CONVENCIÓN EL SALVADOR APÓSTOL DOCTOR JOSÉ LUIS DE JESÚS JESUCRISTO HOMBRE 6 de marzo de 2013 Qué bueno sería ver a Gálatas 2:11, verdad que sí. Yo sé que usted lo ha visto muchas veces, pero no nos molesta repetir las mismas cosas, verdad que no. Dice: “Pero cuando Pedro vino a Antioquía, le resistí cara a cara…” Oye, imagínate, eso puso a Timoteo y a Bernabé y a los discípulos que Pablo tenía a decirles: -¿Pero, Pedro no es uno de los tuyos? ¿Ustedes no son un grupito de apóstoles? Y, como la revelación iba poco a poco en la mente de Pablo, porque cuando Él envió a Ananías a orar por él, Ananías le dijo a Pablo: “Y en las veces que me apareceré”, o sea que la revelación era gradual. Él no le reveló todo de un ‘sopetón’. No, él recibió primero –Yo soy Jesús a quien tú persigues… Pablo dijo: -Ay, si yo estoy persiguiendo al mismo que estoy buscando-, pero no sabía que era Jesús de Nazaret. Él perseguía a los cristianos y ahora, de momento dice –no, no, yo no puedo perseguir a los cristianos-, pues cuando se unió a los cristianos, qué hizo inmediatamente, -pues déjame buscar a los discípulos de él-, que son quiénes, los once apóstoles. ¿Es lo que tú harías? ¿Verdad que sí? Si tú me persigues a mí y de momento te das cuenta que yo soy correcto, pues tú buscas a mis amistades, a los líderes míos, esperando que estén bien. Pues, eso hizo Pablo. Pablo, inmediatamente, pues cuando pudo ver a los apóstoles -bueno hasta lo bautizaron-, y él se unió y dijo: –¿Y, qué es eso de bautizar? -Bueno, esto no es un rito judío, pero nosotros acá bautizamos, porque lo vimos que Él se bautizó. -Ah, bueno. Y, entonces, pues Pablo bautizó a Gayo y a la familia, él comenzó a bautizar también. Pero, parece que en la segunda revelación, el Señor le dice a Pablo: -Pablo, yo no te llamé a ti a bautizar. ¿Es así? Primera a los Corintios 1:16 y 17, lo dice. Por causa de las amistades, mira lo que dice. Él bautizó primero, pero qué dice ahí: “…mas no sé si he bautizado algún otro. Pues no me envió, qué, Cristo a bautizar…” ¿Por qué dice no sé si he bautizado algún otro? Porque en ese entusiasmo él bautizó a Gayo y quizás a otro más bautizó. Pero después dice: “Pues no me envió Cristo a bautizar, sino a predicar el evangelio; no con sabiduría de palabras…” Como hacen los teólogos estos, que se pasan hablando. Yo he visto un programa de televisión aquí, y habla y habla. No tienen pizarra así como esta, ahí es habla y habla y habla y habla y no hay un verso bíblico. Oye, qué aburrimiento. Debe estar mareado esa gente ahí. Entonces, nosotros no, nosotros usamos esa pizarra para que tú sepas lo que estamos haciendo, con la evidencia. Dice: “…no con sabiduría de palabras, para que no se haga vana la cruz de Cristo.” Así está la cruz de Cristo, el propósito, no la cruz porque la cruz siempre ha estado vana, pero el propósito de su muerte, en la mente de las iglesias hoy es vano, ya están cansados con lo mismo. Y, entonces, pues como bien él mismo dice que dejemos, Pablo mandó a dejar el bautismo en agua, todo lo que son rudimentos (Hebreos 6:1), Pablo dijo –dejad eso, ya no hagan más eso-. Además Cristo se bautizó porque era judío. Cristo no era cristiano. Jesús de Nazaret no era cristiano. Él tuvo que hacerlo porque él vino a cumplir la ley y en la ley sí que había que bautizarse. Pero, tú no tienes que bautizarte, porque él se bautizó. Eso él lo hizo porque antes de la cruz, él estaba en sometimiento a los ritos de la ley. Y, entonces los apóstoles que seguían la misma línea, cuando llegó Pablo dijeron: Aquí hay que bautizar. Parece que Pablo dijo –bueno, si hay que