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Conservacion

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Tema III. Conservación y aprovisionamiento de vacunas
Autor
Introducción
Manuel Vidal Fernández Fernández
E
Diplomado en enfermería. Enfermero
del Centro de Atención Primaria de Oroso.
Servicio Galego de Saúde
La Coruña- España
Actualizada: 15/01/2008
n la actualidad disponemos de una amplia variedad de vacunas que son
seguras y efectivas, propiedades que, sin embargo, no son suficientes
para garantizar la eficiencia de los programas de vacunación. Es imprescindible que dichas vacunas, además de ser accesibles a la población, lleguen
en perfecto estado de conservación, de forma que pueda garantizarse tanto
su inmunogenicidad como su eficacia protectora.
Debemos ser conscientes de que el éxito de un programa de vacunación
depende no sólo de que las vacunas hayan sido correctamente fabricadas
sino de que se hayan respetado rigurosamente una serie de normas de almacenamiento, transporte y conservación, de forma que el producto llegue
a su destino en condiciones óptimas. El inadecuado manejo de una partida
de vacunas puede interferir gravemente o llevar al fracaso un programa de
vacunación perfectamente bien diseñado, sea por la pérdida de eficacia de
las vacunas administradas o incluso por un aumento de la reactogenicidad
local producida por las vacunas conservadas en condiciones inadecuadas.
Como regla general, el rango ideal de temperatura para asegurar su perfecta
conservación es entre 2º-8ºC, siendo por tanto imprescindible una correcta
planificación logística de los programas de inmunización, así como el adecuado mantenimiento de la cadena de frío durante todo el proceso. Dependiendo de su naturaleza pueden alterarse al ser expuestas a variaciones de la
temperatura. Ciertas vacunas como la polio oral (VPO), triple vírica, varicela,
alguna de las vacunas meningocócicas (Menjugate®) y fiebre amarilla son
muy sensibles al calor. Algunas como el tétanos, Td, DTPa, polio inactivada
(VPI), hepatitis B, gripe, Hib y, meningococo C, por el contrario, se inactivan
con la congelación (en general todas las que contengan adyuvantes). Las
alteraciones y pérdidas de potencia inmunogénica de las vacunas por la exposición a temperaturas inadecuadas son acumulativas e irreversibles.
El único método que en la actualidad nos permite garantizar la inmunogenicidad y eficacia protectora de una vacuna desde su elaboración hasta su
administración, es el mantenimiento de la cadena de frío.
Cadena de frío
S
Manual de
vacunaciones del adulto
Edición 2008
Manual de vacunaciones del adulto
e denomina “cadena de frío” al conjunto de elementos y actividades
necesarios para garantizar la integridad y potencia inmunizante de las
vacunas desde su fabricación hasta su administración. La cadena de frío la
conforman varios eslabones, todos ellos fundamentales; por un lado están
las personas que manipulan las vacunas y los sanitarios que las administran (recursos humanos), por otro el material que sirve para almacenarlas
hasta su utilización (recursos materiales), también conocidos como parte
fija de la cadena (representada por las cámaras frigoríficas, los frigoríficos
y congeladores) y la cadena móvil, (compuesta por vehículos frigoríficos,
neveras portátiles, contenedores isotérmicos y acumuladores de frío que son
utilizados para el transporte).
Elementos de la cadena de frío:
• Recursos humanos: Todo individuo que interviene en el transporte, distribución, manipulación y administración.
• Recursos materiales:
•Cadena fija: cámaras frigoríficas, frigoríficos y congeladores
•Cadena móvil: vehículos frigoríficos, neveras portátiles, cajas isotérmicas....
