“ACLARANDO AMANECE” Porque sólo trabajando con la luz del Sol es como se disiparán nuestras tinieblas. “Puntos de vista de un Hermano Gelong”. Núm.34. “Dicen que, sí una mentira se repite suficientemente, acaba por convertirse en verdad, en cambio la Verdad puede brillar sin necesidad de repetir nada, sino realizándola”. Dicen que el aura de impersonalidad que rodea al Maestro, puede desalentar, inquietar o turbar al estudiante. Esta reacción es natural y debe ser dominada, lo cual puede hacerse no tomándose tan serio uno mismo y a estar en paz. Por ello no busquemos la Verdad entre los desequilibrados, los obsesionados por el ego, los insensatos, los histéricos y los insensibles. Busquémosla entre los modestos, los serenos, los intuitivos, los que contactan con lo profundo y los que obedecen al Plan Cósmico. Claro que habrá muchos que se acerquen y adhieren a una enseñanza incompleta o imperfecta, porque no disponen de otra mejor. Y aunque esta instrucción sea indeseable, en algunos casos podrá ser útil si la detenemos en el punto exacto. Porque el estudiante de Iniciación verdadero, puede tener la certeza de que si encuentra un buen guía, no existirá algo que lo detenga. Ya que seguirá avanzando hasta que llegue a la meta, de lo contario tendrá que librarse del guía incompleto. Para comprender mejor esto, hay una historia hindú, que muestra con claridad lo inútil que es pedirle ayuda al Maestro que sólo tenga conocimiento intelectual. Había una vez cierto rey que ansiaba obtener la conciencia divina y consiguió la guía de un pundit brahmín. Recibió enseñanza durante dos meses, y descubrió que nada lograba en cuanto a la experiencia directa de la divinidad, por lo que amenazó al brahmín con sacarlo del palacio. El pundit regresó a su casa muy afligido; había hecho todo lo posible y no sabía cómo contentar al rey. Pero la hija del brahmín que era una muchacha muy inteligente, advirtió la angustia de su padre y le pidió que le contara cuál era la causa. Al día siguiente ella apareció en la corte para informar al rey que podría resolver el problema de éste. Luego, le pidió que ordenara a sus guardias que ataran a ambos en columnas separadas. Los soldados lo hicieron. Entonces la muchacha le dijo: “¡Oh, Rey, líbrame de este cautiverio!”. Y el rey le contestó: “¿Qué dices? ¡Hablas de algo imposible! Yo mismo estoy atado y cautivo ¿y cómo te podría liberar?”. Y entonces la muchacha le dijo riendo: “Oh rey, he aquí la explicación de tu problema. Mi padre es un prisionero de este mundo de ilusión. ¿Cómo podrá liberarte? ¿Cómo podrás tu obtener de él la divinidad?” Si alguien les ofrece una visión del mundo, debe saber realmente de lo que está hablando, y deberá haber alguna señal perceptible en su conversación. Si un Maestro vacía la cartera de sus discípulos, tengan la seguridad de que es un falso Maestro. Si les exige servilismo, también será un falso Maestro. -2En cambio podrá no concordar con alguien, pero tal vez tenga un sello de autenticidad, aunque no sea el particular Maestro con quien podamos encontrar afinidad y si pueda establecer la conexión con muchos otros. Existe una debilidad existente en los que hacen de esto un culto, y es que persisten en ver a su líder como si éste poseyera el carácter y la elevada conciencia sustentada en hechos. Y hacen de él un súper-hombre que nunca se equivoca, e incluso tratan de deificarlo como si fuera un dios vivo. Sus virtudes las exageran o las inventan, y consideran que sus palabras más trilladas son oráculos proféticos o epigramas sapienciales. E incluso pueden atribuirle el don de la omnisciencia y de la presencia total. Como consecuencia, las expectativas de sus seguidores, después de elevarse mucho, podrán caer cuando si la personalidad del líder se desinfla y sus defectos queden al descubierto. La inevitable consecuencia de esto es la desilusión. Los líderes honrados y sinceros se sentirán alarmados