hacerlo, lo hago-, pero una vez se dio cuenta, inmediatamente dice: “No, Cristo no me envió a mí a bautizar, es a enseñar”. Ese es el bautismo, con conocimiento, un bautismo de conocimiento, no de agua. Pues, esto tenía confundido a los mismos amigos de Pablo. Y, entonces le hacían preguntas. Entonces, repetimos ahora Primera carta a los Corintios 4:5. “Así que, no juzguéis nada antes de tiempo, hasta que venga el Señor, el cual aclarará lo oculto de las tinieblas y manifestara las intenciones de los corazones; y entonces cada uno recibirá su alabanza de Dios.” ¿Oye, yo te he aclarado a ti las cosas? (Aplausos) Seguro, hoy yo te aclaro a ti, que los apóstoles que no eran cristianos, porque al primero que se le llamó ‘cristiano’ fue a Pablo. Ellos no, ellos eran judío – cristianos. Oye, y con el orgullo que hoy los evangélicos y pentecostales dicen –nosotros somos judío – cristianos-. Seguro, porque pertenecen a Jesús de Nazaret que no era cristiano y por eso es que mundo está como está. Mira, ahora mismo estamos hablando de la llave de cómo destapar el Misterio de la Iniquidad, que comenzó en El Vaticano, en Roma. Ahí comenzó. El Misterio de la Iniquidad, de la maldad, comenzó en la mente de Pedro, cuando Pablo se reunió con él quince días y Pablo le demostró lo que venía y entonces ahí procuró el engaño. Y, ese primer Papa, Pedro, no sólo es un desobediente, él maquinó la muerte de Pablo, porque no ve que él conocía la intención de Pablo. ¿Y, dónde murió Pablo? ¿En Roma? Oye, ¿y por qué no murió en otro lado? Ese es el Misterio de la Iniquidad, de lo que estamos hablando ahora, que nunca –en dos mil años- se había explicado. Ellos piensan que el Misterio de la Iniquidad eran demonios escondidos por los aires. Entonces, por esa razón, el Apóstol dice “cuando venga el Señor aclarará”. ¿Oye, y para aclarar algo, se aclara viniendo en una nube mística así? –Vénganse, los recojo y nos vamos. No, para aclarar tú tienes que explicar. Es esto, lo que estamos haciendo ahora, así es que venía el Señor. De la misma manera que vino la primera vez, pues la segunda vez venía igualito, con un cuerpo humano que tenga labios para hablar y que sepa tu idioma. (Aplausos) Romanos capítulo 2, verso 16. Mira lo que dice ahí. A mí me preguntan mucho –en los medio noticiosos- ¿y por qué usted sabe que usted es el Señor? Imagínate, explicarle todo esto a ellos en una entrevista de 10 minutos, se hace tan difícil, pero aquí sí que se lo explicamos. Verso 16. “En el día en que Dios juzgará por Jesucristo los secretos de los hombres, conforme, a qué, a mi evangelio.” ¿Conforme a qué? ¿Juzgará los secretos de qué? Venía un día, Pablo dijo: -Mire, yo no puedo hacer eso. Ahora, viene un día en que Jesucristo mismo se va a meter en un cuerpo humano, y él va a utilizar mi evangelio. Oreja, orejita: Si alguien usa sólo mi evangelio, ese es Jesucristo. (Aplausos) Oiga, ¿usted ha notado que todos los grupos llamados cristianos usan toda la Biblia? Y que ellos usan todos los apóstoles. Ellos se creen que Pedro, los once y Pablo eran amigos. Así dijo uno en Honduras, que tiene un programa de televisión allá, dijo: -Él está poniendo a Pablo y a los apóstoles a pelear, si eso es una misma cosa. Eso es un grupo santo. ¿Santo? Jejeje. Mira cómo lo reprendió, le dijo: -Pedro, tú estás de condenar-, y un grupo que está unido no le dice al otro –tú estás de condenar-. ¿Verdad? Dice: “Cuando vi –así dice- cuando vi que no andaban rectamente conforme a la verdad del evangelio, dije a Pedro delante de todos…” Entonces, una de las claves para ti –bendecido-, de que yo soy el Señor es que