Santiago, cinco de octubre de dos mil once. VISTOS: En estos autos sobre juicio ordinario caratulados ?Inmobiliaria e Inversiones Paumar Limitada con Pérez Muñoz Magaly y Otros?, Rol N° 9556-2004, seguidos ante el Tercer Juzgado Civil de Concepción, don Luis Giacaman Arce, egresado de derecho, en representación de Inmobiliaria e Inversiones Paumar Limitada, dedujo demanda de reivindicación en contra de Magaly Isidora, Juan Milton, Ana Emedilia, Nelly Aides, Ilsen Elena y Jorge Wilfredo, todos Pérez Muñoz, con el objeto que se declare que el actor es propietario del retazo de terreno cuya reivindicación pretende, el que deberá ser restituido por los demandados dentro de quinto día de pronunciada sentencia de término, reservándose su parte el derecho de cobrar perjuicios y restitución de frutos, para ser discutidos en un juicio diverso, con costas. Mediante sentencia de veinticinco de junio de dos mil siete, escrita a fojas 100, la jueza titular del aludido tribunal rechazó, con costas, la demanda, la que apelada por el actor, fue confirmada por resolución de veintiséis de enero de dos mil diez, de fojas 139, de la Corte de Apelaciones de Concepción, salvo en cuanto a la condena en costas, carga de la que fue eximido. En contra de la sentencia de segunda instancia la misma parte ha deducido los recursos de casación en la forma y en el fondo que se leen en lo principal y primer otrosí de fojas 142. Se trajeron los autos en relación para conocer de ambos recursos. CONSIDERANDO: I.- En cuanto al recurso de casación en la forma de lo principal de fojas 142: PRIMERO: Que el recurrente denuncia que la sentencia censurada ha incurrido en el vicio de nulidad formal contemplado por el artículo 768 N° 5 del Código de Procedimiento Civil en relación al artículo 170 Ns° 4 y 6 del mismo cuerpo de leyes, esto es, la omisión de las consideraciones de hecho y de derecho que sirven de fundamento a la sentencia y la decisión del asunto controvertido, desde que la Corte de Apelaciones respectiva, no se ha hecho cargo de los argumentos esgrimidos en el recurso de apelación deducido por su parte, los que, por consiguiente, no han sido resueltos. De igual modo, se incurre en el referido vicio, al no analizarse en forma alguna sus alegaciones en torno al dominio que detenta su parte sobre el retazo de terreno a reivindicar, así como, respecto del valor de la prueba documental rendida en autos. Por todo lo anterior, solicita se acoja el presente recurso, se anule el fallo recurrido y acto seguido, sin nueva vista, pero separadamente, se proceda a dictar sentencia de reemplazo por medio de la cual se haga lugar a la demanda, con costas; SEGUNDO: Que sin perjuicio de las alegaciones formuladas por el recurrente de nulidad sustancial, expuestas en el considerando anterior, y por medio de las cuales persigue la invalidación del fallo de segunda instancia, es causal de nulidad formal, de acuerdo a lo establecido en el artículo 768 Nº 9 del Código de Procedimiento Civil: ?En haberse faltado a algún trámite o diligencia declarados esenciales por la ley o a cualquier otro requisito por cuyo defecto las leyes prevengan expresamente que hay nulidad?. Luego, el artículo 795 del mismo cuerpo de leyes, dispone: ?En general, son trámites o diligencias esenciales en la primera o en la única instancia en los juicios de mayor o de menor cuantía y en los juicios especiales: 2°.- El llamado a las partes a conciliación, en los casos en que corresponda conforme a la ley; 3°.- El recibimiento de la causa a prueba cuando proceda con arreglo a la ley?; TERCERO: Que, en el caso de autos, actúa como demandante Inmobiliaria e Inversiones Paumar Limitada y como demandados, seis personas naturales, de las cuales sólo una concurrió a los autos designando abogado patrocinante y apoderado, como se observa a fojas 11, no efectuando las demás, presentación alguna; CUARTO: Que, posteriormente, la demandada que concurrió al procedimiento, doña Magaly Isidora Pérez Muñoz, opuso excepcio nes dilatorias, las que fueron rechazadas, con costas, por resolución de 18 de junio de 2005, de fojas 26. Luego, no se contestó la demanda por ninguna de los demandados; se evacuó trámite de réplica por el actor a fojas 29; no presentándose dúplica alguna. Así, el tribunal de primer grado, por resolución de 18 de octubre de 2005, de fojas 32, citó a las partes a una audiencia de conciliación, ordenando su notificación por cédula, sin hacer distinción alguna respecto de los demandados rebeldes. No obstante ello, y sin perjuicio de lo dispuesto por el artículo 53 del Código de Procedimiento Civil, al haber dispuesto el tribunal a quo aquélla forma de notificación, debió