TN550 V38 c.l 1 0 8 0 0 7 4 8 0 5 MANUAL DEL ENSAYADOR MANUAL DEL . ENSAYADOR DE ORO, PLATA Y OTROS METALES ; POR M. VAUQUELIN, u n u m MI, I > i r » » t i m u o DU. « t i » , i IJDHIDCO DEL IJJUTOTO M «I DI T U S C I A ¡ APROBADO POR LA DIRKCOOH DI MOHEDAS , PERVIO IHP0RM8 DE M. D'ARCET, INSPECTOR GENERAL DE ESSAYES. TRADUCIDO DELA ULTIMA EDICIOJi'Xa.NCESA. coa TI EEDUCCio» HP. pr.sos Y MEDID.» »OBRE EL. MISMO OB ARIAS TAHI.NS PARIS* LIB R E R I Í?R ICA. N A , CILLE DEL TEMPLE, K* Gg. P A T H S — I M P R E N T A D Ì DAVID, ARRABAL POISSONRI^E*«' »• 1826. MANUAL 77js-?<=> i/3 REL f ENSAYADOR. —»>«•-»— — Del o r d e n . r . . PONDO En las oficinas de contraste donde hay mucho trabajo, conviene observar algunas reglas de buen orden , á fin de ganar tiempp, evitar errores, poner cada cosa en su lugar, y establecer un método constante y uniforme con que todos puedan dirigir sus respectivas operaciones sin equivocarse. Es preciso pues, al tiempo de recibir los sacos, reconocer el peso, número y clase de las piezas manifestadas por el fabricante, sentarlo todo en una cedulilla que se pega á los sacos , colocarlos por el orden con que se han recibido para poderlos pasar al ensaye á medida que van llegando ; tomarlos luego por el i mismo turno , cortar de cada pieza con la posible proporcion á su peso lo necesario para hacer el ensaye, dividir los fragmentos de la materia de m o d o que el . que haya de pesar pueda tomar de todas las partes, y poner en horteras separadas las cortaduras con tarjetas que espresen el nombre del propietario , la naturaleza v calidad de la obra. Este mismo orden debe seguirse también en las pesadas, en la copelación , v en el repeso de los bolones. Suelen á veces los plateros presentar al ensaye obras ya acabadas de plata y o r o , en las cuales por consiguiente n o hay puntas ni picos que cortar. « En este caso es indispensable raerlas con un instrumentito triangular de acero, llamado raspador. Cuando la plata se halla ya en toda su blancura , y el oro con el brillo de su color , se ha de tener cuidado de poner aparte la primera capa ú hoja que se saca por esta operacion , en atención á que su calidad es mas baja que la de la mate- f . 3 )' ría inferior en las obras de plata, y al contrario mas subida en las de oro. Este h e c h o hace ya mucho tiempo que está averiguado con respecto al oro ; mas en cuanto A la plata, se padécia el error de creer pura la superficie de esie m e t a l , despues de la blanquición / s i e n d o asi que siempre queda en estado de combinación una cantidad de ácido sulfúrico, cuyo peso escede al del cobre que se ha esl raido. D e las b a l a n z a s d e t ^ s a j r e , y SUi accesorios. Entre todos los instrumentos que componen el laboratorio del ensayador, la balanza de^ensaye^s el que debe fabricarSr-effir mas exactitud, precisión y c u t f a d o , y conservarse con mas limpieza v atencioif. * * Inútil seria- en efecto, que se ejecutasen con escrupulosidad todas las demás operaciones que exigen los ensayes do oro y plata, sino fuese exacta y sensible ( 4 ) la M a n t a , que es la que definitivamente ba de decidir sobre la verdadera ley de estas materias. . Esta b a l a n z a se c o m p o n e , c o m o todas las demás, de «na columna cucdrada ó redonda, y hueca en su m f t r u » d e llel d e d o s planchas de a c e r o , y de dos pía os movibles que descansan en otros L platillos sostenidos e n s u s estremo por dos barritas llanas de acero, álas cuales se suele dar la forma de estribo. El fiel consta de dos b r a z o s , exactamente divididos en dos partes iguales por „ „ eje ó cuchillo q u e * » aírav.esa en ángulo recto, y de una pieza t n a n g u l a r d e | c e r o soldada p o r lo c o m ú n al fiel y al cuchillo . m ó v i l algunas v e c e s , pero s u , e ta con tornillos. . , . , • j™«. El c,chillo que atraviesa lrrmdrcafla pieza en ángulo r e c t o s o n el fiel, n o la atraviesa exactamente por e l centro, sino u n p o e o m a s arriba, ¿ f i n ó l e que el c e n tro d e gravedad del fiel q u e d e debajo del centro de suspensión. Aunqueesta disposicionl.acealgo meno> ( 5 ) sensible la balanza, le da en compensa* c i o n mas estabilidad en sus movimientos, v la deja mas fácil de manejar. Mas para evitar el estremo de que la balanza sea dura y perezosa, es menester procurar q u e dicha pieza no sea demasiado pesada, ni esté colocada mucho mas abajo del centro de suspensión. A fin de que este instrumento quede perfectamente afinado, se hace preciso, c o m o se deja ver, que los dos brazos del fiel tengan rigurosamente la misma longitud , y consten de masas iguales de m a t e ria, la que debe estar también igualmente repartida en ambos por toda su estens i o n ; porque podria suceder que los dos brazos de un fiel fuesen desiguales en longitud , y á pesar de el!o estuviesen en equilibrio, si se verificase el caso de ser á u n mismo tiempo desiguales en masa, y corresponder -exactamente esta masa en el mas coi to al exceso de longitud en el otro. Mas cuando los brazos del fiel tienen precisamente igual longitud , es absolutamente indispensable que las masas sean (6 ) las mismas y se distribuyan con igualdad en toda su estension para que esten en equilibrio, á menos que la diferencia no sea tan ligera que se destruya por el roce que tiene el cuchillo con las planchas de acero en que descansa. Se han fabricado en estos últimos tiempos unas balanzas de ensáye, cuyo centro de gravedad puede subir, bajar y dirigirse á derecha ó izquierda por medio de tornillos, según la necesidad que hay de mayor ó menor sensibilidad y ligereza en las operaciones , ó que se quiera volver á ajustar el fiel. El cuchillo ha de estar bien templado y tener forma triangular; y el ángulo que descansa sobre las planchas de acero debe ser agudo y mantenerse bien afila--» do siempre para que roce lo menos posi ble. Las planchas de acero en que desean« sa el cuchillo están igualmente templadas y bruñidas, y deben tener dos milímetros cada línea de gruesas poco mas ó menos; siendo claro, en efecto, que cuantos menos puntos de contacto haya en estos i r ) dos cuerpos, menor será el roce, y mayor por consiguiente la sensibilidad de la balanza. Las planchas de acero están unidas por sus cantos inferiores con una pieza horizontal del propio metal, atravesada en medio por una espiga cuadrada de hierro, sujeta con un tornillo. Esta espiga se mueve dé arriba abajo y vice versa, por medio de un cordon de seda, atado áun punto fijo en lo interior de la columna ú obelisco, á dos ó tres centímetros ( á 10 líneas ó i pulgada y 3 lincas ) del estremo inferior de esta espiga, que pasa por tres garruchas : la primera de las cuales está puesta á la estremidad misma de la espiga, la segunda á la misma altura del punto fijo á que se ató el cordon, mas al lado opuesto; la tercera, en fin, á"la parle inferior de la cavidad del obelisco donde pasa el cordon por la muesca abierta en Ja tabla de la caja que encierra la balanza. Al otro estremo del cordon que está en loesterior, se ata una pieza cilindrica de plomo, metida en una caja de ébano , de la misma figura, guarnecida por debajo de un pedazo de terciopelo para que sea mas suave el roce que tiene con dicha tabla. Es fácil de comprender que por medio de este ingenioso m e c a n i s m o , tirando hácia sí la pieza de p l o m o , se levantan las planchas de acero una cantidad igual á la distancia que hay entre el cabo de la espiga de hierro que las sostiene, y el punto fijo en que está atado el cordon. Para entender bien el m o v i m i e n t o que se comunica de este m o d o al fiel de Ja balanza, conviene tener presente que mientras no se hace uso de la b a l a n z a , descansa el cuchillo por sus estrcmos en unas s e s g a duras ó escotes abiertos en el cuerpo mismo de la columna, y que tienen la propia forma triangular q u e el cuchilloEntonces las planchas, q u e están mas bajas que estos escotes c u a n d o se halla parada la balanza, se encuentran al levan- • tarse con el cuchillo del fiel, y lo ponen en estado decederal mas p e q u e ñ o aumen- ( 9 ) to de peso que sobrevenga en uno de sus estreñios. El fiel tiene ademas una aguja que llaman índice ó juez, colocada en medio , perpendicular á la parte superior del cuchillo, y cuya inclinación á derecha ó izquierda se marca en una porcion de círculo graduado que recorre. En medio de este círculo hay un agujero que espresa el cero de inclinación, é indica el equilibrio de la balanza , cuando la aguja corresponde á él exactamente. Esta porcion de círculo está fija en la plancha posterior de acero, que se levanta lo mismo que ella , debiendo estar á plomo. Los estreñios del fiel están doblados hácia arriba, y presentan la forma de un cuchillo algo redondo y cóncavo en el m e d i o , para tener asidos los ganchos de los hilos de metal destinados á sostener los platos, dejándoles un movimiento fácil para que la tracción se haga bien perpendicularmenle. Todos estos pertrechos deben guardarse dentro de una caja ó cubierta de vidrio ( 'O ) con suelo de ébano, y cuya parte anterior se levante por unas muescas donde pueda quedar suspendida con unos resortes de acero doblados hacia adelante. En el fondo de la caja suele haber varios cajones para tener diferentes herramientas, como limas llanas mas ó menos finas con que poder rascar los átomos que se quiera de los pedazos de oro ó plata; tenazas con lima para agarrar los fragmentos de materia con el objeto de limarlos ; pinzas para poner ó quitar de los platos las partículas de metal basta lograr el peso que se quiere; gratas para limpiar la parte inferior de los bot o n e s ; cajitas para las pesas; objetos todos que no merecen descripción particular , pues basta verlos una vez para conocerlos y saber su uso. Cuando quierauno asegurarse si una balanza está bien afinada , ha de principiarse por levantar despacio las planchas de acero por medio del mecanismo de que ya se hahablado;y si el fiel queda fijo ú horizontal después de algunas oscilaciones , ( n ) es prueba que ambos brazos están en equilibrio , pero no que la balanza es cabal; porque, c o m o ya se ha dicho, para que se establezca el equilibrio entre ellos, basta que el esceso de masa en el uno sea igual al de ligereza en el otro. Es preciso pues poner en cada plato pesas perfectamente iguales, y si entonces se mantiene el e q u i librio, no hay duda alguna de que es exacta la balanza, siendo evidente en tal caso que si los brazos no fuesen iguales el mas largo .vencería al otro. La exactitud de una balanza no es la única circunstancia que debe tener; es preciso ademas que sea sensible, es decir, que la ponga en movimiento la partícula mas pequeña, un diez milésimo de grama, por ejemplo, que equivaleá dos milésimas partes de un grano. Antes de servirse de la balanza de ensaye, es necesario asegurarse con cuidado si está descompuesta; y en caso que el fiel no esté en equilibrio, debe pasarse por encima del mismo y por los platos, un pincelillo hecho de cabellos para limpiar el polvo que se introduce en la caja ó cubierta durante el trabajo. Al tiempode pesar conviene también evitar los rayos del sol que,dilatando desigualmente los brazos del fiel, podrían romper su equilibrio. No s o n menos peligrosas las corrientes de aire, pues agitan la balanza y la hacen inclinar á un lado mas que á otro. Es necesario por tanto que esté colocada la balanza en un pequeño cuarto, inaccesible á los rayos del sol y á las corrientes del aire, y q u e se halle libre de humedad y sobre t o d o de vapores ácidos que enmoheciendo el fiel disminuirían la exactitud ó al m e n o s la sensibilidad de este instrumento. De las pesas. Las pesas de que se hace uso en el dia para los ensayes de oro y plata, son el grama con sus divisiones decimales. Las componen pues : el grama; 2°. los o,5 ó 5 décimos de grama; 3®. los 0,2 ó 2 décimos de grama; 4 o - el 0,1 ó 1 décimo ( i3 ) de grama; 5°. los o,o5 ó 5 centésimos de grama; G°. los 0,02 ó 2 centésimos de grama; 7°.el 0,01 ó 1 centésimode grama; 8 o . los o ; oo5 ó 5 milésimos de grama; 9 0 . los 0,00?. ó 2 milésimos de grama; io Q . el 0,001 ó 1 milésimo de grama; y por último los o.,0005 ó 5 diez milésimos que es el medio-milésimo de grama. Según esta división del grama , se deja conocer que bastan once pesas para tener todos los términos que median entre los dos estremos , á saber, la unidad principal del grama, y el medio milésimo de grama que es la división mas pequeña que se emplea en los ensayes. Los fabricantes de estas pesas acostumbran hacer dobles los 0,1 , los 0,01 , los 0,000, los 0,002, los 0,001 , y los o ; ooo5 de grama, en atención á lo espuestos que están á estraviarse por ser muy ligeros y ceder al mas pequeño movimiento. Para hacer estas pesas se prefiere la plata al oro y á la platina, porque como estos dos metales son específicamente mas pesados, las pesas que se formasen ( «4 ) de ellos tendrían en igual masa menor volumen quedando casi imperceptibles las últimas divisiones del grama. El cobre seria aun mejor, si no fuese susceptible de oxigenarse con el agua y los vapores ácidos. El grama ó unidad principal, debe hacerse con un buen marco ó pote, mas en las divisiones sobre todo ha de ponerseel mayor esmero á fin de que consten rigurosamente de las partes alícuotas que espresan, pues, como se deja Ver, toda la precisión de las operaciones consiste en la exactitud de las proporciones que deben tener entre sí las divisiones de cualquiera pesa, y dos ensayadores que trabajasen con pesas cuya unidad fuera diferente obtendrían sin embargo los mismos resultados siempre que las partes alícuotas fuesen exactas, y ademas operasen ambos con las debidas precauciones. Para comprobar la exactitud de las pesas, debe ponerse en uno de los platos de una balanza bien sensible la unidad principal^ y en el otro todas las partes que la ( ) representan; y si hay igualdad, es prueba que la división general es buena, mas no que lo es cada una en particular, pues podría suceder que la cantidad que aunas faltase, se encontrase de masen las otras; por cuyo motivo es indispensable compararlas sucesivamente con sus divisiones correspondientes ( i ) . t ( i ) Las p e s a s f r a n c e s a s d e q u e se h a b l a e n e s t e tratado t i e n e n la c o r r e s p o n d e n c i a s i g u i e n t e con las p e s a s e s p a ñ o l e s : Granos. 1. El g r a m a e q u i v a l e á . . ..". 20 2. L o s 5 d é c i m o s d e g r a m a ó 5 d e c i gramas jo 5 . Los 2 d é c i m o s d e g r a m a ó 2 d e c i grama» 4 l\. El 1 d é c i m o d e g r a m a o el d e c i g r a m a . 3 5. L o s 5 c e n t e s i m o s d e g r a i n a ó 5 c c n t ig r a m a s 1 (i. Los 2 c e n t e s i m o s d e g r a m a ó 2 s c n tigramas 7. El c e n t e s i m o d e g r a m a ó el 4/10 centi- g',ama 8. Los 5 m i l é s i m o s de g r a m a 6 5 m i l i gramas a/10 ,/10 ( 16 ) ( '7) lo que se busca , sino granos; para con* vertir estas fracciones de dinero en granos, es menester multiplicarlas por 2 4 , que es el número de partes en que se divide el dinero, y dividiendo en seguida el producto que es 144 por i o , dará j4,4 » resultando que la plata será de 9 dineros, i/| granos, 0/4. Sien lugar de los dos ceros que siguen al G en este ejemplo hubiese otros números, seria necesario multiplicarlos igualmente por 24» mas en vez de dividir entoncesel producto por 1 o , esciuro que se ie habría de dividir por 100. R e d u c c i ó n d e los g r a m a s á d i n e r o s y q u i l a t e s , y vice versa. Si en defecto de tabla de comparación se quiere reducir las divisiones del grama á guineros y quilates y esto á parte de grama, para satisfacción propia ó la de los plateros y fundidores, puede egecutarse por medio de u n a simple regla de proporcion. Egemplo : Se pregunta ¿ cuantos dineros y granos dará una plata de 0 , 8 0 0 de fino ó puro ? Dígase : 1000 es á 1 a c o m o 0,800 es al número que se busca. Multipliqúese pues el número 12 por 0 , 8 0 0 , cuyo producto será 9 , 6 0 0 ; es decir que la plata dará nueve dineros y seis décimos de dinero. Pero como no son décimos de dinero Fórmula. 1000 : i 9. Los 1 milésimos de g r a m a ó 2 mili- gramas i o . El m i l é s i m o d e g r a m a ó m i l i g r a m a . . 4/«oo a/100 n . Los 5 diez m i l é s i m o s d e g r a m a ó m e í/ioe 12 : : 800 : x — fjif = 9,600. 0,600 x = m ; H = »4.4La conversión de los dinerosy sus divisiones en partes decimales de grama se hace absolutamente según el mismo prin cipio, observando solamente un orden inverso en los miembros de la ecuación. Si se pregunta pues ¿cuantos milési- ( «8 ) mos ele grama tlará la plata de i f dineros y c) granos? Se dirá 12 es á 1000 como 1 1 dineros 9 granos son al número que se busca. Redúzcanse desde luego los 9 dineros á fracciones decimales, multiplicándolos por 10, hasta q u e resulte un producto que pueda dividirse por 2 \ , y pónganse antes del cociente tantos ceros como veces se habrá multiplicado por 10 el numerador de la fracción. Se tendrá en este caso 0,375 , q u e añadidos á los 11 dineros hacen 11,37-5-, los cuales multiplicados por 1000 darán 11375; y este producto dividido por 1 2, dará 0,9479 por cociente, ó mas sencillo 0,948, despreciando un diez milésimo. La plata será pues de 0,948 de fino. Las mismas reglas se observarán en cuanto al oro, teniéndose presente que el peso que servia antiguamente para pesar este metal se dividiaen 24 partes llamadas quilates; y cada uno de estos en 3a (1). (>9) Asi pues, al multiplicar por 10 ó por 100 el numerador que siguiese á los quilates, para reducirlo á fracción decimal, será precisodividir luego su producto por 32 , en lugar de 24 para la plata. Hornillos de Copela. La forma mas común de este hornillo presenta una columna cuadrada de cerca de 36 centímetros ( 15 pulgadas 6 líneas ) de ancha, 34 ( 14 pulgadas 8 líneas) de alta y 3 4 ( i 4 pulgadas 8 líneas) de profundidad, y está terminado por una cúpula movible en figura de pirámide de cuatro caras, cuyaaltura es de centímetros ( 10 pulgadas 9 lincas), y la abertura cuadrada en que acaba de 18 centímetros de lado ( 7 pulgadas 9 líneas •). Estas dimensiones varían según la magnitud del se h a b l a e n la c l á u s u l a s e g u n d a d e e s t e , a p a r t e se (1) E n E s p a ñ a y en I n g l a t e r r a se d i v i d e clqni- a t e e n 3 4 p a r t e s j p o r lo q u e el p r o d u c t o d e q u e \ d é b e r á d i v i d i r p o r 24 y no p o r 3 a r o m o s e f i a c c en Franc a j Holanda. ( 20 ) hornillo, y este puede contener en su mufla 16 y aun 20 copelas. Las paredes de este hornillo tienen por lo regular 5 centímetros ( 2 pulgadas 2 líneas) de gruesas : hay en él tres aberturas ; la superior está en el lado anterior de la pirámide, sirve .para introducir el carbon, es semi-circular, y tiene 19 centímetros ( 8 pulgadas 5 líneas ) de ancha y • 7 ( 7 pulgadas 4 líneas ) de alta. La de en medio corresponde á la mufla, es de 14 centímetros ( 6 pulgadas ) de ancha y 1 r ( 4 pulgadas 9 líneas ) de alta :esta pai te del hornillo se llama laboratorio, y por una abertura hecha en la pared posterior entra como u n o s 9 á 10centímetros ( de 3 pulg. 10 lin. 4 pulg. 41«n.)en lo interior del mismo un ladrillo de 10 (4 pulgadas y 4 l í n e a s ) de ancho y 16 (6 pulgadas 11 líneas ) de largo. Sobre este ladrillo que llena con bastante exactitud su abertura y está ademas sólidamente sujeto con barro, descansa la mufla ; cuya disposición es infinitamente mas sólida que las armellas de barro que se usaban en otro tiempo. Inmediatamente debajo de la mufla hay una tablilla déla misma materia, de 8 centímetros ( 3 pulgadas 5 líneas) de ancha, que forma cuerpo con el hornillo,y se estiende por toda la superficie anterior : su uso es el poder separar la puerta de la abertura durante la copelación. La abertura tercera ó inferior es la del fogon, que es de figura cuadrada, y tiene 18 centímetros ( 7 pulgadas 9 líneas) de ancha sobre 10 ( 4 pulgadas 4 líneas ) de alta. Ademas de estas tres aberturas principales, hay una todavía en cada frente lateral que corresponde al fogon, y está á la misma altura que la de delante: se las abre ó cierra según la necesidad; y sus dimensiones son de 12 centímetros (5pulgadas 2 líneas ) de ancho, sobre 8 ( 3 pulgadas 5 líneas ) de alto. El cenicero es otra pieza de barro, cuadrada, hueca en su interior, mas ancha que el cuerpo del hornillo, y bastante gruesa para recibir y sostener la base de este sobre muescas ó entalladuras que hay en ella; tiene una reja de barro ( 22 ) de iguales dimensiones que el hornillo^,con agujeros cuadrados de cerca de dos centímetros y medio (i pulg. i lín.)delado. Esta pieza tiene también una abertura por delante, de 17 centímetros ( 7 pulg. 4 l í n -) de ancho sobre 3 ( 1 pulgada 3 líneas ) de alto , la cual sirve para que entre el aire en la cavidad interior del cenicero, donde se acumula, calienta y pasa luego en este estado por entre los carbones que están encima, y opera la combustión. La cúpula del hornillo se termina por un cañón de barro que le sirve de chimenea, cuyo estremo inferior, que es cuadrado , se ajusta exactamente al cuello de la cúpula : esta chimenea tiene interiormente al rededor de 8 á 9 centímetros ( 3 pulgadas 5 líneas ó 3 pulgadas 10 líneas ) de diámetro. El hornillo de que se trata, se supone formado de barro,-por lo que debe estar ligado cuidadosamente con cuatro fajas deshierro ajustadas con tornillos y tuercas. La una está puesta en la parte superior de la cupula ó reverbero; la segunda en ( 23 ) la unión de la cúpula con el cuerpo del hornillo, cubriendo las orillas de ambas partes; pero de modo que la cúpula quede libre y se pueda quitar con facilidad; la tercera en medio del cuerpo del hornillo , abrazando en su interior la tablilla colocada bajo la abertura de la mufla; la cuarta en fin sirve para ligar la pieza cuadrada sobre que descansa el hornillo, y que hemos llamado cenicero. Las muflas propias para un hornillo como el que acabamos de describir , deben tener de 13 á i 4 centímetros (5 pulgadas 7 líneas á 6 pulgadas) de ancho, sobre 10 • ( '4 pulgadas 4 líneas ) de alto, en todo semejantes á la abertura del hornillo que les corresponde. Se introducen por la abertura de la cúpula que es la mayor , y de este modo no hay necesidad de desmontar el hornillo. Con arreglo á las dimensiones indicadas para el hornillo y la mufla, es claro que debe quedar en cada lado de esta un espacio de G centímetros ( 2 pul- f 24 ) gadas^ líneas), suficiente para que pasen los carbones, no siendo muy gruesos. También se hacen hornillos ele copela de hierro forrados de barro, que aunque de mas duración que los otros, son mas difíciles de calentar y no conservan tan .