En la actualidad disponemos en nuestro medio de los recursos necesarios
para garantizar el adecuado mantenimiento de la cadena de frío. No obstante, la fase de almacenaje constituye el periodo más crítico por varios motivos, entre los que destaca, la escasez de espacio para el correcto almacenaje
del pedido (en nuestro medio trimestral) o el plus que supone el aprovisionamiento necesario para hacer frente a campañas de vacunación masivas
1
Tema III. Conservación y aprovisionamiento de vacunas
como es el caso de gripe y neumococo. Distintos estudios realizados recientemente en países industrializados evidencian
serios problemas durante el almacenaje y manipulación en los
puntos de vacunación, así como serias deficiencias en el nivel
de formación del personal responsable de la cadena de frío. En
nuestra comunidad autónoma, se han hecho grandes esfuerzos en los últimos años, sobre todo en el ámbito de la atención primaria de salud, para dotar a todos los centros de salud
de los recursos necesarios tanto para el mantenimiento de la
cadena de frío como en la formación de todos aquellos profesionales que intervienen en los programas de vacunación.
Es en el ámbito de la atención primaria precisamente, donde
todavía tenemos que seguir haciendo esfuerzos tanto en el
mantenimiento de las mejoras materiales conseguidas como
en la formación científico técnica de los profesionales.
Responsable del punto de vacunación
E
n todo centro de vacunación debe designarse a una persona como responsable de la recepción, del manejo y administración de las vacunas. Entre sus competencias está la de
asegurar las reservas necesarias hasta el siguiente pedido, recepcionar las vacunas solicitadas y otros productos biológicos
en óptimas condiciones, almacenarlos y manejarlos de forma
correcta y segura, llevar un control preciso de los registros y
mantener una adecuada relación con los centros de distribución. Es recomendable que el centro cuente con una segunda
persona entrenada en el manejo de las vacunas, que en caso
de ser necesario pueda sustituir al responsable principal.
El personal encargado de administrarlas, tiene también
que conocer las características de las vacunas y estar familiarizado con las normas de conservación y almacenamiento
de las mismas así como detectar y reconocer la modificación
de sus características físico-químicas, así mismo tienen que
estar formadas e informadas sobre las necesidades especiales de almacenamiento de cada una de ellas y los límites en
los que conserva inalterada su estabilidad. Deben guardarse
las normas de almacenamiento cerca de las neveras donde se
conservan las vacunas para que puedan ser consultadas con
facilidad. También estarán disponibles los protocolos de actuación en caso de que se produzca una alteración en la cadena
del frío o ante la sospecha de inactivación de las vacunas.
Tablas 1, 2, 3.
Así mismo es una recomendación básica que el equipo encargado de las inmunizaciones conozca tanto las técnicas de
administración de vacunas, como las normas de manipulación
de los residuos vacunales.
Actividades del responsable del punto de vacunación
• Comprobar diariamente, al comienzo y al final de la jornada
laboral, que las temperaturas máxima y mínima no hayan
superado el rango 2-8ºC.
• Registrar dichas temperaturas en la gráfica diaria (Fig.1).
• Comprobar que el almacenamiento de las vacunas se realiza de manera adecuada.
• Comprobar periódicamente el espesor de la capa de hielo del congelador. No debe superar los 0,5cm de espesor
(Fig.2).
• Comprobar las existencias con el fin de asegurar la disponibilidad de vacunas en todo momento y evitar excesos de
almacenaje.
• Controlar las fechas de caducidad de cada lote.
• Formación de cualquier personal vacunador de reciente llegada al centro.
• Asegurar la correcta recepción de los pedidos: fecha, temperatura en el momento de la recepción, integridad de los
lotes, así como la comprobación y archivo de los albaranes
de entrega.
• Comprobar, en el momento de recepción de las vacunas,
sobre todo si la distribución es directa desde el laboratorio
fabricante que:
• El indicador de control de tiempo-temperatura u otros
indicadores estén activados y los tiempos de exposición
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no superen el máximo esperado (Fig.3).
• Exista correspondencia (tipo, la cantidad y la fecha de
caducidad) entre las vacunas solicitadas y las recibidas.
• Notificación de incidencias de rotura de la cadena de frío.
• Mantener la reciprocidad de comunicación con la instancia
superior (Delegaciones o Direcciones provinciales, servicios
centrales de Sanidad y/o Dirección General correspondiente) a efectos de pedidos de vacunas, remisión de registros,
etc.
