La encuadernación 2. Evólución de la encuadernación medieval Ana Belén Sánchez Prieto Universidad Complutense de Madrid Guión para el vídeo: https://youtu.be/oTQPz2rgQZ4 Se han conservado muy pocas encuadernaciones medievales y todavía menos premedievales. Y la razón está en que la encuadernación, que está diseñada para proteger al libro, recibe la mayor parte de los daños y muchas veces se hace necesario reemplazarla. Pero también buena parte de la causa han sido las exigencias de uniformidad exterior de los coleccionistas, y el hecho de que hasta hace muy poco la encuadernación se consideraba como algo superpuesto al manuscrito, no una parte integrante, por lo que no se le daba demasiada importancia, al menos cuando no estaba decorada. De todos modos, a pesar de la escasez de encuadernaciones conservadas, las que se conservan nos permiten trazar la evolución que han seguido las técnicas, y eso es lo que, muy por encima, vamos a hacer en este vídeo. En él seguiré básicamente la obra de Szirmai, The archaeology of medieval bookbinding. Esta magnífica monografía está disponible online y sin coste alguno, y contiene una gran cantidad de diagramas ilustrativos y fotografías, aunque solo en blanco y negro. Dividiremos nuestro fugaz viaje por la historia de la encuadernación en las siguientes fases: primeras encuadernaciones encuadernación islámica encuadernación bizantina encuadernación carolingia encuadernación románica encuadernación gótica La encuadernación 2. Evolución de la encuadernación medieval Guión para el vídeo: https://youtu.be/oTQPz2rgQZ4 Página 1 De momento dejaremos de lado las encuadernaciones blandas y las denominadas encuadernaciones joya. Primeras encuadernaciones La invención de la encuadernación fue una consecuencia natural del formato del codex. El volumen era una pieza unitaria a causa de su estructura morfológica, y su integridad estaba asegurada por el empleo de una capsa. Pero el codex, al estar compuesto por distintos cuadernos, necesitaba una protección que garantizase su conservación. Desconocemos la fecha del nacimiento de este procedimiento técnico, pero en todo caso hay que situarlo en el periodo de transición entre las dos modalidades de libro. Como curiosidad se puede decir que se conservan algunas representaciones de códices muy antiguas. En la imagen se reproduce un grabado de principios del siglo XVII que reproduce una de ellas, y como se puede ver contiene códices y rollos conjuntamente. Ilustración 1. Grabado reproduciendo una representación antigua de rollos y códices. https://s-media-cache-ak0.pinimg.com/564x/96/61/55/9661558e7cd6c307ab56055abfa1074f.jpg. Pero nuestras encuadernaciones más antiguas no van más allá de los siglos IIIIV. Se trata de los doce manuscritos gnósticos de papiro encontrados en 1945 en esta gruta en la localidad egipcia de Nag Hammadi. Se trata de encuadernaciones muy simples, pero desconocemos muchos detalles, porque los estudios de estos manuscritos, que se llevaron a cabo bajo los auspicios de la UNESCO, no dieron importancia a las encuadernaciones, y de hecho fueron La encuadernación 2. Evolución de la encuadernación medieval Guión para el vídeo: https://youtu.be/oTQPz2rgQZ4 Página 2 separadas de sus manuscritos.Lo que sí se puede afirmar es que se trata de códices monocuaderno, uno de ellos de más de 150 páginas. La forma de fijar este cuaderno único a las cubiertas era por medio de dos tiritas o “grapas” de cuero enrollado que atravesaban el cuaderno por su centro por medio de sendas parejas de agujeros practicados en él a una distancia de 20-45 mm. Estas grapas se anudaban o bien por la parte de fuera, o sea, por el lomo del libro, o bien en el centro del cuaderno. Otra variante era anudar las grapas por el lomo del cuaderno, pero no directamente a la cubierta, sino a una tira de refuerzo que iba por dentro de la cubierta, por lo que el lomo de esta