Subido por Tony Fuentes

M22-Philip-K.-Dick-Filosofía-de-garaje

Anuncio
CBA
7
Con esta indagación en la apasionante obra y no menos apasionante vida
de Philip K. dick, Critchley se alinea en una de las corrientes más interesantes de la
filosofía contemporánea, capaz de tender puentes entre ámbitos muy diversos
y de extraer inmensas enseñanzas a partir del análisis de objetos culturales cotidianos.
a raíz del análisis de los textos del gurú de la ciencia ficción más distópica, Critchley
nos desvela las tentaciones gnósticas presentes en diversas muestras de la cultura
popular contemporánea: desde la literatura de autoayuda hasta los grandes estrenos
cinematográficos, pasando por la conspiranoia política.
Philip K. Dick: filosofía de garaje*
Simon CritChley
TRadUCCIóN s. rEY, D. LÓPEZ Y r. DEL CastiLLO
«Cuando creo, estoy loco. Cuando no creo,
sufro depresión psicótica»,
Philip K. Dick
Philip K. Dick es bien conocido como un
prolífico escritor de ciencia ficción: en
concreto, escribió 121 relatos y 45 novelas. Muchas de sus obras han sido adaptadas al cine con enorme éxito, como Blade
Runner (basada en ¿Sueñan los androides
con ovejas eléctricas?), Total Recall (Desafío
total), Minority Report, A Scanner Darkly (Una
mirada a la oscuridad) y, más recientemente,
The Adjustment Bureau (Destino oculto).
La vida de Dick se ha convertido en una
especie de leyenda, condimentada con
excéntricas historias de delirios e intoxicaciones. Hay quienes consideran –correctamente, creo yo– que esas leyendas no son
más que un factor de confusión que nos aleja
de su talento literario. Como afirma Jonathan Lethem, «Dick no era una leyenda y
tampoco estaba loco. Vivía entre nosotros y
era un genio». No obstante, la vida de Dick
se inmiscuye tercamente en cualquier apreciación de su obra.
Al parecer, todo gira alrededor de un
suceso al que los fans de Dick se refieren
simplemente como «el pez dorado». El
20 de febrero de 1974 Dick fue sacudido
con la fuerza de una extraordinaria revelación durante una visita al dentista en la
que, debido a un problema en las muelas del
juicio, recibió una buena dosis de pentotal
sódico. Luego, una joven le acercó a su apartamento de Fullerton California una botella
llena de pastillas Davron. La joven llevaba
en el cuello una cadena con un pequeño colgante en forma de pez dorado, un antiguo
símbolo cristiano que sería adoptado por el
*
minv22_critchley.indd 7
Robert Crumb, The Religious Experience of Philip K. Dick, © Robert Crumb, 1986
Este texto surgió después de que el novelista Jonathan Lethem invitara a Simon Critchley a escribir algunas anotaciones al libro The Exegesis of Philip K. Dick, una selección de
las miles de páginas mecanografiadas y manuscritas, notas de diarios, cartas y borradores con los que, durante ocho años, Dick trató de documentar su famosa experiencia
mística. Según contó a su paso por Madrid, Critchley encontró en el texto de Dick muchos temas relacionados con su último libro dedicado a la teología política, The Faith of
the Faithless. El texto fue originalmente publicado en tres partes, en las páginas de opinión del New York Times, en mayo de 2012.
28/03/14 16:35
8
MINERVA 22.14
contracultural Movimiento de Jesús a finales de los años sesenta.
El colgante en forma de pez dorado emitió un rayo de luz y parece que Dick, súbitamente, experimentó lo que luego llamó, con
un guiño a Platón, anamnesis: una especie
de captación o recuerdo integral de la totalidad del conocimiento. Dick aseguró tener
acceso directo a lo que los filósofos han llamado la facultad de la «intuición intelectual»: la percepción directa por parte de
la mente de una realidad que se esconde
tras el velo de la apariencia. Muchos filósofos desde Kant han insistido en que dicha
intuición intelectual solo está disponible
para los seres humanos en la forma de un
oscurantismo fraudulento, usualmente
asociado a una experiencia religiosa o
mística, como las visiones de una muchedumbre angelical de Emmanuel Swedenborg. Esto es precisamente lo que Kant
llamó, con una bella palabra alemana, die
Schwarmerei, un entusiasmo desbordante
por medio del cual el yo queda literalmente
en-tusiasmado con Dios, o sea con theos.