Elementos materiales
C
adena fija
Es la parte de la cadena de frío que se ocupa del almacenamiento de las vacunas y está constituida por las cámaras
frigoríficas, los frigoríficos y los congeladores.
• Las cámaras frigoríficas, son imprescindibles para el almacenamiento de grandes volúmenes como sucede en el laboratorio fabricante y los almacenes de distribución.
• Los frigoríficos, son los medios idóneos para el almacenamiento de pequeños volúmenes, como son los puntos de
vacunación y serán de uso exclusivo para el almacenaje de
vacunas hasta su utilización. En los centros de vacunación se utilizará el modelo de una sola puerta, dispondrá
de congelador para conservar los acumuladores de frío. Se
elegirá un modelo de nevera adecuado a las necesidades
de almacenamiento. Su localización debe ser la adecuada, a
poder ser en un lugar fresco y alejada de todo foco de calor,
debe estar bien nivelado y con una separación de cualquier
pared de al menos 15 cm, de tal manera que se asegure la
circulación de aire a su alrededor (Fig.4).
Elementos que debe contener una nevera y su localización:
• Criostatos: deben estar situados en el congelador y colocados sobre su costado en vez de uno encima del otro.
De esta manera cada criostato está en contacto con el
evaporador.
• Botellas de agua con sal o suero fisiológico: deben estar
en la parte baja de la nevera. Ésta y los criostatos ayudan a estabilizar la temperatura interna de la nevera, y
en caso de avería puedan mantener el frío durante 6-12
horas.
• Termómetro de máxima y mínima: que debe estar situado en la zona central de la nevera (Fig.5).
• Vacunas y diluyentes: deben colocarse sobre bandejas
y en los estantes centrales de la nevera. Las bandejas
deben estar perforadas o ser de tela metálica para evitar
que quede agua dentro de ellas. La parte superior debe
quedar descubierta para permitir la circulación de aire
(Fig.6).
Recomendaciones indispensables para su correcta utilización:
• La puerta de la nevera debe estar siempre bien cerrada.
• El frigorífico debe estar apartado de toda fuente de calor
y a unos 15 cm de distancia con respecto a la pared y deben estar conectados a la red general, no a derivaciones,
para evitar desconexiones accidentales.
• Indicar en la puerta del frigorífico y en sus puntos de conexión a la red eléctrica, la necesidad de NO ABRIR Y NO
DESCONECTAR. En caso de que esto se produjera accidentalmente, estarán en lugar visible las instrucciones de
lo que se debe hacer para evitar la pérdida de las vacunas
almacenadas en ese momento.
• Debe comprobarse que en todo momento la capa de hielo
de las paredes del congelador no supera los 0,5 cm de
espesor, porque su acumulación puede afectar al rendimiento del motor y alterar la eficiencia de refrigeración.
Mientras se descongela, las vacunas serán guardadas en
otro refrigerador o en una nevera de transporte monitorizando la temperatura.
• Nunca debe haber alimentos o bebidas dentro de la nevera. El calor que desprenden y el número de veces que
se abre la puerta de la nevera para introducirlos o sa-
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carlas, pone en peligro la estabilidad de la temperatura
interna de la nevera, pudiendo ser así mismo un foco de
contaminación cruzada.
• Cada centro deberá asegurarse aquel sistema que garantice un mejor control y vigilancia de la temperatura. En
función de las características del Centro de vacunación y
del número de dosis de vacunas almacenadas en el mismo, estará o no indicado disponer de sistemas especiales
de alarma y de generadores eléctricos de emergencia que
se pondrán en marcha en caso de avería térmica.
• Existen varios instrumentos que pueden utilizarse para
el control de temperatura de los frigoríficos: termómetros líquidos, termómetros de temperatura máxima-mínima, termómetros con gráficos, etc. Los termómetros
de máxima-mínima son los más recomendados porque
indican las variaciones de temperatura que a lo largo del
día se han producido en el interior del frigorífico.