darse estricto cumplimiento a dicha resolución, lo que no aconteció, pues la misma sólo fue notificada al demandante y a la única demandada que designó abogado patrocinante y confirió poder en los autos. Luego, esta Corte entiende que se ha incurrido en el vicio previsto en dicha causal, pues si bien el tribunal de primer grado dispuso que se llamara a las partes a una audiencia de conciliación, especialmente fijada al efecto, ordenando su notificación por cédula, sólo se notificó a uno de los demandados en la forma ordenada, por lo cual cabe concluir que el referido trámite no se efectuó en conformidad a la ley. Lo anterior, se reitera, sin perjuicio de lo dispuesto por los artículos 49 y 53 del Código de Procedimiento Civil, que disponen: ?Para los efectos del artículo anterior ?artículo 48 relativo a la forma de notificación de las sentencias definitivas, resoluciones que reciban la causa a prueba y aquéllas que ordenen la comparecencia personal de las partes- todo litigante deberá, en su primera gestión judicial, designar un domicilio conocido dentro de los límites urbanos del lugar en que funcione el tribunal respectivo, y esta designación se considerará subsistente mientras no haga otra la parte interesada, aun cuando de hecho cambie su morada?, y que: ?La forma de notificación de que trata el artículo 50 ?notificación por el estado diario- se hará extensiva a las resoluciones comprendidas en el artículo 48, respecto de las partes que no hayan hecho la designación a que se refiere el artículo 49 y mientras ésta no se haga. Esta notificación se hará sin necesidad de petición de parte y sin previa orden del tribunal?. Luego, si bien es efectivo que los otros cinco demandados estaban rebeldes y no concurrieron al procedimiento fijando domicilio, no es menos cierto que fue el propio tribunal el que dispuso expresamente su notificación por cédula, pese a lo dispuesto por el artículo 53 previamente transcrito, y que éstos tenían domicilio en la ciudad de asiento del tribunal, según se observa de los estampados receptoriales de fojas 9 y 10. De este modo, se incurrió en dicha causal de nulidad formal, la que, no obstante, fue subsanada por esta Corte al llamar a las partes a una audiencia de conciliación, habiéndose notificado el llamado a la misma, por cédula, tanto al demandante como a los seis demandados; QUINTO: Que, en cambio, en lo que respecta a la recepción de la causa a prueba, trámite esencial que lógicamente comprende su notificación en conformidad a la ley, no ocurre lo mismo, pues atendido el estado de la causa no podría este Tribunal de Casación subsanarlo, sino procediendo a casar de oficio en la forma el fallo recurrido y retrotraer el procedimiento al estado de notificarse la referida resolución por cédula a todos los sujetos del proceso, continuándose con la tramitación del mismo, por tribunal no inhabilitado, en conformidad a la ley; SEXTO: Que, cabe hacer presente, además, que en su oportunidad y pese a que la sentencia definitiva de primera instancia fue notificada por el estado diario, la propia Corte de Apelaciones ordenó que el tribunal a quo notificara de igual forma el fallo a los demandados rebeldes, como se observa en la resolución de veintinueve de enero de dos mil nueve, de fojas 119, habiendo el ?a quo? pronunciado el cúmplase con fecha quince de abril del mismo año, a fojas 121, disponiendo al efecto lo siguiente: ?Notifíquese por el estado diario de hoy la sentencia definitiva de fojas 100 y siguientes, a los demandados rebeldes, conjuntamente con la presente resolución??; SÉPTIMO: Que, de cuanto se ha reflexionado, queda de manifiesto que se ha incurrido en el vicio de nulidad formal contemplado en el artículo 768 N° 9 del Código de Procedimiento en relac ión al artículo 795 N° 3 del mismo cuerpo de leyes, de lo que se sigue que la contravención por los jueces de esas formalidades trae consigo la invalidación no sólo de la sentencia viciada, sino también de aquélla parte del procedimiento en que se verifica la actuación viciada; OCTAVO: Que el artículo 775 del Código de Procedimiento Civil, dispone que: ?? pueden los tribunales, conociendo por vía de apelación, consulta o casación o en alguna incidencia, invalidar de oficio las sentencias, cuando los antecedentes del recurso manifiesten que ellas adolecen de vicios que dan lugar a la casación en la forma??, situación que se presenta en el presente caso como se demostró en los considerandos anteriores, y respecto del cual se oyó al abogado de la parte demandante que concurrió a estrados, puesto que no se notificó la resolución que recibió la causa aprueba a todas las partes del pleito, las