estoy juzgando. Y, juzgando no es castigando, juzgando es aclarando, dividiendo la verdad de la mentira, dividiendo tu carne de tu espíritu, dividiendo la debilidad de lo que es poder, el tesoro del barro. ¿Y, qué es lo que yo uso para hacer ese trabajo? Las catorce epístolas. Mira el verso: “…conforme, a qué, a mi evangelio.” Él no dijo –conforme a Mateo, Lucas, Marcos y Juan; él no dijo conforme a Apocalipsis, él no dijo conforme a las Escrituras de los profetas. Él dijo –mira, cuando venga Jesucristo, la clave, el código es que va a usar sólo mi evangelio. (Aplausos) Para yo descubrir que yo era Jesucristo Hombre, me causó un trabajo tremendo porque yo sabía lo que me esperaba. Yo dije: -Ay, Padre, ahora sí que esto se va a poner tremendo-. Porque tú sabes, es como el niño, que es niño, después es joven, después se casa. Está casado, no es padre todavía, después tiene un hijo y es padre, y después tiene un hijo y ese hijo le un nieto y ahora es abuelo y va cambiando. ¿Verdad? Una persona son muchas cosas. Pues, así me pasó a mí. Yo comencé siendo un creyente, después un pastor, después apóstol. Y, yo dije: -Bueno está bien, porque es verdad, soy apóstol. ¡Hum!, pero cuando apretó la cosa. “No, tú eres el apóstol de nuestra profesión, Jesucristo”. Y yo dije: -¡Ay! Qué fuerte estuvo eso. (Aplausos) Mira, vamos a verlo en Hebreos 3. Busquemos a Hebreos 3 para que tú veas. Mira como me dio esto tan duro. Hebreos 3:1. “Por tanto, hermanos santos, participantes del llamamiento celestial, considerad al apóstol y sumo sacerdote de nuestra profesión, Cristo Jesús.” Entonces, yo dije -bueno, para ser apóstol hay que tener cuerpo-. En el mundo espíritu no hay apóstoles. Para ser apóstol tiene que tener carne. Y, entonces, para graduarme a mí de padre a abuelo, hay que tener un hijo. El hijo tuyo tiene que tener un hijo para tú ser abuelo. ¿No es así? Pues, cuando yo leí eso: “Considerad al sumo apóstol de nuestra profesión”, o sea de lo que tú confiesas, de lo que tú profesas. Yo dije: ¿Pero, y quién es el único que le ha dado una confesión a la iglesia? Yo. Entonces, dije: Ay, Padre, a mí me está que yo soy Jesucristo Hombre. Qué lío me he buscado. Ahora sí que me va a dar dura la gente y me van a criticar y me van a insultar. Ahí fue donde apretó la cosa. Fue fuerte para mí. Imagínate, yo que perdí mi primera familia por llamarme –apóstol-. ¡Hum! Cuando escuchen esto van a decir: -Papi, se volvió loco. Ahora sí que se le hendió la tapa del bloque. Ah, y yo me imagino los que se han ido del ministerio, y allá, los pastores del sistema diciendo: -Muchacho, tú no sabes en el lío que se ha metido José Luis. Mira, ¿tú sabes que ese tipo estaba loco, verdad? -Sí, sí, estaba loco de remate. -Ahora se le hendió la tapa, se le partió en dos, ahora dice que es Jesucristo Hombre. Pero, es que yo no puedo negar lo que soy y no que estoy haciendo, imagínate. (Aplausos) Muchos por ahí dicen –ese, ese es un loco, engañando a la gente-. ¿Engañando a la gente? Ustedes son gente inteligente para engañarlos. -Él lo que está es buscando gloria? -¿Gloria? Si con ser Apóstol nada más yo tenía gloria que se me salía de la cabeza. Es más, con ser pastor, eso era un honor para mí. Cuando ustedes comenzaron a llamarme a mí –apóstol-, yo les decía: -¡Shh! Suave, que voy a pensar que estoy inflado-, y yo lo aguanté muchos años, hasta que… Tú sabes, es como cuando tú tapas una tubería rota, que le aguantas el agua un ratito y de momento explota. Como una olla de presión, tú la puedes tener ahí, pero llega el momento en que la olla explota. “Por tanto, hermanos santos, participantes