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CONJUNTOS INMOBILIARIOS. COMIENZO DE UNA NUEVA ETAPA. ¿DERECHO DE PREFERENCIA O DERECHO DE TANTEO (ART. 2085, CCYCO.)

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TÍTULO:
CONJUNTOS INMOBILIARIOS.
COMIENZO DE UNA NUEVA ETAPA.
¿DERECHO DE PREFERENCIA O
DERECHO DE TANTEO? (ART. 2085,
CCYCO.)
AUTOR/ES:
Acevedo, María E.
PUBLICACIÓN:
Temas de Derecho Comercial
Empresarial y del Consumidor
TOMO/BOLETÍN:
-
PÁGINA:
-
MES:
Mayo
AÑO:
2019
MARÍA E. ACEVEDO(*)
CONJUNTOS INMOBILIARIOS.
COMIENZO DE UNA NUEVA ETAPA.
¿DERECHO DE PREFERENCIA O
DERECHO DE TANTEO? (ART. 2085,
CCYCO.)
I - INTRODUCCIÓN
Hemos asistido en la República Argentina a un fenómeno
transcendental en la vida social con un alto efecto jurídico. Es la
unificación de las ramas de los Derechos Civil y Comercial por la
ley 26994, que entró en vigencia el 1/8/2015. El ordenamiento
jurídico se dirige a la constitucionalización del Derecho Privado en
nuestro país. Sin embargo, consideramos que esta normativa
jurídica contenida en el texto legal no resulta tan clara en el
tratamiento de algunos temas. La redacción confusa y
contradictoria no colabora en la interpretación armónica de los
preceptos legales.
Para abarcar la amplia temática de los conjuntos inmobiliarios,
es de suma importancia la consideración del funcionamiento de
estos emprendimientos urbanos o suburbanos gerenciados por
entidades sin fines de lucro.
Desde el principio, la finalidad de dichas urbanizaciones
especiales fue el ofrecimiento de viviendas permanentes o
residenciales de fin de semana en medios rurales o subrurales
(con lugares de esparcimiento individual o social rodeados de
admirable belleza natural).
Al
respecto agregamos la
caracterización que da Susana Lambois: “El club de campo …
puede caracterizarse como un complejo recreativo residencial,
ubicado en una extensión suburbana, limitada en el espacio e
integrada con lotes construidos o a construirse independiente
entre sí, que cuenta con una entrada común y está dotado de
espacios destinados a actividades deportivas, culturales y
sociales, siendo las viviendas de uso transitorio y debiendo existir
entre el área de vivienda y el área deportiva, cultural y social, una
relación funcional y jurídica que convierta al club de campo en un
todo inescindible”(1). Para la citada autora, la adopción del
régimen jurídico de la propiedad horizontal para dichas
urbanizaciones especiales era la adecuada. En este sentido
afirmaba: “…este es el sistema más acorde con las
particularidades del club de campo porque resuelve el problema
de la inescindibilidad de las partes privativas y las comunes,
prevé la vía ejecutiva para el cobro de la expensas comunes y
contempla la participación de los copropietarios en las decisiones
sobre el conjunto urbanístico a través de los órganos de la
asamblea de copropietarios…”.(2)
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II - ENCUADRE ESPECÍFICO JURÍDICO DE
LOS CONJUNTOS INMOBILIARIOS
Con la aparición y el alto crecimiento de estas urbanizaciones,
surgió la necesidad de un marco normativo adecuado. Ante
la inexistencia de una ley específica, se adoptaron las
normas existentes para la regulación del derecho urbano de
la Provincia de Buenos Aires, en especial, el decreto-ley
8912. Sin embargo, no existía un derecho real que
contemplara
adecuadamente
dichas
situaciones
convivenciales.
