo Pavlovsky, Luis Frylewsky62 proponen como hacer
que la persona haga una toma de conciencia, asociando las escenas conflictivas de su
historia personal y que forman el sustrato bloqueante de su capacidad en la vida
Hernán Kesselman, Eduardo Pavlovsky, Luis Frylewsky. “Las escenas temidas del
coordinador de grupos” en www.franjamorada-psico.com.ar
62
78
presente. Buscan producir una regresión que puede llegar a superarse a través del
conocimiento profundo de dicha situación para que, pueda contar con un repertorio de
conductas alternativas para operar eficazmente en su presente, configurando una
verdadera espiral dialéctica del aprendizaje en su vida que se concibe por el
eslabonamiento de unidades de trabajo a las que llaman escenas: temidas, consonantes,
resonantes y resultantes. Este es el trabajo, siempre en grupo, que ellos proponen:
Hablamos entonces de un camino a trabajar que, partiendo de la escena temida
desembocara en la escena consonante familiar (lo familiar afectivo que le "consuena"
al terapeuta) pasando por la escena resonante (repique generalizado de lo personal en
lo personal de los otros) para finalizar en una escena resultante (hipótesis de resolución
para la escena conflictiva y temida con que se inició el ciclo).

Las "escenas temidas" pueden quedar como secretos o misterios. Si esta
escena temida es representada dramáticamente bajo la guía del propio
interesado en estudiarse a sí mismo, llegamos al momento, objetivado en
otros, de su propia dificultad. Esta escena temida para esta persona: ¿qué está
encubriendo de él mismo?

Las escenas consonantes. Si se invita a la persona a asociar ideas, realizar
soliloquios asociativos y a aislarse momentáneamente, en compañía de los
otros, pero en un ejercicio de introspección regresiva en una regresión
"guiada" por el conductor del ejercicio sobre sus propios momentos vitales
que "hagan eco" con el afecto de la temática planteada en la escena temida,
es posible rastrear alguna o algunas escenas que por vibrar tan parecido con
la "escena temida" se las llaman escenas consonantes (o escenas familiares
asociadas consonantes). Estas escenas pueden también, como las temidas,
ser representadas dramáticamente con la participación del protagonista y y
aluden siempre a una estructura modular subyacente.

Las escenas resonantes. Conciben la posibilidad de transformar a esta escena
consonante en un medio de trabajo para cada integrante del grupo, bajo la
conducción y las sugerencias del director de las dramatizaciones. Se le pide
al protagonista que les "preste" la escena a los demás, para que "circule"
libremente por el grupo. Y se toma cada "trozo" de la escena para sacarle
algo así como una fotografía amplificada, de tal manera que en lugar de
reducirse a las relaciones prehistóricas esta escena comienza a multiplicarse,
79
a enriquecerse con la mirada, el oído, las actitudes, los sentimientos, las
reacciones y las palabras de los otros.
La escena consonante, así representada y trabajada, con la multirresonancia
del grupo permite llegar a una Gestalt básica, pluridimensional y totalizante
que se contrapone a la visión monocular y parcializadora del protagonista en
los momentos en que éste se encuentra examinándola aisladamente. Rompe
de esta manera su bloqueo narcisístico, su propia y repetida "novela", y le
obliga a elaborar el duelo por la pérdida de este estado que le es antiguo y
permanente, proveyéndolo de nuevas perspectivas con las que se dirige
nuevamente a examinar sus "escenas temidas".
Las escenas así tratadas dejan de ser solamente encubridoras, para
transformarse en "descubridoras" y para formar en conjunto con la
resonancia en los otros, esta nueva escena mutativa: la escena resonante.

La vuelta a la escena temida: la escena resultante. Al volver a tratar la escena
temida, va a volver a vivirla y representarla con sus compañeros. Pero la
escena ya no consuena en su interior de la misma manera. Su bloqueo
narcisístico, la novela familiar que subyacía a su escena se ha transformado.
La ha reescrito con sus compañeros y ha quedado sobreimpresa para
transformar seguramente su óptica de la antigua escena temida que tiene para
él, desde ahora, una valoración distinta, mucho más rica que la que tenía
antes de ser tratada de esta forma. Su novela ha comenzado a modificarse.
b) La escultura.
Del psicodrama aparece la escultura. La escultura es una técnica psicodramática
que fue desarrollada por terapeutas familiares partidarios de utilizar técnicas activas
(Satir, 1972; Dhul, Kantor y Dhul, 1973; Papp, Silverstein y Carter (1973); Papp,
1976)63. En los años cincuenta Kantor, estudió el significado del espacio en las
relaciones humanas y se planteó plasmar de una forma metafórica dichas relaciones a
través de formas espaciales. Más tarde, al estudiar la teoría de los sistemas, desarrolló la
63
ESPINA, A. “El uso de la escultura en la terapia de pareja”. Revista de psicoterapia, 7, 28,
29-44. 1997
80
idea de plasmar espacialmente las relaciones, el contexto y las situaciones a través de la
“escultura familiar”.
La escultura consiste en solicitar que se represente espacialmente las relaciones
familiares, actuando como un escultor que modela actitudinalmente y sitúa en el espacio
a los diferentes miembros de la familia, creando un grupo escultórico que muestra cómo
se ven las relaciones entre ellos. El grupo del Instituto de la Familia de Boston (Dhul,
Kantor y Dhul) define la escultura como “un proceso dinámico, activo, no lineal, que
retrata las interrelaciones en el espacio y el tiempo, de forma que hechos o actitudes se
pueden percibir y experimentar simultáneamente. Basan esta técnica en los presupuestos
del “aprendizaje por la experiencia” del psicodrama (Moreno, 1946). Estos autores
proponen la escultura como una forma preverbal de conocer los sistemas en los que uno
esta inmerso para poder cambiar los papeles que juega.
Virginia Satir la utilizó para mostrar didácticamente su teoría de los roles
familiares y Papp (1976)64 cuestionó el uso del término “escultura” por referirse a algo
estático, mientras que las relaciones humanas son dinámicas, y propone el término
“coreografía” pues en realidad se trata de “coreografiar modelos transaccionales
(alianzas, triangulaciones y corrientes emocionales) y los evidencia tal como lo hace
una escena de movimiento silencioso. El término propuesto por Papp parece más
adecuado para las escenificaciones con movimiento y el mismo Kantor65 proponía usar
la técnica de la escultura dotándola de movimiento.
El proceso terapéutico puede utilizar la escultura y otras técnicas dramáticas para
desarrollar las escenas latentes (escenas del pasado no cerradas que condicionan en el
presente, condicionando el presente de la persona) y favorecer el cambio, o se puede
continuar con intervenciones dinámicas y sistémicas. La escultura nos permite abrir
caminos con rapidez conectando con lo emocional a través del cuerpo y favorece en
muchos casos el cambio.
La escultura estimula al cliente a encontrar nuevas soluciones propias. El uso de
las esculturas del pasado, presente y futuro introducen la variable tiempo en una
situación que muchas veces está petrificada y reactiva. Desde el punto de vista
64
ESPINA, A. “El uso de la escultura en la terapia de pareja”. Revista de psicoterapia, 7, 28,
29-44. 1997
65
Ídem anterior.
81
psicoanalítico, las esculturas son el contenido manifiesto de otras escenas (latentes) en
las que juegan fantasmas y relaciones antiguas que se actualizan en el presente, el uso
del cuerpo permite conectar más fácilmente con las emociones y vínculos pasados,
actuando a modo de estímulos que activan recuerdos depositados en el inconsciente,
muchos gestos y posturas hacen las veces de “actos fallidos corporales” que filtran
elementos del inconsciente permitiendo su acceso a la conciencia.
82
c) Las técnicas gestálticas.
Las técnicas de la terapia gestáltica cubren un amplio espectro de conductas:
verbales y no verbales, estructuradas y no estructuradas, introspectivas e
interpersonales, dirigidas hacia dentro y hacia fuera, simbólicas y no simbólicas. En
gestalt la actuación es parte importante de la terapia, tanto en el sentido externo de pasar
por los movimientos que calzan en un determinado rol como en el sentido interno de
vivenciarse como otro, imaginar que uno mismo posee los atributos o acciones de otros
seres o cosas. La actuación le da expresión motora a una idea, sentimiento o imagen,
puede ser considerada como una instancia más de traducción de una modalidad
expresiva a otra. Es el opuesto de la explicitación, y puede ser entendida como un modo
más de completar o implementar la expresión.
Todo lo dicho para el psicodrama y la escultura es válido también para la terapia
gestáltica, Fritz Perls agregó toda la vertiente que proviene de la filosofía zen; de
acuerdo con ella, centra la exploración de lo imaginario en la actualización perceptual,
esto es, en el más riguroso aquí y ahora de las sensaciones corporales, donde el tiempo
atraviesa el cuerpo. Esto permite nuevas técnicas: (silla vacía) diálogos entre diversas
partes del cuerpo, entre el yo, las personas y los objetos, y principalmente, la detección
de las proyecciones con que el tiempo invade el presente. Así se prepara la temporalidad
a partir del presente, reconstruyendo la capacidad de ver, oír y sentir con espontaneidad,
sin proyecciones.
El monodrama es una variante del psicodrama donde el protagonista interpreta
el mismo por turnos, los diferentes papeles de la situación que se está evocando. El
monodrama permite de diversas maneras, explorar, reconocer y expresar los diferentes
sentimientos.
La puesta en acción gestáltica consiste en interpretar una escena, real o
imaginaria, de un modo simbólico, para favorecer la expresión, y el cierre de una
situación inacabada generadora de comportamientos neuróticos repetitivos, de “guiones
de vida” inapropiados o anacrónicos. La intervención no aspira a transformar la
situación externa, a cambiar las cosas, a los demás o a los acontecimientos, sino a
transformar la percepción interna que tiene la persona de los hechos, de sus
interrelaciones y de sus múltiples significaciones. Este tipo de trabajo aspira a favorecer
una experiencia personal nueva, una reelaboración del sistema individual de percepción
y representación mental (“reencuadre”).
83
La puesta en acción deliberada de situaciones vividas o imaginadas se opone al
paso activo impulsivo o defensivo, es un subrayado que favorece la toma de conciencia
proponiendo una acción visible y tangible (“encarnada”), movilizando el cuerpo y la
emoción, permitiendo de esta forma vivir a la persona la situación con más intensidad,
“re-presentarla” y explorar sentimientos mal identificados, reprimidos o desconocidos.
El fin terapéutico que se persigue es lograr que los sujetos completen las
situaciones no terminadas. Cuando se logra completar la gestalt se produce una mejoría
para vivir en el presente de manera más consciente y libre. A fin de realizar estos
procesos integradores, se sitúa al sujeto en el aquí y ahora, de modo tal que todo lo que
pueda referir al pasado o al futuro, sea integrado en una gestalt actual.
Maru Martí terapeuta y educadora de la Escuela de Psicoterapia de Valencia,
nos propuso una técnica para curar escenas familiares durante un taller de figuras
parentales. Esta técnica se basa en trabajar las voces nutridoras (propias), y tanto se
puede hacer con el psicodrama (en grupo), como con visualización (para sesiones
terapéuticas individuales).
Pasos:
1. El paciente explica la escena verbalmente de manera detallada.
2. Se escogen los actores (por el paciente), incluida la propia persona.
(El cliente que trabaja su escena, se queda de “yo nutricio”, que entrará más tarde
en escena para convertirse en “cuidador”.)
3. Se explica al cuidador-paciente que ahora los actores van a representar la
escena, y que el/ella entrará como terapeuta, o como hada madrina, o como
ángel protector… y hablará con “todos” los personajes que sea necesario para
explicarles que pueden hacer, como han de hacer, que necesita la protagonista.
O actuará “salvando”, evitando que el hecho se produzca, si este es muy
traumático.
4. Ahora otra vez los actores vuelven a representar la escena, pero haciendo lo que
desde la necesidad y explicación del paciente cuidador deben hacer para sanar la
escena, para resolverla, siempre de la forma apropiada a la necesidad de la
paciente.
En sesión individual, se puede hacer el mismo trabajo con visualización, se
trabaja de la misma manera, pero imaginando la escena el paciente mentalmente, con la
dirección del terapeuta.
84
Otro tipo de técnica gestáltica es el trabajo con dibujos. Arte-terapia. La
diferencia con el arte está en el objetivo, en el encuadre, y donde lo que importa es el
proceso, y la persona. En la producción del dibujo, se da una relación triangular:
Dibujo
Terapeuta
Cliente
En el dibujo sale la transferencia del cliente, donde cuenta algo de su propia
historia. El dibujar es terapéutico, por lo que el trabajo del terapeuta pasa por mirar al
cliente durante el proceso, y al objeto artístico, puesto que este comunica algo que el
cliente no puede comunicar de otra manera. El dibujo se presenta para complementar al
vacío verbal del cliente, organizando de forma simbólica lo que se quiere transmitir. El
dibujo surge donde la palabra fracasa. Durante el proceso de elaboración del dibujo, se
establece una comunicación con uno mismo, mientras se realiza, estamos en contacto
con nosotros mismos delante del terapeuta. También se pueden hacer recorridos con
dibujos, donde se pueden ir uniendo dibujos sobre la escena y sobre la resolución de la
misma.
En este sentido, aparece la Gestalt neuro-imaginativa que es una variante de la
programación neuro-lingüística (PNL). La palabra “neuro” hace referencia a la forma
de trabajar con imágenes internas, relacionadas con los efectos condicionados neuropsicológicamente. La sustitución de “lingüística” por “imaginativa” tiene el sentido de
que en la PNL se presta mucha atención al lenguaje, y aquí se pone más énfasis en
expresarse mediante la creación de imágenes. En la GNI, además de la descripción
lingüística, se cuenta con la representación pictórica. Lo que PNL y GNI tienen en
común es la conciencia de las señales corporales inconscientes, pero la GNI también se
enfoca en las señales inconscientes incluidas en la representación pictórica.
En esta metodología, las imágenes que son relevantes se dibujan con la mano no
diestra del cliente, se describen verbalmente y, después, se extienden por el suelo. Así,
el cliente puede moverse físicamente entre las imágenes, y al hacerlo se incorpora el
cuerpo como fuente de intuición.
Al crear imágenes de la escena a trabajar, y mediante el acto físico de
extenderlas y entrar en ellas, el cliente experimenta que algunas de ellas tienen efectos
85
en sus sentimientos y en su estado anímico. Por otra parte, el cliente también
experimenta, mediante su conciencia corporal, los efectos de la representación sobre la
imagen mental original, lo que a su vez puede repercutir en los sentimientos y
viceversa. Así se crea un circuito circular entre los elementos de la realidad,
construyéndose una realidad psíquica que puede tener una influencia positiva y
duradera en la perspectiva existencial y en cómo se siente la persona.
En la GNI se presta atención también a las conexiones relacionales, con lo cual
se enriquece con la incorporación de los conocimientos sistémicos de las constelaciones
familiares; donde además de aprender a mirar las circunstancias de la escena desde
distintos ángulos, también se aprende a mirar con los ojos de otro, con lo que la
dimensión de las relaciones humanas básicas también puede quedar incluida en el
proceso. La GNI además de la autorregulación, incluye una orientación hacia la
solución, el reencuadre y la construcción de nuevas realidades, tratando de establecer
una conexión con el inconsciente incognoscible.
El mero hecho de dibujar imágenes internas de las escenas inconclusas del
pasado pone a la persona ya en un suave estado de trance, y la experiencia de estar
físicamente dentro de las “metáforas”, es decir de las imágenes, y de moverse entre
ellas, da como resultado un diálogo con el inconsciente. Los mensajes del inconsciente
revelados mediante la expresión pictórica y contenidos en las sensaciones físicas
interactúan con los mensajes al inconsciente, en forma de imágenes. La sanación de
escenas se produce aunque no seamos conscientes de los detalles del proceso ni
podamos entenderlos.
En gestalt se utiliza también técnicas donde se viaja hacia atrás desde el análisis
de una escena actual que nos paraliza, para ampliar conciencia sobre lo que nos
ocurre. Carmen Gascón66 plantea un trabajo en este sentido, de la siguiente forma:
1. Escoger aquella situación en nuestra vida actual donde nos sentimos
capturados, inoperantes, paralizados, sin recursos.
2. Describimos la última escena donde esto nos ocurrió. Y ahondamos en la
experiencia de las sensaciones físicas y emocionales que sentimos.
3. Se recuerda una situación cercana en el tiempo donde nos ocurriera una
situación en la que nos sintiéramos de esta misma forma. Y se describe la
escena junto con las sensaciones físicas y emocionales.
66
Carmen Gascón. Psicóloga, espec. clínica, Psicoterapeuta. Miembro titular, didacta, y
supervisor de la AETG, y actual presidenta de la misma. Miembro de la FEAP.
86
4. Volvemos a encontrar otra situación 5 años más tarde. Y se vuelve a describir
la escena, junto con las sensaciones físicas y emocionales que nos embargaron.
5. Buscamos otra situación familiar 5 años atrás en que nos ocurriera lo mismo, se
describe la escena, y también las sensaciones físicas y emocionales.
6. Vamos retrocediendo en el tiempo, hasta llegar ha una situación familiar donde
con 4, 5 o 6 años nos sintiéramos igual.
7. ¿De qué nos damos cuenta?
Otro tipo de trabajo, que propone Carmen Gascón donde el grupo puede ayudar
a ampliar conciencia sobre lo que nos ocurrió en una escena temida de nuestro pasado,
consiste en:
1. Una persona del grupo sale al centro y expresa corporalmente, con una escultura,
la emoción que se sintió durante la vivencia de esa escena.
2. El grupo resonando con ella, imita su postura a su alrededor, rodeándola, y
teniendo presente la respiración, movimientos si hay, los ojos…
3. El terapeuta pregunta al grupo:
a) ¿Qué siente esta persona? El grupo va dando respuestas sobre las emociones que
se pueden estar sintiendo.
b) ¿Qué le pasa a una persona que está en esa postura?
El grupo va dando
respuestas sobre los posibles posicionamientos vitales, actitudes…
4. El grupo lo respira, y lo saca fuera, lo suelta.
5. La persona que está en el centro y ha escuchado a sus compañeros, expresa lo
que ha querido representar. Y reflexiona sobre lo que ha tocado más de aquello que
han expresado sus compañeros.
d) El ensueño dirigido.
Esta técnica, que proviene de la hipnosis, utiliza la constitución de las imágenes
internas para explorar lo que se encuentra alejado de la conciencia. Robert Desoille
estructuró está técnica, que bajo la sugestión y conducción del terapeuta, el cliente
recrea una fantasía onírica en estado de vigilia. Se basa en el hecho de que la relajación
excluye al miedo a consecuencia del hipotono muscular que se consigue en el estado de
relajación profunda y se obtiene con ello un estado crepuscular de la conciencia. Se
induce al paciente a relajarse en un ambiente silencioso, en penumbra, tendido o
semitendido, con los ojos cerrados; y se le propone luego que permita que las imágenes
87
internas afloren a la conciencia. Se le indica además que nos transmita la “película
interna” que comienza a desarrollarse ante (dentro de) sus ojos y nosotros nos
comprometemos a acompañarlo en ese viaje y a protegerlo en especial de las escenas
más temidas.
El ensueño dirigido es especialmente indicado para trabajar con el “niño
fantasma”, cuando centramos la reviviscencia en los años de la infancia. Son verdaderos
sueños en conciencia crepuscular (lograda por la relajación), por ello resulta muy
correcta la denominación de “en-sueño-dirigido” (o acompañado). Su finalidad es la
ampliación de la autoconciencia, así como proponer al cliente vivenciarse en acción.