del llamamiento celestial…” Si son –hermanos- tienen cuerpo, están congregados en un sitio. “…considerad al apóstol y sumo sacerdote de nuestra profesión, Cristo Jesús.” Si tienen cuerpo, para considerar al apóstol, que tiene cuerpo y es Cristo Jesús, tiene que ser Jesucristo Hombre. No pare más, ¿verdad? No pare más. Entonces, Romanos 2:16 dice, bien importante ese verso. Escriba estos detallitos para cuando le pregunten. Dice que él iba a juzgar. Dice: “En el día en que Dios juzgará por Jesucristo los secretos de los hombres…” Y, mira que yo estoy destapando secretos. Bueno, el primer secreto que saqué fue –digo, aparte del libre albedrío, de la predestinación-, pero uno de los secretos que yo he sacado es que ellos no son cristianos y se llaman cristianos. Se destapó eso. Usted sabe que en el mundo, el cristianismo terminó con Pablo cuando a Pablo lo mataron; y comenzó conmigo, cuando se me reveló. El mundo estuvo sin cristianismo por 2000 años. Ahora, ellos se llaman cristianos, pero ellos lo que son es ‘cristinos’, no cristianos. Otra evidencia, Romanos 16:25. “Y al que puede…” No, al que quiere, porque muchos han querido; Martin Lutero quiso, Calvino quiso, grandes teólogos en la historia, que no son grandes nada, pero ellos le llamaban grandes teólogos, reformadores. ¿Reformadores de qué? Lo que fueron fue reformando la misma mentira y la convertían en más mentira. “Y al que puede confirmaros según…” Mira la clave ahí. Oye, que Pablo dice “el mío”. Tú sabes que Pedro tenía el de él y Pablo tenía el de él. Entonces, la clave para saber si estamos en la verdad está codificada, en tu Biblia, en la que tú has leído por tantos años. Mira, cuando tú pasabas por encima de ese verso había un ángel que te daba un tranqué aquí –tápale eso- (los ojos) y tú seguías leyendo. O, cuando llegabas a ese verso te decían –Papi-. -Qué fue-, contestabas cambiando la vista. Y, de momento seguías en otro verso para que no vieras. Porque eso estaba codificado para mí. Eso estaba guardado. (Aplausos) Oye, esa es la verdadera confirmación. A mí, mami me quería confirmar como católico. Me decía: -Tú no has hecho tu confirmación-, y no podía porque yo desde pequeño fue rebelde a esas cosas. “Y al que puede confirmaros…” Esta es la verdadera confirmación. Aquella es la mentira, la de Roma eso es mentira, pura tradición. Esta es tú confirmación y fácil de llevar. “…al que puede confirmaros según… mi, mi, mi evangelio y la predicación de Jesucristo.” ¿Y, cuando Jesucristo había predicado? Ahora. Si él nunca predicó, él lo que hacía era que enseñaba parábolas para que no entendieran, parábolas; y Pablo trató de predicar, pero le taparon la boca a él porque lo mataron en Roma, pero dejó el fundamento escrito. Dijo: -No, lo voy a dejar escrito porque quien tiene que predicar eso no soy yo. Esperen, no juzguen nada. -Pablo, pero si tú eres el apóstol. -No juzguen. Deja que venga el Señor que Él les va a explicar estos…. Esto que te estoy explicando. (Aplausos) “…según la revelación del misterio que se ha mantenido oculto desde tiempos eternos pero que ha sido manifestado ahora…” ¿Tú sabes cuándo es ese ahora? Ahora. Hoy. Ahorita. Ese es ahorita. Porque para allá, para aquel tiempo no se pudo. Lo que pasa es que eso fue escrito para nosotros y se le pone el termino ‘ahora’. “…pero que ha sido manifestado ahora y que por las Escrituras de los profetas, según el mandamiento del Dios eterno, se ha dado a conocer a todas las gentes para que obedezcan a la fe.” ¿Existía toda la gente? No. Era un puñado de gente para aquel tiempo. Ahora existe mucha gente, más gente