última quedaba liso, lo que sin duda lo hacía más agradable a la vista, porque las grapas quedaban ocultas; pero esta solución es estructuralmente más débil. La cubierta consistía en una especie de forro de cuero que recubría un cartón fabricado con varias hojas de papiro pegadas entre sí. Como por su propia estructura el cuaderno tendía a abrirse, era necesario además añadir una solapa (de forma triangular o rectangular) que se continuaba con una tira de cuero que se enrollaba sobre el libro para mantenerlo cerrado. El mismo fin se conseguía con las tiras de cuero fijadas a la cabeza y al pie. Ilustración 2. Diagrama de las encuadernaciones de Nag Hammadi, Pero la inmensa mayoría de los códices consisten en una serie de cuadernos de unos pocos bifolios que se cosen entre sí. Los códices más antiguos conservados, casi todos en estado muy fragmentario, son de los siglos II al IV d.C. y proceden de Egipto. La modalidad de encuadernación que presentan se denomina “copta”, y utilizan la clase de cosido que en el vídeo anterior hemos definido como de cadeneta. La encuadernación 2. Evolución de la encuadernación medieval Guión para el vídeo: https://youtu.be/oTQPz2rgQZ4 Página 3 En este tipo de códices las uniones entre los cuadernos pueden describirse en términos del movimiento del hilo de cosido. Este discurre por el pliegue central y sale por ciertos agujeros previamente practicados en el pliegue del cuaderno, para enlazar con la cadeneta anterior y regresar al pliegue central por el mismo agujero por el que salió. En los códices coptos conservados de este tipo el hilo es de materia vegetal y de alrededor de 1mm de diámetro, y el movimiento del cosido es tal como puede verse en la figura. En las estaciones de cosido situadas en los extremos, el hilo no regresa al cuaderno del que salió, sino que el encuadernador colocará encima un nuevo cuaderno y la aguja penetra por la estación de cosido de este último. Ilustración 3. Cosido de una encuadernación copta Las tapas de estos códices son de madera, de entre 4 y 9 mm de grosor, que en la mayor parte de los casos quedaba al descubierto, y se unían entre sí por medio de unas tiras de cuero que hacían las veces de bisagra, y luego el cuerpo del libro se pegaba a las tiras de cuero por el lado interior. En las encuadernaciones coptas tardías, que datan de los siglos VII al XI, el cosido sigue siendo de cadeneta, pero prácticamente todas las tapas están hechas de cartón papiro, o sea, hojas de papiro recicladas o de muy baja calidad pegadas entre sí, y a veces incluso amalgamadas con pajitas o trocitos de pergamino, tela y cuero, y hay motivos para sospechar que esta especie de cartón se fabricaba utilizando una especie de molde. Las tapas se unían al cuerpo del libro por medio del propio hilo utilizado para el cosido. En la tapa, en el lado del lomo, se practicaban unos orificios a unos 2030 mm del borde, y por ellos se hacía pasar el hilo varias veces, de modo que formara una especie de bucle entre el orificio y el borde. Estos bucles servían luego para “anclar” el cuerpo del manuscrito. Al coser el primer cuaderno, el hilo partía de uno de esos bucles, penetraba en el cuaderno por el orificio de la primera estación de cosido, para salir por la segunda y formar la primera cadeneta propiamente dicha con el segundo bucle de la tapa, y así sucesivamente. La encuadernación 2. Evolución de la encuadernación medieval Guión para el vídeo: https://youtu.be/oTQPz2rgQZ4 Página 4 Ilustración 4. Vínculos de las tapas al bloque de texto en una encuadernación copta tardía No ha sobrevivido intacta la cabezada de ningún códice copto de esta época, pero los restos conservados sugieren que era una parte importante. Su cosido parece haber sido una variante del cosido de cadeneta, según se muestra en la figura. Ilustración 5. Reconstrución de la cabezada en una encuadernación copta tardía Para la