Para el trabajo con escenas temidas se invita a los sujetos a que realicen
visualizaciones (ensueños), en torno a la escena temida. La visualización puede consistir
en imaginar un diálogo con otra persona o con varias, introduciendo el terapeuta
diversos cambios en la dirección que toma el trabajo imaginativo, a fin de movilizar
más al sujeto y conseguir que se enfrente a las situaciones no terminadas o temidas. El
terapeuta pide al sujeto que sea tal o cual persona que aparece en la escena, y que desde
esa identificación mantenga un diálogo expresando todos los sentimientos que
experimenta desde esa identificación. Además de infundir fuerza mediante la
intensificación de la experiencia, la fantasía puede ser el único camino de regresión a
una situación anterior.
5.2. PSICOTERAPIA PSICODRAMÁTICA BIPERSONAL
En el Psicodrama Bipersonal se utilizan técnicas psicodramáticas que de una
manera simbólica, se pueda crear o transformar un personaje que represente la
resistencia o el miedo que se crea partiendo de la escena temida que sucedió en el
pasado. En el psicodrama no hay objetos como tales, están personificados, son objetos
intermediarios y símbolos desde el valor que les atribuimos. Son imágenes que el
paciente visualiza y representa frente a él en el espacio psicodramático. La función de
cada una de estas técnicas siempre será facilitar la externalización de la fantasía temida.
Por medio de la utilización de las técnicas psicodramáticas clásicas como la
técnica del espejo, la técnica del observador externo, la técnica de la maximización
o también por medio de la técnica de la concretización, pero adaptadas al Psicodrama
Bipersonal, accedemos a la identificación del temor de la escena temida original.
88
El objetivo último será conocer la naturaleza de la resistencia, de la defensa que
nació en un lugar, en un momento y con un otro significativo para la vida del paciente,
donde a través del reconocimiento del miedo surgido de la escena se accede a la
reconstrucción del conflicto o/y el déficit que la originó.
El espacio psicodramático puede ser facilitador para trabajar determinados
síntomas tomando conciencia de las dificultades que plantean en la vida de la persona,
sin tener que utilizar la interpretación. Podemos utilizar en el espacio psicodramático la
técnica de la concretización en un personaje representando al miedo de la escena
temida través de un personaje simbólico que va construyendo el paciente por libre
asociación. Una vez que el cliente ha concretizado el síntoma a través de este personaje
al que ha puesto nombre y le ha dado forma, se le invita al paciente a un cambio de rol
con este personaje simbolizado.
Cuando se le coloca al paciente en el rol del personaje que ha construido y se le
pregunta cuándo apareció en la vida del paciente, para qué, en qué momentos aparece y
cuáles son los mensajes que le transmite, la función en este caso es que reconozca el
carácter defensivo del mismo.
También se pueden aplicar en el espacio psicodramático técnicas que consisten
en colocar visualmente el miedo frente a él a través de un objeto que lo simbolice y
preguntar al paciente que sucedería si no estuviese en su vida.
Otra de las vías es recurrir a la simbolización de lo corporal como vía de
acceso al sentimiento temido cuando no es capaz de reconocerlo por la expresión verbal.
La técnica corporal puede facilitar la identificación y la expresión del miedo. Por
ejemplo, cuando el silencio cumple una función resistencial que impide el acceso al
temor, se le puede pedir al paciente que represente corporalmente el silencio, que adopte
la postura corporal a modo de escultura, para a continuación invitarle a que aumente la
sensación del silencio maximizándolo, -exagerándolo corporalmente-. Finalmente, se le
pide que exprese mediante mensajes verbales cómo se siente, cuáles son las palabras o
imágenes que surgen de la postura corporal que ha adoptado.
Un paciente al pedirle que pusiera sentimientos o imágenes al silencio que había
construido corporalmente agachado, encogido y con los ojos cerrados, expresó que
estaba en silencio porque pensaba que lo que pudiera contar no iba a ser importante para
mí.
89
Con la Técnica del Espejo se coloca frente a la persona un objeto simbólico
que le represente a sí mismo y se le pide que se observe desde fuera, como si fuese un
observador externo, para a continuación sugerirle que verbalice cuáles considera que
son las dificultades que tiene ante el miedo originado por la escena temida. Ya sea para
poder decirse cosas buenas, para cuidarse a sí misma, para desarrollar una madre
nutricia para consigo misma o para darse permisos.
6. EL TRAUMA, EL ÚLTIMO ESCALÓN DE LOS ASUNTOS
INCONCLUSOS
“Si permites que lo que está en ti se manifieste, eso te salvará.
Si no lo haces, te destruirá”.
Jesús de Nazaret. Evangelios gnósticos.
La palabra trauma proviene de un concepto griego (τραῦ-μα), que significa
"herida". Nos pone enseguida en contacto con acontecimientos devastadores, extremos,
inesperados y repentinos como atentados, desastres naturales, abusos agresivos o
sexuales, pérdidas súbitas (de una persona amada), cirugía, partos difíciles, estrés en la
gestación etc. Pero las personas también pueden sentirse abrumadas por sucesos
cotidianos, que con el tiempo, esa serie de alteraciones aparentemente menores pueden
tener un efecto dañino en la persona. Así pues el trauma puede surgir o no de una
catástrofe importante. Algunos de los hechos habituales que pueden provocarlo son:
-
Accidentes automovilísticos (incluso colisiones menores).
-
Procedimientos médicos invasivos y rutinarios.
-
Pérdidas de seres queridos.
-
Desastres naturales, como terremotos y huracanes.
-
Sucesos cotidianos menores que se repiten de forma más o menos prolongada o
no en el tiempo, pero con los que nos sentimos restringidos en nuestra capacidad
de responder ante ellos.
90
En cualquier caso el trauma es un evento que destroza nuestro sentido de la
seguridad y el bienestar, y nos relaciona con un sentido falso o destructivo sobre el
mundo o nosotros mismos. Guarda relación con la pérdida de contacto con nosotros
mismos, con nuestros cuerpos, con nuestras familias, con los demás y con el mundo que
nos rodea.
“Así cuando se habla de trauma, el factor crítico es la percepción de la
amenaza y el sentirse incapaz de lidiar con ella67”. (Levine, 2013)
Los acontecimientos son traumáticos porque chocan con un sentimiento y unas
creencias de seguridad que nos hemos construido y las fulminan. Ponen en peligro la
vida de la persona y le afectan de una manera muy intensa a través de la percepción
sensorial. El impacto emocional de una experiencia traumática concreta, varía de
persona a persona y depende de factores sociales, biológicos y psicológicos.
Existen muchos factores involucrados en la respuesta ante la amenaza. Dichas
respuestas pueden depender de la constitución genética de la persona, de la historia de
traumas sufridos que tenga anteriormente, e incluso de su dinámica familiar.
Ante un hecho peligroso, fisiológicamente, nuestro cuerpo preserva la
supervivencia mediante la lucha, el huir, o cuando la huída parece imposible nos
inmovilizamos. Si después de este incidente la mente se normaliza, el cuerpo también lo
hace; pero cuando el proceso se quiebra, los efectos traumáticos del hecho se asientan y
la persona se traumatiza. Según Levine68, cuando nos enfrentamos a una situación
traumática igual las personas que los animales, nos inmovilizamos. Esta es una
respuesta involuntaria que reside en la parte primitiva, instintiva de nuestro cerebro: el
cerebro reptil o instintivo. Y como Gestalts inconclusas los síntomas postraumáticos
son, fundamentalmente, respuestas fisiológicas incompletas que han quedado
suspendidas por el miedo. Los síntomas traumáticos no están causados por el mismo
suceso que los desencadena. Son consecuencia del residuo de energía congelada que no
ha sido resuelto ni descargado. Este residuo permanece atrapado en el sistema nervioso,
donde es capaz de provocar estragos en nuestro cuerpo y nuestro espíritu. Para salir de
este estado hay que permitir, que el sistema nervioso se libere de la sobrecarga de
energía y de miedo. No es necesario según Levine volver a revivir el recuerdo y el dolor
67
LEVINE, P. “Sanar el trauma”. Ed.: Neo Person. Madrid (2013)
68
Peter A. Levine –Ann Frederick. “Curar el Trauma”. Ed. Urano 1997
91
emocional para curar el trauma. Más bien esto puede volver a retraumatizar a la persona
y en esto coincide con otros autores. Argumenta que incluso la recuperación de los
recuerdos traumáticos puede interferir en la sabiduría innata del organismo para curarse.
La persona traumatizada, desarrolla sobre todo, dificultades en el contacto, que
impiden su capacidad de enfrentarse a situaciones nuevas. Quedan alteradas las
funciones de seguridad que son la huída, la desensibilización y la retirada. Entiendo
como dice Perls, que en las víctimas, el retirarse y la regresión están al servicio de poder
enfrentarse en otro momento con la situación; son una manera de conseguir el apoyo
necesario o de atender a situaciones inconclusas más importantes.
Latner69 dice: "Nuestro problema inconcluso es el animador de las compulsiones
y obsesiones tan frecuentes en el funcionamiento anormal". Son nuestro intento de
llevar a término las figuras incompletas del pasado, sólo que en el caso del trauma los
síntomas son mucho más graves, intensos y difíciles de curar. Perls: “Las neurosis
traumáticas, son esencialmente configuraciones de defensa que surgen como un intento
del individuo por protegerse de una intrusión aterradora de la sociedad o de un choque
ambiental70”.
Levine distingue entre choque traumático y trauma del desarrollo. Para Levine el
choque traumático ocurre cuando se experimentan sucesos que representan una amenaza
potencial a nuestra vida que trastornan nuestra capacidad de responder efectivamente. Y
el trauma de desarrollo se refiere fundamentalmente a secuelas psicológicas que, por lo
general, son resultados de una orientación y cuidado inadecuado a través de períodos
críticos del desarrollo infantil. También habla del trauma causado por sucesos
angustiosos repetidos en el tiempo que acaban generando esa congelación de la energía
de la persona, por miedo a la situación ante la cual no se tienen recursos para afrontarla
y continua repitiéndose en nuestra vida cotidiana, bloqueando cada vez más a la persona
con mini-reutraumatizaciones sucesivas, que van intensificando la congelación, y
generando el trauma.
No siempre es fácil detectar a una persona con trauma. Esto se debe a que un
episodio que resulte abrumador para una persona puede no serlo para otra. El hecho de
que una experiencia resulte ser traumática para una persona determinada depende de
69
LATNER, Joel. “Fundamentos de gestalt”. Ed.: Cuatro Vientos.
70
PERLS, F. ”El enfoque Gestáltico. Testimonios de terapia” Ed. Cuatro vientos Pág. 42
92
muchos factores, tales como la edad – un niño o un adulto mayor son más vulnerables-,
la gravedad de la amenaza, el grado de daño físico, la posibilidad de escapar, la
experiencia para enfrentar dificultades y el efecto acumulativo de traumas anteriores.
La pérdida de conexión que genera el trauma a veces resulta difícil de reconocer,
porque no ocurre de una vez. Puede suceder lentamente, a lo largo del tiempo, y en
ocasiones la persona se adapta a estos cambios sutiles sin darnos cuenta. Estos son los
efectos ocultos del trauma, que la mayoría guardamos para nosotros mismos. Se va
minando la autoestima, la confianza en nosotros mismos, los sentimientos de bienestar y
la conexión con la vida.
Sentirse traumatizado no se debe juzgar como una debilidad individual. Nuestra
reacción a situaciones potencialmente traumáticas es instintiva y por lo tanto no está
bajo nuestro control consciente. No decidimos conscientemente sentirnos traumatizados, es una respuesta automática. De hecho, según Berceli, D., “una reacción
traumática es una respuesta positiva, no negativa71”. Para él es el intento del cuerpo
para protegerse, y explica como el trauma se puede experimentar física, mental o
emocionalmente, y afirma que es imposible pasar por la vida sin experimentar algún
nivel del trauma.
6.1. COMO SE PROCESA EL TRAUMA
Las experiencias traumáticas se procesan en el cerebro de manera diferente de
las placenteras. Debido a que estas son invasivas y generan una excitación mayor en
nuestro sistema nervioso, y son introducidas en la mente en fragmentos, y no como
experiencias completas. Cuando la información es recibida en fragmentos, se almacena
en las partes sensoriales del cerebro, donde permanece encasillada, y mientras estén
almacenados en la parte sensorial del cerebro, permanecerán caóticos y sin sanarse.
Este es el motivo de la aparición de flashbacks, cuando un estímulo que también
estuvo presente durante la situación traumática (un olor, un sonido, un color, un
objeto…), aparece en nuestra vida de forma fortuita, puede desencadenar un flashbacks
del accidente que gatilla el miedo y nos provoca temblores. Ese estímulo está siendo
enviado desde el área sensorial del cerebro al área de asociación. Cuando ocurren estos
flashbacks, es recomendable contarle a alguien sobre lo acontecido en la situación
71
BERCELI, David. Liberación del trauma. Perdón y temblor es el camino. Ed. Cuatro Vientos.
93
traumática, pues nos permitimos vivenciar las emociones y estas conectadas con el
incidente, nos ayudan a sanar el recuerdo traumático.
Además de provocar estrés emocional, los traumas no resueltos son la base de
dolores crónicos o enfermedades físicas comunes. Esto se debe a que los sistemas
nervioso autónomo, endocrino e inmunológico, que funcionan en armonía, resultan
alterados por el trauma. Además de los efectos adversos para la salud, también tenemos
la capacidad de escindir de la conciencia normal aquellas partes del cuerpo por las
cuales el trauma ingresa en nuestra vida. Podemos disociarnos de esa parte del cuerpo,
clausurarla, o inhibirla restringiendo su circulación. Lo hacemos porque los mensajes
que nos llegan de esa zona son percibidos como amenazas. Los músculos que se
agarrotaron en un acto de defensa propia durante el trauma original repiten este estado.
Uno de los ejemplos más habituales lo encontramos en las relaciones sexuales dolorosas
que experimentan las mujeres víctimas de violaciones o abusos sexuales.
Investigaciones recientes han comenzado a reconocer que el cuerpo está más
involucrado en la experiencia traumática de lo que se pensaba.
Ante un evento de tal magnitud que nos haga sentir totalmente indefensos, una
posibilidad es que suframos una reacción de “congelamiento” o parálisis. Cuando nos
congelamos, es posible que experimentemos una intensa sensación de irrealidad, de
estar fuera del cuerpo, de torpeza, de amnesia, olvido de nuestra identidad o una
percepción distorsionada del tiempo en que este parece no transcurrir o que en un
instante toda nuestra vida nos pasa ante los ojos.
Las reacciones postrauma son ocasionadas por la excitación o energía residual
no descargada, generada en el momento mismo del evento traumático, y si a este alto
nivel de energía movilizada se le impide su descarga, permanecerá atrapada dentro del
circuito de retroalimentación físico-bio-neural, que finalmente ocasiona la conducta
compulsiva repetitiva. Hasta que el cuerpo no se deshaga de esa tensión, seguirá
repitiendo esta pauta crónica de protección y defensa. Las manifestaciones más
comunes pueden ser: recuerdos invasores y repetitivos en torno a lo que sucedió, sueños
angustiosos relacionados al trauma, esfuerzos para evitar pensamientos, sentimientos o
actividades relacionadas con el hecho, sentimientos de desapego, rango restringido de
sensibilidad, irritabilidad y exabruptos emocionales, reacción de alerta exacerbada,
vigilancia exagerada y dificultad para conciliar el sueño y mantener el estado de sueño.
94
Hay un síntoma inusual y problemático que puede desarrollarse a partir de un
trauma no resuelto: La compulsión de repetir las acciones que causaron el trauma. A
veces la persona se siente inexplicablemente atraída hacía situaciones que repiten el
trauma, tanto de maneras muy evidentes como menos evidentes. Levine72 en su libro
“Sanar el trauma”, ejemplifica esto: “…la prostituta o el exhibicionista con un historial
de abuso sexual infantil”. Con esto se plantea la posibilidad que las personas
reexperimenten los efectos del trauma, bien a través de los síntomas físicos o a través de
una interacción con el entorno. Levine señala en este libro, cómo estas representaciones
repetitivas pueden desplegarse en las relaciones íntimas, en situaciones laborales, en
accidentes o contratiempos repetidos y en otros sucesos aparentemente aleatorios.
6.2. COMO ABORDAR EL TRABAJO TERAPÉUTICO CON EL
TRAUMA
Los efectos del trauma no tratado pueden resultar devastadores, pudiendo afectar
a nuestros hábitos, y cambiar nuestra orientación existencial, conduciéndonos a sufrir
adicciones y a tomar decisiones equivocadas. Pueden suponer una carga para nuestra
vida familiar y nuestras relaciones interpersonales. Pueden provocar verdadero dolor
físico,
síntomas
y
enfermedades.
Y
pueden
conducir
a
comportamientos
autodestructivos. Pero el trauma no tiene por qué ser una sentencia de por vida.
Sea cual sea el trauma, la ayuda profesional es más efectiva cuando nos
empodera para tomar la recuperación en nuestras propias manos. Junto con dar las
herramientas para recuperarse del trauma, el terapeuta ha de ayudar a la persona a
prepararse para futuros eventos traumáticos. David Berceli73 explica en su libro, la
capacidad restauradora orgánica innata del cuerpo, y cómo hay un acceso a un proceso
natural que nos permite sanarnos del trauma.
Los métodos eficaces de sanación requieren inevitablemente establecer una
conexión con el cuerpo. Levine, (“Sanar el trauma”. 2013) afirma: “Los métodos que no
permiten a la gente reconectar con su cuerpo tienen invariablemente un éxito
limitado”. El trauma es fundamentalmente fisiológico. El trauma ocurre inicialmente en
72
LEVINE, P. “Sanar el trauma”. Ed.: Neo Person. Madrid (2013)
73
BERCELI, David. Liberación del trauma. Perdón y temblor es el camino. Ed. Cuatro Vientos.
95
nuestros cuerpos y a nuestros instintos. Solo más tarde sus efectos se extienden a
nuestras mentes, emociones y espíritu.
Así las técnicas físicas sostienen que pueden producir equilibrio mental
desconectando la amígdala y dejando que las señales traumáticas atrapadas en el cerebro
salgan a la superficie como burbujas. De hecho hay, una larga lista de terapias que
emplean pruebas físicas directas para liberar energía atrapada. Estas son entre otras:
-
La Orgonterapia, desarrollada por Wilhem Reich.
-
El Análisis Bioenergético, desarrollado por Alexander Lowen.
-
La Core Energética, desarrollada por John C. Pierrakos.
-
La Respiración Holotrópica, desarrollada por Stanislav Grof.
-
La Terapia del Campo del Pensamiento, desarrollada por Roger J. Callahan.
-
La
Desensibilización
y
Reprocesamiento
por
Movimientos
Oculares,
desarrollada por Francine Schapiro.
-
La Terapia Morfoanalítica por Serge Peirot.
-
La Terapia del Eje Central, desarrollada por Rafael Castelló. Basada en la
Terapia Morfoanalítica, el método Meziérès, y la respiración consciente, para
soltar tensiones crónicas.
Un factor común en muchas de estas técnicas es que reconocen los temblores
como expresión de un sistema nervioso simpático hiperactivo. Las personas tiemblan
cuando están traumatizadas, sin embargo, no se ha investigado adecuadamente el
propósito y potencial valor terapéutico de temblar.
