Tema 1: Introducción a la PTRRHH 1. Introducción El trabajo constituye un elemento básico de la construcción social e individual, a la vez que configura un contexto privilegiado de relaciones recíprocas entre el individuo y la organización. En la historia han predominado los acercamientos economicistas y de mercado, dado el carácter social, cultural, político e histórico en el que se enmarca toda actividad laboral. Esta realidad laboral, subjetivada, socio-construida y de cambios vertiginosos requiere un acercamiento claramente de tipo psicosocial. La Psicología del Trabajo y de las Organizaciones ofrece ese marco idóneo para entender la realidad laboral y el marco organizacional actual, sin olvidar el contexto socio-histórico que lo rodea. No olvidemos que las concepciones de trabajo, el significado o las formas de entender la actividad laboral han ido transformándose a la par que se transformaba la sociedad del momento. 2. El trabajo como fenómeno psicosocial La labor de confeccionar una definición consensuada de lo que significa el trabajo es casi una tarea imposible, subjetivada por el individuo, y a la vez cambiante en función del transcurrir histórico de cada sociedad. El trabajo (su posesión, conservación o pérdida) articula y estructura la vida personal y social de los individuos, e incluso de las sociedades. Drenth plantea dos aproximaciones diferenciales a la definición del este concepto, una teórica y otra de carácter empírico. Desde la propuesta teórica, el trabajo es definido como una actividad propositiva e intencional, con un marcado carácter instrumental, poniendo énfasis en que la actividad laboral permite conseguir ingresos o bien resultados para la satisfacción de necesidades individuales o sociales. Por otro lado, desde la aproximación empírica, se define el concepto de trabajo en base a las opiniones de diversas muestras de personas sobre cuándo considera que una actividad es un trabajo. No obstante, una definición bastante citada en la literatura como definición integradora del concepto es la proporcionada por Peiró que entiende por trabajo el “conjunto de actividades humanas, retribuidas o no, de carácter productivo o creativo, que mediante el uso de técnicas, instrumentos, materias o informaciones disponibles, permite obtener, producir o prestar ciertos bienes, productos o servicios, aportando la persona energías, habilidades, conocimientos u otros recursos y obteniendo a su vez resultados económicos, psicológicos y/o sociales”. Según Salanova, Gracia y Prieto, las nociones que desde una perspectiva teórica o empírica tratan de conceptualizar este fenómeno subrayan que el concepto de trabajo se puede definir en términos de obligatoriedad, intencionalidad e instrumentalidad como una actividad-medio para conseguir algún fin. 3. Funciones psicosociales del trabajo Otro aspecto importante son las funciones que el trabajo desempeña para el ser humano. El significado que tiene el trabajo para las personas no puede concebirse en términos exclusivamente económicos, ya que el concebir básicamente el trabajo como valor de cambio, supondrían olvidar que las personas dependen del trabajo para satisfacer necesidades sociales y psicológicas, no compensadas únicamente con la remuneración económica. Funciones psicosociales del trabajo: Integra o da significado a la existencia, proporciona estatus y prestigio social, fuente de identidad personal, ofrece oportunidades para la participación, afiliación e inserción en grupos laborales, es un instrumento para el logro de autonomía económica, social, ideológica y moral, proporciona comodidad y bienestar laboral, ofrece oportunidad para la interacción y los contactos sociales, ampliando los ámbitos familiar y vecinal, facilita el desarrollo de aspiraciones, expectativas, actitudes, conductas, proyectos y realizaciones profesionales, estructura el tiempo diario, semanal, anual y vital, proporciona un marco de referencia de actividad, regular obligatoria y con propósito, ofrece oportunidades para desarrollar competencias, habilidades y destrezas sociales y profesionales, cumple una función socializadora, normas, creencias y expectativas sociales, permite la posibilidad de obtener reconocimiento, estatus, poder y control y permite la percepción de utilidad social y de cumplimento de un deber moral. Cualquier actividad laboral, inevitablemente, tiene lugar en un contexto social, en interacción con otras personas formando grupos de trabajo, se desempeñan roles particulares, se posee un cierto estatus asociado y se realiza en un medio donde rige una cultura organizacional determinada. 