• Durante periodos de vacaciones es importante que alguien se encargue de revisar cada 2 ó 3 días el estado
del frigorífico donde se almacenan las vacunas o que éste
tenga alarmas que alerten de accidentes imprevistos que
puedan modificar las condiciones de suministro eléctrico
del mismo.
Recomendacionespara el correcto almacenamiento. Forma
de almacenamiento:
• Termoestabilidad: se reservarán las zonas menos frías de
la nevera (pero nunca en los estantes inferiores ni en la
puerta) para las vacunas más termoestables: hepatitis B,
DTPa, DTPa+IP+Hib, algunas vacunas frente al meningococo C, DT, Td, toxoide tetánico. Las vacunas más termolábiles: Triple vírica, varicela, polio oral, BCG y fiebre
amarilla se situarán en la parte superior de la nevera, ya
que estas vacunas no se deterioran con la congelación.
• Frecuencia de uso: las vacunas de uso más frecuente deben ser las más accesibles
• Fecha de caducidad: las vacunas con fecha de caducidad
más próxima deberán estar situadas de forma más accesible para que puedan ser administardas en primer lugar.
Un metodo sencillo para identificar las vacunas que deben
ser administradas antes es el siguiente: en el momento
de recepcionar las vacunas, se marcarán las nuevas con
un punto y las que ya estaban en la nevera se marcarán
con un segundo punto, debiendo ser consumidas estas en
primer lugar. De esta manera nos aseguramos de administrar primero aquellas vacunas con fecha de caducidad
más próxima
• El total de las dosis vacunales, frascos de diluyentes y
botellas de agua debe ocupar como máximo la mitad del
espacio disponible en la nevera. Si ocupa un espacio mayor no puede fluir la suficiente circulación de aire para
asegurar el mantenimiento de las vacunas a la temperatura adecuada.
• Las vacunas siempre estarán dentro del frigorífico y sólo
se sacarán para su administración.
• No guardar nunca las vacunas en las puertas del frigorífico, ya que es el lugar donde la temperatura es menos
estable y se producen las mayores oscilaciones. Evitar
abrir la puerta innecesariamente.
Cadena móvil
Por las características de nuestro trabajo en atención primaria
es evidente que nuestros esfuerzos se deben concentrar en la
logística del almacenamiento y manipulación de las vacunas
pero, en todo caso, es necesario recordar que el transporte
de las vacunas y de otros productos biológicos se hará adecuadamente, asegurándose de que en todo momento se respeten las normas recomendadas por el fabricante. Todas las
compañías que transportan vacunas deben garantizar que el
transporte se haga en contenedores especiales que garanticen que las vacunas permanezcan refrigeradas, no congeladas
salvo indicación expresa, durante todo el transporte hasta su
entrega en el punto de vacunación. Para ello se utilizan varios
elementos que constituyen lo que se conoce como la cadena
Manual de vacunaciones del adulto
Tema III. Conservación y aprovisionamiento de vacunas
móvil del frío.
• Los contenedores isotérmicos permiten transportar grandes cantidades de vacunas hasta los puntos de vacunación
manteniendo el frío. Sirven también para guardar transitoriamente las vacunas en caso de avería térmica de los frigoríficos. Pueden tener motor de refrigeración incorporado.
• Las neveras portátiles se utilizan cuando hay que transportar pocas vacunas. Se debe procurar un tiempo mínimo de
transporte y abrirlas solamente cuando sea imprescindible
(Fig.7).
• Los acumuladores de frío. Tanto dentro de los contenedores
isotérmicos como de las neveras portátiles se introducirán
(bolsas ice-pack) para mantener la temperatura. Se meterán con la suficiente anticipación en el congelador para
que estén congelados cuando se vayan a utilizar para el
transporte. Al sacarlos del congelador deben dejarse a temperatura ambiente durante 1-5 minutos (hasta que aparezcan gotitas de condensación en su superficie) antes de
introducirlos en los contenedores de transporte para evitar el excesivo enfriamiento de las vacunas. Debe evitarse
siempre que las vacunas estén en contacto directo con los
acumuladores de frío para evitar que se afecten por la congelación (Fig.8).