Los temblores instintivos son la respuesta natural de un sistema alterado o
choqueado que intenta restaurar el estado de equilibrio de la mente y del cuerpo. Los
temblores ayudan a la recuperación porque nos evitan revivir la experiencia y así
agravar el trauma, y extinguen el trauma, ayudándonos a dejar el mecanismo de luchar,
huir o paralizarnos, y también realizan una descarga del exceso de energía de una
respuesta abortada de lucha o escape. Los temblores permiten al organismo disolver un
estado de hiperexcitación, son la manera que tiene el cuerpo para liberarse del trauma.
Estos temblores se denominan temblores neurogénicos. Peter Levine expresó no sólo la
96
teoría detrás de los temblores, sino también un proceso para evocarlos en el contexto de
una terapia.
Para que una persona traumatizada se recupere, necesita recuperar, la confianza,
el poder y establecer nuevas relaciones con la comunidad. El núcleo del trauma gira en
torno a la indefensión y la desconexión con otros. Necesita recuperar las facultades
psicológicas que quedaron dañadas: confianza, autoestima, competencia, autonomía,
poder, y esto solo lo puede hacer en contacto con otras personas. Para recuperar su
poder la persona necesita ser responsable de su propia recuperación, por tanto hay que
eliminar la dinámica de dominación en el trato. En la relación terapéutica, que es una
relación de poder, hay que utilizar esto para fomentar el bienestar del paciente, ya que el
trauma destroza la confianza básica de la persona y por tanto la capacidad de confianza
en la terapia.
Las fases de la recuperación en el trauma son:
a) Seguridad: La principal tarea de la primera fase de recuperación es establecer
la seguridad, pero también podemos hablar en esta primera fase de estabilización,
confianza, comunicación y tratamiento orientado a los síntomas. La tarea de establecer
la seguridad es básica, porque sino, no se puede hacer ningún trabajo terapéutico con
éxito. Esto comienza con el control del cuerpo y poco a poco se va expandiendo hacia
fuera, hacia el control del entorno. Uno de los mayores errores en esta primera fase es
precipitarse en el trabajo de exploración sin haber prestado la atención debida a
establecer la alianza terapéutica y a las tareas de establecer la seguridad.
b) Recuerdo y luto: La persona cuenta la historia del trauma. Este trabajo se hace
para poder integrar el trauma en la vida de la persona. La memoria traumática es como
fotografías físicas de una película muda, es estática. Sin embargo este trabajo de
recuperación de los recuerdos depende nuevamente de la víctima, siguiendo con la
consigna de devolverle el poder al afectado. La reconstrucción del trauma exige mucho
valor, sin embargo no hacerlo lleva al estancamiento del proceso de recuperación y
enfrentarse a ellos antes de tiempo puede ser dañino y retraumatizar a la persona. Al
explorar los recuerdos puede ocurrir que la persona empeore y esto será señal de que
hay que ir más lentamente.
c) El duelo: Al contar la historia del trauma éste se convierte en un testimonio y
hay entonces que hablar de la universalidad del testimonio como ritual de sanación. Este
acto de duelo es la labor más necesaria y la más dolorosa de esta fase. Tan solo llorando
97
todo lo que lo que ha perdido puede el paciente recuperar su vida. Sin embargo a veces
la víctima se resiste a ponerse de luto como una manera de negarle al verdugo su
victoria. Solamente llorando la pérdida podrá curarse y solamente podrá librarse del
perpetrador cuando renuncie a la esperanza de recibir una compensación por su parte.
d) Pérdida: El trauma siempre trae consigo una pérdida, sea física, psicológica o
bien pérdida de personas importantes, que llevan a la persona a enfrentarse con un vacío
en relación con la comunidad. La aceptación de esta injusticia, es el punto de partida
para recuperar el poder y compensar lo que no se puede deshacer. En el caso de los
abusos crónicos infantiles también se pierde la confianza básica en los progenitores, la
creencia en un buen padre o una buena madre y esto también se debe llorar.
e) Descongelación: “Al pasar de la periferia de la experiencia al “centro de
conmoción” de la inmovilización, sus modelos congelados y no resueltos fueron
neutralizados, a medida que la activación aumentaba, por otros modelos flexibles y
resolubles74”. Pero llega un momento en que el trauma ya no ocupa el primer lugar en
la vida, y aunque la reconstrucción del trauma no se completa nunca del todo, el tiempo
vuelve a moverse y esto nos hace ver que hemos conseguido superar esta fase y que la
experiencia traumática pertenece al pasado.
f) Ira: Al salir la persona de la etapa de inmovilización puede hacerlo con una
energía desbordada; es la energía que quedó congelada y que la persona había puesto en
marcha para defenderse. Si no se actúa enseguida, la energía puede asociarse con el
terror a la pugna y este miedo a la violencia contra los demás o uno mismo puede
reactivar el estado de inmovilidad y el círculo vicioso del trauma.
g) Reconexión con la vida: Asumir de nuevo el poder y la reconexión con la vida
son las experiencias claves en la fase de recuperación, al igual que el aislamiento y la
indefensión son las experiencias principales del trauma. En esta fase de reconexión, la
víctima debe de crear un nuevo yo, se necesita una reeducación sobre lo que es sano.
Con frecuencia vuelven a aparecer los mismos temas que en la primera fase (cuidar su
cuerpo, sus necesidades materiales, etc.) pero en este caso, se prioriza la conexión con el
mundo, en vez de la seguridad básica. La persona necesita enfrentarse al miedo, no para
borrarlo, sino para aprender a vivir con él, dándose cuenta que no todos los peligros son
abrumadores, no todos los miedos terroríficos. En la fase de reconexión, durante la
terapia es posible que el trabajo se centre en el desarrollo del deseo y la iniciativa, y
74
“Curar el Trauma”. Peter A. Levine – Ann Frederick. Ed. Urano 1997
98
normalmente es necesario superar los aspectos de la personalidad impuestos por el
trauma. Es posible que en estos momentos la persona empiece a valorar la capacidad de
supervivencia, y los aspectos del yo desarrollados a partir del suceso traumático, aunque
el precio haya sido demasiado alto.
h) De la victimización al fortalecimiento. (El fenómeno del fénix): El impacto
del trauma puede provocar por tanto, tanto un reacción positiva como negativa, que
tiene el potencial para cambiar la dirección de la propia vida. Este proceso, hace que la
persona reevalúe la propia vida facilitando un movimiento hacia la salud. En ocasiones,
el incidente traumático hace de centro, alrededor del cual la persona organiza una vida
anteriormente desorganizada, reorientando sus valores y metas. A esta capacidad de
crecimiento a partir de un suceso traumático o una crisis es a lo que se le llama el
fenómeno del fénix. El fénix referido al pájaro mítico que es capaz de resurgir de sus
propias cenizas. El trauma, por tanto es, como el viaje heroico que nos pertenece a
todos.
La Résilience: La resiliencia, es el proceso que permite retomar un tipo de
desarrollo a pesar de una situación traumática y en circunstancias adversas. La
exposición a una situación crítica, no conduce obligatoriamente a desarrollar síntomas
postraumático. Hay personas con capacidad individual para sobrellevar un traumatismo;
descubrir sus recursos, fuerza interna y sabiduría y darle un significado. La noción de
resiliencia fue desarrollada para describir un proceso permanente de crecimiento interior
a partir de los riesgos de la existencia. Las dificultades de la vida serían pilares en el
desarrollo interno del individuo. También es la capacidad de enfrentar con coraje
situaciones difíciles y las facultades de auto reparación y adaptación postraumática. La
personalidad positiva, puede influir en el modo de reaccionar frente a un evento
traumático, debido a una menor vulnerabilidad individual.
Intervención temprana: El hecho simplemente de estar en compañía de otras
personas que han padecido un sufrimiento similar, ya es de por sí curativo. La
interacción del estímulo mutuo surge con mayor fuerza en el contexto de un grupo. En
el caso de los supervivientes de un trauma agudo no se recomienda el trabajo en grupo
inmediatamente, sino que es mejor esperar unas semanas o meses. Es mejor favorecer el
contacto con las personas del entorno de la víctima que es con quien ella quiere estar
normalmente, debido a los síntomas intrusivos, las pesadillas y los flash–back. Por otro
lado en la segunda fase de la recuperación, la de recuerdo y luto, el trabajo en grupo
99
puede ser muy provechoso. Es como si la persona hiciera un testimonio social de su
historia. Este tipo de grupos deben estar muy estructurados y orientados a la labor de
desenterrar el trauma. El compartir el trauma es un paso para dominarlo y no solo una
catarsis, y se centra en la experiencia compartida del pasado y no en las dificultades del
presente.
Para Levine75 la clave para curar los síntomas traumáticos en los seres humanos
reside en nuestra fisiología, según él los seres humanos y los animales utilizamos,
ambos, la respuesta de la inmovilización, la cual es involuntaria, esta respuesta reside en
la parte primitiva, instintiva, de nuestro cerebro y de nuestro sistema nervioso, y no se
encuentra bajo un control consciente. Y habla también del enfoque chamánico de la
curación. Y de cómo la enfermedad y el trauma afectan a toda la comunidad y por tanto
hace falta el respaldo de la comunidad para su curación. “Cuando las personas están
abrumadas es posible que su alma se separe de su cuerpo”. La lesión traumática afecta
al alma y curiosamente en las ceremonias de curación “los beneficiarios casi siempre
tiemblan y se agitan cuando el evento está cerca de su conclusión. Lo mismo les ocurre
a los animales cuando liberan la energía acumulada”. Aunque Levine comenta que
algunos aspectos de la práctica chamánica son válidos, sugiere que nosotros tenemos
una capacidad mayor para curarnos a nosotros mismos de la que el enfoque chamánico
cree.
El llama el efecto Medusa (al que le mire directamente se convierte en piedra), a
lo que ocurre si nos enfrentamos directamente con el trauma: nos sentiremos
inmovilizados por el miedo. Por lo tanto, la forma de trabajar con él no es directamente,
sino a través de prestar atención a nuestras sensaciones corporales internas. A través de
la percepción y sutilmente, sin forzar, en una actitud meditativa de observar sin
apegarse a lo que venga sean recuerdos, emociones, etc.…Hay que aprender a detectar
las sensaciones que sustentan las emociones. Para salir del trauma, que es la unión de
miedo e inmovilización, hay que separarlos. Al separarlos, la energía acumulada emerge
de nuevo, de un modo explosivo con una intensa emoción normalmente de rabia y
temor. Si no se actúa enseguida sobre estas emociones, el miedo a la rabia contra los
demás y contra uno mismo reactiva la inmovilidad y aquí nos encontraríamos con el
círculo vicioso del trauma. Por esto hay que trabajar de manera delicada y gradual.
75
Ídem anterior.
100
Desde la práctica de la terapia gestalt, hay algunas pautas de trabajo importantes
a tener en cuenta:
La experiencia presente correcta como poder curativo intrínseco.
Apoyo a los nuevos contactos para favorecer los contactos exitosos y la autoestima.
Desarrollo de la expresión emocional en la situación terapéutica.
Manifestar los sucesos pasados en tiempo presente.
La importancia de tolerar y mantenerse en contacto con las situaciones difíciles, con
cuidado para no re-traumatizar.
Poner atención en el continuum de conciencia con el problema inconcluso.
Aprender a completar la situación inconclusa (gestalt).
Liberar a nivel corporal la sobrexcitación congelada.
Es prioritario que la persona recupere su poder que quedó mermado por la situación
de indefensión.
Trabajo con lo obvio, como manera de traer a la persona al presente.
Prestar atención al fondo (o vida de la persona), no solo a la figura (o hecho
traumático).
Trabajo con lo creativo, sobre todo en niños (la pintura, el baile, la música y el
juego). En adultos va muy bien la escritura.
En el atolladero o dificultad insuperable es importante tocar todos estos temas:
Indefensión, Terror, Impotencia, Congelación, Desconexión, Culpa, Vergüenza,
Aislamiento social, Ansiedad – hiperexcitación, Pensamientos intrusos.
Afinar el sentido corporal
Convertir la confluencia y el aislamiento en contacto.
Por último David Berceli76, plantea la necesidad de reinventarnos en la huella
del trauma, a través de la capacidad de perdonar. Liberar el trauma es un acto de perdón.
Donde este perdón puede pasar por perdonar a otra persona, a otro país e incluso a la
madre naturaleza. Plantea el doble vínculo atroz donde nos puede llevar el negarnos a
perdonar, siendo prisioneros de nuestra propia resistencia y negándonos el paso a un
nuevo futuro.
Al perdonar, en lugar de culpar, experimentamos el dejar ir. Y esto permite la
liberación de la energía atrapada del asunto inconcluso del trauma, pudiendo así
recobrar nuestra vida. Esta energía es la que necesitamos para trascender lo ocurrido.
76
BERCELI, D. (2011) “Liberación del trauma”. Cuatro Vientos Editoria, Santiago de Chile.
101
¿Cómo traspasar nuestra negativa egótica de soltar para seguir adelante? Aquí
Berceli77 explica como aparece la paradoja de ser en parte humanos reflexivos, y en
parte animales instintivos. El ego se niega a soltar su pasado, porque al hacerlo se siente
equivalente a una segunda herida o experiencia de muerte. Al soltar, se tiene que volver
a vivir nuevamente los recuerdos dolorosos que hemos estado tratando de bloquear. El
recordar nos obliga a encarar nuestra fragilidad y nuestra precaria posición en el planeta.
Reconocer la fragilidad de nuestras vidas en determinados momentos, involucra la
pérdida de la ilusión de la permanencia de nuestra propia identidad y, la perduración de
nuestro sistema de creencias. Y por otro lado, biológicamente estamos programados
para deshacernos de cualquier cosa que dificulte nuestro crecimiento, tenemos un
mecanismo instintivo, que nos ayuda a soltar lo viejo y comenzar algo nuevo. Esta
capacidad es la que se activa cuando disminuimos la resistencia de nuestro ego y nos
focalizamos en los instintos biológicos naturales de nuestro cuerpo. Pero esto es lo que
se nos hace muy difícil…
El desafío más grande al que me he enfrentado y me sigo enfrentando en mi
propia experiencia personal es este, como llegar a perdonar a aquella persona que me ha
dañado, y peor aún como llegar a perdonarme a mi misma, por no haber sido capaz
de…, porque yo tendría que haber…., o porque finalmente yo soy una…. ¿Cómo
perdonarme por todo el dolor que yo misma me infringí? Por todo esto sigo enfurecida
conmigo misma y a veces con la vida. Al fin y al cabo todo esto es “culpa” mía. Otras
proyecto toda esa rabia hacia el otro, como culpable de todo mi dolor. A pesar del mar
de confusión dentro de mi mente, la necesidad de perdonar es un sentimiento recurrente
en mí… Y todavía no sé cómo hacerlo. Mientras no perdone a la mujer que fui, y que no
supo hacer de otra forma mejor las cosas, ¿cómo voy a tomar a la mujer que soy y en la
que me he de convertir? Y por último, ¿cómo voy a convertirme en la mujer adulta y
madura (sabia) que me corresponde ser, sin tomar a todas las mujeres que he sido?
Berceli, D., dice que hay que aprender a perdonar. Y él explica, en su libro, su
proceso personal, como fue, lo que le supuso… Pero a mi no me sirve. No me sirve de
guía para empezar yo a aprender a perdonar y perdonarme. Yo también tengo que
aprender a perdonar, pero sobre todo tengo primero que aprender que es el perdón.
Lo que está claro para mí, después de haber estudiado el trauma, es que una vez
que nos decidimos a soltar el pasado, nuestro instinto natural de supervivencia
77
Ídem anterior.
102
trasciende nuestra necesidad de mantener los odios. Pero yo me mantengo aferrada al
pasado por el ego y su miedo a sufrir y al no controlar. Todavía no he aprendido a no
necesitar mantener los odios, como falso mecanismo de protección hoy. Así enganchada
al pasado, mantengo mi estructura de creencias, y aunque intento mantenerme apartada
del dolor del trauma, estoy atrapada en el dolor que causa no poder amar o vivir
libremente. Abrazar el sufrimiento, tener fe, es mi camino hacia al perdón. Que al final
se convierte en la aceptación de que no hay nada que perdonar. Y finalmente todo se
reduce a tomar la decisión de soltar el pasado, y hacerlo confiando en que aquello ya
pasó, ya fue, ahora no está. El cambio que observo en mí, es la conciencia de que el
miedo al sufrimiento, es el que me mantiene en el sufrimiento, con lo cual yo ya sé
mucho del sufrir, y no ha de venir, está aquí y ahora cada vez que lo temo, porque
evitándolo lo reactivo. Cada vez temo menos el sufrir, y cuanto más lo miro, menos
miedo me da. Cuando estoy en él, y me permito mirarlo, me doy cuenta que sostengo el
dolor, sin entrar en la desesperación. Es el miedo a sentir el sufrimiento el que activa
mayor dolor y desesperación.
6.3.
TÉCNICAS Y ESTRATÉGIAS DE TRABAJO CON EL TRAUMA
Para Levine, la curación del trauma pasa por un proceso natural, al que es
posible acceder a través de una conciencia interna del cuerpo. En la intervención con los
síntomas debidos al trauma, es muy importante prevenir la cronificación de los
síntomas.
El modelo que más se está utilizando para actuar en un primer momento es el
Debriefing, es un modelo de intervención, efectuado poco después de un
acontecimiento traumático, para prevenir consecuencias psicológicas más tardías. En los
últimos años se ha convertido en la forma más practicada de intervención rápida
después de un trauma. Este es un modelo de prevención. Son intervenciones diseñadas
para reducir la angustia inicial y prevenir el desarrollo de secuelas tardías después de
acontecimientos traumáticos. Facilita el procesamiento emocional preparando a la
persona para experiencia futuras. Se pone el acento en la normalidad, asegurando que
las personas son personas normales, que han experimentado un suceso anormal.
El debriefing psicológico es una técnica de intervención breve que se realiza en
dos sesiones, separadas por un intervalo de tiempo de 2 meses. La primera sesión suele
103
tener una duración aproximada de dos horas (en el caso de un debriefing individual). La
duración de esta primera sesión, depende de la duración del evento traumático y del
número de reacciones postraumáticas que aparezcan. La segunda sesión dura
aproximadamente media hora, ya que tiene como objetivo comprobar la desaparición de
las reacciones, y en el caso que continúen en la misma intensidad y frecuencia, derivar
al paciente a un profesional de salud mental especializado en técnicas de intervención
en trauma psicológico.
Hay diferentes variantes de debriefing, pero la más completa y eficaz, es la
variante de Gisela Perren-Klingler, fundadora del Instituto de Psicotrauma de Suiza. El
Debriefing según Gisela Perren-Klingler, consta de 7 pasos estructurados: La
introducción, el relato de los hechos, los pensamientos, las emociones, la información
de las reacciones postraumáticas, y de cómo manejarlas (técnicas de manejo de estrés),
el ritual de despedida y la conclusión. Uno de los objetivos del debriefing es poder hacer
un relato ordenado y lógico.
El sobreviviente tiende a relatar los eventos mezclados, con presión en el habla,
y ausencia de emoción, o total inundación de emoción. La parte de los hechos del
debriefing, consigue hacer el puente de la memoria traumática a la memoria narrativa,
que es un paso fundamental para poder integrar la experiencia traumática. Además, con
el debriefing, los sobrevivientes a eventos traumáticos pueden por primera vez hacer un
relato ordenado y lógico, con un principio y un fin y permite por primera vez, relatarlo
sin inundación de emoción, lo cual evita la retraumatización.