Sin contemplar ninguna de las finas limitaciones y distinciones que Kant estableció entre los dominios de la razón práctica
y la razón pura, lo fenoménico y lo nouménico, Dick afirmó haber tenido una intuición directa de la naturaleza última de la
«realidad verdadera».
Sin embargo, el episodio del pez dorado
fue tan solo el comienzo. Durante los días
y las semanas que siguieron, Dick estuvo
experimentando y sin duda disfrutó de
un par de noches psicodélicas llenas de
visiones y juegos de luces fantasmagóricos. Estos episodios hipnagógicos continuaron intermitentemente, acompañados
por voces y sueños proféticos, hasta el día
de su muerte ocho años después, a la edad
de 53 años. Desde luego, ocurrieron muchas
cosas realmente extrañas, demasiadas para
hablar aquí de ellas, incluido un episodio
con una olla de barro que Dick llamaba Ho
On, o también, Oh Ho, que le hablaba con
una voz iracunda y presuntuosa sobre profundas cuestiones espirituales.
¿Cómo habría que tomarse todo esto?
¿Se debía todo a un mal viaje (o a un buen
pentotal sódico)? ¿Es que Dick estaba chiflado? ¿Quizás era un psicótico o un esquizofrénico? ¿Fueron sus visiones el resultado
de una serie de convulsiones cerebrales que
algunos llaman ELT (Epilepsia del Lóbulo
Temporal)? Tal vez hoy podríamos explicar las reveladoras experiencias de Dick en
términos de una historia neurológica más
elaborada sobre el cerebro humano. El problema es que todas estas explicaciones causales son incapaces de captar la riqueza de
los fenómenos que Dick estaba tratando de
describir y, además, ignoran por completo
los medios que empleó para describirlos.
minv22_critchley.indd 8
Lo cierto es que, después de que Dick
experimentara lo que llamó «2-3-74» (una
serie de alucinaciones vividas entre febrero
y marzo de aquel año, 1974), dedicó el resto
de su vida a tratar de entender qué le había
sucedido realmente. Para Dick, entender significaba, fundamentalmente, escribir. Padecía lo que podríamos llamar «hipergrafía
crónica» y llegó a redactar más de ocho mil
páginas sobre su experiencia en el período
comprendido entre el 2-3-74 y el día de su
muerte. Escribía durante toda la noche, llegando a producir cada vez veinte páginas a
espacio sencillo y márgenes diminutos, la
mayor parte escritas a mano y con extraordinarios diagramas y esquemas crípticos.
Toda esta inconclusa montaña de papel,
reunida póstumamente en noventa y una
carpetas, es lo que ahora conocemos como
Exégesis. Los fragmentos fueron reunidos
por el amigo de Dick, Paul Williams, y permanecieron por muchos años en su garaje
en Glen Ellen, California. Una bella edición
de estos textos, con un pez dorado en la portada, fue finalmente publicada a finales de
2011 en un volumen de más de 900 páginas
que, con todo, sólo constituye una fracción
de la totalidad.
Dick escribe: «mi exégesis es un intento
por comprender mi propia comprensión».
El libro como tal es un extraordinario y profuso acto de autointerpretación, una interminable reflexión sobre el evento del 2-3-74
que siempre parece comenzar de nuevo.
Aunque a menudo resulta pesado, repetitivo
y plagado de ataques de absoluta paranoia,
Exégesis contiene muchos pasajes brillantes y momentos de una sinceridad conmovedora. A ratos, como en el epígrafe recién
citado, Dick cae en la melancolía y la desesperación. Pero en otros momentos, como
Simón el Mago en sus últimos días, parece
poseído por un arrebato maníaco del ego en
busca de la unión con lo divino. «He estado
en la mente de Dios», dice.