Desde la óptica jurídica, las soluciones eran disímiles. En
efecto, la instrumentación de la normativa aplicable oscilaba
dentro de la categoría clásica de los derechos subjetivos:
derechos personales o derechos reales. Por otro lado, cuando se
utilizaron los diferentes derechos reales, las opiniones doctrinarias
cotidianamente se contradecían. Tal fue la falta de consenso
existente entre juristas y doctrinarios que llevó a denominarlas
“nuevas formas de dominio o propiedades especiales”.
Cabe tener en cuenta la idea general incorporada en el
plenario “Lencina, Ramón D. y otro c/Las Casuarinas” de la
Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil del 20/11/1986. En
dicho fallo judicial, no obstante la solución arribada, destacamos
el voto disidente de Vernengo Prack. El camarista opinaba, en
relación con la aplicación de un régimen jurídico a los clubes de
campo, lo siguiente: “Que a su juicio no se puede afirmar que el
sistema de la ley 13512 no tiene sentido”.(3)
La situación cambió radicalmente con la sanción del decreto
27/1998. Nicholson afirma que con dicha reglamentación “…los
clubes de campo empezaron a ser instrumentados en la forma de
propiedad horizontal o bien por sistema de geodesia…”.(4)
Sin embargo, esto no solucionaba la mayoría de los conflictos
aparecidos con el desarrollo de una vida en común en dichas
urbanizaciones. Eso fue un llamado de atención para los
legisladores y el encuadre jurídico fue una decisión que no podía
dilatarse. En síntesis, la regulación legal debía decidir su camino
entre los derechos personales y los derechos reales.
De la redacción del nuevo CCyCo., se infiere la realización de
un aporte importante en materia de regulación de los conjuntos
inmobiliarios. En principio se descartó la aplicación de la categoría
de los derechos personales; por el contrario, en el Libro Cuarto,
Título 1, Capítulo 1, artículos 1882 a 1887, se consagra la teoría
general de los derechos reales abarcando su caracterización y su
enumeración conforme al sistema del numerus clausus. Así, el
artículo 1887 enumera taxativamente los derechos reales
incluyendo en su inciso d) a los conjuntos inmobiliarios.
Claramente se consagró en nuestro derecho la regulación
propia de los derechos reales. Cabe puntualizar al respecto la
opinión de Federico Causse, quien afirma con relación al artículo
2075 que “…la nota más significativa de la regulación que se
consagra es el anclaje del instituto en el régimen de los derechos
reales, descartando la posibilidad de recurrir a los derechos
personales…”.(5)
El acierto en su redacción del ya citado artículo 1887 del
CCyCo. tiene su correlato en el artículo 2075 cuando regula que
“…todos los conjuntos inmobiliarios deben someterse a la
normativa del derecho real de propiedad horizontal establecida en
el Título Quinto de este Libro, con las modificaciones que
establece el presente Título, a los fines de conformar un derecho
real de propiedad horizontal especial…”. La norma transcripta
impide, por lo tanto, la aplicación de los derechos personales a
estas peculiares urbanizaciones. En este sentido, Abreut de
Begher opina: “…cuando este instituto se organiza como derecho
real, dispone el reenvío a las normas de la propiedad horizontal.
Así, lo regula como un derecho de propiedad horizontal que se
rige por las normas del Título Sexto (conjuntos inmobiliarios) y
con aplicación supletoria del Título Quinto (propiedad horizontal)
-conf. art. 2075 CCyCo.-…”.(6)
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III - LA CALIFICACIÓN JURÍDICA DEL
DERECHO DE PREFERENCIA DEL ARTÍCULO
2085, CCyCo.
La reciente unificación civil y comercial en la República
Argentina tuvo como basamento jurídico los pronunciamientos de
la doctrina y jurisprudencia tanto nacional como internacional, es
por ello que podemos afirmar lo siguiente: el texto del artículo
2085 es absolutamente novedoso. ¿Cuál es la redacción del texto
contenido en el precepto legal citado? Veamos: “Transmisión de
unidades. El reglamento de propiedad horizontal puede prever
limitaciones pero no impedir la libre transmisión y consiguiente
adquisición de unidades funcionales dentro del conjunto
inmobiliario, pudiendo establecer un derecho de preferencia en la
adquisición a favor del consorcio de propietarios o del resto de
propietarios de las unidades privativas”.