En la fase de los pensamientos, el sobreviviente empieza a comprender por qué
fue tan impactante la experiencia para él. La interpretación personal del impacto, está
basada en las creencias, los valores personales u otros pensamientos, que siempre son
únicos para cada persona. Por eso es tan importante que descubran cuál es su propia
interpretación de la herida traumática.
En la parte emocional, se realiza la técnica hipnótica del fraccionamiento o
técnica del “focusing”. Esta técnica permite entrar a bajas dosis en la emoción, para ir
elaborándola simbólicamente, de manera que la persona sobreviviente puede empezar
a sentir con control, y a perder el temor a sus sensaciones y sentimientos,
reconociéndolos. El focusing es una técnica asociativa, que utiliza el propio cuerpo para
colocar la emoción con todas sus características. La catarsis emocional está
104
contraindicada porque puede retraumatizar a la persona y
afianzar el mecanismo
disociativo emocional, con el peligro que esto conlleva.
En la parte informativa, se habla de la normalidad y naturalidad de las
reacciones que están sintiendo. Esta información se complementa con las pautas o
recursos necesarios para que la persona pueda sobrellevar el estrés, reducir las
reacciones y mantener el autocontrol.
El acto simbólico de cierre, es una manera de preparar a la persona para dejar
esta experiencia del pasado, en el pasado. Este acto es único para cada persona, por lo
que debe ser congruente, ecológico y constructivo.
A este modelo se le puede integrar el concepto fisiológico de Levine, que no se
contempla. Es decir, como acción inmediata, a la persona se la debería mantener
caliente, estirada e inmóvil como medio para que descargue la energía. Si el suceso no
es demasiado grave podemos invitarla a experimentar sus sensaciones corporales
(temblores, espasmos, entumecimiento, frío, calor, etc.) podemos explicarle que no solo
es normal, sino bueno que tiemble. Es conveniente que la persona se quede un par de
días sin trabajar y tranquila para poderse integrar y de esta manera irán apareciendo
también algunas emociones como culpa, ansiedad, enfado, ira, etc.
El gestáltico Serge Ginger78, propone también una intervención psicoterapéutica
de urgencia, antes de la primera noche, para contribuir a la desdramatización de un
hecho traumático a través de la expresión de la emoción en un ambiente tranquilizador.
Propone revivir eventualmente la escena modificada, en la que la víctima asume un rol
activo en vez de verse bloqueada con una “inhibición de la acción”. Según Ginger esto
permite atenuar el trauma, porque la ex-presión inmediata evita la im-presión duradera
en las estructuras profundas del cerebro.
Una vez que los síntomas traumáticos se han instaurado, desde la Terapia Gestalt
podemos contemplar diferentes maneras de intervención: Siguiendo con lo anterior y
atendiendo al cuerpo, es necesario restaurar la conexión entre el cuerpo y el espíritu que
ha quedado dañada. Para ello necesitamos prestar atención a la sensación y a la
percepción (o toma de conciencia). Los dos primeros puntos del ciclo de satisfacción de
necesidades.
78
GINGER, S. “Gestalt, el arte del contacto”. Ed.: Integral (Pág. 110-111)
105
En el caso del trauma el ciclo de satisfacción de necesidades queda interrumpido
sobre todo en su primera parte. En el caso de las personas que han quedado
“congeladas79” es necesario llevarlas a una energetización para ver si de esta manera la
persona puede descargar la energía que había quedado retenida o reducir la ansiedad. En
palabras de Joel Latner80, "la angustia es el conflicto de nuestros intentos de bloquear
la excitación. Se presenta cuando interrumpimos la gestalt en vías de formación". "La
angustia es originalmente nuestra experiencia del conflicto entre las necesidades del
organismo y las represiones de nuestras funciones de seguridad. Es la represión
incompleta". "El conflicto tiene lugar entre la figura en formación en ese momento y la
aprensión del desastre que sobrevendrá si seguimos permitiendo que la figura se
desarrolle". La persona traumatizada, sobre todo en la infancia, ha aprendido a
retroflectar a contener o congelar la excitación como medio de supervivencia. La
imagen viene a ser que si actúa puede morir. Posteriormente esto queda impreso como
un patrón de conducta repetitivo por el cual, el actuar en el mundo puede ser peligroso,
me puede dañar o matar y por tanto no actúo, evito la acción. Para desbloquear esta
retroflexión nos podemos servir de algunos ejercicios de bioenergética, cualquier
ejercicio de respiración centrándose en el hará y prestando posteriormente atención a las
sensaciones corporales también ayudará. Los ejercicios de relajación son válidos para
las personas que están hiperexcitadas. Y también se pueden utilizar ejercicios de
relajación progresiva.
El trabajo con el cuerpo, con los temblores, es una forma de aflojar la tensión
crónica, un proceso de liberación del trauma. Los ejercicios corporales que se proponen
desde diferentes terapias, no hacen más que despertar y reactivar el mecanismo natural
de vibración latente en cada uno de nosotros. Cuando al cuerpo se le permite temblar,
los tiritones liberan la tensión retenida, no expresada. Permiten sumergirnos en el
trauma con el cuerpo como medio. Y permitirán liberarlo. Cuando con las posiciones o
ejercicios corporales que favorecen el temblor, aparecen emociones ocultas, se ha de
evitar la inundación emocional.
“…en la persona traumatizada hay una hiperexcitación que se congela, es decir que la
persona no pasa a la acción y por tanto retroflecta. Una de nuestras reacciones al peligro es
suprimir la reacción motora, como hacen los animales al paralizar la respiración y quedarse
inmóviles y alertas, el suprimir nuestras respuestas espontáneas es retroflexión”. BERRUETE,
A. M. “El trauma: Una visión gestáltica” Tesina. AETG
79
80
LATNER, Joel. “Fundamentos de gestalt”. Ed.: Cuatro Vientos.
106
Expongo aquí algunas de las posturas de bioenergética que permiten este
temblor, esta liberación:
107
108
Las visualizaciones, también pueden ser útiles a la persona, para que recuerde la
despreocupación y las partes más primitivas, o para que la persona pueda verse
expresando la emoción, que será más fácil que expresarla directamente. También la
visualización del yo anterior a la crisis, ayuda a restaurar la energía personal, y puede
seguirse visualizándose la persona saliendo de la crisis.
Para restablecer la confianza, visualizar lugares seguros, crear espacios mentales
de seguridad y protección, puede ayudar a la persona a restablecer esa confianza
dañada, en la visualización se puede incluso generar un lugar en el que no se permita
entrar a nadie a no ser que la persona quiera. También se pueden introducir objetos
especiales para el cliente. Y para transferir poder, se le puede trabajar a la persona con
la visualización de un recuerdo, de un instante, o situación donde se sentía más
poderoso, entrando en contacto con sus sensaciones corporales actuales, que
pensamientos tiene y que es lo que está sintiendo a nivel emocional. Si le ponemos una
palabra indicada a modo de anclaje a esta experiencia de poder, se podrá conjurar
posteriormente a través de la palabra, esta situación/sensación, para conectar al cliente
con su fuente de poder.
Peter Levine en su último libro ha realizado un programa en 12 fases para
restaurar la sabiduría del cuerpo. Es un manual práctico donde están detallados de
manera práctica diferentes ejercicios a través de diferentes estrategias de trabajo, y el
cual se acompaña de un CD de audio. Levine, P. “Sanar el trauma”. Ed.: Neo Person
(Madrid 2013).
Por último, otro tipo de intervención puede ser el trabajo con polaridades.
Algunas de las polaridades que aparecen en la persona traumatizada y por lo tanto con
las que se puede trabajar son:
Vida – muerte
Espontaneidad – inhibición
Miedo – deseo
Impotencia (indefensión) – poder
Expansión – contracción.
Etc.
Todas y cada una de las técnicas propuestas son adecuadas para trabajar con el
trauma, aunque cada terapeuta podrá manejar sus propios métodos de intervención
acordes con su experiencia.
109
7.
ENTREVISTAS
A
PIONEROS
DE
LA
TERAPIA
GESTALT
Para finalizar mi tesina, he querido recoger la experiencia y sabiduría de algunos
terapeutas gestálticos de renombre a nivel nacional, a través de cinco entrevistas sobre
el tema trabajado. Todos ellos han sido docentes durante mi formación en Terapia
Gestalt Integrativa en la EPV, y han sido la fuente de la que yo he bebido, y con
algunos, de la que sigo bebiendo para poder crecer y hacer de mí una mejor terapeuta.
Las entrevistas están estructuradas en 7 preguntas comunes para todos ellos y
luego dos o tres preguntas más, diferenciadas y específicas para cada uno.
Ellos reflexionan y aportan desde sus diferentes estilos terapéuticos y su extensa
experiencia, sobre los contenidos de la tesina, ampliando estos desde una perspectiva
fenomenológica. Me hace especial ilusión que hayan querido participar en este trabajo,
pues con cada uno de ellos me une un cariño especial por haber sido MAESTROS míos.
A Vicente Cuevas, mi MAESTRO, le agradezco su pasión, fe, entrega y el gusto
por enseñarme. Terapeuta poderoso, genial, creativo y muy generoso. De él sigo
aprendiendo en supervisión, y en otros talleres de la actitud amorosa del terapeuta como
herramienta para la sanación, la valentía a sentir y entrar en el dolor del otro para
recorrer juntos el camino de vuelta a la vida, la necesidad de la carencia de juicio en el
trabajo terapéutico, el sentido del humor como herramienta potente, y la alegría del
éxito. Gracias por abrirme a la vida, frenar mis ideas locas, y evocarme siempre el
sentido de la entrega.
Oscar Ekai, terapeuta, docente y amigo. De él he aprendido el significado en
terapia de la paciencia, el compromiso, y la confianza. Gracias por mostrarme el camino
de mantener el contacto con el corazón y la gratitud como posición existencial en mi
vida. Siempre cálido en sus acompañamientos, y con su mirada amorosa siempre
presente, respirar con él es soltar dolor y tomar amor.
Eduardo De Grazia me enseñó lo que era estar al servicio del otro honestamente,
y admiro su forma entregada y bondadosa de hacerlo. También aprendí de él la
importancia de despertar la conciencia, y cómo ofrecer al otro la sabiduría
generosamente, sin apego. Gracias por haberme facilitado el poder de escuchar. Gracias
110
por haberme destapado los oídos. Y gracias por dar reconocimiento a mi dolor
verdadero y frustrar mi sufrimiento neurótico.
Con Carmen Gascón he aprendido el significado de ser un terapeuta honesto.
Con su constancia y escucha limpia, me enseñó lo importante del estar disponible para
el otro como actitud sanadora. Siempre atenta, discreta. Respetuosa y valiente. Ella mira
y ve, oye y escucha, el arte de la terapia lo hace sencillo. Gracias por mostrarme mi
propio valor.
Y Maru Martí, mi MAESTRA de vida… Gracias por enseñarme a cuidarme, por
la amorosidad con la que me tratas y me miras, y por enseñarme a poner a mi
disposición la mirada compasiva. Tu constancia, tu respeto a los límites, tu cuidado con
los procesos y los tiempos, tu enseñanza constante, tu confrontación amorosa (que a mí
me encanta), tu presencia auténtica, tu coherencia, tu viveza… Como una luz
permanente que me acompaña en el camino, recorres junto a mí los laberintos de mi
vida en la búsqueda amable de mi misma. Gracias por ayudarme a poner paciencia a mi
impaciencia, tolerancia a mi exigencia, y luz a mis cegueras varias…
111
ENTREVISTA A VICENTE CUEVAS:
Psicólogo Clínico. Psicoterapeuta y Director de la Escuela de Psicoterapia de
Valencia. Miembro Supervisor y Miembro Didacta de la Asociación Española de
Terapia Gestalt (AETG), Miembro Clínico de AESPAT y Psicoterapeuta de la FEAP.
Es Especialista en Psicoterapia por la EFPA (European Federation of Psychologists
Association).
RESPUESTAS: (Transcripción de una entrevista oral).
1. Perls decía que ante la inacción para el crecimiento, puede ser que exista
una ganancia secundaria, conocer esta ganancia por parte del cliente ayuda
a resolver el conflicto. ¿Qué ganancia o ganancias secundarias son las que
intervienen de un modo más directo en esta inacción? Desde tu experiencia,
¿cómo se movilizan?
La ganancia secundaria es solo una parte. La primera cuestión es que tenemos
que ver a los seres humanos como seres humanos dentro de un contexto. Y ese contexto
ha estado influyendo y determinando su vida, a veces tenemos la idea de que somos
absolutamente libres…no es cierto. No solamente es la base genética, no es solo todas
las influencias ambientales que determinan el carácter, si no como la vida nos va
112
conformando, tanto por el contexto social, como por el contexto político, como por el
contexto familiar, qué situaciones han existido y han acontecido…
Si tomamos la vida familiar, ¿cómo ha sido la vida de esa persona? A veces
podemos observar que un miembro de la familia deja a otro, y eso deja una huella.
¿Cuáles son las huellas que una persona ha ido percibiendo a lo largo de su caminar
en el mundo, las que ha percibido del entorno familiar y las que ha ido viviendo por él
mismo? Toda esa serie de huellas, van dejando un modo de estar y de hacer. Es obvio
que también hay recursos y capacidades…
Pero tenemos que entender y re-entender lo que es el cambio. Cambio es una
palabra, pero el cambio es algo bastante difícil de realizar, parece que damos por
hecho que eso es algo que se hace fácil, pero se necesita un nivel de energía para poder
afrontar los cambios. Y a veces esa energía no se tiene, no se tiene la determinación, no
se tiene el tiempo, no se tienen el conocimiento, o no se tienen los recursos, e incluso
hay fuerzas que operan en frenarlo. Para todo cambio existe siempre la tendencia o
deseo de cambiar y las fuerzas que lo inhiben. Ahí están las fuerzas del entorno y los
propios temores de la persona.
Yo creo que hemos de reentender la palabra cambio como una dinámica, pero
también entender y comprender toda la historia de la persona y las fuerzas que operan
en ella para retraerlo y para impulsarlo. Si conocemos esto, va a ser más posible.
El cambio termina por ser algo bastante delicado en mucha gente, sobre todo
por la corriente de época en que estamos, donde creemos que las cosas han de ser ¡ya!,
cuando esto es un proceso. Si queremos que crezca un roble necesitamos mucho tiempo,
si queremos que crezca un chopo, necesita mucho menos… Así, ¿de qué cambio
estamos hablando realmente?
2. De la investigación en este trabajo se desprende que lo que cada persona
siente y expresa bajo la forma de escenas temidas, son el fruto de la
actividad de las ansiedades y defensas frente a las mismas, que provocan en
la mente de cada uno una fantasía. Se puede decir que es una perturbación
en el espacio de lo imaginario. ¿Cuáles son, según tu criterio, las mejores
estrategias para trabajar esas fantasías?
Las escenas temidas siempre tienen que ver con algún daño que la persona ha
vivido. Cuál es el calibre de estas es la cuestión. Las personas realmente vivimos a
113
veces situaciones muy invivibles, muy dañadoras, muy perturbadoras… Lo que genera
traumas.
El trabajo con el trauma, es siempre un trabajo muy delicado y muy sensible. No
vale cualquier operatividad inmediata. Cuando se deja una herida psicoafectiva de este
calado es bastante difícil que la persona quiera salir de ello, entre otras cosas porque
en muchas ocasiones contiene una idea o creencia básica, y es: de aquí no se puede
salir. Después están las afectaciones internas a nivel emocional, y la emocionalidad
nos va determinando del mismo modo que las creencias, (ya tenemos el tema de la
amígdala que se encarga de recordárnoslo cada vez que experimentamos una situación
de riesgo).
A mí me parece importante observar siempre las capacidades que tiene la
persona, tanto de apoyo externo, como de apoyo interno, pero me interesan mucho los
apoyos externos. Y a la hora de hacer un cambio en un proceso terapéutico, me interesa
mucho el poder del terapeuta. El poder del terapeuta como un evocador de vida, como
un catalizador, como alguien que apoya y sostiene, con energía para acompañar en los
laberintos… esta cuestión me parece siempre crucial.
Volviendo a las afectaciones en la persona, ¿qué es lo que realmente en ella ha
sido afectado? Hay personas que no pueden superar nunca un trauma, y hay otras que
sí. En general estrategias no me atrevo a dar porque todo es en su contexto, y hacer
una generalización ahora no me parece lo más adecuado, si puedo ofrecerte algo
diferente. En lugar de focalizar en técnicas o estrategias, me interesa más “la mirada,
la sensibilidad, y el grado de compromiso del terapeuta”. La visión es fundamental, ver
lo básico, ver que hay detrás de los ojos, y las palabras o actitudes de un paciente.
Sentir su dolor y su fuerza, ya sabes “lo suficientemente cerca para ver y sentir, lo
suficientemente separado para poder ayudar”.
A veces basta decir “ha debido ser muy doloroso para ti…” Y el corazón se
siente comprendido…
3. En la tesina se plantea cómo el ego en muchas ocasiones se niega a soltar el
pasado, dificultando el cierre y la sanación de aquellos hechos que nos
dañaron, porque al hacerlo la persona siente esto equivalente a una segunda
herida, una nueva pérdida o experiencia de muerte. ¿Qué aspectos son
114
necesarios trabajar con el cliente para ayudarle a soltar ese pasado, para
trascender la negativa egótica de soltar y poder seguir adelante?
Me parece que la idea de soltar no es la más adecuada, me parece que la más
adecuada es integrar. El pasado nos conforma y conforma nuestra vida, la ha
conformado durante un tiempo, y aunque a nivel racional podemos pensar que el
pasado está fuera, a nivel afectivo, la afectividad es atemporal. Desde esta perspectiva
todas las experiencias viven en nosotros, y nosotros estamos conformados por partes de
ese pasado, construyendo nuestra identidad, y siendo nuestra raíz a nivel de cultura.
Me parece importante integrar el pasado y tomarlo con todo lo que es, con las heridas
y con las posibilidades que nos ha dado. A partir de ahí, el ego es para mí una especie
de subpersonalidad que es necesaria durante un tiempo, y que con el mismo caminar de
la vida va ir cesando y reduciéndose porque, no solo en terapia, la vida nos va
poniendo situaciones suficientes como para darnos cuenta que esos valores, que esas
creencias, y esas orientaciones de esa subpersonalidad, ahora nos son insuficientes, o
ya pertenecen a otro tiempo. El pasado hay que mirarlo como una secuencia históricoafectiva, histórico-familiar, dentro del eslabón de la cadena de la que formamos parte.
Así que eso que llamamos dejar el pasado, es integrar el pasado. Al pasado estamos
unidos por sutiles e intensas vivencias, y hay que darle un lugar re-entendiendo la
dinámica histórica del vivir, y tomándolo como eslabones de crecimiento.
4. Según diversos autores, hay ocasiones en que la solución para el cierre del
asunto doloroso que una situación del pasado provocó, pasa por asentir a lo
que fue. Para ello dejar ir el apego al rencor y al hecho de percibirse a uno
mismo como víctima, es importante para aceptar que las cosas no siempre
ocurren como nosotros deseamos, y así poder sanar ese dolor desde el
asentimiento y la aceptación. Desde tu perspectiva, ¿qué tipo de trabajos
terapéuticos son más adecuados? ¿Por qué?
Bueno tú me los has visto hacer muchas veces… La primera cuestión es que el
mundo y la vida no son como nosotros queremos que sean. Esa es una idea muy egótica
a la que hay que renunciar de inmediato. De la historia del vivir tenemos heridas y
cualidades, nosotros podemos convertirnos en jueces, y uno de los rasgos del
victimismo es buscar la compensación a la herida, y utilizar las heridas como un modo
comercial de manipulación o de querer obtener ventajas. La heridología.