cubierta se usaba a veces cuero o pergamino teñido de colores. Otras técnicas incluían estampado en frío sobre cuero humedecido, en formas curvilíneas o rectas, o se utilizaba una especie de hilvanado de una tirita de cuero de otro color o pergamino. Y también encontramos ya cierres propiamente dichos a base de tiras de cuero que partían de la tapa superior, que se fijaban en una clavija montada sobre la tapa inferior, y así el libro se mantenía cerrado. Las primeras encuadernaciones occidentales conservadas están realizadas siguiendo una técnica muy similar a la descrita más arriba. La más antigua es la del conocido manuscrito del evangelio de San Juan hallado en la sepultura La encuadernación 2. Evolución de la encuadernación medieval Guión para el vídeo: https://youtu.be/oTQPz2rgQZ4 Página 5 de San Cutberto de Lindisfarne, que murió en el año 687, y hoy está en la biblioteca del Stonyhurst College. Encuadernación bizantina La llamada encuadernación bizantina, que en realidad rebasa los límites espacio-temporales del imperio bizantino, se pueden dividir en dos grandes categorías: las producidas en el imperio bizantino propiamente dicho o en sus antiguos territorios una vez desaparecido este, y las producidas en Occidente a partir del siglo XV, denominadas “alla greca”, que a la apariencia general bizantina añaden ciertos elementos estructurales típicamente occidentales. Las características típicamente “bizantinas” son: cosido de cadeneta más de dos estaciones de cosido refuerzo del lomo con una pieza textil que se extiende por la cara exterior de las tapas lomo liso tapas de madera generalmente con cantos acanalados, unidas al cuerpo del libro por medio del hilo de cosido ausencia de cejas cabezadas extendidas a los bordes interiores de las tapas cierres de clavija y correa Prácticamente no se ha conservado ninguna encuadernación bizantina anterior al siglo XIII. En este caso a las causas generales de pérdida de encuadernaciones se añade la destrucción del patrimonio cultural griego a raíz de la conquista otomana de Bizancio. Ilustración 6. Cosido en disposición biaxial en una encuadernación bizantina La encuadernación 2. Evolución de la encuadernación medieval Guión para el vídeo: https://youtu.be/oTQPz2rgQZ4 Página 6 Quizá lo más curioso de las encuadernaciones bizantinas sea el hecho de que (aunque no siempre) el cuerpo del libro se ha dividido en dos mitades, de las cuales la primera se ha cosido sobre la tapa anterior y la segunda sobre la tapa posterior. Esta modalidad de cosido recibe el nombre de “cosido en disposición biaxial” y acaso responda al deseo de los encuadernadores de producir una simetría absoluta en ambas tapas. Las cabezadas bizantinas son muy características por estar cosidas sobre soportes, generalmente de cuerda, y se extienden sobre los cantos de las tapas, a las que se unen por medio de perforaciones realizadas en la tapa a poca distancia del borde. Este tipo de cabezada aporta una gran robustez mecánica a la unión de las tapas al cuerpo del libro. Como elemento decorativo la cabezada puede realizarse con hilos de diferentes colores. Ilustración 7. Cosido de la cabezada en una encuadernación bizantina Encuadernación islámica Es probable que los árabes aprendieran el arte de la encuadernación desde Etiopía en el período preislámico, durante el breve período en que el Cristianismo se estableció como religión principal en el sur de la Península Arábiga, y con posterioridad las encuadernaciones islámicas fueron incorporando influencias de las distintas regiones que iban siendo conquistadas, sobre todo Oriente Medio, Egipto, Norte de África y Bizancio. En general la arquitectura del libro fue simplificada, acentuándose por el contrario los elementos ornamentales. Los códices islámicos más antiguos, hasta el siglo XI, son de formato oblongo y su encuadernación en forma de caja, y poco a poco entre