--•v bien el calor. De las m u f l a s Las muflas son unos vasos ó cubiertas de barro destinados para recibir las copelas ; tienen poco mas ó menos lá'forma de un horno , es decir , que constan de una bóveda ftlgo rebajada ó abocinada y de una área horizontal en vez de elíptica ó redonda : el casco representa un cuadro prolongado; y la pared del fondo forma un ángulo recto con el área. Tienen á cada lado una ó dos rendijas, de J8 á s»o railímetros( de 9 á 10 líneas ) de largo y 5 ( ;{ líneas ) de ancho, y también hay dos en la pared del fondo que está opuesta á la abertura anterior. Es esencial que el área de las muflas ( ) esté bien recta en toda su estension, á fin deque las copelas esten á plomo, y que el boton de repeso se halle bien al centro del recipiente. Cuando se haga un hornillo de copela, con vendrá hacer también una cincuentena de muflas, para arreglarlas según las dimensiones del hornillo, con lo que ofrecen mayores ventajas que las que se c o m pran á la aventura. Este número es suficiente para un hornillo que trabaja todos los dias. Al hacer uso de las muflas, se echa en el area, arena fina ó greda en polvo, para impedir que se peguen á ella las copelas con el óxido de plomo que suele penetrar por en medio. D e las c o p e l a s . Las copelas llamadas asi, porque se parecen á unas copas pequeñas, son unos vasos hechos de huesos calcinados. Se hacen calcinar al efecto, hasta que se pongan bien blancos, huesos de cua2 f 24 ) gadas^ líneas), suficiente para que pasen los carbones, no siendo muy gruesos. También se hacen hornillos de copela de hierro forrados de barro, que aunque de mas duración que los otros, son mas difíciles de calentar y no conservan tan -••v bien el calor. De las m u f l a s Las muflas son unos vasos ó cubiertas de barro destinados para recibir las copelas ; tienen poco mas ó menos lá'forma de un horno , es decir , que constan de una bóveda rdgo rebajada ó abocinada y de una área horizontal en vez de elíptica ó redonda : el casco representa un cuadro prolongado; y la pared del fondo forma un ángulo recto con el área. Tienen á cada lado una ó dos rendijas, de J8 á s»o rai!ímetros( de 9 á 10 líneas ) de largo y 5 ( ;{ líneas ) de ancho, y también hay dos en la pared del fondo que está opuesta á la abertura anterior. Es esencial que el área de las muflas ( ) esté bien recta en toda su estension, á fin deque las copelas esten á plomo, y que el boton de repeso se halle bien al centro del recipiente. Cuando se haga un hornillo de copela, con vendrá hacer también una cincuentena de muflas, para arreglarlas según las dimensiones del hornillo, con lo que ofrecen mayores ventajas que las que se c o m pran á la aventura. Este número es suficiente para un hornillo que trabaja todos los dias. Al hacer uso de las muflas, se echa en el area, arena fina ó greda en polvo, para impedir que se peguen á ella las copelas con el óxido de plomo que suele penetrar por en medio. D e las c o p e l a s . Las copelas llamadas asi, porque se parecen á unas copas pequeñas, son unos vasos hechos de huesos calcinados. Se hacen calcinar al efecto, hasta que se pongan bien blancos, huesos de cua2 ( *6 ) lesquiera animal , so pulverizan en un molino ó mortero, y se les pasa luego por un tamiz de un espesor determinado; d e biendo evitarse tanto el q u e el polvo sea demasiado grueso c o m o demasiado fino. Cuando se tiene ya una cantidad suficiente de polvo de hueso, se pone en cubetas quetcnganunaespita ó geta á i 5 ó 20 centímetros ( de 6 | á 8 ! pulgadas) sobro su suelo, cubierta e n el cabo interior con un lienzo grueso para que dicho polvo n o pueda introducirse y obstruirla. Luego se echa agua de rio encima , en la que se le deja remojar siete ú o c h o hor a s , revolviéndolo de cuando en cuando. Cuando se ha precipitado ya la materia, y el agua l o quedado bien clara, se la deja escurrir , se echa otra , y se repite la misma operación. Se ha de procurar estraer bien el agua de los huesos para que adquieran la consistencia de una pasta algo sólida, que se pone en moldes destinados á darle la forma y magnitud convenientes. Estos moldes son de latón, y constan de tres piezas que se ( *7 ) pueden separar fácilmente, á saber, de un segmento de cono que se llama nona-, de un fondo m o v i b l e , cuyas orillas circulares están cortadas por el mismo ángulo de inclinación que las paredes interiores de la nona en que se apoya; finalmente, de un molde interior ó fraile, que es un segmento de esferoide c o n f í n realce en su sección apoyado en los de la nona, y tiene un mango de madera ó cobre de 4 á 5 centímetros (de 1 f á 2 pulgadas ) de largo. Cuando se ha puesto ya en el molde la porcion necesaria de materia, se aprieta con los dedos, se quita el sobrante con una hoja de c o b r e , se polvorea entonces la superficie con polvo finísimo de hueso, y se introduce el molde interior ó fraile, dándole repetidos golpes con un mazo de madera hasta que su realce toque con los de la nona, y quede bien formado el recipiente de la copela. Por este medio, el recipiente de la copela es constantemente el mismo, se halla siempre en el centro, y perfectamente á plomo con el cuerpo de ella cuando está colocada en ( *9) un plano horizontal. Para sacar la copela de lo interior del molde, se asienta su suelo que es móvil como se ha dicho sobre una columnita de madera, cuyo diámetro es igual al suyo, cargando un poco sobre el molde, baja la nona, y la copela queda entonces descubierta. Formadas asi las copelas, y puestas en tablas, se dejan en parage bien caliente con estufas en invierno, hasta que por medio de la evaporación espontánea hayan perdido la humedad supérflua, y adquirido un principio de solidez, en cuyo estado se las mete en hornos, dándoles el suficiente calor para que puedan cocerse. Para dar á las copelas las calidades que deben tener, es preciso observar algunas reglas. El polvo de hueso no ha de ser ni muy grueso ni muy fino, pues en el primer caso dejaria entre sus partículas espacios demasiado grandes, esparcidos con mucha desigualdad, de manera que la copela, despues de seca, quedaría demasiado porosa ; y en el segundo al contrario , apretándose demasiado las parlícu- lás , no dejarían suficientes vacíos para recibir el óxido de plomo ó litargirio que resulta de la copelación, cuya introducción no se verificaría por consiguiente sino con mucha dificultad. 2°. Es necesario que la pasta de hueso 110 esté demasiado seca ni demasiado húmeda; porque en el primer estado no se haría homogénea con la presión, ó quedaría tan compacta que no conservaría bastantes poros con relación ásu peso (1); y en el segundo, la superabundancia de agua que queda en la materia, y puede no salir con la presión por estar exactamente cerrado el molde, dejaria demasiado vacío en lo interior de la misma al evaporarse, y esta vasija, sobre ser muy frágil podría también absorber plata. Por lo demás, como la fabricación de las copelas se ha confiado hasta ahora á la rutina, casi no se pueden prescribir reglas ciertas y generales, tanto sobre el (1) L a s c o p e l a s n o p u e d e n a b s o r b e r m a s q u e u n peso i g u a l al s u j o d e óxido de p l o m o . .» grado de finura que conviene dar al polvo de hueso, como sobre la cantidad de agua que debe entrar en la composicion de la pasta para que la copela conserve la suma mas conveniente de vacío, ni en fin con respecto á la fuerza de presión que debe egercerse sobre ella, etc. Puede esperarse, sin e m b a r g o , que alcanzará algún dia á este interesante objeto del arte del ensayador la luz de la esperiencia guiada por el raciocinio, y que resultarán datos con que se puedan hacer copelas que tengan siempre las mismas calidades ( i ) . (i) M. Dcsmarets, e m p l e a d o e n la o f i c i n a d e garantía ó contraste d e P a r í s , ha llegado por una l a r g a e s p e r i e n c i a e n la f a b r i c a c i ó n de c o p e l a s , al grado d e perfección q u e p u e d e a p e t e c e r s e en la calidad d e esta e s p e c i e d e v a s i j a s . S u r t e á l a c a s a «íe m o n e d a , á la o f i c i n a d e g a r a n t í a y A l o s e n s a y a d o r e s del c o m e r c i o d e P a r i s , l o d o s los c u a l e s hace y a mucho t i e m p o estao m u y contentos con e l l a s . L o s e n s a y a d o r e s d e los d e p a r t a m e n t o s p u e d e n d i r i g i r s e á él c o n c o n f i a n z a p a r a e s t e o b j e t o , b i e n á l a oficina d e g a r a n t í a ó á la c a s a d e su h a b i t a c i ó n , e n i n t e l i g e n c i a d e qíie s u s e n c a r g o s s e rán pronta y exactamente egecutados. ( 3i ) . l)e la p u r i f i c a c i ó n d e l a g u a f u e r t e p a r a la r e f i n a * d u r a del o r o . Como es muy difícil, principalmente en los trabajos e n g r a n d e , obtener n¡trate de potasa ó salitre perfectamente puro y esento de muriate de sosa ó sal marina , y por otra parte los destiladores de agua-fuerte no suelen emplear en esta operacion sino salitre de la segunda cocida, el ácido nítrico que obtienen encierra constantemente una cantidad masó menos grande de ácido muriàtico óáculo marino; y siendo perjudicial á la refinadura del «»rola presenciadel último en el ácido nitrico , en cuanto favorece su disolución y forma muriate de plata, es absolutamente indispensable el purificarlo. A este efecto se hacen disolver cerca dé cuatro gramas de plata fina en cada kilograma de agua fuerte, ( ó un adarme por • cada libra ) : á proporcion que la platas» va oxidando con el ácido níliico , se une al ácido muriàtico, v forma con él una ( 32 ) sal blanca indisoluble que se precipita al fondò del líquido, y se llama muriate de plata, ó luna córnea. Luego que se halla precipitada esta materia, y bien clara el agua fuerte, se la decanta con cuidado para que no salga con ella el poso. Aunque la cantidad de piala que aquí se prescribe sea suficiente en casi todos los casos, sin embargo como no todas las aguas fuertes contienen igual cantidad de ácido muriàtico, conviene asegurarse antes de emplearla si todavía tiene algo de ácido muriàtico, mezclando en ella algunas gotas de disolución de plata : si queda clara, es prueba de que está absolutamente libre de é l ; pero si se enturbia, es preciso disolver en ella otra cantidad de plata hasta que se presente el carácter que se lia indicado. En general vale mas que quede algo de plata en disolucionen el agua fuerte, que „o ácido muriàtico, porque la presencia de aguel m e t a l , sino es considerable, no perjudica á laoperacion de la refinadura. También seria conveniente, aunque no i ( 33 ) rstá muy en uso. hacer hervir el aguafuerte algunos minutos, despues de haberla purificado del referido m o d o , para quitarle la pequeña porción de gas nitroso, formado durante la disolución de la plata, el cual podría favorecer la de algunos átomos de o r o , principalmente en la repetición en que el agua-fuerte empleada se halla en un estado de mayor concentración. Aun suponiendo que el ácido muri ático no obrase la disolución de algunas partes de o r o , no por eso dejaría de ser perjudicial en razón del muríate de plata que formaría y que podría pegarse ó introducirse en el interior del rollo de o r o , aumentando su peso. Siendo el agua fuerte del comercio de 3(j hasta 44 grados, y no debiendo tener mas que io. la que se emplea en la primera operacion de la refinadura del o r o , v 3a en la segunda, es preciso quitarle fuer* za echándole agua pura : lo que puede lograrse por grados, procurando no poner mas de la necesaria, pues en tal caso sería preciso añadir roas agua fuerte concen- • ( 34 ) trada. Las dificultades que ofrece la graduación pueden evitarse haciendo la proporcion siguiente : supongamos que se quiere rebajar á 22 grados el ácido nítrico que tiene 38 : es menester multiplicar el número de grados que median entre el de su ácido y aquel á que se ha de debilitar por la masa ó cantidad del ácido, y dividiendo luego ei producto por la mitad del número de grados que tiene el ácido concentrado , el cociente que resulte será la cantidad de agua que se ha de añadir. Esta regla se funda en que el agua no pesa nada en el areómetro, y en que haciendo abstracción de la contracción que aqui puede despreciarse sin peligro, el ácido nítrico ó agua-fuerte mezclado con otra tanta agua pierde la mitad de sus grados, es decir, que da el medio aritmético. Supongamos que se desea templar, como se ha dicho, á 2a grados 4 kilogramas ( 8 libras y cerca de 11 onzas ) de ácido que está á 38 : multipliqúese 16, que es la diferencia entre 22 y 3 8 , por 4 masa del ácido, el producto será 6 4 , que dividido por la mitad del número de grados del ácido concentrado, dará 3,367 por cuociente, que es la cantidad de agua que debe añadirse á los 4kilogramas deácido, esto e s , 3 kilogramas mas 367 milésimos de kilogramas, es decir, 3 hectogramas, 6 decagramas y 7 gramas ( 7 libras 4 onzas i 4 adarmes 20 granos). Si se quiere bajar solo hasta 3a grados 4 kilogramas de ácido que esté igualmente 1 8 , sellará la proporcion siguiente , que es igual á la anterior , 1 9 : 6 : : 4 : * — 1,263, que espresa la cantidad de agua que ha de añadirse á los 4 kilogramas de ácido. Esta proposición es, como se \ e , general y aplicable á todos los casos, puesto que la cantidad de agua debe aumentar ó disminuir con proporcion á la diferencia que hay entre el grado del ácido y aquel á que se la quiere templar, y que el producto se divide siempre por una cantidad constante, que es la mitad del número de los grados del ácido. D e la preparación del a g u a f u e r t e para el toque. Si para la refinadura del oro es necesario que el agua-fuerte esté libre de ácido muriàtico, no sucede lo mismo con respecto á la operacion del t o q u e , pues al contrario debe tener una proporcion determinada -, aunque no son de esta opi nion los que han escrito sobre el asunto y aun los que practican la operacion, quienes guiados por el principio, verdadero en sí mismo, de que Ja presencia del ácido muriàtico en el agua-fuerte favorece la disolución del o r o , mientras que lo que se necesita atacar aquí es solo los metales estraños , para graduar la ley de aquel polla señal que deja, han aconsejado el uso del agua-fuerte pura ; pero con respecto á esto se han equivocado completamente en las consecuencias que han deducido y en las aplicaciones que han hecho. Por los numerosos ensayos que he practicado me he convencido plenamente ( 37 ) que el agua-fuerte pura, cualquiera que sea su grado , no tiene acción alguna sobre un oro de i 5 á 16 quilates. Algunas personas se habían ya apercibido de que con un poco de muriate de sosa ó sal marina se daba mayor actividad al aguafuerte, pudiendo entonces descubrirse la presencia del cobre en el oro de quilates superiores á aquellos en que el agua-fuerte pura nada indicaba perceptible. Mas como el agua-fuerte elei comercio jamas es perfectamente idéntica, ni por su concentración ni por su pureza, y por otra parte le ponían la misma cantidad de sal, les resultaba muchas veces un agua - fuerte demasiado energica ó demasiado floja. Habiendo reconocido en virtud de algunos esperimentos que no permite d e tallar aquí la estrechez de esta instrucción , que cuanto de mas ley es el oro, mas ácido muriàtico debe tener el aguafuerte , me dediqué á hacer varios ensayes, de que me resultó, que la mejor proporcion del ácido muriàtico que debe ( 38 ) mezclarse con el agua-fuerte para un oro de menos de 18 quilates era la siguiente : 98 partes de agua-fuerte pura cuya gravedad específica es de 13,4o ; 2 partes de á c i d o muriàtico de peso de 11,73 ( tomada el agua por la unidad ó » ,000 ) y 10 partes de agua, todo exactamente mezclado y conservado en una botella de vidrio bien tapada. Para purificar el agua-fuerte para el toque , es necesario disolver en ella 3 ó 4 gramas deplata por kilograma,(un adarme de plata por cada libra poco mas ó menos), separar el líquido del poso que se formare en esta operacion, y destilarlo en seguida hasta la última gota. Copelación. La copelación es una operacion que tiene por objeto determinar exactamente la cantidad de metales estraños ligados con el oro, la plata ó con los dos juntos, ó lo que es lo mismo, determinar la cantidad de oro y plata ligados con otros metales. ( 39 ) Se toma al efecto cualquiera masa del metal ligado cuya ley se quiere conocer : esta cantidad es de 1111 grama (20 granos). Las substancias que se emplean para la separación de los metales estraños ligados con el oro y la plata, son el plomo y el bism u t o , bien que algunos inconvenientes que tiene el último lo han hecho abandonar. Para mejor concebir los efectos de estos metales en la copelación, conviene saber desde luego que el plomo es muy fusible y fácil de oxidar, cuyo óxido por su disposición para derretirse y su propiedad vitrifica ble y penetrante favorece la oxigenación del cobre, que es el metal que mas comunmente se encuentra mezclado con el oro y la plata, y lo arrastra con sigo en la copela. No basta saber que se necesita plomo para separar el cobre del oro y la plata, es preciso determinar también, al menos aproximativamente, la cantidad mas conveniente de este metal, porque debe aumentarse en cierta proporcion con el cobre; (4o) lo que se logra con la práctica y los ensayes graduales: generalmente se juzga poco mas ó menos de la ley del metal por el color, el peso, el sonido, la elasticidad, y sobre . todo por el cambio de color que toma ^on el calor rojo, y en vista de todo se determina la dosis de plomo que debe emplearse; la resistencia que opone á la lima y el color que queda en la superficie limada, son también indicios que conviene consultar, y no se equivoca en gran cantidad el que está egercitado en este género detrabajo.Cuanto mas cobre tienen el oro y la plata, su ñor es su gravedad elasticidad, mas morenos se ponen al fuego, mas se endurecen, y mas aumentan su resistencia á la lima. C o p e l a c i ó n d e la p l a t a . Si la plata contiene un vigésimo ó o,o5 de c o b r e , será preciso emplear una cantidad de plomo cuatro veces y media mayor que la del metal aligado ; pero si contiene ( ) 0,10 ó un quinto, es menester ponér lo menos 11 partes. La cantidad de plomo debe aumentarse, como se deja ver, en proporcion del metal estraño; por lo que muchas veces no se puede operar sino con medio grama (diez granos), cuando la plata está tan cargada de cobre, que exige J5 ó 16 partes de plomo, por egemplo ; á 110 emplearse en este caso copelas dos veces mayores que para la plata que no tiene mas que un vigésimo de cobre, porque las copelas apenas pueden absorber sino un peso igual al suyo de óxido de plomo; sin cuya precaución quedaría el esceso en la superficie de esta vasija, ó saliendo por el suelo de la misma la pegaría ála mufla. Puede, no obstante, evitarse este último inconveniente, poniendo la copela que contiene la materia sobre otra copela vuelta lo de arriba abajo, que absorbería el plomo q í e no cupiese en la primera.No se ha empleado bastante plomo en el ensaye cuando el botonde repeso está llano, agudas sus orillas, y presenta en su superficie manchas parduscas. ( 4a ) Cuando ya se ha graduado pues próximamente la cantidad de plomo que es necesaria para la copelación de la especie de plata cuya ley quiere saberse, se coloca la copela en la mufla del hornillo ( i ) ; se carga este de carbones medianos, y cuando se cree que tiene bastante calor, lo que sucede por lo regular al cabo de una hora y se conoce por el rojo blanquecino que toman las copelas, se echa en ellas el plomo. Luego que está descubierta , y bien brillante su superficie, se pone cuidadosamente con unas tenacillas la plata envuelta en un papel (a). Si el plomo está ( i ) P a r a c a r g a r el h o r n i l l o se h a d e e m p l e a r c a r b ó n q u e no s e a d e m a s i a d o m e n u d o , ni d e m a s i a d o g r u e s o , p u e s el p r i m e r o , a p r e t á n d o s e mucho, no dejaría espacios bastante (43 ) baslante caliente, se derrite la plata en el momento, se descubre y aclara la materia, se ven formar sobre la misma en fusión puntos mas luminosos que corren por su superficie y caen hácia la parte inferior, y se levanta un humo que va serpenteando por lo interior déla mufla Al paso que se adelanta la copelación , se redondea mas la obra, se hacen mayores los puntos luminosos, y se agitan con mas rapidez. Siempre es útil que el ensaye tenga mas calor al principio de la operacion, especialmente si la materia es de baja ley; mas es peligroso que sea demasiado fuerte al fin, porque se volatilizaría una porcion de plata, y correría riesgo de ponerse áspero y granoso el boton de repeso (i). Dos son las causas poderosas de grandes p a r a el p a s o del a i r e , d e m o d o q u e el c a l o r no de ensayarse se envuelva en una hoja del- ^ p o d r í a e l e v a r s e al g r a d o n e c e s a r i o ; y el o t r o los g a d a de p l o m o , á fin d e e v i t a r la e f e r v e s c e n c i a y dejaría tan g r a n d e s c h i s p o r r o t e o q u e s u e l e p r o d u c i r el p a p e l . que daría entrada á una c a n t i d a d c o n s i d e r a b l e d e a i r e q u e l e j o s de s e r v i r ( i ) S e c o n o c e q u e el calor es d e m a s i a d o f u e r t e á la c o m b u s t i ó n , n o b a r i a s i n o q u i t a r u n a p o r c i ó n c u a n d o está b l a n c o el c o l o r de la c o p e l a , y n o se d e c a l o r : p o r lo q u e d e b e t o m a r s e u n v é s e r p e n t e a r el h u m o en lo i n t e r i o r de la m u f l a , término medio. (a) A l g u n o s a c o n s e j a n q u e la m a t e r i a q u e ha ó b i e n se l e v a n t a c o n m u c h a r a p i d e z h a s t a la b ó - ( 44 ) pérdida ó disipación que es preciso evitar con cuidado cuando se trata de decidir con rigor sobre la cantidad de fino que v e d a d e la m i s m a ; y p o r el d e n s o contrario no t i e n e b a s t a n t e c a l o r el e n s a y e c u a n d o el h u m o es o b s c u r o , l e n t o , y t o m a u n a d i r e c c i ó n casi p a r a l e l a al s u e l o d e la m u f l a ; s i e n d o t a m b i é n u n a p r u e b a d e n o h a b e r t e n i d o e l s u G c i e n t e , c u a n d o al r e d e d o r del r e c i p i e n t e q u e d a u n c o r d o n de litar-'irio ú h o jas p e q u e ñ a s y a m a r i l l e n t a s d e la m i s m a m a t e r i a . P a r a a u m e n t a r el c a l o r , se p o n e n e n la d e l a n t e r a d e la m u f l a u n o ó d o s c a r b o n e s encendidos, v «e a c e r c a la p u e r t a á la a b e r t u r a d e l h o r n i l l o ; y al c o n t r a r i o p a r a d i s m i n u i r l o , te c o l o c a n j u n t o á las c o p e l a s q u e c o n t i e n e n los e n c a j e s o t r a s c o p e l a s frias q u e se r e e m p l a z a n c o n o t r a s si f u e r e n e c e s a r i o . P e r o p a r a e v i t a r el e x c e s o en a m b o s casos , lo m e j o r es a d e l a n t a r ó r e t i r a r las e o p e ' a s e n la m u f l a , c u a n d o p u e d e hacerse fácilmente , es d e c i r , c u a n d o n o h a y m u c h o n ú m e r o de e n s a y e s en el h o r n i l l o . G e n e r a l m e n t e p a r a p o d e r dir i g i r estos e n s a y e s , y e s t a r s e g u r o d e s u e x a c t i t u d , • e s m e n e s t e r no hacerlos m a s que en dos h i l e r a s , y a u n e s p e r a r q u e esté á m i t a d la p r i m e r a p a r a ( 45 ) contiene la barra ú otra obra ligada. Es menester pues , cuando hayan pasado las dos terceras partes del ensaye, aproximar la copela á la delantera del hornillo , de modo que no tenga mas calor precisamente que <# necesario para presentar todas las señales