115
A mí esto me parece un error, las heridas tienen un solo camino, que es sanarse
en la medida de lo posible. No en la medida de lo que mi fantasía dice, y después dejar
esa secuencia en su tiempo para continuar. Si nos arrogamos el rol de juez, de
justiciero, de inquisidor o de salvador, o de los roles que arquetípicamente podemos
tomar, me parece un error. Yo no sé si es posible aceptar, a veces basta con decir así
es, así fue. Es un asentimiento, en el que uno también toma la historia de la vida, como
la verdad de su vida.
La primera parte de este trabajo comienza con la raíz, que es tomar a la familia
como fue. En las diversas tradiciones espirituales, así ha habido rituales para ello, pero
nosotros hemos perdido los ritos, así que parece que todo nos tiene que venir por la vía
de la razón, por la vía de la conciencia, y en demasiadas ocasiones se nos olvida lo que
es la verdad de la vida y se nos olvida también en la sanación o la curación de las
heridas, por lo que hemos de crear una fuerza suficiente para dejar las cosas en su
lugar, y seguir viviendo. En demasiadas ocasiones las cargas nos están determinando
poderosamente. Así cuando yo abordo esto, que tú me has visto hacer en muchas
ocasiones, sabes que lo voy tomando siempre desde una perspectiva global e histórica
todo en su contexto, esa es mi primera ley, y a partir de ahí, veo lo que ha ocurrido y lo
que no ha ocurrido, lo que la herida nos ha restado y lo que la herida nos ha dado, y
comienzo a mirar con mucho cuidado y con mucho respeto a la persona, siempre
buscando generar situaciones de capacidad y de poder, y hasta que no tiene suficiente
capacidad y poder no la llevo nunca a los laberintos de la herida, lo que es decir,
cuando vamos con intensidad a abordar la herida es siempre para sanar.
5. Si en la Terapia Gestalt traemos el pasado al presente para cerrar los
asuntos inconclusos, en el caso del trauma, ¿cómo podemos ayudar a liberar
la sobrecarga de energía del pasado, sin correr el riesgo de retraumatizar a
la persona? ¿Qué aspectos hay que cuidar especialmente?
La primera cuestión es que nos movemos mucho en teorías y a veces poco en
experiencias…, yo me muevo prioritariamente en experiencias, y cuando me hablas de
lo que dice una teoría u otra no entiendo…, porque tú me conoces bien y sabes que yo
manejo diversas teorías, diversas comprensiones sobre todo esto. Para mí la
comprensión básica es todo en su contexto, todo en su contexto histórico, todo en su
contexto vital. La idea de que el pasado lo traemos al presente y todo esto, es un juego
técnico que nosotros hacemos para que las cosas sean posibles… A mí a veces me gusta
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dejar las cosas en su sitio. El pasado en pasado, el presente en presente y el futuro en
futuro porque es una construcción mental que nosotros tenemos. La segunda cuestión
es la atemporalidad de las cosas, realmente la vida cada vez la concibo más atemporal,
y en el componente afectivo así es.
Hemos de entender que es un trauma, a veces la persona no está abordando un
trauma, sino un proceso de re-traumatización, porque le han acontecido diversos
hechos de la misma índole a lo largo del tiempo.
¿Dónde está el poder? Nosotros tratamos siempre de sanar, pero a mí me
gustaría decirte algo; se dice culturalmente que el amor une y el dolor separa, y yo
digo que es cierto… Pero, también es cierto que a veces el dolor une y el amor separa.
Pero por encima de esto, lo que quiero que veamos es que vinculan, tanto el dolor como
el amor. ¿A qué nos hemos vinculado? A veces una persona se queda vinculada al
dolor porque es la forma de tener o mantener algo que ha perdido, puede ser una figura
parental importante, un hermano, un tío, puede ser una pareja… Entonces cuando
observamos esto, nosotros estimamos que una persona “debe terminar”. Y yo me digo,
¿terminar qué es, hacer un proceso técnico? A mí me parece que no. Yo quiero saber
dónde ha ido el corazón y dónde ha ido el alma cuando la persona experimenta una
situación de dolor de este tipo, y quiero saber dónde está.
Trabajando con los curanderos, con los chamanes hace unos años, ellos me
hablaron de la pérdida del alma, y lo he podido verificar en muchos de estos trabajos.
Hemos de re-entender el alma y darle un lugar en la vida.
Lo que quiero decir, es que yo voy directamente al dolor, para saber el dolor de
que me habla. Ante el dolor se plantea la cuestión de lo poco que sabemos de él, por lo
que procuramos evitarlo para que no nos afecte. Tenemos que ir al dolor para conocer
su fuerza y su poder, y tenemos que saber el evento que ha producido su fuerza y su
poder, y tenemos que ver la orientación de la vida, su fuerza y su poder. Me gusta
trabajar con el dolor porque el mismo dolor que frena, es el mismo dolor que sana, es
la misma fuerza, solo que se puede reconducir en una línea o en otra. Para hacer esto
se necesita el movimiento, esta es una cuestión esencial siempre.
Una parte del trauma es que la energía ha quedado contenida, y tiendo a
favorecerla liberación de esa energía a través del movimiento. Los movimientos son
corporales, son mentales, son emocionales, son vinculativos, y para eso en el proceso
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de ayuda lo hago a veces con las artes, con la arte-terapia en un primer momento, pero
en otras es a través de un acompañamiento continuado en el laberinto de la persona,
cuando la persona entra en un laberinto, yo estoy en el mismo laberinto,
acompañándolo en cada secuencia, y voy utilizando todas las fuerzas que hay a mi
disposición, más sutiles o menos sutiles, pero es un camino que recorro junto a él,
dónde cuando el cliente se está desgarrando y liberando, yo me estoy desgarrando y
liberando también, porque trabajo en una empatía bastante profunda con la persona.
Sentir lo que el otro siente, es mucho más que una palabra, es poder entrar en su
mundo, es reconocer su alma, su corazón dañado… Porque también yo lo puedo
reconocer en mí.
También tú me has visto hacer esto, lo hago con mucha profundidad, y desde
luego sin tiempo determinado, para poder acompañar en el tempo que cada persona
necesita. Este es un trabajo bastante intenso, hubo unos años que trabajé el trauma con
bastante continuidad, y yo me desgarraba también, porque las afectaciones que a veces
una persona refleja, también en nosotros tenemos algún señuelo de nuestro vivir. Así
que el trabajo con el trauma, hay que hacerlo con mucha empatía, con mucha
compasión, con mucha fuerza y sobre todo con mucho coraje para poder ir
encarándolo. Creo que hemos de ser terapeutas evocadores, pero también terapeutas
generadores de fuerza, ha de ser un encuentro de alma a alma, y desde ahí me es
mucho más viable hablar de cambios…
6. En la tesina queda reflejado cómo la persona traumatizada, desarrolla
sobre todo, dificultades en el contacto, que impiden su capacidad de
enfrentarse a situaciones nuevas. Quedan sobre todo alteradas las funciones
de seguridad. ¿Cuáles son para ti las principales funciones del contacto que
han de restaurarse en el trabajo con el trauma, para restablecer la
seguridad psicológica?
Lo primero que tengo en cuenta es que yo no hablo nunca de trauma, o hecho
traumático, lo trato de acontecimiento, y así comienzo a restarle. Trauma es una
palabra con mucho peso, a mí ya me la dicen suficiente los pacientes, por eso yo hablo
de acontecimientos vitales, no porque quiero evitarlos, sino simplemente porque una de
las partes del trabajo es poder acercarnos a eso cuando las heridas han sido
encubiertas.
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Las funciones del contacto… pues no sé las que quedan afectadas, pero creo que
cuando uno ha tenido una herida severa se afectan todas en distintas proporciones.
Todo en su tiempo, todo en su contexto…, y según como cada persona lo está
viviendo… Dar una pauta general no me parece lo más adecuado, porque desde hace
mucho tiempo trabajo mucho más, sea en lo individual o en lo grupal, de modo
fenomenológico, en lo que percibo, en lo que se da. Y las teorías algunas veces me
ayudan, y otras veces me confunden, así que las sigo un poco menos.
Las teorías hay que integrarlas, luego hay que percibir fenomenológicamente lo
que ocurre, y a partir de ahí ir operando sin códigos, pero sí con experiencia de vida.
7. Levine81 afirma: “El trauma destroza la confianza básica de la persona”.
¿Cuál es tu experiencia en este sentido?
La confianza… La esperanza… El amor… Los hechos vinculativos… Por
supuesto, juegan un papel esencial. Por eso yo hablo de heridas psíquicas, y tengo
presente que restaurarlas no siempre es fácil, porque cuando uno ha sufrido un hecho
muy severo esto afecta en muchos niveles de la persona... A veces puede ser al
autocuidado, a veces al cuidado de otros, también puede afectar al amor, a la verdad, o
puede afectar a la estima… Entonces indudablemente vuelvo a decirte que todo en su
contexto y vayamos mirando.
En el caso del trauma, hay que contextualizarlo, y mirarlo. Ver que es lo que
nos hiere a nivel de alma. El trauma es una pérdida, es una agresión en partes
esenciales del ser. Lo más importante es tener la capacidad de ponernos al lado de la
persona herida, y mirarla como un ser, no como una víctima. Y tratar de entender esto
en las dinámicas humanas, que a veces no alcanzamos ni a ver, ni a entender.
8. David Berceli82 explica en su libro, “Liberación del trauma”, cómo en
diferentes culturas sin acceso a la terapia tradicional, existen costumbres o
rituales que facilitan la curación del trauma. ¿Cuál es tú opinión sobre los
rituales como herramienta de sanación? ¿Has experimentado en este
sentido? ¿En nuestra cultura crees que existen rituales que puedan facilitar
la sanación del trauma?
81
LEVINE, P. y Frederick, A. “Curar el Trauma” Ed. Urano 1997
82
BERCELI, D. (2011) “Liberación del trauma”. Cuatro Vientos Editoria, Santiago de Chile.
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He visto ese trabajo en diferentes culturas viajando… porque estamos hablando
de un trauma, una pérdida, es un trauma, entonces el trabajo con pérdidas lo llevo
haciendo toda mi vida, es una de las áreas que más he trabajado.
He visto muchos rituales en muchas culturas y me parecen profundamente
sanadores, pero en la nuestra los rituales han decaído. A través del ritual podemos
tener acceso a fuerzas que nos van a ayudar, deidades, fuerzas simbólicas, y todo eso
nos es siempre muy generativo. En muchas ocasiones sería conveniente que viajásemos
más y leyéramos un poco menos… Viajáramos más para ver cómo se hace.
He conocido rituales en Indonesia absolutamente fantásticos, en India
absolutamente fantásticos… En Perú… Muy generadores…, porque los dioses también
nos ayudan. En esta nuestra cultura, donde hemos eliminado, o estamos eliminando
grandes deidades, o grandes fuerzas, nos encontramos bastante más desamparados.
Por eso hay rituales que también los terapeutas hacemos en los procesos de trabajo, te
recuerdo que una de las cosas que te he mostrado algunas veces son rituales de otras
culturas, precisamente para que puedas darte cuenta de cómo toman el poder, cómo
toman la fuerza, y cómo hacen los tránsitos. Así que simbólicamente, de alguna
manera, también trabajo con ellos, aunque los nombro poco…
9. Muchos autores refieren la necesidad en el trauma, de restaurar la conexión
entre el cuerpo y el espíritu. ¿Cuál es tú experiencia en este sentido?
Cuando hay una profunda herida, todo se puede fragmentar. Por ello me parece
importante restaurar todas las estructuras del ser: lo corporal, lo mental, lo afectivo, lo
espiritual y lo vincular, porque en caso contrario me parece que son trabajos limitados.
Pero siempre en la proporción que cada persona permite. Así que, sí estoy totalmente
de acuerdo.
10. Te he escuchado en alguna ocasión hacer referencia a la existencia de
experiencias de vida que causan daños irrecuperables del alma. ¿Cuál es la
diferencia entre unos y otros? ¿Por dónde pasa el trabajo de ayuda en ese
caso?
En una ocasión hace unos años, trabajé con una mujer que tenía cáncer. Percibí
con una nitidez máxima, que hiciera lo que hiciera, esa mujer iba hacía la muerte. Ese
era su camino, y ni la familia, ni el entorno, ni nada imposibilitaba eso. Yo quise
120
ayudarla en el sentido contrario, y me di cuenta de que hay fuerzas que son mucho
mayores que las que nosotros tenemos. Son orientaciones de vida.
¿Somos capaces de respetar la vida, y respetar la muerte? Te pregunto… A
veces nosotros, estamos imbuidos de una idea, mantener la vida a toda costa. Yo la
creo también, pero moderadamente, porque también incluyo respetar la vida.
La vida de cada persona, es de cada persona. Es sagrada. El camino de la vida
de cada uno, a veces es un camino marcado y trazado por el destino. He acompañado a
moribundos, y he acompañado a personas que han tenido pérdidas irreparables de este
tipo que tú me planteas en la pregunta. Algunas veces veo que puedo ayudar, y me
piden ayuda, otras veces me han pedido solo que los acompañe, y entonces hablamos
acerca de todo esto, de su vivir.
Quiero entender las fuerzas que nos gobiernan en el vivir, y entender más las
heridas severas que producen. Una madre pierde a una hija, y al poco la madre muere.
En una pareja muere uno de los miembros, y al poco el otro también muere…
Esto lo conocí hace ya más de 30 años, en un tiempo en que yo trabajaba en un
banco, y cuando la gente se jubilaba, alguno de ellos mantenía la vida, pero otros a los
6 o 7 meses se morían, entonces para mí aquello era una incógnita... Luego me di
cuenta que ellos habían perdido el valor de existencia, y el sentido de su existencia, que
entonces era ser productores y ser activos en la sociedad. Eso ahora ha cambiado
afortunadamente, pero esto me llevó a querer entender los tremendos lazos
vinculativos, y aquello que nos da poder y valor en el mundo.
Para mí, no es tanto que hacer, sino comprender las fuerzas que operan en todo
esto. A veces hablo con gente que me ha dicho, deseaba morir, pero hubo un
acontecimiento…
Lo que quiero es que comprendamos más y más los lazos que
realmente nos unen a la vida, y las fuerzas que realmente nos unen a la muerte. Para
entender esta vida, no como un absoluto, si no como un proceso, como un misterio...
También aprendí con los chamanes que hay enfermedades para sanarse, y hay
enfermedades de muerte. Yo sigo todavía meditando sobre esto… Y de momento trato
de ver las muchas fuerzas que hay.
Y… hemos perdido saberes, que creo es
conveniente recuperar.
121
11.
Para terminar…
Algo que me parece importante también es conocer algo más, mucho más del
dolor y también algo más sobre la maldad humana. Tenemos a veces demasiadas
orientaciones bonitas, y yo creo que hemos de conocer todas las fuerzas. A veces me
pregunto cómo cierta gente puede ser tan deshonesta, tan agresiva, tan dañina, y
prefiero seguir mirando las fuerzas que nos gobiernan y también los mitos que nos
gobiernan.
Sobre todo cuando alguna persona sufre una afectación severa, procuro
mirarla, estar con ella, y ver los laberintos que atraviesa y por los que camina, conocer
sus relatos. Y si ella los mira, y si ella quiere entrar, procuro estar a su lado y me invito
a entrar al mismo laberinto. Es obvio que no siempre me es fácil. Pero la exploración
de caminos nuevos también nos ayudará a dar respuestas nuevas que sean más
sanadoras… Y esto es también la tarea de un terapeuta.
122
ENTREVISTA A EDUARDO DE GRAZIA BUFI:
Psicólogo y psicoterapeuta. Miembro Titular, Supervisor y Didacta de la AETG y
Psicoterapeuta de la FEAP. Colabora en la formación de psicoterapeutas Gestalt en
diferentes escuelas españolas.
RESPUESTAS:
1. Perls decía que ante la inacción para el crecimiento, puede ser que exista
una ganancia secundaria, conocer esta ganancia por parte del cliente ayuda
a resolver el conflicto. ¿Qué ganancia o ganancias secundarias son las que
intervienen de un modo más directo en esta inacción? Desde tu experiencia,
¿cómo se movilizan?
Al parecer la pregunta inquiere en cómo movilizar a alguien que, en este caso,
está en la inacción. Y cómo hacerlo a partir de sus ganancias secundarias. Por un lado
me parece que la pregunta contiene una respuesta: “conocer esa ganancia secundaria
para resolver el conflicto”. La inacción es una consecuencia de algo, algo que podría
ser traumático, orgánico o aprendido –o alguna combinación de éstos- en lo que el
ambiente, lo social tendría fuerte impronta. Movilizar al paciente es acompañamiento
terapéutico para llegar a reconocer su síntoma, valorar el rendimiento de sus defensas
123
y las pérdidas que estas defensas le acarrean. Según se vayan aclarando la terapia
proporciona un ámbito adecuado para reconocer el miedo subyacente y abrir nuevas
vías.
2. De la investigación en este trabajo se desprende que lo que cada persona
siente y expresa bajo la forma de escenas temidas, son el fruto de la
actividad de las ansiedades y defensas frente a las mismas, que provocan en
la mente de cada uno una fantasía. Se puede decir que es una perturbación
en el espacio de lo imaginario. ¿Cuáles son, según tu criterio, las mejores
estrategias para trabajar esas fantasías?
Me parece acertado considerar a las escenas temidas como “perturbación en el
espacio de lo imaginario”. Busco mediante la evocación de la memoria que el paciente
rescate la escena temida. Trabajo en la revisión detallada de la Escena apoyándome en
que como ha sido “una experiencia del pasado” podemos analizarla en su composición
y dinámica. Luego busco que se reconozca esa dinámica de temores y represiones en
situaciones actuales y sobre ese material conduzco la terapia.
Doy por seguro que no existe una sola escena temida –que son diferentes a
experiencias traumáticas- y que aquella recobrada, por motivos subjetivos, es la que la
censura egoica ha permitido aflorar. Como la mayoría, si no todas, las escenas temidas
están relacionadas con las emociones de temor, abandono, insatisfacción, soledad y
culpa, trabajar con una es abrir vías expresivas a la complejidad de las restantes.
3. En la tesina se plantea cómo el ego en muchas ocasiones se niega a soltar el
pasado, dificultando el cierre y la sanación de aquellos hechos que nos
dañaron, porque al hacerlo la persona siente esto equivalente a una segunda
herida, una nueva pérdida o experiencia de muerte. ¿Qué aspectos son
necesarios trabajar con el cliente para ayudarle a soltar ese pasado, para
trascender la negativa egótica de soltar y poder seguir adelante?
Parto de la concepción de esta investigación que considera a pacientes en
situación neurótica, que no psicótica, por ello mis respuestas se mueven dentro de esos
parámetros. Es más, me refiero a las neurosis “de siempre” y no a las surgidas
aproximadamente en la última década, más o menos, ligadas al impacto de las nuevas
tecnologías y las formas sociales que ha derivado; creo que éstas necesitan un
124
encuadre particularizado. En las neurosis “normales” el ego nunca suelta el pasado
porque éste es el motivo de su génesis. La terapia busca reconocer esas fuentes como
“pasado” y fortalecer las infaltables fantasías de futuro descargándolas del
pensamiento infantil básico: querer lo opuesto a lo que se denuncia como doloroso.