los siglos XII-XIII van evolucionando al formato vertical, con tapas de cartón o madera y cubierta con La encuadernación 2. Evolución de la encuadernación medieval Guión para el vídeo: https://youtu.be/oTQPz2rgQZ4 Página 7 solapa en el corte frontal. El cosido podía realizarse de muchos modos distintos. Ilustración 8. Cubierta de una encuadernación turca del s. XVI, con la solapa característica de las encuadernaciones islámicas. https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Bookbinding_with_Flap_LACMA_M.85.237.75.jpg. Encuadernación carolingia De vuelta a Occidente, es aquí donde durante el período carolingio aparece el cosido sobre nervios. Este elemento es un invento occidental, y salvo en Armenia no se encuentra en ninguna otra área cultural durante la Edad Media. Desgraciadamente, de esta primera etapa, que comprende los siglos IX-XI, apenas se han conservado ejemplares intactos, por lo que no se puede precisar cómo se produjo el paso del sistema de cosido en cadeneta al cosido sobre nervios. Por lo demás, casi lo único que puede decirse es que al menos en el área alemana (que es de donde proceden la inmensa mayoría de las encuadernaciones conservadas de esta época), durante algún tiempo se practicaron los dos tipos de encuadernación, incluso dentro de un mismo monasterio. Ilustración 9. Cosido en espina de pescado sobre nervios La encuadernación 2. Evolución de la encuadernación medieval Guión para el vídeo: https://youtu.be/oTQPz2rgQZ4 Página 8 Los primeros cosidos sobre nervios que tenemos son del tipo “espina de pescado”. Esta modalidad es en realidad un intermedio entre el cosido recto de época posterior y el cosido en cadeneta, pues de hecho el hilo se va moviendo de un cuaderno al inmediatamente anterior. Todas las tapas originales conservadas son de madera, con predominio del roble, y de un grosor de 7 a 17 mm. Y para unirlas al cuerpo del manuscrito se han identificado cuatro modalidades diferentes, aunque básicamente todas se reducen a lo mismo: el trabajo comienza en la tapa anterior, en la que la cuerda o correa que luego se convertirá en nervios se hace pasar por unas perforaciones. Se da entonces la vuelta a la tapa y se va cosiendo el cuerpo del libro, cuaderno a cuaderno, utilizando las cuerdas como nervios, y después se coloca la tapa posterior siguiendo el mismo recorrido, pero a la inversa. Y finalmente los extremos de las cuerdas se unen entre sí por la cara interior de la tapa posterior y a veces se fijan también por medio de cuñas. Luego se añadían las hojas de guarda y se igualaban los bordes por medio de una cuchilla devastadora. Y finalmente se cosía la cabezada sobre una pieza de cuero que hacía las veces de refuerzo y se añadían las cubiertas, que la mayor parte de las veces son de gamuza relativamente gruesa y de su color natural blanquecino o en algunos casos marrón o marrón rojizo. La decoración es en la mayor parte de los casos inexistente, salvo para manuscritos iluminados manifiestamente lujosos, que se decoraban con alguna técnica en seco. Los cierres debieron ser muy habituales, aunque lamentablemente se han conservado muy pocos, y consistían en una simple correa de cuero y una clavija de metal que sobresale del labio de la tapa. No parece que las encuadernaciones carolingias estuviesen provistas de esquineras de metal. Encuadernación románica El siguiente periodo de la encuadernación occidental es el de la encuadernación románica, y se extiende del siglo XI al XIII. Su característica fundamental es que el cosido sobre nervios se realiza mediante un bastidor o “telar”, que está documentado por primera vez en una miniatura del denominado manuscrito de Bamberg. El bastidor facilita mucho el cosido, acelerando el proceso de encuadernación, pero impone que las tapas se fijen al cuerpo del libro una vez que este está finalizado. Es una técnica que todavía se utiliza en la