Para comprender lo que le sucedió en el
2-3-74, Dick utilizó los recursos que tenía a
mano y que más le gustaban. Entre ellos, la
decimoquinta edición de la Enciclopedia Británica que compró en 1974, y la insuperable
Encyclopedia of Philosophy editada por Paul
Edwards y publicada en ocho elegantes volúmenes en 1967, sin duda uno de los documentos filosóficos más ricos y completos
jamás publicados. Las lecturas de Dick eran
desordenadas y eclécticas. Las enciclopedias
le permitían una rapidez de asociación que
confería cierta coherencia formal y sistemática a sus amplias obsesiones. Hojeando las
múltiples entradas de la enciclopedia, Dick
encontró vínculos y correspondencias entre
ideas. También se encontró con los textos
primarios de varios filósofos y teólogos (en
particular, los presocráticos, Platón, Meister Eckhart, Spinoza, Hegel, Schopenhauer,
28/03/14 16:35
CBA
9
Marx, Whitehead, Heidegger y Hans Jonas). Sus interpretaciones
verbo (Logos)», donde el verbo se convierte en carne en la pera veces son muy extrañas, pero a menudo resultan fascinantes.
sona de Cristo. La facultad humana para la intuición del Logos se
Esto nos lleva a un asunto importante. Dick era un consumado
denomina nous (noos, como lo translitera Dick), o «intelección»,
autodidacta. En 1949, no llegó ni a finalizar un semestre en la Uniuna palabra que también aparece repetidamente en Exégesis.
versidad de Berkeley y en cuestión de pocas semanas dejó el curso
En definitiva, la esencia de la visión de Dick es gnóstica: una
de Filosofía en el que se había matriculado. Dick abandonó la clase
intelección mística, un intenso momento de fusión con un Dios
con un sentimiento de hastío frente a la ignorancia e intolerancia de
transmundano que se identifica con el Logos y se comunica con
su profesor, que no supo responder una pregunta acerca de la plaulos seres humanos bajo la forma de un rayo de luz o, en el caso
sibilidad de la teoría de las ideas de Platón, cuya verdad sería finalde Dick, mediante visiones alucinatorias. Hay una tensión a lo
mente revelada durante el evento 2-3-74. A pesar de que el verbo
largo de Exégesis entre una visión monista del cosmos (según la
adiestrar me espanta (pues ofrece una imagen de los académicos
cual solo hay una sustancia en el universo, que puede detectarse
como animales domésticos) lo cierto es que Dick no estaba adiesen las referencias de Dick a la idea de Dios de Spinoza, a la idea
trado como filósofo o teólogo. Era un filósofo amateur o, tomando
de Whitehead de la realidad como un proceso y a la dialéctica de
prestada una expresión de Erik Davis, un filósofo de garaje.
Hegel para la que «lo verdadero es el todo») y una visión dualista
Dick compensa de lejos su carencia y rigor académicos con una
o gnóstica del cosmos, con dos fuerzas cósmicas en conflicto, una
imaginación envidiable y una extraordinaria capacidad para hacer un
malevolente y otra benevolente. Según mi lectura de Dick, es esta
sinfín de asociaciones cruzadas. De haber poseído más conocimiensegunda visión la que finalmente termina imponiéndose. Y eso
tos, quizás sus ideas jamás habrían sido tan sugerentes e interesansignifica que el mundo fenoménico, es decir, el mundo visible,
tes. En un comentario hacia el final de Exégesis Dick escribe: «Soy
es algo parecido a una prisión o una cueva.
un filósofo que construye ficciones, no un
No debemos olvidar que el cristianovelista». Y añade: «La esencia de mi
nismo es un monismo metafísico en el
escritura no es el arte sino la verdad». Pero
que la obligación de cada cristiano es
La vida de Dick se ha conentonces nos enfrentamos a una paradoja:
amar cada aspecto de la creación –incluso
vertido en una especie de
la preocupación por la verdad, ese objetivo
lo más asqueroso y fétido– pues todo es
leyenda, condimentada con
clásico de todo filósofo, no debe conceobra de Dios. El mal no es algo sustanexcéntricas historias de debirse en oposición a la ficción, sino como
cial porque, de serlo, tendría que haber
un producto de la ficción. Dick siempre
sido creado por Dios que, sin embargo,
lirios e intoxicaciones.
pensó que sus escritos de ficción eran un
es bueno por definición. Frente a esto, el
medio creativo para describir la verdadera
gnosticismo declara un dualismo radical
realidad que percibía. Añadía: «soy analítico, no creativo; mi escrientre el falso dios que creó este mundo –usualmente llamado el
tura es simplemente una manera creativa de lidiar con el análisis».
«demiurgo»– y el Dios verdadero que es desconocido y extraño.