• El indicador de tiempo-temperatura, es un dispositivo imprescindible para el transporte de vacunas. Hay muchos
modelos en el mercado con tiempos de registro desde 48
horas hasta 5 o más días. Para que la tarjeta pueda registrar esta exposición debe ser activada previamente. Para
esto, la lengüeta situada en el extremo lateral izquierdo,
debe ser separada completamente del resto de la tarjeta.
En el caso de que un envío de vacunas llegue a su centro
de recepción con la tarjeta sin activar, debe ser rechazado.
La tarjeta de control tiempo-temperatura utilizada habitualmente (MONITOR MARK. 3M) nos proporciona información
sobre el tiempo total que una vacuna estuvo sometida a
una temperatura superior a 12ºC o a 29ºC, dependiendo de
la escala que utilicemos. Este tiempo se calcula mirando la
escala de la tarjeta, y calculando a cuántas horas corresponde el color azul que al superarse las citadas temperaturas comienza a aparecer por la izquierda de la ventana 1 y
avanza hacia la derecha. El indicador debe estar colocado
cerca de los envases de vacunas y nunca en contacto con
los acumuladores de frío (Fig.3).
• Existen también unos indicadores de congelación o “Cold
Marck” que nos indican si las vacunas han estado expuestas
a la congelación durante el transporte.
Actuación ante una interrupción de la cadena de frío
N
o siempre resulta evidente la rotura de la cadena del frío,
por lo que es fundamental tomar las medidas necesarias
para poder controlar rutinariamente la temperatura del frigorífico.
El personal responsable del punto de vacunación debe saber la importancia que tiene reconocer y comunicar inmediatamente cualquier accidente en la conservación o manejo de las
vacunas (alteración del suministro eléctrico, desconexión accidental, errores en el almacenamiento de las vacunas, etc.).
Reconocerán cuál es el aspecto que tienen las vacunas en condiciones normales y cómo se modifica su potencia inmunogénica al alterarse la temperatura y durante cuanto tiempo se
mantiene su termoestabilidad (Tablas 1, 2 y 3).
En caso de alteración de la cadena del frío, congelación o
descongelación accidental, se avisará a los responsables del
punto de vacunación del Centro, los cuales tendrán que tomar la decisión de qué hacer con las vacunas afectadas. Se
tomarán medidas en función del tipo de vacuna, tiempo que
han estado expuestas a la alteración y temperatura máxima y
mínima alcanzada y se decidirá en cada caso qué hacer con las
vacunas afectadas. Si existen dudas, lo correcto es consultar
con los responsables del programa de vacunación en el nivel
3
Tema III. Conservación y aprovisionamiento de vacunas
superior. Ante toda rotura de la cadena del frío y hasta que se
decida la conducta a seguir se tomarán las siguientes medidas:
• Verificar cuidadosamente la duración de la anomalía térmica.
• Comprobar y anotar las temperaturas máxima y mínima
registradas en el interior del frigorífico y del congelador durante el tiempo que duró la anomalía térmica. Si se registraron temperaturas superiores a 15ºC o inferiores a 0ºC
y la avería térmica ha sido superior a 48 horas, hay que
contactar con la entidad administrativa competente para
valorar el estado de las vacunas. Si el número de vacunas
almacenadas es pequeño, se desecharán las afectadas sin
analizar su potencia.
• Comprobar el aspecto físico de los productos, rotular con
una nota “NO UTILIZAR” y retirar del frigorífico en uso las
vacunas presumiblemente afectadas. Se almacenarán inmediatamente en otro frigorífico a temperatura adecuada
hasta que se compruebe su actividad.
• Analizar el tipo de productos afectado por la avería:
• Las anatoxinas son en general resistentes a las variaciones térmicas.
• La vacuna de hepatitis B no reduce sensiblemente su eficacia a temperatura ambiente durante un período inferior
a 7 días. No puede congelarse.
• No deben ser congeladas las vacunas contra el cólera,
tos ferina, tifoidea, polio, rabia, tétanos, Hib, y contra
la gripe.