que no obstante no haber efectuado gestión alguna, tienen domicilio dentro de los límites urbanos en que funciona el tribunal, lo cual determina que se haya incurrido en un vicio de procedimiento que obliga a este tribunal a declarar de oficio su nulidad, desde que ese error influye en la ritualidad del proceso. Por estas consideraciones y visto, además, lo dispuesto en los artículos 768 Nº5, 786 y 808 del Código de Procedimiento Civil, actuando de oficio esta Corte, se anula la sentencia de la Corte de Apelaciones de Concepción de veintiséis de enero de dos mil diez, escrita a fojas 139 de estos autos, y se invalida todo lo obrado en el procedimiento con posterioridad a la resolución de diecinueve de diciembre de dos mil cinco de fojas 38, retrotrayendo la causa al estado de notificarse válidamente la resolución que recibe la causa a prueba a todas las partes, debiendo continuarse con la tramitación del mismo por tribunal no inhabilitado. Ténganse por no interpuestos los recursos de casación en la forma y en el fondo deducidos por la demandante, en lo principal y primer otrosí de fojas 142. Acordado lo anterior con el voto en contra del Ministro señor Silva, quien fue de opinión de no hacer uso de la facultad contemplada en el artículo 775 del Código de Procedimiento Civil, teniendo para ello presente: PRIMERO: Que según se señaló en el fallo que precede, cinco de los demandados no han comparecido a los autos y, por lo mismo, no han fijado domicilio en la causa, por lo que, se dice, la notificación de la resolución que recibió la causa a prueba debió serles notificada personalmente o por cédula y no por el estado diario como se hizo. SEGUNDO: Que el sistema general de la legislación y la buena fe que debe presidir los actos del proceso exigen que las partes ejerciten oportunamente los medios que la ley les franquea para mantener la validez del mismo, porque sería contrario a ese sistema y a esa buena fe que el litigante pudiera reservar acciones para invalidar un proceso por vicios que conocía, en espera de la decisión final y para el caso que ésta fuera adversa a sus pretensiones. Toda otra interpretación en materia de nulidades procesales llevaría al extremo de dejar entregada a la voluntad o malicia de las partes la prosecución del juicio, ya que bastaría que ellas mismas llenen en forma indebida o inadecuada o, lisa y llanamente no evacúen los trámites legales que corresponda, para que se anule más adelante el proceso y se retrotraiga el juicio a su estado primitivo. TERCERO: Que, por ello, si las partes litigantes no evacuan oportunamente ge stiones, trámites que sólo afectan a su defensa, o las cumplen en forma indebida o incorrecta, los vicios que de ellos se originen menoscaban exclusivamente a aquellos que no usaron su derecho en los términos exigidos por la ley y su ineficacia en ningún caso podría obtenerse mediante la función correccional del tribunal (Héctor Oberg Yáñez, Revista Actualidad Jurídica, Universidad del Desarrollo, N° 23, Enero de 2011, páginas 541 y siguientes). CUARTO: Que el artículo 49 del Código de Procedimiento Civil impone una carga a los litigantes, constituida por su obligación de designar un domicilio conocido dentro de los límites urbanos del lugar en que funcione el tribunal respectivo y, el artículo 53 del mismo cuerpo de leyes, dispone que la forma de notificación del artículo 50 (estado diario) se hará extensiva a las resoluciones comprendidas en el artículo 48 (entre ellas la que recibe la causa a prueba), respecto de las partes que no hayan hecho la designación a que se refiere el artículo 49 ?y mientras 9sta no se haga?. QUINTO: Que los cinco demandados anteriormente aludidos, que no comparecieron al juicio, fueron legalmente notificados de la demanda, esto es, fueron debidamente emplazados para comparecer a los autos y, sin embargo, no lo hicieron. Por esto, al incurrir en la rebeldía que se anota, han permitido la continuación del pleito sin su presencia, asumiendo los riesgos que conlleva su silencio, pues han desaprovechado la oportunidad procesal que la ley les otorga; han descuidado el cumplimiento de una carga a que estaban obligados por el sólo hecho de ser emplazados en el pleito, que los hace pasibles de la sanción prevista en el artículo 53 del Código de Enjuiciamiento Civil. Si así no fuese, se estaría dejando a los rebeldes en mejor situación jurídica que aquel que estando presente en el juicio ha omitido hacer la designación contemplada en el artículo 49, sea por negligencia u otra causa cualquiera, y ello no solamente sería injusto, sino que además impondría, a su vez, una carga inaceptable para el o los demandantes, vale