Pasemos a contemplar la redacción y consideración de los
vocablos utilizados en el texto. Así, se hace referencia al derecho
de preferencia en las transmisiones de los conjuntos inmobiliarios.
Dicho precepto legal contempla la hipótesis de un titular dominical
de conjunto inmobiliario, quien decide disponer jurídicamente del
mismo. Para ello celebrará actos jurídicos entre vivos y no
podemos descartar la posibilidad de que otorgue actos jurídicos
mortis causa. Dicho pacto debe estar plasmado en el Reglamento
de Propiedad Horizontal y debe también establecerse que puede
ser ejercido tanto por el consorcio de propietarios como por los
dueños de las unidades privativas.
Particular atención merece la expresión “derecho de
preferencia” y su alcance. Tal es así que no podemos afirmar que
el texto legal se refiere al derecho de tanteo. Interpretando el
contenido de la ley 26694 de manera estructural. Es así que
expresamente la unificación legislativa recepta con claridad la
regulación del derecho de preferencia en el Título Cuarto, Capitulo
1, Sección 7, artículo 1165, que dice lo siguiente: “Pacto de
preferencia. Pacto de preferencia es aquel por el cual el vendedor
tiene derecho a recuperar la cosa con prelación a cualquier otro
adquirente si el comprador decide enajenarla. El derecho que
otorga es personal y no puede cederse, no pasa a los herederos.
El comprador debe comunicar oportunamente al vendedor su
decisión de enajenar la cosa y todas las particularidades de la
operación proyectada o, en su caso, el lugar y tiempo en que
debe celebrarse la subasta. Excepto que otro plazo resulte de la
convención, los usos o las circunstancias del caso, el vendedor
debe ejercer su derecho de preferencia dentro de los 10 días de
recibida dicha comunicación. Se aplican las reglas de la
compraventa bajo condición resolutoria”.
La ubicación de la norma del artículo 1165 nos parece muy
acertada porque el Código velezano incluía solo el pacto de
preferencia en los contratos de compraventa. El nuevo Código es
más flexible al respecto y lo admite en diversas relaciones
jurídicas contractuales.
Ahora continuemos con el análisis del artículo 2085 del CCyCo.
aplicable a los conjuntos inmobiliarios. Partiendo de nuestras
apreciaciones y conforme surge del análisis literal realizado de la
norma jurídica contenida en dicho artículo, no surge la expresión
“derecho de tanteo”.
Destaquemos la opinión de Genaro Carrio, para quien “la
mayor parte de las agudas controversias que sin mayor beneficio
agitan el campo de la teoría jurídica deben su origen a ciertas
peculiaridades del lenguaje”.(7)
La doctrina nacional presentó corrientes de opinión disímiles
con relación al uso de las expresiones “derecho de preferencia”,
“derecho de tanteo”. Es en este punto donde debemos recordar
las palabras de Fernando J. López de Zavalía, quien enseñaba que
“…el pacto de preferencia (pactum protimiseos), tal como ha sido
definido en el artículo 1368, constituye una de las tantas especies
posibles de pacto de prelación…”, “en suma, a nuestro entender,
el pacto de preferencia es una variedad del pacto de prelación”,
“el pacto de preferencia regulado por el Código engendra
obligaciones a cargo del promitente, y un iusprelationis a favor
del estipulante. Desde que el promitente, es decir el comprador,
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quiere celebrar el contrato previsto, debe hacer saber al
estipulante el precio y las ventajas con que lo concluirá…”, “el
iusprelationis no puede ser cedido ni pasa a los herederos. Es
intuitu personae”.(8)
Comparando al régimen jurídico actual con lo enseñado desde
décadas atrás, lo primero que debemos resaltar es la importancia
