CASO # Karla trabajaba en una Institución financiera. Se trata de una mujer formal, que aporta una buena parte del ingreso de su hogar. Excelente promotora, con calificaciones altas por parte de sus clientes. En un principio mantenía una relación cordial con sus compañeros de trabajo y jefe. Conforme pasó el tiempo fueron integrándola a su dinámica fuera de la oficina: fiestas, comidas y la copa del jueves por la noche. Karla se acopló al equipo. Pero por sus compromisos personales no podía asistir a todas las celebraciones y salidas. Ahí empezó a notar que en las ocasiones que no los acompañaba, al día siguiente la castigaban, dejándole de hablar o entorpeciendo su trabajo. Las reprimendas llegaron a tal punto, que se burlaban de sus comentarios en las juntas, incluso delante del jefe. Cuando ella se acercó con el director para comentarle lo que ocurría, el susodicho la calificó de aprehensiva y exagerada. Pero conforme pasaba el tiempo, las burlas y molestias no cesaban. Aunque volvió a hablar con su jefe, éste la ignoró de nuevo. Acudió al área de recursos humanos, pero ahí le dijeron que había pocas pruebas para establecer algún tipo de represalia. Finalmente, Karla optó por renunciar.