Para el gnóstico, el mal es sustancial y la mejor prueba de ello es
el mundo en el que vivimos. Hay una historia de un gnóstico radila tentaCión del gnostiCismo
cal que solía bañarse en su propia saliva para intentar minimizar su contacto con la creación. El gnosticismo es la adoración a
Pero entonces ¿cuál es la naturaleza de esa realidad verdadera que
un Dios distante (alien God) por aquellos que se sienten separaDick aseguró haber intuido durante las visiones psicodélicas del
dos (alienated) de este mundo, una idea que sin duda tendrá una
2-3-74? Aquí es donde el asunto se vuelve francamente insólito.
gran resonancia en la obra de un escritor como Dick.
En las primeras líneas de Exégesis Dick afirma: «Vemos el Logos
Lo novedoso del gnosticismo de Dick es que lo divino se comuabarcando a los múltiples seres vivientes». Logos es un concepto
nica con nosotros a través de la información. Este es un tema perimportante que aparece a menudo en las páginas de Exégesis. Es
sistente en la obra de Dick, quien incluso se refiere al universo
una palabra con una gran
y a Cristo en términos de
variedad de significainformación. Tal inforEstela funeraria de mármol de Licinia amia, siglo III
dos en la Grecia antigua,
mación tiene una cierta
incluido, por supuesto,
vida electrostática conecel de «palabra», auntada a la teoría de lo que
que también puede sigDick llama tiempo ortonificar «discurso» o
gonal, una idea de lo
«razón» (del latín ratio)
que es el tiempo totalo, simplemente, dar una
mente opuesta a la conexplicación de algo. Para
cepción lineal estándar
Heráclito, a quien Dick
–que procede de Aristóse refiere frecuenteteles–, y que lo concibe
mente, el Logos es la ley
como una sucesión de
universal que gobierna
puntos extendiéndose
el cosmos pero que la
desde el futuro, a tramayoría de los humanos
vés del presente y hacia
ignoran. Dick ciertael pasado. Para explicar
mente tiene este signilo que es el tiempo ortoficado en mente, pero
gonal Dick utiliza la ima–mas importante aún–
gen de un círculo en vez
Logos se refiere también
de la de una línea cuyos
al inicio del Evangelio de
extremos se extienden
San Juan, cuando dice:
al infinito. En una ima«En el comienzo era el
gen impresionante, Dick
minv22_critchley.indd 9
28/03/14 16:35
10
MINERVA 22.14
Texto y diagramas de Philip K. dick incluidos en The Exegesis
minv22_critchley.indd 10
28/03/14 16:35
CBA
asegura que el tiempo ortogonal contiene, todo lo que ha existido,
del mismo modo que los surcos de un disco de vinilo contienen
la parte de la música que ya ha sonado antes; los surcos no desaparecen tras el paso de la aguja.
Es como ese último acorde de «A Day in a Life» de los Beatles
que gana más y más impulso y complejidad musical a medida que
se desvanece. En otras palabras: el tiempo ortogonal hace posible el recuerdo total (total recall).
En sus momentos más feroces –que, a decir verdad, son bastante frecuentes–, Dick declara que el tiempo ortogonal hará posible el retorno a la Era Dorada, un tiempo anterior a la caída, previo
al pecado original. También afirma que en el tiempo ortogonal el
futuro se repliega sobre sí mismo y se actualiza en el presente. Sin
duda alguna, este es el motivo por el cual creyó que su ficción se
estaba convirtiendo en realidad y que el futuro se estaba consumando en sus libros. Desde luego, es evidente que las tecnologías contemporáneas de la seguridad se asemejan cada día más a
lo que Dick describe en Minority Report. Después de todo, quizás
Dick tenía razón. Quizás estaba escribiendo el futuro.
Hacia el final de Exégesis, Dick empieza a citar libremente The
Gnostic Religion de Hans Jonas, un libro maravilloso publicado por
primera vez en inglés en 1958. No es difícil ver por qué el libro de
Jonas le hablaba a Dick como la olla de barro mencionada anteriormente. Jonas muestra la fuerza y la persistencia –tanto histórica como conceptual– de la idea de la ilustración por medio
de un rayo de luz divina, la mística gnosis theou, la contemplación
directa de la realidad divina. La esencia del gnosticismo radica en
un contacto directo con lo divino mediante el cual el alma (generalmente de género femenino en la visión gnóstica) acaba ella
misma divinizada y permite ver este mundo vil tal como lo que
realmente es: nada. Según Jonas, en el núcleo del gnosticismo
encontramos una experiencia de nihilismo, el reconocimiento
de que el mundo fenoménico no es nada y que la única manera
de conocer el mundo verdadero –que por supuesto se resiste a
cualquier aproximación fenoménica– es a través de una iluminación divina reservada solo para unos pocos, para los elegidos.