4. Según diversos autores, hay ocasiones en que la solución para el cierre del
asunto doloroso que una situación del pasado provocó, pasa por asentir a lo
que fue. Para ello dejar ir el apego al rencor y al hecho de percibirse a uno
mismo como víctima, es importante para aceptar que las cosas no siempre
ocurren como nosotros deseamos, y así poder sanar ese dolor desde el
asentimiento y la aceptación. Desde tu perspectiva, ¿qué tipo de trabajos
terapéuticos son más adecuados? ¿Por qué?
Esta pregunta, contiene claramente la descripción del proceso terapéutico
necesario. La Terapia Gestalt ofrece un amplio repertorio de actuaciones expresivas,
es decir extro-vertidas. Si el terapeuta ha conseguido un rapport con el paciente, cuenta
con su confianza y él mismo es sensible y no condescendiente, pues…realiza la terapia.
5. Si en la Terapia Gestalt traemos el pasado al presente para cerrar los
asuntos inconclusos, en el caso del trauma, ¿cómo podemos ayudar a liberar
la sobrecarga de energía del pasado, sin correr el riesgo de retraumatizar a
la persona? ¿Qué aspectos hay que cuidar especialmente?
En un asunto traumático, siendo que la persona acude voluntariamente a un
terapeuta, es importante que no vea en el terapeuta a un juez, ni suyo ni de otras
personas vinculadas al trauma –en caso de que lo interpersonal sea el origen del
trauma. Si el infausto suceso es accidental la empatía del terapeuta es suficiente para
corresponder a su demanda de ayuda. En casos desafortunados la intervención
terapéutica podría agudizar el dolor traumático pero esto no lo veo probable si la
rabia, dolor, ira o impotencia del paciente no se trabajan como transferenciales. Si en
cambio esa ira se adjudica al terapeuta sin que se puedan analizar las proyecciones
podría deberse a que el paciente es demasiado psicópata. En esos casos mi actitud es
derivarlo a un psiquiatra.
125
6. En la tesina queda reflejado cómo la persona traumatizada, desarrolla
sobre todo, dificultades en el contacto, que impiden su capacidad de
enfrentarse a situaciones nuevas. Quedan sobre todo alteradas las funciones
de seguridad. ¿Cuáles son para ti las principales funciones del contacto que
han de restaurarse en el trabajo con el trauma, para restablecer la
seguridad psicológica?
Toda persona traumatizada tiene dificultades de contacto. La relación
terapéutica Yo – Tú vivida en el Presente es la primera parte de un proceso terapéutico.
Según mi experiencia las dificultades de contacto del que sufre encubre la falta de
contacto que experimenta, siente o fantasea de otro/s con él. Todo paciente
traumatizado y por extensión diría “todo paciente” tiene que contactar con su dolor
realmente, creer en la veracidad de su sufrimiento, ir más allá del Ego que, aunque
engañosamente y generalmente con otros modos de sufrimiento y limitaciones le sirve
como coraza. Es como una vacuna. Nadie se cura si no conoce y respeta, y de ser
posible entienda, su dolor y vulnerabilidad.
7. Levine83 afirma: “El trauma destroza la confianza básica de la persona”.
¿Cuál es tu experiencia en este sentido?
Estoy de acuerdo con esa aseveración. Las defensas del ego, involuntariamente,
proponen buscar atajos que ofrezcan una pretendida zona de comodidad…pero “el
cuerpo”, el organismo, recuerda. Imagino que Levine quiere resaltar que la terapia no es
un tema de capricho ni de moda, sino una necesidad.
8. David Berceli84, plantea la necesidad de reinventarnos en la huella del
trauma, a través de la capacidad de perdonar. Dice: “Liberar el trauma es
un acto de perdón”. ¿Cómo interpretas esto desde tu trabajo profesional?
También estoy de acuerdo con la frase de Berceli. El tema es ¿sabemos
perdonar y perdonarnos? La educación recibida por escuela y por herencia no nos lo
ha enseñado, deflectando a otras áreas. Tampoco, sobre todo en España, se enseña
Gratitud. Gratitud y Perdón están íntimamente relacionados, entre otros motivos
porque reconoce la existencia del otro, algo que la doctrina política y religiosa de este
83
LEVINE, P. y Frederick, A. “Curar el Trauma” Ed. Urano 1997
84
BERCELI, D. (2011) “Liberación del trauma”. Cuatro Vientos Editorial, Santiago de Chile.
126
país ha persuadido a dejar fuera. Por eso en otras preguntas consideré la soledad
íntima como co-causa del sufrimiento psicológico.
9. Tessa Rubio85 afirma: “Desde la Gestalt, uno de los pilares de nuestro arte,
la confrontación, transforma la rabia en fuerza, la franqueza en identidad,
pero no todos conocen esta preciada herramienta o tampoco saben usarla
bien.” ¿Cuál es la adecuación de este “arte” en el trabajo con el cierre de
asuntos dolorosos del pasado?
Comparto la definición de Tessa Rubio de la terapia como un arte. Y como en el
arte, se pueden explicar los instrumentos y las técnicas, pero no el hecho artístico. Por
abreviar, el terapeuta necesita ser un artista, no en el sentido de vanidad o exhibición,
sino en el de haber pasado por los abismos internos para comprender desde las tripas
el portentoso acto de crear.
85
RUBIO, Tessa. “Alcance holístico de la palabra”. Revista de Terapia Gestalt. Nº 33. Biología y
Terapia. AETG
127
ENTREVISTA A OSCAR EKAI PAGOTO:
Educador Social. Psicólogo. Psicoterapeuta, reconocido por la Federación Española de
Psicoterapia. Miembro Titular Didacta y Supervisor de la Asociación Española de
Terapia Gestalt, Coach Ontológico, por Newfield Network. Formador de Terapia
Gestalt en diferentes Escuelas del país. En la actualidad dirige el centro Isuri en Blanes
(Girona).
RESPUESTAS: (Transcripción de una entrevista oral)
1. Perls decía que ante la inacción para el crecimiento, puede ser que exista
una ganancia secundaria, conocer esta ganancia por parte del cliente ayuda
a resolver el conflicto. ¿Qué ganancia o ganancias secundarias son las que
intervienen de un modo más directo en esta inacción? Desde tu experiencia,
¿cómo se movilizan?
Hay muchas ganancias que intervienen en esta inacción en el día a día, en lo
cotidiano, y que tienen que ver con todos los automáticos que hemos aprendido o
adquirido. Estas ganancias que tienen que ver con el no crecer, con el mantenernos en
la zona de confort, son muy personales, muy individuales, cada persona tiene su
128
ganancia, pero, todas tienen que ver con el mantenerse en una zona de seguridad
aparente, o una zona conocida aparente, y aunque este mantenerse ahí genera mucho
sufrimiento y genera muchas contradicciones, al ser lo conocido, las personas son muy
reticentes a salir de ahí, porque eso significaría entrar en contacto con lo desconocido
y en eso desconocido la persona se siente muy incómoda y rara, en muchas ocasiones
no se reconoce. Las ganancias también tienen que ver con las creencias, y
los
introyectos, y esto significa mantenerse en el no hacerse cargo y querer tirar todas las
pelotas fuera.
Para movilizar a la persona trabajo su darse cuenta, el cómo lo hace y para qué
lo hace. Darse cuenta que es un repetir siempre las mismas cosas, situaciones, y desde
ese repetir, darse cuenta que no avanza. Así que movilizo primero desde ese darse
cuenta, y luego paso a que la persona vaya permitiéndose dos cosas: Una, perder el
miedo a salir de esa zona conocida, saber que por salir de ahí no pasa nada, y que
pueda ir cogiendo el coraje, la valía y la fuerza desde el creer que es capaz, que puede.
Y dos, para esta movilización tengo en cuenta tres áreas de la persona: desde el
lenguaje, lo mental, con el trabajo de cambio de creencias. A nivel emocional, para
sentirse en otros estados emocionales, y sentir que también puede habitar en ellos,
(porque esa ganancia secundaria le hace estar siempre en el mismo repertorio
emocional, y no le permite sentirse desde otras escalas emocionales), y por último
desde el cuerpo. Para hacer un cambio muchas veces necesitamos otro cuerpo, y esto
tiene que ver con nuevas maneras de sentir el cuerpo a nivel de respiración, de tono
muscular, y a nivel de movimiento. Es bueno trabajar el movimiento más genuino del
cuerpo, ese movimiento que viene del cerebro reptiliano, y enseñar al cuerpo que puede
hacer las cosas de otra manera. Utilizo la vibración, y la repetición de ejercicios
corporales, porque el cuerpo aprende desde la repetición, y va a ser el cuerpo quien
nos permita el cambio, es decir el hacer las cosas de otra manera.
2. De la investigación en este trabajo se desprende que lo que cada persona
siente y expresa bajo la forma de escenas temidas, son el fruto de la
actividad de las ansiedades y defensas frente a las mismas, que provocan en
la mente de cada uno una fantasía. Se puede decir que es una perturbación
en el espacio de lo imaginario. ¿Cuáles son, según tu criterio, las mejores
estrategias para trabajar esas fantasías?
129
Trabajo esas fantasías desde el diálogo y la confrontación. Trabajo el darse
cuenta de ese mundo imaginario desde el confrontarlo con lo cotidiano, para que la
persona tome conciencia que pertenecen al mundo de lo imaginario, que esos miedos
están en su cabeza, y que esas fantasías hoy no tienen que ver con lo obvio, que se dé
cuenta que en lo obvio pasan otras cosas. Permanecer en el darse cuenta de lo obvio es
para mí la estrategia principal.
Luego desde todo esto, trabajar también desde la relación con los demás, esto
permite a la persona, o facilita, el darse cuenta de que eso que para la persona es una
escena temida, realmente es su mirada hacia el otro, y como esto tiene que ver con los
mensajes que ella misma se ha dado. Lo importante es lo que hay detrás de esa mirada
hacia el otro. ¿Cuáles son los mensajes que él se ha dicho? ¿Para qué se dice esos
mensajes? ¿Cuál es la alternancia? ¿A quién le es fiel dándose esos mensajes? Hay que
desmontar lo que la persona ha creado, confrontando y mostrándole otras fuerzas,
recursos, capacidades…
Todo esto se puede trabajar con muchas herramientas, con todo tipo de
experimentos gestalt, para llevar al cliente a la conciencia de ¿para qué las necesita? Y
que pueda ver su ser fiel a hacer lo que hace.
3. En la tesina se plantea cómo el ego en muchas ocasiones se niega a soltar el
pasado, dificultando el cierre y la sanación de aquellos hechos que nos
dañaron, porque al hacerlo la persona siente esto equivalente a una
segunda herida, una nueva pérdida o experiencia de muerte. ¿Qué aspectos
son necesarios trabajar con el cliente para ayudarle a soltar ese pasado,
para trascender la negativa egótica de soltar y poder seguir adelante?
Para mí el conectar con el Ser auténtico y el amor. El ego es esa coraza que
nos impide conectar con lo que verdaderamente somos. Lo egoico nos impide conectar
con lo profundo de nosotros mismos, entonces es importante que la persona conecte
con los beneficios de conectar con el Ser, los beneficios de conectar con el amor, con lo
perdido, lo ocultado, lo tapado. El ego es el ajuste creativo que uno tiene que hacer
para sobrevivir. Es la forma que encontró para afrontar y satisfacer sus necesidades
más básicas, y ahí se agarra y no lo suelta. Hay que llevarlo a algo más profundo,
conectando con el dolor, y con el amor y con la esencia del Ser. Empezando a mirar la
vida desde lo que es, aceptar y recoger sus luces y sus sombras, y hacerse cargo uno
130
mismo de lo que es, de lo que le gusta y lo que no le gusta de él mismo. Trabajando
desde esa conexión con el amor, para recuperar lo olvidado. Yo trabajo mucho en la
naturaleza, con las cosas arcaicas, y estas tienen que ver mucho con el aire, el agua, el
fuego, los rituales…, lo hago para facilitar la conexión con la esencia de las cosas, y
que esto le facilite a la persona conectar con la esencia de él mismo.
4. Según diversos autores, hay ocasiones en que la solución para el cierre del
asunto doloroso que una situación del pasado provocó, pasa por asentir a lo
que fue. Para ello dejar ir el apego al rencor y al hecho de percibirse a uno
mismo como víctima, es importante para aceptar que las cosas no siempre
ocurren como nosotros deseamos, y así poder sanar ese dolor desde el
asentimiento y la aceptación. Desde tu perspectiva, ¿qué tipo de trabajos
terapéuticos son más adecuados? ¿Por qué?
Hay muchos trabajos posibles, y escoger uno dependerá de la persona que
tengamos enfrente. Una de las cosas que hoy he trabajado en un taller, ha sido el
acunamiento, donde la persona ha conectado con el dejarse querer, abandonarse...
Esto tiene que ver con cómo revivimos el dolor y con aprender a sostener el dolor desde
otro lugar. Necesitamos conectar con el dolor, pero sentirlo y vivenciarlo de otra
manera, y esto a veces se puede transmitir con un acunamiento, o con un diálogo con el
dolor, otras con una frase que nos conecta a otra cosa diferente, que nos ayuda a
ponernos en el lugar del otro, y no desde el lugar de la herida. A veces simplemente el
trabajo terapéutico tiene que ver con facilitar entrar en diálogo con la herida. Otras
veces es necesario trabajar lo somático, porque la herida está gravada en el cuerpo. Es
bueno trabajar el respirar, cerrando los ojos para dejarse sentir el cuerpo, y localizar
ese dolor en él…, que le pasó…, y no es necesario utilizar palabras, solo consignas muy
concretas que permitan a la persona ir sintiendo el cuerpo para dejar que el mismo
cuerpo vaya volviendo al equilibrio. Es un trabajo de recuperar la capacidad de vibrar,
la flexibilidad, y poder sostener el dolor desde otra situación que el adulto puede
sostener y vivenciar. Produciendo en la persona una sensación de liviandad.
Para que la persona pueda dejar de sentirse víctima y soltar el rencor, en
ocasiones se hace necesario reconocerle que quizá en aquel momento fue víctima, pero
que ahora depende de él seguir viviendo como víctima o hacer las cosas desde otro
lugar. Reconocer que aquel niño, o en aquella situación fuimos víctimas, pero ahora
131
como adulto es el cliente el responsable de cómo quiere vivir eso. Decir esto es sanador
para la persona, porque podemos decir: no sé cómo hacerlo, pero sé que depende de
mí. A partir de aquí se puede empezar a investigar, a aprender, a crear la manera de
hacerlo diferente, pero sabiendo que depende de él. Esto tiene que ver con cómo eso
que busca fuera ese niño herido, nosotros nos lo tenemos que dar, y es bueno darnos
cuenta de esto para dejar de seguir siendo víctimas y hacernos responsables.
5. Si en la Terapia Gestalt traemos el pasado al presente para cerrar los
asuntos inconclusos, en el caso del trauma, ¿cómo podemos ayudar a
liberar la sobrecarga de energía del pasado, sin correr el riesgo de
retraumatizar a la persona? ¿Qué aspectos hay que cuidar especialmente?
Yo pienso que los aspectos que hay que cuidar es que no se vuelvan a repetir las
mismas situaciones, pues hay veces que las personas inconscientemente están
repitiendo las situaciones que en mayor o menor medida vuelven a ser lo mismo que las
traumatizo. Es necesario que vean esto, para hacerse cargo ahora de empezar a no
repetir. Y desde ahí hay una cosa importante, que tiene que ver con liberar esa carga o
esa sobrecarga, que tiene que ver con soltar. En ese soltar van creencias, emociones,
sentimientos, y que sienta el cuerpo diferente. Hay que cuidar que la persona se dé el
permiso de empezar a sentirse el cuerpo diferente.
Y en este cuidado, también hay que tener presente cómo hacemos participe al
cliente en la importancia de ese cuidarse. Yo creo que es importante conectar con que
somos nosotros mismos los que nos hemos de dar el amor, el cariño, el respeto…
Empezar a ser consciente de que eso nos lo damos nosotros, y eso está en la base de la
autoestima, del querernos, reconocernos, valorarnos…
6. En la tesina queda reflejado cómo la persona traumatizada, desarrolla
sobre todo, dificultades en el contacto, que impiden su capacidad de
enfrentarse a situaciones nuevas. Quedan sobre todo alteradas las funciones
de seguridad. ¿Cuáles son para ti las principales funciones del contacto que
han de restaurarse en el trabajo con el trauma, para restablecer la
seguridad psicológica?
Tiene que ver con lo que dice la misma pregunta. ¿Cómo restablecer la
seguridad? En estos casos, muchas veces lo que le da seguridad a la persona es el
132
aislamiento, el evitar el contacto profundo, porque el principal contacto perdido es el
contacto con ellos mismos. Volver a conectar con ellos mismos y que se sientan seguros
con y en ellos mismos, y que se den cuenta de cómo lo hacen es la base del trabajo.
Volver a manejarse en el contacto consigo mismos y que en esto se sientan seguros y al
mismo tiempo les de seguridad.
Para ello ayuda poder volver a conectar con la propia vulnerabilidad, aceptarla
y mostrarla, y darse cuenta que la puede sostener desde otro lugar, empezando a
recuperar la seguridad y la sinceridad con uno mismo y con el otro. Es importante que
todo esto se trabaje a través de cómo eso lo siente en las emociones, en el contacto con
el otro y en el cuerpo para poder creer que es posible. Para poder permitirse hacer las
cosas como uno quiere y cómo le hacen sentirse seguro.
Los traumas suelen ser cosas que se repiten, por lo que también ayuda
plantearse repetir otras nuevas posibilidades y vivirlas, comprometiéndonos con hacer
pequeñas cosas de forma diferente. Y valorizar que es posible y dejárselo sentir.
Muchas veces uno no sabe que las funciones de seguridad están perturbadas,
porque a veces parecen personas muy seguras, muy estructuradas, es como que esa
seguridad que se rompió está muy escondida, por eso hay que ir muy poquito a poquito
en ese ir repitiendo cosas nuevas desde otro lugar, trabajando a tres niveles, mental,
corporal y emocional, pero sin descuidar la parte más espiritual, pues eso nos conecta
con lo más grande, con el universo, el alma… Y eso también ayuda a la persona a
poder hacer las cosas de otra manera.
7. Levine86 afirma: “El trauma destroza la confianza básica de la persona”.
¿Cuál es tu experiencia en este sentido?
Yo sí que creo que destroza la confianza básica de la persona. Y tanto en mi
experiencia con grupos como en terapia individual, si hay muchos casos donde esa
confianza, que no sé si destrozada, a veces sí, sí que está mermada. Lo que yo me doy
cuenta es que aunque esa seguridad esté mermada, el ser humano tiene una capacidad
generadora que posibilita el volver a recuperar la confianza. Y a mí me impresiona la
capacidad del ser humano de aprender, de crear, de generar una confianza nueva,
sobre todo con personas comprometidas con el sanarse y el aprender a convivir con el
ser que es.
86
LEVINE, P. y Frederick, A. “Curar el Trauma” Ed. Urano 1997
133
8. Berceli87 explica que no siempre es fácil detectar a una persona con trauma.
¿Qué aspectos en, o de la persona pueden dificultarlo? ¿Qué aspectos de la
persona podemos tener presentes para identificarlo?
Lo que nos impide o dificulta detectarlo tiene que ver con la coraza, con lo
egoico, y es detrás de eso donde se esconde el trauma o las experiencias que
traumatizaron a la persona. Es síntoma para mi, aquellas personas que se muestran
muy defensivas, aquellas que te dificultan mucho entrar, y eso te da en la nariz que ahí
detrás hay algo.
