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PALABRAS DE P. PABLO GUZMÁN

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Lima, 26 de agosto de 1953. A las 5 pm
EN LA SALA DE COMUNIDAD DE NUESTRA CASA MADRE, DESPUÉS DE HABER DADO LA
DESPEDIDA PARA EL CIELO A NUESTRA AMADÍSIMA MADRE FUNDADORA
Palabras del Rvmo. Padre Pablo M. Guzmán M Sp S.
Venerable y muy amada comunidad:
Creo que debo estar con vosotras en este primer momento en que felizmente sólo en
apariencia, estáis solas, pues nunca como en estos casos se realiza aquello de que para los que
están unidos en Dios, no puede haber separación.
Me siento obligado a dirigiros unas palabras porque así me lo pide el corazón, y
además, porque quiero dar cumplimiento a un deseo de la misma amada Madre Teresa. Cómo
sabéis, horas antes de morir, al recibir el Sto. Viático, después que ella estuvo con su Padre
espiritual, su Director, quiso también hablar conmigo. Francamente yo no me había hecho la
ilusión de poder hablar con ella, comprendiendo que mi papel en ese momento era orar y
callar, y estaba en un rinconcito; pero no sé cómo se dio cuenta y me llamó. Naturalmente que
esa conversación que tuvo conmigo, no fue larga, pero en pocas palabras me dijo mucho.
Padre, tengo que darle una buena noticia, me dijo, DIOS ESTÁ CONTENTO. ¡Ay, qué
bueno! me dije yo: Mi pleito toda la vida ha sido de que Dios está contento. Yo puedo alcanzar
todo el sentido de estas palabras y la Madre sabía que yo lo comprendía porque Dios ha
querido que me enteré de las cosas íntimas de la Comunidad y de los secretos de las almas me
dijo……..
Me dijo también que se sentía completamente en paz. Qué quería que yo les hablará
con frecuencia. PADRE, HABLELES MUCHO DEL CUMPLIMIENTO DEL DEBER, me dijo. También
me dijo otras cositas más pero esto es lo más importante: ese DIOS ESTÁ CONTENTO.
Entonces tuve la certidumbre de que la Madre iba a morir, porque esos encargos no
los hace quien no está seguro de su fin. Esta certidumbre no podía ser por luz natural, pues ya
sabéis que los médicos tratan de animar al enfermo e ilusionarlo con que va a sanar. Me dijo
con tanta alegría ese ¡DIOS ESTÁ CONTENTO….!
Yo asistí a otra muerte santa, la de mi Padre Fundador, y me hizo recordar esos
momentos; era un ambiente todo sobrenatural. Dios quiso que esta alma estuviera llena de
paz y de luz del Espíritu Santo, y me sorprendió cuando le llevaron el Viático, y ella en todas
sus facultades empezó a rezar el Confiteor. Cuando después hablamos, no fue ni reserva, pero
nadie podía interpretar sus palabras; sólo yo podía alcanzar su sentido, pues sin buscarlo, Dios
me había hecho entrar en los secretos íntimos de la Congregación. Antes había hablado largo
con ella. Dios me ha dado tanto amor a vuestras almas, y desde el principio como que he roto
esas vallas de las rígidas fórmulas de cumplimiento, y me ha puesto en el corazón y en los
labios, el nombre dulcísimo de hijas.
Esa abundancia de luces que Dios te quiso dar en los Retiros que les hice,
especialmente en el segundo, y la súplica de vuestra Fundadora y de una moribunda, no podría
hacer traición no teniéndolo en cuenta. Felizmente que mi Padre Superior, mi amado Padre
Félix María, me dijo también: “Qué gusto tendré que les haga mucho bien”. Y ya tengo la señal,
otra señal inequívoca de la voluntad de Dios: La voluntad de mi Superior.
El trabajo fue para Cristo. Mi misión es como siempre, llevarlas al Altar, bañarlas en la
Sangre Divina y ofrecerlas en unión suya, al Padre Celestial. Felizmente no se me ocurre otra
cosa, pues no podría hacer nada mejor. Dirigir un alma es algo muy grande; ocuparse de una
Institución es algo muy serio. Por eso, como una garantía para las almas que se han confiado a
mí, porque Dios les ha inspirado ponerse en mis manos, lo único que les puedo ofrecer es la
Hostia de mi sacrificio: Decirle a Ntro. Señor: Señor, aquí estamos: qué quieres de nosotros……
La Misa que ofrecí esta mañana por la Madre, creo que ha sido la primera (Así fue; los
Misioneros del Esp. Sto. fueron los primeros en saber la noticia y ellos habían ofrecido desde la
víspera, celebrar por N. Madre.) Ya sabéis que la Madre quiere que les exija el cumplimiento
del deber que se resume en estas dos cosas: A Dios, todo el honor y gloria, y a las almas, amor
y sacrificio.
Quiero darles un consejo con la experiencia de quien tiene cargo de almas, y también
como Fundador. Lo que más urge en estos momentos, el deber que vengo a inculcaros
después del amor, es éste: “Padre, que sean una sola cosa”. Fue la súplica de Jesús, y lo que yo
repito ahora.