En el epílogo a su libro, Jonas muestra cómo la filosofía existencial de la posguerra, y más concretamente el trabajo de su profesor
y mentor Martin Heidegger, puede interpretarse como una transposición moderna de esta enseñanza gnóstica dualista. Desde esa
11
Todas las explicaciones causales de su
delirio son incapaces de captar la riqueza de los fenómenos que Dick estaba
tratando de describir y, además, ignoran
por completo los medios que empleó
para describirlos.
fotografía Quinn dombrowski, 2010. CC BY-Sa 2.0
minv22_critchley.indd 11
28/03/14 16:36
12
MINERVA 22.14
perspectiva, el mundo no es la creación de un Dios malevolente,
sino simplemente una serie de eventos fenoménicos explicables
causalmente por las ciencias naturales. La dificultad estriba en que
la visión científica del mundo no resuelve el problema del nihilismo; simplemente desplaza y agrava el problema de un sujeto
moderno que se opone a una Naturaleza hostil e indiferente tratando de asegurar un espacio para la libertad, o para aquello que
Heidegger llamó «autenticidad». Como dijo Pascal refiriéndose
al universo científico moderno, «el eterno silencio de espacios
infinitos me llena de miedo». Para Jonas, a pesar de que el gnosticismo constituye una poderosa tentación para almas sedientas de
Dios, de libertad o de autenticidad en el desierto de este mundo,
es necesario rechazar decididamente dicha tentación. Para Dick,
sin embargo, las cosas no están tan claras.
Jonas empezó como estudiante de Heidegger en Alemania, hasta
el día en que su ascendencia judía le empujó al exilio. Después
de mucha peregrinación (que incluyó su servicio como voluntario en el ejército británico durante la liberación de Alemania),
Jonas terminó enseñando filosofía durante muchos años en la New
School for Social Research, en Nueva York. Teniendo en cuenta la
pasión parricida de un estudiante decepcionado, la comparación
que establece Jonas entre Heidegger y el gnosticismo debe entenderse como una crítica devastadora. En cambio, para alguien como
Dick, ajeno a esas disputas familiares, el hecho de que «las categorías heideggerianas deriven del gnosticismo», era un punto a
favor de Heidegger.
Exégesis es un poderoso y agudo replanteamiento de la visión
gnóstica del mundo. Para bien o para mal –y dejaré claro de antemano que yo no soy un gnóstico– el gnosticismo sigue representando una poderosa tentación que necesita ser comprendida antes
de ser criticada. Dick escribe:
androide construido a imagen de Philip K. dick.
fotografía Rasmus Lerdorf, 2013. CC BY 2.0
Dick siempre pensó que sus escritos de
ficción eran un medio creativo para describir la verdadera realidad que percibía.
Añadía: «soy analítico, no creativo; mi
escritura es simplemente una manera
creativa de lidiar con el análisis».
minv22_critchley.indd 12
Hay un secreto dentro de otro secreto. El Imperio es un secreto
(su existencia y su poder; el hecho de que controla y manda)
que fue confrontado por las secretas e ilegales sectas cristianas. Ahora bien, ¡el descubrimiento de los cristianos clandestinos e ilegales de inmediato nos hace entender que, si en efecto
ellos existen ilegalmente, algo malévolo y más poderoso está en
el poder. Aquí mismo!
Esta es una declaración reveladora y sucinta de la política gnóstica de Dick. La lógica aquí es cercana a la de esas herejías místicas que proliferaron en varias sectas del cristianismo temprano,
desde los valentinianos y los maniqueos hasta la temida «Herejía del espíritu libre» que, según algunos historiadores, fue como
un imperio invisible dominando la Europa de los siglos xiii y xiv.