actualidad en la encuadernación artesanal. La encuadernación 2. Evolución de la encuadernación medieval Guión para el vídeo: https://youtu.be/oTQPz2rgQZ4 Página 9 Ilustración 10. El denominado "Manuscrito de Bamberg"(Bamberg, Stiftbibliothek, Patr.5), donde se representan los diferentes estadios en la confección de un libro. El cosido sobre soportes es el segundo medallón de la columna de la derecha. https://www.staatsbibliothekbamberg.de/fileadmin/processed_/csm_Msc.Patr.5_fol.1v_41e44f67ec.jpg La encuadernación 2. Evolución de la encuadernación medieval Guión para el vídeo: https://youtu.be/oTQPz2rgQZ4 Página 10 Los nervios son de cuero blanquecino en la inmensa mayoría de los casos, de un grosor de unos 5mm y una anchura entre 8 y 20 mm, en forma de nervio hendido. En algunos casos se aprecian todavía las marcas de haber estado sujetos al bastidor. El cosido adopta la forma de “espina de pescado” en aproximadamente 2/3 de los casos conservados, y recto en los demás. En todos los casos (excepto donde existe cosido integral) el cambio de cuaderno se hace con cadeneta. Un nuevo tipo de cosido que aparece en esta época es el “cosido integral”, que consiste en coser las cabezadas al mismo tiempo y con el mismo hilo que el resto del libro, pero esta técnica nunca fue de uso generalizado. Las tapas se fijaban una vez cosido el cuerpo del libro, por medio de acanaladuras y tunelaciones por las que se hacían pasar los extremos de los nervios, que finalmente se fijaban por medio de cuñas. Otra innovación de esta época es el refuerzo del lomo por medio de una o más capas de cuero de gamuza pegadas por medio de engrudo. Ilustración 11. Refuerzo del lomo en una encuadernación románica Las cubiertas de las encuadernaciones románicas son de dos tipos: cuero blanquecino de gamuza sin decoración, y marrón curtido con alguna substancia La encuadernación 2. Evolución de la encuadernación medieval Guión para el vídeo: https://youtu.be/oTQPz2rgQZ4 Página 11 vegetal y con decoración en frío. Están fijadas a las tapas con engrudo y las vueltas no se igualaban. La forma de trabajar las esquinas podía ser muy variada. Las cabezadas pueden ser de varios tipos, lo mismo que la fijación de las hojas de guarda. Los cierres son finalmente un elemento esencial de las encuadernaciones románicas, aunque muy pocos han sobrevivido más o menos intactos. Los hay de dos tipos. El primero es muy similar al de las encuadernaciones carolingias. El segundo, más numeroso, consiste en una correa relativamente larga, con el cierre propiamente dicho no en el frente, sino sobre la cubierta. El pasador es en la mayor parte de las veces de bronce, a veces de hierro. Ilustración 12. Cubierta y cierres en una encuadernación románica. Liverpool University, Sydney Jones Library, MS F.3.12 http://40.media.tumblr.com/a5f35b744e76b05af7155c2a98585747/tumblr_mm9mv6StyO1soj7s4o2_500.jpg Encuadernación gótica Englobados bajo la etiqueta de “encuadernación gótica” a las encuadernaciones producidas en Europa Occidental entre los siglos XIV y XVI, que se han conservado a miles. Esta época se caracteriza por un enorme La encuadernación 2. Evolución de la encuadernación medieval Guión para el vídeo: https://youtu.be/oTQPz2rgQZ4 Página 12 aumento de la producción libraria, que culmina con la invención de la imprenta, lo que hizo necesario acortar los tiempos requeridos para encuadernar los libros, lo que a su vez trajo consigo la aparición de nuevos procedimientos, pero también un descenso generalizado de la calidad, aunque por supuesto los manuscritos más lujosos siguieron recibiendo excelentes encuadernaciones. Cuando los cuadernos eran de papel, era corriente reforzarlos con piezas de pergamino reciclado o de baja calidad, de 10 a 20 mm. de ancho y de una longitud algo menor que la altura del libro, que se colocaban en el pliegue central para proteger al papel del roce producido