• Revisar la presentación del producto; así, las vacunas liofilizadas no reconstituidas son más resistentes a la congelación. Si tras el análisis pertinente, las vacunas pueden
ser utilizadas, se deberán marcar de forma adecuada para
que sean utilizadas lo antes posible a fin de evitar que otra
ruptura de red de frío las vuelva a afectar.
Aprovisionamiento de vacunas
G
arantizar la disponibilidad de vacunas en todo momento
en el punto de vacunación es una tarea no menos importante del responsable del punto de vacunación. La previsión
debemos hacerla teniendo en cuenta la periodicidad con que
el servicio de salud hace el reparto, la demanda esperada y la
disponibilidad de espacio en las neveras y siempre teniendo
en cuenta el consumo de periodos anteriores y el remanente;
además no debemos olvidarnos del material gráfico de registro, material fungible para administrar las vacunas o termómetros, si fuera el caso.
Para una población estable no sometida a importantes flujos migratorios, es importante a la hora de hacer el pedido
tener en cuenta:
• Stock de reserva (ER). Es el porcentaje que debe sumarse a
la previsión de consumo para hacer frente a las demandas
imprevistas, y se sitúa como norma general en torno al 2025% del consumo estimado (CE).
• Stock máximo (EM). Es la cantidad de vacuna que es necesario tener almacenada al iniciarse cada periodo de aprovi-
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sionamiento. EM=ER+CE.
• Pedido basado en los datos de consumo del ciclo anterior.
Requiere disponer de datos de al menos tres pedidos anteriores. El consumo estimado(CE) es la suma del consumo
anterior (CA) más el porcentaje de reserva (ER) que se
aplica para cada tipo de vacuna restando el stock residual
(ER).
Consideraciones finales
C
onocer el coste por unidad de vacuna (en este caso lo que
abona la administración sanitaria) y multiplicarlo por el total de vacunas de un pedido trimestral, es una información que
merece la pena conocer para darnos cuenta de lo importante
que es la buena gestión del responsable o responsables de
punto de vacunación. Ser eficiente, significa que la tasa de
pérdida asociada al uso o manejo de vacunas en un punto de
vacunación debe ser lo más cercana posible a cero.
Para una población de 7000 habitantes, con una población
menor de 14 años de aproximadamente el 14% y sin tener en
cuenta el consumo de vacunas de las campañas masivas, el
gasto trimestral medio ronda los 6.000 €.
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Manual de vacunaciones del adulto
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Tema III. Conservación y aprovisionamiento de vacunas
Tabla 1.- Termoestabilidad de las vacunas más frecuentemente utilizadas
Temperatura de almacenamiento
Vacuna
Recomendada
Observaciones
Duración de la estabilidad
2-8ºC
22-25ºC
35-37ºC
Mayor 37ºC
VPO (polio oral)
Estable 6-12 meses
Inestable.
50% pérdida de
actividad en 20 días.
Ciertas vacunas pueden conservar títulos
aceptables durante
1-2 semanas
Muy inestable.
Pérdida de título
aceptable al cabo de
1-3 días
Muy inestable.
A 41ºC pérdida
50%de actividad tras
1 día.
A 50ºC pérdida de
título aceptable al
cabo de 1-3 horas.
Muy sensible al aumento
de la temperatura. Proteger
de la luz.
Resistente a la congelación.
Admite un máximo de 10
ciclos de congelación-descongelación.
DTPa-DTPe
Estable 8-24 meses
pero con disminución
lenta y continua de
potencia
Estabilidad variable.
Algunas vacunas
permanecen estables
durante dos semanas
Estabilidad variable
Algunas vacunas
pierden 50% de
actividad después de
1 semana.
A 45ºC pérdida 10%
de potencia por día.
A 50ºC pérdida rápida de potencia.
No congelar por estar
adsorbida.
Suspensión turbia y blanquecina.
Si presenta precipitados
que no hogeinizan al agitar
vigorosamente, debe ser
rechazada
DTPa-VHB
DTPa-Hib
DTPa-IPV-Hib
Estable 3-3 años.
DT
Td (adulto)
Estable 2-3 años.