4. Recorrido histórico de la PTO La psicología del trabajo y de las organizaciones es un área especializada de la psicología cuyos antecedentes más inmediatos son la psicología industrial y la psicología social. Es una disciplina científica que estudia la conducta del ser humano y sus experiencias en el contexto del trabajo y la organización desde una perspectiva individual, grupal y organizacional. Tiene por objetivo describir, explicar y predecir estas conductas, pero también resolver problemas concretos que aparecen en estos contextos. Su finalidad principal se resume en dos: mejorar el rendimiento y la productividad así como potenciar el desarrollo personal y la calidad de vida laboral de los empleados en el trabajo. Conducta personas que llevan Dentro de los antecedentes de la Psicología del Trabajo y de las Organizaciones, el ámbito de la Psicología que mayor influencia ha ejercido, como hemos comentado, es la disciplina de la Psicología Social. a cabo el trabajo Organización Trabajo Así pues, siendo ineludible el carácter Escenario donde se produce la actividad laboral psicosocial de la actividad laboral, es necesario un enfoque que intente integrar las dimensiones constructivista y sociocognitiva, implicando la consideración de la actividad laboral como una realidad subjetivada de carácter social, que nos acerca a la percepción y subjetivación del ambiente laboral, a la identificación de los sistemas de significados y creencias compartidos. Por tanto, la Psicología Social juega un papel destacado en el análisis y comprensión del comportamiento humano en el trabajo y permite adquirir conocimientos básicos sobre la conducta social en este contexto. No podemos olvidar, sin embargo, otras disciplinas que, en la evolución histórica de la Psicología del Trabajo, influyeron sobremanera en sus orígenes tales como la Psicología Experimental o la Psicología Diferencial. La primera se interesa por aspectos como el aprendizaje, la percepción, la sensación, la motivación o la emoción utilizando métodos “más experimentales” en su trabajo. La Psicología Diferencial, por su parte, se interesa por predecir las reacciones particulares de las personas en su entorno, pretendiendo extraer de ahí las leyes que explican las diferencias tanto desde un punto de vista personal (diferencias en aptitudes, habilidades, personalidad, destrezas, inteligencia, etc.) como grupal (diferencias entre sexos, edades, etnias, clases sociales, educación recibida, puestos profesionales, etc.). Con respecto al desarrollo histórico, la Psicología del Trabajo y de las Organizaciones tuvo sus orígenes a comienzos del siglo XX. Podría decirse que la Psicología del Trabajo y de las Organizaciones es hija de la necesidad, pues en realidad su nacimiento estuvo íntimamente relacionado con la necesidad de resolver problemas prácticos que surgían en el mundo del trabajo como consecuencia de la rápida industrialización, el aumento de la producción, la aparición de nuevas máquinas, el abandono de las zonas rurales hacia las grandes ciudades, generando necesidades desconocidas. La labor de los primeros psicólogos fue conseguir mejores beneficios mediante la aplicación a los problemas industriales de los conceptos, métodos y herramientas de la Psicología. Algunos autores ponen fecha concreta a la aparición de la Psicología del Trabajo como disciplina. En 1901, Walter Dill Scott ofreció una charla ante un grupo de empresarios acerca del uso potencial de la psicología en la publicidad. Estos primeros psicólogos adoptaron un enfoque marcadamente individualista o personalista, ocupándose de forma primordial del análisis de variables individuales que consideran importantes para predecir el comportamiento laboral. La denominación utilizada para la disciplina tanto en Estados Unidos como en Reino Unido era la de Psicología Industrial, puesto que en esa época los primeros estudios y el principal sector económico era el vinculado al sector industrial. Con la Primera Guerrra Mundial, la Psicología del Trabajo