que nunca. Ah, “a toda la gente”, los escogidos “para que obedezcan a la fe” ¿Y cuándo se ha predicado la fe? Ahora. “Cuando venga el Señor, ¿hallará fe en la tierra?” Pues, mira, cuando vino a mí, yo no hallé fe. Fíjate si no hallé que me aparté de todos ellos porque eso no era fe. Fe es lo que estamos haciendo ahora. Ahora sí que es fe sin obras. Limpiecito. Fe pura, como tiene que ser, como debe ser. “Fe y para fe”. Hebreos capítulo 9 verso 28. “Así también Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los pecados de, todos, de muchos…” Eso es otro misterio que hemos explicado, que no es por todos, es por muchos. Cristo no murió por todos, Cristo murió por muchos. Y muchos son muchos y todos son todos. Ahora, todos los muchos van a venir, pero no todos los hombres, todos los muchos. “…y aparecerá…” Manifestación pública. Aparecerá. Lo vamos a ver. “…por segunda vez…” El mismo que murió, aparecerá por segunda vez, “…sin relación con el pecado…” La historia nos dice a nosotros que en ningún momento –en dos mil años- se ha presentado un ministerio diciendo: “No hay pecado”. Pero, ninguno. ¿Y, por qué ahora podemos entender “sin relación con el pecado”? Oye, cuando el Señor se me apareció a mí, que vino a mí en el ’73, el vino así y se integró y no lo vi más. Pero yo hablaba con él –¿oye, dónde estás? Y fue que se me metió, se integró en mi carne. Eso es un misterio, que estoy pensando, ojalá Cudriz, que domina tanto ese viejo pacto, eso debe estar escondido en alguno de los profetas, esa integración de que un hombre ya crecido se le meta el que habitaba en luz inaccesible. El que habitaba en luz inaccesible se le meta y se le integre a su persona. Y, entonces, yo miraba y esa voz, que es la voz de los calqueos, la que tú escuchas todos los miércoles, esa voz me decía: “Mira a Romanos capitulo 6”. Lo cómico de esto es que ahora es que yo lo entiendo tan bien y entiendo lo que me pasó, porque los calqueos yo no los estudio. O sea, yo no me voy a un cuarto, yo sí llega el miércoles y como a eso de las 4:00, pues llega un momento en que yo sé que tengo que hablar con ustedes. Entonces, yo me siento en una mesita que yo tengo allí y entonces, yo a veces me duermo, a veces en la mesita esa empiezo a esperar – Padre, qué voy a hablar que no se haya hablado. Qué tú quieres decirle a tu pueblo-, y entonces, a veces me quedo dormido encima de la misma Biblia. Bueno, cuando estoy así, a veces me llevo hasta un cojincito que yo tengo, porque sé que me va a dar sueñito ahí en lo que llega. Pero, así me llegó a mí la revelación. Cuando se me manifestó así, oí la voz que me dijo: “Búscate Romanos 6”. Y entonces, ahí yo leí que decía: “Porque estás muerto al pecado”. Y entonces, yo le preguntaba a la voz: -¿Qué significa eso, que estoy muerto al pecado? Me decía: “Pues, si estás muerto al pecado, quiere decir que no se te puede hallar en pecado.” -¿Que no se me puede hallar en pecado? -Sí, porque tú estabas en pecado, ahora estás muerto al pecado. Y, entonces después comprendí, mira lo que dice Romanos 10:4. Después comprendí esto. “Porque el fin de la ley es Cristo, para justicia a todo aquel que cree.” ¿El fin de qué? ¿Y, si no hay ley, qué le pasa al pecado? Mira lo que dice Romanos 7, verso 8. ¡Ay, qué lindo! Míralo ahí. “Mas el pecado tomando ocasión por el mandamiento, produjo en mí toda codicia; porque sin la ley, qué le pasa al pecado, el pecado está muerto.” Oye, ¿esto está claro? Tú tienes que ser…. Yo no me atrevo usar esta palabra. Hay que estar bien velado para no entender esto. Digo, aquí dentro tú no puedes estar velado, porque tú estás entendido y alumbrado. Está bien que por allá la gente diga: ¿Cómo que no hay pecado?