Estabilidad variable.
Estable 6-12 meses
Estable por lo menos
durante 6 semanas
No congelar por estar
adsorbida.
Suspensión turbia y blanquecina.
Si presenta precipitados
que no se homogeniza al
agitar vigorosamente, debe
ser rechazada
A 45ºC estable durante 2 semanas
Alta estabilidad.
No congelar por estar
adsorbida.
Suspensión turbia y blanquecina.
Si presenta precipitado que
no se hogeinizan al agitar
vigorosamente, debe ser
rechazada.
Tabla 2.- Termoestabilidad de las vacunas más frecuentemente utilizadas
Temperatura de almacenamiento
Vacuna
Recomendada
Duración de la estabilidad
Observaciones
2-8ºC
22-25ºC
35-37ºC
Mayor 37ºC
TRIPLE VÍRICA
Paperas, sarampión
y rubéola.
Estable 12-18
meses
Mantiene
actividad
satisfactoria
durante 1 mes
Mantiene actividad satisfactoria durante 1
semana.
A 41ºC
pérdida del
50% de
actividad
después de
2-3 días
Liofilizada alta estabilidad.
Reconstituida administrar inmediatamente.
Descartar depues de 6-8 horas.
Evitar contacto con desinfectantes por riesgo de
inactivar.
Proteger de la luz
HEPATITIS B (Engerix B)
Estable 3
años.
Estable durante 30 días
Estable durante 7 días
A 45 ºC
estable
durante 3
días.
Alta estabilidad.
No congelar por estar adsorbida.
Suspensión turbia y blanquecina.
Si presenta precipitados que no se homogeniza al
agitar vigorosamente, debe ser rechazada.
HEPATITIS B
(HBaxpro)
Estable durante años.
No congelar por estar adsorbida.
Soporta temperaturas superiores a 30ºC durante no
más de 5 horas.
HEPATITIS A
Estable 3 años
Alta estabilidad. No congelar por estar adsorbida.
Suspensión turbia y blanquecina.
Si presenta precipitados que no se homogeniza al
agitar vigorosamente, debe ser rechazada.
Hib (Haemophilus
influenza tipo b)
Estable 2-3
años
No congelar.
Proteger de la luz.
Las vacunas liofilizadas cuando son reconstituidas
administrar lo antes posible.
Descartar después de 8 horas
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Tabla 3.- Termoestabilidad de las vacunas más frecuentemente utilizadas
Temperatura de almacenamiento
Vacuna
Recomendada
2-8ºC
Observaciones
Duración de la estabilidad
22-25ºC
35-37ºC
Mayor 37ºC
BCG
Estable 1 año
Liofilizada estabilidad media.
Reconstituida administrar inmediatamente.
No contiene conservante Proteger de la luz.
GRIPE
Estable 1 año
No debe superar nunca los 20ºC.
Proteger de la luz
VARICELA
Estable 2
años.
Proteger de la luz
Reconstituida administrar inmediatamente.
Meningococo C
Estable 18
meses.
No congelar por estar adsorbida.
Suspensión turbia y blanquecina.
Si presenta precipitados que no se homogeniza al
agitar vigorosamente, debe ser rechazada.
Neumocócicas
• Polivalente
Conjugada
Estable 2
años
No congelar por estar adsorbida.
VPI
Estable 18
meses.
No congelar por estar adsorbida.
Una vez reconstituida o abierto el vial, administrar
inmediatamente.
Descartar si no está perfectamente clara.
Fiebre amarilla
Estable 18-24
meses
Proteger de la luz.
Reconstituida administrar inmediatamente.
Antitifoidea oral
Conservar 2-8ºC
Proteger de la luz.
Fig.1 - Gráfica Diaria
Fig.4 - Frigorífico
6
Fig.5 - Termómetro
de máxima y mínima
Fig.3 - Monitores de tiempo y
temperatura
Fig.2 - Congelador
Fig.6 - Frigorífico
Fig.7 - Neveras portátiles
Fig.8 - Embalajes isotérmicos/acumuladores de frío
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