en la diferencia sustancial entre el derecho de preferencia y el
derecho de tanteo. Lo cierto es que “el derecho de preferencia
adquisitiva es una especie de los de adquisición en general que
tiene por finalidad hacer prevaler en el concurso de adquirente a
uno de ellos, hay que poner buen cuidado en no incluir entre los
derechos de preferencia adquisitiva a los que meramente son de
adquisición, como los de tanteo”.(9)
Todo lo expuesto en párrafos anteriores amerita descartar el
empleo analógico de los institutos mencionados (derecho de
preferencia, derecho de tanteo). En efecto, téngase en cuenta la
opinión del autor Jorge Horacio Alterini, para quien “...la
preferencia no concede un derecho perfecto, sino un derecho
condicionado a un evento futuro e incierto: la decisión del
promitente de celebrar el contrato futuro, ya que el vendedor
puede recuperar la cosa vendida entregada al comprador … el
artículo 1363 expresa una prelación a favor del vendedor...”.(10)
En tal sentido, consideramos que la ley prevé expresamente
un derecho de preferencia como fue concebido por López de
Zavalía, además puede concluirse que, a tenor de la postura de
Jorge Horacio Alterini, el pacto de preferencia es una cláusula por
la cual el vendedor se reserva el derecho de adquirir la cosa.
El pacto de preferencia es una facultad potestativa frente a
futuros adquirentes, sin embargo, cabe resaltar que estos pactos
tienen una eficacia obligatoria, es decir, el comprador no tiene
frente a su vendedor la debida libertad para enajenar esa cosa
que ha recibido, su obligación se limita a enajenársela a este
antes que a otra persona.
En otras palabras, en la hipótesis de una eventual transmisión
dominial con pacto de preferencia, es claro que existe una
prelación contractual a favor del vendedor. Volviendo sobre el
tema, consideramos que el derecho de tanteo conlleva la
obligación del vendedor de comunicar su voluntad de
enajenación, pero la prioridad de compra se concede si las
condiciones de venta son iguales para todos los ofertantes.
En esta hipótesis se puede plantear lo siguiente: una persona
alquila un bien inmueble y el dueño oferta la venta del mismo con
condiciones iguales para todos los eventuales compradores. En
este caso existe el derecho de tanteo si el inquilino adquiere el
inmueble. Por último, citamos la opinión de Jorge Alterini, para
quien “el tan controvertido derecho real de tanteo es extraño a la
letra y al espíritu del derecho argentino clásico”.(11)
Creemos conveniente destacar que la aplicación de la norma
traerá dificultades, ya que no se refiere adecuadamente al medio
de comunicación exigible al comprador. Y además se establece
como pauta de ejercicio del derecho de preferencia el plazo de
diez días de recibida la comunicación de la que se desconoce su
medio. Asimismo, cabe considerar que el plazo de diez días
instaurado por el precepto legal solo podría aplicarse en zonas
urbanas o suburbanas cercanas en tanto fueran distancias
considerables. Nos inclinamos por considerar que el plazo
postulado en la norma jurídica contenida en el artículo 1165 es
demasiado breve.
Los usos y costumbres sociales deben tenerse en cuenta a
tenor de lo dispuesto en el Título preliminar, Capítulo 1, artículo
1: “Fuentes y aplicación. Los casos que este Código rige deben
ser resueltos según las leyes que resulten aplicables, conforme
con la Constitución Nacional y los tratados de derechos humanos
en los que la República sea parte. A tal efecto, se tendrá en
cuenta la finalidad de la norma. Los usos, prácticas y costumbres
son vinculantes cuando las leyes o los interesados se refieren a
ellos o en situaciones no regladas legalmente, siempre que no
sean contrarios a derecho”.