del relámpago; que así se llama, 6 bieifl¡fulguración ó esplendor, el movimiento rápido con que se agita el boton cuando, al evaporarse las últimas porciones de p l o m o , presenta en toda su superficie fajas matizadas con todos los colores del iris, se fija luego quedando empañado, y se aclara despues con la desaparición de una especie de nube que parecía cubrir su superficie. Se conoce que un ensaye se ha egecutado bien, cuando el boton de repeso está bien redondo, bien blanco, cristalizado por abajo, v eu fin se suelta fácilmente de la copela cuando está fría ( i ) . Si quedase plomo en la e c h a r el plo r o e n la s e g u n d a . Se. c u i d a r á d e p o n e r e n el f o n d o d e la m u f l a u n a p r o v i s i o n d e c o p e l a s p a r a t e n e r l a s c a l i e n t e s s i e m p r e q u e se n e cesiten. ( i ) C u a n d o el o r o y la p l a t a t i e n e n c o b r e , el f o n d o d e l i n t e r i o r d e la c o p e l a a d q u i e r e mi c o l o r {jris m a s 6 m e n o s c a r g a d o , y al c o n t r a r i o se p o n e amarillo alimonado c u a n d o no tienen nada ó m u y ( 46 ) ( 47 ) plata, el boton entonces, en lugar de ser blanco mate y granoso por debajo , seria al contrario brillante y no se pegaria á la copela. Sin embargo , como á no tener mucha práctica, es muy difícil conocer el grado de calor que conviene para el ensaye de tal ó tal plata, siempree^jrudentehacer dos ensayes que se tiene cuidado de poner á los dos lados de la mufla, ó egecutarlos en dos operaciones diferentes, á fin de que las causas de disipación que podrían concurrir en el uno no influyan en el otro, y pueda tenerse por consiguiente una garantía de la exactitud de la operación. Si son iguales los dos botones, ó no difieren mas que de un milésimo, por ejemplo , se puede considerar aquella £ p o c o . Si h a y o t r a s s u b s t a n c i a s m e t á l i c a s e n la m a t e r i a , e s c e p t o el b i s m u t o , n o p a s a n , ^ino q u e q u e d a n en los l a d o s del r e c i p i e n t e , b a j o la f o r m a d e e s c o r i a s d e d i f e r e n t e s c o l o r e s s e g ú n la e s p e c i e de m e t a l . El h i e r r o d a u n a e s c o r i a n e g r a , el e s t a ño, una m a t e r i a g r i s , y el z i n c d e j a u n a b o c e r a • cordon amarillento, etc. como bien egecutada; pero si la diferencia fuese de algunos milésimos, seria necesario empezarla de nuevo, hasta tanto que se lograse la indispensable precisión, principalmen^ si se trata de decidir de la ley de una masa considerable de plata, y garantir sus quilates poniéndole una marca. No es necesario advertir que se debe pesar con mucha exactitud la plata que se somete al ensaye, porque el menor descuido podría causar una diferencia de muchos milésimos, lo que vendría á ser de gran consecuencia en una cantidad considerable. No es de menos importancia el no emplear en la pesada fragmentos muy pequeños de materia, por la facilidad con que pueden escaparse sin que se note, al envolverlos en el cucurucho de papel, ó ser arrebatados por la corriente de aire al tiempo de ponerlo en la copela, ó por el chisporroteo que resulta algunas veces al encenderse (i). ( i ) S u c e d e m u c h a s v e c e s q u e los p l a t e r o s p r e s e n t a n á la m a r c a sus o b r a s l l e n a s t o d a v í a de la ( 48) Debe tomarse también en consideración la pureza del p l o m o , pues si contiene cantidad notable de plata, como sucede con frecuencia, añadiría á la materia una cantidad defino que antes n o t ^ i i a ( i ) . Puede sin embargo hacerse uso de este plomo, sino se tiene o t r o , pasando en la copela separada una cantidad del mismo igual ala empleada en el ensaye de la plata, y poniendo el grano q u e resulte en la balanza pesas cuando se pese el boperdcrse de vista la observación de que, en general, la plata de baja ley necesita un calor mas fuerte,sobre tierra di los moldes en que lian sido vaciadas, ó de la piedra pómez y el aceyte con que hau sido bruñidas. En tal caso es menester limpiar con cuidado sus picos, puntas y rebabas, antes de pesarlas, ya sea volviéndolas á cocer, ya limándolas, y mejor seria no recibirlas basta que estuviesen bien limpias , para no encontrarse con una l.:y mas bajá que U que realmente tiene la materia, ó no perder mucho tiempo en limpiar dichos obelos. ( i ) M . S a g e o b s e r v a q u e c a d a l i b r a de p l o m o tiene c u a n d o m e n o s 4/5 de grano de plata. ( 49 ) todo al principio,que la fina , la cual por el contrario, al paso que DO exige mas que parte y media de plomo con corla diferencia , requiere al mismo. tiempo menos calor^pon especialidad al fin de la copelación. Como el plomo no obra en los metales estraños al oro y á la p'ata sino oxidándose, se hace indispensable dar al airelibre entradaen el interior de la mufla, sirviéndose empero de él con prudencia y modificándolo según las circunstancias, cuyas diferencias graduales son tan imperceptibles á los ojos todavía bisoños en este género de trabajo, que solo puede conocerjasel artistaegerctadojbajo el concepto de que apartando mas ó menos la puerta del hornillo, puede conseguirse aquel objeto. Tales son los principios y las aplicaciones que se deben hacer de ellos, para egecutar con exactitud la operacion déla copelación de la plata. Copelación del oro. Para conocer con precisión la ley del oro, no basta copelarlo simplemente con p l o m o , como se hace respéctode la plata, pues costaría mucho trabajo separar los metales estraños ligados con é l , y particularmente el cobre que se halla tan fuertemente unido con el oro, que no puede oxidarse ni vitrificarse sino muy difícilmente con el óxido de plomo. Asi p u e s , en lugar de poner simplemente plomo con el oro en la copela , se mezcla también plata en cantidad proporcionada á la ley presumida del oro, estimándose esta ley no solo por los mediosya indicados con respecto á la plata, sino igualmente por el ensaye en la piedra de toque, comparándolo con otras ligas de conocidos quilates. Cuando el oro es fino, es decir, cuando contiene por ejemplo, 997, 998, 999 partes de fino sobre 1000 (ó lo que es lo mismo, cuando para tener los a4 quilates ( 5. ) solo le falta 57 de quilate poco mas ó menos), la cantidad de plata quedebeañadirse ha de ser de tres partes, y esto es lo que se llama incuartacion. Pero si encierra 2 0 0 , a 5 o , 3 t o partes ("una quinta, cuarta ó tercera parte ) de cobre, son suficientes dos partes de plata fina. Si es necesario que la cantidad de plata disminuya en razón inversa de la pureza del oro, la del plomo al contrario debe aumentarse en razón opuesta. Con efecto, es fácil comprender que cuando el oro es fino ó casi fino, es tan útil el plomo para favorecer la fusión del oro y la plata como para la refinadura; mas no debe ser lo mismo cuando el oro contiene mucho cobre; y si, por ejemplo , tiene 'jSo milésimos de fino ( 18 quilates ) , se necesitanpara su purificación 24 veces su peso de plomo, y asi proporcionalmente. • Con respecto al ensaye del oro fino, como no exige una cantidad tan grande de plomo, puede hacerse en un grama entero ( 2 0 granos); mas el del oro bajo, por razón contraria, 110 puede verificarse ( ) sino en un m e d i o grama ( 10 granos ) , á no emplear al efecto una copela doble mayor. El ensaye del oro necesita mas calor que el de la plata, pero felizmente puede soportarlo porque no se sublima como ella. Luego pues que se ha pesado el oro con las precauciones necesarias, se envuelve en un papel con la cantidad conveniente de p l a t a , y se echa en la copela donde el p l o m o debe estar ya bien descubierto y bien caliente ; entonces el oro y la plata se derriten, y suceden los mismos fenómenos q u e los que hemos descrito con respecto á la plata. Las precauciones que hemos recomendado para el ensaye de la plata, n o se necesitan en este, es decir, que es i n ú t i l , y aun algunas veces nocivo, el aproximar al fin la copela á la delantera de la mufla, y que se puede retirar el b o t o n todavía rojo del hornillo,» sin riesgo de q u e se ponga áspero y granoso como el d e la plata, aunque es siempre prudente dejarlo enfriar un p o c o , porque en rigor c o m o puede también vegetar, se desgraciaría entonces el ensa* ye. Cuando está bien pasado y frió el ensaye, se le adelgaza en el yunque batiéndolo suavemente con el martillo, se le recuece sobite un carbón á la llama del veIon, ó bien entre carbones encendidos , ó en fin en la mufla del hornillo de copela, teniendo cuidado de que 110 se derrita ;se le pasa luego por el castillejo (1) para darle la forma de una hoja que á lo mas tenga un sexto de línea de recia, se vuelve á recocer esta hoja metálica, y se arrolla en forma de caracol ó espiral. El tirado y el recocido son dos operaciones necesarias para el buei\ éxito del ensaye, y exigen algunas precauciones : i 0 la hoja 110 ha de ser muy delgada ni muy gruesa, pues en el primer caso correría riesgo de romperse con el movimiento que . le comunica el agua-fuerte con .que se la hace hervir, lo que ofrecería dificultades para la exactidud de la opera- (1) C a s l i l l e j o : Iliimanse asi los c i l i n d r o s p a r a t i r a r los m e t a l e s . ( 54 ) cion;y en el otro, al contrario, podría suceder que el demasiado grosor de la hoja 110 permitiese al agua fuerte el penetrar hasta su centro y estraer hasta la última partícula de plata : 2 0 el recocido de la hoja, al mismo tiempo que le da mas flexibilidad y facilita su circonvolucion sobre sí misma sin romperse ni hacer grietas, abre los poros del metal que habia apretado la presión del castillejo, favoreciendo de este modo la acción del agua-fuerte. Tomadas estas disposiciones, se pone la hoja arrollada como se ha dicho dentro de un pequeño matraz en forma de pera, e s t o e s , cuyo cuello vaya en diminución desde su tripa hasta la estremidad; se echa agua-fuerte de 22 grados hasta llenar lamitad ó los dos tercios del matraz que suele ser capaz de 72 gramas ( d o s onzas y media), y se coloca en seguida sobre carbón encendido cubierto de una ligera capa de ceniza á fin de evitar que se quiebre el vaso por un calor demasiado violento. Desde que el líquido entra en ebullición hasta concluir la operacion se ne cestian de 15 áao minutos. Esta operacion se llama refinadura húmeda : mientras se egecuta, se exhala un vapor rojo, efecto de la disolución de la plata con el ácido nú trico ó agua»fuerte. La hoja arrollada se vuelve de color oscuro, y pierde de su solidezy consistencia,en razón de los espa. cios que dejan las partes disueltasde plata. Luego que el agua fuerte haya hervido con el oro veinte minutos, se decanta con cuidado la disolución , procurando no cayga el rollo; se pone poco mas ó menos otra tanta agua-fuerte de 32 grados para estraer las últimas porciones de plata que pudieran quedar en el oro :se le hace hervir segunda vez de siete á ocho minutos, se decanta esta agua-fuerte como la otra, y se llena el matraz de agua destilada ó de rio muy pura. Púnese entonces un pequeño crisol de recocer en la boca del matraz , se vuelve éste de arriba abaio con piecaucion, y por este medio cae el rollo en el crisol por entre el agua que soportando una parte de su peso le impide romperse. Luego se ( 56 ) levanta un poco el matraz, se le vuelve con celeridad v destreza de modo que el agua no tenga tiempo d e caer en cantidad capaz de llenar el crisol y salirse por encima. Se vierte el agua del crisol, te- . niendo cuidado de no dejar escapar el roliito ó algunas partículas que podrían habérsele separado , y s e hace recocer el oro en el crisol tapado sobre las ascuas ó en la mufla del hornillo de copela. El ovo que al salir del agua-fuerte tenia un color oscuro d e cobre oxidado, y estaba muy q u e b r a d i z o , disminuye su volumen, se vuelve d ú c t i l , y recobra su color y brillo metálico con esta operación. Lo único que queda que hacer enton ees para concluir el e n s a y e , es pesar el rollo para determinar la ley de la materia ensayada por la diminución que ha tenido. Aunque losensayesde oro no estén tan sujetos á perder ni á ganar como los de plata; conviene sin embargo hacerlos dobles, y cuando los dos rollos sean perfectamente iguales , se puede estar seguro de que se haegecutado bien la operacion ; (57) . , pero si hay diferencia notable entre ellos, seria menester comenzarla de nuevo. Ensaye de las barras de d o r a d o , y de oro cargado de plata. Hasta aqui no se ha tratado mas que de los casos de mezcla de plata con cobre y de o r o c o n e l m i s m o metal; p e r o ademas de estos dos, los mas comunes á la verdad, hay otros dos que también merecen alguna atención. El uno es cuando en una cantidad considerable de plata no se encuentra sino una muy pequeña de o r o , que es lo que se llama durado, como el ensaye que se hace de él se llama ensaye de dorado-, y el otro es cuando en una eran cantidad de oro se encuentra í) una muy corta de plata que es menester determinar. Si en el caso que acabamos de citar no hubiese mas que estos dos metales ligados, el ensaye seria muy sencillo, pues bastaría hacer disolver el primero en agua-fuerte pura, y añadir plata al segundo para copelarlo despues con plomo; pero como casi siempre se ( 58 ) encuentra mezclada con ellos alguna cantidad de cobre, es preciso estraerla por medio de la copelación. Si lo que se quiere ensayar es dorado, por ejemplo, no será necesario poner le plata en razón á ser de este metal la mayor cantidad de su masa; masdespues de haberla determinado aproximativamente por los medios ya insinuados, se pondrá la correspondiente cantidad de plomo, y se procederá á la copelación como en los ensayes ordinarios de la plata; teniendo presente, que aunque contenga" oro, no se le debe dar tanto fuego como para el ensaye de este metal que es el único que entonces se trata d"e examinar, mientras que aqui se necesita conocer las cantidades relativas de oro y plata de que consta la barra de dorado. Cuando el boton está ya pasado con todas las condiciones que cateterizan un buen ensaye, se hace con cuidado el repeso en la balanza, y se toma nota de su peso, por el cual se verá la cantidad de liga que tenia, se aplana luego este boton con el martillo, se hade ( 59) recocer, y se pone en un pequeño matraz de figura de pera y boca estrecha, se le echa agua-fuerte pura de grados, y se le hace hervir ligeramente hasta que no quede mas que polvo en el fondo del líquido, se deja reposar entonces por algún tiempo para que se reúnan allí las partes del o r o ; se decanta luego el líquido claro con mucha precaución, se reemplaza por una nueva dosis de agua-fuerte mas concentrada que la primera, y se la hace hervir aun algunos minutos. Despues de haber dejadp precipitar el polvo de oro, se vierte el agua-fuerte como la primera vez, se llena el matraz de agua pura, se vuelca en un pequeño crisol de recocer, y luego que han caido en él todas las partículas de o r o , lo que se logra golpeando suavemente en el matraz, se levanta 1111 poco esta vasija y se vuelve con mucho cuidado á fin de 110 mover demasiado el agua que indudablemente sacaría consigo el oro del crisol. Se deja igualmente reposar el oro en el fondo del crisol, y aun se menea lige- ramente esta vasija para facilitar la precipitación del oro separándolo de sus paredes cuyas asperezas lo detienen; entonces decanta el agua m u y peco á poco, y se hace recocer el metal como ya se ha dicho en el artículo del ensaye del oro. Por la cantidad de oro que se obtiene se puede conocer la de plata, porque sabiendo antes la de ambos metales, basta sustraerla de la s u m a total del boton de repeso. El número de milésimos de oro encontrados en el grama que se ha sometido al ensaye, representa otros tantos gramas por kilograma de la materia; y se encontrará la cantidad q u e contendría por marco, multiplicando las partes alícuotas de este peso, es decir, los granos por el número de milésimos encontrados en el grama-, y dividiendo luego el producto por el grama que c o m o es sabido consta de 10 granos de peso español. Por este medio se sabe la cantidad de milésimos contenidos en 1111 marco, que basta dividir luego por 5 o , que es el número de milé- simos de grama que contiene un grano español, para convertirlos en granos, peso de marco; y si se quiere, por evitar largas divisiones, se tomará la onza en lugar del marco, y se multiplicará luego el cuociente que resulte por 8 , lo que dará lo mismo (1). Con respecto al caso en que el oro contuviese plata cuya proporcion quiera conocer, sedespues de haberla graduado aproximativamente con la piedra de toque, se añadirá la dosis de plata capaz de formar laincuartacion, y se copelará con la cantidad necesaria de plomo según el cálculo que se haya hecho de la liga que contiene, se pesará el boton, y se obrará en lo demás como para el ensaye del oro ordinario; debiendo solo advertir que es precisodesfalcar aqui de la cantidad de plata encontrada por medio del peso del oro la de la plata que se ha puesto. (1) P a r a r e d u c i r los m i l é s i m o s de o r o á g r a n o s por marco , y visceversa, no hay mas que hacer sino c o n s u l t a r la tabla q u e se ha f o r m a d o c o n e s t e o b j e t o y se halla al fin d e la o b r a . • ( 6a ) Del ensaye del oro q u e contiene platina. - La codicia ha empleado algunas veces su maligno ingenio para mezclar con el oro y la plata una porcion de platina imperceptible á la vista, aunque capaz sin embargo de procurarle una ganancia ilícita. Los ensayadores deben poner mayor cuidado en esta especie de fraude en razón á que el metal de que se trata goza de algunas propiedades comunes al oro y á la plata, pues resiste lo mismo que ellos á la acción del plomo por la copelación , y aun rechaza en parte la del agua-fuerte en la operacion de la refinadura. ' Voy á presentar aqui el resultado de mis observaciones en el asunto, que aunque no sea tan completo como seria de apetecer, bastará tal vez á los ensayadores atentos para conocer la presencia de la platina en el oro y la plata. •> - Del o r o ligado c o n la p l a t i n a . He hecho cuatro aligaciones principales, repitiéndolas muchas veces, en las cuales habia desde 10 hasta 25o milésimos ( desde una centésima hasta una cuarta parte ) de platina ligada con el oro fino , y despues de haber puesto tres partes de plata, las he copelado con la canti. dad suficiente de plomo. He aplicado toda mi atención en estos ensayes, desde el principio hasta el fin, para conocer y reunir, si me era posible , cuantos fenómenos presentasen; establecer luego por medio de la comparación las diferencias que pudiera haber entre ellos y los ensayes ordinarios, y poner por fin al ensayador en estado de poder reconocer la presencia de la platina en el oro y la plata. Primera observación. Cuando la platina está con el oro solo en razón de o,oao (una cincuentésima par- (64 ) te ) , es menester u n calor mucho mas fuerte que para el o r o , á fin de que esta liga pueda pasar, y quede redondo el boton , pues de otro m o d o se aplana , y su superficie se pone áspera. Segunda observación. En el momento en que pasa el ensaye, el movimiento es mas .lento , y de algún modo mas embarazoso, las fajas de colores son menos numerosas, mas oscuras, y no tan permanentes. Tercera observación. Un fenómeno mas notable que los anteriores y mas propio por consiguiente para probar la existencia de la platina, es el que despues d e haber presentado débilmente los colores del iris, no se descubre el ensaye, y su superficie no se abrillanta como la (le los ensayes de oro y plata , sino que al contrario queda mate y empañada. Cuarta observación. Cuando el ensaye que encierra platina, ha tenido bastante fuego para pasar bien, si se examina con atención, se echará de ver que las orillas del boton son mas recias y red ndasque las de los ensayes comunes, que su color es de un blanco mas mate y algo amarillento, y que su superficie está en todo ó en parte cristalizada. A la verdad , estos efectos varían en i n tensión según las proporciones en que se encuentra la platina con los demás metales, pero son perceptibles hasta en la dósis de una centésima parte, y es probable que el fraude no podría mezclar con ventaja este metal con el oro en cantidad menor que esta, en razón de que los cuidados que exigiría esta operacíon, y los peligros á que se espondría el que la egecutase, no quedarían suficientemente indemnizados. Los botones compuestos de oro , plata y platina se forjan con bastante facilidad,y 3. ( 66) seria difícil reconocer su alteración por sola esta operacion mecánica; también se reducen á láminas con mucha comodidad, pero estas tienen mas consistencia y elasticidad que las de los ensayes de oro. • % Quinta observación. También hay algunas observaciones que hacer cuando se pasan los rollos en el aguafuerte. Si la platina escede de una cincuentésima parte, el líquido toma un color pajizo que se aumenta en razón de la cantidad de platina; pero en cantidad menor que esta, el agua-fuerte no produce color alguno perceptible. * Sexta observación. Durante la refinadura, los rollos toman un color verde o s c u r o , si contienen mas de 120 milésimos ( algo mas de una décima parte ) de platina, y tan solo dos veces y un quinto su peso de plata : este color no aparece bien distintamente (<5?) en menos de 20 milésimos, ó de una cincuentésima parte. Son muchas las variaciones que se experimentan en el colory recargo ó aumento de los rollos despuesde la refinadura y del recocido : variaciones que al parecer dependen i", del mayor ó menor grosor que se daá la materia al tiempo de reducirla á planchas; o. . del recocido mas ó menos fuerte que ha sufrido despues; 3°. del grado de las aguas-fuertes e m pleadas en la refinadura; 4o. en fin de la proporcion relativa de cada uno de los metales que entran en la liga. Cuando no hay mas que un décimo de platina, se puede quitar al oro todo este metal,adelgazando mucho la hoja y reco. riéndola mas, sin necesidad de emplear otros medios que los usados para los ensayes de oro fino; pero si escede de la citada cantidad, es muy difícil el estraerla del todo; y si la dosis llega hasta la cuarta parte del oro , se hace imposible la cosa por el método ordinario, lillet en una memoria muy circunstan- í 68 } ciada sobre el modo de obrar en el aguafuerte la platina ligada con el oro y la plata, asegura que ha logrado siempre separar exactamente este metal estraño h a c e n d ó la hoja muy d e l g a d a , empleando a-cido, al principio flojo, luego mas f u e r t e , y haciéndole hervir mucho tiempo tres veces seguidas. Aun conviniendo que estas disposiciones sean favorables al objeto propuesto, creo sin embargo que la cosa es impracticable cuando la proporcion de platina pasa u n décimo de su liga con el o r o , y no se emplea mas cantidad de plata que la acostumbrada. En los muchos ensayes q u e he hecho á i o , 20 y aun 4o milésimos (á 1, 2 y hasta 4 centesimas partes ) de platina,no me ha resultado recargo en e! rollo, siguiendo el método común; mas á 100 milésimos^ á un décimo) he tenido un a u m e n t o de algunos de estos; y cuando la porcion de la platina llega