creció y se expandió vertiginosamente gracias a los programas de evaluación y selección de reclutas y el desarrollo general de negocios. A partir de entonces, muchas compañías empezaron a crear departamentos de recursos humanos, y las universidades empezaron a ofrecer formación en esta área. A partir de 1920, en los países europeos (excepto Reino Unido), comienza a utilizarse la etiqueta de Psicología del Trabajo, ya que el término industrial era excesivamente restrictivo. Los famosos estudios Hawthorne realizados en la Western Electric Company y dirigidos por E. Mayo y T.N. Whitehead permitieron descubrir la importancia de aspectos psicosociales de los trabajadores, como el estado emocional, la calidad de las relaciones o el estilo de liderazgo de sus superiores, que influían en la satisfacción y productividad incluso más que elementos físicos tradicionalmente analizados. Fue con ellos como empezó a extenderse el denominado movimiento de las relaciones humanas y durante la década de los 30 siguió aumentando el interés por el estudio de las actitudes de los empleados, mejorándose las técnicas de medida. No fue hasta la década de los años 30 y 40, cuando en pleno proceso de aparición y consolidación de la Psicología Social, se incorporaron nuevos paradigmas, enfoques y herramientas en el estudio del trabajo, dando lugar a la Psicología Social del Trabajo. Empezó a partir de entonces a analizarse la influencia de factores grupales (ej. clima de equipo) e interpersonales (ej. relación con supervisores o directivos) en el comportamiento laboral. El enfoque netamente basado en el individuo evoluciona hacia un enfoque más interpersonal-grupal, dejando el análisis individual para aspectos del comportamiento laboral como la fatiga o el estrés o bien para procedimientos de selección del personal. Los estudios de Kurt Lewin supusieron un avance importante para la Psicología Organizacional. No obstante, la Psicología del Trabajo y de las Organizaciones en Europa, especialmente Centroeuropa, sufrió un bloqueo en su avance tras el surgimiento del nazismo y la 2ª Guerra Mundial, provocando una fuerte emigración de psicólogos europeos a EEUU. En Estados Unidos, con el inicio de la guerra se contrataron multitud de psicólogos para desarrollar test psicológicos, programas de entrenamiento, diseño de equipos y herramientas para la asignación de personas. Sobre la década de los 50, edad dorada de la Psicología Social, empiezan a incorporarse al análisis del mundo del trabajo las propuestas y teorías procedentes del ámbito de la Sociología, igualmente se empezó a estudiar los factores organizacionales (ej. tamaño de la empresa, tecnología empleada, prácticas de dirección, sistemas de comunicación y promoción….), dando lugar a la aparición de una nueva disciplina conocida como Psicología de las Organizaciones. El enfoque interesado en las relaciones humanas se pone de manifiesto y los trabajos de Herzberg potenciaron el análisis y diseño de puestos de trabajo satisfactorios y la mejora de la calidad de vida. Otros temas como el liderazgo, la satisfacción laboral, la comunicación y los factores organizacionales empezaban a cobrar gran interés. A partir de los años 70, la mayor parte del comportamiento laboral ocurre en organizaciones variadas, no sólo de índole industrial sino también educativas, sanitarias, comerciales, de servicios, etc. el estudio del comportamiento laboral requiere la integración de diferentes niveles y perspectivas. Por ello, a partir de los años 70 y hasta actualmente, en países anglófonos la disciplina recibirá el nombre de Psicología Industrial y de las Organizaciones mientras que en los países de la Europa continental se denominará Psicología del Trabajo y de las Organizaciones, conceptualización que se mantiene hoy en día. Aunque hubo bastantes avances en la Psicología de los Recursos Humanos, desde el punto de vista de la Psicología del Trabajo, los temas a los que se dedicó más interés fueron la motivación laboral y las actitudes. Ya a partir de los años 80, los psicólogos europeos del trabajo y las organizaciones estimularon la institucionalización. La constitución de la Red Europea de Psicólogos del Trabajo y de las Organizaciones (ENOP) en 1981, el desarrollo de proyectos conjuntos de investigación europeos sobre trabajo (p.e., IDE, MOW, WOSY; etc…) y la celebración del primer congreso europeo sobre la disciplina en Holanda en 1983, supusieron hitos importantes en el desarrollo de esta disciplina. Respecto a los temas de estudio, en gran parte de los casos se trataron de refinamientos conceptuales y metodológicos de aproximaciones previas. Dentro de la Psicología del Trabajo se revitalizó el interés por el concepto y la evaluación de la personalidad. En el siglo XXI se añade el concepto de las organizaciones saludables donde se pone de manifiesto los aspectos positivos de las organizaciones y del trabajo dando importancia a los Recursos Humanos. Surge la Psicología Positiva en el trabajo. 5. Sub-disciplinas de la Psicología del Trabajo y de las Organizaciones En primer lugar, la Psicología de las Organizaciones se interesa por el comportamiento colectivo en relación con los modos en los que las organizaciones se conforman y funcionan como sistemas socio-técnicos. Las personas implicadas en estos sistemas o estructuras son consideradas “miembros organizacionales”. Los temas de estudio incluyen aspectos como los procesos de comunicación, toma de decisiones, estructura organizacional, cambio organizacional, tecnología, participación, etc… Por su parte, la Psicología del Personal o de los Recursos Humanos analiza las relaciones entre las personas y la organización, en concreto los procesos de formación, selección, desarrollo de carrera, incorporación, socialización y salida. En este ámbito, se considera a las personas como “empleados”. En su análisis de estudio son comunes los temas relacionados con los procesos de selección, evaluación, aptitudes, capacidades, necesidades, análisis y valoración de puestos, sistemas de compensación, etc… Por último, la Psicología del Trabajo se encargaría del análisis de la actividad general de los empleados en el trabajo, derivado de los procesos laborales que tienen lugar en el seno de las organizaciones. En esta disciplina, a las personas se las concibe como “trabajadores”. Su objeto de estudio lo constituyen las conductas y experiencias de las personas desde una perspectiva individual, social y grupal, en contextos relacionados con el trabajo. Su objetivo consiste en describir, explicar y predecir los fenómenos psicosociales que se dan en esos contextos, así como prevenir o solucionar los posibles problemas que se presentan, su objetivo último consiste en mejorar la calidad de vida laboral, la productividad y la eficacia laboral. Entre sus temas de trabajos se incluyen aspectos como las condiciones y los ambientes de trabajo, la calidad de vida laboral, las cargas de trabajo y fatiga y el diseño de tareas, el análisis de los factores de riesgos psicosociales y propuestas de prevención e intervención, desarrollo de herramientas y procedimientos para medición y mejora de actitudes laborales, etc… Aunque el contexto laboral que más se ha estudiado en el ámbito de esta disciplina es el organizacional, de ahí que algunos la denominen conjuntamente como “Psicología del Trabajo y de las Organizaciones”, existen otros contextos relacionados con el trabajo que no son estrictamente organizacionales pero que también se estudian desde la Psicología del Trabajo. Las empresas cada vez son más conscientes de que una parte de su responsabilidad corporativa social es promover la salud y mejorar los lugares de trabajo. Para conseguir este objetivo, las políticas y legislación de los gobiernos, así como las iniciativas públicas y privadas deben contribuir a la promoción de la salud en las empresas. Los psicólogos sociales, así como otros profesionales cuya orientación se relacione con la intervención socio-laboral, tienen por delante una labor fundamental de asistencia a la, cada vez más dudosa, sociedad del bienestar. 