De este modo, la redacción señalada resalta la esencia misma
de las fuentes que deben ser consideradas para regir una relación
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jurídica. Son los usos y costumbres sociales los que tienden al
pertinente ejercicio del derecho de preferencia para las
transmisiones dominiales en las distintas provincias de la
República Argentina. Creemos que se trata de un tema polémico
cuyas consecuencias se advertirán en la realidad negocial de los
conjuntos inmobiliarios.
IV - DELIMITACIONES CONCEPTUALES. UN
PRIMER PASO HACIA LA CONCLUSIÓN
FINAL
Nos parece conveniente efectuar la delimitación jurídica del
derecho de preferencia y del derecho de tanteo con la única
finalidad de clarificar la temática:
¿Qué es el derecho de tanteo?
Pasemos a considerar que, si bien el derecho de tanteo no se
encuentra regulado en ninguno de los 2.671 artículos que
conforman la unificación civil y comercial, tampoco se encuentra
en la redacción del artículo 2085 aplicable a los conjuntos
inmobiliarios. La doctrina nacional sustenta tesis distintas al
respecto. Así, encontramos la postura de Claudio Kiper, para
quien “...el artículo 2085 permite ciertas restricciones en el
reglamento, las que deben ser razonables. Tales limitaciones
conciernen al derecho de preferencia que se puede establecer a
favor del consorcio o del resto de los propietarios … Está claro que
tal derecho de preferencia no es un derecho real, sino un derecho
personal…”(12). Esper afirma: “ …en materia contractual la nueva
legislación regula el pacto de preferencia … el nuevo Código
mantiene la esencia de cómo ese pacto funciona en la
compraventa: es una estipulación a favor del vendedor para
poder recuperar la cosa vendida, siempre que el comprador
decida enajenar la cosa … este pacto no puede cederse ni pasa a
los herederos del vendedor … ya que es intuitu personae”.(13)
Por otro lado, Alberto Gabás, en un extenso análisis del
precepto legal 2085, opina lo siguiente: “Lo cierto es que en la
casi totalidad de emprendimientos de este tipo existe legislada
esta potestad del ente de limitar, restringir y condicionar este
derecho de disposición con otros derechos, tales como el de
tanteo, retracto, preferencia, retroventa, revocación, entre otros
…”.(14)
Cabe puntualizar también que autores de la doctrina nacional
utilizan las expresiones “derecho de preferencia” y “derecho de
tanteo” como sinónimos. Así, la autora Galegari De Grosso
expresa: “…El pacto de preferencia o derecho de tanteo es una
cláusula según la cual el vendedor se reserva el derecho de
adquirir la cosa, siempre que este ofrezca condiciones similares a
los terceros interesados…”.(15)
En nuestra opinión, derecho de preferencia no es derecho de
tanteo. De la lectura de las fuentes legales del Código Civil
cubano llegamos a la admisión de lo siguiente: “…el tanteo
consiste en el derecho de preferencia que una persona tiene para
la adquisición de un cosa determinada en el caso de que el dueño
quiera enajenarla y, consiguientemente, la facultad que le asiste
para que en este último caso, se lo manifieste así al propietario,
indicándole el precio y condiciones de la enajenación … faculta
para adquirir una cosa antes que otro … al que iba a ser
enajenada: otorga la facultad de adquirir ... por el tanto en que
sus propietarios quieran enajenarlo”.(16)
A nuestro criterio, la expresa admisión del derecho de tanteo
implicar hacer jugar esta estipulación en el campo de la opción
contractual y no significa prelación contractual alguna.
El profesor español Alberto Blanco enseña: “La palabra ‘tanteo’
… indica de lo que se trata: tanteo … hay que tantear, hay que
conocer la opinión del que puede ejercitar el derecho antes de
venderlo a otro; porque si esa persona quiere adquirir por el
mismo precio tiene preferencia para hacer suya la cosa de que se
trata...”(17). Es por ello que la ley argentina incluye al consorcio
como un eventual adquirente
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Creemos que los legisladores, al redactar el Código Civil y
Comercial de nuestro país, incluyeron la expresión “derecho de
preferencia” para concretar el tan buscado derecho de admisión
en estas especiales urbanizaciones. Dejando de lado la distinta
eficacia obligacional en la gestación de un negocio inmobiliario
con las características de un conjunto inmobiliario al usar con un
debido criterio jurídico las expresiones que correspondían. En la
anotación al artículo 2085, la doctrina nacional coincide en que es
un derecho de preferencia. Disentimos con ellos porque la
adecuada expresión hubiera sido “derecho de tanteo”.