Otro signo que tengo en cuenta es el sentimiento de vergüenza, detrás de esta
hay situaciones traumáticas, eso a mí también me huele a que hay algo detrás…
Y también es significativo aquellas personas que te cuentan su historia, como
que nunca les ha pasado nada en su vid. Esto, como terapeuta, me resulta importante
rescatarlo porque no me suena que todo sea tan bonito. En estos casos la persona
muestra una gran dificultad en mirar, y es como que ha olvidado, borrado, y aunque
ella misma sepa que las cosas no funcionan, o no se siente bien consigo misma, cuando
empieza a contar su vida, la relata como con un no hay nada. Lo importante es cómo
trabajar esto, para ello es importante estar atento a los flashes que va contando, que
son como ganchos que suelta inconscientemente, que tira, para que tú lo puedas
trabajar…, hay que estar muy atento a eso para poder rescatarlo.
9. Según Levine88, en la recuperación del trauma, es necesario que el sistema
nervioso se libere de la sobrecarga de energía y de miedo, pero que no es
necesario según él volver a revivir el recuerdo y el dolor emocional para
curar el trauma, pues esto más bien puede volver a retraumatizar a la
persona. Argumenta que incluso la recuperación de los recuerdos
traumáticos puede interferir en la sabiduría innata del organismo para
curarse. ¿Cuál es tu experiencia en este sentido?
En esto existe una cosa importante… Decir al cliente: vale no me digas más
esto, no me lo cuentas más veces, no repitas más esa palabra. Esto es poner un límite a
87
BERCELI, D. (2011) “Liberación del trauma”. Cuatro Vientos Editorial, Santiago de Chile.
88
LEVINE, P. y Frederick, A. “Curar el Trauma” Ed. Urano 1997
134
eso que siempre está evocando. Así es bueno trabajar la polaridad, ponerle desde el
juego, la dramatización... en el otro polo, para que pueda experimentar otras opciones,
otras posibilidades.
Para liberar esa sobrecarga hay muchos trabajos corporales, de vibración y de
respiración para soltar el trauma a nivel corporal, porque el trauma no es sólo a nivel
mental. Y también es importante trabajar el cuerpo para que la persona pueda contarse
otra historia de su vida, y como una forma de ofrecerle posibilidades nuevas.
10. ¿Qué te gustaría añadir a esta entrevista sobre el tema propuesto?
A mi cada vez más me vienen cosas, reflexiono, sobre la forma de vivir en esta
sociedad. Vivimos en una sociedad donde hemos perdido la conexión con la esencia,
con lo más genuino, con la vida, con los ritmos naturales, nos hemos inventado una
vida muy neurótica, muy loca. La sanación y la recuperación del trauma para mi tiene
que ver con recuperar esa conexión con la esencia, con la vida, la naturaleza, los
ritmos… y yo creo que eso en la terapia también se puede trabajar. Los ritos ofrecen
muchas posibilidades para esto y así ayudar a la sanación del trauma, de escenas
temidas, de hechos dolorosos… Creo que la incorporación de los rituales es importante
recuperarlo para la terapia, para generar experiencias que posibiliten esa conexión
con las cosas más genuinas, desde lo concreto, porque eso es lo que nos lleva al
corazón, nos conecta al amor, y eso en definitiva, es lo que sana.
También es importante el vínculo con el paciente, porque eso también es lo que
sana, un vínculo desde una relación muy de igual a igual, en la que el paciente también
te sienta persona más que terapeuta, sin perder el rol, pero el cliente también nos tiene
que vivir, sentir persona, esto me parece fundamental en un proceso de terapia.
Y hay otra cosa a tener presente en situaciones de trauma, y es la confianza que
depositamos en el paciente, confiar en sus posibilidades, en sus capacidades, confiar en
que puede ser, en su ritmo, confiar en que el paciente sabe, porque quien sabe es él.
Esto para mí es muy importante a la hora de trabajar hechos traumáticos o situaciones
dolorosas que todos tenemos.
135
ENTREVISTA A CARMEN GASCÓN QUINTANA:
Psicóloga clínica, y psicoterapeuta. Es miembro Titular, Didacta y Supervisor de la
AETG, y es la actual presidenta de la misma. Miembro de la FEAP. Co-fundadora de la
Escuela Vasca de Gestalt. En la actualidad es la directora de Síntesis, Escuela de
Psicoterapia Integrativa, y ejerce como docente-didacta en diferentes escuelas de
formación en Gestalt avaladas por la AETG.
RESPUESTAS:
1. Perls decía que ante la inacción para el crecimiento, puede ser que exista
una ganancia secundaria, conocer esta ganancia por parte del cliente ayuda
a resolver el conflicto. ¿Qué ganancia o ganancias secundarias son las que
intervienen de un modo más directo en esta inacción? Desde tu experiencia,
¿cómo se movilizan?
Estoy de acuerdo con Perls, en lo que dice de la ganancia secundaria, no cabe
duda de que eso que no se puede mover voluntariamente, está al servicio de algo mayor
que necesita que permanezca. Yo me muevo más desde el psicoanálisis a la hora de
analizar la clínica, no ya tanto, a la hora de hacer clínica, es decir de estar con el
paciente y su proceso. Entiendo entonces que a veces, se van a dar miedos o
necesidades para no moverse que van a ser conscientes, y sobre todo se van a dar
136
miedos y necesidades que van a ser inconscientes, con lo cual la lógica no va a ser
suficiente para que la persona pueda separarse de ciertas creencias, ideas, necesidades
de posiciones vitales, existenciales etc..., dado que esa inacción protege algo que el
paciente aún no puede entender en su globalidad o a lo que no puede renunciar por
defensas arcaicas o narcisistas. Aparecen las repeticiones, los síntomas más somáticos,
que nos van a venir a decir que hay capas más profundas enredadas aún, para ese
paciente y que debe de ser un alerta para que el terapeuta, se tome con calma el
proceso y observe necesidades más analógicas de ese paciente, o quizás
transferenciales, y vaya viendo si hay alguna posibilidad de nombrarlas, ponerlas en
figura, o si al ponerlas no introducirá elementos que el paciente aún no puede mirar,
invadiendo el mundo del paciente con más exigencias o demandas, de las que ya trae el
mismo paciente.
2. De la investigación en este trabajo se desprende que lo que cada persona
siente y expresa bajo la forma de escenas temidas, son el fruto de la
actividad de las ansiedades y defensas frente a las mismas, que provocan en
la mente de cada uno una fantasía. Se puede decir que es una perturbación
en el espacio de lo imaginario. ¿Cuáles son, según tu criterio, las mejores
estrategias para trabajar esas fantasías?
Claro, está muy bien formulada ya esta pregunta, creo que son perturbaciones
en el espacio imaginario, pero afectan también al simbólico de esa persona, como tú
dices las fantasías temidas son reediciones de miedos y ansiedades y sus
correspondientes defensas, aunque añadiría que tienen su origen en tiempos muy
remotos, de la vida del paciente, y se han ido reactualizando y desplazando a ciertos
contenidos, que en el imaginario del paciente toman formas concretas; lo reprimido,
sufre transformaciones, además dado que no todo se puede reprimir, las energías
sobrantes, digámoslo así, van a viajar por el mundo emocional del paciente, quien las
irá convirtiendo en ciertos monstruos que le van a paralizar (léase introyectos, leyes
morales, temores ancestrales a ser abandonado, no amado...)
¿Estrategias para trabajarlas? Yo no creo en estrategias, creo en procesos y el
viaje terapéutico es una forma de que todas las fantasías se puedan ver en el origen, es
decir como es el árbol que genera esas fantasías....el árbol es la persona y su
construcción de si misma; el tronco y sus adentros, raíces, su esencia, y las ramas los
diferentes modelos que usa para estar en la vida, tener un sitio, relacionarse, etc.., y
137
desde donde los usa...Hay que descubrir qué le guía, cuál es su deseo inconsciente,
cómo han sido los diferentes encuentros que se dieron en su infancia, madre, padre,
hermanos, lo social...y que la persona pueda de-construirse,
para re-construirse,
digamos aceptar dejar ir, para inventarse de nuevo, consciente ahora, o aceptar desde
la conciencia lo que no pudo ser o que fue.
3. En la tesina se plantea cómo el ego en muchas ocasiones se niega a soltar el
pasado, dificultando el cierre y la sanación de aquellos hechos que nos
dañaron, porque al hacerlo la persona siente esto equivalente a una segunda
herida, una nueva pérdida o experiencia de muerte. ¿Qué aspectos son
necesarios trabajar con el cliente para ayudarle a soltar ese pasado, para
trascender la negativa egótica de soltar y poder seguir adelante?
Bueno creo que a esta pregunta, he contestado en la pregunta anterior, solo
remarcar que creo, siguiendo la metáfora del árbol, que el ego quiere mantenerse
siempre en primavera, es bastante narcisista, con mucho del llamémosle narcisismo
malo, y claro está, le cuesta mucho aceptar los otoños y los inviernos, y la verdad es
que no hay que empujar al paciente a que se pueda despojar de las hojas sobrantes,
dado que estas le sirven o él cree que le sirven, primero hay que testear bien la solidez
y flexibilidad del tronco.
Hay que entender bien cómo de frágil es el narcisismo, cómo han afectado las
heridas infantiles en relación al amor del otro, a la posición de confianza o
desconfianza en la vida que generó, y los efectos de estas vivencias y las decisiones que
generó o construyó el paciente a lo largo de su pequeña o gran historia, respetar sus
tiempos y necesidades, y acompañarle en los precipicios a los que se asoma,
enseñándole que puede que haya otras posibilidades de respuestas.
4. Según diversos autores, hay ocasiones en que la solución para el cierre del
asunto doloroso que una situación del pasado provocó, pasa por asentir a lo
que fue. Para ello dejar ir el apego al rencor y al hecho de percibirse a uno
mismo como víctima, es importante para aceptar que las cosas no siempre
ocurren como nosotros deseamos, y así poder sanar ese dolor desde el
asentimiento y la aceptación. Desde tu perspectiva, ¿qué tipo de trabajos
terapéuticos son más adecuados? ¿Por qué?
138
Completamente de acuerdo también con esto, aunque cuando te pasas a las
técnicas, me asusto un poco, yo creo que no hay técnicas sino personas, y que las
técnicas solo existen cuando al terapeuta le salen del alma, digamos; para mí lo más
importante es conocer la historia de la persona, el alance de sus heridas y las
decisiones profundas que tomo en la vida, las que le mueven desde la sombra, y aquí
no entiendo sombra al estilo jungiano, si no más bien desde su inconsciente, decisiones
de confianza o no en la vida, de resiliencia que se dice ahora, de deseo que se diría en
lenguaje lacaniano, claro que aquí deseo no es lo que creemos que deseamos, sino lo
que necesita, y por la razón que sea, el deseo del alma del paciente.
Entiendo desde luego que las catarsis emocionales, no deben ser favorecidas
hasta que el paciente no esté preparado para abandonarse a ellas sin demasiado
desgarro, como si confiara más en la regulación organísmica de la que habla Perls, sin
el empuje del terapeuta, sin forzamientos cognitivos, para soltarlo, a veces el “yo”
quiere cosas que el alma no puede entregar todavía, hay que ser sutil y cuidadoso con
eso.
5. Si en la Terapia Gestalt traemos el pasado al presente para cerrar los
asuntos inconclusos, en el caso del trauma, ¿cómo podemos ayudar a liberar
la sobrecarga de energía del pasado, sin correr el riesgo de retraumatizar a
la persona? ¿Qué aspectos hay que cuidar especialmente?
Veo voy redundando en lo mismo desde atrás, veamos… Yo creo que el proceso
es el camino, en cada momento se puede con una cosa y el tiempo de comprender es
particular, pienso en la comprensión profunda, que traería el anhelado cambio, me
parece que hay que seguir el ritmo que marca el paciente, y testear ese ritmo de vez en
cuando, para ver si caben más movimientos ó no, las capas se deben ir trabajando y
soltando solas igual que se caen las manzanas de los árboles cuando están
maduras...Creo que el tiempo de comprender, es subjetivo y que solo cuando se ha
dado esa comprensión se despegan los afectos que las sostenían.
6. En la tesina queda reflejado cómo la persona traumatizada, desarrolla
sobre todo, dificultades en el contacto, que impiden su capacidad de
enfrentarse a situaciones nuevas. Quedan sobre todo alteradas las funciones
de seguridad. ¿Cuáles son para ti las principales funciones del contacto que
139
han de restaurarse en el trabajo con el trauma, para restablecer la
seguridad psicológica?
Pienso que deben ir reparándose de arriba hacia abajo, esto es, de las pequeñas
seguridades a las más profundas, como decía Albert Rams, en su trabajo de la Escucha,
iremos de “máxima seguridad -- minino riesgo”, hasta “máximo riesgo -- mínima
seguridad”. Pensemos que al final, en el trauma se ha unido la experiencia traumática
y la significación que le ha dado el paciente, por lo menos en la mayoría de los traumas
que experimentamos en nuestras vidas, hay el suceso y la significación que después le
ha ido dando el paciente, claro está que estoy hablando de los traumas neuróticos, que
todos tenemos en general, en nuestra historia infantil y de los que luego hemos
heredado inhibiciones, fobias, creencias, y hemos abortado aspectos nuestros para que
no se nos vuelvan a presentar situaciones que los evoquen.
Si pensamos en trauma como encuentro con accidentes, violaciones reales o
tragedias sociales, tendremos que plantearnos otra línea de reflexión, yo en mi consulta
y en mi experiencia, solo veo los traumas más existenciales de las historias particulares
de cada paciente.
7. Levine89 afirma: “El trauma destroza la confianza básica de la persona”.
¿Cuál es tu experiencia en este sentido?
Sí, estoy completamente de acuerdo con él, la confianza en el otro, entendiendo
otro como mundo, queda sustituida por la desconfianza, lo que va a dar lugar a
conductas de evitación, inhibición, aislamiento emocional, etc..., dificultades graves
con el contacto y la entrega... Levine es un maestro en este campo.
8. Según Levine90, en la recuperación del trauma, es necesario que el sistema
nervioso se libere de la sobrecarga de energía y de miedo, pero que no es
necesario según él volver a revivir el recuerdo y el dolor emocional para
curar el trauma, pues esto más bien puede volver a retraumatizar a la
persona. Argumenta que incluso la recuperación de los recuerdos
traumáticos puede interferir en la sabiduría innata del organismo para
curarse. ¿Cuál es tu experiencia en este sentido?
89
LEVINE, P. y Frederick, A. “Curar el Trauma” Ed. Urano 1997
90
Ídem anterior.
140
Yo creo que a esta pregunta ya la he ido contestando a lo largo de la entrevista,
y no estoy de acuerdo con Levine aquí, creo que el terapeuta debe tomarse el proceso
de la persona de una manera muy paciente y muy a largo plazo, pero que el paciente
debe ir conociendo cada capa que contiene el trauma e irlas atravesando de forma muy
lenta y amorosa, es decir con respeto total al tiempo y a la necesidad y modelo de hacer
con ello del paciente.
9. Berceli91 explica que no siempre es fácil detectar a una persona con trauma.
¿Qué aspectos en, o de la persona pueden dificultarlo? ¿Qué aspectos en, o
de la persona podemos tener presentes para identificarlo?
Solamente he leído a Berceli, a vuelo de pájaro, así que no entiendo bien que
quiere decir con esto.
Pienso que nacer es traumático, y que también puede ser traumático como eres
recibido por la madre, y el modo de vínculo con ella, es decir ciertos vínculos, luego
creo que es bastante traumático en general, el encuentro con la sexualidad infantil y
con la muerte, y que estos traumas quedan en nuestro inconsciente y modulan nuestra
forma de estar en el mundo. Todo el tiempo, cuando pensaba en las respuestas he
estado pensando en esto.
Es normal encontrar personas-pacientes que sufren hoy, los traumas que ni
siquiera sospechan, abusos sexuales infantiles, padres agresivos en exceso, padres o
madres alcohólicas, drogadictos, o locos en el sentido coloquial del término, y que han
pasado por abismos emocionales, creyendo que era normal, y en principio no
relacionan sus temores de adultos, o sus sintomatologías, con aquello que pasó y
vivieron en la infancia, creo que poco a poco en la consulta, cuando tienen confianza
van diciendo su secreto, y normalmente desafectado de emoción, aunque conscientes de
la experiencia dura vivida, y cuando les dices que algo de allí es lo que ahora obtura su
vida sexual o afectiva, se sorprenden, pero poco a poco, al advertir tu respeto y tus
palabras, van permitiendo que la conexión emocional fluya.
El encuentro traumático, del que venimos hablando, en relación a la
experiencia, en principio es vivido con inquietud, temor, culpa, estoy pensando en los
encuentros citados en el párrafo anterior, pero cuando va entrando la conciencia
moral, y los introyectos morales, van siendo más fuertes, resignifican el suceso y es
91
BERCELI, D. (2011) “Liberación del trauma”. Cuatro Vientos Editorial, Santiago de Chile.
141
entonces cuando puede adquirir la categoría de trauma, Freud ya hablaba de ello en
sus escritos.
En cierto modo todos vivimos sin saber de los traumas que escondimos,
negamos y demás, en nuestra infancia.
142
ENTREVISTA A MARU MARTÍ LLORCA:
Terapeuta y Educadora. Post-graduada en Terapia Gestalt – Integrativa. Es miembro
Titular, Didacta y Superior de la AETG. Psicoterapeuta de la FEAP. Forma parte del
equipo terapéutico y didáctico de la EPV desde 1990, siendo coordinadora de la
Formación. Imparte Formación de Gestalt y Constelaciones Familiares en diferentes
centros de España.
RESPUESTAS:
1. Perls decía que ante la inacción para el crecimiento, puede ser que exista
una ganancia secundaria, conocer esta ganancia por parte del cliente ayuda
a resolver el conflicto. ¿Qué ganancia o ganancias secundarias son las que
intervienen de un modo más directo en esta inacción? Desde tu experiencia,
¿cómo se movilizan?
Efectivamente, a veces nos damos cuenta que pese a que la persona presenta
cierto grado de conciencia no se logra la movilización para el cambio, y sentimos como
terapeutas que la persona parece estar ofreciendo algún tipo de resistencia, es entonces
cuando sentimos que aunque hay una parte de la persona que está sufriendo y que
quiere salir de ese sufrimiento, debe haber otra parte de ella que no está dispuesta a
ese cambio. Esta dificultad para el cambio es lo que se hace figura en este momento del
143
proceso y es ahí donde debemos poner nuestro foco de atención acompañando en la
toma de conciencia. Desde mi punto de vista hay dos tipos de ganancia secundaria que
actúan con más intensidad: por un lado la ganancia de que nada cambie, con la
consiguiente ganancia neurótica de seguridad. Y por otro lado reforzar las creencias de
identidad. Obviamente hemos de ayudar a que la persona tome conciencia de cómo está
obstaculizando a sí misma su proceso sanador. Desde mi punto de vista habría que
trabajar en el primero de los casos con las fantasías catastróficas que la persona tenga,
y en el segundo de los casos – el que se refiere a las creencias de identidad, y el que
desde mi punto de vista es el más costoso- trabajar sobre el autoconcepto, trabajando
sobre diferentes polaridades, de modo que este autoconcepto se amplíe y de cabida a
aspectos de sí misma no incluidos con anterioridad.
2. De la investigación en este trabajo se desprende que lo que cada persona
siente y expresa bajo la forma de escenas temidas, son el fruto de la
actividad de las ansiedades y defensas frente a las mismas, que provocan en
la mente de cada uno una fantasía. Se puede decir que es una perturbación
en el espacio de lo imaginario. ¿Cuáles son, según tu criterio, las mejores
estrategias para trabajar esas fantasías?