El núcleo de la herejía consiste en la negación del pecado original: el pecado recae en nosotros, pero dentro de un mundo
que no es la creación del Dios verdadero, sino de aquel malvado
demiurgo que San Pablo llamó en un momento gnóstico «El Dios
de este mundo». Por lo tanto, debemos ser capaces de ver el verdadero mundo creado por un Dios extraño que se esconde tras
los espejismos malvados de este mundo. La fuente de la maldad
en el mundo no recae sobre nosotros en la forma del pecado original como lo enseña el cristianismo convencional. Al contrario, la fuente del mal está en el mundo. El mundo fenoménico es
la creación de un dios malvado y está gobernado por esos agentes del demiurgo que los gnósticos llamaban los «arcontes»: los
gobernantes que Dick llama el «Imperio» y que hoy día podemos llamar simplemente «grandes corporaciones».
Cuando aprendemos a identificar la verdadera fuente del
pecado, entonces podemos iniciar ese proceso de unificación con
lo divino que se produce cuando renunciamos al mundo fenoménico y cultivamos nuestra divina chispa interior, aquello que los
gnósticos llamaron pneuma, el alma, el rastro de Dios en nuestro
28/03/14 16:36
CBA
interior. Al final de este proceso, nosotros
mismos nos volvemos divinos y podemos,
por fin, zafarnos del imperio malvado que
gobierna el mundo. Este vínculo entre
experiencia mística e insurgencia política
es sugerido constantemente a lo largo de
Exégesis. Es la idea de que somos esclavos
del imperio y el mundo es una prisión de la
que tenemos que escapar, lo que los gnósticos llamaron «la celda insignificante del
Dios creador». O lo que Dick llama NPM,
la Negra Prisión de Metal, en oposición a la
redención espiritual del Jardín de la Palma.
También es importante hacer notar el
énfasis que pone Dick en el secretismo. El
primer secreto es que el mundo está gobernado por malevolentes élites imperiales o
gubernamentales que forman una especie
de cofradía secreta. El mundo es un conjunto de corporaciones unidas por el dinero
y encaminadas exclusivamente a satisfacer
los intereses particulares de sus líderes y
accionistas. El segundo secreto –«el secreto
dentro de otro secreto»– pertenece a aquellos pocos que han tragado la píldora roja,
y han podido rasgar el velo de Maya y ver
lo que hay detrás de Matrix. Lo que atrajo a
Dick al gnosticismo es la idea de compartir la gnosis con un pequeño y selecto grupo
de elegidos. En la siguiente sección de este
texto examinaré, para acabar, algunas consecuencias sorprendentes y quizás alarmantes de la visión de mundo gnóstica.
amaR al extRaño (alien)
La apasionada y francamente peculiar
visión de mundo de Dick y el gnosticismo
que encarna tiene algunas consecuencias
sorprendentes e incluso alarmantes para
nuestra propia comprensión de ciertos
fenómenos contemporáneos. No se trata
simplemente de lo que algunos llaman el
giro distópico de la ciencia ficción desde
1960 en adelante. Más allá de eso, la obra de
Dick nos brinda la versión dominante de lo
que es la ciencia ficción en nuestro tiempo,
tanto en el campo de lo literario como en
el de lo mediático, lo artístico y lo cinematográfico. La idea básica es que la realidad
es un engaño pernicioso, una matriz represiva y autoritaria generada en una fábrica de
sueños que debemos destruir para ver las
cosas como realmente son y, de ese modo,
acceder a la verdad. Seamos sinceros: creer
que hemos visto la verdad después de rasgar
el velo de las apariencias y las ilusiones es
algo inmensamente placentero: «Soy uno
de los elegidos, uno de los pocos que están
en posesión del conocimiento verdadero,
en la gnosis».
El gnosticismo de Dick nos permite ver
bajo una nueva luz la lección existencial
más potente del cristianismo tradicional, a
minv22_critchley.indd 13
13
saber, que el pecado reside en nosotros en
la forma del pecado original. Una vez aceptamos el gnosticismo, podemos declarar que
la maldad no tiene su fuente en el corazón
humano sino afuera, en el mundo de los
arcontes corruptos y el capitalismo corporativo. No somos malvados. Es el mundo el
que es malvado. Esta es la idea que encuentra su primera expresión moderna en la obra
de Rousseau, antes de influir en una variedad de romanticismos más amplia que la
de las salsas Heinz, que giran alrededor
de la idea de la bondad natural de los seres
humanos y que, simplemente porque la vida
adulta parece un desastre, tienden a idealizar la infancia y los niños (los adultos olvidamos fácilmente que ser un niño a menudo
es una mierda: es duro aceptar que se es tan
poca cosa).