por el hilo. Luego se añadían las hojas de guarda, generalmente también de pergamino reciclado y se procedía al cosido, preparando las estaciones de cosido mediante pequeños cortes en los pliegues. En general, el número de estaciones de cosido es proporcional a la altura del libro, y están dispuestas en espacios regulares. El cosido se hacía por supuesto sobre nervios de cuero o cuerda y con la ayuda de bastidor. Probablemente la característica más llamativa de las encuadernaciones góticas sea la forma convexa del lomo (recuérdese que en las etapas anteriores el lomo era cuadrado, que muy frecuentemente se deformaba adoptando una forma cóncava). El principio físico que explica la forma redondeada del lomo es bastante simple: como los cuadernos son ligeramente más gruesos por el lado del pliegue que por el corte delantero, el exceso de anchura del lomo del libro adopta espontáneamente una forma convexa e incluso forma cajos si el perfil interior de las tapas es el apropiado. A veces se pueden observar las marcas que indican que los cajos se sacaban con un martillo u otro instrumento similar, lo que supone que el cuerpo del libro estaba inmovilizado en una prensa vertical. Probablemente con el libro aún en la prensa vertical tenía lugar el siguiente paso, que era el reforzado mediante la aplicación de pegamento de origen animal y colocación de una o más piezas de cuero que servían como refuerzo (y que como se muestra en la imagen también servirán luego como elemento de consolidación de las tapas). Este refuerzo era un elemento estructural cuya función era impedir la deformación del lomo, y a veces los encuadernadores ponían varias capas de refuerzos con su correspondiente encolado. Pero aunque este tratamiento del lomo aseguraba una larga duración a la encuadernación, tenía también su contrapartida, porque su rigidez limita la apertura del libro. La encuadernación 2. Evolución de la encuadernación medieval Guión para el vídeo: https://youtu.be/oTQPz2rgQZ4 Página 13 Ilustración 13. Refuerzos del lomo en una encuadernación gótica Y para el refilado, la cuchilla devastadora fue sustituida por el ingenio. Este consiste en una cuchilla montada sobre un tornillo de madera que a su vez va montado sobre un soporte. Con el libro en la prensa vertical, la cuchilla se hacía pasar una vez, lo que causa que unas pocas hojas sean refiladas; luego el tornillo se ajusta y se va repitiendo la operación, hasta que se haya refilado todo el bloque. La siguiente operación era coser la cabezada, que muy frecuentemente adopta patrones decorativos, y luego las tapas se fijaban al libro. La inmensa mayoría son de madera, aunque se conocen algunos ejemplos de cartón, sobre todo en el sur de Europa. Los bordes de las tapas se preparaban para adaptarse al nuevo formato de lomo redondeado . Ilustración 14. Fijación de las tapas en un manuscrito gótico. Princeton, Taylor Ms 9 http://libweb5.princeton.edu/visual_materials/hb/cases/earlysewing/images/1.large.jpg. La encuadernación 2. Evolución de la encuadernación medieval Guión para el vídeo: https://youtu.be/oTQPz2rgQZ4 Página 14 La forma de fijar las tapas al cuerpo del libro es mucho más sencilla que en las encuadernaciones carolingias y románicas. Lo más corriente es que las prolongaciones de los nervios corran en paralelo a la tapa por encima de esta por una acanaladura en lugar de una tunelación del canto. En el diagrama se ven los recorridos más habituales. Ilustración 15. Fijación de las tapas en las encuadernaciones góticas Las cubiertas más habituales eran de cuero teñido de varios colores, operación que también corría a cargo del encuadernador, aunque no está muy claro si el teñido se realizaba una vez que el cuero estaba adherido a la tapa o previamente. El adhesivo era una mezcla de engrudo y cola animal, y para facilitar el pegado los bordes de la contratapa se raspaban o recibían