6. El papel del psicólogo en el ámbito laboral El psicólogo en la organización laboral se enfrenta hoy a problemas de cambio y desarrollo organizacional, al rediseño de puestos de trabajo, al estudio de sistemas socio-técnicos y a toda una problemática nueva, generada por las interrelaciones que se establecen entre el individuo y el puesto de trabajo y los sistemas complejos donde esta interrelación se produce. La ampliación de la problemática del marco industrial-laboral a otras organizaciones tanto públicas como privadas sin afán de lucro, agranda el campo de actuación del psicólogo, puesto que dichas organizaciones se rigen también por objetivos de eficacia, y les pueden ser trasladadas todas las técnicas y conocimientos que sobre aquello se poseen. En este amplio campo de actuación se le ofrecen al psicólogo tres tipos de funciones: a) la técnica (que por su formación de psicólogo le es propia); b) asesora o staff (propone a la dirección planes y programas que ayuden a un proceso de cambio y desarrollo positivo); c) ejecutiva (se responsabiliza. de la aplicación de los planes de acción aprobados en las áreas de su especialidad, llegando a actuar como verdadero director ejecutivo, asumiendo riesgos y aceptando responsabilidades personales en términos de calidad, plazo y costo).Esta última es nueva para él y no tiene los conocimientos instrumentales necesarios porque no corresponden a su formación universitaria. Estos conocimientos y habilidades directivas deberán complementar su formación de base. En resumen, las nuevas funciones del psicólogo laboral, y las investigaciones generadas en torno a ellas, han orientado nuevas filosofías de dirección de empresas, abriendo nuevas fronteras en la progresiva humanización del trabajo y management en general. Algunas de las tareas del psicólogo dedicado al ámbito laboral: Desarrollo de métodos y procedimientos para aumentar al máximo la eficacia de los programas de selección y formación, y estudio del modo como estos mismos métodos pueden influir sobre la conducta laboral. Estudio e intervención del influjo de la organización y demás factores ambientales sobre la conducta y la satisfacción laboral y del modo como pueden modificarse estos factores para aumentar el rendimiento y la satisfacción. Alcanzar los objetivos contenidos en el Plan de Gestión en cuanto a adecuación cualitativa de los recursos humanos, asegurando la selección y contratación adecuada de los miembros de la organización y la preparación técnica de los mismos para ocupar los puestos actuales, potenciando su preparación para posibilitar que asuman puestos más cualificados y/o con mayores responsabilidades y adecuando constantemente la estructura de la Organización a la estrategia. Aplicación de la metodología de estudio, diagnóstico, investigación e intervención de la Psicología a la mejora del factor humano en las organizaciones. Generación de políticas y planes de acción para que la Organización provoque en el mercado el efecto deseado y la implantación de su producto o servicio sea eficaz. Garantizar la seguridad de las personas en el trabajo, los bienes y el medio ambiente, así como la mejora de condiciones de trabajo. Aplicación de los principios y técnicas psicológicos a la selección, formación, clasificación y asignación de personal militar y cuerpos de seguridad específicos. Conducir las investigaciones, desarrollo, aplicación y evaluación de los principios psicológicos relacionados con el comportamiento humano en cuanto a características, diseño, y uso de entornos y sistemas dentro de los cuales trabajan y viven los seres humanos. Aconsejar sobre factores humanos que deben considerarse en el diseño de sistemas constituidos por el hombre y la máquina, equipos militares y productos industriales. Entre las principales funciones, sin ánimo de ser exhaustivos, puede destacarse las siguientes: Condiciones de Trabajo, Seguridad, Ergonomía y Salud Selección, Evaluación y Orientación de personal Formación y Desarrollo del personal Organización y desarrollo de Recursos Humanos Dirección y Management Detección e intervención en psicopatologías con inadaptación laboral Desarrollo de programas preventivos e intervención en el desarrollo e implantación de programas de gestión de la calidad Evaluación del desempeño Por lo que respecta a los distintos ámbitos de actuación, los psicólogos del trabajo y las organizaciones pueden desarrollar su labor a nivel público y privado, en Instituciones y Organismos Públicos y Privados, y en empresas Públicas, Semipúblicas o Privadas de cualquier sector o del sector terciario avanzado como empresas de consultoría y asesoramiento, así como la práctica como profesional liberal. Los niveles en los que se desarrollan las funciones son diferentes en cuanto que encontramos estas responsabilidades a nivel auxiliar, técnico o directivo.