Subido por Carmen Gice

Como estudiar los temas

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2. CÓMO ESTUDIAR LOS TEMAS.
Para sacar rendimiento a tus esfuerzos de opositor/a lo mejor es
planificar y planificar. He aquí algunas buenas ideas:
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Ten un horario fijo de trabajo. Empieza siempre a la misma hora. Acaba más o
menos en un momento concreto del día (“Estudio hasta la hora de cenar”, “desde la
cena hasta las tres de la madrugada”, etc.). Fija el horario en función de tu modo de ser:
“¿Soy vampiro, madrugador? ¿Me atocino después de las comidas, después de las
cenas?”…
Establece sesiones de estudio que no sean maratonianas y prevé unos minutos de
descanso cada cierto tiempo (pero no te pases con el descanso, vale con unos diezquince minutos, porque si lo alargas perderás concentración).
Piensa que en tu sesión de estudio habrá: una fase inicial o preparatoria
(asimilación intermedia), una fase de plenitud (asimilación máxima) y una fase de
decadencia (asimilación más lenta, confusiones, incapacidad para aprender más).
Distribuye las tareas por su grado de dificultad. Las más difíciles hazlas cuando
estés más lúcido: por la mañana, por la tarde, por la noche, dependiendo de tu
manera de ser. El resto de las tareas, menos complejas, complétalas cuando empieces a estar
más cansado.
Sé constante: todos los días voy a sacar X horas, todas las semanas Y, a finales de
enero habré estudiado hasta el tema Z…
Pero sé también realista, no exageres, revisa continuamente tus objetivos de
estudio.
Ofrécete un premio o aliciente: al final me voy a comer una chocolatina, veré tal
película…
Cambia de táctica alguna vez, para probar si te va mejor o peor. Por ejemplo, “¿Es
mejor estudiar todo seguido en una sola sesión?, ¿viene bien un paroncito para
comer y después sigo por la tarde?”
Es muy importante que antes de dejar la tarea, repases lo aprendido en esa sesión:
“Hoy, ¿qué he visto, qué conceptos clave, qué bibliografía fundamental?”
Lee los bloques de temas según te los hayas dividido por contenidos (Bloque 1.
Edad Media, Bloque 2. Siglos de Oro, Bloque 3…) continuamente. Todos los días
como una obligación. Cada día un bloque o lo que puedas dependiendo del tiempo del que
dispongas
¿CUÁL ES LA MEJOR MANERA DE MEMORIZAR
LOS TEMAS QUE ESTUDIO O LEO?
Bueno, pues no hay recetas mágicas, claro. Pero sí algunos consejos de sentido común:
2
En primer lugar, concentración y atención a lo que lees/estudias. Para ello, busca
un rincón tranquilo, silencioso, relajante, que favorezca la concentración. Procura
que sea siempre el mismo, que no haya ruidos ni distracciones. Mantén tu mesa de trabajo
ordenada y ten al alcance de la mano cuanto necesites (lápiz, boli, goma, ordenador), pues si
te levantas con frecuencia pierdes tiempo e interés. Asegúrate de tener buena iluminación
(natural y artificial).
Comprensión: si no entiendes lo que lees es inútil que intentes memorizarlo para
repetirlo como un papagayo. Antes de lanzarte a “empollar”, piensa en el título del
tema, su lugar en el temario, conceptos clave, estructura posible, fíjate en el guion del tema,
piensa en una posible introducción y una conclusión, en la bibliografía fundamental que hay
que citar… Después corrobora tus expectativas con el tema que tienes ante ti, léelo. Al final
emite una opinión crítica (está bien enfocado, yo diría esto también, no hablaría de…, citaría
a…).
Resumir, subrayar, esquematizar, hacer anotaciones al margen, relacionar,
hacer mapas conceptuales… Estas operaciones cognitivas te ayudan a seleccionar
la información principal, a distinguirla de la secundaria, a aprender al tiempo que las
realizas. Puedes usar lápiz, o rotulador fluorescente. Utiliza signos (¡?) y exclamaciones
(¡OJO!, ¡Atención!) para llamar la atención sobre algo importante o que puede ser erróneo o
es difícil de entender.
Releer. Los párrafos del tema cuando haga falta. Y el resumen que tú hagas, a
menudo. Repasa.
Usar reglas mnemotécnicas, es decir, asociar conceptos, palabras difíciles, nombres
de autores…, a cosas que conozcamos o agrupar palabras por campos semánticos
(por ejemplo, las prendas de ropa: camisa, chaqueta, pantalón…), repetir poniendo
sonsonete a las palabras repetidas (como en las tablas de multiplicar, “Dos por una dos, dos
por dos cuatro…”).
Anotar las dudas, preguntas, sugerencias… para comentar con otros compañeros, tu
preparador, etc.
TÉCNICAS DE ESTUDIO (1) – EL ESQUEMA.
Solo refleja las ideas del texto, su organización. Puede usar números,
letras, paréntesis, corchetes… Es una técnica de representación
gráfica, permite hacer una lectura rápida de un tema, dejar una idea
clara del mismo. Primero, hay que leer el texto, comprenderlo, subrayar las palabras-clave
o conceptos fundamentales. Después, distinguir la idea principal de las secundarias,
establecer una jerarquía entre ellas. Por último, elegir el tipo de esquema que vamos a
elegir (con números, letras, flechas, llaves…) y redactarlo.
TÉCNICAS DE ESTUDIO (2) – EL SUBRAYADO.
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Sirve para distinguir lo relevante de lo accesorio. Ayuda a comprender el tema y a aprender
lo más destacado. No hay que excederse y subrayarlo todo, solo lo relevante. Lo mejor es
hacer una primera lectura rápida, de situación en el texto, su tema, su estructura, sus
epígrafes o apartados, las palabras destacadas con negrita o cursiva, los dibujos y diagramas
que aparecen, los recuadros o llamadas de atención, etc.; después, hacer una lectura más
detenida, subrayando lo principal, deteniéndote en las cosas que no entiendas o las palabras
cuyo significado ignores, relacionando unos apartados con otros y el tema con otros temas.
Puedes jerarquizar lo que subrayas con códigos de color: el rojo para lo fundamental, el
azul para los ejemplos o las aclaraciones…
TÉCNICAS DE ESTUDIO (3) – EL RESUMEN.
Nos ayuda a mejorar nuestra capacidad de síntesis y de redacción, pues se trata de
comprender un texto, captar lo principal, entender la estructura (fijándonos en las relaciones,
las palabras-enlace, los nexos) y expresar con nuestras palabras lo más importante. No se
trata de una copia literal, sino de una elaboración personal con sentido sintético y finalidad
explicativa.
TÉCNICAS DE ESTUDIO (4) – EL MAPA CONCEPTUAL.
Nos ayuda a relacionar la idea principal y las secundarias y a visualizarlas de un golpe de
vista. Es una organización lógica y visual del contenido. Sirve muy bien para el repaso pues
recoge en poco espacio mucha información. Facilita la memoria visual y el orden lógico,
pues va de lo general (en la parte superior) a lo particular (en la parte inferior). Los
conceptos, en MAYÚSCULAS, van encapsulados en óvalos, círculos, rectángulos…, y las
palabras-enlace (preposiciones, conjunciones, verbos), en minúsculas, en las líneas de
relación entre los conceptos. El mapa conceptual obliga a jerarquizar las ideas (principales,
secundarias, terciarias…) y a situar al mismo nivel los conceptos del mismo rango, por tanto
es un gran estimulador de la comprensión.
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