Desde mi punto de vista estas escenas temidas siempre hacen referencia a una
escena vivida en edades tempranas, cuando la persona no tenía todavía los recursos
físicos, emocionales y mentales necesarios para hacer frente a aquello que pudo
suceder. No siempre la persona es consciente de dicha primera escena, pero si podemos
trabajar sobre el modo en que responde a escenas similares de su vida presente, y
escenas que accionan lo no resuelto de esa primera escena. La persona puede darse
cuenta de la desubicación – del modo en que está distorsionando la vivencia actual, o
reaccionando de un modo sobredimensionado y que señala que se está respondiendo en
la actualidad a algo que no se está dando (se está respondiendo a otra persona, en otro
lugar, en otro tiempo). A través de diferentes técnicas: dibujo, visualización, escultura,
etc. Se puede acceder a esa primera escena y recuperar lo no dicho, o lo no hecho. Es
decir lo no resuelto. A partir de ahí se trabajaría el asunto inconcluso ya sea con silla
vacía, con Arteterapia, con escenificación, etc.
Para mí lo más significativo es que la persona se dé cuenta que ha estado
reaccionando, en lugar de respondiendo, cuando se reacciona se vive desde lo no
144
resuelto, no siempre podemos resolverlo todo pero al menos sí tener la conciencia de
que cuáles son nuestras heridas y desde ahí elegir el “desde dónde” respondo.
3. En la tesina se plantea cómo el ego en muchas ocasiones se niega a soltar el
pasado, dificultando el cierre y la sanación de aquellos hechos que nos
dañaron, porque al hacerlo la persona siente esto equivalente a una segunda
herida, una nueva pérdida o experiencia de muerte. ¿Qué aspectos son
necesarios trabajar con el cliente para ayudarle a soltar ese pasado, para
trascender la negativa egótica de soltar y poder seguir adelante?
Yo confío plenamente en la capacidad de cada persona, en relación a esta
pregunta lo que ayudo es que la persona tome conciencia de su miedo, pero no animo a
que nadie vaya más rápido de lo que quiera o necesite ir. No soy partidaria de que los
terapeutas nos hagamos unos fundamentalistas de la salud, o del bienestar. Y no soy
partidaria de trasladar mi sistema de valores a la persona a la que acompaño. Así que
confío en favorecer el que la persona se ponga en contacto con su propio sistema de
autorregulación y que se haga responsable de sí misma y de su proceso. Llegado al
punto por ejemplo de que la persona decidiera no soltar su dolor (ya sea en forma de
rencor, de victimismo, etc.) trabajaría con frases como por ejemplo “me responsabilizo
de mi misma/o y decido no soltar….
Doy valor a respetar las decisiones de la persona y no imponer unos tiempos
que sean más los míos que los del otro. Curiosamente cuando la persona se siente
respetada más que empujada se siente más predispuesta al cambio, y si no es así
seguramente será mejor que yo supervise cuál es mi ganancia egótica de que el otro
cambie.
4. Según diversos autores, hay ocasiones en que la solución para el cierre del
asunto doloroso que una situación del pasado provocó, pasa por asentir a lo
que fue. Para ello dejar ir el apego al rencor y al hecho de percibirse a uno
mismo como víctima, es importante para aceptar que las cosas no siempre
ocurren como nosotros deseamos, y así poder sanar ese dolor desde el
asentimiento y la aceptación. Desde tu perspectiva, ¿qué tipo de trabajos
terapéuticos son más adecuados? ¿Por qué?
145
De nuevo esta pregunta me pone en contacto con algo que siento que es lo más
difícil, y es el ritmo, el “tempo” de la persona. Desde mi punto de vista el terapeuta ha
de mantenerse en resonancia con el cliente para poder sintonizarse con el momento
adecuado. Cuando ese momento llega no hay que hacer demasiado, viene de un modo
sencillo y natural, un asentimiento de que ya está bien, de que es suficiente, para mí
bastaría algún pequeño ritual que prefiero que nazca del propio paciente. En ese
sentido agradezco haber conocido la metodología de las constelaciones familiares,
pues trabajar con frases sanadoras es algo que le aporta al paciente, pero igualmente
puedo trabajar con la expresión utilizando la silla vacía…particularmente me gusta
mucho la utilización de escritura de cartas, también algún ritual en la naturaleza donde
se entierra un símbolo que represente lo que uno ya le da un lugar de descanso.
Particularmente trabajo mucho el agradecimiento, trabajando el reencuadre de
todo lo que nos ha dado la experiencia vivida.
5. Si en la Terapia Gestalt traemos el pasado al presente para cerrar los
asuntos inconclusos, en el caso del trauma, ¿cómo podemos ayudar a liberar
la sobrecarga de energía del pasado, sin correr el riesgo de retraumatizar a
la persona? ¿Qué aspectos hay que cuidar especialmente?
En primer lugar depende del hecho ocurrido, y sobre todo de la vivencia de la
persona, el significado que la persona le da a lo ocurrido. He percibido en alguna
persona una tendencia a repetir la narración, y trato de ver a servicio de qué se da esa
repetición. Ocurre que a veces la persona nunca ha sido escuchada en aquello que le
pasó, así que el poder brindar la presencia plena es algo en sí mismo sanador.
Cuando percibo que hay dificultad en ponerse en contacto con lo doloroso
trabajo con dibujos o con las metáforas. Nunca trabajo sin antes crear los recursos de
sostén que la persona necesita al menos para poder hacerse presente ella misma para
lo ocurrido.
Enfatizo no tanto el revisar lo que pasó sino lo que le faltó a la persona, volver
a la escena si fuese necesario pero no tanto a la escena ocurrida sino en cómo se daría
la escena aportando ahora los recursos nuevos. La persona necesita saber que ahora
sería capaz de resolver de otro modo.
146
Cuando se trata de experiencias vividas en otras edades hago un trabajo que
puede ser visualizado o escenificado donde el yo- adulto de la persona acompaña y
protege al yo- niño.
En todo caso no sigo adelante cuando veo que la persona vuelve a entrar en un
estado de miedo o incapacidad.
En líneas generales puedo decir que me fío de la resonancia que estoy sintiendo
con el paciente, y dejo que desde ahí se despliegue el acompañamiento.
6. En la tesina queda reflejado cómo la persona traumatizada, desarrolla
sobre todo, dificultades en el contacto, que impiden su capacidad de
enfrentarse a situaciones nuevas. Quedan sobre todo alteradas las funciones
de seguridad. ¿Cuáles son para ti las principales funciones del contacto que
han de restaurarse en el trabajo con el trauma, para restablecer la
seguridad psicológica?
Como he dicho antes creo que lo más importante es que la persona
desarrolle la conciencia de que no está respondiendo al presente sino que está
respondiendo al pasado. Desde ahí tendrá que recuperar todas las funciones del
contacto, pero lo más importante para mí será la revisión de las creencias
formadas en relación a las experiencias vividas, ya que si no se abordan las
creencias limitadoras estas actuaran como filtros de la realidad, y la persona
seguirá “percibiendo” aquello que está en sintonía a su creencia.
7. Levine92 afirma: “El trauma destroza la confianza básica de la persona”.
¿Cuál es tu experiencia en este sentido?
Estoy de acuerdo, creo que la persona deja de tener confianza básicamente en el
mundo, de algún modo empezamos a ayudar a que la persona sane cuando empieza a
confiar en nosotros, pero no es algo que podamos buscar, es algo que se dará en el
tiempo y creo que el único modo que tenemos nosotros terapeutas de favorecer el que
se dé es con nuestra autenticidad, un interés auténtico por nuestro paciente, por su
sufrimiento. Creo que también es importante la honestidad, no tratarlo como un niño
92
LEVINE, P. y Frederick, A. “Curar el Trauma” Ed. Urano 1997
147
pequeño, o como alguien incapaz, pero sin olvidarnos de la vulnerabilidad con la que
viene.
Particularmente trabajo también en relación a esto las creencias sobre el
mundo, le devuelvo que efectivamente el mundo no es justo, y que la vida tiene su
belleza y también su fealdad. Trabajo la reconciliación con “lo que es”, y el conflicto
que generalmente traen de “como tendrían que ser las cosas” (léase los padres, la
vida, la pareja, etc.)
A veces abro un diálogo con Dios, pues hay un enfado una rabia desde cierta
actitud infantil, de cómo tendrían que haber sido las cosa. Muchas veces el paciente en
estas situaciones trae la queja de “¿Por qué a mí?
Es muy importante trabajar temas como la culpa, la vergüenza y el perdón.
8. David Berceli93, plantea la necesidad de reinventarnos en la huella del
trauma, a través de la capacidad de perdonar. Dice: “Liberar el trauma es
un acto de perdón”. ¿Cómo llegar a ese punto? Y llegado ese momento,
¿cómo ayudar?
Aquí ya nos vamos a un nivel de trabajo espiritual o transcendental, llegado a
este punto es poner en contacto a la persona con el Ser o Yo Superior, la persona es
quién es gracias a lo vivido. La conciencia de cómo se ha ido convirtiendo en quién es
tomando toda su biografía, y la capacidad de sensibilización que ha podido alcanzar
gracias a lo experienciado. Muchas veces la persona necesita conocer biografías de
personas que fueron capaces de transformar sus vidas y la de otros gracias a tomar lo
vivido.
Se trata de que la persona encuentre el significado que hay tras lo sufrido.
Encontrar el significado es liberador y la persona puede soltar, a veces hay una
conexión transgeneracional y la persona puede asumir que sanándose a ella misma
sana su árbol genealógico. En general compruebo que ayuda que la persona conecte
con lo que está más allá de lo personal, ya sea en conexión con su sistema o sistemas
más amplios. (Por ejemplo en el caso de una violación la conexión con su linaje
femenino, o en general con las mujeres, como un modo de encuadrar su dolor en un
dolor compartido).
93
BERCELI, D. (2011) “Liberación del trauma”. Cuatro Vientos Editorial, Santiago de Chile.
148
9. En tu conferencia, “El amor que nos vincula”, hablas del poder y el hombre
como ser limitado, y del amor que nos vincula como aquello que nos hace
más sólidos y más fuertes. Cuando nos enfrentamos al dolor no resuelto
como seres limitados, ¿cómo conectas a la persona con el poder de llevar a
cabo el proceso de sanar el dolor? ¿Qué papel juega el amor que nos
vincula en este sentido?
Si he de nombrar una certeza es que la vida es un misterio. Me gusta acompañar
a las personas a que se pongan ante este misterio, no sabemos lo que nos aguarda en la
vida, no sabemos el significado último de lo que nos toca vivir, de lo único que somos
dueños es de la actitud que tomemos ante la vida. Desde ahí trato de que las personas
se pongan en contacto con la verdad de que somos seres limitados y que al mismo
tiempo eso nos da la oportunidad de desplegar toda nuestra creatividad.
Creo que mi entusiasmo por la vida, por el vivir amando, juega a mi favor
cuando acompaño a otros en su vivir, aunque eso lo tendrán que decir los demás. Creo
que la vida vale la pena vivirla, y que lo más bello que tenemos es nuestra capacidad de
dar amor y recibir amor. Nuestra capacidad de encontrarnos desde nuestra humanidad,
creo que también hemos de darle valor al dolor vivido pues sin duda es junto al amor lo
que más nos pone en contacto con la experiencia humana.
149
8.
CONCLUSIONES
“Vivíamos en un estado de angustiado crecimiento; escuelas, notas, profesiones que
elegir, matrimonios para los mayores, facturas, salud... El futuro estaba siempre
demasiado cerca y era un interrogante demasiado grande, por lo que no permitía la
expresión serena de la propia manera de ser. Además, todas estas actividades dejaban
el aire denso de emociones personales y obligaban incluso a los niños a desarrollar
prematuramente una faceta. Ayudar, hacer algo, era lo deseable y no manifestar
tímidos deseos, irrelevantes y probablemente caros”.
Virginia Woolf, Momentos de vida.
Hay vínculo si éste está impregnado de pasión. Pertenecer a un vínculo es
correlativo a que los sujetos que lo integran estén afectados por emociones; esta
pertenencia agrega afectivamente, una fuente de sentido que los determina. Muchas
teorías psicológicas enfatizan el papel que tiene el afecto en la constitución subjetiva de
la persona, relacionándolo con las vicisitudes de la emoción en los vínculos en los que
nacemos, nos constituimos y participamos.
Sabemos que no hay paraíso de donde no nos podamos sentir expulsados, o
relación en la que no se termine la luna de miel. En esta tesina he intentado prestarle
atención, a la significación de la separación, discontinuidad, fractura o desilusión que
necesariamente se instala dentro de la persona, cuando se genera el asunto inconcluso.
Donde los procesos de simbolización del asunto inconcluso, tienen como punto de
partida la contención o bloqueo de la expresión del afecto o emoción que emerge de la
situación, y se produce la incompletud de la Gestalt. Desde esto, en los asuntos
inconclusos se ve la importancia que tiene en la construcción de la realidad psíquica, el
procesamiento que se haga de la emoción que subyace a la desilusión, la extrañeza, lo
incompartible, o lo que no podemos incluir.
Según Levine, nuestras vidas son como ríos. Las corrientes de nuestra
experiencia fluyen a través del tiempo con ciclos periódicos de tranquilidad,
perturbación e integración. Nuestro cuerpo es como los márgenes del río, contiene la
energía de nuestra vida y la mantiene en sus límites a la vez que le permite fluir
150
libremente entre sus márgenes. Las barreras protectoras de los márgenes nos permiten
experimentar, sin riesgo, nuestro sentido de movimiento y cambio interior.
Utilizando esta analogía del río, la energía del asunto inconcluso puede
entenderse como algo que no deja fluir, que nos arrastra a remolinos, o que provoca
roturas en nuestros márgenes. En el trabajo con asuntos inconclusos, la intención es
reparar el margen fracturado, salir del remolino, o liberar el fluir de la energía
estancada… Pero esto no siempre es posible, y a veces hay que aprender a vivir o morir
con esa herida.
A través de la transformación, el organismo puede recuperar su capacidad de
autorregulación. Somos capaces de aprender de la experiencia de nuestra vida. Aunque
nuestro propósito no sea el de perdonar, podemos comprender que no hay culpa. Esto es
una metamorfosis profunda: un cambio que afecta a los aspectos más elementales de
nuestro ser. Y facilita poder trascender el contemplar nuestro mundo con ojos llenos de
temor, y no sufrir el miedo. La confianza en lugar de la ansiedad, puede conformar el
terreno en el que acontecerán todas las experiencias.
“Si lo que deseas es curarte, el primer paso consiste en abrirte a la posibilidad
de que la verdad literal no es la consideración más importante.”
P. Levine
El intelecto es capaz de anular algunas poderosas fuerzas instintivas del
organismo, pero también existe una sabiduría innata y natural cuyas leyes proporcionan
orden al universo. El organismo, que está sujeto a estas leyes, puede encontrar su
camino incluso a través de las experiencias más dolorosas, y cuando un asunto
inconcluso se cierra, un obsequio que se nos brinda es una admiración y una reverencia
por la vida. Si esto no es posible, nos queda el respetar la Vida tal y como es.
En el trabajo con asuntos inconclusos, sean de la naturaleza que sean, rigen
algunas de las reglas de oro de la gestalt:

Vive ahora. Preocúpate por el presente en vez de preocuparte por el pasado o el
futuro.

Vive aquí. Trata con lo que está presente en vez de con lo que está ausente. El aquí.

Deja el pensar innecesario. Más bien prueba y ve.

Expresa en vez de manipular, explicar, justificar o juzgar.
151

Entrégate a lo desagradable y doloroso tanto como al placer. No restringas tu darte
cuenta. Arriésgate.

Toma completa responsabilidad por tus acciones, sentimientos y pensamientos.
Responsabilidad.

Entrégate a ser como eres. Sé espontáneo.
Que a su vez podrían resumirse en estos tres principios:
1. Valoración de la actualidad temporal (el presente vs. el pasado o el futuro),
espacial (lo presente vs. lo ausente) y sustancial (el acto vs. el símbolo).
2. Valoración de la atención y aceptación de la experiencia.
3. Valoración de la responsabilidad.
Si tomamos estos principios por lo que son: declaraciones de una verdad y no
declaraciones de un deber, podemos entender que la filosofía gestáltica es una filosofía
de lo obvio, como dice Fritz Perls; en efecto, el presente, la experiencia y la
responsabilidad son realidades obvias.
En el trabajo gestáltico se intenta evitar todo lo que no está o no se desarrolla en
el presente, incluso si el conflicto (asunto inconcluso) que aparece hace referencia a una
experiencia del pasado o a un temor del futuro, traemos este material al aquí y ahora
porque sólo en el presente se puede llevar a cabo la integración.
“Si podemos descubrir nuestra libertad dentro de nuestra esclavitud, también podemos
descubrir nuestra alegría esencial bajo la cubierta de la victimización”
Claudio Naranjo (1990)
“Señor dame la serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar,
el valor para cambiar las cosas que sí puedo,
y la sabiduría para apreciar la diferencia”.
San Agustín.
152
“Observen los lirios del campo (no piensan en el mañana).
No trabajan, ni tampoco hilan.
Sin embargo, les digo que ni Salomón,
con toda su magnificencia,
estuvo jamás vestido como una de esas flores”.
Jesús.
“Nuestro objetivo es fomentar el continuo de la conciencia, un proceso auto-renovador
de formación continua de gestalts, que sólo puede existir mientras consigamos
mantener los niveles de emoción e interés”.
Laura Perls.
“Detrás de cada falta, hay una existencia”.
Vicente Cuevas.
“Amarlo todo tal como es, significa asentir a la vida tal y como es.”
Bert Hellinger.
“La paz, la reconciliación y la felicidad empiezan en ti.”
Thich Nhat Hanh.
153
9. BIBLIOGRAFÍA Y RECURSOS WEB:
ANDREAS, C. Y ANDREAS, S. (1991) “Corazón de la Mente”. Cuatro Vientos
Editorial, Santiago de Chile.
BERCELI, D. (2011) “Liberación del trauma”. Cuatro Vientos Editoria, Santiago
de Chile.
BERRUETE, A. M. “El trauma: Una visión gestáltica” Tesina. AETG.
BRADSHAW, John. “Volver a casa”. Ed.: Los libros del comienzo.
CABODEVILLA, I. “Vivir y morir conscientemente”. Ed.: Desclée De Bower.
CASTANEDO, Celedonio. “Terapia gestalt. Un enfoque centrado aquí y ahora”.
Barcelona. Ed: Herder.
CASTANEDO, Celedonio. “Como cerrar asuntos inconclusos: recordando a Laura
Perls en el décimo aniversario de su muerte”. (Foro Nacional). Revista Acta
Académica. Universidad Autónoma de Centro América. Mayo 2001.
CELIS, A. (1992) “La formación experiencial de los psicoterapeutas: necesidad de
hoy”. Terapia Psicológica 17/18, Santiago de Chile.
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Eduardo De Grazia. “Escenas temidas” y “Transferencia y Contratransferencia” con
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Rosa Martínez. Psicóloga, Sexóloga. Experta en terapia de pareja. Miembro Terapeuta y
Didáctica de la EPV. Miembro Titular de la AETG, y Psicoterapeuta de la FEAP. Especialista
en Psicoterapia por la EFPA. Imparte formación en Terapia Gestalt y Constelaciones Familiares
en distintos centros de España.
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