ante ese culto exagerado, y harán todo lo posible para poner fin a esto. Ellos saben que, crear un culto de la persona desvía la atención, del verdadero sentido de su trabajo como Maestros. Por eso en la Gran Fraternidad Universal, la Jerarquía debe actuar con toda naturalidad, sin inflar la personalidad. Y por ello, quienes conocimos al Gran Gurú Dr. José Manuel Estrada Vázquez; insistimos recordando su actuación como un hombre sencillo, amable, simpático y muy alegre. Quién prácticamente actuaba con naturalidad, sin ninguna pose, dispuesto a atender a todos, e incluso hacía algo difícil al haber cientos de hermanos en sus Ceremonia, ya que bendecía a todos, y decía: “Soy el Bendecidor, y no puedo negarme a hacerlo”. A tal grado que el Rev. Carlota Castañeda, su esposa y Discípula, trataba de ayudar conteniendo un poco a cientos de hermanos que trataban de verle y platicarle sus problemas, esperando su consejo y la solución casi mágica de todas sus penas. Por ello en la segunda mitad del decenio de los setentas, nuestro Maestro decidió atender en consulta privada y gratuita, a cualquier persona que le solicitara verle, esto era los jueves en un horario determinado. Su secretaria le organizaba las citas y veíamos en la sala de la casa sede de Insurgentes a diversas personas que esperaban pacientes su turno. Naturalmente el HERMANO MAYOR tenía muchas ocupaciones, pero siempre trataba de atender a la mayoría. Así llegó un día un hombre alto y de gran personalidad, vestido con elegante uniforme militar; quién al entrar a la casa, se soltó en llanto, de una manera impresionante. Inmediatamente la secretaría lo acompañó a la oficina del H:. M:. y se escuchó la voz de Él… quién lo invitó a pasar. A los 15 minutos, se escucho de nuevo la puerta de la oficina, y vimos bajar al militar radiante con paz en su rostro. Erguido y digno se despidió de la secretaría y a todos nos dijo: ¡Buenas tardes! y se retiró. ¡Cuántas anécdotas, cuantas historias tan sencillas y bellas de un Maestro que sabía actuar como instrumento del Eterno! Por ello les pido nuevamente a mis hermanos de la G.F.U. que nos envíen sus anécdotas por el medio del correo electrónico y podamos continuar en esta recopilación de su enseñanza. -3El mundo, ahora más que nunca, necesita conocerle, escucharlo, verlo. Vino para el mundo, no solo para uno o varios grupitos de hermanos, que con toda buena disposición acuden a sus institutos y casas sedes para estudiar temas de interés indudable. Sin embargo muchos de estos nuevos o recientes hermanos, no conocen su enseñanza. Sobre esta idea, algunos hermanos me han preguntado porque tanto los Hnos. Gelong Carlos Santos Puig, Gag Pa Armando León Rojas y yo insistimos tanto en escribir, hablar y editar CD´s y libros del HERMANO MAYOR, más que del Maestre Serge Raynaud de la Ferrière; y les respondo: Ambos Maestres deben ser conocidos y difundida su enseñanza. Afortunadamente para la obra de nuestro Maestre De la Ferrière ya hay una buena cantidad de Hermanos y de páginas de Internet, quienes lo están haciendo bastante bien. Sin embargo acerca del H:. M:. Dr. José M. Estrada falta más difusión. Podemos decir que la página que dirige el querido Hno. Gelong Carlos Santos, titulada: “La voz del león”, es la mejor y más especializada en esta labor, vinculada además a otras importantes páginas. Por ello quienes pretendemos ser Discípulos del H:. M:. tratamos de actuar así, lo cual implica hacer a un lado nuestras personalidades y sin embargo usarlas para dar algún ejemplo positivo; una fórmula que exige mantener el equilibrio entre la falsa humildad y la necesidad de servir con éxito. Recordando como siempre nos demostró nuestro Maestro: ¡El mejor maestro es el ejemplo! “Y no habrá ojo que no le verá…” ADELANTE CON LOS FAROLES Para que la Luz ilumine nuestras vidas hoy y todos los días con la misma intensidad. GELONG LEONARDO PHILLIPS 19 de septiembre del 2011.