decir, obligarles a notificar a tales rebeldes, pese a su inactividad, todas las resoluciones que menciona el artículo 48, igualmente, en forma personal o por cédula y en un domicilio que éstos ni siquiera han designado. SEXTO: Que la jurisprudencia nacional ha resuelto, reiteradamente, que: ?Dándose por contestada una demanda en rebeldía del demandado, se considera legalmente que este último ha contestado en realidad la demanda, incluso negando los hechos que en ella se afirman, lo que importa una gestión suya en el pleito, que lo obliga a señalar domicilio para los efectos legales. No habiéndose cumplido esta obligación, la notificación se hará por el estado diario? (Fallos citados en Repertorio Código de Procedimiento Civil, Tomo I, artículo 53, página 105). SÉPTIMO: Que tampoco puede pasarse por alto la finalidad del legislador con el establecimiento de los artículos 49 y 53 del Código de Procedimiento Civil, en cuanto a obtener una expedita y rápida sustanciación de los juicios, objetivo que sería fácilmente burlado por un demandado manteniéndose en rebeldía, y en situación ventajosa incluso, como ya se ha dicho, frente a aquél demandado que sí compareció, pero que omitió realiza r la designación de domicilio, lo que resulta injustificable. En una sentencia citada por el profesor Oberg Yáñez, en la Revista anteriormente expresada, se dijo, en relación con lo que se viene exponiendo, lo que sigue: ?Que antes de la reforma introducida por la ley 7760 al artículo 53 del Código de Procedimiento Civil podía discutirse si la designación de un domicilio dentro de los límites urbanos era obligatoria o representaba un acto voluntario, supeditado a que la parte presentara escrito; como podría discutirse si la primera gestión en el pleito debía ser real, de iniciativa del litigante, o si bastaba la simplemente ficta, como un trámite dado por evacuado en reb eldía; pero después de intercalada al primitivo artículo la frase ?y mientras esta no se haga? y de agregado el inciso ?esta notificación se hará sin necesidad de petición de parte y sin previa orden del tribunal?, no hay duda que la obligación de designar domicilio reza no sólo con el litigante que gestiona en el pleito, sino que también con el rebelde?. OCTAVO: Que no hay duda, acorde con lo que se viene reseñando, que es ésta la interpretación que más se aviene con la letra y el espíritu de la ley, porque no hay que olvidar que por un lado la ley adjetiva resguarda el derecho de las partes a tomar conocimiento efectivo de las actuaciones del proceso, para evitar su indefensión; pero por otro, busca la celeridad y rapidez en la tramitación, precisamente para evitar que la inactividad o las dilaciones que puedan provocar algunas de ellas lleguen a hacer ilusorios los resultados de la decisión judicial, a consecuencia de retardos inmotivados. Todo el ordenamiento procesal obedece al propósito de hacer recta y expedita la administración de justicia y esta finalidad se cumple adoptando las mayores precauciones para que la primera notificación que se haga en la causa a una persona, proporcione a ésta efectivo conocimiento de la acción que en su contra se dirige, más, producido el emplazamiento por medio de la competente notificación y por el transcurso del plazo legal para oponer defensas, aquélla queda obligada a realizar todas las gestiones que le competen, puesto que el proceso no es sino un encadenamiento de actuaciones sucesivas ligadas entre sí por el nexo lógico que determina la ley, sin que su pasividad pueda, como es natural, entorpecer el regular desarrollo de la litis; y si así no fuera, es cierto que el rebelde quedaría, como precedentemente se ha expuesto, en situación más favorable que la parte que compareció y sólo olvidó o no cuidó de designar domicilio, lo que no es equitativo. Pero, y es necesario repetirlo, que en uno u otro caso no existe peligro de indefensión, porque el afectado ya tuvo conocimiento de la acción dirigida en su contra y pesan sobre él los deberes establecidos en beneficio de sus propios intereses. Regístrese y devuélvase. Redacción a cargo del Ministro señor Araya y del voto disidente, su autor. Rol Nº 3389-2010. Pronunciado por la Primera Sala de la Corte Suprema, por los Ministros Sres. Adalis Oyarzún M., Juan Araya E., Guillermo Silva G. y Abogados Integrantes Sres. Nelson Pozo S. y Rafael Gómez B. No firma el Abogado Integrante Sr. Gómez, no obstante haber concurrido a la vista del recurso y acuerdo del fallo, por estar ausente. Autorizado por la Ministra de fe de la Corte Suprema. En Santiago, a cinco de octubre de dos mil once, notifiqué en Secretaría por el Estado Diario la resolución precedente.