hasta a5o milésimos ( hasta la cuarta parte) subió mucho mas el recargo; aunque estos últimos habían sido manejados en todo como los precedentes. (69) Noesplicaré aquí por qué en un caso es completa, y en otro solo parcial, y con re cargo la d .solucron de la platina, pues esto importa poco al ensayador que no busca masque el resultado, siéndole indiferente la causa que lo produce;bástale saber que cuando la platina no escede de los 3o á 4o milésimos, ( 3 ó 4 centésimas partes) de su liga con el o r o , este último queda limpio de ella si la refinadura se ha hecho con las precauciones necesarias; que cuando aquel metal está en mayor cantidad, se hace demasiado perceptible y evidente el fraude para que deje de conocerlo, i° por el mayor calor que exige el ensaye para pasar y tomar forma redonda, 20 por la falta de l a f u l g w a c i o n ó esplendor, 5" por la cristalización de la superficie, y el color blanco y mate del b o t o n , 4o por el color pajizo mas ó menos cargado que comunica el agua fuerte durante la refinadura, y 5 o en fin, por el color amarillo bajo ó blanquizco del rollo cuando e^tá recocido. Solo diré, con arreglo á esperimentos C 70) indudables muchas veces repetidos, que si la platina forma la cuarta parte del oro, es necesario ponerle al menos tres veces el peso de la liga de plata fina, hacer las planchas delgadas, el recocido algo fuerte , y la ebullición por espacio de media hora en la primera agua-fuerte y de un cuarto de hora al menos en la segunda, para que el ácido pueda disolver toda la platina; de cuya aserción se verá un egemplo en el artículo que sigue del ensaye del dorado. Del e n s a y e del d o r a d o q u e se s o s p e c h a e s t a r m e z clado ccn platina. En las barras de dorado es donde principalmente ha tratado la mala fe de cometer sus fraudes con la mezcla de la platina, creyendo que el oro que las mas veces queda en polvo, encubriría de algún modo , sin adulterarse, la presencia de la platina, pudiendo por tanto el ensayador que no estuviese muy sobre sí caer en un error perjudicial al comprador. ( V ) Para dar una regla fija sobre este punto, he formado una barra de 98 milésimos de oro fino , 5o de platina y 854 de plata. Despues de haber fundido dos veces, forjado y reducido á planchas esta barra, se han pesado y copelado varios ensayes por el método ordinario; la obra ha pasado bien, pero sin aquel movimiento rápido que presentan los ensayes de dorado, tampoco han sido tan vivos los colores del iris, ni se ha manifestado el esplendor; los botones eran mas redondos, mas gruesos sus lados, y perfectamente cristalizada su superficie : estos bolones reducidos á láminas ú hojas y recocidos se han pasado por el agua-fuerte según las reglas prescritas, y en el momento ha tomado esta un color amarillo, el rollo se ha reducido á polvo en que se observaban algunas partículas mas cargadas de color y mas ligeras. Lavados y vueltos á cocer los polvos tenían un color amarillo oscuro, y se distinguían fácilmente en ellos por m e dio de un lente ciertas partes negruzcas ( 7a ) parecidas á platina dividida. Estos ensayes habían tenido el aumento de tres milésimos* Asi se vé q u e á pesar de la gran división del oro por la plata, que debería permitir al agua-fuerte tomar toda la platina, queda sin embargo cierta cantidad que aumenta el peso del oro. Este hecho se concebirá fácilmente cuando \ o haga conocer los fenómenos que se han observado durante la disolución de la liga de plata sola con platina. Con el objeto de saber lo que sucedería en caso que el oro abundase bastante en una barra que contuviese platina, para conservar durante la refinadura la forma de rollo, he añadido á dicha barra una cantidad de aquel metal que aumentaba su proporcion hasta 182 milésimos , y reducía la de la platina á 45 ó á los o,25o milésimos de su l i g i con el oro. Los efectos de la copelación fueron los mismos con corta diferencia; pero los de la refinadura variaron notablemente, pues el agua-fuerte era mas transparente, el oro ( 73 ) se conservó en rollo, manifestándose bastante natural su color antes y despnes del recocido; sin que hubiesen tenido ningún aumento respecto de que los unos pesaban 182 y los otros iSí y mas de medio. El oro pues no conserva platina cuando se halla dividido por una cantidad correspondiente de plata, aunque la platina esté aqui en razón del oro como de uno á dos. Pero aun cuando el resultado de estos ensayes no fuese tan satisfactorio como en el caso anterior, seria imposible que el ensayador dejase de conocer la falsificación en razón délos diferentes caracteres que presenta la materia durante la serie de operaciones á que se sugeta:el modo de pasar el ensaye, la superficie y color del boton, el del agua-fuerte, del rollo etc. son otras tantas señales que no pueden ocultarse á un artista egercitado y observador, y que le servirán sin equivocación para reconocer la existencia de la platina en el dorado. V. '• » ' ^ . ¿st - (74) D e l e n s a y e d e la p l a t a l i g a d a c o n p l a t i n a . Aunque sea poco verosímil que la mala fé introduzca platina en la plata, por la p o c a diferencia del precio de estos dos metales , y por la mudanza notable que produce en las propiedades de la plata , he creído no obstante á propósito hacer algunos ensayes relativos al objeto. Un gran número de ensayes hechos desde 5 hasla a5o milésimos( que ya es la cuarta parte ) de platina en su liga con la plata, han presentado los fenómenos siguientes. Cuando la platina no escedede 5omilésimos(la vigésima parte ),el ensaye pasa fácilmente, y se manifiestan los colores del iris aunque no tan vivos como en un ensaje ordinario de plata; pero si pasa de 100 (de una décima) no hace esplendor ninguno, y aunque sea muy corta la cantidad que haya de platina, nunca es del todo completo este fenómeno. Ya se ha visto mas arriba que la presencia de la platina en el oro daba al ensaye la propiedad de cristalizar : este efecto es \ ( 75 ) todavía mas notable en la plata, pues por corta que sea la cantidad que contenga de aquel metal, Ja superficie del boton de repeso está mas ó menos cristalizada , sus orillas mas redondas, y su color de un blanco mas mate y amarillento. Estos fenómenos se aumentan en proporcion de la cantidad de este metalestraño ; aunque hay un término en que el ensaye no pasa completamente sin un calor considerable, y es cuando la platina forma la cuarta parte de la liga. En este caso, aun antes que se haya disipado la totalidad del plom o , se allana en forma de moneda, la superficie se pone áspera, y presenta con el lente un conjunto de vegetaciones causadas por una verdadera cristalización; v su color es ademas de un gris empañado. Para que el ensaye de una liga de plata y platina pueda pasar fácilmente, es preciso que la primera forme cuando menos las cuatro quintas partes, sin cuya circunstancia conserva siempre una porcion de plomo, á no haber tenido mas calor que los ensayes de plata. ( 76 ) Se ve pues que una cantidad muy corta de platina hace cristalizar l a plata, propiedad que en rigor bastaría para hacer conocer su presencia en este metal; pero aun hay otra mas cierta que no deja duda alguna en esta parte, y es la disolución del boton en el agua-fuerte. En efecto, cualquiera que sea la cantidad que haya de este metal en la plata , el ácido toma un color oscuro, y deja despues de la disolución un poso de polvo negro causado por una porcion m u y sutil de platina. Asi p u e s , cuando la cantidad de plati' n a q u e hay en la plata es tan corta que la cristalización del b o t o n puede dejar alguna duda sobre su presencia, es menester hacerlo disolver en agua-fuerte; y si los fenómenos que acabamos de enunciar aparecen, se tiene ya seguridad de la ex.stenciade la platina. De la o p e r a c i o n d e l t o q u e . Los ensayes por m e d i o del toque se han establecido para aquellos objetos de oro, (77) cuya pequenez y finura no permiten se les quite la porcion necesaria para el ensaye en el hornillo. Habiendo demostrado la esperiencia que este género de ensayes 110 podia dar mas que pruebas inciertas y equívocas de la calidad del oro superior á la cantidad de 750 milésimos de fino ( 18 quilates ), han dispuesto las leyes que todas las obras que 110 puedan ensayarse sino con la piedra de toque, vayan marcadas con el punzón de la tercera ley ó calidad que es el que espresa los 75o milésimos de fino ( 18 quilates ). La operacion del toque es la que exige mas práctica de comparación , para distinguir la l e y , y mas orden en conservar la razón que debe existir entre los toques y los objetos tocados. En efecto, si el ensayador 110 conservase con el mayor cuidado el mismo arreglo entre las piezas tocadas que el que existe entre los toques que ha hecho en su piedra, se espondria á romper piezas buenas y á pasar otras malas, cuyo inconveniente seria de la mayor importancia. ( 76 ) Se ve pues que una cantidad muy corta de platina hace cristalizar l a plata, propiedad que en rigor bastaría para hacer conocer su presencia en este metal; pero aun hay otra mas cierta que no deja duda alguna en esta parte, y es la disolución del boton en el agua-fuerte. En efecto, cualquiera que sea la cantidad que baya de este metal en la plata , el ácido toma un color oscuro, y deja despues de la disolución un poso de polvo negro causado por una porcion muy sutil de platina. Asi p u e s , cuando la cantidad de plati' n a q u e hay en la plata es tan corta que la cristalización del b o t o n puede dejar alguna duda sobre su presencia, es menester hacerlo disolver en agua-fuerte; y si los fenómenos que acabamos de enunciar aparecen, se tiene ya seguridad de la ex.stenciade la platina. De la o p e r a c i o n d e l t o q u e . Los ensayes por m e d i o del toque se han establecido para aquellos objetos de oro, (77) cuya pequenez y finura no permiten se les quite la porcion necesaria para el ensaye en el hornillo. Habiendo demostrado la esperiencia que este género de ensayes 110 podia dar mas que pruebas inciertas y equívocas de la calidad del oro superior á la cantidad de 700 milésimos de fino ( 18 quilates ), han dispuesto las leyes que todas las obras que 110 puedan ensayarse sino con la piedra de toque, vayan marcadas con el punzón de la tercera ley ó calidad que es el que espresa los 75o milésimos de fino ( 18 quilates ). La operacion del toque es la que exige mas práctica de comparación , para distinguir la l e y , y mas orden en conservar la razón que debe existir entre los toques y los objetos tocados. En efecto, si el ensayador 110 conservase con el mayor cuidado el mismo arreglo entre las piezas tocadas que el que existe entre los toques que ha hecho en su piedra, se espondria á romper piezas buenas y á pasar otras malas, cuyo inconveniente seria de la mayor importancia. C 78 ) Aunque el agua-fuerte que se emplee para el toque, no deba atacar sensiblemente á un oro de 700 milésimos ( 18 quilates) , sin embargo, cuando hay algunas dudas sobre la ley de una pieza, convendrá compararla con la punta ó barrita aquilatada cuya ley es bien conocida ; y por mas práctica que tenga el ensayador en este género de trabajo, jamas debe romper nada sin haber consultado antes sus piezas de comparación. La precaución que nunca debe olvidars e , es la de morder cuanto sea posible hácia el fondo de la materia del objeto que se toca, porque muchas veces despues que se le ha dado c o l o r , es mas lina su superficie que el interior; y aun conviene hacer dos t o q u e s sobre el mis • rao punto, á fin de comparar el efecto que hiciere el agua-fuerte e n cada uno de ellos. Otro cuidado 110 m e n o s importante es el de tocar en todas las partes de que se compone una joya, s i n comprender la soldadura' cuando s o l o se trata del cuerpo del objeto , p u e s bastaría que se ( 79 ) encontrasen alli algunos átomos de la misma para que el toque fuese malo del todo y se tuviese que romper la obra. Es útil, sin embargo, tocar por separado las soldaduras, para asegurarse de que no son de una ley demasiado baja; en el supuesto de que han de ser cuando menos de 12 á i 3 quilates. El agua fuerte, tal cual la he indicado mas arriba, no debe atacar sensiblemente al oro de 75o ( 1 8 quilates ) ; s i n embargo, esta inacción está sujeta al tiempo y á la temperatura; porque i" habiendo demostrado la esperiencia que el estado termométrico del aire en sus estreinos influye de un modo sensible en el agua-fuerte y en la piedra de toque, aumentando en un caso la acción de aquella mas de lo que se necesita, y anulándola enteramente en el otro, conviene muchas veces antes de principiar el trabajo, hacer prueba del agua-fuerte en las aguja» ó barritas de comparación. Si el calor del aire ha dado demasiada actividad al aguafuerte , será necesario echarle 1111 poco ( 3o ) «le agua; y al contrario, si el frió ha disminuido sobradamente ó anonadado su acción, se restablecerá su temperatura como igualmente la de la piedra poniéndolas poralgun tiempo en parage caliente ó sobre una estufa , hasta que esten á 10 ó 11 grados. Si se dejan en contacto estos cuerpos durante algunos minutos, el oro llegará á empañarse; pero comparando estos efectos del agua fuerte con los que produciría la misma en el oro de 708 ó sea 17 quilates, y mejor aun en el de 16, se observará una diferencia muy notable. Entonces el toque toma casi repentinamente un coloroscuro que poco á poco se va volviendo verdoso, y que casi no deja señal alguna de metal en la piedra despues de enjuta. Para tocar cualquier objeto, se le frota ligeramente en la piedra hasta haber formado una capa cargada de dos ó tres milímetros ( una línea ó línea y media ) de ancha y cuatro (dos líneas) de larga, se toma luego con la punta de una pluma, cortada por mas arriba del cañón, una ( 81 ) gota de agua-fuerte que se estiende con cuidado é igualdad sobre la señal del oro , v se observa loque sucede por espacio de siete á ocho segundos, cuyo tiempo basta para queel agua-fuerte produzca su efect o , y pueda el artista conocer la ley del objeto. Si el toque conserva su color amarillo y brillo metálico, es prueba que el objeto tiene los quilates que la ley manda; pero si al contrario la señal toma un color rojo oscuro de cobre quemado, y si enjugando la piedra disminuye la materia, puede estarse cierto de que el objeto es malo. Si el ensayador tiene muchas piezas que tocar, formará en la piedra una seguida de loques, teniendo cuidado de colocar en su mesa los objetos según los vaya tocando ypor el mismo orden que tienen en la piedra, á fin de poder reconocer y hacer pedazos los que tal vez se encuentren malos. Como el ensayador no tiene tiempo para borrar los toques á medida que los comprueba, tendrá cuidado, despues de haber ensayado la obra de un fabricante, y antes de empezar la de otro, de separarlos mediante una línea para no confundirlos. Por último , cuando la piedra esté cubierta de toques, los borrará con polvos de piedra pómez y aceite, frotándola con un cuero pegado á un trozo de madera. Alhajas huecas. Los detalles queacabamosdedarsoloson relativos á las alhajas llenas ó macizqs que tienen todas las partes homogéneas; mas también se fabrican alhajas huecas formadas de ojas ó conchitas de oro soldadas una con otra por los cantos. En las obras de esta especie es donde el ensayador ha d e poner mas atención y cuidado para descubrir el fraude de que son mas susceptibles que las otras. En efecto, pueden estar llenas de cuerpos estraños, ó ser baja la soldadura , sin que pueda distinguirlo el ensayador si se contenta con tocr.r solamente la parte esterior. ( 83 ) Convendrá pues fundir á lo menos una pieza de cada especie de las obras que le presenten, y tocar luego el boton que resulte para asegurarse si tiene la ley; lo que es fácil de reconocer entonces por estar exactamente mezcladas todas las partes. N o obstante, si no se encontrase m a s q u e una corta diferencia entre la calidad de las alhajas asi fundidas y la prescrita por la ley, no deberán romperse, pues elmas hábil y honrado artista no es dueño siempre de no emplear mas que la cantidad de soldadura necesaria para que la ley de su obra sea exactamente de 7J0 milésimos de fino ( 18 quilates ). Pero si la diferencia consiste en mas de 10 milésimos ( cerca de un cuarto de quilate) de falta, debe cortarse la obra aunque no produzca mas pérdida que la de un centésimo sobre el valor intrínseco del objeto. Si el ensayador al romper las muestras que ha tomado para fundir, las encontrase llenas de metales estraños, como hierro, cobre, y aun de soldadura baja, 110' ( 34 ) debe contentarse con hacerlas pedazos, si es que está-en obligación de denunciar los autores á los tribunales, como lo ordena la ley. T o q u e p a r a la p l a t a . Del mismo modo que con el oro se fabrican también con la plata alhajas que se presentan acabadas en la oficina del contraste, y que son tan pequeñas que es imposible tomar de ellas parte alguna para el ensaye. Es forzoso entonces tomar una, dos ó tres piezas de cada género de obra según su peso, para ensayarlas en el hornillo. Mas como no todas las piezas pueden sujetarse á esta prueba, y tal vez se encontrarán algunas que no sean de ley, he buscado 1111 medio por el cual sea fácil conocer con corta diferencia, como en el oro , la calidad de las alhajas de plata sin romperlas. Entre todos los ensayes que he hecho al efecto, el que mejor meha salido consiste en ( 85 ) el uso de puntas ó barritas de comparación como para el oro, con la diferencia de que no se pone agua-fuerte ni otro líquido en los toques. Asi pues se componen cinco puntas ó barritas desde 700hasta 800 milésimos de fino ( desde 8 dineros 9 granos y medio bas a 9 dineros \í\ granos y medio ) , de modo que la diferencia entre ellos no sea mas que de 20 milésimos ( 6 granos de fino) : cuando se quiere ensayar alhajas de plata que hayan de llevar la marca de segunda ley que es de 800 milésimos, se tocan en la piedra, se forma luego junto á las señales que han dejado un toque con la liga de com, aracion , y se juzga por el color si son de la misma ley ó si se diferencian. Gomo la mayor parte de estas pequeñas alhajas están blanquecidas, es necesario para no engañarse quitar por m dio de un primer toque la capa superficial de que no debe hacerse caso, y balter otro que es el que lia de examinarse, j Cuando la piedra de toque es de un ( 86 ) negro subido y puro, y se han formado toques bien cargados, la diferencia de color de las señales de plata viene á ser muy notable en una diferencia de menos de 20 milésimos de ley (6 granos) , principalmente si se les examina con un lente. Cuando se ha adquirido práctica en este género de comparaciones, se llega á tener una exactidiul casi tan grande como para el oro. Habiéndome egercitado algunas veces en determinar por esté medio la ley de diferentes platas, nunca me he engañado en mas de 15 milésimos ( 4 granos y medio ) , exactitud á que apenas puede llegarse en el oro á pesar de ser de un valor diez y seis veces mayor. No escediendo, pues, de ocho gramas ( 4 adarmes 16 granos) el peso de las alhajas mas gruesas de plata, el error de los 15 milésimos que puede cometerse no dará mas diferencia que la de cinco céntimos en su valor intrínseco, que puede despreciarse. M o d o d e e n s a y a r las m o n e d a s d e c o b r e . Como puede acontecer algún caso en que se encargue á los ensayadores el comprobar con esperimentos la calidad de las monedas de cobre, creemos podrá ser útil prescribirles aqui un método sencillo y exacto al mismo tiempo para llenar el objeto. La moneda de cobre puede adulterarse con muchas substancias metálicas mas baratas que el cobre, y que en corta cantidad no son capaces de cambiar las propiedades de este metal, de modo que el fraude sea perceptible á la vista. Como la mayor parte de los metales que pueden ligarse con el cobre en cantidad considerable, sin mudar notablemente sus propiedades, tienen un precio casi tan alto como el cobre, es muy raro que se les emplee en su estado de pureza para combinarlos con este metal. Pero se podrían aplicar á este objeto ligas que se formaron para otros usos, y que 110 tienen ( «8 ) en tal estado tanto valor como el cobre, v.g., campanas viejas, cañones y morteros, que están compuestos de cobre y estaño, calderas viejas, candeleros, y generalmente todos los objetos hechos de cobre y zinc, conocidos vulgarmente con el nombre de azófar ó latón, y cuvo precio es bastante moderado. Todos los demás metales ó son demasiado caros ó hacen muy quebradizo el cobre ó le cambian demasiado el color para que se les pueda emplear en la falsificación de las monedas de cobre. El estaño y el zinc son pues los que deben llamar principalmente la atención y las indagaciones del ensayador. Para proceder al ensaye de una moneda de cobre que se cree adulterada, se toma de ella una cantidad determinada que debe ser al menos de cinco gramas ( dos adarmes 28 granos ); se corta la materia en pedacitos que se meten en un matraz de cerca de dos decilitros decapa- ( 89) cidad(i); se echan encima seis partes de agua-fuerte pura de veinte y cuatro ó veinte v seis grados ; y se la hace hervir una hora: si el cobre contieneestaño,,se formarán unos polvos blancos; en cuyo caso se vaciará todo en una vasija de vidrio ó de loza, se limpiará con cuidado el matraz, y se estenderá la disolución con cerca de un litro de agua bien clara (•->.) ; se meneará todo junto, se le dejará reposar hasta que los poh os blancos se precipiten del todo en el fondo. Se decanta en seguida por me.