Creemos que la utilización del vocablo “derecho de
preferencia” encubre implementar el siempre buscado derecho de
admisión en estos emprendimientos inmobiliario. Claudio Kiper en
un todo de acuerdo dice: “…lo que no es admisible es que
establezca en el reglamento un derecho de admisión que actúe de
manera discriminatoria”.(18)
V - NORMATIVA EN SU CONJUNTO:
ANÁLISIS ARMÓNICO DE LOS ARTÍCULOS
398, 1974 Y 2085 DEL CCYCO.
Adviértase la relevancia del tratamiento en los textos ofrecidos
por los siguientes artículos 398 y 1972 del CCyCo. En cuanto al
artículo 398 ubicado en el Título Quinto, procede a regular la
transmisibilidad de los derechos en los siguientes términos:
“Todos los derechos son transmisibles excepto estipulación válida
de las partes o que ellos resulten de una prohibición legal o que
importe transgresión a la buena fe, a la moral o a las buenas
costumbres”.
Por otro lado, el artículo 1972 ubicado en el Libro Cuarto,
Capítulo Cuarto, se refiere a cláusulas de inenajenabilidad, “en los
actos a título oneroso es nula la cláusula de no transmitir a
persona alguna el dominio de una cosa determinada o de no
constituir sobre ella otros derechos reales. Estas cláusulas son
válidas si se refieren a personas o personas determinadas. En los
actos a títulos gratuitos todas las cláusulas señaladas en el primer
párrafo son válidas si su plazo no excede de 10 años…”. Se
advierte que al correlacionar ambas normas se deben distinguir
distintos criterios para una debida interpretación.
El artículo 398 consagra un principio general, que consiste en
el reconocimiento de la libre transmisión de los derechos
basamento de todo el derecho argentino, sin embargo, se bloquea
el uso de las facultades de disposición jurídica de la propiedad
garantizada por la Constitución Nacional al establecer límites a la
potestad dispositiva.
Cabe la siguiente aclaración: las limitaciones solo pueden
surgir de los usos, las prácticas, de las costumbres y de las leyes
en situaciones regladas por las mismas. De modo que sostenemos
respecto al contenido del artículo 1972 que guarda una razonable
coherencia con lo estipulado por el precepto legal del artículo 398.
Podemos decir que la ley 26994 guarda una coherencia razonable
con lo estipulado en los textos transcriptos de los preceptos
legales citados. El artículo 398 del CCyCo. expone con criterio
general una postura jurídica y el artículo 1972 del CCyCo. acota
esa faculta de libre transmisión a través de una enumeración
taxativa de limitaciones a la libre disponibilidad jurídica calificada
por la doctrina como una norma de orden público. Asimismo, el
artículo 2085, que regula los conjuntos inmobiliarios, en su
acepción fáctica más amplia, limita o restringe a través de un
denominado derecho de preferencia que no es tal como lo
venimos diciendo.
Este derecho de preferencia estará contenido en todo
reglamento de propietarios. Sin embargo, la oponibilidad a
terceros se encuentra discutible, tema que no es objeto de este
breve trabajo.