Según la visión gnóstica, una vez que
vemos el malvado mundo como lo que
realmente es, podemos dar un paso atrás
y redescubrir nuestra bondad esencial, la
chispa que brilla en nuestro interior, nuestra pureza, nuestra autenticidad. Es esta
misma añoranza de pureza y autenticidad
la que impulsa toda esa despreciable industria del oscurantismo New Age, sus múltiples técnicas de desintoxicación espiritual
y material, y su multimillonaria y lucrativa insistencia en «El Secreto». En contra de esta visión tóxica del mundo, creo
que lo suyo sería subrayar lo maravillosamente impuros e inauténticos que somos.
En todo caso, si llevamos una chispa adentro, no es divina, sino demasiado humana.
Aparte de la trilogía Matrix y de otras
adaptaciones directas de la obra de Dick,
también ha habido una fuerte influencia
gnóstica en las últimas películas de Lars
von Trier. En Anticristo (2009), el personaje interpretado por Charlotte Gainsbourg
dice, «La naturaleza es la iglesia de Satán»;
mientras que en Melancolía (2011), el personaje interpretado por Kirsten Dunst le dice
a Charlotte Gainsbourg: «Todo lo que sé es
que la vida en la tierra es malvada». Lo que
no es gnóstico en el cine de Von Trier es su
obsesión añadida de que, si la vida es malvada, entonces no hay vida en ningún otro
lugar. Esta es la razón por la que debemos
celebrar la colisión de la Tierra con el lejano
planeta Melancholia.
Podemos encontrar una versión más pura
de la ideología gnóstica de la autenticidad en
la película más taquillera de todos los tiempos, Avatar (2009) de James Cameron. Para el
año 2148, los recursos de la Tierra se han agotado y la Naturaleza se reduce a una repulsiva
y envenenada cáscara. La corrupta y superpoderosa corporación RDA está extrayendo
Unobtainium del planeta Pandora. Este es el
hogar de los Na’vi –hermosas criaturas azules de diez pies de altura– que gozan de una
conexión especial con la Naturaleza y rinden
28/03/14 16:36
14
culto a Eywa, la diosa madre. Estoy seguro de que todos ustedes
saben cómo sigue la historia, pero Jake, el exmarinero paralítico,
termina convirtiéndose en su avatar Na’vi, se une con su verdadero
amor Naytiri y se reconcilia con la Naturaleza después de derrotar a
las satánicas fuerzas corporativas. Pierde su identidad humana y se
convierte en un extraterrestre (alien), dejando atrás su horrorosa
patria terrestre en pos de una bendita tierra extranjera. El esquema
es el mismo: sólo podemos lograr una auténtica armonía con la Naturaleza si nos deshacemos del disfraz de nuestra naturaleza terrena
y nos convertimos en extraterrestres. Esa es la fantasía básica del
gnosticismo.
El gnosticismo de Dick también nos ayuda a entender algunas cosas sobre el estilo paranoico de la política estadounidense
(quizás también de la de otros países). Por ejemplo, Dick siempre
vuelve al tema del Watergate y a la extraña idea de que la dimisión
de Nixon es una reafirmación del verdadero Dios sobre los falsos
ídolos de la caverna. El mundo fenoménico es una prisión gobernada por élites secretas, corruptas y malevolentes. Sería imposible
citar aquí todas las analogías políticas que ilustran esta perspectiva. Piénsese, por ejemplo, en el auge de las teorías de la conspiración que han corrido paralelas al inmenso y rizomático desarrollo
de internet. Piénsese, también, en la idea muy extendida tanto
en la izquierda como en la derecha de que Estados Unidos es un
país gobernado por élites secretas y superpoderosas. Antiguamente dichas élites se identificaban con los WASPS educados en
las universidades pertenecientes a la Ivy League, los masones o
los judíos. Ahora se identifican directamente con los ejecutivos
de Goldman Sachs.