Üo de una cantimplora el líquido sobrenadante que contiene el cobre, y se echa en vasija separada ; añádese al poso medio litro (un cuartillo ) de agua nueva, y se le menea como la primera vez. Para conocer la cantidad de los polvos blancos, se les une con un poco de agua en un filtro de papel Josef, secado y pesado de antemano , y metido en un embudo •i .1 rr • « ¡ •. (1) C a d a d e c i l i t r o es la q u i n t a p a r t e de cuartillo. ( 2 ) El l i t r o es d o s c u a r t i l l o s . ', '• un ( 9° ) de vidrio; y se echa en él otra cantidad de agua para reunir los polvos y separar las últimas partes de cobre. Se hace secar entonces el filtro sobre muchos papeles de estraza ó añafea en una estufa á treinta ó cuarenta grados de calor, se pesa el filtro con la materia en una balanza muy sensible, y deduciendo el peso del papel se tiene el de la materia. Para tener ahora el peso del estaño metálico contenido en estos polvos, es menesterescluir los 22 centesimos de su peso ( algo mas de un quinto ). Estaoperacion es muy fácil, consistiendo sencillamente en multiplicar la cantidad de los polvos obtenidos por 22, y en dividir luego el producto por JOO. Sea, por ejemplo, 3o representante la cantidad de polvos , que multiplicado por 22 da 6 6 0 , y que dividido por 100, es igual á G,6o, que es preciso deducir de 3o; lo q u e d a 23,4 por el estaño metálico. Una vez determinado el peso del estaño, se tendría también el del cobre, si ha- biese certeza de antemano de que la pieza de moneda no contenía mas que estos %»s metales; pero como puede suceder que al mismo tiempo encierre zinc, hierro, etc. , es preciso separar de la disolución el cobre que contiene, metiendo en ella una plancha ú hoja bien limpia de hierro que se deja allí hasta que se haya precipitado todo el cobre, lo que se conoce por el cambio del color azul del liquido en oscuro verdoso, y del sabor acre y cáustico en dulce , y en fin cuando el álcali volátil, mezclado en una corta cantidad de este líquido, ya no lo vuelve azul. Sepárase entonces con cuidado el cobre de las hojas de hierro, se decanta el líquido con precaución para que no arrastre consigo el cobre, se le lava á muchas aguas, se le hace secar y se le pesa. Si la cantidad de cobre obtenida por este medio forma con la del estaño la suma de materia empleada con la diferencia de uno ó dos centésimos, es prueba que no contenía mas que estos dos metales; pero si hay un déficit notable, debe atri- ( 9* ) huirse al zinc, y algunrs veces á una corta cantidad de hierro. También hay medios para separar y poner aparte el zinc que podria encontrarse á una con el estaño en las piezas de cobre; pero como á causa de ser bastante complicados exigen todos los recursos del arte para egecutarse con precisión, y está determinada por otra parte la cantidad de cobre que es el objeto principal de la operacion, viene á ser lo demás de poca importancia y de mera curiosidad. Modo de analizar las monedas de cobre ligadas con zinc. No sucede con el zinc lo mismo que con el estaño; el ácido nítrico lo disuelve tan bien como al cobre, y 110 se puede por el mismo medio separar inmediatamente estos dos metales. El que me ha parecido mas sencillo y exacto, es el de hacer disolver en el ácido sulfúrico, ó aceite de vitriolo , una cantidad conocida del metal, estender luego la disolución de 7 á 8 partes de agua, y meter en el líquido asi diluido una hoja ó plancha de zinc pesada con exactitud. Por este medio será precipitado el cobre bajo su forma metálica por el zinc, que se disolverá en su lugar.Despues dehaber decantado el líquido despojado de cobre;se separará con cuidado este último de las planchas de zinc, se hará secar el uno y el o t r o , y se les pesará. El peso del cobre indicará la cantidad de este metal contenida en las piezas ; y solo este resultado bastaría en rigor para conocer la cantidad de las materias éstrañas de la liga, mas para mayor exactitud se puede separar el zinc de la disolución por medio de 1111 carbonato alcalin o , ó potasa del comercio, lavar en mucha agua el precipitado que se ha formado, secarlo y hacerlo en seguida calcinar fuertemente en un crisol. Después de haber tomado el peso de la materia calcinada, se rebajará la cantidad de zinc quitada á la plancha con los x!\ centesimos ( a l g o mas de un q u i n t o ) , de esta ( cantidad por el oxígeno que se ha combinado con ella durante la disolución ; y el resto será lo que se contenia en la liga, debiendo deducirse también los 24 centésimosdel peso. Si por casualidad se hallase estaño al mismo tiempo en las piezas de cobre, quedaría en el fondo déla disolución combinado con el ácido sulfúrico, reducido á polvos blancos que seria preciso separar del líquido antes de meter las planchas de zinc. No siendo conocidas las proporciones del sulfate de estaño, 110 se puede tener la cantidad de metal que contiene, sino descomponiéndolopor medio de 1111 carbonato alcalino, y obrando por lo demás como se ha dicho arriba. O p e r a c i ó n p a r a e n s a y a r el v e l l ó n . La moneda conocida comunmente con el nombre de vellón, es una liga formada de una gran cantidad de cobre y otra pequeña de plata. El ensaye de estas materias puede ha- ) cerse por la via seca y por la via húmeda: esta es mas larga y dispendiosa que la primera, pero debe preceder á la via seca una vez al menos por cada especie de vellón , para determinar la cantidad de cobre que contieneyla de plomo que ha de emplearse en su copelación. Se hace disolver en agua fuerte bien pura una cantidad determinada de materia ; cuando está hechala disolución , se la aumenta con ocho partes de agua,y se mete en ella una lámina de cobre de roseta bien limpia de cardenillo, la cual precipita la plata en estado metálico bajo la forma de pequeños cristales blancos y brillantes; cuando se ha precipitado ya toda la plata, lo que se conoce por la cesación de su poso sobre el cobre, se decanta el líquido con cuidado, se lava la materia diferentes veces con mucha agua, se la seca en una cápsula, y se pesa. Su peso da el del cobre que estaba ligado en el vellón, y se calcula según esto la cantidad de plomo necesaria para su copelación. También puede precipitarse la plata de ( 96 ) la disolución del vellón en el agua-fuerte mediante una disolución de sal marina, á cuyo efecto es necesario poner de esta disolución sin temor de escederse hasta que ya no se forme precipitado blanco : se deja reposar la materia, lo que se acelera calentando el líquido; y cuando está bien clara , se decanta y lava con mucha ¡ agua caliente : se hace se caren seguida y se 1 pesa la materia^Ias no está aqiu la plátaen el estado metálico como en la operacion precedente, contiene los 25 centesimos ( la cuarta parte».) de su peso de ácido i • muriático y oxígeno ; por lo que para tener la proporcion exacta de esté metal, será preciso deducir los 2J centesimos, ; kí de la suma de la materia obtenida. Copelación del vellón. Para copelar esta ventaja, es evidente que. han de emplearse gran cantidad de plomo y copelas de dimensiones y pesos proporcionados, si se quiere tener un bo-ton de repeso algo perceptible. Par? -la (97) proporcion del plomo que se debe emplear según la ley de la plata, puede consultarse el artículo 5 del decreto de la real. Junta de monedas de 9 de marzo de J 7G4, el cual dice que para la plata de 11 dineros y 12 granos se emplearán 4 partes de plomo; 6 partes para la de 11 dineros y menos; 8 para la de 10; 10 para la de nueve; 12 para la de 8 ; 14 para la de 7, 16 para la de 6 , y asi proporcionalmente. I.a ley de los diferentes vellones varia ordinariamente desde 2 hasta 3 dineros. Se ha de observar, con todo, que las proporciones de plomo ordenadas por el citado decreto no están siempre en relación con las cantidades de cobre contenidas en la plata, pues en el primer caso no hace el cobre m a s q u e los 104 diez milésimos del plomo, mientras que en el segundo hace los i 3 g , en el tercero los 209, en el cuarto los 244, en el quinto los 2 7 7 , y finalmente en el sexto los 297 diez milésimos. Seria pues de temer, que si las prime5 .» (98) i ras cantidades d e plomo no son demasiado grandes, fuesen las últimas demasiado pequeñas, disminuyendo asi la dosis de este metal hasta llegar á una plata de 2 dineros , por egemplo. Es preciso tener presente que en semejantes ensayes necesita la materia un calor fuerte, con especialidad al principio. Modo de separar la plata del a g u a f u e r t e en que está disuelta. separar la plata que se ha mezclado con el oro e n la incuartacion, es indispensable emplear el agua fuerte que la disuelve. Cuando se tiene una cierta cantidad de estas disoluciones, se las reúno en pilas ó cuencos grandes de asperón, echando también en ellas las lavaduras de los rollos d e oro. En seguida se meten en estas disoluciones planchas de cobre de roseta que se dejan alli hasta que se haya precipitado toda la plata, lo que se conoce haberse verificado cuando despuePara ( 99 ) de haber quitado de encima de las planchas de cobre la capa de plata que se habia posado en ellas, y haber agitado ó meneado el líquido en todas sus partes, no se forma ya otra nueva, y también tomando una corta porcion del mismo en un vaso, y echando en el una disolución de sal marina : si no se forma precipitado blanco, es señal de que ya no contiene plata; en el caso contrario , será preciso dejar mas tiempo las láminas de cobre. Esta' operacion dura mas ó menos tiempo, según la masa y densidad del líquido, la mayor ó menor estension de las superficies de las láminas de cobre, y la temperatura de la atmósfera; mas se puede abreviar la duración, renovando de cuando en cuando los puntos de contacto entre el líquido y las chapas de cobre. Cuando se está ya asegurado, como se ha dicho mas arriba, de la separación de toda la plata, se decanta el líquido que es entonces una disolución de cobre, en el agua fuerte, teniendo cuidado de que no se vayan con él algunas par- .» (98) i ras cantidades d e plomo no son demasiado grandes, fuesen las últimas demasiado pequeñas, disminuyendo asi la dosis de este metal hasta llegar á una plata de 2 dineros , por egemplo. Es preciso tener presente que en semejantes ensayes necesita la materia un calor fuerte, con especialidad al principio. Modo de separar la plata del a g u a f u e r t e en que está disuelta. separar la plata que se ha mezclado con el oro e n la incuartacion, es indispensable emplear el agua fuerte que la disuelve. Cuando se tiene una cierta cantidad de estas disoluciones, se las reúno en pilas ó cuencos grandes de asperón, echando también en ellas las lavaduras de los rollos d e oro. En seguida se meten en estas disoluciones planchas de cobre de roseta que se dejan alli hasta que se haya precipitado toda la plata, lo que se conoce haberse verificado cuando despuePara ( 99 ) de haber quitado de encima de las planchas de cobre la capa de plata que se habia posado en ellas, y haber agitado ó meneado el líquido en todas sus partes, no se forma ya otra nueva, y también tomando una corta porcion del mismo en un vaso, y echando en el una disolución de sal marina : si no se forma precipitado blanco, es señal de que ya no contiene plata; en el caso contrario , será preciso dejar mas tiempo las láminas de cobre. Esta' operacion dura mas ó menos tiempo, según la masa y densidad del líquido, la mayor ó menor estension de las superficies de las láminas de cobre, y la temperatura de la atmósfera; mas se puede abreviar la duración, renovando de cuando en cuando los puntos de contacto entre el líquido y las chapas de cobre. Cuando se está ya asegurado, como se ha dicho mas arriba, de la separación de toda la plata, se decanta el líquido que es entonces una disolución de cobre, en el agua fuerte, teniendo cuidado de que no se vayan con él algunas par- ( 100 ) tículas de plata que se hallan muy divididas en este estado : se echa sobre esta última gran cantidad de agua de fuente bien clara: se revuelve todo junto meneándolo con fuerza, para favorecer la disolución del cobre y lavar bien la plata; se deja reposar esta última, y luego que se ha puesto clara el agua , se la decanta á su vez, se continúan asi estas lavaduras hasta que el agua no contiene ya vestigio alguno de cobre, de cuya circunstancia puede uno asegurarse echando en ella un poco de álcali volátil que no debe producir ningún cambio en la misma aun despues de muchas horas, pues si todavía contuviese cobre, le comunicaría un color azul. Se toma entonces la plata que está en forma de polvo de un blanco pardusco, y que en las refinaduras se llama falsamente plata de cal-,se funde en un crisol de tierra, con un cuarto de su peso de una mezcla de 6 partes de salitre y una de borrax: cuando la materia está en fundición tranquila, se la cuela en una rielera ( 10. ) llana, que se ha tenido cuidado de untar antes con sebo; y luego que el riel ó barrase ha enfriado , se mete en agua para que se desprendan las partes salinas que podrian haber quedado pegadas. Si se ha egecutado esta operacion con todo el cuidado necesario, habrá adquirido la plata aquel grado de pureza á que puede llegai- por este método , y puede servir de nuevo para la incuartacion del oro; n o faltándole entonces mas que ser forjada y reducida á planchas para que se la pueda cortar mas fácilmente. En cuanto á la disolución del c o bre, se puede sacar el agua fuerte polla destilación ; pero como contiene demasiada cantidad de agua para someterse á ella inmediatamente con ventaja, se la reduce á menos de la mitad de su v o l ú m e n , haciéndola hervir en calderas de cobre de roseta; cuyo medio tiene la ventaja de saturar de cobre la porcion de ácido todavía libre en el líquido, y de concentrar la disolución con menos gasto. Se p o n e luego ( ) este liquido concentrado en cucúrbitas de asperón coronadas de capiteles y colocadas en un hornillo de galera; despues de haber tapado los capiteles con barro y acomodado los recipientes, se calienta el hornillo con l e ñ a , y se destila el líquido hasta que no quede gota. Conviene separar el ácido en dos porciones iguales; la primera pasada podría servir para la operación déla refinadura, y la segunda para la última purificación del rollo. Esta agua fuerte queda entonces muy pura, y no necesita precipitarse como la del comercio. El cobre queda al fondo de las cucúrbitas en forma de unos polvos morenonegruzcos, que pueden servir para el mismo uso que antes juntándolos y fundiéndolos en un crisol con parte igual de flujo negro y un poco de resina. Por medio de estas operaciones no se pierde otra cantidad de agua fuerte, según se ve, que la que se evapora durante la refinadura; y con todo no es realmente ventajosa su egecucion sino para ©ficinas de garantía ó contraste donde ( io3 ) hay mucho trabajo y mucho consumo de agua fuerte. A g u a f u e r t e ò ácido p a r a los t o q u e s . . Acido nítrico , á 13,4o de densidad ( d e 1 3 ì grados) . . . Acido muriàtico, á 11,73 (1 if grados) • Agua pura El agua tomada por unidad, de 1000. 98partes. a 25 I n s t r u c c i ó n p a r a s a c a r c i oro y la p l a t a del l í q u i d o q u e ha s e r v i d o p a r a p o n e r e n c o l o r las a l h a j a s de oro. Habiendo observado M. Couturier, fabricante decadenas de malla , que las que ponia en color tenían mayor pérdida de peso que aumento de ley, se dirig o á mi para descubrir la causa; y en su virtud hice en presencia de varios fabricantes de joyería, el analisís délas aguas de color a fin de separar el oro y plata que con- ( io4 ) tenían : de que resultó la estraccion total del oro y la plata, disueltos en dichas aguas, por la operacion siguiente : i°. Reúnanse las aguas en toneles, ú ollas de Talvana que aun es mejor; y cuando haya cierta cantidad de ella, se sacarán del sedimento por el medio que parezca mas cómodo. 2°. Pónganse estas aguas clarasen otro tonel ú olla : lávese con agua el sedimento que ha quedado en el primer tonel, revuélvase la primera mezcla, y déjese reposar hasta que el líquido esté bien claro, el cual se decantará también y se juntará con el primero. 3°. Ademas, disuélvase en el agua sulfate de hierro ó caparrosa verde : una libra de esta sal basta para precipitar cuatro onzas de oro. ' 4°.Mézclese esta disolución en lasaguas que contienen el oro; revuélvanse sin cesar con un palo hasta que se mezclen bien los líquidos: entonces es cuando el oro se separa j da á la mezcla un color castaño oscuro. ( io5 ) o 5 . Déjese reposar el líquido por espacio de dos dias para que tengan tiempo de precipitarse las partes del oro que están muy divididas. Cuando el líquido se haya * clarificado, se decantará con precaución como la primera vez para que no se vaya el oro. 6 o . Luego que se haya sacado el agua, se lavará el poso con agua mezclada con una cantidad de aceite vitriolo capar de darle un sabor ácido como de vinagre fuerte. Cuando esta agua haya estado dos horas con el sedimento, sedecantarácomo la pri mera ; se reemplaza con un poco de agua común, y se hace la misma operacion. 7°. Antes de arrojar las aguas de que se haestraido el o r o , se toma una pinta ó azumbre délas mismas en que se echará un cuarterón poco mas ó menos de disolución de caparrosa verde; y si no cambia de color, es prueba de que ya no hay oro; pero si al contrario se oscurece y enturbia, es preciso añadir á la totalidad del líquido un cuarterón de caparro- ( io6 ) sa en disolución, y operar como la primera vez. 8°. Lavado el oro como se ha dicho en el artículo 6 o , se recogerá y hará secar en un zaco de tierra bien cocido que servi- • rá para este uso mientras dure, y en fin se hará fundir en un crisol con una corta cantidad de salitre y de borrax para reunido. Este oro será fino. v - En cuanto al sedimento blanco que se encuentra al fondo del líquido, de que se ha hablado en el artículo primero, despues de haberlo dejado enjugar, és menester fundirlo en un crisol con salitre y borrax mezclados que se van echando gradualmente en el crisol hasta que la materia se halla bien fundida. Esta materia así manejada dará una plata que contendrá poco mas ó menos un dos por ciento de oro. ( Tabla comparativa ,0 7 ) de las medidas Francia y de de extensión dt España. Valor en m e d i d a española. Medidas francesas. Pies. El m y r i a m e t r o ó 10,000 m e t r o s Pulg. lin. 55,842 4O 5 o Ü o El k i l o m e t r o ó 1 , 0 0 0 m e t r o s . . 3,584 El h e c t o m e t r o ó 100 m e t r o s . . 558 E l d e c á m e t r o ó 10 m e t r o s . . . El m e t r o ó 1 , 0 0 0 m i l í m e t r o s . . El d e c í m e t r o ó 100 m i l í m e t r o s . E l c e n t í m e t r o ó 10 m i l í m e t r o s . I El m i l í m e t r o 5 5 10 o 3 7 $ 4 4 5Í 1 s C «08) ( T a b l a p a r a r e d u c i r los pesos e s p a ñ o l e s á p e s o s I 0 9 ) E s p l i c a c i o n y u s o d e la t a b l a q u e a n t e c e d e . franceses. bras Gramas. 1 46o, 3 9 3 4 1 » i58a, Milium. 800. Adai. Graai.Milé*im 1 a 3, 600. 400. 3 5, 400. 7» »00. i843, aoo. 4 5 a3o4, eoo. 5 9, a 7 8 9 d e grama. 0,000. 1 i « J L 16 0,006. 000. 6 í , 800. 6 10, 800. 3aa5, 600. 7 ia, 600. 3686, 400. 8 14, 400. 4 «47» aoo. 9 16, aoo. 7 M ilé»imo« ! de g r a n o . 800. 600. 4 6 Fracción, 10 18, 000. 11 19, 800. ía ai, 600. i3 a3, 4oo., >4 a5, aoo. 15 3-, 000. i V i * S 1 6 \ Ti 7 16 0,009. 0,013. Grama«. 1 A a 5", 3 4 5 6 7 8 Milraim. Grin. 1 0, o5o. 600. a 0, 100. 86, 4oo. 3 0, i5o. 115, aoo. 4 0, aoo. 3 5o. >44, 000. 5 0, «7a» 301, 800. 6 0, 3oo. 600. 7 0, 35o. 8 0, 4oo. a3o, \ 00. 9 10 aSp, aoo. 788, 000. 10 0, 5oo. 11 3i6, 800. ao 1, 000. i s 9 o, 45o. 345, 600. 3o 1, 5oo. 3 4 , 4oo. 4o 3, 000. 14 4o3, aoo. 5o 3, 5oo. i5 43a, 000. 6o 3, 000. 70 3, 5oo. >3 7 T í 5 8 0,031. . 2 8 11 1 6 o,o34- ¿ Cual es el valor, en peso francés , de 8 libras, i 3 onzas, 8 adarmes, 28 granos y £ de grano, de peso español ? G r a m a s . Milésimos. 8 libras. . . . . . . i 3 onzas o,o3;. Valor d e l 1A 1 6 o,o4o. JA 16 o,o43. AA 16 I. Operación. o,o3i. k 1\ T í Egemplo 0,038. ÍA 16 A Esta tabla se halla formada de modo que sin mas que una simple adición se puede reducir á pesos franceses cualquiera cantidad ó peso español espresado en libras, o n z a s , adarmes, granos y fracciones de grano, como se verá por los egemplos siguientes. 0,0l8. Gram.Milcaiin. 800. # 0,015. o,oa5. niai. • 0,047. 8 a d a r m e s )20 granos.. . . . 8 granos de g r a n o Total 3686,400. 374,400. '4,4<>o. . . 1,000. o,4oo. o,oi5. 4076,615. ( lio ) Resulta pues que el valor pedido en peso francés es 4076 gramas, 615 milésimos. Los 615 milésimos quedan reducidos á 6r centésimos de grama, si se quita el último guarismo, y á 6 décimos solamente quitando los dos últimos. Obsérvese que los 4076 gramas del total hacen 4 kilógramas ohectógramas 7 decágramas 6 gramas; y los 615 milésimos de grama son lo mismo que 6 decígramas, 1 centígrama, 5 miligramas. Egemplo II. t ¿ Cual es la equivalencia en peso francos de 146 libras españolas? La tabla no contiene mas que hasta el valor de 9 libras, pero se obtiene fácilmente el de las decenas y centenas, adelantando la coma en las respectivas unidades, de un guarismo para las decenas, y de dos para las centenas, como se ve en la siguiente operacion : dramas. /1 centena de libras. . . . 46080,0, Valor de j 4 decenas de libras. . . . 18432,00. 16 libras. . . . . . . . . . 2764,800. Total 67276,800. El total es igual á 6 myriagramas, 7 lúlógramas, 2 hectógramas, 7 decágramas, 6 gramas y 8 decígramas. (nS) T a b l a p a r a r e d u c i r los p e s o s f r a n c e s e s á pesos E s p l i c a c i o n y uso d e la t a b l a q u e a n t e c e d e * españoles. El objeto de esta tabla es el de hacer por medio de una simple adición cualquiera reducción que se proponga de pesos franceses á pesos españoles, con tal que los primeros no escedan de 10 myriágramas, que equivalen a p o c o mas de 217 libras. Ejemplo I. Se pregunta : ¿ cuanto valen en peso español 42081 gramas, ó lo que es lo mismo 4 myriágramas, 2 kilógramas, o hectóg^unas, 8 decágramas, 1 grama ? Operación. 4 Myriagramas. .. . . 2 Kilógramas .. 8 Decagraraas... . Libr. Onz. Adar. 8(i ]2 «4 Gran. 8 4 5 n 7 12 4 ífi 0 0 20 5 a 12 Respuesta. 91 libras, 5 o n z a s , 2 adarmes , 12 granos. ¿4 5. ( n4 ) ( «i* ) Ejemplo II. Tabla p a r a s a b e r c u a n t o s g r a n o s h a c e n p o r m a r c o t a n t o s m i l é s i m o s de fino d e o r o ó d e liga , y Se han de reducir á peso español 6 gramas, 294 milésimos, ó lo que es lo mismo 6 gramas, 2 decígramas , 9 centigramas, 4 milígramas. vice versü. Operación. Adarmes. Granos. tí G r a m a s v a l e n 5 1 2 , 0 2 Decigramas o 4 > o 9 Cenligramas o 1 , 8 4 Miligramos o o , 08 Suma 3 4'-L/ > Es pues el resultado 3 adarmes, 17 granos, 88 centésimos de grano. Si los 88 centesimos se quieren reducir á 16 avos, se multiplica 88 p o r iG, lo que dará de producto 1408; y separando las dos últimas cifras, queda i!\ que son i 4 d i e z y seisavos; por l o q u e la cantidad propuesta es 3 adarmes 17 granos H ó j. ao5 aio ai5 aao aaS ¿ rti onio. P ( ) S u p l e m e n t o á la t a b l a a n t e c e d e n t e . MÜéiiuiof defino, etc. Granos por marco. i . . . 3 4 . . . 5 IS U s o d e la tabla p a r a r e d u c i r los m i l é s i m o s á granos de marco. Total i4 ~G8¡ Por manera que los «48 milésimos de oro encontrados en la barra de dorado , son el equivalente de 68a granos por marco. Uso de la tabla p a r a la r e d u c c i ó n d e los g r a n o s d e marco á milésimos. f Habiendo reconocido por la operacion de la refinadura que una barra de dorado contiene t48 milésimos de oro, se quiere saber á cuantos granos por marco corresponden estos 148 milésimos. Habiéndose fijado la proporcion de una liga á 43a granos por marco, se pregunta ¿cuales la proporcion equivalente en milésimos ? Respuesta. Respuesta. En la segunda columna de la tabla se ve que 145 milésimos corresponden á G68 granos En el suplemento se en- ( ) cuentra que los 3 milésimos mas corresponden á i 4 granos G68 gran. Buscando el número 45a entre los granos, encuentro en la primera columna los dos números 4 ' 5 y 438 entre los cuales se contiene el 432 : el mas bajo de los dos, 4 (n8) ( corresponde á 9 0 m i l é s i m . . . . . . . 9omiltt La diferencia d e 4 i 5 á 43a es 17; busco 17 granos en el suplemento y encuentro que 17 granos corresponden entre 3 y 4 milésimos, pero mas cerca de 4 que de 3 . . . . 4 » 9 ) Lista de los instrumentos que necesita el contraste público. i*. U n a b a l a n z a (le e n s a y e c o n s u s p e s a s . i \ U n a b a l a n z a c o m ú n , t a m b i é n con sus p e s a s , p a r a p e s a r las o b r a s d e los p l a t e r o s á su e n t r a - Total 94 Con que los 43a granos por marco corresponden á 9 4 milésimos. d a y salida d e l contraste. 5 o . Cortadores grandes y pequeños. 4 > Raspadores. 