cortes superficiales. Otra peculiaridad de las encuadernaciones góticas es que el encuadernador encolaba también la cubierta del lomo y realizaba unas pequeñas hendiduras a lo largo de los nervios para que la adherencia fuese mayor, por lo que los nervios se ven perfectamente, incluso con la cubierta intacta. La encuadernación 2. Evolución de la encuadernación medieval Guión para el vídeo: https://youtu.be/oTQPz2rgQZ4 Página 15 Algunos libros con encuadernaciones góticas están provistas de una cubierta secundaria, que puede presentar alguna de las variantes descritas a continuación: sobrecubierta protectora de cuero, sobrecubierta de textiles preciosos (también denominada “camisa”, que era muy apreciada por las damas de la alta nobleza), sobrecubierta adaptada a modo de bolsa en la cual se podía transportar el libro, y sobrecubierta parcial limitada al lomo. La decoración de las cubiertas experimentó un enorme avance. Los diseños de las decoraciones estampadas “en frío”, técnica que ya se había utilizado durante la etapa anterior, se hacen mucho más complicados, a lo que ayuda la aparición de hierros cada vez más sofisticados y sobre todo de las ruedas de estampar, de modo que lo que antes se hacía con la sucesiva aplicación del mismo hierro múltiples veces, ahora se podía completar de una sola vez. También aparecen nuevas técnicas, como la del cuero cincelado, que consiste en practicar en el cuero pequeños cortes superficiales. El procedimiento es penosamente trabajoso, pero los resultados pueden llegar a ser espectaculares. Pero la innovación más transcendente en la decoración de la encuadernación fue la introducción del oro. Nápoles parece haber sido el primer lugar en adoptar la técnica, probablemente como un resultado de aplicar técnicas decorativas hispano-árabes documentadas al menos desde el siglo XII. Ilustración 16. Distintos tipos de cierres en encuadernaciones góticas. http://jothelibrarian.tumblr.com/image/47456178395 http://c1.staticflickr.com/9/8586/16715828721_1c0e57f47d_h.jpg. La encuadernación 2. Evolución de la encuadernación medieval Guión para el vídeo: https://youtu.be/oTQPz2rgQZ4 Página 16 El último paso que realizaba el encuadernador era colocar los cierres y otros herrajes. Prácticamente todos los manuscritos góticos estuvieron provistos de cierres. Los encontramos de dos categorías: la primera muy similar a la de la encuadernación románica, con el broche pendiente de una correa de cuero. El otro tipo, que aparece alrededor de 1400, es todo de metal, con dos bisagras. Este último tipo está reservado para los manuscritos más lujosos, ya que debía ser fabricado individualmente para cada manuscrito pues cada manuscrito tiene un grosor diferente. La estética de los cierres es diferente según las áreas geográficas, pero el funcionamiento siempre es el mismo. Los herrajes protectores son menos corrientes que los cierres, y en general dependen del tamaño del libro y de su contenido. Los grandes libros litúrgicos suelen tener bullones y esquineras, lo mismo que los libros encadenados de algunas bibliotecas, pero los usos dependen de las áreas geográficas. Casi siempre son de metal, en la mayor parte de los casos de bronce, pero ocasionalmente pueden encontrarse también en hueso o incluso en madera. Conclusión Y terminamos así nuestro rapidísimo recorrido por la encuadernación medieval. Por supuesto la realidad es mucho más complicada de lo que yo la he presentado aquí, y cada período merece por sí mismo un vídeo aparte, y probablemente los haré en el futuro. Existieron también otros tipos de encuadernación, una muy básica en tapa flexible, y otra muy lujosa, denominada encuadernación joya, pero desgraciadamente no tenemos tiempo para tratarlos. Así que quedan también para otra ocasión. La encuadernación 2. Evolución de la encuadernación medieval Guión para el vídeo: https://youtu.be/oTQPz2rgQZ4 Página 17