Si crees que existe un secreto que puede ser descubierto, pero
que ellos están ocultando y que, por tanto, es necesario formar una
pequeña y secreta secta para combatirles, entonces has entrado en
la lógica gnóstica. La política se convierte en la defensa de lo puro
frente a fuerzas impuras e inauténticas, y el héroe tiene que ser
alguien capaz de combatir las fuerzas del mal con una resolución
casi sobrehumana. Quizás alguien como Mitt Romney.
minv22_critchley.indd 14
MINERVA 22.14
La apasionada y peculiar visión de mundo
de Dick y el gnosticismo que encarna tiene algunas consecuencias sorprendentes
e incluso alarmantes para nuestra propia
comprensión de ciertos fenómenos contemporáneos.
28/03/14 16:36
CBA
15
Curiosamente, la moralidad del gnosticismo también es relevante para nuestra situación actual. Como señaló Jonas, aquellos
que poseen la gnosis se distancian de la inmensa y contaminada
masa de la humanidad. El odio hacia el mundo se manifiesta en
el rechazo a la moral mundana, lo cual conduce a dos respuestas
éticas iguales pero opuestas: el ascetismo y el libertinaje.
El asceta infiere de su acceso a la gnosis que el mundo es una
maquinaria tóxica y contaminante con la que debemos tener el
mínimo contacto posible. Podría decirse que esto es consistente
con toda la cultura contemporánea y el culto que gira alrededor
de la dieta «detox» (desintoxicante), que insiste en la purificación del cuerpo y el alma contra el contacto ambiental, nutricional
y sexual con el objetivo de salvaguardar la divina chispa interior.
La espantosa verdad del ascetismo contemporáneo es poderosamente representada en la película Safe (1995) de Todd Haynes,
donde el personaje interpretado por Julianne Moore desarrolla una alergia a la vida. Esta «enfermedad ambiental» termina
conduciéndola a una secta de autoayuda en el desierto de California donde termina viviendo sola en una cápsula hipoalergénica, susurrando ante su propio reflejo en el espejo, «me amo a
mí misma», y otros mantras.
La cara reversa del ascético es el libertino: la persona para quien
el acceso a la gnosis implica tanto libertad absoluta como protección infinita. Aquí uno puede pensar en la charlatanería hermética
del ocultista y mago Aleister Crowley y su «Haz lo que quieras».
Pero también viene a la mente –y esta es una historia que he oído
en numerosas ocasiones, a menudo tarde en la noche– el mito
urbano neoyorquino del hombre de negocios exitoso y rico que
decide caminar borracho o drogado en contra del trafico. Él sabe
que está a salvo de cualquier daño. Dado que el destino está de su
lado, se siente seguro y libre para hacer lo que le venga en gana.
Una vez tienes acceso al «Secreto», las fuerzas del universo se
alinean con tus deseos.
Frente a un mundo alienante y tóxico, podemos mantenernos a
una segura y aséptica distancia, replegarnos sobre nosotros mismos o meternos de cabeza en el torbellino viral de la humanidad.
De cualquier modo, sé que voy a estar bien.
Página de The Exegesis, de Philip K. dick
***
A pesar de que pueda sonar un poco loco, creo que el gnosticismo de Philip K. Dick responde a una profunda y esencial ansiedad de nuestros tiempos modernos. El surgimiento incontrolable
de un determinismo científico que amenaza con invadir todas esas
áreas de la actividad humana que asociamos con la literatura, la
cultura, la historia, la religión y todo lo demás.
Hagámonos la siguiente pregunta: ¿Qué podemos hacer frente
a un monismo naturalista y voraz? Podemos adoptarlo, esperando
extraer de atractivos y comerciales libros de pasta dura escritos por reputados y galardonados científicos todo lo que haya
de maravilloso y significativo sobre el cerebro o el cosmos. O
podemos rechazar el determinismo científico, volviendo a caer
en alguna versión de los dualismos clásicos. Eso podría significar la aceptación de una metafísica espiritual o religiosa de
diversa índole, o –si uno todavía siente nostalgia del desencantado modernismo de mediados de siglo que encarna la obra de
Kafka o de Becket– la vuelta a un sujeto solitario en un descorazonador mundo de anomia.
Pero quizás existe otro camino, uno que no es enteramente
naturalista ni religioso, ni un reducto de la conciencia desdichada
modernista. Si es así, entonces podemos decir con Jonas que «La
filosofía debe averiguarlo». Pero esa es otra historia y la dejo para
otra ocasión.
minv22_critchley.indd 15
28/03/14 16:36
Descargar