VI - REFLEXIÓN FINAL
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En principio este trabajo es solo un aporte para la necesaria
interpretación armónica de los artículos contenidos en la ley
26994. Compartimos las opiniones transcriptas en los párrafos
anteriores. Sin embrago, no nos convence la redacción del
artículo 2085. Es de significativa práctica el uso de un lenguaje
correcto desde la óptica jurídica. Si bien la norma es novedosa,
no es tan clara para propiciar una interpretación y aplicación
armónica de la normativa vigente en las urbanizaciones
especiales. Dichos conjuntos inmobiliarios son de presencia
constante a lo largo y a lo ancho de nuestro país. Es una figura
que generará múltiples conflictos judiciales que deberán ser
solucionados con los preceptos legales vigentes. Sin embargo, no
existe la necesaria claridad en dichos textos legales y, por
consiguiente, la seguridad jurídica y la equidad empalidecen
frente a la sociedad argentina.
Notas:
(*) Abogada (UBA). Jefe de Trabajos Prácticos Elementos de Derechos
Reales (UBA). Autora de artículos sobre la especialidad
(1 ) Lambois, Susana: “Acerca de los clubes de campo” - Revista
Jurídica UCES - Año 2013 - pág. 20
(2 ) Lambois, Susana: “Acerca de los clubes de campo” - Revista
Jurídica UCES - Año 2013 - pág. 25
(3 ) Colección Plenarios Derecho Civil - Cámara Nacional de Apelaciones
en lo Civil - Directora Dra. Marina Mariani de Vidal - LL - T. 1, primera
quincena de octubre del año 2009
(4 ) Nicholson, Pedro: “Conjunto inmobiliarios, los nuevos derechos
reales” - Rev. Áreas Globales - Año 9 - Bs. As. - pág. 38
(5 ) Causse, J. Federico y Pettis, Christian: “Código Civil y Comercial
explicado” - Colección Textos comentados - Ed. Estudio noviembre/2015 - T. 3 - pág. 163
(6 ) Abreut de Begher, Liliana: “Impacto de la reforma sobre los
derechos reales en el nuevo Código Civil y Comercial” - LL - 2014 pág. 12
(7 ) Carrio, Genaro: “Notas sobre el derecho y el lenguaje” - Ed.
Abeledo Perrot - Bs. As. - 1972
(8 ) López de Zavalía, Fernando J.: “Teoría de los contratos” - T. 2:
Parte Especial - Ed. Zavalía - 1985 - págs. 245, 246, 248, 249 y 252
(9 ) López Alarcón, Mariano: “Derecho de preferencia” - Universidad de
Murcia, España - Capítulo 4, D-148
(10) Alterini, Jorge H.: “Código Civil y Comercial comentado. Tratado
exegético” - LL - T. 4 - julio/2015 - pág. 136
(11) Alterini, Jorge H.: “Simplificación en la prehorizontalidad y
complejidades en los conjuntos inmobiliarios” - LL - T. 2016-D Sección Doctrina - pág. 759
(12) Kiper, Claudio: “Algunas cuestiones en torno a los conjuntos
inmobiliarios” - págs. 10/1
(13) Esper, Mariano en Rivera Julio C. (Dir.) y Medina, Graciela
(Coord.): “Código Civil y Comercial de la Nación comentado” - LL 2017 - T. III - págs. 880/1
(14) Gabas, Alberto: “Incidencias del Código Civil.
inmobiliarios” - Ed. Hammurabi - Bs. As. - 2016 - pág. 239
Conjuntos
(15) Calegari de Grosso: “Normas de derecho privado. Conjuntos
inmobiliarios, tiempo compartido y cementerios privados” - pág. 83
(16) Pérez Gallardo, Leonardo B.: “Tanteo y retracto legales en las
cuerdas del Código Civil cubano” - Revista del Notariado - N° 921 - pág.
116
(17) Blanco. Alberto: “Curso de obligaciones y contratos en el derecho
civil español” - 2a ed. - T. II - La Habana - 1959 - pág. 186
(18) Kiper, Claudio: “Algunas cuestiones en torno a los conjuntos
inmobiliarios”
26/08/2019 08:12 a. m.
8 de 8
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derechos reservados.
26/08/2019 08:12 a. m.
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