Ante el recuerdo de la Madre muerta y para honrar su memoria, tienen que ser muy
unidas. Al triunfo o a la derrota, (está solo en apariencia, porque nunca lo es) tienen que ir
juntas. Yo gravo la conciencia de cada una de vosotras, en este punto: Deben permanecer muy
unidas, y de hoy en adelante, quererse más. Así debe ser después de la muerte de los padres.
Cuando murió N. Padre Fundador, yo quise mucho más a mis Hermanos y a la Congregación.
Pero vigilad porque hay alguien invisible que se afana por desunir por medio de la
crítica, de la murmuración por lo bajo…. sin darse cuenta del daño que hacen con aquel
veneno.
La Consigna es esta: UNIDAD, pero unidad en torno a la autoridad, sea cual fuera; y si
en el criterio vuestro hay otras que tienen más inteligencia y más preparación para gobernar,
rechazad ese criterio propio, porque nadie tiene más autoridad para gobernar, que quien ha
sido ungido por Dios con el cargo de superior o superiora.
Tened gran veneración por vuestra Madre Fundadora, y por todas las que vinieron con
ella. Muchas de vosotras no necesitaron mucho espíritu de fe al venir a la Congregación,
porque encontraron las cosas hechas; pero ellas pasaron horas amargas…. incomprensión del
ideal, momentos álgidos de prueba; Dios las premiará, y si antes Él les prometía muchas
bendiciones y gracias, ahora que ha muerto la Madre mucho más.
Alguien pensará que se va a acabar la Congregación; así nos lo decían después de la
muerte de N. Padre Fundador. ¡Qué poco conocen el corazón de Dios! El ansia el momento de
tener consigo a sus almas predilectas, para premiarlas, tanto más que cumplieron las Obras
que Él les encomendó. “Pretiosa in conspectu domini, mors Santorum ejus”.
No pierdan el espíritu de su Madre Fundadora: la sencillez. Decir las cosas como son; si
las creen, bien; y si no, también. Si las Canonesas de la Cruz eran antes poco conocidas y
estimadas, ahora sí lo serán. Esa impresión me hizo al ver entrar al Sr. Arzobispo Auxiliar de
Lima, en vuestra Capilla; me pareció que la Iglesia entraba con él y que Dios está contento. La
corona de Sacerdotes que ha rodeado a la Madre, y otros que hubieran querido estar
presentes pero que no han podido; todo eso es muy significativo…. y ya verán las sorpresas
que van a tener en el Cielo; las nubes de Sacerdotes que rodearán a las que cumplieron y
realizaron su vocación.
Como podría desentenderme de Uds.? Quiero haceros una confidencia: me imagino
que voy a estar poco tiempo en Lima; es imaginación, no es profecía. Es más bien
presentimiento, y por eso quiero aprovechar el tiempo en favor de Uds. Desde luego, no daré
un paso sin la venia de la M. Superiora. Sé lo que es obediencia.
Es verdad que nadie es necesario, pero quiero cumplir con lo mío: Darles lo que Dios
ha puesto en mi alma para Uds. y le pido que me dé su gracia, su prudencia y amor. Quiero
que no me sienta como extraño en esta Casa. Ntro. Señor me unió mucho con vuestra Madre
Fundadora, en sus últimos días. Un día traje papeles de conciencia y se los mostré; entonces
ella con humildad y sencillez encantadora, me dijo: aunque yo no tengo cosas tan bonitas, le
voy a enseñar también algo…..
Esto es lo que quería decirles: Primero, el mensaje de la Madre; segundo: Que en
cuanto de mi dependa, aceptó el encargo; y tercero: Que lo que yo exijo para cumplirlo, es la
unión entre todas y especialmente con la Autoridad. El día que se desprecie la Autoridad, se
hunde el barco.
Si los marineros abandonan su puesto, peor para ellos; el barco sufre poco; pero si lo
abandona el Capitán que es el Superior, ¡pobre barco! Yo también soy Fundador, y conozco
demás las tretas del demonio. Comienza por la crítica, hipócritamente, siempre con color de
bien. La que habla contra la Autoridad, que se imagine ella qué quisiera para sí. Dios hace
milagros a los que son caritativos, y a los que lo ven a Él en la Autoridad. Sus castigos serían
muy terribles, si no hubieran almas víctimas que como otros Moisés, clamaran al cielo con los
brazos extendidos, diciendo: ¡Señor, todavía no! ¡Espera!.
La gente del mundo les da el pésame por la muerte de la Madre; yo como Sacerdote y
como Religioso, las felicito, porque la primera, la que recibió la Inspiración de Dios, la
Fundadora, la que llevaba la bandera, fue fiel hasta el fin; hizo la voluntad de Dios; ¡triunfó!
No se den a la pena cómo se da el mundo. La Stma. Virgen estuvo de pie junto a la
Cruz; ese es el espíritu que Dios les quiere dar; ese sacrificio da gloria a Dios y también gozo
espiritual; y si me dice que en el fondo del alma no tienen ese gozo, no les creo. Cuando murió
Jesús en la cruz vinieron, vinieron los consuelos divinos. Y ahora, esperen, que Dios va a
glorificar a esta alma.
No olviden que el cumplimiento del deber es a veces duro: Acuérdense siempre de su
Madre Fundadora. Estoy muy unido con Uds.
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