3°. L i m a s l l a n a s , r e d o n d a s y t r i a n g u l a r e s . G°. P i n z a s . 7 1 . B r o c h a s d e c e r d a ¡i m a n e r a d e p i n c e l . 8 o Alicates p a r a s a c a r los b o t o n e s de plata de las copelas. 9°. T a s ó b i g o r n e t a d e a c e r o , m a r t i l l o s , t i j e r a s . 10'. H o r n i l l o s de c o p e l a s . 11o. Mullas. 12 o . C o p e l a s . i 3 ' . Velón d e e s m a l t a d o r . i 4 c . M a t r a z á m a n e r a de p e r a p a r a la r e f i n a d u r a del oro. i5° C r i s o l e s p a r a r e c o c e r los r o l l o s de o r o . 16". P i e d r a d e t o q u e . 17 o . Barritas a q u i l a t a d a s d e o r o y d e p l a t a . 18 '. L e n t e . 19'. P í a l o s de c o b r e p a r a p o n e r las m u e s t r a s de ensaye. ( I2® ) 2 0 ° . P l a n c h a d e c o b r e p a r a la d i s o l u c i ó n de la p l a t a q u e p r o v i e n e de los e n s a y e s d e o r o . .i"' * O b l i g a c i o n e s i m p u e s t a s ' á los e n s a y a d o r e s p o r la Materias necesarias al ensayador, ley d e 17 d e b r u m a r i o del a ñ o 7 , s o b r e la o r g a n i z a c i ó n d e los c o n t r a s t e s ú oficios d e g a r a n - i \ Plomo pobrr. 2 o . P l a t a fina p a r a la i n c u a r t a c i o n . 3o. A g u a f u e r t e p u r a . 4*. A g u a d e s t i l a d a p a r a l a v a r l o s r o l l o s de o r o . 5°. B o r r a x . 6 o . Acido m u r i a t i c o , ;¡ fio d e c o m p o n e r el a g u a fuerte parala punta ò toque. tía p a r a las m a t e r i a s d e oro y p l a t a . Art. 4. Hay tres clases de ley autorizadas para las obras de oro, y dos para las de plata, á saber : Para el o r o , La primera de 920 milésimos, ó 22 quilates n y ï poco mas ó menos; La segunda de 840 milésimos, 20 quilates n y i La tercera de 75o milésimos, 18 quilates. Y para la plata , La primera de g 5 o milésimos, ó 11 dineros, 9 granos 2.. La segunda de 800 milésimos, 9 dineros, 14 granos f. Art.5. La tolerancia en la ley del oro es de tres milésimos, y en la de la plata de cinco. Art. G. Los fabricantes pueden emplear, á su v o l u n t a d , una de las leyes ó » 6 ( I2a ) calidades mencionadas en el art. 4o- respectivamente para las obras de oro y de plata, cualquiera que sea el tamaño ó especie de las piezas fabricadas. Art. 39. El ensayador de cada oficina de garantía ó contraste será nombrado por la administración del respectivo departamento; pero no podrá egercer sus funciones hasta haber obtenido de la dirección de monedas un certificado de capacidad , con las mismas condiciones prescritas en el artículo 49 de la ley de 22 de vendimiado que trata de la organización de las casas de moneda. Art. 4 2 - L ° s ensayadores no te>drán otra retribución que la que se les fija por gastos de ensayes de oro y plata, como se dirá en el título siguiente, Art. 44, El ensayador se proveerá á su costa, de cuanto necesite para el egercicio de sus funciones j la dirección de monedas suministrará á la oficina los punzones y la máquina de estampar; los gastos de registros y demás se arreglarán por la administración del registro con aproba- cion del ministro de hacienda; la dirección del departamento procurará un local conveniente á la oficina que deberá colocarse, si es posible, en la de la municipalidad del pueblo. Art. 45. El ensayador, el recibidor y el contralor de la oficina de garantía tendrán cada uno una de las llaves de la caja en que se guardarán los punzones. Art. 4«. El ensayador 110 recibirá las obras de oro y plata que le fueren presentadas para el ensaye y marca, si no cuando tuvieren la del punzón del fabricante, y estuviesen bastante adelantadas para que al acabarlas 110 sean susceptibles de alteración. Art. 49. Las obras de diferentes fundiciones deberán remitirse á la oficina en sacos separados, y el ensayador hará también el ensaye por separado. Art. 5o. No empleará en sus operaciones sino agentes químicos y substancias procedentes del depósito establecido en la casa de moneda de París; pero los gastos • . ( . ) de su transporte se comprenderán en los de administración de la oficina. Art. 5 i . El ensaye se hará en una porcion de materia tomada de todas las piezas que proceden de la misma fundición. Esta materia será raspada ó cortada tanto del cuerpo de las obras como de sus accesorios de modo que las formas y adornos 110 se deterioren. Art. 5a. Cuando las piezas tuvieren una punta ó pico forjado ó fundido con ellas mismas, se tomará la porcion de ensaye tanto de estas puntas como del cuerpo de la obra. Art. 53. Cuando las obras de oro y plata tengan una de las leyes prescritas res pectivamente á cada especie en el art. 4* de la presente ley, el ensayador hará mención *de esto escribiéndolo en un registro destinado al efecto, que estará marginado y rubricado por la dirección departamental : dichas obras se entregarán luego al recibidor con un estracto del registro del ensayador que indique la ley que se les ha encontrado. ( ) Art. 56. Las obras de oro y de plata que sin ser inferiores á la mas baja calidad de las fijadas por la ley, no tuviesen precisamente ninguna de ellas, se marcarán con la que sea inmediatamente inferior á la que se ha encontrado por el ensay e , ó se romperán si lo prefiere,el propietario. Art. 57. Cuando la calidad de una obra de oro ó plata se hallare inferior á la menor de las prescritas por la ley, podrá hacerse un segundo ensaye , pero solo á petición del propietario. Si el segundo ensaye confirmase el primero, el propietario pagará el ensaye doble, y la obra le será entregada despues de haber sido rota en su presencia. Si el segundo ensaye invalida al primero, el propietario no deberá pagar mas que uno solo. Art. 58. En caso de contestación sobre la calidad ó ley, se tomará una porcion de ensaye de la obra, y se enviará con los sellos del fabricante y del ensayador á la dirección de monedas, en CUYO labo- ( ) ratorio se hará ensayar en presencia del inspector de ensayes. Art. 5g. Durante este tiempo la obra presentada permanecerá en la oficina de contraste bajo los sellos del ensayador y fabricante, y cuando la administración de monedas haga saber el resultado de su ensaye, la obra se calificará y marcará definitivamente con arreglo á este resultado. Art. 6o. Si la falta fuese del ensayador, pagará los gastos de transporte y ensaye; y en caso contrario, los pagará el propietario de la pieza. Art. 6 j . Cuando una obra de oro, de plata, ó de plata sobredorada, aunque marcada con el punzón que indique su* l e y , se sospechare que no la tiene, el propietario podrá enviarla á la dirección de monedas donde se ensayará con las mismas formalidades que la moneda. Si de este ensaye resulta una lev inferior, el ensayador será denunciado á los tribunales, y condenado por la primera vez á doscientas pesetas de multa ,,por la ( ) segunda á seiscientas, y por la tercera se le destituirá. Art. (¡2. El precio de un ensaye de oro, de dorado, y de oro con plata, será de tres francos, y el de plata de 8o céntimos. Art. G3. En todos los casos se entregarán al propietario de la pieza los rollos y botones de ensaye. Art. 64. El ensaye de las obras pequeñas de oro en la piedra de toque se pagará á nueve céntimos por decágrama ( dos dracmas, cuarenta y cuatro granos, y cerca de medio de oro ). Art. 65. Si sospecha el ensayador que alguna obra de oro, de plata sobredorada ó de plata, está por dentro llena de hierro, cobre ú otra materia estraña , la hará cortar en presencia del propietario. Si se verifica el fraude, se embargará y confiscará la obra, el delincuente será denunciado á los tribunales, y condenado á una multa de veinte veces el valor del objeto. Mas en el caso contrario, se pagará inmediatamente el perjuicio a! ( '28 ) propietario, incluyéndolo en los gastos •de administración. Art. ( 6. Las barras de oro y de plata sin refinar que se trajesen al ensayador de Ja oficina de garantía para ser ensayadas, lo serán por él sin otros gastos que los señalados por la ley para los ensayes; y antes de volverlas al propietario, las marcará con su punzón, insculpiendo ademas su nombre, las cifras que designen la verdadera ley, y un número particular. El ensayador hará mención en su registro de estos diversos objetos, como igualmente del peso de las materias ensayadas. Art. 67. El ensayador que contraviniese á lo prevenido en el artículo anterior, será condenado á una multa de cien francos por la primera vez, de doscientospor la segunda, y á la tercera será destituido. Art. 68. El ensayador de 1111 contraste ú oficina de garantía puede tomar bajo su responsabilidad el número de auxiliares que exigiesen las circunstancias. - ( Tnforme sobre I2 9 ) una obra manuscrita relativa al m o d o d e h a c e r l o s e n s a y e s de l a s m a t e r i a s d e oro y de p l a t a . CIUDADANOS DIRECTORES. El manuscrito que me entregasteis para examinarlo no tiene título ni n o m bre de autor : es un tratadito corto y preciso del arte de los ensayes de las materias de oro y plata, tanto por la via seca ó copelación , como por la húmeda ó refinadura. También se habla en -él de la moneda de cobre y vellón : lo que es tanto mas útil, cuanto que pr.r las desgraciadas circunstancias de nuestra revolución , se halla hoy este metal adulterado con muchas materias estrañas, como con el hierro, el plomo, el z i n c , y sobre lodo con estaños de mala calidad ; siendo esencial por consiguiente 110 solo para las monedas sino también para las artes, que no quedase olvidado el cobre. El autor entra exponiendo, 1° el orden que se debe poner y observar en los la- v ( '28 ) propietario, incluyéndolo en los gastos •de administración. Art. ( 6. Las barras de oro y de plata sin refinar que se trajesen al ensayador de Ja oficina de garantía para ser ensayadas, lo serán por él sin otros gastos que los señalados por la ley para los ensayes;y antes de volverlas al propietario, las marcará con su punzón, insculpiendo ademas su nombre, las cifras que designen la verdadera ley, y un número particular. El ensayador hará mención en su registro de estos diversos objetos, como igualmente del peso de las materias ensayadas. Art. 67. El ensayador que contraviniese á lo prevenido en el artículo anterior-, será condenado á una multa de cien francos por la primera vez, de doscientospor la segunda, y á la tercera será destituido. Art. 68. El ensayador de 1111 contraste ú oficina de garantía puede tomar bajo su responsabilidad el número de auxiliares que exigiesen las circunstancias. - ( Tnforme sobre I2 9 ) una obra manuscrita relativa al m o d o d e h a c e r l o s e n s a y e s de l a s m a t e r i a s d e oro y de p l a t a . CIUDADANOS DIRECTORES. El manuscrito que me entregasteis para examinarlo no tiene título ni n o m bre de autor : es un tratadito corto y preciso del arte de los ensayes de las materias de oro y plata, tanto por la via seca ó copelación , como por la húmeda ó refinadura. También se habla en -él de la moneda de cobre y vellón : lo que es tanto mas útil, cuanto que pr.r las desgraciadas circunstancias de nuestra revolución , se halla hoy este metal adulterado con muchas materias estrañas, como con el hierro, el plomo, el z i n c , y sobre todo con estaños de mala calidad ; siendo esencial por consiguiente 110 solo para las monedas sino también para las artes, que no quedase olvidado el cobre. El autor entra exponiendo, 1° el orden que se debe poner y observar en los la- v ( i3o) boratoriós de los contrastes ú oficinas de garantía; orden que tanto se desprecia, y cuya necesidad sin embargo es reconocida de todos. Vienen luego los artículos 2° de la balanza del ensaye con sus accesorios, 3 o de las pesas, 4 o de la reducción de gramas á dineros y quilates, y viceversa,, 5 o de los hornillos de copela, G° de las muflas, 7« de las copelas, 8" de la purificación de las aguas fuertes ó ácido nítrico, 90 de la preparación del ácido para la punta ó aguja de ensaye, lo que es relativo, en particular, á las oficinas de garantía, 11° de la copelación en general , 11» de la de la plata y del oro en particular , de ensaye de las barras de dorado y de oro cargado de plata, i3<> de la operacion del toque. Finalmente, como en los mayores apuros de Ja revolución se ha visto la Francia en la precisión de recurrir á sus campanas que fué indispensable fundir y refinar por la suma escasez de cobre de que tenia una absoluta necesidad, y en aquellos momentos de ahogo y confusion se cometieron excesos ( ,3. ) en esta parte por la inesper-encia y la malicia, ha añadido el autor á este manual algunos artículos sobre el ensaye de las monedas de vellón, y sobre el modo de separar la plata del agua fuerte en que se ha disuelto,- y por último, otro artículo esencial sobre los caracteres y señales que dan á conocer la liga fraudulenta del oro y la plata con la platina, y sobre el método que debe seguirse para su refinadura , pues no ha dejado de escitar la codicia la propiedad que tiene la platina, lo mismo que el oro no padece alteración al fuego ni á la acción de los ménstruos ácidos, fuera del ácido nitro muriático. Esta obrita contiene, á mi parecer, lo * esencial ó útil á los ensayadores de las oficinas de garantía , para quienes ha sido compuesta, llena bien su objeto, es clara y concisa, está escrita sin pompa de doctrina ni de erudición sin embargo de lo * cual contiene muchas observaciones delicadas traídas á propósito, que son una prueba de la práctica y conocimientos superiores del autor. í '3, ) Soy pues de opinion que se imprima es'a obra para que corra en manos délos ensayadores de las oficinas de garantía , para quienes principalmente se ha escrito , y á quienes creo podrá servir de m u cha utilidad. París de ventoso del año 7. de la república francesa. INDICE. • «t - rag. Del o r d e n . 1 De las b a l a n z a s d e e n s a y e y de sus a c c e s o r i o s . 3 13 D e las p e s a s . Firmado DARCÉT. Reducción de los g r a m a s á d i n e r o s y qui16 lates. H o r n i l l o s de c o p e l a , D e las m u f l a s . D e las c o p e l a s . >9 24 25 D e la p u r i f i c a c i ó n d e l a g u a f u e r t e p a r a la r e f i n a d u r a del o r o . D e la p r e p a r a c i ó n 3i d e l a g u a f u e r t e p a r a el toque. 3G Copelación. 58 C o p e l a c i ó n d e la p l a t a . 4o C o p e l a c i ó n d e l oro- 5o Ensaye de barras de dorado y de oro cargado de plata. Del ensaye del oro q u e contiene platina. 57 62 D e l o r o l i g a d o c o n la p l a t i n a . 65 D e l e n s a y e d e l d o r a d o q u e se sospecha e s t a r mezclado con platina. 70 Del e n s a y e d e la p l a t a ligada c o n p l a t i n a . 72 D e la o p e r a c i o i i d e l t o q u e . 76' í «32 ) Soy pues de opinion que se imprima es'a obra para que corra en manos délos ensayadores de las oficinas de garantía , para quienes principalmente se ha escrito , y á quienes creo podrá servir de m u cha utilidad. París i°. de ventoso del año 7. de la república francesa. INDICE. • «t - rag. Del o r d e n . 1 De las b a l a n z a s d e e n s a y e y de sus a c c e s o r i o s . 3 13 D e las p e s a s . Firmado DARCÉT. Reducción de los g r a m a s á d i n e r o s y qui16 lates. H o r n i l l o s de c o p e l a , D e las m u f l a s . D e las c o p e l a s . >9 24 25 D e la p u r i f i c a c i ó n d e l a g u a f u e r t e p a r a la r e f i n a d u r a del o r o . D e la p r e p a r a c i ó n 3i d e l a g u a f u e r t e p a r a el toque. 3G Copelación. 58 C o p e l a c i ó n d e la p l a t a . 4o C o p e l a c i ó n d e l oro- 5o Ensaye de barras de dorado y de oro cargado de plata. Del ensaye del oro q u e contiene platina. 57 62 D e l o r o l i g a d o c o n la p l a t i n a . 65 D e l e n s a y e d e l d o r a d o q u e se sospecha e s t a r mezclado con platina. 70 Del e n s a y e d e la p l a t a ligada c o n p l a t i n a . D e la o p e r a c i o i i d e l t o q u e . 76' ( '34) rag. Alhajas huecas. g2 T o q u e d e la p l a t a . 84 Modo d e e n s a y a r las m o n e d a s d e cobre. M o d o de analizar las m o n e d a s d e c o b r e 87 DESCRIPCION DE UN HORNILLO PEQUEÑO li- g a d a s c o n zinc. ga O p e r a c i ó n p a r a e n s a y a r el Tellon. 9', C o p e l a c i ó n del v e l l ó n . g(J M o d o d e s e p a r a r la p l a t a d e l a g u a f u e r t e e n que está disuelta. q8 A g u a f u e r t e ó á c i d o p a r a los t o q u e s . io3 I n s t r u c c i ó n p a r a s a c a r e l o r o y la p l a t a d e l líquido que ha s e r v i d o p a r a p o n e r en color el o r o d e a l h a j a s . ¡b¡d. Tabla c o m p a r a t i v a de las m e d i d a s de e x t e n sión de Francia y d e E s p a ñ a . i06 Tabla para reducir los pesos españoles á pesos f r a n c e s e s . 1 0 P r e c e d i d a d e l i n f o r m e d a d o A la d i r e c c i ó n g e n e r a l d e m o n e d a s p o r M U . VAOQUELIN y THESARD , m i e m b r o s del I u s t i t u t o , etc. , etc. , y a c o m pañada de láminas; POR MM, ANFIIYE Y D'ARCET, , Tabla para saber cuantos En que con pocos gastos pueden hacer los contrastes publicos, plateros y joyeros los ensayes de los objetos de oro y plata, y que puede ser muy útil en la práctica de algunas artes; 8 Tabla para reducir los pesos franceses á p e sos e s p a ñ o l e s . DE COPELA, i a INSPECTOR granos hacen por Y EXAMINADOR DE marco tantos DE LOS ENSAYES MONEDAS. m i l é s i m o s d e fino d e o r o ó d e liga y al r e v é s . u 5 L i s t a d e los i n s t r u m e n t o s q u e n e c e s i t a e l c o n trastepúblico. , ,g Obligaciones i m p u e s t a s á los e n s a y a d o r e s . FIN D E L INDICE. 121 Traducida de la última edición francesa, con las reducciones de pesos y medidas.. . C'eM (maillcr ntilcmnt i PátincenMiu <IP »icifncí.qut d Virillrr l'induilriciur les rrKonrcci •quísont • «a dUpoíilioa pour niulliplier leí «i »pcncncea am ruoiudreifrais poMÍblcj.i GCTTDX DI HORTTÍD, Annalu dt Ckimie, Uim. I i ( '34) DESCRIPCION rag. Alhajas huecas. g2 T o q u e d e la p l a t a . 84 Modo d e e n s a y a r las m o n e d a s d e cobre. M o d o de analizar las m o n e d a s d e c o b r e 87 DE UN HORNILLO PEQUEÑO li- g a d a s c o n zinc. ga O p e r a c i ó n p a r a e n s a y a r el Tellon. 9', C o p e l a c i ó n del v e l l ó n . g(J M o d o d e s e p a r a r la p l a t a d e l a g u a f u e r t e e n En que está disuelta. q8 A g u a f u e r t e ó á c i d o p a r a los t o q u e s . io3 I n s t r u c c i ó n p a r a s a c a r e l o r o y la p l a t a d e l lí¡b¡d. i06 Tabla para reducir los pesos españoles á pesos f r a n c e s e s . 1 0 hacer los j o y e r o s los e n s a y e s d e los o b j e t o s d e o r o y p l a t a , y q u e algunas P r e c e d i d a d e l i n f o r m e d a d o A la d i r e c c i ó n g e n e r a l d e m o n e d a s p o r M U . YAÜQUELIN y THESARD , m i e m b r o s del I u s t i t u t o , etc. , etc. , y a c o m pañada de láminas; i a INSPECTOR granos hacen por Y EXAMINADOR DE marco tantos pueden plateros y POR MM, ANFIIYE Y D'ARCET, , Tabla para saber cuantos gastos publicos, 8 Tabla para reducir los pesos franceses á p e sos e s p a ñ o l e s . pocos artes; Tabla c o m p a r a t i v a de las m e d i d a s de e x t e n sión de Francia y d e E s p a ñ a . q u e con contrastes p u e d e ser m u y útil en la práctica d e quido que ha s e r v i d o p a r a p o n e r en color el o r o d e a l h a j a s . DE COPELA, DE LOS ENSAYES MONEDAS. m i l é s i m o s d e fino d e o r o ó d e liga y al r e v é s . u 5 trastepúblico. , ,g Obligaciones i m p u e s t a s á los e n s a y a d o r e s . FIN D E L INDICE. Traducida de la ú l t i m a e d i c i ó n f r a n c e s a , con las r e d u c c i o n e s d e pesos y m e d i d a s . . L i s t a d e los i n s t r u m e n t o s q u e n e c e s i t a e l c o n 121 . C'esttratailfertiiilement i Panncemeiu de »science.que d eiriller 1'induslrieiur les rrnourcei »quísont á ta duposilioo pour nmltiplier les «i »pcncnces atu moiudresfraUpossiblcj.s Cetro* DI IIOATTID, Annalu dt Ckimie, Uim. s i ACUERDO DE LA D I R E C C I O N G E N E R A L DE MONEDAS DE Q DE J U N I O DE I 8 I 3 . * . La direcciongeneral de monedas en vista del informe dado por JIM. Yauquelin y Thenard , miembros del Instituto, profesores de química etc. etc., aprueba qsto pequeño hornillo, y manda que se adopte para el servicio de las oficinas de contraste, que se fabrique el número necesario para su distribución entre los ensayadores de loscontrastes que menos ensayes tienen que hacer, y que se envie á todos un egem. plarde la descripción hecha de su orden. Firmado L. B. GÜYTON y MJNGEZ. Por copia conforme , £1 Secretario general de Ja Dirección, BERTR A N D . \ f INFORME Dado á los SS. directores generales de monedas por MM. Vauquelin y Thenard, miembros del Instituto, profesores de química, etc. Señores : V En virtud del encargo que nos hizo la Dirección en carta de i 3 de marzo de examinar un hornillo de copela de pequeña dimensión que le fué presentado jftr MM. Anfrye y d'Arcet, inspector y examinador de ensayes de monedas, pasamos á dar cuenta de los experimentos que hemos hecho con este hornillo, y de Ja opinion que hemos formado de él. Habiéndonos reunido en el laboratorio de ensayes de la casa de moneda el iS de marzo último, nos ha sido presentado por MM. Anfrye y d A r c e t , que se encontraban alli, el pequeño hornillo de copela en el cual lian asegurado poderse hacer un ensaye con notable ahorro de combustible. -•«. Ja t ) las mismas y se distribuyan con igualdad en toda su estension para que esten en equilibrio, á menos que la diferencia no sea tan ligera que se destruya por él roce que tiene el cuchillo con las planchas de acero en que descansa. Se han fabricado en estos últimos tiempos unas balanzas de ensaye, cuyo centro de gravedad puede subir, bajar y dirigirse á derecha ó izquierda por medio de tornillos, según la necesidad que hay de mayor ó menor sensibilidad y ligereza en las operaciones , ó que se quiera volver á ajusíar el fiel. El cuchillo ha de estar bien templado y tener forma triangular; y el ángulo que descansa sobre las planchas de acero debe ser agudo y mantenerse bien afila--, do siempre para que roce lo menos posi ble. Las planchas de acero en que desean, sa el cuchillo e s t á n igualmente templadas y bruñidas, y deben tener dos milímetros cada línea de gruesas poco mas ó m e n o s ; siendo claro, en efecto, que cuantos m e n o s puntos de contacto haya en estos í T) dos c u e r p o s , m e n o r será el r o c e , y m a y o r p o r consiguiente la sensibilidad de la balanza. Las planchas de acero están unidas p o r sus cantos inferiores con u n a pieza h o r i zontal del p r o p i o m e t a l , atravesada en m e d i o p o r u n a espiga c u a d r a d a de h i e r r o , s u j e t a con u n tornillo. E s t a espiga se m u e v e dé arriba abajo y vice versa, p o r m e d i o de u n cordón de s e d a , a t a d o á u n p u n t o fijo en lo interior d e la c o l u m n a ú obelisco, á dos ó tres c e n t í m e t r o s (. á 10 líneas ó i pulgada y 3 línoas ) del estremo inferior de esta e s p i g a , q u e pasa p o r tres garruchas : l a p r i m e r a de las cuales está puesta á la est r e m i d a d m i s m a de la espiga, la segunda á la m i s m a altura del p u n t o fijo á q u e se ató el c o r d ó n , mas al lado o p u e s t o ; la t e r c e r a , e n fin, á"la p a r l e inferior de la cavidad del obelisco d o n d e pasa el cord o n p o r la muesca abierta en la tabla de la caja q u e encierra la balanza. Al o t r o estremo del cordon q u e está e n lo e s t e r i o r , se ata u n a pieza cilindrica de (8) fino ) ; y el resultado de nuestros ensayes es el que se demuestra en el estado siguiente : ( 9 ) * Se ve por este estado, que los ensayes de plata de g5o milésimos (i i dineros, 9 ¡ granos) pasan en el hornillo pequeño en poco menos de 12 minutos, esto es en el mismo tiempo que cuando se hacen en el hornillo ordinario, que el término medio de las leyes encontradas que es de 948 v ( 11 dineros 9 17 granos ) corresponde en cuanto es posible á la verdadera ley de la medalla, y que las cortas diferencias que se observan entre las mismas pueden considerarse como n u ™ , respecto d e q u e también se experimentan del mismo modo en el hornillo grande; y pueden atribuirse ademas á la falta de u s o , pues es cosa sabida que el uso del hornillo contribuye mucho en el arte del ensayador á la exactitud de los resultados. La cantidad de carbón empleado ha sido, como aparece del mismo estado, nada mas que i o 3 gramas ( 3 onzas, 9 adarmes 8 granos ) p o r el término medio de cuatro ensayes, q u e equivale á poco mas de dos céntimos de carbón por cada © ( IO ) ensaye, puesto que un saco de carbón de 5o kilógramas ( 108 libras, 8 onzas, i adarme, 28 granos) de peso, apenas cuesta 10 francos traído al laboratorio y desmenuzado. Para determinar bien el grado de calor que puede dar este pequeño hornillo, mctimos'al fondo déla mufla , antes de empezarlos ensayes de que acabamos de dar cuenta , dos bolas de pirómetro de Wegdwood, las cuales despues de retiradas y m señalaron la una 3J°. y la otra 3o», cuyo término medio es 32 0 , 5. Este grado d e calor es igual cuando menos al que se logra en la mufla del hornillo de copela ordinario , y superior al que pone e n fusión al oro fino, como lo ha confirmado también la esperiencia , pues un rollo d e oro que se puso al fondo d é l a pequeña m u f l a , s e fundió inmediatamente, y convirtió en boton bien redondo. E n s a y e s h e c h o s e n el h o r n i l l o p e q u e ü o sin el a u x i l i o del f u e l l e , p o n i é n d o l e t a n s o l o u n canon vertical. Habiendo quitado la comunicación del pequeño hornillo con el fuelle de la mesa de esmaltar, y colocado en su cúpula el cañón vertical, se hicieron los esperimentos cuyos resultados forman el estado siguiente. Los ensayes se egecutaron en piezas de 5 francos ( de cinco pesetas ) tomabas entre las que estaban en circulación, cuyos quilates pueden variar según la ley desde 897 hasta qo3 milésimos, ( es decir desde 10 dineros, 18 granos de fino, y y de grano hasta 10 dineros, 20 granos ). lí 0» s ¡' M " <s 3 0 P3 u „ CL ? ~ .B ;p gs B 2 3 N a? 0. 