-, porque ellos no entienden un bledo como dicen por ahí. Ellos no entienden, dicen: -Mira, él dice que no hay pecado. ¿Y, los crímenes? Porque ellos no ven lo que Dios dice, ellos lo que ven es las mentiras que hacen los hombres por ahí. Tú y yo vemos lo que dice Papá. Papá dice que el fin de la ley es Cristo”, quiere decir que Cristo le puso fin a la ley. Y el pecado sin la ley, ¿qué le sucede? Está muerto. Míralo ahí. Digo, eso es lo que dice ahí. Yo no sé si tú sabes leer. Ahí dice: “…porque…, mira, porque sin la ley, el pecado está, qué, muerto.” Entonces, ¿yo puedo decir que tú eres un pecador? ¿Y qué hacen los católicos llamando al arrepentimiento? ¿Y, qué hace un cura con un confesionario: -Cuéntame tus pecados. Cuéntame tus pecados? -Mire Padre, que es que yo pequé tal día y tal día, y tal día y tal día. -Ah sí, pues hazte cuatro Padre Nuestros. ¿De dónde sacó esa mentira de Cuatro Padre Nuestros? SI CRISTO LE PUSO FIN A LA LEY. ¡MENTIROSOS! (Ovación) Y después quieren que uno y que los respete. -Respete las religiones nuestras. ¡LA RELIGIÓN NO SE RESPETA. SE DESTAPA LA VERDAD. SE DICE LA VERDAD, PASE LO QUE PASE, COÑO! (Ovación) ¡ESTÁ BUENO YA DE ABUSAR DE NOSOTROS! ¡ESTÁ BUENO DE MENTIRAS YA! (Ovación) QUE AMEN LA VERDAD: CRISTO LE PUSO FIN A LA LEY. Porque en la misa del domingo no le dicen a los feligreses: -Miren, nuestro Cristo, el Cristo éste que presentamos aquí. Este Cristo que está aquí. El que él representa, le puso fin a la ley, y al quitar la ley, el pecado quedó muerto. ¡NO HAY PECADO! ¡NO HAY PECADO! (Ovación de pie) Oye, qué bien uno se siente cuando dice la verdad. ¡Abba Padre! Pentecostales, mentirosos. Humillando a la gente -pase al frente los que están en pecado -¿Qué pecado? ENTONCES, ¿QUÉ HIZO CRISTO EN LA CRUZ? ¿QUÉ DERRAMADA? HIZO ESA SANGRE ¡Mentirosos! Abusan, pisotean la sangre de Cristo todos los domingos en sus iglesias. Y, tú de bobo ahí creyendo en esas mentiras. ¡DESPIERTA! (Ovación de pie) ¡RECIBE LA VERDAD! (Ovación de pie) ¡ABBA PADRE! (Siguen los aplausos) ¡ABBA PADRE!!!!! Oye, y después dicen -respete nuestra creencias… Es como si al diablo lo sacaran de la tumba y me dijera -José Luis, respétame. -¿Respétame? Por algo te eliminaron y te mataron. Hermano, mira, a mí nadie me va a callar, me tienen que matar es la única forma -si pueden-, pero a mí, nadie. Mire, yo nací para esto. (Aplausos) Si yo nací para esto, nací para esto. Mire, una de las cosas por las que yo felicito al diablo es que él estaba tan bien realizado, que Dios lo hizo para destruir, y cuando lo descubrió, dijo –pues, déjame ser el mejor destruidor-, y jodió a la humanidad. (Ovación) PUES, YO VINE PARA BENDECIR A LA HUMANIDAD Y NADIE ME VA A TAPAR LA BOCA. (Ovación) Y, si yo no hablo, las piedras hablan. (continúan los aplausos) PERO, NO HAY PECADO, NO HAY DIABLO, NO HAY INFIERNO. LO QUE HAY ES PURO EVANGELIO, EL EVANGELIO DE LA VERDAD, OCULTO POR DOS MIL AÑOS HASTA ESTE DÍA. (Ovación) No se deje intimidar. Alumbre a sus vecinos, hable la verdad. Mírelo ahí, cien mil salvadoreños oyendo allí la misma mentira de dos mil años, la mentira que los ha empobrecido, la mentira que los ha enfermado. La religión es el opio de los pueblos. Los tiene idiotizado y no pueden ni leer ni su propia Biblia. Hasta en español la tienen, se consigue en cualquier lugar una Biblia, pero no tienen ojos para ver ni oídos para escuchar. Son ciegos. Están ciegos. LA ALTERNATIVA ES LA SEGUNDA VENIDA DE JESUCRISTO HOMBRE. YO SOY JESUCRISTO HOMBRE. (Ovación de pie)