30 Eíb s h ' zlSi r !' •S- E v9 O» o> ft- t s s i S •Sívj 0í •s f o L1 B P ?3 0 1 I ?i l§ 00 >! r k i i & í i !i: 8« f i f i . f i - t •<5 O »• r M ! • i H * Q» ? <* ! SE I 9-1 o V 0 1 l Í Aparece que estos ensayes se han pasado en el mismo tiempo que con el hornillo ordinario; que los quilates se haa encontrado dentro de los límites deter- minados por la ley, y que la cantidad de carbón empleada no ha subido mas que á i4o gramas por cada ensaye, lo que equivale á poco menos de tres céntimos por cada ensaye de plata de 900 milésimos de ley. Mas en el momento que se puso el cañón vertical en el hornillo, hacia ya mucho tiempo que estaba encendido el fuego , y seria de temer, que este cañón que era capaz de mantener la combustión ,Hho pudiese establecer una corriente de aire bastante fuerte para aumentar con prontitud los grados de la temperatura tomando el hornillo frío. Para responder á esta objeción, se ha hecho la esperiencia siguiente. Se ha dejado enfriar enteramente el hornillo , y se le ha vuelto á encender sin otro auxilio que el del cañón vertical; en media hora ha subido al grado necesario la temperatura de la mufla, con solo el gasto de 220 gramas ( 7 onzas y media ) de carbón, que al precio que corre en París valen cuando mas 4 céntimos y i ( 6 ( i 4 ) maravedís). Se lia tomado el hornillo en este estado, y manteniéndole en el mismo se han pasado sin dificultad cuatro ensayes seguidos. Está demostrado pues hasta la evidencia que el p e q u e ñ o hornillo de copela presentado por MM. Anfrye y d ? Arcet, puede dar el conveniente grado de calor, y aun adquirirlo con prontitud , sin hacer uso mas que d e un simple cañón vertical páfra acelerar la combustión. Los esperimentos que se han espuesto mas arriba h a n probado ademas que los ensayes pasados en este pequeño hornillo se hicieron en el mismo espació de tiempo que en el hornillo ordinario; que pasaban muy bien e n él; que los quilates encontrados eran conformes con los determinados en él hornillo grande, y que la economía que resultaba de combustible era tal que parecía inútil buscarla mayor, haciéndose increíble si la realidad no estuviese demostrada por la esperiencia. Creemos p o r tanto, señores, que la dirección puede dar su aprobación al pe/ queño hornillo de copela que le han presentado MM. Anfrye y d'Arcet,y que se le puede adoptar para el servicio de las oficinas de garantía de p r o v i n c i a donde se hacen pocos ensayes, añadiendo por fin que le juzgamos útil para los laboratorios de química y para los talleres de algunas artes, donde sin duda se le adoptará con ansia. Firmado THENARD, VAUQUELIN. Por copia certificada conforme : Por el Secretario general de la Dirección General de monedas. BERTRAND. *t DESCRIPCION DE C N H O R N I L L O PEQUEÑO DE COPELA. INTRODUCCION. El hornillo de copela, cuya invención parece ser del siglo trece, ha tenido desde aquella época muchas variaciones tanto en su forma como en sus dimensiones ; pero como los diferentes ensayes que se han intentado no se han hecho comparativamente , no han podido dar á conocer cual seria su mejor construcción ; antes por el contrario han producido aquella diversidad de formas que se observa al examinar los hornillos de copela que se hallan gravados y descritos en los tratados antiguos de docimàstica, y con especialidad al comparar entre ellos los diferentes hornillos de ensaye que hoy están en uso en los principales estados. ( i» ) Comparando el antiguo hornillo de copela, descrito por Agrícola, Schindlers, Schulter, etc. , con los que se han' propuesto despues y el que actualmente se usa en Francia „ en los laboratorios de monedas, etc., etc., se ve que todas las variaciones que sucesivamente se han hecho no han tenido otro objeto que el de aumentar á discreción la temperatura, sm haber pensado nunca en la economía del combustible. Hubiera sido, no obstante, de grande utilidad el trabajo empleado en proporcionar los medios de dar el calor necesario á la mufla , quemando en el hornillo de copela la menor cantidad posible de carbón. Sobre t o d o , despues de la revolución, es cuando los ensayadores han conocido la necesidad de disminuir los gastos que tienen que soportar, pues desde entonces ha perdido este estado sus privilegios, se ha aumentado el número de ensayadores , se ha reducido el comercio de materias de oro y plata, ha subido el precio del combustible y de las manos, al paso ( 19 ) que las retribuciones concedidas á los ensayadores no solo permanecen siempre las mismas, sino que se han disminuido naturalmente por la concurrencia que se ha establecido entre ellos. Sirviéndose del hornillo de copela ordinario , es tan considerable el gasto de combustible, que los ensayadores que tienen pocos ensayes que hacer, con trabajo se deciden á encenderlo, hasta reunir un gran número de ensayes, á fin de poder al menos cubrir sus gastos- Esto es lo que sucede diariamente en la mayor parte de las oficinas de garantía, y es fácil conocer cuanto ha podido entorpecer la marcha del comercio este estado de c o sas , y sojjre todo el atraso que ha debido causar en la espedicion de los negocios relativos á la marca de oro y piala. La dirección general de monedas, conociendo la necesidad de poner remedio á estos inconvenientes , de regular el servicio de los contrastes públicos, y de asegurar al mismo tiempo 1111 beneficio cierto á los ensayadores, sin aumentar sus re- ( 20) tribuciones ni las cargas del tesoro públi, co, nos encargó á fines del año 1812 que buscásemos los medios de disminuir los gastos que ocasiona el uso del hornillo ordinario de copela, y sobre todo que procurásemos reducirle hasta el punto de poder pasar con él con ventaja un corto número de ensayes. Tal fué el problema que nos propuso la dirección general de monedas. Para resolverlo principiamos por examinar los diferentes medios conocidos que nos pareció tener mas relación con el objeto, pero no encontramos nada que llenase nuestros deseos. Algunos ensayadores, con el objeto de economizar combustible, hallan hecho construir hacia poco hornillos de copela de mediana magnitud; otros habian suprimido Ja rejilla y el cenicero, volviéndole de este modo su forma primitiva; pero sacrificando la ventaja que presenta el hornillo de copela ordinario, y pasando los ensayes á una temperatura mas baja, no habian logrado mas que 1111 « ( 21 ) ahorro muy corto eu comparación del > que se deseaba. El pequeño aparato prop u e s t o por M. Aikin, y la nota que publicó sobre el asunto (1) nos parecieron mas dignos de atención : creemos que él es el primero que ha tenido la feliz idea de hacer la copelación en hornillo mucho mas pequeño que el ordinario de copela, y de emplear aire despedido con fuerza por un fuelle para operar con rapidez la combustión del carbón, dando por este medio con menos gasto la temperatura conveniente á la copela. Pero el examen del diseño que represen • ta el aparato de que se sirve ? demuestra que si bien se puede operar en él la copelación, es imposible poner en el ensaye que pasa al fondo de un crisol, todo el cuidado que se necesitaría para poder contar con la exactitud de los resultados. No ha sacado puesM. Aikin todo el (1) L a d e s c r i p c i ó n del "hornillo q u e h a p u e s t o se e n c u e n t r a pro- e n los e l e m e n t o s d e q u í m i - c a de W i l l i a m H e n r i , t r a d u c c i ó n f r a n c e s a , sesta e d i c i ó n , T. 1 , p . 5 2 ? . ' ( ) , ( a3 ) partido posible del medio que ha propequeña. Al principio nos servíamos puesto, ni ha llenado mas que la condi- J M f c ^ , e t e d e l a lámpara de esmaltar cion menos importante, probando la e s - M l a a c e l e r a r l a combustión del carbón; penen cía que su aparato, aunque muy ^ ^ L r o s i g u i e n d o el parecer d e M . M o n g e z , ingenioso, no ha podido servir de utili. dad alguna para el arte del ensayador. Reflexionando nosotros sobre lo que se había hecho, hemos creído que podría adelantarse mas, y hemos recurrido á la espericncia como única que podría conducirnos en el asunto al fin propuesto ' liemos hecho construir un gran número de hornillos de formas y dimensiones diferentes, y habiendo c o m p a r a d l a s leyes que se obtenían en cada uno de ellos con las que daban los mismos ensayes hechos en los hornillos de copela ordinarios, nos ha sucedido lo que acostumbra suceder muchas veces en la práctica de las artes, en que perfeccionar los aparatos es casi siempre simplificarlos : hemos principiado por pasar los ensayes entre carbones en un hornillo p e q u e ñ o , y hemos separado luego la copela metiéndola en una mu- hemos°abandonado este medio, cuyo u s q d i s t r a i á l a a t e n c i o n del ensayador, y h e m o s J a t l o & t a p e q u e ñ a mufla la tempeaumentando la corriente ^ hornillo con un cañón de hierde áe[ r Q p i f e s t o s o b r e la cúpula, r a t u r a n e c e s a r i a , ¿stas pruebas y otras muchas que omitimos, aunque no difíciles, han sido j s y fastidiosas; pero animados eficazmente A este trabajo por los SS. Direct o r e s generales de monedas, lo hemos continuado con esmero; debiendo manifestarles aqui nuestro reconocimiento no ^ e l i n teres que han querido tol m a r s ( p o r e i buen éxito de nuestros esp e rimentos, sino también por los conse\ QQÚ h a n tenido á bien ayudarnos continuamente. £ 1 p e q u e ' g 0 hornillo, cuya descripción v a m o s - h a c e r ? e s e l r e s u l t a d o de los dífer e n t e s e n s a y Q S q u e h e m o s egecutado para lograr el fin que se nos hahia propues- m to. La opinión favorable manifestada por 4 los SS. Vauquelin y Thenard en su i n í o r - W me dado á la dirección general de monedas sobre este pequeño hornillo ( que se halla impreso al principio de esta descripción), prueba bastante que hemos llenado completamente 1 as intenciones de la dirección, de que no dejan duda alguna las esperiencias que en él se refieren, dispensándonos por tanto de entrar en mayores detalles. Unicamente añadirémos, que comparando los medios que indicamos con los que propuso M. Aikin, se verá que en efecto nos hemos aprovechado de sus ideas para completar parte de nuestro trabajo, pero que el hornillo que adoptamos y proponemos para el servicio de los contrastes públicos , no tiene nada de común con el que él ha descrito, y q u e no se diferencia de los hornillos de copela de los SS. Sage y Tillet, ni de los que se usan en Francia en las casas de moneda, sino en su forma, en la pequeñez de la mufla,y sobre todo en su pequeño volumen. - x CAPITULO PRIMERO. ta Descripción del hornillo p e q u e ñ o de copela. La fig. i. de la lámina i a - representad hornillo pequeño de copela completo, el cual se compone, como se v e , de una chimenea ó cañón de hierro a , y del hornillo b hecho de tierra cocida. Este pequeño hornillo no tiene mas que o m , 44$ ( i pie 6 pulgadas y 4 lineas ) de alto y o m 184 ( cerca de 8 pulgadas) de ancho. Consta de tres piezas, una cúpula A fig. 3 y 4) lamina a»., una pieza intermedia B que comprende lo que comunmente se llama laboratorio y el fogon, y un cenicero C q u e al mismo tiempo sirve de base al hornillo. La pieza principal tiene la forma de una torre hueca ó cilindro hueco aplastado con igualdad por los dos lados opuestos paralelos al ege, de modo lograr el fin que se nos hahia propues- m to. La opinión favorable manifestada por 4 los SS. Vauquelin y Thenard en su i n í o r - W me dado á la dirección general de monedas sobre este pequeño hornillo ( que se halla impreso al principio de esta descripción), prueba bastante que hemos llenado completamente 1 as intenciones de la dirección, de que no dejan duda alguna las esperiencias que en él se refieren, dispensándonos por tanto de entrar en mayores detalles. Unicamente añadirémos, que comparando los medios que indicamos con los que propuso M. Aikin, se verá que en efecto nos hemos aprovechado de sus ideas para completar parte de nuestro trabajo, pero que el hornillo que adoptamos y proponemos para el servicio de los contrastes públicos , no tiene nada de común con el que él ha descrito, y q u e no se diferencia de los hornillos de copela de los SS. Sage y Tillet, ni de los que se usan en Francia en las casas de moneda, sino en su forma, en la pequeñez de la mufla,y sobre todo en su pequeño volumen. - x CAPITULO PRIMERO. ta Descripción del hornillo p e q u e ñ o de copela. La fig. i. de la lámina i a - representad hornillo pequeño de copela completo, el cual se compone, como se v e , de una chimenea ó cañón de hierro a , y del hornillo b hecho de tierra cocida. Este pequeño hornillo no tiene mas que o m , 44$ ( i pie 6 pulgadas y 4 lineas ) de alto y o m 184 ( cerca de 8 pulgadas) de ancho. Consta de tres piezas, una cúpula A fig. 3 y 4) lamina a»., una pieza intermedia B que comprende lo que comunmente se llama laboratorio y el fogon, y un cenicero C q u e al mismo tiempo sirve de base al hornillo. La pieza principal tiene la forma de una torre hueca ó cilindro hueco aplastado con igualdad por los dos lados opuestos paralelos al ege, de modo ( que toda sección horizontal es elíptica. El pié en que descansa es un cono tron.cado aplastado del mismo modo por ambos lados, teniendo consiguientemente por bases dos elipses de diámetros diferentes , de las cuales la mas pequeña debe ser igual á la del hornillo, para que el pié se acomode b i e n . La cúpula que forma bóveda sobre el fogon tiene también la base elípt'ca, mientras que la b o c a superior por donde sale el humo conserva la forma cilindrica. Vamos á entrar en algunos detalles sobre cada una de estas partes. D e la chimenea. La chimenea del hornillo pequeño, que se ve (Jig. I a . lámina ) está hecha, como ya se ha d i c h o , de una hoja de hierro común batido, en forma de un cañón de o m , 07 ( 3 pulgadas)de diámetro, con uno de sus estreñios algo mas ancho y cónico para que encaje exactamente en la parte superior d de la cúpula. En . CV ) la unión de la parte cónica con la cilindrica del cañón se halla una galería pequeña también de hierro batido e ( cuyo plano está representado fig. 1) para colocar en ella nuevas copelas que se calientan allí lo bastante durante el trabajo para poder ser introducidas sin peligro en la mufla cuando ya tiene un calor rojo : á algunos centímetros encima de esta galería ( cada centímetro es 5 líneas y t de línea ) se ve una puertecílla corrediz a / , por donde, si se cree mas cómodo , se puede introducir el carbón en el hornillo; y en el punto g sobre esta puerta se ha puesto una llave ó bálbula para arreglarla corriente del aire del hornillo. La esperiencia nos ha probado que para hacer llegar la mufla á la temperatura que es necesaria para pasar los ensayes de oro y plata, era preciso dar á este cañón una altura de cerca om , 5o ( 1 pie 9 pulgadas 7 líneas ), desde la galería en que se ponen las copelas hasta el estremo superior. ( 28 ) D e la c ú p u l a . La, abertura circular h,fzg. 3 y 6 lára. 2, que se halla en la parte anterior de esta pieza sirve para introducir el carbón en el fogon, como igualmente para examinar el estado interior del hornillo, y también para arrimar ó separar el carbón de la mufla. Esta abertura se cierra durante el trabajo con un tapón de tierra cocida, cuyo frente se ve en n , fig. 1,lám. 1, y el corte en n,fig. 6, lám. 1. La parte superior de la cúpula, quees algo cónica, sirve para fijar sobre el hornillo el cañón de hierro destinado para establecer la corriente necesaria de aire. Del fogon. El fogon que se ve bajo diferentes aspectos en las fig. 3, 4 , 5 , 6 , lám. 2 a . presenta cinco aberturas. La principal que es la de la mufla está colocada en i en la parte superior por delante cerca de un tercio de la altura del fogon : se cierra con la puerta semicircular que se \e de m ( ¿9 ; frente en m,fig. i r N lám. í r a . , y de lado en m,fig. 6. lám. 2. Delante de esta abertura es donde se halla puesta la tablilla sobre que se adelanta ó retira la puerta d é l a mulla. La letra q de las fig. 3, 5 y 6 , lám. 2 , manifiesta el frente, el lado y el corte transversal de esta tablilla que es de tierra cocida y hace cuerpo con el hornillo. La parte superior debe estar exactamente á nivel con el suelo de la mufla. Debajo se encuentra una abertura horizontal /, que está hecha á nivel con la parte superior d e la rejilla, y sirve para introducirla varita de hierro, fig. 3, lám. 1. destinada para hacer caer de cuando en cuando la ceniza que obstruye los agujeros de la rejilla. Esta abertura se cierra como se quiere con una cuña de tierra cocida representada en k ,fig. J , lám. 1 , y su corte en A, fig. 6 , lám. 2. A. derecha y á izquierda , hacia la parte inferior, un poco mas abajo de la rejilla, hay abiertos como se ve en cc .fig. 3 , 4 ? 5 y 6 , lám. 2, e n la dirección del gran diámetro de la elipse, dos agujeros igua- (3o) les cuyo uso haremos conocer mas ade lante. E n la parte posterior del hornillo se halla una abertura vertical p,fig. 4 , 5 y 6, que sirve para poner el pedazo de tierra cocida que se ve en s,fig. 6 , cuyo destino es sostener en caso necesario el suelo de la mufla. Se ve en uyfig. G, el corte del embutido en que se encaja la pequeña tablilla, s o bre la que descansa la mufla. £ L a / % - 7 representa la rejilla del pequeñ o hornillo, mirada en superficie, y la fig. 8 la representa mirada horizontalmente : estas dos figuras manifiestan las dimensiones de la elipse que determina la forma general del hornillo,el grueso de la rejilla, y c o m o se ha aumentado su solidez por medio de un hilo de hierro colocado al rededor d e su c e n t r o , bien apretado, que sirve para que los pedazos de la rejilla no se separen en caso de romperse. En ¿ s e ve el encaje donde entra el hilo de hierro. Los agujeros hechos en esta rejilla tienen la forma de conos tronca- ( 3i ) dos, con la base mayor hacia abajo para que la ceniza pueda caer en el cenicero con mas facilidad. La letra de la fig. 6, que representa el corte de la rejilla, manifiesta la forma de estos agujeros : la rejilla está sostenida sobre una repisa ó banqueta que hace cuerpo con el hornillo, como se ve en a , fig. 6. Del cenicero. La pieza de tierra cocida que sirve de cenicero al hornillo, contribuye al mismo tiempo á levantarlo á una altura conveniente para que puesto sobre una mesa regular, pueda el ensayador estando sentado, cuidar cómodamente del ensaye que pasa en la mufla. El cenicero no tiene mas que dos aberturas , una elíptica hecha en la base superior por donde caen las cenizas; y otra semicircular puesta en la parte ante rior á nivel con el fondo. La abertura que se ve en y, fig. 3 , 5 y 6 , lám. ^ f o r m a la ' * . (3a) puerta del cenicero, y sirve para introducir aire por debajo déla rejilla, y para estraer las cenizas que se acumulan. En caso de necesidad se cierra con la puerta r,fig. i , lám. i , cuyo corte se ve en r, fig. 6 , lám. a. Para dar mas solidez al hornillo se le ponen zarcillos de hierro ajustados con tornillos ó con chavetas fuertes colocadas á los extremos de cada pieza como se ve en b, b, b,fig. 4 y 5, lám. i CAPITULO SEGUNDO. De los u t e n s i l i o s y d e l c o m b u s t i b l e q u e s e ne- cesita p a r a el s e r v i c i o d e l h o r n i l l o p e q u e ñ o d e copela. En este capítulo trataremos de cuanto se necesita reunir antes de encender el hornillo, y para servirse luego de él con comodidad. ( i ) Estos zarncillos podrán hacerse también de azófar ó l a t ó n ; y a u n q u e costarían mas caro, D e las m u f l a s . n o t e n d r í a n el i n c o n v e n i e n t e d e e n m o h e c e r s e . Las muflas de que se hace uso tienen la misma forma que las comunes; pero son mucho mas pequeñas. Las hemos hecho construir de dos tamaños : las unas tienen 6o milímetros (a pulgadas 7 líneas) de largas, sobre 4d (una pulgada9 líneas) de anchas, y 35 (una pulg. 6 lín.) de altas, y las otras 90 milímetros (3 pulg. 1 o { lín.) con la misma anchura y altura que las primeras. En las primeras solo se coloca una copela cada vez, y en las segundas ' * . (3a) puerta del cenicero, y sirve para introducir aire por debajo déla rejilla, y para estraer las cenizas que se acumulan. En caso de necesidad se cierra con la puerta r,fig. i , lám. i , cuyo corte se ve en r, fig. 6 , lám. a. Para dar mas solidez al hornillo se le ponen zarcillos de hierro ajustados con tornillos ó con chavetas fuertes colocadas á los extremos de cada pieza como se ve en b, 6 , b,fig. 4 y 5 , lám. i CAPITULO SEGUNDO. De los u t e n s i l i o s y d e l c o m b u s t i b l e q u e s e ne- cesita p a r a el s e r v i c i o d e l h o r n i l l o p e q u e ñ o d e copela. En este capítulo trataremos de cuanto se necesita reunir antes de encender el hornillo, y para servirse luego de él con comodidad. ( i ) Estos zarncillos podrán hacerse también de azófar ó l a t ó n ; y a u n q u e costarían mas caro, D e las m u f l a s . n o t e n d r í a n el i n c o n v e n i e n t e d e e n m o h e c e r s e . Las muflas de que se hace uso tienen la misma forma que las comunes; pero son mucho mas pequeñas. Las hemos hecho construir de dos tamaños : las unas tienen 6o milímetros (a pulgadas 7 líneas) de largas, sobre 4d (una pulgada9 líneas) de anchas, y 35 (una pulg. 6 lín.) de altas, y las otras 90 milímetros (3 pulg. 1 o { lín.) con la misma anchura y altura que las primeras. En las primeras solo se coloca una copela cada vez, y en las segundas i —— I * - .. elias ciólas una delante de otra. Las fig. . 3 j i 4 j ' P e s a u c e r c a (le 12 graraa* ( 6 darmes ^ S r a n o s )' P u e d e n contener y i 5 de la lám. 2 representan la e l e v a c i ^ j É f c f de frente y los cortc-s longitudinales d < P J * 2 ü 8 r a m a s ( 1 1 C a r m e s 4 g r a n o s ) de las muflas. Estas pequeñas muflas deben PIomo íierretido' absorben fácilmente 8 ó IO ramas de estar abovedadas en arco perfecto, y ha* S ( ¿ « adarmes á 5 J-) de cerse de buena tierra, bien vidriosa, y óxido de plomo. En las múflasele q u e h e mos hablado mas bastante cargada de cimento v de grano arriba, se pueden acomodar bien estas co las bastante grueso para que pueda sufrir ' F > y aun sin peligro los cambios repentinos de« .q«eda bastante lugar en lo ancho para potemperatura. Deben , ademas, estar bien dprlas adelantar, ret.rar ó sacar con las cocidas, para que no disminuyan de P ^ a s su, la menor dificultad, Hcraos ,iecho constri,,r volumen cuando colocadas en el hornillo también cópe ,aS b a s t a n t e se calienten con mucha fuerza. Su aberP e q i i e ñ a s para poder pasa, d e f r e n t e e n l a s m i s m a s n, tura debe arreglarse de modo que pue"flas dos y tres Cnsa es cada vcz L a s dan ajustarse con la mayor exactitud po* ' A - « ' y ra, lám. a , sible en el encaje hecho en el grueso del representan el corte de nuestras copelas hornillo, y que se ve en n,/ig. 6. medianas y pequeñas. No entrarémos en mayores detalles sobre este asunto, porque creemos mas De las copelas. prudente servirse de copelas ordinarias , Las copelas de que ha de hacerse uso son las mismas que las de que se sirven ordinariamentelos ensayadores. LaJig. 10, ' lára. 2 ^»representa el corte de una de • operar siempre con el grama entero ( ao granos ) , y no hacer por consiguiente mas <l ue u n ensaje cada vez Hay cir«instancias, sin embargo, en que con las pequeñas copelas de que acabamos de (. 36 ) hablar, se podrían pasar al mismo tiempo 2 , 4 , 6 ó 3 , 6 , 9 ensayes de oro ó de plata; mas para eso seria preciso hacer ensayes en un * en un y y aun en un tí de grama (en i o, en 7 ó en 2 granos) según la ley de las materias que se hubiesen de ensayar, lo que no siempre dejaría de tener sus inconvenientes, pues las balanzas de que ordinariamente se sirven los ensayadores de los contrastes públicos, rara vez son bastante sensibles para poder obtener resultados exactos operando en cantidades tan pequeñas (1). (1) P e r s u a d i d a J a d i r e c c i ó n g e n e r a l d e m o n e - ( 37 ) De los c r i s o l e s p a r a r e c o c e r los e n s a y e s d e o r o . Estos crisoles se hacen de la misma tierra y en los mismos moldes que los crisoles comunes de que se valen los ensayadores para recocer los ensayes de oro; solo que se les da menos altura para que puedan entrar fácilmente en la pequeña mufla. La fig. 9 , lám. 2 , presenta el corte de uno de estos crisoles. No se puede poner mas que uno cada vez en las p e queñas muflas; pero se acomodan dos con anchura en aquellas de que hemos hablado, que son algo mas largas. das d e lo ú t i l q u e seria p r o c u r a r íi los e n s a y a d o r e s pequeñas balanzas bastante exactas y mucho Del p l o m o p a r a ensaye. m a s b a r a t a s q u e las r e g u l a r e s de e n s a y e , e n c a r g ó su c o n s t r u c c i ó n al hábil artista M . G a n d o l í i , quien las facilita e n la casa d e m o n e d a d e P a r í s , p o r la s u m a d e c e r c a d e 200 f r a n c o s ; E s t a s p e q u e ñ a s balanzas son m u y portátiles, c o n t i e n e n la c o l e c c i o n d e las p e s a s d e e n s a y e , las h a c e c a e r u n m i l é s i m o d e g r a m a . j El plomo que ha de usarse es el mismo que el que emplean comunmente los ensayadores, ha de contener la menor cantidad posible de plata, y sobre todo ha de estar limpio y esento de estaño y de antimonio. Se le emplea en las mismas dosis que cuando uno se sirve del grande hornillo de copela. ( 38 ) (3 9 ) D^ los a l i c a t e s y d é l a s b r o c h a s d e e n s a y e « , de las p i n z a s , d e l a s p e s a s y d e las b a l a n z a s . Nada d i r é m o s de todos estos objetos, puesto que se hallan descritos en el Manual del Ensayador, publicado por M.Vauquelin , y q u e nada de particular exige en esta parte e l servicio de nuestro hornillo. D e las t e n a c i l l a s . Las tenacillas, que sirven para poner en la mufla y retirar las copelas, deben ser muy pequeñas, y sobre todo bastante * delgadas para que el estremo de cada brazo pueda pasar por entre las paredes de la mufla y de la copela. La fig. i , lám. representa las tenacillas de que nos servimos ( i ) . También se emplean para echar el p l o m o y la plata en la copela cuando está ya al calor rojo, y sa quiere dar principio al ensaye. (x) E s t a s t e n a c i l l a s p u e d e n h a c e r s e facilroentr c o n u n h i e r r o d e r i z a r , a l l a n a n d o y e n c o r b a q d o un p o c o el e s t r e m o d e c a d a b r a z o . De la varilla de h i e r r o . La varilla de hierro que se ve en la fig. 3, lám. i , es un instrumento muy cómodo para trabajar en el pequeño hornillo de copela. Sirve para arreglar el carbón en el hornillo , introduciéndolo por la abertura h, fig. 3 y 6 , lám. a , como igualmente para limpiar la rejilla y hacer caer las cenizas en el cenicero, para lo que se mete por el pequeño resquicio /, fig. 3 y 6 , y se la pasa horizontalmente y con ligereza á derecha é izquierda por toda la superficie de la rejilla. Cuando y a * se ha adquirido algún uso , sirve también esta varilla para adelantar ó meter mas adentro la copela en la mufla, aun cuando pasa el ensaye. Esto se hace apoyando ligeramente la varilla contra un lado de la copela, y tirándola hacia sí suavemente ó empujándola se la hace volver, y de este modo se adelanta ó se retira según la dirección que se le da. Este medio se puede emplear muy á propósito princi- ( 4o ) pálmente cuando se cree que la delantera de la copela no tiene bastante fuego, pues dándole asi una media vuelta con la varilla, se trae adelante la parte posterior de la copela, y se regulariza el grado de calor. El anillo que se ve en uno de sus estremos no sirve sino para tomarla con mas facilidad y colgarla. De la manecilla ó librador para poner el carbón en el hornillo. Del b a d i l p e q u e ñ o - El pequeño badil que se ve representado en l a f i g . 4 , )ám. i , sirve para estraer la ceniza que pasando por la rejilla cae en el cenicero : no tiene de particular mas que su pequenez : se hace de un hilo grueso de hierro, allanando y doblando uno de sus estremos, y formando en el otro un anillo que sirve para colgarlo. Del combustible. Esta manecilla, que puede ser de hierro ú ojalata, debe tener la misma forma „que las que usan los que venden tabaco, etc., para ponerlo en sacos ó cucuruchos, ser bastante abierta de arriba para que el carbón caiga con facilidad en el hornillo, y bastante estrecha de la parte anterior para que pueda entrar un poco en la abertura circular h,fig. 3 y 6, lám. a , de la cúpula del hornillo. Véase el plano y la elevación lateral en las fig. 5 y 6 , lám. i. El carbón de leña es el mejor para el hornillo de copela; el de piedra no ardería hasta que el hornillo, ya largo rato encendido, tuviese un grado bastante alto de calor, y produciría ademas el inconveniente de cegar la rejilla con la escoria, y aun muchas veces el de menear y separar de su puesto la mufla al enhuequeccrse dentro del hornillo durante la combustión. El carbón de piedra depurado, conocido también con el nombre de coak , calentado á rojo de antemano, no presentaría los mismos inconvenientes. Nos ( 42 ) hemos servido de él para calentar el hornillo, y h e m o s visto que con algunas precauciones p u e d e usarse de este combustible. Cuando quiera emplearse, es me. water calentar el hornillo con carbón de lena, y no p o n e r el coakhasta que el interior del hornillo esté al calor rojo, y bien establecida la corriente de aire, teniendo cuidado sobre todo de despejar la rejilla de cuando en c u a n d o , porque las escoñas que se f o r m a n la obstruyen mucho mas pronto q u e la ceniza del carbón de iena. Con estas precauciones hemos llegado también á calentar el hornillo con escardillas ( , ) , y hemos podido hacer muchos ensayes consecutivos; pero en este último caso la rejilla se obstruye mas pronto, y n o se logra sin mucho trabajo mantener abiertos los agujeros : de donde se sigue q u e seria necesario servirse de una rejilla de hierro colado con las bar( i ) S e d a el n o m b r e d e escarbiUasen las fábricas al c a r b ó n d e t i e r r a q u e m a s ó r n e n o s q u e m a d o pasa p o r la r e j i l l a , y c a e e n e l c e n i c e r o d e los h o r n o s de r e v e r b e r o s , h o r n i l l o s de v i d r i o , e t c . ( 43) ras bien separadas, si no hubiese mas que escarbillas; pero siendo el gasto de combustible tan corto, haciendo uso de nuestro hornillo, creemos que debe preferirse la facilidad del trabajo á una ligera economía , y que el coak, y sobre todo las escarbillas, no deben emplearse mas que en parages en que el carbón de lena sea escesivamente caro ó no se encuentre. El uso del coak nos parece, al contrario ventajoso] cuando se quiere dar á la mufla una temperatura muy elevada, y se acelera la combustión en el hornillo, introduciendo por debajo de la rejilla una corriente rápida de aire por medio de uno ó dos fuelles, c o m o se esplicará en el último capítulo. Pero cuando se quiere hacer ensayes sin emplear mas que el cañón de hierro para activar la c o m b u s t i ó n , aconsejamos se prefiera el carbón de leña á cualquier otro combustible. El carbón de leña que se emplee, deberá estar bien seco y reducido á pedazos pequeños como nueces, porque mas cincos impedirían la circulación del aire en el hornillo, y m a s gruesos dejarían demasiados vacíos en el fogon , y se calentaría mal la mufla. Podrá ahorrarse muchas veces el trabajo de romper el carbón para reducirlo á trozos convenientes, comprando el menudo que queda al fondo de los almacenes ó barcos, en io que se logrará economía pues cuesta menos que el grueso; en cuyo caso bastará separar el polvo por medio de una criba rala de mimbres, conservando os pedazos que no p a s e n , y vendiendo luego el polvo que hoy dia se emplea en muchas manufacturas para descolorar os líquidos, purificar el agua, fabrican Ja sosa, etc., ó destinándolo á otros usos. - CAPITULO TERCERO. D e l m o d o d e c a l e n t a r , c o n s e r v a r y u s a r el hornillo. Cuando se quiere hacer uso del hornillo, se principiará por poner en él una mufla, y si 110 necesita mas que una de las pequeñas puede tomarse la que entre exactamente en el encaje w, fig. 6 , del hornillo. Se mete bien, y el poco vacío que queda entre las paredes de la mufla y las del encaje se llena de barro de estufa , y aun mejor de una v mezcla de una parte de buena arcií l V y <los de cimento en polvo fino prep a r a d o con buena teja ó ladrillo; no quedando o! ra cosa que hacer sino llenar con el mismo barro el ¡ equeño espacio que se encuentra dentro de la mufla en su línea de unión con el hornillo. Si la mufla fuese demasiado ancha para entrar en el encaje, seria preciso achicarla en la (44.) cincos impedirían la circulación del aire en el hornillo, y m a s gruesos dejarían demasiados vacíos en el fogon , y se calentaría mal la mufla. Podrá ahorrarse muchas veces el trabajo de romper el carbón para reducirlo á trozos convenientes, comprando el menudo que queda al fondo de los almacenes ó barcos, en io que se logrará economía pues cuesta menos que el grueso; en cuyo caso bastará separar el polvo por medio de una criba rala de mimbres, conservando os pedazos que no p a s e n , y vendiendo luego el polvo que hoy dia se emplea en muchas manufacturas para descolorar os líquidos, purificar el agua, fabrican Ja sosa, etc., ó destinándolo á otros usos. - ( 4 ¿ CAPITULO ) TERCERO. Del modo de calentar, conservar y usar el hornillo. Cuando se quiere hacer uso del hornillo, se principiará por poner en él una mufla, y si 110 necesita mas que una de las pequeñas puede tomarse la que entre exactamente en el encaje w, fig. 6 , del hornillo. Se mete bien, y el poco vacío que queda entre las paredes de la mufla y las del encaje se llena de barro de estufa , y aun mejor de una v mezcla de una parte de buena arcií l V y <los de cimento en polvo fino prep a r a d o con buena teja ó ladrillo; no quedando o! ra cosa que hacer sino llenar con el mismo barro el ¡ equeño espacio que se encuentra dentro de la mufla en su línea de unión con el hornillo. Si la mufla fuese demasiado ancha para entrar en el encaje, seria preciso achicarla en la parte que lo necesitase amolándolo sobre un ladrillo ó plancha de hierro colado cargada de polvos de asperón ó de arena. Aunque la mufla asi colocada estriba en vago por no estar unida al hornillo sino por la abertura, queda sin embargo asegurada con bastante solidez para que no se necesiten mas precauciones; pero si se quiere emplear una mufla mas hon da, no basta ya entonces fijarla bien por delante, haciéndola entrar ajustada en el encaje del hornillo, sino que es menester ademas sostenerla por detras para que no la incline el peso del carbón, ni principalmente el de las copelas cargadas de plomo que se colocan en ella; á cuyo efecto sirve un tacón ó pedazo de tierra cocida s t f i g . 6 , Iám. a , que se introduce por la abertura vertical p,fig. 4 y 6 del hornillo. La parte superior de esta pieza que entra en el hornillo, y está á nivel con el fondo de la mufla, se une con ella por debajo y la sostiene. Se llena luego de barro preparado el pequeño espacio que queda entre la mufla y las pare- des de la abertura, como también en lo interior de la mufla el vacío" que hay al rededor entre la misma y el hornillo, y se deja secar. Si fuese posible, debería colocarse la mufla un dia antes de servirse del hornillo, á fin de que la arcilla tuviese mas lugar de secarse, con lo que no se desprende nada y se mantiene m e jor la mufla en su lugar. El hornillo asi preparado, se dispone el carbón de leña en pequeños trozos. Se coloca el cañón de hierro sobre la chimenea del hornillo , cuidando de tener la llave abierta, y de poner por delante el lado en que está la puerta corrediza. Se coloca en la mufla una ó dos copelas segun su tamaño , y si hay mas ensayes que hacer, se pone el número de copelas que se cree necesario al rededor del cañón de hierro , disponiéndolas en la galería que se encuentra en la parte baja. Se ponen sobre la rejilla del hornillo algunos carbones encendidos, y se llena de pedacitos de carbón hasta por encima de la mufla : se destapan los agujeros laterales c o. fig- 3, 5 y G, lám. a, y se abre la puerta del cenicero r,fig. i , lám. i. El fuego se enciende poco á poco, se va echando gradualmente mas carbón por la puerta circular h,fig. 3 y 6 , lám a , y por la p u e r t a / fig. i del cañón ; se hace caer, y se arregla de cuando en cuando introduciendo la varilla, fig. 3 , lám. i por la abertura circular, y asi se mantiene el fuego, teniendo cuidado de no echar mucho carbón de una vez en el hornillo, y de pasar una ó dos veces cada hora la insinuada varilla por la abertura horizontal Ufig- 3 y G, lám. 2, corriéndola á derecha é izquierda para despejar los agujeros de la rejilla, y hacer que la ceniza caiga en el cenicero. Cuando el hornillo está bastante caliente, lo que sucede por lo común media hora despues que está encendido, se principia el ensaye, el cual se pasa del mismo modo que en un hornillo de copela ordinario. El grado de calor dado á la mufla , se regula cerrando mas ó menos la llave del cañón, la puerta del cenicero ( 49 ) ó los dos agujeros laterales, abriendo mas ó menos la puerta de la mufla, y aun poniendo mas ó menos carbón en el hornillo. También se podria disminuir la corriente de aire, abriendo según haya necesidad la puerta f , f i g - i , lám. a , del ¡caño» de hierro. Concluido el ensaye, si se tienen que pasar otros, se toma una de las copelas calientes que hay en la galería, y se coloca en la mufla donde presto tiene el calor necesario para poder hacer en ella un nuevo ensaye. Cuando ya no se necesita el hornillo, se puede apagar el carbón cerrando la llave del cañón, las dos aberturas laterales y la puerta del cenicero. M ( 5o ) CAPITULO CUARTO. De las v e n t a j a s q u e o f r e c e el u s o del h o r n i l l o p e q u e ñ o de c o p e l a , y de las diferentes aplicac i o n e s d e q u e e » s u s c e p t i b l e , tanto e m p l e á n d o l o del m o d o q u e se h a d i c h o , c o m o d i s p o n i é n d o l o de u n a m a n e r a c a p a z d e d a r á la m u f l a u n a temperatura mas elevada. Ya hemos dicho que los ensayes de oro y plata se pasaban en el hornillo pequeño de copela, del mismo modo que en el ordinario; que debían tomarse las mismas precauciones, y que se obtenían los mismos rebultados. N o puede mirarse pues, como mas útil el hornillo propuesto, sino en razón á la economía; un gran número de esperiencias nos han probado que se podia pasar en Paris un ensaye de plata de 900 milésimos de ley ( d e 9 dineros 191 granos de fino ) sin gastar mas que tres céntimos ( 4 maravedís ) de carbón,y que para elevarla mufla á la temperatura necesaria para empezar un ensaye no se empleaban mas ve en d , lám. 3 , sirve para graduar la corriente de aire, y aun para cortarla totalmente cuando se juzgue oportuno. Se ve cuan fácil será siempre emplear en este uso el hornillo pequeño de copela, puesto que en todas partes se encuentran fuelles de forja, y que no se necesita mas que añadir á la tobera un cañón de hoja de lata por donde el aire se dirija á la parte inferior de la rejilla del hornillo. También se podrán hacer en él en pequeño un gran número de fundiciones de ligas y de ensayes minerales, que seria difícil egecutar en pequeñas cantidades, sirviéndose de los hornillos comunes; y , volviendo á colocar la mufla, también se podrá á poco rato copelar los residuos que resulten de estos ensayes. Acabamos de enumerar los diversos usos á que creemos podrá servir nuestro pequeño hornillo; la esperiencia hará sin duda conocer otros muchos. Recogerémos con cuidado los datos que lleguen á nuestro conocimiento, y los p ubi icaré- (63) ( 6a ) D e l o r o l i g a d o c o n la p l a t i n a . D e l e n s a y e del o r o q u e c o n t i e n e p l a t i n a . La codicia ha empleado algunas veces su maligno ingenio para mezclar con el oro y la plata una porcion de platina imperceptible á la vista, aunque capaz sin embargo de procurarle una ganancia ilícita. Los ensayadores deben poner mayor cuidado en esta especie de fraude en razon á que el metal de que se trata goza de algunas propiedades comunes al oro y á la plata, pues resiste lo mismo que ellos á la acción del plomo por la copelación , y aun rechaza en parte la del agua-fuerte en la operacion de la refinadura. Yoy á presentar aqui el resultado de mis observaciones en el asunto, que aunque no sea tan completo como seria de apetecer, bastará tal vez á los ensayadores atentos para conocer la presencia de la platina en el oro y la plata. / He hecho cuatro aligaciones principales, repitiéndolas muchas veces, en las cuales habia desde 10 hasta a5o milésimos ( desde una centésima hasta una cuarta parte ) de platina ligada con el oro fino , y despues de haber puesto tres partes de plata, las he copelado con la cantidad suficiente de plomo. He aplicado toda mi atención en estos ensayes,desde el principio hasta el fin, para conocer y reunir, si me era posible , cuantos fenómenos presentasen; establecer luego por medio de la comparación las diferencias que pudiera haber entre ellos y los ensayes ordinarios, y poner por fin al ensayador en estado de poder reconocer la presencia de la platina en el oro y la plata. Primera observación. Cuando la platina está con el oro solo en razón de o,oao (una cincuentésima par- ( 6a ( 6 3 ) ) D e l o r o l i g a d o c o n la p l a t i n a . D e l e n s a y e del o r o q u e c o n t i e n e p l a t i n a . La codicia ha empleado algunas veces su maligno ingenio para mezclar con el oro y la plata una porcion de platina imperceptible á la vista, aunque capaz sin embargo de procurarle una ganancia ilícita. Los ensayadores deben poner mayor cuidado en esta especie de fraude en razon á que el metal de que se trata goza de algunas propiedades comunes al oro y á la plata, pues resiste lo mismo que ellos á la acción del plomo por la copelación , y aun rechaza en parte la del agua-fuerte en la operacion de la refinadura. Yoy á presentar aqui el resultado de mis observaciones en el asunto, que aunque no sea tan completo como seria de apetecer, bastará tal vez á los ensayadores atentos para conocer la presencia de la platina en el oro y la plata. / He hecho cuatro aligaciones principales, repitiéndolas muchas veces, en las cuales habia desde 10 hasta a5o milésimos ( desde una centésima hasta una cuarta parte ) de platina ligada con el oro fino , y despues de haber puesto tres partes de plata, las he copelado con la cantidad suficiente de plomo. He aplicado toda mi atención en estos ensayes,desde el principio hasta el fin, para conocer y reunir, si me era posible , cuantos fenómenos presentasen; establecer luego por medio de la comparación las diferencias que pudiera haber entre ellos y los ensayes ordinarios, y poner por fin al ensayador en estado de poder reconocer la presencia de la platina en el oro y la plata. Primera observación. Cuando la platina está con el oro solo en razón de o,oao (una cincuentésima par- Del badil p e q u e ñ o . 41 Del combustible. ibid CAP. I I I . D e l m o d o d e c a l e n t a r , c o n s e r v a r y u s a r el h o r n i l l o . C Í P . I V . D e las v e n t a j a s q u e o f r e c e el hor- nillo p e q u e ñ o de c o p e l a , y d e las d i f e r e n t e s a p l i c a c i o n e s d e q u e es s u s c e p t i b l e . 5* NA BEL ISDIGE. / Í J F.r/rrt/r iii i /M'metfJ nfíib't/ V \ v>A «• x